El mercado de fusiones y adquisiciones seguirá siendo complicado en 2020

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Pixabay CC0 Public Domain. El mercado de fusiones y adquisiciones seguirá siendo complicado en 2020

A escala mundial, en 2019 las acciones ligadas a transacciones valoradas en más de 100 millones de dólares obtuvieron un rendimiento inferior al índice global del 5%. Además, según los datos publicados por Willis Towers Watson y Cass Business School, el mercado global de fusiones y adquisiciones, aquejado de un rendimiento en constante declive desde 2015, continuará encontrando en 2020 un entorno complicado.

En este contexto, y sobre la base de las tendencias a corto y largo plazo reflejadas en su informe, serán cinco las tendencias clave para la evolución del mercado de fusiones y adquisiciones durante este año.

  1. La desaceleración de Estados Unidos impactará en el resto del mundoSegún los datos del informe, en 2019 se cerraron 173 grandes operaciones (aquellas de más de 1.000 millones de dólares), la menor cifra en cinco años. “Y continuará bajo en 2020 a tenor de la desaceleración en la actividad de fusiones y adquisiciones de Estados Unidos”, aseguran desde Willis Towers Watson. No obstante, la poca disposición del mercado para asumir grandes operaciones también podría indicar que las empresas se están preparando para una recesión.
  2. Europa mantendrá la primera posición. En 2019, los negociadores europeos encabezaron las clasificaciones mundiales de fusiones y adquisiciones por segundo año consecutivo, superando su índice regional en 1.9 puntos porcentuales. Una tendencia que Willis Towers Watson espera que continúe. Asimismo, destaca el volumen de negocio ligado a M&A en el Reino Unido durante el pasado ejercicio que fue, con 31 operaciones, el más bajo de la última década. Además, advierten de que hasta que no se produzca un Brexit con acuerdo, no se prevén mejoras.
  3. Es improbable que las fusiones y adquisiciones mejoren en ChinaChina ha pasado de alcanzar una cifra récord de 243 acuerdos en el área M&A a cerrar sólo 72 en 2019. Las incertidumbres comerciales y los temores de una posible recesión económica mundial han sido algunos de los principales factores de este descenso. Por otro lado, la desaceleración en China está en línea con la también tendencia a la baja que está sufriendo toda la región Asia Pacífico en el mercado de fusiones y adquisiciones, y que se espera continúe en 2020. “No es menos cierto que las mejoras que han logrado los compradores en la zona APAC durante 2019 en cuanto a rendimientos de las operaciones M&A sugiere, al menos, una mayor estabilidad después de los turbulentos años previos”, subraya el informe.
  4. Los tiempos necesarios para el cierre de operaciones se ralentizaránLos datos de Willis Towers Watson apuntan a un aumento de los tiempos necesarios para completar las transacciones durante el próximo año. Ya se trata de un proceso lento si tenemos en cuenta que, de media, las operaciones realizadas en 2019 tardaron 141 días, frente a los 120 de 2018, en cerrarse. El informe también apunta a la posibilidad de que la financiación de acuerdos transfronterizos se vuelva más difícil, debido al endurecimiento del escrutinio regulatorio provocado por tensiones comerciales y sociopolíticas.
  5. Más posibilidades de operación por parte de inversores alternativos“Es previsible que los inversores alternativos, como aquellos ligados a capital privado y capital riesgo, que cuentan con altos niveles de capital que no han utilizado estén más activos en 2020 que en ejercicios previos”, prevé el informe. Esto podría dar lugar a operaciones M&A de mayor volumen pese a que la posibilidad de retornos rápidos se verá afectada por la economía en desaceleración, las tensiones geopolíticas y las demandas regulatorias antes mencionadas. En 2020, Willis Towers Watson prevé una tendencia al alza de operaciones que incluyan acuerdos de contratación, es decir, las que se completan con la intención de adquirir un talento que el comprador no podría contratar de otro modo.

El programa Green Credit Continuum cerró su primera ronda de financiación con 253 millones de euros

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El programa Green Credit Continuum, lanzado en julio de 2019 por Amundi y el Banco Europeo de Inversiones (BEI), cerró su primera ronda de financiación con 253 millones de euros captados, a fecha de 30 de noviembre de 2019. A través de este programa, Amundi y el BEI esperan fomentar el desarrollo del mercado de deuda verde más allá de los bonos verdes existentes, apoyando proyectos verdes de pequeña escala y financiando PYMES. Tiene como objetivo recaudar 1.000 millones de euros en los próximos tres años, incluyendo un compromiso inicial de 60 millones de euros por parte del BEI.

“El BEI ha estado a la vanguardia de la promoción de las finanzas verdes, emitiendo el primer bono verde en 2007, aumentando su financiación climática año tras año y fortaleciendo su política climática. Aunque se han logrado avances en muchos frentes, las brechas financieras persisten, incluso en Europa. Este programa está diseñado para abordar estas diferencias, y estamos felices de asociarnos con Amundi para llevarlo a cabo”, señaló Ambroise Fayolle, vicepresidente del BEI.

En su primera ronda de financiación, de las tres planificadas, el programa ha levantado interés para los inversores, tanto públicos como privados, atrayendo compromisos iniciales de fondos de pensiones, aseguradoras, instituciones bancarias e instituciones de inversión públicas de Dinamarca, Francia y Luxemburgo. Destaca, además, la participación de la Caisse des Dépôts francesa, la Caisse Centrale de Réassurance, el grupo de bienestar social Agrica y el fondo de pensiones danés Lærernes. El grupo Crédit Agricole también es uno de los inversores principales del proyecto, a través de 10 de sus bancos regionales franceses.

“Hemos detectado un entusiasmo increíble por este programa entre los inversores institucionales, que reconocen la importancia de la transición energética y desean diversificar sus fuentes de rendimiento en un entorno de bajos tipos de interés. Aprovechando nuestras capacidades europeas de inversión de deuda, nuestros compromisos ESG y la presencia y capacidades únicas del BEI en Europa y en las finanzas climáticas, Green Credit Continuum es una asociación público-privada única que aborda los ambiciosos, pero críticos, objetivos medioambientales de Europa», añadió Yves Perrier, CEO de Amundi.

Con el objetivo contribuir al desarrollo de las nuevas exigencias de financiación para cumplir con los compromisos establecidos en el Acuerdo de París respecto al cambio climático y financiar los objetivos medioambientales europeos, Amundi y el BEI esperan impulsar el desarrollo de nuevos instrumentos de mercado y facilitar el acceso a financiación en el mercado a las pequeñas empresas y los proyectos ecológicos, al mismo tiempo que se ofrecen mayores rendimientos a los inversores, a través de Green Credit Continuum.

Esta primera ronda invertirá en segmentos verdes incipientes, abriendo el mercado. Las posteriores, por su parte, brindarán a más inversores la oportunidad de unirse a este programa. El período de inversión para la primera ronda comenzará en diciembre, y Amundi tiene planeado convocar una segunda ronda tan pronto como los fondos iniciales recaudados se hayan repartido e invertido con éxito. 

Con el fin de maximizar el impacto del programa y fomentar la expansión del mercado de crédito verde, Amundi está creando una Red de Transacción Verde con instituciones financieras y emisores líderes para obtener acuerdos y proyectos. De forma paralela, además, se está estableciendo un comité científico de expertos en finanzas sostenibles para definir y promover directrices ambientales para los mercados objetivo de acuerdo con las prácticas internacionales y la legislación derivada del plan de acción de la Comisión Europea.

Tal y como se esperaba, la Fed mantiene la tasa sin cambios

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Doug McCaughan . Doug McCaughan

Tal y como se esperaba, durante la primera reunión de 2020, la Reserva Federal de los Estados Unidos decidió mantener los tipos de interés entre el 1,5% y el 1,75%.

De acuerdo con el comunicado de prensa, la decisión fue unánime. En el documento mencionan que «el Comité juzga que la postura actual de la política monetaria es apropiada para apoyar la expansión sostenida de la actividad económica, las fuertes condiciones del mercado laboral y la inflación que vuelve al objetivo simétrico del 2 por ciento del Comité. El Comité continuará monitoreando las implicaciones de la información entrante para las perspectivas económicas, incluidos los desarrollos globales y las presiones inflacionarias apagadas, mientras evalúa la ruta apropiada del rango objetivo para la tasa de fondos federales».

El pronóstico de los analistas de Citibanamex, es “que la tasa de política monetaria continuará en su rango actual de 1,50 a 1,75% en todo 2020”.

Por su parte, desde Banco Ve por Más, comentan que tras acumular 75 puntos base en recortes, la postura actual es y posiblemente será la adecuada para cumplir su mandato dual, «aunque se mantendrán atentos a bajas presiones inflacionarias e implicaciones de eventos globales» y aunque creen que el escenario base es no tener movimientos, creen que de haberlos, es más probable ver un alza que otra baja en la tasa de referencia.

¿El año de Europa?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿El año de Europa?

El año ya va cogiendo ritmo y, una vez más, todos los expertos nos recuerdan que Europa afronta dificultades, con muchos retos políticos que sortear y con el riesgo de inestabilidad política en países como España e Italia. Sin embargo, vemos que la confianza de los inversores ha comenzado a mejorar a medida que se han ido despejando dudas sobre el Brexit y la guerra comercial, lo que puede ayudar a volver a atraer flujos de inversión hacia Europa, una región con valoraciones más atractivas que las de otras zonas. Después de un periodo prolongado de salida de capitales, las bolsas europeas pueden volver a captar la atención de los inversores.

No debemos dejar que el entorno macro o los episodios de aversión al riesgo, que muy probablemente se volverán a registrar a lo largo del año, nos distraigan. En nuestro caso, como inversores fundamentales con una visión de largo plazo, hemos visto cómo, en 2019, el temor a las tensiones entre EE.UU. y China, al futuro político de Reino Unido o a la actuación de los bancos centrales ha castigado a los mercados europeos en distintas oleadas, de forma más aguda en mayo, julio y agosto. En esos momentos, lo mejor es mantener un curso firme y no dejarse llevar por las turbulencias.

El ser fieles a nuestro proceso y a nuestro estilo de inversión es la mejor receta. Así lo hemos comprobado, una vez más, en 2019, que se ha cerrado como uno de los mejores años de nuestra historia. Nuestro buque insignia, el fondo Allianz Europe Equity Growth, obtuvo una rentabilidad en el año del 36,63% (con datos de la clase institucional de acumulación en euros), superando ampliamente al índice MSCI Europe[1]. La semilla de estos buenos resultados la plantamos ya en el último trimestre de 2018 cuando, en plenas caídas del mercado, tomamos posiciones en algunas nuevas ideas que cotizaban a niveles atractivos y elevamos el peso en valores castigados de nuestra cartera en los que teníamos una alta convicción. Varias de estas posiciones han sido las que han impulsado la rentabilidad de los últimos meses. Mantenerse fiel a la estrategia y a las convicciones del equipo es un valor seguro en momentos de incertidumbre. Una prueba de ello es que, a pesar de todo el ruido de los últimos doce meses, la rotación de nuestra cartera ha sido de sólo un 14%.

En el año que comienza, las valoraciones ajustadas en los segmentos de compañías de calidad y de crecimiento y la posibilidad de que los datos macroeconómicos muestren signos de debilidad representan amenazas para nuestras estrategias, sobre todo si se vuelven a registrar momentos de aversión al riesgo generalizada por parte de los inversores. Sin embargo, encontramos razones para un cierto optimismo. A partir de los datos que hemos recogido de nuestras conversaciones con los directivos de empresas en las que invertimos, creemos que podremos ver, en nuestras carteras, valores que se beneficien de la tendencia a reducir costes en ciertos sectores (así, por ejemplo, en soluciones innovadoras de software para la banca); otros que saquen partido al lanzamiento de nuevos productos (o que cuentan con una visibilidad clara en lo que a nuevas ventas se refiere); compañías que empiezan a experimentar los beneficios de operaciones corporativas anunciadas en el último año; e incluso empresas que se pueden beneficiar de una posible recuperación en actividades como la fabricación de semiconductores.

Y merece la pena recordar que, más allá de todo el ruido, las buenas empresas, con modelos de negocio sólidos, barreras de entrada y capacidad de fijación de precios, tienen capacidad de obtener buenos resultados incluso en entornos desfavorables. Más que apostar por sectores tradicionalmente etiquetados como “defensivos”, entendemos que la verdadera “defensa” la ofrecen esas buenas compañías. Es algo que hemos podido comprobar, una vez más, en 2019. Entre los valores que más han contribuido a la rentabilidad de las carteras teníamos, por ejemplo, una empresa de logística que fue capaz de crecer a pesar de la guerra comercial.

En el arranque de este nuevo año, mantenemos nuestra sobreponderación en valores del sector de las tecnologías de la información y en ciertas compañías del sector industrial que ofrecen una buena visibilidad de resultados.  Seguimos buscando empresas con modelos de negocio robustos y capaces de hacer crecer sus beneficios de forma estable y continuada. Y todo ello lo hacemos teniendo en cuenta no sólo la información financiera de las empresas, sino que también incorporamos criterios de sostenibilidad a nuestro análisis, por medio de nuestro proceso de integración ASG, una metodología que ha demostrado ya no sólo no estar reñida con una buena rentabilidad, sino que además aporta una información valiosa para anticipar y valorar el impacto que ciertos riesgos extra financieros pueden tener sobre las cuentas de las compañías en las que invertimos.

Tribuna de Thorsten Winkelmann, gestor del fondo Allianz Europe Equity Growth, en Allianz GI.

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1. La rentabilidad pasada no es un indicador fiable de resultados futuros.

Tendencias para 2020: optimismo económico con acento asiático

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Pixabay CC0 Public Domain. Tendencias para 2020: optimismo económico con acento asiático

China e India se mantienen como los países más optimistas respecto al crecimiento económico mundial de cara a 2020. Mientras que en los dos gigantes asiáticos predomina una tendencia positiva (opinan, con un 84% y un 83% respectivamente que la economía global será más fuerte en 2020) la media global es del 52%. Sin embargo, el país más optimista para el próximo año es Filipinas. Un 95% de sus ciudadanos piensan que 2020 será mejor año para ellos que 2019. Así lo reflejan los datos del estudio global de predicciones para 2020 de Ipsos, donde presenta las tendencias de opinión sobre los temas más actuales a escala mundial.

El estudio se ha llevado a cabo en 33 países a través de un sistema de la entidad: el Ipsos Online Panel. La encuesta, realizada a adultos de 18 a 64 años en los Estados Unidos y Canadá, y de 16 a 64 años de edad en el resto de los países, recoge ciudadanos de Alemania, Arabia Sudí, Filipinas, Francia, Malasia o Japón, entre otros.

Una de las principales tendencias mundiales reflejadas ha sido la preocupación por el calentamiento global. Un 77% de la población mundial cree que la temperatura media global aumentará en 2020, según los datos de Ipso. En España, por su parte, un 79% de los encuestados considera que las temperaturas subirán a lo largo de este año.

Además, las novedades tecnológicas siguen presentes. La aparición de coches autónomos es una de las principales tendencias, según el estudio. Sin embargo, “no parece que 2020 sea el año en el que se vayan a asentar”, advierten. A nivel mundial, solo un 36% cree que en 2020 verá con asiduidad coches autónomos circulando por su ciudad. Por el contrario, China lidera el ranking de esta pregunta con un 65% de sus ciudadanos que piensa que los coches autónomos sí serán habituales en las ciudades.

La reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos es otro de los grandes asuntos internacionales de este 2020. Un 46% de estadounidenses ve probable su reelección este año, mientras que la media global se sitúa 11 puntos por debajo, según los datos de Ipso. En España, por ejemplo, aquellos que creen que el mandatario no renueve administración en la Casa Blanca (43%) supera a los que piensan que repetirá (32%).

Por último, el informe recoge el pesimismo predominante en España, donde un 79% de la población declara que 2019 fue un mal año para su país. Además, un 62% cree que en 2020 habrá protestas y disturbios a gran escala en nuestro país relacionados con la gestión del Gobierno y la mitad de los españoles no cree que se alcance la igualdad salarial este año.

Los mercados emergentes registrarán un crecimiento del PIB del 4,5% en 2020, superando a los desarrollados

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Pixabay CC0 Public Domain. Los mercados emergentes registrarán un crecimiento del PIB del 4,5% en 2020, superando a los desarrollados

Hace ya 15 años, el creciente protagonismo de China en la industria y las cadenas de suministro en el mundo entero impulsó a los mercados emergentes. Tras la crisis de 2008-2009, volvieron a ponerse de moda, cuando el vigor de los estos mercados contrastó con la crisis de la Eurozona en 2011. Sin embargo, desde 2014, diversos factores han debilitado parcialmente el relato de fondo: el apalancamiento empresarial en China, los perjuicios causados a los mercados emergentes por las alzas de tipos de interés de EE. UU. o la adopción de medidas proteccionistas de Donald Trump. De cara a las elecciones estadounidenses, CA-Indosuez Wealth Management analiza los fundamentales de los mercados emergentes en sus perspectivas globales para 2020 y su potencial de cara a este año. 

En primer lugar, la inflexión de la política monetaria estadounidense en pos de una postura acomodaticia debería ser uno de los factores que actúe como catalizador positivo para estos mercados, según el informe. Además, “un debilitamiento del dólar estadounidense podría atraer flujos hacia divisas emergentes baratas que ofrezcan una mayor rentabilidad y tipos de cambio atractivos”, subrayan. Asimismo, la firma de la fase uno del acuerdo comercial entre China y EE.UU. debería actuar como fuerte impulsor de flujos financieros hacia los mercados emergentes y “podría erradicar una de las causas de la desaceleración económica mundial”, según los datos de Indosuez. Por último, de cara a 2020 y a años posteriores, la agenda política exterior de los candidatos por el Partido Demócrata en su camino a la Casa Blanca sugiere que estos comicios podrían marcar un punto de inflexión en su relación con China, aunque descartan que EE. UU. vuelva a abrazar de lleno la globalización.

El principal peligro para el desarrollo económico mundial es, según Indosuez, el proteccionismo. China es el país más afectado por aranceles vigentes y futuros, que podrían restarle entre 0,5 y 1,0 puntos porcentuales de PIB en un plazo de 2 o 3 años. Sin embargo, el informe también destaca que, en 2019, se firmaron 302 acuerdos comerciales regionales a favor del libre comercio. No obstante, la heterogeneidad de los mercados emergentes obliga a analizar las singularidades de cada país antes de extraer conclusiones definitivas. Por ello, Indosuez presenta sus perspectivas regionales. 

China: más allá de la guerra comercial

“Es imperativo entender que las cuestiones fundamentales van más allá de las relaciones comerciales”, subraya el informe en referencia a la guerra comercial. Una de las principales causas es, según Indosuez, la creciente primacía tecnológica y la competitividad de China. En la última década, China ha transformado su economía, pasando de ser fundamentalmente exportadora a una más equilibrada. La nación ha reforzado el estímulo de su economía nacional con “el fin de alimentar otros dos importantes motores del crecimiento económico: el consumo y la inversión en inmovilizado”, según datos de Indosuez.

Además, a esto se suman las importantes medidas llevadas a cabo tanto en política fiscal, con una reforma del impuesto sobre el valor añadido (IVA), como en innovación científica y tecnológica, donde destaca el afán de inversión en inteligencia artificial (IA), big data, FinTech, computación en la nube, conducción autónoma, fabricación de gama alta, automatización y robótica, entre otros.

En lo que respecta a los mercados financieros, el informe destaca la entrada de China en los grandes índices como la confirmación del “ascenso del mercado emergente de Asia en la clase de activos emergentes, lo que seguramente traiga consigo una mayor afluencia hacia China y los mercados emergentes en general”.

Al margen de la incertidumbre de la pugna comercial, China “goza de potentes motores de crecimiento de fondo para allanar el camino hacia la innovación y el crecimiento de origen tecnológico en las próximas décadas”, aseguran desde Indosuez. No obstante, advierten de la necesidad de mantener una agenda firme para lograr esta meta de largo plazo.

India: política, crecimiento y reformas estructurales

Hasta hace poco, en un entorno de bajo crecimiento, India superaba a la mayoría de países, con un crecimiento del PIB real superior al 7% anual en promedio entre 2014 y 2018. Estos datos, sumados a las reformas estructurales prometidas por el primer ministro Narendra Modi, hacían de la India una “historia positiva”. Pese a ello, el informe destaca nuevos desafíos que hacen “menos convincente” a esta tesis. 

En primer lugar, el crecimiento del PIB se ha moderado ante la incertidumbre regulatoria medioambiental y empresarial, y las incógnitas sobre la salud del sector financiero no hacen sino añadir más tensiones. Las ventas de vehículos nuevos describen un panorama similar, con una caída del 23% en el segundo trimestre de 2019, su mayor contracción desde 2004, según los datos de Indosuez. Además, el país afronta un déficit casi perpetuo y una escasez estructural de ahorro, que lleva a una falta de inversión. “Todo ello sugiere que el crecimiento del PIB de la segunda mitad de 2019 podría seguir desacelerándose”, advierten. 

Por ello, el informe apunta a una necesidad de reformas estructurales, que abarquen infraestructuras, la ley del suelo, el mercado laboral y el sistema tributario, así como la desregulación del sector privado y la reestructuración del bancario. Si bien el ritmo de estas reformas se ha desacelerado, de cara a 2020 el ritmo podría repuntar si determinados partidos regionales de pequeño tamaño se unen al bloque de Modi, lo que posibilitaría una mayoría absoluta también en la cámara alta. “Si es así, India necesitaría con urgencia una consolidación fiscal, racionalización de subsidios y medidas de mejora de la base tributaria, así como reformas del suelo y laborales”, aseguran. 

Brasil: reformas y recuperación 

“Tras un decepcionante rendimiento en 2019 hay signos de que la recuperación económica de Brasil está ganando tracción”, destaca el informe. Por un lado, el crédito vuelve a crecer, el mercado de la vivienda está rebotando y el laboral va mejorando paulatinamente. No obstante, Indosuez advierte de que la economía “seguirá afrontando ciertas rémoras significativas en el corto y el medio plazo”. 

En un contexto internacional, destacan que la desaceleración de la economía mundial no ayuda y la situación de Argentina sigue siendo fuente de riesgo a la baja. A escala local, por otro lado, la falta de dinamismo de muchos sectores seguirá obstaculizando la inversión y advierten de que la necesidad de llegar a una consolidación fiscal mermará la demanda agregada.

Sin embargo, Indosuez apuesta por Brasil y creen que posee la agenda de reformas estructurales más audaz de la región. Por ello, animan a los inversores a “tratar de mirar más allá del jaleo político creado por las inusuales políticas de Jair Bolsonaro. El potencial de oportunidades de inversión es real, aunque incierto”, aseguran. 

Oriente Medio: entre resiliencia e incertidumbre

“A pesar de un riesgo geopolítico alto, los inversores pueden encontrar oportunidades atractivas de inversión en esta región”, aseguran desde Indosuez. Destacan el atractivo de los múltiplos de valoración de los índices bursátiles de Oriente Medio y aseguran que pueden encontrarse tesis interesantes y de diversificación en banca, infraestructuras, sector inmobiliario, telecos o incluso en el ámbito digital. “Los inversores solo tienen que ser conscientes de la importancia de estos aspectos energéticos, macroeconómicos y geopolíticos interrelacionados a la hora de tomar sus decisiones de inversión en la región”, apuntan. 

Rusia: más allá de las sanciones

El informe destaca el efecto que las sanciones han tenido sobre Rusia. Por un lado, han presionado a la baja el crecimiento pero, al mismo tiempo, han dado lugar a una serie de vicisitudes favorables. La acumulación de reservas internacionales ha ganado fuerza hasta equivaler a unos 14 meses de importaciones y también se ha favorecido de una diversificación activa en otras monedas para depender menos del dólar estadounidense. “El desendeudamiento de la economía también ha proseguido y la diversificación de la importación ha logrado mejoras de productividad de la agricultura nunca antes vistas”, destacan. Esto, sumado a la flexibilidad del rublo, la baja inflación (3,9% en septiembre de 2019) y una tasa de desempleo contenida ha contribuido a mejorar el perfil soberano del país. 

No obstante, “el crecimiento ruso es bajo y seguirá siéndolo”, afirma Indosuez, ya que su perfil de crecimiento se basa en el consumo y no en la inversión. Por ello, en un entorno de bajo crecimiento y baja inflación, apuntan a la política monetaria como factor crucial para la tesis de inversión en Rusia.

Análisis global: perspectivas para 2020

De cara a 2020, Indosuez apunta a un crecimiento del PIB de los mercados emergentes estabilizado en torno al 4,5% o más, superior al de los desarrollados. Además, aseguran que Asia seguirá creciendo más que Iberoamérica, Europa del Este u Oriente Medio, aunque con una cierta desaceleración de China e India. Asimismo, apuntan a una serie de factores que podrían impulsar el crecimiento de los mercados emergentes: un entorno monetario benigno, una posible distensión comercial, la tendencia a un mayor estímulo presupuestario y más reformas estructurales.

No obstante, advierten que, en el corto plazo, ciertos países del Sudeste Asiático e Iberoamérica sufrirán tensiones a cuenta de un menor crecimiento del PIB, cuentas corrientes más débiles, más dependencia del capital exterior y unas reservas de divisas escasas. “Por ende, la selectividad sigue siendo fundamental”, advierten.

Así, remarcan que los factores de riesgo que vigilar en los mercados emergentes en 2020 serán relativamente similares a los de 2019, con una mejora de ímpetu de la política monetaria estadounidense, el del dólar, los augurios comerciales, de estabilización del crecimiento de China y de los riesgos geopolíticos. “Los catalizadores positivos de dichos aspectos podrían desencadenar una reasignación del inversor internacional en favor de los parqués emergentes en 2020”, afirma el informe.

La CMF chilena pone en consulta dos nuevas normativas para Basilea III

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Foto cedida. La CMF chilena pone en consulta dos nuevas normativas para Basilea III

La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) informa del inicio de la consulta pública para dos nuevas normativas correspondientes al proceso de adopción de los estándares de Basilea III por parte de la banca local.

Se trata de la metodología para la determinación de los activos ponderados por riesgo (APRC) y de la normativa para la supervisión del cumplimiento de los denominados colchones de capital.

Con estas dos nuevas normas en consulta, la CMF continúa el cumplimiento de su cronograma para emitir durante este año toda la normativa necesaria para implementar Basilea III en Chile, cuyos estándares entrarán en vigencia el 1 de diciembre.

Activos ponderados por riesgo de crédito

En el caso de la metodología para determinar los APRC, la propuesta, que estará en consulta pública hasta el 15 de abril de 2020, se enmarca en lo establecido por el artículo 67 de la Ley General de Bancos (LGB) y el último acuerdo del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (Basilea III).

El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS, por sus siglas en inglés) define el riesgo de crédito (RC) como el riesgo de que un deudor o contraparte bancaria no cumpla con sus obligaciones de acuerdo con los términos acordados.

El riesgo de crédito es el más relevante de la industria bancaria tradicional, y fue el primero en ser considerado en los acuerdos de Basilea. La crisis subprime puso en evidencia su relevancia con la importante reducción en los activos ponderados por riesgo de crédito, facilitada por el uso de modelos internos y sus consecuencias sobre la fortaleza de los portafolios bancarios.

Por eso, el acuerdo de Basilea III, publicado en 2010 y revisado en 2017, introdujo ajustes a las metodologías estándar e internas y estableció́ pisos regulatorios tanto para la determinación de los parámetros de riesgo como para la base global de los activos ponderados por riesgo.

Metodologías para los APRC

En ese contexto, y de acuerdo al artículo 67 de la LGB, la propuesta normativa de la CMF presenta una metodología estándar (ME) y los principios para la utilización de metodologías internas (MI) en la determinación de los activos ponderados por riesgo de crédito (APRC) por parte de los bancos que operan en Chile.

El mecanismo hoy vigente estima los APRC usando una metodología basada en el estándar de Basilea I. Esta solo distingue 5 categorías de activos y no se permite el uso de metodologías internas, ni técnicas de mitigación de la exposición por garantías o avales calificados.

En contraste, el método estándar propuesto con los estándares de Basilea III es más sensible al riesgo, ya que posee categorías que dependen del tipo de contraparte y de diferentes factores de riesgo.

Estas categorías no están basadas en criterios contables, sino más bien en el riesgo subyacente. Así, todas las exposiciones que cuenten con garantías hipotecarias, por ejemplo, los créditos hipotecarios para la vivienda, tienen un tratamiento distinto de aquellas exposiciones no garantizadas por una hipoteca, independiente del tipo de cartera.

Adicionalmente, para el caso de exposiciones con garantía hipotecaria, existirán diferentes tipos de tratamiento dependiendo del tipo de bien raíz y si las obligaciones se pagan con rentas generadas por el propio inmueble.

El nuevo marco permitirá, además, la utilización de metodologías internas, previo cumplimiento de requisitos mínimos. La norma en consulta también plantea la posibilidad de disminuir los APRC al considerar mitigadores de riesgo de crédito como, por ejemplo, los acuerdos de compensación, avales y fianzas, garantías financieras y compensación de balance.

Impacto

Con datos a diciembre de 2018, se estima que los APRC disminuirían un 23% en comparación a los calculados bajo la norma vigente, lo que equivaldría a un ahorro de 4.500 millones de dólares en capital. No obstante, dicha holgura sería compensada con la inclusión de los activos ponderados por riesgo de mercado y operacional.

La normativa entrará en vigencia y deberá implementarse a partir del 1 de diciembre de 2020.

Colchones de capital

Adicionalmente, la CMF ha puesto en consulta pública, a contar de hoy y hasta el 31 de marzo de 2020, una propuesta normativa para la supervisión del cumplimiento de los denominados colchones de capital. Esto en concordancia con los artículos 66 bis y 66 ter de la LGB y con el último acuerdo del BCBS.

Los colchones de capital constituyen un requerimiento adicional de capital sobre el mínimo legal fijado en la LGB y se dividen en 2 tipos: un colchón de conservación (CCoB, por sus siglas en inglés), y un colchón contra cíclico (CCyB, por sus siglas en inglés).

De acuerdo a la propuesta normativa, el CCoB es un cargo fijo equivalente al 2,5% de los activos ponderados por riesgo (APR), netos de provisiones exigidas. Aunque el CCoB es de carácter permanente, se espera que se utilice cuando el banco enfrente la materialización de riesgos idiosincráticos o sistémicos, evitando con ello el incumplimiento y la contracción de la oferta de crédito.

En tanto, el CCyB es un cargo variable que va entre 0% y 2,5% de los APR, netos de provisiones exigidas. El CCyB se constituye cuando existe una fase expansiva del crédito -la que tiene asociada la acumulación de riesgos sistémicos- mientras que su liberación se produce cuando estos riesgos se disipan o materializan, según corresponda. Para estar clasificado en nivel A de solvencia, los bancos deben cumplir con este colchón.

El Banco Central de Chile es el encargado de activar el colchón contra cíclico, previo informe favorable de la comisión. Así, por acuerdo de su consejo, determinará la exigencia de capital básico adicional que se aplicará de manera general a todas las empresas bancarias constituidas o autorizadas para operar en Chile.

También definirá, de manera explícita el plazo que tendrán los bancos para cumplir con dicha exigencia, el que no podrá ser inferior a seis meses, contados desde la publicación del citado acuerdo.

Bajo el mismo procedimiento, el Banco Central de Chile determinará la desactivación del colchón contra cíclico y el plazo en que deberá materializarse.

Requerimientos

El capital adicional requerido para la banca por efecto de esta norma corresponderá a la suma de ambos colchones. En caso de que exista un déficit, el banco deberá restringir el reparto de dividendos, además de quedar prohibida la compra de acciones del banco por parte de los accionistas controladores, a menos que lo apruebe la CMF.

La implementación de la norma considera un periodo de transición de cuatro años. A partir del 1 de diciembre de 2021, el valor del CCoB y CCyB máximo será de 0,625% cada uno. A partir del año siguiente, este umbral se incrementará en la misma cuantía, para llegar a régimen en 2024.

Se estima preliminarmente, que la nueva normativa demandaría requerimientos adicionales de capital por 2.050 millones de dólares. Considerando la transitoriedad, los mayores requerimientos por el CCoB se generarán a partir del inicio del tercer año, otorgando una holgura temporal para que los bancos cumplan con las nuevas exigencias.

 

Primera reunión de la Fed en 2020: pocas expectativas de cambio y más atención a los datos macro de EE.UU.

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Pixabay CC0 Public Domain. Primera reunión de la Fed en 2020: pocas expectativas de cambio y más atención a las cifras macro de Estados Unidos

La semana pasada le tocó al Banco Central Europeo y esta semana el turno pasa a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). La institución monetaria comenzó ayer su primera reunión de 2020, en principio, sin novedades a la vista. Se espera que el banco central mantenga los tipos de interés entre el 1,5% y el 1,75%, la misma horquilla que maneja actualmente. A las 14.00 hora local, los miembros del FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed) darán a conocer sus principales conclusiones.

Si evaluamos los últimos dos años, se observa que la Fed ha hecho un giro brusco en su posicionamiento. “El endurecimiento monetario emprendido por la Fed en 2018, a contracorriente de una economía mundial que empezaba a ralentizarse, acentuó esta ralentización e incluso hizo surgir la posibilidad de que se produjera una recesión, por lo que lastró considerablemente los mercados bursátiles. En cambio, la renuncia de esta institución a mantener dicho ajuste a principios de 2019 constituyó un importante catalizador del repunte de los mercados de renta variable que fue cobrando cada vez más peso a lo largo del año, lo que permitió hacer caso omiso de un crecimiento empresarial prácticamente nulo a ambos lados del Atlántico. En 2020, la evolución de la postura de los bancos centrales, en especial la de la Fed, tras su espectacular capitulación el año pasado, revestirá una importancia fundamental”, resume Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversión Estratégico y  managing director de Carmignac.

Ahora bien, ¿qué podemos esperar de la Fed en esta primera reunión y en 2020? En opinión de Saint-Georges, las decisiones de la institución monetaria estarán marcadas por la evolución económica de Estados Unidos. “La ralentización de la economía estadounidense debería continuar, y la Fed debería verse obligada a mantener una política de relajación monetaria en una coyuntura de endeudamiento privado y público considerable”, señala. 

Las gestoras coinciden en que la postura de la Fed será continuista y esperan pocas novedades en esta primera reunión. “No esperamos que el FOMC anuncie otro recorte de los tipos en su reunión del 28 y 29 de enero, gracias en gran parte al éxito de los tres recortes de seguro de la Fed durante 2019. La estabilización de la economía de los Estados Unidos justifica una extensión de la pausa de su política. El compromiso de la Fed de continuar con esta política debe ser observado de cerca. Si bien no entraremos en el debate semántico de si esto es QE o no QE, está claro que existe una fuerte correlación entre el aumento en el balance de la Reserva Federal y el desempeño de los mercados de renta variable de Estados Unidos. Desde octubre, cada aumento del 1% en el balance de la Fed se ha traducido en un aumento del 1% en el S&P 500. Por lo tanto, no hay duda de que los inversores examinarán cualquier información nueva sobre el momento y el monto de las compras mensuales. Si bien la implementación de un programa de compra de activos por parte de un banco central es generalmente bienvenida por los mercados, salir de él siempre es más difícil … La situación deberá seguirse de cerca”, explica Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors.

Gráfico FED

Sin embargo, Dixmier considera que la conferencia de prensa posterior al FOMC será interesante, especialmente sobre el tema de las compras de las letras del tesoro. Según explica, desde octubre de 2019, “la Reserva Federal ha estado comprando 60.000 millones de dólares en letras del tesoro mensualmente, aunque presentada como una medida técnica, esto ha sido acompañado por un crecimiento significativo en los índices de renta variable en los Estados Unidos. Las recientes declaraciones de miembros del Comité de Política Monetaria sugieren que estas compras podrían continuar hasta mediados de año”. 

La estrategia en el horizonte

Una de las pocas voces que se desmarcan de esta visión es Christian Scherrmann, economista para Estados Unidos de DWS. “Los inversores podrían estar equivocados si tienen pocas expectativas de la primera reunión de la Reserva Federal en 2020. Por supuesto, un sólido informe del mercado laboral para diciembre, una inflación con un buen comportamiento y al menos algunos avances positivos relacionados con la guerra comercial, ponen el listón muy alto para cualquier cambio de política, pero esta vez el diablo podría estar en los detalles. Por ejemplo, las expectativas de inflación de los consumidores aumentaron considerablemente en el último Customer Survey de la Universidad de Michigan, y esperamos que esto no pase desapercibido. Actualmente, la Fed está revisando su marco de política monetaria y los primeros comentarios sugieren que los responsables políticos podrían sentirse cómodos con la inflación, y las expectativas de inflación, para tender temporalmente por encima el objetivo del 2% y restaurar la credibilidad del objetivo. Otro tema de interés es la última evolución de los mercados de repos. Con el reciente, casi emotivo, debate público sobre si la actual provisión de liquidez por parte de la Fed es o no un alivio cuantitativo, esperamos algunas ideas sobre la opinión de Powell sobre este tema en la sesión de Q&A”, argumenta.

Para John L. Bellows, gestor de Western Asset, filial de Legg Mason, el enfoque de la Fed respecto a la inflación también supone que se abra la puerta a subidas de tipos a lo largo de 2020. “Si la Reserva Federal está realmente comprometida con el aumento de la inflación, los nuevos recortes de las tasas no pueden ser totalmente descartado para el 2020”, afirma Bellows.

En este sentido, es cierto que el reciente aumento del IPC, que alcanzó el 2,3% en diciembre, podría generar temores de una postura menos acomodaticia por parte de la Fed. Sin embargo, “este reciente aumento en la inflación total debe ponerse en perspectiva en vista de la debilidad del PCE, que se situó en 1,5% en noviembre, y especialmente del indicador preferido de la Reserva Federal, el PCE central, a +1,6% en noviembre. También se debe tener en cuenta que la fortaleza del mercado laboral, con el desempleo en su nivel más bajo en medio siglo, todavía no se ha producido una presión significativa sobre los salarios”, añade Dixmier.

Desde NN IP argumenta que la institución monetaria sigue teniendo en su horizonte un cambio de estrategia. Por ahora, la estrategia de la Fed es mantenerse en espera y si hay que hablar de alzas de tipos no será hasta los próximos cinco años, y respondería a la continua disminución del desempleo o al persistente auge de los activos con riesgo. “Un aumento de la tasa federal en los próximos cinco años no es inconcebible. Sin embargo, un recorte de la tasa o una serie de recortes parece mucho más probable. Esto se debe principalmente a que la inflación sigue siendo demasiado baja y se necesitaría un aumento sustancial en el poder de negociación de los trabajadores para generar un movimiento significativo y sostenido a niveles superiores al 2%. La Fed apuesta por un mayor crecimiento; esto es posible, pero podría ir acompañado o impulsado por un aumento sostenido del crecimiento del gasto público que impulse el crecimiento de la productividad”, afirma Willem Verhagen, economista senior de NN IP

Verhagen considera que existe el riesgo de que la economía caiga en una recesión en algún momento de los próximos años, ya sea por un estallido sostenido de incertidumbre política o por una «muerte por mil recortes». Si esto sucede, puede empujar a la economía estadounidense a un territorio de estancamiento secular, con nuevas disminuciones sostenidas de las expectativas de inflación.

A qué estar atento

Sin embargo, Dixmier considera que la conferencia de prensa posterior al FOMC será interesante, especialmente sobre el tema de las compras de las letras del tesoro. Según explica, desde octubre de 2019, “la Reserva Federal ha estado comprando 60.000 millones de dólares en letras del tesoro mensualmente, aunque presentada como una medida «técnica», esto ha sido acompañado por un crecimiento significativo en los índices de renta variable en los Estados Unidos. Las recientes declaraciones de miembros del Comité de Política Monetaria sugieren que estas compras podrían continuar hasta mediados de año”. 

A la hora de valorar qué impacto tendrá esto en el mercado, Dave Lafferty, estratega en jefe de mercados de Natixis IM, comenta: “El dominio del mercado alcista es bastante directo ahora mismo. Primero, los principales bancos centrales probablemente van a mantener las tasas de interés bajas y proveerán una casi ilimitada liquidez el resto del 2020, si no es que más allá. Esto simplifica el viejo adagio, no contradigas a la Fed – o al BCE, al Banco de Japón, o al Banco de Inglaterra-… En segundo lugar, como un derivado del continuo recorte de tasas por los bancos centrales, el rendimiento de los bonos ofrece poca competencia a las ganancias y dividendos de la renta variable”.

Unos menores márgenes, las elecciones en EE.UU. y la desglobalización, entre los temas clave para 2020

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Foto cedidaFoto: Skitterphoto. Foto: Skitterphoto

Conforme nos adentramos en 2020, también ponemos fin a una década excepcional, pues en estos diez últimos años la economía mundial se ha recuperado paulatinamente de la crisis financiera más profunda de la historia reciente. Según indica el Grupo de Soluciones de Inversión de MFS Investment Management, la economía recibió una buena dosis de medidas extraordinarias para recobrar la salud, y se siguen afrontando los inesperados efectos secundarios de esas novedosas terapias. Si bien los precios de los activos se han beneficiado de forma suculenta en prácticamente todas las regiones, también se han acentuado las disparidades.

A lo largo de la pasada década, los beneficios corporativos han revelado su fortaleza y los bancos centrales han ofrecido un inusitado apoyo. En este entorno, en MFS IM han identificado varios temas que podrían determinar la evolución de los mercados en este nuevo año y con posterioridad.

Aunque suelen ser los acontecimientos imprevistos los que producen mayor impacto en los mercados, en MFS creen que los siguientes temas desempeñarán, sin duda alguna, un importante papel.

Beneficios: pagar más por menos

El actual mercado alcista se ha caracterizado por unos sólidos beneficios corporativos en constante crecimiento. No obstante, en fechas recientes, se ha constatado una notoria caída de los beneficios en los mercados mundiales de renta variable, sobre todo en Estados Unidos, donde los márgenes de beneficios y los precios de las acciones han alcanzado niveles sin precedentes.

El índice S&P 500 cotiza ahora a casi 21 veces los beneficios de los 12 últimos meses, lo que contrasta con la media de los 15 últimos años de 16,2 veces; por su parte, el índice MSCI ACWI ex USA cotiza a 15,7 veces los beneficios de los 12 últimos meses, en consonancia con su media de 15 años, lo que pone de manifiesto el apetito de los inversores por la renta variable de Estados Unidos.

Aunque las valoraciones estadounidenses se sitúan en cotas elevadas, el consumo se mantiene robusto y los mercados se han visto espoleados tanto por estímulos monetarios como por estímulos fiscales. Los inversores esperan un repunte de los beneficios en 2020, al haber impulsado las valoraciones al alza en los últimos tiempos, aunque si los beneficios no satisfacen las expectativas, los inversores habrán pagado realmente más por menos. La capacidad de las empresas para garantizar un continuo crecimiento de sus beneficios constituirá un tema clave que tendremos que vigilar en 2020, dadas las previsiones de desaceleración del crecimiento mundial.

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Repercusiones para la inversión en 2020

Los márgenes de beneficios de las compañías que operan en los sectores de consumo discrecional, consumo básico, industrial, tecnológico y de materiales podrían verse amenazados por la posibilidad de que las importaciones procedentes de China resulten cada vez más costosas, dado que sus productos siguen sometidos a sustanciales aranceles, pese a la prevista aplicación de la primera fase del acuerdo comercial entre el gigante asiático y Estados Unidos. Las exigentes valoraciones y las elevadas expectativas de beneficios vienen a confirmar que los inversores deberían mantener un criterio selectivo y centrarse en la sostenibilidad tanto de las valoraciones como de los beneficios en caso de persistir el entorno de débil crecimiento.

Elecciones en Estados Unidos: la salud, la tecnología y la energía en el punto de mira

Los años en los que se celebran elecciones en Estados Unidos no suelen ser aburridos, y parece poco probable que 2020 sea la excepción, dada la creciente polarización política. La desigualdad económica, que resulta aún más evidente tras la crisis financiera mundial, será a buen seguro un tema importante para los votantes. También cabe destacar que varios candidatos demócratas están poniendo sobre la mesa políticas que podrían tener consecuencias directas en el tejido corporativo estadounidense, como la división de los negocios de los gigantes tecnológicos, un movimiento hacia la centralización del sistema sanitario e iniciativas radicales sobre energías limpias.

Algunos sectores sufrirían profundas perturbaciones si estas iniciativas se implementaran sin una meditada reflexión sobre las posibles consecuencias no intencionadas a largo plazo. Por ejemplo, varios candidatos demócratas han defendido un sistema de salud controlado por el Gobierno, una cuestión candente para muchos votantes que temen perder el seguro sanitario del que disponen. Las propuestas de cobertura sanitaria bajo el control del Gobierno, como el sistema de pagador único, se traducirían probablemente en presiones sobre los precios y en una mayor regulación de los facultativos, los dispositivos médicos y los fármacos con receta. Con esto en mente, observamos con cautela la evolución de los sectores de atención sanitaria, energía y tecnología conforme se acerca la cita electoral en 2020.

La dicotomía entre los candidatos demócratas más progresistas y los más moderados se ha tornado más evidente, con los progresistas más dispuestos a saltarse el procedimiento y los moderados más propensos a realizar pequeños ajustes paulatinos. Las sugerencias de los candidatos progresistas suscitan, a buen seguro, una mayor preocupación en los mercados, mientras que los candidatos moderados posiblemente generarán menos volatilidad.

Repercusiones para la inversión en 2020

Si uno de los candidatos más izquierdistas se alzara con la victoria electoral, los temas generales serían probablemente los esfuerzos por aumentar la regulación, así como la intervención gubernamental en varios sectores. No obstante, la composición de la Cámara de Representantes y del Senado desempeñará una función decisiva en las prioridades legislativas, así como en el alcance de las nuevas normas reglamentarias.

La globalización, ¿en marcha atrás?

En las últimas décadas, la reducción de los aranceles y de los obstáculos comerciales entre las economías del mundo espoleó el crecimiento del comercio internacional. Sin embargo, están surgiendo ahora tensiones comerciales en todo el planeta, lo que pone en tela de juicio la continua integración de la economía mundial y deja entrever la posibilidad de que nos hallemos en la antesala de un proceso de “desglobalización”.

Lo que comenzó como una promesa de la campaña presidencial estadounidense en 2016 pronto se transformó en una guerra comercial entre Estados Unidos y varios socios comerciales de calado. El conflicto más perjudicial se ha librado entre Estados Unidos y China, las dos economías más grandes del mundo. Se registraron pequeñas victorias en diciembre, con el anuncio de un acuerdo comercial parcial entre Estados Unidos y China, así como un pacto comercial entre Estados Unidos, Canadá y México, que se espera que sea aprobado en el Senado. En Europa, aunque la salida del Reino Unido de la Unión Europea está prevista para finales de 2020, la futura relación comercial debe negociarse rápidamente si se desea evitar un brexit desordenado.

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Repercusiones para la inversión en 2020

Las disputas comerciales han hecho mella en el crecimiento mundial, han generado un clima de incertidumbre en el universo corporativo y han restringido la inversión. Pese a los avances realizados en varios frentes, el comercio tiene visos de seguir representando un tema político prioritario a lo largo de 2020, sobre todo en el caso de Estados Unidos y China, así como del Reino Unido y sus socios comerciales. El declive de la globalización podría tener amplias repercusiones en los países que dependen enormemente de las exportaciones, como Alemania y Japón. Las empresas tendrán que abordar esta dinámica rápidamente cambiante cuando programen sus gastos, perfeccionen sus cadenas de suministro y sopesen la posibilidad de apostar por nuevos mercados.

10 acontecimientos que podrían suponer un riesgo o una oportunidad en 2020

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Pixabay CC0 Public Domain. Tribuna BNY Mellon

El economista jefe de BNY Mellon Investment Management, Shamik Dhar, comparte los diez riesgos y oportunidades que, en su opinión, podrían resultar determinantes para los mercados en los próximos 12 meses.

Es posible que muchos de estos acontecimientos finalmente no sucedan, pero si lo hacen…

  1. Riesgo – La Fed mantiene el tipo (10% de probabilidades de que ocurra). La inflación estadounidense aumenta. Ahora, la Reserva Federal (Fed) tiene una justificación para no rebajar nuevamente los tipos de interés. Los mercados lo interpretan como un desacoplamiento con respecto a la postura de otros bancos centrales. Vuelven las expectativas de subidas de tipos y se produce una huida de los activos de riesgo (por ejemplo, de la deuda de mercados emergentes en divisa extranjera).
  2. Riesgo – China aplica mano dura en Hong Kong. El gobierno chino toma medidas enérgicas contra los manifestantes prodemocráticos, lo que presiona el tipo de cambio entre el dólar hongkonés (HKD) y el estadounidense, que suele actuar como indicador adelantado de la salud de la economía de la ciudad estado. El principio de «un país, dos sistemas» se debilita y los gobiernos de Europa y EE.UU. imponen sanciones. China pierde su principal puerto de entrada de las finanzas internacionales. Las cadenas de suministro mundiales se resienten. Se produce una recesión mundial.
  3. Riesgo – China se estanca (30% de probabilidades de que ocurra). La debilidad de la demanda interna acaba provocando el estancamiento de la economía china. Aumenta el desempleo y los disturbios en Hong Kong se intensifican a medida que las fábricas paralizan su actividad. Los inversores empiezan a preguntarse si la globalización ha sido un intento fallido.
  4. Riesgo – Inestabilidad en Oriente Próximo (5% de probabilidades de que ocurra). Se intensifica el conflicto entre Irán y sus aliados e Israel y Arabia Saudí (y sus respectivos aliados). Se produce un enfrentamiento militar que interrumpe el suministro de petróleo y aumenta el riesgo de que el conflicto acabe extendiéndose por toda la región.
  5. Riesgo – el libre comercio de tambalea (30% de probabilidades de que ocurra). La Casa Blanca usa los subsidios de la UE a Airbus como excusa para abrir otro frente en la actual guerra comercial. Esta vez, el sector automovilístico europeo se encuentra en el punto de mira. El presidente Trump no cede para enviarle una señal firme a China.
  6. Riesgo/oportunidad: Brexit sin acuerdo (30% de probabilidades de que ocurra). El Brexit duro acaba siendo mucho menos disruptivo para la economía británica de lo que se temía. Los activos en libras esterlinas arrojan rentabilidades superiores gracias a la fuerte depreciación que experimenta la divisa.
  7. Oportunidad/riesgo – Pulso presidencial (60% de probabilidades de que ocurra) La Cámara de Representantes inicia un proceso de destitución (impeachment) contra Trump. El Senado lo absuelve. La campaña electoral gana protagonismo. Los mercados hacen caso omiso de las maquinaciones políticas hasta noviembre. Una vez conocido el resultado, y en ausencia de cambios radicales o anticapitalistas, es probable que tracen un rumbo estable.
  8. Riesgo/oportunidad – Estímulos fiscales (20% de probabilidades de que ocurra). Alemania desata un Sturm und Drang (Tormenta e Ímpetu) fiscal, es decir, una política de estímulos fiscales en toda regla, por indicación de Christine Lagarde, ex ministra de finanzas de Francia y actual presidenta del BCE. Los rendimientos de los bunds se disparan, las tires mundiales repuntan con fuerza y el apetito por el riesgo se recupera, provocando pérdidas en las carteras de bonos. ¡El mercado alcista sigue vivo!
  9. Oportunidad – Tregua comercial (60% de probabilidades de que ocurra). Trump firma un acuerdo comercial con China antes de las elecciones generales de EE.UU. Aunque se trata de un acuerdo «de mínimos», los mercados están tan aliviados que los sectores cíclicos viven un rally. Los bancos registran un excelente comportamiento.
  10. Oportunidad – Los beneficios sorprenden (50% de probabilidades de que ocurra). Los beneficios de las empresas estadounidenses sorprenden positivamente tras la excesiva prudencia mostrada en sus previsiones para 2019. EE.UU. mantiene su puesto como líder de la economía mundial. En general, los precios del mercado sugieren que sigue vigente el régimen posterior a la crisis financiera mundial y que los bonos y las acciones mantendrán una correlación negativa, lo que actuará como una cobertura natural dentro de las carteras. 

Tribuna de Shamik Dhar, economista jefe, BNY Mellon Investment Management