Pixabay CC0 Public Domain. La CMF chilena publica una norma para simplificar el proceso de inscripción de valores
La Comisión para el Mercado Financiero de Chile (CMF) ha informado que ha publicado una modificación normativa tendiente a simplificar el proceso de inscripción de valores, regulado en la norma de carácter general (NCG) N° 30. Con esto se busca agilizar el proceso de emisión de valores, para facilitar el acceso a financiamiento de empresas que requieren levantar fondos durante la pandemia del Covid-19.
Dicha modificación se enmarca en el conjunto de medidas implementadas por la Comisión para apoyar a las entidades fiscalizadas en hacer frente a la crisis sanitaria. La normativa, simplifica la inscripción de valores de oferta pública (bonos, efectos de comercio y acciones), exceptuando transitoriamente la presentación de alguna documentación requerida en las solicitudes de inscripción.
Adicionalmente, facilita la inscripción de emisores y de valores, exceptuando de manera permanente la presentación de cierta documentación requerida. De esta forma, se exime transitoriamente la presentación al momento de la inscripción en la CMF, entre otros, de los siguientes antecedentes:
a) Prospecto de valores. No obstante lo anterior, el emisor deberá cumplir con remitir a la Comisión aquellos prospectos y folletos utilizados para la difusión y propaganda de una emisión de valores, con dos días de anterioridad a la colocación del valor.
b) Copias de los avisos y comunicaciones que se deben remitir a los accionistas con motivo de un aumento de capital o de la emisión de bonos convertibles.
c) Documentación en duplicado
Cambios permanentes en la NCG N°30
Adicionalmente, la normativa realiza perfeccionamientos permanentes a la norma de carácter general N°30 a efectos de facilitar los procesos de inscripción y colocación de valores de oferta pública, en los siguientes términos:
a) Para la inscripción de emisores nuevos, si los estados financieros anuales auditados de la entidad tienen una antigüedad mayor a 90 días, el emisor podrá presentar sus estados financieros de una fecha más reciente suscritos por el directorio de la entidad.
b) En caso de aumento de capital, se disminuye la cantidad de antecedentes a acompañar o presentar para la inscripción en el Registro de Valores.
c) Se podrá remitir la clasificación de riesgo de la línea de títulos de deuda al momento de la inscripción de cada emisión contra esa línea.
Las instrucciones de carácter temporal (contenidas en Sección I de la normativa) rigen a partir del 15 de junio de 2020 y hasta el 30 de junio de 2021. Podrán acogerse a tales disposiciones, las solicitudes de inscripción hayan ingresado a la Comisión antes de esta última fecha y las que se encuentran actualmente en tramitación. Las instrucciones de carácter permanente a la NCG N°30, contenidas en la Sección II de la normativa rigen a partir del 15 de junio de 2020.
Presentación digital
Adicionalmente, cabe recordar que, durante la contingencia del Covid-19 las presentaciones de estos procesos de inscripción pueden ser realizadas en forma digital en el módulo CMF sin papel, habilitado para todo tipo de información, documentos y correspondencia respecto de la Comisión no haya previamente establecido una forma obligatoria de envío.
Pixabay CC0 Public Domain. Las AFPs peruanas han recibido un elevado número de solicitudes de retiro parcial de fondos de pensiones
El gobierno peruano ha sido el primer gobierno de la región en autorizar el retiro de parte de los saldos acumulados en los fondos de pensiones para poder hacer frente a la crisis económica provocada por el COVID-19. Perú es uno de los países de la región más afectados por la pandemia y los últimos datos publicados muestran una caída de la actividad economía por encima del 40%.
En concreto, durante el mes de abril, el gobierno autorizó el retiro de 2.000 soles (575 dólares) de los fondos de pensiones, ampliados en varias ocasiones hasta llegar el 25% de los fondos acumulados hasta un máximo de 12.900 soles (3.700 dólares).
Según el último boletín diario publicado por la asociación peruana de AFPs, a 12 de junio se habían registrado 2.777.591 solicitudes de retiro de 2.000 soles desde el 6 de abril y 3.261.641 solicitudes de retiro del 25% desde el 18 de mayo. Las solicitudes no son excluyentes, aunque el límite máximo es el 25% fondo o 12.900 soles. El plazo para la solicitudes termina el 18 de junio ( 2.000 soles) y el 18 de julio ( 25% del saldo).
Afiliados activos ascienden a 7,5 millones de personas
Estos datos son de una considerable magnitud si se tiene en cuenta que el número de afiliados activos, conforme a los últimos datos disponibles (7 de junio 2020) de la superintendencia de banca, seguros y AFPs de Perú, asciende a 7.558.197 personas. En términos de volumen de retiro, de momento, no hay cifras oficiales, pero fuentes de la industria estimaban que podía alcanzar 8.000 millones de dólares.
A 5 de junio de 2020, la cartera administrada por los fondos de pensiones peruanos ascendía a 160.462 millones de soles ( 46.045 millones de dólares) . El 56,1% de este portafolio corresponde a inversiones en el mercado local y 46,1% a inversiones en el exterior. A nivel local, la cartera se invierte principalmente en bonos del gobierno (21,5%), acciones (11,1%) y bonos corporativos no financieras (7,2%), mientras que las inversiones en el exterior se concentran en fondos mutuos cuya participación en el total de la cartera fue de 34,4%.
En Perú, existen cuatro administradoras de fondos de pensiones de capital privado siendo Prima la que mayor cuota de mercado concentra en número de afiliados (31,6%) , seguida de Integra (31%), Profutro (23,7%) y Habitat (13,7%), según datos de la superintendencia.
Chile y Colombia evalúan la implementación de medidas similares
Los gobiernos de Chile y Colombia se encuentran debatiendo implementar normas similares en sus países con el fin de aliviar la situación económica del gran número de afectados por la pandemia.
En Chile, se han presentado dos proyectos de ley, a finales de abril e inicio del mes de junio, para permitir el retiro del ahorro acumulado en las cuentas individuales de los fondos de pensiones. Los dos son proyectos de reforma constitucional, la única vía para que puedan ser considerados a trámite, ya que en Chile los temas que afectan a la seguridad social son potestad del presidente de la República. Una vez las cámaras pertinentes elaboren sus informes, se debe decidir sobra la idea de legislar, es decir, si sigue adelante el proceso legislativo.
Por otro lado, en Colombia el 12 de junio, el ministro de Hacienda colombiano declaró en una comisión del Congreso de la República que la opción de permitir el retiro de hasta el 10% del importe en fondos de pensiones estaba siendo evaluada, aunque no hay decisión firme al respecto.
La deuda de mercados emergentes en moneda local tuvo un fuerte rendimiento positivo en 2019. A pesar de los temores de una ralentización global a mediados del año pasado, los inversores en esta clase de activos disfrutaron de un rendimiento del 13,5%[1] en dólares sin cobertura de divisa. Sin embargo, el impacto de Covid-19 ha afectado negativamente a la clase de activo este año. La aversión al riesgo y la incertidumbre dominaron los mercados a medida que los inversores y los hacedores de política tuvieron que computar las consecuencias del virus a corto y largo plazo. Los mercados emergentes se han visto atrapados en esa dislocación, lo que ha llevado a algunos a cuestionar el valor que ofrece este segmento de la renta fija. A medida que el polvo se asienta y el panorama se aclara, encontramos una clase de activo con valoraciones cercanas a mínimos históricos.
La deuda de mercados emergentes en moneda local exhibió un rendimiento negativo en el primer trimestre de 2020. La caída de 15,2% fue la mayor caída trimestral del índice JP Morgan GBI-EM Global Diversified desde su creación en 2003 (en dólares sin cobertura de divisa). Es importante separar las fuentes de retorno cuando se examina la deuda soberana en moneda local y diferenciar entre el rendimiento de los bonos y el de las divisas. Históricamente, el retorno de los bonos y de las monedas no ha estado altamente correlacionado, con una correlación de 0,55. El componente de la divisa es también más volátil que el componente subyacente de los bonos. En esta ocasión como en anteriores episodios de tensión, las monedas de emergentes fueron las mas afectadas por la corrección mientras que los bonos fueron algo mas defensivos.
Mientras que algunos países estaban más expuestos a temas idiosincráticos, el componente de bonos del índice JPM GBI-EM Global Diversified disminuyó un 1,4% en el primer trimestre de 2020 (en dólares con cobertura de divisa). Se trata de un resultado particularmente sólido, dada la magnitud de los trastornos económicos causados por la crisis. También contrasta con el descenso de 13,5% del componente de bonos del índice global de alto rendimiento (high yield)[2] y la caída de 4,2% del índice global de bonos corporativos con grado de inversión[3] (ambos en dólares con cobertura de divisa).
Por el contrario, las monedas de los mercados emergentes se vieron afectadas negativamente por la «crisis del virus» en el primer trimestre, agravada en algunos casos por la fuerte caída de los precios del petróleo y otras materias primas. En conjunto, el componente divisa del índice de emergentes en divisa local disminuyó un 14,3%[4] frente al dólar en el primer trimestre.
Para evaluar el atractivo de la clase de activo hoy en día, podemos observar el rendimiento real y las valoraciones del tipo de cambio real que se ofrecen en términos absolutos y relativos a la historia. La combinación de ambos proporciona una evaluación del potencial actual de la clase de activo.
Para Colchester la principal medida de valoración de los bonos es el rendimiento real esperado, utilizando una estimación propia de la tasa de inflación que se descuenta de la tasa nominal del país. Complementamos esto con una evaluación de la solidez financiera del país. El virus indujo un shock adverso de la demanda y la oferta y una gran disminución del precio del petróleo (que cayó dos tercios en el primer trimestre de 2020) y de otras materias primas, lo que nos llevó a revisar a la baja nuestras estimaciones de inflación dentro del universo de mercados emergentes. La gran caída del tipo de cambio en algunos países templó esa revisión, pero el “pass through” a la inflación doméstica de la depreciación del tipo de cambio ha disminuido notablemente en el último decenio.
La consiguiente reducción de nuestras estimaciones de inflación y el aumento de los rendimientos nominales en algunos mercados han resultado en un aumento del atractivo general de los bonos de mercados emergentes sobre la base de su rendimiento real esperado que ahora se sitúa en torno al promedio del periodo anterior a la Gran Crisis Financiera.
La principal medida de Colchester para valorar las monedas es una estimación de su tipo de cambio real – o paridad de poder adquisitivo (PPA). Complementamos esto con una evaluación del balance del país, el nivel de gobernanza, los factores sociales y ambientales (ESG) y los diferenciales de los tipos de interés reales a corto plazo (es decir, el «carry real»). Las monedas de los mercados emergentes, junto con varias monedas del mundo desarrollado, estaban significativamente infravaloradas frente al dólar antes de la crisis del virus, la dislocación y la incertidumbre resultantes las han hecho aún más atractivas para un inversor en dólares.
La combinación del rendimiento real esperado de los bonos y la valoración del tipo de cambio real resulta en un rendimiento real esperado agregado para el índice de referencia que sugiere que nos encontramos en niveles pocas veces vistos en términos históricos. El valor ofrecido por los bonos emergentes en divisa local está hoy a la par con el visto durante la Gran Crisis Financiera de 2009 y más recientemente, en 2015 cuando la fortaleza del dólar se combinó con problemas específicos de algunos países para crear una valoración atractiva. El rendimiento total promedio ofrecido por el índice de referencia en los dos años que siguieron a períodos de valoración igualmente extremos -junio de 2004, enero de 2009 y septiembre de 2015 – fue de 33.7%[5].
Las valoraciones deben considerarse en el contexto de los fundamentos. En otras palabras, ¿son justificadas las caídas en la valoración de las divisas y la suba en los rendimientos reales? En resumen, la respuesta parecería ser «no» cuando se mira el universo de los mercados emergentes en su conjunto.
Al entrar en la pandemia, podría decirse que los mercados emergentes en su conjunto se encontraban en una posición más estable que sus homólogos de los mercados desarrollados en varias mediciones. Si se observa la relación entre deuda y PIB, por ejemplo, se observa que los mercados emergentes tenían menos de la mitad de la deuda que los mercados desarrollados. Además, el aumento relativamente menor de la deuda pública en los mercados emergentes en los últimos 10 años pone de relieve su enfoque más cauteloso de la gestión macroeconómica y la adopción generalizada de políticas generalmente prudentes y ortodoxas. La posición externa de muchos mercados emergentes también parece relativamente sólida si uno considera las necesidades de financiamiento de corto y largo plazo.
La historia también muestra que los países con monedas más sobrevaloradas tienden a estar más expuestos a un ajuste y a una reversión de los flujos de capital. En términos sencillos, cuanto mayor sea la necesidad de capital extranjero y cuanto más sobrevalorado esté el tipo de cambio real de un país, más expuesto o vulnerable estará ese país. La mayoría de los mercados emergentes se encuentran en una posición de baja vulnerabilidad, con tipos de cambio infravalorados y poca o ninguna dependencia de flujos de capital de corto plazo.
El perfil de calificación crediticia de la deuda emergente en moneda local se ha mantenido en un saludable promedio de BBB+ durante los últimos años[6]. Sin embargo, habida cuenta de los paquetes fiscales de emergencia Covid-19 y la consiguiente desaceleración del crecimiento, varias agencias de calificación han actuado recientemente con rapidez para rebajar la calificación de varios emisores del universo, como México, Colombia y Sudáfrica. Por el contrario, los países del mundo desarrollado como Estados Unidos y el Reino Unido aún no han visto alterada[7] su calificación crediticia a pesar de haber gastado y comprometido más del 11% y el 19% del PIB, respectivamente (hasta la fecha, y sigue en pie) para ayudar a sus economías a capear la pandemia. En comparación, los paquetes de gasto y apoyo de los gobiernos de México y Sudáfrica han ascendido a un mísero 1,1% y 0,6% del PIB (hasta la fecha).
Desde un punto de vista puramente «cuantitativo», al observar algunas de las diversas métricas del balance, es difícil comprender cómo algunos países emergentes pueden ser calificados como inferiores a algunos de sus pares del mercado desarrollado. Claramente se esperaría que el nivel de la deuda de un soberano fuese un factor clave. Si bien existe una relación entre los niveles de deuda y las calificaciones, los mercados emergentes actualmente poseen una menor calificación para un mismo nivel de endeudamiento, manteniendo el resto constante.
Una explicación de la diferencia se encuentra en los factores «cualitativos». Esto abarca cosas como el precedente histórico de un país, la coherencia de la política, la voluntad sociopolítica de realizar los ajustes necesarios y el nivel de gobernanza, que incluye cosas como el control de la corrupción y el estado de derecho. Tradicionalmente, los organismos de calificación consideran que esto es una debilidad.
En general, a pesar del deterioro inducido por el virus en los parámetros fiscales, creemos que los balances de la mayoría de los países del universo de mercados emergentes siguen siendo sólidos. Las agencias de calificación pueden seguir rebajando la calificación a lo largo del sector, pero los fundamentos no apuntan a un aumento significativo del riesgo de impago. Por el contrario, el índice de referencia es sólidamente grado inversor y es probable que siga siéndolo en ausencia de un nuevo colapso mundial.
Si bien los rendimientos reales de los bonos de los mercados emergentes han vuelto a acercarse a sus valoraciones históricas promedio de largo plazo, sus monedas están actualmente muy infravaloradas frente al dólar. Esto le da a la clase de activo una fuente adicional de rendimiento potencial. Históricamente este nivel de valoración ha demostrado ser extremadamente atractivo.
Si bien persisten algunas buenas razones para la diferencia de calificación crediticia entre el mundo desarrollado y el mundo emergente, las diferencias pueden no ser tan grandes como algunos las perciben y, en conjunto, la mayoría de los países del universo de los mercados emergentes deberían superar el temporal Covid.
[1] JPM GBI-EM Global Diversified USD Unhedged Index
[3] ICE BofA Global Corporate Bond USD Hedged Index
[4] JPM GBI-EM Global Diversified FX Return en USD Index.
[5] El rendimiento total del JP Morgan GBI-EM Global Diversified Index (dólares sin cobertura de divisa) entre junio de 2004 y junio de 2006 fue del 27,7%, entre enero de 2009 y enero de 2011 fue del 47,7% y entre septiembre de 2015 y septiembre de 2017 fue del 25,6%.
[6] La calificación BBB+ a la que se hace referencia aquí es el promedio ponderado de la calificación de moneda local de Standard & Poor’s de los países en el JP Morgan GBI-EM Global Diversified (en dólares sin cobertura de divisa) según lo calculado por Colchester.
[7] De acuerdo a Standard & Poor´s a fines de abril de 2020.
“Este articulo no constituye asesoramiento financiero. Colchester Global Investors Limited está regulada por la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido, y sólo trata con clientes profesionales. https://www.colchesterglobal.com para obtener más información y notas relevantes”.
Ricardo Soto cubrirá la región latinoamericana desde Montevideo para la firma Norman Alex, una boutique de consultoría internacional que brinda servicios de búsqueda de ejecutivos y desarrollo corporativo a clientes dentro del sector de servicios financieros.
Soto trabajará en estrecha relación con la oficina de Miami de la compañía, valiéndose de su amplia experiencia en la industria financiera, ya que pasó más de quince años en Citibank con sede en Montevideo y Nueva York, cubriendo diferentes áreas, pero principalmente banca privada.
El nuevo socio de Norman Alex desarrolló la actividad de gestión patrimonial en Uruguay, gestionando un equipo de más de treinta personas, y también dirigió un proyecto para implementar equipos de ventas de crédito en toda la región.
Anteriormente, trabajó siete años para American Express Bank en varios puestos de alto nivel y fue también socio de una boutique suiza de consultoría y reclutamiento con sede en Zúrich y centrada en la gestión de patrimonios.
Establecida en 1997 en Mónaco, la firma Norman Alex tiene oficinas en Ginebra, París, Luxemburgo, Londres y Miami, y busca establecer una presencia en Singapur el próximo año.
Pixabay CC0 Public Domain. La rotación hacia los títulos de valor constituye un posicionamiento temporal y no un cambio de liderazgo en el mercado
Carmignac no ha realizado ninguna modificación en la estructuración de su cartera, más allá de recogidas de beneficios en los valores que han protagonizado una revalorización sumamente rápida. En su último comentario de mercado, la gestora revela que se ciñe a su “núcleo de cartera de gran solidez, compuesto por valores de crecimiento no cíclicos y de elevada calidad”.
“La naturaleza de este repunte resulta muy poco habitual, dado que se está materializando en un momento en el que la confianza de los inversores sigue siendo bastante endeble. En otras palabras, ante la escasa visibilidad sobre el año que viene, han acortado su horizonte de inversión”, asegura. A su juicio, los inversores confían en que la reapertura no acabará siendo un desastre, cuentan con los bancos centrales para mantener el precio de los activos y su optimismo se materializa en la toma de posiciones en los títulos más baratos.
Según Carmignac, muy pocos inversores querrían tener en cartera a largo plazo cualquiera de los valores que están registrando un repunte meteórico en la actualidad, dado que su calidad es muy reducida. “Por tanto, estamos ante una rotación con pies de barro, aunque puede durar hasta que la realidad se encargue de hacer añicos este optimismo”, apunta.
Asimismo, señala que, durante la burbuja tecnológica, el nivel extremo de las valoraciones respondió al optimismo excesivo sobre el crecimiento de los beneficios. En este caso, la situación no solo es diferente, sino, incluso, opuesta. El aumento de las valoraciones se produce en un contexto de creciente “japonización” del mundo y con unas previsiones de crecimiento muy reducidas. Esto ha dado lugar a un mercado dual: “los valores de crecimiento con gran visibilidad cotizan con prima, mientras que los valores cíclicos cotizan con descuento”. Además, destaca que el repunte de los valores cíclicos se explica porque habían pasado a estar muy baratos y, en su opinión, seguirán estándolo porque su potencial de crecimiento de beneficios es muy débil.
“El número de quiebras está empezando a aumentar -lo cual era inevitable- pese a los programas de apoyo gubernamentales”, dice la gestora. Mientras, en EE. UU., el informe sobre el mercado laboral sumamente alentador publicado la semana pasada y que sorprendió a todos los economistas rozó, a su juicio, la manipulación de datos. Muchos trabajadores temporalmente desempleados pasaron de estar inscritos en los programas federales de lucha contra el desempleo a quedar registrados en programas análogos gestionados por empresas, por lo que siguen en casa, pero, a efectos oficiales, han vuelto a ser contratados. Así, los empleadores reciben la subvención del Gobierno y los empleados quedan eliminados de las listas oficiales del paro.
“Desde el punto de vista político, este enfoque resulta muy inteligente, pero no impulsará la demanda de los consumidores. De hecho, los despidos de carácter permanente empezaron a incrementarse el mes pasado desde un nivel muy bajo, una tendencia que seguramente se acentuará”, advierte.
Para Carmignac, la crisis del coronavirus constituye un acontecimiento único y extraordinario, y la actividad a escala mundial seguramente repunte hacia niveles más “normales” si el virus no depara ninguna sorpresa desagradable. “No obstante, observamos importantes factores recesivos de fondo, como los márgenes corporativos o el endeudamiento público y privado, que están sentando las bases de una coyuntura económica bastante aciaga de cara a 2021”, asegura.
Por tanto, mantiene la convicción de que la rotación hacia los títulos de valor constituye tan solo un posicionamiento temporal y no representa un cambio estructural en el liderazgo del mercado. “En todo caso, la escasez de crecimiento pasará a ser un factor con mayor peso en el futuro”, afirma.
Los títulos de valor están baratos porque generan una rentabilidad reducida sobre los fondos propios, mientras que los de crecimiento están caros porque generan un ROE superior durante los ciclos. En un contexto de crecimiento reducido, o en una recesión, este aspecto marca la diferencia, y explica por qué, pese a haber aumentado su exposición a la renta variable y a la deuda corporativa, el posicionamiento sectorial principal de Carmignac ha permanecido inalterado.
Foto cedidaJorge Ramírez . Credit Agricole CIB nombra a Jorge Ramírez como Senior Country Officer para Chile y Perú
En los últimos dos años, la firma de distribución de fondos de terceros con sede en España, Capital Strategies Partners, ha llevado al gestor de activos William Blair a los principales mercados globales y más recientemente está trabajando para promover su nuevo equipo de deuda de mercados emergentes (EMD).
El equipo de EMD está compuesto por Marcelo Assalin, CFA, Marco Ruijer, CFA, y varios miembros clave de su ex equipo de NN Investment Partners (NNIP), quienes se unieron a William Blair a inicios de 2020 para formar un equipo dedicado de EMD dentro de William Blair Investment Management. Assalin ha estado gestionando estrategias de EMD desde el año1996 y Ruijer ha estado gestionando estrategias de EMD desde el año 2002.
Assalin y el equipo tienen una trayectoria bien documentada de éxito, mejoran el alcance global de William Blair y le dan una oportunidad única para ampliar su exitosa franquicia de renta variable de mercados emergentes, al incluir activos de renta fija.
Estos inversores experimentados y exitosos también tienen un fuerte alineamiento cultural con William Blair. Incorporan criterios ESG de manera holística, de manera individual y como equipo, centrándose en ofrecer resultados sólidos a sus clientes.
Otros miembros del equipo que se unieron a William Blair desde NNIP son Yvette Babb; Johnny Chen, CFA; Lewis Jones, CFA, FRM; Jared Lou, CFA; Anezina Mytilinaiou; Luis Olguin, CFA; Alexandra Symeonidi CFA; Mariana Villalba, CFA; y Daniel Wood.
El equipo lanzó una estrategia de deuda en dólares de mercados emergentes durante el primer trimestre de 2020 y está lanzando una estrategia en moneda local de deuda de mercados emergentes a finales de junio.
EMD para potenciar retornos ajustados por riesgo
El equipo de William Blair cree que una asignación estratégica a la deuda de EMD puede mejorar el potencial de retorno ajustado por riesgo para carteras de todos los grados de sofisticación, dice Assalin.
«Algunos inversores asocian la deuda de los mercados emergentes con algo muy arriesgado, algo muy exótico», dice. «Sin embargo la tasa de default anualizada en los mercados emergentes de deuda soberana en los últimos 30 años ha sido inferior al 1%».
Assalin señala que debido a que EMD está sub-invertido, está menos cubierto y no se entiende bien, parte del universo de inversión tiende a mostrar mayores primas por riesgo y mayores rendimientos. Pero la clase de activos ha evolucionado sustancialmente en los últimos años. «Estamos hablando ahora de más de 70 países dentro del universo invertible más amplio y más de 600 emisores de crédito corporativo», dice.
Además, Assalin añade, en la parte de mayor rendimiento del universo, las correlaciones tienden a ser más bajas en comparación con otras clases de activos de renta fija.
«Es una clase de activo que ofrece oportunidades de inversión muy atractivas y que también ofrece beneficios de diversificación muy importantes para los inversores», señala Assalin.
Atractivo punto de entrada a EMD después del choque COVID-19
La actividad económica en los mercados emergentes colapsó debido a la pandemia del COVID-19.
La preocupación por este deterioro de las perspectivas y sus posibles implicaciones negativas para la solvencia de la deuda dieron lugar a salidas sin precedentes de los fondos de EMD durante marzo y abril de este año, aunque las salidas se moderaron en mayo, y más recientemente Assalin comenzó a ver pequeñas entradas en fondos EMD en moneda dura.
Estas salidas crearon presiones por ventas forzadas masivas, especialmente entre los fondos negociados en bolsa (ETFs), en condiciones de baja liquidez del mercado. Esto condujo a una disminución significativa de los precios, especialmente en la parte menos líquida y de mayor rendimiento del mercado EMD.
«Estas importantes dislocaciones de precios llevaron los spreads a niveles extremadamente altos en cuestión de días y EMD se comportó peor que otras clases de activos de crédito durante este proceso», dice Assalin. «Sin embargo, los spreads se han comprimido alrededor de 135 puntos básicos en el último mes, lo que refleja mejores condiciones técnicas impulsadas por flujos estables a marginalmente positivos».
Assalin espera ahora una recuperación económica extremadamente gradual y desigual, probablemente con regiones de bajo beta como Asia a la cabeza y regiones de alto beta como Africa rezagadas.
«Los fundamentos de la EMD ciertamente se ven desafiados por la recesión económica mundial, sin embargo, las preocupaciones sobre los riesgos sistémicos que desencadenaron las salidas de EMD parecen exageradas, en nuestra opinión», dice Assalin. «Aunque temporalmente es mayor que sus niveles históricos, nosotros esperamos que el riesgo de incumplimiento de los mercados emergentes siga estando relativamente bien contenido en el futuro, dado que los fundamentos en la mayoría de los mercados emergentes siguen siendo sólidos».
En este contexto, dice Assalin, y a pesar de la reciente recuperación, las valoraciones actuales parecen atractivas. «Una parte considerable del universo invertible de EMD continúa operando por debajo de lo que percibimos como valor razonable basado en nuestro enfoque fundamental del análisis de crédito soberano».
El enfoque del equipo de William Blair incluye evaluar exhaustivamente el perfil de riesgo crediticio de un emisor y clasificar la solvencia de los países. «Nuestro modelo cuantitativo propietario y el enfoque combinado top-down, bottom-up, nos ayudan a identificar ideas de valor relativo sólidas», dice Assalin. «Somos agnósticos con respecto a cada región y preferimos segmentar nuestro universo de inversión en tres grupos basados en diferentes perfiles de riesgo: países de bajo beta, beta medio y alto beta».
Assalin añade que los inversores con horizontes de tiempo a largo plazo rara vez han visto una oportunidad tan atractiva para invertir en deuda de mercados emergentes. “La diferencia entre perdidas crediticias ex-post y lo que el mercado valoriza en este momento es muy amplia. Esta dinámica impulsará rendimientos positivos para el inversor a largo plazo», dice.
La Reserva Federal anunció el lunes que comenzará a comprar bonos corporativos individuales. La medida se produce casi tres meses después de la primera presentación del servicio de Crédito Corporativo del Mercado Secundario y un mes después de que comenzó a comprar ETFs de crédito corporativo a través del programa. El banco central «creará una cartera de bonos corporativos basada en un índice de mercado amplio y diversificado de bonos corporativos estadounidenses», según su comunicado de prensa.
El anuncio de la Fed a fines de marzo de su movimiento hacia la compra de bonos corporativos estableció un piso para los activos de riesgo y según analistas, ayudó a las valoraciones a recuperarse de sus mínimos inducidos por la pandemia, pero aún hay riesgos importantes.
Adam Vettese, analista de eToro, menciona que “los inversores se han visto animados por los movimientos de la Reserva Federal, quien dijo que está expandiendo su programa de compra de bonos para incluir la deuda de empresas individuales. Hasta ahora, el banco central sólo había estado comprando ETFs para inyectar dinero en los mercados de bonos corporativos. El nuevo programa permitirá a la Reserva Federal comprar hasta 750.000 millones de dólares en deuda corporativa, y fue anunciado inicialmente en marzo. Bajo el programa, que comienza hoy, la Fed comprará bonos individuales de grado de inversión en el mercado secundario con vencimientos de cinco años o menos. El banco central también tiene un servicio de crédito primario que se centrará en la compra de bonos de grado de inversión directamente de las empresas, que todavía no está en funcionamiento. La compra de bonos, que ayuda a que los mercados funcionen sin problemas y proporciona a las empresas acceso al capital, es una de las diversas medidas que la Fed está adoptando para hacer frente al daño económico causado por la pandemia”.
Intercam señaló que «estos bonos deben cumplir con una serie de criterios especiales como el plazo, tendrán que ser bonos con vencimiento máximo a 5 años, tendrán que ser bonos nacionales y radicados en territorio norteamericano y con grado de inversión entre otras características», así como que el anunció afectó al dólar, pero que esperan se estabilice en el corto plazo.
Monex Europe, compartió esa perspectiva: «El dólar cerró la semana pasada con un impulso postrero, pero ayer volvió a mostrarse a la defensiva al publicarse informes sobre una nueva propuesta de estímulos de la administración de Trump y al incrementarse el número de casos de coronavirus en todo el mundo. En general, el dólar ha estado cotizando con una correlación negativa con respecto al apetito por el riesgo y a los mercados bursátiles estadounidenses, sobre todo ayer, con un movimiento definitorio del billete verde a la baja al repuntar las acciones estadounidenses tras el anuncio de la Reserva Federal de que empezaría a adquirir deuda corporativa. La Fed anunció su intención de comprar bonos corporativos hace ya casi tres meses, de forma que el anuncio de ayer hacía referencia únicamente a la fecha de inicio de este plan».
Por su parte, los analistas de Bx+ comentaron que «el mercado accionario estadounidenses finalizó la jornada al alza, derivado del anuncio de la FED respecto a nuevas medidas para estimular la economía, esto alentó a los inversionistas a pesar de que la reapertura ha traído un rebrote en contagios de COVID-19″.
Según los analistas de Invex, «en el caso de los estímulos la FED dejó clara su postura. Ante un panorama que visualiza de continua debilidad, mantendrá los estímulos el tiempo que sea necesario y, como lo demostró el día de ayer, está dispuesta a aumentarlos. De sobra esta indicar que está sola acción provocó un nuevo resultado positivo en los mercados, en especial de capitales».
No obstante, desde su punto de vista, «los inversionistas volvieron a mostrar una actitud de mayor aversión al riesgo, al observarse un repunte en los casos de contagio del COVID 19 en muchas ciudades de los Estados Unidos, así como de Pekín en China. Sin embargo, el Secretario del Tesoro Norteamericano declaró que, de darse una segunda ola de contagios, no se cerraría de nuevo a la economía norteamericana, ya que los efectos para el consumidor y las empresas serían mucho más perniciosos de lo que ya han sido».
Desde Invex anticipan que «se avecina el fin de muchos programas fiscales de ayuda temporal para consumidores, desempleados y pequeñas empresas; los cuales seguramente se tendrán que renovar en una segunda ronda de estímulos que tendrá que ser aprobada por el Congreso durante el verano».
Por su parte, Axel Botte, de Ostrum AM (Natixis IM), mencionó que hay desafíos “sin precedentes” a los que se enfrenta el banco central de EE.UU.: “El problema es que el balance de la Reserva Federal está ya en 7,2 billones y el banco central no tendrá más remedio que financiar el próximo paquete de estímulo fuera de Washington. Por lo tanto, la política de control de la curva de rendimiento (es decir, el objetivo de rendimiento) puede que no se aplique mientras persista la incertidumbre sobre las futuras necesidades de préstamos del Gobierno Federal. Por otra parte, la demanda extranjera de bonos del Tesoro de EE.UU. ha disminuido desde comienzos de año. Países productores de petróleo y últimamente las instituciones japonesas han vendido masivamente bonos del Tesoro de EE.UU. a lo largo de 2020. Por lo tanto, mantener los tipos a largo plazo bajo control todavía requerirá que la Fed intervenga, tanto más que el Tesoro ha aumentado significativamente los préstamos a largo plazo”.
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Los profesionales financieros esperan que las rentabilidades bursátiles dejen atrás las fuertes pérdidas para cerrar el año con un descenso de tan solo el 3,6%, según la última encuesta de Natixis Investment Managers. Además, pese a registrarse pérdidas de hasta el 34% en las primeras semanas de la crisis, lo expertos subrayan que se fueron moderando moderaron hasta menos del 10% de abril.
Del mismo modo, la encuesta refleja que el 51% de los profesionales financieros de todo el mundo considera que la volatilidad inicial provocada por la crisis del coronavirus obedeció más al sentimiento que a los fundamentales. “Convencidos de que el mercado seguirá entonándose en el segundo semestre del año, la principal preocupación de los profesionales financieros es la incertidumbre sobre lo que ocurrirá ahora, incluida la reacción de los inversores”, apuntan desde Natixis IM.
Según la encuesta, los participantes pronostican unas pérdidas globales del 7% en el S&P 500 y del 7,3% en el índice MSCI World a finales de año. Las expectativas de rentabilidad para 2020 se asemejan más a los leves descensos observados en 2018 que a lo sucedido en 2008, cuando el S&P y el MSCI se hundieron un 38,5% y un 42,1%, respectivamente. Según la encuesta, las perspectivas son más optimistas en el mercado estadounidense, pero en el resto de regiones los profesionales financieros se muestran notablemente más pesimistas respecto a la evolución de las acciones en sus propios mercados. Los situados en Hong Kong, Australia, Italia y Alemania esperan pérdidas de dos dígitos en el conjunto del año.
El principal riesgo para la evolución de las carteras sigue siendo la volatilidad. Dos tercios (69%) de los encuestados apuntan a esta como su principal preocupación, seguida de cerca por el miedo a la recesión (67%). Casi la mitad (47%) afirmó que la incertidumbre geopolítica plantea un riesgo para sus carteras. En lo que supone una clara diferencia en materia de riesgos percibidos con respecto a las anteriores ediciones de la encuesta, una quinta parte (19 %) de los encuestados mostró preocupación por los bajos rendimientos de la renta fija, mientras que los problemas de liquidez aparecieron en las respuestas del 17% de los encuestados.
“La volatilidad ha alcanzado cotas no vistas en años, por lo que seguimos prestando apoyo a los profesionales financieros mientras ayudan a sus clientes a afrontar la incertidumbre en un mercado marcado por el sentimiento de los inversores en un contexto propicio para las decisiones de inversión emocionales”, apunta Sophie del Campo, directora general de Natixis IM para Iberia, América Latina y US Offshore.
Tras una racha de 12 años en la que el S&P 500 registró unas rentabilidades anuales de casi el 13% y los máximos de enero y febrero, las pérdidas provocadas por la pandemia de coronavirus fueron rápidas y sorprendentes en su magnitud. “Poco importa que casi la mitad de los profesionales financieros (47 %) esté de acuerdo en que los mercados estaban sobrevalorados en esos momentos; ocho de cada diez (81 %) creen que el prolongado mercado alcista hizo que, en general, los inversores fueran complacientes con el riesgo”, destacan desde Natixis IM. El 49% de los encuestados afirma que sus clientes se resisten a ajustar las carteras mientras los mercados suban.
“La caída de los mercados, y la recuperación prevista, sirve como lección de psicología económica, aunque se haya aprendido por las malas en forma de pérdidas reales y objetivos incumplidos”, asegura Dave Goodsell, director ejecutivo de Natixis Center for Investor Insight. Goodsell subraya, además, que los inversores tuvieron la ocasión de ver de nuevo cómo es el riesgo, y por ello, se trata de un momento educativo: “Los profesionales financieros pueden demostrar su valía hablando con los clientes en términos reales sobre el riesgo y las expectativas de rentabilidad, ayudándoles a diseñar carteras resistentes y cómo mantener la raya las emociones durante las oscilaciones de los mercados”. No obstante, el 67 % de los profesionales financieros encuestados piensa que los inversores particulares no estaban preparados para una caída de los mercados.
Gestión activa
Por otro lado, ocho de cada diez encuestados (79%) creen que el entorno actual es propicio para la gestión activa. “Para los que afrontan la volatilidad como una oportunidad de compra y ajuste, se trata de otro momento educativo para el posicionamiento de las carteras y la gestión activa”, aseguran desde Natixis IM. Casi siete de cada diez asesores están de acuerdo en que los inversores tienen una falsa sensación de seguridad en las inversiones pasivas (68% a nivel global; en el caso de España la cifra se eleva al 80%) y no entienden los riesgos que conllevan (72% globalmente, un porcentaje que es del 76% en el caso español).
“Los profesionales financieros están respondiendo ante los nuevos retos a la hora de gestionar las inversiones, las expectativas y los comportamientos de los clientes. Sometidos a presiones de los reguladores, del sector y de los mercados, su enfoque está cambiando en todos los frentes: estrategia de inversión, atención al cliente, gestión administrativa y formación”, afirma la gestora.
La encuesta recoge las opiniones de 2.700 profesionales financieros, entre asesores de sociedades de valores y bolsa, asesores de inversiones registrados e intermediarios y agentes independientes, que suman un volumen total de activos de clientes de 134.600 millones de dólares en 16 países y territorios de Asia, Europa continental, el Reino Unido, Norteamérica y Latinoamérica. En EE. UU., CoreData encuestó a 300 profesionales financieros con una media de 20 años de experiencia en el sector.
Pixabay CC0 Public Domain. Más de la mitad de los hedge funds usa datos alternativos para ser más competitivos
La Asociación de Gestión de Inversiones Alternativas (AIMA), en colaboración con los servicios de fondos y el proveedor de tecnología SS&C, ha publicado un informe exhaustivo sobre el ritmo de adopción y uso de datos alternativos por parte de la industria de hedge funds. Y su principal conclusión es que cada vez implementa más este tipo de información.
En este sentido, por datos alternativos se refiere a aquella información no es convencional o que no está dentro de los parámetros financieros y económicos tradicionales. Es decir, datos alternativos sería, por ejemplo, tener en consideración el gasto de los consumidores, los patrones climáticos o incluso la información que aportan las imágenes de satélite. Actualmente, existe más 400 firmas de proveedores de datos alternativos.
Teniendo esto en cuenta, el informe elaborado por AIMA arroja que el 53% de los gestores de hedge funds afirma usar datos alternativos e incluso un 25% considera que su liderazgo en el mercado se debe justamente al uso de estos datos. Otro dato relevante, es que un 75% de los encuestados reconoce estar usando datos alternativos desde hace menos de cinco años.
Para estos gestores, tener una fuente de información legítima que aporte valor es un elemento diferenciador y que les vuelve más competitivos, además de ayudarles a gestionar el riesgo para generar alfa de forma eficiente. En este sentido, AIMA defiende que “la proliferación de conjuntos de datos alternativos ofrece nuevas oportunidades y desafíos para los gestores que quieren estar un paso por delante de la competencia”.
Según las conclusiones, los tres principales conjuntos de datos alternativos que usan los gestores de hedge funds son: datos sobre el consumidor y el estilo de vida, datos rastreados a través de las webs y aquella que proviene de las redes de expertos. También un 10% de los gestores señaló como muy importantes los datos sobre el clima.
Para el 69% de los encuestados el uso de datos alternativos les ayuda a generar un rendimiento superior y respecto a la gestión del riesgo, el 23% de apuntó que estos datos le ayudan a mejorar su gestión. Por último, sobre los desafío a los que se enfrentan el 54% señala que tiene dificultades para obtener información alternativa de calidad y que, para el 20%, la regulación se puede ser un “viento en contra” a tener en cuenta.
La investigación muestra que para que los datos alternativos sean más ampliamente aceptados, es necesario que se den varios factores. Por ejemplo, el 62% de los líderes del mercado y el 87% del «resto del mercado» creen que es necesario mejorar la fiabilidad y la pertinencia de los datos alternativos antes de que la industria los adopte más ampliamente.
Además, el informe ha revelado las principales preocupaciones en torno a los problemas de reglamentación y cumplimiento que se vislumbraban en el horizonte, entre ellos el consentimiento del propietario de los datos, las cuestiones de privacidad, la violación de los derechos de propiedad intelectual, la protección de los consumidores y las prácticas que podrían proporcionar una ventaja injusta. Los marcos en torno a la regulación de los datos están cambiando rápidamente.
«El mundo en el que vivimos se está digitalizando cada vez más y, por lo tanto, también se ampliará la cantidad y los tipos de información que los gestores de hedge funds pueden utilizar para investigar ideas de inversión o mejorar su comprensión de las posiciones actuales de la cartera. Los hedge funds han sido durante mucho tiempo los innovadores de la industria de la gestión de activos y los primeros en adoptar nuevos enfoques de la tecnología, por lo que no es de extrañar que muchos ya estén utilizando datos alternativos para investigar ideas de inversión y mejorar su comprensión de las posiciones actuales de las carteras. La inmediatez de los datos alternativos, en comparación con el desfase de la información que se obtiene al trabajar con datos más tradicionales, es particularmente útil en momentos como éste, cuando los mercados dejan de funcionar normalmente. Ya existe un gran sentido del optimismo entre los gestores de hedge funds que disfrutan de los beneficios de un conocimiento más profundo de las tendencias; sin embargo, saben que se avecinan nuevos desafíos a medida que abordan la mejor manera de recopilar este tipo de datos y obtener continuamente algo significativo de ellos», afirma Jack Inglis, CEO de AIMA.
Según el informe de AIMA, existe un enorme potencial para que los gestores de hedge funds utilicen datos alternativos para apoyar y mejorar sus estrategias de inversión. En opinión de Michael Megaw, director gerente de análisis y datos regulatorios de la SS&C, a medida que los mercados evolucionan, “vemos muchas oportunidades para que la innovación tecnológica haga que los conocimientos de los datos alternativos sean procesables y se integren sin problemas en los procesos de inversión. La tecnología también puede ayudar a mitigar los desafíos regulatorios que plantean los datos alternativos, asegurando que los fondos puedan mantenerse al día con las mejores prácticas».
Sobre el informe
El estudio ha sido elaborado usando como base una encuesta a 100 gestores de hedge funds a nivel mundial, que representan un total estimado de 720.000 millones de dólares en activos bajo gestión. Además, el informe incluye los resultados de las conversaciones con los principales representantes de la industria y proveedores de datos alternativos
Pixabay CC0 Public Domain. Candriam y el Grantham Research Institute de la London School of Economics crean una asociación para apoyar una recuperación basada en la economía sostenible e inclusiva
Candriam y el Grantham Research Institute on Climate Change and the Environment (GRI) de la London School of Economics and Political Science (LSE) han creado una nueva asociación con el fin de impulsar los esfuerzos del sector de la inversión global para lograr una economía global sostenible e inclusiva.
Según han explicado, esta asociación surge en medio de la crisis del COVID-19 y de las crecientes llamadas vueltas a una mejor reconstrucción, sobre todo a través de la introducción de planes de recuperación que aceleren las inversiones verdes en áreas como la eficiencia energética de los edificios y las energías renovables. “Los líderes políticos y los inversores reconocen asimismo que estas inversiones verdes deben contar con una fuerte dimensión social con el fin de ofrecer puestos de trabajo de calidad y una renovación de la comunidad, de modo que el mundo pueda llevar a cabo una transición justa a una economía libre de emisiones en 2050”, apuntan desde la gestora.
Dentro de este contexto, la iniciativa de Sostenibilidad, Inversión, Inclusión e Impacto supone la creación de una nueva asociación durante un periodo de tres años que promoverá “la investigación innovadora, fortalecerá el diálogo y fomentará el intercambio internacional de ideas sobre las formas de garantizar que la acción por el clima genera un impacto social positivo”. La asociación estará dirigida por el profesor de práctica del GRI para finanzas sostenibles, Nick Robins, con la supervisión del CEO de Candriam, Naïm Abou-Jaoudé.
Según la experiencia de la gestora, actualmente, los inversores integran de manera rutinaria los factores medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en sus decisiones de inversión, pero hasta la fecha la dimensión social ha sido objeto de una atención insuficiente, en especial, en los debates sobre cómo hacer frente al cambio climático. Para tener éxito, las políticas sobre el clima deben ser justas y ser percibidas como justas por los trabajadores, los consumidores y los ciudadanos. Los inversores pueden jugar un papel importante a la hora de llevar a cabo esta transición justa a través del compromiso de los accionistas, la asignación de capitales y la promoción de políticas.
Su iniciativa generará una investigación de interés público que identifique cómo se puede llenar esta laguna, centrándose en el papel que pueden jugar los inversores institucionales. Dicha investigación engloba el análisis del papel de las diferentes clases de activos, los retos a los que deben hacer frente las diferentes regiones (en especial, en los países en desarrollo) y los cambios políticos que son necesarios para desarrollar una acción por el clima de carácter inclusivo (como la fijación del precio del carbono). Se dedicará un enfoque específico a la investigación dirigida sobre un marco global para el sector de la inversión con el fin de acelerar el cambio. Un hito clave será el desarrollo de una investigación aplicable antes de la Cumbre sobre el Clima COP26, que se celebrará en Glasgow en noviembre de 2021.
“La consecución del Acuerdo de París y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas requieren una readaptación del sistema financiero con el fin de satisfacer las necesidades a largo plazo de nuestras economías y sociedades. Mirando hacia el futuro, Candriam está orgullosa de su asociación con el Grantham Research Institute con el fin de lanzar una iniciativa de colaboración e investigación de categoría mundial para apoyar la transición a una economía global sostenible e inclusiva”, ha señalado Naïm Abou-Jaoudé, CEO de Candriam y presidente de New York Life Investments International.
Por su parte, Nick Robins, profesor de práctica para finanzas sostenibles en el Grantham Research Institute on Climate Change and the Environment, ha declarado: “La transición justa es la siguiente frontera para la acción de los inversores sobre cambio climático. Estoy encantado de unirme a Candriam para diseñar esta iniciativa internacional que puede hacer que las cuestiones de la sostenibilidad medioambiental, la inclusión y el impacto cobren vida, demostrando de este modo que los inversores pueden contribuir a un mundo mejor tras el COVID-19”.