¿Qué está detrás de la carrera del oro?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Qué está detrás de la carrera del oro?

El actual escenario de incertidumbre en los mercados provocada por el COVID-19 y el creciente endeudamiento de las grandes economías refuerzan el valor de activos tangibles y sólidos, entre ellos el oro. El metal precioso está protagonizando una escalada que, según los expertos, refleja las dudas sobre la economía estadounidense. 

“Todos los metales preciosos están subiendo su valor en el escenario económico actual, destacando el oro, y la plata, que ha doblado su precio desde el pasado mes de marzo”, señala Jean Marie Mercadal, CIO Multimanagement y Deputy Management Director de la gestora OFI AM. Según su opinión, ahora mismo, este activo está aportando un valor real frente a otros, como por ejemplo las divisas.

En este sentido, recuerda que el oro como inversión es un activo respaldado por una materia prima física y tangible. “Un factor que refuerza su atractivo frente a otros activos como las grandes divisas de los mayores países como China, Japón, EEUU, UK o la Zona Euro. Divisas que se apoyan en la fortaleza de economías donde el endeudamiento ha crecido de un modo exponencial. En este contexto, tanto el oro como las materias primas en general, se consolidan como el último salvavidas para el inversor, en un escenario en el que cada vez va a ser más necesario apoyarse en activos estables y sólidos”, apunta Mercadal. 

Una relación, oro y divisas, que según los analistas de Monex Europe se ha visto claramente esta semana con la moneda norteamericana. “El dólar abrió la semana sufriendo otro fuerte golpe y cayendo frente a todo el panel de divisas del G10 al continuar la escalada en las tensiones entre EE.UU y China. Estas noticias probablemente ayudaron al incremento de los precios del oro hasta niveles de récord tras haber ido avanzando durante las últimas sesiones, al perder fuelle la esperanza de una buena recuperación económica en Estados Unidos”, explican en su análisis.

En este sentido, desde el Investment Desk de Bank Degroof Petercam apuntan que la depreciación del dólar se produce en un contexto marcado por las incertidumbres económicas debidas al avance de la epidemia en el país y por la perspectiva de que los tipos de interés se mantengan bajos durante un largo periodo de tiempo. «La debilidad del dólar y los factores detrás de ella son precisamente los elementos que están empujando el precio del oro hacia arriba. El máximo histórico alcanzado en 2011 ligeramente por encima de 1.900 dólares por onza acaba de ser superado», apuntan.

Otro de los motivos que explican la subida del oro es, según Bert Flossbach, cofundador de Flossbach von Storch, es la búsqueda de activos alternativos que están protagonizando los inversores, para protegerse la inflación que el aumento del gasto público y la política monetaria expansiva traerán a medio plazo. “Es probable que los inversores tengan una mayor necesidad de proteger los activos contra este peligro, que no se da desde hace mucho tiempo”, afirma. 

Sin embargo Flossbach se muestra muy prudente y advierte de que la extendida creencia de que el oro es el ganador de la crisis no es la interpretación más acertada. En este sentido explica: “Más bien, es una de las consecuencias de la crisis, en concreto, los tipos de interés permanentemente bajos y la inundación de liquidez de los bancos centrales, ha traído de vuelta el tema de la inflación. Como activo líquido, el oro es una buena protección contra la inflación”. 

Muestra del interés por el oro, Flossbach pone como ejemplo que, de acuerdo con el Consejo Mundial del oro, solo en la primera mitad de 2020, los ETFs de oro han adquirido 734 toneladas de oro, más que en todo el año récord de 2009. “Esto refleja una creciente demanda de los inversores, que probablemente tenga menos que ver con la crisis del coronavirus en sí que con sus consecuencias”, añade. 

Precios récords

El precio del oro ha estado subiendo constantemente y el pasado lunes alcanzó un máximo histórico de 1.944 dólares la onza, superando su anterior récord de 1.922 dólares del 2011. Según explica James Luke, co-gestor del fondo Schroder ISF Global Gold y Mark Lacey, responsable de materias primas y gestor de Schroder ISF Global Energy Transition, estos precios han llevado a algunos inversores a lamentar no haberse dado cuenta de los recientes movimientos del oro. “Algunos creen que está demasiado caro o incluso que se está formando una burbuja. Después de una subida de más del 20% en lo que va de año, tras una subida similar en 2019, esta es una reacción comprensible”, señala Luke. 

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Según el análisis que hace Luke, el oro vive un momento muy diferente a 2011. “En 2011, por ejemplo, el oro subió alrededor de un 15% en el mes anterior al pico y solo se negoció por encima de los 1.800 dólares durante 19 días. El precio medio anual máximo fue, en realidad, de 1.669 dólares en 2012, muy por debajo de los niveles actuales. Y, entre diciembre de 1979 y enero de 1980, los precios del oro se movieron un 80%, en un movimiento parabólico aún más agresivo. La conclusión a la que llegamos es que existen diferencias muy obvias entre ahora y 2011”, explica.

La Comisión Europea lanza un paquete de medidas para la recuperación de los mercados de capitales

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Pixabay CC0 Public Domain. La Comisión Europea aprueba un paquete de medidas para la recuperación de los mercados de capitales por la crisis de la COVID-19

La Comisión Europea continúa dando pasos para reforzar los mercados tras el impacto del COVID-19. En esta ocasión, la Comisión ha publicado un paquete de medidas para la recuperación de los mercados de capitales que afectan a MiFID II, a las normas de titulización y al reglamento sobre el folleto que debe publicarse en caso de oferta pública o admisión a cotización de valores en un mercado regulado y por el que se deroga la Directiva 2003/71/CE.

Según destacan desde finReng360, “estas tres normas constituyen el núcleo del proyecto de la Unión de los Mercados de Capitales, destinado a mejorar la integración de los mercados de capitales nacionales y garantizar la igualdad de acceso a las inversiones y a las oportunidades de financiación en toda la Unión Europea”, lo que explica la relevancia de este paquete de medidas. 

Con las modificaciones propuestas, la Comisión Europea pretende, ante la crisis provocada por el COVID-19, fomentar mayores inversiones en la economía, permitir una rápida recapitalización de las empresas y aumentar la capacidad de los bancos para financiar la recuperación.

En concreto, en las modificaciones del régimen del folleto, la Comisión propone crear un “folleto para la recuperación de la UE”, una especie de folleto abreviado, con una extensión máxima de 30 páginas, para las empresas que ya han sido admitidas en el mercado. Según destacan desde finReg360, se trata de una medida temporal, que tendrá una vigencia de 18 meses desde su fecha de aplicación, que busca facilitar: la elaboración para las empresas, la lectura para los inversores, y el análisis para las autoridades nacionales competentes. “En suma, se pretende acortar el proceso de aprobación de este tipo de folletos a cinco días hábiles”, apuntan.

Efecto sobre MiFID II

Respecto a las modificaciones específicas de los requisitos de MiFID II para las empresas europeas, las medidas abarcan dos aspectos. El primero la reducción de la carga administrativa de ciertos requisitos y el desarrollo de los mercados energéticos. Sobre el primero de ellos, la Comisión busca reducir la carga administrativa de ciertos requisitos de la MiFID II. En concreto, plantea algunos puntos como suspender los requerimientos de publicación de los informes de mejor ejecución; eximir a los bonos corporativos simples con cláusula de rescate del régimen de gobierno corporativo; y levantar la obligación de divulgar los costes y gastos para las contrapartes elegibles y para los clientes profesionales en los servicios distintos del asesoramiento en materia de inversiones y la gestión de carteras, entre otros. 

También pretende aliviar los requisitos de presentación de informes a posteriori: en particular, el de presentación de informes sobre pérdidas al final del día, que promueve una visión a corto plazo entre los inversores inexpertos y fomenta un “comportamiento de rebaño” que no favorece la creación de opiniones informadas sobre el mercado. Así como omitir el análisis de coste-beneficio. En este sentido, como parte de la evaluación de la idoneidad, las empresas deben obtener información sobre el cliente para elaborar un análisis de coste-beneficio en el caso de que cambien de producto en el curso de una relación continuada, lo cual es demasiado oneroso para los clientes profesionales.

Sobre el segundo de los aspectos, el desarrollo de los mercados energéticos, la Comisión propone modificar las normas que afectan a los mercados de derivados energéticos, para contribuir al desarrollo de los mercados de energía denominados en euros.

Desde finReg360 señalan que las modificaciones en este caso “buscan ajustar el régimen de límites de posiciones y el alcance de la exención de cobertura, con el fin de garantizar que productores y fabricantes de estos mercados puedan cubrir sus riesgos, salvaguardando al mismo tiempo la integridad de los mercados de materias primas (a excepción de productos agrícolas)”

Entre las modificaciones propuestas en este punto, se destaca la modificación de los límites de posición, para garantizar que puedan desarrollarse nuevos mercados de materias primas, los límites de posiciones deben limitarse a las materias primas agrícolas o a los derivados de materias primas designados como importantes o críticos. En este sentido, la ESMA tendrá la potestad de desarrollar normas técnicas que definan estos límites. 

También destaca otras tres modificaciones: reforzar los controles de gestión de posiciones cuando sea necesario; simplificar la prueba de actividad auxiliar, y excluir los derivados titulizados del régimen de límites de posición.

Normas de titulización

Por último, el tercer paquete de medidas plantea la modificación de los reglamentos de titulización y de requisitos de capital, con objeto de facilitar el uso de la titulización en la recuperación de la UE y permitir a los bancos ampliar sus préstamos y liberar sus balances de exposiciones dudosas (non-performing exposures, «NPE»), que se prevé que aumenten por la crisis actual.

Estas modificaciones propuestas se basan en el trabajo desarrollado por la Autoridad Bancaria Europea en 2019 y 2020, que plantea los tres asuntos siguientes: subsanación de las deficiencias del marco reglamentario para la titulización de NPE y la creación de un marco específico para las titulizaciones sintéticas de balances.

Catalizadores del mercado y deuda corporativa con calificación investment grade

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Con frecuencia, las fluctuaciones del mercado se producen a causa de noticias o información que incitan a los inversores a actuar. Los datos o los sucesos que se dan a conocer pueden incidir en la confianza de los inversores y perturbar la demanda de activos financieros. Lo que deberían preguntarse los inversores es si la nueva información justifica un cambio sustancial en la valoración. La reciente flexibilización de las restricciones del confinamiento y la participación directa de la Reserva Federal estadounidense en los mercados de deuda corporativa alentaron una segunda ronda de toma de riesgos.

La progresión procíclica iniciada a mediados de mayo está en consonancia con la fase inicial de una recuperación de los mercados económicos y financieros y se refleja en la contracción de los diferenciales de la deuda corporativa con calificación investment grade tanto en Estados Unidos como en Europa (gráfico 1). Ahora bien, ¿ofrece la deuda con calificación investment grade una prima de riesgo suficiente para los diferentes resultados posibles?

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Aunque cada ciclo económico y cada recesión son diferentes, los inversores se fijan en las recesiones y las crisis del pasado para pronosticar posibles patrones de recuperación en los mercados financieros. Los participantes del mercado y los medios de comunicación financieros suelen comparar nuestra situación actual con la crisis financiera mundial. Pese a ello, las causas y las circunstancias que rodean a las dos situaciones presentan bastantes diferencias. Lo que más preocupaba durante la crisis financiera mundial era la solvencia de los prestamistas. Si bien las instituciones financieras desempeñan un papel social crítico como mecanismo de transmisión del capital, los prestamistas no son la economía. En la crisis actual sucede lo contrario. Se centra en la solvencia de los prestatarios. Analicemos la situación más detenidamente. En un esfuerzo por maximizar el flujo de caja libre en un periodo de crecimiento económico inferior a la media, las empresas limitaron la inversión de sus negocios al tiempo que asumían niveles históricos de deuda (gráfico 2).

Como comentamos recientemente en nuestro artículo «El final de la primacía de los accionistas y su impacto en las valoraciones de la renta variable«, se contrajeron préstamos de capital para financiar distribuciones a los accionistas. Describo la actividad que tuvo lugar de 2010 a 2019 como un pago de transferencia masiva de los tenedores de bonos a los accionistas. Los balances ya se habían visto castigados y presentaban fragilidad antes de la crisis de 2020. La pandemia lo ha puesto al descubierto y, después, la situación ha empeorado considerablemente. Las recesiones suelen corregir los desequilibrios. Sin embargo, el desequilibrio del ciclo que acabamos de cerrar revestía la forma de apalancamiento financiero, y todavía está pendiente de corregirse.

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Durante los peores momentos de la caída provocada por el COVID-19, las fuerzas del mercado exigían que las empresas proporcionaran liquidez y reconstruyeran el capital circulante. Los equipos directivos realizaron despidos y redujeron drásticamente el gasto en investigación y desarrollo, así como los pagos a los proveedores se retrasaron. Cuando los bancos centrales retomaron su función de prestamista de último recurso, las empresas volvieron a disponer de la palanca de emisión de deuda, sobre todo en Estados Unidos, donde la emisión de bonos lleva un ritmo que le permitirá duplicar la cifra de cualquier ejercicio anterior en un momento de desplome de la demanda y escasa visibilidad de los beneficios (gráfico 3). Sin embargo, endeudarse para sustituir ingresos perdidos, en lugar de para financiar proyectos productivos, debilita los balances. En cualquier caso, a pesar del debilitamiento del balance general, las primas de riesgo han disminuido.

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A pesar de la vulnerabilidad de las empresas, ¿el apoyo de los bancos centrales justifica el movimiento de los precios que hemos observado últimamente en los mercados financieros? ¿Los diferenciales de la deuda corporativa con calificación investment grade, que se sitúan en general próximos a sus niveles normales en términos históricos, ofrecen compensación suficiente? Mencionaré una última cosa en la que pensar. Llegados a este punto, los mercados y las agencias de calificación crediticia han otorgado a las empresas un pase gratuito sobre sus malos resultados financieros. De hecho, el porcentaje de empresas con calificación investment grade que se contratan como deuda corporativa de alto rendimiento con calificación BB se ha visto reducido. Actualmente, representan menos del 2% de los índices estadounidense y europeo. Si eliminamos esos bonos y volvemos a calcular los índices, los niveles de los diferenciales en su conjunto son entre tres y cinco puntos más bajos, como se muestra a continuación.

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Una cifra tan pequeña no es importante por ahora, pero me preocupa que se convierta en un problema mucho mayor a medida que pasa el tiempo. Tal como mencionamos hace poco en «El último cliente es el más rentable«, el tamaño importa. Todas las empresas tienen costes fijos que deben absorberse. Si la demanda final no vuelve a los niveles anteriores a la crisis para algunas de ellas, ¿cuántas empresas con calificación BBB conservarán su estatus investment grade? Para que quede claro, me refiero al mercado en conjunto. La realidad es que las empresas con un capital circulante negativo y modelos de negocio muy perjudicados son las más vulnerables y cuyas valoraciones resultan menos apropiadas. Las que ofrecen perfiles de riesgo atractivos son aquellas con altas barreras de entrada, una propiedad intelectual exclusiva o un modelo de «crear una vez y vender muchas veces». Esos son los activos en los que vale la pena invertir.

En vista del telón de fondo cada vez más incierto, me preocupan los inversores pasivos en el universo de la deuda corporativa con calificación investment grade. Aunque la inversión pasiva tiene una propuesta de valor y una exposición de mercado rentable y debería formar parte de la construcción de carteras, presenta la contrapartida de que encauza el capital en lugar de invertirlo. Encauzar no es invertir, ya que no tiene en cuenta los fundamentales. En la situación actual, creo que basarse en los fundamentales puede revestir más importancia que nunca. Una célebre cita de Rufus Miles dice «La opinión de uno depende de dónde esté sentado». Sus palabras, conocidas como la Ley de Miles, se han interpretado de diferentes maneras. No obstante, para mí, siempre han hecho referencia a una falta de objetividad. Por tanto, y para ser transparente, debo decir que yo tampoco soy objetivo. Además de mi trabajo como estratega de inversión mundial para MFS, soy el gestor de carteras principal de dos estrategias. La primera es una estrategia de renta variable long-short, y la otra es una cartera de renta fija multisectorial cuya finalidad es generar un rendimiento superior al del mercado de renta variable y, al mismo tiempo, superar al mercado de renta fija. Las dos estrategias están gestionadas activamente y mantienen un posicionamiento defensivo en comparación con sus perfiles históricos. Por tanto, mi opinión también depende de dónde estoy sentado.

 

 

Columna de Robert M. Almeida, Jr., gestor de carteras y estratega de inversión mundial en MFS Investment Management.

 

 

Información importante

El índice S&P 500 ex-Financials mide la rentabilidad de las 500 compañías cotizadas en bolsa de mayor tamaño de Estados Unidos que participan en el mercado estadounidense de renta variable, excluidas las del sector financiero. El índice MSCI Europe ex-Financials mide la rentabilidad de los valores de mediana y gran capitalización de 15 mercados desarrollados de Europa, excluidos los del sector financiero. El índice Bloomberg Barclays US Credit Corporate mide la rentabilidad del mercado de deuda con calificación investment grade de Estados Unidos. El índice Bloomberg Barclays Euro Aggregate Corporate mide la rentabilidad del mercado de deuda con calificación investment grade compuesto de bonos denominados en euros. El índice Bloomberg Barclays US Corporate High Yield mide la rentabilidad del mercado de deuda de alto rendimiento de Estados Unidos. El índice Bloomberg Barclays Pan-European High Yield mide la rentabilidad del mercado de deuda de alto rendimiento compuesto por bonos denominados en euros, libras esterlinas, coronas danesas, coronas noruegas, coronas suecas y francos suizos. Bloomberg Index Services Limited. BLOOMBERG® es una marca comercial y una marca de servicio de Bloomberg Finance L.P. y sus filiales (conjuntamente, «Bloomberg»). BARCLAYS® es una marca comercial y una marca de servicio de Barclays Bank Plc (conjuntamente con sus filiales, «Barclays»), y se usa con licencia. Bloomberg o sus licenciantes, incluida Barclays, son los titulares de todos los derechos de propiedad sobre los índices Bloomberg Barclays. Ni Bloomberg ni Barclays aprueban o avalan este material; no garantizan la precisión ni la integridad de la información que se recoge en él; no ofrecen garantía alguna, ni expresa ni implícita, en relación con los resultados que se obtengan basándose en él, y, hasta donde permita la ley, ninguna de ellas asumirá responsabilidad alguna por daños o perjuicios que surjan en relación con este material. «Standard & Poor’s® » y «S&P® » son marcas registradas de Standard & Poor’s Financial Services LLC («S&P») y Dow Jones es una marca registrada de Dow Jones Trademark Holdings LLC («Dow Jones»); S&P Dow Jones Indices LLC cuenta con la debida licencia para la utilización de estas marcas registradas, y MFS dispone de la adecuada sublicencia para determinados fines. El índice S&P 500® es un producto de S&P Dow Jones Indices LLC, y MFS cuenta con la debida licencia para su utilización. Ni S&P Dow Jones Indices LLC, ni Dow Jones, ni S&P ni sus respectivas entidades afiliadas patrocinan, avalan, venden o promocionan los productos de MFS. S&P Dow Jones Indices LLC, Dow Jones, S&P y sus respectivas entidades afiliadas tampoco ofrecen garantía alguna respecto de la conveniencia de invertir en tales productos. Fuente de los datos de índices: MSCI. MSCI no ofrece garantía o declaración alguna, ni expresa ni implícita, y no asumirá responsabilidad alguna en relación con cualesquiera datos de MSCI incluidos en el presente documento. Los datos de MSCI no pueden redistribuirse ni emplearse como base para otros índices, ni para ningún valor o producto financiero. MSCI no ha aprobado, revisado ni elaborado el presente informe.

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¿Qué países siguen presentando deficiencias estratégicas en materia de PBCyFT?

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Pixabay CC0 Public Domain. El GAFI actualiza la lista de países que presentan deficiencias estratégicas en PBCyFT

El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) ha publicado su actualización trimestral de los países con deficiencias en la prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo (PBCyFT). Con ello, busca que se apliquen medidas para proteger el sistema financiero internacional de los riesgos continuos e importantes en esta materia.

Esta nueva actualización, que recoge aquellos países con jurisdicciones de alto riesgo que presentan carencias graves en prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo (PBCyFT), excluye a Islandia y Mongolia. Según GAFI, ambos países han implantado mejoras relevantes en sus sistemas de prevención.

De este modo, la lista recoge incluye ahora a Albania, Bahamas, Barbados, Birmania, Botsuana, Camboya, Corea del Norte, Ghana, Irán, Jamaica, Mauricio, Nicaragua, Pakistán, Panamá, Siria, Uganda, Yemen y Zimbaue. Asimismo, desde la organización realizan una “llamada a la acción” en los casos de Corea del Norte e Irán.

Compromiso social y emergencia climática: claves para la gestión empresarial en un entorno incierto

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Pixabay CC0 Public Domain. edificios

La importancia de la gestión de la reputación, la marca, el propósito, la sostenibilidad, la ética y la transparencia de las empresas ha crecido en los últimos cinco años, en un contexto marcado por la incertidumbre, la crisis del coronavirus y la creciente desconfianza de la sociedad hacia las instituciones. Esta es una de las principales conclusiones del informe Approaching the Future 2020: Tendencias en Reputación y Gestión de Intangibles, elaborado por Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership y CANVAS  Estrategias Sostenibles. 

Según el documento, que realiza una radiografía de las tendencias que marcan las decisiones estratégicas en la gestión de los intangibles de las empresas, las “expectativas sociales en un entorno de incertidumbre” lideran el ranking de prioridades para los directivos. “La desconfianza hacia las instituciones refleja una falta de cohesión social y un cambio de paradigma que desvela el informe. Vemos una ciudadanía más activista que busca y espera soluciones a las desigualdades sociales, exige empresas responsables y rechaza las que no están alineadas con sus valores personales. En este contexto, las organizaciones tienen la oportunidad de fortalecer su reputación y liderazgo para ser valoradas como parte de la solución a los grandes retos”, explica el informe. 

Así, y tal y como apunta Eduardo Navarro, presidente de Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership y director de Estrategia y Asuntos Corporativos de Telefónica, “las compañías que sepan gestionar su reputación, su marca, su comunicación y sus activos intangibles en esta situación de alta incertidumbre y gran transformación empresarial y social, van a ser capaces de generar valor a medio y largo plazo para sus clientes, para sus empleados, para sus accionistas y para la sociedad en general”. 

La segunda tendencia más relevante es “el calentamiento global y la emergencia climática”. El documento señala que la declaración de estado de emergencia climática se produce en un entorno de creciente sensibilización de la sociedad, que reclama a gobiernos y empresas que pasen a la acción. Pero los compromisos adquiridos hasta la fecha no son suficientes: solo uno de cada cuatro directivos está trabajando actualmente en iniciativas de cambio climático, con la integración de sus riesgos asociados (54%), la medición, reducción y compensación de la huella de carbono (32%) o la gestión y reducción de residuos (24%), entre otras medidas. 

“La emergencia climática es, en sí misma, una amenaza para la estabilidad social, política y económica de los países, y obliga al sector empresarial a dar un paso más en su compromiso con este reto global. Empresas, gobiernos y tercer sector deben unir sus fuerzas y colaborar para tratar de frenar la incertidumbre que genera el calentamiento global y avanzar hacia un futuro más justo para las personas y el planeta”, sostiene Isabel López, socia fundadora de CANVAS Estrategias Sostenibles.

Precisamente, la tercera tendencia en el ranking, “agenda 2030, una década para la acción”, es la prioritaria cuando hablamos de sostenibilidad tanto para los directivos como para los ciudadanos. En 2020 ha crecido un 12% el número de empresas que ya están trabajando en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, preferentemente en el ODS 8 Trabajo decente y crecimiento económico (42%), ODS 5 Igualdad de género (32%) y ODS 17 Alianzas para lograr los Objetivos (31%). 

¿En qué trabajan las organizaciones?

En cuanto a las tendencias más abordadas por las organizaciones, la primera es “Marcas comprometidas, marcas que se diferencian”. Según refleja el estudio, casi la mitad de los directivos (48%) están buscando la diferenciación de su marca a partir del propósito de la empresa y de valores como la integridad, la fiabilidad, y la confianza. Esta tendencia está, además, entre la más relevante para los ciudadanos. 

“Un año más, el informe pone de relieve el valor que representa la definición y activación de un propósito corporativo que vaya más allá del negocio y se arraigue en el centro de la estrategia y la toma de decisiones. A lo largo de estos cinco años han aumentado las voces que exigen un nuevo modelo económico global con líderes más comprometidos y empresas capaces de dar respuesta a las necesidades y expectativas de los grupos de interés”, valora Claudina Caramuti, socia fundadora de CANVAS Estrategias Sostenibles

En segundo lugar, se encuentran las iniciativas empresariales de la “Agenda 2030, una década para la acción”, en la que están trabajando el 41% de las empresas. Y, en tercer lugar se ubican los esfuerzos por ‘Medir los intangibles: un reto por alcanzar’: el 37% de las empresas trabaja en la medición de sus intangibles y el 59% afirma utilizar estas métricas para la toma de decisiones. Pero no es una tarea sencilla: el 71% de los expertos destaca la dificultad de convertir las métricas de intangibles en indicadores sólidos que demuestren su impacto en el negocio, y el 46% señala como obstáculo la mentalidad cortoplacista de las empresas, que entra en conflicto con la visión de creación de valor a largo plazo. 

“La necesidad de medir los intangibles es determinante para demostrar su aportación a la creación de valor en el largo plazo. Necesitamos avanzar en la incorporación de indicadores no financieros sólidos y vinculados a las políticas de remuneración, como la reputación, la marca y la satisfacción de clientes en el cuadro de mando de las organizaciones”, subraya Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership.

Carmignac analiza las perspectivas de la renta fija latinoamericana tras el impacto del COVID-19

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América Latina, al igual que todo el mundo, ha visto cómo la crisis sanitaria dañó su economía generando problemas de crecimiento en todos países, lo que tendrá una relación directa para los activos de renta fija, analiza Joseph Mouawad de Carmignac.

Entre las economías estudiadas por la firma están las principales del continente latinoamericano como Brasil, México, Argentina y Chile.

Brasil es el país más afectado, que ha pasado a ser el segundo país por detrás de EE.UU. con más de un millón de personas contagiadas, según datos oficiales.

Sin embargo, los estados de San Pablo y Río de Janeiro han levantado los confinamientos para apuntalar la economía.

A los problemas sanitarios, el presidente Jair Bolsonaro debe enfrentar cuestiones políticas como no tener el control de la Cámara de Diputados y sufrió diversas renuncias de sus ministros clave como Sanidad y Justicia.

Los mercados esperan que se aprueben reformas y Bolsonaro “lo tendrá complicado” en ese sentido. No obstante, el riesgo político parece estar bastante descontado por los mercados.

Por otro lado, las medidas de estímulo aplicadas por China orientadas a las infraestructuras dieron lugar a un repunte en el segmento de materiales que resultó favorable para Brasil y no se produjo un episodio de inflación tras la devaluación de la divisa, por lo que está bastante barata y las exportaciones resultan competitivas.

En ese sentido, la devaluación del real brasileño contribuyó al reequilibrio de la economía, y tanto la balanza por cuenta corriente como la balanza de pagos del país están mejorando gracias a estos elementos, lo que resulta favorable. 

Estos factores llevan a que se tenga “una cierta exposición a la deuda brasileña denominada en divisa extranjera y a la moneda del país en vista de la marcada depreciación de la moneda en lo que va de año: el real brasileño es la divisa que peor comportamiento registra en lo que va de año”, indica el informe el gigante sudamericano.

Chile por su parte, cuenta con el margen presupuestario necesario para aplicar medidas contracíclicas de relajación monetaria y presupuestaria y el comportamiento superior de los precios de los metales frente a los derivados del petróleo resulta favorable para el país.  

En cuanto a lo político, el gobierno chileno ha puesto sobre la mesa la posibilidad de llevar a cabo una expansión presupuestaria. Sin embargo, el informe aclara que las “medidas no deteriorarán la posición presupuestaria de forma significativa”.

En conclusión, la firma tiene una visión positiva de los activos chilenos, especialmente la deuda denominada en divisa local y la moneda del país.

Con respecto a México, el estudio destaca que el país cuenta “con el margen presupuestario necesario para apuntar una economía afectada por el COVID-19 gracias a las medidas de austeridad aplicadas en los últimos años”.

El Gobierno ha inyectado importantes volúmenes de liquidez en las empresas de cara a mejorar los parámetros de endeudamiento de estas.

En conclusión el informe destaca las “sólidas convicciones en la deuda mexicana denominada en divisa extranjera y la divisa del país, y la deuda pública y la deuda cuasi soberana parecen interesantes y baratas”.

La realidad argentina es inestable y por esa razón Carmignac se mantiene “al margen de todos los activos” de ese país y define que el calendario de deuda es ajustado.   

Además, “el país también ha introducido controles de capitales, lo que resulta desfavorable” y sigue “presentando una gran dependencia de la financiación en dólares estadounidenses”, asegura Carmignac.

En referencia a las divisas, el real brasileño es la moneda que está “bastante barata”, también destacan el peso mexicano y el chileno debido a la sólida posición presupuestaria.

 

Azimut Group ingresa al mercado privado de EE.UU. al adquirir una participación accionaria de Kennedy Lewis

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La firma europea de gestión en asset managment, Azimut Group, adquirió a través de su filial en EE.UU., Azimut Alternative Capital Partners (AACP), una participación minoritaria en Kennedy Lewis Investment Management y otras entidades afiliadas.

“El acuerdo es la primera transacción completada por AACP, que representa una importante hito y una demostración del compromiso de Azimut para perseguir sus objetivos en la industria de los mercados privados de EE.UU.”, dice el comunicado divulgado por las dos empresas.

Kennedy Lewis fue fundada en 2017 por David Chene y Darren Richman, y actualmente tiene un aproximado de 2.100 millones de dólares en AUM combinado y capital comprometido.

La firma, con un equipo de 28 profesionales, se enfoca principalmente en compañías medianas que enfrentan interrupciones, ya sea cíclicas, seculares o relacionadas con la regulación.

La transacción implica que AACP adquiere un 20% aproximadamente de participación como capital permanente en varias entidades de Kennedy Lewis.

Además, incluye un mecanismo para el ajuste de precios.

Por lo tanto, Azimut consolidará el AUM de Kennedy Lewis sobre una base proporcional y recibirá distribuciones proporcionales de la firma estadounidense.

Aproximadamente el 90% de los ingresos involucrados en el acuerdo se utilizarán para aumentar las inversiones de Kennedy Lewis en sus propios fondos.

AACP es parte de Azimut, que se estableció en 1989, con sede en Milán, Italia, con presencia en 17 países de todo el mundo con aproximadamente 65.000 millones de dólares en AUM total.

La filial se creó en noviembre de 2019 con el propósito de asociarse con asset managers de fondos alternativos con sede en Estados Unidos proporcionándoles capital permanente para crecer y alcanzar su mayor potencial comercial.

La fusión no generará cambios en la estrategia, la gestión, el proceso de inversión o las operaciones cotidianas de Kennedy Lewis o cualquier producto gestionado como resultado de la inversión de la firma europea en EE.UU.

 

 

Más allá del confinamiento: oportunidades y retos para el inversor en infraestructura

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Pixabay CC0 Public DomainFoto: Michael Roach . Foto: Michael Roach

Como eje central de la economía mundial en tiempos de recesión y de prosperidad, la infraestructura es un elemento crucial en el entramado de la sociedad moderna.

Pero el sector, que con frecuencia ha mostrado solidez durante bajones, no ha sido inmune a la preocupación en torno a la pandemia de coronavirus. Algunas acciones de infraestructura, especialmente las relacionadas con el transporte y la energía, se vieron atrapadas en la fuerte oleada de ventas sufrida por los mercados de renta variable en marzo de 2020.

Aunque las cotizaciones se recuperaron en distinta medida a nivel mundial desde los mínimos de marzo a lo largo del segundo trimestre, las políticas implementadas para combatir la propagación del COVID-19 han continuado trastocando a las empresas, afectando también a los inversores (al menos a corto plazo). El panorama económico permanece nublado, y es precisamente aquí donde creo que las compañías de infraestructura pueden mostrar su valor.

De cara al largo plazo, pienso que las oportunidades potenciales que presenta la inversión en infraestructura no solo permanecen intactas, sino que han aumentado. A medida que se acelera la transición hacia una economía digital y de bajas emisiones de carbono, se perfila de forma cada vez más clara la necesidad de invertir en una infraestructura nueva y mejorada.

La presión sobre los dividendos

El daño económico infligido por las medidas adoptadas en todo el mundo para combatir el virus ha puesto en peligro la capacidad de reparto de dividendos para muchos tipos de compañías, incluidas ciertas áreas del sector de la infraestructura.

Las empresas cuya actividad se ha visto gravemente trastocada por el confinamiento, como los aeropuertos, tienen sencillamente menos ingresos que distribuir a sus accionistas. En tales casos, la suspensión temporal de estas distribuciones suele ser en el interés a largo plazo de los inversores.

En otros casos, las compañías han optado por aplazar o recortar sus pagos de dividendo para mantener efectivo en sus balances durante un periodo de extrema incertidumbre. Aunque tomar tal medida podría ser lo más prudente, plantea retos inmediatos para quienes invierten para obtener renta.

La resiliencia de las utilities

En un entorno en que los dividendos se hallan bajo presión en los mercados globales, el valioso papel que pueden jugar las compañías de suministro público en una cartera es evidente. En mi opinión, este sector posee una solidez única entre las áreas generadoras de renta en un momento en que la economía mundial está sufriendo.

Por su naturaleza, el sector de utilities —que engloba a los proveedores de electricidad, agua y gestión de residuos— ha permanecido relativamente inafectado por el bajón económico de este año. Además, estos negocios y sus activos de infraestructura física suelen ser muy difíciles de reproducir y revisten una importancia vital para la economía, con lo que sus flujos de ingresos futuros pueden pronosticarse con mayor confianza que los de la mayoría de los sectores.

De hecho, en un entorno de incertidumbre económica como el actual, es el único sector de la renta variable estadounidense cuyas previsiones de ingresos futuros han sido revisadas al alza por los analistas en plena pandemia.

En el mundo de la inversión nunca hay garantías, pero ello revela cómo las utilities han sido un bastión de fortaleza durante este difícil periodo. Estas acciones no solo han mostrado más solidez que el conjunto del mercado en la primera mitad de 2020, sino que también han visto muy pocos recortes de dividendo.

Oportunidades en una recuperación «verde»

En adelante, las utilities figuran entre los sectores de infraestructura que más van a beneficiarse del aumento previsto del gasto público. Los gobiernos han anunciado enormes paquetes de estímulo fiscal por importe de billones de dólares dirigidos a estimular el crecimiento económico, y la inversión en infraestructura es una de sus prioridades.

En Europa, el tema de la sostenibilidad juega un papel central en el plan de recuperación. La «UE de nueva generación» tiene una política clara de fomento de las energías renovables y del transporte limpio, prestando asimismo atención a la renovación y la eficiencia de edificios e infraestructuras para respaldar una economía más circular.

Los compromisos con una mayor inversión en infraestructura «más verde» deberían suponer un fuerte viento de cola para compañías que poseen y desarrollan activos físicos como parques eólicos, plantas solares y redes eléctricas, todos ellos necesarios para la transición hacia un futuro de bajas emisiones de carbono. Este también es el caso de las empresas con infraestructura digital, un área que requerirá más inversión para mejorar la conectividad en la era digital.

Pese a lo difícil que puede ser mantener una perspectiva largoplacista ante un entorno de mercado tan incierto, creo que las compañías de infraestructura expuestas a estos giros estructurales en la economía y cuyos flujos de ingresos están respaldados por la propiedad de activos de infraestructura físicos están bien situadas para prosperar durante décadas.

 

Columna de opinión de Alex Araujo, gestor de fondos en M&G Investments

 

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«La ronda de noche» arroja luz sobre las disrupciones del mercado

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"La ronda de noche" arroja luz sobre las disrupciones del mercado
Pixabay CC0 Public Domain. "La ronda de noche" arroja luz sobre las disrupciones del mercado

A primera vista, parece poco probable que un lienzo holandés del siglo XVII pueda tener mucha importancia en el volátil entorno de inversión el que nos encontramos. No obstante, según Capital Group, si uno se toma su tiempo y observa cuidadosamente la obra maestra de Rembrandt, «La ronda de noche», advertirá que cada una de las personas que aparecen en el cuadro mira en una dirección distinta, con lo que todos poseen una perspectiva única de la reunión.

Casi 400 años después, el cuadro inspira al equipo de análisis multidisciplinar de la gestora, cuyo propósito consiste en identificar las disrupciones de mercado, sopesando los riesgos y evaluando las oportunidades que surjan en estos tiempos de crisis. Actualmente, se centran en el impacto del COVID-19,

«El objetivo del equipo de “ronda de noche” es valorar situaciones de alta incertidumbre, cuyo resultado es fundamentalmente impredecible, y estudiarlas desde todos los ángulos posibles», explica en un artículo Jared Franz, economista de Capital Group, responsable de EE.UU. y Latinoamérica. «Miramos en todas las direcciones, como las personas del cuadro, evaluando todos los escenarios posibles y considerando todos los resultados potenciales».

La ronda de noche - Rembrandt

Planificación, no predicción

Julian Abdey, gestor de renta variable de Capital Group y miembro activo del equipo “ronda de noche”, asegura que su regla de oro es: olvídate de toda idea preconcebida. “El punto de partida no es la creencia personal, sino que es fruto del análisis de lo que podría suceder. Se trata de evaluar los escenarios posibles, desde situaciones pésimas a óptimas, y comprender sus consecuencias”, asegura. En esencia, la tarea de los diferentes equipos de inversión consiste en determinar el grado de probabilidad de cada uno.

Según la gestora, el equipo de «ronda de noche» no actúa de manera independiente, sino que ayuda a toda la organización a tener más información a la hora de tomar decisiones de mayor calado. Se creó tras la crisis financiera mundial de 2008-2009 con el objetivo de planificar y anticiparse a recesiones profundas. Durante los últimos años, ha analizado el riesgo en el aumento en los niveles de deuda corporativa. Capital Group hace hincapié en que, este año el grupo se ha enfrentado a la que tal vez es la crisis “más abrumadora”: la pandemia de coronavirus.

El dilema de la deuda corporativa

En materia de análisis de la deuda corporativa, el equipo advirtió sobre el aumento de los niveles de deuda y el deterioro de las condiciones de crédito en el mercado estadounidense. Tras la crisis financiera, los bajos tipos de interés y la compra de deuda por parte de los bancos centrales crearon un entorno en el que muchas compañías podían tomar prestado grandes cantidades de dinero a unos costes mínimos históricos.

“Esta búsqueda del rendimiento, que se convirtió en el credo de algunos inversores, aceleró el proceso, fomentando que las compañías continuaran con su desenfreno de endeudamiento, pese al entorno económico de ciclo tardío”, señala gestora. Y lo que, a su juicio, es aún más preocupante: las empresas con calificaciones crediticias relativamente bajas constituyeron más del 50% del mercado el año pasado.

Capital Group - deuda corporativa

«Podíamos ver que el aumento de los niveles de la deuda corporativa estaba provocando un desequilibrio económico», comenta Franz. «Colaboramos estrechamente con nuestro equipo de renta fija para cuantificar el riesgo a la baja de determinados títulos de deuda corporativa, de manera que pudieran tomarse decisiones de inversión en base a cada valor particular”, revela.

La lucha contra el virus

El equipo de «ronda de noche» ha vuelto a estudiar la crisis del coronavirus desde todos los ángulos, lo que incluye una perspectiva económica, otra de mercado e incluso una en materia de sanidad. Todo parece indicar que la economía estadounidense registrará una recuperación en forma de U, indica Franz. En su opinión, los estímulos a gran escala desplegados por la Fed están ayudando a mitigar el impacto económico, pero el aumento de las tasas de contagio en muchos de los estados está dificultando la recuperación.

«Aún hay mucho que desconocemos acerca del virus, por lo que creo que los siguientes meses van a ser difíciles», comenta. «A largo plazo, no obstante, tal vez dentro de un año aproximadamente, la posibilidad de desarrollar una vacuna es bastante factible, lo cual presagia una recuperación más fuerte a finales de 2021 o principios de 2022″.

Si aplicamos una perspectiva histórica, el patrón se viene repitiendo desde ocasiones anteriores: los mercados ya han superado crisis semejantes, como la gripe porcina, el coronavirus MERS, el ébola o el Zika.

Capital Group - crisis

¿Cómo va a impactar a los mercados?

Capital Group cree que, en cierto modo, la pandemia ha acelerado tendencias que ya estaban en marcha, como el crecimiento del comercio electrónico y la informática en la nube. Compañías como Amazon, Netflix y Shopify han obtenido grandes beneficios gracias a esta era marcada por el mantra «quédate en casa». La cara opuesta de la moneda la conforman compañías como Airbus, Boeing y Royal Caribbean, que se ven severamente perjudicadas por esta situación. Sin embargo, ambos escenarios pueden presentar oportunidades de inversión atractivas, señala Anne-Marie Peterson, gestora de renta variable de Capital Group.

«Mi enfoque tiende más a una escala microeconómica que macroeconómica, pero no cabe duda de que el entorno macroeconómico actual es el precursor de un período de cambios extraordinarios», afirma. Peterson destaca que el equipo de «ronda nocturna» pone cuenta con un valioso grupo de analistas que evalúa estos eventos macroeconómicos con un gran nivel de detalle. “Esto nos ayuda a entender los riesgos y, por ende, a actuar convenientemente en materia de oportunidades a largo plazo, las cuales a menudo nacen durante épocas de crisis”, sentencia.

Una elección impugnada en EE.UU. sería el peor escenario para el mercado

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. Pexels

El candidato demócrata Joe Biden lidera la carrera hacia la Presidencia de EE.UU. contra el actual mandatario Donald Trump cuando todavía faltan más de tres meses para la contienda electoral, pero el resultado podría ser muy ajustado y generar impugnaciones que serían perjudiciales para el mercado, dice un análisis de BigSur Partners.

“El mayor riesgo que hemos estado considerando es una elección impugnada… En nuestra opinión, este sería un escenario muy malo para el mercado de valores, ya que estimaríamos una corrección entre el 10% y 30% en este caso”, dice el informe.

Los expertos toman como referencia lo que fue la impugnación en la elección del 2000 entre George W. Bush y Al Gore cuando hubo un recuento de votos en el estado de Florida y el S&P 500 perdió entre un 8% y 9%.

“Dado que consideramos que el entorno de polarización es mucho peor en 2020 que en 2000, esperaríamos una mayor corrección del mercado de valores en 2020 en un escenario de elecciones impugnadas”, dice el informe.

El estudio contempla cuatro indicadores que dan muestras de que ya se espera un triunfo demócrata en la Casa Blanca.

Por un lado, las encuestas y los mercados de apuestas se muestran favorables a Biden.

Por el otro, las acciones de las empresas que se beneficiarían con una victoria de Biden actualmente superan a las acciones de las empresas que mejorarían con una victoria de Trump.

Además, el mercado de valores chino muestra una fortaleza relativa que se podría atribuir al favoritismo de Biden de cara al 3 de noviembre.

Sin embargo,  el informe prevé que “aún es temprano” y que se tendrá “una mejor imagen” en agosto cuando falten tres meses para la contienda.

Históricamente, los mercados generalmente comienzan a fijar los precios en los resultados de las elecciones presidenciales tres meses antes, después de que los vicepresidentes han sido seleccionados”, asegura el texto.

BigSur no descarta una elección reñida y hace hincapié en la importancia que puede tener la realización de un debate o cualquier error de cualquiera de los dos candidatos que podría hacerle perder la elección.

Si bien, Biden está mejor perfilado que Trump en los ocho estados clave, esto podría cambiar rápidamente.

“No muchos votantes tendrían que cambiar de opinión para lograr una victoria cerrada, o incluso cambiar las elecciones. La polarización extrema, combinada con candidatos con poca popularidad en ambos lados aumenta la probabilidad de una victoria disputada. La victoria podría lograrse con una pequeña cantidad de votos, o un recuento provocado por acusaciones de restricciones injustas en la votación”, agrega BigSur.

Fuera del peor escenario ya explicado sobre una elección impugnada, los expertos analizan las posibles consecuencias para el mercado según puedan darse los resultados.

En la actualidad hay un consenso es sobre una victoria de Biden pero con el Partido Republicano controlando el Senado lo que “podría desencadenar una corrección entre el 5% y el 10% en el mercado”.

De lo contrario, un triunfo demócrata tanto en el Ejecutivo como en el Senado, lo que es difícil de imaginar, “significaría un gran riesgo para el mercado”, provocando una corrección de un 20%, asegura el informe.  

Si los republicanos mantienen la mayoría en el Senado reducirían la probabilidad de un aumento de impuestos.

Por otro lado, una victoria de Biden significaría un entorno alcista para la infraestructura, así como para la industria de la marihuana, pero también significaría una mayor regulación financiera y vientos en contra para las acciones de defensa.

Además, hay sectores como la tecnología que se verán afectados de diferentes maneras según cada empresa específica.

Por ejemplo, una victoria de Biden sería muy positiva para Tesla, ya que podría recibir subsidios ambientales implementados como parte de sus políticas contra el cambio climático.

Sin embargo, una victoria de Trump sería favorable a Facebook ya que probablemente se inclinará hacia una menor regulación.

Los principales sectores apalancados para una victoria de Biden serían las economías alternativas, energía sustentable e infraestructura, mientras que una victoria republicana favorece principalmente defensa, energía y farmacéutica.

Trump viene cayendo en las encuestas desde abril y según las últimas actualizaciones relevadas por BigSur, Biden lidera con el 60.4% a su favor en los mercados de apuestas y también lidera las encuestas nacionales con el 49%.

Además, una encuesta del Financial Times. predice que Biden ganará 308 de los votos del colegio electoral, mientras que se espera que Trump solo gane 132 (se necesitan 270 votos para ganar las elecciones)

Los expertos comentan que la crisis económica producto de la pandemia en EE.UU. podría dificultar que la popularidad de Trump levante cabeza de cara a noviembre.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el actual presidente se encontraba en una situación similar en 2016.