La creciente demanda de bonos emergentes como catalizador del rendimiento ha dado lugar a una inversión récord en ETFs emergentes, explica Stephen Cohen, responsable de renta fija de gestión pasiva en BlackRock. El tercer trimestre registró los mayores flujos de inversión a escala mundial en estos instrumentos, con 5.800 millones de dólares, seguido del segundo trimestre, con 5.400 millones de dólares. Hasta la fecha, este tipo de fondos cotizados han alcanzado una inversión de 12.700 millones de dólares, un nivel muy superior al récord anual anterior: 8.300 millones en 2012.
El gestor recuerda que en Europa los inversores han mostrado interés por las exposiciones a deuda emergente denominada tanto en divisa local como en dólares, en comparación con EE. UU., donde la inversión se ha dirigido exclusivamente a los bonos emergentes denominados en dólares. Esto sugiere, según Cohen, que “los inversores europeos se sienten más cómodos expresando sus opiniones en divisas emergentes”.
Los inversores europeos están aumentando su exposición a ETFs a un ritmo récord: actualmente, estos productos han alcanzado los 150.000 millones de dólares en activos gestionados. En lo que va de año, la deuda emergente denominada en divisa local ha duplicado con creces su tamaño, desde los 1.800 millones de dólares hasta los 4.600 millones.
En cuanto a los inversores estadounidenses, han seguido utilizando los ETFs de renta fija para obtener rentas periódicas. Por su parte, los instrumentos emergentes denominados en dólares, la deuda corporativa denominada en dólares y los fondos estadounidenses multisector lideran la captación de capital. “Nuestro ETF de deuda corporativa general cotizado en EE. UU. ha sido el primer fondo cotizado del mundo en superar la barrera de los 40.000 millones de dólares en activos gestionados”, afirma el gestor de BlackRock.
Los bancos centrales marcan el ritmo
Las acciones de los bancos centrales siguieron marcando el ritmo de la inversión. Tras las últimas medidas del BCE, la demanda de ETFs de renta fija corporativa europea no mostró indicios de caída. Los cinco instrumentos cotizados de esta clase de activos en euros más importantes de iShares (IEAC, IBCX, IHYG, IE15 y IEXF) registraron una inversión de 1.900 millones de dólares durante el trimestre y 6.800 millones en lo que va de año.
2016 ha sido el año en que los ETFs de renta fija mundial han registrado un mayor crecimiento desde 2012, y los mercados europeo y estadounidense han triplicado su tamaño en los últimos seis años. De hecho, durante el tercer trimestre del año se ha registrado el día con mayor volumen de negociación de opciones de 2016 en el segmento de la deuda corporativa de alto rendimiento.“El 13 de septiembre, se negoció un volumen teórico de 2.300 millones de dólares brutos en nuestro ETF de renta fija corporativa de alto rendimiento cotizado en Estados Unidos, en comparación con el volumen diario medio de 530 millones diarios en lo que va de año en términos teóricos”, afirma.
En cuanto a los fondos de deuda corporativa con calificación Investment grade, están registrando un volumen de inversión récord en lo que va de año: 29.200 millones de dólares, una cifra que supera el máximo anterior, de 24.700 millones, logrado el año pasado.
De cara al cuarto trimestre del año, desde BlackRock esperan que la tendencia de los mercados emergentes continúe. “Creemos que los activos de este universo pueden soportar la trayectoria de subidas graduales de tipos trazada por la Fed, dada la mejora de los fundamentales que han protagonizado las economías emergentes en los últimos años”, sostiene Cohen.
Con todo, los inversores seguirán enfrentándose a la dificultad que supone la persistencia de unos rendimientos bajos en los bonos a escala mundial. “Esperamos que se mantenga la inversión en productos eficientes en materia de costes, como los ETFs, puesto que los inversores buscan recortar los gastos para preservar los ingresos”, concluye.
Ha vuelto a ocurrir. Todavía anoche la mayoría de las encuestas pronosticaban una ajustada victoria de Clinton, y el mantenimiento del status quo en Estados Unidos, pero la realidad ha vuelto a sorprender y la victoria de Donald Trump, que será el presidente número 45, ha puesto patas arriba los mercados. Todo un deja vu del Brexit y una clara prueba de que los cisnes negros existen. Sin embargo, conforme pasan las horas los inversores templan los nervios y los temores iniciales van disipándose.
La jornada comenzaba con un desplome en la renta variable asiática: la bolsa de Tokio cerraba con el Nikkei cayendo un 5,36%, arrastrada sobre todo por las empresas japonesas más orientadas a la exportación debido al rally del yen frente al dólar, que sumó casi un 3%. China resistía y limitaba sus caídas por debajo del 1%, mientras en Europa los futuros vaticinaban caídas del entorno del 5% que finalmente están suavizándose (el EuroStoxx se dejaba a media mañana en torno al 1,5%, al igual que la bolsa alemana, mientras el Ibex perdía en torno al 2%), ajustándose así a los futuros estadounidenses: aunque primero anticipaban descensos del Dow Jones y del S&P 500 de entorno al 4%, más tarde se han situado en el 2%. En cuanto a divisas, lo más llamativo es el desplome histórico del peso mexicano frente al dólar, que ha llegado a estar por encima del 15%. Mientras, los inversores se refugian en el oro (que se dispara por encima de 1.300 dólares la onza), la deuda alemana (la rentabilidad del Bund se desinfla por debajo del 0,2%) y también el yen.
A pesar de la fuerte reacción inicial, parece que poco a poco los mercados van asimilando la noticia y suavizando sus pérdidas conforme avanzan las horas, mientras analistas y gestores estudian las consecuencias de una victoria inesperada: pese a que vaticinan volatilidad futura, llaman a la calma y tratan de analizar las oportunidades que abre este nuevo escenario político. Por ejemplo, hablan en clave positiva de un posible paso atrás de la Fed en las subidas de tipos, un impulso económico gracias a un gasto masivo en infraestructurasy el efecto positivo de las previsibles bajadas de impuestos. En clave negativa, los expertos hablan de un daño al crecimiento en EE.UU. y de todo el mundo, un fuerte impacto negativo en los mercados emergentes y un efecto político dominó que favorecerá a los populismos en las próximas elecciones en Europa (y debilitará a la zona euro) como mayores riesgos.
“La mayoría de los inversores habían descontado que Clinton iba a ganar y por ello los mercados están ahora recalibrándose. Estamos viendo una natural “huida hacia la calidad” con activos como el yen japonés y el oro apreciándose. Al mismo tiempo, se están produciendo ventas en los activos más vinculados con algunas de las políticas más proteccionistas y anti-globalización de Trump, con el peso mexicano a la cabeza de dichos activos”, explica Richard Dunbar, responsable de Estrategia senior en Aberdeen AM, que tilda muchas de estas ventas de “irracionales”, por lo que llama a la calma: “Ahora es el momento de mantener la calma. Estados Unidos sigue siendo el país donde han nacido prácticamente todas las innovaciones tecnológicas disruptivas que hemos conocido en los últimos cincuenta años, donde el estado de derecho es sacrosanto, y además cuenta con unas tendencias demográficas relativamente favorables e importantes reservas de capital. Ninguna de estas cosas ha cambiado de la noche a la mañana”, señala.
“La victoria de Trump ha pillado a los mercados por sorpresa. Esperamos que la volatilidad continúe debido a la creciente incertidumbre política”, señala Stefan Kreuzkamp, CIO de Deutsche Asset Management,que destaca la falta de inexperiencia del nuevo presidente y la imposibilidad de predecir sus movimientos como razones para la cautela. “Incluso aunque siguiera solo la mitad de sus promesas electorales causaría inestabilidad”, dice, si bien matiza que los inversores no deberían perder los nervios: “No olvidemos que constantemente Trump ha sorprendido al público con su campaña y puede ocurrir que tras las elecciones pudiera sorprender también a los mercados positivamente”, añade.
Un paso atrás de la Fed y recortes de impuestos: efectos positivos
Desde Fidelity, hablan de una ralentización de los riesgos financieros, sobre todo ante la posible paralización de subidas de tipos por parte de la Fed, pero de un empuje de los riesgos políticos desconocidos “sin precedentes”, sobre todo si Trump sigue adelante con sus eslóganes más proteccionistas, lo que provocará que los inversores, en especial los extranjeros, den un paso atrás y esperen: “Nos adentramos en un mundo con un riesgo político sin precedentes que pone en tela de juicio los pilares del orden posterior a la Segunda Guerra Mundial. No sorprende, por tanto, que los inversores estén buscando refugio. La sensación inmediata de perplejidad ante el giro hacia la derecha de la política estadounidense tendrá que dar paso a una evaluación más sobria de los riesgos”, comenta Dominic Rossi, director mundial de inversiones en renta variable en la gestora.
Pero, como consecuencia de la victoria, la Fed podría dar un paso atrás y además, el escenario en EE.UU. podría desbloquearse con el control republicano de ambas cámaras: “El impacto inmediato se sentirá en la Fed: la probabilidad de subida de los tipos de interés en diciembre, seguida de dos subidas más en 2017, ha caído con fuerza. El dólar, que venía manteniendo una tendencia alcista en previsión de esta evolución, ha girado a la baja. Estos dos factores eran amenazas para el mercado alcista y ahora se han alejado. La política monetaria seguirá siendo expansiva” explica (algo en lo que coincide M&G Investments: la probabilidad implícita de una subida de tipos ha pasado de más del 80% al 50%, dicen). También en clave positiva indica que el control republicano de las dos Cámaras “ofrece una oportunidad para romper el bloqueo político de los últimos años en las áreas de política interna. Habrá voluntad para desactivar muchas de las iniciativas de Obama, principalmente la Obamacare, pero nada de eso va a convencer a los inversores a corto plazo”.
Ian Heslop, responsable de Renta Variable Global y gestor de Old Mutual North America Equity Fund, también coincide en que la volatilidad en los mercados repuntará con la victoria de Trump pero señala tanto aspectos negativos como positivos que podrían derivarse de sus políticas. “Mirando a algunas de las políticas de Trump, como su proteccionismo, su deseo de liberarse de acuerdos de comercio internacional existentes y de deportar a los inmigrantes ilegales, éstas tienen el potencial de contribuir a una volatilidad de mercado de largo plazo. Sin embargo otras, como sus planes de recortar los impuestos, incluyendo la reducción del ratio en los negocios del 35% al 15%, sus planes para impulsar la repatriación de beneficios corporativos ganados fuera y de embarcarse en un plan masivo de gasto en infraestructuras podrían estimular la economía de EE.UU., impulsando las acciones. Hay mucha incertidumbre, porque sus promesas electorales han estado cargadas de retórica y se han quedado cortas en los detalles políticos”, explica.
“Siendo críticos, no todas las medidas son negativas para los mercados de renta variable, en especial los recortes de impuestos”, coincide Christophe Bernard, director de Estrategia en Vontobel AM. El experto cree que “hay que ser extremadamente cautos cuando se hacen predicciones, pues la incertidumbre permanecerá hasta que la Administración Trump revele su programa político, ya que podría diferir de las intenciones declaradas del candidato”. En la gestora mantienen una postura neutral hacia los mercados de renta variable, tras aumentar las posiciones en efectivo durante el verano, aunque reconocen las presiones que puede haber en los activos emergentes. “Nuestra exposición a los activos de los mercados emergentes es probable que tenga que hacer frente a la presión, mientras que nuestra posición de oro debería compensarnos un poco. Tenemos una postura neutral frente al dólar estadounidense y tenemos una exposición significativa a títulos del Tesoro cubiertos contra la inflación. Lógicamente, dependiendo del momento, podríamos reducir la exposición a los activos de mercados emergentes, aunque aconsejamos no pecar de ser demasiados activos en la gestión de cartera, ya que suele ser perjudicial para el rendimiento”.
Pero sufrimiento en emergentes… y en sus divisas
El sufrimiento emergente parece claro a partir de ahora. En SYZ AM consideran también que la deuda emergente, sobre todo la latinoamericana, sufrirá, “erosionando la mayoría de los beneficios que se han obtenido este año”. Desde Degroof Petercam hablan también de mayor incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento futuro de los mercados emergentes y han reducido la exposición al peso mexicano del 8,5% actual a hasta un 4,5%-5%.
En general, la elevada volatilidad en los mercados globales puede mantenerse durante los próximos días y probablemente brindará oportunidades interesantes si las valoraciones de los activos alcanzan niveles exagerados bajos en algún momento, explican los gestores. Fabrizio Quirighetti, CIO de SYZ Asset Management, estima un riesgo de caídas del 5%-7% para la renta variable global en los próximos dos o tres días. “Los activos estadounidenses deberían cotizar ahora con un precio significativamente más bajo pero, como de costumbre, gracias a su naturaleza defensiva, pueden comportarse mejor en términos relativos”.
También cree, al igual que Fidelity, que la subida de tipos por la Fed es ahora menos segura y por eso espera que los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, así como otros rendimientos de los bonos soberanos de elevada calidad, retrocedan al menos 20 puntos básicos. En divisas, cree que el entorno debería beneficiar al yen, el franco suizo y quizá incluso al euro, aunque en menor medida y las perspectivas son “devastadoras” para el peso mexicano y el dólar canadiense. “El rublo y algunas divisas asiáticas, como la rupia indonesia, deberían demostrar mayor resistencia dentro de los mercados emergentes”, añade.
En la misma línea, Paul Markham, gestor de carteras de renta variable global en Newton, parte de BNY Mellon, vaticina que la victoria de Trump provocará una caída de las tires de los bonos del Tesoro estadounidense, ventas generalizadas entre los activos de riesgo y la apreciación de ciertas divisas, como el yen o el franco suizo. “También es probable que las bolsas registren fuertes correcciones y esperamos un significativo repunte de la volatilidad”. Con todo, a más largo plazo habla de un posible escenario reflacionario en el país, motivado por el gasto en un sector inflacionista como las infraestructuras y, como consecuencia, prevé un aumento de las tires en la deuda estadounidense en los próximos de seis a doce meses.
Mark Burgess, director de renta variable del fondo angloamericano deColumbia ThreadneedleInvestments, explica que, en el país, “a largo plazo, los claros ganadores serán los sectores de las infraestructuras y financieros favorecidos por la relajación de la normativa Dodd-Frank, mientras que el sector de defensa probablemente prosperará». Eso sí, señala que el proteccionismo comercial “tal vez constituye el mayor temor en el ámbito económico, ya que podría traducirse en una situación de «estanflación» y en un riesgo real para los mercados emergentes». Según Schroders, “probablemente veamos unos niveles considerables de volatilidad, ya que el entorno de tipos bajos de los últimos años, que ha dado apoyo a las valoraciones bursátiles y ha impulsado a los valores “similares a los bonos”, va a alterarse profundamente”, dice. En un plano más general, explica que la perspectiva del proteccionismo y el menor crecimiento mundial golpearán a las bolsas y a los activos de riesgo en todo el mundo. Y también destcaca que los mercados emergentes son especialmente vulnerables, por su dependencia del comercio mundial.
Giordano Lombardo, CEO y CIO de Pioneer, dice que aunque el resultado ha sido una sorpresa, no es un evento de cisne negro. “Los mercados han sido extrañamente complacientes en la recta electoral, algo reminiscente de la subida pre-Brexit” Monica Defend, responsable de Global Asset Allocation Research, cree que el resultado llevará a una mayor volatilidad en los tipos de interés que podría pesar en las divisas emergentes, mientras un fuerte viraje hacia el proteccionismo podría también dañar a muchas firmas exportadoras orientadas hacia los mercados en desarrollo, y no solo en México”. Defiende que la agenda política de Trump podría ser negativa para inversiones orientadas a las rentas y podría llevar a elevar la curva de rendimiento. En este entorno, hablan del oro como una cobertura natural contra la volatilidad y recomiendan poner el foco en una gestión activa, activos de calidad y énfasis en la mitigación de riesgos de cara a los próximos meses.
James Butterfill, director de Análisis y Estrategias de Inversión en ETF Securities, se muestra de acuerdo:“A corto plazo subirán los precios del oro, ya que los inversores buscan un activo refugio de una manera similar a lo que vimos tras el referéndum sobre el Brexit. Las compañías mineras de oro probablemente se beneficiarán ya que tienen una beta de 2,4 veces sobre el precio del oro”. Con respecto a las divisas, apunta a yen y franco suizo como ganadores, y a la libra como sufridora, pues el aumento de la volatilidad le perjudica, al moverse inversamente a la volatilidad.
“La reacción del mercado ante la inesperada victoria de Trump se asemeja a lo ocurrido después del referéndum británico sobre la UE: un desplome inicial de las bolsas que posteriormente se recuperó, al concluir los inversores que las implicaciones económicas eran tanto positivas como negativas y que no afectaban considerablemente las perspectivas durante los siguientes seis-doce meses”, comenta el economista jefe de Henderson, Simon Ward. Más allá del corto plazo, las implicaciones del inesperado resultado de hoy podrían ser neutrales para la renta variable, dice, negativas para los bonos y positivas para el dólar estadounidense, en este último caso, debido en parte a los posibles incentivos fiscales a las empresas estadounidenses para repatriar la tesorería que mantienen en el extranjero.
Desde Standard Life Investments hablan de una mayor incertidumbre en la política estadounidense, en la actividad económica y en la de la Fed, y vislumbran volatilidad aunque aconsejan no sobre-reaccionar. La gestora cree que Trump priorizará el recorte de impuestos y de la regulación en sectores como el financiero o el energético, pero advierte de que, “si el presidente es serio a la hora de aplicar sus políticas proteccionistas, las consecuencias negativas para la actividad económica y los márgenes empresariales podrían fácilmente borrar los beneficios del relajamiento fiscal”. Y, por ello, en SLI ven probable que la Fed retrase la subida de tipos hasta 2017. Sin embargo, una vez empiece a subirlos, podría hacerlo a un ritmo más rápido de lo estimado en el caso de mantenerse las políticas de Obama, por lo que la evolución a medio plazo de la renta fija y del dólar dependerá de las políticas que se apliquen. En bolsa, creen que los menores impuestos y regulación podrían impulsar los mercados pero advierten del impacto negativo de futuras actuaciones de la Fed, lo que creará oportunidades para stock pickers.
“Un gobierno de Trump representa un cambio considerable en el rumbo político del país durante al menos cuatro años. Este cambio podría inquietar a los mercados en un primer momento, que mantendrían una actitud de espera hasta poder comprobar qué forma adopta realmente la presidencia de Trump”, dice Matt Miller, asesor político enCapital Group. “Entramos en un nuevo mundo en el que necesitamos valorar mejor el riesgo político en los mercados desarrollados, ponerlo en precio y monitorizar las carteras para preservar el capital. Incluso aunque los mercados han reaccionado hasta ahora de una manera relativamente suave, mantenemos nuestro sesgo defensivo”, dicen en Oddo Meriten AM.
¿Durará poco la volatilidad?
Karen Dunn Kelley, Senior Managing Director Investments en Invesco, defiende que, dada la incertidumbre política provocada por los resultados electorales, la volatilidad del mercado continuará en las próximas semanas… pero, igual que sucedió con el Brexit, no durará demasiado. “Prevemos que esa volatilidad durará poco, ya que los mercados pasarán al modo «esperar a ver» mientras digieren los anuncios políticos de la nueva administración y valoran la probabilidad de que se materialicen. La reacción de los mercados tras el reciente resultado inesperado en el referéndum sobre el Brexit sirve de referente válido a este respecto”, añade. Y es que nada está claro porque, aunque el Senado y la Cámara de Representantes tiene mayoría republicana, “no es en absoluto seguro que Trump consiga reunir el apoyo necesario para llevar a cabo las reformas profundas que ha propuesto en ámbitos que abarcan todo el espectro político, incluyendo la inmigración, el comercio, la sanidad, la energía, los impuestos personales y de sociedades, y la regulación financiera”. En este entorno, recomienda construir una cartera diversificada y no abandonar los planes debido a la volatilidad del mercado.
Los mayores riesgos: el triunfo del populismo y un menor crecimiento
En este escenario, los expertos hablan de un daño al crecimiento en EE.UU. y de todo el mundo, un fuerte impacto negativo en los mercados emergentes y un efecto político dominó que favorecerá a los populismos en las próximas elecciones en Europa (y debilitará a la zona euro) como mayores riesgos. Los expertos también se preguntan si el resultado podría tener efectos que acaben con las políticas de austeridad en todo el mundo.
“La victoria de Donald Trump puede provocar un efecto dominó en Europa, que vivirá citas electorales en varios países durante los próximos meses. Alemania, Francia, Austria o Italia, entre otros, celebrarán durante el próximo año elecciones o referéndum en los que podrían ganar fuerza los candidatos con discurso rupturistas con el status quo o críticos con la Unión Europea”, dicen desde Monex Europe. “Las políticas propuestas por estas fuerzas, en general, siguen la línea del Brexit, poniendo en duda el papel de la Unión Europea, y pueden debilitar la moneda única”, añaden. “La elección de Trump va a suponer una inyección de moral para los movimientos populistas de todo el mundo y a buen seguro envalentonará a los partidarios de la salida de la UE en el Reino Unido, que lo ven como un aliado más cercano para negociar acuerdos comerciales. Durante los próximos doce meses se celebrarán comicios clave en Europa que podrían deparar más sorpresas”, coincide Dierk Brandenburg, analista senior de renta fija pública de Fidelity.
“Estamos ante una reedición del Brexit. El auge de los movimientos contestatarios ha adquirido una dimensión mundial. El Brexit ya no puede considerarse como un suceso anómalo, es una tendencia. Donald Trump ha ganado desafiando a su partido, a los medios de comunicación y a la política convencional. El populismo está haciéndose con el poder», advierte Eric Lonergan, gestor del equipo de multi activos de M&G, aunque matiza que el Trump presidente podría moderar las promesas del Trump candidato y no aplicar políticas contrarias al comercio, a China y a México. “La razón sugiere que el Congreso y los mercados financieros modularán su capacidad de actuación”. “De cara al futuro, el Brexit y la victoria de Trump han puesto de manifiesto que los populismos han sido más efectivos de lo que se esperaba. Ante la proximidad del referéndum italiano y varias citas electorales clave en Europa, en 2017 el viejo continente podría convertirse en el siguiente foco de atención”, añade Mitul Patel, responsable del área de Tipos de Interés en Henderson.
“Los riesgos políticos continuarán en 2017 con los mercados a la expectativa de ver si el movimiento anti-sistema sigue tomando fuerza en Europa. Así que, en un clima político cambiante, los activos de más riesgo permanecerán bajo presión. El referéndum constitucional italiano en diciembre puede proporcionar la siguiente evidencia”, añade Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM.
Los expertos también temen que la deriva proteccionista dañe a la economía mundial, sobre todo a los emergentes: “El mantra proteccionista del nuevo gobierno pondrá palos en las ruedas de algunos acuerdos comerciales clave que EE.UU. ya ha suscrito. La posibilidad de que suban los aranceles no será bien acogida en algunos países, especialmente de los mercados emergentes, que tienen en el comercio mundial su mayor fuente de crecimiento”, advierte el experto. “Tiene intención de renegociar los principales acuerdos comerciales e imponer barreras arancelarias a las importaciones mexicanas y chinas. Esto ha generado un elevado nivel de incertidumbre y podría lastrar el crecimiento económico global. Del mismo modo, aunque irrealistas, los grandes recortes de impuestos y el gasto en infraestructura elevarían el déficit presupuestario en EE.UU.”, señalan en Vontobel. Y añade también del peligro de la llegada al poder de los partidos anti-sistema en Europa.
“Hasta que no se conozcan las políticas de Trump, su retórica sobre el comercio, la inmigración y la cooperación internacional amenazarán el crecimiento económico de EE.UU. y del mundo”, dicen en Allianz Global Investors, desde donde predicen caídas en los mercados estadounidenses y una mayor aversión al riesgo por parte de los inversores. “El presidente es un outsider político que quiere hacer fuerte su presencia y cambiar el status quo. Aunque a los mercados les pueden gustar algunas de las ideas de Trump, valoran más la certidumbre”, añade la entidad.
Keith Wade, economista jefe de Schroders, advierte de una potencial estanflación en EE.UU. y guerras comerciales, además de un entorno volátil en los mercados. “Las políticas presupuestarias del presidente Trump rebajarán los impuestos y el gasto, se traducirán en tipos de interés más altos, más inflación y un mayor déficit público. Probablemente veamos unos estímulos presupuestarios moderados y el estallido de una guerra comercial cuando el presidente suba los arancelas a los productos chinos y mexicanos. El efecto neto será que la economía, tras un breve acelerón propiciado por las rebajas de impuestos, se enfriará por el aumento de la inflación y los tipos de interés. Ante la subida de los aranceles (con el consiguiente encarecimiento de los precios) y el aumento de los salarios (por el descenso de la mano de obra inmigrante) el resultado global probablemente sea una estanflación, es decir, un crecimiento más débil y una inflación más alta”, explica.
“La gran implicación para los inversores es que, ante el nulo crecimiento de la renta en la mayor parte de las poblaciones del mundo desarrollado desde la gran crisis, los partidos consolidados y sus candidatos están recibiendo un duro castigo electoral. Y no se va a detener aquí: tenemos un referéndum constitucional en Italia el próximo mes y muchos otros procesos electorales en Europa en 2017. Después de ver estos vuelcos electorales en el Reino Unido con el Brexit y ahora en EE. UU., ¿van a reaccionar los partidos políticos tradicionales prometiendo grandes aumentos del gasto público? ¿Podrían las elecciones de anoche marcar el fin de la austeridad mundial?», se pregunta Jim Leaviss, responsable del área de Renta Fija Minorista de M&G.
“Se trata de una jornada histórica; la mayor decepción política de la historia de Estados Unidos”, según el economista jefe de Robeco, Léon Cornelissen. “Está claro que los votantes estadounidenses han optado por un candidato que defiende políticas rompedoras, burlándose de la continuidad. Podemos hablar de un voto masivo contra el establishment, que sigue la misma línea del Brexit, que refleja básicamente el hartazgo de los electores con el statu quo”.
Muchos expertos promueven una dramática historia china en la que aseguran que una crisis económica o un aterrizaje duro del gigante asiático está a la vuelta de la esquina. Pero la realidad es más aburrida: aunque China se enfrenta a muchos desafíos, es probable que continúe contribuyendo a un tercio del crecimiento mundial más que protagonizar un colapso.
En su intervención en la conferencia anual ‘2016 Investment Forum’ celebrada por Matthews Asia en San Francisco, Andy Rothman, estratega de inversiónes de la firma, explicó por qué el pesimismo extremo sobre las perspectivas de China está impulsado por una falta de comprensión de lo mucho que la economía ha cambiado en los últimos años.
“La desaceleración del crecimiento en China es un hecho, pero ¿qué hay de cierto en un posible “aterrizaje duro?”, preguntaba a los asistentes. “Desde un punto de vista mediático, la historia de que China colapse es muy sexy, y dado el desconocimiento que hay sobre la economía”, es un argumento que gana adeptos con más facilidad, dijo.
“El ciudadano de a pie de las economías desarrolladas imagina China como una economía totalmente controlada por el estado, con un trasfondo todavía muy comunista, ciudades fantasma, compañías “zombies” y un enorme peso de las exportaciones y la inversión en el PIB. Pero la realidad de la economía en China se parece más a esto:
El 80% del empleo en China está en manos privadas.
Todo el crecimiento del empleo se genera por las PYMEs
China se ha convertido en un mercado de emprendedores
Se encamina al quinto año consecutivo en el que los servicios y el consumo representan una parte mayor de la economía que la fabricación y construcción”.
El reequilibrio de la economía China, desde la inversión al consumo, implica un menor crecimiento, afirmó el experto, pero no podemos olvidar que el año pasado China fue responsable de un 35% del crecimiento de la economía global y en definitiva, lo que ocurre en China tiene un gran impacto en la economía global y en la mayor parte de las compañías en las que invertimos, tanto dentro como fuera de China. “Por eso es importante para los inversores entender lo que realmente está sucediendo allí”, apuntó Rothman.
Como ejemplos de conceptos erróneos que siguen influyendo en la percepción de los inversores sobre la economía china, Rothman citó la deuda y el mercado inmobiliario.
Desconfianza en los datos
Es cierto que a la hora de abordar los datos macroeconómicos que publica China, existe cierta desconfianza que es muy difícil de superar. Para el gestor de Matthews Asia, el escepticismo es bastante claro. “Se habla de que hay un crecimiento del consumo eléctrico muy inferior a los datos de crecimiento del PIB. Y es así. Eso sucede, pero en Estados Unidos pasa lo mismo. El crecimiento viene de compañías y sectores de la industria mucho menos intensivos en electricidad, como puede ser Alibaba”, aclaró.
Otro ejemplo de lo que sucede: “También se cita con frecuencia la caída de las importaciones de las materias primas, pero ese dato siempre se da en dólares, no en volumen. Y la realidad es que el precio de las materias primas se ha desplomado en los últimos años, por lo que al mirar a las importaciones de materias primas en términos de volumen (toneladas), la desaceleración está lejos de ser dramática”, explicó.
Deuda
El problema de la deuda es grave, pero el riesgo de un aterrizaje duro o de una crisis bancaria es, en mi opinión, bajo. La razón principal de esto es que los posibles créditos fallidos son corporativos, no públicos. Esto proporciona al estado la capacidad de gestionar los tiempos y el ritmo de reconocimiento de los préstamos morosos. También es importante señalar que la mayoría de los posibles créditos fallidos son de las empresas estatales, mientras que las empresas privadas que emplean a la mayoría de la fuerza laboral y representan la mayor parte del crecimiento económico han estado inmersas en un proceso de desapalancamiento. Otros factores positivos son que el sistema bancario de China es muy líquido, y que el proceso de lidiar con estos créditos fallidos ha comenzado, añadió Rothman.
No se prevé una devaluación masiva del Renminbi
El año pasado el renminbi se depreció en torno a un 6% frente al dólar, mientras que en lo que llevamos de año acumula una caída del 4%. “Este ratio de depreciación previsible es de un 5% anual y seguramente la dirección variará en función de la fortaleza del dólar respecto al resto de las divisas del mundo. La realidad es que China sigue siendo un exportador competitivo a nivel global a pesar de que los salarios hayan crecido de media un 15% anual en los últimos años y el renminbi se haya apreciado más de un 40% frente el dólar desde 2005 hasta 2015”, concluyó Rothman.
Una de las mayores firmas de administración de fondos del mundo, Maitland, ha anunciado una reorganización en su equipo directivo del negocio de servicios a clientes institucionales con el fin de alinearse mejor con los servicios prestados. El equipo directivo ahora reflejará los cinco productos de servicios a fondos que la firma ofrece: servicios tradicionales de fondos, agencia de transferencias, servicios a hedge funds, servicios a fondos de private equity & real estate y ManCo Services.
La medida es consecuencia de la gran expansión de la firma en los últimos años, tanto en tamaño y alcance geográfico, como en experiencia y talento interno. Este foco en los productos permite a cada responsable de producto dirigir todos los aspectos del servicio al cliente, tanto en términos de servicio diario como en lo referido a la alineación estratégica a más largo plazo.
Toda la oferta de productos institucionales estará dirigida por Jim Clark, quien se unió a Maitland en mayo de 2014 desde State Street aportando más de 30 años de experiencia en la industria. El equipo de TFS será liderado globalmente por Rob Leedham, con Guido Frederico como responable del negocio de Sudáfrica. Mark Bredell y Ben Pershick liderarán globalmente los equipos de TA y HFS, respectivamente, mientras que Bruce McGlogan será el máximo responsable de ampliar el actual éxito del equipo de PERE en Europa y Sudáfrica.
«Maitland es una empresa única en cuanto a capacidad de productos y la amplitud de los servicios que somos capaces de ofrecer a los clientes institucionales. Estamos encantados de tener un equipo de líderes con profunda experiencia en la industria, con cada miembro aportando una serie de conocimientos esenciales y experiencia en su campo. Nuestro objetivo es estabilizar las áreas de Maitland que han experimentado un importante crecimiento recientemente, al tiempo que seguimos aumentando nuestros productos y presencia física en aquellos mercados en que nuestra oferta está siendo objeto de atención. Desde este punto de partida, tenía sentido reestructurar nuestra organización para reflejar nuestro enfoque centrado en el cliente, y para dotar de la capacidad de ofrecer el mejor servicio posible a nuestros líderes. Estos son tiempos emocionantes para la compañía», declara al respecto Steve Georgala, CEO de Maitland en un comunicado.
UBS Group AG, Julius Baer Group Ltd, y Grupo BTG Pactual son algunos de los bancos extranjeros que están considerando la posibilidad de establecer una división de wealth management local en Argentina, en tanto que las estimaciones en torno a la repatriación de capitales, consecuencia del programa de amnistía fiscal puesto en marcha por el gobierno, predicen que cerca de 16.000 millones de dólares en dinero offshore regresarán al país.
UBS y Julius Baer, con sede en Zurich, podrían adquirir sociedades de bolsa locales como una forma de acelerar el proceso de obtención de licencias. Hace unos seis meses, Marcelo Fiorellini, uno de los socios de BTG Pactual, fue trasladado de Sao Paulo a Argentina, porque el banco considera que los mercados de capital locales se expandirán, según publicó recientemente Bloomberg.
Bajo el tratado de amnistía, los ciudadanos argentinos que declaren sus ahorros antes del 31 de marzo, pagarán una multa única del 15%. También podrán invertir en bonos del Tesoro a tres y seis años o realizar inversiones a largo plazo en negocios o fondos mutuos de inversión closed-end.
Desde que se anunció el programa de amnistía en el mes de mayo hasta finales de octubre, éste lleva recaudado unos 4.600 millones de dólares, según reveló el ministro argentino de Finanzas, Alfonso Prat-Gay. Al día 26 de octubre, cerca de 100.000 argentinos habían declarado sus bienes evadidos a las autoridades fiscales, en tanto alrededor de 58.000 argentinos habían realizado depósitos en cuentas bancarias, según afirmó el ministro. Algunas familias acaudaladas de argentina están creando family office locales para gestionar sus activos, apostando porque el presidente Macri continuará en su línea favorable a los inversores y que la economía comenzará a crecer con una menor inflación.
BNP Paribas, firma de origen francés que ya cuenta con una unidad de asset management en Argentina, estimó que la amnistía podría repatriar cerca de 16.000 millones de dólares. Esta cifra supone casi el doble del tamaño de la industria local de fondos mutuos, que a cierre de agosto tenía cerca de 298.700 millones de pesos en activos bajo gestión, cerca de 20.000 millones de dólares, según la información publicada por la Cámara Argentina de Fondos Comunes de Inversión, un grupo industrial de comercio.
BNP estaría considerando expandir su negocio de asset management para capitalizar ese crecimiento. Por el momento, BNP, UBS y Julius Baer no han realizado declaraciones en cuanto a sus planes en Argentina.
Fondos mutuos de inversión closed-end
Una parte del negocio de asset management argentino está mostrando signos de recuperación. Los fondos mutuos de inversión closed-end, prácticamente inexistentes en Argentina en las dos últimas décadas, vuelven a exhibir actividad, con al menos seis firmas anunciando la contratación de especialistas para estructurar los fondos y analistas para buscar proyectos.
Para que el negocio de fondos de inversión continúe creciendo, Macri deberá superar la consistente desconfianza hacia las autoridades argentinas. Cuando Argentina incurrió en el impago de su deuda en 2001, el gobierno restringió los retiros bancarios y convirtió los ahorros en dólares de la población en pesos, en medio de una caída del peso argentino del 75%.
Recientemente, PdVSA, la petrolera estatal venezolana, ofreció posponer el pago de su deuda utilizando un swap o canje en sus bonos de 2017 por nuevos bonos con vencimiento en 2020, cerrando unos 5.300 millones de dólares a pesar de las reservas de los tenedores de los bonos y las críticas de la agencia de calificación Standard & Poor’s. En declaraciones realizadas para para Funds Society, Richard House, responsable de renta fija de mercados emergentes en la gestora Standard Life Investments, analiza los motivos por los que la gestora evita cualquier exposición a la deuda de PdVSA o a la deuda soberna del país: la actual situación económica, los recursos menguantes para el pago de la deuda y el entorno político altamente incierto que atraviesa Venezuela.
Tanto la deuda soberana de Venezuela como los bonos de PdVSA están cotizando en niveles de riesgo altamente preocupantes, entre los 35 y los 75 centavos de dólar. Los precios de mercado implican una alta probabilidad de impago, tanto para la deuda del país como para la petrolera. “El reciente anuncio del canje o swap proporciona algo de alivio a PdVSA pero no soluciona sus problemas de solvencia en el largo plazo”, comenta House.
A pesar de tener las segundas reservas más grandes de petróleo a nivel mundial, la situación financiera que atraviesa el país es precaria, continuando con varios años de mala administración en términos macroeconómicos. “Las reservas de divisas se sitúan cerca de los 11.000 millones de dólares, tan sólo una fracción del nivel al que estaban unos hace unos años atrás, y muy lejos del monto total de deuda que vence en los próximos años. A pesar de esto y del severo estado que atraviesa la economía del país, PdVSA ha mostrado una notable disposición por pagar sus obligaciones en dólares. Sin embargo, en Standard Life Investments nos preocupa cada vez más que la capacidad de pago se haya visto mermada”, añade House.
Tanto la deuda soberana de Venezuela como la deuda de PdVSA se están quedando sin opciones para recaudar divisas fuertes para pagar su deuda. Las reservas de oro depositadas en el FMI han sido vendidas, las reservas en el extranjero también fueron vendidas, los préstamos realizados en el pasado por otros países de América Latina fueron llamados, y la financiación desde China parece haberse parado. Con todas estas vías de financiación aparentemente extinguidas y con el crudo cotizando a niveles de mínimos históricos que la deuda incurra en impago o se vea restringida parece inevitable. La cuestión es si será una restructuración favorable o desfavorable para los tenedores de los bonos.
“Dados los precios actuales de cotización, tendría sentido intentar una reestructuración favorable al mercado, dado que la posibilidad de incurrir en impago ya está descontada en el precio de la mayoría de los activos venezolano, en lugar de continuar gastando las preciadas reservas en divisa extranjera. Reservas que podrían ser mejor empleadas en la importación de productos de necesidad básica que han estado ausentes en la mayoría de las tiendas venezolanas aumentando las dificultades económicas para la mayoría de los ciudadanos”, concluye el gestor de Standard Life Investments.
A partir del próximo 14 de noviembre y hasta el 23 de marzo de 2017, RiskMathics, empresa dedicada a la investigación, análisis e impartición de cursos financieros, organiza el Diplomado en Asset and Portfolio Management que se llevará acabo en el Trading Room RiskMathics, ubicado en la Universidad Anáhuac México Sur de la Ciudad de México.
El Diplomado, único en su tipo, se enfocará en las técnicas e instrumentos necesarios para construir, administrar y analizar el desempeño de portafolios de inversión que ofrezcan Alpha y será impartio por especialaistas del sector como Gerardo Zamundio, Head of Market Risk de Profuturo GNP Afore, Pedro Espinosa Lange, director de Presupuestos, Tesoreria y Adquisición SAE, Sissel Eckerle, Portfolio Manager en Afore Sura, Héctor Chávez, docente y consultor en Inversiones, y David Galarza, director de Asset Management en Actinver
Entre los temas que serán cubiertos se incluyen:
Bases financieras y cuantitativas de Asset and Portfolio Management
Teoría moderna de portafolios
Análisis y medición de riesgos enportafolios de inversión
Proceso del Asset Management
Construcción de portafolios de equity
Construcción de portafolios de bonos
Construcción de portafolios de derivados
Performance and risk attribution
Para más información e inscripciones puede seguir este link.
El séptimo torneo de golf convocado por la organización ReachingU se celebró el pasado sábado en el Crandon Golf Course en Key Biscayne con un enorme éxito en su convocatoria, tanto por el número de jugadores como de familiares y amigos, que se acercaron al campo con el fin apoyar la iniciativa.
En total, se reunieron más de un centenar de jugadores de diferentes sectores, tales como banqueros, abogados o profesionales de real estate para disfrutar del torneo que fue patrocinado por UBS, Wells Fargo y A.J. Sloane, como sponsors principales y contó con el apoyo de otras firmas de la industria financiera como MFS, Robeco, Schroders, Investec, BlackRock, Franklin Templeon, Thornburg o Alliance Bernstein, que también se sumaron a esta iniciativa. Funds Society tuvo también el honor de colaborar con este proyecto.
Los ganadores de la jornada fueron Marco Rojas, Alejandro Posada, Daniel Gaviria y Mario Del Valle con un score de 57 (-15). Los organizadores estiman que la recaudación neta superó los 50,000 dólares.
La misión de ReachingU es promover iniciativas y fortalecer organizaciones que dan oportunidades de educación para que cada uruguayo en situación de pobreza desarrolle plenamente su potencial. Su trabajo pasa por financiar proyectos en centro públicos y privados que trabajen en la mejora del aprendizaje, la permanencia en el sistema educativo y el fortalecimiento de las competencias socio emocionales. Para ello, la organización identifica dónde invertir mejor el apoyo financiero de sus donantes y trabaja para evitar la deserción escolar y sus consecuencias.
A pocos de días de conocer el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, con las encuestas sugiriendo que la carrera para convertirse en el cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos está muy ajustada, Anthony Doyle, director de inversiones del área de renta fija de M&G, analiza y trata de estimar las posibles reacciones en los mercados de renta fija y divisas según gane uno u otro candidato.
Una victoria de Clinton
Una victoria de Clinton es percibida por los mercados como una continuación del actual entorno político en Estados Unidos, en especial, si los republicanos mantienen el control de la Cámara de Representantes. Esto podría ser el escenario más benigno para el mercado de bonos y divisas en términos de volatilidad de precios. Tras la victoria de Clinton, el mercado de bonos podría probablemente descontar una mayor probabilidad de un movimiento en las tasas de interés, con la eliminación de la incertidumbre política percibida, allanando el camino para una subida por parte de la Fed en diciembre. El dólar estadounidense sería el mayor beneficiario de este cambio en los precios del mercado, aunque cualquier ganancia es susceptible de ser medida.
En un escenario de victoria para Clinton, los precios de la curva de la deuda del Tesoro muy probablemente continuarán bajo presión en las próximas semanas dada la alta probabilidad de una subida en los tipos de interés, las presiones inflacionistas y la posibilidad de una postura más relajada en materia de política fiscal por la administración de Clinton. Con una victoria de Clinton es poco probable que las perspectivas sobre la economía de Estados Unidos de los inversores en bonos o de los economistas se alteren. Si Clinton logra implementar una política de relajamiento fiscal en Estados Unidos en el medio plazo, el crecimiento de Estados Unidos y la inflación podrían incrementar, lo que significaría un incremento en términos de primas y una mayor inclinación en la curva.
Una victoria de Trump
Una victoria de Trump resultaría en una mayor volatilidad en varios de los mercados, dada la incertidumbre alrededor de las implicaciones que ésta pudiera tener sobre la economía de Estados Unidos. Tras este resultado, la aversión al riesgo podría incrementar, lo que significaría un dólar más fuerte, menores rendimientos en los bonos y un mercado de deuda estadounidense más débil.
En el universo de la renta fija, el mercado de bonos emergentes y divisas podría probablemente toparse con lo peor, dada la fuerte postura de Trump frente a China y México. Esta reacción del mercado podría ser similar a los momentos de aversión ocurridos en eventos previos de Estados Unidos como la crisis financiera de 2008, la pérdida del rating AAA por parte del gobierno de Estados Unidos en 2011 y el “taper tantrum” de 2013. Igualmente, si la Fed decide continuar con una subida de tasas en un ambiente de incertidumbre política, muchos verán una reacción adversa de los mercados, similar a la subida de 2014.
Regresando a los mercados de crédito, la propuesta de Trump de una repatriación fiscal será positiva para los inversores de bonos de grado de inversión estadounidenses en margen, y podría llevar a una reducción de la emisión de deuda corporativa de bonos. Se estima que las empresas mantienen cerca de 1 billón de dólares offshore, con cerca del 60% denominado en dólares. La gran pregunta es cómo estas compañías utilizarían este efectivo: ¿pagarían un dividendo especial a los accionistas?, ¿incrementarían el gasto en capital y expandirían sus operaciones? Las emisoras de deuda high yield serían las menos afectadas, ya que la mayoría de empresas tienen una fuente doméstica de ingresos.
En el medio plazo, la propuesta de Trump de llevar a cabo grandes rebajas fiscales para todos es el equivalente a una gran inyección keynesiana de efectivo en la economía, lo que podría beneficiar el crecimiento económico, pero también incrementaría la inflación. La implementación de barreras al comercio también sería una medida inflacionaria, a medida que los precios de los productos importados aumenten desde los niveles actuales de precios. La reforma de la política de inmigración significa que el mercado laboral de Estados Unidos, ya rígido en la actualidad, haría que se estrechara aún más llevando a unos salarios más rígidos. La política de la Fed necesitaría contrarrestar esta subida de inflación, por lo que habría unos tipos de interés más altos y mercados a la baja en los bonos. En este escenario, el dólar estadounidense probablemente se fortalecería dada la postura en política monetaria, en contraste con otras economías de mercados desarrollados. Una victoria de Trump sería buena para los bonos del gobierno en el corto plazo, pero mala para los bonos en el largo plazo.
Efectos a corto y medio plazo
Una victoria de Clinton podría probablemente resultar en una menor volatilidad en el corto plazo, en términos relativos a una victoria de Trump. En el desenlace inmediato de una victoria de Clinton, podría haber algo de búsqueda de riesgo por parte los inversores, pero en el medio plazo, mucho dependerá de la composición del Congreso de Estados Unidos. Los mercados de crédito deberían probar una relativa resiliencia, dado que se espera que las tasas de impago permanezcan bajas y que la Fed continúe siendo cautelosa con respecto al ritmo de retirada de la política acomodaticia, por lo tanto reduciendo las posibilidades de un error en la política. Una victoria de Trump podría ser percibida como un evento de aversión al riesgo en el corto plazo, resultando en menores rendimientos en los bonos del Tesoro estadounidense, un dólar más fuerte y un menor sentimiento de búsqueda de riesgo hacia los activos de mercados emergentes. Dado que ambos candidatos abogan por una postura de relajamiento fiscal, los precios de los bonos del gobierno tendrán una cierta presión durante 2017 en los dos escenarios. En el largo plazo, al igual que en el escenario de Clinton, las políticas que Trump logre implementar dada la composición del Congreso serán claves a la hora de determinar las perspectivas de la economía y por tanto en el mercado de bonos y divisas.
Hoy Estados Unidos no sólo elige presidente. La votación de hoy no es solo Clinton o Trump. Hay más en juego. En concreto, 435 escaños de la Cámara de Representantes y los 34 del Senado. Y, más allá del resultado de las elecciones presidenciales en sí mismas, los mercados van a estar muy atentos a la configuración del nuevo Congreso, pues el impacto económico de la jornada de hoy dependerá sustancialmente de su color.
Sin importar quién gane, Natixis Asset Management –filial de Natixis Global Asset Management– recuerda que la implementación de las políticas de ambos candidatos dependerá de los compromisos con el Congreso. El equilibrio de poder en las dos cámaras automáticamente limitará el afán reformista de ambos candidatos, que no cuentan con el favor de la opinión pública. “Uno de los factores decisivos será la mayoría de Representantes, que al parecer seguirá siendo republicana, pero también en el Senado, que quizá pase a los demócratas. Incluso ante un escenario optimista para Hillary Clinton, es probable que no obtenga la mayoría necesaria en el Senado para sortear los obstáculos republicanos”, explica Nuno Teixeira, jefe de Soluciones en Inversiones Institucionales e Individuales y de la División de Soluciones de Inversión para Clientes de la firma.
“Cualquiera que sea la mayoría en las dos Cámaras, los mercados responderán más favorablemente a una victoria de Clinton. La elección de Donald Trump daría lugar a un shock de incertidumbre», dicen los expertos de Amundi. Para la gestora francesa, más allá del impacto en el crecimiento, estas elecciones tendrán consecuencias significativas a largo plazo para la política de Estados Unidos. Buena parte de los votantes esperan la puesta en marcha de nuevas políticas, que en general serán menos liberales que en el pasado.
Es fácil dejarse llevar por las promesas de campaña y las subidas y bajadas por los ciclos informativos diarios, pero Stefan Kreuzkamp, CIO de Deutsche AM, mantiene, como muchos, que es probable que gane Clinton, pero es casi seguro que tendrá que lidiar con un Congreso de corte republicano. Sea quien sea el presidente hoy tendrá que tratar con un ambiente hostil en el Congreso. Sobre todo si tenemos en cuenta la baja popularidad de ambos candidatos.
Candidatos muy impopulares
Trump y Clinton son históricamente los candidatos más impopulares que las elecciones presidenciales de Estados Unidos han visto en toda su historia y la campaña ha hecho poco para mejorar sus imágenes. Menos de una semana antes de la votación, los votantes indecisos todavía representan cerca del 10% de la población y podrían ser decisivos. Trump, el más polémico de ambos candidatos, podría beneficiarse de una baja participación, explica el equipo de análisis de Cross Asset de Lyxor AM.
“Nuestra postura desde hace tiempo es que Hillary Clinton se convertirá en el próximo presidente de Estados Unidos. Pero probablemente conseguirá menos del 50% del voto popular, así que por primera vez habrá más gente a quien no le guste que a quien le guste”, resume Hans Bevers, economista jefe de Bank Degroof Petercam. Lo que sí tiene claro la mayoría de los analistas políticos es que el voto de los indecisos es ahora más importante que en cualquier otras elecciones presidenciales de los últimos 30 años.
Al igual que en la votación a favor del Brexit, si las elecciones en Estados Unidos provocan temores sobre una recesión global, esto llevaría a los bancos centrales a actuar inmediata y masivamente flexibilizando sus políticas monetarias. Esto daría lugar a un mayor descenso de los rendimientos de la deuda soberana.
Los mercados bursátiles
En este entorno, la pregunta de qué partido es más favorable para el mercado bursátil no tiene una respuesta clara. “En general, el S&P 500 ha registrado mejor comportamiento durante los mandatos demócratas. Sin embargo, los inversores deberían tener en cuenta la volatilidad del mercado bursátil en el ciclo presidencial a la hora de evaluar qué partido goza del favor del mercado”, apunta John Indellicate, co-gestor del Oyster US Selection Scout Investments. “Sea cual sea el resultado, los inversores deben ser conscientes de las posibles hipótesis a las que se enfrentan con un partido u otro, y mantener su compromiso de aplicar un enfoque de inversión a largo plazo para alcanzar sus objetivos”, añade.
Clinton, por su parte, ha mostrado su preocupación sobre los beneficios que ofrece la recompra de acciones a los accionistas y los ejecutivos, a costa de la inversión en las empresas y el aumento de los salarios, según explica Matt Miller, asesor político y de comunicaciones de Capital Group.
En cuanto a los sectores específicos, dice Yves Longchamp, responsable de análisis de ETHENEA Independent Investors S.A., algunos pueden beneficiarse de los vientos a favor, mientras que otros pueden experimentar vientos en contra, ya que los programas electorales están haciendo hincapié en cuestiones clave de sus respectivas políticas. Por ejemplo, el programa de Clinton incluye limitaciones estrictas sobre los costes de determinados medicamentos, mientras que el de Trump, «¡Hacer grande a Estados Unidos de nuevo!», implicaría un aumento significativo en el gasto militar. “Gran parte de los efectos derivados de esos programas en los mercados financieros está, sin embargo, ya descontado y las fluctuaciones se producen con los cambios en las encuestas. Se puede asumir también que si Trump gana habrá un nuevo presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos”, afirma Longchamp.
¿Qué hará la Fed?
«Una victoria de Clinton reduce la incertidumbre política, y da otra excusa más a la Reserva Federal para no subir los tipos de interés en la reunión de diciembre. Es probable que el dólar continúe fortaleciéndose, especialmente frente a otras divisas refugio como el yen o el franc suizo, en la víspera de la reunión del Comité Federal del Mercado Abierto”, explica Martin Arnold, director de estrategias de divisas y macro de ETF Securities. Y es que el crecimiento en EE.UU. ha sido más débil en 2016, mientras que el panorama económico global atraviesa por una pendiente moderada.
Mathilde Lemoine, economista jefe del Grupo Edmond de Rothschild, coincide en que la apreciación del dólar debería limitar las subidas de los tipos de interés en Estados Unidos. “Además de la Reserva Federal, los demás bancos centrales principales continúan siendo expansionistas, especialmente el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra”, recuerda.
En este contexto, la renovada fortaleza del dólar estadounidense podría pasar a ser el principal riesgo en los mercados a finales de año, puesto que un dólar fuerte supone una amenaza latente para algunas de las operaciones más populares recientemente, comentó Witold Bahrke, director sénior de estrategia en Nordea Asset Management. “El resultado de las elecciones no cambiará esto, puesto que ambos candidatos abogan por políticas favorables a la apreciación del dólar”. “Si el dólar sigue apreciándose, podríamos asistir a una reaparición de muchos de los riesgos que atemorizaron a los mercados a lo largo de 2015. Es posible que esto incluso impida que la Fed suba tipos en diciembre, puesto que un dólar más fuerte implica unas condiciones financieras más estrictas, que por sí solas bastarían para dar pie al ajuste que busca la Fed”, concluye el gestor.