Foto cedidaRebecca Wu, Managing Director y responsable de Asia en el equipo de Relación con Inversores en AltamarCAM.
AltamarCAM Partners ha incorporado a su equipo a Rebecca Wu como Managing Director y responsable de Asia en el equipo de Relación con Inversores. Con más de 18 años de experiencia en banca de inversión y mercados privados en Hong Kong y Londres, Wu se incorpora a la firma con el objetivo de aportar su conocimiento y experiencia internacional en la captación de fondos para diversas clases de activos y estrategias.
Antes de incorporarse a AltamarCAM, Rebecca era responsable del mercado asiático en Landmark Partners, contribuyendo significativamente al levantamiento de fondos en la región en activos como private equity, real estate y secundarios para infraestructuras, participando a su vez en el desarrollo de productos y en la identificación de oportunidades de inversión. Landmark Partners forma parte de Ares Management desde 2021. La trayectoria profesional anterior de Rebecca también incluye puestos en banca de inversión en JPMorgan y HSBC, así como en la distribución de fondos de activos privados de ámbito global en MVision Private Equity Advisers y relación con inversores internacionales en Kerogen Capital.
“Estamos encantados de dar la bienvenida a Rebecca a nuestro equipo en este momento de expansión internacional de la firma. Su amplia experiencia aportará valor a nuestros inversores asiáticos existentes, y su red de contactos en Asia nos permitirá desarrollar nuevas relaciones en la región”, ha afirmado Pilar Junco, Co-Chief Client Officer de AltamarCAM Partners.
Por su parte, José Luis Molina, CEO de AltamarCAM Partners, ha añadido: “Ante el creciente interés de los inversores asiáticos por los mercados privados, estamos bien posicionados para fortalecer nuestro papel como proveedor global, líder en soluciones innovadoras. El nombramiento de Rebecca responde a nuestra intención de aprovechar las oportunidades de crecimiento en el dinámico mercado asiático”.
En relación con su incorporación a AltamarCAM, Rebecca Wu ha declarado: “El apetito de los inversores asiáticos por los activos privados está provocando un cambio radical en el mapa de captación de fondos en todo el mundo, debido a sus necesidades específicas y a que cada vez juegan un papel más destacado. Estoy encantada de unirme a AltamarCAM y contribuir a la expansión internacional de la firma. AltamarCAM goza de una excelente reputación y concede mucho valor al establecimiento de relaciones a largo plazo con sus inversores. Estoy deseando trabajar con el equipo, aprovechando mi experiencia local y las capacidades globales de la firma para reforzar así nuestra presencia en Asia”.
Rebecca es licenciada en Ciencias por la NYU Stern School of Business, donde se graduó cum laude con una especialización en finanzas y contabilidad. Rebecca ha vivido y trabajado en China, Estados Unidos, Reino Unido, Hong Kong y Singapur y habla chino, inglés y español.
A medida que se acerca 2024, los inversores institucionales tienen mucho de qué preocuparse: desde los tipos de interés de los bancos centrales, a la ralentización del gasto de los consumidores y si las rentabilidades cumplirán las expectativas. Sin embargo, según los resultados de una nueva encuesta publicada hoy por Natixis Investment Managers (Natixis IM), los inversores institucionales ven en los malos actores geopolíticos la mayor amenaza económica.
Natixis IM encuestó a 500 inversores institucionales que gestionan en conjunto 23,2 billones de dólares en activos de pensiones públicas y privadas, aseguradoras, fundaciones, dotaciones y fondos soberanos de todo el mundo. La principal conclusión de la encuesta es que los inversores institucionales sitúan a los malos actores geopolíticos como el principal riesgo económico en 2024, por encima de los tipos altos y la inflación.
Junto con la preocupación por la amenaza económica que suponen los malos actores geopolíticos (49% global), la encuesta reveló que los inversores institucionales también están preocupados por la ralentización del gasto de los consumidores (48%), y el 51% cree que la recesión será inevitable en 2024. A pesar de ello, muy pocos, solo un 8%, creen que sus carteras son a prueba de recesión. Sin embargo, no todo es pesimismo, ya que el número de los que no prevén una recesión el año que viene se ha más que duplicado, pasando del 15% en 2022 al 37% en 2023.
Del mismo modo, las instituciones siguen divididas en cuanto a las perspectivas de inflación de cara a 2024, ya que el 40% cree que la inflación se mantendrá en niveles elevados, mientras que el 40% prevé nuevas reducciones. Las preocupaciones en torno a la política de tipos de interés persisten, y un error en la política del banco central (42%) ocupa el tercer lugar en su lista de preocupaciones. El 60% de las instituciones financieras está de acuerdo en que la nueva normalidad es una inflación más alta y aproximadamente el mismo porcentaje (61%) también espera que los tipos se mantengan altos durante más tiempo.
Sobre estos resultados, Sophie del Campo, responsable de distribución del Sur de Europa, Latam y US Offshore de Natixis Investment Managers, señala que los inversores institucionales han tenido mucho trabajo este año y el sentimiento muestra que 2024 sigue estando lleno de incertidumbres, ya que los tipos de interés más altos durante más tiempo y la inflación siguen siendo los principales riesgos de cartera para los inversores.
“Sin embargo, aunque hay muchas cuestiones macroeconómicas que considerar, muchas de ellas se están anticipando y teniendo en cuenta en los planes de inversión. Son los acontecimientos imprevistos espoleados por los malos actores políticos los que causan las mayores preocupaciones. Para hacer frente a la multitud de vientos en contra, los inversores están respaldando sus asignaciones activas, lo que se traduce en que pocos están reduciendo su tasa de interés prevista para 2024, y las expectativas de rentabilidad a largo plazo se mantienen sólidamente en el 8% de media”, señala Sophie del Campo.
Los alcistas pueden esconderse a plena vista
Según la gestora, la incertidumbre del panorama económico influye mucho en las perspectivas de mercado de los inversores institucionales para 2024. Así, el 59% prevé mayores niveles de volatilidad en los mercados de renta variable, mientras que el 39% ve un repunte similar en la volatilidad de la renta fija, con la preocupación de que la ralentización del crecimiento unida a la subida de los tipos provoque un aumento de los impagos empresariales (76%).
En general, las previsiones de mercado para 2024 muestran que los inversores institucionales son alcistas en sólo tres clases de activos: el mercado de renta fija (69% global vs 85% en España), la deuda privada (64%) y private equity (60%). Mientras que las opiniones sobre el mercado bursátil se dividen entre alcistas (46%) y bajistas (54%), los inversores institucionales coinciden mayoritariamente en que la tecnología (52%) y las grandes capitalizaciones seguirán obteniendo mejores resultados (61%).
IA: ¿buen impulso a la productividad o amenaza existencial?
Todo esto llega también al final de un año marcado por la disrupción tecnológica, con el protagonismo de la inteligencia artificial. Los inversores institucionales encuentran tanto ventajas como inconvenientes en la rápida progresión de la tecnología. A más de dos tercios (66%) les preocupa que la IA pueda crear agitación geopolítica, pero el75% cree que la IA desbloqueará oportunidades de inversión que de otro modo serían indetectables. Cuando se les preguntó qué película de ciencia ficción reflejaba mejor su punto de vista sobre la IA, la mitad de los inversores la compararon con la película Moneyball, creyendo que la IA no es más que una herramienta que analiza datos para encontrar oportunidades ocultas.
En general, las instituciones financieras ven el auge de la IA como una oportunidad de inversión: la mitad de los encuestados cree que será mayor de lo que fue Internet, y sólo el 34% está preocupado por una burbuja de IA. Sin embargo, al 38% le sigue preocupando que la IA pueda suponer una amenaza existencial para la civilización tal y como la conocemos.
Activos privados
Los activos privados siguen siendo una de las principales opciones de asignación alternativa para los inversores institucionales, ya que dos tercios (66%) afirman que sigue existiendo una diferencia significativa entre los activos privados y los públicos. Sin embargo, tras una larga racha de inversiones privadas, el 59% de los inversores institucionales afirma que la popularidad de los activos privados está dificultando la búsqueda de operaciones.
Según explican desde la gestora, teniendo esto en cuenta, los equipos están incorporando más salvaguardias a su estrategia y el 72% afirma haber intensificado su diligencia debida para responder a las preocupaciones en torno a la calidad de las operaciones. Además, la normativa está influyendo en las opiniones sobre los activos privados. Más de la mitad de los encuestados (53%) a escala mundial afirma que el exceso de regulación de los mercados privados los está haciendo menos atractivos. Sin embargo, según sus planes para 2024, parece que se trata de flexibilizar las asignaciones futuras en lugar de reducir lo que ya poseen.
“Los activos privados cada vez cobran más importancia para los inversores españoles, pero aún hay margen de recorrido. La encuesta revela que los activos alternativos representan en promedio el 10% de las asignaciones en cartera, frente al 15% global. No obstante, hay datos que apuntalan su progresivo interés. Un entorno de incertidumbre elevada como el actual puede ser el apropiado para estos activos, con capacidad para generar alpha, pero siempre bajo la guía de un experto conocedor del mercado”, añade la responsable de distribución del Sur de Europa, Latam y US Offshore de Natixis Investment Managers.
Por último, las asignaciones institucionales a inversiones gestionadas activamente parecen estar fijadas a largo plazo. En la actualidad, dos tercios de los activos institucionales están asignados a estrategias activas, lo que no supone ningún cambio con respecto a 2022. De cara al futuro, hay pocas variaciones con respecto al plan, ya que las instituciones prevén tener un 66% invertido en activos durante los próximos tres años.
Según muestra la encuesta, la estrategia funcionó bien en 2023, ya que el 66% de los inversores institucionales declararon que las inversiones activas de sus carteras superaron a sus inversiones pasivas. Es más, casi seis de cada diez (59%) creen que la popularidad de las inversiones pasivas aumenta el riesgo sistemático.
Anunciado en junio de 2022, Evergreen Infrastructure es un fondo de capital de infraestructuras básico y abierto que se centra en invertir en negocios en Europa y Norteamérica alineados con los temas de la transición energética y la seguridad energética. Ahora, el fondo da un paso más y se ha asociado con inversores institucionales europeos.
El fondo ha conseguido casi 1.000 millones de dólares en compromisos de clientes de socios fundadores europeos. El fondo ya ha comenzado a comprometer capital y ha firmado la documentación definitiva para adquirir, sujeta a las condiciones de cierre habituales, una plataforma solar y de baterías comercial e industrial (C&I) estadounidense bien posicionada para la transición energética.
Según destacan desde BlackRock, su objetivo es ofrecer a los inversores un rendimiento en efectivo constante a largo plazo y una rentabilidad sólida vinculada a la inflación, totalmente contratada, invirtiendo en una cartera de empresas de infraestructuras básicas diversificadas por zonas geográficas y sectores. Además de la transición energética y la seguridad energética, el fondo también se centrará en sectores temáticos como el transporte, la infraestructura digital y la economía circular.
Su estructura abierta permite al fondo ser un socio a largo plazo para las empresas de infraestructuras que buscan financiación para apoyar su evolución y crecimiento a través de la transición energética que durará décadas. Según indican desde la gestora, trabajará con las empresas de su cartera para ayudarles a poner en marcha actividades de descarbonización y realizar un seguimiento activo, evaluar e informar sobre los progresos realizados a lo largo del tiempo. Además, realizará un seguimiento de los Indicadores Clave de Rendimiento de Alineación de la Temperatura, que ayudarán al equipo de gestión de la cartera a alinear el Fondo, de forma agregada, con un escenario de aumento de la temperatura de 1,5 °C.
“Estamos encantados de haber completado el primer cierre de Evergreen Infrastructure. En el cambiante panorama energético actual, las empresas buscan capital que las acompañe en la adaptación de sus negocios y en el acelerado cambio a largo plazo hacia una economía con menos emisiones de carbono. La perspectiva de futuro de Evergreen, su enfoque asociativo y su concentración en negocios y activos básicos están diseñados para ayudar a los inversores a capitalizar estas dinámicas, al tiempo que apoyan el crecimiento sostenible de infraestructuras esenciales”, ha indicado Anne Valentine Andrews, directora Global de Infraestructuras y Bienes Raíces de BlackRock.
Los compromisos fundamentales con Evergreen Infrastructure proceden de varios inversores institucionales europeos como parte del programa de Socios Fundadores Europeos del Fondo. Entre ellos figuran Intesa Sanpaolo S.p.A., el mayor banco de Italia, e Inarcassa, el régimen de pensiones del primer pilar para ingenieros y arquitectos italianos. Europa Occidental, incluida Italia, es una región clave para el Fondo, con un 50-60% de la cartera total que se espera asignar a la región. «Estamos muy satisfechos de formar parte de un proyecto que subraya la importancia actual de desarrollar infraestructuras de vanguardia con un fuerte enfoque en la transición energética y la sostenibilidad», ha comentado Flavio Gianetti, director ejecutivo de Fusiones y Adquisiciones y Participaciones del Grupo en Intesa Sanpaolo.
Desde BlackRock indican que Evergreen Infrastructure ya ha comenzado a comprometer capital en nombre de sus inversores, que están preparados para beneficiarse de la exposición a una avanzada cartera de atractivas oportunidades de inversión en Europa y Norteamérica. Por ejemplo, el fondo ha firmado la documentación definitiva para la adquisición, sujeta a las condiciones de cierre habituales, de Lighthouse, una plataforma estadounidense de energía solar para clientes e inversores y almacenamiento en baterías con una cartera operativa que abarca seis estados de EE.UU. y que aprovecha la creciente demanda de energía renovable distribuida, respaldada por la Ley de Reducción de la Inflación de EE.UU., recientemente promulgada.
Bloomberg ha anunciado el lanzamiento de nuevos índices de renta fija con enfoque verde, que pretenden aumentar la ponderación de los bonos ecológicos en algunos de los índices insignia de Bloomberg, como el Global Aggregate, el Treasury y el Corporate Indices.
Según explica la compañía, los índices “inclinados” incorporan la investigación de los equipos de datos ESG y de renta fija de Bloomberg y ofrecen a los inversionistas la oportunidad de incorporar y aumentar la exposición a productos sostenibles, manteniendo al mismo tiempo características similares del índice de referencia principal. “La rentabilidad en lo que va de año del Bloomberg Global Aggregate 20% Green Bond Index es un 0.75% superior a la del índice de referencia principal, el Bloomberg Global Aggregate Index, lo que demuestra la oportunidad de obtener rentabilidades adicionales para los inversionistas con un interés por la inversión enfocada a la sostenibilidad”, explican. Con esta ampliación, los clientes tienen más opciones para aumentar su participación en los bonos verdes, al tiempo que mantienen la exposición a la renta fija que esperan de los índices insignia.
“Las ventas de bonos verdes han alcanzado máximos históricos este año, con un aumento de más del 10% en comparación con los volúmenes del mismo periodo del año pasado, mientras que el mercado de deuda sostenible más amplio se ha disparado hasta alcanzar los 7 billones de dólares históricamente, y Bloomberg Indices ha seguido de cerca esta tendencia creciente para proporcionar a los inversionistas una miríada de formas de introducir y referenciar este mercado en sus carteras”, ha señalado Jonathan Gardiner, Product Manager para Sustainable Indices de Bloomberg Index Services Limited.
Bloomberg ha desarrollado estos nuevos índices verdes “inclinados” con una base más amplia, al mismo tiempo que ha reforzado su conjunto de Índices Globales Agregados de Bonos Verdes, Sociales y de Sostenibilidad para incluir más de 70 índices de referencia, con un amplio catálogo de plazos de vencimiento y sectores, incluyendo, pero sin limitarse a, empresas, tesorería y gobierno.
El reciente lanzamiento incluye los siguientes índices, entre otros: Bloomberg Global Aggregate 20% Green Bond Index; Bloomberg Global Corporate 20% Green Bond Index; Bloomberg Global Treasury 20% Green Bond Index; Bloomberg Global Aggregate 3x Green Bond Tilted Index; Bloomberg Global Corporate 3x Green Bond Tilted Index; Bloomberg Global Treasury 3x Green Bond Tilted Index.
Desde Bloomberg añaden que los índices pueden personalizarse aún más para satisfacer las necesidades específicas de los inversionistas individuales utilizando campos adicionales como exclusiones de participación empresarial, entradas de la Taxonomía de la UE, pantallas reguladoras e incluso ponderaciones sectoriales personalizadas, entre otros. Por ejemplo, se ha concedido la licencia del Bloomberg Euro Treasury Green Bond Tilted Index personalizado a Amundi, el mayor proveedor de ETF (Exchenge-Traded Fund, por sus siglas en inglés) con sede en Europa, para el lanzamiento de un innovador ETF UCITS en Europa.
Bloomberg ofrece un enfoque independiente y transparente de la indexación a clientes de todo el mundo.
“Los clientes de la Terminal de Bloomberg pueden acceder a los índices en {IN <GO>} y las hojas de datos relevantes, la metodología y la investigación de los nuevos índices están disponibles en la página de publicaciones de Bloomberg ESG & Climate Indices”, concluyen.
Wikimedia CommonsJerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos
Durante el mes de octubre, los mercados de renta variable global siguieron bajo presión por tercer mes consecutivo; el índice S&P 500 corrigió un -2,1%1 (USD), el índice MSCI Europe (EUR) cayó un -3,6%1 y el índice MSCI Japan (JPY) cayó un -3,1%1. Los mercados emergentes también se mantuvieron en territorio negativo y el índice MSCI EM (USD) corrigió un -3,9%1. La rentabilidad por sectores fue en general negativa y solo el índice MSCI ACWI Utilities (USD) obtuvo una rentabilidad ligeramente positiva. La tir del bono del Tesoro estadounidense a 10 años alcanzó el 5% en la cotización intradía durante octubre, su nivel más alto desde julio de 2007. Esta evolución probablemente responde a una confluencia de posicionamiento, aspectos técnicos y la aceptación de los inversores de unos tipos más altos durante más tiempo. La tir de los valores del Tesoro estadounidense a 10 años cerró el mes en el 4,91%2, 30 pb más alta que a finales de septiembre. La volatilidad de la renta variable, medida por el VIX, aumentó bruscamente al subir la tir del bono del Tesoro estadounidense a 10 años, pero cayó a 18,1 puntos2 para final de mes.
Como era de esperar, la Reserva Federal dejó sin cambios los tipos de interés en su reunión del 1 de noviembre. Dicho esto, creemos que el mercado sigue infravalorando los riesgos ligados a otra subida de tipos en diciembre. Los niveles del mercado reflejan un escenario en el que la Reserva Federal mantiene los tipos de interés hasta mediados de 2024 para luego empezar a bajarlos. Sin embargo, los mercados ya se han equivocado en el pasado y si, tal y como sospecha el equipo, hay otra subida en diciembre, las valoraciones tendrán que ajustarse de nuevo.
¿Por qué creemos que estamos ante una subida de tipos más? El problema está relacionado con los datos más fuertes de lo esperado de las últimas semanas, y la Reserva Federal puede estar perdiendo la paciencia. La Fed indicó en septiembre que sería paciente, para así dar tiempo a que las subidas de tipos anteriores tuvieran impacto sobre la economía.
Sin embargo, la economía de EE. UU. creció más rápido de lo esperado, con un PIB del 4.9%3 en el tercer trimestre (frente al 4.5% previsto), impulsado por el fuerte gasto de los consumidores. Esto ha sucedido a pesar del aumento de los tipos de interés, las persistentes presiones inflacionarias, las tensiones geopolíticas y otros obstáculos a nivel nacional e internacional. El aumento del PIB marcó la mayor subida desde el cuarto trimestre de 2021. El mercado laboral de EE. UU. continúa sólido, con las nóminas no agrícolas del mes de septiembre superando con creces las expectativas y el índice de precios al consumo (IPC) de EE. UU. de septiembre también siendo más alto de lo previsto. Con todo esto en mente, creemos que las posibilidades de otra subida de tipos en la reunión de diciembre deberían ser más altas, y quizás más cercanas al 50/50 tal y como está la situación económica actual, es decir, unas posibilidades más altas que las que reflejan las valoraciones actuales.
Se redujo el riesgo en todas las carteras, en vista del aumento de la volatilidad, para asegurarnos de que sigan alineadas con sus objetivos de volatilidad. Creemos que, al acercarse las tires de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años al 5%, es una buena oportunidad para reducir la infraponderación en duración por primera vez este año. El ‘bear steepening’ de la curva de tipos ha sometido a presión a las valoraciones de los activos de riesgo, con la consiguiente corrección de la renta variable. Las compañías de mayor calidad evolucionaron relativamente mejor. A pesar del aumento de las tires, el dólar estadounidense no fue capaz de beneficiarse de esta subida en la misma medida que en septiembre. Los diferenciales de los tipos a corto plazo entre Estados Unidos y otros mercados desarrollados se mantuvieron estables y el posicionamiento largo en el dólar estadounidense aumentó considerablemente. Dada esta situación, realizamos los siguientes cambios tácticos en octubre:
Recortamos nuestra infraponderación en renta variable de pequeña capitalización estadounidense y reasignamos la exposición a renta variable estadounidense. El alto apalancamiento y la baja rentabilidad han pesado sobre la rentabilidad de la renta variable de pequeña capitalización, y esta clase de activos es ahora más sensible a los tipos. Hasta que haya más certeza de que 1) los tipos han alcanzado su máximo o 2) quede muy claro que se ha evitado la recesión, no solo que se ha aplazado, consideramos que esta clase de activos podría seguir obteniendo rentabilidades relativas negativas.
Ampliamos la sobreponderación en renta variable del sector energético europeo dados sus atractivos fundamentales y la posibilidad de que esta clase de activos sirva de cobertura frente al riesgo geopolítico.
Al acercarse las tires de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años al 5%, pensamos que es una buena oportunidad para reducir la infraponderación en duración. Procedimos pasando de una posición neutral a una sobreponderación en valores del Tesoro estadounidense. También redujimos la infraponderación en bonos alemanes y en deuda pública francesa.
Pasamos de una posición neutral a una sobreponderación en bonos del Tesoro en EE. UU., pues, tras el reciente aumento del ‘term premium’ y después de que los inversores hayan descartado ya buena parte de las bajas de los tipos de la Reserva Federal para 2024 y 2025, las expectativas se ajustan en este momento más a nuestra visión de unos tipos en EE. UU. más altos durante más tiempo. Esto implica que el Tesoro estadounidense debería ser una mejor cobertura frente a los activos de riesgo en el futuro. Tal evolución también ha contribuido a reducir nuestra infraponderación en duración.
Pasamos de una infraponderación a una posición neutral en deuda pública ‘core’ de la Unión Europea, pues es de esperar que las tendencias desinflacionarias se aceleren en la UE en los próximos trimestres, con la posibilidad de sorpresas a la baja.
Pasamos de una infraponderación a una posición neutral en deuda pública británica dado que los riesgos para el crecimiento y los derivados de la inflación tienen dos caras; dejando así un perfil de riesgo ligeramente asimétrico para la perspectiva de los tipos que ya no justifica una infraponderación.
Pasamos de una sobreponderación a posición neutral en deuda soberana de mercados emergentes en moneda local en vista de las diferencias entre la política monetaria de la esfera desarrollada y la emergente. Las tires de los bonos a 10 años de los mercados emergentes han caído con fuerza en comparación con la esfera desarrollada y el diferencial entre ambos es muy estrecho en términos históricos.
Tribuna de Jim Caron, director de inversiones del Portfolio Solutions Group, en Morgan Stanley Investment Management.
1 Bloomberg, rentabilidades de 1 mes, en moneda local salvo que se indique otra cosa, a 31 de octubre de 2023. 2 Bloomberg, a 31 de octubre de 2023. 3 Oficina de Análisis Económico, 26 de octubre de 2023.
*La diversificación no elimina el riesgo de pérdidas.
Javier Milei asumió la Presidencia de Argentina y comenzó su discurso con la impronta de su promesa principal de campaña: el ajuste fiscal como la única opción que tiene el país para superar su crisis económica. Sin embargo, desde su equipo dicen que no se esperan anuncios para este lunes.
«La única opción posible es el ajuste, un ajuste ordenado y que caiga con toda su fuerza sobre el Estado y no sobre el sector privado», dijo el presidente durante su discurso en las escalinatas del Congreso legislativo en Buenos Aires, luego de haber prestado juramento como mandatario.
Ante una multitud de seguidores, el nuevo presidente dijo que para superar el 40% de pobreza y la inflación anual, que está en tres cifras, la única opción es una política de shock. Milei admitió que el ajuste repercutirá en el empleo y en la población en general, pero aseguró que luego «la situación comenzará a mejorar». Con este contexto y tras su discurso, se espera que el mercado siga atento a las primeras definiciones económicas, que podrían demorarse en llegar, informó el periódico Clarín.
“Los anuncios, que se esperaban para el lunes a primera hora, se demorarían y toda la atención de los inversores está puesta en la apertura del mercado cambiario”, publicó el periódico local. Los analistas esperan que el tipo de cambio oficial mayorista, que el jueves cerró en 364,41, con una brecha de casi el 150% con el dólar irregular (más conocido como dólar blue) no se devalúe al abrir los mercados.
El nuevo equipo económico, con Luis Caputo a la cabeza del Ministerio, no haría anuncios este lunes. Así lo dijo el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien declaró a última hora de la tarde del domingo al canal C5N que tiene entendido que este lunes «no habrá anuncios de Luis Caputo». Además dijo que «tampoco tengo que hacer anuncios para que abran los mercados. En tal caso los hará quien los tenga que hacer. Todavía no terminamos de definir el día”.
La primera reunión de gabinete de ministros está agendada para las 8.30, hora local (6.30 ET), según la prensa local.
A pesar de no haber tenido demasiado efecto sobre la sesión del martes, el resultado de la encuesta JOLTs de octubreda argumentos a la tesis de aterrizaje suave y también a aquellos inversores que anticipan que Jerome Powell dará oficialmente por concluido este ciclo de tensionamiento en política monetaria en su reunión del próximo día 13.
La cifra de vacantes de octubre en el informe JOLTs se desplomó hasta los 8,73 millones de puestos, por debajo de los 9,35 millones de septiembre, y muy lejos de la previsión de consenso de los economistas, de 9,3 millones. Por industrias, las ofertas de empleo disminuyeron en sanidad y asistencia social (-236.000), banca y seguros (-168.000) y en el sector de propiedad residencial (-49.000). Con 8,7 millones, los puestos de trabajo pendientes de ser cubiertos siguen estando por encima de la media (7,1 millones) registrada en los dos años anteriores a la pandemia. De esta forma, a primera vista, la conclusión bien podría ser la de un mercado de trabajo que aún se mantiene excesivamente activo para los intereses de los miembros de la Fed.
Para los optimistas, combinar la caída intermensual en el indicador de vacantes con el indicador de bajas voluntarias (con una cifra de personas que renunciaron a sus puestos de trabajo estable del 2,3% en octubre, en línea con la media observada en 2018 y 2019) y con un incremento en despidos de solo el 1%, ofrece una lectura muy favorable, trasladando una sensación de vuelta a la normalidad.
En la misma línea, la encuesta de ISM (servicios) de noviembre se recuperó hasta 52,7, frente al 51,8 de octubre y por encima de la previsión de 52,3 que manejaba el mercado. El subíndice de nuevos pedidos se mantuvo sin cambios respecto al mes anterior (55), mientras que el de empleo subió 0,5 puntos, a la vez que el de precios retrocedió un 0,3%.
La interpretación de estas publicaciones es consistente con un entorno que ya no es inflacionario, pero que tampoco señala una recesión inminente.
Gana enteros así la tesis de una Fed que debería cerrar definitivamente la puerta a cualquier conversación sobre nuevas subidas de tipos y que revise algo la mediana de los puntos del dots map a la baja. Sin embargo,la relajación en índices de condiciones financieras y los casi seis recortes en tipos que ya descuenta la curva para 2024 siguen pareciendo excesivos incluso después de las buenas noticias de esta semana. Si la cifra de nóminas del viernes y la del IPC de la próxima semana (12/12) agradan tanto como la encuesta JOLTs, podría dispararse el porcentaje asignado al inicio de un ciclo de recortes a partir de marzo de 2024 (69% a la hora de escribir esta columna). Además, podría darle un empuje adicional a las cotizaciones en un contexto estacionalmente favorable a los bolsistas. Más adelante, la realidad de una economía al ralentí y sus implicaciones para la tasa de crecimiento en beneficios por acción debería acabar pesando más.
Mirando algo más allá de lo que tan solo dos datos macro pueden significar, la situación del mercado laboral, que guarda la clave de cuál será el próximo escenario para descontar por los inversores, se encuentra en una encrucijada. Si se consolida la idea de normalización en el contexto de desinflación, la reciente correlación entre precios de bono y de bolsa podría mantenerse, aupando las cotizaciones de ambos activos. Sin embargo, de la misma manera, no haría falta un deterioro mucho más profundo en las condiciones laborales para despertar nuevamente al fantasma de la recesión, dando continuidad a la ciclotimia en la que se han movido los inversores los últimos meses.
Ese equilibrio es, en este momento, bastante precario. El cambio en peticiones de subsidio de desempleo ya está en una zona que históricamente ha precedido o coincidido con un crecimiento negativo en el PIB (ver gráfica). Y la regla de Sahm, a la que hemos hecho mención en otras entregas, está ya en 0,33 y acercándose peligrosamente al umbral (0,5), que en el pasado ha antecedido de forma infalible a todas las recesiones desde 1950. Por su parte, el dato de nóminas privadas ADP solo sumó 103.000 empleos en noviembre, por debajo de la previsión de 130.000 revisando a la baja (de 113.000 a 106.000) del mes anterior. El dato de 103.000 se desglosa en +117.000 de servicios y -14.000 de bienes.
Los comentarios recogidos en la encuesta («Los restaurantes y los hoteles fueron los mayores creadores de empleo durante la recuperación posterior a la pandemia. Pero ese impulso ha quedado atrás, y la vuelta a la normalidad en el ocio y la hostelería sugiere que la economía en su conjunto verá un crecimiento más moderado de la contratación y los salarios en 2024») coinciden en el tono, más negativo, con los volcados por Jonathan Gray (presidente de Blackstone) en la conferencia de Goldman Sachs: «(La economía) se asemeja a una obra en cuatro actos. El primer acto fue un enorme estímulo en respuesta a la pandemia, tanto monetario como fiscal. El segundo acto fue un aumento de la inflación como resultado del estímulo. El tercer acto fue la aparición de los bancos centrales diciendo ‘tenemos que contener esto, vamos a subir los tipos agresivamente y reducir nuestros balances’. Y el cuarto acto es que la economía lo nota y se ralentiza».
Si, efectivamente, las muestras de desaceleración en el crecimiento se van haciendo más evidentes (y aunque los casi seis recortes en tipos que descuenta la curva en Estados Unidos parecen demasiado fuera del ámbito de una recesión), la dialéctica de la Fed cambiará, la curva irá ganando pendiente (pero por el lado corto) y el dólar tendrá menos soporte y perderá valor respecto a otras divisas.
Este es, aparentemente, el cuadro que está pintando el mercado al empujar la cotización del oro e intentar romper una resistencia que se ha mostrado infranqueable durante años.
El dólar es, sin duda, uno de los factores que mejor explica el comportamiento histórico del metal amarillo, pero otro con un peso igual de relevante lo encontramos en los tipos reales. La correlación entre el precio del oro y los tipos ajustados a inflación ha sido muy alta coincidiendo con la época de políticas de tipos cero o negativos (ZIRP, NIRP) y la aplicación de herramientas no convencionales en el ámbito de la política monetaria (expansión cuantitativa, por ejemplo), pero recientemente se ha roto.
Aunque no soy partidario de justificar estos cambios en relaciones históricamente asentadas con el trillado “esta vez es distinto”, en esta ocasión los inversores pueden estar descontando por un lado la presión a la que pronto pueden verse sometidos los banqueros centrales para relajar con rapidez y contundencia la tensión en sus políticas monetarias y, por otro, el efecto de las sanciones financieras desplegadas sobre Rusia y cómo estas pueden haber hecho cambiar las preferencias en composición de las reservas monetarias de países en riesgo de recibirlas.
No obstante, y a pesar del valor que el oro pueda ofrecernos en el medio plazo como activo diversificador en un contexto de riesgos geopolíticos claramente al alza, la foto técnica sugiere cautela en el corto plazo. El intento de superar los niveles de 2.080 – 2.100 que comenzaron con la apertura de la sesión en Asia y que se vio facilitado por unos volúmenes que, por horarios, eran todavía muy bajos, acabó fracasando. Esto generó de paso una potente señal bajista en las gráficas de velas muy similar a la registrada en marzo de 2022 y que dio lugar a una caída del 22% desde entonces hasta septiembre.
De hecho, en base a datos de Bloomberg, si estudiamos todos los episodios en los últimos 30 años en los que el precio del oro (XAU) a) subió al menos un 5% con respecto a la sesión anterior, b) hubo marcos máximos de sesión al menos un 2% por encima del cierre del día anterior y c) el máximo superó al del día anterior y el cierre fue por debajo, la conclusión es que la señal bajista de la que hablamos en el párrafo anterior ha de ser tomada muy en serio. Como vemos en la tabla, en situaciones similares, la rentabilidad media acumulada un mes después para compradores del metal precioso ha sido de -4,9%. Es posible que la dicotomía entre tipos reales y el precio de la onza de oro acabe cerrando con la corrección en los primeros que ya está descontada en los precios.
En cualquier caso, y sea cual sea la perspectiva que tienen cada uno de ustedes respecto al oro, la apuesta más atractiva para aquellos que quieran estar largos es optar por las mineras.
BBVA Suiza ha firmado un acuerdo de colaboración con la empresa de blockchain Metaco para alojar su servicio de custodia de activos digitales, pionero en Europa, en la plataforma Harmonize™. Según explican, con este acuerdo, el banco inaugura una nueva etapa en su estrategia cripto caracterizada por los máximos estándares de seguridad y una mayor agilidad en las transacciones.
Además, la entidad reconoce que abre la puerta a que BBVA amplíe en el futuro la gama de servicios para responder a las necesidades de sus clientes institucionales. En 2021, BBVA en Suiza fue pionero entre los grandes bancos de la Eurozona en implantar un servicio de compraventa y custodia de bitcoin, que posteriormente amplió a ether, ofreciendo así a los inversores interesados la posibilidad de operar de manera directa con los dos criptoactivos más importantes del mercado.
Ahora, el banco ha migrado el servicio de custodia a la plataforma Harmonize™ de Metaco, que ofrece mayor agilidad operacional, máxima seguridad y la capacidad de conectarse a otras blockchain además de bitcoin y ethereum, lo que permitirá a BBVA continuar ampliando a nuevos servicios para sus clientes institucionales.
“En este entorno, la validación de las transacciones es más ágil y los criptoactivos se custodian siguiendo los máximos estándares de seguridad exigidos por los reguladores. En los próximos meses, pasarán a estar alojados en una ‘cold wallet’, una billetera digital que no está conectada a internet ni a ninguna red y se custodia en un lugar físico con fuertes medidas de seguridad, lo que añadirá una capa extra de seguridad al impedir completamente el acceso por parte de terceros”, explican desde la entidad bancaria.
Adicionalmente, operar en Harmonize™ abre la puerta a que BBVA pueda ofrecer nuevos servicios en el futuro, como compraventa de otros criptoactivos además de bitcoin y ether, o tokenización de activos tradicionales, es decir, representarlos en blockchain para eficientar su gestión con una mayor trazabilidad, seguridad y transparencia.
Todas estas capacidades permitirán a BBVA responder a las necesidades de sus clientes de banca privada y de sus clientes institucionales, como gestoras de fondos y grandes compañías, que necesitan explorar nuevas oportunidades de negocio y de intercambio de valor en el entorno digital, y operar con agilidad, eficiencia y siguiendo los máximos requerimientos de seguridad.
Metaco es una empresa suiza de tecnología empresarial especializada en soluciones de infraestructura para activos digitales, que se ha convertido en un estándar institucional de servicios blockchain para entidades financieras y corporaciones de todo el mundo. Su plataforma Harmonize™ es una de las más utilizadas a nivel internacional para alojar criptomonedas, emitir activos tokenizados, gestionar smart contracts y conectar a las organizaciones con el universo de las finanzas descentralizadas. La plataforma se integra plenamente como un servicio Software as a Service (SaaS) en la plataforma de criptomonedas y sistema bancario de Avaloq, que garantiza el cumplimiento con los más altos requerimientos regulatorios en materia de seguridad y privacidad.
“Nuestra asociación con Metaco, que se integra plenamente con nuestra infraestructura actual de Avaloq, nos permite mantenernos a la cabeza del mercado, ofreciendo la plataforma más robusta conforme a la normativa”, ha destacado Alfonso Gómez, CEO de BBVA Suiza.
Por su parte, Adrien Treccani, fundador y consejero delegado de Metaco, ha añadido: “Metaco y BBVA Suiza tienen una larga historia de colaboración y estamos orgullosos de ampliar nuestra alianza a nuevas cotas, lo que posibilita ofertas comerciales de activos digitales reconocidas, que se ajustan a las necesidades exclusivas de particulares e instituciones”.
Mirova, la filial de Natixis Investment Managers dedicada a las finanzas sostenibles, ha anunciado el lanzamiento del proyecto Mirova Sustainable Land Fund 2, basándose en la experiencia pionera del Fondo LDN. Se trata de su segunda estrategia dedicada a la gestión sostenible de la tierra, que aspira a recaudar 350 millones de euros de organismos públicos e inversores institucionales. Según indican, con este lanzamiento la gestora sigue acelerando el crecimiento de su plataforma de capital natural.
El fondo tendrá como objetivo apoyar la transición y la descarbonización de las cadenas de valor agrícolas y forestales, con vistas a generar ganancias financieras e impacto positivo en términos de adaptación y mitigación del cambio climático, preservación de la biodiversidad e inclusión social, en particular para las mujeres en los países emergentes. El fondo apoyará la agrosilvicultura, la silvicultura sostenible y la agricultura regenerativa en los países en desarrollo, al tiempo que se preservan y restauran tanto la naturaleza como el clima.
La segunda generación del fondo MSLF2 se estructurará como un vehículo de financiación mixta, combinando capital público y privado: el compromiso de los fondos públicos tiene como objetivo reducir el riesgo y fomentar la inversión de los inversores privados para movilizar más capital para la gestión sostenible de la tierra y la preservación del capital natural. MSLF2 funcionará de la misma manera que LDN –principalmente mediante la financiación de deuda–, aprovechando al mismo tiempo la sólida experiencia técnica de su equipo de casi 20 personas y sus relaciones privilegiadas con actores del ámbito de la protección y restauración de la naturaleza.
“Aprovechando el éxito del fondo LDN, que está llegando al final de su despliegue, nos enorgullece anunciar los planes para lanzar nuestro fondo de segunda generación dedicado a la gestión sostenible de la tierra. MSLF2 se ofrecerá a organismos públicos e inversores institucionales deseosos de combinar el rendimiento financiero a largo plazo con la transición de las cadenas de valor agrícola y forestal. Encaja perfectamente con el objetivo estratégico de Mirova de aumentar sus inversiones en activos privados, y en particular en capital natural, a través de nuestra plataforma especializada”, ha señalado Anne-Laurence Roucher, directora general adjunta de Mirova, responsable de Capital Privado y Capital Natural.
En este sentido, Gautier Quéru, responsable de Capital Natural, ha añadido: “En un marco normativo internacional que está alentando a las empresas y a los inversores a tener más en cuenta su impacto sobre el clima y la naturaleza, este nuevo fondo dedicado a la restauración y protección de los ecosistemas terrestres debería permitir a los inversores adoptar la ya fuerte tendencia dirigida a transformar las cadenas de valor más dependientes de la naturaleza, al tiempo que se apunta a una rentabilidad financiera aprovechando la experiencia demostrada de Mirova en este ámbito”.
Despliegue del fondo LDN
Por otra parte, la gestora ha anunciado el despliegue final del fondo Land Degradation Neutrality (LDN). Según explica la gestora, el despliegue del fondo Land Degradation Neutrality (LDN) a través de estas tres últimas inversiones. Promovido junto con la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), el LDN Fund dedicado a la restauración de tierras degradadas, creado en 2017 como un vehículo de financiación mixta, ha recaudado 208 millones de dólares de destacadas instituciones públicas e inversores privados. Estas nuevas inversiones elevan la cartera del LDN Fund a un total de 13 proyectos de gestión sostenible de la tierra en América Latina, África y Asia, en cadenas de suministro tan diversas como el café, el cacao, la madera, los frutos secos, la fruta fresca, los ingredientes para la industria farmacéutica y pagos por servicios para el ecosistema.
A la luz de la victoria electoral de Javier Milei, analizamos una de sus promesas electorales originales de dolarizar la economía argentina. Aunque la divisa estadounidense proporcionaría un elemento de credibilidad, Argentina no cumple las condiciones clásicas para estar en la misma zona monetaria que Estados Unidos. Dada su falta de reservas internacionales y sus grandes pasivos monetarios, una rápida dolarización sería muy difícil. La consolidación y la disciplina fiscales, así como la flexibilidad estructural, serían claves para el éxito de un régimen dolarizado. La experiencia de Ecuador no augura nada bueno para Argentina.
La victoria electoral de Javier Milei en Argentina ha suscitado un renovado interés por el dólar, ya que fue una de las promesas electorales iniciales del presidente electo. (Se retractó un poco antes de la votación final, diciendo que podría no ser factible a corto plazo). No sería la primera vez que Argentina recurre a una paridad con una de las divisas duras. Tampoco es el único país latinoamericano que se ha planteado la dolarización. Otros tres países de la región han adoptado el dólar estadounidense como moneda de curso legal: Ecuador, El Salvador y Panamá.
Una vinculación dura o hard peg ofrece estabilidad dada la credibilidad de la divisa ancla. En principio, hay dos tipos de países que considerarían renunciar a su política monetaria y cambiaria independiente. En primer lugar, pequeñas economías abiertas que consideran que el beneficio (como un mayor comercio) supera su capacidad de dirigir la política monetaria. Y segundo, países que han sufrido una crisis de credibilidad (crisis monetaria o hiperinflación). Han optado por un hard peg o por utilizar el dólar estadounidense como mecanismo de compromiso.
La teoría de la zona monetaria óptima ofrece también las condiciones clásicas para una vinculación dura (o dolarización). Una zona monetaria funciona mejor con movilidad de capital y mano de obra en toda la zona y flexibilidad de precios y salarios. El país de la paridad y el país de la moneda principal deben compartir ciclos económicos parecidos y hacer frente a problemáticas similares, ya que el país de la paridad depende del banco central del otro país para que su política monetaria suavice el ciclo económico. El sistema se apoya en un mecanismo de distribución del riesgo entre los participantes, como la redistribución fiscal o el comercio.
La eurozona es un buen ejemplo de zona monetaria común. Los miembros de la eurozona están integrados con movilidad de capital y mano de obra, al menos desde el punto de vista jurídico. Sin embargo, sin una unión fiscal y poca flexibilidad salarial, los tipos de cambio reales de algunos países de la eurozona se sobrevaloraron. Experimentaron presiones en la balanza de pagos que culminaron en la crisis del euro en 2010-12.
Está claro que la mayoría de los países latinoamericanos cumplen poco o nada de estas condiciones para estar en un área monetaria con EE UU. Argentina no es un país muy abierto (ratio exportaciones/PIB del 14% en 2019) y su mercado laboral no es muy flexible (peor que la media latinoamericana en el rigor de la protección del empleo). Es el país que más comercia con Brasil y China, y EE.UU. ocupa el tercer lugar tanto en exportaciones como en importaciones.
Más allá de la pérdida de su capacidad para tener una política monetaria y cambiaria independiente, la dolarización implica también la pérdida de la capacidad del país para ser prestamista de última instancia del sistema financiero. El gobierno también perderá los ingresos procedentes del señoreaje, que es la diferencia entre los intereses devengados por los títulos que adquiere el banco central a cambio del dinero que «imprime».
Argentina mantuvo un sistema de convertibilidad con el dólar estadounidense entre 1991 y 2001 bajo la regla de convertibilidad (un peso por un dólar). Es lo más parecido a la dolarización sin utilizar el dólar. Se introdujo después de que Argentina sufriera hiperinflación y dificultades financieras en la década de 1980. Ayudó a reducir la inflación y a estabilizar la economía hasta cierto punto. Sin embargo, sin la flexibilidad necesaria en otros sectores de la economía, como los salarios, el peso en términos reales se sobrevaloró con el tiempo, la deuda externa aumentó y el crecimiento se ralentizó (Gráfico 1). Una vez que cesaron las entradas de capital, en gran parte debido a la devaluación de Brasil en 1999, Argentina se enfrentó a importantes presiones sobre su balanza de pagos y tuvo que abandonar la convertibilidad 1:1 del peso en dólares estadounidenses en 2001, tras una retirada masiva de depósitos bancarios. La crisis también provocó el impago de su deuda soberana.
Ecuador adoptó el dólar estadounidense en un intento de poner fin a su crisis monetaria y bancaria en 2000. En medio de una retirada de fondos bancarios, una gran depreciación de la divisa local y la hiperinflación, la legislación de dolarización pretendía estabilizar la economía. Las reservas de divisas del banco central se asignaron primero a respaldar las monedas y los depósitos de reserva de los bancos, y luego a todos los demás pasivos. El tipo de conversión entre el dólar estadounidense y la moneda local (25.000 sucres por 1 dólar estadounidense) rondaba el tipo de cambio del mercado en diciembre de 1999.
En Ecuador, la dolarización contribuyó a aumentar la confianza en el sistema bancario y a mejorar la intermediación financiera tras la crisis. Los depósitos volvieron al sistema bancario y el apoyo público a la dolarización fue fuerte. Un acuerdo posterior con el FMI para un préstamo contingente, aprobado en abril de 2000, también contribuyó a aumentar la confianza. Sin embargo, con el tiempo, el gobierno ecuatoriano no fue capaz de mantener la disciplina fiscal necesaria. Empezó a gastar demasiado y recurrió a la financiación del banco central. El resultado fue una creciente vulnerabilidad de la balanza de pagos, una elevada deuda pública y un tipo de cambio real sobrevalorado. Estos problemas se agravaron cuando se vieron afectados por crisis externas (precio del petróleo, COVID).
Argentina ya se encuentra hoy en esa situación: tiene una senda fiscal insostenible, un tipo de cambio sobrevalorado y una balanza de pagos muy vulnerable. La inflación ha aumentado rápidamente, mientras que el peso argentino oficial (ARS) se ha debilitado más lentamente. Como resultado, el tipo de cambio real se ha apreciado bruscamente desde 2022 (Gráfico 1). El ARS oficial se gestiona con diversas herramientas de control de capitales. La estimación del FMI de la sobrevaloración del tipo de cambio real se sitúa entre el 15% y el 20%. Y el mercado paralelo ofrece un tipo de cambio no oficial hasta un 150% más débil que el oficial.
En la práctica, sería factible dolarizar la economía argentina, pero sólo con un tipo de cambio mucho más débil. El presidente electo tendría que aprobar una ley en el Congreso, lo que ya podría suponer un reto. El gobierno tendría que respaldar todos los pasivos monetarios con sus reservas actuales de dólares estadounidenses. Dado que sus reservas son muy bajas (las reservas internacionales netas se sitúan en 3.000 millones de dólares a finales de 2023 según el FMI), una dolarización inmediata implicaría un tipo de conversión débil para cubrir todos los pasivos. Un tipo de conversión demasiado débil no es deseable, ya que podría crear una elevada inflación en el periodo de transición. Pero con sólo 20.000 millones de dólares de reservas brutas, no es posible cubrir toda la base monetaria (8,6 billones de pesos) al tipo de cambio oficial actual de alrededor de 350 (Gráfico 2).
Es posible, sin embargo, a un tipo un 20% más bajo. Sin embargo, se necesitaría un tipo mucho más bajo para cubrir totalmente otros pasivos del banco central (títulos del BCRA) de unos 26 billones de pesos y todos los demás depósitos bancarios. Además, Argentina sigue necesitando dólares estadounidenses para el pago de la deuda externa. En conclusión, será muy difícil implementar hoy una dolarización rápida en Argentina dada la falta de reservas internacionales y los grandes pasivos monetarios.
Como ha demostrado el caso de Ecuador, la disciplina fiscal es una de las claves para mantener un sistema dolarizado viable. Es una buena noticia que las reformas fiscales y el fin de la financiación del banco central ocupen un lugar destacado en la agenda del presidente electo de Argentina. Unas normas fiscales más creíbles y medidas para flexibilizar los mercados de productos y de trabajo serían importantes para mantener la dolarización durante más tiempo.
Tribuna de Mali Chivakul, economista de mercados emergentes en J. Safra Sarasin Sustainable AM.