Reliance Jio, Merck, Bank of America e Inditex son las cuatro empresas que encabezan el ranking elaborado por Fortune y que está formado por las 57 compañías que, en su opinión, están cambiando el mundo. Este ranking, conocido como 2018 Change the World, visibiliza las compañías que más están aportando más al mundo, no por su caridad sino por lo transversal de sus negocios.
Según señalan desde la publicación, al elaborar la lista de este año han detectado algunas tendencias muy claras entre estas compañías, entre ellas alinear su negocio con las nuevas necesidades sociales que van surgiendo y preocuparse más por promocionar y dotar a sus trabajadores de nuevas habilidades. “Se trata de compañías que lo hacen y hacen el bien con sus negocios”, explica Matt Heimer, editor de Fortune
“También hemos detectado que hay más empresas preocupadas con la generación de basura y residuos, en especial de aquellos que contaminan los océanos, así en cómo su actividad puede dañar al planeta”, añade Heimer.
Este año el liderazgo del ranking lo ostenta la empresa india Reliance Jio, principal jugador en el mercado de telecomunicación en India que está permitiendo el acceso de la población a Internet. En segundo lugar se encuentra la farmacéutica Merck, impulsado por el éxito de su vacuna para combatir el último brote de ébola, y Bank Of America, en tercer lugar.
Por áreas geográfica, Estados Unidos es el líder con más de 30 compañías clave, seguidas de Europa, donde se ubican 13 de las empresas que están cambiando el mundo.
Citi anuncia un movimiento estratégico: integra sus negocios de Banca de Inversión y CMO (Capital Markets Origination), en todo el mundo. El resultado es la nueva unidad de Banca, Capitales, Mercados y Asesoría (BCMA), que estará codirigida por el español Manolo Falcó y por Tyler Dickson.
Según ha explicado la entidad, con esta reorganización de su negocio pretende generar un modelo de cobertura de servicios más integral para sus clientes, alineando los productos de asesoramiento y generación de capital de forma más uniforme. “He decidido combinar nuestras divisiones de Banca Corporativa y de Inversión (CIB) y CMO (Capital Markets Origination) en una, creando una nueva unidad que se llamará Banca, Capitales, Mercados y Asesoría (BCMA)”, ha explicado James A. Forese, presidente del Citigroup y consejero delegado del Grupo de Clientes Institucionales.
A la cabeza de esta nueva unidad estarán Dickson y Falcó, quienes reportarán directamente a Forese. Ambos nombres destacan por su dilatada experiencia en el sector y en Citi. Dickson, por ejemplo, lleva más de 29 años en la firma y ha dirigido la división CMO (Capital Markets Origination) a nivel global desde 2008. Por su parte Falcó ha sido el encargado de dirigir la banca de inversión del banco en la región EMEA.
Otro cambio importante que ha anunciado Forese es el nombramiento de Ray McGuire como nuevo presidente de la unidad Banca, Capitales, Mercados y Asesoría (BCMA) y vicepresidente de Citigroup. Según ha explicado la entidad, desde este nuevo cargo, McGuire se encargará de gestionar las relaciones con los clientes globales para informarles y ofrecerles todas las soluciones de inversión de la entidad. “Trabajará de forma estratégica junto a los principales responsables de los negocios de cara a valorar las decisiones críticas que afecten a los clientes. Con su liderazgo durante los últimos trece años en el negocio de CIB, Citi ha logrado situarse como un asesor de confianza para los inversores institucionales globales, ayudándoles a concebir, financiar y ejecutar algunas de las transacciones más complejas de su historia”, destaca Forese.
Estos no son los únicos cambios en los que ha estado trabajando Citi, Forese ha asegurado que en los próximos meses anunciarán nuevos nombramientos dentro de la unidad BCMA, a medida que se vayan integrando ambos negocios. “Durante el resto del año, McGuire trabajará estrechamente con Tyler y Manolo para garantizar una transición organizada a nuestro nuevo modelo, y para garantizar que mantenemos la continuidad de nuestros procesos de reclutamiento, promoción, compensación y presupuesto”, ha afirmado Forese.
Generali ha puesto sus ojos en la firma Sycomore Asset Management. Según ha anunciado, ha entablado negociaciones en exclusiva con sus accionistas para adquirir una participación mayoritaria e iniciar una asociación estratégica.
Este nuevo movimiento de Generali responde a su estrategia multi boutique para la gestión de activos, que ya anunció en mayo de 2017. Según ha informado Generali, a través de esta adquisición, Sycomore sería parte de su plataforma multi boutique coordinada por Generali Investments Partners. “Se trata de un paso más para convertirnos en la plataforma número uno en formato multi boutique de Europa”, señala en su comunicado la compañía.
Según apuntan las negociaciones, si bien el grupo Generali sería dueño de la mayoría económica de Sycomore, los fundadores de Sycomore seguirían siendo accionistas significativos y sus empleados aumentarían su porcentaje como propietarios. Además, el equipo de Sycomore continuaría ejecutando la estrategia y las operaciones de la empresa de forma independiente, con la misma mentalidad empresarial que ha impulsado la innovación y el rendimiento desde su fundación en 2001.
Desde Generali han querido puntualizar que cualquier acuerdo que resulte de estas negociaciones quedará sujeto a la consulta con los empleados de Sycomore Asset Management, así como a la autorización de las autoridades reguladoras y antimonopolio pertinentes.
Esta asociación estratégica se basa en la relación comercial ya existente entre ambas firmas y busca alinear la estrategia entre Generali y Sycomore, que permitirá importantes sinergias a través de la aceleración de la expansión internacional de Sycomore y el desarrollo de ofertas personalizadas para clientes minoristas e institucionales. Además, ambas firmas han señalado que coinciden en su compromiso y visión con la inversión sostenible y bajo criterios ESG, un punto fundamental en la oferta de ambas compañías.
“El anuncio de hoy es un gran paso en la ejecución de nuestra estrategia de gestión de activos; al asociarnos con Sycomore, podremos enriquecer nuestra oferta con soluciones de inversión innovadoras dirigidas a nuestros clientes individuales y de seguros, y para fortalecer nuestro enfoque y capacidades en sostenibilidad e inversiones responsables”, ha señalado Timothy Ryan, director de inversiones y consejero delegado de Asset & Wealth Management, a raíz del anuncio.
Por su parte, Carlo Trabattoni, director de Generali Investment Partners, ha puntualizado que en su estrategia, la compañía busca proyectos con firmas que destaquen por su mentalidad emprendedora. “Los gestores y empleados de Sycomore realmente se destacan en su área de especialización, y esperamos trabajar estrechamente con ellos”, ha afirmado.
Los responsables de Sycomore Asset Management, que actualmente gestionan más de 8.300 millones de euros, han destacado los beneficios que ofrecerá unirse a la plataforma multi boutique de Generali. “Estamos encantados de comenzar una nueva fase con Generali. La demanda de soluciones de inversión socialmente responsable está aumentando a medida que aumentan la conciencia y el apetito de los inversores. La plataforma multi boutique de Generali nos permitirá sacar provecho de las importantes oportunidades que ofrece, a la vez que nos permite retener los atributos culturales únicos que han respaldado nuestro éxito hasta la fecha”, ha explicado Emeric Préaubert, socio fundador y consejero delegado de Sycomore Asset Management.
Una silenciosa pero profunda transición se está dando en el universo de la inversión sostenible. Una transformación que, en opinión de Gavin Power, responsable de desarrollo sostenible y asuntos internacionales de PIMCO, y Mike Amey, director de estrategias ESG de la gestora, va a remodelar los mercados y catapultar la renta fija a un lugar prominente dentro del universo ESG.
Tradicionalmente, y desde que el Pacto Mundial de las Naciones Unidas lanzase el concepto de inversión ESG en 2004, la renta variable se ha convertido en el vehículo más demandado para concretar este tipo de inversión, ya que las acciones ofrecen un corpus de investigación ESG mucho más extenso, cuentan con numerosos indicadores de referencia e índices y presentan conexiones más claras con la participación empresarial.
Sin embargo, en opinión de estos dos responsables de PIMCO, esta es una tendencia que está a punto de cambiar, “lo que marcará el inicio de una etapa con la renta fija en el centro del universo de inversión sostenible, que podría eventualmente expandir los préstamos relacionados con los factores ESG desde los miles de millones de dólares anuales hasta los billones que se necesitan para salvaguardar la solvencia crediticia de un país o una compañía a largo plazo”.
En este sentido, la gestora ve varios indicios de este cambio de tendencia: el creciente reconocimiento por gran parte del mercado de que los asuntos ESG comportan un significativo riesgo de crédito, en comparación tanto con la deuda corporativa como con la deuda soberana; y, en segundo lugar, que en términos de innovación y búsqueda de productos, la renta fija ESG está experimentando una aceleración.
“En cuanto al universo de bonos verdes, se prevé un aumento de la oferta de más del 60% este año, hasta los 250.000 millones de dólares, lo que superaría el nivel récord de 155.000 millones de dólares registrados en 2017, según datos de Bloomberg. Cabe destacar que las categorías de deuda corporativa, deuda pública y bonos de titulización de activos experimentaron, todas ellas, un crecimiento de las emisiones prácticamente similar en 2017. Por supuesto, estas alentadoras estimaciones de crecimiento deben analizarse teniendo en cuenta el tamaño de todo el mercado de renta fija mundial, que ascienda a cerca de 100 billones de dólares”, explican Power y Amey.
La gestora destaca que, en muchos aspectos, el mercado de renta fija presenta las características idóneas para beneficiarse de las iniciativas relacionadas con los factores ESG, así como para financiarlas. Los emisores suelen recurrir al mercado de renta fija (a diferencia del mercado de renta variable) cuando desean refinanciar su deuda antigua o buscar nueva financiación. Esto brinda a los inversores en bonos una oportunidad única de identificar los riesgos, fomentar la participación activa de los emisores y forjar relaciones capaces de promover cambios.
“En nuestra opinión, la inversión ESG no solo hace referencia a la colaboración con los emisores que ya disponen de un arraigado enfoque ESG, sino también al fomento de una participación activa con aquellos que desean mejorar sus propias iniciativas y están dispuestos a trabajar con los prestamistas para lograr sus metas”, argumentan desde PIMCO.
El final del verano también se nota en las instituciones oficiales. El Banco Central Europeo (BCE), la Reserva Federal (Fed), el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón y hasta el Banco de China tienen citas importantes para este mes de septiembre, punto de partida del último semestre del año.
El fin de las políticas acomodaticias por parte de los bancos centrales, la subida de tipos de interés generalizada y su efecto en el mercado mantiene a los gestores atentos a cada una de sus reuniones. En Europa, el Banco Central Europeo (BCE) se reunirá el próximo día 13 de septiembre, siguiendo su hoja de ruta: reducción de las compras hasta ponerles fin este mismo 2018. “El BCE ha puesto el piloto automático. De hecho, mientras no haya eventos graves en la economía o desarrollos inflacionarios, el BCE puede recostarse y relajarse. No es necesario insinuar acciones futuras, no hay necesidad de preparar mercados, no hay necesidad de pensar en ajustar los mensajes que lanza”, señalan desde ING.
Además, Mario Draghi, presidente del BCE, se mostró muy claro: las tasas de interés se mantendrán sin cambios durante el verano de 2019. Según el último análisis de ING, “esto le daría dos oportunidades para subir las tasas antes de que deje el cargo: a principios de septiembre y finales de octubre. En nuestra opinión, realizará al menos una subida”.
Dentro de Europa, también merece una mención el Banco de Inglaterra, que cuida con esmero su política monetaria para dañar la economía inglesa de cara al Brexit. En agosto subió los tipos de interés, pero desde ING consideran que será su última subida en bastante tiempo. “La incertidumbre en torno al Brexit está aumentando, y se habla de la posibilidad de un escenario sin trato. Es cierto que creemos que la probabilidad de una salida sin acuerdo es aún relativamente baja. Sin embargo, todo se reduce a una votación crucial en el Parlamento del Reino Unido a principios de 2019, lo que significa que la incertidumbre solo aumentará a medida que nos acercamos al invierno y podríamos comenzar a poner a prueba el sentimiento empresarial y de los consumidores aún más, especialmente si algunos titulares dramáticos a los preparativos del gobierno comienzan a causar preocupación. Esto hace que sea muy poco probable que el Banco suba de nuevo antes de marzo de 2019 ”, señala el informe de ING.
El segundo de los protagonistas, la Fed,también sigue la ruta que se ha marcado y previsiblemente anunciará dos subidas de tipos de interés antes de que acabe el año. Su próxima reunión está prevista para el 26 y 27 de septiembre, y el mercado ya descuenta una subida de tipos de 25 puntos básicos. Según ING la previsión sobre la economía estadounidense es muy alentadora, de hecho se expandió un 4,2% durante el segundo trimestre.
“Contamos con dos subidas de tipos, una en septiembre y otra en diciembre. Es probable que la actividad económica se desacelere en 2019 a medida que los efectos rezagados de una política monetaria más restrictiva y el dólar más fuerte actúen como un freno, mientras que el apoyo al estímulo fiscal se desvanecerá gradualmente. El proteccionismo comercial también podría pesar cada vez más sobre el sentimiento y el gasto, por lo que los temores a la inflación a mediano plazo deberían retroceder progresivamente. Esto apuntaría a un ajuste de política más modesto en 2019: esperamos solo dos alzas de tasas el próximo año”, señalan desde ING.
Los inversores también están atentos a lo que, finalmente, vaya a hacer al Banco de Japón, quien defiende su voluntad de acabar con la flexibilización cuantitativa, pero cuyas decisiones y discurso no siempre van en la misma dirección. “La última decisión sobre los tipos de interés tomada por el BoJ en julio implicó un ajuste modesto en el lenguaje, mientras que al mismo tiempo se rebajó el objetivo de rendimiento para los bonos del gobierno japonés”, advierten desde ING. En aquel momento, la institución bancaria japonesa afirmó que su intención es mantener los tipos de interés en los niveles extremadamente bajos de ahora tanto a corto plazo como a largo plazo.
Respecto al otro banco con más peso en la región asiática, el Banco Popular de China, los inversores siguen de cercar sus movimientos para mantener el yuan; de hecho durante el verán no modificó su política de tipos de interés. “Las tasas de oferta interbancaria de Shangai, el Shibor, cayeron rápidamente del 4,1550% a fines de junio al 3,1740% en julio y al 2,8940% en agosto. Creemos que esto es el resultado de la ventana de orientación del banco central para amortiguar la economía de los efectos perjudiciales de la escalada de la guerra comercial”, matizan desde ING.
Gerónimo Escudero y Fabio Kreplak, dos asesores financieros de larga trayectoria en el negocio latinoamericano, se han incorporado al equipo de wealh management de Mirabaud, según informó la agencia Bloomberg. Contactada por Funds Society, la firma de Zúrich no hizo comentarios al respecto.
Escudero, basado en Suiza, y Kreplak, quien trabaja en Uruguay, se trasladan a Mirabaud con sus respectivos equipos. Ambos trabajaban en Julius Baer y se suman a la lista de asesores que han abandonado el banco en las últimas semanas. Como anunciamos, otros dos ejecutivos de Julius Baer, Claudio Nahmias, Marcos Castagnasso, se han unido al equipo de Citi Wealth Management en Zonamérica, Montevideo, para formar parte de la unidad que se ocupa del Cono Sur.
Además, el jefe de la región andina y centroamericana, Marc Sulser, abandonó recientemente su cargo y será reemplazado de manera interina por Marc Braendlin.
El Premio Internacional Highrise (IHA), el cual se otorga cada dos años a arquitectos y desarrolladores cuyos edificios miden al menos 100 metros de altura y han sido completados desde la última edición, está entrando a su fase decisiva: el jurado ha elegido cinco edificios altos para la ronda final.
El jurado—que está conformado por arquitectos, ingenieros estructurales, expertos en bienes raíces y críticos de arquitectura—analizará los proyectos nominados con base en los siguientes criterios: diseño pensado en el futuro; funcionalidad; tecnología de construcción innovadora; integración en esquemas de desarrollo urbano; sustentabilidad, y costo.
Los finalistas del 2018 son:
MahaNakhon (Bangkok/Tailandia) de Büro Ole Scheeren, Bangkok/Tailandia y OMA (Oficina de Arquitectura Metropolitana), Beijing/China
Beirut Terraces (Beirut/Líbano) de Herzog & de Meuron, Basel/Suiza
Torre Reforma (Ciudad de México /México) de L. Benjamín Romano, Ciudad de México/México
Chaoyang Park Plaza (Beijing/China) de MAD Architects, Beijing/China
Oasia Hotel Downtown (Singapur) de WOHA
Los 5 finalistas son el resultado de una selección entre más de 1.000 nuevos rascacielos en el mundo, de los cuales se seleccionaron inicialmente 36 proyectos de 15 países. Con la selección de los 5 finalistas, quedan descartados proyectos de reconocidas firmas considerados en la primera selección, como Ateliers Jean Nouvel, Foster & Partners, Pelli Architects, Renzo Piano Building Worshop y Zaha Hadid Architects.
El premio será presentado por la Ciudad de Frankfurt/Main en conjunto con Deutsches Architekturmuseum (DAM) y DekaBank Deutsche Girozentrale en el Paulskirche de Frankfurt el 1 de noviembre de 2018. El reconocimiento incluye un premio en efectivo por 50.000 euros y una estatuilla diseñada por Thomas Demand.
Desde el pasado mes de Julio, la Superintendencia de Pensiones chilena ha comenzado a incluir la categoría de activos alternativos en sus informes mensuales ya que tres de las seis AFP. El multifondo E, de menor riesgo, que hasta el mes de agosto no tenía inversiones en activos alternativos ha reportado una inversión de 17 millones de dólares en la categoría de activos alternativos nacionales de renta fija por primera vez, representando un 0,06% de la cartera.
Así pues, a cierre de mes de agosto, la cifra superaba ligeramente los 3.000 millones de dólares representando un 1,6% de la cartera de los fondos de pensiones. La mayor parte de este volumen (74%) está invertido en la categoría de activos alternativos extranjeros, un 24% en alternativos nacionales de renta variable y un 2% en alternativos nacionales de renta fija.
Si observamos la distribución por multifondo, el fondo C es el que mayor exposición tiene con un 2,06% seguido del fondo B y A con un 2% de la cartera y el fondo D con un 1%.
Si se compara la exposición actual de cada multifondo con los límites que permite la legislación (10% multifondo A, 8 % para el B, 6% para el C y 5% para los multifondos D y E) por el patrimonio total actual , la categoría de activos alternativos en la cartera de los fondos de pensiones chilenos podría llegar a alcanzar los 13.000 millones de dólares (6,7% del total cartera), un incremento del 10.000 millones sobre el patrimonio actual.
Teniendo en cuenta el patrimonio actual gestionado por cada multifondo, el fondo C es el que mayor inversión potencial tiene ya que podría llegar a alcanzar los 2.800 millones de dólares, seguido del mutlfondo A con una inversión potencial de 2.500 millones de dólares, el multifondo B con una inversión potencial cercana a los 2.000 millones de dólares, el multifondo E con un potencial de 1.500 millones de dólares y finalmente el D con 1.300 millones de dólares.
En junio del año pasado, Argentina celebraba que la emisión de su primer bono denominado en dólares con vencimiento a 100 años había sido ampliamente suscrita entre los inversores internacionales. Apenas un año y tres meses después, se encuentra en el epicentro de volatilidad de los mercados emergentes.
Según apunta, Sailesh Lad, gestor de la estrategia AXA WF Global Emerging Markets Bonds, la historia del regreso económico de Argentina sigue siendo respaldada por muchos inversores del mercado y sigue siendo una de las posiciones en largo con mayor consenso, incluso hoy en día. Sin embargo, a pesar de que las autoridades del gobierno y del banco central hayan tomado las acciones correctas y ortodoxas a partir del inicio de la debilidad, subiendo los tipos de referencia y endureciendo los objetivos en política fiscal y con la aprobación de un acuerdo en stand-by con el Fondo Monetario Internacional (FMI), los mercados han sido mucho menos gratificantes de lo que cabría esperar.
“Los acontecimientos tomaron un giro inesperado la semana pasada cuando el presidente Macri anunció que había solicitado al FMI que agilizara los desembolsos de su línea de crédito. El mercado reaccionó negativamente, incluso con la subida del 15% de las tasas por parte del Banco Central de la República de Argentina (BCRA), alcanzando niveles del 60%, la divisa continuó depreciándose, perdiendo un 20% en el transcurso de los 2 días siguientes, y más del 100% desde principios de año”, explica Lad.
Este incremento de la tasa de la política monetaria hasta un 60% puede tener un alto coste en la economía, que se encuentra en recesión y exacerba las preocupaciones de los inversores. Según señalan desde NN Investment Partners, el gradualismo ha sido, hasta ahora, el principal pilar de la administración de Macri para arreglar los significativos desequilibrios estructurales de la economía argentina. Esto hizo que se llevara a cabo un proceso de ajustes durante un periodo más extenso con el fin de minimizar los efectos negativos sobre la población, equilibrando así los riesgos económicos y de reelección.
“Esta idea depende fundamentalmente del apetito de los inversores extranjeros para financiar presupuestos y déficits por cuenta corriente durante varios años, y en la actualidad, los mercados sugieren que están preocupados por este tema. En las últimas semanas, las cifras fiscales han mejorado, y la caída del peso ha disminuido el déficit por cuenta corriente actual. Sin embargo, unas condiciones externas adversas han forzado al gobierno a abandonar su enfoque gradual y relegar la política económica a la intervención del Fondo Monetario Internacional. El FMI parece creer que la causa raíz del desequilibrio económico en Argentina yace en el déficit fiscal, impulsado por las políticas populistas del pasado y una baja tasa de ahorro doméstica. En consecuencia, la respuesta del gobierno ha sido anunciar sus planes para reducir de forma agresiva el déficit fiscal y pedir un mayor apoyo del Fondo Monetario Internacional. Dada la historia en común del FMI y América Latina, y en especial con Argentina, creemos que existen fuertes incentivos para que el Fondo Monetario Internacional continúe apoyando a Argentina, para demostrar que existe otra vía distinta al populismo. Aunque de forma general, esperamos que los indicadores económicos reales disminuyan en el corto plazo, conforme la economía se ajusta a un peso más débil y una alta volatilidad en la divisa”, comentan desde NN IP.
De acuerdo con la gestora internacional de origen neerlandés, es poco probable que haya un nuevo incremento en las tasas y el Banco Central de la República Argentina se ha comprometido a mantener la tasa actual del 60% hasta finales de año. “Si el mercado continúa cayendo, un endurecimiento adicional en la política monetaria sería ineficiente y los efectos negativos en la economía doméstica ya son bastante elevados. Una mejora en la confianza del mercado tendría que llegar desde las esferas políticas, fiscales o externas, no desde una política monetaria. Después del salto inicial en la inflación debido al mecanismo de transmisión de la depreciación del tipo de cambio, una menor demanda por parte del sector público y privado disminuirá la presión sobre los precios. El FMI tiene una fuerte preferencia por permitir que el peso argentino cotice de libremente y el BCRA tiene una capacidad limitada para intervenir”, añaden.
El coste político
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional ha respondido en todo momento con comentarios positivos y ha mostrado su completo apoyo a Argentina. La institución internacional está trabajando por reforzar su programa de crédito, pero conseguir que los mercados se estabilicen requerirá un mayor ajuste macroeconómico.
“Por mucho que el gobierno argentino esté comprometido con las reformas, puede suceder que alguna decisión, debido a su implicación, necesite ser aprobada por el Congreso, y muchos han comenzado a cuestionarse la probabilidad de su éxito”, señala Saleish Lad.
Desde el punto de vista de Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM, gestora afiliada de Natixis Investment Management, la debilidad de Argentina reside en que el país debe conseguir al menos 50.000 millones de dólares (algunos analistas apuntan que 77.000 millones) para lo que queda de 2018 y en 2019.
“Como el mercado de deuda de Argentina carece de liquidez y el peso argentino se ha depreciado, el gobierno argentino solicitó al FMI que le proporcionara liquidez. Y, ésta es la parte complicada de la historia, el FMI quiere una política económica más ortodoxa que sea capaz de luchar contra la inflación (alcanzó un 31% en julio y un 28% para la tasa de inflación subyacente), y restaurar así la sostenibilidad de la deuda con un déficit público menor al actual, del 1,3% del PIB”, afirma Waechter. “Sin embargo, este no es un programa que se ajuste a las necesidades de Macri, que busca su reelección en el próximo año. Unas políticas económicas demasiado restrictivas llevarían a una profunda recesión, frente a un escenario de una inevitable recesión. Macri no quiere asumir medidas que dañen a Argentina y a la población argentina. Esta incertidumbre crea una ambigüedad para Argentina, que se ve en un aprieto, mientras que el FMI continúa con su protocolo de actuación. Este fue el motivo del mensaje de la pasada semana de Macri. Una llamada desesperada que ha ejercido presión sobre el peso. Una tasa central más elevada, a niveles del 60%, no ha cambiado realmente la situación”.
El consenso del mercado cree que el gobierno argentino ha seguido una correcta línea de ajustes financieros, pero entrando en elecciones en el próximo año, estas reformas podrían impactar en la estabilidad política, y entonces los mercados comenzarían a preocuparse por la continuidad del proyecto político de Argentina. “Las medidas adicionales que el gobierno ha tenido que tomar, han tenido un fuerte impacto en la economía de Argentina y puede que dañen las posibilidades de reelección de Macri. Hasta ahora, el partido de la oposición parece respaldar el programa de crédito del FMI, aunque existen algunas excepciones: por ejemplo, la anterior presidente de Argentina, Christina Fernández de Kirchner, algo que tuvo un cierto efecto en la caída experimentada por los activos argentinos recientemente. Dada la fortaleza de los resultados de las elecciones de medio término, hace poco menos de un año, muchos pensaron que las posibilidades de que Macri fuera reelegido eran altas, entre un 70% y un 80%. Hoy en día, parece que en el mejor de los casos rondan el 50%, o la misma probabilidad que tirar una moneda al aire”, comentan desde la gestora NN IP.
Sin embargo, existen dos razones por las que no todo parece perdido. La primera, el diálogo con los peronistas moderados sugiere que si regresasen al poder el año que viene, no cabría esperar la misma línea de políticas heterodoxas de Christina Fernández de Kirchner. La posibilidad de que la exmandataria sea reelegida permanece excepcionalmente baja, ya que se ha visto involucrada en un escándalo de corrupción que ocurrió durante su presidencia. Y, en segundo lugar, aunque la recesión será ahora más larga y profunda de lo que se esperaba originalmente, sigue habiendo algo de esperanza para que el crecimiento repunte el próximo año con una producción agrícola muy fuerte. “Esto podría reforzar las posibilidades de reelección de Macri. Los candidatos presidenciales en Argentina suelen tener típicamente un límite en su ratio de aprobación de entre un 25% y 30%”, añaden en NN IP.
El efecto en el resto de los mercados emergentes
Por otro lado, el bloque de los mercados emergentes ha visto como su situación macroeconómica y financiera se deterioraba con la apreciación del dólar estadounidense. Provocando que aquellos países en los que la deuda privada se financia en dólares en graves a puros. Este sería el caso de Argentina y Turquía, que atraviesan una crisis en la actualidad. Según el último informe de perspectivas económicas globales (Global Investment Views) de Amundi Asset Management, ambas crisis son, en teoría, un golpe idiosincrático que no debería extenderse. A juicio de la gestora, el dólar deberá permanecer fuerte en el corto plazo, pero la mayor parte de la apreciación ya ha tenido lugar, lo que puede dar un respiro los activos emergentes de aquí a finales de año. Sin embargo, muchos de los mercados emergentes perdieron la confianza de los inversores durante el verano.
En esa línea, las múltiples amenazas proteccionistas por parte de la administración de Donald Trump no han ayudado a calmar las aguas. “La proximidad de las elecciones de medio término están alentando al presidente a implementar las promesas de su campaña presidencial. Aunque, por ahora, China sigue siendo el principal objeto de las medidas proteccionistas más agresivas”, señalan desde Amundi.
En AXA Investment Managers admiten que Argentina no es el único caso de inversión sobre el que pesa el sentimiento de la clase de activo. Pero creen que conforme el sentimiento y el momentum empeoran, se corre un mayor riesgo de contagio.
“Si se examina el rendimiento de estas historias idiosincráticas contra el historial de otros países emergentes, uno puede ver claramente que estos países han tenido un menor desempeño, y por lo tanto están teniendo un menor efecto de contagio en la clase de activo como conjunto. Tratando de evitar el contagio, en especial en las divisas, algunos bancos centrales han sido proactivos en su comportamiento, subiendo las tasas de interés para evitar un contagio innecesario. Muchos de estos países se consideran “high beta”, o de alta exposición al mercado, dentro de las economías emergentes. El resultado de una política monetaria más restrictiva por parte de los bancos centrales desarrollados, y un dólar estadounidense persistentemente fuerte, así como las políticas proteccionistas han desafiado a muchos países emergentes, pero todavía no prevemos que estas historias idiosincráticas puedan causar un contagio a gran escala en toda la clase de activos”, explica Sailesh Lad.
Por último, para NN IP está bastante claro que cuando el sentimiento hacia los mercados emergentes empeora generalizadamente, Argentina carece del colchón necesario para amortiguar el impacto. El programa del FMI que han adoptado es una estrategia para solucionar este problema y restaurar la confianza del inversor. “La debilidad del peso es el resultado de una falta de confianza en Argentina, dada la historia de Argentina y su reciente declive en la economía real. Mientras tanto, otra serie de perturbaciones pesan sobre los precios de los activos, incluyendo unas menores exportaciones agrícolas debido a la sequía, una incertidumbre en los precios de la renta variable debido a la aparición de un escándalo de corrupción y soborno, aunque data de la administración anterior, y los efectos de una segunda depreciación del tipo de cambio en la inflación. La deuda soberana de Argentina sigue estando respaldada por FMI y el mercado está algo exageradamente, a nuestro modo de ver. La administración de Macri parece querer continuar con el programa del FMI, y el mayor impulsor del precio de los activos son unos fuertes factores técnicos, seguidos de un cierto grado de confianza en el país”, concluyen.
En agosto pasado, los fondos de pensiones chilenos cerraron con cifras azules por segundo mes consecutivo, totalizando activos por 200.633 millones de dólares, informó la Superintendencia de Pensiones chilena.
Alentados por los buenos dividendos de las inversiones en instrumentos extranjeros y deuda local, mientras el Fondo A (más riesgoso) cerró el octavo mes de 2018 con una rentabilidad de 1,40%, los fondos B (riesgoso) y C (intermedio) le siguieron con retornos de 0,97% y 0,74%, respectivamente. Igual desempeño tuvieron los fondos D (conservador) y E (más conservador), con ganancias mensuales de 0,46% y 0,57%, respectivamente.
De acuerdo al reporte de la SP, la rentabilidad del fondo A se explica principalmente por el retorno positivo que presentaron las inversiones en instrumentos extranjeros, el que fue parcialmente contrarrestado por la rentabilidad negativa de las inversiones en acciones locales. Al respecto, pese a que en agosto se observaron resultados mixtos en los principales mercados internacionales, estas inversiones se vieron impactadas por la depreciación del peso chileno respecto de las principales monedas extranjeras, lo que impactó positivamente a las posiciones sin cobertura cambiaria.
Lo anterior se puede apreciar al considerar como referencia la rentabilidad en dólares de los índices MSCI mundial y MSCI emergente, que anotaron un alza de 1,03% y una caída de 2,96%, respectivamente; la apreciación de la divisa norteamericana, con un aumento de 5,73%, y el retorno mensual de los títulos accionarios locales medido por el IPSA, que perdió 2,57% durante el mes.
Los fondos B y C, en tanto, explican la rentabilidad obtenida principalmente por el retorno positivo de las inversiones en instrumentos extranjeros y títulos de deuda local. Este desempeño, sin embargo, fue parcialmente contrarrestado por la rentabilidad negativa de las inversiones en acciones locales. Por último, la rentabilidad de los fondos D y E se debe principalmente al retorno positivo de las inversiones en títulos de deuda local. En agosto pasado hubo una caída en las tasas de interés de los instrumentos de renta fija nacional, la cual implicó un aporte positivo a la rentabilidad de ambos fondos por la vía de las ganancias de capital.