El cuarto trimestre de 2016 registró salidas netas de activos de los hedge funds por valor de 43.000 millones de dólares, el quinto trimestre consecutivo de flujos negativos.
A pesar de que los hedge funds registraron de media un 7,4% de retorno en 2016, los inversores continuaron retirando capital durante todo el año. La industria registró salidas netas de activos por un valor total de 110.000 millones de dólares el año pasado, “debido a las crecientes preocupaciones por los resultados y la subida de las comisiones”, explica Amy Bensted, responsable de productos de hedge fund de Preqin.
De cara a 2017, cree Bensted, es probable que los inversores continúen observando de cerca la rentabilidad de los fondos y retirando capital de aquellas estrategias que no han logrado cumplir con sus objetivos individuales o retornos esperados.
El último análisis de Preqin indica que la tasa de reembolsos se aceleró a lo largo del año, registrando salidas netas en el primer trimestre de 14.000 millones de dólares que alcanzaron los 43.000 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2016. Las principales estrategias de hedge funds registraron salidas netas durante los 12 meses.
Por el contrario, y a pesar de su rendimiento mediocre, las estrategias CTA registraron entradas netas de capital por valor de 26.000 millones de dólares. Aunque los reembolsos han sido generalizados en toda la industria, existe un vínculo claro entre el desempeño pasado y los recientes flujos de activos. De esta forma, los hedge funds más rentables en 2015 y el primer semestre de 2016 fueron los que probablemente más salidas experimentaron en el cuarto trimestre de 2016.
Fue en otoño del año pasado cuando las gestoras Henderson Global Investors y Janus Capital anunciaron “una fusión entre iguales”, que llevará a la creación de uno de los mayores titanes de la industria de gestión de activos a nivel global. Tras varios meses de trabajo en la integración, todo va sobre ruedas y según lo previsto, de forma que la nueva entidad -con la marca Janus Henderson- echará a andar el próximo 1 de junio, según ha explicado Greg Jones, Managing Director responsable de EMEA de Henderson, en un reciente evento organizado por Funds Society en Miami.
«La fusión se completará a finales de mayo, por lo que el primer día de Janus Henderson será el 1 de junio. Próximamente, esperamos tener lista toda la estructura de la organización y también de la parte de gestión”, adelantó Jones. Otra fecha clave será el próximo 26 de abril, día en el que los accionistas votarán de forma definitiva sobre la fusión. De aceptarla, la operación estaría totalmente completada a finales de mayo.
«La gestora, que tendrá dos CEOS –Dick Weil y Andrew Formica- y sede en Londres, explica cómo dará respuesta a los clientes en US Offshore. Según Jones, se mantendrá el equipo de soporte a los clientes desde Henderson, un servicio que se verá reforzado con el apoyo del equipo de ventas de Janus. Es decir, los clientes de US Offshore seguirán contando con el equipo de Henderson formado por Maria Eurgenia Cordova, con sede en Miami, y Paul Southgate, en Londres, equipo que seguirá operando bajo la batuta de Ignacio de la Maza. Más el apoyo de Janus: “No habrá cambios para los clientes de estos mercados, solo notarán un mayor soporte en esta región que vendrá de Janus. Los clientes se beneficiarán de la combinación de los dos negocios existentes en la región”, dijo Jones.
Capacidades de gestión
Desde el punto de vista de la gestión de fondos, y teniendo en cuenta que Janus tiene fundamentalmente negocio estadounidense y Henderson más europeo (si bien ambos tienen fuertes ofertas globales), Jones destacó la importancia de que sus actividades “no se pisan demasiado, pues cuentan con habilidades de inversión totalmente diferentes”. Habilidades que mantendrán en la nueva gestora.
«Unas de las cosas que más confusión generan en los clientes en estos procesos es el mareo con las gamas de los fondos y con los gestores. Hoy puedo decir que la gama de los fondos que representamos, ya sea la sicav de Henderson o las OEIC de Janus tanto en los segmentos de offshore como de los fondos onshore para EE.UU., apenas se solapan”.
Y es que, desde el punto de vista de las capacidades de la gestión, ambos negocios son complementarios, y ésa es una de las razones que motivó la fusión. Así, la nueva gestora se quedará “con lo mejor de las dos entidades”: “Creo que las oportunidades para Henderson y Janus como parte de esta transacción es que Janus tiene una gran huella en Estados Unidos (tanto desde el punto de vista de gestión como de distribución), si bien no tiene muchas capacidades de gestión en renta variable internacional, crédito internacional, o renta variable o fija de mercados emergentes. Henderson le aportará esa parte”.
Y viceversa: “Janus es mejor conocido por la gestión de renta variable y renta fija en EE.UU. Henderson tiene una fuerte historia con renta variable y renta fija europea e internacional. Estas capacidades combinadas pueden utilizarse en las redes de distribución más allá de EE.UU.”
Impulso a la distribución global
De esta forma, la nueva entidad reforzará sus capacidades de gestión y además impulsará la distribución de sus productos a nivel global, teniendo en cuenta la fortaleza de Janus en EE.UU. y la de Henderson a nivel europeo y también en las Américas.
Henderson cuenta con una buena presencia en EE.UU. y en el mercado offshore, así como en Latinoamérica si bien su mayor negocio, “de lejos y que representa en torno al 75% de sus activos”, está fuera del mercado estadounidense.
Un negocio “casi perfecto”
Para Jones, la fusión dará lugar a un negocio “casi perfecto” y con fuertes sinergias (en total, sinergias de costes de 110 millones de dólares anuales).
Janus Henderson Global Investors tendrá un patrimonio bajo gestión de 320.000 millones de dólares y una capitalización de mercado de unos 6.000 millones. Se estiman también unos ingresos conjuntos superiores a 2.200 millones de dólares y un ebitda subyacente de unos 700 millones de dólares.
La probabilidad de una subida de tipos de 0,50-0,75% a 0,75-1,00% cuando la Fed se reúna mañana se ha convertido en casi una certeza para los inversores. Dos semanas antes, la probabilidad implícita era de una de cada tres. Más adelante, bajo un contexto en el que los datos económicos se mostraban favorables de forma global, numerosos discursos de la Fed allanaron el terreno. A pesar de que ciertos discursos de línea blanda se mantienen en su posición, algunos pesos pesados como Bill Dudley, presidente de la Fed de Nueva York, o Lael Brainard, gobernador, reorientaron su discurso y ahora creen que la situación económica propicia una subida de tipos a corto plazo. En su discurso del 3 de marzo, Janet Yellen confirmó este mensaje.
La muy probable subida de tipos en marzo confirma que veremos, salvo choque grave, al menos tres subidas de tipos en 2017. El consenso de los economistas y las probabilidades implícitas de los mercados se alinearon con este escenario.
¿Mantendrá la Fed este ritmo que es mucho más lento que en los ciclos alcistas anteriores? Las medidas presupuestarias de Donald Trump todavía no han sido desveladas, pero una aceleración del empleo y de la inflación podrían llevar a la Fed a actuar con más frecuencia.
Más allá de los tipos, se mantiene la duda sobre la reducción del balance de la Fed que debe intervenir una vez que el ciclo alcista de los tipos haya avanzado. Para ello, la Reserva Federal se plantea dejar de reinvertir en los bonos que lleguen a vencimiento, pero todavía no se ha fijado ninguna fecha. Como Ben Bernanke había anunciado el principio del ‘tapering’ antes de su salida en enero de 2014, Janet Yellen podría desear anunciar esta medida antes de enero de 2018, fecha del final de su mandato
Por último, una tercera cuestión: ¿a quién va a elegir Donald Trump para ocupar las posiciones vacantes de la Fed? Dos puestos de gobernadores se encuentran actualmente libres, Daniel Tarullo anunció que dimitiría en primavera y es probable que Janet Yellen dimita en el plazo de su mandato como presidenta. Por lo tanto, estas nuevas nominaciones podrían cambiar en profundidad el “programa” de la Fed.
Julien-Pierre Nouen es jefe economista-estratega de Lazard Frères Gestion.
La firma internacional de abogados Jones Day nombró a Manuel Romano como socio director de la oficina de la Ciudad de México, sustituyendo a Fernando de Ovando, quien ocupó el cargo desde que la firma se estableció en el país en 2009.
“Manuel Romano es socio de Jones Day desde que llegamos a México, y es parte fundamental de una nueva generación de líderes que han ayudado al crecimiento de la firma en México”, señaló Luis Riesgo, socio responsable de la práctica de Latinoamérica y Miami de Jones Day. “Manuel está entre los mejores abogados de México, y en esta nueva responsabilidad liderará nuestro objetivo de consolidar a Jones Day como el despacho internacional de abogados de referencia en México”.
Romano es uno de los abogados más sobresalientes en México en la práctica de fusiones y adquisiciones, y a lo largo de su carrera ha trabajado en algunas de las transacciones más importantes de Latinoamérica, como la venta de Nextel México a AT&T en 2015, así como en varios proyectos de financiamiento de BBVA en México, y ha asesorado a Iberdrola y a importantes empresas del Fortune 500, como Procter & Gamble y The Goodyear Tire Company.
“Quiero también agradecer a Fernando de Ovando su extraordinaria gestión al frente de la oficina de la Ciudad de México desde 2009. Gracias a su liderazgo y visión, Jones Day es hoy uno de los despachos más importantes y prestigiosos de México, y ha logrado atraer el mejor talento del mercado. En este momento en que damos paso a una nueva generación de líderes, Fernando nuevamente da muestra de su generosidad por lo que siempre será parte importante de la firma”, agregó Luis Riesgo.
Fernando de Ovando, con más de 40 años de carrera en México, seguirá asesorando a sus clientes como socio en la práctica Bancaria y Financiera de Jones Day.
«Fondo de inversión» es un término amplio que abarca todos los tipos de fondos y esquemas colectivos de inversión, incluidos los fondos mutuos, los hedge funds, los fondos inmobiliarios y los fondos de private equity o venture capital.
Se trata de acuerdos mediante los cuales un grupo de inversores aporta bienes o dinero a un esquema colectivo cediendo el control diario y la propiedad directa de los activos correspondientes, de forma tal que la propiedad pase a ser gestionada en su totalidad por el operador del esquema, generalmente el gestor de inversiones o investment manager.
Un «fondo de inversión offshore», por su parte, es un esquema de inversión colectiva establecido en un centro financiero offshore, generalmente las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán, Bermudas, Bahamas o Luxemburgo.
Los fondos offshore ofrecen a los inversores beneficios significativos en comparación con muchas jurisdicciones onshore tales como los Estados Unidos o el Reino Unido.
Los gestores de fondos de inversión han destacado las siguientes ventajas al escoger domicilios offshore en lugar de domicilios onshore para la creación de los fondos que administran:
flexibilidad a la hora de establecer las estrategia y objetivos de inversión o, lo que es lo mismo, ausencia de las restricciones que en general imponen los reguladores onshore alegando como principal motivo para ello la protección al consumidor;
los centros offshore tienden a tener gobiernos que reconocen la importancia de trabajar estrechamente con el sector privado para asegurar que la legislación vigente satisfaga las necesidades del mercado;
los centros offshore, en particular aquellos a los que nos hemos referido anteriormente, cuentan con un alto nivel de experiencia en fondos, y es habitual encontrar en los mismos estudios jurídicos especializados, administradores experimentados, custodios y firmas contables y/o de auditoría, etc.;
gran parte de estas jurisdicciones de fondos offshore son consideradas amistosas para con los inversores y son vistas internacionalmente como seguras desde el punto de vista financiero y de la propiedad privada; y
las jurisdicciones offshore ofrecen claras ventajas fiscales.
Tanto los fondos offshore como los onshore pueden ser vehículos abiertos o cerrados. En el primer caso, los inversores tienen derecho a exigir el rescate de sus acciones a intervalos regulares y específicos en caso de que deseen retirarse del fondo. El producto del rescate se calcula entonces como una parte del valor neto de los activos del fondo al día de rescate correspondiente. Esto significa que los incrementos y disminuciones en el valor de los activos del fondo se reflejan directamente en el monto que un inversor puede retirar.
Los fondos cerrados, por su parte, son aquellos en los que los inversores no tienen este derecho. Se utilizan generalmente para proyectos inmobiliarios o para iniciativas de inversión donde los socios son sólo unos pocos y se conocen bien.
La industria mundial de fondos es una parte muy significativa del sistema financiero, con fondos de diversos tipos, estrategias y tamaños que, a Julio de 2015, tenían un total de 74tn * de dólares bajo administración.
Durante los últimos años hemos sido testigos de un aumento sostenido en el número de familias que están creando sus propios fondos de inversión. Y lo han hecho por múltiples razones que trataremos de explicar en este artículo.
La utilización de fondos offshore para la planificación del patrimonio familiar
Las familias, y especialmente los activos familiares, son cada vez más móviles. Tienen sus bases en distintas jurisdicciones y están sujetos a una variedad de leyes y regulaciones.
Como tales, algunos de los retos principales de las familias son, entre otros, asegurar el retorno razonable sobre el capital, la continuidad del negocio familiar y la gobernanza de la familia.
En este contexto, se puede utilizar una estructura de fondos para asegurar un marco independiente y profesional en el que los bienes familiares puedan ser agrupados, salvaguardados y los ingresos individuales de los miembros de la familia puedan ser adaptados a sus necesidades.
Cuando se estructura un fondo familiar, un gestor de inversiones nombrado por la familia se encarga de las decisiones de inversión cotidianas; un administrador calcula los valores de los activos netos y un auditor independiente verifica los registros financieros y los métodos de contabilidad. Esta configuración garantiza el acceso a las mejores prácticas de la industria y el cumplimiento de las normativas locales e internacionales vigentes.
Objetivos principales
Además de las razones a las que hemos hecho referencia en la sección anterior (rendimiento razonable sobre el capital, la continuidad del negocio familiar y la gobernanza familiar), hay otras razones por las que las familias están mostrando una tendencia hacia estas estructuras en lugar de las de un trust o una fundación.
Otros objetivos incluyen los siguientes:
la salvaguarda de los activos familiares;
evitar gastos excesivos;
la flexibilidad en la reclasificación de los ingresos;
evitar desacuerdos familiares;
optimización fiscal;
la posibilidad de planificar/estructurar según las Normas de Compañías Extranjeras Controladas (“Normas CFC”);
la flexibilidad que ofrecen con relación a los derechos a voto;
organización de fondos de caridad;
mantenimiento del patrimonio en un ambiente estable;
fortalecimiento de las oportunidades de inversión, diversificación y liquidez (aspectos en los que el tamaño del vehículo de la inversión importa);
facilidad de acceso a mercados emergentes;
mantener el patrimonio bajo una estructura segura y evitar obstáculos al acceso al mismo; y/o
cuestiones vinculadas a la seguridad personal si la familia vive en países de alto riesgo.
* Para mayor información, vea la encuesta anual de Boston Consulting «Group Global Asset Management 2015: Sparking Growth with Go-to-Market Excellence»
Primera parte del artículo de Martín Litwak – Managing Director at Litwak & Partners (U.S.)
El nuevo documento incluye una revisión de los estándares técnicos, con nuevas reglas para el documento de datos fundamentales (KID), que incluyen nuevas proyecciones basadas en circunstancias y escenarios desvaforables, moderados y favorables. Entre otras novedades, también habrá escenarios adicionales de estrés.
Con todo, la Comisión Europea ha optado por no cambiar la metodología subyacente para calcular esas proyecciones futuras.
Un éxito para la protección de los inversores, según algunos expertos, puesto que obtendrán información más clara sobre los riesgos y beneficios de productos más complejos, sin sobrecargas de información.
Los arreglos realizados en el nuevo texto pretenden cubrir algunas de las preocupaciones planteadas por el Parlamento Europeo (por ejemplo, escenarios de rentabilidad, advertencia de comprensión y presentación de costes relacionados con seguros).
Alertas de comprensión
La Comisión Europea ha también propuesto la inclusión de “alertas de comprensión” sobre una base europea común, para identificar, de cara a los inversores minoristas, cuándo un producto podría ser difícil de entender.
La Fed subirá tipos en marzo. Así lo cree Bob Michele, CIO de renta fija de JP Morgan, que defiende que la autoridad monetaria llevará a cabo un ejercicio de normalización en EE.UU. que durará al menos cinco años, en los que la Fed subirá los tipos cada dos meses hasta situarlos en el entorno del 4%.
Durante una conferencia sobre las oportunidades en renta fija organizada por la gestora, Michele ha señalado, no obstante, que el principal problema que tiene la Fed es gestionar el volumen de deuda soberana estadounidense que tiene en su balance. “En 2018 serán 425.000 millones de dólares en bonos del Tesoro, ¿cómo va a esperar a su vencimiento? Dar marcha atrás va a ser difícil, tendrá que ir soltando esa deuda poco a poco o refinanciarla porque podría aplastar el mercado”, explica.
El experto reconoce, además, que es bajista con la renta fija y que la rentabilidad de los bonos no puede hacer otra cosa que subir en un entorno de aumento de la inflación y los tipos de interés. Es decir, la tendencia iniciada tras la victoria de Trump que ha llevado al bono americano del 1,5% al 2,4% de rendimiento, continuará. “El Treasury (bono a 10 años estadounidense) va a ser como una especie de muelle. En verano veremos un cambio en la rentabilidad”, asegura. En los próximos 12 meses pronostica que alcance el 3,5% de rentabilidad.
En la trayectoria alcista que, a priori, han iniciado los tipos de interés tiene mucho que decir el sucesor de Janet Yellen al frente de la Fed. Según Michele, hay una corriente que apuesta por la continuidad de Yellen pero “tienen un 0,0% de posibilidades de acertar”. En este sentido, cree que la Fed ha estado hasta ahora controlada por académicos que aplican los modelos econométricos tradicionales. “Esos modelos funcionan bien en la teoría, pero no en el mundo real”, explica. En su opinión, “es bueno que a la Fed llegue alguien del mundo real y no tan académico”.
De hecho, la realidad nos ha demostrado en los últimos años que las teorías pueden no cumplirse. La teoría dice, por ejemplo, que una política monetaria acomodaticia es lo mejor para la renta variable, pero la realidad es que la renta fija ha tenido un comportamiento espectacular. “Nos encontramos en una época experimental en política monetaria y hay que descubrir si la apreciación de los activos desde 2009 es sólo un efecto monetario”, asegura Michelle.
Como responsable de renta fija de una de las mayores gestoras de fondos del mundo, a Michelle no le duele reconocer que es alcista con la renta variable. “Si aumentan los tipos a un ritmo del 1% anual, la bolsa va a ir muy bien, si suben un 0,5% se creará un mercado bajista”.
En cuanto a las opciones dentro de la renta fija, se centran en reducir duraciones, y en apostar por los bonos ligados a la inflación, la renta fija high yield tanto europea como estadounidense y la deuda de mercados emergentes en moneda local. «Muchos creen que estoy loco por recomendar deuda emergente en divisa local pero estas divisas ya han hecho sus ajustes. Por otra parte, si protejo la divisa renuncio a una gran parte de la rentabilidad y no quiero», concluye.
Convertir el envejecimiento de la población en una oportunidad de inversión responsable: eso es lo que hace el fondo Generali Investments Sicav (GIS) SRI Ageing Population, un fondo temático que busca capitalizar esta tendencia demográfica a largo plazo ajustándose, además, a criterios ISR (inversión socialmente responsable). Un enfoque innovador.
El llamado “grey power” o “poder gris” es la base sobre la que construir carteras que identifiquen aquellas sectores y compañías que más pueden beneficiarse de este fenómeno… y que también cumplen criterios de rentabilidad social.
En una entrevista con Funds Society, Jean-Marc Pont, especialista de inversiones en renta variable de Generali Investments, explica que “el universo de compañías invertibles es muy amplio, pero el fondo se concentra en grandes y medianas compañías europeas con una posición muy reducida en las de fuera del Viejo Continente”. Francia, Reino Unido y Alemania representan más del 63% de su exposición a los mercados europeos como consecuencia de la labor de selección del equipo de gestión, y aquí no se habla de incertidumbre porque, como destaca Pont, “es una cartera que no se mueve por los eventos políticos”.
Europa es el epicentro de su inversión al tiempo que es la zona del mundo donde más se va a evidenciar el envejecimiento de la población. No en vano cerca de un tercio de los europeos tendrán más de 60 años en 2040. Como consecuencia, será aquí donde los “seniors” controlarán progresivamente un porcentaje mayor de los ingresos. Es el caso de Suecia, Finlandia, Bélgica y Francia, donde en 2020 ya dispondrán más del 30% de los ingresos totales.
Además, como explica Pont, “las compañías europeas tienen un alto nivel de diversificación geográfica y, por lo tanto, invertir en ellas es invertir en otras zonas del mundo, es decir, estar expuesto a ingresos a nivel mundial”. Así, su exposición media a ingresos provenientes del continente europeo se sitúa en el 53% mientras que al resto del mundo alcanza el 47%.
Tres grandes temáticas y 13 sub-sectores
La megatendencia les lleva a mantener una exposición a finales de enero del 48% al sector de consumo, un 34% al sector salud y un 18% a los productos de planificación y ahorro de cara a la jubilación. Dentro de las tres temáticas, otros 13 subsectores que comprenden desde los tratamientos anti-edad hasta los suplementos vitamínicos, la oncología, la incontinencia o los implantes dentales. Entre las 10 mayores posiciones del fondo a finales de enero están Royal Philips, LVMH, L’Oreal, Roche, Axa, Prudential, o Sanofi.
La estrategia de inversión temática solo contempla títulos que cumplan los requisitos de inversión socialmente responsable y éstos están, de hecho, por delante, de la megatendencia del envejecimiento. “Estamos plenamente convencidos de que aplicar criterios ISR a esta temática aportará un valor añadido, dado que conlleva un análisis a fondo de criterios extrafinancieros”, afirma el experto.
En el proceso de filtrado por ISR se utiliza un método propio que incluye aspectos como la reputación, la presión normativa o la huella de carbono. Posteriormente, se identifican las compañías que cumplen los 34 criterios más relevantes para cada sector y se eligen las que obtienen una calificación superior a la media.
El equipo de inversión en renta variable europea temática realiza una selección temática para identificar el nivel de exposición de las empresas a los tres pilares de inversión. A continuación, el equipo selecciona las empresas para cada una de las tres temáticas, basándose en distintas métricas financieras. El resultado de esta estrategia de tres pasos es una cartera de unos 50-60 valores que el equipo sigue de forma periódica, para reevaluar los proyectos de inversión y vender los valores cuando se alcanza la valoración objetiva.
Tendencia imparable
El envejecimiento de la población preocupa y las cifras ponen los pelos de punta. En el año 2040, el porcentaje de personas con más de sesenta años habrá pasado del 12% de 2015 (900 millones) al entorno del 19%, es decir 1.900 millones, según datos de la ONU.
Es cierto que la aparición de los ETFs y la democratización de los derivados han permitido a los inversores exponerse a todo tipo de mercados a un coste inferior y con rentabilidades, a menudo, superiores a las arrojadas por la gestión activa. El año pasado es un perfecto ejemplo de ello, si tenemos en cuenta que muy pocos profesionales de la gestión activa en el mercado bursátil estadounidense batieron al S&P 500 (menos del 10% según el FT), dicho sea de paso, uno de los más eficientes y líquidos…
Aunque el coste y la rentabilidad son, evidentemente, criterios importantes a la hora de elegir el estilo de gestión y sus instrumentos, existe sin embargo otro factor igualmente relevante en la asignación de activos: el riesgo. Teóricamente, el inversor institucional debería ser un inversor a largo plazo, poco sensible a las fluctuaciones (a corto plazo), y que se basa sobre todo en su asignación estratégica para alcanzar sus objetivos (a largo plazo). Pero, como diría el siempre recordado Yogi Berra, si en teoría no hay ninguna diferencia entre la teoría y la práctica, en la práctica sí que la hay…
La crisis financiera, la caída de los rendimientos de los bonos y el envejecimiento de la población han hecho de las suyas y han situado al riesgo, y su gestión, en una posición destacada. No me refiero necesariamente a los grandes fondos de deuda pública o al balance del BNS, sino a la mayoría de los fondos de pensiones de los países desarrollados. Y esta tesis se ve reforzada por la ampliación de su déficit actuarial, el desplome de los tipos «sin riesgo» y, por ende, un margen de error cada vez más exiguo.
En este contexto, una volatilidad excesiva o las turbulencias en las rentabilidades pasan a ser un problema en un abrir y cerrar de ojos. Esta tendencia estructural ha dado lugar a la extinción o transformación de los fondos mixtos clásicos. Algunos cambios bruscos de correlaciones también han lastrado las versiones puramente cuantitativas… es decir, ya no existen soluciones «pasivas» sencillas.
¿Con esta situación, cuáles son, por tanto, las ventajas de una asignación dinámica? Yo identifico al menos una: alinear el objetivo del cliente con la labor del gestor liberándose de la dictadura de los índices. En lugar de sufrir las rentabilidades y volatilidades futuras en función de las medias aritméticas de índices, la gestión activa permite al cliente marcarse unos objetivos cuantificados y realistas en términos de rentabilidad y volatilidad a corto y largo plazo que podrán revisarse periódicamente en función de la evolución de los mercados. El gestor podrá y deberá expresar sus convicciones…es decir, asignar su presupuesto de riesgo del mejor modo posible, dado que ya no podrá esconderse detrás de los índices.
Evidentemente, este tipo de gestión requiere un proceso de inversión riguroso y coherente que debe contar, al menos, con tres ingredientes: un análisis económico global y detallado para determinar cuáles son los activos más favorables en el entorno actual, una evaluación de todos los activos disponibles para estimar el potencial de cada uno y un control del riesgo para afinar la gestión de unas turbulencias cada vez más frecuentes en el mercado.
Este proceso de gestión disciplinado nos ha permitido identificar, por ejemplo, dos destacados hitos en los mercados en 2016, ambos relacionados con las perspectivas económicas estadounidenses y la política monetaria de la Reserva Federal. El primero tiene que ver con la deuda emergente en febrero, en un momento en que las valoraciones de las materias primas y los bonos de alto rendimiento habían alcanzado mínimos extremos. Posteriormente, el mercado reconoció este nivel de valoración en cuanto la Fed puso freno al ajuste de su política monetaria.
El segundo hito fue el referéndum británico sobre la pertenencia a la UE. Tras conocerse el resultado, los mercados se desplomaron ante la reducción de las previsiones de subidas de tipos por parte de la Fed y la hipótesis de que se mantuviera la situación vigente. Nos pareció que debíamos volver a adoptar un enfoque más prudente sobre la duración de las carteras, así como un sesgo hacia los valores cíclicos en el componente de renta variable, priorizando los títulos cuya valorización podría beneficiarse de una recuperación del crecimiento nominal y de un alza de los tipos, como es el caso de los bancos.
La implantación de las visiones de gestión es otro plano en el que la gestión activa resulta fundamental. Iniciar una exposición a la banca europea a través de un ETF no consume el mismo presupuesto de riesgo ni tiene la misma asimetría que implantarla a través de una opción de compra, por ejemplo. Esta labor de gestión dista de ser anodina y resulta clave en la gestión de carteras multiactivo con perfiles de riesgo muy diferentes; no obstante, expresa la misma idea.
Naturalmente, como siempre ocurre en el mundo de las finanzas, los resultados no están garantizados… ¡Pero al menos debemos minimizar todo lo posible las decepciones!
Fabrizio Quirighetti es co-Cio y co-responsable de Multiactivos de SYZ AM.
Lyxor ha lanzado elLyxor Green Bond (DR) UCITS ETF, el primer ETF del mundo que ofrece a los inversores acceso al mercado de bonos verdes con grado de inversión.
De acuerdo con Lyxor, e impulsado por el creciente interés de los inversores, y junto a la introducción de nuevas regulaciones, como la Ley de Transición de Energía francesa de Francia, el mercado de bonos verdes está creciendo rápidamente. Las nuevas emisiones se han incrementado de 11.000 millones de dólares en 2013 a 81.000 millones en 2016, elevando el total a 170.000 millones de dólares. La Iniciativa Climate Bonds Initiative, experta en datos sobre bonos verdes, prevé un incremento de hasta 150.000 millones este año.
Además de una atractiva oportunidad de inversión, los bonos verdes ofrecen una manera de contribuir a la mejora del medioambiente. Los Principios de Bonos Verdes (Green Bond Principles – GBP) proporcionan directrices sobre transparencia y divulgación. Las directrices sobre Climate Bonds llevan estos principios un paso más allá creando un marco de certificación formal, que asegura que los ingresos se usen solamente para proyectos de bajas emisiones y que se cumplan los requisitos de transparencia e información.
A través del índice de grado de inversión en dólares y euros, el nuevo ETF de Lyxor proporciona un fácil acceso a una cartera de 116 bonos IG en euros y dólares clasificados como bonos verdes. Para asegurar el cumplimiento del marco establecido por el Climate Bond Standard, cada bono debe ser elegible para el cumplimiento de los criterios de la Climate Bonds Intiative. Para crear un universo completamente invertible, los bonos deben tener al menos 12 meses de vencimiento y 300 millones de dólares o euros en volumen emitido.
Arnaud Llinas, responsable de ETFs & Indexing en Lyxor, comentó: “Lyxor se ha comprometido a abordar los retos de la transición energética y atender la creciente demanda de inversiones responsables. Como uno de los grandes pioneros europeos de ETFs, estamos bien posicionados para ayudar a los inversores a alcanzar sus objetivos medioambientales. Este ETF sobre bonos verdes marca un primer paso importante en nuestra ambición de ofrecer un conjunto completo de inversiones innovadoras de temática medioambiental, social y de buena gobernabilidad”.
“Desde hace tiempo estábamos percibiendo un especial interés sobre este tipo de inversiones por parte de nuestros grandes clientes, y uno de nuestros principales objetivos es precisamente este, innovar y dar nuevas soluciones de inversión en cualquier momento y a cualquier inversor. Primando siempre, eso sí, la liquidez, la transparencia y la eficiencia en los nuevos ETFs que lanzamos”, comenta Juan San Pio, responsable de Ventas de ETFs para Iberia & LatAm en Lyxor.