Las calificaciones soberanas de América Latina se estabilizan por debajo de niveles previos a la pandemia

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Las calificaciones soberanas de América Latina han comenzado a estabilizarse después de un crecimiento del PIB mejor de lo esperado y la recuperación de los ingresos del gobierno en 2021, dice Fitch Ratings en un nuevo informe. La presión adicional sobre las finanzas públicas y el aumento de la carga de la deuda por la pandemia han hecho que la calificación regional promedio baje un escalón a ‘BB-‘.

Cuatro emisores soberanos latinoamericanos tienen Perspectiva Negativa, lo que representa el 21 % de las calificaciones soberanas de Fitch en la región, por debajo del 58 % en agosto de 2020. La recuperación económica del año pasado fue más fuerte de lo anticipado a principios de 2021, respaldada por lanzamientos de vacunas, reapertura y altos precios de las materias primas. Los ingresos del gobierno también superaron las expectativas de los analistas de la calificadora.

“Uruguay (BBB-) y la República Dominicana (BB-) evitaron rebajas cuando revisamos sus Perspectivas de Negativas a Estables a fines del año pasado para reflejar mejores trayectorias de deuda, impulsadas por un gasto contenido y un crecimiento favorable de los ingresos en Uruguay y un impulso de crecimiento impulsado por la inversión en la República Dominicana”, señala la nota.

Sin embargo, los déficits seguirán siendo altos en 2022 y estarán por encima de los niveles de 2019 en muchos países de América Latina. Las finanzas públicas tensas ya eran una debilidad del crédito soberano antes de la pandemia y la calificación promedio se ha debilitado en relación con Asia emergente y Europa emergente. Las perspectivas de Colombia (BB+) y Perú (BBB) ​​se estabilizaron luego de las rebajas del año pasado, en parte debido a la erosión de los balances fiscales.

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Tres de las cuatro Perspectivas Negativas restantes se encuentran en Centroamérica. En Panamá (BBB-), esto refleja la incertidumbre fiscal en torno a las perspectivas de consolidación en medio de altos déficits y poca credibilidad. El programa del FMI (B) de Costa Rica proporciona un ancla para abordar las debilidades fiscales y los desafíos de reforma, pero las políticas poco ortodoxas de El Salvador (B-) están poniendo en peligro las perspectivas del programa.

Fitch mantiene la Perspectiva Negativa (BB-) de Brasil en diciembre de 2021, lo que refleja los riesgos para la economía, las finanzas públicas y la trayectoria de la deuda en el contexto de condiciones financieras más estrictas y mayores dudas sobre la credibilidad del ancla del techo de gasto.

El boom del private equity

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Si consideramos el desempeño de los fondos de private equity para el último año fiscal en Estados Unidos (de junio 2020 a junio 2021) podemos afirmar que los retornos conseguidos por esta clase de activo son unos de los mejores de su historia, tanto desde un punto de vista absoluto como relativo (comparado con los mercados públicos). Cabe preguntarse, entonces, ¿a qué se debe este desempeño tan excepcional?

Para explicar este fenómeno podemos citar tres causas. Primero, la adecuada selección por parte de los fondos de private equity de los sectores que se beneficiaron de las tendencias que la pandemia aceleró, entre los que se encuentran las verticales asociadas al software y otras industrias menos glamorosas como: empaques (“packaging”) y el cuidado de mascotas (“petcare”). En segundo lugar, la abundante liquidez que benefició a los fondos de private equity a través de un financiamiento barato y con pocas restricciones (“covenant light”) a la hora de comprar compañías. Finalmente, en tercer lugar, un explosivo aumento del M&A (“mergers and acquisitions”, fusiones y adquisiciones de empresas) que ha llevado a los grandes bancos de inversión a registrar ganancias récord gracias a las comisiones asociadas a este mayor volumen de transacciones, lo que ha permitido contar con condiciones óptimas para comprar y, especialmente, para vender compañías.

Si a las causas anteriores sumamos la expansión de múltiplos ocurrida en el período señalado, especialmente en el sector tecnológico (por ejemplo, el índice Nasdaq pasó de transar a un múltiplo de 15 veces EV/Ebitda el 1T de 2020, a uno de 21 veces al 1T de 2021), podemos explicar por qué algunos de los principales endowments de las universidades en EE.UU. –portafolios que cuentan con una gran exposición a fondos de private equity– reportaron retornos altísimos para los doce meses terminados en junio de 2021. Así, por ejemplo, según el último reporte del endowment del MIT, su retorno anual fue de un 55,5%, una cifra impresionante para un portafolio de 27.400 millones de dólares.

Esta efervescencia ha llevado a algunos fondos de private equity a ejecutar transacciones de una escala que antes sólo estaba reservada para las grandes corporaciones. En marzo de 2021, Thoma Bravo, un fondo especialista en software, anunció la adquisición de RealPage, una compañía líder en la producción de software para la industria inmobiliaria en Estados Unidos. El monto de la transacción alcanzó los 10.200 millones de dólares, lo que representó un premio de 30,8% para el valor de la acción de RealPage. Meses después, se anunció la compra por un monto de 30.000 millones de dólares de la empresa Medline, un proveedor de insumos médicos en EE.UU., por parte de un grupo de fondos que incluía a Blackstone, Carlyle y Hellman & Friedman.

¿Dónde está el límite para los fondos de private equity? ¿Cuándo dejarán de crecer? Si consideramos que el capital administrado por estos fondos (4,5 billones de dólares) representa sólo un 4% del market cap de los mercados públicos (120 billones de dólares), el espacio que tienen estos fondos para continuar atrayendo capital y comprando compañías abiertas en bolsa para hacerlas privadas (“Public to Private”) pareciera ser muy significativo.

Guinness renueva su imagen de marca para reflejar mejor el enfoque global de su negocio

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Foto cedida. Guinness renueva su imagen de marca para reflejar mejor su el enfoque global de su negocio

Guinness Asset Management (Guinness) renueva su identidad corporativa con una nueva imagen de marca, web y logotipo. Según ha anunciado, la actividad de gestión de fondos de renta variable de Guinness operará a partir de ahora como Guinness Global Investors, para, según ha explicado, representar con mayor precisión las actividades de la empresa y el enfoque de los inversores. 

“Guinness se ha convertido en un gran negocio global a lo largo de los años y, sin embargo, se ha mantenido fiel a su creencia fundamental en la calidad, la alta convicción y la gestión activa de fondos. Una marca moderna, orientada al exterior y con visión de futuro, permitirá a los inversores formarse una impresión más clara de nuestro enfoque y mentalidad de inversión. Guinness es una empresa británica que aporta a los inversores de todo el mundo su larga experiencia en materia de inversiones y queremos que esto se refleje en todo lo que hacemos”, ha afirmado Edward Guinness, director general de Guinness Global Investors.

La firma ha matizado que la actividad de gestión de fondos de renta variable de Guinness cuenta con fondos globales, temáticos y regionales que adoptan una perspectiva global. La filosofía de inversión “positively different” que defienden desde Guinness Global Investors implica el uso de análisis internos propios para la construcción inteligente de carteras de alta convicción, igualmente ponderadas. “Estas carteras tienen una baja rotación y no tienen restricciones de índice de referencia”, añaden desde la gestora. 

En este sentido, la base de inversores de Guinness en estos fondos es internacional y cuenta con el apoyo de una actividad global de ventas y marketing. Los fondos de renta variable de Guinness están disponibles para los inversores internacionales en OEIC domiciliadas en Irlanda y el Reino Unido y como fondos y ETFs registrados en la SEC para los inversores estadounidenses por filial, Guinness Atkinson Asset Management Inc. 

“Esta nueva identidad de marca creará coherencia en todo nuestro negocio a medida que mejoremos la información disponible para los inversores y lleguemos a una audiencia global en constante expansión. Se ha rediseñado desde cero para reflejar nuestra presencia global, sin dejar de ser fieles a los valores fundamentales que han conducido al éxito de Guinness. Nuestro nuevo sitio web está diseñado para dar un mejor servicio a los inversores, proporcionar una mayor claridad y ofrecer un cambio en la accesibilidad de la información”, ha añadido Giles Kidd-May, director de Marketing de Guinness Global Investors.

Política monetaria: tres reflexiones para tener en cuenta sobre la normalización

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Pixabay CC0 Public Domain. Política monetaria: tres reflexiones a tener en cuenta sobre la normalización

Según los análisis que publican las gestoras, la política monetaria y las decisiones de los bancos centrales tendrán un papel relevante este año. Incluso algunas valoraciones, como por ejemplo la que realizan desde Neuberger Berman, sostienen que en 2022 hemos iniciado una nueva fase de política monetaria. ¿Qué reflexiones deben tener en cuenta los inversores ante este entorno?

En primer lugar, hay un punto de partida claro: no todos los ajustes monetarios de los bancos centrales son iguales. “En el Reino Unido, el mantra parece que es: somos el Banco de Inglaterra y haremos lo que queramos. En Estados Unidos, la sensibilidad en torno a la comunicación significa que todo está bien telegrafiado con anticipación, por lo que los mercados tienen tiempo para lidiar con la reducción en las compras de bonos y los tres probables aumentos de tipos de interés en 2022. En Europa, es difícil alejarse del status quo y todo, como de costumbre, se trata de un compromiso”, explica Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA Investment Managers

Y añade: “Los mercados han arrojado rentabilidades sólidas de las acciones y rentabilidades fijas de los bonos, lo que, en retrospectiva, es exactamente lo que debería haber sucedido en un mundo de tipos cero y un crecimiento económico por encima de la tendencia”. Mientras advierte que “nos enfrentamos a algunas incógnitas a corto plazo”. En cualquier caso, el experto considera que “las condiciones monetarias se endurecerán, pero partiendo de una base muy acomodaticia”.

Dicho hecho, no se puede obviar que las decisiones de la Fed tienen un peso muy relevante y pueden ser una presión para el resto de bancos centrales. Según destaca Neuberger Berman, las últimas actas de la Fed, correspondientes a la reunión de diciembre y publicadas al inicio del año, revelan que los responsables políticos están considerando un endurecimiento cuantitativo poco después de la subida de tipos. “Parece que hay una nueva determinación de abordar el problema de la inflación: esto supondría una retirada de la liquidez mucho más rápida que la que vimos tras la Gran Crisis Financiera. Como resultado, el año 2022 ha comenzado con una notable venta en el mercado de bonos. El tipo real a 10 años de EE.UU. ha superado el umbral del -0,90%, y el rendimiento nominal a 10 años vuelve a estar por encima del 1,70%. El Bund Alemán podría ofrecer pronto rendimientos positivos por primera vez en casi dos años”, apuntan. 

En opinión de Olivier de Berranger, director de gestión de activos en La Financière de l’Echiquier (LFDE), los mercados de activos de riesgos “no saldrán indemnes” del giro restrictivo que han marcado los bancos centrales para este año, en especial la Fed.Una fase de subidas de tipos no es negativa estadísticamente para las bolsas, siempre que estas sean progresivas y que el calendario esté claro. La última reunión de la Fed contribuyó a dar más certidumbre a los mercados sobre la trayectoria de endurecimiento monetario. Sin embargo, el riesgo de una aceleración imprevista del calendario para hacer frente a la inflación no ha desaparecido todavía. Lo que sí es cierto, por el contrario, es que un movimiento acusado de endurecimiento monetario tendrá consecuencias para lo que demandan los inversores desde el punto de vista de las valoraciones. Después de casi dos años durante los cuales los mercados han recibido ingentes flujos, a menudo en detrimento de la racionalidad en los precios, este nuevo contexto monetario debería devolver su importancia a conceptos como la calidad, la valoración razonable, la salud de los balances y el poder de fijación de precios”, explica Berranger. 

A la luz del análisis de estas últimas actas de la Fed, algunos expertos consideran que la institución monetaria está tomando decisiones arriesgadas. Según el análisis que hace Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer, de estas actas, los expertos consultados por el FOMC consideran que, a diferencia del último ciclo de endurecimiento en 2017-2019, las perspectivas económicas son más favorables hoy en día y que, por lo tanto, el plazo de dos años entre la primera subida de tipos y la reducción del balance debería acortarse esta vez. 

“Creíamos que la lección de 2018 estaba aprendida. En nuestra opinión, es arriesgado reducir el balance de un banco central en las actuales economías desarrolladas altamente financiadas. Hay que admitir que las dislocaciones resultantes de una recesión de naturaleza exógena y sin precedentes históricos modernos han provocado un repunte inflacionista más fuerte y duradero de lo esperado. Sin embargo, nuestro análisis no ha cambiado. La transición energética es inevitable, pero es inflacionaria a corto plazo y deflacionaria a medio y largo plazo. Frenar la demanda final para contener la inflación a corto plazo sólo provocará un retraso en esta transformación, que es esencial para el planeta”, argumenta el CIO de Julius Baer.

Esto toca el bolsillo de los norteamericanos ya que el impacto será significativo en su poder adquisitivo. “El mecanismo del efecto riqueza a través de los cambios en el precio de los activos es aún más fuerte que antes de la pandemia. La riqueza de los hogares estadounidenses ha aumentado en más de 25 billones de dólares estadounidenses en dos años. La normalización de la política monetaria es sin duda crucial. La Reserva Federal parece estar dispuesta a garantizar la estabilidad financiera al planear la reducción de su balance. Al hacerlo, creemos que vuelve a correr un gran riesgo de desestabilizar el sistema financiero. Otras herramientas, como los intereses sobre el exceso de reservas de los bancos o los coeficientes de reservas obligatorias, son medios menos arriesgados para lograr el mismo resultado. El riesgo de error de la política monetaria acaba de subir varios peldaños”, añade Bonzon. 

Por último, la normalización de la política monetaria de los principales bancos del mundo será una prueba para los mercados emergentes. Según apunta Zouhoure Bousbih, estratega de países emergentes de Ostrum Asset Management, firma afiliada a Natixis IM, “la política monetaria extremadamente acomodaticia de los principales bancos centrales, así como el significativo apoyo financiero de la comunidad internacional explican la resiliencia de los mercados emergentes en el 2021”. 

Por su parte, Andrew Rymer, especialista en inversiones en mercados emergentes de Schroders, añade: “El endurecimiento de la política monetaria por parte de la Reserva Federal puede ser un viento en contra, pero los mercados emergentes son más resistentes en comparación con el último ciclo de subidas de tipos de la Fed, como ilustran los gráficos siguientes. Las balanzas externas están en general en una buena posición, las recientes entradas de capital han sido menos calientes que en 2013, las monedas de los mercados emergentes parecen, en líneas generales, baratas y los rendimientos de la deuda local de los mercados emergentes son relativamente atractivos”.

La inflación, la volatilidad, los rendimientos bajos y la sostenibilidad reflejan el año de transición que viven los mercados

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Foto cedida. La inflación, la volatilidad, los rendimientos bajos y la sostenibilidad reflejan el año de transición que viven los mercados

Después de que el mercado bursátil estadounidense cerrase el año con rentabilidades de doble dígito por tercera vez consecutiva, su tendencia alcista continuada entró en punto muerto a raíz de las preocupaciones de los inversores sobre los posibles cambios en el plano de la política monetaria en un contexto en el que las presiones inflacionistas y las variantes del COVID-19 están lastrando la incipiente recuperación de la economía. En consecuencia, los inversores en renta variable continúan mostrándose recelosos, mientras que aquellos centrados en la percepción de rentas prosiguen su búsqueda de rendimientos.

En este contexto, ¿dónde podrían los inversores encontrar oportunidades en 2022? A esta pregunta han respondido los gestores de carteras, estrategas y directivos de Natixis Investment Managers y de sus firmas de inversión afiliadas. Y, en términos generales muestran un “optimismo prudente” de cara a 2022, ya que consideran que estamos ante un posible año de transición para los mercados. En líneas generales, los gestores prevén que la volatilidad continuará, así como un aumento de la inflación, unos rendimientos reales de los bonos del Tesoro en terreno negativo, el surgimiento de oportunidades a escala internacional y una mayor demanda de estrategias ESG.

Para Lynda Schweitzer, vicepresidenta, gestora de carteras y codirectora de renta fija global en Loomis Sayles, la clave para este año será identificar oportunidades en mitad de un entorno volátil. “2022 seguramente será un año de transición para los mercados mundiales a medida que el mundo continúa su reapertura tras la crisis provocada por el COVID-19 en 2020”, afirma Schweitzer.

En este sentido explica: “Los principales catalizadores de la recuperación mundial asíncrona continuarán siendo parecidos a los del año pasado: el COVID-19, la inflación, las disrupciones en la cadena de suministro y los temores sobre el crecimiento de China. Pese a ello, este año la nueva dinámica será la retirada de los estímulos por parte de los bancos centrales de todo el mundo. La inflación ha sorprendido al alza en la mayoría de regiones, aunque en distinta medida. A medida que nos adentremos en 2022, obtendremos más pruebas sobre el probable grado de persistencia de la inflación. Ello repercutirá tanto en las expectativas de inflación a largo plazo como en la capacidad de reacción de los bancos centrales La interpretación y posterior descuento de ambos factores por parte del mercado seguramente generará volatilidad en las clases de activos de la renta fija mundial, incluidos los diferenciales de crédito, los tipos y las divisas”.

Jens Peers, CEO y CIO de Mirova US, coincide en que las incertidumbres persistirán este año, pero también las oportunidades y, en particular, entre los títulos de renta variable sostenible. El ejecutivo considera que tendremos un año positivo a la par que volátil. “Se espera que los sectores cíclicos registren rentabilidades superiores tanto en la renta variable como en la renta fija, donde priorizamos la deuda de alto rendimiento en detrimento de la de grado de inversión y la deuda subordinada. Los planes de inversión en infraestructuras previstos, sumados a los compromisos suscritos en la COP26 para alcanzar una economía con cero emisiones netas de carbono en muchos de los principales países del mundo, también deberían conllevar una aceleración del crecimiento en el mercado primario de bonos verdes. En cuanto a la renta variable, consideramos que las oportunidades más atractivas residen en el sector bancario, en los títulos cíclicos expuestos a los grandes planes de recuperación basados en las infraestructuras, incluidas las infraestructuras verdes y las energías renovables, y en los sectores de comercio electrónico minorista, fintech, vehículos eléctricos y salud. En vista de las diferencias en el plano de las valoraciones, esperamos que los mercados europeos tengan un rendimiento superior a los estadounidenses, y también se identifican más oportunidades en los mercados emergentes”, afirma.

A la hora de hablar de oportunidades, Jack Janasiewicz, estratega jefe de carteras y gestor de carteras en Natixis Investment Managers Solutions, insiste en la renta variable. En su opinión, a lo largo del año las incertidumbres del mercado se irán disipando y el crecimiento, el consumo y los beneficios serán buenos motivos para tomar algo más de riesgo orientando las carteras a la renta variable.

“En vista de la existencia de catalizadores que posibilitan un régimen de mayor crecimiento del PIB nominal, al menos durante 2022, podríamos volver a darnos cuenta de que subestimamos la flexibilidad y el dinamismo emprendedor de las compañías estadounidenses. Además, en vista de que los rendimientos continúan situándose notablemente por debajo de las tasas de inflación prevista a largo plazo, ¿en qué otras clases de activos podríamos invertir si no? Así las cosas, el razonamiento según el cual la renta variable constituye la única alternativa viable a la hora de invertir (un concepto conocido en el mundo anglófono como There Is No Alternative o TINA) mantiene toda su vigencia”, señala Janasiewicz.

En este sentido, una de los sectores que ha recuperado atractivo es el sector financiero europeo, según Daniel Nicholas, gestor de carteras de clientes en Harris Associates. Para el gestor, la oportunidad está en aquellos títulos que estén bien posicionados para generar rentabilidad superiores y positivos en el futuro debido a tres factores: el aumento de tipos de interés, el nivel de capital y la expansión de los márgenes. 

Creemos que la combinación de crecimiento del PIB y presiones inflacionistas impulsará los tipos de interés a niveles más altos durante los próximos años. Prevemos que la subida de los tipos de interés acentuará el nivel actual de rentabilidad de cada uno de nuestros títulos del sector financiero”, aclara el gestor sobre el primero de estos factores. 

Siguiendo la tendencia que venía del año pasado, los activos reales también serán una buena opción para las carteras de este año, según François Collet Gérant, gestor de fondos en DNCA, dado el sólido crecimiento y dinamismo positivo que están experimentando esta clase de activos a corto plazo. Sobre ello, Collet afirma: “Pese a que las perspectivas económicas continúan siendo halagüeñas, las condiciones financieras deberían empezar a resultar menos favorables. En este contexto, nuestra asignación de activos debería priorizar los activos reales a corto plazo que cuenten con una prima de riesgo atractiva. En el plano de la renta variable, ello implicará reforzar la asignación a las bolsas europeas y emergentes. En renta fija, conllevará aumentar la asignación a la deuda pública emergente y a los bonos vinculados a la inflación”.

Por último, Philippe Barthelot, CIO de mercados de crédito y monetarios en Ostrum Asset Management, señala que 2022 también será un año de transición para el crédito, ya que “pasaremos de unos pasaremos de unos rendimientos ultrarreducidos a unos rendimientos bastante reducidos… otra vez”. Según indica su valoración, todo dependerá de las decisiones que los bancos centrales adopten y en la medida en que sigan o no la hoja de ruta que han ido comunicando.

La calidad crediticia seguirá mejorando, con un mayor número de mejoras que de rebajas de las calificaciones (a lo que se suma una cobertura de intereses en máximos históricos), y la tasa de impagos permanecerá por debajo del 2% en Europa y EE. UU. Este pilar fundamental sumamente positivo se ve amenazado por unas valoraciones elevadas y por una oferta neta que será mucho mayor en el segmento del crédito con grado de inversión respecto a sus niveles del año pasado. Ante la reducción del apoyo de los bancos centrales y el probable aumento de la volatilidad debido a la errática evolución de los tipos de interés, el reducido umbral de rentabilidad conlleva que el crédito resulte más sensible ante cualquier acontecimiento negativo. Los rendimientos reales negativos, que muy a menudo respaldan a los activos de riesgo (como quedó acreditado en 2021) solo pueden evolucionar en una dirección: al alza”, argumenta.

Ahora bien, concluye advirtiendo que los principales riesgos para su  hipótesis principal serán una inflación descontrolada y el mercado chino de alto rendimiento, “con especial hincapié en el sector inmobiliario”, matiza.

¿Qué coste tienen los fenómenos climáticos extremos en Europa?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Qué coste tienen los fenómenos climáticos extremos en Europa?

Algunos países europeos están más expuestos que otros a los crecientes costes de los fenómenos climáticos extremos, lo que implica riesgos de divergencias en los ratings soberanos. Ahora bien, la forma de limitar el riesgo es que los países movilicen inversiones para mitigar estos fenómenos y se muestren capacidades institucionales para responder a ellos, según destaca Scope en su último análisis.

Los fenómenos climáticos extremos constituyen uno de los principales retos medioambientales a los que se enfrentan los gobiernos, ya que las temperaturas extremas, las lluvias torrenciales, las inundaciones y las sequías plantean riesgos graves y, con toda probabilidad, crecientes para la vida humana y la actividad económica en Europa. Por ello, los riesgos de catástrofes naturales también constituyen un componente importante en la evaluación que hace Scope del perfil de riesgo medioambiental de un país.

«Las pérdidas económicas derivadas de fenómenos climáticos extremos representan el principal riesgo de catástrofe natural en los países de toda Europa», afirma Alvise Lennkh, subdirector de calificaciones soberanas de Scope. Entre 1980 y 2019, este tipo de acontecimientos, como las temperaturas extremas, las lluvias torrenciales y las sequías, provocaron unos costes económicos estimados de 446.000 millones de euros (el 3% del PIB de 2019) de los países miembros de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Por muy significativa que parezca la suma, la relevancia macroeconómica global de las catástrofes naturales relacionadas con el clima a lo largo de este periodo fue limitada, aunque varió considerablemente entre países.

Costes económicos de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en los países miembros de la AEMA entre 1980-2019

Costes económicos de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en los países miembros de la AEMA entre 1980-2019

«Los países de Europa Central y del Este, como Croacia, Rumanía, la República Checa, Bulgaria y Hungría, fueron los más afectados, con pérdidas económicas anuales medias derivadas de los fenómenos climáticos extremos a lo largo de 1980-2019 que oscilaron entre el 0,11% y el 0,15% del PIB, muy por encima del 0,07% de la media de países de la AEMA. Los países de menores ingresos tienden a registrar los mayores costes derivados de los fenómenos climáticos graves», afirma Lennkh. A falta de inversiones de mitigación, se espera que estos costes aumenten en los próximos años y en distintos grados en toda Europa. En particular, los países del sur de Europa y de Europa central y oriental son los más expuestos.

Coste económico de los fenómenos climáticos extremos (pérdidas anuales medias 1980-2019 en % del PIB de 2019)

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«Aunque los esfuerzos para hacer frente a los cambios climáticos se están acelerando en la región, el impacto adverso de los fenómenos climáticos extremos supondrá cada vez más un reto, a medida que los efectos sean más graves y generalizados, lo que podría llevar a variaciones en los ratings soberanos», afirma Lennkh. En este contexto, es crucial que los gobiernos movilicen recursos y apliquen reformas que reduzcan su exposición a los riesgos naturales y mejoren su capacidad para hacer frente a los fenómenos climáticos extremos.

Los líderes de la UE han acordado destinar al menos el 37% de la financiación de la UE recibida en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, mientras que la Comisión Europea ha propuesto que al menos el 25% del presupuesto plurianual de la UE se destine a la acción climática durante 2021-27. «Sin embargo, los planes de recuperación anunciados hasta la fecha no muestran que la exposición de los países a las catástrofes naturales y sus costes históricos hayan influido necesariamente en la asignación de los fondos de recuperación y resiliencia», afirma Thibault Vasse, analista de Scope. «La influencia de los riesgos físicos en las prioridades políticas a nivel nacional sigue siendo limitada en general».

Los países europeos han empezado a tener en cuenta las consideraciones climáticas en sus marcos presupuestarios. El Gobierno francés, por ejemplo, publicó su primer «presupuesto verde», que identifica los gastos que apoyan la transición ecológica y evalúa los que son perjudiciales para el medio ambiente. «Aun así, se necesitan más esfuerzos para reforzar la resistencia medioambiental de las economías europeas y evitar posibles divergencias de calificación a largo plazo», afirma Vasse.

Cuando el dinero ya no es gratis

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Los científicos creen que la mayoría de nosotros tardamos entre dos meses y un año completo en adoptar un nuevo hábito. Por tanto, parecería razonablemente seguro suponer que dos décadas de caídas en los tipos de interés en todo el mundo han dejado a muchos directivos corporativos e inversores en renta variable acostumbrados a disponer de deuda cuando quisieran y a un coste bastante insignificante.

De hecho, en los últimos 10 años, la deuda corporativa global ha crecido de 53 billones de USD a casi 88 billones de USD a finales de 2021, alcanzando el 98,5% del PIB global. Sin duda, algunos de estos recursos han ayudado a las compañías a financiar expansivas inversiones en inmovilizado de carácter productivo o invertir en proyectos de infraestructuras de larga duración, aunque la deuda gratuita barata disponible también puede tener un componente corrupto. Puede tentar a los equipos directivos a «aumentar» los rendimientos a través del apalancamiento del balance, participar en transacciones adquisitivas que pueden ayudarles a recibir pagos sobre el crecimiento de los beneficios por acción (una métrica de incentivo que realmente odiamos) o, en algunos casos, invertir bajo el supuesto de que el capital es “gratuito” siempre y cuando se perciba como una historia de crecimiento.

Nuestro proceso de inversión favorece a las compañías que generan un retorno sobre el capital operativo empleado (ROCE) elevado, no apalancado y sostenible. Naturalmente, desconfiamos de las compañías que dependen excesivamente del apalancamiento financiero. Para los inversores en renta variable a largo plazo como nosotros, la deuda representa un riesgo asimétrico. Cuando la oferta de crédito es abundante, el equipo directivo no se preocupa por los plazos de pago de los bonos, pues, para ellos, se trata simplemente de un ejercicio de refinanciación. Sin embargo, cuando las perturbaciones exógenas limitan la disponibilidad de crédito, el efectivo vuelve a ser el rey y, en el peor de los casos, los años de acumulación del crecimiento de los beneficios pueden revertirse mediante la exigencia de reembolsos de deuda que reduce el valor de las acciones a cero. Para nosotros, esto parece un riesgo demasiado alto para los pocos puntos porcentuales de rentabilidad adicional que podría generar el apalancamiento. Pasamos mucho tiempo pensando en minimizar la participación durante correcciones de mercado.

De hecho, a medida que el mundo corporativo se adapta a tipos de interés globales más elevados, creemos que esta solidez del balance se convertirá en un factor diferenciador para la resiliencia de los beneficios y los negocios de nuestras compañías. El impacto de primer orden es sencillo: los niveles más bajos de deuda hoy implican un menor lastre sobre los beneficios cuando esa deuda se refinancia a tipos más altos. Sin embargo, también creemos que nuestras compañías están mejor posicionadas para utilizar la resiliencia de sus balances a fin de mejorar sus perspectivas a largo plazo. Como argumentó anteriormente nuestro compañero Marcus Watson en otro análisis, en última instancia, poder invertir en tiempos difíciles debería mejorar las posiciones competitivas, aumentar la sostenibilidad del ROCE e impulsar el crecimiento constante y predecible que buscamos.

Algunas de nuestras compañías se encuentran en una posición envidiable en la que sus clientes, a través del transcurso normal de los negocios, les «prestan» regularmente grandes cantidades de fondos sin exigirles ningún rendimiento. Este «efectivo flotante» generalmente proviene de saldos de transacciones que pueden tener una duración contractual muy corta, pero que en conjunto suelen ser muy rígidos. Es probable que estas compañías sufran un viento de cola para los beneficios al invertirse los fondos de los clientes a tipos más elevados «sin riesgo».

Por ejemplo, el gran proveedor estadounidense de software de nóminas que poseemos se beneficia de una brecha de solo unos días entre el envío de fondos por parte de los clientes y la recepción de los salarios por parte de los empleados. En total, la compañía tuvo saldos de fondos de clientes promedio de 32.500 millones de USD en el último ejercicio fiscal, y es probable que su rendimiento del 1,4% sobre esos fondos aumente con la tendencia al alza de los tipos a corto plazo en Estados Unidos.2

En otros casos, no existe una necesidad comercial de que los clientes confíen fondos a una compañía, sino que simplemente eligen hacerlo por conveniencia. Por ejemplo, tenemos en cartera al proveedor de billetera electrónica más grande del mundo occidental, que generalmente tiene más de 30.000 millones de USD en cuentas de clientes en su plataforma,4 principalmente para ayudar a financiar compras futuras. Si bien estos fondos se pueden retirar en cualquier momento, mientras esta solución de billetera electrónica siga siendo una forma cómoda para que los consumidores paguen sus compras en línea, es razonable esperar que estos saldos se mantengan, lo que permitirá que la compañía reciba rentas por intereses mediante la reinversión de esos fondos en instrumentos de renta fija relativamente seguros (como deuda pública estadounidense).

A medida que los mayores tipos de interés se abren camino en la economía, es probable que desaparezca parte del comportamiento que fue facilitado por la deuda barata. Es probable que la burbuja en el mercado global de la vivienda desaparezca al enfrentarse los consumidores a costes hipotecarios más altos. También es probable que veamos menos anuncios de un nuevos y brillantes negocios de entrega de alimentos, por ejemplo, a medida que los inversores reevalúen el coste de oportunidad del capital que se requiere para ejercer un efecto disruptivo en un nuevo mercado. Sin embargo, conforme se vuelva más difícil diseñar el crecimiento a través de la deuda, creemos que el valor relativo de los negocios que puedan crecer orgánicamente de manera constante solo debería aumentar. Como hemos argumentado anteriormente, la resiliencia de los beneficios no importa en épocas buenas; es cuando las cosas se complican cuando realmente merece la pena contar con una combinación de ingresos recurrentes (que protegen los resultados brutos) y capacidad para fijar precios (que protegen los márgenes).

 

Qué deben hacer los AMs en Latinoamérica para salir beneficiados del desafío que se viene

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Luis Martin
. Luis Martin

Después de 15 años trabajando en la industria de AM en Latinoamérica, el gerente regional para América Latina, Luis Martín del Campo, en Temenos Multifonds, líder global en soluciones para Operación de Inversiones, reconoce abiertamente que la gestión de activos en la región tiene aún un largo camino por recorrer. Y es que la industria del AM comenzó muchos años antes en países más desarrollados. “Latinoamérica está una década atrás de Asia y quizás dos décadas atrás de Europa y Norteamérica”, asevera Martín del Campo, reconociendo lo provocador de su argumento, que contrasta con el optimismo habitual que suele haber sobre la región.

Apenas a finales de 2019, un reporte publicado por PWC, citado por el mismo Martín del Campo, estimaba que los AUM en América Latina podrían duplicarse hacia 2025, desde sus niveles de 2018, para rebasar la marca de los 5 billones de USD. La realidad ha sido diferente. Según el más reciente informe Global Asset Management 2021 de Boston Consulting Group (BCG), América Latina fue la región más rezagada de todo el mundo, con un crecimiento en AUM de apenas 9% entre 2019 y 2020, detrás de regiones emergentes como África y Oriente Medio, e incluso detrás de regiones más maduras como Norteamérica, que lograron tasas de crecimiento en torno al 12%, en el mismo periodo.

En contraste, la economía latinoamericana está en franca recuperación. Según S&P Global, el crecimiento promedio en las seis economías más grandes de América Latina será de 5.9% en 2021, luego de una contracción del 6.9% en 2020. Además, en su revisión semestral de las administradoras de fondos de pensiones mexicanas, la agencia crediticia Moody’s indicó que el incremento de los activos bajo gestión superó con creces la tasa de crecimiento anual compuesto de 12% exhibida por el sistema durante los últimos cinco años, por lo que debemos reconocer los claroscuros que presentan una industria y una región tan diversas como la gestión de activos en América Latina.

Transformación Operativa

Respaldándose en los citados informes de PWC y BCG, principalmente, Martín del Campo señala que la transformación operativa desempeñará un papel clave al facilitar la aparición y consolidación de nuevos Asset Classes en el mercado y dictará quiénes serán los líderes de la industria en los próximos años, o incluso, quiénes sobrevivirán y quiénes no. “Latinoamérica puede tener ciertas ventajas, si es que capitaliza en esta oportunidad de intensificar su transformación operativa y de converger aceleradamente hacia Europa, Norteamérica y Asia”.  

De acuerdo a Martín del Campo, los mayores AM que solemos ver en Latinoamérica forman parte de algún grupo financiero local o internacional. “Lo que había permitido que no fuera necesario para éstos hacer más eficientes sus procesos operativos, toda vez que se apalancaban de los largos brazos de distribución y reconocimiento de marca de sus matrices”. Sin embargo, afirma que los AM latinoamericanos deben aprender del modelo europeo si desean subsistir. “Hay muchos procesos que en Latinoamérica todavía se hacen de forma manual, muchos datos que tienen que ser validados por el ojo humano y procesos que tienen que ser capturados por manos humanas”, sostiene. 

Según el experto, este es el panorama operativo de Latinoamérica, y es algo que había resultado suficiente, pero que, dadas las nuevas presiones regulatorias, la sofisticación del inversionista, la competencia internacional, y la compresión de los márgenes de utilidad en la industria, es necesario cambiar. Martín del Campo señala que, en 2020, mientras la industria global creció tanto en términos de AUM como de ingresos absolutos, los márgenes operativos han permanecido estancados alrededor de 1/3 de los ingresos netos, ¡aun cuando la industria logró una reducción en sus costos operativos! “¿Cómo se explica esta aparente paradoja? La única explicación que se me ocurre, es que las comisiones por gestión, como proporción de los AUM, están cayendo a una velocidad mayor a la que la industria está logrando reducir sus costos operativos. ¡Es literalmente una presa que está siendo perseguida por un depredador más veloz! la única salida es dejar de correr y cambiar de estrategia. La industria de AM latinoamericana está en una encrucijada en la que tiene que abrazar la transformación operativa. No sólo para mantenerse rentable, sino para poder moverse hacia el futuro, y sobrevivir”, remarca Martín del Campo. 

Estar preparado

¿Y qué es moverse hacia el futuro? Ofrecer al inversionista Asset Classes más lucrativas para el AM y a la vez más rentables para el inversionista: Activos Alternativos como Private Equity, Real Estate, Private Debt y Hedge Funds, o estrategias pasivas, como ETFs. En palabras de Martín del Campo “Hoy por hoy, la industria global de AM cuenta con $103 billones de dólares en activos bajo gestión, de los cuales, ya el 15% son alternativos, y se estima que su participación ascenderá a 16% para 2025. Aunque este aumento suene modesto, lo más relevante es que, con sólo el 15% de participación en la masa de AUM globales, los activos alternativos representaron en 2020, el 42% de los ingresos globales de la industria. Y lo que es aún más importante: se espera que esta proporción llegue, en 2025, al 46%. ¡Casi la mitad de los ingresos, siendo sólo el 16% de los AUM! Esto demuestra el poder estratégico de esta clase de activos: es el camino amarillo para los AM que quieran moverse hacia el futuro. Pero es un camino estrecho, y hay que ser de los primeros en tomarlo con decisión para recibir sus beneficios”, afirma.

“Seguramente habrá Asset Managers que me contraargumenten que las estrategias Centrales Activas (Active Core) como fondos de acciones de alta capitalización (large-cap equity), fondos de deuda local, o de mercado de dinero (money market), han crecido igual o más que los alternativos, o incluso que estrategias Especializadas tan relevantes para América Latina como acciones o deuda de mercados emergentes, sobrepasaron en 2020 su ritmo de crecimiento histórico, en términos de AUM. Mi respuesta para ellos: ¡Cierto! Y cierto también que estas estrategias –Centrales Activas y Especializadas– representan, en su conjunto, la mitad de esos $103 billones de dólares en activos bajo gestión globales. Desafortunadamente, la rentabilidad para ellos de estas estrategias está estancada y, de acuerdo con BCG, se espera que sean las estrategias más rezagadas de todas, tanto en crecimiento de AUM como de ingresos por gestión, a medida que los inversionistas les dan la espalda, para favorecer estrategias Pasivas o Activos Alternativos”, señala  el experto.

Para ilustrar este último punto, Martín del Campo resalta que las estrategias pasivas, que son mucho más costo-eficientes de operar, y más asequibles para el inversionista. “Han pasado de representar el 9% de los productos de inversión en 2003, al 21% en 2020, medidos en AUM, hasta tener una proyección esperada del 25% en 2025”, explica el experto. 

Además agrega que dicha tendencia es en parte resultado de dos factores: la competencia natural en una industria cada vez más abierta y globalizada, por un lado, y los esfuerzos de los reguladores por fomentar un mercado cada vez más transparente y un inversionista cada vez mejor informado, esto sí prácticamente sin excepción en cada uno de los mayores mercados de Latinoamérica. 

Como ejemplo del primero de estos factores, Martín del Campo cita la presencia cada vez más activa y profunda de AM extranjeros entre los inversionistas institucionales más representativos de la región: los fondos de pensiones obligatorios, es decir las AFOREs y AFPs. 

Desde diciembre de 2019, justo en la edición no. 21 de Funds Society aparece un reportaje interesantísimo sobre la entrada de gestoras internacionales a participar de la asignación de activos de las AFOREs en México, ahora vía vehículos más ágiles como los fondos mutuos, situación que se viene profundizando en otros mercados importantes como Chile desde hace ya más tiempo, y que abre avenidas importantes hacia el mercado menudista, “todo lo cual es muy positivo y muy bienvenido”, acota el experto. Como ejemplo del segundo factor, Martin del campo señala directrices regulatorias como el Decreto Ordinario 1242 del año 2013, del Ministerio de Finanzas colombiano; la Norma General 365 de mayo 2014, de la SVS (ahora Comisión del Mercado Financiero), regulador en Chile; la Ley de Fondos de Inversión, promulgada en México en junio de 2014; y la instrucción 555 de diciembre 2014, de la CVM, regulador en Brasil. 

En resumen, hay presiones por todos lados. De un lado, la regulación está empoderando al inversionista, para que cada vez haya más transparencia; del otro, el crecimiento de estrategias más atractivas como las Alternativas y Pasivas; y la entrada de nuevos participantes en la industria, hacen que el inversionista tenga cada vez más información y más opciones, lo que lo hace cada vez más sofisticado y más exigente, “todo lo cual –una vez más– es muy positivo para la industria, pero a la vez representa un desafío para los AM que no estén ya muy avanzados en un proceso de adaptación”.

¿Y cómo van los AM en Latinoamérica en este proceso de adaptación?

Martín del Campo comenta que ha hablado con algunos que le confirman que están viendo crecer de manera exponencial la demanda de Activos Alternativos en su base de clientes, tanto institucionales como individuos, lo que ha supuesto una tremenda presión en su modelo operativo actual. 

“Antes, cuando eran un par de fondos de Private Equity, para algunas docenas de clientes, manejar 20 o 30 llamadas de capital al mes, se podía hacer con procesos manuales, rellenando hojas de cálculo, enviando correos, o formatos en papel, etc. Pero, cuando ya hay docenas de fondos y centenas de clientes, es prácticamente imposible seguir manejando esta clase de activos con los procesos y herramientas tradicionales. Puedes tener un gran riesgo operativo, como generar quebrantos para un cliente por falta de consistencia en los datos; ya me ha tocado ver a AMs que han tenido que pagar millones de dólares para resarcir pérdidas a sus inversionistas, generadas por error”, sostiene. 

¿La estrategia para sortear esto? Según Martín del Campo, el AM debe saber posicionarse con inteligencia y arrojo, y ser un pez más robusto, para capturar más clientes y más activos bajo gestión. “Se debe entender muy bien las estructuras de costos y de rentabilidad, entender muy bien cuáles son los productos, las Asset Clases que hoy están generando una mayor rentabilidad e intentar ir hacía esas clases”, explica. “Quienes no lo logren, serán absorbidos por esos peces más robustos, en un proceso de consolidación y racionalización que es tan común ver en industrias sometidas a un rápido proceso de disrupción y adaptación, provocado por tendencias fortísimas, como tendencias tecnológicas, demográficas o regulatorias”, detalla.

ETF Latinoamericanos y activos alternativos

Como se mencionaba anteriormente, la industria Latinoamericana debería moverse hacia una mayor inversión en Activos Alternativos y Pasivos, y Martín del Campo asegura que hay algo de movimiento en ese sentido, ya hay algo de crecimiento de ETF en Latinoamérica, que es un buen paso, pero se podría hacer más al respecto. 

“Son pocos los AM con los que he hablado en Latinoamérica que están trabajando activamente en crear ETF propios. Muchos de ellos pueden distribuir ETF de un tercero, donde este tercero normalmente es extranjero. No hay realmente una industria de ETF latinoamericana y debería existir. En Colombia e incluso El Caribe, veo algunos esfuerzos de creación de ETF latinoamericanos y en México también. Esto no es fácil, se necesita saber cómo hacerlo y una infraestructura tecnológica adecuada, porque la carga operativa de gestionar un ETF es pesada”, indica. 

Respecto a los activos alternativos, Martín del Campo detalla que su adopción ha sido lenta, en parte porque el mismo público inversionista no ha estado tan abierto sobre todo del lado menudista, porque no conocen mucho aún esta clase de activos. En ese sentido, señala que hace falta también mucha labor de educación y promoción de parte de los AM hacia el inversionista individual.

¿Y qué nos queda para el futuro? El experto ve una convergencia con Asia y Europa, pero a su propio ritmo. “En Latinoamérica podemos hacer un salto cuántico en algunos temas como la educación del inversionista y el ofrecimiento de activos alternativos a través de alianzas estratégicas con especialistas en cada una de las sub-Asset Classes alternativas. Acá veo que podemos tener ciertas ventajas, si capitalizamos. Es decir, que Latinoamérica acelere su transformación operativa y apalanque sus fortalezas y diferenciadores y converge”, menciona.

“No se trata de hacer un cambio radical en la estructura y la esencia de todos y cada uno de los AM en Latinoamérica, para convertirse todos en managers Alternativos y/o Pasivos, cada uno de ellos tiene su esencia, su diferenciador, y su lugar bien ganado dentro del espectro de posicionamiento por estrategia, tamaño, o nicho, por ejemplo; y cada uno de ellos agrega valor desde su posición al ecosistema y a la industria”, señala

Lo que Martín del Campo propone es adaptar sus modelos operativos para que, desde su muy bien ganado lugar en el mercado, puedan ofrecer a sus clientes estrategias más rentables para ambas partes, sin perder su esencia y diferenciadores, a través de uno de los 3 modelos que sobrevivirán, según BCG “…pero esos te los cuento en una siguiente entrevista”, concluye sonriente Martín del Campo.

 

BlackRock amplía su gama sostenible con dos fondos sobre acción climática

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Pixabay CC0 Public Domain. BlackRock amplía su gama sostenible con dos fondos activos sobre acción climática

BlackRock ha anunciado el lanzamiento de dos nuevas estrategias de gestión activa centradas en la acción climática, el BGF Climate Action Multi-Asset Fund y el BGF Climate Action Equity Fund. Según explica la gestora, ambos fondos aprovechan su amplia experiencia en inversión sostenible de gestión activa con el objetivo de generar un impacto medioambiental positivo.

La gestora sostiene que a medida que los inversores tratan de alinear sus valores climáticos con sus objetivos de inversión, buscan identificar oportunidades con el potencial de superar a los mercados tradicionales mediante la incorporación de catalizadores financieros relacionados con el clima y conocimientos sostenibles en sus estrategias de inversión. Como reflejo de esta tendencia, BlackRock ha creado una amplia y creciente gama de fondos y estrategias sostenibles de gestión activa, en todas las clases de activos, para ayudar a los inversores a perseguir sus objetivos sostenibles concretos.

Su último lanzamiento lo componen dos nuevos fondos dentro de su gama activa sostenible en EMEA, el BGF Climate Action Multi-Asset Fund y el BGF Climate Action Equity Fund, que proporcionan a los inversores acceso a los principales temas climáticos y que se espera que permitan, y/o se beneficien, de la transición hacia una economía de cero emisiones netas de carbono. Ambos fondos integran criterios ESG en sus procesos de inversión y están clasificados bajo el artículo 9 del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles de la UE (SFDR, por sus siglas en inglés).

Según destaca la gestora, el BGF Climate Action Multi-Asset Fund es uno de los primeros de su clase en adoptar un enfoque multiactivo para invertir en emisores que se esfuerzan por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a través de una cartera diversificada de acciones, renta fija y activos alternativos en áreas como la energía limpia, la eficiencia de los recursos, la nutrición sostenible, la biodiversidad y el transporte limpio.

Su objetivo es obtener una puntuación de intensidad de emisiones de carbono inferior a la de su índice de referencia -el MSCI All Country World Index (65%) y el Bloomberg Barclays Global Aggregate Bond Index (35%)- y pretende incorporar una tasa de descarbonización interanual.
Además, el fondo combina la investigación macrotemática y la capacidad de asignación de activos del equipo de estrategias diversificadas de BlackRock Multi-Asset Strategies and Solutions (MASS) con la capacidad de selección de valores de los especialistas en renta variable y renta fija, lo que permite crear una cartera con conciencia climática sin comprometer los objetivos financieros.

“Los inversores buscan cada vez más alinear sus prioridades climáticas con sus objetivos de inversión, un equilibrio que puede resultar muy complejo y que crea potencialmente desafíos a muchos niveles. Para ello, un enfoque multiactivo puede aprovechar una amplia gama de estrategias relacionadas con el clima para buscar las oportunidades de inversión más atractivas -y gestionar los riesgos- que presenta el cambio climático. De este modo, pretende proporcionar un viaje de inversión más fluido a través de la diversificación y la gestión prudente del riesgo”, señala Rupert Harrison, gestor de estrategias multiactivas de BlackRock.

Respecto al BGF Climate Action Equity Fund, la gestora explica que se centra en descubrir a los ganadores estructurales disruptivos a largo plazo que impulsan la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo su segmento de mercado. El fondo invierte en empresas que aportan soluciones para la mitigación del cambio climático y/o la adaptación al mismo, o en negocios cuyas propuestas están en proceso de hacerse más resilientes a los riesgos a largo plazo que presentan el cambio climático y el agotamiento de los recursos. En este sentido, la estrategia ofrece acceso a los principales temas relacionados con el clima en múltiples sectores, como la energía limpia, el transporte limpio, la alimentación sostenible y la eficiencia de los recursos, en un universo de unos 1.000 valores.

Según indica Tom Holl, gestor de renta variable Fundamental de BlackRock, “el fondo se centra en las emisiones de gases de efecto invernadero en su origen, invirtiendo globalmente en los sectores que están mitigando las causas más importantes de las emisiones de CO2, como la generación de energía, los combustibles para el transporte, la agricultura y los procesos industriales y los residuos. A medida que se acelera el paso hacia un futuro más ecológico, vemos que hay muchas empresas capaces de facilitar la transición a una economía con menos emisiones de gases de efecto invernadero, así como de beneficiarse de ella. El enfoque de inversión de la estrategia aprovecha los amplios conocimientos temáticos de BlackRock con el objetivo de satisfacer las expectativas de rentabilidad de los inversores preocupados por la sostenibilidad”.

Schroders incorpora a Tim Goodman como responsable de Gobierno Corporativo

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Foto cedidaTim Goodman, nuevo responsable de Gobierno Corporativo de Schroders.. Schroders incorpora a Tim Goodman como responsable de Gobierno Corporativo

Schroders ha anunciado el nombramiento de Tim Goodman para el cargo de responsable de Gobierno Corporativo. Según señala la gestora, Goodman se centrará en seguir desarrollando el compromiso y el uso del derecho de voto de Schroders en materia de gobierno corporativo a nivel global.

Tim Goodman cuenta con 29 años de experiencia en los ámbitos de medioambiente, sostenibilidad y gobernanza (ESG), así como en el de inversores responsables y organizaciones empresariales en general. Desde la gestora comentan que se incorporará a la oficina central de Schroders en Londres.

A raíz de este nombramiento Kimberley Lewis, responsable de Propiedad Activa, ha declarado: “Tim es un profesional con amplia experiencia y muy respetado en los sectores de la sostenibilidad, la inversión responsable y la gestión empresarial, tanto en Reino Unido como en Norteamérica. Estamos encantados de contar con él para impulsar nuestro compromiso activo con las empresas en las que invertimos a través del diálogo, el compromiso y la votación en las juntas generales anuales”.

Antes de incorporarse a Schroders, trabajó durante 14 años en Federated Hermes, recientemente como director de engagement, centrado en los sectores de energía, tecnología, bienes de consumo y comercio minorista. Previamente desarrolló su carrera profesional en el sector de los seguros y ocupó varios puestos de alta dirección antes de convertirse en secretario ejecutivo de la compañía británica Domestic & General Group.

Goodman es miembro del Institute of Chartered Secretaries and Administrators, habiendo sido reconocido por esta institución con el premio al mejor rendimiento general. También ha sido miembro del consejo asesor de gobierno corporativo del US Council of Institutional Investors y ex presidente del comité de gobierno corporativo de la Quoted Companies Alliance de Reino Unido, donde fue coautor de varias publicaciones.