Jupiter Asset Management amplía su presencia en la región Asia-Pacífico (APAC) hacia Australia. La firma ha llegado a una alianza estratégica con los especialistas del mercado institucional australiano, Institutional Distribution Partners (IDP). Según explican, este acuerdo forma parte del objetivo estratégico crecimiento internacional y de aumentar su negocio con clientes institucionales.
El enfoque de Jupiter en Australia está impulsado por la magnitud del mercado institucional local, que es el quinto más grande del mundo, y por las oportunidades que presenta el mercado de fondos de pensiones, ya establecido y en crecimiento en la nación. Según explican, la alianza con IDP permitirá a Jupiter relacionarse de manera proactiva con propietarios de activos y consultores, presentando varias de las capacidades diferenciadas y de alta convicción en mercados públicos de Jupiter.
IDP es una empresa especializada en la distribución de inversiones institucionales multimanager, con sede en Melbourne, Victoria. En conjunto, los clientes gestores de fondos de IDP gestionan activos que superan los 700 mil millones de dólares estadounidenses.
A raíz de este anuncio, Richard Hooper, director de Medio Oriente, África y Australia en Jupiter AM, ha señalado: “Estamos muy contentos de confirmar esta alianza con IDP, un paso importante para Jupiter mientras buscamos aumentar nuestra escala en el mercado institucional APAC, una prioridad estratégica clave para nosotros como empresa. Vemos un potencial de crecimiento significativo en el mercado australiano, particularmente en el espacio de los fondos de superannación del país. Seleccionamos a IDP como nuestros socios en esta región debido a su experiencia en el mercado institucional australiano y su probada trayectoria en la relación con propietarios de activos y consultores locales”.
Por su parte, Shannon Leake, socio director y co-fundador de IDP, ha añadido: “Jupiter AM es un gestor de activos activo y consolidado en los campos de la ecología, la sostenibilidad y la inversión sistemática, que creemos está bien preparado para trabajar en conjunto con los inversores institucionales en nuestro mercado. IDP está encantado de asociarse con Jupiter mientras ingresan al mercado institucional australiano”.
La aparición y el crecimiento de los mercados privados han desempeñado un papel fundamental en la transformación del modo en que se financian las empresas. En consecuencia, las estrategias de inversión también han tenido que cambiar, al igual que la forma en que los inversores acceden al mercado. En opinión de Duncan Lamont, director de investigación estratégica en Schroders, antes solo los inversores institucionales tenían acceso a estas oportunidades, pero su alcance se está ampliando, con una mayor participación de particulares con grandes patrimonios y de inversores minoristas. «Los desarrollos regulatorios y la innovación de productos han allanado el camino», sostiene el experto.
Para entender qué ha cambiado, Lamont hace un pequeño balance histórico: «En Estados Unidos, entre 1980 y 1999 se incorporaron a bolsa más de 300 empresas al año, en promedio. Desde entonces, la media ha caído a 127 al año. Además de la falta de nuevos actores, las fusiones y adquisiciones han reducido sistemáticamente el stock de empresas existentes en el mercado público. El número de empresas estadounidenses que cotizan en bolsa se ha reducido casi a la mitad desde el máximo alcanzado en 1996. Esta es la situación del tan elogiado mercado estadounidense. Los resultados son aún peores en otros mercados».
Según explica, esta realidad puede explicarse, tanto por la expansión de la industria del private equity (que ahora puede emitir tickets más grandes), como por el aumento de los costes y de las limitaciones que conlleva cotizar en bolsa. «Las empresas permanecen privadas durante más tiempo y la mayoría de las rentabilidades son capturadas por inversores de private equity. Los inversores que no incorporan activos privados en su cartera corren el riesgo de perder oportunidades”, añade. En su experiencia, los mercados de deuda, también se ha producido un notable desplazamiento hacia los mercados privados. Por ejemplo, destaca que el sector de la deuda privada ha crecido considerablemente, mientras que los prestamistas bancarios tradicionales se han retirado de muchos mercados debido a los cambios regulatorios posteriores a la crisis financiera, lo que ha creado una oportunidad para que los prestamistas privados intervengan.
“Es importante no confundir la deuda privada con los préstamos directos. Estos términos se usan a menudo indistintamente, pero la mayor parte del universo de deuda privada se financia con activos, por lo que son fundamentalmente diferentes. Los préstamos directos, que representan alrededor de 1,7 billones de dólares, son préstamos a empresas privadas. Por otro lado, la financiación respaldada por activos, que representa más de $13 billones en préstamos, e incluye deuda de inmuebles comerciales, deuda de infraestructura, deuda al consumo (préstamos para automóviles, tarjetas de crédito, préstamos estudiantiles, etc.) y cuentas por cobrar o arrendamientos financieros”, argumenta Lamont en su último análisis.
Otra distinción clave, en su opinión, es que la financiación respaldada por activos está garantizada y se reembolsa mediante los flujos de caja de activos específicos. Los préstamos directos, en cambio, se reembolsan según el flujo de caja general de la empresa y por tanto están correlacionados con el riesgo corporativo presente en las carteras de bonos tradicionales.
Consideraciones prácticas
“El creciente interés por los activos privados ha dado lugar a la captación de grandes cantidades de capital en la última década. El dry powder, dinero recaudado pero aún no invertido, ha alcanzado máximos históricos. Una elevada recaudación de fondos corre el riesgo de que se gaste demasiado dinero persiguiendo las mismas operaciones, que se paguen precios más altos y se reduzcan las rentabilidades futuras. Las grandes adquisiciones y los préstamos directos son dos de los puntos más relevantes en este frente”, añade el experto de Schroders.
También reconoce que se pueden encontrar mejores oportunidades buscando mercados menos concurridos y utilizando la experiencia y la reputación de un gestor de inversiones para acceder a oportunidades que otros no ven. «El acceso a acuerdos se ha convertido en una de las ventajas más importantes de las que puede presumir un inversor de éxito», matiza en este sentido y argumenta: “Además, las transacciones más grandes tienden a ser altamente competitivas, mientras que las transacciones más pequeñas o más complejas tienden a serlo menos. Un ejemplo obvio es la comparación entre un fondo de private equity que privatiza una empresa pública (pagando una prima sobre su valor público) y la compra de una empresa familiar sin otros pretendientes. En deuda privada, la capacidad de estructuración es una habilidad esencial, lo que representa una barrera de entrada para muchos. Esto es especialmente cierto cuando se trata de áreas menos conocidas en las que la estructura va más allá de simples convenios”.
La existencia de una mayor dispersión de las rentabilidades de lo que suele ocurrir en los mercados públicos hace que, según Duncan, exista un mayor margen de maniobra por parte de los gestores de activos privados para gestionar sus inversiones. La diferencia de rentabilidad entre los fondos de compra del cuartil superior e inferior a nivel mundial ha sido de alrededor del 15%, de media, según datos de Schroders.
“Los mercados privados ofrecen una amplia variedad de opciones de inversión que pueden diversificar y mejorar el perfil de riesgo/rentabilidad de los inversores. Como consecuencia de su crecimiento, cada vez se invierte más en el sector privado. Los inversores que invierten únicamente en los mercados públicos corren el riesgo de perderse oportunidades valiosas. No hay escasez de oportunidades atractivas, pero el aumento del interés por invertir en activos privados ha venido acompañado de una mayor competencia. Por lo que los inversores deben buscar mercados menos saturados para beneficiarse del mejor perfil de riesgo/rentabilidad que pueden ofrecer los activos privados”, concluye Lamont.
Según el último estudio del Thinking Ahead Institute (TAI), asociado a WTW, los activos bajo gestión de las 500 mayores gestoras de activos del mundo alcanzaron los 128 billones de dólares estadounidenses a finales de 2023. A pesar de no haber llegado a los niveles de 2021, el crecimiento anual del 12,5% ya representa una recuperación significativa tras la corrección del año anterior, cuando los activos bajo gestión se redujeron en 18 billones de dólares en 2022.
El estudio muestra la evolución en la gestión activa y pasiva, donde por primera vez, las estrategias de gestión pasiva representan más de un tercio de los activos bajo gestión entre las 500 mayores gestoras (33,7%), aunque casi dos tercios continúan siendo gestionados de forma activa.
En cuanto a la asignación de clases de activos, se observa un crecimiento de los mercados privados. Por su parte, la renta variable y la renta fija, que suman un total del 77,3% de activos bajo gestión, un 48,3% y un 29% respectivamente, siguen siendo las clases de activos predominantes. Sin embargo, el informe muestra que esto representa una ligera disminución del 0,2% respecto al año anterior, ya que los inversores siguen buscando alternativas como el private equity y otros activos ilíquidos para obtener mayores rendimientos.
“Debido, en parte, al comportamiento de la renta variable americana como impulsor de rendimiento, Norteamérica experimentó el mayor crecimiento en activos bajo gestión, con un incremento del 15%, seguida de cerca por Europa (incluido el Reino Unido), que registró un aumento del 12,4%. Japón, en cambio, observó una leve disminución, con una caída del 0,7% en sus activos bajo gestión. Como resultado, Norteamérica representa ahora el 60,8% del total de activos bajo gestión de las 500 principales gestoras, alcanzando los 77,8 billones de dólares a finales de 2023”, explican.
De esta forma, los primeros puestos del ranking están dominados por las gestoras estadounidenses, que ocupan 14 de las 20 primeras posiciones, representando el 80,3% de los activos de este grupo. En cuanto a las gestoras individuales, el informe destaca que BlackRock sigue siendo el mayor gestor de activos del mundo, con un total de activos superior a los 10 billones de dólares. Vanguard Group mantiene el segundo lugar, con casi 8,6 billones dólares, ambas muy por delante de Fidelity Investments y State Street Global, que ocupan el tercer y cuarto lugar, respectivamente. Algunas de las gestoras con mayores ascensos en los últimos cinco años incluyen a Charles Schwab Investment, que subió 34 posiciones hasta el puesto 25, y Geode Capital Management, que avanzó 31 lugares hasta el 23. Por su parte, la canadiense Brookfield Asset Management subió 29 posiciones, alcanzando el puesto 31.
“Los gestores de activos han vivido un año de consolidación y cambio. Si bien hemos visto un retorno al rendimiento positivo en los mercados, también ha habido importantes factores de transformación”, destaca Jessica Gao, directora del Thinking Ahead Institute.
Según las conclusiones del informe, los factores macroeconómicos han jugado un papel clave, con tipos de interés elevados en 2023 que han ejercido diversas presiones sobre diferentes clases de activos, geografías y estilos de inversión. Así, explican que, a medida que el entorno de tasas comienza a cambiar hacia una fase de reducción, los mercados de renta variable vuelven a ofrecer un rendimiento positivo, impulsados por expectativas de crecimiento de beneficios. Las incertidumbres futuras están centradas en eventos geopolíticos y varias elecciones nacionales importantes.
En opinión de Raúl Mateos, Continental Europe APG Leader, los gestores de activos se enfrentan a una gran presión para evolucionar sus modelos de inversión: “La tecnología es esencial, no solo para mantener una ventaja competitiva, sino también para satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes, así como para responder a la creciente demanda de soluciones de inversión más personalizadas. Estas exigencias están desafiando las estructuras tradicionales del sector. En este contexto, hemos observado éxitos notables de los gestores de activos independientes en comparación con muchos de aquellos vinculados a aseguradoras y bancos”.
Respecto a geografías concretas, Mateos apunta que en la última década, hemos visto un aumento en los activos bajo gestión, sin embargo, en el caso de España, hemos perdido cuota de mercado durante este período, pasando de gestionar el 1,5% en 2013 al 0,6% en 2023. “Debemos llegar hasta el puesto 99 para encontrar a un representante español, en el que se sitúa el Banco Santander, con un total de 239.490 millones de dólares, siendo el primero de las 10 gestoras españolas, que aglutinan a entidades como CaixaBank, BBVA o Mapfre. Por otro lado, el volumen de activos gestionados con criterios ESG ha crecido un 15,5% en 2023, elevándose al 29,6% de inversiones ESG dentro de la cartera, marcando el nivel más alto en los últimos tres años, lo que indica que estos criterios ya se utilizan en mayor o menor medida en la selección de activos. Esto nos demuestra que cada día ponemos mayor foco en el impacto de nuestras inversiones en el mundo”, concluye.
Un informe del banco estadounidense Bank of América señala que el mercado de ETFs en Latinoamérica sigue en expansión, pero todavía tiene mucho potencial de crecimiento y registra en ocasiones intermitencias en su desempeño.
El informe consigna un total de 72 ETFs (fondos cotizados) de renta variable enfocados en Latinoamérica, con un valor de 22.000 millones de dólares en activos bajo gestión.
Los ETFs en Latinoamérica se concentran en Brasil, en el mercado de commodities y en el sector financiero de la región, señala BofA.
Sin embargo, la región todavía es inestable y la mayor prueba de ello es el desempeño de los dos mercados más importantes en Latinoamérica.
Por un lado, Brasil es el miembro más grande dentro del índice MSCI LatAm y tiene la mayor asignación dentro de los ETFs de Latinoamérica, representa el 49% de activos bajo gestión del total de los ETF de la región listados en el extranjero.
Latinoamérica en términos agregados representa el 23% de activos bajo gestión de los ETFs y dado el peso de Brasil dentro del índice regional, el 65% de este valor está asignado a mercados brasileños.
Sin embargo, después de una expansión pronunciada en las últimas dos décadas, las entradas de capital a los ETFs de Brasil cesaron el año pasado, probablemente como reflejo de la disminución en los flujos hacia mercados emergentes.
En lo que respecta al mercado mexicano, el otro más importante dentro de la región, BofA subraya que las entradas a México fueron más resilientes hasta las elecciones de 2024, después también se han detenido.
Así, BofA dice que la distribución geográfica de los ETFs refleja el tamaño de los mercados de renta variable locales, siendo Brasil y México los países con mayores asignaciones.
Un dato importante que pone sobre la mesa el análisis del banco estadounidense consiste en el hecho de que pese a la volatilidad de las divisas latinoamericanas, la gran mayoría de los ETFs de la región no utiliza coberturas cambiarias. Solo un puñado de ETFs están apalancados, con activos totales combinados de únicamente 184 millones de dólares.
En un detalle más profundo, Bank of América reporta que las inversiones con ETFs en Latinoamérica tienen exposición principalmente a commodities y al sector financiero.
El mayor sector en el índice MSCI LatAm es el financiero (alrededor del 33%), seguido por materiales (16%), productos básicos de consumo (14%) y energía (11%).
Potencial de la región en ETFs
BofA dice en su informe que la región todavía tiene mucho por crecer en los próximos años en el mercado de ETFs.
Como ejemplo, señala que el mercado más grande de la región, Brasil, tiene un volumen de activos bajo gestión en ETFs locales de renta variable por el equivalente a 6.430 millones de dólares, cifra muy baja si se compara con la de los fondos de renta variable abiertos (principalmente gestionados activamente), que ascienden a 118.900 millones.
BofA dice que tanto los ETFs locales como los fondos gestionados activamente atrajeron fuertes flujos desde 2018, pero se desaceleraron en los últimos dos años debido a la incertidumbre por las acciones, en un entorno de tasas locales más altas.
Citibanamex anuncia esta tarde en la Ciudad de México la incorporación de Francisco Leyva como su nuevo Director Corporativo de Operaciones y Tecnología para Banamex, cargo que será efectivo a partir del 4 de noviembre.
Leyva reportará a Manuel Romo, director general de Citibanamex, quien se convertirá en el director general de Banamex cuando se concrete su separación del banco estadounidense, prevista para finales de este año y su salida a bolsa para el cierre de 2025.
De acuerdo con su perfil en Linkedin, Francisco Leyva ha ocupado puestos de tecnología de la información en diferentes unidades de BBVA desde 2003, tiempo en el que escaló hasta llegar a ser director tecnológico global de BBVA, con responsabilidades como la jefatura de desarrollo de software del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA.
Destaca en su trayectoria el hecho de haber colocado a BBVA como líder entre los bancos europeos en la inversión en digitalización, con resultados muy favorables; en BBVA Leyva supervisó un proyecto de transformación de software impulsado por más de 15.000 ingenieros alrededor del mundo.
«Francisco Leyva liderará los esfuerzos de evolución tecnológica y operativa de Banamex, una vez que se concrete la separación de dicha institución, para transformar su infraestructura, modelo operativo y tecnológico, así como la arquitectura tecnológica que permita modernizar la operación del grupo, viabilizar la estrategia de negocio y asegurar el time to market, teniendo como prioridad mejorar la experiencia del cliente», dijo Citibanamex en un comunicado.
Citibanamex explicó que Francisco Leyva cuenta con una amplia experiencia en tecnologías de la información, transformación, datos y operaciones, así como una larga trayectoria internacional en transformaciones tecnológicas, digitales, de procesos de negocio y culturales en la industria de servicios financieros.
Proceso de desincorporación sigue
Fuentas de Citibanamex han señalado a medios que el proceso de desincorporación de su unidad minorista en México, Banamex, se mantiene sin cambios.
En los años recientes la cuota de mercado de Citibanamex se ha desgastado debido a la férrea competencia de otras instituciones como BBVA México, Grupo Financiero Banorte y la unidad de Banco Santander SA en México, sin considerar el avance incontenible de nuevas empresas de fintech como Nu Holdings Ltd.
Apenas el martes de la semana pasada la presidenta ejecutiva de Citigroup, Jane Fraser, dijo en una llamada con analistas que estpan considerando finales de 2025 para la OPI de Banamex, si el mercado es favorable.
El mercado de los fondos de inversión en México es sólido, está en crecimiento y ha sido resiliente a los periodos de incertidumbre; sin embargo, se mantiene ampliamente concentrado en unas cuántas gestoras.
La Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB) en su reporte correspondiente al mes de septiembre confirma el fenómeno: las seis gestoras más grandes del mercado mexicano de fondos concentran prácticamente el 75% del mercado, el 74,32% para ser exactos, mientras que el restante 25,68% se reparte entre 24 gestoras más.
De acuerdo con las cifras de la AMIB, las dos gestoras más grandes del mercado azteca, es decir BBVA y BlackRock operan por sí solas el 43,35% del total del mercado, y si se añade a Santander Asset Management (SAM), la otra gestora que tiene una participación de mercado de doble dígito, la concentración en estos tres intermediarios es de 53,27%.
La lista de las seis gestoras de fondos de inversión más grandes del mercado y su participación, siempre de acuerdo con las cifras publicadas por la AMIB, es la siguiente:
BBVA, la gestora más grande del mercado con 24,53% del total.
BlackRock con 18,72%
SAM 10,02%
Banorte 8,64%
Actinver 6,26%
HSBC 6,15%
La suma de participación de estas seis gestoras es de 74,32%, mientras que otras 24 operadoras de fondos de inversión en el país participan con el 25.68% del mercado.
El sistema mexicano está integrado por 30 operadoras de fondos de inversión; al cierre de septiembre los clientes que atienden estas gestoras totalizaron la cantidad de 6.591.023, lo que representó un incremento anual de 18,15%.
La AMIB también señala que el mercado mexicano cuenta actualmente con 634 fondos disponibles, mientras que los activos totales ascienden a 4,129 billones de pesos (211.743.5 millones de dólares), con un crecimiento anual hasta septiembre de 24,92%. Sin embargo, al final del año se hacen algunas revisiones de las cifras para elaborar un informe final.
La Fundación ReachingU continúa su campaña de recaudación de fondos para apoyar el sistema educativo en Uruguay.
El remate online para donar termina este 30 de octubre y ofrece obras de arte artistas reconocidos, experiencias gastronómicas, viajes y objetos de decoración, entre otros.
Nueve de cada 10 inversores de ETFs (91%) afirma que los ETFs son una parte necesaria de sus carteras, y un 65% tiene previsto aumentar sus inversiones en ETFs en el próximo año, según la edición 2024 de «ETFs and Beyond», un estudio anual de Schwab Asset Management.
Además, los inversores en ETFs prevén que el 37% de sus carteras estará en ETFs dentro de cinco años, frente al 27% actual.
La principal razón por la que los inversores compraron o vendieron ETFs en 2023 fue para empezar a invertir y crear riqueza (28%), lo que podría indicar que los ETFs son vistos como una forma accesible de iniciarse para aquellos que son relativamente nuevos en la inversión.
Por otro lado, el estudio asume que los ETFs siguen experimentando un flujo constante de nuevos adoptantes en el que un 45% de los inversores que no son ETFs afirman que es probable que consideren la compra de un ETFs en los próximos dos años.
Un 96% de los encuestados se declaran algo o muy seguros de su capacidad para elegir ETFs que cumplan sus objetivos de inversión, frente al 71% de hace una década. A la hora de elegir ETFs, el coste total vuelve a ser el factor más importante, mientras que una proporción cada vez mayor de inversores en ETFs señalan la experiencia/el historial del gestor de cartera como un factor importante en 2024, probablemente un reflejo de la creciente adopción de ETFs gestionados activamente, señala Morningstar.
El coste es importante, pero es más probable que sea «extremadamente importante» para las generaciones mayores, mientras que los Millennials son más propensos a considerar otras características -como el objetivo de inversión de un ETFs o la capacidad de seguir su índice- como extremadamente importantes.
En cuanto al impacto del coste en las decisiones de compra, los inversores en ETF afirman que elegirán un ETF en lugar de otro si su ratio de gastos es entre dos y tres puntos básicos inferior (58%).
La generación FOMO sigue siendo la primera en adoptar los ETFs
Los millennials manifiestan un mayor interés por una serie de tipos de ETFs y clases de activos, desde renta fija hasta alternativos, criptodivisas y smart beta. Los millennials también son más entusiastas a la hora de personalizar sus carteras e invertir con sus valores. Tienen mayores niveles de interés en la indexación directa y son más propensos que otras generaciones a invertir en indexación directa en el próximo año.
Los millennials declaran niveles de confianza significativamente más altos. Son más propensos a pensar que tienen las habilidades para superar a los mercados y más propensos a decir que prefieren asumir más riesgos para obtener mayores rendimientos. Al mismo tiempo, son ligeramente más propensos que los Boomers a decir que sienten ansiedad cuando piensan en el mercado.
«Los millennials son inversores comprometidos que construyen su futuro financiero de forma proactiva. Su afinidad por los ETF sigue siendo fuerte, aunque también están abiertos a otras opciones de inversión, como la inversión personalizada y la indexación directa, que les ayudarán a alinear sus inversiones con sus valores», afirma David Botset, Managing Director, jefe de Innovación y Administración de Schwab Asset Management.
La firma de banca privada anunció la incorporación de John Hardin para el equipo de Integra Partners en el sur de Florida.
El advisor, que se une a la división UBS Private Wealth Management dirigida por Brad Rosenberg, estará basado en la oficina de Coral Gables y trabajará junto a Katelyn O’Hara, Senior Wealth Strategy Associate.
«John y Katelyn son profesionales capacitados con un profundo compromiso para ofrecer un servicio personalizado y de primera clase y soluciones para sus clientes», dijo Brad Rosenberg, director de Mercado del Greater Miami en UBS Private Wealth Management.
Integra Partners está dirigido por Vicente del Río, Brian Beraha y Horacio Aguirre: “este equipo de Private Wealth se unió a UBS a principios de 2021 desde J.P. Morgan Private Bank y ha hecho crecer con éxito su práctica para supervisar más de 7.200 millones de dólares en activos de clientes”, dice el comunicado de la firma suiza.
Hardin comenzó su carrera en J.P. Morgan en 2016 y tiene experiencia en la prestación de servicios para clientes UHNW y family offices, en los que se centra en proporcionarles estrategias y soluciones de inversión que aborden sus necesidades y objetivos financieros.
Posee la certificación CFA y obtuvo un MBA en la NYU Stern School of Business y una licenciatura en Economía en la Johns Hopkins University.
Por otra parte, O’Hara se incorpora a UBS tras tres años en J.P. Morgan Private Bank, donde colaboró con asesores para crear un negocio de éxito centrado en familias y particulares de HNW en la región del sudeste. Anteriormente, trabajó en Goldman Sachs en el Grupo de Mercados Globales, con sede en Varsovia, Polonia.
Tiene certificación CFA y es licenciada en Ciencias Económicas y Financieras por el University College de Dublín.
Los ETFs temáticos se diseñan para proporcionar exposición a sectores o tendencias específicas que los inversores creen que tendrán un rendimiento superior a largo plazo. A diferencia de los ETFs tradicionales que replican índices amplios o sectores completos, los ETFs temáticos se centran en áreas específicas con un potencial de crecimiento significativo.
Esos son los temas de gran relevancia en los ETFs según un informe de la gestora Aztlan.
Tecnología: suelen centrarse en áreas como la inteligencia artificial, la ciberseguridad, el comercio electrónico y la innovación digital. Estos fondos ofrecen una oportunidad para invertir en empresas que lideran la transformación digital y el avance tecnológico.
ESG: han ganado terreno a medida que los inversores buscan alinear sus inversiones con sus valores éticos. Estos fondos seleccionan empresas que cumplen con altos estándares ambientales, sociales y de gobernanza, promoviendo prácticas sostenibles y responsables. Invertir en ETFs ESG no solo apoya causas importantes, sino que también puede mitigar riesgos asociados con prácticas comerciales insostenibles.
Atención médica: se trata de otro tema popular, especialmente en el contexto de una población global envejecida y el avance continuo en biotecnología y farmacéutica. Los ETFs de atención médica pueden centrarse en áreas como la biotecnología, los dispositivos médicos y las farmacéuticas, ofreciendo exposición a empresas que innovan en tratamientos y tecnologías de salud.
La gestora mexicana Aztlan, identifica los riesgos y recompensas de la inversión temática
Recompensas
Potencial de crecimiento: los ETFs temáticos pueden ofrecer un potencial de crecimiento significativo al invertir en sectores con perspectivas de expansión a largo plazo.
Diversificación específica: aunque están centrados en un tema, estos ETFs permiten diversificar dentro de ese sector específico, mitigando el riesgo asociado con invertir en una sola empresa.
Inversión en megatendencias: permiten capitalizar en megatendencias que pueden transformar industrias enteras y generar rendimientos superiores.
Riesgos
Concentración: dado que se centran en un solo tema, estos ETFs pueden ser más volátiles y estar expuestos a riesgos específicos del sector.
Dependencia del desempeño del tema: Si la tendencia o el sector no se desempeña como se esperaba, el ETF puede sufrir pérdidas significativas.
Menor diversificación general: Aunque hay diversificación dentro del tema, la falta de diversificación entre sectores puede aumentar el riesgo total de la cartera.
“Los ETFs temáticos ofrecen una manera emocionante de invertir en tendencias a largo plazo y sectores específicos con un potencial de crecimiento significativo. Sin embargo, es esencial considerar los riesgos y entender que estas inversiones pueden ser más volátiles que los ETFs tradicionales”, puntualizó Alejandro H. Garza Salazar, Fundador y Director de Inversiones en Aztlan Equity Management.