Foto cedidaJohan Gabriels, director general de Ebury para Europa Central y del Este de Ebury.. Ebury crea una macrodirección regional para su estrategia de negocio en los mercados de Europa Central y del Este con Johan Gabriels al frente
Ebury, fintech especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas, ha creado una dirección regional aglutinando Europa Central y del Este, desde la que coordinará las operaciones estratégicas y comerciales en Polonia, República Checa, Rumania y Bulgaria. Según explica la firma, este cambio le permitirá “potenciar las capacidades de sus equipos” y “mejorar los servicios ofrecidos a compañías y particulares de estos países”.
Desde Ebury afirman que la creación de esta estructura operativa responde al notable aumento de la actividad económica y de las operaciones comerciales que han experimentado en los últimos años los países que conforman esta región. En conjunto, sus exportaciones de productos y servicios supusieron en 2018 un total de 667.600 millones de euros, mientras que el valor de las importaciones ascendió a 665.800 millones de dólares.
Además, en opinión de los analistas de Ebury, uno de los efectos de la pandemia de COVID-19 será el fortalecimiento de los lazos comerciales regionales, un fenómeno que ya ha adquirido un importante desarrollo entre los países de Europa Central y Oriental.
Todas estas circunstancias han llevado a Ebury a crear su primera estructura regional en su historia, que aprovechará desde el punto de vista operativo las sinergias entre las oficinas locales y reforzará la cooperación entre los distintos equipos. Dentro de la nueva región Europa Central y del Este de Ebury, Polonia, y más concretamente Varsovia, seguirá albergando la mayor sede de la región y el equipo más numeroso. Según Ebury, continuará siendo el principal mercado de Europa Central y del Este.
“Nuestros resultados en el mercado polaco, un país clave para la compañía, son un muy buen pronóstico para las operaciones de Ebury en otros países de esta parte de Europa. La creación de la primera región de nuestra historia es un paso importante, llevada a cabo, principalmente, para ayudar a nuestros clientes. Prevemos que, entre las consecuencias de la pandemia, las compañías locales buscarán con más frecuencia socios comerciales geográficamente más cercanos a ellos, incluidos los de la República Checa, Rumania y Bulgaria, donde también tenemos nuestras oficinas”, apunta Juan Lobato, Co-fundador y Co-CEO de Ebury.
Nueva dirección regional
Según explica la fintech, desde el punto de vista estratégico, el cambio de estructura beneficiará a los clientes, en general pequeños y medianos exportadores e importadores, y supondrá un apoyo en su desarrollo a las empresas de Polonia, República Checa, Rumania y Bulgaria con filiales en cada uno de estos países (unas 2.000 empresas).
Al frente de la nueva región, como director general de Ebury para Europa Central y del Este, estará Johan Gabriels, quien cuenta con una dilatada trayectoria en la gestión financiera y de ventas en el sector bancario, habiendo desempeñado diferentes puestos de responsabilidad como director gerente de Moneycorp Romania, presidente de la junta directiva del Banco RBS para Rumania y director financiero para Europa de CapitalOne. Desde Ebury matizan que, además del director gerente de la región, la oficina de cada país contará con una gestión local.
“Estoy convencido de que la unión de fuerzas y la estrecha cooperación de los cuatro equipos de la región nos dará una ventaja competitiva única, que también simboliza un gran apoyo a nuestros clientes. Los mercados de Europa Central y Oriental han sido para Ebury algunos de los que han crecido con mayor rapidez en el último año. La creación de esta nueva región enfatiza, sin duda, nuestra confianza en el futuro y su desarrollo económico sostenible en Europa Central y Oriental. Dada nuestra cultura dinámica y emprendedora, seguiremos ofreciendo a nuestros clientes las mejores soluciones y servicios, independientemente de que sean empresas británicas, polacas, francesas, checas o canadienses”, señala Gabriels.
El gobierno argentino envió un proyecto de ley al Congreso que establece las condiciones para el canje de bonos en dólares con ley local. Es otro capítulo de la restructuración de la deuda argentina: bonos regidos por ley argentina que suman cerca de 46.000 millones de dólares, explica en un informe la firma Criteria.
“De este modo, el Gobierno busca reordenar el panorama de la deuda doméstica en un contexto donde la negociación con los acreedores internacionales –por la deuda en default ley extranjera- no encuentra todavía una resolución. En este nuevo menú de bonos están incluidos los Bonar, Par y Discount, así como también el remanente Letes y otros títulos en dólares”, señala el informe.
Los analistas de Criteria consideran que, “a diferencia de la discusión en el extranjero, una conversación por 66.000 millones de dólares adicionales de deuda, el canje local luce mucho más llevadero. Esto es así en gran medida porque la ley argentina no prevé en los contratos de deuda cláusulas de acción colectiva. Es decir, el ministro Guzmán no tendrá que buscar acuerdos y mayorías para avanzar: los antecedentes judiciales en defaults anteriores bastan como jurisprudencia”.
Distintos fallos de la Corte Suprema argentina a lo largo de los últimos 25 años, incluidos aquellos del canje de 2005, han convalidado jurídicamente la facultad del Ejecutivo para llevar a cabo canjes de deuda pública: “Así, el gobierno puede suspender y diferir servicios de deuda en distintos escenarios; en un contexto de emergencia pública (el Congreso aprobó la ley en diciembre), la operación luce blindada desde lo legal”.
¿Cuánto vale la oferta local?
“La propuesta nacional comprende una cesión de derechos sobre acreencias defaulteadas a cambio de nuevos títulos en dólares (idénticos a los ofrecidos en el canje externo) o bien bonos en pesos ajustables por inflación (CER) con vencimientos en 2026 y 2028 y un cupón anual de 2,00 y 2,25% respectivamente.
Estas opciones en pesos presentan un menor valor relativo que las denominadas en dólares, además de una variabilidad alta hasta la fecha del cierre del canje, dada la volatilidad del tipo de cambio a la hora de fijar valores en la moneda norteamericana”, explica el análisis de la firma argentina.
Tenedores de Letes, Bonar 2020 y 2024 podrán suscribir nuevos papeles con vencimiento en 2030 y 2035 (con quita de capital de 3%); los tenedores de Discount y Par conservarían capital, pero se aplazarían vencimientos a 2038 en el primer caso y a 2041 en el segundo. A su vez, al igual que en el canje externo, el gobierno crearía un bono para compensar intereses acumulados.
Según Criteria, los bosnitas que acepten la oferta tendrán el derecho a mejoras financieras que pudieran resultar de nuevos canjes en el futuro, aun si las mejoras son para la deuda con ley externa.
Frente externo: la oferta expira en agosto
La negociación con los acreedores de deuda ley internacional sigue su laborioso proceso: “El gobierno presentó una nueva propuesta de pago este mes: una proposición que hace enmiendas en la oferta original y cuyo período de suscripción expira el 4 de agosto. La oferta recibió apoyo de ciertos miembros de la comunidad internacional y del FMI, aunque todavía no consigue el apoyo necesario de los bonistas. Los grupos Ad-Hoc Bondholders y Exchange Bondholders rechazaron la propuesta. Si bien algunos acreedores están propensos a tomar el acuerdo, existen fondos que exigen mejoras financieras y, fundamentalmente, legales. De no conceder el Gobierno esos ajustes en la letra del contrato, la alternativa en pos de un acuerdo es una mayor compensación financiera”.
Así, desde posiciones iniciales antagónicas, diferencias de valor presente neto de 20 puntos, ambas partes de la negociación se acercaron notablemente en lo financiero. La brecha estaría ahora en el orden los 5 puntos.
“A medida que se extiende el período, Argentina agranda su condición de default selectivo ya que distintos bonos van cayendo en cesación de pagos. El último caso fue el servicio (no atendido) de 228 millones de dólares en bonos Birad, que vencían en la segunda semana de julio”, señalan desde Criteria.
El contexto de la pandemia de coronavirus ha enlentecido la posibilidad de unificar las cuentas administradas en EE.UU. en una sola plataforma, concluyó una encuesta de Cerullibasada en datos recopilados en mayo de 2020.
Según el informe, el 28,6% de los gestores de cuentas administradas han detenido sus gastos en productos tecnológicos. Si bien muchas firmas continúan construyendo una Plataforma de Asesoramiento Unificado (UAP, por sus siglas en inglés), otras firmas están reconsiderando este enfoque, permitiendo la posibilidad de que algunos programas permanezcan separados.
En 2020, el porcentaje de empresas que planean integrar todas sus plataformas de cuentas administradas en una sola cayó del 57% al 50%. Al mismo tiempo, el estudio evidencia que las firmas pueden favorecer la simplificación de la plataforma en lugar de la consolidación.
“La proporción de empresas que indican que permitirían la existencia de varios programas en diferentes plataformas aumentó del 24% al 32%”, indica la consultora.
Algunos gestores de cuentas consideran que una plataforma unificada no se ajuste a su modelo de negocio. Los corredores o distribuidores independientes buscan atraer asesores ofreciéndoles, como sugiere su nombre de canal, la independencia para elegir soluciones de inversión para sus clientes. Como resultado, se resisten a acorralar a sus asesores en una sola plataforma que puede limitar las opciones de los asesores.
Sin embargo, admiten múltiples proveedores de administración de activos (TAMP) y soluciones de cuentas administradas.
En 2020, el porcentaje de empresas que creen que su UAP tardará más de dos años en desarrollarse aumentó del 67% al 75% y los que creen que se completará en seis meses o menos cayó del 14% a cero.
Se seguirán inflando los precios más allá de sus niveles “razonables”, sin lugar a dudas, lo que hay que tratar de entender es qué precios lo harán. Dice la ecuación básica monetaria, que los Precios (P) por la Cantidad (Q), debe ser igual a la Masa monetaria (M) por la Velocidad del dinero (V); la cual se ve así:
P * Q = M * V
Si bien esta es una ecuación que muchos han mandado al baúl del olvido, lo cierto es que ha sido muy útil para explicarlo sucedido en los mercados financieros en los últimos años (y en parte, lo que me lleva a prever lo que podría venir en la próxima década).
Luego de la crisis financiera de 2008, dos de las variables de la ecuación claramente se han incrementado: la masa monetaria (que creció casi en 4 trillones de dólares entre 2009 y 2016) y la velocidad del dinero, no solo porque cada día es más sencillo mover recursos de un lado a otro, sino también porque ha sido en esta última década, donde se han masificado los sistemas de trading de alta frecuencia, los robo-traders, etc, que no han hecho otra cosa que acelerar la manera en que el dinero cambia de manos.
Para que la ecuación mantenga su equilibrio, debe también haberse registrado un crecimiento (importante, por demás) de cualquiera de las dos variables de la parte izquierda, a saber los precios o las cantidades. Pues bien, un análisis objetivo de lo que ha sucedido con estas variables en los últimos años, nos llevará a ver que ninguna de ellas se ha incrementado de manera correspondiente a lo que lo hizo, al menos, la masa monetaria.
La inflación (medida como el cambio en los niveles de precios al consumidor final) ha estado muy controlada alrededor del 2.5% – 3% en el mundo desarrollado (donde se ha dado la fuerte expansión en la masa monetaria); y las cantidades (vistas como incremento del Producto Interno Bruto) tampoco se han incrementado de una forma muy “interesante”.
Si esto es así, la pregunta lógica es a dónde fue a parar todo ese dinero que, aún sigue dando vueltas por el mundo, y que nunca se recogió. Mi respuesta es que en efecto sí hubo un incremento de precios y de cantidades, pero no de las tradicionales en las cuales los economistas siempre nos enfocamos, sino que fueron los precios y las cantidades financieras.
Sobre los precios, no hay mucho que anotar, sencillamente basta con tomar cualquier índice accionario, como el S&P 500, para darnos cuenta de qué precio fue el que se incrementó en los últimos años. Y con las cantidades, pasó algo similar: basta tomar los niveles de endeudamiento sea en el mundo desarrollado o en el mundo emergente, para notar que el endeudamiento del globo, como un todo, tuvo un incremento del 100% para alcanzar los cerca de 250 trillones de dólares que cuesta hoy la deuda global, tanto pública como privada.
En la teoría económica tradicional, este incremento de deuda, debería haber llevado a un aumento de tasas de los bonos, efecto que no se vio de ninguna manera. De hecho, hemos vivido con las tasas de interés más bajas de la historia, contradiciendo toda la lógica económica que nos fue enseñada en la universidad.
¿Sucederá lo mismo en los próximos años? De momento, la respuesta parece ser que sí. De ninguna otra manera se entiende que, en una economía que se va a contraer casi el 8% en 2020 (en un escenario moderado), con una pérdida significativa de empleos, una caída dramática de las utilidades empresariales, por citar algunas variables; las bolsas y los activos financieros en su mayoría hayan borrado en menos de dos meses la caída vista en marzo.
No sé si sea esta la inflación que todos los analistas financieros y económicos estén esperando, pues muchos aún esperan un incremento de los precios tradicionales, incluyendo a los propios gobiernos, pues es esta la única “solución” viable para bajar los altos niveles de deuda como proporción del PIB. Muchos aún no entienden la dinámica, pero basta mirar el caso de Reino Unido, donde luego del fin de la segunda guerra mundial, se vivieron años de alta inflación sostenida lo cual, a medida que se presentaba, iba bajando la relación deuda/PIB.
Hoy Estados Unidos, con una deuda pública que supera el 110% del valor de su economía, y un endeudamiento privado que alcanza el 250% de ese mismo indicador, enfrenta ese dilema: ya no le cabe un Tesoro mas (especialmente, porque la FED tampoco puede convertirse en el mayor tenedor de tesoros en el mundo de esa forma tan voluminosa), y sus precios no suben (de hecho, al escribir esto, llevamos varios meses de precios negativos…y una población que envejece, además, es una posibilidad mayor de que los precios no suban de manera sustancial).
Por ello, la pregunta que me surge hoy, luego de ver los más de 5 trillones de dólares nuevos que se han lanzado a la economía, el 1 trillón que el gobierno federal quiere dar en ayudas adicionales (así sea, haciendo infraestructura), la perspectiva de que la FED terminará con una hoja de balance de casi 11 trillones de dólares (la mitad del valor de la economía norteamericana), es: ¿cuál es la inflación que nos espera en los próximos años?
Manuel Felipe García Ospina es Chief Wealth Management de Skandia Colombia
La asociación CAIA (Chartered Alternative Investment Analyst) anunció este martes que ofrecerá por primera vez la posibilidad de rendir en línea el examen del ciclo de septiembre, además de su versión tradicional presencial.
«Tenemos miles de profesionales comprometidos que claramente desean tener la oportunidad de obtener la CAIA Charter, y es en el mejor interés de la industria de inversión alternativa que hacemos todo lo que está a nuestro alcance para darles esa oportunidad», dijo el CEO de CAIA, William J. Kelly, consigna el portal Businesswire.
El directivo aclaró que no era una opción posponer, cancelar o suspender a los candidatos “en medio de la continua incertidumbre impulsada por el COVID-19”.
Además, fue enfático en resaltar la oportunidad de adquirir nuevas tecnologías que permitirán que tanto “los candidatos como sus familias estén seguros”.
La supervisión en línea es un enfoque que CAIA ha estado investigando y probando durante los últimos años que ahora se está acelerando como parte de un cambio estratégico de varios años en la entrega de pruebas, agregó Kelly.
Se ha utilizado durante décadas en una serie de otras industrias, que abarca a millones de candidatos en cientos de exámenes para satisfacer las necesidades cambiantes de los profesionales.
CAIA también anunció que este sistema estará disponible para los candidatos a la FDP Charter.
A pesar de las nuevas posibilidades, la organización insiste en que el modelo presencial sigue siendo el ideal para los candidatos de CAIA y por este motivo podrán realizarlo si su centro de pruebas Pearson VUE está abierto.
Pearson VUE ha implementado una serie de protocolos de salud y seguridad diseñados para proporcionar la experiencia de prueba más segura posible.
La importancia de las estrategias de inversión ESG alrededor del mundo crece cada día. Hoy por hoy, el 25% de los fondos a nivel global consideran de alguna forma criterios ESG y México no se podía quedar atrás. Es por esto que SAM Asset Management, la gestora de Banco Santander, decidió lanzar a “SAM-ESG”, el primer fondo de inversión de renta variable mexicana con criterios de sustentabilidad (ESG).
Jesús Mendoza del Río, director general de SAM Asset Management en México y Rafael Buerba Gómez, su director de Renta Variable, platican con Funds Society sobre este nuevo fondo y los planes en cuanto a inversiones sostenibles de la tercera gestora del país.
Con 57 fondos de inversión, la Gestora de Fondos de Banco Santander, pioneros de la arquitectura abierta en el país, es una de las firmas con la oferta más amplia del mercado. Sus fondos, que en su mayoría son gestionados de forma activa, tienen un historial de ser lo primeros en ofrecer exposición a distintas clases de activos, como es el caso de este nuevo fondo ESG.
“Para nosotros era muy importante dar a los inversores vehículos con expectativas de buenos rendimientos y que cubran las necesidades de los clientes a favor del medio ambiente y la sociedad. Tenía que ser por medio de equity y creo que se puede marcar una tendencia en el mercado”, señala Mendoza del Río, comentando que está muy contento de poder incursionar en un nuevo mercado y al mismo tiempo “apoyar y apostar por las empresas del país”, mientras contribuyen a «permear los conceptos ESG en el mercado mexicano.”
Buerba añade que “el involucramiento con las empresas, el que vean que ya hay fondos especializados, va a hacer que las empresas se obliguen a mejorar sus políticas sustentables y a publicar información de su cumplimiento”.
El fondo estará disponible a partir del 23 de julio mediante la compra de una acción cuyo precio inicial será de menos de 1,50 pesos por acción. SAM Asset Management espera captar por lo menos 1.000 millones de pesos en activos bajo administración en este tipo de vehículos provenientes de clientes en México, en los próximos 12 meses y no descartan la posibilidad de que en algún momento se comercialice en el extranjero.
“Sería nuestro sueño… Yo creo que en la medida en que podamos tener acceso a más inversionistas en el mundo podemos explotar el crecimiento de la industria de los fondos de inversión. Y en un mundo donde hay más inversores comprando empresas mexicanas, las empresas tendrán una fuente de financiamiento mucho más importante. Lo que necesitamos es que haya más emisores e inversionistas, y este tipo de vehículos contribuyen a que eso pueda suceder”, comenta Mendoza del Río.
Por su parte, Buerba señala que “este tema ESG es sumamente importante para los inversionistas globales y en las juntas con clientes internacionales siempre se pregunta, el qué tan bien esta empresa se está enfocando a temas de sustentabilidad. Ahora que tengamos un producto 100% enfocado, creo que llamará la atención y los incentivará a invertir más en empresas mexicanas con buenos principios”.
La estrategia revisa los criterios financieros con un enfoque value, bottom-up, que busca modelos de negocio robustos, consistentes en crear valor en el tiempo, con una generación de flujo y crecimiento de utilidades constantes y con una extraordinaria administración, todo esto una vez que nos aseguramos que cumplen con criterios de sustentabilidad sobresalientes.
La selección de valores se hace apoyándose del equipo global ESG de Santander, para las medidas no financieras, que se complementan con el análisis financiero local.
Según comenta Mendoza del Río, ésta no será la única estrategia ESG de la firma ya que se encuentran muy avanzados en el proceso para lanzar un fondo de equity global ESG, el cuál estará disponible durante el segundo semestre. “Este fondo lleva ya un proceso importante de trabajo y estamos ya en una etapa final”, concluye.
Para cambiar de Afore, con miras al futuro, los trabajadores parten de una premisa simple: “Me paso a la que da más”. Su base es el Indicador de Rendimiento Neto (IRN), que obtiene la Consar. Toman lo sustancial, “dar más”, como algo que sigue y seguirá ocurriendo, no como lo que en realidad es: lo que dieron. Tiempo pasado.
¿Qué nos explica la evolución del desempeño anual?
En diez años, la trayectoria de la rentabilidad anual de la mayoría las Siefores Básicas (SB) 90-94, al cierre de cada junio, ha sido extrema. La gráfica es ilustrativa:
Sura se distingue en el amontonamiento de líneas por haber llegado al punto máximo, arriba de 16%, en junio de 2014, y por haber caído al mínimo, -0,44%, dos años después
Invercap también fue del liderazgo al fondo. Sus declives fueron gradualmente más severos, hasta caer a -0,33%
Inbursa se nota con facilidad porque, como sabemos, suele estar separada del grupo: transita en la parte inferior cuando las demás están arriba, y en la zona media cuando las otras caen.
Se percibe que las líneas de Coppel, Azteca y Principal tuvieron menos saltos y hundimientos. Es decir, su desempeño fue menos inconsistente. No por eso mejor.
Tomemos las cinco SB de mayor IRN a junio de 2020. La gráfica de la evolución de su desempeño anual, en diez años, proyecta sin confusiones las fluctuaciones bruscas de Sura, así como las de PensionISSSTE, y las trayectorias con menos bandazos de Coppel y Azteca. Cierto: Profuturo fue la de mayor variación absoluta acumulada en ese lapso y la puntera en rendimiento neto (el indicador de Consar); la cuestión es que su desempeño fue accidentado, en proporciones similares al de PensionISSSTE (pero contrario al de ésta en 2017); es decir, sus afiliados recibieron sustos aunque no al grado de los de Sura.
Rendimiento acumulado por bloques: 10, 5 y 3 años
En efecto: al cabo de 10 años, de junio de 2010 a junio de 2020, el precio de la SB 90-94 de Profuturo fue el de mayor alza (tabla de la derecha). Superó por casi 19% a Sura, la segunda, y por 53% a Invercap, la última. Nótese en cuarto lugar a Citibanamex, que ya no figura entre las cinco primeras de IRN, y que Azteca, octava en acumulación directa, se muestra cuarta en IRN.
Eso significa que en los cinco años recientes Citibanamex perdió aire (se aprecia el desplome de su línea roja en la primera gráfica) y Azteca ganó terreno. La pérdida de fuelle y posiciones de Sura, que cayó hasta el antepenúltimo sitio (tabla que sigue, a la izquierda), no lo refleja el IRN, en el que sigue como tercera. Profuturo, que se mantuvo primera en acumulación, también aflojó el paso y redujo su ventaja (absoluta y en proporción al tiempo) sobre la segunda, Coppel, a 5,55%, y sobre la última (Invercap) a 18,79%. Así, es llamativo que Sura y Citibanamex se ubiquen en la parte baja, a 15,71% y 18,79% del primero. Es la historia: las líderes tarde o temprano fueron rebasadas o relegadas a los sitios bajos. Cuando el IRN refleja eso, los trabajadores ya han sufrido las minusvalías.
Una mirada al porcentaje acumulado (de punta a punta) por la subida del precio en los tres años recientes revela reubicaciones interesantes (tabla previa, a la derecha):
Profuturo seguía líder aunque a menos distancia de sus perseguidores. Ya parecía alcanzable
XXI Banorte era tercera
Coppel y Azteca perdieron algo de ritmo
La reacción de PensionISSSTE no alcanzaba para escalar a las primeras cinco
Se ratificaron las caídas de Sura y Citibanamex
Cierto: entre la segunda, Inbursa, y la antepenúltima, Sura, la brecha era de 2,66%; poco, para un período de tres años y superable en un entorno como el actual
Se confirmaron consistencias a diez, cinco y tres años: la de Principal, que osciló a media tabla casi con la misma distancia proporcional respecto del primero y el colero. La de Invercap, como último lugar (aun con su rebote en los 12 meses recientes).
Desde luego, hay que considerar dos aspectos: 1) dos de estos tres años fueron malos para el SAR –y que de enero a junio de 2020 las cosas fueron a peor–. Más malos para las carteras que suelen tomar riesgos por pretender retornos mayores. Menos desfavorables para las que como Inbursa, suelen asumir riesgos bajos, por eso su segundo lugar. 2) El peso de la acumulación trianual, para todas las SB, se recarga en el último año.
Las limitaciones del IRN
Nada es permanente. El IRN resume lo que hicieron las gestoras, no lo que lograrán. La revisión del desempeño de largo plazo, con un solo indicador, tiene sus limitaciones, deficiencias y carencias. Más cuando el parámetro con que se mide no es el que la teoría de evaluación de la gestión de portafolios recomienda.
A eso se agrega que los mercados no se comportan igual año tras año: una Afore que aplicó estrategias exitosas en ciertas condiciones puede que no consiga el mismo grado de efectividad o que falle ante otras condiciones. Ni eso ni los bandazos, ni las tendencias de variación de desempeño lo refleja el IRN. Además, decidir con base en esta única medida (ya sabemos que el porcentaje de comisiones no es factor) choca con un principio básico de la inversión: comprar lo de precio caro no necesariamente reditúa. A veces, en vez de salirse de una administradora, si se atendiera la tendencia de su desempeño, el historial gráfico a varios plazos, sus grados de riesgo, y factores cualitativos como la renovación de equipos, recursos, cuadros directivos, etc., habría de considerarse afiliarse a ella; o mantenerse en alguna a pesar de que otras suban en la tabla de IRN. Por eso, quienes se pasaron a Citibanamex o Sura, entre 2014 y 2017, con base en el indicador, pudieran haber degustado malos tragos. Ya le pasó hace años a los que se traspasaron a las Afores que entonces eran las líderes.
Pixabay CC0 Public Domain. La UE cierra un acuerdo histórico por su importe, su forma de reparto y por la emisión de deuda conjunta
A las 5.30 de la madrugada, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, pronunciaba la tan esperada palabra: deal. Los mercados han celebrado este acuerdo, que ya ha sido tildado de histórico, y la sesión del día ha comenzado con avances tanto para la renta variable como para los bonos.
Además del efecto positivo que tiene en los mercados las ayudas aprobadas, en las primeras valoraciones que hacen los analistas y las gestoras destacan el mensaje de unidad que la UE está lanzando. Lo más relevante sobre los detalles de cómo se repartirá el Fondo de Recuperación Europeo es su importe, el volumen de ayudas directas y la emisión de deuda de forma conjunta por parte de la Comisión Europea, algo sin precedentes.
“Tras duras negociaciones, a las 5.30 de la madrugada, los 27 han llegado a un acuerdo. Por primera vez en su historia, la Unión Europa se endeudará para financiar un estímulo económico extraordinario con 390.000 millones de euros en subvenciones -frente a los 500.000 millones inicialmente propuestos por la Comisión Europea-, y 360.000 millones en créditos. El importe total del fondo será de 750.000 millones de euros. El pacto de esta noche es mucho más amplio ya que también se ha aprobado el marco financiero para 2021-2027 con 1,074 billones de euros”, señalan los analistas de BancMarch sobre las principales claves del acuerdo.
En opinión de Esty Dwek, Head of Global Market Strategies en Natixis IM Solutions, es muy relevante que se haya decidido que el paquete de ayudas sea financiado de forma conjunta. “El paquete será financiado por la deuda conjunta recaudada por la Comisión Europea en el paso más claro de Europa hacia una mayor integración y cooperación en años. Gracias a este acuerdo, creemos que el riesgo de una ruptura europea ha disminuido aún más y que el crecimiento europeo debería ser apoyado a medio plazo por estos pasos. Por lo tanto, la prima de riesgo de los activos europeos también debería disminuir, apoyando a los mercados”, destaca.
Una visión histórica que también destaca Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica en Nordea AM. Según Galy, “es un momento importante en la historia de la Unión Europea dado el tamaño del paquete, la capacidad de no reducir la ayuda bajo la presión de los países frugales y el hecho de que esto será financiado por los bonos de la UE. Este tipo de responsabilidades comunes para la Unión Europea no tiene precedentes en cuanto a su tamaño y para ganar esto la periferia tuvo que aceptar condiciones, lo que es simplemente una medida sensata. La mezcla de la financiación de esta ayuda por medio de subvenciones se ha desplazado, como era de esperar, hacia préstamos por un importe de 110.000 millones de euros, frente a 500.000 millones de euros. Es probable que gran parte del paquete se financie con deuda de la UE, lo que beneficiará enormemente a los bancos europeos como emisores principales, y es probable que una parte significativa sea bonos verdes, ya que la iniciativa para abordar el calentamiento global continúa desarrollándose”.
También supone un impulso para la economía sostenible y las finanzas verdes, ya que casi un tercio del fondo está destinado a apoyar las iniciativas ecológicas, lo que indica una vez más que el medio ambiente es un elemento clave para Europa.
“Aunque se esperaba un acuerdo en general, los mercados europeos van a subir en la apertura, con un aumento de los futuros de alrededor del 1%, aunque los rendimientos del Bund alemán a 10 años están demostrando mayoritariamente, subiendo sólo unos pocos puntos básicos hasta el -0,45% esta mañana. Los rendimientos italianos han bajado del 1,10% al 1,06% esta mañana, y el diferencial sobre Alemania se va a estrechar aún más desde los 152 puntos básicos de ayer (desde un máximo de 279 durante la crisis). El euro ha subido ligeramente a 1,1464 frente al dólar, pero en las últimas semanas ha ido subiendo de forma constante según las expectativas del paquete”, añade Dwek.
En opinión de los analistas de Monex Europe, la reducción de los fondos destinados a subvenciones puede haber decepcionado a los inversores, que contaban con una mayor suma de rescate libre de costos. «Quizás esto explica en alguna medida por qué el euro cayó brevemente de los máximos del día tras la confirmación de la noticia, aunque el ajuste de posiciones pudo haber jugado su rol en los movimientos del mercado esta mañana. Sin embargo, más allá del monto total, el poder simbólico que encierra este acuerdo sin precedentes es lo que sirve como una sólida señal alcista para el euro. La divisa comunitaria se ha apreciado más de un 6% desde el anuncio de la propuesta inicial de Macron y Merkel en mayo, a pesar de las continuas olas de pesimismo e incertidumbre que han sacudido a los mercados en los últimos meses. El mensaje de unidad y la capacidad de acción conjunta que despliega el bloque con esta iniciativa crea un fuerte precedente para la fortaleza institucional de la región».
«Los próximos pasos serán la aprobación del Parlamento Europeo y las ratificaciones de los Parlamentos nacionales de todos los países; si bien podría haber algo de ruido en el camino, yo esperaría que se aprobaran sin mucho dramatismo. El acuerdo refuerza las medidas tomadas por el BCE para apoyar a los mercados soberanos y apoya nuestra postura constructiva en los periféricos europeos», añade Nicola Mai, gestor de carteras y analista de crédito soberano en PIMCO.
El mensaje político y económico
Para Bank of America, el mensaje político que han enviado los líderes de la Unión Europea con su acuerdo es mucho más poderoso que el mensaje económico que han lanzado. «Creemos que el fondo de recuperación es un ingrediente clave para la respuesta europea a la conmoción que ha generado la pandemia. El BCE ayuda a hacer frente a las grandes necesidades de financiación, pero no puede sustituir a todos los inversores extranjeros de la periferia. Se necesitaba una señal política hacia más Europa después de que la narrativa se volvió tóxica en marzo. Esto es lo que proporciona el Fondo de Recuperación», apunta en su análisis de hoy.
Sin embargo, la entidad también advierte de que «no mueve la aguja lo suficiente» para solucionar el shock en la parte macro sin caer en un pico de gasto por parte de los estados miembro. «El Fondo de Recuperación es una herramienta de recuperación, todavía carecemos de una herramienta cíclica/de estabilización adecuada y los gobiernos nacionales se quedan solos con eso», apunta.
Para Anna Stupnytska, economista macro global de Fidelity, se ha enviado un mensaje mixto. «A pesar de los compromisos, el acuerdo sobre el Fondo de Recuperación envía una fuerte señal política que podría marcar un nuevo capítulo en la historia de la Unión. La emisión de bonos de la UE creará un precedente que podría convertirse en una característica permanente del marco institucional en el futuro. Con la política fiscal finalmente avanzando para facilitar la recuperación post-covid 19, el BCE ya no es el único jugador en la ciudad. Esta poderosa combinación de política monetaria y fiscal, así como la fuerte voluntad política de no solo garantizar la supervivencia de la UE, sino también su éxito en una serie de dimensiones, tiene el potencial, tal vez más que nunca, de mejorar fuertemente la economía de la UE en los años venideros», afirma.
En cambio, Wolfgang Bauer, gestor del equipo de renta fija de M&G, se muestra más cauto y, aunque reconoce que el acuerdo es un logro notable, considera poco probable que «hayamos presenciado el momento Hamilton trascendental de Europa». En su opinión, «la larga y ardua maratón de negociaciones puso de manifiesto hasta qué punto la UE está dividida en relación con la integración fiscal. Austria, los Países Bajos, Suecia y Dinamarca solo se mostraron dispuestos a aceptar la propuesta después de ver incrementados los reembolsos que reciben respectivamente de sus contribuciones a los presupuestos de la UE. Este hecho no es baladí, dado que muestra que el compromiso alcanzado se cimienta, al menos en parte, en un incentivo extraordinario para determinados países que no se puede replicar tan a menudo como pudieran desear».
Para Bauer, no debemos olvidar que la canciller Angela Merkel ha sido una de las artífices principales del fondo de recuperación europeo y ha defendido la propuesta ante los críticos de su Gobierno y en las filas de su propio partido, entre otros. «Cabe la posibilidad de que su sucesor, sea quien sea, se muestre muchos menos partidario del acuerdo y acerque a Alemania a la postura de los cuatro frugales, por lo que cualquier progreso adicional hacia una integración fiscal en la UE resultaría sumamente complejo en adelante», advierte.
Pixabay CC0 Public Domain. El 66% de los grandes directivos se muestran optimistas sobre la recuperación en Europa
Los gestores confían en las medidas de los gobiernos y los bancos centrales para una recuperación que prevén larga e irregular, pero ¿qué opinan los grandes directivos? Según el informe Acciones valientes en tiempos difíciles (Bold Moves in Tough Times), elaborado por Accenture, el 66% de los altos ejecutivos a nivel mundial son optimistas respecto a la creencia de que el mercado europeo se recuperará relativamente rápido de la recesión económica causada por la pandemia de la COVID-19.
El informe pone de relevancia que, aproximadamente, tres de cada diez encuestados (29%) espera que la recuperación en Europa sea bastante rápida (“en forma de V”), mientras que el 37% prevé una recuperación más lenta, pero constante, en “forma de U” durante los próximos doce meses. Destaca el optimismo de los directivos europeos, ya que el 71% se muestra muy positivo respecto a una recuperación.
Por sectores, el más optimista es el de los productos farmacéuticos, de biotecnología y ciencias biológicas, en el que el 34% de los ejecutivos espera una mayor demanda en Europa como resultado de la pandemia. El segundo sector más optimista es el de las comunicaciones, medios de comunicación y entretenimiento, ya que un 52% de los encuestados espera una recuperación en forma de V en sus mercados europeos, seguido por el sector asegurador, con un 47%. En el otro extremo, se encuentran los sectores de la automoción, aerolíneas, viajes y transporte, donde sólo entre el 7% y el 12% de los encuestados esperan una recuperación rápida.
El informe también revela que los directivos esperan que las economías alemana, nórdica y británica se recuperen más rápido de la recesión, seguidas de Francia, España e Italia. Además, los ejecutivos europeos son optimistas con respecto a la competitividad de Europa, ya que cuatro de cada diez encuestados (39%) creen que las empresas europeas serán más competitivas que antes de la crisis frente a las estadounidenses, e incluso el 43% piensa que las empresas europeas serán más competitivas en comparación con las chinas.
«La confianza es fundamental en el entorno económico actual, que sigue siendo incierto y volátil. El optimismo por la recuperación económica y la competitividad que Europa ofrece a las empresas europeas es una oportunidad única para reforzar su liderazgo y cerrar la brecha con sus competidores estadounidenses y asiáticos. Todo esto dependerá de las acciones audaces que se tomen”, explica Jean-Marc Ollagnier, CEO de Accenture en Europa.
Comparación entre países
La investigación de Accenture indica que existe el riesgo de que los ejecutivos en Europa sean demasiado cautelosos con respecto a cómo se preparan para un repunte, en comparación con América del Norte y Asia-Pacífico. Por ejemplo, en términos de innovación, el 53% de los encuestados europeos afirman que están frenando la inversión en innovación y que no relanzarán iniciativa alguna en los próximos seis meses, en comparación con el 33% de los encuestados en América del Norte, y 49% en Asia Pacífico.
Ocurre algo similar a la hora de cómo se plantean los ejecutivos las inversiones: en Europa, sólo una de cada siete empresas (16%) ya está invirtiendo para prepararse ante un repunte, en comparación con una de cada cuatro (25%) en Asia Pacífico y una de cada tres (34%) en Norte América.
Otra diferencia significativa afecta a la cooperación y colaboración. Según indican las conclusiones del informe, los líderes empresariales en Europa son menos propensos que los de América del Norte y Asia-Pacífico a colaborar con otras empresas para mitigar el impacto de la crisis y recuperarse más rápido (48% en Europa frente al 53% de Norteamérica y el 55% de Asia-Pacífico)
«Los grandes directivos de Europa deben empezar a reinventarse para el mundo post Covid-19. Ahora es el momento de pensar y actuar de manera diferente y asumir riesgos calculados para crear una resiliencia a largo plazo, renovar los modelos de crecimiento y adaptarse a lo que llamamos nueva realidad”, añade Ollagnier.
Cómo mejorar la competitividad
Por último, el informe destaca las áreas fundamentales en las que las empresas europeas deben centrarse para cerrar la brecha de competitividad con sus homólogos norteamericanos y asiáticos. Entre ellas destaca la aceleración de la transformación digital. El documento indica que las empresas que han sido más resilientes durante la pandemia cuentan con capacidades digitales más avanzadas, lo que les permite facilitar el teletrabajo, ajustar sus cadenas de suministro y adaptarse a nuevas formas de compra, de forma rápida y a gran escala. “Los ejecutivos europeos se han dado cuenta de la necesidad de acelerar el cambio digital”, apunta en sus conclusiones. En este sentido, dos tercios (63%) creen que sus compañías acelerarán su transformación digital, incluido el uso de cloud.
La segunda clave será crear valor para consumidores más responsables. Los hábitos de compra durante el confinamiento -con consumidores cada día más responsables y con mayor uso de canales online- se mantendrán en el mundo post pandemia. Por lo tanto, las empresas tendrán que ofrecer una experiencia integral, que atraiga a los clientes desde el principio, se mantenga durante la experiencia de compra y continúe a través de los procesos de venta y servicio. Casi dos tercios (62%) de los altos ejecutivos europeos del sector consumo ven oportunidades ante el desarrollo de nuevos hábitos de compra, cada vez más responsables desde el punto de vista social y ambiental.
Por último, el informe destaca el aprovechar la tecnología para reinventarse. Según indica, el COVID-19 ha generado muchos debates, entre otros, sobre la necesidad de que las empresas operen desde sus mercados de origen. Sin embargo, la «relocalización» podría no ser la panacea para el «renacimiento industrial» europeo. Para lograr una capacidad operacional a largo plazo, reinventar sus modelos de negocio y crear nuevas fuentes de ingresos, las empresas deben aprovechar las tecnologías digitales avanzadas, -como la modelización predictiva, el uso de gemelos digitales y el edge computing, entre otras-.
Teniendo en cuenta que el 42% de los encuestados europeos del sector de fabricación planea acelerar la inversión en transformación digital, en comparación con el 32% y el 30% en América del Norte y Asia, parece que existe una oportunidad para que las empresas europeas tomen la delantera en el sector industrial.
En opinión de Ollagnier, Europa se encuentra una vez más en una encrucijada. “Sus líderes empresariales pueden continuar por el camino más transitado o pueden explorar un nuevo camino basado en la innovación y la tecnología de alto potencial. Combinado, todo ello, con las fortalezas tradicionales de Europa: sostenibilidad, solidaridad y propósito común. A medida que vamos saliendo de los peores momentos de la pandemia, se atisban nuevas oportunidades, en particular en el sector industrial y en la transición energética. Es hora de que Europa tome acciones atrevidas y aproveche esas oportunidades para cerrar la brecha de la competitividad”, concluye.
Sobre el estudio
La investigación se basa en una encuesta realizada a 478 altos ejecutivos de quince sectores pertenecientes a quince países diferentes. La encuesta se llevó a cabo en mayo de 2020 y abarca empresas con ingresos anuales superiores a los 500 millones de dólares. Los sectores representados incluyen compañías de aerolíneas/viajes/transporte; automoción; banca; comunicaciones/medios de comunicación/entretenimiento; productos químicos; bienes de consumo; energía; alta tecnología; bienes y equipos industriales; seguros; farmacéutica/biotecnología/ciencias biológicas; servicio público; retail; software/plataformas y servicios. Entre los países incluidos figuran Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Canadá, China, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Luxemburgo, Países Bajos, Reino Unido y Suiza
Pixabay CC0 Public Domain. Los fondos soberanos llegan a la crisis del COVID-19 bien posicionados y apostando por el oro
Los fondos soberanos están empleando sus reservas para aprovechar la “oportunidad de compra sin precedentes” que ofrece la pandemia. Esta es una de las principales conclusiones del Estudio Anual de Gestión de Activos Soberanos Globales, elaborado por Invesco y que resume las tendencias de inversión de 139 instituciones que gestionan en total unos 19 billones de dólares.
El estudio, que va por su octava edición, revela que muchos fondos soberanos estaban bien preparados para la crisis del COVID-19, y la caída de los precios y las reservas disponibles han hecho de la crisis una oportunidad de compra sin precedentes. Como custodios de capital a largo plazo, la mayor parte también se han beneficiado de que no se han visto obligados a vender para poder atender los reembolsos. “Los fondos soberanos también estaban mejor preparados debido a los cambios que habían implementado y las lecciones que aprendieron de la crisis financiera global. Entre estos cambios están construir grandes reservas de efectivo e introducir mejoras de la organización para gestionar la liquidez”, apuntan desde Invesco.
Antes de que el COVID-19 afectara a los mercados, las asignaciones medias a renta variable de los fondos soberanos a finales de 2019 estaban en su nivel más bajo desde 2013, tanto en relación con la renta fija como tomándolo como proporción general de la asignación de activos: el 26% (renta variable) frente al 34% (renta fija). El motivo de esta reducción de la renta variable fue, en parte, los temores de final del ciclo, que llevaron a disminuir las asignaciones estratégicas. El 37% de los fondos soberanos intentan reducir las asignaciones a renta variable, y la mitad de ellos las reducen en más del 5%. Sólo el 22% de los inversores soberanos pretenden aumentar sus asignaciones a renta variable a lo largo de los próximos 12 meses, y los que planean aumentarla, procederán con cautela.
“En lugar de eso, los inversores se centran en la renta fija y los alternativos ilíquidos, especialmente las infraestructuras”, apunta el estudio. A lo largo de los próximos 12 meses los soberanos planean seguir invirtiendo en renta fija; el 43% pretenden aumentar sus asignaciones a renta fija, el 43% a capital riesgo e infraestructuras y el 38% a activos inmobiliarios.
“Tradicionalmente, la renta fija se ha considerado como un ancla defensiva, y esto se puso a prueba en la crisis, cuando hasta la deuda gubernamental de EE.UU. sufrió una oleada de ventas mientras los inversores se abalanzaban sobre el efectivo. Sin embargo, las intervenciones institucionales, incluyendo los recortes de tipos y la expansión cuantitativa global, obligaron a bajar las rentabilidades y tuvieron una repercusión positiva sobre muchas carteras de renta fija” explica Rod Ringrow, responsable de instituciones oficiales de Invesco.
Según el estudio, el COVID-19 también ha acelerado la tendencia ya existente hacia los proyectos de infraestructuras a base de crear oportunidades por potenciales distorsiones. A muchos inversores las inversiones en infraestructuras les parecen caras, debido a la abundancia de capital a la caza de relativamente pocos negocios. Pero algunos consideran la situación actual como una oportunidad para aprovechar las ventas en ciertos subsectores, como los aeropuertos. Dentro de la clase de activos de infraestructuras, los fondos soberanos informan de que hay más interés en la generación y transmisión de electricidad (54%) y las comunicaciones (52%).
“Los proyectos de infraestructuras, especialmente la generación y transmisión de electricidad que ayuda a que los países abandonen los combustibles fósiles, se consideraron como formas de cumplir los objetivos ESG. Sin embargo, muchos fondos de pensiones también tienen esta prioridad, por lo que puede resultar difícil para algunos fondos soberanos de tamaño mediano y para los más nuevos en la clase de activos atraer las inversiones adecuadas”, aclara Ringrow.
Mayor interés por el oro
El estudio de este año ha visto que tanto los bancos centrales como un pequeño pero importante grupo de fondos soberanos han aumentado su asignación al oro. De media, el 4,8% de las carteras de reserva de los bancos centrales están ahora invertidas en este metal precioso – desde el 4,2% en 2019 – y casi la mitad (48%) de las que han aumentado su asignación lo han hecho así con la intención de que sustituya a la deuda de rentabilidad negativa. Esta ha sido la razón más importante para trasladarse al oro, más que las razones comúnmente reconocidas, como la diversificación, la rentabilidad, o su papel como cobertura frente a la inflación.
Aunque los bancos centrales a menudo se acercan al oro ya con una asignación preexistente, la posición inicial para los fondos soberanos raramente es esa. Para muchos soberanos el oro se ve como una potente cobertura frente a la inflación y los riesgos de cola, con correlaciones positivas en escenarios de riesgo pero apenas correlacionada /negativamente durante un escenario de aversión al riesgo.
Cuatro quintas partes de los bancos centrales que están decidiendo aumentar las asignaciones a oro, financian este cambio con activos existentes en dólares, mucho más que en euros y libras. Esto pone de manifiesto un importante problema al que se enfrentan los bancos centrales: cómo pueden diversificar el dólar sin sacrificar la liquidez y la convertibilidad. Esta tendencia fue especialmente destacada entre los bancos de mercados emergentes, donde casi el 90% fueron inversiones en dólares para aumentar reservas de oro.
Los fondos soberanos que invierten en oro tienen varias opciones. Aunque algunos todavía emplean el oro físico, se consideran enfoques más flexibles. El 40% de los inversores soberanos en oro emplea futuros y los encuestados apuntaron a la flexibilidad y las rentabilidades que pueden lograrse a través de una negociación hábil. Mientras, el 40% de los soberanos que invierten en oro obtienen exposición a través de ETFs respaldados por oro, los ETCs. Estos vehículos han aumentado significativamente en los últimos años; un 80% sólo en 2019.
Los ETCs también son una opción para los bancos centrales, según indica el informe. Para los bancos que buscan aumentar la exposición sin elevar significativamente las posiciones domésticas ni asumir riesgo de crédito de un banco de lingotes, los ETCs van a ser cada vez más atractivos. Además, dadas las potenciales dificultades políticas de negociar el oro, los ETCs podrían ofrecer medios más aceptables políticamente para negociar la clase de activos.
“Los últimos años, el estudio encontró que la popularidad del oro estaba aumentando, pero la Covid-19 lo ha convertido en una clase de activos que reclama un nuevo papel dentro de las carteras soberanas. También hemos encontrado que el oro físico no da respuesta a todas las necesidades de liquidez, impulsando a los bancos centrales y a los soberanos a mirar a los ETFs respaldados por oro y creemos que el desarrollo de estos modos alternativos de inversión probablemente va a aumentar el interés en el oro en los próximos años”, añade Ringrow
ESG y la lucha contra el cambio climático
Por último, el estudio reveló que el 83% de los bancos centrales y los fondos soberanos creen que se requiere una acción inmediata para combatir el cambio climático, y esto se traduce cada vez más en estrategias de inversión conscientes de que el riesgo relacionado con el clima debería incluirse en el proceso de inversión.
El mayor temor individual global es que cada vez hay más desastres naturales. Los inversores suelen preocuparse por los riesgos que les amenazan directamente, por eso los puntos de vista difieren de forma significativa según la región. Los inversores occidentales son los más conscientes de la transición a una economía baja en carbono, debido al número de ellos que tienen una considerable exposición a metales y minería, petróleo y gas integrados y exploración petrolera. El 88% de los inversores de Asia y el 75% de los inversores de mercados emergentes se consideran a sí mismos desproporcionadamente afectados por el cambio climático, mucho más que el 33% de los de Occidente. Su principal temor es que el cambio climático pueda causar problemas comerciales, ya que estas regiones son más dependientes de un nivel saludable de apertura comercial para apoyar sus sectores de exportación agrícola, que puede verse afectado por los cambios de temperaturas.
Los encuestados afirmaban que aunque la regulación presenta claras orientaciones para las compañías, a menudo faltan orientaciones implementables para los inversores. Algunos bancos centrales están intentando subsanar esto, pero muchos alegan que, para aumentar su compromiso, deben reestructurarse los mandatos y políticas para atender a los riesgos del cambio climático, ya que a varios bancos se les prohíbe constitucionalmente hacerlo.
También se necesitan orientaciones más claras para los fondos soberanos. Los encuestados indicaban que los funcionarios públicos tienen que clarificar las definiciones, subrayar los métodos de adopción y establecer parámetros en torno a los objetivos de emisiones de carbono para sus carteras.
Rod Ringrow añade que“nos complace ver que los fondos soberanos y los bancos centrales siguen integrando la preocupación por el clima en sus decisiones de inversión y desarrollando capacidades para detectar y mitigar los riesgos climáticos. Para dar el paso siguiente, hará falta aún más integración por parte de los políticos y otros inversores. Esto, unido a soluciones nuevas, creativas, puede obligar a otros inversores a mirar con más atención los riesgos del clima”.