CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Olle Svensson
. La sobreoferta de petróleo pone en graves dificultades al high yield de las compañías energéticas estadounidenses
Primero fue el BCE, el miércoles la Reserva Federal y por orden de importancia, la tercera reunión clave de este mes fue la celebrada por la OPEP el 4 de diciembre. Este grupo bajó, de hecho, los topes de producción en su reunión en un esfuerzo evidente por mantener los volúmenes de ventas en un mercado con exceso de oferta. Tanto el crudo Brent negociado en Londres como el petróleo West Texas Intermediate (WTI), la variedad de crudo de referencia en Nueva York, vieron caer sus precios hasta su nivel más bajo en seis años.
En un contexto como este los expertos de NN Investment Partners recuerdan que, según la Agencia Internacional de la Energía, el superávit mundial de petróleo durará, al menos, hasta finales del año que viene. Los mayores productores de la OPEP, Arabia Saudí e Irak, ya están bombeando producto a niveles cercanos a récords y los stocks posiblemente volverán a crecer en el momento en que Irán reanude las exportaciones cuando sean levantadas las sanciones internacionales impuesta al estado persa.
Sector energético bajo presión
Aunque la acusada caída del precio del petróleo sea positiva para el consumidor final, este abaratamiento también influye en las expectativas de inflación y ejerce presión sobre las compañías de energía y sus proveedores. El sector de la energía tiene gran importancia para los mercados.
“Desde 2009, el sector energético (cotizado) global ha supuesto, de media, un 26% de las inversiones de los sectores no financieros, un 17% de las ventas, un 19% del beneficio neto y más del 40% de los pagos de dividendos. A medida que se hunden los precios y un número cada vez mayor de proyectos dejan de ser rentables, las empresas de servicios petrolíferos atraviesan por dificultades y crecen los impagos. El sector presenta cashflows negativos y el apalancamiento financiero ha subido hasta su nivel más alto desde el año 2000. Sus ratios de pay-out basados en datos de los 12 últimos meses superiores al 70% son insostenibles; es inevitable que se produzcan recortes de los dividendos”, escribe la firma en su último informe de mercado.
Pero lo que de verdad empieza a preocupar en el mercado es el segmento de high yield. “En el caso de la renta fija privada high yield de las compañías energéticas de EE.UU., los diferenciales vuelven a acercarse a sus máximos de agosto. En otros sectores de materias primas resultan evidentes unas dificultades similares. Aunque las cifras sean mucho menos importantes que en el sector de la energía, el sector de la minería también está en apuros, por el hecho de tener cashflows negativos y una rentabilidad bajo presión”, explica NN Investment Partners.
Ante esta situación, la firma se ha deshecho de la sobreponderación en crudo WTI estadounidense y ha recortado sus posiciones en deuda high yield estadounidense hasta una pequeña infraponderación». Está previsto que la combinación de unas condiciones climáticas más cálidas de lo normal en EE.UU. con la falta de control sobre la producción de la OPEP y la lucha continuada por cuota del mercado de petróleo intensificará la presión sobre los precios del petróleo a corto plazo y puede retrasar el esperado reequilibrio en el mercado de crudo”, concluye.
Principales candidatos a la Presidencia del Gobierno español, por el PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, de izquierda a derecha.. Las elecciones generales en España tienen pocas posibilidades de afectar a los mercados, dicen los gestores
Hace unos meses, los inversores de dentro y fuera de España se mostraban preocupados por las implicaciones que podría tener un potencial cambio de Gobierno en el país, surgido de lo que decidan las urnas el próximo domingo 20 de diciembre. Pero ésa ya no es la realidad: en parte porque la probabilidad de que gobierne una coalición de izquierdas que dé al traste con las reformas es más baja que antes pero también porque los expertos se muestran convencidos de que no hay margen de maniobra para hacer cambios radicales, pues España tiene compromisos con Europa de los que no puede escapar, como mostró el caso de Grecia. Y, además, porque confían en la buena marcha de la economía. Esa situación lleva a que la mayoría de gestores descarte que las elecciones españolas tengan capacidad para mover demasiado los mercados.
El primer argumento es que la posibilidad de una coalición de izquierdas en el poder se ha reducido, al bajar Podemos en las encuestas. “Las encuestas marcan como favoritos en intención de voto a partidos como el PP, PSOE y Ciudadanos. Aparentemente el riesgo del triunfo mayoritario de un gobierno con políticas económicas heterodoxas se ha diluido bastante, o al menos eso es lo que parece que está cotizando ahora mismo el mercado”, comenta Alfonso de Gregorio, director de Gestión de Gesconsult.
Para José Ramón Iturriaga, gestor de Abante, ya no hay posibilidad de que ganen partidos extremos mientras el escenario base de Jean-Alexandre Vaglio, del equipo de Research & Investment Strategy de AXA IM, es que el Partido Popular seguirá al frente con una mayoría estable por encima del 40%. Hay dos partidos que podrían quedar en segundo puesto: Ciudadanos o PSOE. Y según las encuestas, Podemos ha perdido impulso, dice. Para él, las más probables coaliciones serán PP-Ciudadanos o PSOE-Ciudadanos, en cualquier caso pro-mercado.
En Julius Baer están de acuerdo: esperan que el sistema político cambie desde el bipartidismo hacia un sistema multipartidos pero confían en que de las urnas del domingo salga un gobierno “market friendly” y hablan de una coalición entre el Partido Popular y Ciudadanos. De ahí que sigan sobreponderando la renta variable española, y den al Ibex un precio objetivo de 11.500 puntos, según Christoph Riniker, responsable de estrategia en renta variable del banco suizo.
Desde Robeco, también creen que el resultado más probable de las elecciones generales del 20 de diciembre sería un gobierno de coalición encabezado por los partidos conservadores, estima Léon Cornelissen, su economista jefe. Vaticina que el Partido Popular será la que obtenga mayor número de escaños en el nuevo parlamento, pero no el suficiente para mantener la mayoría absoluta de la que disfruta. Esto supone, según sus previsiones, que tendría que compartir el poder con Ciudadanos, un partido orientado a la empresa y la economía de mercado, lo que sería beneficioso para los intereses de los inversores.
Con todo, algunos se han lanzado a advertir de que la posibilidad de un Gobierno de izquierdas sigue en pie: el canadiense RBC avisaba a los inversores de que «es posible un Gobierno PSOE-Podemos», con el apoyo de Izquierda Unida, que traería «un prolongado periodo de incertidumbre política en España» y «provocaría una reacción inicial de aversión al riesgo en el mercado”, si bien ve como más probable un gobierno PP-Ciudadanos y, en todo caso, opta por evitar paralelismos con Grecia. Según la firma, Podemos ha suavizado su programa en los últimos meses y el PSOE podría actuar de fuerza moderadora en esa coalición.
Sin margen de maniobra
El segundo argumento es que España no tiene margen de maniobra frente a las exigencias europeas: “Las últimas encuestas ponen de manifiesto que la probabilidad de que el nuevo escenario político tras las elecciones generales vaya a asustar a los mercados financieros es muy reducida. Además, los mercados saben que el margen de maniobra real con el que contará el nuevo Gobierno para hacer políticas económicas “heterodoxas” es bajo. Conviene recordar que España se encuentra todavía inmersa en el procedimiento de déficit excesivo previsto en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y que eso hace que las instituciones europeas vayan a seguir estando muy encima de las decisiones de política económica que se tomen en nuestro país”, explica Álvaro Sanmartín, economista jefey asesor del Alinea Global en MCH IS. El experto que explica, como ejemplo, que las instituciones europeas ya han dicho que el nuevo Gobierno deberá introducir medidas de ahorro de gasto o de aumento de ingresos en los presupuestos para el año que viene.
Por último, la salud de la economía es fuerte y eso dará argumentos a los partidos de oposición y a la vez restará importancia a esta cita electoral en los mercados: Cornelissen destaca que la mejora de la economía española supone un buen augurio para los partidos proclives a la empresa y la economía de mercado, aunque el desempleo y la deuda se mantienen en niveles elevados en todo el país. “De cara a las elecciones, el contexto macroeconómico resulta favorable en estos momentos”, y añade que “España probablemente registre un crecimiento de más del 3% y, teniendo en cuenta el repunte del conjunto de la zona euro, es probable que la tasa de crecimiento de 2016 sea comparable.”
“Los vientos de cola que ahora mismo benefician a la economía española son tan importantes que tendrían que pasar cosas muy extrañas como para que se pueda producir un cambio brusco en el escenario macroeconómico a corto plazo”, añade Sanmartín. “Aunque pueda parecer paradójico, todo es tan aparentemente positivo a nivel macro en estos momentos que el mayor riesgo real al que se enfrenta nuestro país es el de volver a caer en la complacencia. Es cierto que la situación a corto plazo ha mejorado. Es cierto que crecemos. Y es verdad también que estamos creando mucho empleo. Pero lo importante ahora no es sólo eso sino, más bien, sentar las bases para que esta positiva evolución económica pueda continuar a medio y largo plazo”, dice. Para AXA IM, los principales riesgos a medio plazo están en la misma línea: “El riesgo es la falta de reformas adicionales que España necesita para asegurar un mayor potencial de crecimiento en el largo plazo”.
“La economía española tiene mejor aspecto y perspectivas que hace unos meses. Y la percepción desde fuera de nuestras fronteras también es ésa, aunque sí es cierto que algunos inversores extranjeros han manifestado puntualmente que están esperando a ver el resultado de los comicios antes de entrar en España o de aumentar su exposición al país”, dicen en Gesconsult.
Poco efecto en el mercado
Lola Ybarra, CIO Global de Santander AM, explicaba en un evento reciente que el efecto en los mercados será bajo: “Hace unos meses estábamos preocupados por los riesgos políticos. Pero todos estos temas que son conocidos, como las elecciones, tienen menos impacto en el mercado que las sorpresas”, en respuesta a una pregunta sobre las próximas elecciones generales y el riesgo en Cataluña.
Gesconsult le da un peso bajo: “2015 ha sido muy intenso en cuanto a política en España. Revisando un poco lo vivido, es cierto que con el tema de las elecciones catalanas se abrió un gap entre la prima de riesgo española y la italiana, que venían cotizando hasta entonces muy a la par. Vimos un incremento de la prima española a raíz de la presentación del partido único de Cataluña (Junts pel Sí) y se recogió un cierto componente político en el diferencial de nuestro país. Pero en la última parte del año se ha equilibrado bastante, con una diferencia de diez puntos básicos a favor de la italiana. La conclusión que podemos sacar con el comportamiento de la prima española es que las cuestiones políticas en realidad no están teniendo tanto peso incluso a pocos días de las elecciones”, señala De Gregorio.
Y por eso no ha cambiado apenas las carteras, si bien sí se adelantaron hace meses reduciendo exposición en bolsa a sectores regulados: “A la espera del resultado del próximo 20D, la gestión que hemos hecho de las carteras en Gesconsult en este contexto ha sido flexible y activa, pero conservadora. No hemos alterado en exceso nuestras posiciones en bolsa: seguimos con muy baja exposición al sector financiero, que no está presentando unos resultados lo bastante satisfactorios. Tampoco tenemos mucho peso en las eléctricas, por los ratios a los que están cotizando. Lo que sí estamos haciendo es apostar por pequeñas y medianas empresas, que serán las más beneficiadas a medio y largo plazo de la recuperación de la economía española”, explican.
Dinero foráneo
“Pese a los riesgos, siempre que el resultado de las elecciones generales del próximo domingo implique estabilidad y alejamiento de alternativas ligadas a la izquierda radical, estimo que podremos ver nuevas y cuantiosas entradas de dinero en nuestro mercado procedentes de no residentes. Éstos llevan un tiempo esperando la clarificación del panorama político español que, como aquí sabemos, ha virado mucho con respecto a cómo estaba hace un año. El objetivo de esas inversiones es evidente: intentar aprovechar los efectos de los componentes favorables que ahora mismo tiene la economía española y que deberían de ayudar a mantener su crecimiento”, comenta Guillermo Santos, fundador de la EAFI iCapital, en un artículo publicado en Expansión.
Carta al nuevo Gobierno
Santos pide al nuevo Gobierno favorecer tanto a las familias, reduciendo la presión fiscal y estimulando además así nuestra demanda interna, como a las empresas, moderando el coste de la contratación; y reducir el gasto público superfluo. Sanmartín le pide que apueste de forma decidida por capital humano, por la innovación tecnológica, por la mejora institucional y por la generación de mayor competencia efectiva en los mercados. Y que considere los efectos duraderos negativos que la crisis está teniendo sobre una parte no pequeña de la población española: “Aunque parezca paradójico, un crecimiento tan elevado de la desigualdad como el que se ha vivido en España en esta crisis no sólo plantea dilemas éticos sino que es perjudicial para la estabilidad y para el desarrollo económico en el medio y largo plazo”, explica.
¿Cuál es el partido preferido por aquellos a los que les interesan las finanzas?
Según la última encuesta de intención de voto de la red social Unience, realizada en el mes de diciembre, más de un tercio de los inversores votaría a Ciudadanos. El partido de Albert Rivera seguiría siendo el protagonista, si bien habría perdido votos desde la encuesta realizada en el mes de abril,en la que fue elegido por el 46,18% de los inversores. El segundo partido elegido por los usuarios sería el Partido Popular, que estos meses ha pasado del 17,27% de los votos en abril al 27,46% en diciembre. Podemos es la tercera fuerza más elegida por los inversores, con un resultado del 12,59%.
En cuanto al político más valorado, Albert Rivera sería el único que obtendría más votos positivos que negativos, con un 53,54% vs al 38,59%. Pedro Sánchez sería el político que menos confianza daría a los inversores, con el 90,78% de votos negativos. Los resultados de la encuesta, realizada por Unience del 1 al 9 de diciembre de 2015, se han basado en las respuestas de 437 inversores, con una edad media comprendida entre 35 y 55 años, y ubicados principalmente en Madrid, Barcelona y Valencia.
Alberto Bernal y Kathryn Rooney Vera - Fotos LinkedInd. Alberto Bernal ficha por XP Securities
Alberto Bernal ha fichado por XP Securities, firma en la que ocupa el puesto de estratega jefe global y de mercados emergentes. Bernal ha sido director de análisis y partner de Bulltick Capital Partners durante más de siete años. Con anterioridad trabajó para Bear Stearns – donde era responsable de cubrir los mercados de Colombia, Venezuela, Argentina, Ecuador y México- y para IDEAglobal.
Bernal es colaborador habitual de diversos medios de comunicación como las revistas LatinTrade y Alto Nivel, o el diario colombiano La República. Fue nombrado economista más preciso de Colombia en 2006, por la revista Dinero; uno de los Top 5 futuros economistas de Colombia, por el diario La República; uno de los futuros 40 directivos de menos de 40 años, por la revista Poder; y uno de los 100 líderes latinos de menos de 40 años, por la revista Gerente.
Bulltick, por su parte, ha nombrado a Kathryn Rooney Vera, que durante más de siete años ha sido estratega macro y partner de la firma, nueva directora de análisis del broker. Anteriormente trabajó en Bear Stearns y en MetLife Investments.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Diego Torres Silvestre. El blanqueo en Argentina es un ultimátum para muchos
Argentina anuncia el final de cuatro años de controles en su moneda, cumpliendo con una de las principales promesas de la campaña electoral del presidente Mauricio Macri. El peso argentino comenzará a cotizar libremente con la apertura del mercado. Se espera que se produzca una devaluación del peso argentino frente al resto de las divisas, según la información publicada por Reuters.
El nuevo ministro de Hacienda de Argentina, Alfonso Prat-Gay, fue el encargado de hacer pública la noticia. El denominado “cepo” cambiario agrupaba una serie de limitaciones en el mercado de divisas que afectaba directamente a la cantidad de dólares que los ahorradores argentinos podían comprar, limitando esta cantidad al 20% de los ingresos declarados. También las empresas se vieron afectadas, las filiales de las multinacionales extranjeras tenían limitaciones para repatriar sus beneficios a sus casas matrices, con lo que se desincentivó enormemente la inversión extranjera, y los importadores y exportadores de bienes y servicios perdieron mucha competitividad durante estos años. Estas restricciones dieron lugar al resurgimiento de un mercado negro de divisas, con un tipo de cambio para el dólar muy superior al oficial.
Se espera que esta medida tenga un impacto negativo en el corto plazo, con una devaluación del peso argentino y una economía que podría permanecer estancada durante 2016. Un peso argentino devaluado hará que el consumidor doméstico pierda poder adquisitivo, aunque pueda favorecer a las exportaciones, éstas sólo representan el 15% del PIB del país, lo que evidencia la importancia del mercado interno para su economía. En el largo plazo, se espera lograr una llegada masiva de divisas, un aumento de la inversión extranjera, y una reducción de la inflación que ya supera el 20% anual.
El Gobierno argentino prevé recibir financiación en los próximos meses, entre 15.000 y 20.000 millones de dólares procedentes de bancos internacionales y empresas privadas con sede en Argentina, para fortalecer las escasas reservas del país. Asimismo, el ministro de Hacienda de Argentina matizó que el nuevo régimen cambiario sería un régimen de “flotación sucia”, en el que el Banco Central contará con las herramientas suficientes para evitar fuertes fluctuaciones en la moneda, sin informar del valor concreto a partir del cual comenzarían las compras o ventas de la moneda local.
. Los gestores aplauden la decisión de la Fed y ven un 2016 sin novedades hasta junio y con menos de 4 subidas de tipos
Las gestoras de fondos siguen reaccionando al anuncio de ayer de la Fed, que supone un giro de 180 grados en la política monetaria después de nueve años de “medidas extraordinarias”, según decía ayer Janet Yellen. En general, consideran que es una buena noticia, que despeja dudas y da buenas señales sobre la economía. Además, aunque el camino es incierto porque está sujeto a la evolución de la economía estadounidense, los gestores creen que será progresivo: no ven más alzas hasta junio y hablan de menos movimientos en 2016 de los que se esperaban inicialmente. Y creen que la Fed parará cuando los tipos estén en niveles más bajos que en otros momentos de la historia. Con todo, no hay que olvidar que hay riesgos de que las expectativas no correspondan con la realidad, lo que podría llevar a vaivenes en los mercados.
“Tras el ajuste al alza de las expectativas del mercado sobre la trayectoria de los Fed Funds y el ligero descenso de las expectativas del FOMC, la brecha entre el mercado y la Fed se ha reducido sensiblemente. Eso es una buena noticia ya que se traduce en una rebaja de las incertidumbres, y una convergencia con nuestro escenario”, comentan en Groupama AM. “En conjunto tenemos una valoración muy positiva sobre la decisión tanto por la subida de tipos en sí misma como por la comunicación seguida, que ha sido muy clara. Yellen ha pasado desde una postura pesimista conteniendo la subida de tipos a otra positiva iniciando el ciclo. En cuanto a la trayectoria que seguirán los tipos a partir de ahora será muy gradual: la Fed ha revisado a la baja sus expectativas para los tipos a medio plazo lo que supone una clara señal de que sus futuros movimientos serán graduales y lo que ya ha tenido un impacto en los rendimientos de los bonos soberanos a nivel global que esta mañana han registrado caídas”, explica Mondher Bettaieb, director de Crédito Corporativo en Vontobel AM.
“Yellen hizo ayer un trabajo perfecto. Subió los tipos de interés como estaba previsto pero además lo hizo mandando un mensaje positivo sobre el crecimiento americano y sobre la economía global. Así las cosas, la respuesta positiva que estamos observando en la renta variable parece muy lógica, sobre todo en el caso europeo en el que se habían producido correcciones que tenían poca explicación fundamental”, dice Álvaro Sanmartín, economista jefe y asesor del Alinea Global en MCH IS. “La macro conocida ayer ratifica esa sensación de que los dos grandes bloques occidentales progresan adecuadamente”, añade Amílcar Barrios, analista de Tressis.
«Esta subida de los tipos de interés no ha pillado a nadie por sorpresa y ha sido la decisión adecuada, en vista de los indicios positivos que arroja la economía estadounidense. Los mercados laborales estadounidenses están actualmente muy ajustados y la inflación subyacente ha aumentado recientemente un 2% interanual. Además, ya que es probable que el lastre que supone la caída de los precios del petróleo para la inflación general disminuya y ante las recientes mejoras en el crecimiento salarial, el inicio de la normalización de la política monetaria era inevitable”, dice Jim Leaviss, director de Renta Fija Minorista de M&G. Kenneth J. Taubes, responsable de Inversiones en EE.UU. de Pioneer Investments, también juzga la decisión como “apropiada” en vista del nivel de la tasa de desempleo (en el 5%, muy cercana al pleno empleo), la inflación creciente y el crecimiento económico sostenible. Y también, porque estos movimientos vuelven a dar a la autoridad algo de margen monetario para ayudar en posibles nuevas crisis.
«La reducción de la incertidumbre sobre los movimientos de la Fed a corto plazo debería permitir a los inversores volver a centrarse en un trasfondo económico relativamente favorable a escala mundial, con un crecimiento moderado en las economías desarrolladas e indicios de una reactivación de la aceleración en China”, dice Simon Ward, economista jefe de Henderson Global Investors.
Un ajuste gradual: sin noticias hasta junio y menos de 4 subidas en 2016
Y nadie duda de que el ajuste será progresivo: “Seguimos pensando que el ajuste monetario será progresivo –la Fed no debería subir los tipos de nuevo antes de junio de 2016- y las recientes evoluciones de los mercados (petróleo, dólar, mercado de crédito high yield) son puntos de atención sobre el crecimiento y las expectativas de inflación”, comentan en la gestora de Groupama.
“Es importante tener en cuenta que Yellen ha pasado de estar centrada en el desempleo a poner el foco de su atención en la inflación, y en este sentido ha dejado claro que la inflación ha de cooperar para que pueda producirse una subida de tipos agresiva”, dicen en Vontobel AM. Sin embargo, si sus expectativas finalmente no se materializan, la Fed no subirá los tipos… al menos hasta junio: “Quizá la Fed podría volver a subir los tipos de interés en junio y a diferencia de las expectativas del mercado que hablan de cuatro subidas, consideramos que a lo mejor solo podrían producirse dos. Todo este escenario anteriormente descrito crea un entorno favorable para el crédito corporativo que podrá seguir beneficiándose del factor positivo del carry”, apostillan en la gestora.
Los expertos hablan de dos o tres subidas el año próximo: «Es posible que el proceso de subida de tipos de la Fed no responda a una estructura rígida. Las últimas previsiones del FOMC contemplan cuatro subidas en 2016, una por trimestre: Esperamos que las subidas de tipos respondan a un ritmo algo inferior, y es probable que se salten al menos un trimestre. La Fed no quiere ser demasiado previsible, motivo por el que el presidente Greenspan fue criticado en el ciclo de 2004. La manera más obvia de desviarse de una subida mecánica de tipos sería saltarse algún trimestre», dice John Belows, gestor y analista de Western Asset Management (Legg Mason).
“La Fed será muy cuidadosa a la hora de afrontar nuevas subidas de tipos, porque su objetivo explícito es que Estados Unidos siga creciendo por encima de su potencial para que la inflación se acerque lo antes posible al objetivo del 2%.Y Yellen señaló también que la Fed estaría dispuesta a permitir que la inflación en EE.UU. se vaya temporalmente por encima del 2%, siempre que eso no signifique un desacoplamiento de las expectativas de precios”, dice Sanmartín, dejando claro que todo apunta a subidas graduales. “La resistencia continuada de la economía estadounidense la sitúa en una buena posición para gestionar un contexto de subida gradual de tipos”, dicen en BlackRock.
Desde M&G también acogen de buen grado las declaraciones de Janet Yellen en las que afirmaba que este incremento no pretende ser el comienzo de una campaña de subida de tipos acelerada, sino que seguirán siendo flexibles y los tipos de interés sólo se incrementarán de manera gradual, «si bien pensamos que, al final, existe un riesgo de que el banco central necesite aumentar los tipos más rápido de lo que los mercados esperan actualmente. Dicho esto, las presiones estructurales en la inflación y el elevado nivel en el que se sitúan los títulos de deuda corporativa y pública en muchas zonas del mundo hacen que el tipo en el que la Fed dejará de realizar subidas en este ciclo será inferior a sus cotas históricas”.
Fuente: Groupama AM
¿Hay riesgos?
Pero Keith Wade, economista jefe de Schroders, advierte precisamente de que el riesgo reside en las expectativas del mercado acerca de un ciclo de subidas de tipos ‘lento y de escasa envergadura’».»La cuestión es hacia dónde se dirigen los tipos. La institución mantiene su compromiso con un ajuste gradual de la política monetaria, pero el peligro reside en que, si se interpreta que están siendo más duros que las bajísimas expectativas que los mercados se han forjado, el dólar se apreciará y seguirá presionando a la baja la inflación. Así, la normalización de los tipos de interés podría estancarse a medida que la moneda descuente la política de ajuste de la Fed”, concluye.
“Aunque parece que se descuenta casi totalmente un ritmo gradual de subidas, cualquier aceleración de ese ritmo podría provocar incertidumbre y volatilidad”, dice Stephanie Sutton, directora de inversiones en Fidelity International. “Además, aunque la subida en sí misma viene a refrendar la buena salud de la economía estadounidense, lo cierto es que hace más pesado el lastre de deuda tanto para los hogares como para las empresas. Sin embargo, afortunadamente el riesgo de problemas de pago o de un aumento de los impagos tras la subida de tipos es reducido, ya que la mayor parte de la deuda de los hogares y las empresas no financieras tiene tipos fijos”, matiza. “Creo que existe el riesgo real de que los tipos suban más rápido de lo previsto en 2016, dado que la Fed está a punto de cumplir con su doble mandato. Probablemente veamos nuevas subidas del dólar, lo que tendrá repercusiones para los mercados emergentes, las materias primas y los beneficios de las empresas estadounidenses”, añade Kevin O’Nolan, gestor de fondos de la misma entidad.
En la misma línea se pronuncia Francis A Scotland, codirector de Global Macro Research y gestor de Estrategia Macroeconómica Global de Brandywine Global (Legg Mason): «El riesgo es que la subida de los tipos sea prematura y que las siguientes subidas vayan demasiado lejos y demasiado rápido. La economía mundial se ha estado ralentizando de manera constante desde principios de 2014 y se han registrado indicios de presiones deflacionistas”.
¿Tiene lógica la reacción del mercado?
Los expertos creen que la señal dada por la Fed es positiva, así que el repunte de las acciones tiene todo el sentido. Pero Sanmartín ve menos lógico el movimiento que se ha observado en los tipos a largo plazo: “Si la Fed va a ser cuidadosa con la recuperación, si va a promover un crecimiento por encima del potencial y si va a seguir con una política acomodaticia porque quiere activamente ayudar a que la inflación suba hasta el 2% lo más lógico no es que las curvas de tipos se aplanen sino que hagan lo contrario, que repunten. Es cierto que la nueva caída del precio del crudo retrasará unos meses más el aumento de la inflación, pero no es nada racional pensar que una caída del precio del crudo hoy vaya a influir en la inflación promedio de los próximos años, porque para eso necesitaríamos que el petróleo se siguiera cayendo un 50% todos los próximos años, algo que no parece muy probable. Así las cosas, desde Alinea esperamos que en los próximas semanas se produzca un cierto movimiento alza en los tipos de interés a largo plazo, empezando en EE.UU. pero siguiendo también en otras economías desarrolladas”.
“Es probable que la volatilidad en los mercados financieros siga siendo elevada, por lo que la selectividad a la hora de invertir tendrá más peso”, añaden en BlackRock.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Bryan. La desincronización del crecimiento global mantendrá la presión bajista en la inflación
La apuesta de Investec para el contexto macroeconómico de 2016 es relativamente optimista, pese a que el crecimiento de la economía global va a ser más lento que en el pasado. En particular, la firma espera que las economías desarrolladas sigan creciendo a un ritmo razonable, y ve pocas probabilidades de una recesión en los próximos años. Estas son las conclusiones tras estudiar de cerca una serie de indicadores que tienden a marcar el paso de la economía, como la política monetaria, las condiciones de crédito, los precios de las materias primas y los tipos de cambio. Estos datos sugieren que el entorno será propicio para una continuada expansión económica hasta bien entrado 2016.
“Las perspectivas para las economías en desarrollo son más preocupantes porque tendrán que lidiar con un crecimiento chino estructuralmente más lento, menos demanda de materias primas y unas condiciones de financiación más restrictivas en un momento en el que las empresas se han endeudado con fuerza”, explica John Stopford, co-responsable de estrategias multiactivo de Investec.
Sin embargo, dice el experto, la probabilidad de que a corto plazo se produzca un aterrizaje brusco en China, parece ser baja. Las autoridades chinas quieren dirigir una desaceleración gradual en el tiempo, y es probable que tengan suficiente control sobre la economía como para lograr esto.
Pero lo que marcará el rumbo del 2016, es el crecimiento global desincronizado, que implica no sólo una modesta erosión de la capacidad de ahorro, sino que es probable que mantenga la inflación bajo presión bajista. Como consecuencia, la mayoría de los bancos centrales tendrán pocas razones para endurecer la política monetaria y muchos, como el Banco Central Europeo (BCE), deberían seguir siendo acomodaticios. La debilidad general y la persistente baja inflación provocará que la subida de tipos de la Fed sea bastante progresiva.
“Esto va a crear un ambiente benigno para los mercados financieros, que se caracterizará por un crecimiento moderado, baja inflación y condiciones monetarias relativamente relajadas. Factores todos ellos, que respaldan la idea de que estamos ante un ciclo económico prolongado con la recesión todavía fuera del horizonte. Esto debería beneficiar a los activos de crecimiento, en particular los de renta variable, que tienden a alcanzar su punto máximo sólo justo antes de una recesión”, apunta Stopford.
El contexto para los activos de los mercados emergentes, es para Investec menos convincente. Lo mismo que las perspectivas para la deuda corporativa, que pueden tener que enfrentarse a mayores rendimientos del Tesoro de Estados Unidos, si el Comité Federal de Mercado Abierto endurece la política monetaria más rápido de lo que espera el mercado. La divergencias de política entre los bancos centrales deberían respaldar más ganancias del dólar, aunque su rally está ya avanzado y puede limitar el ritmo de subidas de los tipos de interés en Estados Unidos.
“La preferencia por los activos cíclicos necesita, por supuesto, tener en cuenta tanto el riesgo de las perspectivas como el de las valoraciones de los activos. El primero es en su mayoría bajista, lo que, de alguna manera, atempera nuestro entusiasmo por los activos de crecimiento. Esto, junto con la diversificación sugiere que necesitamos una cierta exposición defensiva para protegernos de resultados adversos. Afortunadamente, la política monetaria desincronizada sugiere que la mayoría de los mercados de deuda pública deberían tener mejor evolución que la deuda del Tesoro”, afirma Stopford.
Renta variable y high yield
Para el gestor, algunos bonos gubernamentales con rentabilidades altas son especialmente atractivos, como los de Nueva Zelanda y Australia, donde los tipos de interés se pueden recortar más. Además, la alta calidad de los bonos corporativos investment grade son atractivos en relacióncon la deuda emitida por el gobierno, compensando su mayor apalancamiento en esta etapa del ciclo económico. También ve oportunidades no correlacionadas en infraestructuras.
Dentro de los activos de crecimiento, Stopford estima que las valoraciones no son un obstáculo para que la renta variable siga subiendo, y los rendimientos de los dividendos parecen baratos en comparación con los activos de renta fija. La rentabilidad de las inversiones inmobiliarias también parecen razonables, especialmente mientras esperamos que la rentabilidad de la deuda pública siga siendo mucho menor que antes de la crisis financiera mundial.
“A pesar decierta cautela hacia los mercados emergentes y la deuda corporativa high yield, estos activos se han abaratado considerablemente y ahora deben compensar a los inversores mucho más por los riesgos”, concluye.
Foto: Investing.com. La Fed está entrando en territorio desconocido: ¿Cómo reaccionarán los mercados a largo plazo?
Como si de una salva de cañonazos se tratara, Wall Street saludó ayer la primera subida de tipos de interés en nueve años con fuertes alzas en sus bolsas y repuntes en los valores del Tesoro. El Dow Jones cerró en verde con avances del 1,28%, el S&P 500 subió un 1,45% y el Nasdaq, tras esperar varios días, superó por fin la barrera de los 5.000 puntos. En el lado de la renta fija, los valores del Tesoro a 10 años avanzaron hasta el 2,297%.
La decisión del Comité Federal del Mercado Abierto de subir los tipos de interés en 25 puntos básicos quedó completamente en línea con lo que esperaba el mercado. Sin embargo, no todo fue coser y cantar. La Fed insiste en que el ajuste de alza en tasas será gradual, pero al mismo tiempo dependerá de la evolución de la economía. Esto en la práctica se traduce en incertidumbre y en que la elevada sensibilidad de los mercados a los acontecimientos continuará vigente.
Para muchos analistas, la Fed está entrando claramente territorio desconocido, ya que nunca se ha embarcado en un ritmo de subida de tipos partiendo de cero y con unas tasas de crecimiento tan bajas. Pero lo grave, apuntan, es el balance que acumula. El hecho de que los saldos de reservas de las entidades financieras en el banco central hayan crecido de 15.000 millones de dólares en 2007 a 2,5 billones en 2015 hacen que el camino al que se enfrenta Janet Yellen y su equipo sea extremadamente pedregoso.
“La Reserva Federal finalmente ha empezado a subir los tipos de interés. Lo contrario habría sido catastrófico. Habiendo resuelto una incertidumbre, la cuestión será ahora el ritmo de subidas de tipos del próximo año. La Fed está apuntando cuatro subidas en 2016, lo cual significaría más de lo que espera el mercado”, explica Luke Bartholomew, gestor de inversiones de Aberdeen Asset Management.
Dólar y mercados emergentes
La primera mirada se la llevan los mercados emergentes, señalados desde hace tiempo como los principales perdedores de un endurecimiento de la política monetaria. Eso sí, dicen los expertos, hay que distinguir bien entre quienes hicieron las reformas necesarias y quienes no. Además, recuerda Felipe López-Gálvez, de Selfbank, la subida del dólar que lleva aparejada un endurecimiento de la política monetaria, perjudicará a las instituciones que tengan deuda emitida en esa divisa, como es el caso de muchos gobiernos y empresas de Latinoamérica.
“El cambio de ciclo monetario en Estados Unidos implicará un entorno financiero más astringente y difícil para los mercados emergentes en general, en la medida en que los inversores comiencen a regresar EE.UU. y a otros mercados con tipos más altos. El impacto sobre paridades cambiarias, tasas de interés y renta variable será más importante para aquellos países con fundamentos macroeconómicos más endebles, tales como niveles elevados de deuda externa y déficit público, amplios déficits en cuenta corriente, bajos niveles de reservas internacionales y perspectivas de crecimiento económico limitadas”, explica Mario Correa, economista jefe de Scotiabank en México.
En lo que respecta a la renta fija, Deutsche Asset & Wealth Management cree que teniendo en cuenta sus previsiones de que la subida de tipos será muy gradual en 2016, “veremos un aumento moderado de los rendimientos del Tesoro estadounidense, pero sin que se produzca ninguna oleada de ventas», explica Stefan Kreuzkamp, CIO de la firma. Es probable que empiecen a subir los intereses que ofrece la deuda pública americana.
Pero es de esperar que en el contexto actual, esta medida no sólo afecte a la economía estadounidense, sino también al resto de economías globales. Como recuerda Carlos Salvador, profesor de CUNEF, un dólar más fuerte supone una posible fuga de capitales desde economías emergentes, afectadas ya por la caída del precio de las materias primas y otros riesgos económicos. “Si se tiene en cuenta que muchas de esas economías emergentes tienen sus préstamos en dólares, los efectos negativos se acentúan debido al incremento que esta política monetaria supone sobre el valor de las deudas contraídas en esta divisa”, dice.
Y es que, como escribía ayer Daniel Lacalle, economista y director de Tressis Gestión, en su habitual columna en El Confidencial: “Tenemos ante nosotros un reto global como inversores. Primero, entender cuáles son las empresas que pueden sobrevivir a un entorno de tipos al -oh, calamidad- 0,25%”.
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. Es el momento de mantener la calma
Uno debe remontarse mucho tiempo atrás en la historia para encontrar una política de los dos grandes bancos centrales -la Reserva Federal y el BCE- comparable a la actual. La última vez que se dio esta situación de divergencia monetaria fue en 1994, cuando la Fed subió los tipos de interés mientras que el Bundesbank los volvía a recortar. No obstante, aparte de estos paralelismos Ethenea no espera que haya otras similitudes con el año 1994. Entonces, los rendimientos de la deuda pública estadounidense y alemana a 10 años subieron casi un 2,5%, mientras que el S&P y el Dax se movían de manera lateral.
“Este no es un escenario en que uno se sienta absolutamente cómodo. Aparte de algunos dinosaurios del mercado, como alguno de nuestros portfolio managers, sin duda muy poca gente recuerda el mercado de capitales de 1994. Muchos de los participantes actuales del mercado aún debían correr con el tambor alrededor del árbol de Navidad en esa época. La experiencia de ese año vuelve a uno más escéptico, o por lo menos más cauteloso, acerca de cómo reaccionarán a largo plazo los mercados de capitales después de la subida de tipos del banco central estadounidense”, explican Guido Barthels, portfolio manager y CIO de Ethenea Independent Investors, y Yves Longchamp, responsable de análisis macroeconómico de la firma.
Ambos coinciden en que existen muchos factores que apoyan la tesis de que esta subida de tipos va a ser, como mucho, moderada. En primer lugar porque es la medida de política monetaria más anunciada de la historia de la humanidad, mientras que la del 1994 cogió́ a todos por sorpresa.
Y segundo, el mercado espera, entre otras cosas debido al comunicado del banco central estadounidense, que éste actúe con mucha cautela y que vaya normalizando los tipos del mercado monetario muy despacio. También en este aspecto el ciclo de 1994 tuvo una configuración totalmente distinta. En un plazo de doce meses, se elevó el tipo oficial en siete ocasiones del 3% al 6%: tres subidas de 25 puntos básicos (pb) cada una, dos subidas de 50 pb cada una, una de 75 pb y una más de 50 pb Asimismo, la primera subida de tipos de 1994 se produjo solo tres años después de la recesión que tuvo lugar entre el verano de 1990 y la primavera de 1991.
En cambio, ahora estamos ya a 6,5 años del fin de la Gran Recesión, como se ha denominado en los libros de historia a la crisis económica mundial que desencadenó la quiebra de Lehman Brothers. Por consiguiente, el ciclo económico está actualmente mucho más avanzado, y es improbable que la Fed lleve a cabo una subida de tipos tan fuerte.
Pero tanto Barthels como Longchamp creen que más importante que la variación de los tipos como tal es la comunicación subsiguiente del banco central. “Prevemos que se siga actuando de manera muy cautelosa. Como se desprende de los gráficos 3 y 4, las subidas de tipos de los bancos centrales pueden tener unos efectos totalmente distintos sobre los rendimientos de la renta fija. En el gráfico 3 se observa que hasta el cambio de milenio, los mercados de renta fija se movieron en paralelo con los cambios de los tipos oficiales, es decir, en la misma dirección”.
“Desde entonces, vemos en el gráfico 4, esta relación parece haberse disipado, lo que en nuestra opinión se debe a la fuerte forward guidance del banco central estadounidense, gracias a la cual los mercados pueden entender mejor la intención detrás de las intervenciones. Pese a ello, es casi asombroso que los bancos centrales consigan sorprender a los mercados cada cierto tiempo”, dicen los expertos de Ethenea.
Pero, ¿qué es lo que ejerce ahora una influencia prolongada sobre los rendimientos de la deuda pública a largo plazo? “El gráfico 5 confirma la intuición de que la inflación desempeña en ello un papel crucial. Mientras las expectativas de inflación permanezcan bajas, no cabe esperar ningún aumento importante de los rendimientos. Puesto que de momento, estas siguen situándose claramente por debajo del objetivo declarado del 2%, el riesgo de una fuerte subida de los tipos a largo plazo aún no puede considerarse actualmente como muy importante”, explican.
Por último, ambos repasan el comportamiento de las divisas. “Aunque prácticamente todo el mundo grita a los cuatro vientos que el tipo de cambio del dólar con respecto al euro debe ir rumbo hacia la paridad, nosotros somos más bien escépticos al respecto. El mercado parece tener un posicionamiento muy sesgado en este sentido, es decir, long en el dólar y short en el euro. Además, la experiencia demuestra que lo obvio raramente también es lo correcto”.
En comparación con 1994, aunque el banco central estadounidense subió los tipos de interés en un 3% en el escaso plazo de un año y el Bundesbank redujo al mismo tiempo los tipos de interés en más de un 1%, el dólar perdió durante ese periodo más de un 20% de su valor. Así, el tipo de cambio frente al marco pasó del 1,76 al 1,35. Si el billete verde se comportara de manera similar esta vez, el tipo de cambio frente al euro caería del 1,06 actual a más del 1,25. Una pérdida de tal valor (hipotética) tendría por supuesto un fuerte impacto, entre otras cosas sobre la evolución de la inflación, en especial dentro de la zona euro. Pero esto son, por supuesto, meras especulaciones”, concluyen Barthels y Longchamp.
Yves Longchamp es responsable de análisis macroeconómico de Ethenea Independent Investors (Schweiz) AG desde finales de 2013. Guido Barthels, portfolio manager y CIO de la firma. Capital Strategies es distribuidor de Ethenea en España y Portugal.
. La Reserva Federal estadounidense pone fin a "una era extraordinaria" y sube los tipos de interés un cuarto de punto
Los mercados descontaban desde hace tiempo la decisión adoptada hoy por la Reserva Federal estadounidense de subir los tipos de interés por primera vez en nueve años. Lo harán en un cuarto de punto porcentual hasta un nivel comprendido entre el 0,25% y el 0,5%. Y es que, en un mínimo resquicio de duda antes de conocer la decisión, varios estrategas coincidían en señalar que hubiera sido ‘catastrófico’ decepcionar esta vez al mercado como ya pasó en la reunión de septiembre.
“Es el fin de una era extraordinaria”, declaró Yellen en la rueda de prensa posterior. Lo cierto es que una vez despejada la incógnita más esencial, la cuestión gira ahora en torno al ritmo de subidas. En este sentido, los representantes de la Fed dejaron claro que ajustarán su estrategia a medida que vayan viendo cómo evoluciona la economía. Es decir, las próximas subidas serán, con toda probabilidad, muy graduales.
En su comunicado, la Reserva Federal también quiso destacar que estará especialmente atenta a los datos de inflación durante el próximo año, de manera que se dirija hacia el objetivo del 2%.
La decisión unánime de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto ha calmado de momento a los mercados y a estas horas tanto la renta variable como los bonos del Tesoro registran avances. “La reacción del mercado ha sido suave, no vemos ninguna sangría”, declaraba un analista a The Wall Street Journal.
Foto: Joaquim Levy, Senado Federal. Fitch Ratings también rebaja la deuda soberana de Brasil y el país pierde el grado de inversión
La agencia de calificación Fitch Ratings rebajó la deuda de Brasil desde el grado de inversión hasta nivel especulativo, alegando una recesión más profunda a la esperada, condiciones fiscales adversas y una mayor incertidumbre política, convirtiéndose en la segunda de las tres principales agencias de calificación de riesgo que le otorga grado especulativo a Brasil y perdiendo la deuda soberana del país el grado de inversión que alcanzó en 2008, según publica la versión digital del OGlobo.
Si el pasado 9 de septiembre Standard & Poor’s ya despojó a la deuda soberana brasileña del grado de inversión, ahora es Fitch Ratings quien rebaja la calificación de “BBB –”a “BB+” con una perspectiva negativa. Esperando que continúen los riesgos e incertidumbres en materia económica, por lo que se espera que pueda haber nuevas revisiones en un plazo de 12 a 24 meses, con una posibilidad de nuevas rebajas mayor al 50%. Tan sólo Moody’s mantiene el grado de inversión, pero la agencia también advirtió de que podría bajar la calificación del país por la inestabilidad política.
“El escenario de deterioro interno aumenta los desafíos de las autoridades para tomar medidas correctivas que eleven la confianza y mejoren las expectativas para el crecimiento, consolidación fiscal y estabilización de la deuda”, dice la nota de la agencia Fitch Ratings.
Fitch Ratings explica que empeoró las previsiones para la economía brasileña tanto en 2015 como en 2016, siendo las estimaciones actuales una recesión del 3,7% para el cierre de este año y una recesión del 2,5% para el siguiente ejercicio económico, con riesgo de ser revisadas a la baja. La agencia mencionó las tasas de desempleo crecientes, la contratación del crédito, la caída de la confianza, y la alta inflación como factores que afectan negativamente sobre el consumo doméstico. También cita la incertidumbre política, la crisis en la industria de la construcción, y los efectos de las investigaciones del escándalo de corrupción de Petrobras como las causas de que haya disminuido la inversión.
La pérdida del grado de inversión podría provocar una fuga de capital extranjero masiva, ya que muchos fondos de pensiones e inversores institucionales deben cumplir con esta exigencia para mantener deuda soberana en sus carteras. Según un informe publicado por la firma JP Morgan a principios de 2015, la pérdida del grado de inversión por parte de Brasil supondría la venta forzosa de unos 6.200 millones de dólares en bonos soberanos en moneda extranjera, y podría también ocasionar el retiro de 14.000 millones en la deuda corporativa del país. Las primeras reacciones se han podido observar en los mercados brasileños, que han profundizado sus pérdidas: el índice Bovespa perdía un 1,24% y el real brasileño se debilitaba más de un 2% frente al dólar.
La decisión de la agencia se sumó a la presión por la anticipada subida en las tasas de interés en Estados Unidos y las señales de descontento del ministro de Hacienda Joaquim Levy, a cargo de la agenda de medidas de austeridad de Rousseff.