HMC Capital, empresa de inversiones y asesorías financieras de América Latina, junto con East Capital, asset manager especializado en mercados emergentes y frontera, trabajarán en conjunto en América Latina, anunciaron las dos firmas en un comunicado.
HMC Capital asesorará las inversiones de East Capital, asset manager fundado en Suecia en 1997, respaldando sus capacidades globales de mercados emergentes.
Las dos empresas trabajan juntas desde 2010, cuando HMC Capital fue designada para distribuir los productos de inversión de East Capital a clientes institucionales, incluyendo fondos de pensiones y family offices en América Latina.
Según el acuerdo, la cooperación se ha ampliado para incluir también asesoría en inversiones con enfoque en los mercados emergentes de la región. En su nuevo rol, HMC Capital apoyará al equipo de inversión de East Capital y trabajará directamente con los miembros del equipo especializado en América Latina.
En HMC Capital, el esfuerzo estará dirigido por Santiago Arias, director de renta variable, quien será apoyado por un grupo regional de la compañía.
Durante la firma del acuerdo, Peter Elam Håkansson, presidente y CIO de East Capital, dijo que «siempre hemos visto que un enfoque local en las inversiones es un factor clave de éxito en los mercados emergentes. Aprovechando nuestra larga relación con HMC Capital hemos ampliado nuestra cooperación a la asesoría en inversiones en América Latina, por lo que ahora ofreceremos a nuestros clientes conocimiento local y experiencia en todas las principales regiones de los mercados emergentes”.
Para Ricardo Morales, co- fundador y presidente de HMC Capital, “HMC Capital e East Capital comparten el mismo enfoque y pensamiento hacia el universo de los mercados emergentes, y el mismo estilo de investigación profunda en terreno, integrando factores de sostenibilidad, por lo que nos complace expandir nuestra relación de larga data con East Capital con esta nueva y emocionante fase de cooperación”.
Fundada en 2009, HMC Capital es una firma de inversiones y asesorías financieras en Latinoamérica con foco en activos alternativos. Cuenta con 70 profesionales y dos áreas de negocio: Gestión de Inversiones, con fondos propios y de terceros, y Asesorías y Distribución, representando a gestores internacionales líderes en inversiones líquidas y siendo agente colocador para gestores globales de activos alternativos en Latinoamérica.
East Capital es un asset manager independiente, especializado en mercados emergentes y de frontera, fundado en Suecia en 1997, con oficinas en Dubai, Hong Kong, Luxemburgo, Moscú, Oslo, Estocolmo y Tallin. La firma gestiona fondos de capital público y privado, fondos inmobiliarios y cuentas separadas para una amplia base de clientes internacionales.
Lo mejor que se puede decir en primer lugar sobre lo que sucederá el próximo año es siempre «más de lo mismo». Es decir, que van a permanecer las tendencias actuales. Por lo tanto, podría ser tentador decir que el pronóstico para 2018 es similar a este: las bolsas de Estados Unidos seguirán subiendo a medida que las presiones salariales no se materialicen, incluso aunque la Fed aumente de nuevo los tipos de interés; el crecimiento global continuará fortaleciéndose; Europa verá un fuerte crecimiento de las ganancias a medida que el Banco Central Europeo (BCE) adopte una política más cautelosa Fed, aunque las turbulencias políticas continuarán.
También podríamos decir que China y Japón seguirán con sus políticas de reflación, lo que conducirá a un sólido crecimiento de las ganancias y a mercados alcistas en la renta variable, aunque el desempeño continuará centrado en solo unas pocas acciones de gran capitalización y alto crecimiento, o que los flujos de los inversores en los mercados emergentes seguirán centrándose en ETF pasivos. recaudar dinero emitiendo una «moneda» en lugar de equidad.
Quizás el mundo continuará así, pero realmente no puedo creerlo. Varias partes de esta imagen son posibles, pero creo que algunas tendencias se ralentizarán o revertirán por completo.
Primero, creo que el mercado alcista de Estados Unidos se está agotando. Ha funcionado bien en una combinación de bajos tipos de interés y fuerte crecimiento de las ganancias, que a cambio se ha basado en aumentos salariales moderados y márgenes corporativos en expansión. Bueno, la era de los bajos tipos de interés podría estar llegando a su fin y un ciclo de ajuste está en marcha.
Además, las propuestas de política de la administración Trump –que reemplazan partes de Obamacare y los aumentos de impuestos de la clase media para financiar recortes de impuestos corporativos– parecen ser los últimos intentos de sacar más dinero del trabajador y mantener los márgenes corporativos altos y la renta variable avanzando. Si esto va a terminar en un estallido o un gemido, no lo sé. Sospecho que, ante la ausencia de errores monetarios por parte de la Reserva Federal, es más probable que el mercado bursátil estadounidense se vaya aplanando a que caiga precipitadamente, pero el cambio al frente de la Fed es una preocupación y el mercado de bonos tiene una clara señal de advertencia.
En segundo lugar, creo que Europa podría ver un razonable crecimiento de las ganancias. El BCE tiene una postura notablemente más paciente a la hora de aumentar los tipos de interés que la Reserva Federal. Las economías están operando por debajo de su potencial en un grado mucho mayor en Europa y, por lo tanto, su proceso de «ponerse al día» debería continuar. Estas economías de bajo rendimiento, sin embargo, han llevado a la lucha política y al secesionismo: primero, la cuestión de la independencia escocesa, luego el Brexit, ahora los catalanes. Estos problemas no se han resuelto y probablemente derivan de mecanismos ineficientes por los cuales las transferencias de dinero se pueden hacer desde partes prósperas de la economía europea a aquellas partes que están atravesando tiempos difíciles. Un repunte en el crecimiento de Europa debería mejorar el problema, pero todavía seguirá presente: el BCE debe tener cuidado de no aplastar la recuperación antes de que ésta arraigue.
Más allá de Japón y China
En tercer lugar, creo que Japón y China continuarán reafirmando sus economías. Japón tiene capacidad para ser más agresivo en este frente. China, sin embargo, también puede estar cómoda con la inflación en el rango entre el 2% y el 3%, en mi opinión. Un aspecto significativo de las economías de Asia durante los últimos cinco o seis años ha sido la medida en que los políticos asiáticos, en marcado contraste con Occidente, han determinado restaurar la participación de los trabajadores en el crecimiento económico elevando los salarios mínimos antes que la tasa de crecimiento económico. China comenzó la tendencia y muchos otros países asiáticos siguieron su ejemplo.
Esto podría haber reducido los márgenes de ganancias corporativas y dejado a los mercados bursátiles rezagados desde una perspectiva relativa. Sin embargo, puede haber sentado las bases para un repunte sostenido a partir de ahora. La reflación permite a las empresas aumentar los precios y que los trabajadores disfruten de los aumentos salariales nominales, incluso si sus salarios reales aumentan en una cantidad menor. Por lo tanto, China, que ha estado reflotando desde finales de 2016, y Japón, que lo ha estado haciendo desde principios de 2013, han visto un repunte de las ganancias corporativas y un aumento en sus mercados bursátiles.
No hay ninguna razón para pensar que esta tendencia no puede continuar. Si lo hace, y si el crecimiento de las ganancias se amplía entre los sectores y las empresas, creo que estos entornos suelen favorecer a las empresas de pequeña y mediana capitalización que cotizan a valoraciones más razonables. Mientras tanto, la prima pagada por los inversores por las empresas de gran capitalización y alto crecimiento puede reducirse.
Esta tendencia tampoco debería esta tendencia limitarse a Asia del Norte. En muchos aspectos, los países de la ASEAN están incluso mejor posicionados para una política de reflación. Tailandia tiene un gran superávit por cuenta corriente y baja inflación subyacente. India e Indonesia han reducido sus tasas de inflación estructuralmente altas a niveles moderados. Los países de la ASEAN pueden estimular y al hacerlo pueden limitar cualquier depreciación de sus monedas frente al dólar. Hay una buena posibilidad, entonces, de que el rally en Asia se amplíe más allá de China y Japón y las grandes compañías tecnológicas.
Estas tendencias deberían favorecer la gestión activa
Todo esto debería atraer a cada vez más inversores a elegir managersactivos. Recuerdo que cuando Japón comenzó a reflotar en 2013, la primera ola de dinero entró en los ETF. Pasó un tiempo antes de que los inversores comenzaran a asignar capital a estrategias activas que pudieran invertir mejor en la escala de capitalización de mercado.
Si tengo razón sobre la evolución de las tendencias actuales, 2018 podría ser un año en el que el estilo de la cartera fluya hacia las economías asiáticas. También puede ser que una vez más se vea a Asia como una región separada de los mercados emergentes, ya que creo que las economías asiáticas están mucho mejor posicionadas para ver tasas más altas de crecimiento de las ganancias y una política macroeconómica más flexible que Rusia o América Latina.
También creo que el gasto del consumidor en Asia seguirá siendo fuerte. La mayor fortaleza de Asia en relación con otros mercados llamados emergentes es las altas tasas de ahorro. Esos ahorros, que en el pasado se usaron para invertir en nuevas existencias de capital e impulsar la capacidad de los sectores manufactureros de Asia para producir bienes, se usarán cada vez más como una fuente para que los consumidores asiáticos aumenten sus gastos y compren bienes y servicios. Y esta es una tendencia a largo plazo.
Robert J. Horrocks es CIO de Matthews International Capital Management y gestor de portafolios.
Después de un largo período sin sobresaltos en 2017, el mercado de deuda high yield de Estados Unidps experimentó cierta volatilidad en la última parte de año. No obstante, el índice de referencia BofA Merrill Lynch U.S. High Yield ha generado una rentabilidad del 7,2% desde principios de año hasta el 30 de noviembre.
Se han citado varias razones como causa de esa volatilidad, incluyendo la legislación pendiente en materia fiscal y las crecientes tensiones geopolíticas, que no consideramos, sin embargo, como factores clave de la debilidad. En su lugar, pensamos que las ventas vinieron propiciadas por acontecimientos específicos de compañías y sectores, no porque se hayan debilitado los fundamentales de mercado en general.
A pesar de la reciente volatilidad, creemos que el marco que impulsa un entorno positivo para el crédito high yield continúa existiendo. La primera razón por la que pensamos así es que el crecimiento económico parece seguir un ritmo estable, aunque no espectacular, en Estados Unidos. Las perspectivas de crecimiento en Europa y Asia también son positivas. La inflación estadounidense está bajo control y la Fed debería ser capaz de proseguir con su programa de normalización política. También, las tasas de impagos en la deuda high yield siguen muy por debajo de sus medias históricas, según datos de índice de JP Morgan.
Deuda high yield por sectores
A nivel sectorial, destacamos que telecomunicaciones, salud, distribución y media se enfrentan a vientos estructurales en contra, que están impidiendo que se beneficien de la mejora económica. Estos sectores tienen ante sí retos que van desde el «corte de cordón» en media/telecomunicaciones hasta el impacto del comercio electrónico en distribución, pasando por las distintas investigaciones a los fabricantes de farmacéuticos genéricos. Para dejarlo claro, las valoraciones de algunos de estos grupos podrían alcanzar niveles más atractivos en los próximos meses, y entonces habrá oportunidad de seleccionar algunos nombres. Entre tanto, en estos momentos estamos más positivos en las perspectivas para energía, transporte, y grupos de metales/mineros.
En resumen, estamos aún relativamente positivos en el mercado de deuda high yield en Estados Unidos, y esperamos que los impagos sigan disminuyendo en el año nuevo, recordando siempre que la deuda high yield con menos calidad crediticia, siempre suponen más riesgo que los valores de mejor rating.
La rentabilidad de otro sector de crédito apalancado, los préstamos a tipo flotante, ha seguido los pasos al crédito high yield hasta ahora en 2017, pero ha permanecido sólidamente en positivo hasta el 30 de noviembre (el índice de referencia en grado de inversión Bloomberg Barclays U.S. Aggregate Bond ganó un 3.4% en el mismo período.)
Creemos que el mercado de bonos a tipo flotante continuará beneficiándose de las bajas tasas de impagos, y una Fed ligeramente más activa podría ayudar a elevar la rentabilidad, todo incluido, de esta clase de activos. El reto clave sigue siendo la pauta de revisión de precios. Si esta clase de activos continúa atrayendo entradas de fondos y el interés de inversores de CLOs, las compañías probablemente consigan refinanciar sus préstamos pendientes con menores cupones, lo cual podría moderar el beneficio de subidas en los tipos de interés.
Brian Arsenault es investment strategist en Lord Abbett.
Las nuevas tecnologías disruptivas están experimentado un crecimiento exponencial y deben ser medidas en función del poder de transformación de su tecnología. Es algo más que una revolución, algo que tiene ver con el potencial de cambiar completamente la forma en la que las sociedades viven y trabajan. Un punto de ruptura con lo anterior.
Para los inversores que no quieran quedarse atrás en esta revolución Pictet ofrece tres estrategias temáticas. La más reciente, Pictet Robotics, fue lanzada en 2015 e invierte en empresas que proporcionan una solución automatizada y en todas las tecnologías que lo permiten (como la inteligencia artificial, los sensores y los semiconductores). La estrategia ha obtenido tanto éxito que ya sólo está disponible para los inversores con participaciones en el fondo.
Con anterioridad, fueron lanzadas las estrategias Pictet Security y Pictet Digital, la primera invierte en empresas que desarrollan soluciones de seguridad para proteger la integridad de los gobiernos, empresas e individuos. Mientras que, la segunda invierte en empresas disruptivas que ofrecen unos modelos de negocio interactivos a través de aplicaciones con base en la web y softwares.
En una entrevista con Funds Society, Alexandre Mouthon, Senior Client Portfolio Manager en Pictet Asset Management, expuso los múltiples ejemplos de tecnologías disruptivas que ya se pueden palpar y aquellos que están por llegar, como los vehículos autónomos, la inteligencia artificial, la robótica o automatización de los procesos, así como el internet de las cosas.
“En el futuro, todos los aparatos electrónicos estarán conectados a través de sensores, pudiendo estar ligados de una forma efectiva, a través del internet de las cosas. Es un concepto muy amplio en el que todo puede ser interconectado. Se podrán crear y gestionar infraestructuras, ciudades y hogares inteligentes. Un ejemplo podría ser el control efectivo sobre las señales de tráfico o incluso los propios vehículos estarán conectados”.
¿Todavía es un buen momento para invertir en tecnológicas?
En un mercado en el que las principales acciones tecnológicas han experimentado una subida superior al 35%, muchos inversores se preguntan si todavía es un buen momento para entrar en este sector o si por el contrario ya ha subido a niveles estratosféricos. En ese sentido, Mouthon explica que no cree que se trate de una burbuja como la ocurrida en el 2000, pues los múltiplos precio-beneficio del índice MSCI World Technology ha cotizado últimamente en niveles cercanos a 18,4x.
“El índice MSCI World Technology, llegó a tocar múltiplos precio-beneficio de 44,2x durante el transcurso de la burbuja de internet en el año 2000, después se deshincha por la corrección del mercado, y desde entonces se ve una evolución lateral, por lo que podemos decir basándonos en la historia que en estos niveles de valoración todavía hay margen”.
Según Mouthon, desde 2010 los beneficios del sector tecnología han sido muy positivos. El 90% del movimiento del índice podría explicarse por un momentum muy positivo. Mientras que el 10% restante, podría explicarse por una menor expansión del múltiplo. “Existe una ligera expansión en el nivel de los múltiplos, pero con un momentum positivo. Esto significa que la mayor parte del rendimiento se debe a unos beneficios positivos con unos fundamentales muy fuertes”.
Los balances de las empresas tecnológicas se presentan sólidos. Especialmente cuando se compara los múltiplos de Amazon, Ebay y Priceline de diciembre 1999, con los obtenidos en septiembre de 2017.
“A finales de 1999, el ratio valor de empresa-ventas (EV/S) de Amazon era de 9,8x veces. Mientras que en la actualidad se sitúa cerca de 2,2x veces. Estas empresas están ahora generando un beneficio mucho mayor, con mucho más efectivo. Son mucho más rentables que hace 17 años. La gran mayoría tienen unos balances mucho más sólidos que en el año 2000. Esto no excluye que, si se examina empresa por empresa, alguna de ellas no esté adecuadamente valorada”.
En sus estrategias, Pictet gestiona entre 40 y 70 acciones en sus estrategias, teniendo la oportunidad de diversificar y de realizar arbitraje entre aquellas empresas con mayor valoración y aquellas que todavía mantienen unos niveles atractivos de valoración. “Se puede gestionar de una manera bastante efectiva. Hoy en día, los múltiplos de la cartera están la línea o por debajo del mercado global de renta variable. Aunque las valoraciones son atractivas, es posible que se dé una corrección en el mercado. Es algo que hemos esperado por meses, pero que todavía no ha ocurrido. Es posible que ocurra dentro de poco, pero no será una reversión total del mercado”.
El universo de inversión
Las estrategias son agnósticas con respecto al índice. Para determinar el universo de inversión de cada una de las estrategias, el equipo gestor determina la pureza temática de estas empresas. De este modo, el equipo busca que al menos el 20% de las ventas de las empresas en las que invierte una determinada estrategia tenga su origen en la temática del fondo. Por ejemplo, en la estrategia Pictet Digital, al menos un 20% de las ventas de las empresas en las que invierte el fondo proceden de internet o de una actividad basada en la web.
“En la estrategia Digital estamos invirtiendo fundamentalmente en empresas de internet o empresas de software. Por supuesto, como parte del universo en el que se invierte se encuentra las acciones FANG, Facebook, Amazon, Netflix y Google, o bien su versión oriental, BAT, Baidu, Alibaba o Tencent. Pero también muchos de los participantes de internet o de software como Medidata, Athenal Health, y Zendesk. Somos inversores globales por definición, mientras encontremos empresas que dediquen un 20% de sus ventas a servicios de internet y software, ya sea en Estados Unidos, Europa o Asia, podrán calificar potencialmente para ser incluidas en la estrategia. Naturalmente, existe un sesgo hacia Estados Unidos, por el liderazgo natural de sus empresas en el sector internet”.
Asimismo, en la estrategia Pictet Seguridad, el 20% de las ventas proceden de actividad en ciberseguridad, de seguridad en el transporte, en seguridad en las empresas de procesamiento de comida, y en la estrategia Pictet Robotics, éstas proceden de empresas dedicadas a la automatización de procesos y a la inteligencia artificial.
Las tendencias más disruptivas
Cada minuto, 500 horas de videos de Youtube son subidos a internet, 3,3 millones de comentarios son publicados en Facebook, 29 millones de mensajes son intercambiados a través de Whatsapp y 3,8 millones de búsquedas son realizadas en Google. El acceso a internet desde cualquier dispositivo es según un estudio realizado por el McKinsey Global Institute la tecnología más disruptiva de los próximos años. Este informe señala 12 tecnologías que cambiarán completamente el modo actual de vivir y trabajar. En concreto, en seis de ellas se espera que tengan un fuerte impacto económico: la automatización y la introducción de la robótica, el internet móvil, la nube, el internet de las cosas y los vehículos autónomos. “Lo que hemos tratado es de establecer un mapa con nuestras estrategias, integrando estas seis importantes tecnologías disruptivas, a las que hemos añadido las tecnologías fintech, que también se espera que cambie la industria financiera tal y cómo se conoce en la actualidad. Este mapa ayudará a los inversores a entender como nuestros tres fondos de estrategias de tecnología disruptiva son complementarios, cubriendo estas siete tendencias en el espacio de la tecnología”.
Estas siete tecnologías se benefician de un entorno de crecimiento alto, por lo que deberían crecer en exceso del crecimiento global del PIB, del gasto global en tecnologías de la información. Estas tecnologías están tendiendo un crecimiento exponencial e interactúan entre ellas. El mercado de la inteligencia artificial puede ser muy significativo, de 5.000 a 6.000 millones en la actualidad, puede llegar a alcanzar los 120.000 millones en 2025. Esto sucederá cuando se combinen las aplicaciones de software y hardware. Se puede invertir en inteligencia artificial a través de un software, invirtiendo en la estrategia digital, mientras que, si se invierte en inteligencia artificial a través de la vertiente del hardware, es una exposición que viene dada por la robótica. Por lo que la inteligencia artificial está presente en las dos estrategias”.
El efecto de la tecnología en el empleo
Tanto la inteligencia artificial como la robótica tendrán un fuerte impacto en la economía. Por lo general, se habla del efecto negativo que la tecnología tendrá en el mercado laboral, pero se subestima que estas nuevas tecnologías abrirán la puerta a nuevos tipos de trabajo que todavía no se conocen.
“Al igual que la revolución de internet en el año 2000, cuando nadie esperaba que empresas como Google pudieran emplear a tantas personas. Nadie esperaba el surgimiento de empresas como Salesforce o Zendesk, con una gran cantidad de empresas beneficiándose de la revolución de internet. Muy probablemente será la misma revolución de los robots o la de la inteligencia artificial, donde habrá nuevos trabajos que se crearán a partir de la revolución digital. La principal cuestión es que la inteligencia artificial y la robótica no sólo afectan a un sector de la economía, sino que están afectando a todos los sectores de la economía al mismo tiempo. Es una revolución que se mueve a mucha velocidad y el crecimiento es exponencial. En algún momento comenzarán a verse ciertas regulaciones entrando en vigor que tratarán de aminorar significativamente la adopción de soluciones automáticas o robóticas, dando un mayor tiempo a la fuerza laboral a adaptarse y probablemente a aprender nuevos trabajos”, concluye Mouthon.
En una semana en la que los principales bancos centrales darán a conocer sus anuncios en materia de política monetaria para final de año, la Reserva Federal será la primera en comunicar su actuación y sus predicciones para 2018, en la que será la última sesión del año para el Comité Federal de Mercado Abierto. En esta ocasión no se esperan muchas sorpresas, pues la mayoría de los participantes del mercado están descontando una nueva subida de un cuarto de punto en la tasa de fondos de la Fed, y por lo tanto tampoco se prevé ninguna reacción significativa en los mercados tras su anuncio.
Según señala François Rimeu, responsable de Cross Asset y Retorno Total de La Française AM, esta reunión de la Fed no debería suponer un gran cambio en el juego, pues los mercados ya han descontado en un 98% una subida de los tipos de interés y deberían obtenerla: “Las nuevas perspectivas macroeconómicas deberían dar lugar a revisiones al alza de las estimaciones de crecimiento para 2018 después de un sólido último trimestre. En lo que respecta a la inflación, también podríamos ver una pequeña revisión alcista después de que el precio del petróleo esté aumentando desde septiembre. El gráfico de puntos no debería cambiar significativamente. Probablemente, la Fed no mencionará la reforma fiscal, ni la tendrá en cuenta hasta que se promulgue. Puede haber una mención a los huracanes, pero sólo para reconocer que no tuvieron impacto material”, comenta Rimeu.
Asimismo, Ebury, -la institución financiera especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas-, da por garantizada una nueva subida de tipos por parte de la Fed, al señalar que el mercado de futuros está asignando casi un 100% de probabilidad a este hecho. Además, apuntan que una indicación por parte de la Reserva Federal de que tres alzas aún son probables en 2018 debería provocar que más inversores adelantaran sus expectativas para la próxima subida en el primer trimestre del próximo año.
Por su parte, Juan Ramón Casanovas, head of Private Portfolio Management de Bank Degroof Petercam Spain, también espera que la Fed suba tipos en su reunión de esta semana y nuevamente hasta tres veces más en 2018, acercándose al rango del 1,75% – 2%. “Esto puede producir una ligera apreciación del dólar, pero no deberíamos esperar un impulso significativo dada su actual valoración. La presidencia de Janet Yellen está llegando a su fin. A pesar de que la visión de Jerome Powell se parece mucho a la de su predecesora, cuatro de los siete asientos de la Fed deben ocuparse de nuevo y esto puede causar cierta incertidumbre en el inicio de su mandato.Estados Unidos está viviendo actualmente la tercera expansión económica más larga de su historia, con la curva de rendimientos aplanándose progresivamente. A pesar de ello, creemos que la probabilidad de una nueva recesión es bastante remota. La reforma fiscal de Trump dará al crecimiento económico un pequeño impulso, pero supondrá un deterioro de las finanzas públicas y una mayor desigualdad. Confiamos en que la inflación tenderá a subir paulatinamente. La retirada gradual de las políticas monetarias está sobre la mesa”.
En la misma línea Luke Bartholomew, responsable de estrategia de inversión en Aberdeen Standard Investments, cree que la subida de tipos de esta semana es un hecho y es probable que la Fed se sienta bastante satisfecha con sus avances durante este ciclo. “Esta será la quinta subida de tipos y la tercera de este año. También será la primera vez que la Fed siga lo que decía el gráfico de puntos sobre previsión de subidas de tipos. En los años anteriores esto no se ha producido. Lo que ocurra el próximo año es otra cuestión. Es probable que la Fed siga apuntando a tres subidas”.
A juicio del experto de Aberdeen Standard Investments existen al menos cuatro factores que podrían motivar que en 2018, la Fed se desviase de la senda anunciada. “En primer lugar, la economía está cerca o ya ha alcanzado niveles de pleno empleo. Sin embargo, el crecimiento de los salarios sigue siendo lento. Esto podría reflejar de forma parcial una débil productividad, pero teniendo en cuenta los otros datos sobre la salud de la economía, resulta difícil imaginar que no veremos un aumento de los salarios. Por tanto, la Fed se vería forzada a subir tipos para evitar un sobrecalentamiento de la economía. En segundo lugar, la Fed va a tener que revisar sus modelos de inflación el próximo año. O bien se demostrará que esta inflación moderada es temporal o tendrán que adaptarse al hecho de que no lo es y que, por tanto, nuestra idea de lo que genera inflación no es acertada. Esto podría llevarlos a revisar a la baja sus previsiones de inflación, lo que reduciría la presión sobre subir los tipos. En tercero, tendrán que lidiar con los recortes de impuestos de Trump. La rebaja fiscal suele estimular la economía. No obstante, estamos en un momento muy raro en el ciclo para estar estimulando la economía, dado que se está comportando bien y, en consecuencia, la Fed podría acabar subiendo los tipos en respuesta a ello. Por último, hasta la fecha las condiciones financieras no se han endurecido como deberían haberlo hecho ante el endurecimiento monetario por parte de la Fed. Por ello, la Reserva Federal podría terminar teniendo que subir los tipos a corto plazo para generar el endurecimiento en las condiciones financieras que deberían estar presenciando ahora”
Un sólido crecimiento económico en Estados Unidos
Uno de los principales motivos en los que se basa el análisis previo de las gestoras a la hora de anticipar una nueva subida es la fortaleza de los últimos datos económicos que se han dado a conocer sobre Estados Unidos. En el tercer trimestre del año, la economía de Estados Unidos se expandió un 3,3% anualizado, su mayor ritmo de crecimiento en tres años. En ese mismo periodo, la fuerte demanda interna se vio impulsada por una fuerte expansión de la inversión empresarial. En este sentido, también el informe laboral de la semana anterior fue muy alentador. En el último mes, la economía de Estados Unidos creó unos 228.000 puestos de trabajo, después de haber alcanzado un máximo de 13 meses en octubre con 244.000 puestos. A pesar de que el crecimiento de las ganancias fue un poco decepcionante, los salarios aún se expandieron durante el mes pasado y, de forma anual, el crecieron en un saludable 2,5%, cómodamente por encima de la inflación.
De nuevo Ebury, hace referencia a los datos que se adelantaron en la reunión de noviembre, donde la Reserva Federal mantuvo los tipos estables en un rango entre el 1-1,25% y, al mismo tiempo, mostró un tono firme en un mercado laboral que estaba fortaleciéndose. “La Fed afirmó que la actividad económica había aumentado a un ritmo sólido a pesar de las perturbaciones relacionadas con los huracanes. La presidenta saliente, Janet Yellen, emitió un tono igualmente optimista sobre el estado de la economía estadounidense durante su reciente comparecencia ante el Congreso en su comparecencia semestral”.
Coincide con la importancia del momento en el ciclo económico, Guido Barthels, portfolio manager de ETHENEA Independent Investors, pues en su opinión este ha progresado notablemente, dando soporte para que los tipos de interés a corto plazo puedan aumentar significativamente. Aún así, no ven con tanta claridad la evolución de los tipos de interés a largo plazo de cara al próximo año. “Es posible que el aumento de la primera mitad del año se corrija a la baja durante la segunda mitad del ejercicio debido a las preocupaciones económicas. Si esto invierte la curva de rentabilidad durante el año sería un claro indicador de una inminente desaceleración económica. Esta perspectiva podría poner presión sobre las primas de riesgo de los bonos corporativos. Este tipo de escenario tendría definitivamente impacto sobre los tipos de interés y los diferenciales en Europa hacia finales del próximo año”.
El comportamiento del dólar estadounidense
En cuanto al comportamiento de la divisa, desde Ebury señalan que éste se basará en el tono de las comunicaciones y en la última gráfica de puntos que debería dar una indicación más clara sobre el ritmo de endurecimiento para 2018. “Creemos que los riesgos para el dólar estadounidense al entrar en la reunión son ligeramente sesgados al alza. En nuestra opinión, los mercados financieros continúan subestimando el ritmo de las alzas durante el período de pronóstico y todavía existe una clara desconexión entre las expectativas del mercado para las alzas futuras y las de la Fed”.
Las interferencias de las políticas de Trump
Como ya señalaban con anterioridad otras gestoras, una cuestión que también puede afectar al curso de la normalización monetaria es la política fiscal que Trump. El Congreso de Estados Unidos ha estado muy cerca de aprobar un proyecto de ley de impuestos que implica reducciones significativas en las tasas corporativas. Según puntualiza Ebury, en el corto plazo podría suponer un estímulo neto para la economía de Estados Unidos del 0,5% del PIB solo en 2018. “Los funcionarios de la Fed han expresado reiteradamente su disgusto por este estímulo y han sugerido que las tasas subirían más de lo que habrían resultado de lo contrario”.
Citi ha anunciado la incorporación de Catherine Mann, que se unirá a Citi Research en febrero de 2018 en el cargo de economista jefe global, con sede en Nueva York. Desde su nuevo puesto supervisará el equipo global de Economía y liderará la investigación sobre todas las áreas económicas.
Con esta nueva incorporación, a partir de febrero de 2018, el actual economista jefe de Citi, Willem Buiter, se convertirá en asesor económico especial de Citi con un enfoque en el servicio directo al cliente y en importantes proyectos de investigación económica publicados a través de la serie Global Perspectives and Solutions de Citi.
Willem ha sido economista jefe global en Citi desde 2010. Su estatura como uno de los principales macroeconomistas del mundo ha elevado el perfil de la investigación económica de Citi.
Según indicó Andrew Pitt, director global de Citi Research, “ofrecer pensamiento de clase mundial y servicio al cliente en una economía global es una parte fundamental de nuestra misión de ser uno de los bancos líderes del mercado. El nombramiento de Catherine nos permitirá aumentar el flujo y la profundidad de nuestros resultados de investigación y nuestro servicio al cliente. Estamos encantados de que Catherine haya aceptado el puesto y esperamos mejorar aún más nuestro producto de economía al aprovechar las capacidades y experiencia únicas de Catherine en este campo. También estamos encantados de que la amplia experiencia de Willem y la investigación sobresaliente continúen mostrándose a través de su nuevo puesto de asesor «.
Por su parte, Mann señaló ante que comienza con ganas su carrera profesional en Citi. “Estoy encantada de unirme a Citi y estoy ansiosa por aplicar mis conocimientos y mi experiencia de las instituciones de formulación de políticas, del mundo académico y de la OCDE para ofrecer una investigación económica a la entidad. Creo que una buena investigación económica, comunicada de manera efectiva, mejora el proceso de formulación de políticas y los resultados económicos».
Larga experiencia
Mann se une a Citi desde su puesto en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) donde ha sido economista jefe desde 2014. De su experiencia profesional, Citi destaca el trabajo que hizo en el departamento de investigación de la OCDE, desde el que ha liderado importantes trabajes sobre la productividad y los salarios, sobre las sinergias entre las políticas fiscales, monetarias y estructurales, sobre la complejidad de las relaciones entre el cambio tecnológico, la globalización y las condiciones económicas regionales; y las posibles ventajas y desventajas entre la regulación financiera, la crisis, la desigualdad y el crecimiento.
Antes de la OCDE, Mann trabajo para la Junta de la Reserva Federal, el Consejo de Asesores Económicos y el Banco Mundial. Durante su paso por estas instituciones, se dedicó tanto a la investigación como a la docencia en el Peterson Institute for International Economics y fue Profesora Rosenberg de Economía Global en la Universidad de Brandeis, donde trabajó entre 2006 y 2014.
Con la excepción del Reino Unido, la economía mundial está atravesando un periodo de expansión sincronizada. Los beneficios corporativos tienden al alza, el comercio se expande y el crecimiento se revela robusto en Estados Unidos, Europa y otros lugares. Asia se beneficia de este fenómeno internacional, así como de un repunte continuado en China.
En particular, la renta variable japonesa está llegando a un ‘punto óptimo’ gracias a la mayor solidez de los beneficios corporativos y a la confirmación fehaciente de que la reforma corporativa está generando una mejor rentabilidad para los accionistas. Por lo que respecta a la política monetaria, pese al modesto endurecimiento emprendido por la Reserva Federal estadounidense en Norteamérica y a la subida de los tipos llevada a cabo por el Banco de Inglaterra por primera vez en diez años, la política monetaria mundial sigue siendo sumamente acomodaticia.
Con este telón de fondo, no sorprende que la renta variable cotice a los niveles actuales. Si nada de esto cambia, nos mostramos muy optimistas en cuanto a la evolución de la renta variable en 2018, en comparación con la del crédito y la deuda pública de los países centrales. No obstante, como inversores, debemos preguntarnos qué podría alterar estas expectativas favorables.
Además de unos rendimientos del crédito históricamente reducidos y de la notable ausencia de inflación en todo el mundo, se vislumbran riesgos geopolíticos en el horizonte, entre los que se incluyen el brexit, la posible inestabilidad en Europa y las relaciones de Estados Unidos con Corea del Norte, China y México.
Estas son las perpectivas de Columbia Threadneedle sobre las distintas clases de activos de cara al próximo año:
Renta variable
Anticipamos un crecimiento de los beneficios corporativos del 10%-15% en 2018, respaldado por las condiciones de «tibieza» derivadas de un crecimiento económico moderado, una baja inflación y una política monetaria favorable para los activos. Las regiones respecto de las cuales nos sentimos más optimistas son Japón, Europa (excluido el Reino Unido) y los mercados emergentes asiáticos.
Prevemos un crecimiento de los beneficios corporativos del 8% para Japón el año que viene, apuntalado por un crecimiento económico superior a lo previsto, reformas corporativas, un retroceso del riesgo político y una política monetaria expansiva. El compromiso asumido por un creciente número de empresas niponas de mejorar su rentabilidad sobre los fondos propios (ROE) supone un factor importante.
La continua solidez de la rentabilidad en toda la zona euro se ve impulsada por unos robustos datos de la demanda y del sector manufacturero, mientras que el consumo interno (un factor esencial para un constante crecimiento) se ha visto alentado por unas cifras de empleo al alza y la mejora de los balances de los hogares. La confianza es elevada, la actividad goza de gran dinamismo y la creación de empleo exhibe un ritmo impresionante. En este contexto, creemos que los beneficios corporativos europeos pueden crecer en torno a un 15% el próximo año.
Sin embargo, lo que atraerá toda la atención será el ritmo de la reducción gradual de estímulos del Banco Central Europeo (BCE), el final de la expansión cuantitativa (QE) y las subidas de los tipos de interés. El BCE todavía compra bonos por valor de sesenta mil millones de euros al mes y, por mucho que reduzca estos flujos en 2018, es probable que se mantenga «en el mercado» la mayor parte del año. No obstante, a medida que cobra impulso la recuperación europea, el BCE podría empezar a cuestionarse si su política expansiva sigue siendo adecuada.
Renta fija
La demanda de renta fija de alta calidad seguirá representando una temática importante, y es poco probable que cambie dado el envejecimiento de la población en todo el mundo. No obstante, partiendo de los actuales niveles de los rendimientos, es difícil que los inversores sean testigos de un sólido excedente de rentabilidad en los mercados crediticios.
Desde hace mucho tiempomantenemos una actitud pesimista en cuanto a la deuda pública de los países centrales, y seguimos reafirmándonos en nuestra opinión: la clase de activos todavía nos parece vulnerable, con primas de plazo negativas y tipos a corto plazo deprimidos, además de resultar demasiado cara para nuestro gusto.
Mostramos una postura neutral en crédito, segmento en el que los diferenciales se han contraído considerablemente, pero siguen compensando por los riesgos subyacentes de liquidez e impago de las compañías. Dentro de este segmento, la deuda corporativa high yield de Europa ofrece un potencial alcista ligeramente superior al de la deuda corporativa con calificación investment grade.
Sin embargo, con unos rendimientos tan reducidos desde el punto de vista histórico y con la prima de plazo mundial tan comprimida, existen riesgos evidentes de corrección para los mercados de renta fija. Por ahora, siguen existiendo apoyos estructurales, pero, si los rendimientos se apreciaran, lo más probable es que dicha apreciación se registre en Europa.
Commodities
La mayor solidez de la coyuntura macroeconómica se ha revelado beneficiosa para el mercado de las commodities. Además, la continua dinámica favorable de la oferta y la demanda favorece las subidas de los precios, si bien nos mantenemos atentos a varios factores. Puesto que la energía forma parte de todas las cadenas de suministro, cualquier desestabilización en Oriente Próximo será un elemento clave que no habrá que perder de vista, así como la política en China, donde el Gobierno ha pasado a centrar su atención en las políticas ambientales (lo que se ha empleado para abordar el exceso de capacidad en algunas industrias pesadas, como las del acero y el aluminio).
En lugar de incrementar la producción para responder a la mayor demanda, las compañías están aplicando una oferta disciplinada y devolviendo fondos a los accionistas mediante recompras y dividendos. Un brusco repunte del precio del petróleo podría hacernos descarrilar de la trayectoria actual, pero el contexto macroeconómico, con un sólido crecimiento estadounidense y una evolución favorable en China y los mercados emergentes, debería impulsar al alza los precios de las commodities conforme nos adentremos en 2018.
Mark Burgess, es director adjunto global de Inversiones de Columbia Threadneedle Investments
Encontrar valor en renta fija es una tarea cada vez más difícil para los inversores que, en los últimos años, han tenido que asumir más riesgo para obtener rentabilidad y se han visto forzados a decantarse, por ejemplo, por el high yield en vez de por activos más seguros como los bonos con grado de inversión. Sin embargo, hay otros segmentos dentro de la renta fija que también ofrecen valor, como los bonos convertibles contingentes (cocos), la deuda híbrida corporativa o la deuda subordinada de compañías aseguradoras.
El mercado primario de bonos convertibles contingentes (cocos) ha sido muy dinámico dado que los bancos se han visto impulsados a emitir cocos para cumplir con los criterios de Basilea III. En un primer momento, sólo las grandes entidades emitían este tipo de instrumentos, pero cada vez son más los que lo hacen. Por su parte, el mercado de deuda híbrida corporativa tiene menor actividad, pero también es un mercado dinámico. Por ejemplo, en las últimas semanas hemos visto dos emisiones de Ferrovial e Iberdrola, en este último caso de green bonds.
Además, estos segmentos ofrecen un atractivo perfil de rentabilidad/riesgo. La rentabilidad de los cocos en lo que llevamos de 2017 se sitúa alrededor del 16%, mientras que el retorno total de la deuda híbrida y la deuda subordinada de compañías aseguradoras se encuentra entre el 4% y el 10%. Por este motivo, la parte principal de nuestra cartera está muy centrada en la inversión en Cocos y utilizamos la deuda híbrida o la deuda subordinada de aseguradoras como instrumentos de diversificación. Pensamos que las valoraciones actuales de los cocos siguen siendo atractivas. Además, actualmente los riesgos son bastante bajos, ya que es un mercado más maduro. Y, por último, el entorno es positivo para los fundamentales de los bancos europeos.
Por supuesto, la inversión en cocos también entraña riesgos, pero como hemos comentado anteriormente actualmente son bajos. Uno de ellos es la absorción de pérdidas, por ejemplo. Si se comete un error al invertir en una emisión, normalmente no se suelen recuperar las inversiones. También el pago del cupón supone un riesgo y es que el regulador puede prohibir al emisor abonar el cupón o incluso puede ser el propio emisor el que decida no hacerlo. No obstante, es poco probable que adopte esta medida, ya que eso querría decir que su solvencia está por debajo de los requerimientos y proyectaría una imagen negativa al mercado. Además, actualmente, los bancos disponen de reservas suficientes para hacer frente al pago de sus cupones.
Por último, existe también el riesgo de extensión. Los cocos tienen una fecha para ejercer la opción call, pero no una fecha de vencimiento y, por tanto, el banco podría decidir no ejecutar la call nunca. Sin embargo, en la actualidad no creemos que este riesgo esté presente. A menos que el entorno de mercado sea desfavorable en la primera fecha de call, pensamos que los emisores cuentan con incentivos significativos para ejercer sus opciones call.
A ello habría que añadir que el riesgo sistémico ha descendido de forma significativa. Es posible que se produzca alguna quiebra puntual, como la del Banco Popular, pero, como vimos, el mercado no reaccionó de manera excesiva. Si esta situación se hubiese producido hace dos años, la reacción del mercado habría sido muy diferente. Además, los bancos han mejorado sus balances y han reducido su cartera de créditos impagados y todo apunta a que la tendencia de consolidación y reestructuración en Europa va a continuar, ya que las entidades necesitan tener unos niveles de deuda que les permitan hacer frente a los mayores requisitos de solvencia y, al mismo tiempo, ser rentables.
Por todo esto, consideramos que de cara a 2018 la tendencia positiva del mercado de cocos va a continuar. Se producirán nuevas emisiones que contribuirán a una mayor diversificación del mercado y aportarán mayor dinamismo. Todo ello apoya nuestra tesis de inversión a favor de esta clase de activo.
Columna de Jérémie Boudinet, Credit Fund Manager, en La Française
Los riesgos políticos en Europa y Estados Unidos y un posible enfriamiento del crecimiento global fueron los miedos con los que inició el 2017, que ahora parecen disipados en favor de un panorama moderado. Asó lo cree el equipo de economistas de Schroders, formado por Keith Wade, economista jefe, Azad Zangana, economista europeo, y Craig Botham, economista de mercados emergentes.
Ambos consideran, en sus previsiones para final de año y principios de 2018, que la estabilidad del crecimiento global y la baja inflación ilustran la continuidad de un panorama moderado, en el que la actividad se caracteriza por mantenerse en un justo término medio. En este sentido, estima una tasa de crecimiento global del 3% este año, tras el 2,6% registrado en 2016, y que la inflación se sitúe en el 2,3%.
Ahora bien, el equipo estima que este crecimiento global sostenido tendrá nuevos protagonistas.“Tras estas cifras generales de crecimiento, la zona euro y, en cierta medida, los mercados emergentes le toman el testigo a Estados Unidos, cuya economía se está ralentizando”, advierten.
Nuevos motores del crecimiento
Tanto Wade como Zangana y Botham coinciden en que de cara al próximo año el crecimiento en Estados Unidos se estancaría y los mercados emergentes se convertirán en el motor del crecimiento global. Su argumento se sustenta en que, en este trimestre reaparece el riesgo político protagonizado no sólo por Corea del Norte. “Las tensiones entre China y Estados Unidos en este sentido podrían derivar en una verdadera guerra comercial. El resultado neto sería la estanflación y una ralentización de la economía mundial hasta el 2,4% en 2018, respecto del 3% que se esperaba. La inflación subiría así hasta el 2,8% en 2018, un 0,6% más que en la cifra de referencia”, explican.
En cambio, la firma ha revisado al alza la evolución de las economías de los países BRIC, tras las sorpresas positivas de los datos macro y la evaporación de ciertos riesgos característicos. Además, se mantiene la tendencia desinflacionista y se rebajan las previsiones de inflación en todas las regiones.
El ejemplo más claro de esto es Brasil, cuya disipación de las preocupaciones políticas debería contribuir a restablecer parte de la confianza en el país. “Hemos revisado mínimamente al alza nuestras perspectivas de crecimiento para este año, del 0,2% al 0,4%, y para el que viene, del 1,4% al 1,6%. Las dinámicas de inflación también siguen mejorando, ampliando así el margen para un mayor recorte de los tipos de interés. Así, prevemos un recorte de los tipos hasta el 7,75% antes de finales de año, desde el 9,25% actual”, apuntan en su informe.
En el caso de China, han elevado sus previsiones de crecimiento para 2017 del 6,6% al 6,7%, y para la Rusia, también han mejorado sus perspectivas de crecimiento hasta el 1,3%. La excepción será la India, país sobre el que han rebajado considerablemente sus previsiones de crecimiento pasando del 7,4% al 6,9% para este año. Según explican su visión se debe a “las cifras de crecimiento marcadamente adversas durante el primer trimestre y la introducción del impuesto sobre bienes y servicios –GST, por las siglas en inglés de «Goods and Services Tax»–”.
¿Qué se puede esperar para el corto y mediano plazo en términos de inversiones?, se pregunta Diego Figueroa, gerente de estrategia de LarrainVial Asset Management, quien analiza los meses a venir y formula algunas recomendaciones a los inversores en el blog de la entidad chilena.
“Al cumplirse ya diez años de la crisis subprime, podemos revisar lo que ha pasado en la última década y proyectar lo que esperamos para los próximos años y en particular para 2018. La última década ha sido una montaña rusa para los mercados. Luego del famoso 666 al que llegó a transar el S&P500 en marzo de 2009, el principal indicador accionario de Estados Unidos ha acumulado casi un 300% de rentabilidad, incluyendo los dividendos. Este ha sido uno de los períodos de mayor crecimiento para las acciones norteamericanas en la historia”, escribe Figueroa.
Pero no todas las regiones han disfrutado de la misma bonanza, destaca el analista: “ En Europa, tuvimos que superar una crisis a mediados de 2011, amenazas del término de la Zona Euro, del fin de la moneda común y una situación precaria para el sector bancario, lo que nos tuvo en vilo durante varios meses”.
El gerente de estrategia de LarrainVial Asset Management considera que lo que ocurre en los mercados emergentes ha sido aún más interesante: “Durante años, la situación de esta región estuvo en tela de juicio: los cinco frágiles, la situación en Rusia, que incluyó un castigo por parte de las agencias clasificadoras de riesgo, la política y corrupción de Brasil, y el fin del mega-ciclo de los commodities, pusieron su cuota de nerviosismo en los inversionistas de esta clase de activo.
Incluso el alza que vimos en Estados Unidos no ha estado exenta de baches. No debemos olvidar el famoso “Tapper Tantrum”, el “shutdown” del gobierno y el “crunch” de crédito de fines de 2015”.
“No obstante,el año pasado la situación cambió. Comenzamos a experimentar unperíodo consistente y sincronizado de crecimiento, con inflación controlada, política monetaria acomodaticia, reducción de percepción de riesgo y crecimiento de utilidades a nivel global. Este fue conocido como el escenario de “ricitos de oro”, que fue coronado con un 2017 de fuerte crecimiento y altas utilidades en los mercados de riesgo. Ya no vemos este escenario de “ricitos de oro”. No obstante, estamos lejos de que vuelvan los osos. La principal amenaza que existe sobre la economía es la política monetaria. Con años de política acomodaticia, los analistas se preguntan qué sucederá una vez que los estímulos comiencen a disminuir”, explica Figueroa.
Las valorizaciones no están particularmente atractivas, en especial en algunos mercados desarrollados. Sin embargo, las expectativas de crecimiento de utilidades siguen fuertes y esto debería contrastar, en parte, las altas valorizaciones. Esto se traduce en expectativas de retorno por debajo de lo que hemos venido viendo en los últimos años, aunque hay buenos datos igual.
“Si bien es cierto que el “rally” acumula varios años, superando el promedio histórico de meses sin una corrección de 5%, lo cierto es que los mercados al alza no mueren por vejez, sino que necesitan de un catalizador que gatille una corrección severa. Es más, salir antes de tiempo de los activos de riesgo puede ser una decisión difícil. Un estudio demostró que salir de acciones tres meses antes del máximo implica una pérdida de 7% en la rentabilidad de una cartera. El mismo porcentaje que en promedio pierde una cartera tres meses después de haber alcanzado el monto máximo”.
Hoy, más que nunca, ser activo y monitorear los riesgos se convierte en un imperativo, considera LarrainVial. La cartera con la que comenzaremos 2018 no necesariamente será la cartera con la que terminaremos el año: nuevos riesgos, incertidumbres o catalizadores positivos se pueden apoderar del mercado.
“El riesgo no solo es la política monetaria y las valorizaciones. También existen temores geopolíticos, desaceleración por parte de algunos países emergentes (muy notablemente China) y bajo nivel de tasas. Por otro lado, la probabilidad de avances en la reforma impositiva de Estados Unidos, elecciones favorables en ese país (las denominadas de “medio tiempo”), Italia, Brasil, Colombia y México pueden dar un nuevo impulso a los mercados globales”.
Figueroa concluye que: “Tal como ha sido la tónica en la última década, los próximos diez años asoman como desafiantes para el mundo de las inversiones. La montaña rusa que vivimos en los mercados globales es probable que se vuelva a repetir. Inicialmente no esperamos que 2018 sea el año de la primera caída, aunque las expectativas son algo más moderadas. Esto nos hace estar más cautelosos, monitoreando los riesgos y recomendando un enfoque “multi-activo” para las inversiones, con el nivel de riesgo adecuado para cada inversionista. Es fundamental que las personas conozcan su tolerancia al riesgo y que la tomen en cuenta a la hora de seleccionar el vehículo idóneo para acceder a sus inversiones”.