Estamos ante un típico escenario donde los inversores bajan la guardia, se siente confiados y no perciben los riesgos. Hay un indicador clave que nos está mandando una alarma que no debemos dejar pasar.
Por más que uno sea un inversor de largo plazo, muchas veces debe saber que hay un lema que nunca debe dejar de lado al momento de invertir: «Es tan importante el timing de comprar una acción, como el momento de venderla si las ganancias son significativas».
El timing de venta se torna aún más importante en situaciones de exceso de confianza de los inversores y mercados en zona de sobrecompra. Hoy estamos ante esta realidad.
¿Qué es lo que me hace pensar esto?
Hay un indicador que es objetivo y que se calcula en base a las ganancias concretas de las compañías y a los precios que las mismas tienen en Bolsa. Se trata, ni más ni menos, que del ratio Precio/Ganancia.
Este múltiplo, que surge del cociente entre el precio de una acción y las ganancias de esa firma, nos indica cuántos años de iguales ganancias son necesarios para recuperar la inversión si la empresa distribuyera la totalidad de las mismas como dividendos en efectivo.
Cuanto más bajo es el valor del ratio P/G, menos años necesito en teoría para recuperar el dinero, y más conveniente es la inversión.
Uno como inversor puede calcular el P/G para una acción concreta, un grupo de acciones, una industria o un sector determinado. Siempre es válido el valor del P/G comparado con otro, ya que se trata de una valuación relativa.
En esta línea, podemos comparar distintos P/G de diferentes compañías que pertenecen a la misma industria para saber cuál está más barata que otra. O también, podemos comparar el Precio/Ganancia actual del activo contra la evolución promedio histórica de ese ratio y determinar si está muy cara o no en los momentos vigentes.
Si hacemos esto último con el índice S&P 500 vamos a descubrir que hoy la Bolsa está cara.
El gráfico anterior es elocuente de lo que ocurre con el S&P 500, el principal indicador bursátil del mundo que incluye las 500 empresas más grandes de Estados Unidos.
El indicador Precio/Ganancia se encuentra en 19,4 veces. Esto es superior a las 17,6 veces de promedio de los últimos 15 años (línea marrón) y las 15,9 veces del promedio de los últimos 10 años (línea gris). Ese es el primer llamado de atención.
La segunda luz amarilla se enciende a partir de que cuando este ratio cruza de abajo hacia arriba el promedio de los últimos 15 años, entonces se está gestando una crisis. Un claro ejemplo fue a finales de 2007 cuando luego estalló la burbuja inmobiliaria.
Son alertas que no podemos ignorar.
Hay dos posibles causas de la suba del P/G del S&P 500. O sube mucho el precio de las acciones (numerador) o no crecen lo suficiente las ganancias corporativas (denominador). Hoy ambos efectos ocurren en simultáneo.
¿Todas las acciones caerán con una inminente corrección del mercado? No. Pero es el momento de estar más alerta y selectivo que nunca.
Opinión de Diego Martínez Burzaco, economista jefe de Inversor Global, conferencista, administrador de portafolios y creador del sitio www.diegomartinezburzaco.com
Los próximos 10 a 12 de agosto, MFS celebra la edición XVIII de su conferencia anual de gestión de riesgos. En ella, los expertos de la firma explorarán los factores que provocan volatilidad en todos los mercados y a lo largo del mundo, profundizando en los problemas presenta para los planes de pensiones de beneficio definido.
Los patrocinadores de este tipo de planes tendrán la oportunidad analizar estos factores y los riesgos que plantean así como las estrategias, herramientas y mecanismos que están usando para gestionar estos riesgos.
El jueves, el Banco Central de Inglaterra bajó su tasa de referencia hasta el 0,25% desde el 0,50% y dejó la puerta abierta para una bajada adicional a cerca de cero antes de que termine el año. Además, complementaron la medida con aumentos a su programa de compra de bonos gubernamentales e introdujeron compras de bonos corporativos. A pesar de las medidas instrumentadas, el BoE espera que en el horizonte de tres años, el crecimiento acumulado del PIB sea un 2,5% menor a lo que esperaban en mayo pasado antes de Brexit. Por su parte, el sesgo del Banco Central Europeo es hacia tasas de referencia más negativas y esperan que se queden igual o sean menores inclusive después de marzo de 2017 cuando termina el programa de compra de activos.
La semana pasada, el Banco Central de Japón aumentó su programa de compra de ETFs, e instrumentará mejoras cualitativas para aplanar la curva de rendimiento, mientras mantiene una tasa de referencia negativa frente a la desaceleración de las economías emergentes y los impactos de Brexit. El mundo desarrollado continúa revisando a la baja sus estimados de crecimiento económico y sus bancos centrales actúan en consecuencia mientras que, en Estados Unidos, la Fed mantiene el sesgo de subir las tasas. Dicho sesgo ha ocasionado una apreciación generalizada del dólar americano con impactos negativos en el sector exportador de Estados Unidos y deflacionarios haciendo inútil el alza de tasas.
Esta ha sido la historia de los últimos dos años. El riesgo es que de continuar la Fed con dicho sesgo, la economía americana finalmente entre en una desaceleración mayor; esto, además de la incertidumbre que está generando el proceso electoral de ese país, está retrasando los proyectos de inversión. Por lo pronto, los datos de crecimiento del PIB del segundo trimestre sorprendieron a la baja y los del primero los revisaron en la misma dirección. En este contexto, es previsible que la Fed no pueda subir tasas este año ni el que sigue, como se ve el panorama, y entre más rápido deje el sesgo de alza será mejor.
La última década ha puesto a prueba a los inversores en renta variable. La crisis financiera mundial, la crisis de la zona euro, las consecuencias del tapering o posible reducción de estímulos por parte de la Fed, la desaceleración de la economía china… Cada crisis se ha caracterizado por un incremento de la volatilidad y caídas significativas de los mercados. Aquellos inversores que piensen que las subidas de las bolsas implican siempre y en todo caso asumir elevados niveles de riesgo deberían reconsiderar tal hipótesis.
En el año 2007 lanzamos en Amundi una estrategia innovadora que buscaba invertir en una selección diversificada de acciones europeas que en condiciones de estrés experimentase una volatilidad colectiva menor que la del mercado de acciones europeo en su conjunto. El fondo Amundi Funds Equity Europe Conservative sigue una estrategia similar, que busca permitir al inversor participar del potencial alcista de la renta variable europea, pero con una menor participación probable del mercado bajista; con el objetivo de proporcionar una rentabilidad total superior al índice en un horizonte a cinco años. El fondo fue lanzado en 2009 con un estricto proceso de inversión y de construcción de cartera, invirtiendo únicamente en acciones europeas de calidad dentro de un universo de mediana y gran capitalización.
Las acciones de baja volatilidad de nuestra cartera son defensivas por naturaleza, pero participan en los rebotes del mercado, de forma que el inversor no tenga que sacrificar rentabilidad por seguridad. El patrón de rentabilidad prueba que una volatilidad más baja es compatible con el crecimiento, ya que la rentabilidad de la estrategia es mejor que la de su índice de referencia tanto en ciclos de mercado alcistas como bajistas.
Las compañías en cartera tienen una serie de características específicas. Suelen ser más rentables que sus homólogas, mostrar un mayor nivel de eficiencia operativa y estar menos endeudadas. Analizamos típicamente métricas como el retorno sobre activos (ROA), los resultados antes de intereses e impuestos (EBIT), o el ratio de apalancamiento para realizar la selección.
Así, buscamos valores que puedan resistir mejor en condiciones difíciles y prosperar cuando se reanude el clima de crecimiento. Las acciones también son elegidas por su potencial de diversificación. Así, buscamos activamente identificar aquellos valores que, ante los acontecimientos del mercado, reaccionan de la forma más diferente posible al resto de la cartera, con el fin de «amortiguar los baches del camino”, especialmente en mercados turbulentos.
La cartera, que cuenta globalmente con alrededor de 90 valores, ha demostrado su capacidad de capear las caídas del mercado participando completamente de las subidas de las bolsas con una menor volatilidad.
Melchior Dechelette es director de Soluciones Eficientes en Riesgo de Amundi Asset Management.
Amundi Funds Equity Europe Conservative es un subfondo de Amundi Funds, sicav luxembuguesa autorizada por la Commission de surveillance du Secteur Financier e inscrita en el Registro Mercantil de Luxemburgo con el nº RCS B 68.806. Está registrada en CNMV n° 61.Amundi Iberia SGIIC, SA, registrada en CNMV con el nº 31 es la entidad comercializadora principal en España.
Amundi Funds Equity Europe Conservative es un fondo de renta variable europea sin garantía de capital ni de rentabilidad; el horizonte de inversión mínimo recomendado es de 5 años. Rentabilidades pasadas no son garantía de resultados futuros. Consulte el Folleto y DFI del fondo en www.amundi.es. Invertir implica riesgos, debe asegurarse de que comprende si el fondo es adecuado a su perfil inversor. Consulte a su asesor financiero
Cuando miramos las expectativas de crecimiento global de aquí a unos meses, la mayoría de los analistas siguen viendo un creciente peso de los mercados emergentes en la economía global frente a las divergencias surgidas entre su crecimiento y el de los mercados desarrollados.
Aunque los mercados emergentes parecen estar en una posición más resistente, recuerda Matteo Germano, responsable global de inversiones en multiactivos de Pioneer Investments, aún están expuestos a mayores riesgos, siendo la desaceleración en China el más significativo. El gigante asiático sigue desempeñando el papel más relevante en el espacio emergente, pero otros países, como la India, siguen aumentando su peso.
La economía de la India experimentó una evolución económica excepcional en el primer trimestre del año, cuando el PIB creció un 7,9% respecto al año anterior, la cifra más alta en dos años. De cara al futuro, se espera que el impulso positivo de la actividad económica continúe, pero de forma mucho más moderada que en estos tres primeros meses de 2016. Para el año calendario, Pioneer Investments espera que el PIB crezca un poco más que en 2015, en torno al 7,5% anual de media.
“La India es una economía relativamente protegida con respecto a los efectos negativos que podría tener una nueva desaceleración en el comercio global como consecuencia del Brexit. Las exportaciones brutas como porcentaje del PIB se sitúan en torno al 20% y están en la parte inferior de los países de la región Asia-Pacífico”, explica Germano.
Sin embargo, el reciente anuncio del gobernador del banco central, Raguram Rajan, de que no continuará en el cargo ha aumentado algo la incertidumbre sobre el camino por el que el nuevo gobernador decida llevar la política monetaria, empezando por la revisión del objetivo de inflación, que muchos ven como demasiado bajo para un país como la India.
En el plano político, la preparación para las elecciones del próximo año está ganando impulso. Recientemente, el primer ministro Narendra Modi decidió reorganizar su gabinete después de un cuidadoso proceso de selección basado en méritos. El objetivo es llevar adelante su programa y para ello cambió los ministros en favor de un grupo de personas a favor de las reformas.
Atractivo cada vez mayor
Para el experto de Pioneer Investments, tras el Brexit, la atención se ha desplazado desde una potencial desaceleración del crecimiento de la zona euro y del Reino Unido hacia los mercados emergentes. “Obviamente, se espera que los países emergentes de la zona euro, es decir, República Checa, Hungría, Polonia y Rumanía, sean los más afectados dados los estrechos vínculos económicos, sociales y políticos que mantienen con la zona euro y Reino Unido”, recuerda.
“Desde una perspectiva de inversión, creemos que el atractivo de los activos emergentes es cada vez mayor. La deuda emergente, que ha demostrado ser bastante resistente durante la reciente fase de estrés, ofrece un rendimiento adicional en comparación con los bajos rendimientos de los mercados desarrollados”, dice Germano.
Cree además, que el pesimismo que mantienen las políticas monetarias de las economías avanzadas podría respaldar las divisas de los emergentes y afirma que en deuda, la selección será clave, “ya que son diferentes economías, que se encuentran en diferentes etapas de su proceso de desarrollo y se enfrentan a diferentes retos”.
“En lo que respecta a las bolsas, los emergentes también han demostrado ser bastante resistentes en esta fase de mercado y hasta la fecha obtienen mejores resultados que los mercados globales de renta variable. Mantenemos nuestra visión positiva en los sectores de la ‘nueva economía’ de India y China que podrían beneficiarse del cambio hacia economías basadas en servicios”, concluye en su análisis en el blog de Pioneer Investments.
En su carta mensual correspondiente a agosto, el llamado rey de los bonos compara el conocimiento sobre el sexo con el de los mercados económicos y financieros, mencionando su propia experiencia, y cómo pocos están dispuestos a tener “la conversación”. Sin embargo, señala que la situación actual amerita hablar sobre ella.
En su opinión, el sistema financiero basado en el crédito deja de funcionar cuando los activos invertibles poseen demasiado riesgo y pocos retornos, cuando el tener activos tangibles como oro y real estate se vuelve más atractivo que el dinero bajo el colchón. Así, Bill Gross favorece el oro y los activos de real estate sobre las acciones y también los bonos que, según él, están sobrevalorados.
Además, el entorno de bajas tasas “destruye los ahorros” e incapacita a los bancos, aseguradoras, fondos de pensiones así como pymes para pagar las deudas futuras y los beneficios como las pensiones. “Los bancos centrales parecen no percatarse de este lado oscuro de los tipos bajos. Si se mantienen por mucho más tiempo, la economía real se verá afectada, mientras los ingresos esperados caen y las inversiones se estancan”, escribe en su carta.
Sobre los estímulos utilizados por los bancos centrales de Japón, Europa e Inglaterra, Gross advierte de que la posibilidad de revender los instrumentos inflando el balance de los bancos es una “promesa que no se puede cumplir” y que para que las políticas monetarias funcionen se deben ver crecimientos del 4%-5% en los EE.UU., del 3%-4% en Europa y de entre el 2% y el 3% en Japón.
Por estas razones el rey de los bonos escribe que “no me gustan los bonos, no me gustan la mayoría de las acciones, no me gusta el private equity». Frente a esto, habla del atractivo de activos reales como la tierra, el oro… «Con descuentos, son las categorías que favorezco, pero son difíciles de adquirir por parte de inversores individuales por la financiarización de la riqueza”, dice.
Gross recomienda utilizar las estrategas que gestiona en Janus Global, donde se encuentra invertida gran parte de su riqueza personal.
En su último post en Bond Vigilantes, Anthony Doyle, director de inversiones del área de Renta Fija Minorista de M&G Investments, repasa las medidas aplicadas por el Banco Central Europeo durante los últimos cuatro años, desde que Mario Draghi pronunciara aquel “lo que sea necesario”.
En julio de 2012 los costes de pedir prestado de los países periféricos de Europa eran insoportablemente elevados. Irlanda, Portugal y Grecia se encontraban en el proceso de solicitud de rescates, mientras que el sistema bancario español se acercaba peligrosamente al colapso. La pregunta no era cuándo un miembro de la UE abandonaría el bloque de la moneda única, sino quién. Mario Draghi, presidente del BCE, dio un paso adelante y, en una sala llena de líderes empresariales e inversores, pronunció la frase más importante que haya dicho ningún responsable de un banco central en la era moderna: «Dentro de nuestro mandato, el BCE está preparado para hacer lo que sea necesario para preservar el euro. Y créanme que será suficiente», recuerda Doyle.
«Con su discurso, el presidente Mario Draghi trajo calma y estabilidad a unos mercados muy volátiles hace cuatro años. Sus palabras actuaron como un cortocircuito de la aversión al riesgo, del que se beneficiaron los mercados europeos de deuda pública y el sistema financiero. Esto demuestra que un responsable de un banco central con un mandato tiene capacidad para influir poderosamente en los mercados financieros. En efecto, puede que el presidente Draghi haya salvado el bloque de la moneda única, pues parecía que el BCE era la única institución europea con la capacidad de actuar de forma rápida y decidida a gran escala para respaldar la economía europea, ante la falta de una unión fiscal europea».
Draghi se refería a un abanico de medidas de política monetaria convencionales y extraordinarias –explica Doyle-, como una rebaja del tipo principal de refinanciación del BCE del 1% al 0%, una bajada del tipo de depósito del 0,25% al -0,40%, operaciones de refinanciación a largo plazo por valor de más de 1 billón de euros, inyecciones de emergencia de liquidez a Grecia (que ascienden a 54.000 millones de euros) y un programa de compra de activos por valor de 1,1 billones de euros (posteriormente prolongado). Como resultado, el balance del BCE asciende actualmente a 3,2 billones de euros, lo que equivale al 131% del PIB de la zona del euro.
¿Ha sido ‘suficiente’?
Según Doyle, si miramos los rendimientos de la deuda periférica, parece que sí. Los inversores ya no exigen la prima de riesgo que antes demandaban, lo que ha provocado un desplome de los rendimientos de los bonos.
“En su discurso, Draghi adujo que el repunte de la aversión al riesgo estaba relacionado con el riesgo de contrapartida. Las primas de los CDS de la Eurozona se han desplomado desde los niveles de 2012, pero los títulos financieros subordinados se han ampliado desde el último trimestre de 2014”, apunta el director de inversiones. “Más recientemente, los inversores están cuestionando la cantidad de deudas incobrables en las cuentas de varios bancos europeos y si algunos de los sistemas financieros más frágiles de la zona del euro pueden hacer frente a estas pérdidas”.
Lamentablemente, en el frente fiscal no ha habido grandes cambios. Europa sigue haciendo frente a algunos problemas estructurales importantes, con una importante divergencia entre los resultados económicos de los distintos estados miembros de la zona euro, opina Doyle, quien cree que es probable que la salida del Reino Unido de la UE (Brexit) suponga un obstáculo para el crecimiento económico. Desde el punto de vista económico, Europa sigue sufriendo unas tasas de desempleo elevadas y una inflación muy baja, a pesar de una política monetaria extraordinaria que dura ya cuatro años. “Dado que los mercados esperan un nuevo estímulo monetario en septiembre, parece que el BCE seguirá haciendo «lo que sea necesario» durante algún tiempo”, concluye Doyle.
Tal y como se esperaba, el Banco de Inglaterra votó unánimemente el jueves a favor de recortar los tipos de interés -por primera vez desde 2009- un cuarto de punto hasta el 0,25%. Sin embargo, la entidad también ha anunciado medidas adicionales, como una ampliación del programa de relajación cuantitativa (con compras de bonos corporativos) y una nueva línea de liquidez para los bancos (Term Funding Scheme).
Los gestores de fondos de renta fija británica de Fidelity, Ian Spreadbury y Sajiv Vaid, contestan en esta entrevista a cinco preguntas clave:
¿Cuáles serán los efectos a largo plazo?
Las perspectivas de la economía británica se han deteriorado de forma acusada, pero lo cierto es que tenía que pasar algo de tiempo para que la magnitud de la situación británica pudiera asimilarse. El Banco de Inglaterra había manifestado su disposición a poner en marcha medidas de apoyo y se enfrentaba a crecientes presiones de los mercados para recortar los tipos de interés y aplicar más estímulos monetarios. Podría afirmarse que la decisión ha marcado el nacimiento del «lo que sea necesario» de Mario Draghi en versión Mark Carney (gobernador del banco de Inglaterra).
¿Veremos tipos negativos en el Reino Unido?
Es improbable en estos momentos, pero en nuestra opinión es totalmente posible a más largo plazo. El gran interrogante que se plantea es si los tipos negativos realmente son una estrategia que funciona. También se podrían tomar medidas de relajación cuantitativa más contundentes en el futuro, medidas que, naturalmente, podrían adoptar muchas formas. Sin embargo, en el caso de que los estímulos monetarios fracasen, una mejor opción para estimular la economía sería que el Banco de Inglaterra se embarcara en un programa de estímulos presupuestarios. No obstante, todavía es demasiado pronto para empezar a hablar de helicópteros arrojando billetes y demás.
¿Funcionará este programa?
La teoría de los tipos de interés bajos dice que éstos o bien tiran a la baja de la moneda y sostienen la economía o bien estimulan el crédito e impulsan el PIB. Aunque en el Reino Unido ha funcionado hasta cierto punto, el problema de la primera opción es que en el cómputo global es un juego de suma cero. No todo el mundo puede hacer que caiga su moneda.
En cuanto a la segunda opción, animar a la gente a pedir créditos cuando la relación entre la deuda mundial y el PIB está ya en máximos históricos tiene pocas probabilidades de éxito. Si alguien va a jubilarse en los próximos 5-10 años, va a necesitar un capital mucho mayor para conseguir la misma renta después de que los tipos de interés hayan caído hasta un nivel tan bajo. A medida que los tipos de interés van cayendo más y más, existe la posibilidad real de que la gente diga «necesito ahorrar más» y, hasta cierto punto, los tipos bajos podrían tener el efecto contrario al deseado.
¿Cuánto tiempo se extenderán las compras?
Las compras de bonos corporativos representarán alrededor del 10% del volumen de títulos en circulación admisibles. Un aspecto crucial es que la entidad ha señalado que las compras de bonos se extenderán durante 18 meses, mientras que las compras de deuda pública durarán seis meses, lo que supone reconocer el impacto que tendrán en la liquidez. Aunque está lejos de las compras de bonos corporativos del BCE, creemos que ayudará a mantener abiertos los mercados de deuda corporativa en libras esterlinas y podríamos ver un repunte del volumen de emisiones desde los bajos niveles actuales. El Term Funding Scheme, diseñado para conseguir que los bancos sigan prestando, debería ayudar a mitigar en parte el efecto del recorte de los tipos de interés sobre sus márgenes de intermediación.
¿Qué más podría hacer el Banco de Inglaterra?
Claramente, el Banco de Inglaterra ha actuado con más contundencia de lo esperado a la vista de la considerable reducción de sus perspectivas de crecimiento y la posibilidad de aplicar estímulos en todos los frentes. Aunque podría parecer que el organismo está quedándose sin margen de maniobra, lo cierto es que el Banco de Japón y el Banco Central Europeo han demostrado este año que cualquier cosa es posible en el plano de la política monetaria.
¿Qué estrategia de inversión han adoptado?
Esta bajada de tipos ha servido para reforzar el escenario de crecimiento lento, inflación baja y riesgo sistémico elevado que mantenía el equipo de Fidelity. Nuestra intención es seguir centrados, como venimos haciendo desde hace tiempo, en nuestras posiciones de alta convicción en deuda corporativa (con un sesgo hacia las áreas no cíclicas), en los bonos de titulización garantizados y en tener un buen colchón de liquidez como contrapeso en un mercado cada vez más incierto y volátil. Estamos completamente seguros de que el Banco de Inglaterra mantendrá su postura expansiva y las probabilidades de que se apliquen nuevos recortes de los tipos de interés y medidas cuantitativas constituyen un factor muy positivo para la inversión en renta fija.
En las perspectivas de mercado globales para el tercer trimestre de 2016, elaboradas por Ken Leech, director de inversiones de Western Asset, filial de Legg Mason, el gestor continúa identificando oportunidades sólidas en bonos corporativos con grado de inversión de cara al futuro y en los mercados emergentes.
Es posible que “los bancos centrales sigan aplicando políticas acomodaticias, y es poco probable que la Reserva Federal estadounidense suba los tipos de los fondos federales hasta que las condiciones económicas mejoren», explicaba hace unas semanas en un webcast que la firma celebra cada trimestre. Respecto al crecimiento a nivel global, Leech espera un “crecimiento estable y moderado”. También en Estados Unidos.
Estas son las ideas clave del director de inversiones de Western Asset por areas geográficas:
Unión Europea:
– El riesgo más inmediato difiere del que barajábamos hace seis meses: es el Brexit. Los mercados han respondido de manera bastante positiva porque la respuesta de las autoridades fue muy contundente.
– El gestor apuesta también por que el Banco Central Europeo ampliará su programa de estímulo, tanto en duración como en envergadura.
Estados Unidos:
– Las autoridades deberán estar atentas a los riesgos de caída, especialmente en un contexto en el que la inflación estadounidense y a escala mundial se mantiene en niveles excepcionalmente reducidos. «Afortunadamente, la política acomodaticia de los bancos centrales es agresiva y va en aumento».
– El director de inversiones de Western Asset cree que el mercado estadounidense de deuda corporativa presenta las rentabilidades más importantes, así como el mayor valor de mercado. “Este país también se anota los mejores rendimientos para toda la categoría de grado de inversión».
Mercados emergentes:
– Existe un argumento de inversión sólido a favor de los mercados emergentes, dice Leech. “Nos estamos centrando en bonos denominados tanto en moneda local como en dólares”.
– La expansión del rendimiento de los mercados emergentes frente a los desarrollados brinda una oportunidad, pero ésta existe gracias a la debilidad del crecimiento mundial, al difícil panorama que presentan los precios de las materias primas y a la elevada volatilidad, explica.
El volumen total de activos alternativos gestionados alcanza los 6,2 billones de dólares, según el último informe elaborado por Willis Towers Watson. El análisis refleja, por primera vez, que el nivel de activos en inversiones vinculadas a seguros ronda los 30.000 millones de dólares, de los cuales dos tercios están invertidos en Europa por 13 gestoras de activos.
En el informe Global Alternatives Survey, que cubre 10 tipos de clases de activos y siete tipos de inversores, se muestra que el patrimonio total de activos gestionados por los 100 mayores gestores de fondos de inversión alternativa alcanzó los 3,6 billones de dólares, lo que representa un 3% más que el año anterior. De los 100 principales gestores de inversión alternativa, los gestores de fondos inmobiliarios cuentan con el mayor porcentaje de activos (34% y más de 1,2 billones de dólares), seguidos de los hedge funds (21% y 755.000 millones de dólares), gestores de fondos de capital privado (18% y 640.000 millones de dólares), fondos de fondos de capital riesgo (PEFoFS) (12% y 420.000 millones de dólares), fondos de hedge funds (6% y 222.000 millones de dólares), infraestructuras (5%) y crédito ilíquido (5%).
“Los inversores institucionales continúan centrándose en la diversificación, pero no en el coste. Mientras prosigue la inversión en activos alternativos, los inversores son más conscientes del alineamiento de intereses y la rentabilidad”, dice David Cienfuegos, director de Inversiones de Willis Towers Watson España.
El informe muestra que los activos de fondos de pensiones representan un tercio (34%) de los 100 principales gestores de activos alternativos, seguidos de los gestores de grandes patrimonios (19%), compañías de seguros (10%), fondos soberanos (6%), bancos (2%), fondos de fondos (2%) y donaciones y fundaciones (2%).
Para Cienfuegos, “el sector de la gestión de activos alternativos depende notablemente de los fondos de pensiones y se ha ganado un lugar de confianza entre estos inversores al proporcionar rentabilidades diversificadas a través de algunos de los equipos de inversión más capacitados del mundo. Sin embargo, frente al mayor escrutinio sobre la propuesta total de valor de los gestores de activos a los inversores finales, hay una demanda creciente de una mayor alineación y menor coste”.
El estudio muestra que dentro de los gestores Top 100, Norteamérica continúa siendo el mayor destino para la inversión en activos alternativos (50%), mientras que en Europa los activos donde más se centra la inversión son crédito ilíquido e infraestructuras. Del total, el 37% de los activos alternativos se invierten en Europa, el 8% en Asia Pacífico y el 5% en el resto del mundo.
También se aprecia que a cierre de 2015, los 25 mayores gestores de activos alternativos de entidades especializadas en la gestión de grandes patrimonios gestionaron 476.000 millones de dólares (un 4% más), seguidos por los 25 principales gestores de activos de compañías de seguros (304.000 millones de dólares, un 1% más); los 25 mayores fondos soberanos (173.000 millones de dólares –un 8% más-); los top 25 de bancos (100.000 millones de dólares –un 10% menos-), los 25 de fondos de fondos (89.000 millones de dólares –un 10% menos-): y los top 25 de fundaciones (87.000 millones de dólares –un 8% más-).
Según el informe, el mayor gestor de infraestructuras es Macquarie Group, con más de 95.000 millones de dólares encabezando todos los ránkings, mientras que Blackstone ostenta esta posición en la categoría de private equity, con más de 94.000 millones de dólares, y el principal de inmobiliarios también con cerca de 94.000 millones de dólares. En el ranking, Bridgewater Associates es el principal gestor de hedge funds, con 88.000 millones de dólares, y Blackstone es el mayor gestor de fondos de hedge funds, con casi 68.000 millones de dólares. Por su parte, Goldman Sachs es el mayor gestor PEFoF, con cerca de 45.000 millones de dólares, y M&G Investments en crédito ilíquido, con más de 33.000 millones de dólares. PIMCO es el principal gestor en materias primas, con 10.000 millones de dólares, mientras que el mayor en activos reales es TIAA, con más de 7.000 millones de dólares. En inversiones vinculadas a seguros es LGT Capital Partners.