El universo de las criptomonedas avanza pese a las dudas que despierta este tipo de activos entre los profesionales y compañías del sector. En esta ocasión, ha sido JP Morgan la que ha anunciado el lanzamiento de una criptomoneda. El banco ha creado la JPM Coin, un token digital que se usará para liquidar de forma instantánea las transacciones entre los clientes de un negocio y el sistema de pagos de éste. La firma explica que esta iniciativa tiene como objetivo revolucionar la el negocio y sistema de pagos en el sector.
Pese a que tradicionalmente la entidad se ha mostrado muy crítica con algunos de estos criptoativos, como por ejemplo las bitcoin, considera que la tecnología blockchain y las criptomonedas reguladas de alguna forma podrían ser algo prometedor y estable para ser explotadas en el sistema financiero.
Según los expertos, lo relevante de este anuncio es que por primera vez una criptomoneda estará emitida y respaldada por una entidad financiera, en esta caso por el banco JP Morgan Chase. Según ha destacado Umar Farooq, jefe de proyectos de tecnología blockchain de JP Morgan, “cualquier cosa que existe actualmente en el mundo ya se mueve hacia la tecnología blockchain. Las aplicaciones son francamente interminables y cualquier cosa que tiene un libro de cuentas que involucre a varias corporaciones o instituciones puede usar esta tecnología”
En opinión de Iqbal V. Gandham, UK Managing Director de eToro, este lanzamiento “es un indicador de que 2019 podría ser el año de las criptomonedas estables. Se invierte una cantidad considerable de tiempo y esfuerzo en su desarrollo y estamos emocionados por ver a dónde nos conduce. A corto plazo, esto prueba que la tecnología subyacente y el concepto de stablecoins es viable. Existe una opción atractiva para aquellos que quieren explorar el mundo de las criptodivisas. Este acontecimiento también pone de manifiesto, el creciente interés de los actores tradicionales y sus clientes”.
“Pensamos que los criptoactivos, y la tecnología blockchain que los sustentarán, revolucionarán las finanzas globales, dando lugar a la mayor transferencia de riqueza a la tecnología blockchain. En el futuro, todos los activos estarán tokenizados y ahora sólo estamos dando los primeros pasos”, añade Tali Salomon, directora regional para España y Latam de eToro.
El Workforce Institute de Kronos Incorporated ha lanzado sus predicciones anuales sobre las principales tendencias que impactarán a la fuerza laboral mundial de este año. Destacan aspectos como la inteligencia artificial, la flexibilidad laboral o la preparación para enfrentarse a distintas adversidades.
Entre sus conclusiones destaca que la inteligencia artificial y el machine learning revelarán datos de la fuerza laboral que permanecían ocultos para tomar decisiones centradas en las personas. La inteligencia artificial y el machine learning finalmente se integrarán en las prácticas de la administración de la fuerza laboral, revelando un tesoro de datos que las organizaciones han estado recolectando, sin utilizarlos, durante décadas. Con el acceso regular y digerible para las tendencias de datos de la fuerza laboral, como la precisión en la programación, el ausentismo, el uso de horas extra y el agotamiento, los análisis predictivos brillarán, lo que ayudará a las organizaciones a evitar posibles problemas antes de que surjan.
La automatización inteligente también liberará a los gerentes de las tareas pesadas de administración, como la gestión de horarios, la aprobación de solicitudes de tiempo libre y los cambios de turno, al tiempo que fomentará la toma de decisiones basada en datos para proporcionar claridad sobre lo que es igual en comparación con lo que es justo. Aprovechar las perspectivas analíticas para tomar decisiones precisas y procesables para objetivos específicos de los colaboradores y del negocio, las organizaciones deben evitar un modelo de «talla única» o “único criterio”
Tecnologías emergentes
Con desempleo bajo y el éxodo de los «baby boomers» llegando a un punto crítico, los empleadores de todo el mundo enfrentarán un mercado laboral históricamente estrecho. La obtención de excelentes candidatos nunca ha sido tan difícil, y la retención se convertirá en una contienda. Si bien la marca de un empleador, las tecnologías de contratación innovadoras y las prácticas de reclutamiento proactivas son más importantes que nunca, son las organizaciones con los mejores gerentes las que finalmente prevalecerán.
Las organizaciones pondrán un mayor enfoque en el desarrollo del liderazgo como una estrategia de retención, especialmente cuando los Millennials asuman la gerencia media, y medir la efectividad de los gerentes será el mayor desafío de Recursos Humanos en 2019. Además, a medida que la inteligencia artificial y el machine learning se hacen cargo de las tareas de gestión mundanas, con los déficits en el liderazgo las competencias quedarán expuestas a medida que la gestión del personal continúe cambiando de un modelo histórico de comando y control a un estilo horizontal que considere todas las perspectivas y busque soluciones innovadoras para inspirar, desarrollar, crecer y mantener el talento principal que impulsa el valor empresarial
La evolución de la educación
A medida que la crisis de la deuda de préstamos estudiantiles avanza en el debate sobre el valor de la educación universitaria y surgen programas de capacitación para las habilidades específicas del trabajo, los mejores empleados del mañana pueden tomar un camino no convencional hacia el empleo.
Las competencias que antes requerían un título universitario, como la codificación, la robótica y el análisis de datos, se están redefiniendo como oficios calificados con el aumento de los programas de certificación y carreras técnicas. Además, a medida que los trabajos de “ayer” o “antiguos” mejoren con la automatización, se requerirán nuevas habilidades para los roles tradicionalmente “manuales”. Los empleadores deben renovar sus perfiles de contratación y eliminar los requisitos tradicionales para aprovechar este nuevo grupo de candidatos calificados para dotar de personal al área de producción, a las tiendas, hospitales y los personal directivo del futuro. Y, a medida que los Millennials se convierten en padres, es probable que muchos insten a sus hijos en edad escolar a tomar un camino educativo alternativo para un futuro financiero más brillante.
Mayor presión regulatoria
Los constantes cambios en las regulaciones en todo el mundo pondrán una mayor presión sobre las organizaciones para evitar sanciones, multas, demandas colectivas o historias que perjudiquen la reputación de las empresas. La tecnología será vital para que las organizaciones gestionen los reglamentos relacionados con la programación, garanticen prácticas imparciales, controlen la fatiga y la gestión de las horas extras y aseguren que los colaboradores reciban un pago exacto y justo, al mismo tiempo de apoyarse de los analíticos para identificar prácticas administrativas arriesgadas, enterradas en un mar de datos laborales.
La flexibilidad de los empleados para trabajar, la tecnología para el consumidor y el aumento de los trabajadores ocasionales redefinen “el trabajo a su manera”
Todos los empleados – asalariados, por hora y por proyecto- anhelan tener control sobre cuándo, dónde y cómo trabajan. Si bien los empleadores se han centrado más en la flexibilidad y en los horarios de trabajo alternativos, la mayoría ha ido lentamente en los procesos de ingeniería que sustentan el funcionamiento de la organización. Las herramientas deben encontrarse en donde los colaboradores trabajan naturalmente, como en su teléfono móvil, tablet o en sus redes sociales favoritas.
Respecto a los trabajos esporádicos o por proyecto y el surgimiento del «trabajador ocasional», estos obligarán a las organizaciones a reemplazar los procesos tradicionales de contratación y programación con sistemas que les permitan elegir cuándo, dónde y durante cuánto tiempo trabajan. Los procesos fáciles de usar para dispositivos móviles, las funciones de autoservicio y el acceso inmediato a datos en tiempo real en un contenedor de tecnología para el consumidor ayudarán a impulsar la próxima iteración (repetición) del fenómeno de la flexibilidad, ya que la previsibilidad del trabajo en cualquier momento permitirá a los colaboradores ser más productivos, tomar decisiones más inteligentes y estar más comprometidos.
Estrategias integrales en la gestión
Desafortunadamente, los desastres grandes y pequeños, naturales y causados por el hombre, se han convertido en algo recurrente. Las organizaciones de todo el mundo han sido desafiadas a responder de manera efectiva a las crisis cada vez más frecuentes, con recursos humanos, operaciones y nóminas forzadas a ocupar un lugar central en la vida de los empleados afectados. Con mayor énfasis en la cultura de la empresa, el cuidado y el «hacer lo correcto» en un mundo donde los desastres, y la reacción de la empresa ante éstos, aparecen con frecuencia en las noticias; existe un nuevo nivel de expectativa para la respuesta, la responsabilidad y los beneficios de los empleados.
Las organizaciones de todos los tamaños deben analizar detenidamente las políticas, los procesos y las capacidades para atender los posibles sucesos, incluido el cuidado de los empleados en el momento y la reconstrucción después de un siniestro, que será casi imposible para quienes administran una fuerza de trabajo de manera manual. Los planes de sustentabilidad que hoy cuentan principalmente para los activos y datos de la compañía deberán incorporar a los empleados y sus familias.
Las agencias calificadoras tienen un largo historial en el mercado. Empezaron calificando la calidad crediticia de los bonos ferrocarrileros en EE.UU. a mediados del siglo XIX, y no fue sino hasta 1949 cuando Moody’s decidió emitir su primera calificación soberana: Estados Unidos como Aaa (o AAA en escala homologada). En el caso de Latinoamérica, uno de los primeros países en ser calificados fue Venezuela, con un flamante Aaa por Moody’s (actualmente en default selectivo). México tuvo que esperar casi 15 años para recibir, en 1990, su primera calificación crediticia, también por Moody’s: Ba2 (o BB en escala homologada). Esta calificación ha sido la más baja que ha tenido el país, y desde que alcanzamos el estatus de “Investment Grade” en 2000 (BBB-) no la hemos perdido.
Sin embargo, con la baja de calificación de Pemex por parte de Fitch el 9 de enero de BBB+ a BBB-, los temores de baja de calificación soberana se empezaron a esparcir. ¿Qué tan importante es PEMEX en las finanzas gubernamentales y como podría contagiar al país?
Primero hay que poner en contexto el sector petrolero en la economía mexicana. En las cuentas nacionales, la extracción de petróleo y gas ha representado, en promedio de los últimos 25 años, 5% del PIB. Sin embargo, los últimos 4 años esa cifra ha estado por debajo del 3%. Asimismo, en los últimos 10 años, el sector petrolero le ha costado al PIB mexicano alrededor de 0.20% anual, es decir, es un sector en contracción.
La otra cara de la moneda tiene que ver con los ingresos que la industria petrolera representa para el gobierno. El porcentaje del ingreso que el sector petrolero aporta al presupuesto anual ha sido 30% en promedio los últimos 23 años y dicho porcentaje ha sido muy dependiente del precio del petróleo. Sin embargo, las cifras han ido decayendo desde 2008 cuando representaban el 44% a tan sólo 19% en 2018
La pregunta obvia es, ¿Por qué si el sector petrolero representa tan poco del PIB, genera casi una quinta parte del ingreso del gobierno? La respuesta se encuentra en la carga fiscal que le cobra el gobierno a Pemex. Históricamente, la carga fiscal promedio (20 años) de Pemex ha sido 61% sobre las ventas de la paraestatal (incluyendo impuestos directos e indirectos). Asimismo, en los últimos años, esa carga fiscal ha llegado a niveles cercanos al 70%. Es decir, el gobierno ordeña de manera excesiva a Pemex, elimina su rentabilidad, y hace que el sector se contraiga de manera importante.
En el pasado esto funcionaba debido a que México tenía una de las reservas petroleras más grandes del mundo: Cantarell. Este petróleo de “fácil extracción” hizo que el gobierno y Pemex se volvieran complacientes, y se rezagaran en términos tecnológicos y de exploración, de tal forma que, cuando Cantarell empezó a mermar (alrededor de 2008), Pemex no tenía nuevos pozos (o tecnología) para evitar la caída en la plataforma de producción. De hecho, en la (Gráfica 2) se muestra como en la época de bonanza (antes de 2008) el gasto de inversión presupuestal del gobierno en Pemex se mantuvo prácticamente sin cambios en 5% de los ingresos de la petrolera, es decir, cuando hubo dinero, no se reinvirtió en mejorar a la paraestatal. Además, a pesar de esta caída en la plataforma y de la tecnología desactualizada, la carga fiscal a Pemex no se redujo, de hecho, el promedio histórico de los últimos 10 años aumentó a 65% de las ventas.
Actualmente estamos en un punto crítico en la vida de la petrolera, y la disyuntiva que se le presenta al gobierno es entre intentar sanear a la gallina de los huevos de oro, o buscar fuentes alternativas de ingreso. Ahora bien, según las señales que ha dado el gobierno actual, todo parece indicar que intentarán regresar a Pemex a sus años de gloria, pero ¿Qué consecuencias podría traer esta decisión?
En primer lugar, como se anunció hace unos días, el gobierno inyectará alrededor de US$5 mil millones durante 2019. Si bien, la cifra suena impresionante, se queda muy corta para pensar que se trata de un saneamiento (hay que considerar que Pemex tiene alrededor de US$80 mil millones negativos de capital). Asimismo, ese dinero saldrá del presupuesto y representará alrededor del 2% de los ingresos presupuestarios. Por otro lado, también anunciaron que la carga fiscal de Pemex bajará, por lo que los ingresos provenientes del petróleo también bajarán. Es decir, el gobierno tendrá un aumento en el gasto (para inyectar capital a Pemex) y una disminución en el ingreso (debido a la menor carga fiscal que cobrará). La conclusión es obvia: el gobierno tendrá menor margen de gasto, lo cual impactará a proyectos productivos y, por lo tanto, al crecimiento. Asimismo, un menor crecimiento tenderá a aumentar la proporción de la deuda total del país como porcentaje del PIB, lo cual podría detonar la baja en la calificación soberana (ver comentario del mes de enero 2019, “Planeación y Presupuesto: El peligro de “estabilizar” el endeudamiento mexicano”).
Esto podría desencadenar un problema de confianza que podría permear en otros sectores, como es el caso del sector manufacturero. El sector manufacturero es, en promedio, 4 veces más importante en el PIB que el sector petrolero y ha crecido alrededor de 3 veces más en los últimos 25 años.
Ahora bien, ese problema de confianza empieza por los mercados financieros. En los últimos días han estado rondando gráficas y encuestas en donde se muestra que México está cotizando a niveles similares a bonos basura (calificación debajo de BB+), y que la mayoría de los inversionistas piensa que México perderá su grado de inversión. En lo personal no creo que México pierda su grado de inversión, aunque no descarto una posible baja en los próximos años. Lo que definitivamente creo inaceptable es el pánico inducido por la desinformación. Graficas que “demuestran” que los bonos soberanos de México están cotizando a niveles basura son falsos, y sólo ayudan a generar desconfianza en el país. Me he dado a la tarea de “replicar” esas gráficas, y el resultado es bastante distinto (Gráfica 3). Si bien los bonos mexicanos están castigados, cotizando en los mismos niveles que un bono BBB (México es BBB+), no están cerca de estar cotizando en niveles de bonos basura. No es el caso para Pemex, el cual sí cotiza en niveles similares a los bonos calificados como BB.
Por último, una posible solución a la debacle de los ingresos petroleros es una reforma fiscal de fondo con la finalidad de aumentar la base gravable y las eficiencias en recaudación. De hecho, México es el país con menor nivel de recaudación tributaria entre los miembros de la OECD. Sin embargo, una reforma fiscal de este calado generalmente no es popular, y no se vislumbra que el gobierno actual vaya a llevarla a cabo.
Si bien Pemex puede ser una carga para México, Pemex no es México. La gran falacia es decir que México es un país petrolero, cuando no lo es. México es un país manufacturero (17% del PIB) y de servicios (60% del PIB). No hay que dejar que un mito histórico arrastre la estabilidad y diversificación económica que tanto trabajo nos ha costado lograr a lo largo de los años.
Columna de Franklin Templeton por Luis Gonzalí, CFA
Según el informe «Paying Taxes», elaborado por PwC y el Grupo del Banco Mundial, las autoridades fiscales podrían trabajar más para captar el máximo potencial de la nueva tecnología y así reducir las cargas que conlleva el cumplimiento de las obligaciones fiscales de los contribuyentes.
El estudio compara el régimen fiscal de empresas en 190 economías y describe cómo los avances en software, sistemas de presentación de información en tiempo real y el análisis de datos, están transformando las capacidades de la gestión impositiva.
Algunas economías desarrolladas mejoraron sus sistemas en beneficio tanto de los contribuyentes como de las autoridades fiscales, y registraron disminuciones significativas en la cantidad de indicadores de pago y en el tiempo que les lleva preparar, declarar y pagar impuestos.
El informe señala que la cifra de ganancias en 2017 es relativamente baja en términos globales. El hecho de que casi no hubo cambios en el promedio global, a pesar de que 113 economías introdujeron innovaciones impositivas durante el mismo período, sugiere que las reformas son de carácter limitado (el informe no incluye las de EE.UU. introducidas en 2018, debido a la fecha de corte de datos para esta edición).
El estudio también destaca que, la implementación de nuevas tecnologías para el cumplimiento fiscal, puede aumentar la carga administrativa, al menos en el corto plazo, y que ello requiere asesoramiento y planificación.
China, por ejemplo, viene aplicando una serie de reformas en los últimos años, que incluyen una mejor comunicación entre las autoridades fiscales y los contribuyentes, nuevos sistemas en línea para declarar y pagar impuestos, capacitaciones para las autoridades fiscales y los contribuyentes, y la integración de distintos sistemas impositivos.
A pesar de que muchas economías hicieron grandes avances en sus sistemas impositivos en los últimos años, los hallazgos también sugieren que algunas tienen dificultades para implementar sistemas digitales de declaración y el pago de impuestos debido a la falta de infraestructura IT, barreras culturales y complejidad de las leyes.
Las conclusiones globales del informe, sostienen tendencias que se mantienen vigentes desde que comenzó a realizarse esta encuesta, en 2004:
. Gracias a la tecnología, el tiempo de cumplimiento promedio ha disminuido 84 horas, y la cantidad de pagos promedio se redujo 10,3 desde 2004.
. En 2017, la Tasa Tributaria Total del impuesto a las ganancias disminuyó en 58 economías y subió en 37; por su parte, la Tasa Tributaria Total de las cargas sociales disminuyó en 17 economías y aumentó en 39. Año tras año, desde 2005, más economías mostraron esta tendencia de reducción de la Tasa Tributaria Total de impuesto a las ganancias e incremento de la Tasa Tributaria Total de las cargas sociales.
. En promedio, una devolución de IVA lleva 19,2 semanas en economías de altos ingresos, pero toma casi el doble de tiempo en las de bajos ingresos (44 semanas).
El estudio también explora el impacto de la multiplicidad de niveles de regulación y habilidades en el cumplimiento fiscal, a través de auditorías impositivas. Los contribuyentes pueden pasar hasta 128 horas recopilando información para una auditoría y es fundamental reforzar las fortalezas de los auditores en materia impositiva si se quiere mantener un sistema que funcione correctamente.
El 97% de las economías ofrecen capacitaciones para los agentes fiscales, pero solo el 35% de ellas las brindan de manera constante. Además, señala que los gobiernos deberán tener en cuenta cómo la nueva tecnología afecta la naturaleza, patrones de empleo, generación de ingresos y el impacto posterior en los flujos de ingresos disponibles para ser gravados.
Sudamérica: detalles regionales
. En 2017, las compañías estudiadas poseen un promedio de Impuesto Total y Tasa de Contribución (TTCR: Total Tax & Contribution Rate) de 52,5 % y tardan 547 horas para cumplir con los deberes fiscales y realizar 22,6 pagos.
. Entre 2016 y 2017, el promedio de TTCR sudamericano se mantuvo sin cambios y continúa siendo el más alto. Seis de las 12 economías de la región tienen un TTCR mayor que el promedio mundial de 40.4%, y también cuenta con el tiempo más alto de cumplimiento (mayor al doble del promedio mundial de 237 horas).
. En cuanto a los tiempos de cumplimiento, la mayor disminución se registró en Uruguay (de 163 a 27 horas) y el mayor incremento en Colombia (de 16,5 a 256 horas).
. Con una puntuación del índice de presentación de 57, Chile es la economía más eficiente de la región. La corrección del impuesto a las ganancias corporativas toma 30,5 horas. Brasil tiene los procesos de presentación posterior menos eficientes, con una puntuación de índice de presentación de 7,8, y requiere 39 horas para cumplir con una corrección de CIT y 86,6 semanas para completar el proceso de corrección de CIT, incluidas las auditorías.
. A las compañías sudamericanas les tomaría un promedio de 13,5 horas corregir un error en la declaración de impuestos sobre la renta y cualquier revisión posterior, manteniéndose por debajo del promedio global que consiste en 15,1 horas.
. En el 33% de las economías en América del Sur, existe una probabilidad de más del 25% de que las compañías sean seleccionadas para una revisión adicional después de presentar una corrección en una declaración de impuestos sobre la renta corporativa. Dichas revisiones, incluidas las auditorías, durarían un promedio de 39,8 semanas, en comparación con 26,1 semanas a nivel mundial.
Ricardo Tavieres, socio de PwC Argentina, a cargo de Tax & Legal, afirma:“Este informe, implementado estratégicamente, destaca el alcance que puede tener la nueva tecnología para generar beneficios a las autoridades fiscales y empresas por igual. También es importante recordar que las mejoras en los procesos impositivos no provienen solamente de la tecnología. Los sistemas simples, coherentes y bien administrados, pueden ayudar a reducir las barreras para que las empresas pasen del sector informal al formal, ampliando la base impositiva y aumentando los ingresos sin requerir nuevos impuestos. Para lograrlo, profesionales en materia impositiva y responsables de las políticas, deben tener acceso a las habilidades y conocimientos correctos, respaldados por los avances tecnológicos».
La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) informa que Chile será la sede de la Conferencia Anual 2020 de la Asociación Internacional de Supervisores de Seguros (International Association of Insurance Supervisors, IAIS), evento que es considerado como el de mayor importancia para las entidades supervisoras a nivel mundial para el sector de seguros.
Este encuentro, cuya organización estará a cargo de la CMF, se efectuará en noviembre de 2020, y a él asistirán representantes de los 217 miembros que integran la IAIS, reuniendo a las principales autoridades del ámbito asegurador de más de 130 países.
La asamblea, que forma parte de las iniciativas que se están realizando para potenciar a Chile como centro financiero internacional, tiene una duración de cinco días, en los que se realizará la Conferencia Anual y las reuniones de los distintos comités técnicos y políticos de la IAIS, a los cuales se espera asistan más de 350 representantes internacionales.
Para la CMF ser la sede de la Conferencia Anual 2020 de IAIS, tiene especial importancia, en el contexto de la próxima discusión legislativa del proyecto de Ley de Supervisión Basada en Riesgo para compañías de Seguros. Esta reforma que será la más importante de los últimos 30 años al mercado asegurador, tiene como objetivos principales aumentar la competencia entre compañías de seguro, promover un mayor desarrollo del mercado financiero local y fortalecer la estabilidad del mismo.
Igualmente, permite a nuestro país seguir aportando activamente, a través de la CMF, en el debate y temas que la IAIS se encuentra abordando y que fijan los estándares internacionales, y mejores prácticas para los mercados de seguros a nivel mundial.
Cabe destacar que Chile es miembro fundador de la IAIS y fue sede de la conferencia anual de esta organización en 2002, por lo que ésta será la segunda vez que dicho encuentro se realizará en el país.
El pasado año fue particularmente frustrante para los inversores de renta variable porque el crecimiento de los beneficios fue muy sólido, pero casi todas las clases de activo tuvieron un rendimiento inferior al efectivo. Según indica Edward J. Perkin, responsable de inversión en renta variable de Eaton Vance Management, un mercado que sirve para mostrar una vez más que no es suficiente con seguir las noticias, sino que también es importante identificar lo que ya ha sido descontado en el precio. El posicionamiento y el sentimiento general del inversor son importantes.
Una cuestión de posicionamiento
En la opinión de Perkin, los movimientos de los últimos meses, la oleada de ventas a finales de 2018 y el rápido repunte de principios de 2019, responden a una cuestión de posicionamiento. Los inversores se volvieron muy negativos a finales de 2018 por el miedo de que los aranceles y la ralentización de la economía en China pudieran ocasionar una recesión global. También, la caída de diciembre se vio exacerbada por las ventas para generar pérdidas fiscales a final de año. Así, el experto de Eaton Vance Management cree que el repunte de los mercados en 2019 también se explica a partir del posicionamiento. Aunque los resultados del cuarto trimestre todavía están siendo publicados, parece que los beneficios corporativos en Estados Unidos crecieron en más de un 20% en 2018, en base a los movimientos del índice S&P 500, ayudado por una reducción en el impuesto corporativo. Esto es un enrome crecimiento en las ganancias y, sin embargo, el mercado bursátil de Estados Unidos bajó en el año pasado a pesar de que no hubo ningún evento geopolítico importante, como algunos habían esperado.
Las tasas de interés tienen un profundo impacto en el rendimiento del conjunto del mercado de renta variable. Por el momento, la Reserva Federal ha señalado paciencia para presenciar nuevas subidas de tipos y los inversores no están posicionados en contra de la Fed. En la opinión de Perkin, el mercado se podría estar situando en el marco de 2012 – 2017, donde unas tasas fijas o en descenso no fueron un viento en contra para los mercados. Con la Fed señalando que la subida de tipos está en pausa, este podría ser un buen escenario para las acciones.
Y cuanto a las tasas a largo plazo, el rendimiento del bono del Tesoro a diez años se sitúa alrededor del 2,7%. Es un nivel históricamente bajo, pero relativamente alto a nivel global si se consideran las rentabilidades de muchos de los países desarrollados se encuentran cercanas a cero o incluso en terreno negativo, incluyendo Japón, Alemania y Suiza. Esto podría actuar como una restricción en las tasas a largo plazo estadounidenses. Mientras tanto, los diferenciales del crédito en áreas como los bonos corporativos y los préstamos bancarios se han comprimido recientemente después de que se ampliaran a finales de 2018. Por lo tanto, los mercados crediticios se están asentando, lo que es una buena señal.
En pocas palabras, de cara al futuro, una resolución en la guerra comercial entre China y Estados Unidos puede ser el potencial catalizador que podría impulsar a los mercados en 2019. La disipación de estos riesgos excesivos en 2019 podría ayudar a que los múltiplos precio-beneficio se expandan, incluso si el crecimiento del beneficio no es muy sólido. Estas son las razones por las que 2019 podría acabar siendo el polo opuesto de 2018.
Oddo BHF Asset Management ha presentado ODDO BHF Artificial Intelligence, el primer fondo temático que invierte en inteligencia artificial y que utiliza dicha inteligencia artificial en su proceso de inversión. Lanzado en diciembre de 2018, el fondo invierte en renta variable internacional.
Según explica Nicolas Chaput, consejero delegado y director de inversiones adjunto de Oddo BHF Asset Management, “este fondo supone una innovación disruptiva en el sector de la gestión de activos. Hemos desarrollado un proceso de inversión único que combina la inteligencia artificial y nuestro dominio histórico de la gestión cuantitativa. Nuestro objetivo es ofrecer a nuestros clientes una solución innovadora de generación de alfa a largo plazo. El uso de la inteligencia artificial en nuestro proceso de inversión constituye indudablemente un avance importante y pionero”.
La gestora destaca que, gracias a su proceso de inversión innovador, el objetivo del fondo ODDO BHF Artificial Intelligence consiste en invertir en las empresas de todo el mundo que más se benefician de la temática de la IA.
El proceso de inversión consta de tres fases. En primer lugar, se utiliza un nuevo modelo basado en la inteligencia artificial para seleccionar las mejores acciones mundiales relacionadas con la temática de la inteligencia artificial, analizando millones de datos cualificados a diario. “Tras más de 18 meses de trabajo, hemos desarrollado algoritmos de inteligencia artificial únicos en el ámbito de la gestión de activos. Gracias a estos algoritmos que analizan más de cuatro millones de datos al día, podemos identificar con precisión a nivel mundial las empresas relacionadas con la temática de la inteligencia artificial, ya se trate de grandes sociedades cotizadas o de empresas más pequeñas que pasan más desapercibidas para los analistas pero que tienen un gran potencial”, explica Agathe Schittly, directora de estrategia, marketing y productos de Oddo BHF AM.
Después, se aplica a este universo de inversión nuestro modelo cuantitativo, denominado “algo 4”, que clasifica los valores en función de cuatro factores (Valoración, Calidad, Momentum y Tamaño). Según nuestra opinión, este modelo permite encontrar los 60 valores que ofrecen las características más interesantes desde el punto de vista financiero y del riesgo. Oddo BHF Asset Management lleva más de diez años utilizando con éxito “algo 4” en su gestión cuantitativa de acciones.
Por último, esta cartera se somete a un examen cualitativo realizado por los gestores del fondo. Este examen tiene como objetivo detectar posibles incoherencias en la cartera y profundizar el conocimiento fundamental de las empresas seleccionadas, por ejemplo, mediante reuniones entre las empresas y los gestores.
Este proceso tiene como resultado una cartera compuesta por unos 60 valores de todo el mundo. A finales de enero de 2019, el 62% de las empresas incluidas en la cartera eran estadounidenses, el 11% japonesas, el 5% británicas, el 5% suecas y el 5% suizas. Por lo que respecta al desglose sectorial, el 58% de la cartera son valores tecnológicos. Los otros valores se reparten entre los sectores industrial, de telecomunicaciones y medios de comunicación, consumo o salud. Por último, casi el 50% de los valores en cartera son empresas pequeñas o medianas.
“La inteligencia artificial es ya el pilar de numerosas tecnologías, como los algoritmos de los buscadores de Internet, la nube o la conducción autónoma. Consideramos que los macrodatos (big data), la automatización, el aprendizaje automático, el aprendizaje profundo y la informática cognitiva son actualmente sus principales variantes. La inteligencia artificial es una revolución silenciosa que está teniendo lugar ante nuestros ojos y que va a transformar todos los sectores de la sociedad y la economía”, afirman Brice Prunas y Maxence Radjabi, gestores del fondo de Oddo BHF Asset Management SAS.
Los inversores en los mercados financieros suelen comparar las valoraciones actuales con el valor histórico del índice de referencia. Pero los índices pueden evolucionar con el tiempo, un ejemplo de ello es el comportamiento del índice Bloomberg Barclays US Corporate Bond, en los últimos años. La calidad del crédito se ha erosionado, la duración se ha extendido y la liquidez es menos profunda para cada emisión individual de bonos.
Para tener en cuenta esta evolución, cuando se realiza una comparación del índice con los bonos del Tesoro estadounidenses, los inversores deberían considerar restar entre un 0,1% y un 0,15% al diferencial promedio de 1,5% que existe hoy en día para tener en cuenta la caída en el conjunto de la calidad crediticia, el riesgo de duración y la liquidez.
Para ilustrar el deterioro generalizado en la calidad del crédito en el mercado corporativo de la deuda estadounidense, hay que tener en consideración que el peso de la deuda con calificación BBB en el índice, o la parte del mercado corporativo de grado de inversión con menor calidad, ha incrementado de un 37% de media en los últimos 25 años a cerca de un 50% en la actualidad. Los diferenciales actuales del índice deberían reflejar el incremento del impacto de las acciones de menor calidad en la clase de activo.
Por el contrario, la ponderación en el índice de las emisiones con una calidad crediticia relativamente alta, entre AAA y AA, ha caído desde una media del 17% en conjunto en los últimos 25 años a solamente el 10% actual. Esto afecta al diferencial del índice de manera que cerca del 0,1% de este índice debería ser atribuido únicamente a la degradación de la calidad del crédito.
De forma similar, se debería realizar un ajuste por el riesgo de duración que tuviera en cuenta el incremento del plazo a vencimiento en esta clase de activo a lo largo del tiempo. Conforme los tipos de interés caían y las empresas emitían deuda con menores cupones y extendían el perfil de vencimiento de su deuda, la sensibilidad de los bonos a las tasas de interés tiene a incrementar. Y así lo ha hecho recientemente: en promedio, el índice tiene un 28% de exceso de duración sobre los 10 años comparado con el 16% que el índice tendía en los últimos 25 años.
Una duración de 10 años sugiere que un inversor perdería el 10% del valor de su inversión en el caso en el que las tasas de interés aumentaran de forma inmediata en un punto porcentual. Ese incremento en la sensibilidad en los tipos de interés requiere por lo general una compensación adicional, los bonos a mayor vencimiento suelen proporcionar por lo general un mayor diferencial de compensación que los bonos del Tesoro con una sensibilidad a los tipos de interés comparable. Este volumen de compensación incremental representa otro par de puntos básicos en el diferencial de la clase de activo.
Un examen en los efectos conjuntos de los cambios en la calidad y la sensibilidad a las tasas de interés del índice de referencia sugiere que los inversores deberían requerir un diferencial adicional entre un 0,1% y un 0,15% en diferenciales de compensación de la deuda en comparación con la historia para calibrar por la degradación de la calidad y la extensión de la duración.
Como resultado de las regulaciones impuestas tras la crisis financiera global, que ha hecho que los creadores de mercados se sientan menos inclinados a comprometer capital para facilitar el comercio con los clientes, la liquidez en todo el mercado de bonos ha disminuido, incluyendo la liquidez del crédito corporativo de grado de inversión. Esto conduce, en nuestra opinión, a unos diferenciales que garantizan una mayor prima de liquidez en comparación con el pasado. Sin embargo, mientras la liquidez en las emisiones individuales ha disminuido en los últimos años, se ha incrementado en los ETFs y en otros vehículos de inversión que proporcionan una amplia exposición a la clase de activo. En general, los inversores deberían tener en cuenta esta “transferencia de la liquidez” en la clase de activo y considerar cómo van a obtener la liquidez en el futuro.
En general, los inversores deben exigir un incremento entre un 0,1% y un 0,15% de compensación en la deuda corporativa de de grado de inversión en comparación con el diferencial demandado en promedio por la generación anterior, dado el deterioro de la calidad de crédito, la extensión en la duración y los desafíos de liquidez. Los compradores de bonos no deberían solo saber que es lo poseen en cartera desde una perspectiva fundamental, sino que también deben ser compensados adecuadamente por los riesgos que toman en un mercado que es muy diferente de lo que sugieren los índices de referencia históricos.
Columna de Sean A. Cameron, analista de research y estratega de inversión para soluciones de renta fija en MFS Investment Management
Generali ha concluido la adquisición de una participación mayoritaria en Sycomore Factory SAS, compañía que controla Sycomore Asset Management (Sycomore), tras lograr la autorización de las respectivas entidades regulatorias del mercado.
La operación, que se anunció en septiembre de 2018, es un paso más en la estrategia de gestión de activos de Generali, según ha indicado la propia firma en un comunicado de prensa. La asociación estratégica tiene como objetivo aprovechar la sinergias entre ambas compañías, ya que Sycomore es un jugador clave en el mercado sobre soluciones de inversión ESG en Francia. Por lo tanto, Generali podrá mejorar y ampliar su oferta de soluciones de inversión y “fortalecer su enfoque y capacidades” en el campo de la inversión responsable.
Al mismo tiempo, la firma considera que el apoyo de un gran grupo global acelerará la expansión internacional de Sycomore, y fomentará el desarrollo de ofertas personalizadas para clientes minoristas e institucionales.
Las previsiones anuales no son una ciencia exacta, pero sí un ejercicio necesario e interesante. 2018 ha sido un año lleno de retos. Hemos sido testigos del choque entre fuerzas opuestas, de la subida de tipo de interés de la Fed en un contexto en el que crece la inflación con unos niveles bajos de desempleo y un crecimiento económico sólido, si bien la tormenta macroeconómica ha desencadenado reveses para los mercados y picos de estrés en varias ocasiones.
Las ventas masivas en las bolsas del mes de febrero se concentraron en un periodo de corta duración en comparación con las de octubre. Las estrategias beta de fondos de cobertura se han tambaleado desde entonces, lo que sirve para presagiar el comportamiento que podrían tener en 2019.
A pesar de las incertidumbres, existe consenso entre los gestores sobre la etapa de madurez en la que se encuentran los mercados. De hecho, se estima que los mercados estadounidenses están ya tocando techo, incluso tras las ventas de octubre, y también que los diferenciales crediticios están muy ajustados. En ambos casos, las previsiones aprecian poco potencial de crecimiento. Por eso, en los dos últimos meses se ha visto un mayor interés en los gestores de arbitraje, gracias a su capacidad para captar puntos básicos independientemente de la discrecionalidad de los mercados, los tweets de Trump, el Brexit y el nacionalismo italiano.
Un tema recurrente es la normalización de la renta fija y la volatilidad del entorno de arbitraje. En febrero, la volatilidad salió de su estado letárgico, tras años de inyecciones de capital en efectivo, y avanza progresivamente hasta posiciones de resistencia más altas, tanto implícitas como materializadas. Este contexto es ideal para la curva de rendimiento del arbitraje, así como para los diferenciales de swap y el arbitraje de la volatilidad.
Asimismo, este entorno de ciclo económico es atractivo a pesar de caracterizarse por un alto nivel de ruido. En estas circunstancias, la mejor apuesta puede ser la inversión a largo plazo, con preferencia por la asignación del riesgo a gestores macro discrecionales, en detrimento de los gestores sistemáticos. Esta preferencia responde a su capacidad para ejecutar operaciones con un valor relativo gracias a los tipos de interés y de los mercados de divisas, y deberían ser capaces de capitalizar las crecientes divergencias entre las políticas de los bancos centrales.
Otro argumento a favor de los gestores macro es su frecuente uso de futuros, lo que se traduce en mayores cantidades de efectivo libre de cargas, invertido en letras del tesoro con un rendimiento del 2,5%, libre de riesgos.
Por último, los productos con exposición reducida a la volatilidad han recibido un influjo masivo desde 2008, especialmente los fondos de paridad de riesgo y de prima de riesgo con reducción de la volatilidad. Estos instrumentos se basan en pronósticos sobre la volatilidad calculados en base a cálculos en vivo, pero solo desde la crisis, cuando la volatilidad se comprimió. Estos vehículos, que de forma agregada suman billones, se verán forzados a desapalancarse, lo que podría exponer a los mercados a un potencial impacto significativo. Consecuentemente, incluso al reducir la discrecionalidad y construir carteras con un perfil naturalmente defensivo, se debe considerar la posibilidad de recurrir a gestores de protección de cartera y de cobertura de riesgo de cola.
Tribuna de Christophe Campana, analista senior de SYZ Asset Management.