La imposición de medidas más estrictas por parte del gobierno mexicano para evitar la propagación del covid-19 llegaron tarde, en opinión de los analistas de Citibanamex, que atribuyen la tardanza a «preocupaciones de que estas podrían afectar innecesariamente a la actividad de forma negativa».
En un documento titulado COVID-19 en México: una propuesta de monitoreo, los analistas proponen un marco conceptual sencillo para monitorear la evolución del COVID-19 en términos de sus consecuencias observadas a nivel nacional tanto en el ámbito de salud como en el económico.
En particular, construyeron un esquema de “combinaciones de resultados”, el cual muestra las distintas posibilidades en torno a qué tan bien o qué tan mal un país puede estar desempeñándose en ambas dimensiones. Entre otras cosas, encontraron que: 1) México se ubica en una etapa muy temprana en cuanto al contagio del covid-19; 2) hay evidencia de un subreporte significativo de casos de infección; 3) la tasa de contagio es alta en relación con otros países; y 4) la adopción de medidas de intervención no farmacéutica (INF) en México ha sido tardía en comparación con sus pares latinoamericanos.
«México es uno de los países con el menor número de casos en términos per cápita (17 por millón de habitantes (pmh) frente a un promedio de 100 en otras partes de América Latina). Esto parece extraño, especialmente porque EE.UU. ahora se acerca a los 850 casos pmh. Las disparidades en los casos reportados entre ciudades en la frontera entre Estados Unidos y México son particularmente notables, sobre todo a la luz de la intensa actividad y el alto tráfico entre ellas«.
En el frente sanitario, los analistas notan que México tiene un recuento de infecciones más bajo y un número relativamente menor de casos nuevos en relación con otros países en la etapa temprana del brote de COVID. «Sin embargo, es probable que haya problemas de medición, principalmente debido al número de pruebas insuficiente en comparación con lo que se ha hecho en otros lugares, lo que puede ocultar la propagación real del contagio. También seguimos preocupados porque la tasa de mortalidad haya aumentado, de alrededor del 2% hace solo unos días a bastante por encima del 4% ahora.
En el plano económico, en su opinión es necesario rastrear y monitorear variables de alta frecuencia para poder determinar el grado de deterioro de la actividad económica. Con base en distintos proxies de actividad, incluyendo tasas de ocupación hotelera, indicadores de crédito y bancarios, así como tráfico vehicular y niveles de contaminación, estiman que la actividad pudo haber disminuido alrededor de 30% en las últimas dos semanas.
Con base en lo anterior, concluyen que México necesita una respuesta de política más rápida y contundente para combatir tanto al COVID-19 como a sus impactos sobre la economía.
«En nuestra opinión, la economía se encuentra en un estado agonizante y se requieren medidas fiscales audaces urgentes. Un gasto público elevado para expandir la infraestructura sanitaria (reconfigurar edificios del gobierno hacia hospitales temporales, adquirir respiradores, etc.) y mitigar la pérdida de empleos, llevaría a México a tener un menor número de infecciones y una recesión más pequeña. Un gasto público limitado haría, en contraste, que el país se mantuviera expuesto a malos resultados en materia tanto de salud como de economía. Así, reiteramos que no hay cabida para la inacción».
Edoardo Ribetti acaba de sumarse a la red de asesores financieros de Insigneo. Con más de 20 años de experiencia en la industria de gestión de patrimonios, Ribetti ha atendido clientes sofisticados como inversores internacionales, family offices y empresarios residentes en Estados Unidos, América Latina y Europa.
«Estamos muy emocionados de que Edoardo se una a la creciente red de asesores financieros internacionales de Insigneo. La vasta experiencia de Edoardo se demuestra claramente, ya que su negocio ha tenido un gran comienzo en Insigneo a pesar de los recientes desafíos en el mercado», señaló al respecto José Salazar, Head of Sales US de Insigneo.
Ribetti comenzó su carrera de inversión en Merrill Lynch en 2001, donde participó en el programa New Financial Advisor. En 2005 se unió a UBS International y después de construir su base de clientes y conocimiento del mercado durante 8 años, se unió a Morgan Stanley en 2013. Durante su mandato en Morgan Stanley, se especializó en el comercio de acciones, FX y derivados, utilizando un profundo conocimiento y experiencia. en la interpretación del análisis técnico.
Nacido en Italia, Edoardo Ribetti habla inglés, español e italiano con fluidez. Se graduó de la Universidad de Mercer en 1997 con triple especialización en Finanzas, Negocios Internacionales y Español, mientras también jugaba fútbol para la Universidad con una beca completa en Div1 NCAA.
Las principales agencias calificadoras están anunciando una cascada de bajadas de las notas crediticias en Latinoamérica. Colombia, Ecuador, Argentina y, en menor medida, Chile, México o Brasil han recibido malas noticias en las útimas semanas. La pandemia aumenta la fragilidad de la región debido a las caídas de los precios del petróleo y de las materias primas y justo cuando el estímulo fiscal aparece como esencial para sostener la economía y a la sociedad, financiarse es más caro.
A inicios de abril la decisión de Fitch Ratings de dejar la nota de Colombia a BBB- con perspectiva negativa causó malestar por su rapidez, aunque era una degradación esperada por algunos. Desde Fitch se explicó la medida por la caída del precio del petróleo y el consiguiente deterioro fiscal que experimentaría el país.
¿Se están precipitando las calificadoras? ¿Cabe esperar un repunte de la economía en 2020 que modifique el panorama actual?
En realiad, las calificadoras vienen observando que muchos países latinoamericanos han aumentado la carga de la deuda en estos últimos años.
Las condiciones fiscales de los mercados emergentes suelen estar sujetas a un conjunto adicional de variaciones cíclicas, tales como los cambios en los precios de las materias primas, cambios en el tipo de cambio de la divisa y en las condiciones globales de financiación. Todos estos factores hacen que las condiciones de las finanzas públicas de los mercados emergentes sean más volátiles, tanto en términos de ingresos y como de gastos.
Desde S&P Global Ratingsindican que algunos países emergentes, especialmente en Latinoamérica, ya sufrían una debilidad estructural antes del brote de coronavirus. Estos gobiernos no tienen mucho margen para aplicar políticas contracíclicas que amortigüen el golpe de sus economías.
Fitch señala que dentro de los 10 bonos soberanos sudamericanos que califica (además de México) cuatro (Bolivia, Chile, Colombia y Uruguay) tienen perspectivas negativas: “Recientemente revisamos la perspectiva de Chile a negativa el 12 de marzo. Fitch rebajó la calificación de México en 2019 y Brasil en 2018. Las tendencias negativas de calificación muestran cómo el lento crecimiento económico, las dificultades para consolidar las cuentas fiscales y las restricciones políticas y sociales en la formulación e implementación de políticas ya pesan en los perfiles de crédito soberano. El coronavirus, los precios más bajos de los commodities y la mayor volatilidad en las monedas, los mercados bursátiles y los diferenciales de los bonos exacerbarán estas presiones».
Pero ante todo, la región es diversa, y los países se ven sometidos a diferentes situaciones en función de su perfil económico y de su manejo de las finanzas públicas.
Coronavirus y riesgo de default, los casos de Argentina y Ecuador
En los casos de Ecuador y Argentina, la propagación del coronavirus se suma a la imposibilidad de sostener los pagos de la deuda pública y, por lo tanto, al temor a un default.
Así, S&P Ratings rebajó la calificación crediticia de Ecuador a CCC-/C el pasado 25 de marzo ya que considera inevitable un impago de la deuda o un canje forzoso con los acreedores. Fitch hizo lo mismo, dejando la nota en CCC.
El pasado 23 de marzo del gobierno del país anunció que no pagaría 200 millones de dólares de interés de bonos de deuda externa (que vencían en marzo) y usaría esos recursos para hacer frente a la emergencia sanitaria del COVID-19. Aunque las autoridades del país expresaron su voluntad de pago y aseguraron que sólo estaban utilizando su periodo de gracia de 30 días, los datos muestran que será difícil que cumplan con sus obligaciones.
Argentina es otro de los países que ha visto bajar su nota en plena pandemia: el pasado 7 de abril Standard and Poor´s dejó al país en default selectivo después de que el gobierno anunciara la postergación del pago de unos 10.000 millones de dólares de deuda emitida bajo ley local hasta finales de 2020.
México y Chile bajo presión
Los bajos precios del petróleo también están afectando a México. En abril, HR Ratings recortó la calificación crediticia de la deuda soberana y dejó en negativa la perspectiva en los próximos meses, anunciando una fuerte contracción del PIB del país en 2020. A finales de abril, Standard and Poor´s habían bajado de deuda en moneda extranjera a BBB y la de moneda local a BB+.
En marzo Fitch mantuvo a Chile en la nota A pero redujo su perspectiva desde “estable” a “negativa”. La agencia considera que Chile se dirige a una recesión y a un deterioro de las finanzas públicas. Aunque la deuda del país andino es menor a la media de los países con A, la bajada del precio de cobre, la disminución de la actividad y la respuesta a la crisis social del 18 de octubre arrojan dudas sobre la economía.
El coronavirus ensombrece las perspectivas en Brasil
Brasil se enfrenta una masiva salida de capitales debido a la crisis financiera que provocó el COVID-19 a nivel global. En ese contexto, el país sigue estancado varios pisos por debajo del grado inversor y las buenas perspectivas con la que se inició 2020 parecen evaporarse.
Así, a inicios de abril Standard and Poor´s dejó a Brasil en BB- y redujo la perspectiva de la nota de la deuda pública de “positiva” a “estable”. La probable reducción del PIB debido al coronavirus, el aumento del gasto público para hacer frente a la pandemia y la tensión política, que compromete la agenda de reformas, son los factores que ensombrecen el panorama brasileño.
Uruguay y Perú por ahora resisten
Uruguay mantiene su grado inversor con la nota BBB- por parte de Fitch. Pero la agencia calificadora tiene una perspectiva negativa sobre las finanzas uruguayas y espera que el nuevo gobierno, que asumió en marzo, mejore las cuentas públicas.
“Las calificaciones están respaldadas por sólidos indicadores de gobernanza y desarrollo social, y un sólido balance externo. Estas fortalezas se ven contrarrestadas por una deuda pública alta y creciente, un bajo potencial de crecimiento del PIB, una inflación alta y una flexibilidad y credibilidad de política débiles” señaló Fitch en su comunicado del pasado mes de febrero, anterior a la llegada del primer caso de coronavirus a Uruguay.
Perú es sin duda una de las grandes excepciones de la región, ya que en su último informe (del mes de marzo) Fitch Ratings considera que los buenos fundamentos macroeconómicos y fiscales del país ayudarán a amortiguar el choque del COVID-19 este años. Así, la agencia confirmó la calificación en BBB+ para la deuda en moneda extranjera y en A- para la deuda en moneda nacional, ambas con perspectiva estable.
Pixabay CC0 Public Domain. MONEDA S.A. AGF liquida su fondo de inversión renta fija Argentina
La gestora Moneda Asset Management ha comunicado mediante un hecho esencial a la CMF chilena que los aportantes del fondo «Moneda Renta Fija Argentina» han acordado la disolución anticipada del fondo antes del 31 de diciembre del año en curso. La administradora ha sido designada como liquidador del fondo.
“El objetivo del fondo es obtener un alto retorno en pesos (ARS) a través de la inversión de sus recursos en instrumentos de deuda y renta fija y/o en el Fondo Moneda Renta Fija Argentina (el “Fondo Master”)”, según se describe en los informes mensuales.
El fondo Master «Moneda Renta Fija Argentina» es un fondo de inversión común abierto, registrado en la República Argentina ante la Comisión Nacional de Valores, cuyo objetivo es “invertir en instrumentos financieros y/o valores negociables principalmente de renta fija cuyos emisores se encuentren domiciliados o sean residentes de Argentina o entidades del sector público argentino”.
A 28 de febrero de 2020 y conforme al informe mensual publicado los principales activos que componían su cartera eran por tipo de activo: Bonos provinciales 38,7 % ; Bonos del Tesoro con Ajuste por CER 36,7% ; Bonos corporativos 12,2 %; Caja, Fondos Mutuos y Otros 8,6 % y Bonos del Tesoro en ARS 2,3 %
En el mes de septiembre de 2019 y tras las elecciones del PASO la gestora decidió modificar la política de rescates del fondo. Así, tal y como señala el reglamento del fondo: “durante los meses de septiembre, octubre, y noviembre del año 2019, el fondo no admitirá rescates. A contar de diciembre del año 2019, mensualmente hasta el último día hábil bursátil de cada mes, el fondo admitirá rescates de cuotas por hasta el equivalente en cuotas al 10% del valor del patrimonio del fondo, calculado éste al cierre de la fecha de la Solicitud de Rescate”.
El fondo de inversión no rescatable fue creado en diciembre de 2017 y a cierre de febrero 2020 tenía un tamaño de 49,8 millones de dólares según la página web de la administradora. Según el último informe mensual correspondiente al mes de febrero, obtuvo desde el inicio una rentabilidad de 58,3% en pesos argentinos y del -21,1% en dólares,
El fondo está dirigido a inversiones institucionales o cualificados. Según la información disponible en la CMF a 31 de diciembre de 2019, el fondo contaba con 12 aportantes siendo los principales los siguientes: Moneda Corredores de Bolsa Limitada con un 43,15%; Credicorp Capital Corredores de Bolsa con un 21.71%; Consorcio Nacional de Seguros de vida con un 15,33% ; Penta Vida con un 10,22%, y BICE Inversiones Corredores de Bolsa con un 3,80%.
Jaime Ruiz Sacristán, actual presidente de la Bolsa Mexicana de Valores y uno de los banqueros mas destacados del país en los últimos 30 años, falleció a los 70 años de edad.
«La Bolsa Mexicana de Valores informa con profunda tristeza, que el Lic. Jaime Ruiz Sacristán, presidente de su Consejo de Administración, falleció́ el día de hoy», señaló la BMV en un comunicado el 12 de abril de 2020.
El banquero que hace un mes dio positivo a Covid-19 murió en la madrugada del domingo de Pascua, dos días después de ser dado de alta.
Durante su trayectoria profesional fue director general adjunto y posteriormente director general de Grupo Financiero Bital hasta su transición tras la compra del banco por parte de HSBC.
En 2003 fundó junto a su primo Antonio del Valle el Banco “Ve por Más” (BX+); en 2007 fue vicepresidente de la Asociación de Bancos de México (ABM); para 2011 fungió como presidente de la ABM y desde 2015 fue presidente del Consejo de Administración de la BMV.
Jaime Ruiz Sacristán nació el 27 de octubre de 1949 en la Ciudad de México. Estudió la licenciatura en Administración de Empresas en la Universidad Anáhuac y realizó una maestría en administración por la Northwestern University de Estados Unidos.
Según el informe «HNW Offshore Investment: Drivers and Motivations», que se basa en los resultados de una encuesta para analizar los impulsores detrás de las inversiones offshore en el espacio HNW, el 32,5% de la riqueza a nivel mundial se invierte fuera del país de residencia, siendo Estados Unidos el destino favorito de esos flujos.
Otros hallazgos del informe incluyen el que las incertidumbres políticas y económicas como motor de la inversión offshore son cada vez más importantes, y ahora representan el 13% de las inversiones.
Si bien las razones particulares son diversas y difieren de un país a otro, la expectativa de mejores retornos en el extranjero, los intereses comerciales internacionales y la inestabilidad política y económica local encabezan la lista.
«Sin embargo, estamos viendo notables diferencias entre regiones, lo que sugiere que una estrategia no sirve para todos», mencionan los analistas de Research and Markets.
«Por ejemplo, la eficiencia fiscal como motor de las inversiones en el extranjero es de particular importancia en Europa y América del Norte. Esto significa que ayudar a los inversores de HNW a minimizar sus obligaciones fiscales es clave en estas regiones. Mientras tanto, en Asia Pacífico, los intereses comerciales son un motor importante, por lo que es imprescindible una propuesta de banca comercial y de inversión bien diseñada, perfectamente integrada con los servicios bancarios privados estándar».
Sobre cómo se asignan estos activos, la investigación nota que el 32% de la riqueza global de HNW se mantiene a través de acciones, el 15% a través de bonos y el 18% a través de propiedades.
Para más información y/o comprar el reporte, siga este link.
Foto cedidaAna Botín, presidenta de Santander. . Ana Botín se une al grupo de asesores externos creado por el FMI ante los desafíos del COVID-19
Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha convocado un grupo asesor externo para analizar y abordar los desafíos que el COVID-19 está generando en la economía global. Este grupo está formado por doce asesores provenientes del ámbito económico y empresarial público y privado.
Según ha explicado la institución, el objetivo es aprovechar la experiencia de este “eminente grupo”, en el que participa Ana Botín, presidenta de Santander. Este grupo asesor externo ofrecerá una perspectiva y análisis de los principales acontecimientos respecto al COVID-19, así como las medidas políticas y económicas tomadas para limitar su impacto.
“Incluso antes de la propagación del coronavirus y de las dramáticas perturbaciones sanitarias, económicas y financieras que ha traído consigo, los miembros del FMI ya se están enfrentando a un mundo que cambia con rapidez y que presenta complejas cuestiones políticas. Para prestar un buen servicio a nuestros miembros en este contexto, necesitamos aportaciones y conocimientos técnicos de primera clase y ampliar nuestras fuentes, tanto de dentro como de fuera del FMI”, ha explicado Georgieva sobre el motivo de la creación de este grupo asesor externo.
Los miembros de este grupo son:
Ngozi Okonjo-Iweala, ex Ministra de Finanzas de Nigeria
Tharman Shanmugaratnam, Ministro Principal de Singapur y Presidente de la Autoridad Monetaria de Singapur
Kristin Forbes, profesora del Instituto de Tecnología de Massachusetts
Kevin Rudd, ex Primer Ministro de Australia
Mark Malloch Brown, ex vicesecretario general de las Naciones Unidas
Feike Sijbesima, presidente honorario de DSM y ex CEO de Royal DSM
Raghuram Rajan, profesor de la Universidad de Chicago
Ana Botín, presidenta ejecutiva del Grupo, Santander
Carmen Reinhart, profesora de la Universidad de Harvard
Mohamed A. El-Erian, asesor económico principal de Allianz
Scott Minerd, director de inversiones de Guggenheim Investments
Nyaradzayi Gumbonzvanda, presidenta de Ayuda en Acción International
La primera reunión de este grupo se celebró el pasado viernes durante la cual “se mantuvo un dinámico debate para conocer los puntos de vista de los asesores y escuchar sus opiniones sobre nuestras ideas”, apunta Georgieva. El objetivo es que el grupo de asesores externos se reúna varias veces al año con la directora generante de FMI, así como con los subdirectores gerentes y los directores de diversos departamentos del FMI.
Pixabay CC0 Public Domain. La inversión ESG: una apuesta segura a largo plazo incluso en tiempos de coronavirus
La crisis del coronavirus y su impacto en los mercados están poniendo a prueba la inversión sostenible y bajo criterios ESG que tanta fuerza ha tenido durante los últimos años. La inversión ESG es una realidad, no una tendencia, y ahora le toca pasar su primera gran prueba de fuego: una crisis global.
Según un análisis realizado por Afi, firma española de asesoramiento, consultoría y formación en ámbito de las finanzas, en términos de rentabilidad, se observa, cómo tanto a nivel global como en las diferentes zonas geográficas (Estados Unidos, Europa y Economías Emergentes), los índices sostenibles presentan unas menores minusvalías que los índices tradicionales. Durante las últimas semanas, “las bolsas globales llegaban a sufrir caídas superiores al 30%, incluso del 40% en algunos casos, desde los máximos alcanzados en febrero de este mismo año. Sin embargo, en el universo de la renta variable, destacaba el comportamiento diferencial de aquellas compañías con características sostenibles, es decir, aquellas empresas con un perfil de sostenibilidad robusto desde el punto de vista ambiental, social y de gobierno corporativo (ESG)”, explican.
Esta misma certeza tienen las gestoras. Desde Schroders apuntan que, hasta el momento, los datos son alentadores. Por ejemplo, un análisis realizado por BofAML revela que el 20% de las acciones con mejor calificación ESG han superado al mercado estadounidense en más de cinco puntos porcentuales durante la reciente corrección. «Esto se debe en parte a que las empresas líderes en ESG han visto hasta ahora menores recortes en los beneficios por acción (EPS) que las rezagadas en ESG. Esto se muestra en el gráfico a continuación, en el que se analizan los recortes en las estimaciones de beneficios por acción de las empresas estadounidenses», afirma Katherine Davidson, gestora de renta variable global de Schroders.
«Nos parece que esta crisis ha aumentado, realmente, la visibilidad y la importancia percibida en las prácticas comerciales sostenibles. En medio de titulares aterradores y de una disrupción sin precedentes en nuestra vida cotidiana, todos nos estamos replanteando nuestros valores y prioridades personales», añade Davidson de Schroders.
Según recoge BlackRock en su análisis semanal, se observa una tendencia duradera hacia la inversión sostenible. “Un cambio estructural en las preferencias de los inversores que dará lugar a flujos constantes de gran envergadura hacia clases de activos percibidos como más resilientes ante los riesgos relacionados con la sostenibilidad, como el cambio climático. Los inversores que reajusten sus carteras tras las ventas masivas de los activos de riesgo deberían plantearse orientarlas hacia los activos sostenibles”.
Desde BlackRock lanzan esta visión desde la perspectiva de los ETFs, pero la misma reflexión hacen las firmas especializadas en la gestión activa. BNY Mellon IM sostiene que una vez logremos superar la crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus, los gobiernos y autoridades deberán centrarse en apostar por un futuro más saludable, sostenible y respetuoso con el medio ambiente. “Esta es una oportunidad que no podemos desaprovechar”, advierten desde la gestora.
“El drástico distanciamiento social que ha provocado la aparición del COVID-19 ha tenido consecuencias importantes en todos los mercados financieros. Las repercusiones para la sociedad y la economía están poniendo a prueba muchos modelos de negocio, si bien las empresas más sostenibles, que han sabido equilibrar la tensión dinámica entre rentabilidad financiera e impacto social y medioambiental han resistido mucho mejor durante las bruscas correcciones de marzo”, apunta Andrew Parry, responsable de inversión responsable en Newton IM, parte de BNY Mellon IM.
Los expertos en asesoramiento financiero también creen que una de las lecciones que dejará esta pandemia es el gran valor que los inversores van a dar a que sus inversiones tenga un impacto positivo en el entorno. “La pandemia de coronavirus ha puesto de relieve la vulnerabilidad y la fragilidad de las sociedades y del planeta. Ha subrayado que, cada vez más, solo sobrevivirán y prosperarán las empresas que estén alineadas con la realidad social. La crisis sanitaria también ha subrayado la complejidad e interconexión de nuestro mundo en cuanto a la demanda y la oferta, en el comercio y la comercialización, y cómo éstas pueden estar amenazadas si no son sostenibles», señalan desde deVere.
Según su estimación, la demanda de soluciones ESG se disparará en los próximos 12 meses. “Esta demanda estará impulsada por el buen rendimiento que han estado demostrando los productos ESG y por el estilo que creen las nuevas generaciones de inversores”, añaden.
En opinión de Iván Díez Sainz, director general España de Groupama AM, esta crisis dejará paso a una nueva industria donde la ESG será básica. «Pero seamos positivos y ambiciosos: a través de la integración de los criterios ESG implementados en la selección de empresas, buscamos volver a un modelo de crecimiento centrado en el medio-largo plazo, donde las empresas centran sus políticas en el respeto de los desafíos climáticos y medioambientales, reemplazan el capital humano como el verdadero activo de su crecimiento futuro, revisan las remuneraciones de los directivos y accionistas en favor de la remuneración de los empleados para reducir las desigualdades. Ahora es el momento de sentar las bases para un crecimiento y unas finanzas sostenibles, los planes de inversión que la Unión Europea debe lanzar imperativamente deben basarse en estos nuevos objetivos: reconstruir la economía europea sobre la base de los desafíos medioambientales, sociales y societarios», señala.
«El brote de Coronavirus tiene innumerables implicaciones en la economía. Pero mucho más allá de los problemas económicos, el COVID-19 es una emergencia humana. La situación de emergencia del brote del virus es un claro diagnóstico que permite identificar a las empresas que actúan de manera sostenible y las que no lo hacen. En este sentido, creemos que los acontecimientos actuales demuestran que la sostenibilidad es una inversión», añade Domingo Torres, Country Head Spain and Portugal de Lazard Fund Managers.
Apuesta a largo plazo
BlackRock considera que la apuesta por la ESG es a largo plazo y que momentos de mercado como el actual solo ponen en valor el componente de gestión de riesgo que lleva implícito este tipo de inversión. “Los escépticos han argumentado durante mucho tiempo que los mercados financieros son eficientes, por lo que si la sostenibilidad importa ya debería reflejarse en los precios de mercado; o que si los inversores se preocupan por la sostenibilidad, deberían estar dispuestos a aceptar menores rendimientos pagando una prima por los activos verdes; e incluso que los inversores obtendrán un mayor rendimiento como compensación por poseer activos marrones de mayor riesgo. Esta lógica lleva a la conclusión de que podemos simplemente ignorar la sostenibilidad: Inclinarse hacia los activos verdes será costoso y poseer activos marrones ofrecerá retornos esperados relativamente más altos. No estamos de acuerdo”, sostienen.
Por el contrario, la gestora argumenta que cuando se consolide la tendencia hacia economías bajo en carbono, los activos respaldados por una alta sostenibilidad serán más caros, mientras que otros activos se habrán vuelto más baratos o desapareció por completo. Según indica en su análisis, “los activos sostenibles deberían obtener un beneficio de retorno durante esa larga transición, además de una mayor resistencia a riesgos como las perturbaciones físicas del cambio climático. Esto implica la conclusión que la inversión sostenible requiere el sacrificio de los beneficios es un mito, en nuestra opinión. La inversión sostenible probablemente tendrá un rendimiento ventajoso durante años y décadas”.
Pixabay CC0 Public Domain. Tres motivos para el optimismo: control de la pandemia, políticas monetarias y medidas fiscales
Las noticias y análisis sobre el impacto de la crisis del coronavirus en el mercado y en las economías circulan con rapidez estos días. La mayoría de las gestoras considera que el contexto actual se traducirá en una recesión, que habrá más medidas por parte de las instituciones monetarias y gobiernos y que es necesario vigilar la liquidez de algunos activos.
Sin embargo, John Plassard, especialista de inversión de Mirabaud, destaca que algunos de estos aspectos que, de momento han sido obviados por la mayoría de los analistas, podrían ser motivo de optimismo. En primer lugar, destaca que la mejora de las cifras de afectados por el coronavirus en algunos países. “El pasado 23 de marzo Italia registró la tercera caída consecutiva en el número de nuevos casos y fallecidos por coronavirus, generando cierta esperanza de una ralentización del avance de la epidemia. En Corea del Sur registró 76 nuevos casos el martes, confirmando la tendencia a la baja y aumentando las expectativas de que sea posible controlar la epidemia en uno de los primeros países afectados. Y, en China, las autoridades confirmaron el pasado martes que el cierre de la ciudad de Wuhan se levantaría el próximo día 8 de abril, después de más de dos meses de confinamiento”, resume.
Al control de la pandemia en estos países, se suma también los datos económicos de China, que resultan más esperanzadores. Según explica Plassard, “el gasto en consumo ha recuperado terreno, alcanzando el 85% de la media anual. Por su parte, la venta de coches está entre un 30% y un 40% por debajo de la media frente a la caída del 80% experimentada en febrero, y empieza a repuntar el comercio por vía marítima. Como prueba de esta recuperación, ha empeorado la calidad del aire, alcanzando unos niveles de contaminación más cercanos a lo normal”.
El tercer motivo para el optimismo es la rapidez con que gobiernos e instituciones han respondido. En este sentido, los países industrializados han adoptado unas medidas de estímulo fiscal de gran envergadura, sin tener en cuenta las consecuencias en términos de endeudamiento. “Los países del G7, por ejemplo, han prometido hacer todo lo necesario para recuperar la confianza, el crecimiento económico y los puestos de trabajo, y se han comprometido a colaborar con los bancos centrales para responder a una crisis que probablemente conduzca a una recesión mundial este año”, apunta.
Para Plassard los ejemplos más representativo son la decisión de Alemania de “hacer trizas ortodoxia económica” y, por primera vez desde 2013, el gobierno de Angela Merkel ha decidido recurrir a los mercados para financiar las medidas que ha anunciado, acumulando una deuda de unos 156.000 millones de euros, lo que representa un gran cambio respecto al superávit registrado en 2013. En Europa, la otra gran medida es el anuncio de compras del BCE por valor de 750.000 millones de euros.
“En Estados Unidos, la crisis del coronavirus ha obligado a los demócratas y republicanos a adoptar algo cercano a una tregua, y están al punto de alcanzar un acuerdo sobre un plan de estímulo económico por valor de 2 billones de dólares”, destaca sobre cómo se está gestionando la crisis económica en América. Una decisión que se suma a las medidas ya tomadas por la Reserva Federal de Estados Unidos.
«En resumen, aunque seguimos sin saber cuánto durará la pandemia, existen diversos escenarios que, descartando sorpresas desagradables, nos permiten anticipar una mejoría económica, sin obviar la volatilidad que no va a desaparecer en el corto plazo”, concluye Plassard sobre la situación actual.
Pixabay CC0 Public Domain. La primera fase de la crisis del coronavirus ha terminado
Después de las caídas verticales del 5 al 23 de marzo de 2020, parece que, finalmente, los mercados han encontrado su primer suelo y empezaron un rebote técnico. Desde el inicio de esta crisis, los mercados han reflejado el impacto que ha tenido el cierre decretado por los gobiernos de sectores completos de la economía en una velocidad récord.
Sin embargo, el movimiento ha sido clásicamente magnificado por las ventas forzadas de los inversores que se enfrentan a las llamadas de búsqueda de margen. Esta fase de desapalancamiento parece que ha tocado a su fin. Gracias a las decisivas intervenciones de los bancos centrales, que se benefician de lo que aprendieron durante la crisis de 2008, los mercados han sido capaces de continuar desempeñando sus principales funciones hasta la fecha. La esfera financiera está estabilizada por ahora, con el objetivo de que la crisis en la economía real sea gestionada de forma efectiva.
En el lado de la pandemia, las noticias desde Lombardía e Italia son alentadoras. Los primeros signos del efecto positivo del confinamiento comienzan a confirmarse. El precio es astronómico, pero el efecto es evidente. Sin embargo, los países que primero se vieron afectados, desafortunadamente, no volverán a la normalidad económica de forma inmediata. De hecho, las medidas de restricción en las fronteras seguirán en vigor hasta que el virus haya remitido en los países y regiones más afectados. Aparte de eso, el contagio acaba de comenzar en África, por ejemplo.
En resumen, hay luz al final del túnel, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Al mismo tiempo, la investigación para encontrar una droga y una vacuna está muy avanzada en China y en los países desarrollados. Es una carrera contra el tiempo, y con cada día que pasa de contención, el probabilidad de que el método de contención como en La Edad Media parece ser la única solución para aliviar sistemas de salud tensos.
Medidas loables, pero contraproducentes
La conmoción del sector privado en las economías condenadas a la contención requiere una respuesta de política monetaria coordinada y con las medidas de apoyo fiscal. Las empresas y los trabajadores por cuenta propia deben recibir una compensación, al menos, parcial por los ingresos perdidos como resultado de las medidas de cierre tomadas por los gobiernos. Esto puede considerarse como un seguro de daños tras un desastre natural. En ausencia de este apoyo al sector privado por parte del Estado, éste se verá permanentemente cargado con deudas adicionales que frenarán considerablemente la recuperación después de la contención. En otras palabras, el sector privado no puede apoyarse en transferencias forzadas o voluntarias, por muy bien intencionadas que sean, del sector privado al privado.
Reducir o regalar temporalmente algunos alquileres, por ejemplo, puede aliviar situaciones individuales. Pero colectivamente, a nivel nacional, añadiría combustible al fuego deflacionario. Sin embargo, en interés general, es mejor asegurar el pago de los alquileres mediante medidas de apoyo puntuales, transfiriendo las cantidades necesarias del balance del Estado al de los agentes privados interesados. Este ejemplo ilustra dos aspectos. En primer lugar, el riesgo de que se adopten políticas bien intencionadas pero contraproducentes es elevado en los próximos meses. En segundo lugar, sin el respaldo del balance de los gobiernos no habrá salvación. El consenso neoliberal nacido en los años 80 con Ronald Reagan y Margaret Thatcher ha muerto para siempre esta vez. Ahora, nos dirigimos hacia un capitalismo de estado similar al que se practicó durante la guerra en los años 40. Como consecuencia, estamos perdiendo inexorablemente los mercados libres. El control de la curva de rendimiento, como en Japón, corre el riesgo de extenderse pronto a Europa y a los Estados Unidos.
Una nueva prueba de cohesión para Europa
Los criterios de Maastricht y el Pacto de Estabilidad en la zona euro fueron diseñados para prevenir el deslizamiento inflacionario en un momento en que los déficits públicos estaban generando inflación. El coronavirus ha sido su sentencia de muerte. La cohesión europea se pondrá a prueba tras el fin de la pandemia.
Cuando la conmoción de la tragedia sanitaria se calme, se planteará muy pronto la cuestión de la elección entre el retorno a la austeridad fiscal o el paso a un enfoque macroeconómico poco ortodoxo destinado a orientar el producto interior bruto (PIB) nominal a través de la política monetaria en conjunción con la política fiscal. Europa del Norte no se dejará influenciar sin luchar y Europa del Sur no tendrá elección. La cohesión europea está cerca de una nueva prueba. Reiteramos nuestro anuncio de dar preferencia a los países que puedan imprimir la moneda en la que emiten su propia deuda.
El papel del oro
Constantemente recibimos preguntas sobre el comportamiento del metal amarillo. De hecho, su papel es a menudo mal entendido. La característica más notable del oro es que protege contra el riesgo sistémico. En la crisis actual, los bancos son una parte esencial de la solución, a diferencia de 2008. Los Estados los necesitan para prestar abundantemente y a bajo interés con garantías gubernamentales. Por esta razón, el incumplimiento de los bancos está prácticamente descartado en un futuro próximo.
Sin embargo, si las medidas para apoyar y estimular la economía real son insuficientes, incompletas o erróneas, la esfera real podría contaminar el sistema financiero dentro de unos meses. El oro se beneficiaría entonces de su característica de protección contra el riesgo de contrapartida. Mientras tanto, fluctúa con los vagabundos de los tipos de interés reales de los EE.UU., en un rango entre unos 1.500 y 1.700 dólares.
Los mercados de renta fija y de acciones reflejan ahora la «recesión exógena» que acaba de comenzar. Como resultado, los activos de calidad se están negociando a niveles récord de valoración en relación con los activos de tipo value. Sin embargo, creemos que es prematuro sumergirse en esta oportunidad. La oportunidad del value parece ópticamente muy convincente, pero debe evaluarse a la luz del actual conjunto de circunstancias sin precedentes.
Para que los activos value rindan y su ventaja de valoración se lleve a cabo, necesitamos que se cumplan dos condiciones. En primer lugar, la política macroeconómica debe formularse de manera que refleje eficazmente la economía. En segundo lugar, en la nueva era de rápido crecimiento de los controles gubernamentales, algunas decisiones de política podrían perjudicar gravemente a los activos value. Por ejemplo, las autoridades ya están interfiriendo en las políticas de dividendos. Si bien en el caso de los sectores o empresas que probablemente recurran a la ayuda estatal esto está perfectamente justificado, la tentación de extirpar esas intervenciones de manera más amplia podría ser difícil de resistir para los políticos. Cuidado con el value!
Inicio del segundo trimestre
Tras el análisis, hemos llegado a la conclusión de que mantendremos nuestras asignaciones actuales, sin reequilibrar mecánicamente nuestras carteras hacia una asignación estratégica de activos, como suele recomendarse en la práctica institucional. Mantenemos esa opción abierta para más adelante. También mantenemos el sesgo hacia las empresas de calidad que nos ha servido bien en esta crisis hasta ahora.
La primera fase de la crisis ha terminado y estamos entrando en la segunda fase, el fin de la pandemia. Técnicamente, los mercados deberían volver a probar los recientes mínimos durante el segundo trimestre antes de recuperarse a medida que la actividad económica se recupera durante la segunda mitad del año. El camino a seguir sigue siendo volátil y, sobre todo, depende de las decisiones políticas.
Para concluir, quisiera compartir una reflexión basada en la experiencia adquirida durante crisis anteriores como las de 1987, 1998 o 2008. La disminución de algunos precios de los activos en esta crisis es ciertamente impresionante a corto plazo. Sin embargo, siguen contenidas en los mercados de valores, dado el remedio prescrito a la economía real para absorber esta pandemia. Dentro de 12 a 18 meses, podríamos sorprendernos en retrospectiva al ver el potencial de recuperación de los mercados. Todavía estamos en un mercado alcista secular. Parece difícil de creer, pero era igual de difícil de imaginar en el otoño de 1987.