CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Lenabem-Anna J.. Las subidas de tipos en EE.UU. llevarán a los hedge funds a batir a los activos tradicionales
De acuerdo con la última publicación del año de Lyxor, el proceso de normalización monetaria que llevará a cabo la Reserva Federal de los Estados Unidos obligará a los gestores a hacer un mayor uso de estrategias activas que ayuden a generar alfa; y entre esas estrategias los hedge funds se ponen en valor.
Según la entidad, la decisión de la Fed de subir tipos en diciembre –que vendrá seguida de otras tres o cuatro subidas el próximo año- llevará a los inversores a plantearse cuáles serán las implicaciones en el mercado. Aunque los movimientos se verán respaldados por una mayor fortaleza económica en EE.UU., “los inversores necesitarán tener en cuenta que la menor liquidez es un obstáculo para los activos de riesgo como la renta variable estadounidense o el crédito high yield”. En este entorno, en Lyxor creen que el sentimiento de mercado el próximo año rotará entre “la exuberancia y la depresión” y por eso recomiendan recortar el horizonte de inversión y ser tácticos.
Pero también aconsejan centrarse en estrategias que puedan aportar valor, como los hedge funds, pues las subidas de tipos en EE.UU. podrían llevarles a batir al mercado frente a otras clases de activos tradicionales.“De ahora en adelante queda poca beta de mercado que capturar en esas clases de activos y por eso la generación de alfa será clave. Seleccionar la estrategia adecuada y los mejores gestores de cada estrategia asegurará atractivos retornos ajustados al riesgo en un entorno volátil”, dicen en la gestora.
Los efectos de la subida de tipos
Por primera vez en casi una década la Reserva Federal decidió subir su tasa de referencia en 25 puntos base, y aunque su gráfica de puntos sugiere tres alzas durante 2016 -lo que dejaría la tasa en aproximadamente 1,38% el próximo diciembre-, Lyxor dice que, de acuerdo con el mercado, la tasa real será de en torno al 0,8%.
La gestora destaca que, en general, la renta variable global respondió de forma positiva al cambio de política monetaria de la Fed pero el efecto fue de corto plazo, ya que el dólar recuperó su tendencia alcista y continuó la caída en el precio del crudo. Y advierte de efectos más perversos para los activos de riesgo ante la menor liquidez.
¿Qué estrategias son mejores en hedge funds?
En este contexto de volatilidad, favorece las estrategias global macro y, en menor medida, CTAs, para diversificar las carteras y porque ambas tienen a batir al mercado cuando la volatilidad es mayor. En el segmento long-short de renta variable, sugiere gestores con direccionalidad limitada y, en renta fija, prefiere estrategias de arbitraje en deuda a crédito long-short. “Nos preocupa más la estrategia de crédito long-short en EE.UU. que en Europa”, matizan desde la gestora.
Foto: RebeccaVC1. MFS: EE.UU. revisa a la baja su crecimiento pero hay razones para ser positivos
La gestora MFS repasa lo ocurrido la semana pasada en los mercados -con los índices de renta variable en Estados Unidos y Europa en su mayoría alcistas, en una tranquila semana acortada por las fiestas y con los índices de las bolsas asiáticas con resultados más mixtos- y recuerda que los indicadores económicos de Estados Unidos fueron modestamente positivos, si bien los reportes globales han apuntado a nuevos desafíos a la hora de hacer frente a un menor crecimiento.
Como reflejo de la relativa calma que se instaló en los mercados, el índice de volatilidad, el Chicago Board Options Exchange Volatility o VIX, bajó hasta el rango de 15, mientras que en las semanas anteriores había permanecido cerca de 20. La tasa en el bono de diez años del Tesoro de Estados Unidos subió ligeramente hasta el 2,24%. La diferencia entre el precio de los dos barriles de referencia se estrechó significativamente, con el US West Texas Intermediate y el Brent cotizando cerca de los 37 dólares por barril.
Revisiones de crecimiento a la baja
El producto interior bruto de Estados Unidos fue revisado a un 2% anual para el tercer trimestre, frente a un 2,1% que había sido anunciado con anterioridad y por debajo de la tasa del 3,9% del segundo trimestre. El gasto de los consumidores se mantuvo fuerte, debido a un mercado laboral saludable y unos menores precios en los combustibles. El negocio de los inventarios y el comercio restaron un 0,7% y 0,3% a la cifra final del PIB.
Sin embargo, el sentimiento del consumidor repuntó en noviembre: el índice de la Universidad de Michigan a finales de diciembre crecía a un 92,6%, desde el 91,3% que reportó en noviembre. Una menor inflación ayudó a aumentar los salarios reales y mantener la demanda de los hogares de bienes duraderos. El sentimiento medio de 2015 fue 92,9, el más alto desde 2004.
El consumo de los hogares estadounidenses aumentó al 0,3% en noviembre, después de una ganancia del 0,4% en octubre, según el Departamento de Comercio de Estados Unidos. El consumo también aumentó si se tienen en cuenta un ajuste de inflación del 0,3%, después de un octubre estable. El gasto se ha acelerado por una mejora en la contratación, el precio del crudo más barato y un mayor valor en las viviendas. El ingreso disponible creció hasta el 3,5% de año a año, mientras que el índice “core” de consumo personal, el índice preferido por la Reserva Federal para realizar sus estimaciones de inflación, subió un 1,3%.
Los pedidos de bienes de capital no militares excluyendo aviones, indicador que sirve para monitorizar los planes de gasto en inversión empresarial, cayeron un 0,4% en noviembre, frente a un crecimiento del 0,6% en octubre. Los pedidos de bienes de capital se mantuvieron sin cambios.
Las ventas de casas usadas cayeron un 10,5% en noviembre, algo seguramente causado por la nueva regulación sobre hipotecas que ha provocado retrasos en el cierre de las ventas. Mientras que las casas de nueva construcción crecieron un 9,1% con respecto al año anterior, las mediciones de ventas de nuevas casas están basadas en pre-acuerdos, en lugar de en cierres de hipotecas.
En la semana hubo 5.000 solicitudes de desempleo menos, hasta alcanzar las 267.000 solicitudes a la semana a 19 de diciembre. El promedio móvil de cuatro semanas aumentó en 1.750 hasta alcanzar las 272.500 solicitudes.
Las ventas minoristas crecieron un 7,9% en el periodo de Navidad, impulsadas por un incremento del 20% de las ventas en línea, según datos de MasterCard. La demanda ha sido particularmente alta en muebles y ropa de mujer. Los consumidores han reportado un gasto mayor por el ahorro obtenido con los bajos precios de la gasolina.
Foto: MichaelCoghlan, Flickr, Creative Commons. Las fusiones entre entidades y la necesidad de rentabilidad siguen forzando a la industria europea a consolidar su gama de fondos, pese al positivo escenario
La industria europea de fondos está disfrutando de fuertes entradas de capitales en lo que va de año pero, a pesar de ello, sigue adelante con su consolidación. “Sorprende que la industria sea aún cauta con respecto al número de fondos lanzados”, comentaban Detlef Glow, responsable de Análisis para EMEA de Lipper Thomson Reuteres, y Christoph Karg, especialista para Alemania y Austria, en su último informe sobre “Lanzamientos, liquidaciones y fusiones en la industria de fondos europea”.
Y es que la industria sigue teniendo motivos para continuar con la consolidación: “Ha habido un gran número de fusiones entre gestoras en los últimos años, lo que ha llevado a duplicidades en los rangos de productos que necesitan ser eliminadas para lograr economías de escala”.
Además, existe aún mucha presión sobre las gestoras con respecto a su rentabilidad, que también está llevando a esa “limpieza” en las gamas de fondos. “Esta presión puede incluso incrementarse, una vez los marcos regulatorios se apliquen totalmente, pues no todos los costes relacionados con la regulación pueden trasladarse a los inversores finales y por tanto serán un reto para la industria de la gestión”, explican los autores del informe.
En este sentido, prevén que la consolidación de la industria de fondos europea continúe a corto y medio plazo. “Incluso un mercado positivo y de apoyo, con las bolsas y los bonos subiendo, podría no parar esta tendencia, aunque sí rebajar el ritmo de consolidación”, dicen, en la medida en que mayores activos bajo gestión llevan a mayores ingresos para los proveedores de fondos.
Los datos del informe, relativos al tercer trimestre del año, hablan de 453 fondos nuevos creados, la mayor cifra en un tercer trimestre desde 2011, pero de una subida del número de fondos fusionados (324 frente a los 318 del mismo periodo de un año antes). En cuanto a las liquidaciones, se estabilizan.
A finales de septiembre, había 31.982 fondos a la venta en Europa, con Luxemburgo teniendo 9.136 y Francia siendo domicilio de 4.631 productos.
Antonio Zoido, presidente de BME.. "Los sistemas financieros de América Latina están subdesarrollados incluso en relación con sus fundamentos macroeconómicos"
“Por primera vez en este siglo América Latina no crece. La región, que había sorteado la última crisis financiera con una salud envidiable, se ha visto atrapada por una combinación de factores negativos: el desplome de los precios de las materias primas, la desaceleración de China y una notable debilidad del consumo e inversión privados, afectados por la escasa confianza de las empresas y las familias. La CEPAL y el FMI estiman que el PIB de Latinoamérica se contraerá un 0,3% en 2015, si bien recuperará territorio positivo en 2016”. Con este telón de fondo inauguraba Antonio Zoido, presidente de BME, el 17º Foro Latibex celebrado recientemente en Madrid.
Aunque remarcó la heterogeneidad de la región (“mientras México crece un 2,5%, Brasil retrocede en la misma proporción y en Chile, Perú y Colombia el PIB crece entre el 2% y el 3%, la mitad de lo que venían haciendo en esta década”), algo que también se refleja en los mercados de valores (“la bolsa brasileña, ha bajado un 6% en lo que llevamos de año; las bolsas de Perú y Colombia acumulan por su parte fuertes pérdidas; sin embargo, se sitúa en territorio positivo la bolsa mexicana, con un 3%), dejó claro los retos comunes.
Sobre todo, la necesidad de que mejore su sistema de financiación. “Los últimos informes anuales sobre la región de la CEPAL y del FMI coindicen ambos en el mismo desafío: América Latina precisa de un mayor desarrollo financiero, está lejos del nivel adecuado de acceso a la financiación, sus sistemas financieros están subdesarrollados incluso en relación con sus fundamentos macroeconómicos”. Así, el acceso a la financiación de las empresas, sobre todo de las de menor tamaño, es limitado y ello restringe su capacidad productiva y de crecimiento. Esto mantiene a muchas empresas en estado permanente de vulnerabilidad y bajo crecimiento y genera graves consecuencias en términos de pobreza y desigualdad social en Iberoamérica.
“Este problema es coincidente con la situación evidenciada en gran parte del mundo con la crisis en la que aún nos debatimos. En el caso de América Latina, conviene recordar que solo el 40% de las pequeñas empresas y un 70% de las grandes manejan crédito bancario o líneas de crédito, según datos de la CEPAL y el Banco Mundial. Los sistemas financieros de la región son en general, poco profundos, centrados en banca comercial y con un horizonte temporal de corto plazo. Salvo excepciones, sus mercados de capitales son aún pequeños, con bajos niveles de capitalización y volúmenes de negociación limitados, muy concentrados en pocas acciones. Todo ello supone escasa capacidad de financiación y costes elevados”, dice Zoido.
Por todo ello, apela a una mayor a contribución de las bolsas para la financiación: “Podría ser, como en otras partes del mundo, esencial para equilibrar las fuentes de financiación, al menos las de las compañías más grandes. En los últimos cuatro años las bolsas de México, Brasil, Chile y Perú han acumulado 150.000 millones de dólares en ampliaciones de capital, si bien en 2014 y 2015 la tendencia se ha frenado. Es llamativo que estas cuatro bolsas, cuyo tamaño agregado por capitalización duplica al de la bolsa española, hayan aportado un 27% menos de financiación en los últimos cinco años y menos de la mitad que ésta en 2014”.
En su opinión, potenciar el mecanismo financiador de los mercados de valores es, por tanto, un reto capital para la región a pesar de los avances registrados en la última década. “Los principales organismos multilaterales, particularmente los especializados en la región como la CAF y el BID, recuerdan la necesidad de acometer reformasque fomenten el uso de los mercados. Además, se debería asegurar una regulación y supervisión adecuadas para reducir posibles asimetrías de información en otros desequilibrios”.
Invertir a largo plazo
Zoido mencionó lo que supone para un inversor europeo invertir en LatAm: “Desde la óptica europea, para el inversor con cartera en euros el comportamiento ha sido negativo, debido a la fuerte depreciación de las divisas, en línea con lo ocurrido en el conjunto de los países emergentes. El real brasileño ha perdido un 30% frente al dólar en 2015, el mayor retroceso de las divisas de los países emergentes. Sin embargo, aunque esta coyuntura puede invitar a deshacer posiciones en los mercados de valores iberoamericanos, los inversores estratégicos, que mantienen carteras en la región desde hace décadas, contemplan esta situación como una oportunidad para posicionarse a largo plazo”.
Porque hay cosas muy positivas: “La realidad no puede obviarse. Latinoamérica acumula algunos de los mayores recursos naturales y de menor coste de explotación, incluyendo petróleo, metales, minerales y productos agrícolas. Su demanda en el largo plazo mejorará, y, por tanto sus precios, a medida que mejore el crecimiento global. En segundo lugar, se trata de una región joven, su impulso demográfico, unido a un desarrollo social notable en este siglo, tenderá a subrayar el crecimiento económico. Y por último, no debe descartarse que la brecha tecnológica que aún mantiene respecto a los países más avanzados pueda cubrirse en un periodo mucho más corto que el que llevó a éstos a situarse en el nivel actual”.
Recuerda que la evolución de los precios de las materias primas es un factor externo, sobre el que no puede actuarse, pero los otros dos factores, el desarrollo social y el desarrollo tecnológico; pueden impulsarse con algunas medidas de política pública y con las reformas adecuadas: educación, infraestructura tecnológica, fomento de la innovación, inversión en I+D, etc. “Esto redundaría en una mayor confianza en la inversión privada y podría retomar el círculo virtuoso que hemos visto en la década pasada”.
Y añade: “La ignorancia de muchos inversores europeos sobre las empresas de América Latina implica un posicionamiento en las mismas muy inferior al que correspondería por el tamaño económico de la región”, apostilla. Y de ahí el valor de Latibex, “una red de acuerdos entre depositarios centrales, bancos y custodios y miembros de bolsa, unida a un régimen de información que replica las exigencias de cada mercado en su origen, que permiten al inversor europeo, incluso al más pequeño, un acceso privilegiado a los valores de América Latina”.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Nattu. Degroof Petercam colabora en un estudio europeo sobre prácticas de inversión responsable
Tras meses de estudio, el pasado mes de noviembre se publicó la octava edición del estudio sobre las prácticas de inversión responsable (IR) de los inversores institucionales europeos, realizada por la empresa Novethic con la colaboración de Bank Degroof Petercam en 13 países.
Aprovechando la cumbre del clima COP21 delebrada en París, se han publicado los resultados de 181 encuestas a diferentes inversores que representan un total de 7,4 billones de euros en activos. La conclusión a la que llega el estudio es que el clima es una prioridad para el 53% de los inversores, y que las políticas de inversiones responsables se están consolidando y progresando en los últimos años.
Existen varias estrategias para consolidar sus prácticas, aunque el 90% de los encuestados ha optado como mínimo por una de las siguientes tres. La primera, y más destacada, es la exclusión de sus planes de inversión de las que incurren en actividades controvertidas, ya sea por su sector o por violar acuerdos internacionales relacionados por ejemplo con la corrupción o la violación de los derechos humanos. La segunda es la selección por criterios ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo) y la tercera el compromiso accionarial.
Tras el análisis global, se distinguen tres niveles de madurez en Europa, con respecto a los siguientes aspectos: la formalización de Principios de Inversión Responsable (PRI por sus siglas en inglés), la implementación de dichos principios y la publicación de informes públicos sobre actividades de inversión responsable. Noruega, Finlandia, Países Bajos, Dinamarca y Suecia son los países más desarrollados en términos de IR. Francia, Reino Unido, Alemania, Austria y Bélgica se sitúan en un segundo nivel intermedio; y España y Suiza en cola, con un nivel moderado de desarrollo.
La situación en España, a pesar de la clasificación, es esperanzadora. El 50% de los inversores son firmantes de los PRI y esta movilización está llevando a mejoras en términos de presentación de resultados. Además, en 2015, aumentaron en un 15% los inversores que publicaron informes dedicados a ese tema.
Novethic es una empresa francesa experta en investigación responsable cuyo objetivo es sensibilizar a los profesionales de las finanzas y fomentar la difusión de las prácticas de inversión responsable en Europa.
Degroof Petercam pretende, con este estudio y el apoyo a diferentes iniciativas, fomentar una responsabilidad financiera que tenga en cuenta las tres dimensiones de los criterios ASG: “planet, people, profit” para buscar soluciones a largo plazo y mejorar el futuro.
. ¿Cómo les fue a los mercados latinos en 2015 y qué se espera para 2016?
Durante 2015, los declives en el mercado de renta variable en Latinoamérica reflejaron las dificultades enfrentadas por los mercados emergentes en general. La bajada en los precios de las materias primas, acompañada por la desaceleración de la economía china y el aumento de la presión sobre las monedas de los mercados emergentes, así como la anticipada contracción de la política monetaria de Estados Unidos, fueron claves para estas caídas.
De acuerdo con el ranking preparado por S&P Dow Jones Indices, durante el año los mercados de valores de Brasil –país inmerso en incertidumbre política por el escándalo de corrupción en Petrobras- y de Colombia compitieron por la peor posición en el ranking de la región. Las ganancias del mercado en Argentina fueron impulsadas por el cambio político con la elección de Mauricio Macri, quien prometió reformas en favor del mercado.
La agencia señala que en 2015 “las dos economías más grandes de la región latinoamericana mostraron resultados contrastantes. La estabilidad del mercado de México fue impulsada por los sectores de consumo básico y financiero, mientras que el desempeño del mercado brasileño, asolado por escándalos de corrupción y presiones inflacionarias, demostró perdidas constantes hasta llegar al fondo del ranking de la región. Otros países como Colombia, Chile y Perú también sufrieron bajas. Dependientes de las materias primas, estos mercados fueron impactados por el precio del cobre que llegó a su extremo más bajo (Chile), por la reducción en la producción del petróleo y de la minería y por la valorización del dólar frente a las monedas de los mercados emergentes”.
Para 2016 y según Christopher Bennett, analista senior de índices de S&P Dow Jones Indices, “podemos esperar un mayor interés en los índices de las divisas, impulsados por la contracción en la política monetaria de los Estados Unidos. La inflación también llegará a influenciar los mercados locales y podemos esperar que los eventos políticos, como las recientes victorias de la oposición en Venezuela y Argentina, impactarán en el desempeño de los mercados de capitales».
En 2016 se espera que la cobertura de divisas o los índices de éstas ganen mayor interés, así como ver presiones inflacionarias en países como Brasil y Argentina; “mientras que el mundo desarrollado está luchando para estimular la inflación, América Latina está luchando para controlarla”, concluye S&P Dow Jones Indices.
Model S, de Tesla. ¿Quieres manejar un Tesla en México?
A principios de diciembre, la compañía de Elon Musk informó de que era oficial su llegada al país azteca. En su equipo de gestión se encuentra la ex ejecutiva del Palacio de Hierro, Françoise Lavertú, como country manager de Tesla en México y el ex Google Ricardo Blanco a cargo de la comunicación de la firma.
Tesla ya cuenta con una web local y un showroom al estilo Pop-up en Santa Fe. En ambos sitios se podrán reservar los autos así como agendar pruebas de manejo del famoso Model S. Un sedán eléctrico con alcance de hasta 435 kilómetros de distancia, sin recarga y que, dependiendo de la configuración, puede ir de 0 a 100 km/h en tan solo 3 segundos.
Para reservar un auto, que se espera te entreguen en la primera mitad del 2016, se debe hacer un pago de ochenta mil pesos ya sea desde el sitio web o el centro en Santa Fe.
Foto: Diego Torres Silvestre. Más adversidades para Latinoamérica
Según publica en el informe mensual de inversión de Credit Suisse, Robert C. Serenbetz, estratega de inversiones para el banco suizo en el equipo de banca privada de la región Américas, las perspectivas para Latinoamérica siguen siendo negativas, debido a la disminución del impulso de la producción industrial.
La producción industrial en América Latina prosigue su tendencia a la baja, conllevando posiblemente una caída de los volúmenes producidos y del crecimiento.
Las divisas siguen cayendo, lo que perjudica a los beneficios empresariales y a la rentabilidad. A largo plazo, esto podría beneficiar a su competitividad a nivel mundial.
Los diferenciales de los CDS sobre deuda brasileña se han ampliado considerablemente este año; pero el coste de protección ha bajado recientemente, ante la adopción de ciertas medidas para abordar reformas económicas.
El aumento de la inflación y del desempleo, junto con la dolorosa subida de ciertos impuestos, están situando a gran parte de la población brasileña en una posición cada vez más desesperada. Al mismo tiempo, estos mismos factores están empeorando las perspectivas para el sector empresarial.
Foto: Victor Camilo, Flickr, Creative Commons. Mercado inmobiliario: esta vez no es diferente
El gran científico Albert Einstein dijo en una ocasión que locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Ni que decir tiene que aprender de nuestros errores constituye la mejor forma de evitar caer en la trampa de la locura. Sin embargo, en el embriagador punto álgido de un boom inmobiliario es muy fácil ignorar las experiencias anteriores. Todos sabemos que los mercados tienen ciclos y que estos no pueden subir eternamente, pero siempre son muchos los que se dejan llevar pensando que esta vez el resultado será distinto.
Los inversores están en lo cierto al señalar que existen diferencias evidentes entre el actual optimismo del mercado y el crash inmobiliario de 2007/08. Y todos nos dedicamos a buscar las mismas señales de ese crash y a convencernos de que, dadas las diferencias con el actual mercado, el resultado no puede ser el mismo.
En esta ocasión hay tres diferencias fundamentales que contribuyen al comportamiento alcista. Los bienes inmuebles parecen más baratos que la deuda pública. El diferencial entre los tipos de los bienes inmuebles y los de la deuda pública es mayor en el actual ciclo. Pero asumir que el sector inmobiliario está barato debido a que los bonos están caros sería analizar el valor de forma relativa. Pese a que los bienes inmuebles puedan estar más baratos que los bonos, continúan pareciendo sobrevalorados en términos absolutos.
Según el planteamiento del valor absoluto, la subida de los tipos de interés hará que la propiedad parezca más cara (incluso si los precios se mantienen), salvo que los ingresos aumenten de forma considerable. La subida de los tipos de interés también provocará que las propiedades parezcan más caras que la deuda pública, incluso según su valor relativo.
Tras un período en el que no era posible recurrir a la deuda de forma inmediata para la inversión inmobiliaria, actualmente puede accederse a ella más fácilmente y con márgenes menores. Esto está generando importantes oportunidades de financiación y los inversores asumen más deuda para hacerse con activos más arriesgados.
Pero en este caso hay dos ideas falsas. En primer lugar, el coste de la deuda no hace que varíe su impacto sobre los valores de riesgo para el capital –los riesgos siguen siendo los mismos, pese a las expectativas de mayor rentabilidad–. En segundo lugar, a medida que suben los mercados y cuanto más ha crecido el capital, llega el momento de deshacerse de la deuda, no de adquirir más.
Además, la cantidad de espacio de oficinas en construcción se encuentra en un nivel históricamente bajo, lo cual limita la oferta. Pero la cantidad de espacio en «términos reales» (es decir, el número de personas adicionales que puede alojar este espacio) es mayor que nunca, debido a la transformación que han experimentado los centros de trabajo en los últimos 30 años. Una mano de obra más flexible, el aumento de los espacios de oficinas abiertos, las ventajas tecnológicas y un diseño más eficiente han contribuido a que disminuya el promedio de superficie por persona. Hace treinta años, 10.000 metros cuadrados (m2) equivalían a unos 500 puestos de trabajo. Pero con el aumento de la eficiencia en el uso del espacio de oficinas, en la actualidad 10.000 m2 equivaldría a aproximadamente 1.250 puestos de trabajo. Esta misma tensión de mayor eficiencia del espacio existe en el mercado de la propiedad destinada al comercio minorista.
Así, el panorama inmobiliario ha cambiado de forma notable en los últimos 30 años, lo cual ha generado riesgos y oportunidades. Por ejemplo, finalmente Internet está teniendo la incidencia en el comercio minorista que habíamos previsto; ya no es necesario que el comercio utilice espacio para vender sus productos. Y si el contexto comercial no ofrece a los consumidores comodidad o una experiencia de gran calidad, los activos del sector de la venta minorista se verán relegados a una lamentable posición intermedia. Dicho esto, el sector industrial es el principal beneficiado por el cambio estructural que ha experimentado el sector minorista. La venta a través de Internet ha provocado un aumento de la demanda de almacenes industriales y de logística, tendencia que creemos que se mantendrá. Por ello, aunque existen cambios estructurales, es evidente que habrá claros beneficiados.
Pese a que es cierto que en esta ocasión el panorama del sector inmobiliario es distinto, no prevemos que esto vaya a cambiar en esencia nuestra perspectiva para el mercado. Los bienes inmuebles ya han avanzado bastante en determinados mercados y cabe esperar que en algún momento esta tendencia se suavice y sin duda se relaje. Lo que todavía es incierto es cómo y cuándo sucederá. Pero en el excitante mundo del capital en rápido crecimiento son muchos los inversores que suelen ignorar la principal ventaja de invertir en propiedades: un flujo de ingresos seguro, que cuenta con el respaldo de un arrendamiento y, en última instancia, de un inquilino estable realizando actividades ligadas al sector servicios. Esto cobrará aún más importancia a medida que se corrijan los valores.
Por supuesto, Einstein estaba en lo cierto, y en esta ocasión el ciclo no será distinto. Pero mantener la cautela y centrarse en los ingresos y el valor fundamental a largo plazo ahorrará a muchos caer en la insensatez cuando llegue la inevitable contracción.
Columna de Andrew Allen, responsable de estrategia e investigación sobre bienes inmuebles mundiales de Aberdeen AM
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Woodley Wonder Works. Estados Unidos, en la encrucijada: ¿el consumo impulsará el PIB o el cierre del ciclo crediticio llevará a la recesión?
Un dato estadístico que ha pasado bastante desapercibido es que el consumo privado en Estados Unidos representa un 15% del PIB mundial, por encima del 13% de China y de los relativamente escasos 6% de Japón y 5% de Alemania. El conjunto de Estados Unidos representa un 22%. El poder adquisitivo de este inmenso grupo de 322 millones de personas tiene el potencial de lograr que Estados Unidos cumpla o supere sus previsiones de crecimiento para 2016, según Lukas Daalder, director de inversiones de Robeco Investment Solutions.
Estas previsiones, realizadas por los principales bancos, son bastante dispares: algunas apuntan a un elevado 2,7% y otras a un escaso 1,7%, debido a la incertidumbre sobre lo que puede suceder tras la subida de los tipos de interés que la Reserva Federal (Fed) ha realizado ya a lo largo de este mes. Y existen posibilidades de que se cumpla cualquiera de ellas, según Daalder, que prevé dos posibles situaciones en las que las previsiones realizadas por los bancos podrían no materializarse.
Aprovechando este final de año para desafiar el consenso de las expectativas, afirma: “Nos resulta bastante sencillo encontrar argumentos para esperar un crecimiento tanto mucho más fuerte como mucho más débil de ahora en adelante. Y no estamos haciendo cábalas fantasiosas: realmente consideramos que la economía estadounidense podría hallarse en una encrucijada”.
En el primer escenario, Daalder presenta una situación optimista en la que los compradores minoristas estadounidensesimpulsarían el crecimiento por encima de las previsiones. “Vamos a cerrar el año con optimismo, porque consideramos que existen bastantes probabilidades de que el sector del consumo estadounidense adopte un papel decisivo”, manifiesta. “Mientras que el sector empresarial estadounidense se ha reapalancado en los últimos años, el del consumo ha ido mejorando paulatinamente su balance, con un incremento gradual tanto del nivel absoluto de deuda como del nivel absoluto de patrimonio neto”.
“A esto se añade el hecho de que el mercado laboral también ha ido prosperando, y actualmente la tasa de desempleo ha descendido hasta situarse en el 5% mientras que los salarios están aumentando en términos absolutos. La tasa de crecimiento es reducida en comparación con los datos históricos, pero si tenemos en cuenta que la inflación es prácticamente nula debida a la bajada del petróleo, resulta evidente que existe un amplio margen de mejora”.
“Por ello, queremos recordar a los inversores la gran importancia que ha revestido este grupo concreto para la economía mundial en el pasado. Es prácticamente impensable que pueda producirse una recesión, dadas las patentes mejoras estructurales que se han observado en los últimos años. El consumidor estadounidense volverá a gastar, con tasas de crecimiento posiblemente superiores al 3%, lo que potenciará las ventas y los beneficios empresariales y reducirá el riesgo de que se pueda iniciar un ciclo crediticio negativo”.
El riesgo del ciclo crediticio
Sin embargo, existe otra posible línea de evolución, más pesimista, originada por la potencial conclusión del ciclo crediticio, apunta Daalder. Si al llegar a esta encrucijada EE.UU. toma el peor camino, el endurecimiento del crédito derivado de la subida de los tipos de interés podría generar un efecto dominó que diera lugar a una recesión. “En anteriores análisis mensuales ya hemos advertido del peligro que supone el endeudamiento de las empresas, aunque ninguno de los grandes bancos ha identificado este factor como un riesgo significativo de cara a 2016, aunque algunos sí lo citan como tal para 2017”, afirma Daalder.
Para el experto de Robeco, el riesgo de incurrir en un ciclo bajista autosostenido está ahí. «Cuando hay que refinanciar un endeudamiento elevado a tipos más altos es posible que un número importante de empresas incumplan sus obligaciones de pago, lo que a su vez hace que se endurezcan más las condiciones de crédito en el mercado. A este fenómeno se añade la cuestión técnica de la disminución de la liquidez en el propio mercado de bonos, sobre la que distintas personas han ido advirtiendo en los últimos meses”, dice.
“Los cambios introducidos en la regulación han originado un descenso de los distribuidores de existencias de los bancos, lo que podría suponer que las oscilaciones de los mercados dieran lugar a fluctuaciones más pronunciadas de los precios en comparación con las que hemos visto en el pasado. A su vez, esto podría generar una retirada de la financiación por parte de los inversores, justo en el momento en que más se necesita. En otras palabras, estaríamos ante el clásico problema de ciclo crediticio, que potencialmente podría empujar a EE.UU. a una recesión. Todos los elementos necesarios están ahí —deuda elevada, ampliación de los diferenciales, y riesgo potencial de disminución de la liquidez— así que lo único que se necesita para que haya un incendio es una primera chispa”.
¿Cuál podría ser esa chispa? “Existen distintas opciones: China, un desplome de los mercados emergentes, un nuevo descenso de los precios del petróleo, algún tipo de escalada en la situación política: hay muchos candidatos…” declara Daalder. “Incluso la primera subida de tipos por parte de la Fed podría ser el catalizador, ya que la actual situación de la deuda del sector empresarial es muy distinta de la que teníamos las últimas dos veces que la Fed comenzó a subir los tipos».
Entonces ¿cuál de estos dos supuestos tiene más posibilidades de cumplirse? “Ambos son relativamente plausibles, lo que hace complicado decantarse por uno de ellos”, reflexiona Daalder. “Al igual que la mayoría de bancos, nos situamos en un punto intermedio y prestamos gran atención a la evolución de los mercados a partir de ahora. Pero una cosa está clara: hay que vigilar muy de cerca los mercados de crédito, ya que es ahí donde los riesgos se harán más evidentes».