¿Podría ser MiFID II un modelo exportable a otros países? Para Steven Maijoor, presidente de ESMA, podría ser una opción. Según ha declarado Maijoor en una entrevista realizada por Bloomberg, “no me sorprendería que MiFID II se convirtiera en un modelo utilizado fuera de la Unión Europea (UE)”.
En su opinión, con esta regulación, existe una creciente presión competitiva sobre los gestores de activos en general y “no me sorprendería si, como parte de esa presión, el unbundling se convierte en un modelo más estándar”, afirmó durante la entrevista.
Como apunta Maijoor, la entada en vigor de MiFID II el próximo 3 de enero supone menores ingresos para muchos de las gestoras ante el cambio de modelo que supone para la industria, lo que generará grandes oportunidades para algunos gestores de activos, especialmente para aquellos que ofrecen productos más baratos, según Maijoor.
“Lo habitual es que los costes de los fondos en EEUU sean menores que en la UE. Además, de media, los fondos europeos son más pequeños que los estadounidenses. Sabemos que en este negocio el tamaño es muy importante. Una de las posibilidades podría ser incrementar el tamaño de nuestros fondos. Creo que deberíamos trabajar en un industria de gestores de activos más competitiva en la UE. Y el unbundling y el research juegan aquí un papel muy importante”, explicaba Maijoor durante la entrevista a la hora de hablar sobre las complicaciones que pueden existir por las diferencias entre la legislación americana y la europea.
“Se trata de un tema de debate muy candente en la industria actualmente, pero me complace haber escuchado a algunos players decir que implementarán MiFID II inmediatamente y que esperan cubrir costes en sus propias cuentas, en lugar de trasladarlo a sus clientes. Debería haber igualdad de condiciones entre el gestor de la Unión Europea y el gestor de Estados Unidos que presta sus servicios a un gestor de activos europeo. Entonces, cuando el broker de Estados Unidos proporciona esos servicios, es importante que el research no sea un aliciente y que haya una separación”, añadió.
En un entorno de tipos bajo mínimos, el horizonte de vencimiento de algunas emisiones de bonos se está alargando de forma alarmante, con el objetivo de ofrecer algo más de rentabilidad al inversor en deuda. A las recientes emisiones de bonos a cien años de gobiernos como el argentino o el austriaco, con mucho interés en el mercado, se ha sumado el de una empresa danesa de energía, llamada Orsted, que ha hace unos meses emitía un bono verde híbrido con un cupón fijo del 2,25% anual y vencimiento a mil años, en 3017. Y la oferta resultaba sobresuscrita.
“¿Quién dijo que los inversores no piensan ya en el largo plazo?”, ironiza en un reciente artículo Joachim Fels, asesor de estrategia global de PIMCO, en el que reflexiona, a raíz de este bono milenario, sobre cuál será el rumbo de los tipos de interés en los próximos 1.000 años. “Por supuesto, es imposible de saber, pero si esta respuesta no resulta ser lo suficientemente buena para usted, habrá que mirar datos históricos sobre los tipos de interés para tratar de adivinarlo”, remontándose lo más posible al pasado para tratar de adivinar un futuro también muy lejano.
El experto utiliza una serie de datos recopilados por el historiador de Harvard Paul Schmelzing sobre los tipos de interés a largo plazo libres de riesgo, y sobre la inflación, que se remontan 700 años atrás. “Como primera aproximación, asumamos una reversión a la media de tal forma que el nivel medio de tipos de interés para el próximo milenio iguale la media histórica de largo plazo. Según los datos de Schmelzing, el tipo real libre de riesgo ha sido de media de un 4,8% y la inflación del 1,1% en los últimos 700 años. Por lo tanto, si los próximos mil años son como los últimos 700 años, los tipos de interés libres de riesgo nominales deberían arrojar una tasa media del 5,9%, significativamente por encima del actual nivel. Si esto es así, los inversores que compraron el bono danés a poco más del 2% no parecerán muy inteligentes a largo plazo», explica.
Sin embargo, añade, mirando con más atención los datos históricos, se puede concluir que la trayectoria histórica de los tipos de interés ha sido claramente descendente en los últimos siete siglos. Así, los tipos han ido bajando a un ritmo de 1,6 puntos básicos por año o un 1,6% por siglo. “De forma muy interesante, el actual nivel de tipos reales está muy cerca de esta tendencia y en línea con la tendencia histórica, en lugar de encontrarse anormalmente bajos”, dice el economista de PIMCO.
Por eso, “asumiendo que la tendencia es tu aliada, como muchos participantes del mercado frecuentemente hacen”, explica que una caída continuada de los tipos de interés reales de 1,6 puntos básicos por año durante los próximos 1.000 años llevaría a las tasas desde el actual nivel cercano a cero hasta niveles cercanos al -16% en el año 2017. Mientras, la inflación no ha mostrado una tendencia claramente positiva o negativa a largo plazo en los últimos 700 años, así que, asumiendo que continúa la ratio histórica del 1%, y poniendo ambas cifras juntas, da como resultado una tasa nominal de tipos de interés libre de riesgo del -15% para dentro de 1.000 años.
«Si es así, los que compraron el bono danés serán vistos como genios por sus descendientes en el futuro. Por supuesto, asumimos que el emisor seguirá en pie y será capaz de pagar el bono en su fecha de vencimiento», dice.
Ciclos en los tipos
El estratega de PIMCO también se pregunta sobre la posible existencia de ciclos de largo plazo en la evolución de los tipos. “Después de todo, los datos históricos muestran fluctuaciones significativas de tipos de interés reales alrededor de la tendencia bajista de largo plazo. De hecho, explica, a lo largo de los últimos siete siglos, Schmelzing identifica lo que llama “nueve ciclos de tipos de depresión” que muestran una caída secular en los tipos reales, seguidas por reversiones”. Y el actual noveno episodio de depresión en los tipos (de 34 años) ya es el segundo más largo registrado.
“Cuando los ocho ciclos anteriores de caídas terminaron, durando de media 26 años, las reversiones que siguieron tendieron a ser bastante viciosas: en los primeros dos años, los tipos de interés reales subieron de media 315 puntos básicos. En dos de las subidas, los tipos reales incluso subieron más de 600 puntos básicos en un periodo de dos años. Como indica el autor, en la mayoría de los casos las fases de caídas de tipos fueron interrumpidas por catástrofes y eventos geopolíticos, como la Peste Negra, la Guerra de los Treinta Años o la Segunda Guerra Mundial”, indica.
Según Schmelzing, la analogía histórica más cercana con el estancamiento secular actual fue la Gran Depresión de los años 1880 y 1890, caracterizada por un crecimiento de la productividad muy bajo, presiones deflacionistas y un aumento en el populismo y proteccionismo global. Acabó en los años 90 del siglo XIX con un crecimiento de la productividad, el descubrimiento del oro y la expansión monetaria, y una aceleración de la inflación los salarios, así como la elección de William McKinley como presidente de EE.UU., un republicano a favor del proteccionismo, en 1896.
«¿Podríamos ver una reversión similar en los tipos pronto”, se pregunta el experto de PIMCO. “No lo creo”, responde. “Vengo argumentando durante varios años que las fuerzas fundamentales de la demografía, la tecnología y la globalización seguirán alimentando un exceso de ahorros deseados sobre inversiones deseadas, lo que significa que los tipos deberían seguir estancados en lo que PIMCO llama el nuevo neutral (the New Newtral) durante el futuro próximo”, dice.
Por eso, de momento, su principal conclusión tras analizar los tipos de interés de los últimos siete siglos es que, tomando una visión de largo plazo, no hay nada raro en ver el actual nivel de tasas: “Están de hecho donde deberían, según la tendencia descendiente de los últimos siglos”, apostilla.
El contexto económico para los mercados en 2018 resulta menos favorable. Las tendencias monetarias y los análisis cíclicos sugieren que la economía global perderá dinamismo a medida que avance el año. Mientras tanto, los mercados laborales en Estados Unidos y otras economías principales se han ajustado hasta niveles que tradicionalmente se asocian a un repunte en el crecimiento de los costes laborales unitarios. La aceleración del crecimiento de los costes laborales ejercería una presión alcista en la inflación subyacente y los tipos de interés y una presión bajista en los márgenes de beneficios.
En el mismo análisis de hace un año, preveíamos que 2017 sería un año positivo para la economía mundial. El crecimiento del agregado monetario real a escala mundial, que generalmente precede al crecimiento económico en un periodo de seis a doce meses, aumentó considerablemente en el último tramo de 2016. Además, el ciclo de constitución de existencias estadounidense, que tiene una duración de entre tres y cinco años, había tocado fondo a principios de 2016 y se adentraba en una fase alcista. Los anteriores mínimos de este ciclo, registrados en 2009 y 2012, dieron paso a una sólida expansión económica en el país y a escala internacional durante el siguiente año que duró 18 meses.
Las tendencias monetarias
El crecimiento anual del agregado monetario real a escala mundial se ha moderado desde finales de 2016 y, en el momento de redacción del presente artículo, volvía a situarse en torno a su nivel medio de 2014-2015, tal y como muestra el siguiente gráfico.
El repunte del ciclo de existencias estadounidense todavía tiene recorrido —los niveles de inventario son reducidos en comparación con las ventas finales—, pero podrían alcanzar su máximo en el primer semestre de 2018. Teniendo en cuenta todo esto, sería razonable esperar que el crecimiento económico mundial mantendrá su solidez en 2018, pero se moderará más tarde durante el año.
¿Podría una pérdida de impulso traducirse en una recesión? Las tendencias monetarias actuales siguen siendo coherentes con un crecimiento económico considerable, aunque un incremento de la ralentización a principios de 2018 podría suponer una señal de alarma de cara al resto del año.
Según el análisis del ciclo, es improbable que se produzca una recesión en 2018, pero es una posibilidad realista para 2019-2020. Las recesiones generalmente tienen lugar cuando se produce de forma simultánea una desaceleración en el ciclo de constitución de existencias y un debilitamiento en uno de los otros dos ciclos clave o en ambos: el ciclo de inversión empresarial de siete a once años y el ciclo inmobiliario a más largo plazo (más de 15 años). Los tres ciclos tocaron fondo en 2009, lo que explica la gravedad de la recesión en EE. UU. y el resto del mundo ese año.
El último mínimo en el ciclo de existencias se produjo en 2016, por lo que se espera que el siguiente tenga lugar en 2019-2021. El ciclo de inversión empresarial tocó fondo por última vez en 2009, por lo que se prevé que vuelva a marcar mínimos en 2020 como muy tarde. La tendencia al alza del ciclo inmobiliario a más largo plazo se mantendrá. Por tanto, la debilidad en los ciclos de inversión y de existencias podría coincidir y dar lugar a una recesión en 2019-2020. Cualquier recesión tendría una gravedad moderada, dado que contaría con el apoyo del ciclo inmobiliario y la naturaleza relativamente moderada del actual repunte de la inversión empresarial.
¿EE.UU. y Japón en vanguardia?
Las tendencias monetarias en todos los países en el momento de redacción del presente artículo sugieren que China y Europa encabezarán la moderación del crecimiento mundial en 2018, mientras que EE. UU. y Japón registrarán una evolución relativamente sólida.
El IPC subyacente mundial (es decir, excluyendo los sectores alimentario y energético) mostró un comportamiento estable en 2017 a pesar del sólido crecimiento económico. El consenso podría estar infravalorando los riesgos derivados de la inflación en 2018, al igual que sucedió con las perspectivas de crecimiento hace un año.
En EE.UU., la tasa de desempleo cayó al 4,1% en octubre de 2017, y la tasa de ofertas vacantes de empleo o disponibilidad se situó cerca del 4,0% en septiembre, tal y como muestra el gráfico siguiente.
La diferencia entre las dos tasas solo ha caído por debajo de los 0,5 puntos porcentuales en cuatro ocasiones desde principios de la década de 1950: 1955, 1965, 1972 y 1999. El crecimiento anual de los costes laborales unitarios repuntó considerablemente durante el año siguiente en las cuatro ocasiones. Los mercados laborales en Japón, Alemania y el Reino Unido también se muestran ajustados en términos históricos.
La aceleración del crecimiento de los costes laborales impulsaría la inflación subyacente y provocaría la contracción de los márgenes de beneficios. Los dos fenómenos resultarían perjudiciales para los mercados, pero el equilibrio entre ambos afectaría a la atracción relativa de la renta variable y la deuda pública. Una situación en la que los márgenes sufriesen una mayor presión, por ejemplo, conllevaría un deterioro de las perspectivas económicas y un aumento de los riesgos de recesión, lo que constituiría un apoyo para la renta fija a pesar de una inflación más elevada a corto plazo.
Una sencilla norma de inversión que habría funcionado bien en términos históricos consiste en rotar de renta variable a activos monetarios si el crecimiento del agregado monetario real del G7 se sitúa por debajo del 3% o si cae 3 puntos porcentuales o más a lo largo de seis meses. Si bien las tendencias monetarias se han moderado, ninguna de estas dos condiciones se ha cumplido todavía. Esta norma puede servir como referencia a la hora de determinar si resulta necesario adoptar una postura de inversión totalmente defensiva en 2018 y en qué momento hacerlo.
Simon Ward es economista jefe de Janus Henderson Investors.
La cuarta edición del Informe Global sobre Emprendimiento de BNP Paribas revela que el 39% de los emprendedores de éxito considera que el impacto positivo de sus inversiones es un factor fundamental a la hora de evaluar la rentabilidad de su empresa, frente al 10% de hace dos años.
Este aumento tan significativo refleja un cambio en la mentalidad de los emprendedores de todo el mundo. En los últimos doce meses, el concepto de impacto positivo, que consiste en asegurar que sus empresas, inversiones y acciones personales ayuden a hacer del mundo un lugar mejor, se ha convertido en una prioridad para los emprendedores.
El informe, que está basado en la opinión de 2.700 emprendedores de éxito de 22 países, que atesoran un patrimonio total de 36 billones de dólares, señala que:
El 55% de estos emprendedores han destinado una parte de su patrimonio a lograr resultados socialmente responsables.
El 80% cree que el emprendimiento es la mejor manera de lograr un impacto local o global, sobre todo en lo que se refiere a proteger el medio ambiente. En Europa, la energía limpia es la causa más popular (35%) mientras que en EEUU y Oriente Medio, lo es la creación de empleo (36% y 40%, respectivamente).
Los emprendedores anticipan un crecimiento con respecto al uso futuro de fondos de inversión (34%), financiación de start-ups (34%), capital riesgo (32%), inversión en capital (32%) e inversiones de impacto (29%).
Según señala Sofía Merlo, Co- CEO de BNP Paribas Wealth Management, “se ha producido un cambio muy rápido en su mentalidad, lo que influye en la manera en la que los emprendedores de éxito invierten su patrimonio. Recientemente BNP Paribas Wealth Management rompía la barrera de los 10 mil millones de euros en inversiones responsables de nuestros clientes, multiplicándose por diez en los últimos seis años. Este hecho demuestra claramente el creciente apetito de nuestros clientes por este tipo de estrategias”.
En opinión de Vincent Lecomte, Co-CEO de BNP Paribas Wealth Management, “la forma en la que invierten los emprendedores pone de manifiesto su objetivo de dejar un mundo mejor para las generaciones futuras, al mismo tiempo que reflejan sus propios valores. Los millennipreneurs, que cuentan con un elevado potencial de patrimonio, lideran esta tendencia: el 64% está comprometido con las inversiones de impacto, sobre todo en términos de creación de empleo”.
Perfiles de emprendedores
El Informe Global sobre Emprendimiento de BNP Paribas recoge diferencias en función de la zona geográfica. Aún así, identifica cinco perfiles globales que definen estos emprendedores de impacto:
Ultrapreneurs: emprendedores con un patrimonio de más de 25 millones de USD. El 67% de los ultrapreneurs son inversores responsables, que suelen favorecer la inversión social y medioambiental. Invierten sobre todo para “crear empleo” (41%), “proteger el medioambiente” (38%) y apoyar la transición hacia “energías limpias” (32%).
Serialpreneurs: emprendedores que han creado o son propietarios de 4 o más empresas. Estos emprendedores están más centrados en utilizar su patrimonio de manera estratégica para apoyar empresas con elevado potencial: dedican el 15% de su cartera a inversiones “angel” y a capital riesgo.
Millenniprenerus: emprendedores con menos de 35 años. El 46% define el éxito de su negocio en base al impacto social, en comparación con el 39% de los emprendedores a nivel global. A pesar de ello, la mayoría no se siente satisfecha con los logros conseguidos en este área hasta la fecha, por lo que identifican el impacto social como una prioridad a futuro.
Woman entrepreneurs: las mujeres emprendedoras obtienen mejores rentabilidades que sus homólogos masculinos con un patrimonio medio mayor. Muestran mayor interés (37%) que los hombres (33%) en las inversiones ASG (las que integran los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno, además del análisis financiero tradicional), para garantizar un impacto positivo.
Boomerpreneurs: emprendedores de la generación Baby Boom, con más de 55 años. Los emprendedores de la generación Baby Boom están menos convencidos de las bondades de las inversiones orientadas a lograr resultados sociales o medioambientales: el 55% no tiene exposición en sus carteras. Invierten sobre todo en renta variable y en inversiones de temática medioambiental.
“El momentum en América Latina se ha recuperado y el gran desafío es mostrar a los inversores que estamos al comienzo de un nuevo ciclo sostenido en la región”, afirmó Carina Güerisoli, socia,Co-CIO Equities y portfolio manager de renta variable Latinoamericana Small Caps en Compass Group, gestora designada por Investec Asset Management para administrar y gestionar sus estrategias de renta variable en América Latina, tanto de gran capitalización como en pequeña y mediana capitalización. Según explicó Carina durante la celebración del Investec Global Insights 2017 en Washington, la generación de alfa en sus carteras es sumamente importante, con 40 profesionales locales realizando un seguimiento de la región, con un destacado foco en la selección de acciones que les permite construir carteras con una alta convicción. “La mayoría de las acciones incluidas en nuestras carteras no suelen estar en el índice y además no suelen estar cubiertas”, comentó Carina.
En sus carteras, ven oportunidades en todos aquellos temas que la mayoría de los gestores de mercados emergentes creen que han finalizado, como puede ser soluciones para el tráfico, el cuidado de la salud o la educación, por lo que definitivamente creen que hay mucho más espacio en la expansión del sector de servicios.
Según apuntó Carina, suelen ser dos cuestiones las que principalmente se repiten cuando el equipo gestor se reúne a hablar con los equipos directivos de las empresas latinoamericanas. En primer lugar, las empresas brasileñas advierten que esta es la peor crisis que ha experimentado nunca, y en segundo término, el problema de que en la región no se están concentrando en la rentabilidad. Analizando los clásicos parámetros que en Compass Group utilizan en sus valoraciones, si se tiene en cuenta el beneficio obtenido en 2016 y 2017 en relación con su valor contable, las empresas se encuentran por debajo su media histórica, y en términos de precio-beneficio, todavía están caros. Esto se explica porque los beneficios todavía no han regresado, pero se espera que comiencen pronto hacer su aparición.
“Fue por culpa de la falta de rentabilidad en la empresa latinoamericana que los inversores internacionales habían desaparecido y olvidado la región. Pero, acaban de regresar porque han visto que desde el segundo trimestre de 2016 las empresas han mejorado de forma significativa su rentabilidad. Tanto las grandes corporaciones vinculadas con Estados a las empresas de micro-capital (con unos 250 millones de capitalización bursátil) se han enfocado en el núcleo de su negocio, han vendido todos aquellos activos que no eran fundamentales, han gestionado sus deudas financiándose en mercados locales y no en los mercados internacionales, por lo que no han incurrido en diferencias en divisas a la hora de abonar su deuda y han tenido un elevado número de despidos, esto es por lo que los niveles de desempleo han sido muy altos en la región. Todo ello ha redundado en que las empresas hayan conseguido ser finalmente mucho más rentables”, comentó Carina.
Según indicó Carina, la recuperación en los beneficios que han experimentado las empresas de Latinoamérica ha estado directamente relacionada con el lado operacional, las divisas han ayudado ligeramente pero no han sido el factor determinante. La mayoría de las empresas en América Latina están muy orientadas al mercado doméstico, por lo general son muy conocidas, siendo jugadores dominantes de sus respectivos nichos de mercado. Las más pequeñas son empresas familiares, pero suelen estar muy profesionalizadas, por ejemplo, una empresa brasileña de seguros a la que Compass Group tiene exposición en sus carteras representa el 33% de la cuota de mercado, siendo de lejos el líder.
¿Dónde están las oportunidades de valor?
Muchos de los inversores institucionales que participan en los fondos de inversión de Compass Group opinan que la gestora latinoamericana se especializa en invertir en empresas que el día de mañana serán empresas de gran capitalización y serán los futuros miembros de los ETFs de la región. Una opinión con la que Carina concuerda: “Muchas de las empresas en las que invertimos en el pasado, son ahora parte del índice de referencia y finalmente parte de los ETFs. Por su puesto, para ese momento, las valoraciones de estas empresas son caras y ya han sido vendidas”.
Para dar una idea de cuál es el tipo de empresas que Compass elige y cuál es la selección que de forma sistemática realizan, Carina explicó que hace dos años, en junio de 2015, seleccionaron unas diez acciones, de las cuáles todavía nueve permanecen en la cartera, en base a su margen de generación de resultado antes de intereses, depreciación e impuestos, que, por lo general, son mucho más altos que los márgenes de las empresas de pequeña y gran capitalización que componen el índice. “Lo mejor de todo es que el mercado pagó por estos márgenes, obteniendo un rendimiento superior al índice”.
Al comparar sus estrategias contra el resto del grupo de competidores y contra el índice, las éstas son capaces de añadir alfa con un menor nivel riesgo. Una consecuencia directa de la importancia que Compass Group atribuye a la gestión del riesgo en sus carteras, pues cada vez que una acción entra o sale, se evalúa que es lo que sucede con el riesgo total y con las correlaciones entre todas posiciones de la cartera.
En cuanto al elevado número de operaciones públicas de ventas que se están dando en México, en Compass Group están siendo muy selectivos con sus participaciones, siendo muy estrictos con sus precios objetivos. “La mayoría de los inversores están buscando exposición a empresas de América Latina más allá del sector de materias primas, interesados por una nueva diversificación que no había en el pasado”, señaló.
En relación, al flujo de inversores, Carina mencionó el enorme cambio que desde la renta variable desarrollada se ha realizado hacia los mercados emergentes, diferenciando entre las distintas regiones. Los inversores están buscando gestión activa en su exposición a mercados emergentes, pues invirtiendo en un ETF de beta activa tan sólo se gana exposición a las empresas de mayor capitalización como puedan ser Petrobras y Vale, perdiéndose una parte importante del mercado latinoamericano. “La estrategia de Compass ha sido capaz de batir el índice MSCI Latam en 2.200 puntos básicos, esto es una increíble generación de alfa comparando con las medidas tradicionales. Desde principios de año hasta septiembre, hemos visto entrar más de 12.000 millones de dólares en la renta variable latinoamericana. Hay mucho dinero entrando en estrategias pasivas, pero definitivamente mucho más llegando a estrategias de gestión activo. Y no solo se trata del cliente institucional latinoamericano, también han llegado inversores asiáticos y norteamericanos a través de fondos institucionales y fondos de pensiones”.
Por último, para 2018, con la celebración de elecciones presidenciales en Brasil y México, las dos economías más fuertes de la región, se incrementará el ruido político y se crearán ventanas de volatilidad que darán oportunidad a la gestora de entrar a precios atractivos en empresas que están teniendo buenos resultados. “Mientras las empresas no se desvíen de su principal actividad de rentabilidad, se mantendrá la calidad en sus beneficios”, concluye Carina.
HMC Capital, la firma latinoamericana especializada en activos alternativos, ha promovido a Nicolás Fonseca a Head de Distribución Institucional. Fonseca se unió a la firma en marzo pasado, como Co-Head de Distribución, reportando a Santiago Arias.
Antes de unirse a HMC Capital, trabajó en BTG Pactual, donde fue director asociado de Equity Sales/Trading para acciones locales, ADRs y ETFs, logrando el primer lugar en montos transados en 2014 en Chile. En ese mismo año su equipo fue elegido Best Research and Trading team en Chile, Best Trading Team y Best Sales Team en America Latina por Institutional Investor Magazine.
Anteriormente, fue Portfolio Manager Equity Asia en AFP ProVida, donde era responsable de un portafolio de 5.000 millones de dólares.
Fonseca realizó un MBA en USC Marshall school of Business y es Ingeniero Civil Industrial de la Universidad de Chile.
Durante el 2017, Uruguay emitió su primer bono en pesos a tasa fija de su historia, “un contrato de cinco años equivalente 1.000 millones de dólares que abrió un mercado completamente nuevo para el país sudamericano”, considera la International Financing Review (IFR) en su balance del año.
“Puede que no haya sido el mercado soberano más grande del año, pero la emisión marcó un cambio significativo para un país que hasta entonces se había basado exclusivamente en el dólar estadounidense o en una costosa emisión ligada a la inflación en el exterior” comenta Paul Kilby, de IFR.
Según la publicación, la operación fue “un evento histórico para Uruguay, que por primera vez en 2017 cubrió todas sus necesidades de financiamiento en pesos”.
IFR cita a Surya Bhattacharjee, director general de mercados de capital de deuda de América Latina en BBVA, que lideró el acuerdo con Bank of America. Merrill Lynch y Morgan Stanley: “Ser capaz de construir una curva de tasa fija internacional a 10 años en cuestión de meses fue un cambio de juego».
Para el economista Ricardo Hausmann, la incapacidad de los países en desarrollo de pedir préstamos en el extranjero en su propia moneda, es uno de los temas pendientes de los mercados.
“A primera vista, la venta de un bono en pesos a tasa fija a cuentas extranjeras parecía un duro tramo para un país con una historia de alta inflación, ”, describe el artículo de IFR.
Pero al final, con un rendimiento del 10%, la demanda superó por seis la histórica oferta del bono uruguayo en pesos.
Old Mutual Wealth anunció hoy que ha llegado a un acuerdo para la venta de su negocio de gestión de estrategias únicas de Old Mutual Global Investors (OMGI). Por unos 600 millones de libras, el equipo gestor de OMGI, liderado por su consejero delegado, Richard Buxton, y el soporte de TA Associates, una firma de private equity que cuenta con experiencia previa respaldando a otras gestoras británicas en operaciones de compra llevadas a cabo por el equipo directivo, se harán con esta parte del negocio.
La intención de esta operación es que el negocio de estrategias únicas de OMGI, que actualmente gestiona unos 25.700 millones de libras, se convierta en una boutique de gestión de independiente. Se espera que no haya grandes cambios en la gestión de los fondos, pues Richard Buxton permanecerá al frente y se mantendrá a todo el equipo de gestión de la firma.
“El equipo gestor está encantado de asociarse con TA Associates para comprar el negocio de estrategias únicas. Creo es un buen resultado para nuestros clientes y para nuestros empleados”, comentó Richard Buxton, CEO del negocio de estrategias únicas de Old Mutual Global Investors.
“Hemos seguido el desarrollo del negocio de estrategias únicas de Old Mutual Global Investors durante varios años y nos ha impresionado por lo que ahora es claramente una plataforma de inversión diversificada y de alta calidad. En particular, los equipos de gestión de fondos han trabajado diligentemente para desarrollar y entregar soluciones de inversión a medida, que estén enfocadas a las necesidades de sus clientes y con el objetivo de producir resultados positivos a largo plazo. Es un honor asociarnos con el negocio de estrategias únicas y esperamos trabajar estrechamente con todo el equipo para ayudar a ampliar aún más la compañía”, comentó Chris Parking, director ejecutivo de TA Associates.
Este acuerdo no incluye el negocio de Old Mutual Wealth dedicado a los multi-activos, que gestiona cerca de 15.100 millones de libras. Este negocio seguirá dirigido por Paul Simpson, CEO de esta unidad, que continuará proporcionando soluciones de inversión a clientes británicos e internacionales, pero adoptará el nombre de Quilter Investors.
Los detalles del acuerdo
De la cantidad total de 600 millones de libras de la transacción, se espera que Old Mutual Wealth reciba una contraprestación en efectivo de 570 millones de libras esterlinas pagaderos antes de su finalización o en la misma, con aproximadamente unos 30 millones de libras anticipados, que deberán ser pagados a partir de entonces, principalmente en 2019 a 2021, ya que el capital excedente asociado con la separación de Old Mutual Wealth se libera en el negocio. Esta consideración diferida no está sujeta a condiciones de desempeño.
Una vez que se complete la transacción, la propiedad económica del negocio de estrategia única pasará a TA Associates a partir del 1 de enero de 2018 con todas las ganancias y comisiones de rendimiento generadas hasta el 31 de diciembre de 2017 por cuenta de Old Mutual Wealth. El negocio de estrategia única se capitalizará adecuadamente para continuar implementando sus planes de crecimiento durante esta fase de propiedad de transición.
La transacción propuesta está sujeta a las condiciones de cierre habituales, incluidas las aprobaciones regulatorias y las condiciones relacionadas con la transferencia del negocio Multi-asset que Old Mutual Wealth retendrá.
El desglose del negocio de Old Mutual Global Investors
Al 30 de septiembre de 2017, los fondos administrados por el negocio de estrategias únicas de Old Mutual Global Investors eran 25.700 millones de libras, y el flujo de efectivo neto del cliente para los 9 meses al 30 de septiembre de 2017 fue de 3.500 millones de libras. Mientras que las ganancias operativas ajustadas para los 6 meses al 30 de junio de 2017 fueron de 36 millones de libras, de los cuales 17 millones corresponden a comisiones de rendimiento. Los beneficios antes de impuestos para el año hasta el 31 de diciembre de 2016 fueron de 60 millones de libras (de los cuales 26 millones de libras corresponden a comisiones de rendimiento) y los activos brutos fueron 198 millones de libra a esa fecha.
Los mercados emergentes tienen un gran historial de titulares que han generado un cierto rechazo entre los inversores, que ven estos países como un sinónimo de riesgo. Para Devan Kaloo, jefe global de Renta Variable de Mercados Emergentes de Aberdeen Standard Investments, no hay que ser injusto y valorar bien cuál es el riesgo en cada caso y por cada tipo de activo, para no perderse también las buenas oportunidades que encierran.
“Cuando la gente piensa en mercados emergentes, piensa en mercados que suben y bajan bruscamente, y esto ocurre porque son un mercado más sensible no solo a la situación económica doméstica, sino también a la global”, explica Kaloo. Además, argumenta que la gente tiende a confundir el riesgo con la volatilidad, “algo que no tiene por qué significar lo mismo”, aclara.
Sin embargo, destaca el cambio que en los dos últimos años se ha producido en estos mercados. “Un cambio marcado por las reformas que han emprendido muchos países, por la búsqueda de estabilidad política y por una menor dependencia del crecimiento global”, añade.
En este contexto, los mercados domésticos de los países emergente han ido ganando madurez y estabilidad. Como ejemplos cita a Chile o a India, aunque este último reconoce que tiene unas valoraciones altas. Para Kaloo hay oportunidades en aquellos mercados emergentes que están saliendo o recuperándose económicamente, como Brasil o Rusia. “En general hemos detectado tres características en los países emergentes que se están recuperando: los gobiernos están haciendo reformas, han aumentado la empresas de tipo growth y cuando hacemos selección de activos, nos empezamos a encontrar valoraciones altas”, afirma.
Según su opinión, “una de las principales diferencias entre los mercados desarrollados y los mercados emergentes es que si miramos sus índices, estamos ante empresas que necesitan capitalización y que están creciendo. Eso supone una gran diferencia respecto a lo que encontramos en los mercados desarrollados. Esto supone que la mejora de los merados emergentes no se debe solo a que haya una recuperación global, sino que también hay todo un crecimiento y desarrollo de nuevas empresas y sectores, muchos de ellos están atrayendo inversión extranjera”.
Las dos caras de China
Dentro de este escenario optimista que plantea Kaloo, no niega que también haya riesgos. “En el caso de Rusia e India, aunque nos gustan, hay que ser muy selectivos, por ejemplo”, puntualiza.
Uno de los riesgos trasversales que detecta el gestor a la hora de invertir en empresas de mercados emergentes es la diferencia que hay en cuando a la cultura de gobernanza. “La forma de gestionar las empresas es algo que se debe tener totalmente en cuanta a la hora de invertir y sobre todo identificar bien si se trata de empresas privadas o públicas. Un buen análisis de las empresas y los activos es fundamental, lo cual justifica que defendamos que la forma más acertada de aproximarse a estos mercados es a través de la gestión activa”, defiende.
El otro gran riesgo es, en su opinión, China. “Es una extraña confluencia; por un lado es uno de los principales áreas geográficas de crecimiento y un motor de la recuperación global, pero por otro es un riesgo dado el alto nivel de endeudamiento, público y privado, que tiene. Además, tiene por delante un auténtico reto para dar forma a una nueva economía. Habrá que seguir muy de cerca cómo evoluciona”, concluye.
En todo el mundo el consumo está evolucionando hacia transacciones sin efectivo, digitales y móviles. Pero posiblemente el país más avanzado en este sentido es China, donde una nueva generación de millennials habituados al uso de apps está dando forma al futuro de la segunda mayor economía del mundo.
Esta evolución se observó plenamente el pasado 11 de noviembre, conocido en China como el “Día de los solteros” o 11.11, una promoción anual de compras en internet que no tiene parangón en el resto del mundo. El gigante del comercio electrónico Alibaba Holdings ha informado de que los consumidores gastaron más de 25.000 millones de dólares (alrededor de un 40% más que el año pasado) en casi 100.000 tiendas on line durante las 24 horas que duró la promoción, casi cuatro veces más que la suma de las ventas del Cyber Monday en Estados Unidos.
Dale Nicholls, gestor de fondos de renta variable asiática de Fidelity, cree que “la transición general hacia una economía orientada al consumo y el auge de las clases medias están creando oportunidades para aumentar la penetración y ‘premiumización’ de los productos y servicios”.
Al mismo tiempo, la renta disponible per cápita de China ha aumentado más del doble en la última década y las ventas minoristas siguen creciendo a tasas de dos dígitos, explica Dale, que cita varias empresas chinas que están experimentando con nuevos y lucrativos modelos de negocio basados en la tecnología, como el streaming en vivo, donde los espectadores ven vídeos en tiempo real y pueden comprar regalos virtuales para los presentadores a los que siguen.
Más allá de la copia
No se limitan a copiar modelos de negocio de Occidente, sino que están desarrollando sus propios ecosistemas digitales con servicios como WeChat de Tencent, que integra noticias y mensajes, redes sociales, pagos móviles, productos de inversión e incluso permite concertar una cita con el médico. Otras empresas como Didi están innovando en servicios como el transporte compartido, mientras que empresas de reciente creación como Mobike han crecido y extendido a todo el país su modelo de negocio de bicicletas compartidas y ahora están trabajando para trasladarlo a otros mercados en el extranjero, como Londres.
Hyomi Jie, gestora de fondos de renta variable de Gran China de Fidelity, menciona la enorme ventaja en pagos que poseen AliPay, la plataforma de pagos electrónicos de Ant Financial, filial de Alibaba, y TenPay, la plataforma homóloga de Tencent, muy utilizada para pagar compras convencionales de bienes y servicios usando WeChat.
“Este dominio de las transacciones digitales da a estas empresas un valioso tesoro en forma de datos de los consumidores que les permitirá hacer algo más que crear publicidad mejor segmentada”, señala Hyomi.
Por ejemplo, semejante volumen de datos detallados puede usarse para tomar decisiones automatizadas sobre la solvencia del solicitante de un préstamo al consumo; de hecho, tanto Ant como Tencent ya han entrado en áreas como la financiación digital, la evaluación crediticia de clientes y los productos de inversión on line.
En un reciente viaje a Shenzhen, Hyomi vio claramente cómo China ha adelantado a otros países en la transición hacia una sociedad sin dinero en efectivo, ya que el móvil está convirtiéndose rápidamente en el medio de pago de facto para las empresas de todos los tamaños y niveles de sofisticación.
Usuarios de dispositivos móviles
Esta transformación ha sido posible gracias a la rápida adopción de unos smartphones cada vez más asequibles y potentes en todo el país.
De hecho, cuenta Hyomi, lo que está ocurriendo es que los consumidores chinos no están pasando por el comercio electrónico tradicional desde el ordenador, que es como la mayoría de los usuarios occidentales entraron en contacto con las compras on line. En lugar de eso, están saltando directamente a lo móvil, y el efecto es dramático. China contaba con 751 millones de usuarios de banda ancha convencional en junio, según las estadísticas del gobierno, pero contaba con más de 900 millones de abonados a telefonía 4G y un total de casi 1.400 millones de cuentas de usuarios móviles en agosto, según datos de los tres principales operadores móviles de China.
El 52% de los consumidores chinos ya afirma usar dispositivos móviles para hacer compras en Internet de forma diaria o semanal, según una encuesta de PwC. En todo el mundo, esta frecuencia de uso de los dispositivos móviles para comprar on line cae hasta el 14% de los consumidores. Entender en qué se diferencian las compras y el gasto en China del resto del mundo es cada vez más importante, tanto para los inversores en empresas y mercados de China como para aquellos que tratan de entender los motores futuros del crecimiento económico del gigante asiático.
Lo que diferencia a China puede dividirse en tres grandes áreas: el nuevo grupo de consumidores que está alimentando la transición del país, las empresas de origen chino que dominan el comercio digital y los modelos de negocio pioneros que están impulsando dichas empresas.