CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Ulleo. Reducción a "neutral" de la exposición a renta variable
UBS ha creado una división única de negocio con la combinación de sus unidades de Wealth Management (WM) y Wealth Management Americas (WMA), que se llamará Global Wealth Management (GWM) y será efectiva a partir del 1 de febrero.
El proceso comenzó hace dos años, cuando el banco suizo inició la alineación de su división de gestión patrimonial con el negocio estadounidense de Wealth Management. Ambas divisiones han realizado un buen progreso a la hora de converger en su director de inversiones (Chief Investment Office), así como transformar en organizaciones globales los segmentos de negocio para clientes de alto patrimonio (Ultra High Net Worth) y de family office global.
La decisión de combinar ambas áreas de negocio es el siguiente paso natural en la evolución de la franquicia de Wealth Management. Como resultado de la unificación, Martin Blessing, actual presidente de la división Wealth Management, y Tom Naratil, actual presidente de las divisiones de UBS Americas y Wealth Management Americas, han sido nombrados co-presidentes de la división de Global Wealth Management. Esta nueva división busca mejorar la experiencia y la oferta de producto en línea con las necesidades de una base de clientes cada vez más global. UBS cree que la combinación de las divisiones de negocio permitirá al banco apalancar de una manera más efectiva el poder de compra de sus 2,3 billones de francos suizos invertidos en la base de activos invertidos y realizar unas mayores sinergias a través de la tecnología, la innovación y otras áreas de inversión. Sin embargo, las variaciones regionales en el modelo del servicio al cliente se mantendrán y las funciones de middle-office y back-office estarán alineadas e integradas de una forma más cercana. El banco reportará los resultados de la división Global Wealth Management el primer trimestre de 2018 y proporcionará series temporales actualizadas a finales de marzo de 2018.
Al respecto, Sergio P. Ermotti, consejero delegado, comentó: “En los últimos años, hemos transformado nuestra unidad de negocio de wealth management, adoptando un nuevo paradigma a la vez que añadiendo unos 1.000 millones de francos suizos en beneficios ajustados desde 2011.
Dos años atrás, comenzamos a alinear las dos divisiones, y el anuncio de hoy refleja nuestra continua evolución. Representará una mejora en la eficiencia, un mayor intercambio de mejores prácticas, mayores retornos en nuestras inversiones y una mejora en el servicio al cliente”.
Pixabay CC0 Public DomainMarty-arts. Normalización de la política monetaria: ¿y si fuera un factor positivo para la renta variable?
El primer mes del nuevo año toca a su fin y deja los mismo interrogantes con que comenzó: ¿Se mantendrá la evolución económica? ¿Cuándo durará el impulso en los mercados de capitales? ¿Cuál será efecto de la retirada de estímulos por parte de los bancos centrales? Pocas son las incógnitas que se han ido despejando en un entorno en el que la renta variable sigue siendo el activo favorito de los gestores.
“En el último año nos instalamos en la idea de que vivíamos en un mundo de bajas rentabilidades, pero resulta que las rentabilidades han sido espectaculares para el contexto. La renta variable estadounidense y el high yiel europeo aumentaron un 40%, por ejemplo”, señala Paras Anand, director de inversión del área de renta variable en Europa de Fidelity Internacional.
En su opinión, este mercado se ha caracterizado por ser muy alcista y poco usual porque el objetivo de los inversiones no ha sido aumentar el capital sino más preservar su capital en un entorno de tipos y retornos bajos. “Este sentimiento de los inversores ha servido para entender el comportamiento de ciertos activos, como títulos de preservación de capital o crédito de empresas, pese a que supone un mayor riesgo”, apunta Anand.
Ahora bien, Anand, advierte que entramos en una nueva fase: la normalización de la política monetaria. “La mayoría de la gente considera que con la normalización monetaria podría llevar a amortiguar el crecimiento económico de los últimos años. Pero no va a ser así, podría ocurrir lo contrario. A medida que se endurece la política monetaria, la economía se va a acelerar. Podría haber una relación sorprendente entre la normalización de la política monetaria, la confianza y el crecimiento”, argumenta. Con este contexto de fondo, Anand considera que se producirá una fuerte inversión en renta variable, que vendrá de una mayor volatilidad que los inversores querrán aprovechar.
Una opinión que coincide con la de Hans-Jörg Naumer, jefe global de mercados de capitales e inversión temática de Allianz Global Investors. A grandes rasgos, la gestora considera que la política monetaria seguirá siendo flexible, aunque en el nuevo año es probable que quede superado el pico de liquidez de los bancos centrales, interpretado como las bases monetarias de los bancos centrales de los países del G4 en relación con el producto interior bruto global.
“Pese a las expectativas de una mayor volatilidad, conviene seguir sobrependerando acciones. Tanto la situación económica como la política monetaria son factores positivos. Al mismo tiempo, los inversores siguen buscando rentabilidad. Por lo que respecta a las acciones, debe darse una ligera preferencia a títulos de la zona euro, pero también podrían incorporarse acciones de Estados Unidos y de los mercados emergentes. En cuanto a las acciones japonesas, hay que tener presente el riesgo del tipo de cambio”, apunta Naumer sobre cuáles cree que son las mejores asignaciones de activos que se pueden hacer en renta variable para este año.
Contexto de crecimiento
Desde M&G insiste que la proyección positiva del crecimiento será el otro factor que avive el interés y las oportunidades en el mercado de renta variable, en especial en Europa. Según el análisis que hace la gestora, hasta ahora, el crecimiento positivo y los sólidos fundamentales no están totalmente descontados en la renta variable europea –las perspectivas de crecimiento de los beneficios son demasiado reducidas–, y los inversores siguen aplicando una prima de riesgo en las acciones históricamente elevada en Europa, en especial en comparación con Estados Unidos.
“En un contexto caracterizado por una continua recuperación económica y la mejora de los resultados corporativos, creemos que las oportunidades más interesantes en Europa se encuentran en los segmentos de valor más baratos del mercado, que han pasado desapercibidos para los inversores”, señala Richard Halle, gestor del fondo M&G European Strategic Value.
Findentiis Gestión también considera que Europa será una gran plaza para la renta variable. La firma considera que estamos en un momento de cambio respecto a los tipos de interés en Europa que “veremos a partir del segundo trimestre de 2019 porque es muy probable que Draghi se quiera ir dejando hecha una primera subida”, explican sus gestores.
“Creemos que será necesario una estrategia que se fije en las oportunidades macro y siga un estilo de inversión bottomp-up, además será necesario ser flexibles para poder sortear los repuntes de volatilidad que esperamos este año”, afirma Jorge Nuño, gestor de estrategia global de Fidentiis Gestión.
En opinión de esta gestora, el sector financiero europeo tendrá un especial interés. Según su compañero Luis Peña, gestor financiero de Fidentiis Gestión, “la industria financiera está terminando su proceso de reestructuración y la implementación de tecnología, ambas cosas ayudarán a reducir las pérdidas. Además, tras todos los cambios regulatorios, entremos una fase de estabilidad regulatoria que durará otros 10 años. Eso deja un escenario en el que los bancos empezarán a tomar decisiones sobre su política de remuneración al accionista”, concluye Peña.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Andina Bitterlich. 10.000 empleados podrían ser transferidos en la primera ola del Brexit
No es realista pensar que tras el Brexit la industria de servicios financieros seguirá funcionando dentro de la normalidad del “business as usual”, pero es posible que su impacto inicial y en el largo plazo no sea tan crudo como se pensó en un primer momento. Según apunta el equipo de Global Markets Research de Nomura, el peor escenario del “primer día” del Brexit supondría la movilización de unos 10.000 puestos de trabajo, con la posibilidad de que sea un número menor si se alcanza un acuerdo de transición al principio del proceso.
Esto podría reducir a la mitad el tamaño de la desinversión que Nomura estimó a principios de 2017 -de los 25.000 millones de libras a los 12.000 millones- y podría esparcirse entre varios trimestres. Sin embargo, el impacto del Brexit a largo plazo es más difícil de cuantificar, con los informes académicos sugiriendo cualquier cifra entre un -10% y un 4% del GDP, dependiendo del autor. Típicamente es estimado entorno a los 75.000 empleados, pero unos estimados más recientes se sitúan entorno a los 35.000 o los 40.000.
Los datos publicados recientemente por la Autoridad Bancaria Europea sugieren que 27 bancos de la Unión Europea han reducido su exposición a Reino Unido, mientras que, el Banco de Pagos Internacionales y el Banco Central Europeo presentan dudas sobre la validez de esos datos. De producirse un adecuado progreso en las negociaciones, el riesgo significativo de traslado de puestos de trabajo y de salidas de flujo durante el primer trimestre de 2019 se reducen, mejorando las perspectivas de la libra esterlina.
¿Cómo llega Nomura a la cifra del traslado inmediato de 10.000 empleados?
La esperanza de que se mantenga el “pasaporte” para los servicios financieros es próxima a cero, el objetivo del gobierno británico de un Brexit “duro” es muy claro, pero los bancos siguen sin anunciar sus planes de contingencia.
Desde que realizaran un primer informe a principios de año, en Nomura han examinado un gran número de informes elaborados por la prensa sobre la probabilidad de que haya un movimiento entre el número de puestos de trabajo en las instituciones financieras. Basándose en una muestra de 14 instituciones que han indicado cuantos puestos de trabajo serán desplazados por causa del Brexit, el total de empleados llega a una cifra de 10.000, representando el 12% de la muestra. Pero, dado que unos 6.000 puestos de trabajo proceden de tres compañías (JP Morgan, Goldman Sachs y Deutsche Bank), en Nomura esperan que el total sea una sobreestimación, conforme estos números han sido reducidos conforme ha pasado el tiempo. Excluyendo a las tres firmas mencionadas sólo un 7,5% de los trabajos se ven afectados, con bancos como Bank of New York Mellon afirmando que no más de 30 puestos de trabajo necesitarían ser trasladados ya que han establecido la licencia de banca requerida por la Unión Europea.
Otras encuestas más amplias están de acuerdo con la marca de los 10.000 empleados
El Banco de Inglaterra solicitó a las firmas que hicieran públicos los planes de contingencia que tuvieran en marcha por motivos de estabilidad financiera, mientras que Reuters, unos meses más tarde, realizó una encuesta similar para sus propios propósitos. Aunque los motivos de ambas encuestas diferían, los resultados coincidían, con un estimado de 10.000 empleos trasladados en la primera ola del Brexit (Reuters encuestó a 55 bancos y el Banco de Inglaterra a 400 firmas). Pero como indicó Sam Woods, responsable de la autoridad regulatoria del Banco de Inglaterra (PRA), el impacto de esta primera fase en el empleo puede ser relativamente modesta, en cualquier caso, el movimiento de unos 10.000 puestos de trabajo es un número en la que la mayoría de informes realizados por la prensa tienden a coincidir por ahora como un impacto inicial.
¿Por qué estos números tienden a diferir ampliamente entre los bancos?
Se estima que un quinto de los ingresos de la banca mayorista y de la banca de inversión están ligados al “pasaporte” requerido por la Unión Europea (Open Europe). Sin embargo, las diferencias entre el personal a trasladar por cada firma dependen de varios factores. Uno de los principales determinantes es cómo se están estableciendo los servicios financieros entre sucursales y subsidiarias en tanto en Reino Unido como en el grupo de los 27 de la Unión Europea. Se espera que los proveedores de servicios financieros que persigan su actividad empresarial a través de sucursales se vean más afectados por el Brexit que aquellos que actúan a través de subsidiarias, que ya han adquirido en la actualidad sus derechos de pasaporte. Según la Autoridad de Conducta Financiera (FCA), existen unas 13.484 firmas que están utilizando el pasaporte europeo dentro y fuera de Reino Unido. Siendo unas 8.008 firmas dentro de Reino Unido del área de la Unión Económica Europea, frente a 5.476 firmas de fuera del Reino Unido hacia el área de la Unión Económica Europea. El 36% del grueso de la banca de la Unión Europea se basa en sucursales bancarias (que se apoyan en el pasaporte europeo de la sucursal principal), frente a un 64% de las sucursales (con una licencia relevante), por lo que no es una tarea fácil si se es parte del 36%.
Por otro lado, un 69% de la banca transfronteriza en el Reino Unido por parte de los bancos europeos se realiza a través de sus sucursales en el Reino Unido. Si los derechos de pasaporte ya no aplican, esto significará que los bancos europeos deberán solicitar una licencia en el Reino Unido, así como a las empresas británicas deberán solicitar una licencia en el área de la Unión Económica Europea.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: DonkeyHotey
. El impacto del primer año de Trump en la economía norteamericana
Se ha cumplido el primer aniversario del mandato del presidente Donald Trump. Cuando inició su periodo se generaron diversas expectativas sobre la política económica que iba a seguir y el impacto que tendría sobre la economía de los Estados Unidos de Norteamérica.
Hasta el momento los resultados le son muy favorables. Se estima que el PIB va a crecer 2%, nivel superior al del año anterior, la tasa de desempleo es la más baja desde la crisis de 2009, la inflación se ubicó en 2.11%, nivel ligeramente por encima del año anterior lo que indica que continúa el dinamismo de la actividad económica. La Federal Reserve aumentó su tasa de referencia, lo cual también refleja que ve mayor dinamismo en la economía. Por su parte, el principal indicador de la bolsa de valores registró un aumento de 25% durante 2017.
Es un hecho que a la economía norteamericana le fue muy bien en el primer año de gobierno de Trump. La pregunta que se vuelve relevante es si dichos resultados se debieron a sus decisiones de política económica o provienen de una inercia que ya traía la economía desde 2016. Todo indica que el bienestar se debe más bien a la combinación de dos factores, la inercia que traía la economía, quizá la principal causa, y a las expectativas que generaron sus planteamientos económicos. A pesar de que no se llegaron a materializar la gran mayoría de los planteamientos hechos por Trump, muchos agentes económicos creyeron en ellos y actuaron en consecuencia.
En otras palabras, las decisiones de Trump no afectaron negativamente en el corto plazo al ciudadano promedio de su país. Sin embargo, algunos de sus efectos si serán nocivos para Estados Unidos en el mediano plazo. Medidas como, salirse del Acuerdo de París, del Acuerdo Transpacífico, cuestionar el apoyo a la OTAN, criticar el comercio internacional y otras más, van a provocar que con el tiempo la hegemonía internacional de Estados Unidos disminuya y difícilmente pueda volver a recuperarse.
Ahora resulta que China es el abanderado de cuidar el medio ambiente, el promotor del libre comercio, ofrece créditos a los países con quienes Estados Unidos desea reducir sus relaciones económicas. Un claro ejemplo es América Latina, donde la inversión China ha estado creciendo en varios sectores. El Presidente de China ha visitado a los principales países de la Comunidad Europea para fortalecer las relaciones económicas y no se limita únicamente a las comerciales. Con el tamaño que tiene la economía China, la velocidad a la que crece y las relaciones económico financieras que está estableciendo, junto con la posición de Estados Unidos de centrar su preocupación en su propia economía y desentenderse de las situaciones internacionales, provocará que la influencia de Estados Unidos en las decisiones económicas internacionales disminuya y la de China se fortalezca. Particularmente, en la medida que China continúe aumentando sus relaciones comerciales y ofreciendo créditos o adquiriendo bonos de países con necesidad de financiamiento, como lo ha estado haciendo desde hace algunos años. Este cambio en el poder económico internacional va tomar tiempo, pero en la medida que Trump continúe como hasta ahora, se acelerará y llegará a ser irreversible.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Seyed Mostafa Zamani. Guía de calidad sobre el gobierno corporativo
Creemos que un buen gobierno corporativo resulta crucial, ya que es preciso garantizar que los equipos directivos de las compañías actúen en interés de los accionistas. Esto es necesario para afrontar el problema clásico del principal-agente, cuando los accionistas no administran la compañía en la que invierten y quedan expuestos a la posible diferencia de prioridades de la dirección.
El dilema típico es la naturaleza temporal: administrar la compañía a ultra largo plazo independientemente de la rentabilidad o el rendimiento (un problema clásico en Japón), puede ser tan perjudicial como dirigirla para obtener beneficios a corto plazo, a menudo para ganar un mayor sueldo (un problema clásico angloestadounidense). Sin duda, los inversores deben estar en guardia.
Es vital dirigir las compañías en pos de la rentabilidad a largo plazo en lugar de a corto plazo. En concreto, es necesario invertir lo suficiente para mantener sus franquicias, innovar y, cuando corresponda, respaldar esas innovaciones a través de publicidad y marketing. Estas inversiones se financian tanto a través de la cuenta de resultados como de gasto en capex.
También es crucial que cualquier flujo de caja libre remanente se invierta a altas tasas de rentabilidad o, en ausencia de tales oportunidades, que se devuelva a los accionistas, preferiblemente a través de dividendos. Se deben cerrar las unidades de negocio que no tienen perspectivas de ofrecer una rentabilidad aceptable a largo plazo, y el capital se debe dirigir hacia áreas que generen mayor rentabilidad, o devolverse a los accionistas.
Si bien existen operaciones corporativas interesantes, generalmente somos cautelosos respecto a las grandes adquisiciones, ya que tienden a ser una transferencia de valor desde los accionistas que compran a los afortunados que han sido comprados.
“Compouders” de alta calidad
Puede parecer contrario al sentido común, pero en nuestra opinión, el gobierno corporativo es aún más importante en los “compouders” de alta calidad. El motivo radica simplemente en el hecho de que el equipo directivo dispone de un mayor margen de libertad.
Las compañías del sector de consumo básico cuentan con generosos presupuestos para publicidad, que pueden ser recortados en épocas de vacas flacas con el objetivo de inflar los beneficios a corto plazo a costa de destruir valor a largo plazo, cuando en realidad las compañías que reinvierten a altas tasas de rentabilidad deberían generar grandes cantidades de flujo de caja libre, con todas las tentaciones de asignarlo de forma indebida que esto conlleva.
Analizar la gestión y el gobierno corporativo ha sido un elemento central del proceso de inversión del equipo International Equityde Morgan Stanley desde su fundación en 1986. El trabajo en esta área no se subcontrata a empresas como ISS o Glass Lewis, sino que lo lleva a cabo el propio equipo de inversión, respaldado por el equipo de Gobierno corporativo de MSIM.
Aunque tenemos preferencias claras, que abordamos a continuación, las decisiones sobre votaciones analizando cada caso particular y no utilizando una fórmula general. En un mundo profundamente imperfecto, no queremos que nuestra búsqueda de la perfección se interponga en lo razonable, particularmente cuando lo razonable mejora cada año. No obstante, nos sentimos muy cómodos votando en contra de las recomendaciones del consejo de administración, e incluso en contra de sus miembros, cuando creemos que es necesario.
Roles y remuneración
En cuanto a la estructura, preferimos que los roles del CEO y del presidente del consejo estén separados, y lo ideal sería tener un consejero independiente sénior al que acudir cuando no estemos satisfechos con ellos. En términos más generales, no nos gustan las “píldoras venenosas”, los derechos de voto doble para algunos accionistas, ni las clases de acciones diferenciadas. No creemos que las compañías, y en particular su equipo directivo, requieran protección por parte de sus dueños.
La remuneración de los ejecutivos es un tema central, ya que la mayoría tiende a hacer lo que se les paga por hacer, lo que significa que los incentivos deberían recompensar el comportamiento que beneficia a los accionistas. Esto hace que seamos cautelosos y que no nos fiemos demasiado de los beneficios por acción, ya que se pueden manipular con maniobras a corto plazo, en concreto, mediante aumentos del apalancamiento o adquisiciones de baja rentabilidad.
En especial, nos resistimos al uso de “beneficios ajustados” o, como preferimos llamarlos, “beneficios antes de que suceda algo negativo”. Lo negativo pueden ser pérdidas, los costes por impactos medioambientales o sociales, o incluso el pago con acciones de la compañía. Por el contrario, acogemos positivamente la (aunque no muy común) inclusión de objetivos basados en la rentabilidad sobre el capital.
Uno de nuestros objetivos es evitar pagar demasiado por una rentabilidad ordinaria o deficiente. Por esa razón, buscamos metas más amplias en lugar de objetivos fáciles o acciones solo por el tiempo como inversores. Otra señal de alerta es el cambio sobre la marcha de los objetivos, por ejemplo, al descontar los efectos de la divisa cuando esta fluctúa lastrando los resultados, que a menudo ha reportado beneficios cuando se movía en sentido contrario.
También desaprobamos los objetivos que se cumplen mediante adquisiciones. Apoyamos que los directivos posean un mínimo de acciones, y vamos más allá, alentando a las compañías a mantener los objetivos aún después de que se jubilen los ejecutivos, para evitar la tentación de engordar el negocio de forma insostenible cuando estos dejan la empresa.
En última instancia, aunque las estructuras son importantes, lo que más importa es la cultura de la organización y el comportamiento de su equipo directivo, por lo que es fundamental reunirse con ellos regularmente. Gran parte de la “industria de gobierno corporativo” se concentra en calificar lo que se mide fácilmente, y termina siendo únicamente un ejercicio de marcar casillas, descuidando el elemento humano. El peligro es que el proceso termine como la historia del borracho que ha perdido las llaves en el parque y las busca bajo la farola, porque ahí es donde está la luz. Nuestro proceso, más complejo, laborioso y necesariamente subjetivo procura buscar donde realmente están las llaves.
Opinión de William Lock, Bruno Paulson y Dirk Hoffmann-Becking, del equipo de International Equity de Morgan Stanley Investment Management.
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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Alonis. ¿Cómo afecta la reforma fiscal de Trump al impuesto de sucesiones de los no residentes?
Antes de la aprobación de la nueva reforma tributaria de la Administración Trump, muchos habían especulado sobre dos posibles impactos clave para los clientes no residentes de la banca privada y de los broker: la eliminación de la disparidad en la exención del impuesto de sucesiones entre personas no estadounidenses y estadounidenses, y la eliminación del impuesto de sucesiones en sí, que podría haber suprimido una de las razones más antiguas para utilizar estructuras offshore.
El 22 de diciembre de 2017, se promulgó la «Ley de reducción de impuestos y empleos». En ella se modifica el impuesto de sucesiones para personas estadounidenses únicamente. Las secciones número 2010 y 2001, que se aplican a propiedades de ciudadanos o de residentes, no modificaron los impuestos que atañen a las propiedades de los no residentes que no son ciudadanos de Estados Unidos.
Bajo la Sección 2010, el monto de la exclusión básica para las propiedades de los fallecidos residentes o ciudadanos que fallezcan después del 31 de diciembre de 2017 y antes del 1 de enero de 2026 se incrementa de US$5.000.000 a US$10.000.000. Pero, las secciones con número 2101-2108, las que fijan las condiciones para los no residentes o no ciudadanos, no registraron ningún tipo de enmienda.
En consecuencia, el impuesto que se aplica a la transferencia de patrimonio imponible de difuntos no residentes que no sean ciudadanos de EE. UU. está sujeto a una exclusión básica mínima de solo US$60.000.
Dado que la fiscalidad sobre los activos en Estados Unidos cuando se traspasan tras la defunción sigue vigente, los clientes de wealth management deben tener cuidado al planificar cómo se mantienen esos activos, incluida la consideración apropiada de las estructuras de inversión personal offshore.
Si tiene alguna pregunta sobre este u otros asuntos de banca privada transfronteriza, comuníquese con Sergio Alvarez-Mena (305-71-9759) o Kathy Keneally (212-326-3402).
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Wikimedia CommonsEl presidente de Perú, Pablo Kuczynski. Perú: La incertidumbre política se profundiza, pero la gestión macroeconómica resiste
El proceso de impeachment superado recientemente por el presidente de Perú, Pablo Kuczynski, ha dejado un escenario de incertidumbre política, pero la gestión macro económica del país suele mantenerse sólida y estable a pesar de que la política peruana es a menudo disfuncional, considera Irina Topa-Serry, del equipo de Research and Investment Strategy de AXA Investment Management.
“El peor escenario para el caso de inversión de Perú sería una convocatoria de elecciones anticipadas, pero esto parece altamente improbable”, señala en informe, añadiendo que los dos vicepresidentes del país han declarado que asumirían las tareas de gobierno hasta el final del mandato presidencial en 2021, alejando así la posibilidad de nuevos comicios.
De todos modos, la analista señala que “la gestión macroeconómica de Perú suele ser sólida y estable mientras que la política ha sido a menudo disfuncional. Esto ha hecho que el país sea bastante inmune a la volatilidad política y el ruido, logrando avances en su calificación crediticia”.
Las políticas y reformas macroeconómicas de las últimas dos décadas supusieron una reducción significativa del desempleo y pobreza, en un contexto de fuerte crecimiento (superior al 5% en promedio desde 2000), transformando a Perú en una de las economías estelares de América Latina, destaca AXA.
“El gobierno actual ha realizado pasos adicionales hacia la modernización de la economía y el potencial aumento del crecimiento: reforma fiscal (destinada a aumentar recaudación mediante el fortalecimiento de la administración tributaria), reforma de la infraestructura (mejorando el marco para inversión pública y asociaciones públicas y privadas), reformas educativas y anticorrupción”, señalan los analistas de AXA.
Factores externos adversos (precios más bajos de las materias primas) y desafíos internos (el caso de corrupción de Odebrecht, inundaciones, la falta de mayoría del gobierno en el Congreso), sin embargo, pesaron en el corto plazo perspectivas económicas. El crecimiento ha oscilado por debajo del 2.5% desde el comienzo de 2017.
“Se estima que el caso Odebrecht y la parada repentina de todos los proyectos de construcción relacionados con la empresa, deberían costar unos 0,3 puntos porcentuales de crecimiento del PIB en 2017”, señala AXA.
Después de las devastadoras inundaciones provocadas por el fenómeno el niño, el gobierno peruano lanzó un gran plan de estímulo fiscal para abordar necesidades de reconstrucción que deberían alimentar el crecimiento en 2018, siempre que los costos involucrados se mantengan bajo control.
AXA IM concluye que la incertidumbre del pasado año provocó una liquidación de las acciones y la depreciación de la moneda local, mientras que para la tasa fija, las reacciones fueron más moderadas, por ello, “el buen historial económico de Perú nos ofrece confianza y esos episodios deberían constituir buenas oportunidades de compra para los inversores”.
Wikimedia CommonsPlaza Independencia en Montevideo. Uruguay recibe un reconocimiento por su gestión de la deuda y su emisión en pesos de 2017
La primera emisión nominal en pesos de la historia de Uruguay, en junio de 2017, fue premiada por la publicación LatinFinance a doble título, recibiendo el reconocimiento por la mejor gestión responsable de deuda de 2017 y la mejor oferta en moneda local del mismo año.
“En un contexto de fuerte demanda de los inversores por la deuda de mercados emergentes en moneda local, Uruguay emitió un bono de 1.250 millones de pesos con vencimiento en 2022. La transacción permitió recaudar 1.000 millones de pesos en efectivo y el resto se utilizó para financiar una operación de gestión de pasivos realizada el mismo día que la emisión”, señaló en una nota LatinFinance.
La operación de las autoridades uruguayas de deuda permitió que Uruguay “bajara los costos de endeudamiento, redujera su deuda en dólares y diversificara su base de inversores”, añadió la publicación.
Una vez al añ, LatinFinance reconoce los logros de las empresas líderes de la región y de aquellos bonos soberanos que realizan transacciones excepcionales, además de premiar la labor de los bancos y bufetes de abogados que operan en los mercados de capitales de América Latina.
Brian Duperreault, presidente y director ejecutivo de AIG. AIG compra a Validus por US$5.560 millones en efectivo
AIG ha entrado a aun acuerdo para comprar el total de las acciones de Validus, un proveedor de reaseguros, seguros primarios y servicios de asset manager.
La transacción mejora el negocio de Seguros Generales de AIG, agregando una plataforma de reaseguro líder, un asset managerde valores ligado al seguro, una presencia significativa en Lloyd’s, entre otras cosas.
Los titulares de las acciones ordinarias de Validus US$68 en efectivo por acción, en una operación valorada en US$5.560 millones, financiado con efectivo en caja.
La adquisición incluye a Validus Re, AlphaCat, Talbot y Western World y se espera que la operación se cierre a mediados de 2018.
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Es el momento de reducir el riesgo de la cartera y arriesgarse a perder posibles rentabilidades?
En una fantástica viñeta de The Far Side, se ve una orquesta y a un hombre de pie detrás de ella que sostiene un enorme platillo, listo para hacerlo sonar. Al hombre le sale un bocadillo que dice “Esta vez no voy a pifiarla”. El pie de la viñeta dice “Roger la pifia”.
Esta viñeta nos representa a todos nosotros intentando determinar cuándo tocará techo el mercado. Obviamente, este esfuerzo puede saldarse de tres formas: demasiado pronto, demasiado tarde o en el momento exacto. Algunos de nosotros podríamos tener suerte y acertar, pero a efectos de la planificación financiera, es mejor suponer que nos adelantaremos o nos retrasaremos. Un error en cualquiera de los dos sentidos resulta caro.
Nuestra estimación del PER de equilibrio del S&P 500 se sitúa en 16, por lo que habría resultado fácil tomar nota del PER de 21 del año pasado por estas fechas y considerar que el mercado estaba caro. Si hubiéramos reducido el riesgo entonces, nos habríamos perdido las ganancias del 22% de 2017. Cuando se desate la caída de las bolsas, me sorprendería que esta fuera superior al 20%, porcentaje que solo se ha alcanzado dos veces: en 2000-2002 y en 2007-2009. Como siempre, la inversión es un binomio formado por el riesgo y la recompensa.
Me da la impresión de que los inversores pueden escoger una de estas dos opciones: aceptar el riesgo de caída de los mercados y mantener las inversiones en activos de riesgo, o reducir precozmente el riesgo y aceptar que se pueden perder ganancias potenciales.
Es esencial tener clara esa decisión, ya que las acciones a realizar son bastante diferentes en cada caso. Al no tomar esta decisión explícita, me temo que muchos están suponiendo implícitamente que podrán salir en el momento justo. Ciertamente, es una suposición valiente.
Permítanme explicarles las dos opciones:
1.- Mantener las inversiones
Si los inversores toleran bien el riesgo y, por lo tanto, están a gusto manteniendo sus inversiones, deberían tomar esa decisión siendo conscientes explícitamente de que en algún momento se estrellarán. La configuración de la cartera desempeña un papel importante a este respecto.
Por ejemplo, suponiendo un escenario negativo con una caída de las cotizaciones del 20%, mantener aproximadamente un tercio de los activos en renta variable significaría que la cartera se enfrentaría a unas pérdidas del 6%, lo que podría ser perfectamente tolerable para algunos inversores.
Además, en los dos episodios en los que las bolsas registraron caídas superiores al 20%, el mercado de bonos ganó un 30% y un 17%, respectivamente (según el S&P 7-10 Year Treasury Index).
Por lo tanto, con independencia de la valoración de la renta fija, aumentar la duración de los bonos de una cartera puede ser un mecanismo de protección frente a una caída de las bolsas. Para dar algunas cifras, si una cartera invierte un 70% en un índice de bonos a diez años y un 30% en bolsa, entonces un descenso bursátil del 20% y un descenso de un 1% del rendimiento de los bonos todavía se traducirían en una rentabilidad global positiva.
Aunque muchos activos están caros, sigue habiendo áreas atractivas. La bolsa europea es una de las que capta mi atención, pero la clase de activos que me atrae sobremanera son los bonos indexados a la inflación de los mercados emergentes. La situación que me provoca pesadillas es una caída de las bolsas provocada por un aumento de los rendimientos de los bonos. Ese improbable escenario ocurriría presumiblemente si la inflación hace acto de presencia con fuerza y, en ese caso, los bonos indexados emergentes se comportarían bien y sus rendimientos reales son atractivamente altos.
2.- Reducir precozmente el riesgo
Un inversor que no tolera el riesgo podría haber reducido ya el riesgo, con el argumento de que la fortaleza relativa ha impulsado las rentabilidades, los fundamentales son solo moderadamente buenos y el mercado ha experimentado una excelente racha. Este inversor podría pensar que la caída bursátil podría ser superior al 20%.
Más allá del coste de oportunidad, el problema de la reducción del riesgo es que los activos de menor riesgo son los más caros de todos y garantizan una merma de poder adquisitivo. Por lo tanto, lo importante es ser conscientes de que el inversor experimentará rentabilidades reales negativas durante todo el tiempo que ha reducido el riesgo. A los que prefieren mantener las inversiones no les gustaría eso y he ahí la diferencia que los separa en gran medida del grupo que reduce precozmente el riesgo.
Así pues, si usted va a reducir el riesgo, no caiga en el exceso y asegúrese de que lo hace de manera uniforme para mantener una cartera equilibrada, lo que implica diversificar en diferentes clases de activos y regiones. A un partidario de reducir el riesgo le gustará saber que la exposición al mercado de deuda asiática suele ser baja en las carteras de renta fija mundial.
Buena suerte en 2018. Si formula un propósito de año nuevo, decida rápidamente si reducir el riesgo o no. ¿Prefiere hacer sonar los platillos demasiado pronto o demasiado tarde?
David Buckle es responsable de análisis cuantitativo de Fidelity.