Expertos analizaron alcance del nuevo impuesto a las grandes fortunas planteado por Argentina

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Rodolfo Cénese (izquierda) y Pablo Coccorullo (derecha), expertos de KPMG Uruguay. ,,

Los potenciales perjudicados de un impuesto a las grandes fortunas en Argentina, actualmente en trámite parlamentario, tendrían buenos argumentos para interponer recursos ante la justicia, aunque es posible que los pagos tengan que hacerse antes del veredicto de la justicia. Esta fue una de las conclusiones del evento organizado por CFA Society Uruguay en alianza con CFA Society Argentina y WTC Montevideo Free Zone una conferencia online con tres destacados expertos de KPMG Argentina.

La presentación “El nuevo Impuesto a las Grandes Fortunas” fue impartida por Rodolfo Canese, socio de Impuestos y Legales; Pablo Coccorullo, gerente Senior de Impuestos y Legales; y Gonzalo Brest, gerente Senior de Legales, todos pertenecientes a KPMG, firma líder global en asesoramiento tributario.

“Argentina está viviendo una coyuntura muy particular, crisis económica, financiera, sanitaria y social. A esto se suma una mayor presión fiscal que tiene como objetivo hacer que las cuentas cierren. Para contribuir a que las familias que puedan verse afectadas entiendan las implicancias que pueden tener los nuevos impuestos y puedan preparase con tiempo, es que una vez más convocamos a expertos en la materia. Nadie mejor que ellos para explicar estos temas en forma muy sencilla y poder orientarnos en los pasos a seguir”, comentó a modo de presentación la presidenta de CFA Society Uruguay, Bárbara Mainzer.

El nuevo tributo, que ingresó como proyecto de ley al Congreso del vecino país para su discusión parlamentaria, tiene por objeto gravar por única vez a los altos patrimonios, que superen los 200 millones de pesos argentinos –unos 3 millones de dólares al tipo de cambio oficial-.

Canese señaló que se trata de un proyecto que en la actualidad aún está siendo discutido, por lo que genera mucha incertidumbre, ya que no se conoce el alcance exacto que tendrá y las implicancias jurídicas que introduciría. 

Podrá afectar a los argentinos residentes en Uruguay

Está dirigido a patrimonios personales de nacionales argentinos o residentes en el territorio, sin importar si mantienen vínculos económicos con el país. Es por eso que podrían verse afectadas las personas que radicaron su residencia fiscal en terceros países, entre ellos Uruguay, debido a que para la legislación argentina la nacionalidad es irrenunciable.

Coccorullo, por su parte, señaló que uno de los puntos de discusión del nuevo tributo es que no se prevén montos mínimos no imponibles, por lo que cualquier patrimonio por debajo de 200 millones de pesos argentinos estaría exento y cualquiera por encima, aunque se pase en un millón, estaría alcanzado por la totalidad de la alícuota.

Además, por cómo está planteado, no discrimina entre los diferentes activos que componen el patrimonio ni en la renta que genera. “Acá hay mucho patrimonio que es ilíquido, pensando en las grandes fortunas que ya se fueron del país y que mantienen en Argentina campos o empresas y que posiblemente deberán vender algunos de esos activos para pagar el nuevo tributo”, sostuvo.

Un impuesto controvertido que puede considerarse «confiscatorio»

En ese sentido, Brest analizó que tal y como está redactado el proyecto, viola el principio de la capacidad contributiva que deben cumplir los impuestos, que se mide en función de la posibilidad que tiene un patrimonio de generar renta. “Cuando pago un impuesto, no debería tener que vender un patrimonio para pagar”, señaló.

Otra lectura que se hizo es que la nueva imposición puede ser considerada técnicamente como “confiscatoria”, teniendo en cuenta que se añade al impuesto Bienes Personales – similar en sus características- e incluso es más gravoso.

Sobre el efecto que el nuevo tributo podría tener sobre los argentinos que eligieron Uruguay para instalar su residencia fiscal, explicaron que existe cierta discrecionalidad en el planteo normativo para poder incluir al país entre los listados como jurisdicciones de baja o nula tributación. Esto podría alcanzar a personas que optaron por residir hace años a nivel local y ya realizan aquí aportes por sus rentas y patrimonios.

“Uruguay es país cooperante, pero como hay un listado que tiene que publicar la AFIP, puede incluir países con un régimen especial, que da una exoneración que durante ese plazo te incluya como contribuyente argentino”, explicó Brest.

De todas formas, apuntó que existen criterios jurídicos que permitirían a los potenciales perjudicados por el tributo interponer recursos para evitar el pago. Las autoridades argentinas esperan que muchos paguen y otros no. Asimismo, se piensa que si no hay una media cautelar en algún momento se deberá pagar el tributo, y aunque varios años después la misma justicia le dé la razón al contribuyente, el pago quedará efectivo y cuando devuelvan el dinero estará devaluado.

 

¿Cómo impactará el resultado de las elecciones en la política exterior estadounidense hacia Latinoamérica?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cómo impactará el resultado de las elecciones en la política exterior americana hacia la región?

Como parte del webinar, Update Macroeconómico latinoamericano: analizando el COVID-19 y las elecciones estadounidenses (Latin America Macroeconomic Update: Assessing Covid-19 & US Elections), el equipo de Fitch Solutions abordó, entre otros temas, cuál será el impacto del resultado de los comicios del 3 de noviembre en la política exterior hacia Latinoamérica.

Según las estimaciones de Fitch Solutions, existe un 70% de probabilidad de que el candidato Biden gane elecciones, aunque hay una mayor incertidumbre acerca de quien mantendrá la mayoría en el Senado. Así, para Fitch Solutions hay un 35% de probabilidad que Biden gane y además los demócratas entren el Senado, un 35% de probabilidad que Biden sea ganador mientras que el Senado continuará en manos republicanas y un 30% de probabilidad que Trump sea reelegido y el Senado continúe bajo mayoría republicana.

En el caso de que Biden sea elegido residente, desde Fitch Solutions se muestran convencidos de que aumentará el alcance diplomático hacia la región y limitará el uso de aranceles y otros tipos de medidas que condicionan el comercio.

En cuanto a Venezuela, se espera que Biden apoye una respuesta multilateral a la crisis en el país y otorgue el estado de protección temporal (TPS- Temporary Protected Status) a más de 200.000 venezolanos en Estados Unidos. Además, el candidato demócrata se ha comprometido a un paquete de ayuda de 4.000 millones de dólares para ayudar a la emigración en El Salvador, Guatemala y Honduras.  

Por lado contrario, en caso de que Trump vuelva a ser elegido, los analistas de Fitch Solutions contemplan dos escenarios posibles. En el primero, se mantendría el status-quo regional, que implicaría el aumento de las sanciones hacia Nicolás Maduro y el gobierno PSUV, priorizar las acciones contra el narcotráfico y aumentar los fondos destinados a seguridad regional especialmente en Colombia y América Central, y por último adherirse al T-MEC ( tratado de libre de comercio entre Estados Unidos, México y Canadá) aunque manteniendo aranceles y amenazas de medidas punitivas para apoyar las políticas comerciales de  “América First”.  

Sin embargo, bajo un segundo escenario, Trump podría usar su segundo mandato para implementar una línea de ejecución más dura en su política exterior. En concreto, Trump podría desvincular a Estados Unidos de compromisos regionales o globales tales como la OTAN, OMC (Organización Mundial del Comercio) u otro tipo de acuerdos de libre comercio. Bajo este supuesto, el mandatario podría tener un enfoque más militar hacia Venezuela, pudiendo incluso autorizar acciones militares o encubiertas como medio para provocar un cambio de régimen. Por otro lado, tampoco puede descartarse que Trump opte por una política donde impulse su papel como negociador y de esta forma “alejarse de su postura de línea dura hacia los gobiernos de izquierda en Cuba o Venezuela e iniciar negociaciones para asegurar un legado que defina acuerdos de política exterior”, opinan desde Fitch Solutions

Sombrías perspectivas para la región en el largo plazo

En cuanto a la actualización de las perspectivas económicas para región, Fitch Solutions estima que el crecimiento medio de la región para el 2020 será del -7,3% y del 2,8% y 2,6% para los años 2021 y 2022 respectivamente.

 Es decir, esperan una recesión profunda en 2020 y una recuperación parcial en 2021 gracias a,  por un lado, un reinicio de las actividades de exportación, construcción e industrial en la mayoría de los países tras haber tenido periodos de confinamiento que se encuentran entre lo más largos del mundo,  y por otro, gracias  a la rápida recuperación de la economía china que ha impulsado la demanda de materias primas .

Sin embargo, en largo plazo, las expectativas de crecimiento para la región son débiles y están por debajo del resto de las regiones emergentes. Para Fitch Solutions, los motivos detrás de esta afirmación son “una confluencia de factores, incluida una débil demanda externa, bajo nivel de inversión y alto nivel de deuda”.

Así, para los analistas de Fitch Solutions los esfuerzos de desglobalización y las tensiones comerciales pueden poner a prueba el modelo de crecimiento de la región basado en materias primas. En este sentido, afirman que “los sectores primarios que han atraído capital en la región se enfrentan a un debilitamiento de perspectivas, particularmente a medida que China se reequilibra hacia un crecimiento impulsado por el consumo”.

Adicionalmente, los gobiernos no podrán compensar esta menor inversión con gasto público debido al aumento de la deuda para paliar los efectos de la pandemia y “a la creciente presión para utilizar el gasto para abordar las desigualdades sociales”, concluye el equipo de Fitch Solutions.

 

Las bajas tasas de interés estimulan la consolidación de la industria de seguros

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. Pexels

Las M&A impulsadas por capital privado se han convertido en una opción cada vez más atractiva tanto para las aseguradoras como para los gestores fondos, dice el último informe de Cerulli, US Insurance General Accounts 2020: Finding Solutions Outside the Core.

Mientras las empresas de seguros siguen enfrentando el desafío de volver a tipos de interés históricamente bajos, la amplia incertidumbre económica y el distanciamiento social pueden haber moderado el ritmo de los acuerdos de M&A.

Las compañías de seguros estadounidenses se encuentran entre los mayores inversores del mundo: los activos aumentaron un 6,7% en 2019 para alcanzar un total de 6.700 millones de dólares, la mayoría de los cuales se asignan a bonos a largo plazo con grado de inversión.

“El entorno de bajo interés deja muy poco espacio para un desempeño deficiente de la suscripción o de la administración de activos; es una amenaza creciente para los modelos comerciales de las aseguradoras”, afirma el director asociado, Robert Nelson.

Según la investigación, el 88% de las aseguradoras declaran bajas tasas de interés o generación de retornos o rendimiento en la parte superior de su lista de preocupaciones

Al buscar igualar los rendimientos de los activos con los pasivos suscritos y posicionar su negocio para un crecimiento a largo plazo, muchas aseguradoras buscan asociarse con empresas de capital riesgo.

Las aseguradoras dependen cada vez más de clases de activos de mayor rendimiento a través de cuentas separadas o en una estructura de fondos.

“Una toma de control de los activos de la cuenta general por parte de una empresa de capital privado le da a la aseguradora, en efecto, un administrador de capital privado afiliado y las ventajas de tarifas que normalmente se ven en escenarios de coinversión, una forma mucho más rentable y eficiente de lograr la exposición de alternativas deseada”, aseguró Nelson. 

La motivación de las firmas de capital privado para buscar activos de seguros es doble: obtienen un flujo de retorno confiable sobre el capital invertido al mismo tiempo que obtienen un capital permanente muy codiciado de la aseguradora.

“El capital permanente es más valioso para las empresas de capital riesgo porque es más rígido”, dijo el director asociado que agregó que el capital permanente se adapta perfectamente a las inversiones de horizonte temporal más largo por las que se conocen los inversores privados.

Comprar una participación en la aseguradora también ha demostrado ser una estrategia lucrativa en un entorno de valoraciones en aumento.

Si bien el flujo de acuerdos se ha desacelerado, los anuncios recientes muestran que los grandes actores de la industria del capital riesgo todavía están enfocados en la industria y dispuestos a apretar el gatillo para un objetivo que se ajuste a su estrategia comercial.

También hay evidencia de jugadores más pequeños que ejecutan estrategias de adquisición similares, concluyó Nelson.

El Asset Manager’s Guide 2020 de Funds Society está ya disponible para los lectores de Latinoamérica

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Hace ocho años lanzamos Funds Society con el objetivo de ser punto de encuentro para los miembros de la industria de Asset y Wealth Management de Latinoamérica, US Offshore y España. En este camino hemos ido lanzando nuevos productos, empezando por nuestra web www.fundssociety. com, las newsletters diarias globales y regionales, nuestros grupos de redes sociales en los que muchos de ustedes nos acompañan a diario, y nuestra revista trimestral en papel, que ahora también llega a todos nuestros suscriptores en formato digital.

Hace cuatro años decidimos lanzar una guía anual con los contactos de los administradores de fondos UCITS que hacen negocio en US Offshore, con el objetivo de acercar a nuestros lectores un directorio útil que les permita acceder a sus proveedores para las distintas familias de fondos con las que trabajan.

Ahora, en 2020, lanzamos esta misma guía para Latinoamérica. En ella compilamos los datos de más de 60 administradoras de fondos con equipo en la región presentando los datos básicos de contacto de las personas que trabajan cada día para dar el mejor servicio a los compradores profesionales de fondos mutuos.

Como todos saben, esta industria no para de moverse. Cada año hay nuevas fusiones y adquisiciones, así como constantes cambios en los equipos de desarrollo de negocio y servicio al cliente. 2020, a pesar de la irrupción de la pandemia de COVID-19, no ha sido una excepción, pero hemos tratado de mantener los datos lo más actualizados posibles a la fecha de la salida a imprenta de esta Guía.

Pedimos disculpas por adelantado ante cualquier error u omisión que se recoja en estas páginas, así como su colaboración para subsanarlo de cara a próximas ediciones. Siempre pueden contactarnos a través del correo electrónico info@fundssociety.com

Además del listado general, hemos incluido información adicional de 13 administradoras de fondos que han querido compartir con ustedes sus pro- puestas de negocio de forma más detallada.

Puede acceder a la guía usando este link

 

 

Joseph N. D’Agostino asume como jefe de desarrollo estratégico de Dynasty Financial Partners

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Foto cedida. Joseph N. D'Agostino

Dynasty Financial Partners anunció la contratación de Joseph D’Agostino como jefe de desarrollo estratégico, quien trabajará desde la sede de St. Petersburg, Florida y reportará directamente al presidente y director ejecutivo de Dynasty, Shirl Penney.

En su nuevo rol, D’Agostino trabajará en toda la organización para alinear la estrategia a largo plazo de Dynasty con la de sus clientes.

La estrategia incluye la aceleración del crecimiento del valor empresarial mediante la utilización de las plataformas tecnológicas, las ofertas de inversión y las soluciones de capital de la empresa.

También trabajará con los clientes de Dynasty para innovar y desarrollar los recursos adicionales que necesitan para satisfacer las crecientes necesidades de sus clientes y negocios.

Por otro lado, ayudará a promover el programa Advisor-to-CEO de Dynasty, que tiene como objetivo brindar las herramientas y capacitación a los advisors de la red para evolucionar como líderes y CEO de sus negocios en crecimiento.

D’Agostino se une a Dynasty Financial Partners procedente de WestEnd Advisors, una firma de gestión de activos institucionales independiente, donde fue Director de Operaciones. 

“Después de haber trabajado con Joe en el pasado en Citi / Smith Barney, estoy encantado de darle la bienvenida a Dynasty. Como un experimentado de la industria con un recorrido notablemente diverso y consumado, aporta una profunda experiencia en wealth management y clientes de patrimonio neto ultra alto a nuestros Network Advisors”, dijo Shirl Penney, presidente y director ejecutivo de Dynasty Financial Partners.

D’Agostino por su parte dijo estar “muy emocionado” de unirse a Dynasty Financial Partners, una firma a la que cataloga como “de emprendedores de clase mundial que sirve a otros emprendedores talentosos para cuidar mejor a sus clientes y construir mejores negocios”

Joseph N. D’Agostino tiene más de 35 años de experiencia en servicios financieros.

Durante la mayor parte de su carrera ocupó una serie de funciones de creciente responsabilidad en Morgan Stanley-Smith Barney y empresas predecesoras.

.Inició su carrera como asesor financiero y luego fue gerente de sucursal en tres ubicaciones y regiones de oficinas diferentes

En 2012, pasó al lado del investment management cuando se unió a American Century Investments para liderar el desarrollo comercial y la estrategia de distribución.

Más recientemente, fue director de operaciones de WestEnd Advisors, una firma de gestión de activos institucionales independientes.

Es licenciado por el College of the Holy Cross y MBA por la Columbia Business School.

Actualmente vive en Charlotte, NC con su esposa, Kitty, y se trasladarán a St. Petersburg, FL, donde Dynasty trasladó su sede en 2019.

El acalorado debate entre Trump y Biden no dejó señales claras para los inversores

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Wikimedia Commons. ,,

El primer debate entre Donald Trump y Joe Biden de cara a las elecciones presidenciales de EE.UU. ha sido muy polémico desde lo mediático y no brindó información útil para los inversores, según los analistas.

El encuentro, que se desarrolló en Cleveland y se destacó por el desorden, dejó en el tintero varios temas vinculados a los mercados.

Sin embargo, las declaraciones del presidente Trump sobre una posible impugnación y resistencia a dejar el cargo aumentó la incertidumbre para los inversores y con ello la volatilidad del mercado, que se espera que persista al menos hasta el 3 de noviembre.

Esto hizo caer a los mercados este miércoles y también aumentaron los indicadores de volatilidad evidenciando el nerviosismo que dejaron las declaraciones de Trump.

Para Stephanie Kelly, economista política de Aberdeen Standard Investments, “fue un debate desordenado y agresivo, con insultos y un lenguaje que desafía las normas”.

Sin embargo, Kelly no cree que Biden haya salido particularmente “mal parado y se las arregló para asestar unos cuantos golpes a Trump, que estaba en una posición particularmente ofensiva”.

En este sentido, para la experta, las expectativas y las encuestas sólo habrían cambiado por una pobre actuación de Biden, que hubiera amenazado su ventaja.

Así que mucho ruido, pero ninguna señal real para los inversores”, concluyó Kelly que de todas maneras admite que el “estilo particularmente agresivo” de Trump puede retribuirle votos en algún segmento de la población.

Por otro lado, el analista de la plataforma eToro, Adam Vettese, matizó el resultado del debate alegando que los futuros de las acciones de EE.UU. apuntaron ligeras caídas ya que ninguno de los candidatos salió victorioso del debate en la noche del martes.

Según Vettese, esto hace que las elecciones sigan muy parejas, “lo que genera incertidumbre para los inversores”.

En cuanto a noticias más positivas, Vettese repasó cómo el índice de confianza del consumidor de Conference Board llegó a su nivel más alto desde que comenzó la pandemia, pasando de 86,3 en agosto a 101,8 este mes.

“Se había previsto un aumento mucho menor, con opiniones más favorables de lo anticipado sobre las condiciones comerciales y del mercado laboral empujando a estas cifras más hacia arriba”, comentó.

Sin embargo, la cifra, que superó lo esperado, no logró impulsar a los mercados.

Trump y Biden no ahondaron en sus propuestas sino que fue intercambio de acusaciones personales constante.

Sin embargo, hay diferencias bien marcadas entre el presidente y su contraparte demócrata.

Mona Mahajan, estratega de inversión en Estados Unidos de Allianz Global Investors remarcó los puntos más marcados entre las diferencias de ambos en un análisis previo al debate.

Tienen diferencias políticas sustanciales sobre los impuestos a las empresas, la energía y el comercio entre EE.UU. y China, pero puntos de vista generalmente similares sobre los precios de los medicamentos, las empresas tecnológicas de gran capitalización y las infraestructuras.

Si bien los valores de empresas tecnológicas de gran capitalización de EE.UU. han liderado todos los sectores del mercado durante la crisis del Covid-19, un conjunto más amplio de regiones y sectores geográficos pueden beneficiarse del próximo repunte económico.

La tecnología emergente (incluida la 5G, la inteligencia artificial y la ciberseguridad), las infraestructuras y la energía limpia pueden tener unas perspectivas sólidas después de las elecciones.

Mahajan coincide con otros analistas que el período previo a las elecciones presidenciales puede ser volátil: históricamente, a los mercados les ha ido peor en las semanas previas al día de las elecciones que en el período comprendido entre el día de las elecciones y fin de año.

 

 

Las tres diferencias políticas que los inversores deberían vigilar en la carrera presidencial de Estados Unidos

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Pixabay CC0 Public Domain. Las tres diferencias políticas que los inversores deberían vigilar en la cerra presidencial de Estados Unidos

El presidente Donald Trump y el ex vicepresidente Biden tienen visiones notablemente diferentes sobre los impuestos, la energía y el comercio entre China y Estados Unidos. Estas visiones diferentes tienen un impacto sustancial en los mercados y las carteras de inversión. 

A medida que las elecciones presidenciales estadounidenses del próximo 3 de noviembre se acercan, la carrera entre Trump y Biden se intensifica. Si bien es mucho lo que está en juego en este ciclo electoral, las tres esferas de política señaladas podrían tener un gran impacto en los mercados y en las asignaciones de las carteras. Los inversores deberían planificar el ajuste de sus carteras en función de la dirección de la política tras las elecciones, aunque la tecnología y la infraestructura emergentes pueden resultar ganadoras independientemente del resultado electoral. 

Política fiscal para las empresas

Mientras que las políticas sobre los impuestos para las empresas de Trump son ostensiblemente más “amigables” con el mercado, el plan de Biden puede ser compensado por otras iniciativas que busquen y apuesten por el crecimiento. Biden quiere revertir los recortes de impuestos de la administración Trump de 2017, elevando la tasa de impuesto corporativo del 21% al 28% (manteniéndola por debajo de la tasa del 35% anterior a 2017) y creando un impuesto mínimo del 15% para las compañías que ganen 100 millones de dólares o más. También planea duplicar la tasa de impuestos para las filiales extranjeras de empresas estadounidenses. 

Estas políticas probablemente perjudicarían las ganancias de los sectores que más se beneficiaron de los recortes impositivos de Trump (incluidos el sector financiero, los productos básicos de consumo y los servicios públicos), así como las grandes empresas multinacionales con operaciones en el extranjero. Sin embargo, Biden tiene previsto invertir en áreas de crecimiento como la energía limpia y la tecnología 5G. Además, la economía de los Estados Unidos se está recuperando de la recesión, por lo que es posible que Biden no haga de las subidas de impuestos una prioridad inmediata. Además, no hay garantías de que se aprueben, especialmente si el Congreso sigue dividido.

Por su parte, Trump quiere mantener el status quo. Los recortes de impuestos corporativos que implementó en 2017 fueron diseñados para ser permanentes, y también es probable que quiera convertir los recortes temporales de impuestos para las personas en permanentes. Sin embargo, gran parte depende de qué partido controle el Congreso de los EE.UU. después de las elecciones: un Congreso demócrata sería mucho menos receptivo a las propuestas de impuestos de Trump.

Política energética

Respecto a la política energética, con Biden como presidente se podrían crear oportunidades para la energía limpia, mientras que otro mandato de Trump apoyaría el régimen energético existente. En este sentido, Biden planea realizar importantes inversiones en áreas como la energía renovable y la protección del clima. Su política exige una inversión de 2 billones de dólares en energía solar, eólica y otras fuentes de energía limpia, así como incentivos para que los fabricantes produzcan vehículos eléctricos de cero emisiones y viviendas de bajo consumo energético.

El plan Trump se centra más en las fuentes de energía tradicionales como el petróleo, el gas natural y el carbón, que representan más del 80% del total de la energía utilizada en los Estados Unidos (frente al 10% de la energía renovable). El actual presidente proporcionaría un régimen fiscal y reglamentario más favorable para la energía tradicional, así como su apoyo al fracking (técnica de perforación utilizada para extraer petróleo o gas natural del subsuelo). La administración Trump cree que sus políticas energéticas han hecho que los EE.UU. sean menos vulnerables a las crisis de Oriente Medio o a las de la OPEP.

Política comercial con China

En este caso, los candidatos serían duros con China, ya que ambos pretenden fortalecer el liderazgo tecnológico de Estados Unidos frente a China. El presidente Trump ha hecho de las relaciones comerciales entre ambos países una prioridad para su administración, a menudo actuando unilateralmente o por orden ejecutiva. 

Los dos países llegaron a un acuerdo comercial en Fase 1 en enero, pero desde entonces y debido a la pandemia las tensiones entre ambos países se reanudaron, así como las prácticas comerciales de las empresas tecnológicas chinas. En un segundo mandato, es probable que Trump continuase con la misma retórica dura que ha llevado hasta ahora, así como su enfoque unilateral. Lo que tal vez genere volatilidad en el mercado durante los próximos años.

Por su parte, Biden también ha prometido ser «duro con China», pero ha señalado que prefiere formar coaliciones, es decir, llevar a la mesa de negociaciones a los aliados de los Estados Unidos, los grupos empresariales y las organizaciones ambientales. Es probable que su administración también tenga una visión poco favorable sobre las empresas tecnológicas chinas. Por ello Biden propone una inversión de 300.000 millones de dólares en tecnología para Estados Unidos (incluidos los de 5G, AI y ciberseguridad) para seguir siendo competitivos con los chinos (véase el gráfico). El Presidente Trump probablemente también estuviera a favor de que Estados Unidos sea un líder en el ámbito de la tecnología, aunque no se ha comprometido con ninguna nueva medida política para apoyar esto.

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A pesar de sus muchas diferencias, Biden y Trump tienen la misma visión sobre algunas áreas, algo de lo que los mercados no se están percatando. Por ejemplo, ambos candidatos apoyan la necesidad de establecer una forma de bajar los precios de los medicamentos, están a favor de una mayor regulación para las grandes compañías tecnológicas estadounidenses y ambos esperan aprobar importantes paquetes de infraestructura de los EE.UU., apoyando áreas como ciudades, carreteras y aeropuertos inteligentes. Aunque, Biden apuesta por que todo este desarrollo se base en energías limpias. 

La pandemia mundial es el gran comodín en este año electoral. Históricamente, los mercados han tenido peores resultados en las semanas anteriores al día de las elecciones que en el período comprendido entre el día de las elecciones y el final del año (véase gráfico inferior). Esto se debe probablemente a que a los mercados no les gusta la incertidumbre: una vez que una elección ha terminado, los mercados son capaces de empezar a factorizar las políticas del próximo presidente.

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Al mismo tiempo, la pandemia del COVID-19 hace que este sea un año electoral muy inusual para los mercados. Mientras los candidatos presidenciales discuten sobre cómo abordarían la pandemia, los mercados están procesando nuevos datos sobre brotes, vacunas, terapias con medicamentos y el ritmo de la recuperación económica, además del nivel de apoyo monetario y fiscal que ha proporcionado un suelo a los mercados hasta ahora.

Si la economía mundial se recupera en los próximos 12 a 18 meses, esperamos ver una participación sectorial y geográfica más amplia en el alza del mercado, más allá del liderazgo de la industria tecnológica de gran capitalización de Estados Unidos que ha tenido durante la crisis. Los inversores tal vez deseen tener esto en cuenta, junto con las propuestas de los candidatos, para considerar las asignaciones a determinados sectores. Los sectores cíclicos (como determinados industriales, energéticos y financieros), la tecnología emergente con potencial de crecimiento a largo plazo (como los 5G, la inteligencia artificial y la ciberseguridad), la infraestructura y la energía limpia pueden ser todos ellos posibles ganadores en una era electoral estadounidense posterior a 2020.

Tribuna de Mona Mahajan, Director, US Investment Strategist de Allianz GI

Credit Suisse capta 212 millones de dólares para su primer fondo de impacto dedicado a la salud de los océanos

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Pixabay CC0 Public Domain. Credit Suisse capta 212 millones de dólares para el primer fondo de impacto dedicado a la salud de los océanos

Credit Suisse, en asociación con Rockefeller Asset Management (RAM), ha lanzado el Credit Suisse Rockefeller Ocean Engagement Fund, la primera estrategia de impacto de renta variable para abordar la salud de los océanos en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de las Naciones Unidas: la vida bajo el agua. 

Según señala la entidad, el fondo ya ha recaudado 212 millones de dólares. Esta estrategia ofrece a los inversores minoristas e institucionales la oportunidad de obtener alfa y participar en una economía azul sostenible. Como asesores de inversión del fondo, RAM emplea una estrategia fundamental de renta variable global que invierte en 30-50 valores dentro del universo personalizado relacionado con la actividad de los océanos.

La capacidad de participar mediante una representación activa de los derechos de los accionistas se tiene en cuenta a lo largo de todo el proceso de inversión, recurriendo a los conocimientos especializados sectoriales sobre los océanos de la Fundación Océano (The Ocean Foundation). Según explican desde la entidad, una de las características innovadoras del fondo es el compromiso y la inversión junto con tres temas oceánicos clave: la prevención de la contaminación, transición del carbono y conservación del Océano.

«El océano es una de las temáticas donde menos se invierte en relación a los objetivos de sostenibilidad de las Naciones Unidas, aunque más de un tercio de los inversores institucionales han expresado su interés en invertir en la Blue Economy. Nos sentimos muy contentos de liderar el camino que permita a los inversores generar un impacto en relación a esta temática», ha señalado Marisa Drew, directora de sostenibilidad y responsable global de asesoramiento en estrategia de sostenibilidad y finanzas (SSAF) de Credit Suisse.

Por su parte, Casey Clark, responsable global de ESG de Rockefeller y co-gestor fondo, apunta que lograr un compromiso constructivo por parte de los accionistas es una parte fundamental y con un objetivo de larga duración del proceso de inversión de Rockefeller Asset Management en su empeño por crear valor para los accionistas y catalizar el cambio positivo. “Estamos entusiasmados por el interés en el fondo y la oportunidad de asociarnos con Credit Suisse en esta innovadora solución que esperamos anime a otros a aumentar su interés por la llamada Blue Economy», ha afirmado Clark. 

Credit Suisse y Rockefeller Asset Management, la división de gestión de activos de Rockefeller Capital Management, con la participación de The Ocean Foundation, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la conservación de los entornos oceánicos en todo el mundo, tratarán – de manera conjunta -de asesorar y mantener a las compañías en las que invierte lejos de prácticas perjudiciales para los océanos, mediante el diálogo con sus equipos de gestión.

El fondo ofrece a los inversores, con una inversión mínima de 100 dólares, una oportunidad diferente para orientar a las empresas en cartera a mejorar aquellas prácticas que puedan resultar perjudiciales para los océanos. El objetivo es buscar mayores rendimientos financieros a la vez que se ayuda a las compañías a, por ejemplo, realizar la transición para eliminar la contaminación por plásticos, mitigar el aumento del nivel del mar, mitigar la acidificación de los océanos y ayudar a mejorar las prácticas de pesca sostenible. El fondo está disponible para negociación diaria después de su suscripción.

Según explica la entidad, las decisiones de inversión del fondo estarán impulsadas por la creencia de que la industria está diferenciando cada vez más entre las “mejores empresas de cada categoría» y aquellas que muestran las mayores mejoras en su huella global de ESG. En este fondo, la mejora se da en el contexto de la salud de los océanos. Los «mejoradores» tienden a ser los más infravalorados y proporcionan a los inversores un mayor potencial para generar alfa. La identificación de empresas en este espacio junto con la participación de los accionistas puede catalizar aún más el cambio.

Banca March y J.Safra Sarasin se alían para lanzar una estrategia de renta variable sostenible

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Pixabay CC0 Public Domain. Banca March y J.Safra Sarasin se alían para lanzar una estrategia de renta variable sostenible

La entidad española Banca March y el banco familiar suizo J. Safra Sarasin han anunciado el lanzamiento conjunto de una nueva estrategia de renta variable sostenible, el fondo JSS Sustainable Equity – SDG Opportunities. Este vehículo de inversión será distribuido por Banca March en España y por J. Safra Sarasin en el resto de los países donde la entidad española no esté presente. 

Según explican desde Banca March, el fondo estará compuesta por una cartera concentrada de entre 40 y 50 compañías, el 70% de ellas serán de gran capitalización y un 30% small caps, elegidas siguiendo el análisis bottom-up, un enfoque fundamental y usando una metodología propia de análisis de factores ESG.  

Además, el fondo centrará su inversión en cuatro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas asignándoles diferentes pesos en la composición de la cartera: un 41% en necesidades básicas, un 17% en capital natural, un 25% en empoderamiento y un 17% en transición energética. El Sustainable Equity – SDG Opportunities invertirá de forma global, aunque tendrá una mayor exposición a Estados Unidos, Europa y Asia. En cuanto al tipo de sector, sus objetivos de inversión le hacen estar más expuestos a compañías de salud y bienestar, industrias, tecnología de la información, utilities y consumo básico, entre otros. 

En este sentido, la filosofía del vehículo de inversión es apostar por un futuro sostenible, frente al que hay que adaptarse o desaparecer, seleccionando aquellos “ganadores de mañana” y logrando así cambiar el mundo. Por parte de Banca March, este tipo de producto complementa su apuesta por la inversión socialmente responsable (ISR) y su visión de la ESG de forma integral.

Japón: hacia la continuidad bajo la figura de Yoshihide Suga

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Foto cedida. Japón: hacia la continuidad bajo la figura de Yoshihide Suga

Se cumple un mes desde que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, anunciara su retirada del cargo por enfermedad. Ahora su sustituto, el recién elegido Yoshihide Suga, tiene por delante unos retos muy claros: hacer frente al choque del COVID-19, la contención del virus y la reapertura segura de la actividad social y económica. En este sentido, la mayoría de las gestoras apuntan por una visión y política de continuidad basada en las tres líneas de las  “Abenomics” (estímulo monetario, fiscal y reformas estructurales).

En opinión de Sree Kochugovindan, analista económico senior de Aberdeen Standard Investments, Suga es una figura de continuidad. «Suga ha estado muy involucrado en la aplicación de las Abenomics, y se ha comprometido a centrarse en las reformas estructurales y la desregulación y existen pocos indicios de que se vaya a poner en marcha un nuevo enfoque en la inflación. Sin embargo, se espera que los cambios de política sean graduales y limitados, especialmente en un contexto en el que se corre el riesgo de que se celebren elecciones anticipadas durante el año que viene. La relación con el Banco de Japón puede evolucionar, ya que Suga se ha pronunciado más que el Primer Ministro Abe en cuestiones como la estabilidad de la moneda. Sin embargo, sus recientes comentarios refuerzan nuestra opinión de que el objetivo de inflación del 2% es más un símbolo de decepción política que una guía realista para los inversores», explica Kochugovindan.

En opinión de Piya Sachdeva, economista de Schroders, Suga podría reactivar las reformas estructurales, aunque su máxima prioridad es contener el Covid-19. Según el experto, Suga ya ha expresado su visión de continuar y mejorar las «Abenomics»: agresiva flexibilización monetaria, fuerte gasto público y reformas para hacer la economía japonesa más competitiva y elevar el crecimiento a largo plazo. “Suga podría incluso reavivar la reforma estructural, ya ha expresado su objetivo de reducir las tarifas de telefonía móvil, promover la digitalización y consolidar los bancos regionales”, añade Sachdeva.

En este sentido, a pesar de los años de flexibilización monetaria cuantitativa y cualitativa, el control de la curva de tipos y los tipos de interés negativos que se extendían más allá de la zona de la curva a 10 años, el Banco de Japón había luchado por elevar la inflación incluso antes de esta crisis. “Suga ha subrayado la importancia de una estrecha relación con el banco central bajo su dirección, que podría profundizarse aún más con el tiempo. Aunque el Primer Ministro Abe rara vez presionó al Banco de Japón para que adoptara medidas políticas específicas, algunas noticias antiguas sugieren que Suga había presionado al Banco de Japón para que ayudara a frenar la apreciación del yen, un cambio potencial que merece la atención de los inversores”, añade el analista de Aberdeen Standard Investments.

Tomoya Masanao, jefe de PIMCO en Japón apunta que el Banco de Japón puede cambiar de rumbo hacia la normalización de las políticas monetarias. “En el horizonte de medio a largo plazo creemos que estos desafíos darán lugar a un mayor riesgo de inestabilidad política e incertidumbres, lo que podría crear una mayor volatilidad en los mercados financieros y probablemente pesará sobre el rendimiento de los activos de riesgo nipones. Los mercados de bonos japoneses también podrían experimentar una mayor volatilidad. Los rendimientos podrían disminuir aún más en caso de restricción fiscal, aunque podrían aumentar si alguna forma extrema de monetización de la deuda causa finalmente la pérdida de confianza de los inversores o desencadena rebajas de calificaciones soberanas o la normalización de la política del BOJ”, señala Masanao.

Otras gestoras opinan que la política monetaria no cambiará de rumbo. Según explica Sam Perry, gestor de acciones japonesas de Pictet AM, el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, reelegido para segundo mandato de cinco años, que termina en 2023, conservará el marco monetario ultra-laxo que puso en marcha poco después de que Abe lo reclutara.  “En su intento por derrotar a la deflación ha llevado los tipos de interés a corto plazo a mínimo histórico de menos 0,1 % y mantenido la rentabilidad a vencimiento de los bonos a diez años en torno a cero por ciento. Esto no quiere decir que sea completamente inflexible. Kuroda es consciente de los efectos secundarios negativos de algunas de sus políticas, sobre todo para los bancos de Japón, que tienen dificultades para aumentar beneficios a medida que la curva de rentabilidades a vencimiento se aplana. Pero la política monetaria permanecerá facilitadora bajo su mandato y posiblemente más allá”, afirma Perry.

Próximos desafíos

Para Masanao, el próximo o los próximos líderes de Japón tendrán que afrontar, paradójicamente, las consecuencias de la estabilidad política y la longevidad que disfrutó Abe. “Se han hecho pocas de las necesarias reformas económicas. Realmente, la Administración Abe no hizo el mejor uso de su capital político para enfrentar los desafíos estructurales de una población que envejece, ni tampoco realizó las reformas necesarias para un bienestar económico sostenido. El Gobierno solo se dedicó a echar balones fuera en una discusión políticamente controvertida sobre los ya insostenibles sistemas públicos de pensiones y de salud. La movilidad de la mano de obra sigue siendo extremadamente baja en Japón debido a un sistema laboral y una regulación inflexibles. Y, lo que es más, la COVID-19 ha revelado la notablemente pobre implementación de la tecnología de la información y las soluciones digitales en Japón, tanto en el sector privado como en el público. Es probable que Japón tenga más dificultades que otros países para reasignar la mano de obra y el capital para adaptarse al mundo posterior al coronavirus”, argumenta Masanao. 

Además, señala que Suga tiene un gran reto respecto a la política fiscal. En este sentido explica: “A largo plazo, sin embargo, es posible que los futuros líderes políticos recurran a una flexibilización fiscal más agresiva, lo que podría provocar una pérdida de confianza de los inversores en la trayectoria de la deuda pública del Japón o, al menos, desencadenar una reducción de la calificación de la deuda soberana del Japón. Pero, al mismo tiempo, el país del Sol Naciente podría elegir prematuramente a halcones fiscales como líderes políticos o, como mínimo, políticos con un sesgo menos dovish, una posibilidad que no debe descartarse dada la preocupación del público en general por la deuda de la nación que supera el 250% de su PIB este año”.