Andorra sale definitivamente de la “lista gris” de paraísos fiscales de la Unión Europea

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Andorra sale definitivamente de la “lista gris” de paraísos fiscales de la Unión Europea
Pixabay CC0 Public DomainPublic_Domain_Photography . Andorra sale definitivamente de la “lista gris” de paraísos fiscales de la Unión Europea

Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) acordaron ayer excluir al Principado de Andorra de su lista gris de paraísos fiscales. Esto significa que la Unión Europea reconoce que el país no es en ningún caso susceptible de ser considerado como paraíso fiscal, sino que ya es un país “plenamente cooperante” y “normalizado” en materia financiera y fiscal, así como en cuestiones de lucha contra el blanqueo de dinero.

Según explican los expertos, se trata de un reconocimiento tácito de la Unión Europea a los esfuerzos llevados a cabo en años recientes por las autoridades andorranas para luchar contra el blanqueo de dinero y homologar su legislación financiera y fiscal a las de los países más avanzados y transparentes de su entorno. De hecho, el Ecofin ha adoptado esta medida después de analizar los criterios establecidos por el Consejo de Europa; la transparencia fiscal, el marco impositivo y la implementación de medidas contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS).

Tras el anuncio, el ministro de Finanzas del Gobierno andorrano, Jordi Cinca, ha declarado que “el hecho de que el Ecofin haya reconocido públicamente que Andorra ya no forma parte de la lista gris ni de la lista negra que en su momento emitió la Unión Europea es un reconocimiento al trabajo realizado por Andorra a lo largo de estos últimos años, una labor que se ha centrado en la lucha contra el blanqueo de dinero, la cooperación en materia fiscal y el establecimiento de un marco fiscal homologable y comparable con el de cualquier país de nuestro entorno. Esto nos ha permitido, por ejemplo, firmar convenios de doble imposición con España, Francia o Portugal”.

No solo las autoridades han celebrado esta decisión del Ecofin, sino también el sector financiero del país. En este sentido, Esther Puigcercós, directora general de Andorran Banking, ha destacado que esta decisión “es la consecución de un objetivo fijado hace ya muchos años por todo el país, no solamente por el sector financiero y bancario”. Puigcercós añade que “solamente gracias a un esfuerzo y trabajo conjunto entre instituciones, gobierno y entidades bancarias se han podido adoptar los estándares internacionales más exigentes en materia de transparencia, hecho que se reconoce internacionalmente  hoy de manera definitiva”.

Mejoras legislativas

Según Cinca, las modificaciones legislativas implementadas en este último año han permitido que Andorra se elimine del Anexo II de las conclusiones del Ecofin del 5 de diciembre del 2017, en el que fue incluida con 46 países más. Este Anexo II, mejor conocido como “lista gris”, dejaba fuera de la “lista negra” a las jurisdicciones que se habían comprometido en firme a corregir las deficiencias detectadas, siempre que estos compromisos se cumplieran antes de finales de 2018.

Una vez agotado el plazo concedido para realizar las correcciones mencionadas, los países que no hubieran cumplido con sus compromisos volverían a la “lista negra” de jurisdicciones no cooperantes en materia fiscal. En este sentido, Andorra debía modificar la Ley del Impuesto sobre Sociedades para suprimir dos de los regímenes fiscales especiales existentes y modificar dos otros.

Estas modificaciones entraron en vigor en mayo de 2018. Después de que en noviembre el Marco Inclusivo aprobase la evaluación favorable realizada por Global Fórum sobre prácticas fiscales perjudiciales respecto a los actuales regímenes fiscales especiales de Andorra, el Código de Conducta de la Unión Europea sometió a evaluación estas modificaciones.

Así ha sido cómo finalmente el Ecofin, teniendo en cuenta el informe del Código de Conducta, ha considerado hoy que los regímenes fiscales especiales de Andorra ya no tienen ningún componente que pueda ser considerado como potencialmente perjudicial. De esta manera, Andorra ha salido de la lista gris y se posiciona definitivamente como jurisdicción cooperadora en materia fiscal.

Estas son las cinco razones por las que está aumentando la volatilidad

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Estas son las cinco razones por las que está aumentando la volatilidad
Pixabay CC0 Public DomainBlickpixel. Estas son las cinco razones por las que está aumentando la volatilidad

Alentada por el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro, la volatilidad ha regresado a los mercados bursátiles mundiales justo en un momento en el que los inversores se enfrentan a nuevas preocupaciones. Por un lado, han de lidiar con las pesiones sobre una política monetaria estadounidense más estricta, con una guerra comercial en ciernes y también con una desaceleración del crecimiento económico en China.

En las últimas semanas los índices de volatilidad han aumentado y la renta variable lo ha acusado con caídas. Una reacción que se ha debido sobre todo a los descensos de las compañías de tecnología, entre las que se incluyen muchas de esas empresas que llevaron a los índices a nuevos máximos durante un mercado alcista que dura ya casi una década.

«El retroceso del mercado de valores no es tan sorprendente si se tiene en cuenta que los tipos están aumentando, el mercado laboral está ajustado y la Reserva Federal está eliminando algo de liquidez del sistema», apunta el economista de Capital Group Darrell Spence. “Las valoraciones de acciones también han crecido, y el mercado ha estado subestimando lo que la Reserva Federal dijo que iba a hacer en lo que se refiere al aumento de los tipos a corto plazo. Además, hay una disputa comercial con China que podría presionar más a la economía».

En este sentido, los inversores deberían esperar periodos de mayor volatilidad en el medio plazo, a medida que se van registrando eventos que potencialmente podrían mover el mercado: las elecciones de mitad de legislatura en Estados Unidos, un mayor ajuste monetario de la Reserva Federal, y la retirada de medidas de estímulo de la era de la crisis por parte del Banco Central Europeo. A continuación, explicamos cinco de ellos:

  1. Los tipos de interés están aumentando y la Reserva Federal está eliminando su política monetaria acomodaticia. Es posible que la renta variable necesite una corrección, pero parte de la respuesta a las caídas está en el mercado de bonos. El rápido aumento de los tipos en las últimas semanas fue el desencadenante principal. Al mercado no le ha sorprendido tanto la dirección de los tipos, sino el ritmo de reacción del mercado, ya que el rendimiento del bono estadounidense a 10 años alcanzó un máximo de siete años en 3,23% y el rendimiento del bono a 30 años se colocó en máximos de cuatro años, en 3,4%. Eso está provocando la volatilidad del mercado debido a una combinación de tipos en aumento y el fin de la flexibilización cuantitativa. El endurecimiento de la política monetaria continuará mientras el ritmo de la actividad económica siga siendo elevado y las expectativas de inflación aumenten. «A medida que la Fed pasa de la flexibilización cuantitativa a una política de ajuste, sus decisiones dependerán más de los datos», señala Mike Gitlin, jefe de renta fija de Capital Group. Nuestro equipo de renta fija espera otro aumento del precio del dinero en diciembre hasta 2.5%, así como dos o tres aumentos adicionales en 2019.
  2. El retroceso en la tecnología no debería ser una sorpresa. El peso de la tecnología se ha elevado hasta acumular un 26% del índice S&P 500 y si se añaden Netflix y Amazon, su peso estaría cercano al 30%. Estas compañías han tenido un gran efecto en los mercados, en ambas direcciones. El trading automático probablemente ha contribuido a movimientos más agudos en los mercados, generando una mayor volatilidad. Por otro lado, también es necesario tener en cuenta que el sector se ha disparado más de un 600% desde la última fase de mercado bajista.  Además, las acciones de las tecnológicas normalmente se negocian con una primaen el mercado, debido a su potencial de crecimiento desmedido. Teniendo esto en cuenta, acciones como Facebook, Microsoft o Alphabet tienen ratios de precio-ganancias de alrededor de 20 veces según las ganancias estimadas por los datos de FactSet. Siendo esto así, incluso acciones con valoraciones muy altas como Amazon, parecen tener un valor mucho más razonable si se utiliza una métrica basada en los ingresos. En este sentido, en una relación precio/ventas, Amazon tiene la proporción más baja de todas las acciones de las FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Alphabet de Google), y que va más en línea con el mercado en general.
  3. Podríamos estar viendo algunas consecuencias tempranas de las escaramuzas comerciales. La temporada de resultados trimestrales ya ha evidenciado algunas decepciones para los mercados, aunque todavía no hay datos demasiado severos. Por citar un ejemplo, dos compañías industriales como PPG Industries y Fastenal, han hecho referencia a la desaceleración de la demanda en China. Si nos fijamos en la empresa francesa de artículos de lujo LVMH, la tendencia no cambia demasiado, ya que señalan que han notado más controles fronterizos, así como un consumidor chino más débil.
  4. Las comparaciones de ganancias serán más difíciles. De acuerdo con el economista Jared Franz, la rebaja fiscal en Estados Unidos provocó un crecimiento en el de las ganancias por extraordinarios que se irá desvaneciendo en 2019 a medida que este estímulo desaparezca. En este sentido, Franz señala que “según algunas estimaciones, los recortes de impuestos han aumentado el crecimiento de las ganancias por acción hasta en un 50% en 2018″, cuya consecuencia más directa es que “las ganancias podrían desacelerarse en 2019, y el mercado está comenzando a descontarlo”. Por otro lado, “la apreciación del dólar también ha sorprendido a muchos” señala Franz, y eso “puede ser otro obstáculo potencial para el próximo año, ya que las compañías S&P 500 obtienen una parte significativa de sus ventas de los mercados extranjeros».
  5. El crecimiento se está desacelerando más de lo esperado en China y Europa. La economía de China creció en el segundo trimestre al 6,7%, el ritmo más lento desde 2016, lo que llevó a nuevas medidas de estímulo de las autoridades chinas. Por su parte, la tasa de crecimiento económico de Europa se ha desacelerado por tercer trimestre consecutivo. A pesar de un ciclo económico tardío, persisten algunos factores positivos. China está inyectando nuevos estímulos monetarios en la economía a través de una flexibilización de las condiciones crediticias. En los últimos años, EE. UU. ha vivido un aumento constante de los márgenes de beneficios, unos tipos de interés relativamente bajos que conducen a un bajo coste del endeudamiento, una inflación muda en los salarios o materias primas y una reducción de los impuestos sobre la renta. Estos factores han creado un viento de cola positivo que disminuirá hacia 2019, pero es poco probable que se revierta. Sin embargo, sí apunta a expectativas de retorno más modestas. Todo indica que este entorno será propicio para la renta variable, pero habrá que acostumbrarse a un incremento de la volatilidad y preparar las carteras para ello.

Tribuna de Richard Carlyle, director de inversiones de renta variable de Capital Group.

Los cuatro grandes desafíos de los modelos operativos de los propietarios de activos

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Los cuatro grandes desafíos de los modelos operativos de los propietarios de activos
Pixabay CC0 Public DomainDimitrisvetsikas1969 . Los cuatro grandes desafíos de los modelos operativos de los propietarios de activos

Los propietarios de activos que buscan tener éxito en un mundo de cambios constantes como la tecnología, la demografía, la globalización, el medio ambiente o las normas sociales tendrán que reposicionar significativamente sus modelos operativos y de inversión, según concluye el nuevo estudio del Instituto Thinking Ahead (ITA) de Willis Towers Watson.

En el documento, titulado The asset owner of tomorrow, se abordan cuatro de los principales desafíos a los que los propietarios de activos han de enfrentarse y cómo estas tendencias podrían influir en su actividad en los próximos cinco o diez años.

Según ha indicado Roger Urwin, responsable global de análisis de contenido de Willis Towers Watson y principal autor del informe, “ser propietario de un bien puede llegar a ser increíblemente complejo y la tendencia indica que en los próximos años no va a facilitarse el proceso. Todo comienza con una definición clara de lo que queremos decir con el término propietario del activo, o lo que es lo mismo, las instituciones que gestionan más de 50 billones de dólares de ahorros colectivos a nivel global bajo responsabilidad discrecional y fiduciaria. La dimensión de sus activos y el alcance de su influencia hacen que los propietarios de activos no puedan fallar en su misión. Por ello, y para que los pasos prácticos descritos en el documento se desarrollen con éxito, es fundamental que los propietarios de activos comprendan mejor el mundo en el que operan, si es que desean gestionar el riesgo, explotar las oportunidades y prosperar a través de great acceleration”.

El documento describe los cuatro grandes cambios en respuesta a la gran aceleración en los próximos años:

  1. Cambiar el enfoque: los propietarios de los activos deben pasar de un enfoque basado en el desempeño a uno que fije su vista en los logros, reconociendo sus deberes públicos/sociales y teniendo una visión a más largo plazo de sus asignaciones de capital y responsabilidades de propiedad.
  2. Adopción de sistemas de automatización para mejorar la toma de decisiones:los propietarios de activos con éxito serán los que logren ser más eficientes en el manejo de “big data” y la tecnología computacional junto con la tecnología humana para crear oportunidades para el pensamiento en la red.
  3. Potenciar la cultura y la diversidad para seguir evolucionando el modelo de personas:el punto fuerte de los propietarios generalmente no va ligado a un liderazgo fuerte, lo que reduce la ventaja competitiva que agrega una cultura efectiva. En particular, surge la necesidad de una mayor diversidad, tanto de “identidad”, como “cognitiva”.
  4. Repensar el modelo de inversión:para responder de manera efectiva a los múltiples problemas de la inversión moderna, los modelos de inversión deben tener en cuenta los sistemas y métodos de riesgo y rentabilidad, cada vez más sofisticados, al mismo tiempo que deben desarrollar prácticas de sostenibilidad de una manera más centralizada.

«Para los propietarios de activos, cada situación es diferente y, precisamente, la clave de su éxito viene dada por la comprensión y la evolución de los principios de buenas prácticas y su aplicación a circunstancias únicas. Como resultado, existe la enorme necesidad de que entiendan el mundo en el que operan a través de un modelo que conecte todos estos puntos», apunta Urwin.

En su opinión, el análisis que ofrece este informe es particularmente relevante para los fondos con prestaciones que superan las aportaciones, es decir, con flujo de caja neto negativo, sujetos a una necesidad de reducción de riesgo a futuro, que además tienen horizontes de inversión relativamente cortos.

“El propietario de activos de mañana tendrá que enfocarse en múltiples horizontes temporales. A partir de este estudio se han identificado grandes oportunidades para los propietarios de activos que evolucionen hacia un profesionalismo más potente en sus modelos operativos y logren una mayor diferenciación”, concluye.

¿De qué deben preocuparse los mercados?

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¿De qué deben preocuparse los mercados?
Foto: Jeanne Menjoulet . ¿De qué deben preocuparse los mercados?

Desde principios de año se respira en los mercados financieros un ambiente que recuerda al periodo entre septiembre de 1939 y mayo de 1940, que tan bien conocen los soldados franceses, denominado como «la extraña guerra» (drôle de guerre): el conflicto ya había estallado y la sensación de peligro empezaba a calar, pero la guerra solo se materializaba, en aquel entonces, en forma de escaramuzas aisladas, a la espera de la primera gran ofensiva.

Hoy, la declaración de guerra para los mercados es de índole monetaria y se remonta a tiempo atrás. Hace ya tiempo que los grandes bancos centrales anunciaron su intención de poner fin a las medidas extraordinarias de apoyo a los mercados y a  las economías occidentales, que implementaron durante los diez últimos años para atajar los efectos directos e indirectos de la gran crisis financiera de 2008. Por tanto, la guerra ya se ha declarado, especialmente por parte de la Reserva Federal estadounidense (Fed).

Sin embargo, sus efectos siguen siendo intermitentes. Cierto es que los principales mercados bursátiles no presentan un balance demasiado satisfactorio en la recta final de este año, aunque siguen evolucionando en línea con las tendencias observadas durante la última década. Durante este periodo, el índice de renta variable europea Eurostoxx se anota un incremento del 20%, el índice bursátil estadounidense S&P 500 se revaloriza un 167%, por no mencionar el índice del sector tecnológico estadounidense Nasdaq, que registra una progresión del 464% durante el periodo. Sin embargo, han empezado a producirse acontecimientos insólitos que indican que ya no estamos en tiempos de paz.

Si bien el índice de renta variable estadounidense registra una subida del 2% desde principios de año, el índice de los mercados bursátiles emergentes retrocede un 17% durante el mismo periodo y el de las acciones chinas cae un 20%. No podemos obviar, y con razón, que las amenazas de la Administración Trump contra las exportaciones chinas han contribuido a esta espectacular divergencia. Con todo, centrarse en ese aspecto sería ignorar el motivo fundamental: el cambio de contexto de liquidez para los mercados en 2018 ya ha comenzado. La Fed, en lugar de inyectar liquidez en los mercados como viene haciendo desde 2009, ha empezado a reducirla desde principios de año a través de la subida de los tipos de interés y la reducción del tamaño de su balance. Cabría entonces preguntarse por qué la retirada de liquidez, que por ahora solo está teniendo lugar en Estados Unidos, ha perjudicado a los mercados emergentes en lugar de al mercado estadounidense. La respuesta es tan sencilla como un tuit: la política presupuestaria de la Administración Trump no solo ha apuntalado el crecimiento económico estadounidense sino que, sobre todo al fomentar la repatriación de capitales hacia EE. UU. a través de atractivas ventajas fiscales, ha aspirado literalmente los dólares del universo emergente offshore (sobre todo en Latinoamérica y Asia). Esta política ha tenido tanto éxito que, paradójicamente, el ajuste monetario de la Fed no ha penalizado ni a la economía ni al mercado bursátil estadounidense, sino que, por el contrario, ha asfixiado a la esfera emergente. Esta última región ha proporcionado al mercado estadounidense el empuje necesario para su progresión. ¿Perdurará esta dicotomía?

A corto plazo, es posible que así sea, mientras resulte más atractivo invertir la liquidez en EE.UU. que en cualquier otra región. Pero no debemos olvidar que la ofensiva principal está aún por llegar. En diciembre, el Banco Central Europeo pondrá fin a su política de compra de activos de renta fija europeos, mientras que el Banco de Japón acaba de empezar a reducir el ritmo de compra. Y lo que es más importante, la solidez de la economía estadounidense empieza a adquirir un cariz inflacionista, lo que alienta a la Fed a proseguir alegremente su propia ofensiva a través del incremento periódico de sus tipos de referencia. Entretanto, la financiación de este crecimiento estadounidense, que se cimienta sobre un drástico incremento del déficit presupuestario (probablemente cerca de un 6% del PIB este año, es decir, el doble del objetivo de la UE), obliga al Gobierno de Washington a impulsar al alza los tipos de interés de la renta fija para atraer a unos prestamistas que cada vez brillan más por su ausencia.

El problema de este enfoque para los mercados de renta variable es que la reversión del estímulo monetario se produce de forma simultánea a una ralentización económica en todo el mundo. Esta es ya patente en Europa, Japón y China, y empieza a tomar forma en Estados Unidos. Si bien el ritmo de crecimiento de este último país sigue siendo constante, este aspecto constituye, irónicamente, el principal quebradero de cabeza para el mercado estadounidense: un crecimiento que decae — y, por tanto, unos analistas que revisan a la baja sus previsiones de resultados empresariales— pero que sigue haciendo gala del vigor suficiente (por encima de su «potencial de crecimiento», afirman los economistas) como para justificar que la Fed prosiga con su endurecimiento monetario.

A más corto plazo, existen algunos acontecimientos que podrían proporcionar un cierto balón de oxígeno a los mercados: un alto el fuego estratégico negociado en el marco de la disputa comercial entre China y EE. UU., un acuerdo definitivo sobre las condiciones del brexit o, incluso, una tregua en la escaramuza entre el Gobierno italiano y la Comisión Europea. A más largo plazo, llegará un día, como siempre sucede, en el que los bancos centrales ondearán la bandera blanca y pondrán fin al endurecimiento de la política monetaria. Sin embargo, este proceso de ajuste monetario apenas acaba de dar comienzo. Una leve ralentización económica o una ligera corrección en los mercados no bastarán para intimidarlos. Así, entre el más corto plazo y el largo plazo, se perfila en el horizonte un periodo muy desagradable durante el que los inversores en renta variable harían bien en no abandonar sus refugios excepto de forma breve y con una gran prudencia.

Columna de Carmignac por Didier Saint Georges

Santander lanza Private Wealth para clientes con un patrimonio superior a 20 millones de euros

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Santander lanza Private Wealth para clientes con un patrimonio superior a 20 millones de euros
. Santander lanza Private Wealth para clientes con un patrimonio superior a 20 millones de euros

Santander Private Banking (SPB) ha anunciado el lanzamiento de Private Wealth, una nueva iniciativa diseñada para particulares con activos de al menos 20 millones de euros que tiene una base de clientes inicial de 1.500 personas.

La iniciativa se centra en servicios personalizados, de mayor valor añadido y basados en las necesidades específicas de cada cliente. La oferta incluye servicios de inversiones tradicionales y alternativas, además de planificación patrimonial y de asesoramiento a la siguiente generación a través de la relación que Santander mantiene con 1.300 universidades en todo el mundo. 


Los nuevos servicios serán ofrecidos por un equipo de banqueros especializados, coordinados a través del modelo único de relación global de SPB para atender las necesidades locales e internacionales de los clientes de forma integrada. 
La iniciativa incluirá soluciones digitales de vanguardia para facilitar a los clientes acceso instantáneo a sus carteras de inversiones y los mercados de capitales. 


La nueva unidad de Private Wealth forma parte de la división de Wealth Management. “Nuestro alcance internacional y la fuerte presencia local en nuestros mercados principales hacen que estemos posicionados para convertirnos en el mejor gestor de patrimonio en Europa y América”, comenta el director de Wealth Management, Víctor Matarranz.


“Estoy convencido de que Grupo Santander, gracias a sus capacidades de banca de inversión global y gestión de activos, está en una posición privilegiada para ofrecer a los clientes de banca privada un servicio único”, añade Alfonso Castillo, responsable global del segmento de Private Wealth.


Santander Private Banking, que forma parte de la nueva división de Wealth Management creada el año pasado, da servicio a 170.000 clientes en los principales mercados donde el banco tiene presencia. La división tiene activos bajo gestión de 333.000 millones de euros a 30 de septiembre de 2018. 


 

La Corte Suprema de Chile avala el cierre de cuentas a los operadores de criptomonedas

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La Corte Suprema de Chile avala el cierre de cuentas a los operadores de criptomonedas
Pixabay CC0 Public Domain. La Corte Suprema de Chile avala el cierre de cuentas a los operadores de criptomonedas

El máximo tribunal chileno considera que los bancos pueden cerrar las cuentas a los operadores de criptomonedas porque este tipo de divisa no está regulado y no cuenta con el respaldo de ningún gobierno o empresa privada. Así, el recurso de la operadora Orionx contra Banco Estado está sentando un precedente para este nuevo sector financiero.

Los jueces consideraron que la decisión de Banco Estado de cerrar la cuenta de Orionx (objeto de la demanda) no constituye un acto arbitrario e ilegal y señala que “el giro de la actora comprende la compra y venta de monadas virtuales y criptodivisas tales como Ethereum, Ripple, Litecoin y Bitcoin, todas consistentes – según se señala en el propio recurso – en programas computacionales, específicamente algoritmos que, como tales, carecen de manifestaciones físicas y no tienen valor intrínseco como tampoco uno que cuente con respaldo de algún gobierno en particular o de alguna compañía”.

De todos modos, las tres operadoras de criptomonedas que trabajan en Chile mantendrán una denuncia contra diez bancos ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC). Orionx, Buda y Cryptomarket acusan a las entidades de abusar de su posición de dominio colectivo cuando el pasado mes de marzo decidieron cerrar sus cuentas.

El pasado mes de agosto, el TDLC falló a favor de las operadoras y condenó a los bancos a compensarlas. La sentencia fue recurrida.

Por su parte, los bancos argumentan que mantenerles las cuentas a los operadores de criptomonedas les hacen correr el riesgo de ser acusados de lavado de activos, ya que estas divisas escapan a los controles regulatorios y pueden ser usadas por el crimen organizado.

Ahora, la sentencia de la Corte Suprema de Chile coincide con una racha de fuertes caídas de las cotizaciones de las criptomonedas.

 

El Banco Popular de China y el Banco Central de Chile firman un convenio de agencia para invertir en el mercado interbancario de bonos

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El Banco Popular de China y el Banco Central de Chile firman un convenio de agencia para invertir en el mercado interbancario de bonos
. El Banco Popular de China y el Banco Central de Chile firman un convenio de agencia para invertir en el mercado interbancario de bonos

El gobernador del Banco Popular de China, YI Gang, y el presidente del Banco Central de Chile, Mario Marcel, firmaron en Santiago un convenio de agencia para invertir en el mercado interbancario de bonos en China.

Hasta la firma de este convenio, el Banco Central de Chile operaba con un acuerdo exclusivo con el Banco Popular de China y a partir de ahora, podrá hacerlo tanto con entidades públicas como privadas de ese país.

La ceremonia se realizó en uno de los salones del Banco Central de Chile, en el marco de una visita del gobernador del Banco Popular de China, quien encabezó una delegación de esa entidad integrada por los directores generales del Departamento Internacional Zhu Jun y Guo Kai; el sub director del Departamento Internacional División G20, Teng Rui y el representante de la Región Caribe, Zhou Ye.

La delegación visitante sostuvo luego un almuerzo con los integrantes del Consejo del Banco Central de Chile, integrado por su Presidente Mario Marcel; el vicepresidente Joaquín Vial y los consejeros Rosanna Costa, Pablo García y Alberto Naudon.

También participaron el gerente de División Política Monetaria Elías Albagli y el gerente de Análisis Internacional, Diego Gianelli. Luego de esta reunión, el gobernador Yi y el presidente Marcel sostuvieron una reunión bilateral, en la cual se evaluaron posibles instancias de cooperación entre ambas instituciones. 

CPR AM lanza un fondo de renta variable global temática que invierte en educación

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CPR AM lanza un fondo de renta variable global temática que invierte en educación
Pixabay CC0 Public DomainWeisanjiang . CPR AM lanza un fondo de renta variable global temática que invierte en educación

En línea con su compromiso con las tendencias con mayor potencial global, CPR AM, la filial y centro de gestión temática de Amundi, ha ampliado su oferta con el lanzamiento del fondo CRP Invest-Education, un subfondo de la SICAV luxemburguesa que invierte en acciones internacionales que forman parte del ecosistema educativo. La gestión está a cargo de Guillaume Uettwiller como gestor, y Yasmine de Bray, como co-gestora.

«La educación es uno de los principales retos que nuestra sociedad tendrá que afrontar para adaptarse a los grandes cambios tecnológicos que están aconteciendo. “Nos complace anunciar el lanzamiento de CPR Invest-Education, el primer fondo dedicado exclusivamente a esta temática», dijo Gilles Cutaya, director de marketing y comunicación de CPR AM.

La gestora considera que la educación, uno de los principales retos globales del siglo XXI; y concierne a todas las personas independientemente de su país de origen y cultura. La ONU ha calificado el acceso a una educación de calidad dentro de un marco de igualdad como uno de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

“La educación es una de las claves para alcanzar otros objetivos como la lucha contra la pobreza, la reducción de las desigualdades, el acceso a una mejor calidad de vida y la tolerancia entre sociedades. Se espera que el mercado global de la educación, actualmente estimado en cinco billones de dólares, se duplique hasta 2030, impulsado principalmente por los cambios demográficos y sociales y la revolución tecnológica”, explican desde la gestora.

La gestora señala que para hacer frente a los desafíos de esta temática, la filosofía de inversión de CPR Invest – Education se basa en un enfoque dual que busca combinar sentido y potencial de rendimiento. En primer lugar, el universo definido por el equipo de gestión cubre todo el ecosistema educativo a lo largo de la vida de un individuo y se estructura en torno a tres pilares:

  1. Acceso a la educación y al mundo profesional: gestión y administración escolar, desde la primera etapa de la infancia hasta la formación continua, integración profesional, acreditación y contratación.
  2. Contenidos y herramientas: editores y distribuidores de contenidos educativos y profesionales, así como todas las tecnologías relacionadas con la educación (EdTech).
  3. Servicios del día a día: alojamiento para estudiantes, catering, transporte escolar, financiación y material escolar

En segundo lugar, este fondo está en línea con la filosofía de inversión responsable de CPR AM y Amundi. El equipo de gestión adopta un enfoque exigente y sostenible, excluyendo a las empresas con malas prácticas ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo) y/o que son objeto de controversia siguiendo criterios específicos relacionados con la temática.

«La educación es una de las piedras angulares para un crecimiento económico fuerte y sostenible. El universo de inversión relacionado con esta temática es extremadamente joven y debería beneficiarse de una dinámica de crecimiento significativa en los próximos años. Por lo tanto, tenemos mucho margen de maniobra a largo plazo para aprovechar todo el potencial que ofrece el ecosistema educativo, a la vez que aseguramos un enfoque verdaderamente responsable», subraya Guillaume Uettwiller.

La cartera del fondo CPR Invest – Education incluye aproximadamente 70 valores. El fondo está registrado en Francia, Reino Unido, España, Austria, Bélgica, Finlandia, Italia, Holanda, República Checa y Suecia.

«Hay tendencias estructurales muy fuertes en torno a la educación y estamos convencidos de que se trata de la próxima temática a largo plazo que nos permitirá combinar sentido y rendimiento. Reúne todos los ingredientes para satisfacer las necesidades de los inversores, tanto individuales como institucionales, como parte de una inversión de diversificación», concluye Vafa Ahmadi, director de gestión de renta variable temática.

Por qué no nos seduce la renta variable estadounidense

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Por qué no nos seduce la renta variable estadounidense
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: John Sonderman. Por qué no nos seduce la renta variable estadounidense

Nos encontramos en un momento óptimo para hablar sobre los mercados estadounidenses dados los recientes retrocesos. A comienzos del 2018, la visión de consenso era que la expansión estadounidense seguía adelante, pero avanzaba hacia el final del ciclo, mientras que los mercados emergentes, Japón y Europa todavía se encontraban al inicio de una expansión y recuperación.

Se esperaba que las rebajas fiscales introducidas por el presidente Trump a finales del pasado año ampliaran el déficit en los Estados Unidos, si bien este estímulo también resultaría beneficioso para la expansión global, concretamente, en la esfera de los emergentes y en los sectores de energía y materiales.

Se preveía un pronunciamiento de las curvas de rentabilidad, lo cual favorecería que otros bancos centrales refrenaran su relajación monetaria. Por su parte, se esperaba que el dólar estadounidense se debilitara y el aumento de tasas de interés implicara que las acciones de value, financieras y emergentes se anotaran rentabilidades relativamente positivas, mientras que las acciones de tecnología y crecimiento ofrecerían rendimientos relativamente negativos.

Como de costumbre, las expectativas no siempre terminan por materializarse. En realidad, la retórica en torno a la guerra comercial de la administración Trump se recrudeció rápidamente y se tradujo en tácticas agresivas contra el resto del mundo, no solamente para China. Dicha evolución se tradujo en una depreciación significativa del renminbi en julio, terminando en la práctica con la visión de consenso que se describe anteriormente.

Durante buena parte del periodo transcurrido desde agosto del 2016, los mercados globales han evolucionado de forma coordinada. Sin embargo, en el 2018, comenzaron a experimentar una correlación más negativa: los mercados estadounidenses han continuado ascendiendo, mientras que buena parte del resto del mundo se ha mantenido en terreno negativo. Consideramos que esta situación es extraña dada la dinámica subyacente del mercado estadounidense.

Creemos que existen diversas cuestiones clave relativas a las valoraciones en el mercado estadounidense y los estímulos que se están aplicando. En primer lugar, el índice Citi Economic Surprise parece haberse desconectado completamente de las tendencias de la renta variable estadounidense; se han ignorado las señales de empeoramiento de los datos y el mercado bursátil ha seguido delante de todas formas. En nuestra opinión, esta tendencia no es sostenible.

El índice de US CAPE, que muestra un PER a partir de los beneficios ajustados por la inflación de los 10 últimos años, se encuentra actualmente por encima del nivel de “advertencia”; de 25, por cuarta vez desde comienzos del último siglo, lo cual indica que el mercado se encuentra sobrevalorado. El índice de CAPE invertido, que compara los beneficios con los tipos libres de riesgo de los bonos del Tesoro, sugiere que nos encontramos en una situación en que la rentabilidad de los bonos del Tesoro es más atractiva, otra señal de que la renta variable estadounidense no es asequible.

El múltiplo del EBITDA correspondiente al índice de S&P 500 es otro parámetro adecuado a tener en cuenta. En la actualidad, se encuentra en máximos, aproximadamente, de 12. Al tomar en consideración el aumento de los costos de las importaciones que se derivan inevitablemente de la imposición de aranceles, la ralentización de la demanda china en general de bienes estadounidenses, la solidez del dólar estadounidense, que reducen las ventas en el extranjero, y el alza de los tipos de interés apuntan a que el potencial de beneficios estadounidenses ha llegado a su máximo, algo que consideramos que el mercado ya ha descontado.

Las recompras de acciones estadounidenses también se encuentran en máximos, otra posible advertencia de que el mercado se aproxima a su punto más alto. Para abordar una dinámica incluso más a largo plazo, es importante fijarse en el patrimonio de los hogares estadounidenses, que han crecido en gran medida desde la gran crisis financiera, y en comparación con el PIB. Se ha producido una divergencia significativa entre ambos durante las dos últimas décadas; en este momento, nos encontramos en una posición en que, según nuestra opinión, prácticamente todo se encuentra sobrevalorado. Pensamos que esta importante desconexión resulta preocupante, pues la caída resultante puede resultar incluso más traumática. Las estimaciones de esta sobrevaloración se encuentran en el entorno de los 30 billones de dólares. Una vez más, no resulta sostenible.

El déficit sigue siendo otro tema de conversación importante. Los ingresos previstos no cubrirán el gasto que Trump ha trazado y es probable que el déficit aumente como consecuencia de las rebajas fiscales previstas por Trump. Los aumentos del déficit de esta magnitud sólo suelen darse en periodos de recesión, por lo que, dado que Estados Unidos todavía se encuentra en un periodo de crecimiento, esta escalada de la deuda resulta inquietante.

Además, no puede decirse que se trate de un buen momento para comprar acciones al encontrarse la tasa de desempleo en un mínimo cíclico, como sucede en la actualidad. También podría ser un mal momento para comprar acciones al hallarse la curva de rentabilidades plana, a punto de invertirse.

Además, los resultados de las elecciones legislativas también podrían ser el origen de más turbulencias. Con los republicanos manteniendo el Senado, pero perdiendo la Cámara, un posible bloqueo político podría ralentizar el crecimiento, si bien la política comercial probablemente seguiría siendo agresiva.  Pensamos que la reacción del mercado será moderada, pero tanto el dólar estadounidense como la renta variable registrarán cierta presión vendedora. La tensión para el mercado de bonos probablemente se contendría, pues serían menos probables nuevos estímulos fiscales.

En última instancia, no nos sorprenden en demasía las recientes ventas masivas dado la variedad de factores que sugieren que la renta variable estadounidense tiene poco recorrido al alza tras la gran subida de este año. Creemos que otros factores catalizadores que podrían desencadenar nuevas ventas son, entre otros, que la inflación estadounidense aumente significativamente, que la Reserva Federal cometa un error en su política y suba las tasas de interés demasiado rápido y que los bonos suban con rapidez al descontar el pleno empleo y la inflación importada con motivo de los aranceles. Consideramos que han existido mejores puntos de entrada en el mercado estadounidense que en el actual y que pueden encontrarse más valores en otros ámbitos.

Columna de Charles Hepworth, director de inversiones, miembro del equipo de carteras gestionadas de GAM Investments.

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¿Pasó la tempestad? ¿Cuánto durará la recuperación?

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¿Pasó la tempestad? ¿Cuánto durará la recuperación?
Foto: xPhere CC0. ¿Pasó la tempestad? ¿Cuánto durará la recuperación?

Las bajas en 2011 y 2012 del Dow Jones (DJ), S&P 500 (S&P) y Nasdaq Compuesto (NASDAQ), de 17%, y 18%, en promedio, respectivamente, sin incluir a Russell 2000 (RUT) porque cayó mucho más, se entendieron como baches en la trayectoria de recuperación de la gran crisis. Alineado al proceso, el índice principal de la BMV (IPC) declinó 10% y 14% en uno y otro año. Se asume que a partir de 2014 las bajas de las bolsas se derivaron de la nueva realidad política y económica global. Así, a mediados de 2015, los índices perdieron hasta 14% en promedio (RUT, 24%) desde sus nuevos máximos. Durante 2018, Wall Street ya había dejado 10,5% en promedio en el camino, con un proceso de recuperación de DJI y S&P que se dilató por nueve meses. El IPC, que en 2015 estaba por culminar su alineación a la dinámica alcista generalizada, produjo entonces bajas de 12%; en el primer semestre de este año, perdió también 12%.

Retroceso similar al de otras ocasiones, pero…

El ajuste actual de Wall Street hasta el punto mínimo (semana del 20 al 26 de noviembre), promedia 11% (si agrupamos a RUT, que es más sensible, la media se eleva a 12,5%). El IPC, que se desligó de DJI y S&P a partir de octubre de 2016 (factor Trump), y que hacia julio de este año parecía tender a emularlos (factor electoral), se desplomó 22%. En proporción, cayó lo doble de lo que cabría esperarse.

Por su magnitud, el retroceso global se consideraría “normal”, similar a los que ha habido en este largo proceso de alza (bull market), si no fuera por diversos elementos que mencioné en la colaboración pasada y que, entremezclados con los excesos de créditos apalancados y la incertidumbre que supone el endeudamiento internacional (gobiernos, empresas, hogares), con dólar y réditos más altos (el FMI hizo sonar las alarmas), las posibilidades de “rebote” accionario no lucen inminentes como en las veces pasadas.

Un par de indicios positivos es 1) que DJI, S&P e NASDAQ, como previmos, parecieran sostenidos por las líneas de los promedios móviles (PM) de 200 y 300 días y 2) la formación técnica que dibujan a partir del 24 de octubre, parece ser alentadora. La tesis se mantiene: ahí puede estar por ahora el soporte duro.

¿Cuánto para volver a máximos?

En medio de contextos difíciles, en las ocasiones posteriores a 2009, las bolsas han tardado al menos seis meses, en una de ellas más de un año, en tornar a sus techos previos. Ahora, aun con el entorno externo más complicado, que incluye diversas emisoras de peso oscilando en zona bajista (bear market), se advierten visos de solución. Sobre todo, porque los problemas no son del tamaño ni entrañan la dificultad extrema que los de hace diez años. Si los responsables atienden como es debido los aspectos cruciales, la escalada podría conformarse entre diciembre y mayo. Desde luego, dada la reconfiguración geopolítica mundial, persiste la otra posibilidad prevista: que sobrevenga estancamiento.

¿Cuánto menos habría perdido el IPC por el mero efecto dominó?

A simple vista y con base en lo que se ha visto desde la crisis, alrededor de la mitad de su caída brusca. ¿Su recuperación irá correlacionada a la de Wall Street? Es probable, e incluso es factible que salga antes de su hundimiento excesivo (subida a 45 mil puntos) si el nuevo gobierno presenta cifras presupuestales y plan de desarrollo coherentes y el congreso evita pronunciamientos o ideas vagas y grandilocuentes. Pese a todo, aunque el riesgo de agudización de la hondonada sigue latente, la situación interna no equivale a la de 1995, cuando el índice se desbarrancó 47%, ni el contexto internacional se equipara al de 1998, 2000 o 2008, cuando se difuminó el 45%, 37% y 47% de su valor, respectivamente. Por eso, a pesar de las formas erráticas del nuevo ejecutivo, el 22% de la baja actual parece en parte desmedido. 

Columna de Arturo Rueda