CFA Institute, la asociación mundial de profesionales de la inversión, ha anunciado el lanzamiento de la edición 2020 de las Normas Internacionales sobre Rendimientos de Inversión (GIPS®), tras un período de consulta pública. Los estándares GIPS 2020, que entrarán en vigor el 1 de enero de 2020, son un conjunto de principios éticos estandarizados en toda la industria que guían a los gestores de inversión y propietarios de activos sobre cómo medir y presentar sus resultados de inversión con garantía de exactitud y homogeneidad, con el objetivo de promover la transparencia y la comparabilidad del rendimiento.
Esta última edición marca un importante hito en la evolución de los estándares GIPS para garantizar su relevancia entre todos los gestores de inversiones y propietarios de activos. Los estándares GIPS 2020 se amplían sobre la última actualización, realizada en 2010, e incorporan las orientaciones autorizadas y emitidas en el ínterin. Más de 120 cartas comentadas ayudaron a dar forma a la versión final de los estándares GIPS 2020.
«La presente actualización evoluciona los estándares GIPS para reflejar los muchos cambios e innovaciones que ha experimentado la industria inversora en los últimos años, lo que le aporta mayor relevancia para los gestores de inversión alternativas y fondos mancomunados. Las actualizaciones se basan tanto en las mejores prácticas de la industria, como en los comentarios recibidos durante el período abierto de consulta pública. Creemos que los cambios permitirán que un mayor número de gestores de inversión y propietarios de activos adopten y promuevan la transparencia y la comparabilidad del rendimiento de las inversiones», afirma Karyn Vincent, CFA, CIPM, directora de estándares globales de la industria de CFA Institute.
La edición 2020 de las Normas Internacionales sobre Rendimientos de Inversión (GIPS) de CFA Institute son aplicables para los gestores de inversiones y los propietarios de activos, y facilitan la adaptación para los gestores de inversión alternativas y firmas de gestión patrimonial. Los aspectos más destacados de los estándares GIPS 2020 incluyen:
Orientación a medida para los propietarios de activos.
Menor número de requisitos específicos para las clases de activos y un mayor enfoque en la estructura de cuentas, dando relevancia a una amplia gama de tipos de activos.
Posibilidad de utilizar retornos ponderados por dinero (MWR) en lugar de retornos ponderados por tiempo (TWR) si se cumplen ciertos criterios, dando a las empresas flexibilidad para elegir los retornos más apropiados para la estructura de cuentas.
Capacidad mejorada para que las empresas presenten el rendimiento de fondos mancomunados.
Más flexibilidad para informar sobre el rendimiento de las clases de activos perfilados.
Mayores opciones para publicitar el cumplimiento de las normas GIPS.
Los estándares GIPS han crecido en popularidad desde su introducción en 1999. Hoy en día, más de 1.700 organizaciones, incluida una mayoría de los gestores de inversión más importantes del mundo, declaran su cumplimiento. Si bien la adopción de los estándares GIPS no está obligada por normativa, se considera “best practise” para los gestores de inversiones y los propietarios de activos. Estos últimos requieren que sus gestores cumplan con los estándares GIPS, y están cada vez más interesados en que sus gestores de activos alternativos cumplan con los requisitos. Igualmente, crece el número de propietarios de activos que reclaman el cumplimiento de las normas GIPS.
La recuperación de precios de los activos argentinos no puede entenderse sin incluir el extraordinario desempeño que registró el mercado internacional en los últimos 6 meses. Llegados a un punto donde las valuaciones lucen desafiantes en varias clases de activos, creemos que es importante aprovechar esta oportunidad para hacer un repaso de qué es lo que pasó en los mercados globales durante la primera mitad del año y actualizar nuestras perspectivas para el segundo semestre.
Lo que el primer semestre nos dejó en términos macro puede resumirse a través de cuatro mensajes claros: (i) dando un giro de 180 grados respecto de lo que se declaraba hasta diciembre pasado, la Fed lideró un relajamiento monetario a escala global; (ii) el mercado compró el movimiento y hoy anticipa un recorte de tasas todavía más agresivo; (iii) el riesgo geopolítico inherente a la disputa comercial mostró claros signos de distensión, y (iv) todo esto se da en un contexto donde la economía global se sigue desacelerando y EE.UU. transita claramente un fin de ciclo.
Los activos financieros globales tuvieron una inmejorable performance durante el primer semestre, mostrando todos ellos retornos positivos. No solo eso, sino que una gran parte de los activos muestran retornos de dos dígitos que son asimilables a un año entero (y uno muy bueno). Por supuesto, esta performance tiene que ver, además de lo que señalamos arriba, con un muy bajo punto de partida luego de la caída en el último trimestre del año pasado. De todos modos, la mayoría de los activos tuvieron una recuperación que excedió con creces la performance del 2018.
En este contexto, creemos que va a ser muy difícil que la performance de la primera mitad del año se repita, al tiempo que creemos que la desaceleración global no está enteramente descontada en las valuaciones de los activos. Además, vemos un riesgo de que los bancos centrales no hagan un delivery a la medida en la que los mercados lo esperan. En otros términos: va a ser difícil que se sostenga una muy buena performance de los bonos del Tesoro americano en conjunto con un mercado alcista para las acciones: o bien los signos de desaceleración se acentúa, las acciones caen y los bonos suben, o bien la capacidad de los bancos centrales para sostener la economía y avances en el frente comercial le dan soporte a los activos de riesgo y las tasas de la curva soberana experimentan algún ajuste al alza. Nosotros tendemos a inclinarnos más por la primera opción.
Por ello, si bien no anticipamos un “aterrizaje forzoso” de la economía americana, hoy favorecemos un sesgo defensivo para los portafolios de inversión globales. Nuestra asignación estratégica de activos para los tres perfiles de riesgo se mantiene sin cambios, aunque sí modificamos el posicionamiento táctico para dar cuenta de algunas oportunidades de valor relativo en ciertos sectores del mercado. Vemos oportunidades en bonos del Tesoro americano de corto plazo, alta calificación vs. alto rendimiento de mediano plazo y renta fija emergente en dólares.
Los mensajes macro que nos dejó el primer semestre
La Fed lideró un relajamiento monetario global. Si bien no hubo cambios en la tasa de política de los principales bancos centrales del mundo en lo que va del año, sí hubo un relajamiento desde el punto de vista de la comunicación. De hecho, la Fed interrumpió este año la suba de tasas y, luego de indicar en reiteradas ocasiones que estaban siendo muy pacientes a la hora de observar los datos económicos, empezó a señalar más contundentemente una posible baja de tasas para la próxima reunión.
Lo mismo ocurrió del otro lado del Atlántico, donde el presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi giró hacia una política mas laxa tras la desaceleración del crecimiento y el descenso de la inflación. Lo mismo ocurre con el Banco Popular de China y el Banco de Japón. Quizás el único banco central del G7 que mantiene una política restrictiva es el Banco de Inglaterra, pero es probable que mantenga su enfoque de “esperar y ver”.
El mercado anticipa un recorte de tasas más agresivo. Si bien la Fed dió señales bastante claras de que habrá un recorte de tasas en su próxima reunión, el mercado tomó esto como un cambio de ciclo: no sólo anticipó un recorte de tasas en , sino un ciclo de recortes. Esto ha llevado a un rally importante en los mercados que impactó fundamentalmente en las valuaciones de los activos de riesgo, que están en niveles récord. La duda es si los mercados no están pidiendo demasiado de parte de los bancos centrales.
El riesgo geopolítico mostró claros signos de distensión en los últimos días. Esto vino de la mano de los progresos que se lograron el fin de semana pasado en la reunión del G-20 entre Trump y Xi Jinping. La mejora en los mercados a partir de esto fue notoria, aunque todavía queda camino por recorrer para que esto se traduzca en mayor confianza empresaria y mayores niveles de inversión. De todos modos, también es importante resaltar que existen otros riesgos geopolíticos latentes, siendo los más importantes las tensiones en el Golfo y la fragmentación europea (Brexit y gobierno populista en Italia).
La economía global se sigue desacelerando, las proyecciones de crecimiento global para este año se han ido recortando, afectadas por el impacto de la disputa comercial y claros signos de debilidad en el sector manufacturero de las principales economías del mundo. En el caso de EE.UU., las expectativas del consumidor y la salud del mercado laboral todavía sostienen el consumo privado (que equivale en tamaño a toda la economía China o la de la Eurozona).
Asimismo, el sector de servicios todavía se mantiene bastante desacoplado de la industria. De todos modos, nuestro “reloj internacional”, que tiene como objetivo indicarnos en qué posición del ciclo nos encontramos, nos indica que la economía americana profundiza su desaceleración. Si bien no vemos un aterrizaje forzoso de la economía americana, como ya hemos dicho, pensamos que las valuaciones de los activos no reflejan esta desaceleración y descuentan un escenario más benigno desde el punto de vista de la actividad.
¿Qué pensamos de cada clase de activos?
Bonos del Tesoro americano: el mercado descontó parcialmente el mayor relajamiento monetario. La parte corta de la curva se invirtió aun más por la expectativa de recortes y esperamos que se normalice a medida que la Fed recalibre su política. Por esto, y por nuestra percepción de que estamos en una fase de desaceleración (aunque todavía sin recesión), favorecemos la parte corta de la curva de bonos del Tesoro americano (de 0 a 2 años). Los rendimientos de la parte corta lucen razonables en términos reales y relativos vs. Europa y Japón.
Crédito corporativo americano: existen dos fuerzas contrapuestas que afectan a esta clase de activos. Por un lado, la desaceleración económica, que impacta negativamente en las valuaciones porque la salud de la economía empeora en un contexto donde las empresas tienen un nivel de endeudamiento relativamente elevado; pero por otro lado, el relajamiento monetario favorece a los créditos porque podría facilitar la refinanciación de la deuda y, además, los spreads crediticios se ven beneficiados de la “búsqueda de rendimiento” ante las menores tasas libres de riesgo. Preferimos los créditos de alta calificación vs. los de alto rendimiento, tanto por la fase del ciclo en la que estamos, como también por las valuaciones: el spread entre alta calificación vs. alto rendimiento se encuentra por debajo del promedio histórico.
Acciones americanas: en términos absolutos están en en niveles máximos luego de haber subido más de 20% en la primera mitad del año. Sin embargo, en términos relativos, las valuaciones son justas. A pesar de que el rally y algunas preocupaciones por crecimiento de las ganancias llevaron a dicho ratio hacia arriba, todavía está en niveles razonables, cercanos al promedio de tres años. Nos mantenemos neutrales respecto a las acciones americanas, aunque creemos que empieza a haber valor dentro del manejo activo vía fondos o ETFs.
Mercados emergentes: las preocupaciones por la guerra comercial habían castigado bastante a los mercados emergentes, lo que hizo que éstos activos entren bastante castigados a mayo, cuando el mayor apetito por el riesgo los hizo recuperar. Por esto, todavía creemos que hay valor en esta clase de activos, particularmente en la deuda en dólares (EMBI+), donde las valuaciones todavía no ajustaron lo suficiente, según nuestra opinión. Respecto a la deuda en moneda local, si bien es verdad que la mayor laxitud monetaria global favorece esta clase de activos, creemos que las valuaciones hacen que se requiera algo más de selectividad. Lo mismo ocurre con las acciones, donde el MSCI EM ya muestra valuaciones algo caras, pero el MSCI Latam muestra niveles algo más atractivos.
Informe elaborado por José M. Echagüe, estratega de Consultatio y los analistas Francisco Mattig y Federico Bruno
Carlos Urzúa renunció este martes a su cargo como secretario de Hacienda y Crédito Público de México.
En la carta que explica las razones de su salida, el funcionario escribe:
«Discrepancias en materia económica hubo muchas. Algunas de ellas porque en esta administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento. Estoy convencido de que toda la política económica debe realizarse con base en evidencia, cuidando los diversos efectos es esta pueda tener y libre de todo extremismo, sea este de derecha o izquierda. Sin embargo, durante mi gestión las convicciones anteriores no encontraron eco».
El economista también añadió que le “resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente de conflicto de interés”.
Como respuesta a la renuncia, el dólar estadounidense subió más de 1% frente al peso mexicano.
A medio día, el presidente de México nombró a Arturo Herrera como reemplazo de Urzúa al frente de la SHCP. Al respecto, el hasta ahora subsecretario de Hacienda comentó en twitter: » Agradezco al presidente @Lopezobrador_ su pronta confianza para dirigir los trabajos de @Hcienda_Mexico. La 4ta Transformación continúa».
El nombramiento de Herrera deberá ser ratificado por el Congreso.
AFPs, fondos mutuos, compañías de seguros, bancas privadas y family offices, entre otros inversionistas, concurrieron al remate de colocación del bono emitido por el Banco BTG Pactual Chile, por un monto de 1,5 millones de UF, equivalente a más de 62 millones de dólares.
La tasa de colocación fue UF + 0,95%, lo que significó un spread de 69 puntos básicos sobre la tasa de referencia. La demanda superó 1,7 veces la oferta y los recursos se orientarán principalmente a financiar el crecimiento del negocio de créditos del banco.
El bono es a 4 años bullet, con una duración de 3,8 años y su clasificación es A+ (Feller Rate y Humphreys).
El anuncio a bombo y platillo de la reestructuración no puede enmascarar una realidad central: desde la perspectiva de la industria, lo que Deutsche Bank está planeando no es tan radical y las métricas propuestas difícilmente pueden romper con la industria. Pero, ¿todo esto llega demasiado tarde?
El gran plan de reestructuración del Deutsche Bank conlleva un importante riesgo de ejecución. Incluso suponiendo que todo salga según lo previsto, la mayoría de los grandes grupos bancarios europeos llevan años de ventaja en sus rediseños. El éxito competitivo del Deutsche Bank no es un hecho. Scope rebajó el rating de Deutsche Bank el 28 de mayo, afirmando que el camino hacia el éxito de la recalibración del modelo de negocio y el retorno a una rentabilidad sostenible sigue siendo abrupto y lleno de incertidumbres. Los anuncios del domingo no cambian esa afirmación.
Anticipamos una acción drástica cuando bajamos nuestra calificación de BBB+ a BBB, dejando su deuda bail-in en grado de inversión (BBB-). Nuestra perspectiva estable prevé que Deutsche Bank se gestione a lo largo de este período con un nivel mínimo de beneficios de explotación recurrentes, ya que reducirá costes y reposicionará su balance. El banco se ha fijado como objetivo un RoTE del 8% para el año 2022 y una ratio de eficiencia del 70%. El objetivo de RoTE para el banco de inversión de gran tamaño (incluso sin el deficitario negocio de trading y ventas de renta variable) será más que 6%. Estas cifras pueden ser ambiciosas desde el punto de vista actual de Deutsche Bank. Sin embargo, incluso después de reducir 6.000 millones de euros en costes y 18.000 puestos, la ratio de eficiencia del grupo seguirá siendo elevado para el sector.
Los grandes bancos estadounidenses operan con ratios de eficiencia en torno al 55%; los grandes bancos del Reino Unido se sitúan a caballo entre la zona del 55%-65%. Los grandes bancos franceses tienden hacia el 75%, pero están siendo presionados para que se produzcan eficiencias de costes. Por lo tanto, Deutsche Bank se situará en el extremo superior de sus competidores. En cuanto a las rentabilidades, los grandes bancos internacionales de EE.UU. están operando con rentabilidades de dos dígitos de media, gracias en parte a tipos de interés más altos. La mayoría de los grandes grupos bancarios europeos tienen rendimientos que van desde un dígito alto hasta dos dígitos bajos. Por lo tanto, Deutsche Bank se situará en el extremo inferior de la escala.
La carta del director general Christian Sewing y las declaraciones del Deutsche Bank que la acompañaban estaban repletas de referencias a la reestructuración como fundamental, radical y significativa. Pero lo que Deutsche Bank planea hacer en los próximos dos o tres años no es más que lo que los bancos estadounidenses y europeos han estado haciendo en cascada desde el final de la crisis financiera mundial hace más de 10 años. En esencia, eso significa reasignar el capital a áreas de fortaleza donde tienen ventajas competitivas y a negocios que creen que serán rentables a largo plazo; ajustar su base de costes a las oportunidades que se presentan; salir de las líneas de negocios deficitarias e invertir fuertemente en tecnología.
Deutsche Bank está haciendo ahora lo que no ha hecho en sus últimos intentos de reestructuración. Sólo el tiempo dirá si esta vez es diferente y el nuevo banco corporativo independiente puede ser exitoso. Se ha pedido a las partes interesadas que asuman el contenido de la reestructuración con confianza y que los accionistas renuncien al dividendo en efectivo durante dos años, aunque se ha asegurado a los titulares de AT1 que habrá efectivo para pagar los cupones (sobre todo debido a los cambios normativos que ampliaron significativamente la definición de reservas distribuibles en Alemania). No se pedirá a los accionistas que financien otra compra de acciones en efectivo – insostenible en el nivel en que las acciones cotizan – pero los accionistas y los tenedores de deuda subordinada tendrán que vivir con un capital más reducido. Dicho esto, los acreedores principales y las contrapartes de los bancos se benefician de un importante colchón de deuda del MREL.
Los niveles de capital seguirán siendo apenas superiores a los mínimos reglamentarios para los próximos años, lo que dará al banco muy poco margen de maniobra para ponerse a la altura de sus competidores, tanto entre los bancos como entre las empresas tecnológicas que se están introduciendo en el mercado a una velocidad cada vez mayor.
La Unidad de Liberación de Capital (Capital Release Unit, CRU) es mayor de lo previsto, pero aún está por ver hasta qué punto puede liberar 5.000 millones de euros de capital que se devolverán a los accionistas a partir de 2022. “En lugar de liberar capital, el plan de reducción de activos podría acabar consumiendo capital si el banco se ve obligado a vender por debajo de su valor en libros. Cuando UBS siguió un camino similar hace algunos años, se benefició de unas condiciones de liquidez muy buenas. Es menos probable que las condiciones financieras sean tan favorables en los próximos años. Deutsche Bank se esforzó en subrayar que la CRU no es un banco malo, diciendo que los activos a transferir son de alta calidad y, en muchos casos, de corta duración. Esta representación excluye presumiblemente los derivados a largo plazo y otros activos complejos difíciles de valorar que se están transfiriendo.
Tribuna de Dierk Brandenburg, responsable del equipo de instituciones financieras de Scope Ratings.
El Depósito Central de Valores (DCV) y BCI Corredores de Bolsa firmaron un convenio para potenciar el Mercado de Valores Extranjeros, y sus más de 200 instrumentos registrados, entre ellos Exchange Traded Funds (ETFs) emitidos en Estados Unidos y acciones americanas.
El mercado de valores extranjeros es un servicio que permite transar localmente instrumentos financieros emitidos en el extranjero, pudiéndose liquidar a nivel local en pesos chilenos o dólares. Esta plataforma entrega una alternativa a los inversionistas para diversificar su portafolio de inversiones con instrumentos emitidos en el extranjero, adquiriéndolos de manera equivalente a uno emitido localmente.
La única condición es que estos instrumentos extranjeros estén inscritos en el registro de valores extranjeros de la Comisión para el mercado financiero (CMF), con el objeto de permitir su oferta pública y facilitar su transacción en Chile, de conformidad al Título XXIV de la Ley 18.045 y normas complementarias dictadas por dicho regulador.
“Este tipo de mercado da acceso a adquirir, liquidar y custodiar utilizando toda la infraestructura de custodia nacional y las garantías de seguridad que ofrecemos en el Depósito Central de Valores. Nuestro rol es ser el custodio internacional de los valores extranjeros provenientes de operaciones realizadas en el mercado local”, explicó Javier Jara, gerente comercial y de nuevos negocios del DCV.
Sobre el tipo de inversionista que puede acceder a este mercado, Javier Jara explicó que de manera directa todos los depositantes clientes del Servicio Custodia Internacional del DCV. “Ahora bien, también pueden acceder de manera indirecta los inversionistas clientes de nuestros depositantes que tengan interés por valores extranjeros”, agregó, servicio que a la fecha permite a DCV mantener sobre 4.422 millones de dólares en custodia.
Alken Asset Management ha anunciado el nombramiento de Nicolas Dubourg como nuevo responsable de análisis de renta fija corporativa. Según ha explicado la firma, Dubourg cubrirá estructura de capital, bonos convertibles y crédito para el equipo de renta fija.
Según ha explicado la gestora, Dubourg se unirá al equipo liderado por Antony Vallee y Nicolas Walewski, fundador y consejero delegado del grupo. Dubourg cuenta con una dilatada experiencia como analista senior enfocado principalmente en identificar oportunidades de inversión en Estados Unidos. Se incorpora como jefe análisis desde JP Morgan AM, donde trabajó como gestor de carteras para para el grupo de soluciones de multiactivo que tiene la gestora.
Respecto a su incorporación, desde Alke destacan que este equipo de renta fija lanzó, en 2018, dos productos de inversión: Income Opportunities Funds y Global Convertible Funds. El primero de los fondos está enfocado en buscar oportunidades de inversión en instrumentos corporativos globales y tiene una duración de tres a cinco años. Por último el, Global Convertible Funds es una estrategia de alta convicción centrada en valores convertibles globales a través de activos similares a acciones o bonos.
El oro vuelve a captar la atención de los inversores que buscan activos refugio frente al previsible final de ciclo y el aumento de la volatilidad ante los riesgos geopolíticos. En opinión de WidsomTree, el ejemplo de que los inversores esperan una mayor volatilidad fue el aumento de flujos de entrada en ETPs sobre oro en mayo.
De hecho, desde que comenzaron las tensiones comerciales entre Estado Unidos y China, el oro se convirtió uno de los activos que más brilló, ya que aumentó un 0,4% en mayo. “Es probable que los activos defensivos como el oro tengan un buen desempeño en respuesta a los shocks comerciales”, apuntaba Nitesh Shah, director de análisis en WisdomTree, en aquel momento.
Pese haber transcurrido casi unos meses, Shah se reafirma en su visión: “Los inversores han seguido recurriendo a los aspectos defensivos del metal precioso, ante la continuación de la volatilidad de mercado. Una diferencia más notoria, es que el posicionamiento especulativo en los futuros sobre oro, dista mucho de los niveles de pesimismo del cuarto trimestre de 2018, lo cual indica las perspectivas positivas que muchos inversores mantienen sobre él. Asimismo los reembolsos en los fondos cotizados sobre oro (ETFs), han mermado considerablemente, sugiriendo que los inversores no están dispuestos a tomar beneficios a corto plazo. De esta forma mantienen sus posiciones por motivos defensivos y los riesgos latentes”.
WisdomTree ha actualizado sus proyecciones sobre el oro hasta el primer trimestre de 2020 y, en términos generales, considera que su precio actual es débil y que es plausible una subida a largo plazo. “Mantenemos una estimación relativamente conservadores de 1.385 dólares la onza para este horizonte desde los 1.290 dólares la onza actuales”, apunta Shah.
En este sentido considera que “el metal precioso es más propenso a subir, dado que es probable que los bancos centrales hayan culminado los ciclos de políticas restrictivas. Con muy poco margen para realizar recortes de tipos a pesar de esto último, es probable que a los bancos centrales los veamos recurrir a herramientas más creativas en caso de que enfrenten otro shock económico. Dado los efectos distributivos adversos de las medidas de flexibilización cuantitativa, las cuales parecen favorecer un redescuento de los activos financieros, ayudando a Wall Street más que a main street, sospechamos que los bancos centrales estarán bajo presión cuando a futuro les toque reconsiderar las herramientas de flexibilización. Es probable que dichos experimentos sean positivos para el precio del oro. Asimismo el metal tiende a beneficiarse en momentos de incertidumbre”.
La guerra comercial y el temor a la desaceleración de la economía ha generado incertidumbre, pero los gestores de activos se mantienen firmes al explotar nuevas oportunidades en medio de la adversidad para seguir acrecentando sus ingresos a tasas anuales de entre un 4 y 5 % como lo han hecho en los últimos cinco años.
Los gestores de activos prefieren ver el vaso medio lleno ante este panorama de dudas – en el que han aumentado las fusiones y adquisiciones en la industria (al menos 253 acuerdos el año pasado)-y son conscientes de que las oportunidades aguardan. Es bien sabido que estas situaciones exigen adaptación e incluso reinventar los negocios.
El banco de inversiones y agente de bolsa estadounidense Morgan Stanley destaca en un reciente informe, publicado junto con la consultora Oliver Wyman, que la industria de gestión de activos se encuentra justo ahora en una “curiosa paradoja”.
Por un lado, menciona que esta industria se anotó unos 326.000 millones de dólares en ingresos y más de 80 billones de dólares de activos bajo gestión administrados externamente (AUM, en inglés). Pero del otro se tiene que “las valoraciones de ‘equity market‘ para la industria cayeron a un mínimo de 20 años en 2018, ya que los inversores cuestionaron el potencial de crecimiento a futuro”.
“Una razón clave: el cambio a la administración pasiva de activos–que ahora representa más del 25 % del AUM global –presagia la creciente falta de voluntad de los inversores para pagar las tarifas tradicionales de administración de activos”, señala Morgan Stanley.
En palabras del director ejecutivo de la firma de gestión de activos estadounidense Invesco, Martin Flanagan, “la industria está pasando por cambios dramáticos en este momento». “Los ganadores y los perdedores se crean hoy como nunca. Los fuertes se hacen más fuertes y los grandes se van a hacer más grandes «, dice en una entrevista citada por Financial Times.
Todas estas transformaciones que afronta el mercado invitan a los gestores de activos a realizar una serie de ajustes a la estrategia que tienen que ver principalmente con optimización de costos, identificación de nuevos mercados y adopción tecnológica, una triada que podría resumirse en la fórmula “salir de la zona de confort”. A continuación, algunas claves tras la experiencia de este primer semestre.
Nuevos vientos
Varios de los principales líderes del negocio mundial de los gestores de activos están radicados en Reino Unido y Estados Unidos, en donde naturalmente desarrollan gran parte de sus actividades.Sin embargo, la guerra comercial que ha enmarcado el desarrollo de este semestre también ha puesto el foco en China, un gigante que estuvo dormido y que ahora reclama su protagonismo.
Morgan Stanley dice que las oportunidades en el gigante asiático se han abierto gracias a cambios en las regulaciones desde finales de 2018 que han beneficiado en gran parte a los gestores de activos extranjeros. Son tales las expectativas que calcula que China podría “impulsar el 50 % del crecimiento futuro de los ingresos de los mercados emergentes» en el negocio de gestión de activos.
La torta parece voltearse de a poco y ahora los ojos están puestos en esos prometedores países emergentes, si bien en la actualidad «los clientes en mercados desarrollados representan el 85 % del AUM global actual». «Esa cifra podría cambiar pronto, ya que los clientes de mercados emergentes ahora representan casi el 35 % de las nuevas entradas de la industria, lo que refleja el cambio en la generación de riqueza global”, cree Morgan Stanley.
Adaptación a los malos tiempos
Los gestores de activos no han sido ajenos a la coyuntura económica, lo cual se evidencia en que «buena parte de los inversores ha optado por plegar velas, buscar activos refugio o, simplemente, por quedarse en liquidez anticipándose al peor de los escenarios», señala un artículo del diario económico español El Economista.es.
Pero lo que podría significar una ralentización de los negocios, «no ha sido el caso de los gestores activos de bolsa española (…) ya que la mayoría de los consultados por El Economista tiene ahora en sus carteras un nivel de liquidez más bajo que en enero, lo que significa que han aprovechado las caídas de los últimos meses para comprar».
En otras palabras, los gestores de activos más ávidos y en distintas latitudes del planeta han aprovechado esta situación de incertidumbre para encontrar valor en aquellos sectores e industrias en donde otros no lo ven por los nubarrones de la economía.
Adopción rápida de soluciones innovadoras
En tiempos de disrupción digital, los gestores de activos compiten no solo por identificar los negocios con mayor potencial sino también por tener las mejores soluciones para sus clientes. Un avance significativo en áreas como la automatización y la gestión inteligente de los datos permitiría desarrollar productos a la medida para la personalización de los servicios, «abriendo otros 7.000 millones de dólares en ingresos potenciales» para la industria, de acuerdo con el informe de Morgan Stanley.
La firma estadounidense FlexFunds, como proveedor de vehículos de inversión y soluciones de gestión de activos para instituciones financieras, está en el camino de desarrollar alternativas innovadoras para sus clientes, siendo la titulización una de sus principales herramientas en el mercado y con la cual ha logrado impactar positivamente en el desarrollo de diferentes industrias.
Al tener presencia regional activa a través de asociaciones con instituciones financieras, la compañía descentralizó sus operaciones y acorde a las tendencias ha apostado por mercados alternativos de gran potencial como Latinoamérica, ofreciendo mayor acceso a los inversores en su apuesta por la democratización y también distribución gracias a sus destacadas relaciones comerciales.
Para conocer más sobre cómo FlexFunds ayuda a los gestores de activos a lanzar sus productos en mercados de capital globales, contáctalos en info@flexfunds.com o visita su web.
Candriam ha anunciado un acuerdo de patrocinio con Forest Green Rovers, el club de fútbol más ecológico del mundo y el primero en obtener la certificación de carbono neutro concedida por Naciones Unidas. Según ha explicado la firma, esta asociación subraya el compromiso de Candriam con la sostenibilidad.
La gestora ha señalado que el paquete de patrocinio engloba la colocación de anuncios publicitarios en las vallas del terreno de juego, así como la organización de eventos para clientes en el club. Forest Green Rovers, un club de fútbol profesional de la League Two con sede en Gloucestershire, Inglaterra, ha demostrado desde hace tiempo sus credenciales ecológicas. El club opera con energías renovables, sirve comida vegana a los jugadores, al personal y a los aficionados, y juega en un campo de fútbol orgánico.
En reconocimiento al trabajo que ha realizado este club para reducir su impacto sobre el medio ambiente, ha recibido la prestigiosa certificación de Naciones Unidas en 2018, y desde entonces ha firmado el convenio Climate Neutral Now, que es un Convenio Marco de Naciones Unidas sobre la iniciativa contra el Cambio Climático. En abril de 2019, el presidente del Forest Green Rovers, Dale Vince, fue nombrado oficialmente embajador de las Naciones Unidas y recientemente ha lanzado la iniciativa Sports for Climate Action.
“Los factores ESG y la sostenibilidad forman parte de nuestro ADN desde hace más de 20 años. En Candriam siempre estamos buscando organizaciones que se encuentran en la vanguardia del respeto al medio ambiente y la sociedad, y que promueven el desarrollo sostenible. CANDRIAM se enorgullece en asociarse con Forest Green Rovers y desea apoyar su desarrollo al convertirse en su primer socio no británico. Estamos realmente impresionados por el éxito del club, que es un ejemplo para los clubes más grandes. Nuestro patrocinio es evidencia de nuestra estrategia de apoyar iniciativas sostenibles que pueden tener un auténtico impacto a nivel base”, ha señalado Naïm Abou-Jaoudé, consejero delegado de Candriam y presidente de New York Life Investments International.
Por su parte, Henry Staelens, consejero delegado de Forest Green Rovers, ha destacado que “como el club de fútbol más ecológico y sostenible del mundo, Forest Green Rovers trabaja duro en su actividad pionera de aunar fútbol y conciencia medioambiental. Estamos encantados de contar con el respaldo de Candriam, organización que comparte nuestro compromiso con la acción socialmente responsable, y esperamos estrechar aún más nuestra relación en el futuro”.