Forbes decía el 13 de enero que Telluride asombra con su encanto, escenarios y magnífico esquí; 13 días después, Vogue revelaba en un artículo sus mejores y sus nuevos tesoros gastronómicos y de hospedaje; los lectores de Conde Nast Traveller la han elegido mejor estación de esquí de Estados Unidos, y los de la revista líder del sector, Ski Magazine, la han nombrado North America’s Best for Overall Satisfaction en el ranking correspondiente a la temporada 2016-2017, además de encabezar la clasificación específica de paisaje y carácter.
Y sin embargo, no es tan conocida como otras grandes estaciones. Quizá, precisamente, por ese carácter discreto que enamora a los que la visitan. En Telluride no hay cadenas de comida rápida, no tienen tienda las firmas de moda más conocidas ni las cámaras persigue a los famosos -que los hay, y muchos- porque los famosos y los millonarios van allí a “estar”, no a “dejarse ver”.
Telluride es una estación de esquí familiar muy exclusiva, en los terrenos a lo largo del río San Miguel que una vez conocieron como The Valley of Hanging Waterfalls los indios de la tribu Ute, a la que no es fácil llegar. Tiempo después de que los españoles desplazaran a los indios, en 1875 llegó a la ciudad la fiebre del oro y, con ella, mineros y aventureros que vieron sus ansias de fortuna bien recompensadas en sus fructíferas minas, que atrajeron incluso a Butch Cassidy, quien robara el San Miguel National Bank del centro de la población.
Hoy, lejos ya sus inicios mineros, son millonarios y famosos -que no quieren ser tratados como tal- los que pasean por sus calles sin semáforos con aire desenfadado. Muchos de ellos, como Oprah Winfrey o Ralf Lauren, poseen propiedades, pero son muchos los que recurren al alquiler de mansiones -que permiten mayor discreción y se adaptan mejor a las necesidades de cada uno-, o se alojan en establecimientos hoteleros -entre los que tampoco se encuentran las grandes cadenas del lujo-.
“Una casa ski in ski out de 4 habitaciones en Mountain Village se alquila por alrededor de 2.000 dólares la noche, pero el precio baja si estas dispuesto a andar unos metros. Claro que si quieres piscina, bolera y campo de tiro quizá tengas que gastarte 10.000 la noche”, explica Christina Casas, una empresaria de Barcelona, afincada en Miami durante 20 años que fundó Telluride Rentals, hoy tiene prácticamente en exclusiva el alquiler de las mansiones de Telluride, y acaba de lanzarse a por el mercado del turismo americano de super lujo en Barcelona, Costa Brava y Baleares. Según ella, “los precios de compra se han disparado en el pueblo y los alquileres han subido también, aunque todavía se encuentran ofertas en Mountain Village (el pueblo de arriba, en pistas) que seguro no tardan en coger carrera”.
El dominio esquiable ofrece 125 pistas, de las que el 23% son para principiantes, el 36% de nivel intermedio y el 41% está reservado a esquiadores de nivel avanzado o expertos. El pueblo se encuentra a 2.659 metros de altitud y la estación supera la cota de los 4.000, aunque el remonte más alto llega hasta los 3.831 metros. Los remontes dan cabida a más de 22.300 esquiadores por hora, lo que hace que no se formen colas para acceder a las cumbres.
Mención especial merece la oferta gastronómica de esta pequeña población que, sin los nombres de los grandes chefs premiados internacionalmente, compite en condiciones de igualdad con la calidad de cualquier gran ciudad, ya sea en pistas como fuera de ellas. Quizá su más emblemática terraza -a 12.000 pies de altura y solo accesible esquiando- es la de Alpino Vino, un local que ofrece una enorme variedad de caldos para disfrutar de unas vistas únicas.
Concise Capital Management es una firma de gestión independiente, asociada con Canepa Management, con más de 250 millones de dólares en activos bajo gestión. Concise, que se especializa en estrategias de corto vencimiento y bonos high yield con bajo seguimiento, lanzó a principios de noviembre de 2016 su primer fondo UCITS.
Este nuevo fondo UCITS, que invierte en deuda corporativa high yield, se centra en la filosofía de inversión de Concise Capital y busca valor en la parte ineficiente del mercado de deuda high yield. El resultado es una cartera que genera un alto nivel de ingresos, a la vez que minimiza el riesgo de crédito, disminuyendo la volatilidad y añadiendo diversificación.
Glenn Koach y Tom Krasner fundaron Concise Capital en 2004. Concise Capital ya gestiona un fondo hedge fund domiciliado en las Islas Caimán, sub-asesora un fondo mutuo registrado bajo la Ley de Sociedades de Inversión de 1940 y gestiona cuentas separadas.
Tanto Koach como Krasner esperan que el nuevo fondo UCITS cubra la necesidad de obtener ingresos elevados, a la vez que evita el riesgo de tipo de interés para inversores europeos y otros inversores offshore que buscan liquidez diaria.
“Hemos evaluado un enorme interés por los activos alternativos, tales como la deuda high yield, y por los productos nicho”, comenta Tom Krasner, co-fundador de la firma.
“En este momento, tenemos por objetivo llegar a los inversores institucionales y a los inversores retail en Europa, en particular a los clientes de Reino Unido y Suiza. En el largo plazo, esperamos que nuestros fondos UCITS puedan ser comercializados al inversor latinoamericano y al mercado US offshore”, añade.
El equipo gestor del fondo está liderado por Tom Krasner, con una trayectoria de más de 25 años evaluando renta fija, deuda con dificultades (distressed debt) y deuda high yield, y por Glenn Koach, quien tiene más de 30 años de experiencia gestionando fondos de corto plazo y deuda high yield.
Antes de fundar Concise Capital junto con Koach, Krasner fue vicepresidente ejecutivo en Harch Capital Management, siendo responsable de reestructurar la deuda high yield y préstamos bancarios. Con anterioridad, Krasner fue director y gestor de carteras en Riverside Capital Advisers, firma en la que tuvo ocasión de co-gestionar una estrategia de deuda high yield a corto plazo con Koach.
Koach co-fundó Riverside Capital Advisers en 1984, una gestora independiente de inversión para clientes institucionales que llegó a alcanzar los 400 millones de dólares en activos bajo gestión.
En los últimos años, la forma en la que se han comportado los mercados financieros y la aparición de tasas negativas no coinciden con nada de lo que se enseña en los libros de economía. Afortunadamente, 2017 debería confirmar el regreso a la normalidad que comenzó a finales de este año. Esa es la buena noticia.
Antes de adentrarnos a analizar las malas noticias, hay que señalar que hay una buena: los tipos de interés bajos, el petróleo barato y la baja inflación están a punto de terminar. Desde el verano pasado, las expectativas de inflación en los países desarrollados están creciendo de nuevo debido a la subida, a nivel global, de los precios de las materias primas, y gracias a la salida del periodo de deflación en China. Después de años de caída, la inflación dentro del G7 alcanzó una media de 0,8% a finales de 2016, aumentando desde el 0,35% que se percibía en mayo del mismo año.
Los rendimientos globales de los bonos soberanos (todos los vencimientos incluidos) bajaron a un nivel del 0,6% a principios de verano, pero se están recuperando poco a poco. A principios de 2017, deberían alcanzar un promedio del 1,5%, aunque este nivel sigue siendo bastante bajo según los estándares históricos. Por último, los precios del petróleo han comenzado a subir a raíz del reciente acuerdo de la OPEP, a pesar de que existen pocas posibilidades de que los estados miembros cumplan con la totalidad de medidas acordadas. Si nos guiamos por la historia, podemos comprobar como sistemáticamente han bombeado siempre más de lo que marcaban sus objetivos, especialmente durante el período 2000-2007.
Este nuevo paradigma económico confirma que las condiciones económicas están volviendo a la normalidad. Las tasas de interés negativas, resultantes de la política monetaria extremadamente ajustada de los bancos centrales, fueron una anomalía. Al contrario, el precio del petróleo rondando los 40 dólares por barril era mucho más «normal», considerando que el precio medio entre 1862 y 2016 roda los 34,20 dólares. Desde este punto de vista, la anomalía no corresponde tanto al último período, sino el período anterior a mediados del 2014, cuando los precios del petróleo superaban los 100 dólares por barril.
Las malas noticias
La primera mala noticia es que 2017 debería confirmar que el lento crecimiento global está aquí para quedarse más tiempo. Una vez más, el crecimiento estará por debajo del nivel medio del período anterior a la crisis financiera de 2007-2008. Desde 2011, la continua reducción de la participación del comercio internacional en el PIB mundial (menos del 22% previsto para 2016, frente a un pico del 25% en 2008) es un síntoma de esta desaceleración de crecimiento que se ha notado desde la gran crisis financiera.
Los principales motores económicos a nivel mundial – Estados Unidos, China y Europa- se encuentran actualmente en una fase de desaceleración. Sin embargo, una nueva crisis tiene pocas posibilidades de suceder el próximo año, especialmente si tenemos en cuenta los ciclos económicos y de negocios.
En Estados Unidos, el proceso continuo de normalización de las tasas de interés (que comenzó en diciembre de 2015) debería tener un impacto económico directo marginal. Es difícil imaginar que los hogares y las empresas cambien su comportamiento debido a un aumento de medio punto o tres cuartos de punto en los tipos de interés, a corto plazo. Incluso si las tasas de interés alcanzan el 1,5%-2% a finales de 2017, seguirán estando a un nivel muy bajo, en términos absolutos como en relación con la inflación.
Sin embargo, no se puede descartar la posibilidad de que la Fed adopte una postura más optimista de lo esperado para contrarrestar el impacto económico de la reforma fiscal decidida por el presidente electo, Trump. En tal caso, el mercado tendrá que acostumbrarse rápido a este cambio de tendencia.
Nuestra visión para China sigue siendo positiva. La tasa de crecimiento debería estar alrededor del 6-6,2% el próximo año. Nuestro optimismo se basa en tres argumentos principales: 1) la rápida incorporación de nuevas tecnologías al proceso de producción, incrementando así la productividad; 2) el aumento constante de la contribución del sector servicios al PIB (40% en 2005 frente a más del 50% en 2016) y 3) una política monetaria prudente y más eficaz. En este sentido, podemos resaltar una mejor gestión de las reservas de divisas, ya que sólo cayeron un -5,5% en 2016 frente al -16% en 2015, y la estabilización, aún por confirmar, del CNYUSD alrededor del nivel de 7,00 para el próximo año.
Europa será el verdadero perdedor al no haber experimentado realmente una fuerte recuperación económica (a excepción de Reino Unido). En la zona euro se prevé un crecimiento del 1,3% en 2017 frente al 1,6% de este año (considerando que el crecimiento en el cuarto trimestre será idéntico al del tercero) y el 2% en 2015. Si se confirma la previsión para 2017, aumentará la presión sobre el BCE para que adopte medidas adicionales en el transcurso del año.
El riesgo político en Europa, ligado a las próximas elecciones en los Países Bajos, Francia y Alemania, y el debate en torno al artículo 50 en el Reino Unido, sigue en primer plano. Los inversores, que se han visto sorprendidos por el resultado del referéndum británico y de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, se están acostumbrando ahora a esta nueva normalidad.
La reacción de los mercados financieros ante el resultado del referéndum constitucional italiano demuestra que los inversores se ven menos influenciados que hace unos meses, por el riesgo político en los países desarrollados. Por lo tanto, se puede prever que las repercusiones económicas y financieras de los próximos eventos políticos serán muy bajas (o al menos manejables). Incluso Polonia, cuyo diferencial de prima de riesgo ha aumentado fuertemente en 2016 debido a las medidas económicas poco ortodoxas tomadas por el PiS (por primera vez desde 2002, el diferencial de Polonia es más alto que el de Hungría) debería ver mejorar sus condiciones de financiación.
La segunda mala noticia es el fortalecimiento del dólar estadounidense resultante, tanto de la normalización de las tasas de interés en Estados Unidos, como del proceso de reducción de los países emergentes de su superávit en dólares en el mercado estadounidense. Un dólar estadounidense fuerte es el principal temor de inversores y políticos, ya que implica que el crecimiento global probablemente descienda aún más.
Según un estudio publicado por el BIS en noviembre de 2016: «una apreciación de un punto porcentual (agregado) del dólar se asocia con una disminución de 49 puntos básicos en la tasa de crecimiento de préstamos bancarios transfronterizos denominada en dólares».
Los países emergentes son los más vulnerables, especialmente aquellos que dependen en gran medida de financiación externa y que están sujetos a un alto nivel de riesgo político. Este es sobre todo el caso de Turquía. Su sistema financiero depende directamente del dólar debido a sus bajas reservas de moneda extranjera, al bajo nivel de ahorro interno que posee y a su alta deuda externa. Además de esto, su moneda podría experimentar una mayor inestabilidad el próximo año debido al riesgo de la toma de control de la política monetaria por parte del gobierno.
Los problemas de Turquía se han visto exacerbados por las consecuencias del fracaso del golpe, que sigue a día de hoy desestabilizando las instituciones democráticas y pesando negativamente sobre el sentimiento económico. Sin embargo, el caso de Turquía plantea la cuestión del exorbitante costo económico soportado por muchos países que dependen de transacciones indexadas en dólares (y, en cierta medida, en euros).
Este sistema es insostenible en un mundo de dólar fuerte. El riesgo principal que supone es que desencadene el colapso de varias divisas de mercados emergentes, como fue el caso en junio pasado cuando Nigeria tuvo que abandonar el tipo de cambio fijado con el dólar estadounidense o en noviembre pasado cuando Egipto hizo lo mismo, siguiendo el asesoramiento del FMI, lo que dio lugar a una depreciación de casi el 100% de la libra egipcia
La regla básica de la economía es que un país con instituciones políticas débiles y una economía débil debe tener una moneda débil. A los países que cumplen estas condiciones se les recomienda abandonar el tipo de cambio fijado con el dólar, en caso de existir, para implementar verdaderas reformas monetarias.
Pueden adoptar un tipo de cambio flotante o establecer una junta monetaria (cuya mayor ventaja inmediata es reforzar la credibilidad de la política monetaria) o implementar un sistema híbrido, fijando el tipo de cambio basado en una cesta compuesta por el dólar estadounidense y el precio del petróleo, cuando hablamos de países exportadores de petróleo. Esta última solución sería apropiada para Venezuela que podría quebrar a finales del próximo año, a menos que reciba un nuevo paquete financiero de China.
Opinión de Christopher Dembik, economista de Saxo Bank.
En una reciente nota publicada, Michael Hasenstab, gestor de carteras y CIO del equipo Templeton Global Macro de Franklin Templeton, examina los experimentos fallidos de América Latina con el populismo y las importantes lecciones que estas experiencias dejan para el mundo desarrollado.
El populismo ha estado en auge en un amplio rango de países en los últimos años. Si bien es cierto que el populismo puede significar cosas diferentes para personas diferentes, el equipo Templeton Global Macro utiliza el termino para “describir políticas que prometen soluciones rápidas a los problemas, generalmente de naturaleza económica, sin el dolor que normalmente acompañan las recetas más ortodoxas”. El consejo de la política tradicional ha sido abordar los desajustes macroeconómicos utilizando la caja de herramientas macroeconómicas, que consiste en unas políticas fiscales y monetarias prudentes, una apertura al comercio, una desregulación y un movimiento hacia una mayor integración global económica.
En respuesta a las repercusiones de varias de las crisis globales de la pasada década, estos remedios tradicionales se están poniendo peligrosamente fuera de moda. Este hecho ha sido especialmente sorprendente en algunas economías avanzadas. Contribuyó en el resultado del Brexit, donde una mayoría de votantes británicos optó por llevar a su país fuera de la Unión Europea para limitar la inmigración y restablecer un grado más fuerte de control nacional sobre las políticas y regulaciones. Asimismo, los partidos populistas y nacionalistas han ganado popularidad en varios países de la Unión Europea, elevando la incertidumbre de las próximas elecciones en 2017.
Los elementos populistas también han tenido una fuerte presencia en las recientes elecciones presidenciales de Estados Unidos, tanto en el lado republicano como en el demócrata. Ambos han abogado por un enfoque económico que solo mira hacia dentro y es intervencionista, así como una aproximación más aislacionista en el comercio global, con propuestas para imponer altas tarifas a la importación, eliminar o renegociar tratados comerciales y frenar la inmigración.
Una crítica aguda al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) y a la inmigración procedente de México señalan la tentación de Estados Unidos de dar la espalda a América Latina. Esto podría ser perjudicial para la economía de Estados Unidos, y especialmente irónico, en un momento en que las economías clave de América Latina están moviéndose en la dirección opuesta, dejando atrás las políticas económicas populistas para abrazar una mayor libertad en los mercados y reformas favorables a los negocios.
En Templeton Global Macro han analizado la experiencia de varios países de América Latina en los últimos años, enfocándose especialmente en tres países que abrazaron políticas económicas populistas: Argentina, Brasil y Venezuela. Los dos primeros países ya han revertido recientemente el curso de estas tendencias, mientras que Venezuela todavía no. “Creemos que comparar sus experiencias ofrece algunas lecciones valiosas para las autoridades políticas que, en la actualidad, corren el riesgo de ser seducidos por los cantos de sirenas del populismo”, comenta Hasenstab.
Es bien cierto que el punto de partida de las economías desarrolladas es mucho más avanzado, tanto en términos de fundamentales macroeconómicos como en términos de instituciones. Sin embargo, desde Templeton Global Macro creen que las consecuencias económicas de políticas equivocadas podrían ser cualitativamente similares.
Las sirenas del populismo
El gráfico 1 resume la experiencia de 4 países latinoamericanos, tres de los cuales (Argentina, Brasil y Venezuela) fueron atraídos por la trampa de las políticas populistas, mientras que uno de ellos (Colombia) se mantuvo al margen. Todos esos países se vieron afectados en cierta medida por el final del súper ciclo de las materias primas y su capacidad por sostener sus sistemas políticos se puso a prueba. Aquellos modelos que se basaron en el populismo se mostraron defectuosos. A la derecha del gráfico se muestra una fotografía de las medidas que fueron adoptadas por los gobiernos intervencionistas.
En los tres países que adoptaron políticas populistas se pudieron observar consecuencias significativamente adversas: la inflación se elevó a altos niveles, el sistema económico se vio severamente distorsionado, el crecimiento de la productividad se vio afectado, la manipulación del tipo de cambio combinada con altos niveles de inflación causo una significativa apreciación del tipo de cambio real (que perjudica a la competitividad), y en algunos casos, la deuda pública se expandió rápidamente.
El daño fue infligido en aquellas economías que decidieron alejarse de políticas macroeconómicas más prudentes. Sin embargo, está siendo ya revertido en Argentina y Brasil; mientras que la situación de Venezuela, que se ha negado a salir de ese camino, habla por sí misma. En el gráfico 2, se presenta una imagen de los daños sufridos por los diferentes países, siendo Colombia la excepción, manteniendo en el tiempo medidas económicas prudentes.
En Argentina, el deterioro prolongado de las condiciones económicas resultó en la destitución de Cristina Kirchner por Mauricio Macri, apoyado en una plataforma política que defiende el liberalismo económico. El nuevo gobierno lanzó rápidamente una amplia gama de reformas, incluyendo el fortalecimiento de las instituciones, el endurecimiento de la política monetaria, la consolidación fiscal, la normalización de la política cambiaria y la regularización de las relaciones internacionales. Este fuerte y amplio esfuerzo de reforma representa una clara salida del pasado y envía una fuerte señal a los inversores internacionales: el gobierno está firmemente comprometido con su nuevo curso de política económica. Desde Templeton Global Macro creen que la voluntad de abordar de inmediato muchos de los desafíos más difíciles es la manera más convincente de establecer credibilidad.
En Brasil, la corrección en materia de política económica fue aplicada de forma forzosa sobre la ex presidenta, Dilma Rousseff, ya que el mercado le negó cada vez más la financiación necesaria para continuar en su insostenible camino y sus índices de popularidad se desplomaron. El nuevo gobierno brasileño, liderado por el presidente Michel Temer, ha impulsado los primeros pasos hacia la consolidación fiscal, bajando el techo del gasto público y preparando una posible reforma de la seguridad social. El gobierno también ha comenzado a revertir la micro-gestión previa de la economía para reducir las distorsiones inducidas por las políticas de la anterior administración. Uno de los mayores pasos fue comenzar a desregularizar los precios que habían sido intervenidos en 2015. Ante el aumento de la inflación y una economía aún en recesión, el banco central brasileño tuvo que alcanzar un equilibrio difícil en 2015. Después mantuvo la tasa de interés real en niveles estables hasta mediados de 2015, lo que le permitió arrastrarse (incluso al comenzar a reducir las tasas nominales) para asegurar una disminución de la inflación en 2016. Una política monetaria más prudente también se manifestó en una reversión de la anterior expansión crediticia.
En Colombia, a pesar de no haberse dado un grave deterioro en sus políticas, el gobierno ha adoptado medidas para hacer frente a la inflación resultante de la depreciación del tipo de cambio. La política monetaria también fue reforzada. Además, se han adoptado medidas para consolidar las cuentas fiscales para absorver cualquier posible impacto de la disminución de los ingresos debido a los menores precios del petróleo. Y finalmente, en paralelo, se prosiguieron las negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para poner fin al largo conflicto con el grupo guerrillero, fortaleciendo y salvaguardando aún más las instituciones democráticas del país.
Las políticas populistas de Venezuela siguen en pie. La población ahora enfrenta condiciones extremadamente duras, con alto desempleo y una grave falta de alimentos y otras necesidades básicas. Esto ha provocado protestas y aumentado el riesgo de la estabilidad social, pero aún no ha dado lugar a un cambio político, y mucho menos a una corrección de políticas.
El gráfico 3 presenta un resumen de los ajustes de política (o falta de ellos) implementados por cada país.
La formulación de políticas de Colombia se mantiene firme en su rechazo al populismo. Cabe destacar que Colombia, habiendo mantenido políticas macroeconómicas prudentes, sólo sufrió el aumento de la inflación provocado por la depreciación del tipo de cambio. Un contraste más fuerte frente a la situación de Venezuela es difícil de imaginar.
Tanto en Argentina como en Brasil, hay razones para ser optimistas, aunque la corrección de las políticas acaba de comenzar. Si bien será crucial mantener el impulso en los próximos años, en ambos países el factor más importante, el compromiso político, parece estar vigente, y si las nuevas políticas se mantienen, los beneficios serán sustanciales, según apuntan desde Templeton Global Macro.
Por el contrario, es difícil sentir otra cosa que pesimismo frente a Venezuela. El país, dispone simultáneamente de una de las mayores reservas de petróleo a nivel mundial, superando a Arabia Saudita, y de la economía con mayor contracción del mundo, la inflación que se estima se está acercando al 1.000% y la escasez de alimentos y medicinas que están empujando al país hacia una crisis humanitaria. Es difícil llegar a un conjunto más grave de circunstancias para un país.
Después de experimentar un año 2016 récord en crecimiento de activos bajo administración, Advise Wealth Management pudo concretar parte de su estrategia de crecimiento regional adquiriendo la totalidad de GWM Advisory en Montevideo, una de las compañías de mayor prestigio en la región debido a la delicada calidad de su análisis sobre el posicionamiento de las carteras.
Miguel Sulichin, CEO de Advise Wealth Management, incansable como siempre, continuó con su búsqueda de talento para la firma, e incorporó a su equipo de análisis y research a Gianinna Manassi.
Gianinna, quien eligió Advise como la compañía que le permitirá progresar profesional y personalmente, formaba parte del equipo de GWM Advisory como analista de inversión desde febrero de 2016. Previamente, trabajó como analista de riesgos y mercados en Trafigura. Con anterioridad, se desempeñó como ejecutiva financiera en la unidad de Citi Wealth Management de Montevideo. Además, Gianinna es licenciada en Economía por la Universidad de Montevideo y cuenta con la certificación CFA.
Advise celebra…
Como parte de su plan de expansión, Advise se encuentra en el proceso de mudanza de su división de operaciones al edificio Celebra situado en Zonamerica, un campus empresarial con tecnología de última generación, un complejo de edificios que se encuentra entre los más premiados de la región.
Parafraseando su nombre, Advise celebró su tradicional y glamurosa fiesta de principio de año, el pasado día 4 de enero. Una reunión imprescindible que se ha convertido en un clásico de la agenda social de Punta del Este, donde concurrieron 450 invitados que pudieron disfrutar de una velada con excelente gastronomía y que se extendió hasta la madrugada.
Considerada ampliamente una de las más importantes cumbres de negocios en América Latina, la cuarta edición anual de la Conferencia Latinoamericana de Inversiones 2017 de Credit Suisse, arrancó el pasado día 31 de enero y cierra hoy, primero de febrero, en el hotel Grand Hyatt de Sao Paulo, en Brasil.
Diseñada para facilitar perspectivas perspicaces en el terreno de la inversión global, la Conferencia Latinoamericana de Inversiones conecta algunos de los líderes mundiales más influyentes con inversores institucionales, empresas, individuos de altos patrimonios y empresarios que buscan acceder a nuevas ideas.
Esta edición contó con la presencia de más de 1.500 participantes y 40 ponentes claves entre los que destacaron importantes figuras políticas, económicas, financieras y académicas.
Tras el discurso de bienvenida ofrecido por José Olympo Pereira, CEO de Credit Suisse Brasil, inauguró la jornada de ponencias el presidente de Brasil, Michel Temer, quien defendió la cooperación internacional como un mecanismo para atraer inversiones y anunció que recibirá la visita de los presidentes de Argentina, pautada para el próximo 7 de febrero, y del gobierno de España, Mariano Rajoy, cuya fecha está aún por concretar.
Asimismo, participaron en las conferencias del martes el gobernador del Banco Central de Brasil, Ilan Goldfjan, y el ex primer ministro de Reino Unido y actual asesor senior de Credit Suisse, John Major, que habló de los desafíos y oportunidades que presenta el Brexit dentro del contexto global.
Hoy, en el segundo día de conferencias, abrió la sesión Pedro Parente, presidente ejecutivo de Petrobras, quien aseguró que no dispone de un cronograma para renunciar como presidente ejecutivo de Petrobras y se comprometió nuevamente a generar un cambio a largo plazo en el rumbo de la petrolera estatal brasileña. Y en la tarde se espera la ponencia de Henrique Meirelles, ministro de finanzas de Brasil.
Los paneles de discusión se centrarán en asuntos como el Brexit, la nueva administración de Estados Unidos, las perspectivas para los mercados emergentes, el impacto de las tecnologías incluyendo blockchain, plataformas digitales e inteligencia artificial en la forma de realizar negocios y como estas dan forma a las economías globales.
La Reserva Federal de Estados Unidos finalizó hoy su primera reunión del año, también la primera reunión con Donald Trump como presidente. Tal y como se esperaba, el organismo que preside Janet Yellen permaneció unánimemente a la espera de que se defina la política económica del nuevo presidente.
En 2016, solo hubo espacio para una subida en los tipos, un cuarto de punto en el mes de diciembre, la misma subida que se produjo en el año anterior. Las incertidumbres globales -que según el organismo se han reducido- y la inestabilidad han obligado a la Fed a ser cauta, pese a las presiones que instaban a una subida ante el riesgo de un sobrecalentamiento de la economía. Según dijo la Fed en la nota posterior al encuentro, «el mercado laboral ha continuado fortaleciendose y la actividad económica creciendo a un ritmo moderado».
Con un mercado que espera tres subidas este año, el organismo no ha dado pistas sobre futuras decisiones más allá de las que cada uno quiera ver en sus declaraciones: «El Comité espera que, con ajustes graduales en la política monetaria, la actividad económica crezca a un ritmo moderado, las condiciones del mercado de trabajo sigan mejorando, y la inflación llegue al 2% en el medio plazo».
«La Fed reiteró su intención de subir tipos gradualmente a medida que el mercado laboral siga mejorando. El primer meeting del año de la Reserva Federal sonó ligeramente más optimista, ya que reconoció una mejora de la confianza del consumidor y de las empresas, así como del mercado inmobiliario. Los inversores se centrarán ahora en el dato de empleo del viernes para tomar posiciones tras la incertidumbre creada tras la investidura de Donald Trump en sus dos primeras semanas de mandato. La Fed no hizo mención alguna a planes de reducción de balance. Continuamos pensando que habrá posiblemente dos subidas de tipos este año. La primera podría llegar más de cara al tercer trimestre, salvo que haya un repunte de la inflación por encima de lo esperado en el primer semestre. No obstante, estaremos muy atentos a las noticias en referencia al plan de estímulo fiscal anunciado por Trump. La reacción del mercado a la decisión de la Reserva Federal se concentró principalmente en su divisa que se depreció contra el euro hasta niveles próximos al 1,08. La curva de tipos apenas se movió, ya que no hubo sorpresas, comentaba Ignacio Díez, gestor de renta fija de Credit Suisse Gestión.
La deuda en el balance de la Reserva Federal
Las autoridades de la Reserva Federal están alertando a los mercados de que el balance de 4,5 billones de dólares del banco central ha vuelto a ser un tema importante en la agenda, en un aparente esfuerzo por conceder a los inversores tiempo para que se preparen para para los cambios que puedan venir, en lugar de señalar que cualquier tipo de acción es inminente.
Según recoge la publicación Reuters, las autoridades de política monetaria quieren minimizar cualquier volatilidad que una reducción en el masivo balance de la Fed pueda causar y ha anunciado que solo realizará el movimiento después de que la subida de tasas esté bien avanzada.
La Fed acumuló bonos en su balance durante y después de la crisis financiera para inyectar efectivo en la economía y disminuir la presión en las tasas de interés a largo plazo, y ha manteniendo su cartera estable desde diciembre de 2013.
Mientras que la Fed sólo ha subido las tasas en dos ocasiones desde la crisis, un número mayor de autoridades dentro de la Reserva Federal han expresado su apoyo para permitir que las posiciones en deuda vayan disminuyendo al dejar que los bonos lleguen a vencimiento sin necesidad de reinvertir las ganancias.
Algunos han argumentado que el proceso, o al menos generado debate sobre cómo proceder, debería comenzar con el año más avanzado. Tan solo unos meses atrás, varias voces dentro de la Fed sugerían que el balance de deuda de la Fed podría seguir siendo grande por muchos años más.
Pero con un mercado laboral que continúa estrechándose y las promesas de recortes fiscales y de mayor gasto realizadas por Trump, se espera que las tasas de inflación y de interés puedan crecer a un ritmo más rápido que el año pasado. Disminuir el balance de la Fed será el próximo movimiento de la Fed para normalizar la política monetaria.
La mayoría de inversores de Wall Street no esperan que se produzca una disminución en el balance hasta mediados de 2018, las autoridades están pendientes de evitar otro episodio como el ‘taper tantrum’ de 2013, cuando el precio de los bonos se desplomó después de que el entonces presidente de la Fed, Ben Bernanke sugiriera reducir el ritmo de compra de los bonos.
Banca March, entidad de referencia en gestión de patrimonios y banca privada en España, pone colofón a su 90º aniversario con el lanzamiento del Premio Internacional de Fotografía Banca March. La temática del premio, recogida en el lema El futuro está en compartir,deriva de la filosofía de negocio de la entidad, basada en el crecimiento conjunto de clientes, empleados y accionistas, y refleja su compromiso con la sociedad, la cultura y el arte.
Los fotógrafos nacionales e internacionales que deseen concursar deberán presentar una fotografía inédita que plasme el espíritu del lema El futuro está en compartir.El plazo de presentación de obras será desde el 23 de enero al 31 de marzo.
El premio prevé la concesión de dos galardones. El autor de la fotografía premiada recibirá 8.000 euros y la obra pasará a formar parte de la colección artística de Banca March. Se concederá también un accésit con una dotación de 2.000 euros y la obra correspondiente también se incorporará a la colección de la entidad.
Las dos obras premiadas, junto con las finalistas, se exhibirán en una exposición colectiva dentro del programa de PHotoEspaña 2017, que se inaugurará tras la ceremonia de entrega de premios. Dicha muestra tendrá como sede la Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Como complemento, se editará un catálogo con las obras seleccionadas que incluirá textos de los artistas y un breve currículum.
El jurado del premio estará formado, entre otros, por un reputado fotógrafo y por sendos representantes de Banca March, la Fundación Juan March, PHotoEspaña y la Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Las bases del premio se pueden consultar en este link.
Mientras Trump continúa ejecutando sus promesas de campaña y se prepara para poner en marcha su plan de estímulo, la Fed se reúne hoy y mañana en una situación complicada. El encuentro no deparará sorpresas, sobre todo después de las declaraciones de Janet Yellen indicando que la tendencia en los salarios no garantiza que el organismo que preside tome medidas adicionales esta vez.
Sin embargo, varios analistas coinciden en el que el mercado podría estar subestimando el ritmo previsto de subidas de los tipos de interés. Uno de ellos es Frank Dixmier, director global de Renta Fija de Allianz Global Investors.
“La diferencia entre el informe de previsiones de la Fed –conocido como ‘dot plot’– y las expectativas del mercado es de particular importancia. Los puntos muestran el consenso de las expectativas del FOMC sobre tres subidas de tipos este año y tres más en 2018. Sin embargo, el mercado espera sólo cuatro alzas de tipos en total en los próximos dos años – una diferencia significativa”, explica.
El problema es que esta brecha entre las expectativas del mercado y el ritmo futuro de aumentos de los tipos muestra que hay cierta fragilidad en los mercados de Estados Unidos, “particularmente teniendo en cuenta que está aumentando la presión por parte del mercado de trabajo”, afirma Dixmier. Va en el interés de la Fed explicar con claridad el ritmo de alzas para permitir que los mercados se ajusten con fluidez.
Eric Stein, co director de Global Income de Eaton Vance, reconoce que se vio sorprendido cuando la Fed impulsó su ‘dot plot’ en la reunión de diciembre. “Esperaba que eso ocurriera en marzo de este año, cuando el mercado tuviera más información sobre las políticas específicas de Trump”, afirma en el blog de la gestora.
“Dicho esto, creo que podríamos recibir más sorpresas restrictivas del ‘dot plot’ en 2017. Antes de las elecciones, la economía se estaba acelerando un poco y la inflación y las expectativas de inflación también se habían recuperado. Si Trump pone en marcha la reforma regulatoria, la reforma tributaria y el gasto en infraestructuras en 2017, la economía estadounidenses realmente va a empezar a remontar y la Fed entonces subirá los tipos más veces de lo que los inversores esperan”, resume Stein.
Estado de guerra
Y es que en este momento las reuniones de la Fed tienen un cierto tono de estado de guerra, pero sin confrontación abierta. Todo apunta a que Trump va a promulgar políticas que forzarán a la Fed a actuar. Del mismo modo, las personas que elija para cubrir las vacantes en el comité determinará en cierta medida la forma de proceder de la Fed. Sin embargo, todavía no ha sucedido nada por lo que todo el mundo está a la espera de recibir más información.
“Mucho tiene que ver con los nombramientos que hará en el Comité. Si pone en práctica algunas reformas fiscales de calado, esto debería dar lugar a tipos más elevados y al fortalecimiento del dólar. Si tratar de colocar candidatos que sean afines a sus ambiciones políticas entonces podríamos comprobar lo poco que le gusta la independencia del banco central”, sostiene Luke Bartholomew, gestor de fondos en Aberdeen AM.
Markus Schomer, economista jefe de PineBridge Investments también cree que la posición de la Fed está ligada en gran medida de las políticas que ponga en marcha el nuevo presidente de Estados Unidos. “El desempeño del mercado en el primer semestre dependerá de los proyectos de Trump. Si se concentra en los recortes fiscales y la desregulación, es probable que la economía y los mercados despeguen. Si se trata de restricciones comerciales y reducción de la cobertura de atención médica, el sentimiento podría darse la vuelta y el crecimiento podría desacelerarse.
¿Y si Trump pone en marcha todas estas políticas a la vez?
El experto de Loomis, Sayles & Company, filial de Natixis GAM, coincide con el resto de analistas. “La introducción de estímulos fiscales podría presionar la inflación, provocando que la Reserva Federal endurezca su política monetaria antes de lo que están descontando los mercados”, afirma Gregory Hadjian, del equipo de macro de la firma.
El mercado europeo de ETFs atrajo 11.500 millones de euros en nuevos fondos netos en el cuarto trimestre de 2016, con lo que el total del año se situó en 47.900 millones de euros, según los datos del informe elaborado por José García Zarate, analista de ETFs para Morningstar UK.
En 2016, los activos bajo gestión aumentaron hasta los 546.000 millones de euros, desde los 466.000 millones de euros que se registraron en 2015.
¿Cuáles son los proveedores de ETFs más populares?
iShares fue el proveedor que más dinero captó en el 2016, atrayendo entradas netas por valor de 26.400 millones de euros. La cuota de mercado de iShares se ha mantenido estable en torno al 46% durante los últimos tres años y parece que hay pocas perspectivas de que esta situación cambie sustancialmente en el corto plazo.
Por el contrario, la lucha entre los otros proveedores se ha vuelto bastante interesante. DB X-Trackers ha conseguido la segunda posición en 2016. Sin embargo, no hay que esconder que el 2016 ha sido un año bastante malo para este proveedor. Los inversores retiraron 5.300 millones de euros y su cuota de mercado ha caído desde el 11,9% en 2015 hasta el 9,8%.
Lyxor sigue siendo el tercer mayor proveedor de ETFs en Europa, logrando cerrar la brecha en la lucha por la segunda posición. Curiosamente, sin embargo, a pesar de entradas anuales moderadas y un aumento en los activos, su cuota de mercado también ha caído ligeramente en relación con 2015.
State Street, Amundi, Vanguard y UBS lograron mucho mejor atraer la atención de los inversores y han ganado cuota de mercado a expensas tanto de Lyxor como, sobre todo, de DB X-Trackers.
Renta variable europea, la clase de activos más popular
Los ETFs de renta variable experimentaron un cambio en el cuarto trimestre y consiguieron cerrar el año 2016 con entradas netas anuales de 13.600 millones de euros y activos gestionados de 365.000 millones de euros, frente a 319.000 millones de euros en 2015.
La rotación hacia la renta variable -en su mayoría de mercados desarrollados- se aceleró tras la victoria de Trump en las elecciones estadounidenses. Las acciones estadounidenses se vieron especialmente favorecidas, con los inversores teniendo una visión amplia y positiva sobre las perspectivas económicas del nuevo presidente estadounidense.
Los ETFs de renta variable Europa y de la zona euro también estuvieron en la parte superior del ranking de preferencia de los inversores en el cuarto trimestre. Este fue un cambio notable en comparación con un tercer trimestre bastante negativo en el que las valoraciones fueron arrastradas por los problemas en los sectores bancarios alemán e italiano. Sin embargo, para el año en su conjunto, estas exposiciones de mercado registraron salidas netas.
Los ETFs de acciones de mercados emergentes estuvieron a la zaga en el cuarto trimestre por la combinación de un fortalecimiento del dólar estadounidense y de las preocupaciones de que las opiniones proteccionistas de Trump significan problemas para estos países. Las salidas en el cuarto trimestre no afectaron de forma significativa lo que ha sido un buen 2016 para esta categoría de activo, cerca de 5.300 millones de euros en nuevos fondos netos fueron a parar a los ETFs de acciones emergentes, pero claramente dejar un signo de interrogación sobre el sentimiento de cara a 2017.
Los ETFs de renta fija registraron salidas netas de 2.500 millones de euros en el cuarto trimestre debido a un sentimiento de «risk-on» y a unos tipos de interés al alza en Estados Unidos. A pesar de esto, la renta fija fue una historia de éxito para la industria europea de ETFs el año pasado, con unas aportaciones netas positivas de 20.600 millones de euros y un aumento de cuota de mercado desde 22.6% en 2015 hasta 24,1%.
La deuda pública de la Eurozona se mantuvo en la parte inferior del ranking de preferencia de los inversores. Por el contrario, los ETFs de bonos corporativos denominados en euros, tanto de grado de inversión como de alto rendimiento, fueron los que más recolectaron dinero en 2016, con unas entradas netas de unos 8.000 millones de euros para el conjunto a lo largo del año.
Las perspectivas de la renta fija para 2017 se han vuelto más pesimistas ya que los inversores están preocupados por los tipos de interés más altas en los mercados de bonos globales. Dicho esto, los ETFs han hecho grandes progresos por ser aceptados como vehículos de inversión para tener exposición a la renta fija. Siguen existiendo preocupaciones y una continua necesidad de educación, sobre todo en torno a la cuestión de la operativa y liquidez de los ETFs. Sin embargo, todos los proveedores de ETF están de acuerdo en identificar a la renta fija como una de sus principales áreas de crecimiento en el futuro.
Los ETCs y ETFs de materias primas experimentaron salidas netas de 900 millones de euros en el cuarto trimestre. El sentimiento de mejora en torno a la renta variable redujo la necesidad de buscar seguridad en el oro. Sin embargo, el comportamiento positivo en los tres primeros trimestres aseguró que las materias primas cerraron el 2016 con aportaciones de más de 12.000 millones de euros de dinero nuevo. Los activos bajo gestión aumentaron fuertemente hasta los 43.000 millones de euros desde los 28.000 millones de euros de finales de 2015, principalmente debido al repunte de los precios del oro hasta octubre de 2016, así como el repunte de los precios de otras materias primas.
Flujos en beta estratégica
Los ETFs de beta estratégica atrajeron más de 1.300 millones de euros de entradas netas en el cuarto trimestre, frente a los 2.400 millones de euros del período anterior, ya que los inversores se retiraron de los ETF estratégicos orientados al riesgo, como por ejemplo los productos de mínima volatilidad.
En 2016, los ETFs de beta estratégica registraron unos 9.000 millones de euros de nuevos fondos, frente a los 7.000 millones de euros de 2015. Más importante aún, las entradas netas en beta estratégica representaron el 19% de todo el dinero que fue a parar a ETFs en 2016. Es un fuerte aumento frente al 10% del 2015, lo que muestra que los inversores en ETFs están buscando cada vez más oportunidades más allá de los ETFs tradicionales.
Los activos bajo gestión en ETFs de beta estratégica totalizaron algo más de 43.000 millones de euros a fines de 2016, frente a los 31.000 millones de euros del año anterior. Su cuota de mercado ha subido hasta un 8% desde el 6,6% en 2015.