Tres razones por las que los inversores en renta fija deben evitar los fondos de gestión pasiva en el entorno actual
| Por Fórmate a Fondo | 0 Comentarios
Los inversores deben gestionar activamente sus exposiciones de renta fija para proteger sus carteras de las futuras subidas de tipos de interés y de otros riesgos, advierte Stephen Snowden, cogestor del Kames Absolute Return Bond Fund, fondo con un patrimonio de más de 2.400 millones de euros.
Snowden, que también gestiona más de 1.500 millones de euros en estrategias de deuda investment grade, reconoce que los productos de gestión pasiva resultan adecuados en ciertos entornos pero que, ante la perspectiva de potenciales subidas de tipos y dada la escasa liquidez del mercado, el riesgo que implica usar estos productos es ahora más elevado.
“Los fondos que replican índices de bonos corporativos han ganado popularidad en los últimos doce meses, al contrario de lo que ha sido la tendencia general en renta fija”, apunta el gestor de Kames Capital. “Aunque tienen sus ventajas, los productos de gestión pasiva pueden resultar problemáticos a largo plazo. Lo que al principio resulta barato puede acabar saliendo muy caro”.
A continuación, Snowden identifica las tres razones por las que los inversores de renta fija deberían replantearse sus asignaciones a productos de gestión pasiva en el entorno actual:
La liquidez del mercado es escasa
En un mercado líquido, los productos pasivos pueden comprar y vender de acuerdo con sus mandatos porque casi siempre habrá un comprador para los bonos de los que quieran deshacerse.
Sin embargo, cuando la liquidez escasea –como ha ocurrido en los últimos años– se arriesgan a registrar pérdidas si se ven forzados a comprar o a vender, independientemente de las condiciones del mercado. “Estos productos funcionan mejor en mercados líquidos y ese no es ahora mismo el caso en el mercado de bonos corporativos”, explica Snowden. “Si el mercado entra en una fase de ventas indiscriminadas, los productos de gestión pasiva que no cuenten con una asignación a liquidez podrían tener problemas. De hecho, para estos productos puede resultar complicado replicar ciertos índices, ya que muchos de los bonos que se incluyen en esos índices no se negocian diariamente”.
Los gestores activos pueden optar por no negociar si no encuentran ofertas atractivas, a diferencia de los pasivos, que deben aceptar cualquier precio. “Si tuviesen que atender los reembolsos de los inversores, estas estrategias sistemáticas no podrían permitirse el lujo de rechazar ninguna oferta”, añade.
Riesgo de tipos de interés
Aunque el riesgo de tipos de interés no ha sido un tema relevante en los últimos cinco años, la situación ha cambiado un poco en Estados Unidos y podría hacerlo también próximamente en el Reino Unido. En opinión de Snowden, tras un periodo en el que los exiguos tipos de interés permitieron que los emisores pudiesen colocar bonos con cupones muy bajos, el crédito corporativo podría registrar pérdidas generalizadas si los tipos comienzan a subir.
“El riesgo de tipos de interés del índice iBoxx £ Non-Gilts ha ido aumentado con el tiempo porque se han emitido muchos bonos con cupones cada vez más bajos, lo que incrementa matemáticamente el riesgo de tipos de interés que presenta el índice”, asegura el experto.
Snowden recuerda que este riesgo resulta especialmente peligroso para los productos de gestión pasiva y advierte de que ahora no es el mejor momento para asumir un mayor riesgo de tipos de interés. “Tras treinta años de rally alcista en renta fija, no es el momento de incrementar la exposición a tipos de interés. Sin embargo, eso es exactamente lo que se consigue al invertir en productos de gestión pasiva”.
Comprar caro, vender barato
A medida que las empresas emiten deuda, aumenta su peso en los índices de renta fija por lo que, aunque resulte contradictorio, los inversores que replican el índice están recompensando a las empresas más endeudadas.
“Los bancos se dedicaron a emitir grandes cantidades de deuda antes de que estallase la crisis financiera. Sin embargo, cuando las agencias de calificación rebajaron la calidad de los bonos y cayeron los precios, los productos de gestión pasiva se convirtieron en vendedores forzosos. Es decir, estos productos se vieron obligados a comprar bonos a precios muy elevados y a venderlos a precios muy bajos, lo que resulta absurdo”.
En opinión de Snowden, este mundo al revés en el que quienes invierten en productos pasivos acaban “comprando caro y vendiendo barato” resulta tremendamente perjudicial.