La Fed marca tres criterios para subir los tipos y pasa la pelota a la política fiscal
| Por Beatriz Zúñiga | 0 Comentarios
Ya conocemos los detalles de la nueva hoja de ruta de la Fed: tipos de interés sin cambios a largo plazo (al menos hasta 2023), esperar a que la inflación se sitúe “moderadamente” por encima del 2% durante “cierto tiempo”, continuar comprando activos al ritmo actual, para sostener el funcionamiento del mercado y favorecer unas condiciones financieras “holgadas”, y descartar los tipos negativos. Ahora bien, ¿qué implica todo ello?
En primer lugar, toda la expectación está puesta en la evolución de la inflación. En opinión de Sandrine Perret, economista senior de Vontobel AM, como era de esperar, el FOMC reforzó su guidance a futuro en línea con el nuevo objetivo de inflación. “Debido a que la incertidumbre sobre el ritmo de la recuperación, la trayectoria de la COVID-19 y la posible llegada de la vacuna sigue siendo elevada, la Fed se mantiene firme y las últimas actualizaciones de las previsiones y la orientación futura de los tipos de interés oficiales están en consonancia con la nueva estrategia de inflación. El mantenimiento de la postura política sugiere que el Comité sigue estando satisfecho con las medidas actuales y la compra de activos y quiere mantener la flexibilidad para ajustarlas en los próximos meses”, explica Perret.
En este sentido, Patrice Gautry, economista jefe de Union Bancaire Privée (UBP), profundiza: «El Comité tendrá como objetivo lograr una inflación moderadamente superior al 2% durante algún tiempo, de modo que la inflación media sea del 2% a lo largo del tiempo y las expectativas de inflación a largo plazo se mantengan bien ancladas en este porcentaje”.
En segundo lugar, Powell reforzó el mensaje lanzado en Jackson Hole dando detalles de cómo es la nueva orientación sobre las tasas de interés. En opinión de John Bellows, gestor de Western Asset, la nueva orientación ha sido algo más ambiciosa de lo que muchos esperaban. “En particular, se establecen tres criterios que deben de cumplirse para justificar un aumento de tipos de interés: que la inflación suba al 2%, que este indicador muestre síntomas de “estar en camino de exceder moderadamente el 2% por algún tiempo” y que el mercado laboral esté en “máximo empleo”.
En tercer lugar, la reacción del mercado fue bastante tibia. En palabras de Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía, la intervención de Jerome Powell fue “decepcionante”. El experto indica que los tipos cero que ayer anunció el banco «bien podría llegar a 2024», pero advierte que «los inversores esperan algo más que tipos bajos y mensajes de prudencia» y advierte que «hemos hecho adictos a los mercados a las inyecciones de dinero y a los estímulos externos, sean fiscales o monetarios». Por ello, señala que «bolsas y bonos reflejan cierto desencanto por no ver satisfechas sus demandas en esta sesión» de la Fed. Además, del Pozo adelanta que «es posible que la semana que viene tengamos alguna novedad» en forma de nuevos estímulos fiscales por parte de la Administración Trump.
En la sesión de ayer, los principales índices estadounidenses sufrieron una ligera corrección: S&P -0,4%; Nasdaq -1,2%. Según los analistas de BancaMarch, “los comentarios de la Fed, que apuntan a una recuperación más o menos rápida de la actividad económica pero todavía por debajo de niveles anteriores a la pandemia y con un escenario incierto, provocaron las caídas de aquellos sectores con mayores avances en los últimos meses, encabezado por el sector tecnológico. Así, las caídas se situaban en un rango del 1,5% y el 3% en compañías como Alphabet, Microsoft, Tesla, Netflix, Amazon, Apple, Facebook y Nvidia.
“En cuanto a la compra de activos, Powell se abstuvo de dar más detalles sobre el futuro de las compras de QE, pero declaró que al menos el ritmo actual seguía siendo apropiado por el momento (80.000 millones de dólares/mes de bonos del Tesoro, 40.000 millones de dólares/mes de MBS), pero todavía tienen la flexibilidad para poder hacer más. Esto fue probablemente un poco decepcionante en relación con las expectativas, también porque Powell no dijo explícitamente si la Fed comenzaría a comprar bonos del Tesoro con vencimientos más largos que los actuales. Pero los treasuries a largo plazo no reaccionaron con especial fuerza y la reacción del mercado de bonos en general fue muy débil”, añade Perret.
Y, en cuarto lugar, con su intervención, Powell sitúa la pelota en el tejado de la política fiscal. “Parece que ha habido un debate sobre nuevas medidas de política monetaria, y en particular sobre la orientación futura. La reunión del FOMC ha dado lugar a dos voces disidentes en la nueva declaración. Powell recordó a los responsables de la formulación de políticas que debían liberar el camino para un estímulo fiscal adicional, que actualmente está bloqueado por la división partidista del Congreso. El ajuste fiscal injustificado es actualmente la mayor amenaza para la recuperación de la economía de los Estados Unidos. Consideramos que la declaración es un viento en contra para el dólar americano, ya que su ventaja en el tipo de interés no volverá”, apunta David Kohl, economista jefe alemán de Julius Baer.
En esta línea, Edoardo Fusco, analista de mercado de la plataforma de inversión multi-activos eToro, añade que, a pesar de las revisiones al alza de las perspectivas macroeconómicas de EE.UU. para el año, la Fed ha confirmado su intención de perseguir una mayor inflación como un medio para priorizar la recuperación económica, con el objetivo de lograr más crecimiento económico y empleo.
“Powell confirmó la decisión de tasas bajas hasta 2023 y básicamente está pasando la pelota a la política fiscal. Al mismo tiempo, los inversores están asumiendo que el futuro estímulo fiscal será financiado por la compra adicional de bonos por parte de la Reserva Federal. En general, podría ser una hipótesis peligrosa pero, sin ella, el riesgo de una espiral descendente de la economía podría ser aún mayor», afirma Fusco.
James McCann, economista global senior de Aberdeen Standard Investments, propone comparar la gestión que está haciendo la Fed ahora con la que hizo en el anterior ciclo. Y de ese comparación, saca una conclusión clara: la Fed está acertando más. «La institución subió los tipos por primera vez a finales de 2015 con la tasa de desempleo al 5% y la inflación en 0,9% anual (la subyacente en el 1,2% anual). Si se aplica correctamente, este nuevo marco debería evitar este tipo de errores de política, y mantener la política muy solidaria a lo largo de la recuperación».
Proyecciones económicas
Por último, la mayoría de las valoraciones apuntan que las perspectivas algo más optimistas que ha mostrado la Fed sobre el crecimiento y la inflación, en combinación con las perspectivas a medio plazo sin cambios de la tasa de los fondos federales, deberían anclar las expectativas de los mercados de un nivel más bajo durante más tiempo por ahora.
“En la rueda de prensa, Powell reafirmó las perspectivas más optimistas, pero volvió a reconocer la incertidumbre que persiste en relación con la pandemia. Después de todo, dependiendo de las circunstancias, la Reserva Federal sigue estando dispuesta a ajustar todas sus herramientas según sea necesario. Esto también incluiría las compras a lo largo de la curva del Tesoro. Para nosotros es una clara señal de que alguna forma de extensión del vencimiento, por ejemplo, el control de la curva de rendimiento, permanece en las cartas. Por último, pero no por ello menos importante, Powell volvió a pedir apoyo fiscal, ya que especialmente las personas de bajos ingresos se beneficiarían de esto. Esto puede ser también un indicio de su pensamiento sobre el máximo empleo”, añade Christian Scherrmann, economista sobre Estados Unidos en DWS.
Para Anna Stupnytska, economista global Fidelity International, aunque la Fed reconoció que las perspectivas para la economía habían mejorado con respecto al pasado mes de junio, el lenguaje utilizado siguió haciendo hincapié en la incertidumbre relativa a la evolución del virus y los consiguientes riesgos para las perspectivas. «Desde la última reunión, la economía ha emitido claros síntomas de rebote, sustanciados en las constantes sorpresas al alza en el mercado laboral y la tendencia a la baja de los contagios. Las condiciones financieras se han relajado más y ahora están en niveles aún más expansivos que antes de la COVID. Esta coyuntura suscitó cierta urgencia para actuar decisivamente en la reunión de este mes a la vista del reciente cambio de marco», explica Stupnytska.
En opinión de Mellon, a estas alturas del ciclo económico, la Fed quiere evitar que los inversores teman un endurecimiento inminente de la política monetaria. Por eso, durante la rueda de prensa posterior a la reunión, Powell le restó importancia a los buenos datos económicos que se han registrado últimamente, enfatizó las dificultades a largo plazo a las que se enfrenta la recuperación e hizo hincapié en la necesidad de aplicar más estímulos fiscales. «El mensaje principal es que, más que tolerar un aumento de la inflación, la Fed desea que la inflación supere el 2% durante algún tiempo. También destacó que llevará bastante tiempo, ya que la tendencia central de sus previsiones de inflación la sitúa por debajo de este objetivo hasta 2023», argumenta Vincent Reinhart, economista jefe de Mellon, parte de BNY Mellon IM.
Para Reinhart, el mensaje es importante: «La palabra que más repitió Powell durante la rueda de prensa fue powerful (potente) para describir una regla de política monetaria más bien vaga. Se trata, en esencia, de una declaración pública de que la Fed usará su amplio margen de discrecionalidad para fomentar el pleno empleo. Como el mago de Oz, el presidente preferiría que nadie mire detrás de la cortina y que, simplemente, confíen en que la Fed hará su trabajo».