Pixabay CC0 Public Domain. La CCR chilena reduce el requisito de volumen administrado exigido a activos alternativos extranjeros
La Comisión Clasificadora de Riesgo de Chile publicó en el Diario Oficial, el martes 17 de diciembre de 2019, el acuerdo número 53, que modifica los procedimientos de aprobación de instrumentos, operaciones y contratos representativos de activos alternativos específicos extranjeros y el acuerdo número 52, que incorpora modificaciones a los procedimientos de aprobación de cuotas de fondos de inversión y fondos mutuos nacionales.
En concreto, el acuerdo número 53 modifica el artículo 28 del acuerdo número 32, reduciendo el monto mínimo requerido de activos administrados en el activo especifico a un gestor, desde 5.000 millones de dólares a 2.000 millones de dólares.
Por su parte, el acuerdo número 52 modifica el artículo 4 del acuerdo 31, relativo al endeudamiento de los fondos de inversión y fondos mutuos nacionales. En concreto, se sustituye el articulo 4 por el siguiente: “ El Reglamento deberá establecer que los pasivos más los gravámenes y prohibiciones que mantenga el Fondo, no podrán exceder del 50% de su patrimonio. Sin perjuicio de lo anterior, este límite podrá llegar hasta 100% del patrimonio del Fondo, cuando se refiera exclusivamente a la constitución de gravámenes y prohibiciones sobre las acciones o participación en sociedades que formen parte de su cartera de instrumentos. Para estos efectos, cuando un activo esté sujeto a gravamen o prohibición como garantía por una obligación del Fondo, se considerará el mayor valor de entre el activo afecto al gravamen o prohibición y la obligación garantizada.”
La modificación establece que no será exigible el límite de endeudamiento dispuesto en el primer párrafo, a aquellos fondos que permitan en su Reglamento Interno inversiones en sociedades sobre las cuales posean el control directo, indirecto o por cualquier otro medio, los que deberán contar con al menos dos clasificaciones de riesgo de solvencia iguales o superiores a Categoría BBB.
Las cuotas de fondos nacionales ya aprobadas y que no cumplan con los requisitos, tendrán de plazo hasta 31 de mayo 2020 para adaptarse al nuevo procedimiento. Una vez cumplida esta fecha si las nuevas exigencias no son cumplidas, las cuotas serán desaprobadas.
La Comisión Clasificadora de Riesgo (CCR) es una organización chilena creada en 1985 por el Decreto Ley Nº 3.500 cuya finalidad es aprobar o rechazar instrumentos de deuda nacionales y extranjeros y valores de renta variable que pueden ser adquiridos por los fondos de pensiones.
Wikimedia Commons. Perspectivas macro para 2020: entorno de bajo crecimiento, reducidos tipos de interés y baja inflación
Volatilidad, menor crecimiento, bancos centrales y tensiones comerciales son las cuatro palabras clave que se pueden encontrar en la mayoría de las previsiones que las gestoras están publicado estos días. Sin duda, el mensaje que tienen en común sus análisis es que sostienen que no habrá recesión a corto plazo, pero sí un menor crecimiento. Un mensaje que llevamos escuchando desde mitad de año y en el que hacen hincapié las gestoras para evitar que los inversores caigan en el pesimismo.
El ciclo está avanzado, pero no eso no significa que para 2020 no vaya a haber crecimiento ni oportunidades de inversión. Según William Davies, director de inversiones para EMEA de Columbia Threadneedle Investments, el próximo año “amenaza con traer fuertes emociones”, desde el malestar social hasta las persistentes guerras comerciales, pasando por la agitación política y la volatilidad en el mercado.
“Creemos que la economía mundial seguirá creciendo a un ritmo más pausado y menos uniforme a escala regional. En este continuo entorno de bajo crecimiento, reducidos tipos de interés y baja inflación, tratamos de mantener el equilibrio en el estrecho camino entre los riesgos al alza, como una repentina aceleración del crecimiento, con los riesgos a la baja, entre los que se incluye la amenaza de una recesión más profunda. Nuestro enfoque global y nuestros análisis exhaustivos en un entorno de tales características nos sitúan en una buena posición para capear estas fluctuaciones macroeconómicas y de mercado”, argumenta Davies.
La inversión de la curva de tipos y lo que históricamente ha significado preocupa a las gestora, pero piden prudencia. Según explica Mark Holman, consejero delegado de TwentyFour AM (Vontobel AM), la inversión de la curva de tipos estadounidense entre dos y diez años se ha convertido rápidamente en “una noticia anticuada”, aunque hay algunas buenas razones por las que esta vez podría ser diferente y debemos seguir cuestionando la sabiduría convencional en este ciclo extraordinario.
“Históricamente, los grandes bancos comerciales estadounidenses han tomado esta reversión como una señal para reducir la concesión de préstamos, con el consiguiente endurecimiento de las condiciones financieras que conducen la economía a la recesión. Sin embargo, ahora que los bancos mantienen tanto capital y se les anima a conceder préstamos a lo largo del ciclo, puede que no sea tan urgente modificar las prácticas de préstamo a la primera señal de problemas. Los consejeros delegados de los bancos estadounidenses ciertamente no han cambiado de opinión, afirmando con frecuencia que creen que la economía de los Estados Unidos se mantiene en buena forma”, sostiene Holman.
Riesgos en el horizonte
Para Ariel Bezalel, responsable de estrategia del área de Renta Fija de la gestora Jupiter AM, cuesta pensar en algo que pueda dar impulso a la economía mundial en 2020. Por eso para el próximo año espera más de lo mismo: “Un crecimiento mundial exiguo, una política monetaria cada vez más expansiva y mayor riesgo político, mientras que las potentes fuerzas deflacionistas originadas por un mundo excesivamente endeudado, el envejecimiento demográfico y la disrupción tecnológica, siguen actuando en segundo plano”.
Entre los eventos que pueden mermar el crecimiento, las gestoras están teniendo en cuenta destaca Estados Unidos y sus tensiones comerciales con China, pero también hacia Estados Unidos y Europa. “En nuestra opinión, el retroceso del comercio mundial está provocando un cambio importante en la estructura del crecimiento, pero no apunta a una recesión total, especialmente en un momento de acumulación de políticas de relajación y se vislumbra un acuerdo parcial entre Estados Unidos y China. La combinación de las políticas monetaria y fiscal, un tema destacado en el futuro, puede ampliar aún más el ciclo actual. Aunque el ruido sobre las cuestiones relacionadas con el comercio será fuerte es poco probable que se produzca una escalada material, dadas las próximas elecciones americanas de 2020”, señalan Pascal Blanqué, director de inversiones Grupo Amundi y Vincent Mortier, director de inversiones adjunto Grupo Amundi.
Misma opinión comparte Neil Dwane, estratega global de Allianz Global Investors, quien sostiene se esperan unos giros pronunciados de “apetito por el riesgo/aversión al riesgo”, como consecuencia de las elecciones en EE.UU., de la evolución del conflicto comercial y de la abundancia de liquidez inyectada por los bancos centrales; la gestión del riesgo será fundamental.
“Las amenazas para la oferta de petróleo, la preocupación que genera la seguridad alimentaria y la creciente competencia entre EE.UU. y China podrían crear riesgos adicionales para las carteras. Se recomienda seleccionar cuidadosamente las acciones estadounidenses más demandadas; analizar los valores europeos infravalorados y la deuda de mercados emergentes; pensar en inversiones alternativas para obtener una rentabilidad menos correlacionada; y proseguir la búsqueda de beneficios en un contexto de bajos rendimientos”, añade Dwane.
Protagonistas del 2020
Desde Ostrum Asset Management comparten la idea de que en el próximo año el plano político tendrá más relevancia que en 2019. Según la gestora, en lo que se refiere a las elecciones presidenciales que tendrán lugar en EE.UU. el 3 de noviembre de 2020, éstas apuntan a una amplia gama de opciones lo que indica que la sociedad es más dispar. Mientras tanto, en China el crecimiento estructuralmente más bajo y los acontecimientos que se desarrollan en Hong Kong, podrían afectar al poder de Xi Jinping. En europa, la nueva Comisión Europea tendrá que generar un nuevo ímpetu e impulsar una mayor cohesión si se quieren afrontar los efectos del conflicto de influencia entre los americanos y los chinos. Además consideran que Christine Lagarde jugará un papel clave en el impulse del momentum en Europa y su papel probablemente irá más allá de una mera misión de política monetaria.
No solo Lagarde, los analistas de las gestoras coinciden en que los bancos centrales volverán a tener un papel relevante en 2020. “El papel de la política monetaria será ahora el de mantener una posición acomodaticia y frenar los riesgos para la economía, así que podemos esperar que los tipos de interés se mantengan bajos durante 2020” añade Philippe Waechter. Los bancos centrales no se verán amenazados por una inflación renovada y la volatilidad como indicador es simplemente un reflejo de las variaciones del precio del petróleo: dejando de lado este aspecto, la inflación subyacente permanecerá prácticamente plana. El dato en la zona euro ha estado fluctuando alrededor del 1% desde 2013 y esta tendencia manifiesta principalmente los ajustes en el mercado laboral y la disminución del poder de negociación de las clases medias”, afirma Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum Asset Management.
Por último, los mercados emergentes volverán a ser un foco de atención. En opinión de Keith Wade, economista jefe de Schroders, se producirá una aceleración en la mayoría de los mercados emergentes, a medida que el comercio se recupere y la inflación siga estando limitada. “Tenemos perspectivas positivas para Brasil, ya que la reforma de las pensiones debería impulsar la confianza y fomentar la actividad económica. Por el contrario, la India se ve amenazada por algunos desafíos, en particular, por sus bancos. Esperamos ver una mejora por el respaldo de la acción gubernamental. En 2010, el gobierno se comprometió a duplicar el tamaño de la economía y los ingresos medios para 2020. Para alcanzar estos objetivos, las autoridades tendrán que garantizar al menos que el crecimiento se mantenga en el nivel simbólico del 6%. Es posible una mayor flexibilización de la política económica”, concluye Wade.
Foto cedidaFoto: Tim Winstone, gestor de carteras de crédito empresarial en Janus Henderson Investors. Foto: Tim Winstone es gestor de carteras de crédito empresarial en Janus Henderson Investors
Tras una pausa de casi un año, el Banco Central Europeo (BCE) reinició sus compras de bonos corporativos en noviembre de 2019. Según explica Tim Winstone, gestor de cartera de deuda corporativa en Janus Henderson Investors, los factores técnicos impulsarán probablemente la demanda de bonos con grado de inversión denominados en euros.
Durante las tres primeras semanas, adquirió unos 4.600 millones de euros en bonos, elevando con ello las compras totales desde el arranque en junio de 2016 del programa de compras en el sector corporativo (Corporate Sector Purchasing Programme, CSPP) hasta los 182.000 millones de euros (a 22 de noviembre de 2019).
Resulta difícil determinar cuál será su impacto sobre los diferenciales (definidos como la diferencia existente entre el rendimiento de un bono corporativo y el de un bono soberano equivalente), en parte porque el BCE anunció el reinicio del programa en septiembre de 2019 y ya incluso antes existía el consenso de que el BCE estaba listo para actuar.
Podría argumentarse que su impacto sobre los precios ya se dejó notar en los meses previos a la reactivación. El diferencial sobre los bonos con grado de inversión en euros medido por el índice ICE BofAML Euro Corporate cayó de los 155 puntos básicos de comienzos de 2019 hasta el mínimo anual de 98 puntos básicos de 7 de noviembre de 2019, si bien después escaló hasta los 105 puntos básicos el 22 de noviembre(1). Aunque existen múltiples factores que explican los movimientos de los diferenciales, en lo referente a su reducción nunca viene mal contar con compradores no sensibles a los precios adquiriendo bonos en el mercado.
El universo de la deuda con grado de inversión en euros, medido por el índice ICE BofAML Euro Corporate, asciende a aproximadamente 2,6 billones de euros (1). El universo de bonos aptos para ser comprados en el CSPP del BCE es inferior, unos 600.000 millones de euros (2), ya que existe una serie de restricciones sobre el tipo de bonos que pueden adquirirse en el marco del programa.
Por ejemplo, los bonos deben ser emitidos por entidades no bancarias que estén radicadas en la zona euro. Los instrumentos de deuda deben estar emitidos en la zona euro y estar denominados en euros, además de contar con una calificación crediticia de BBB- (o equivalente) o superior y con vencimientos comprendidos entre seis meses y 31 años.
Lo que resulta destacable sobre las últimas compras es que el BCE abrió la posibilidad de adquirir activos con rendimientos inferiores al tipo de la facilidad de depósito (esto es, menores al -0,5%), por lo que los bonos con rendimientos negativos también resultan aptos.
Las empresas europeas no se han tenido reparos en sacar partido a esta situación. En los últimos años, se ha producido un incremento en la oferta neta de emisiones con grado de inversión en euros, ya que las empresas buscaban no solo refinanciarse a tipos más bajos, sino también emitir deuda mientras los costes por intereses son relativamente bajos y existe un comprador dispuesto en el mercado.
Pero las empresas europeas no han sido las únicas emisoras de deuda. Así, se ha asistido a un notable aumento de bonos denominados «reverse yankees», esto es, títulos emitidos en mercados de la zona euro por empresas con sede en EE. UU., ya que estas buscan tipos de financiación más reducidos o igualar los costes de financiación con fuentes de ingresos locales.
En conjunto, el mercado se encuentra en una situación de equilibrio razonable. Pese a que la oferta se ha recuperado, existe mucha demanda por esta clase de flujos, lo que está conteniendo los diferenciales. Dado que los rendimientos negativos son la tónica imperante en muchos bonos soberanos de la zona euro, los inversores están buscando bonos corporativos con grado de inversión en euros que ofrezcan algún rendimiento positivo, sin tener que asumir riesgos excesivos. Según se muestra en el gráfico a continuación, la inmensa mayoría de bonos corporativos con grado de inversión brindan rendimientos positivos, ya que solo un 16% del mercado de grado de inversión en euros presenta rendimientos negativos(3).
Habida cuenta de que los bonos corporativos con grado de inversión en euros cotizan con un diferencial medio de 105 puntos básicos, muy superior a sus mínimos de los últimos cinco años (74 puntos básicos en febrero de 2018), aunque ligeramente inferior a su media de cinco años de 114 puntos básicos, en Janus Henderson consideran que el mercado no está caro ni tampoco barato (1).
A su juicio, el interés de los inversores en los bonos corporativos con grado de inversión en euros probablemente continuará siendo elevado a la luz de los recelos que la perspectiva económica suscita, ya que las compras del BCE ofrecen una cierta red de seguridad al mercado.
Anotaciones:
(1) Fuente: Bloomberg, índice ICE BofAML Euro Corporate, OAS (diferenciales ajustados por opciones) de bonos soberanos a valor total de mercado, a 22 de noviembre de 2019.
(2) Fuente: Bloomberg Intelligence, a 30 de octubre de 2019.
(3) Índice ICE BofAML Euro Corporate, a 13 de noviembre de 2019
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Foto cedida. Se inicia una nueva década en 2020: así se preparan los inversores para el futuro
A solo unas semanas de que se inicie una nueva década, los inversores se preparan para recibirla con su estrategia apuntando a los cambios demográficos, la automatización, los trastornos ambientales y la inversión sostenible como las megatendencias que trazarán el futuro.
El 2020 se avecina y frente a los nuevos desafíos la firma suiza de servicios financieros UBS publicó el informe “Investor Watch sobre el año que viene”, en el que explica que “los inversores sienten incertidumbre hoy pero son optimistas de cara al futuro”. UBS destaca que pese a un “confuso panorama geopolítico” actual los inversores se “sienten más confiados respecto a los profundos cambios que atisban en el horizonte” de los próximos 10 años, período en el que se pronostica que “los cambios demográficos tendrán grandes efectos”.
Los millennials, la “mayor generación de EE.UU., rondarán los 50 años y los últimos baby boomers estarán jubilados”, agrega el informe sobre una década en la que además se estima que “la inteligencia artificial y la realidad virtual ya sehayan generalizado”.
Asimismo “la automatización afectará a la mano de obra. Los trastornos ambientales seguramente persistan, y la inversión sostenible será una importante tendencia (…) los inversores tienen la oportunidad de garantizarse que están bien posicionados de cara al futuro, un futuro que llegará antes de que nos percatemos”.
Impulsos a la rentabilidad en la próxima década
Como parte de este informe se consultaron a cerca de 3.400 inversores con grandes patrimonios personales a nivel mundial, de los que el 69 % muestra optimismo “respecto a la rentabilidad de su cartera en la próxima década”, siendo Latinoamérica la región con el mayor porcentaje de optimistas (83 % frente al 65 % de Asia, por ejemplo).
Además, un 88% de los inversores en el mundo (97% específicamente en Latinoamérica) prevé adecuar sus carteras a las megatendencias de la próxima década, siendo las cinco más relevantes el envejecimiento de la población (87 %), la tecnología inteligente (86 %), mayor automatización (85 %), inteligencia artificial (85 %) y la disminución de los recursos naturales (82 %).
Sostenibilidad, una preocupación
En los próximos diez años la preocupación frente a la sostenibilidad medioambiental crecerá y los inversores se concentrarán en desafíos globalescomo el acceso a saneamiento, agua potable o atención sanitaria.
Con base a las consultas, UBS señala que se ha aumentado la asignación a inversión sostenible en los últimos cinco años y destaca el creciente interés por hacerlo en Latinoamérica (96 %), Europa, Oriente Medio y África (88 %), Asia (86 %) y EE.UU.(70 %). Además, son los inversores más jóvenes, aquellos de entre 18 y 34 años, los que están más interesados en la inversión sostenible que los de más edad (83 % frente al 30 % de los mayores de 51 años interesados).
Estrategia clara para la coyuntura inmediata
Ante la incertidumbre geopolítica actual y los desafíos que se aproximan en la nueva década “el 64 % de los inversores contempla la idea de incorporar acciones de calidad a sus carteras”, en tanto que “otros aumentarían la diversificación y el efectivo. De promedio, el efectivo ya representa un 25 % de los activos de los inversores”.
De otra parte, se estableció que existe “una clara correlación” entre la confianza del inversor y planificación. Un ejemplo de ello es que el 65 % de los inversores con un plan a largo plazo establecido “se muestran muy confiados en que lograrán sus metas, frente a solo un 51 % de los inversores sin plan”. Además, “ocho de cada 10 prevén consultar el impacto de las presidenciales estadounidenses con sus asesores”, se lee en el informe.
Cautela para el inicio de la década
Para el comienzo de la nueva década quedaron algunos vestigios de las principales inquietudes geopolíticas del 2019, ya que el 44 % de los inversores “está muy preocupado” por que la guerra comercial entre EE.UU. y China afecte a sus carteras en 2020, aunque también pesa el entorno político de su país (41 %) y las elecciones presidenciales en EE.UU. (37 %).
Teniendo en cuenta estos factores, el 79 % de los inversores considera que se avecina un periodo de mayor volatilidad, un 55 % cree que los mercados sufrirán un importante traspié en algún momento de 2020 y el 52 % no está seguro de que ahora sea buen momento para invertir. Además, un 72 % ve que el entorno de inversión es más problemático que hace cinco años y un 58 % que la rentabilidad de la inversión escapa más a su control.
Consolidación de soluciones de financiación innovadoras
Al margen de este análisis, puede agregarse que el desarrollo de soluciones innovadoras de financiación será otra de las grandes megatendencias en la nueva década de la mano del “boom” de las fintech y otras alternativas basadas en tecnología que están revolucionado el sector desde hoy. Un ejemplo de esta visión es la firma estadounidense FlexFunds, proveedor de vehículos de inversión versátiles y soluciones de gestión de activos para instituciones financieras y profesionales, que integra soluciones de tecnología pioneras para brindar alternativas de titulización de activos y ofrecer mayor distribución gracias a su relación comercial con más de 100 de las principales instituciones financieras de todo el mundo.
Para conocer más sobre cómo FlexFunds da acceso a mercados de capital globalmente, contáctalos en info@flexfunds.com o visita su web: www.flexfunds.com
Pixabay CC0 Public Domain. Empresas “unicornio”: ¿los enemigos naturales de las compañías value?
En el sector financiero, el término unicornio hace referencia a las empresas de nueva creación que aún no cotizan en bolsa, pero que ya están valoradas en más de 1.000 millones de dólares. Hace una década solo existía un puñado de este tipo de empresas. Recientemente, el número se ha incrementado hasta alrededor de 500. Esto supone una verdadera plaga de unicornios. Pero ¿es un problema esta plaga?
El problema está en la estrategia de crecimiento de muchos “unicornios”. Para estas compañías la prioridad son las ventas. Por lo general, el crecimiento de sus ventas se logra mediante el agresivo aumento de la cuota de mercado. Dejan de lado la rentabilidad, que no juega ningún papel y es secundaria a la expansión en los mercados globales, a veces incluso durante décadas. Por ejemplo, la compañía de comercio electrónico Amazon – hoy en día la tercera empresa cotizada más cara del mundo- es considerado un modelo a seguir para muchas de estas empresas.
Si un unicornio entra en el mercado, hay consecuencias para las empresas ya establecidas. Un ejemplo es Uber, la multinacional del transporte colaborativo puso en jaque al negocio del taxi a nivel mundial. En su salida a bolsa en mayo de este año, Uber estaba valorada en 75.000 millones de dólares, aunque la propia empresa se preguntaba si alguna vez sería rentable.
Así las cosas, ¿cómo pueden otras compañías luchar contra los “ubers” y “amazons” del mundo si los nuevos contrincantes no están focalizados en tener beneficios? Es una batalla muy asimétrica. Es ahí donde vemos que radica una de las principales razones del desempeño increíblemente débil de las acciones de valor frente a las acciones de crecimiento. La distorsión estructural del mercado causada por los “unicornios” es enorme y afecta especialmente a los modelos de negocio de las acciones de valor.
¿Cuándo terminarán de dar escaso rendimiento las acciones de valor? Dado el éxito de los “unicornios”, esto no es tanto una cuestión de valoración. La pregunta más importante es: ¿Cuánto tiempo más estarán dispuestos los inversores a financiar un crecimiento no rentable a tan gran escala? De momento, no parece que vaya a llegar el final de esta tendencia, pues las inversiones de miles de millones de dólares continúan fluyendo hacia este segmento.
Pixabay CC0 Public Domain. Nordea AM lidera una iniciativa de interacción colaborativa para luchar contra la construcción de una central eléctrica de carbón en Vietnam
Santander ha anunciado su compromiso de ser neutro en carbono para 2020 mediante la compensación de todas las emisiones que genera en su actividad diaria. Según explica el banco, entre 2011 y 2018 ya redujo sus emisiones y su consumo de electricidad un 27% y un 36%, respectivamente.
Según informan desde la entidad, están haciendo un gran esfuerzo. de hecho, el 43% de la electricidad utilizada por Santander procede de fuentes renovables. La entidad se ha comprometido a que todo su suministro eléctrico provenga de energías renovables, en la medida de lo posible, de cara a 2025. Además, todas sus instalaciones contarán a partir de este año con la certificación ISO 14001, un estándar para diseñar y aplicar un sistema de gestión medioambiental eficaz en las empresas. Con esta y otras acciones, el banco prevé reducir sus emisiones en un 46% adicional entre 2019 a 2025.
“Santander es uno de los líderes en financiación de energía renovable en el mundo y vamos a ejercer nuestro papel en la lucha contra el cambio climático. El compromiso anunciado hoy es un paso importante. Solo podemos abordar el reto del cambio climático trabajando juntos con mayor ritmo y determinación”, afirmó Ana Botín, presidenta del Banco Santander.
Este esfuerzo por reducir las emisiones de carbono llega de la mano de las iniciativas de la entidad de contribuir a la transición hacia una economía verde. Tras lanzar su primer bono verde en octubre, el grupo se ha comprometido a movilizar 120.000 millones de euros en financiación verde de 2019 a 2025 y 220.000 millones de euros hasta 2030. Además, Santander se ha adherido al Compromiso Colectivo de Acción Climática, promovido por la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI). Este compromiso requiere que sus firmantes establezcan y publiquen objetivos específicos por sector y basados en escenarios para alinear sus carteras con el Acuerdo de París sobre el cambio climático.
La revista Américas número 21 de Funds Society ya ha llegado a Estados Unidos, Argentina, Chile, Uruguay y México. En esta ocasión, Michel Genolet, socio fundador de SunPartners y Martín de Tomaso, socio de la firma, protagonizan la portada de nuestra última revista de 2019.
SunPartners es un buen ejemplo de cómo se está desarrollando el modelo independiente en Latinoamérica, a base de capacidad de adaptación, de una buena lectura del mundo y de una dosis nada despreciable de audacia.
En esta revista también tratamos de proporcionar puntos de vista y herramientas para situarse en el mercado, por ello le preguntamos a destacados asset managers de la región cómo están preparando 2020, un año de volatilidad. También les ofrecemos un completo análisis sobre el high yield estadounidense e información desde Miami, México, Uruguay, Argentina y Chile.
Esperamos que en este fin de año disfruten de la lectura, a todos les deseamos Felices Fiestas.
La CFA Society Uruguay cerró el año con una destacada entrega de diplomas a los profesionales que fueron certificados como CFA Charterholders en 2019. Gabriel Carvalho, Nicolás Cristiani, Catalina Maisonnave, Marcela Medina, Juan Andrés Moreda, Carolina Pignata y Juan Emilio Sabbia fueron los siete diplomados que se incorporaron a la red global de más de 160.000 expertos que cuentan con la designación de CFA Institute.
Esta certificación es sinónimo de una alta calidad profesional y habilita a quien la haya alcanzado a hacer frente a desafíos y responsabilidades con los más distinguidos estándares en la actividad financiera global.
La iniciativa contó con la presencia de Diane Nordin, CFA, Chairman of the Board of Directors de CFA Institute, quien celebró el logro alcanzado por aquellos que fueron reconocidos en el evento.
“La designación CFA es el estándar más alto para el administrador de inversiones. Ser un CFA Charterholder implica no solo dedicarse a brindar la mejor solución, sino a aportar valor”, explicó.
Nordin, además, se refirió a la importancia de combinar la inteligencia artificial con la inteligencia humana en materia de asesoramiento y desarrollar las denominadas habilidades blandas, como la capacidad de empatizar con los demás, el entendimiento y el trabajo en equipo.
“Formamos parte de una industria que está experimentando transformaciones desde hace ya varios años. Tenemos que aprender a usar la tecnología para que nuestros clientes evidencien que seguiremos siendo necesarios. Ningún robot puede lidiar con la incertidumbre de un negocio, ni tiene el juicio propio de los profesionales”, reflexionó.
En la misma línea, Mauro Miranda, CFA, representante de los presidentes de las sociedades de América Latina y el Caribe ante CFA Institute, aseguró que los avances tecnológicos deben ser incorporados en la tareas diarias de los profesionales de inversión. “Nadie puede cuidar a los clientes como nosotros, y ninguna máquina o programa puede actuar de forma ética como lo hacen los humanos”, expresó.
Por su parte, la economista Bárbara Mainzer, CFA, presidenta de CFA Society Uruguay, hizo especial énfasis en los retos que el sector enfrenta. “Los individuos nos enfrentamos a cada vez más desafíos financieros. Nosotros tenemos la responsabilidad de liderar la profesión de inversiones con los más altos estándares éticos y de profesionalismo. Sin finanzas no hay crecimiento y no se generan empleos”, dijo.
El plan académico para obtener la certificación recorre, entre otros tópicos, el análisis de inversiones, administración de portafolios de inversión, análisis de los estados financieros, finanzas corporativas, métodos cuantitativos y economía, y cuenta con un profundo alcance sobre ética profesional.
Para transformarse en CFA Charterholders los candidatos deben superar tres exámenes, correspondientes a cada uno de los niveles de los que consta la designación. El proceso de obtención de esta distinción implica, en promedio, tres o más años de estudio, 1.000 horas de lectura, 9.000 mil páginas de textos técnicos y 18 horas de evaluaciones.
Con más de 60 años de antigüedad y presencia en más de 165 países, el CFA Institute es una asociación sin fines de lucro cuya misión consiste en liderar a los profesionales de la inversión de los cinco continentes estableciendo los más altos estándares éticos, educativos y de excelencia profesional.
Este fin de semana el nuevo gobierno de Argentina dio a conocer una serie de medidas para aumentar la recaudación tributaria que incluyen una subida del impuesto a los bienes personales (o al patrimonio), con especial énfasis en los activos situados en el exterior. Estas medidas son todavía un proyecto que deberá ser votado en el Congreso, en el marco de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva.
Por otro lado, mediante decreto, se modificaron las retenciones a la exportación de bienes agropecuarios, aumentando las alícuotas en un 5,3%, en promedio para productos como el maíz, la soja o la carne.
Bienes personales
El proyecto de la administración Fernández consiste en aumentar la alícuota del impuesto al patrimonio, a lo que se sumaría una franja diferenciada para los que tienen cuentas o propietades en el exterior. Este cambio no solo afecta a los grandes patrimonios, sino que golpeará también a las clases medias, ya que se paga a partir de los 31.000 dólares de patrimonio actualmente.
Están comprendidos bienes como propiedades, vehículos, inversiones y objetos personales y del hogar, situados en el país y en el exterior. Quedan excluidos los títulos y bonos emitidos por el Estado y los depósitos en pesos y moneda extranjera en cajas de ahorro y plazos fijos en el sistema financiero argentino.
Premio para quien traiga de vuelta sus ahorros
Para favorecer las inversiones a nivel local, una de las medidas que podrían aprobarse es la supresión del impuesto a la renta financiera para colocaciones en pesos. También se planearían exoneraciones para aquellos que traigan sus ahorros al país.
Pero los expertos tributaristas coinciden en que estos instrumentos serán poco efectivos, ya que los argentinos con cuentas en el exterior lo que buscan es seguridad jurídica.
Las consultas de argentinos que quieren proteger su patrimonio han vuelto a aumentar y afectan a individuos con bienes a partir de los 50.000 dólares. Los Trust Irrevocables, válidos para altos patrimonios por el alto coste de la tramitación, o las mudanzas internacionales, son dos de las vías más utilizadas para escapar de la subida de impuestos.
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Durante muchos años, la actuación de los bancos centrales ha tenido una posición de influencia dominante en el mercado, llevándonos a niveles de rendimiento y valoraciones que habrían parecido inimaginables hace unas décadas. Según indica Andy Chorlton, CFA, responsable de inversión en renta fija estadounidense Multi-sector en Schroders, los bancos centrales han llevado el precio del riesgo y el precio de la liquidez a niveles cada vez mucho más caros.
Podría decirse que, en la actualidad, los bancos centrales siguen teniendo la misma influencia que en la última década. El Banco Central Europeo se ha embarcado en otro programa de compra de bonos por un total de 2,6 billones de euros y las operaciones de la Reserva Federal en el extremo frontal de la curva de rendimiento son tan solo otro nuevo programa de expansión cuantitativa.
Las razones oficiales, en la opinión de Schroders, parecen ser técnicas y sirven para desbloquear los bloqueos alcanzados en el sistema, pero la ventaja adicional es que una curva de rendimientos más pronunciada disminuye el riesgo de incurrir en una profecía autocumplida, ¡desencadenada por la conversación incesante sobre curvas de rendimiento invertidas!
Sin embargo, con el inventario de la deuda en terreno de rendimiento negativo, actualmente en torno a los 15 billones de dólares y en Schroders creen que existe un fuerte argumento para sugerir que la influencia de los bancos centrales en los mercados desarrollados puede haber alcanzado su punto máximo.
El bastón ahora se pasa a los políticos, que serán clave para romper un clico de crecimiento global mediocre. Desde el punto de vista de Schroders, la transición desde una narrativa dominada por los bancos centrales a otra en la que domine la política inherentemente conlleva sus riesgos, algo que puede no estar reflejándose en su totalidad en los precios del mercado (ver gráfico 1).
La avalancha de “dinero gratis” ha tenido varios efectos en los mercados financieros y los propietarios de activos financieros, mientras que el impacto en la economía real es menos claro. Los rendimientos se han derrumbado en los mercados de renta fija, revalorizando el riesgo, empujando a muchos inversores a áreas de riesgo previamente desconocidas. Por ejemplo, los emisores de deuda high yield corporativa y Grecia han emitido nuevos bonos con tasas de interés negativas.
Esto se está moviendo realmente a los reinos de lo absurdo. Es cuestionable si la tolerancia al riesgo de los inversores ha cambiado o la búsqueda de rendimiento no conoce límites ni riesgos. Un ejemplo de las expectativas de rendimiento de los inversores puede verse reflejado en la Encuesta Global a Inversores de Schroders de 2019. Las expectativas de rendimiento en los próximos cinco años en la región Américas fueron de 12,4%, un 11,5% para Asia y un 9% en Europa.
Es complicado asimilar un rendimiento de un 9% en un entorno en el que los rendimientos de los bonos del gobierno alemán a 30 años no ofrecen una rentabilidad mucho mayor a 0 y en el que el índice de la deuda de grado de inversión ofrece un rendimiento tan solo unos puntos básicos mayor. Esta dinámica es la fuerza impulsora que se encuentra detrás de la tasación errónea del riesgo en los mercados financieros.
Los economistas y los científicos sociales a menudo hablan de consecuencias no deseadas; parece que el refuerzo de los mercados financieras es la consecuencia prevista, o al menos, el claro impacto de la expansión cuantitativa, la sorpresa sería si realmente hace algo que estimule el crecimiento económico real. En resumen, esto ha resultado en unas expectativas de rendimiento mayores, mientras que el crecimiento económico real se ha desacelerado (ver gráfico 2).
Si el programa de expansión cuantitativa no cumple con su objetivo y disminuye el impacto en otras áreas en las que continúa afectando, algo debe ocupar su lugar. Pensar que los políticos podrían ser también la respuesta, es un pensamiento que se siente extraño, y probablemente sea la primera y la última vez que Andy Chorlton se expresa en estos términos,
Durante su última comparecencia como presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi hizo eco de alguno de sus comentarios previos sobre los límites de la política monetaria y de la necesidad de que los gobiernos desempeñen su papel con medidas de gasto fiscal. Al reconocer que “las bajas tasas de interés no están proporcionando el mismo nivel de estímulo que en el pasado”, Draghi entregó el bastón a los políticos. Parece que el nombramiento de Christine Lagarde, abogada en lugar de economista, como nueva presidenta del BCE pudiera ser una indicación más del giro y una señal clara de que el próximo intento de solución será político. La influencia de los políticos es obviamente significativa, pero es necesario centrarse en dos áreas en las que pueden tener un impacto instantáneo y significativo: en primer lugar, una expansión fiscal, en segundo, en cuestiones geopolíticas.
Hace una año, el equipo de economistas de Schroders identificaron las fuerzas económicas y disruptivas que ellos pensaban que iban a dar forma a la siguiente década de inversiones, las “verdades ineludibles”. Las cuestiones geopolíticas fueron señaladas como un factor disruptivo.
Como término, es bastante amplio, pero por lo general suele hacer referencia a las amenazas políticas, económicas o militares que pueden afectar el estatus quo. En el gráfico 3 se muestran los 14 principales eventos geopolíticos desde 1985. Lo que destaca es que los 12 primeros episodios de mayor riesgo político fueron de naturaleza terrorista o militar, pero la naturaleza de los dos más recientes ha sido económica.
Corriendo el riesgo de simplificar demasiado complejos problemas en torno al comercio o la autodeterminación política (Brexit o Cataluña), económicamente podrían verse como heridas autoinfligidas. La atmósfera de incertidumbre en Europa y el Reino Unido, causada por el tema prolongado, pero sin resolver del Brexit, reduce compresiblemente la confianza económica y afecta a la inversión futura. De forma similar, el flujo de noticias volátiles en Estados Unidos sobre la disputa comercial con China y el proceso del impeachment tienen un efecto similar. Estos no son eventos aislados.
La independencia de Escocia volverá a la política agenda tras el Brexit, y hay un numerosos países europeos cuyo paisaje político está cambiando drásticamente -en España han afrontado su cuarta elección en 4 años y Reino Unido sus terceras elecciones desde 2014. Cuestiones como esta son a menudo utilizadas para activar al electorado y ejecutarlas o no por el elegido, pero es la incertidumbre la que impacta sobre la confianza de las empresas y de los consumidores por igual.
El conflicto entre Estados Unidos y China es complejo e incluye elementos de seguridad nacional y propiedad intelectual. Se deriva de las renegociaciones del TCLAN al USMCA y sin duda será seguido por un enfoque en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Europa. Al igual que con los cambios descritos en Europa, el detalle de la negociación pocas veces es el problema, fuera de en industrias específicas. La cuestión real es el sentimiento de incertidumbre constante; las corporaciones quieren cierta estabilidad a corto y mediano plazo para comprometerse con cualquier inversión comercial significativa, uno de los motores del crecimiento futuro. Estos problemas no son tan específicos de Europa o América del Norte. Las mismas presiones del populismo y la antiglobalización se sienten en todo el mundo. Sin embargo, con la capacidad de la política monetaria limitada a mantener la trayectoria actual cuando ocurren eventos geopolíticos, su efecto ahora es aún más dudoso. Los políticos como mínimo, deben trabajar duro para dar una base estable a partir de la cual las economías puedan construir. La estabilidad no es suficiente.
La política también debe proporcionar un catalizador para un cambio positivo, que es donde entra en juego la política fiscal. El presidente Trump tomó la iniciativa al principio de su mandato para proporcionar un impulso en la economía, pero hasta ahora parece haber proporcionado un impulso temporal en un lugar de algo más sostenible. Los comentaristas argumentarán que debería haber mantenido su pólvora a resguardo para el momento en el que fuera realmente necesario, o de forma alternativa, que era la idea correcta, pero insuficiente dado el contexto de bajo crecimiento en Europa, China y el resto del mundo.
Una segunda ronda de expansión fiscal puede ser más difícil de cumplir políticamente al menos antes de 2020, y el enfoque sobre el déficit de algunos políticos, incluso dentro del partido republicano puede impedirlo. Sin embargo, en ambos lados del pasillo político tienden a ponerse de acuerdo sobre la infraestructura, que bien puede ser la forma más aceptable de impulsar más el gasto gubernamental. Entonces, ¿cómo afecta esto a los inversores en los bonos? La única forma en que las valoraciones actuales en renta fija tienen sentido, especialmente en el crédito corporativo dado su pobre contexto fundamental es debido a las acciones de los bancos centrales: tasas bajas y programas de expansión cuantitativa. Es muy cuestionable si estas valoraciones pueden sostenerse sin que los políticos se hagan responsables de su papel en el entorno económico. Los obstáculos para que puedan actual y que sigan siendo elegidos son importantes. Por lo menos, llevarán un tiempo para ser superadas.
Perspectivas:
Después de haber añadido algo de riesgo creditico a principios de este año tras la fuerte venta de 2018, en Schroders ahora han cerrado el círculo con el valor en los sectores crediticio y municipal, que una vez más se están acercando a los niveles más caros desde la era posterior a la crisis. En un entorno de crecimiento más lento, mayor apalancamiento y ganancias anémicas, en Schroders sugieren abordar la asignación de activos con un mayor grado de precaución.
En la actualidad, por el contrario, en Schroders creen que, ciertos sectores como los títulos securitizados y más específicamente los títulos respaldados por hipotecas, parecen ofrecer más valor. Con los diferenciales cotizando en el extremo más barato de las valoraciones a más largo plazo y un consumidor optimista que sustenta los fundamentales, este es un sector al que a Schroders le complace asignar capital.
El mercado crediticio continúa estancado en un tira y afloja entre valoraciones costosas y el deterioro de la demanda extranjera fundamental frente a la aparentemente implacable. Sin embargo, como se sabe, la demanda es un amigo inconstante, y en Schroders están felices de usar períodos continuos de fuerza para prepararse para un clima más tormentoso.