Foto: Chris Isherwood. Legg Mason, en conversaciones para comprar el 80% de Clarion Partners LLC
La gestora global de inversión Legg Mason estaría en conversaciones exclusivas para comprar una participación mayoritaria en la firma de inversión en activos inmobiliarios Clarion Partners LLC. Según la información publicada por Bloomberg, el acuerdo podría estar valorado en unos 850 millones de dólares. Se podría llegar a finalizar la operación en menos de un mes.
Clarion Partners, firma basada en Nueva York que se dedica a la inversión en oficinas y en edificios comerciale, tiene cerca de 38.000 millones en activos bajo gestión, según la información publicada en su página web.
Bajo los términos discutidos, Legg Mason estaría comprando el 80% de la firma a Lightyear Capital, mientras que el equipo directivo de Clarion Partners, liderado por Stephen Furnary, CEO y presidente del consejo de la firma, mantendría el 20% restante.
El pasado noviembre, Reuters había anunciado que Lightyear Capital, firma especializada en private equity, estaba buscando vender su participación en Clarion Partners. En ese momento la cifra que se barajaba era de 800 millones de dólares.
En 2011, Lightyear Capital habría ayudado al equipo directivo de Clarion Partners a comprar su participación a su anterior socio, el grupo holandés de servicios financieros ING Groep NV. Cuando la operación fue finalizada, el precio y la estructura de distribución de la propiedad no fueron revelados.
Por el momento, ninguna de las tres partes implicadas: Legg Mason, Lightyear Capital y Clarion Partners, han hecho ninguna declaración al respecto.
Foto: Carlecs79, Flickr, Creative Commons. Santander UK vuelve al negocio de asesoramiento en inversiones
Después de tres años sin realizar servicios de asesoramiento, Santander UK se encuentra entre los bancos británicos que han decidido volver al mercado de asesoramiento sobre inversiones en un entorno algo más propicio.
A finales de 2012, Santander decidía suspender temporalmente su servicio de asesoramiento financiero a clientes en el Reino Unido para adaptarse de mejor manera a RDR, que entró en vigor a principios de 2013. Entre otros requisitos, la normativa imponía que los asesores tengan un nivel mínimo de formación académica, equivalente a un primer curso de universidad, y en Santander decidieron ofrecer a sus empleados una formación adicional durante este periodo.
Además, la RDR se diseñó para aclarar las comisiones entre las ventas de productos y el asesoramiento, prohibiendo las retrocesiones, por lo que el servicio de asesoramiento a minoristas resultaba caro y en algunos casos inviable. En ese entorno, también hubo presiones y no faltaron multas por ventas fraudulentas y consejos inadecuados ocurridas en el sector. Ahora, tras tres años de adaptación a la nueva normativa, algunas entidades están volviendo al negocio.
Según informa el diario Expansión, el banco ha reanudado el asesoramiento a clientes en sus sucursales, en un entorno algo más propicio. Así, la Autoridad de Conducta Financiera ha descartado un estudio sobre el asesoramiento minorista en materia de inversiones y los incentivos para vender productos. También ha optado por no tomar acciones legales contra HSBC por las acusaciones de evasión fiscal en su banco privado suizo el año pasado.
Santander prevé disponer de una plantilla de 225 asesores en todo el país a finales de marzo.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Maria Grazia Montagnari. El mundo sigue siendo un lugar mayoritariamente feliz: el 66% de la población mundial se siente feliz con sus vidas
WIN/Gallup International, firma global dedicada a la investigación de mercado y encuestas, publicó la edición número 39 de su Encuesta de Final de Año, documento que explora la visión, expectativas, y creenciasde 66.040 personas en 68 países alrededor del mundo. A continuación, un resumen de los resultados más reveladores:
El 66% de la población mundial dice sentirse feliz con su modo de vida, un retroceso con respecto al 70% de 2014. Un 23% no se siente ni feliz, ni desdichado; y un 10% se siente infeliz en sus vidas
La felicidad neta global (felicidad menos infelicidad), se sitúa en un 56%
Colombia es el país más feliz del mundo, con un 85% de felicidad neta, seguido de Islas Fiji, Arabia Saudí, Azerbaiyán, y Vietnam, mientras que Iraq es el país más infeliz del mundo por segundo año consecutivo con un -12% de felicidad neta
A nivel global, el 45% de la población es optimista sobre las perspectivas económicas de 2016, mientras que un 22% es pesimista y el 28% piensa que la economía permanecerá con las mismas condiciones
El país más optimista en términos de prosperidad económica en 2016 es Nigeria, con un 61% de optimismo neto, seguido de Bangladesh, China y Vietnam. En el lado opuesto, se sitúa Grecia como el país más pesimista, con un -65 de optimismo neto
Poco más de una de cada dos personas (un 54%), cree que 2016 será mejor que 2015, un 16% piensa que será peor y un 24% cree que será igual a 2015
Bangladesh, China, Nigeria, Fiji y Marruecos son las naciones con más esperanza, mientras que Italia es el país con menos ilusión
Foto: Latin America For Less. Daniel Dancourt y Francisco Dianderas: dos nuevos socios para HMC Capital en Latinoamérica
En la última reunión regional de HMC Capital en América Latina, Daniel Dancourt y Francisco Dianderas fueron promocionados a socios de la firma especializada en inversión y asesoría financiera.
Daniel Dancourt ha liderado el desarrollo de HMC Asset Management, cerrando en 2015 su primer fondo institucional en Perú. Este fondo está dedicado a la inversión en bonos high yield y gestionado por un equipo experimentado de profesionales financieros. El fondo cuenta con inversiones de fondos de pensiones locales y el IFC como mayores accionistas, llegando a los 100 millones de dólares en activos bajo gestión.
Daniel Dancourt es licenciado por la Universidad del Pacífico de Perú y posee un MBA de la Universidad de Columbia. Antes de unirse a HMC Capital, fue jefe de inversiones de la AFP Integra, uno de los mayores fondos de pensiones en Perú con unos 13.000 millones de dólares en activos.
Por su parte, Francisco Dianderas, también estaba implicado en el negocio de gestión de carteras de HMC Capital, donde ejercía como jefe de operaciones. Antes de unirse a la firma, fue gerente de operaciones en Larraín Vial SAFI, y analista de Conasev, ente regulador peruano. Francisco Dianderas es economista con un máster en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Ricardo Morales, socio y co-fundador de HMC Capital, describió a los dos nuevos socios como “enormes activos y fuente de talento para la firma, que construirán fuertes relaciones a largo plazo con los clientes, desarrollarán productos innovadores para las necesidades de los inversores en Latinoamérica y que ayudarán junto al resto de socios a seleccionar nuevos profesionales que mantenga el desarrollo de nuestros equipos regionales”.
Felipe Held, también socio y co-fundador, comento que “trabajarán de cerca con el resto de los socios para definir decisiones estratégicas para la firma, especialmente en la parte de gestión de activos de nuestro negocio”.
HMC Capital es una firma de inversión y asesoría que tiene una fuerte presencia en Chile y Perú, con un total de 1.000 millones de dólares en productos propietarios es líder en las actividades de colocación de emisiones en Latinoamérica. Además, la firma cerró cerca de 4.000 millones con fondos de terceros y sus divisiones de gestión de activos. En Chile la operación comenzó en 2011, bajo el nombre de Nevasa HMC AGF, y desde entonces, la firma ha cerrado cerca de 800 millones de dólares en activos bajo gestión, en su mayoría fondos para inversiones en private equity, convirtiéndose en el líder local para esta clase de activo.
El problema es que seguimos creyendo una y otra vez las mismas historias. Cuando comenzó la desaceleración de los denominados países emergentes, las autoridades económicas colombianas salieron a decir, palabras más, palabras menos, que la economía colombiana era lo suficientemente fuerte y que la crisis les estaba pasando a otros, pero no a nosotros. Pero resulta que, de eso tan bueno, no dan tanto. Nos llegó la crisis, se cae la economía, los ingresos no alcanzan, y ya se da por descontado que habrá una reforma tributaria cuyo eje central será un aumento de tres puntos del IVA: siempre que la economía cae, la solución es aumentar los impuestos. Suena paradójico, pero así es, con el leve inconveniente de que cuando la economía va al alza, los impuestos no bajan; lo cual debería estar en alguna ley para compensar y que el efecto sea equitativo.
Creo, sin embargo, que el golpe fuerte de la economía aún no ha llegado y que el 2016 será duro. Aún las cifras de desempleo son relativamente buenas, pero en una economía en caída, tarde o temprano debe empezar a presentarse una caída de los niveles de empleo, los cuales, por cierto, son también obra de un sistema de empleo no formal que podría seguir aumentando.
Tampoco han entrado dentro de las cuentas de muchos analistas un posible retroceso de los precios de la vivienda, que personalmente creo muy factibles bajo una teoría de desaceleración en cascada: creo que la vivienda se ha convertido, en no pocos casos, en un activo financiero, por la compra masiva y desordenada de muchas personas, que debe seguir el ciclo de precios de cualquier otro activo financiero. Pero se verá potencializado por el hecho de que los costes fijos (como administración, prediales, valorizaciones, etc) empezarán a pesar mucho en una población afectada por los impuestos, la inflación y el desempleo. En vista de esto, muchas personas querrán vender estos activos, desencadenando una reacción en cadena. Una presión financiera llevará a muchos a replantearse si es conveniente seguir “aguantando” el costo de una vivienda que no se arrienda o no se puede vender, y la decisión más lógica y racional, es empezar a bajar el precio para poder “deshacerse” de un activo. Cuando esto empieza a ser recurrente, es cuando empiezan las desaceleraciones en manada.
En términos prácticos, el 2016 no parece sencillo para la economía, pero pude ser una oportunidad interesante para los inversionistas. Sí, otro de los temas que suena paradójico; pero ante una desaceleración económica los activos empiezan a responder con anterioridad. Eso ocurre porque en el caso de las acciones, empiezan a reflejar antes lo que va a pasar en la economía, sea bueno o no tanto; esto nace, sencillamente, de que las empresas sufren primero los síntomas económicos, por eso, cuando llega el momento de que la economía cae, es porque ya reaccionan variables que se demoran en hacerlo, pero empiezan a verse signos de recuperación en algunas, que son lo que reflejaría las acciones.
Por ahora, a disfrutar del año que empieza, ponerle buena energía y trabajar para que las cosas que pintan mal, no lo sean tanto.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la visión de Old Mutual sobre los temas tratados.
Opinión de Manuel García Ospina, gerente de la Escuela de Planeación financiera y comercial de Old Mutual.
. Banca Kristal, el banco "sólo para mujeres" del BCR
El banco segmentado exclusivamente para mujeres cuyo logo es una especie de diamante rosado y que a finales de noviembre lanzó el Banco de Costa Rica, sigue causando polémica. De acuerdo con su comunicado, las tiendas de Banca Kristal “apuntan al futuro: sin filas, sin cajas, sin plataformas de atención tradicionales», además «las mujeres podrán llevar a sus hijos sin ningún problema, ya que las cinco oficinas de Kristal tendrán espacios de juegos y sala de lactancia”, sin embargo la comunidad costarricense no está de acuerdo con su plan de comunicación.
En redes sociales han estallado críticas al banco que fue lanzado bajo la campaña “ninguna mujer es complicada” y ahora cuenta en su publicidad con Doña Merry –un trasvestí conocido en Costa Rica- en un video donde invita a las mujeres a vestir de rosa al visitar el banco para poder ganar una cuenta con dinero en efectivo.
Banca Kristal ofrece entre sus productos financieros planes de ahorro para belleza. De acuerdo con una carta remitida por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) al Banco de Costa Rica, “Los estereotipos que reproducen y perpetúan estos roles de género que tienen a degradar a las mujeres, devaluar sus atributos y características, constituyéndose en los principales obstáculos para el cambio”.
A este respecto, Mónica Segnini, integrante de la Junta Directiva del Banco de Costa Rica (BCR) comentó en su perfil de Facebook “No vengo acá a disculparme por el rosado, pues sigo creyendo que es un color más, y que los estereotipos no están en el color, sino en las mentes de las personas que cuando ven rosado en hombre, es cool y fuerte pero cuando lo ven en mujer, es débil y sin carácter. No me vengo a disculpar por la idea, porque está técnicamente –desde lo social, comercial y financiero- justificada”.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Hernán Piñera. Los consumidores deberían ser los grandes beneficiados de nuevo en 2016
En 2016 es posible que la recuperación interna en Europa no encuentre su mejor canal de propagación en los bancos durante este ciclo, especialmente si el ciclo crediticio estadounidense sigue deteriorándose a medida que la Fed ajuste su política. Irónicamente, el dólar suele alcanzar máximos justo después de las subidas de tipos en EE. UU., por lo que es posible que las exportaciones europeas tampoco cuenten con el apoyo de un euro más débil este año.
Los consumidores deberían ser los grandes beneficiados de nuevo en 2016, ya que las nóminas crecerán en términos reales y el desempleo seguirá reduciéndose en Europa. Esto perpetúa la tendencia de los últimos años pero, dado que habrá menos Gobiernos fingiendo alcanzar sus objetivos presupuestarios —con las elecciones italianas y francesas previstas para 2017, quizás el consumo se acelere en estos dos países tras varios años quedando a la zaga de vecinos como Alemania y España. Esto debería permitir que el crecimiento interno iguale o incluso supere la tasa de 2015 en la zona euro.
Atención a los títulos de consumo
El comodín será el rumbo de los precios de las materias primas en 2016. Actualmente presionadas por el exceso de oferta a nivel global y la ralentización de la demanda en China, las materias primas podrían experimentar un repunte si el gigante asiático logra eliminar su excedente de existencias, si bien la oferta aún ha de contraerse notablemente, y es esta contracción de la oferta lo que podría impulsar los precios. Probablemente el crudo sea la primera en tomar este rumbo, pero ante los escasos indicios de tensiones reales más allá de en determinados segmentos del sector del petróleo y gas de esquisto en EE. UU., es probable que sigamos moviéndonos en niveles mínimos durante algún tiempo.
Es la lentitud del crecimiento nominal global (esto es, del crecimiento no ajustado a la inflación) lo que hace que este ciclo sea inusualmente prolongado y ello ha impulsado las valoraciones de los títulos de crecimiento hasta niveles elevados. El próximo año, es probable que las tendencias sigan siendo las mismas y si los títulos de crecimiento caen será porque los rendimientos de los bonos habrían acabado por subir.
La Fed ha iniciado este proceso, pero con ello, incrementa aún más las probabilidades de que el crecimiento sea más lento. Una curva de rendimientos más plana en EE. UU. presionaría todavía más los títulos de valor y ampliaría los múltiplos de los de crecimiento. Por otro lado, los estímulos monetarios en Europa deberían derivar en una curva más pronunciada y en un descenso en los múltiplos de las valoraciones de los títulos de crecimiento y defensivos.
Por este motivo, seguimos prefiriendo los valores cíclicos orientados al mercado interno frente a apuestas a escala mundial, pero hemos dejado de centrarnos en los bancos (perjudicados por los tipos bajos) para hacerlo en los títulos cíclicos de consumo (cuyas previsiones de beneficios aumentan) y en determinados valores industriales. Hemos pasado a estar sobreponderados en materias primas a través del petróleo, si bien con escasas expectativas de rendimientos rápidos.
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Chuck Coker
. House Prices Continue a Slow Recovery, IMF Says
Según el último informe trimestral Global Housing Watch, publicado por el FMI en diciembre de 2015, el precio de las viviendas en el mundo mantiene una recuperación lenta. Si bien es cierto que el índice global de precios, elaborado a partir de datos en casi 60 países, muestra una tendencia alcista en los últimos dos años, éstos todavía no han alcanzado los niveles previos a la crisis.
Si en Estados Unidos, Colombia y España los precios crecieron, no fue así en Brasil, Chile, México y Perú, donde bajaron ligeramente. Las zonas que experimentaron los mayores crecimientos fueron –por este orden- Qatar, Irlanda y Hong Kong y las mayores depreciaciones las sufrieron Ucrania, Rusia y Letonia.
Según podía apreciarse en los informes previos, dice el FMI, el índice pone de manifiesto la existencia de patrones divergentes, pues en el último año, los precios subieron en dos de cada tres países incluidos en la medición, mientras bajaron en el restante 30%.
Por su parte, el crecimiento del crédito ha sido fuerte en muchos países, aumentando en paralelo al precio de las viviendas en los últimos cinco años. Sin embargo, el crecimiento del crédito no es el único elemento para predecir la profundidad del crecimiento de los precios de las viviendas –recuerda el fondo en su documento-, ya que algunos otros factores pueden influir. Como ejemplos, el hecho de que en España el crédito decreció a pesar del incremento de precios o en México subió mientras los precios bajaron, mientras que en Brasil el crédito siguió la misma dirección bajista que los precios de las propiedades y en Colombia y Estados Unidos ambos indicadores crecieron.
Por último, el informe señala que en casi la mitad de los países de la OECD los precios de las propiedades han aumentado más rápidamente que los ingresos y rentas.
Foto: Dennis Jarvis. Pruebas de estrés para el sector corporativo en México: ¿son suficientemente sólidos los balances de las empresas mexicanas?
En el blog del FMI dedicado a temas económicos de Latinoamérica, “Dialogo a fondo”, Julián Chow y Fabián Valencia evalúan el riesgo corporativo en México poniendo a prueba la solidez de las empresas del país azteca ante condiciones menos favorables. Realizando pruebas de estrés en los balances corporativos para estudiar el comportamiento de las empresas mexicanas, en caso de un deterioro aún mayor de las condiciones financieras.
Aprovechar la liquidez mundial
Las empresas mexicanas aprovecharon el acceso más fácil a los mercados internacionales de capital en los años que siguieron a la crisis financiera mundial de 2008 emitiendo un volumen sustancial de bonos. México es el segundo emisor más grande de bonos corporativos en América Latina, y su deuda corporativa total, que incluye las empresas estatales y las subsidiarias extranjeras de empresas mexicanas, ascendía a un 32% del PIB en 2014, un considerable incremento si se tiene en cuenta que en 2010 era sólo un 28% del PIB.
La emisión de bonos se utilizó en gran medida para reducir los costos del crédito, refinanciando a tasas más bajas, y prolongar la estructura de vencimientos de la deuda. Apenas el 10% de los bonos corporativos vencen en 2015 y 2016, mientras que la mayor parte vence en 2020 o más tarde. Esto debería apuntalar la posición financiera de las empresas mexicanas y volverlas más sólidas a choques. Sin embargo, alrededor de dos tercios de la emisión neta estuvo denominada en moneda extranjera, lo que podría hacer al sector más vulnerable a una depreciación del peso mexicano.
A fin de medir la solidez de las empresas mexicanas y su sensibilidad a un mayor estrés financiero, Chow y Valencia utilizaron datos de 121 empresas no financieras que cotizan en bolsa. En su estudio, suponen la siguiente combinación de choques: un aumento del 30% en los costes del crédito, una reducción del 20% de las ganancias y una depreciación del peso mexicano del 30% frente al dólar de EE.UU. y del 15% frente al euro.
Para poner en perspectiva la gravedad de esos choques, durante la crisis financiera mundial, el aumento mediano en los costes del crédito entre las empresas mexicanas fue del 10%, la reducción mediana de las ganancias fue del 20%, y la depreciación del peso frente al dólar de EE.UU. fue del 30% durante los primeros seis meses de la crisis. El análisis realizado demuestra que, combinados, estos choques debilitarían la capacidad de las empresas de cumplir con el servicio de la deuda, como se plasma en una reducción del coeficiente de cobertura de intereses —definido como las ganancias antes de intereses e impuestos sobre el gasto en intereses. Pero el sector corporativo se mantendría sólido, y muy pocas empresas estarían en riesgo de no poder afrontar sus deudas. Dicho de otro modo: las ganancias corporativas se mantendrían suficientemente altas para pagar la deuda aun en las condiciones planteadas por las pruebas de estrés. Este resultado se cumple incluso cuando se realiza el supuesto de que no hay cobertura (o protección) contra la depreciación de la moneda. En realidad, parte del riesgo cambiario se cubre naturalmente (dado que algunas empresas tienen ganancias denominadas en dólares de EE.UU.) o por medio de instrumentos financieros.
Aun si las empresas siguen cumpliendo con sus obligaciones de deuda en el escenario de estrés, algunas pueden optar por reducir la inversión mientras procuran reconstruir sus colchones de liquidez y afianzar su capacidad de pago de deuda. También se realizó una evaluación empírica de las consecuencias probables de un mayor estrés financiero para el crecimiento. En el estudio consideraron dos canales: una caída de la inversión entre las empresas afectadas y una reducción de la oferta de crédito por parte de los bancos. Los resultados indicaron que los graves shocks supuestos probablemente tendrían un impacto modesto en el crecimiento del PIB real (de entre 0,2% y 0,4%) por medio de esos dos canales.
Seguimiento de los riesgos
México ha hecho avances importantes en el seguimiento del riesgo corporativo. Por ejemplo, las empresas que cotizan en bolsa tienen la obligación de reportar trimestralmente información detallada sobre sus posiciones en derivados. Continuar mejorando el seguimiento y el análisis de los balances corporativos ayudará a detectar y a mitigar de manera temprana riesgos que pudieran amenazar la estabilidad financiera.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Jim Bauer. La marea alcista que ha supuesto el QE y ha marcado una era de volatilidad baja llega a su fin
El año 2016 nos traerá un ritmo de crecimiento lento y una baja rentabilidad a escala mundial, mientras que los márgenes de las empresas se verán presionados por una débil demanda final y un exceso de capacidad en varios sectores. Los inversores que triunfarán serán los que sepan hallar las empresas con capacidad para exhibir un crecimiento orgánico.
Las divergencias de las políticas seguirá marcando la agenda. En Estados Unidos, los tipos de interés se alejarán del escenario de urgencia, pero en Europa y Japón la política monetaria seguirá manteniendo su cariz eminentemente acomodaticio, y es posible que tanto el Banco Central Europeo como el Banco de Japón decidan adoptar nuevas medidas para apuntalar el crecimiento. En el Reino Unido, los actuales precios del mercado de renta fija sugieren que, antes de 2017, no se producirá una subida de los tipos de interés.
Las perspectivas para los mercados emergentes siguen siendo complejas, particularmente en aquellos países que han desarrollado sus economías para satisfacer la demanda china de materias primas. La previsión de estos países se sitúa a la baja, y la mayor debilidad de las divisas no contribuirá al aumento de la demanda de exportaciones de los emergentes, donde escasea la demanda de hogares y empresas. En un mundo donde la política monetaria estadounidense se endurece y otros bancos centrales mantienen su laxitud, y si el resto de factores permanecen constantes, el dólar debería apreciarse. Hecho que supondría un nuevo revés para las economías emergentes, por la estrecha correlación inversa que existe entre el billete verde y los mercados emergentes.
En relación con las valoraciones, seguimos pensando que la renta variable resulta más interesante que la deuda y, por ahora, esperamos mantener este posicionamiento en nuestras carteras de asignación de activos, aunque con una menor confianza de la mostrada durante un cierto periodo. No obstante, si se compara con su historial a largo plazo, las acciones todavía ofrecen mayor valor que los bonos. Estos son para Threadneedle los temas más importantes de cara al próximo año:
Un año para la inversión activa y el predominio de los fundamentales
Prevemos que en 2016 las oportunidades aumentarán, viento en popa, para los inversores activos y perspicaces, al aimanar el soplo que suponía para estos lel QE del BCE. Esto da sentido a destacar dentro de las distintas clases de activos. En el actual contexto mundial, centrarse en las valoraciones y los fundamentales (o invertir a la vieja usanza, si se prefiere) debería cobrar más importancia con respecto a años anteriores, cuando los mercados contaban con el respaldo de una abundante y creciente liquidez.
Los dividendos y las operaciones de fusiones y adquisiciones mantienen su pujanza
Nuestra sensación general es que las empresas siguen mostrándose reacias a emprender gastos de capital a largo plazo o a gran escala y, como resultado, estas empresas que cuentan con un excedente de efectivo lo devuelvan probablemente al inversor o le destinen a la actividad de fusiones y adquisiciones, como se viene haciendo últimamente. En un contexto marcado por un crecimiento y una rentabilidad en horas bajas, puede ser más sensato para las empresas comprar o eliminar competencia en lugar de buscar el crecimiento orgánico, que resulta más costoso. Las fusiones y adquisiciones tienden a favorecer a las acciones y otros activos de «mayor riesgo» como el high yield, pero suelen ser perjudiciales para las empresas que gozan de una calificación investment grade, ya que este tipo de operaciones suelen implicar algún tipo de reapalancamiento en los balances de las empresas con calificación investment grade. Por este motivo, hemos ajustado nuestra exposición al crédito corporativo en nuestras carteras de asignación de activos, con una inclinación por el alto rendimiento europeo con respecto a la calificación investment grade.
La coyuntura se revela propicia para la renta variable europea
El QE, el descenso de los precios de la energía, la debilidad del euro y la flexibilización de las condiciones crediticias están favoreciendo en su conjunto el entorno de negociación para las empresas europeas. Se observan ahora indicios de mejora en varias economías de la zona euro, y prevemos que los beneficios europeos a escala nacional seguirán contribuyendo con fuerza a la rentabilidad corporativa en general. En el plano internacional, estamos vigilando las previsiones económicas de China y evaluando el posible impacto sobre los exportadores europeos y el crecimiento económico mundial.
Muchas empresas europeas (ajenas al sector financiero) revelan balances y flujos de caja sólidos, lo que conlleva la probabilidad de un nuevo aumento de los dividendos, la rentabilidad del efectivo y las operaciones de M&A. Seguimos concediendo prioridad a las empresas que cuentan con unas perspectivas sólidas de beneficios y poder de fijación de precios. El aumento de la volatilidad en los mercados de renta variable nos está brindando atractivas oportunidades de inversión.
Las incógnitas que surgirán de la subida de tipos en un entorno mundial de bajo crecimiento
Quizá la mayor amenaza que se presenta en 2016 es que los indicadores macroeconómicas y empresariales que estamos observando actualmente (crecimiento e inflación átonos, escasa demanda final y deterioro de las perspectivas para los beneficios empresariales) no se corresponden con lo que uno espera ver cuando el banco central más importante del mundo, la Reserva Federal estadounidense, está a punto de iniciar un ciclo de subida de los tipos de interés. Queda claro que la Reserva Federal está bastante dispuesta a iniciar la normalización de los tipos de interés, pero si se analizan simplemente los datos de forma aislada, cuesta llegar a la conclusión de que la Reserva Federal tenga que subir los tipos de forma rápida o agresiva. Los recientes datos laborales en Estados Unidos han sido sólidos, si bien tienen que entenderse en su contexto: las tasas de población activa en EE. UU. se encuentran en mínimos de 40 años.
Los mercados esperan que intervenga la Fed, y nosotros esperamos que el Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC) aumente los tipos de manera controlada y sensata. No obstante, dado el especial hincapié que los mercados han establecido en la orientación futura (forward guidance) y los gráficos de puntos (dot plots) de la Reserva Federal, existe todavía el riesgo de que la Fed pueda perder el control de su propia retórica, como ha hecho en algunos momentos en 2015. Los mercados tienden a desestabilizarse cuando los dirigentes políticos cambian de discurso y, por este motivo, es importante que en 2016 la Reserva Federal siga teniendo un control sobre su comunicación.
La desaceleración económica china
Desde nuestro punto de vista, China es el otro gran interrogante. La desaceleración económica sigue vigente, pero nadie puede poner la mano en el fuego sobre su posible duración o gravedad. Nuestra evaluación interna apunta a que el crecimiento económico se situará por debajo del 7,5% registrado en años anteriores, pero seguirá siendo positivo gracias al impulso del consumo interno. Para que el crecimiento caiga hasta un ritmo negativo, el consumo tendría que desplomarse y el Gobierno tendría que optar por mantenerse al margen y no hacer nada para estimular la economía. En nuestra opinión, no es probable que se dé el caso. Sin embargo, la ralentización china seguramente supondrá todo un reto, especialmente para otros países emergentes comparables, y no existen precedentes de una expansión crediticia, similar a la china, que haya llegado a buen puerto.
¿Estamos más cerca de la siguiente crisis que de la última?
A mi parecer, el principal asunto en el que se deben centrar los inversores es el crecimiento económico —y la razón por la que todavía es tan bajo. Han pasado ya siete años de la crisis de Lehman Brothers y, sin embargo, el crecimiento se resiste fuera de Estados Unidos. En 2016, pensamos que los inversores comenzarán a cuestionar algunas de las políticas adoptadas por los bancos centrales y si estas están contribuyendo al crecimiento u obstaculizándolo.
Cada vez son más las opiniones que apuntan al hecho de que, si bien la expansión cuantitativa ha creado el caldo de cultivo para que las empresas realicen empréstitos e inviertan en sus empresas, también ha mantenido a flote una serie de empresas «zombis» que deberían haber quebrado hace bastante tiempo. Dicho de otro modo, se ha impedido el curso normal del proceso de «destrucción creativa» tras la Gran Crisis Financiera y, como resultado, la economía mundial se encuentra ahora sumergida en un exceso de capacidad. Sus efectos adversos se han multiplicado por la actual ralentización económica de China. Las empresas que ofrecen productos diferenciados y cuentan con unas elevadas barreras de entrada todavía pueden prosperar, pero al resto se le complica la existencia. El hecho de que el hundimiento de Lehman Brothers ocurriera hace más de siete años también supone que, con toda probabilidad, estemos más cerca de la próxima crisis que de la última. Los inversores deberían tener esto en cuenta a la hora de construir sus carteras para 2016.
Quiebra de algunos productores de petróleo
Una cuestión que podemos afirmar con certeza, si suponemos que las demás variables permanecen constantes, es que la presión bajista que ejercen los precios del petróleo en la inflación general debería desaparecer de las cifras de 2016. En efecto, la inflación y su acercamiento al nivel previsto por los bancos centrales serán factores cruciales, ya que probablemente determinarán si seremos o no testigos de un nuevo impulso monetario por parte del Banco de Japón y del BCE.
Seguiremos vigilando de cerca el precio del petróleo. A los precios actuales, los productores que incurren en mayores costes y algunos de los productores de esquisto menos importantes están perdiendo dinero, pero algunos seguirán produciendo para generar flujos de caja. Aunque estos productores han podido proteger la producción con entrega a un año a unos niveles que superan con creces el precio al contado (a la espera de que se recuperen los precios del petróleo), este ya no es el caso. De hecho, es preciso observar un plazo bastante largo en toda la curva de precios del petróleo para encontrar unos precios por las entregas futuras que sean sustancialmente superiores a los precios actuales. Por tanto, es probable que en el año que entra presenciemos la caída de algunos de los productores más frágiles y aquellos que incurran en mayores costes. La energía es un componente importante del segmento de alto rendimiento estadounidense, por lo que los inversores deberán estar atentos a este dato.
El Brexit puede espolear la volatilidad
Un tema que en 2016 va a acaparar más atención es el de la posible salida del Reino Unido de la Unión Europea, o brexit. Los mercados están ahora muy relajados con este asunto. Como se pudo comprobar en el referéndum sobre la permanencia de Escocia en el Reino Unido, los mercados pueden mostrarse complacientes en el periodo previo a un referéndum, lo que puede detonar una volatilidad a corto plazo cuando los inversores comiencen a entender que un «buen» resultado ya no sea tan seguro como solía serlo en el pasado. Por el momento, los sondeos sugieren que la mayoría de británicos votarían a favor de quedarse en la Unión Europea, pero este desenlace no puede darse por descontado.