La consultora inmobiliaria Knight Frank en su informe The Wealth Report 2018 sobre la evolución de la riqueza en el mundo, destaca las ciudades con el mayor crecimiento del PIB esperado para 2022.
La tendencia se divide principalmente en dos áreas: Asia y los Estados Unidos, donde cada una cuenta con cuatro de las diez ciudades con mayor crecimiento de la riqueza. Las otras dos son París y Londres.
Las 10 ciudades del mundo más ricas para el año 2022, según su PIB, son:
#10 — Pekín (China) con 570.000 millones de dólares
#9 — Dallas (Estados Unidos) con 592.000 millones de dólares
#8 —Osaka/Kyoto (Japón): 646.000 millones de dólares
#7 — Shanghái (China): 697.000 millones de dólares
#6 — Chicago (Estados Unidos): 703.000 millones de dólares
#5 — París (Francia): 836.000 millones de dólares
#4 — Londres (Reino Unido): 1,08 billones de dólares
#3 — Los Ángeles (Estados Unidos): 1,10 billones de dólares
#2 — Tokio (Japón): 1,55 billones de dólares
#1 — Nueva York (Estados Unidos): 1,80 billones de dólares
Además de analizar las ciudades que experimentarán un mayor crecimiento económico, en el estudio, Knight Frank analiza las ciudades con un mayor número de habitantes de alto patrimonio, las que cuentan con un mayor número de universidades de élite, así como en cuáles un turista gasta más y menos al ir de vacaciones.
La Fed continuará subiendo los tipos gradualmente, aunque en algún momento podría sobrepasar el nivel neutral, mientras el BCE se resistirá a abandonar sus políticas acomodaticias. Así lo creen los expertos del Consejo Asesor Mundial de PIMCO, un equipo compuesto por pensadores macroeconómicos de renombre internacional, reunidos en los debates del Foro secular anual de PIMCO, donde abordaron los factores cruciales que podrían determinar la evolución de la economía mundial en los próximos tres a cinco años. Y opiniones que representan un elemento valioso en el proceso de inversión de la gestora.
Sus miembros son Ben Bernanke (antiguo presidente de la Reserva Federal), Joshua Bolten (presidente y consejero delegado de la asociación Business Roundtable, además de antiguo jefe de gabinete de la Casa Blanca), Gordon Brown (ex primer ministro de Reino), Ng Kok Song (antiguo CIO (director de inversiones) del GIC -Government of Singapore Investment Corporation-), Anne-Marie Slaughter (presidenta y consejera delegada (CEO) de New America, titular emérita de la Cátedra Bert G. Kerstetter ’66 University de Política y Asuntos Internacionales de la Universidad de Princeton y antigua directora de Planificación Política del Departamento de Estado de EE.UU.-) y Jean-Claude Trichet (antiguo presidente del Banco Central Europeo y actual presidente del Grupo Europeo de la Comisión Trilateral).
Sobre EE.UU. y su crecimiento, consideran que “los indicios positivos que apoyan el crecimiento continuo, al menos durante la fase inicial del periodo secular, incluyen la recuperación mundial sincronizada, unas condiciones financieras acomodaticias, la reforma tributaria, el entorno regulatorio y el impulso de la política fiscal. La demografía es una rémora para el crecimiento, pero con el tiempo podríamos asistir a una mejora de la productividad”.
Sobre la política fiscal indican que “la reciente reforma tributaria, junto con un entorno regulatorio más favorable para las empresas, podría impulsar significativamente la confianza de las empresas estadounidenses. El paso a un sistema tributario territorial ayuda a las empresas a tomar decisiones de asignación de capital basadas en la eficiencia y la estrategia, y no solo en los impuestos —en la actualidad consideran que se encuentran en un entorno más igualitario en relación con sus homólogos no estadounidenses-. Y aunque no estamos asistiendo necesariamente a una importante desregulación, la ausencia de perspectivas de nuevas normativas sustanciales elimina una fuente importante de incertidumbre para muchas empresas. Sin embargo, a largo plazo, es probable que el marcado aumento del déficit que conllevan los recientes cambios de política reduzca el «margen de maniobra» de las políticas fiscales de Estados Unidos y la capacidad del Gobierno para hacer frente a nuevos desafíos”, advierten.
Y sobre la política monetaria, indican que la inflación está aumentando en EE.UU., pero de forma moderada. “La Reserva Federal opina que la curva de Phillips es bastante plana, lo que significa que un bajo nivel de desempleo no se traduciría necesariamente en una aceleración de la inflación. Por otra parte, la Fed parece dispuesta a aceptar un modesto rebasamiento de su objetivo de inflación. Por lo tanto, esperamos que la Fed continúe subiendo los tipos gradualmente, aunque en algún momento podría sobrepasar el nivel neutral. La Reserva Federal dispone de herramientas políticas adecuadas para reaccionar ante la próxima desaceleración económica, que bien podría producirse en el horizonte secular, siempre que la recesión no sea demasiado severa. Sin embargo, habida cuenta del escaso margen de maniobra de la Fed para recortar los tipos de interés y de las escasas posibilidades de expansión fiscal, una recesión más grave supondría un reto para los responsables políticos”, advierten.
China y su impacto mundial
Sobre China, indican que “la cúpula del país, aunada bajo la presidencia de Xi Jinping, tiene un claro sentido de la orientación y la voluntad de perseguir sus objetivos. Xi ha establecido un calendario para aumentar la fuerza y la influencia económicas de China a lo largo de varias décadas, incluido el objetivo de que en 2049 (con motivo del centenario de la fundación de la República Popular) China sea un país plenamente desarrollado, rico y poderoso con un PIB per cápita similar al de Alemania en la actualidad. En los próximos años, otras tres prioridades políticas consistirán en erradicar la pobreza, reducir la contaminación mediante la imposición de normas ambientales y controlar el riesgo en el sistema financiero”.
Más allá de sus prioridades nacionales, indican, “China es también un importante motor del crecimiento mundial. Es probable que el PIB de China aumente como mínimo entre el 5% y el 6% anual durante los tres próximos años, aunque las perspectivas de crecimiento en el resto del mundo sean menos seguras. El crecimiento a largo plazo de China no corre el riesgo de verse frenado por conflictos comerciales. A diferencia de años atrás, su dependencia del consumo interno es hoy mucho mayor que la del comercio exterior”, indican.
Sin embargo, dicen los expertos, “observamos un mayor riesgo de deterioro en el entorno comercial entre EE.UU. y China que lo que sugieren los precios de los mercados. Esperamos tensiones prolongadas y la posibilidad de que se intensifiquen y recrudezcan de forma imprevista. Asimismo, reconocemos que existen ciertos alicientes políticos en ambas partes para que prosigan las hostilidades y las actitudes negativas en el ámbito comercial”, advierten.
Como escenario base secular, dicen, cabe esperar un desencuentro entre Estados Unidos y China que se quedará a las puertas de desmantelar el sistema de comercio mundial”. Es posible que las partes logren avanzar en cuestiones relacionadas con los déficits comerciales y la inversión extranjera, pero cualquier desafío al modelo de crecimiento del capitalismo de estado de China, que otorga al Estado un papel de liderazgo en materia de planificación industrial y de fomento de la investigación y el desarrollo, encontrará una firme resistencia”.
Europa: resistencia del BCE a abandonar sus políticas
El crecimiento de Europa se ha reforzado en los últimos tiempos, pero su potencial a largo plazo se ve obstaculizado por problemas estructurales: las ineficiencias del mercado laboral, la falta de inversión física y las diferencias en las condiciones económicas y los niveles de competitividad entre países centrales y periféricos, defienden. “Las políticas populistas están creando nuevas barreras al comercio, a la inmigración y a una mayor integración europea. Entre las incertidumbres políticas cabe mencionar la preocupación por las guerras comerciales, las posibles sanciones a Irán y Rusia y la incierta resolución de las negociaciones del Brexit. En este contexto, no prevemos que se avance hacia una unión fiscal. Sin embargo, el esfuerzo prosigue en favor de la unión de la banca y del mercado de capitales”.
A pesar de la creciente influencia populista en una serie de países, el euro sigue gozando de gran popularidad. “No obstante, la disparidad de las condiciones económicas y de la inflación entre los distintos países que han adoptado el euro complica la tarea del Banco Central Europeo. Contamos con que el BCE siga siendo prudente, prorrogando tal vez sus compras de activos más allá de septiembre de 2018 y aplazando su primera subida de tipos hasta finales de 2019, como mínimo”, indican.
En el Reino Unido, la economía continúa en una situación de atonía y fragilidad como consecuencia de la reducción de la inmigración (incluso de los ciudadanos de la UE), el débil crecimiento de la productividad y cierta austeridad fiscal. El desempleo ha caído a niveles bajos, pero las presiones salariales se revelan moderadas. “Las perspectivas seculares para el Reino Unido dependen en gran medida de la resolución del Brexit. La convicción de que el Reino Unido se verá fortalecido tras su salida sigue prevaleciendo entre quienes apoyaron el referéndum inicial, incluso entre los que probablemente más se resientan: los territorios del norte que dependen de industrias como la automotriz y la farmacéutica, por ejemplo. Hasta la fecha existe escasa transparencia o convergencia de apoyo popular para una opción específica de Brexit. En lo que respecta a la unión aduanera y al mercado único, es probable que el calendario del Brexit (en la actualidad, la salida oficial está prevista en marzo de 2019 y el final del periodo de transición, en 2020) tenga que volver a retrasarse hasta 2021 o incluso hasta 2022. De este modo, las empresas dispondrían de más tiempo para prepararse y podrían replantearse la situación, pero también se prolongaría el periodo de incertidumbre que afecta a la inversión y a la confianza de los consumidores”.
Conflictos geopolíticos
Sobre acontecimientos geopolíticos, “como marco de reflexión sobre 2018, podemos echar la vista atrás algunas décadas y comprobar cómo, a veces, los años sin incidentes van seguidos de transformaciones geopolíticas sísmicas, tanto negativas como positivas. Por ejemplo, pongamos por caso 1978, un año bastante anodino. Sin embargo, en 1979 la Unión Soviética invadió Afganistán, presenciamos la revolución iraní y la Guerra Fría se intensificó. O consideremos 1988, otro año tranquilo. Pero en 1989, el Muro de Berlín cayó, y en pocos años fuimos testigos de los Acuerdos de Oslo, del Tratado de Maastricht y de la desaparición del apartheid. Desde este punto de vista, ¿puede presagiar 2018 un giro más oscuro de la situación geopolítica, similar al de 1978, o una evolución más positiva, comparable a la de 1988?
Desde una óptica pesimista, el horizonte secular podría mostrar una escalada de tensiones con Corea del Norte, lo que provocaría una mayor desestabilización en Asia, al tiempo que un mayor número de países busca el liderazgo mundial de China. En Oriente Próximo, podríamos asistir al estallido de una “guerra caliente”, en lugar de la “guerra subsidiaria” que presenciamos hoy en día. Rusia podría invadir aún más Europa del Este y escalar su campaña de infiltración cibernética. Europa podría ser testigo del aumento del autoritarismo y de las presiones populistas. Desde una óptica optimista, podríamos observar negociaciones sinceras y fructíferas hacia la paz en la península de Corea, evoluciones más prometedoras y, posiblemente, un cambio de régimen en Irán, y quizás una tregua o un punto muerto en lugar de un conflicto activo en Siria. Europa podría responder a las presiones de Rusia y de otros países con una intensificación de sus esfuerzos de integración, por ejemplo, en favor de una política común de defensa e inmigración”.
En su opinión, “en el horizonte secular, el entorno geopolítico tiende a evolucionar hacia una visión más pesimista, pero también existe un potencial real de que se produzcan logros históricos positivos en diversos ámbitos críticos. También en este horizonte, los participantes en el mercado necesitarán ampliar sus miras con el fin de tener en cuenta los cambios tanto geopolíticos como puramente económicos”.
Las previsiones de rendimiento de la mayor parte de los índices de bonos son bajas y podrían incluso entrar rápidamente en territorio negativo si los tipos suben. En otras palabras, la rentabilidad pasada sugiere que en el futuro las rentabilidades serán mucho más bajas. En este entorno la gestión activa es a día de hoy, si cabe, aún más necesaria.
Los mercados de renta fija son algo más que los tradicionales gestores de la misma. Su universo tiene diversos jugadores con papeles muy diferentes. Los bancos comerciales favorecen bonos que tengan un impacto positivo en sus ratios de liquidez, mientras que las aseguradoras prefieren una aproximación buy & hold que se centra en la rentabilidad a vencimiento basándose en el precio de compra. Mientras tanto, como hemos visto estos últimos años, los bancos centrales cada vez son más activos en los mercados de bonos, actúan en línea con los objetivos de inflación y de crecimiento, así como con los objetivos de estabilidad, y no lo hacen por razones de rentabilidad. Todos esos inversores tienen peso en el mercado.
Las restricciones regulatorias a las que muchos inversores están sujetos podrían tener una gran influencia en el valor relativo de los instrumentos de bonos. Las ponderaciones que imponen las reglas de capital de Basilea I son menores para las empresas emisoras; una regla que podría explicar en gran parte los diferenciales más ajustados de los que disfrutan los bancos. Muchos actores sólo pueden tener una exposición limitada a los bonos con una calificación inferior a determinado nivel. Esto crea una anormal mayor prima de riesgo de impago para las entidades con un nivel de calificación más baja y grandes cambios de precio cuando una rebaja de calificación dispara las ventas forzadas. Los cálculos SCR de Solvencia 2 castigan a los tenedores de bonos corporativos a largo plazo en comparación con los bonos de corto plazo independientemente de cual sea su calificación.
Estos factores crean oportunidades que un gestor de fondos pasivo no puede capturar. Pero, además, replicar un fondo de renta fija tiene otras desventajas.
El peso de un emisor depende en general de su stock de deuda, que podría ser una buena aproximación a su liquidez, pero es difícilmente un criterio óptimo para un acreedor cuando se compara con un análisis de crédito de alta calidad. Además, la estructura de un índice de bonos varía mucho más que uno de renta variable debido a las nuevas emisiones, la reducción del tiempo para el vencimiento, cambios en las calificaciones que pueden representar fuertes reequilibrios y costes de transacciones, todo lo cual implica complejos y costosos procedimientos si el fondo de gestión pasiva tiene que replicar el índice.
Tribuna de Philippe Uzan, Chief Investment Officer de Edmond de Rothschild Asset Management
Según apunta Aneeka Gupta, analista de WisdomTree, los mercados están reflejando una creciente preocupación por los problemas político-económicos que se están gestando en Turquía. La respuesta del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a raíz de las sanciones impuestas por Estados Unidos, ha provocado que la lira turca se deprecie aún más y que los rendimientos de sus bonos de referencia alcancen niveles de rendimientos históricos.
La lira turca (depreciada un -28,2% frente al dólar, según la cotización de apertura del 8 de agosto de 2018) ha sido la segunda moneda con el peor desempeño de los mercados emergentes este año, lo que ha llevado a la inflación turca a su nivel más alto en 15 años.
Los rendimientos de los bonos soberanos turcos denominados en moneda local a 10 años alcanzaron el 20,09% en comparación con el 13,9% de hace solo 3 meses. El costo de asegurar la exposición a la deuda turca, reflejado en los credit default swaps a 5 años, ha aumentado 109,8% (al 7 de agosto de 2018) desde el inicio del año, la mayor cantidad en los mercados emergentes, lo que significa preocupaciones cada vez mayores de una economía sobrecalentada.
Profundización de la crisis en Turquía: rendimientos de los bonos de referencia, liras y diferenciales de los swaps.
La economía turca sigue siendo vulnerable ya que su déficit en cuenta corriente es el más amplio entre los mercados emergentes y los niveles de inflación casi triplican el objetivo del banco central. El crecimiento excesivo de la inversión en Turquía está profundamente arraigado al sector de la construcción. De acuerdo con los datos del banco central, las empresas tienen unos 337.000 millones de dólares en pasivos en moneda extranjera, con un déficit de 217.300 millones de dólares netos contra los activos. Los bancos están expuestos a mayores costos de endeudamiento, ya que se espera que el valor de la deuda de casi 100.000 millones de dólares madure en el transcurso de un año. Al inicio de la semana, el banco central aumentó el acceso de los bancos a la liquidez en dólares en 2.200 millones de dólares, sin embargo, esto fue insuficiente para detener las pérdidas de la lira.
Desde entonces, no se ha visto ningún llamado a la acción ni del gobierno ni del banco central, desde WisdomTree esperan ver un cambio en la política monetaria, una política fiscal más estricta y el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) para ayudar a revertir la situación.
La percepción de la comunidad inversora es que la política monetaria en Turquía ya no es independiente, pues el presidente Erdogan se opone a mayores tasas de interés, por lo que los bancos centrales deberían desafiar al presidente y elevar las tasas para defender la moneda y evitar un escenario de impago. Turquía representa menos del 1% del índice MSCI Emerging Market, por lo que es poco probable que se vea una propagación de un efecto de contagio.
La confrontación con Estados Unidos amplifica los problemas de Turquía
El 1 de agosto de 2018, Estados Unidos impuso sanciones a dos funcionarios turcos por el arresto y la detención del pastor estadounidense Andrew Craig Brunson, quien está siendo juzgado por cargos relacionados con terrorismo. El gobierno turco denunció al pastor estadounidense como uno de los principales orquestadores del golpe militar que fracasó en 2016. Las sanciones contra el ministro de Justicia, Abdulhamit Hul y el ministro del Interior, Suleyman Soylu congelaron cualquier propiedad o activo en suelo estadounidense en su poder, y prohíben a los ciudadanos estadounidenses participar en transacciones financieras con alguno de ellos. Desde entonces, las tensiones se han disparado entre los dos aliados de la OTAN. Mientras que Estados Unidos planeaba originalmente imponer sanciones más dañinas y exigir la liberación de otros cuatro rehenes políticos, ahora ha retrocedido en su postura agresiva, ya que no quiere que se le responsabilice por una crisis más amplia. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores en Ankara, parece que Washington y Ankara están cerca de alcanzar un entendimiento preliminar sobre ciertos asuntos relacionados con las sanciones, sin embargo, los detalles sobre el asunto siguen siendo escasos.
El pico del ciclo crediticio ha quedado atrás y llega la incertidumbre. Los patrones de crecimiento global divergen, al igual que los mercados; algunos segmentos sufren sacudidas mientras que otros continúan en ascenso. Los fundamentales siguen resultando sólidos y, desde el punto de vista de la valoración, hay partes del mercado que están recuperando su atractivo, pero los factores técnicos van a seguir mostrándose vulnerables ante la reducción de la liquidez aportada por los bancos centrales.
Según Victor Verberk y Sander Bus, responsables del equipo de crédito de Robeco, ya hemos dejado atrás los diferenciales más bajos que se van a registrar en este ciclo. La economía estadounidense sigue presentando perspectivas optimistas, mientras que el crecimiento en otras partes del mundo está enfriándose hacia niveles más moderados. “No existe motivo de preocupación inminente, aunque el grado de divergencia ha aumentado. Sin embargo, debemos tener en cuenta que las diferencias en cuanto a tasas de crecimiento también pueden originar divergencias en las políticas monetarias, lo que afectará a la liquidez del dólar fuera de Estados Unidos”, afirma Verberk.
Las valoraciones han mejorado, ya que ciertas zonas del mercado han experimentado un ajuste de precios. En opinión de Bus, “la principal incógnita es si los recientes acontecimientos, mayoritariamente idiosincrásicos, que han desencadenado correcciones en los mercados pueden extenderse a otras categorías de crédito. En lo que respecta al ciclo crediticio, consideramos que los mercados han tocado techo y están empezando a trazar un nuevo rumbo, registrándose las primeras bajadas en los segmentos de investment grade y ciertos mercados emergentes”.
Esto contrasta con la evolución en renta variable y deuda high yield estadounidense, que han proseguido su buena evolución. “Los factores técnicos continúan mostrándose débiles, con marcadas correlaciones entre los activos de riesgo y los balances de los bancos centrales, tendencia que genera una ampliación gradual de los diferenciales crediticios. Por eso hablamos de larga agonía”, continúa
Las trayectorias divergentes de los fundamentales
El crédito no es fácil. En condiciones de elevado crecimiento, las empresas se re-apalancan y se embarcan en fusiones y adquisiciones nada cercanas al crédito. Pero si el crecimiento es demasiado reducido, aumenta el riesgo de recesión y de que tengan lugar sucesos idiosincrásicos. “Todavía estamos en la zona de confort, pero existen riesgos”, explica Verberk.
La moderación del crecimiento en Europa que puede inferirse del empeoramiento de los datos económicos no constituye por ahora una amenaza real. La recuperación es generalizada y la expansión se encuentra aún a mitad de ciclo. “Pero si Estados Unidos mantiene su actual tasa de crecimiento, la Fed puede tener que llevar a cabo más subidas de tipos de lo que el mercado augura ahora mismo.” La extrema saturación del mercado laboral y la ausencia de inflación constituyen también factores adicionales de riesgo que podrían materializarse en una fase más avanzada del ciclo y empeorar la situación.
El endurecimiento de la política monetaria estadounidense afecta también a los mercados emergentes, ya que hace que el dólar se revalorice y esencialmente absorba la liquidez en dólares del resto del mundo. Esto genera volatilidad, como hemos visto recientemente en Argentina y Turquía. Como sucede en los mercados desarrollados, este reajuste de precios no se ha generalizado todavía. “De nuevo, la incógnita es si esto ha acabado o si todavía falta…” afirma Bus.
Las valoraciones elevadas
Los mercados de deuda pública están experimentando actualmente un fenómeno interesante: los bonos del Tesoro estadounidense a tres meses son ahora mismo los títulos de deuda pública que más rentabilidad ofrecen en este tramo de vencimiento en todo el G-10. No está nada mal para una categoría de activos que se considera refugio seguro. “Sin embargo, teniendo en cuenta el doble déficit de EE.UU. y su posición neta negativa en inversiones internacionales, quizás no resulte tan seguro después de todo”, comenta Verberk. Si tenemos en cuenta las coberturas, los activos estadounidenses no resultan baratos, de manera que los inversores japoneses, por ejemplo, están trasladando sus inversiones a Europa.
Algunos segmentos del mercado investment grade están comenzando a recuperar su atractivo, en términos de valoración. Por ejemplo, ciertos títulos del sector bancario y de mercados emergentes han experimentado recientemente una nueva ampliación de diferenciales que los han situado en niveles más atractivos. En high yield, los títulos con calificación CCC han ofrecido resultados muy destacados, por lo que la orientación de la cartera hacia la calidad no ha resultado ventajosa. “Pero estamos convencidos de que el mercado se encuentra sobrevalorado y consideramos adecuada nuestra posición de cautela”, explica Bus. “Preferimos la deuda high yield europea, porque ofrece los mismos diferenciales pero con una calificación media mucho mejor”, matiza.
Los aspectos técnicos, aún vulnerables
La correlación entre las compras de los bancos centrales y la evolución de los activos de riesgo resulta muy llamativa. Ante la previsible extinción final de la flexibilización cuantitativa del BCE, parece probable que las cosas vayan a peor antes de mejorar. El eje principal de los aspectos técnicos depende de este factor, y de lo que suceda en términos globales una vez se materialice. El mercado precisa de nuevos grandes compradores de crédito que ocupen el puesto de los bancos centrales. “Motivo suficiente para permanecer a la expectativa y no aumentar todavía la exposición”, concluye Verberk.
Por cuarto año consecutivo, Evli ha sido elegida como la mejora gestora institucional en la encuesta realizada por KANTAR SIFO Prospera, «External Asset Management Finland 2018». De nuevo, la gestora logra la primera posición en la gestión de carteras, track réracord e inversión responsable (ASG).
Según ha explicado la gestora, la calificación global que obtuvo fue de 4,26 (en una escala de 1 a 5), calculada a partir de 12 criterios de calidad. Frente a 2017, la calificación que obtuvo Evli mejoró en mayor medida que la de las otras gestoras, apuntan desde la firma.
Las tres primeras plazas de esta clasificación estuvo formado por las siguientes gestoras (con su calificación en una escala de 1 a 5):
Evli 4,26
eQ 4,04
Aktia 3,89
Según destacan desde Evli, la firma logró el primer puesto en 10 criterios, que incluyen habilidades de gestión de carteras, track record, calidad de producto, competencias de ventas e inversión responsable (ASG). “Apreciamos enormemente el reconocimiento que hemos recibido por parte de nuestros clientes. Hemos estado trabajando en desarrollar nuestros servicios y estamos muy satisfechos de ver que podemos mantenernos en primera posición. Me complace saber que los clientes institucionales de Evli depositan mucha confianza en nuestro modelo de gestión y expertise en fondos de inversión”, señala Maunu Lehtimäki, consejero delegad de Evli Bank.
En la encuesta de 2018 llevada a cabo por KANTAR SIFO Prospera, los inversores institucionales finlandeses calificaron a 14 gestoras teniendo en cuenta 12 criterios de calidad. Los encuestados señalaron que los factores más importantes son la habilidad en la gestión de activos, track record, comisiones competitivas y producto de calidad. Entre los participantes encontramos compañías aseguradoras, instituciones de pensiones, endowments y fundaciones, ciudades y municipios, instituciones religiosas, universidades y otros inversores institucionales.
De acuerdo con Eaton Vance, los inversores en bonos tendrán que adaptarse a un nuevo régimen muy diferente al que se han acostumbrado en los últimos años. Si bien la década posterior a la crisis financiera se caracterizó por una baja inflación, alta inversión pública, bajo crecimiento de los ingresos y un fuerte dólar estadounidense, Kathleen C. Gaffney y Henry Peabody del equipo de renta fija diversificada de Eaton Vance consideran que estas tendencias están cambiando de dirección y potencialmente sorprenderán a los inversionistas que no están preparados.
Según ellos, el viento en contra más fuerte de los bonos en los próximos años, y que muchos no esperan materializar, es el aumento de la inflación, visión que se basa en varios factores que incluyen:
Los gobiernos se centran más en las políticas fiscales y el gasto para mantener el crecimiento económico.
Las guerras comerciales y las tarifas que ya están impulsando los aumentos de precios.
Expectativas de crecimiento de los salarios a medida que el mercado de trabajo continúa apretando.
La aparente confianza de las empresas puede transmitir mayores costos a los consumidores.
Expectativas de mayores costos de vivienda.
Expectativas de un dólar estadounidense más débil.
El dragón durmiente
Según Gaffney y Peabody, no es sorprendente que la mayoría de los inversores sienta que no puede hacer nada frente a los riesgos de inflación. «La inflación galopante que muchos pronostican en respuesta a la flexibilización cuantitativa masiva (QE) de los bancos centrales, por supuesto, no se ha materializado» mencionan.
Los cambios interanuales en el índice de precios al consumidor (IPC), que sigue el costo de los bienes y servicios, siguen siendo modestos. El IPC subyacente, que elimina los volátiles precios de los alimentos y la energía, ha promediado un crecimiento interanual de alrededor del 2% en lo que va del 2018. Sin embargo, bajo la superficie, la inflación en bienes es muy moderada, mientras que los costos de los servicios y el transporte aumentan más rápido.
«Por lo tanto, creemos que la inflación se está filtrando, y podría ser un gran obstáculo para los inversores centrados en los ingresos. Después de todo, la inflación desempeña el papel de villano principal para los inversores de bonos» añaden.
¿Qué está cambiando?
Con respecto al dólar, los EE.UU. parecen estar mirando más hacia adentro, mientras que quizás están menos preocupados por el estatus del dólar como moneda de reserva mundial. Mientras tanto, los especialistas de Eaton Vance consideran que el aumento del gasto fiscal y los recortes de impuestos podrían pesar sobre el su moneda.
Las expectativas de inflación del mercado se han estado moviendo más alto, además, el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años vuelven a amenazar con superar el 3%, considerado como un nivel psicológico clave. «Entonces, el capital está en movimiento, pero aún creemos que muchos inversores están subestimando la inflación», mencionan.
«Los gobiernos se están moviendo hacia la política fiscal y dependen menos de las políticas de flexibilización cuantitativa de los bancos centrales para fomentar el crecimiento. Pero este estímulo fiscal viene en lo que parecen ser las últimas etapas del ciclo, después de años de crecimiento bajo pero sostenido. Agregar combustible al fuego en este punto podría desencadenar consecuencias no deseadas» añaden.
Ahora, con las tarifas en los titulares, más compañías insinúan aumentos de precios en sus estados y llamadas de resultados del segundo trimestre. Por ejemplo, Procter & Gamble aumentará los precios de los pañales en un 4% y los precios del papel higiénico y las toallas de papel en un 5%. La compañía citó los crecientes costos de los productos básicos y el transporte. Por lo tanto, Eaton Vance nota que algunas compañías están posicionándose para la inflación, incluso si muchos inversores no lo hacen.
«También esperamos que los precios de las viviendas sigan aumentando, principalmente debido a una falta constante de suministro, especialmente para los hogares iniciales. De hecho, algunos constructores están evitando construir casas más asequibles porque los crecientes costos de materiales y mano de obra lo están haciendo menos rentable», comentan.
Finalmente, Gaffney y Peabody creen que las presiones salariales están aumentando y que los salarios aumentarán, otro viento de cola para la inflación y que consideran como una razón probable por la cual las empresas confían en que pueden transferir mayores costos de insumos a los consumidores.
«En pocas palabras: para los inversores en bonos que buscan rendimientos en los próximos años, creemos que la inflación será su mayor desafío», concluyen.
La empresa eléctrica chilena Colbún logró el primer lugar en el ranking del Informe Reporta Chile que elabora la agencia Deva desde hace tres años y que mide la calidad de la información que suministran las empresas a sus accionistas y grupos de interés.
El estudio analizó las memorias, reportes de sostenibilidad o las memorias integradas de las 40 compañías del Índice de Precios Selectivo de Acciones (IPSA) que cotizan en la Bolsa de Comercio de Santiago. Tras la generadora Colbún (77,9 puntos) se situaron Latam Airlines (77 puntos) y el Banco Santander (76,9 puntos).
Informe Reporta apunta a evaluar a través de una metodología desarrollada por Deva en España -donde el estudio se aplica desde 2010 a las listadas en el Índice General de la Bolsa de Madrid (IGBM)- la voluntad de las empresas de comunicar a todos sus públicos de interés más allá de lo que exige el regulador.
El informe comprende los principios de transparencia de la información financiera, compromiso con los temas ASG (ambiental, social y gobierno corporativo), accesibilidad a la información y relevancia que se da a los grupos de interés. Cada uno de los cuatro principios tiene un determinado número de indicadores, los que suman 100 como puntaciación máxima.
En el principio de transparencia lideró Banco Santander (23,4 puntos); en compromiso, Embotelladora Andina (28,6 puntos); en accesibilidad, Latam Airlines (7,9 puntos); y en relevancia, Colbún (26,1 puntos).
En cuanto a las empresas por sectores, el líder en alimentación y bebidas fue Embotelladora Andina; en bancarias y financieras, Banco Santander; en comerciales y distribuidoras, Falabella; en industrias y servicios, Grupo CAP; en inversiones e inmobiliarias, Parque Arauco; en servicios públicos, Colbún; y en servicios varios, Sonda.
Se entregaron, además, tres menciones honrosas a las compañías que lograron los mayores avances en relación con los resultados de 2017. Estas distinciones recayeron en Engie (+26,68), Sonda (+23,58) y Banco de Chile (+15,78).
Joaquín Cortez, presidente de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), quien asistió a la presentación de los datos de Informe Reporta en Santiago de Chile, subrayó la relevancia que ha adquirido la entrega de información por parte de las empresas a sus grupos de interés y al conjunto de la sociedad. Cortez también destacó que la CMF -la nueva autoridad regulatoria máxima del mercado financiero chileno que debutó este año- tiene como uno de sus objetivos mejorar la entrega de información.
El gerente general de la Bolsa de Comercio, José Antonio Martínez, quien también participó del acto de entrega del informe, afirmó que “la sostenibilidad es una parte que ya está dentro de la cultura de la organización, que va desde la alta administración hasta el último de los colaboradores”.
Según explicó Alejandra Isbej, socia de Deva Chile, en la actualidad “la comunicación es uno de los pilares básicos sobre los que se construye la reputación de la empresa”. A su juicio, los mercados reconocen que las compañías con buena reputación generan una rentabilidad más sustentable, mayor crecimiento futuro, ratios P/U más altos, un aumento de su valor y, por tanto, enfrentan un menor costo de capital. “La información de reporting asimismo contribuye a disminuir las asimetrías de información”, agregó.
De acuerdo con Isbej, “la reputación es uno de los activos intangibles más importantes de las empresas, porque una compañía con buena reputación consigue que los clientes compren sus productos y servicios, que la comunidad le otorgue la licencia social para operar, que las administraciones públicas le concedan los permisos, los inversionistas inviertan y los medios de comunicación reporten favorablemente sobre ella”.
Cifras comparativas
En el Informe Reporta 2018, la media del IPSA subió dos puntos respecto de 2017, pasando de 47,2 a 49,2 puntos. En España, las empresas que mejor reportan obtienen puntuaciones alrededor de 85 puntos, mientras en Chile marcan 78. En términos de rubros, destaca servicios públicos, con un promedio de 65,7 puntos.
Comparativamente con 2017, los resultados en los cuatro principios experimentaron pocas variaciones en este año. En el ámbito de la transparencia, 28 de los 40 emisores lograron una nota sobre la media de 12,5 puntos, pero es en los principios de compromiso y relevancia – que son los que apuntan a las dimensiones ASG- donde hay todavía mayor espacio para avanzar. Finalmente, en el principio de accesibilidad, las compañías evaluadas están en la nota media.
Según confirmó JP Morgan desde Nueva York, Juan Pablo Arias Bello se unió a la firma para liderar el equipo de soluciones de inversión en México.
Arias cuenta con más de doce años de experiencia en el sector y está familiarizado con múltiples clases de activos de tanto el mercado local como el internacional. En 2013 se unió a Credit Suisse, donde pasó los últimos cinco años. Previo a esto, trabajó en empresas como BlackRock, BBVA Bancomer y Profuturo GNP.
Estudió actuaría en la Universidad Anáhuac y cuenta con un MBA de la Universidad de Duke, así como la certificación CAIA.
Las inversiones en instrumentos extranjeros, acciones locales y títulos de deuda generaron retornos positivos para los fondos de pensiones chilenos en julio pasado, los que totalizan 209.419 millones de dólares en activos, informó la Superintendencia de Pensiones (SP).
Las cifras muestran que los fondos A (más riesgoso) y B (riesgoso) anotaron rentabilidades mensuales de 2,13% y 1,71%, respectivamente, mientras que los fondos D (intermedio) y C (conservador) registraron ganancias de 1,35% y 1,06% en cada caso. El Fondo E (más conservador), en tanto, avanzó 0,51% en el mes.
La rentabilidad de los Fondos de Pensiones Tipo A y B se explica principalmente por el retorno positivo que presentaron las inversiones en instrumentos extranjeros de renta variable y acciones locales. Lo anterior se puede apreciar al considerar como referencia la rentabilidad en dólares de los índices MSCI mundial y el retorno mensual de los títulos accionarios locales medido por el IPSA, que presentaron alzas de 3,40% y 2,38%, respectivamente, durante el mes de julio.
Por su parte, la rentabilidad de los Fondos de Pensiones Tipo C y D se explica principalmente por el retorno positivo que presentaron las inversiones en instrumentos extranjeros, acciones nacionales y títulos de deuda local. Al respecto, durante el mes de julio se observó una caída en las tasas de interés de los instrumentos de renta fija nacional, lo que implicó un aporte positivo a la rentabilidad de estos Fondos por la vía de las ganancias de capital.
Finalmente, la rentabilidad del Fondo de Pensiones Tipo E se explica principalmente por el retorno positivo de las inversiones en títulos de deuda local e instrumentos extranjeros.
En cuanto a la rentabilidad acumulada en el año, y a pesar de la evolución positiva del último mes, la rentabilidad de los fondos tipo A y tipo B sigue siendo ligeramente negativa, con retornos del -0,63% y -0,01% respectivamente. Los fondos Tipo C, D y E, sin embargo, presentan números positivos con rentabilidades acumuladas del 0,56%, 1,10% y 2,02% respectivamente.