HSBC Global Asset Management y la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) listaron en el SIC el ETF HSBC Hang Seng TECH UCITS (con clave HSTEN MM), el primer y único ETF UCITS que replica el comportamiento del índice Hang Seng TECH.
Este ETF, que tiene un TER de 0,50%, ha sido diseñado para brindar a los inversionistas acceso al sector de tecnología de rápido crecimiento de China siguiendo el desempeño del índice Hang Seng TECH, que tiene como objetivo capturar el potencial de las 30 compañías de tecnología más grandes que cotizan en la Bolsa de Valores de Hong Kong. El índice contiene empresas de cinco sectores diferentes que incluyen tecnología de la información, industria, salud, consumo discrecional y finanzas.
Entre varios criterios de elegibilidad, las empresas incluidas en el índice deben tener una alta exposición comercial a al menos uno de los cinco temas tecnológicos. También se les exige que pasen por un screening de potencial de innovación, bajo el criterio de que operan un modelo de negocio habilitado para Internet o una plataforma móvil, tienen una fuerte inversión en investigación y desarrollo o un crecimiento” de ingresos anuales de en al menos el 10%.
«El sector tecnológico de China ha experimentado un crecimiento explosivo en los últimos años y la región es el segundo centro mundial más grande de empresas unicornio, las cuales se benefician del acceso a incentivos gubernamentales y del mercado interno de rápido crecimiento de consumidores de clase media y conocedores de la tecnología. El ETF HSBC Hang Seng TECH UCITS ofrece a los inversionistas una forma transparente y rentable de invertir en este creciente sector y aprovechar la oportunidad única que representa», explicó Olga de Tapia, directora global de Ventas de ETFs de HSBC Global Asset Management.
Por su parte, María Ariza, directora general de BIVA, señaló: “El listado de este ETF es una muestra clara del esfuerzo constante de BIVA por seguir innovando en el sector bursátil, además del trabajo en conjunto con HSBC, mediante la atracción de nuevas opciones con la finalidad de que los inversionistas puedan cumplir sus objetivos. Estamos muy estusiasmados porque este ETF, una vez más comandado por HSBC, amplía la oferta de ETFs de BIVA que siguen una ruta hacia China, uno de los mayores mercados del mundo”.
HSBC Global Asset Management en los mercados asiáticos ofrece también el HSBC Asia Pacific ex Japan Sustainable Equity UCITS ETF, el primer ETF UCITS sustentable del mercado que ofrece exposición a un índice de referencia de Asia Pacífico (con excepción de Japón) y el HSBC MSCI China UCITS ETF, cuyo objetivo es replicar el comportamiento del índice MSCI China.
Casi un año después del inicio de la pandemia de COVID19, está claro que los responsables políticos están dispuestos a llevar sus economías al límite para generar una inflación por encima del objetivo. Dada la naturaleza exógena de la crisis por el COVID-19, los responsables políticos no se han visto afectados por las preocupaciones de riesgo moral que constantemente bloquearon su respuesta en la crisis financiera mundial (CFG). Esto ha sido evidente tanto en la magnitud como en la velocidad de la reacción política a la crisis de COVID-19 frente a 2008.
«La inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario»
Milton Friedman
Podemos ver el impacto de la expansión de los balances de los bancos centrales en las principales variables monetarias (para enero de 2021: Oferta monetaria estadounidense M2 +26% interanual, oferta monetaria británica M4 +13% interanual, oferta monetaria de la zona del euro M3 +13% interanual). A largo plazo, sabemos que existe una estrecha relación entre el crecimiento del dinero en sentido amplio y la inflación. Todo esto se ve reforzado por la retórica de los bancos centrales. A diferencia de los ciclos anteriores, cuando la Reserva Federal (Fed) endureció su política mucho antes de que la inflación se situara de forma sostenible por encima del 2%, los bancos centrales han sido explícitos al afirmar la improbabilidad de dicha evolución, lo que concede más tiempo al aumento inicial de la inflación.
En el ámbito fiscal, los gobiernos tienen posiblemente sólo tres maneras de manejar la enorme cantidad de deuda que se está emitiendo: 1) incumplimiento 2) aumento del crecimiento nominal para amortizar la deuda 3) deflación del valor real de la deuda mediante una inflación progresiva.
Esta última es la única opción conveniente para los responsables políticos en la actualidad. En cuanto a la magnitud de la respuesta fiscal, el desempleo relacionado con la pandemia ha costado a los sectores domésticos estadounidenses 330.000 millones de dólares en pérdida de ingresos salariales, aunque estos mismos sectores ya han recibido 1 billón de dólares en transferencias agregadas. Esta cifra excluye el inminente gasto fiscal de Joe Biden. Los sectores domésticos de EE.UU. disponen actualmente de un exceso de ahorro de 1,4 billones de dólares. Se trata de una enorme cantidad de combustible para la demanda reprimida, que probablemente se encontrará con una oferta limitada a medida que la economía vuelva a abrirse.
«Sólo el gobierno es capaz de tomar un papel perfectamente limpio, cubrirlo con tinta perfectamente fresca y convertir la combinación en algo sin valor»
Milton Friedman
Síntomas observables
En los sectores de alta demanda (electrodomésticos, ferretería) ya se observan signos de expansión de los márgenes. Los alquileres de la vivienda representan el 40% del índice de precios al consumo (IPC) básico en Estados Unidos. Durante el año hasta el cuarto trimestre de 2020, la mediana de los alquileres solicitados creció al ritmo más rápido registrado (+18% interanual). El índice de precios pagados de enero, un subcomponente del índice de gestores de compras (PMI) del sector manufacturero del Instituto de Gestión de Suministros (ISM), ha alcanzado los niveles más altos de la década. Fuera de Estados Unidos, los precios de las materias primas y del petróleo ejercen un fuerte impulso inflacionista a corto plazo. Los precios de los fletes en contenedores al contado desde Shanghái triplican los niveles de mayo de 2020, una tendencia que se repite en otros índices de fletes.
El gráfico de puntos de la Fed, utilizado para señalar las perspectivas de la trayectoria de los tipos de interés, señala la primera ascensión en 2023. Creemos que es muy probable que el gasto de consumo personal básico se sitúe por encima del objetivo de la Fed a finales de 2021, lo que podría desencadenar una colisión entre la Fed y el mercado a finales de este año.
«La inflación es la única forma de tributación que puede imponerse sin necesidad de legislación»
Milton Friedman
Medidas recomendadas
La reflación, la protección contra la inflación, la sostenibilidad fiscal y el factor valor son, en nuestra opinión, los temas más atractivos de la renta fija y las divisas. Los swaps de inflación a 10 y 30 años en EE.UU. representan una forma directa de beneficiarse potencialmente de las expectativas de inflación creciente. El IPC de EE.UU. ha tenido una media de alrededor del 2,5% en los últimos 30 años, mientras que los puntos de equilibrio a 10 y 30 años cotizan actualmente al 2,2-2,3%. Esperamos que las curvas se inclinen por la reflación y la incontinencia fiscal.
Asimismo, cabe considerar aspectos más idiosincrásicos y de valor relativo con respecto a las temáticas más amplias. Por ejemplo, los datos económicos de Noruega siguen siendo sólidos. El país es un exportador de materias primas y el Norges Bank es uno de los pocos bancos centrales que proyecta un crecimiento de los tipos de interés a finales de este año. Desde una perspectiva fiscal, creemos que la corona noruega se beneficia de la circunstancia de que el fondo soberano de Noruega debe vender divisas para comprar coronas noruegas con el fin de financiar el gasto fiscal. En nuestra opinión, Noruega es excepcional en términos de sostenibilidad fiscal: los activos gestionados del fondo soberano superan la deuda pública, lo que significa que Noruega tiene la envidiable ventaja de una necesidad de financiación bruta negativa. Otras posibles operaciones de valor relativo que recogen los factores idiosincrásicos relativos, además de las divergencias en las perspectivas de crecimiento / inflación / fiscalidad, podrían incluir posiciones en el Reino Unido y Nueva Zelanda frente a Canadá, por ejemplo, y en la parte delantera del mercado de deuda pública australiana frente a la estadounidense, por ejemplo.
En última instancia, creemos que los participantes en el mercado están subestimando los riesgos de inflación y, en nuestra opinión, el conjunto de oportunidades en la renta fija y las divisas parece convincente.
Columna de Adrian Owens, director de inversiones, y Rahul Mathur, gestor de inversiones en GAM Investments.
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Pixabay CC0 Public Domain. Fiscalidad global, China y cambio climático: los grandes temas geopolíticos que los inversores deben tener en cuenta
Mientras que los bonos soberanos de los mercados emergentes tienen una historia que se remonta a la década de 1980, comenzando con los bonos Brady que fueron emitidos principalmente por los países latinoamericanos como una forma de reestructurar su deuda, los bonos corporativos de los mercados emergentes son más recientes.
De hecho, los índices de JP Morgan, que son el estándar del sector para el seguimiento de las empresas de los mercados emergentes, no han existido hasta las dos últimas décadas. A continuación, abordamos algunos mitos más extendidos sobre la clase de activos de los bonos corporativos de los mercados emergentes.
Mito 1: Los bonos corporativos de los mercados emergentes son una clase de activos «de nicho”
Esto pudo ser cierto hace una década, pero la realidad es que actualmente esto es muy distinto. Entre 2009 y 2019, el volumen de bonos corporativos de mercados emergentes en circulación creció un 294%, superado únicamente por el crecimiento de las empresas locales de mercados emergentes. En la actualidad, los bonos corporativos de los mercados emergentes denominados en dólares son una clase de activos de 2,5 billones de dólares; el doble del tamaño del mercado de alto rendimiento (high yield) de Estados Unidos y también el doble del tamaño del mercado de bonos soberanos de los mercados emergentes en dólares.
De hecho, la clase de activos ha crecido hasta tener el mismo tamaño que el mercado europeo de grado de inversión (investment grade). El gran tamaño del mercado de bonos corporativos de los mercados emergentes difícilmente puede calificarse de «nicho». Además, esta clase de activos cuenta entre sus filas con algunas de las mayores y más reconocidas empresas del mundo que emiten bonos. Entre ellas se encuentra el Industrial and Commercial Bank of China (ICBC), el mayor banco del mundo por activos, con una base de activos de 4,3 billones de dólares, casi el doble que JP Morgan Chase, y Saudi ARAMCO, el mayor productor de petróleo del mundo. De hecho, Baidu, Alibaba y Tencent, los gigantes de Internet, así como Teva Pharmaceuticals, el mayor fabricante de medicamentos genéricos del mundo, emiten bonos en este mercado.
Mito 2: Las empresas de los mercados emergentes tienen más riesgo que los bonos soberanos de los mercados emergentes
Los datos sugieren lo contrario. Los inversores en bonos de países emergentes denominados en dólares están sujetos a dos fuentes principales de riesgo: el crédito (riesgo de diferencial) y la duración (riesgo de tipo de interés). En cuanto al riesgo de tipo de interés, los soberanos de los mercados emergentes suelen tener curvas más desarrolladas y tienden a emitir bonos de mayor duración en comparación con sus homólogos corporativos.
El JPM EMBI Global Diversified Index, que representa a los soberanos de los países emergentes denominados en dólares, tiene una duración de 8,3 años, casi tres años más que su equivalente corporativo, el JPM CEMBI Diversified Index, cuya duración es de 5,1 años.
En pocas palabras, en igualdad de condiciones, una inversión de 1.000 dólares estadounidenses en deuda soberana de los mercados emergentes podría perder 83 dólares de su valor si los tipos de interés suben un 1%, frente a los 51 dólares de un inversor en deuda corporativa de los mercados emergentes. Desde el punto de vista del riesgo crediticio, las empresas de los mercados emergentes han sido sistemáticamente una clase de activos con calificación investment grade, mientras que los soberanos de los mercados emergentes han oscilado entre las calificaciones investment grade y high yield.
Además, durante la última década, las empresas de los mercados emergentes han demostrado una notable resistencia en tiempos de crisis. Como muestra el siguiente gráfico de rendimiento, durante el inicio de la pandemia mundial del COVID-19, cuando los diferenciales de crédito se ampliaron a un ritmo más rápido que incluso la crisis financiera mundial (CFG), las empresas de los mercados emergentes se comportaron mejor que prácticamente todas las clases de activos comparables, con la excepción de las empresas estadounidenses con calificación investment grade, que se beneficiaron del apoyo fiscal directo de la Reserva Federal. Además, las empresas de los mercados emergentes han tenido, históricamente, menos impagos que los soberanos, como muestra la siguiente tabla:
Además, las empresas de los mercados emergentes han experimentado mayores tasas de recuperación en caso de impago en comparación con los soberanos de los mercados emergentes. Los incidentes de impago mucho más elevados en los mercados emergentes soberanos pueden explicarse en parte por los niveles de apalancamiento generalmente más altos en relación con las empresas.
Mito 3: Un emisor corporativo de los mercados emergentes es tan bueno como el país en el que está domiciliado
Esto es cierto sólo en parte. Hay varios factores que determinan hasta qué punto un emisor corporativo puede desviarse de su soberano subyacente. Por ejemplo, según Fitch Ratings, factores como la proporción del EBITDA externo de la empresa que proviene de fuentes extranjeras frente a las locales, la importancia estratégica de la empresa para el país y la forma en que está constituida jurídicamente influyen para determinar si está sujeta a una «restricción por país». Por ejemplo, FEMSA, una empresa de bebidas y venta al por menor, y América Móvil, un operador de telecomunicaciones, están domiciliadas en México. Debido a la gran diversificación de sus negocios y a su presencia global, las respectivas calificaciones crediticias a largo plazo de estos emisores son de «A» y «A-«5 respectivamente, en comparación con la calificación soberana de México de «BBB-«5.
Dicho de otro modo, se ha considerado que estos emisores tienen una solvencia significativamente mayor que los países en los que están domiciliados. Otra prueba de la resistencia de las empresas frente a los conflictos soberanos puede observarse en dos países. De los cuatro impagos soberanos de los mercados emergentes en 2020, dos también tenían bonos corporativos que formaban parte de los índices de bonos globales, Argentina y Zambia. Como muestran los siguientes gráficos, aunque los bonos corporativos se vendieron inicialmente en línea con los respectivos bonos soberanos, se recuperaron significativamente en cada caso para cotizar a la par o cerca de la par, mientras que los soberanos incumplieron sus emisiones.
No cabe duda de que las empresas de los mercados emergentes han madurado hasta convertirse en una clase de activos por derecho propio. A medida que la búsqueda de rendimiento continúa en todo el mundo, en nuestra opinión, esta clase de activos sigue siendo una alternativa mejor a los bonos soberanos de los mercados emergentes o a los bonos corporativos de los mercados desarrollados debido a la deseable trinomio de alta calidad media, riesgo moderado de tipos de interés y rendimientos normalmente superiores a los del mercado.
Además, como muestra el gráfico siguiente, añadir una asignación de bonos corporativos de mercados emergentes a una cartera global de FI mejora históricamente el potencial de subida y la diversificación, contribuyendo a una cartera más eficiente.
Pixabay CC0 Public Domain. Aegon AM convierte su estrategia Global Diversified Growth en un fondo sostenible
Aegon Asset Management ha completado la transformación del Aegon Global Diversified Growth Fund en una estrategia multiactivo centrada en la sostenibilidad. Como reflejo de este cambio, a partir del 1 de abril de 2021 el fondo pasará a denominarse Aegon Global Sustainable Diversified Growth Fund.
Según explica la gestora, este cambio se produce después de que el Aegon Diversified Growth Fund, domiciliado en Reino Unido, también haya adoptado un enfoque sostenible y haya pasado a llamarse Aegon Sustainable Diversified Growth Fund, como anunció Aegon AM a principios de mes.
Co-gestionado por Colin Dryburgh y Robert-Jan van der Mark, del equipo de multiactivos de Aegon AM, el fondo se propone generar una rentabilidad del 4% por encima de la inflación a través de una cartera diversificada de acciones, bonos y activos alternativos de todo el mundo. En enero de 2020, los gestores empezaron a reposicionar la cartera para aprovechar temáticas de inversión atractivas relacionadas con la sostenibilidad, comenzando con la asignación a renta variable global y siguiendo con las asignaciones a renta fija y activos alternativos. El nombre y la política de inversión del fondo se modificarán para reflejar este énfasis en la sostenibilidad, aunque el objetivo del fondo seguirá siendo el mismo.
El equipo de multiactivos de Aegon AM define como negocios sostenibles aquellos cuyos productos, servicios y prácticas de negocio están alineados con al menos una de seis temáticas clave de sostenibilidad: cambio climático, soluciones ecológicas, uso eficiente de recursos, crecimiento sostenible, inclusión y salud y bienestar.
El fondo invierte tanto en empresas líderes en sostenibilidad, que son aquellas con unas credenciales ejemplares según los filtros de sostenibilidad de Aegon AM, como en empresas que están “en proceso de mejora” en materia de sostenibilidad (improvers), en las que los gestores intentan capitalizar los cambios positivos.
“Aegon Global Diversified Growth Fund ya aprovecha muchos de los cambios en materia de sostenibilidad que se están produciendo en todo el mundo. Incorporar la sostenibilidad a nuestra filosofía y nuestras prácticas nos ayudará a capturar las oportunidades y a minimizar los riesgos no deseados relacionados con los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG). El cambio de nombre del Aegon Global Sustainable Diversified Growth Fund marca el fin del proceso de transición y hace explícito nuestro compromiso con la sostenibilidad de cara a los inversores y a los asesores”, destaca Stephen Jones, director de inversiones (CIO) mundial de Multiactivos y Soluciones de Aegon AM.
Aegon AM cuenta con una larga historia gestionando estrategias de inversión responsable, ya que lanzó su primer fondo especializado hace más de treinta años. En la actualidad, Aegon AM gestiona 213.000 millones de euros en todo el mundo en carteras de inversión responsable especializadas
Pixabay CC0 Public Domain. El private equity se recuperó tras el impacto inicial del COVID-19 y 2021 será un año dinámico para la industria
En el segundo trimestre de 2020 se detuvo repentinamente la actividad de private equity, cuando la realidad del COVID-19 se hizo evidente. Pero la industria recuperó rápidamente su posición y demostró una resistencia extrema. El valor de la transacción y la salida se recuperó vigorosamente en el tercer trimestre, terminando el año un 8% más alto en comparación con los niveles de 2019.
Según todos los indicios, el private equity resistió la tormenta de 2020 sin ver afectados sus rendimientos, ya que las valoraciones se mantuvieron muy altas. En términos de poner a trabajar grandes cantidades de dinero, la segunda mitad del año terminó siendo tan sólida como cualquier carrera de dos trimestres recientes.
Un número a destacar fue el volumen de acuerdos negociados por empresas de private equity, que se redujo en un 24% en 2020 con respecto a los niveles recientes, lo que significa que el valor total de la inversión fue respaldado por acuerdos más grandes. Con un alto nivel de reservas de efectivo y mercados crediticios sólidos, los acuerdos de 2021 prometen estar increíblemente ocupados a medida que los inversores buscan recuperar el tiempo perdido. Si se observan los datos de 2021 hasta febrero, el valor del acuerdo de compra global es un 60% más alto que el promedio de los primeros dos meses durante los últimos cinco años.
Sin embargo, las valoraciones elevadas también significan que hay poco margen de error. El aumento de los precios de los activos en sectores como la tecnología significa que los múltiplos de los acuerdos que se realizan hoy están en o cerca de máximos históricos. Esto tiene varias implicaciones importantes para los inversores en 2021 y más allá.
Las empresas de adquisición de fines especiales (SPAC) volvieron a aparecer en la escena financiera en 2020, recaudando 83.000 millones de dólares en capital fresco, principalmente en los EE.UU., más de seis veces el récord anterior establecido solo un año antes. Como parece que su aumento continuará en 2021, la investigación de Bain & Company encontró que los retornos de SPAC parecen estar mejorando en conjunto, pero el desempeño individual sigue siendo muy variable.
Por otro lado, la inversión ambiental, social y de gobierno corporativo (ESG) continúa enfrentándose al escepticismo. Pero los líderes de la industria del private equity se están moviendo rápidamente para incorporar la sostenibilidad y la responsabilidad en la forma en que invierten y operan. Bain & Company cree que los factores ESG son imprescindibles para las empresas de capital privado a nivel mundial.
«El private equity se mantuvo bien en un contexto tumultuoso y sin precedentes. El mercado absorbió la caída observada en el segundo trimestre y terminó en un nivel alto en general, ya que los negociadores se adaptaron rápidamente a trabajar en un mundo remoto. Con el número de ofertas en 2020 en comparación con los niveles recientes, esperamos ver una gran cantidad de demanda reprimida que regrese al mercado. Si a eso le sumamos los crecientes niveles de reservas de efectivo y mercados sólidos, 2021 se perfila como un año increíblemente ocupado», explica Hugh MacArthur, director global de la práctica de capital privado de Bain & Companny.
Escapando del abismo de 2020
Después de haberse recuperado de un pésimo desempeño en el segundo trimestre, la industria global generó 592.000 millones de dólares en valor de acuerdo de compra en 2020. Eso fue un aumento del 8% con respecto al desempeño de 2019 y un 7% más alto que el promedio de cinco años de 555.000 millones. Un total de 410.000 millones de dólares de ese total llegó en el tercer y cuarto trimestres cuando los General Partners (GP) se apresuraron a poner dinero a trabajar.
Los múltiplos aumentaron en todas las industrias en 2020, pero fueron especialmente optimistas en los sectores más inmunes al COVID-19, como los pagos o aquellos que se beneficiaron de la pandemia, como la tecnología. Lo que equivalía a una huida hacia la calidad, significaba que el capital privado apuntaba a empresas que podían respaldar más deuda, y los bancos estaban felices de suministrarla. Los múltiplos de deuda se dispararon en 2020, con casi el 80% de las operaciones apalancadas a más de seis veces el EBITDA (intereses, impuestos, depreciación y amortización).
Según el informe de Bain & Companny, la actividad de salida en 2020 siguió el mismo patrón que las inversiones. El valor de salida se recuperó en la segunda mitad, ya que la reactivación de los múltiplos de precios y la amenaza de un cambio en la legislación fiscal en los EE. UU., dio a los vendedores un amplio incentivo para poner empresas en el mercado, especialmente las grandes. El número de salidas estuvo por detrás del total de 2019, pero el valor de salida global alcanzó los 427.000 millones de dólares en 2020, a la par con 2019 y en línea con el promedio de cinco años.
La recaudación de fondos global de 989.000 millones de dólares fue una disminución del récord histórico de 2019, pero seguía siendo el tercer total más alto de la historia. Esto indica que el capital privado resistió la tormenta de 2020 sin sufrir un impacto en los rendimientos. En cuanto a la tasa interna de rendimiento (TIR) anualizada a 10 años, los fondos hasta ahora han evitado el tipo de daño sufrido en la crisis financiera mundial.
SPAC: aprovechando una oportunidad en evolución
Según el documento, las empresas de adquisición con fines especiales, o SPAC, están demostrando ser una forma más rápida y segura de hacer pública una empresa. Sin embargo, los aspectos económicos benefician en gran medida al patrocinador y a los inversores que redimen la oferta pública inicial (OPI), mientras que diluyen significativamente a los accionistas públicos que no redimen
Habiendo desaparecido después de la crisis financiera mundial, las SPAC encontraron una nueva vida hace unos años y luego volvieron a explotar en la escena financiera en 2020, recaudando 83.000 millones de dólares en «capital fresco». Según Bain & Company, podrían desempeñar un papel significativo a largo plazo en los mercados de capitales a medida que las empresas buscan alternativas a las OPI tradicionales. Pero es probable que las estructuras de SPAC evolucionen para que sus patrocinadores estén más expuestos al desempeño de la empresa a largo plazo, tanto a través del capital en riesgo inicial como de los acuerdos de compra a plazo.
Según explica Brian Kmet, socio de Bain & Company, en el entorno actual, cualquier objetivo probable con un perfil de empresa pública tiene patrocinadores de SPAC haciendo cola en la puerta. “Los jugadores ganadores que busquen un éxito a largo plazo y repetible deberán equilibrar su esfuerzo en tres trabajos igualmente importantes: encontrar el trato adecuado a tiempo, fortalecer las capacidades de debida diligencia para analizar y examinar sus objetivos de mayor potencial, e impulsar el rendimiento a través de la experiencia en gestión, redes de talentos y planificación de creación de valor de clase mundial», señala.
La expansión de la ESG
La inversión ESG continúa enfrentándose al escepticismo en la industria de capital privado, especialmente en los EE.UU. Un análisis del desempeño ESG entre empresas de capital privado realizado por EcoVadis, un proveedor mundial de calificaciones de sostenibilidad empresarial, muestra que las empresas de cartera propiedad de empresas con sede en EE.UU., están 12 puntos por detrás de las de empresas con sede en la Unión Europea. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer, incluso en Europa. De hecho, si se analizan únicamente los factores de sostenibilidad, la gran mayoría de las empresas de cartera de propiedad de la UE no han lanzado iniciativas significativas.
Lo que sí muestran los datos de EcoVadis, es que las empresas y corporaciones propiedad de private equity están muy comprometidas cuando se trata de puntajes de madurez ESG, tanto en los EE.UU. como en Europa. Los actores proactivos de capital privado no están esperando que los estudios de retorno de la inversión (ROI) funcionen antes de incorporar la sostenibilidad y la responsabilidad social en la forma en que invierten y operan.
Según las conclusiones del informe, la relevancia de los factores medioambientales se ve reflejada en que ya hay empresas, principalmente en Europa, que han llegado a considerar los criterios ESG como una parte fundamental de lo que las diferencia como competidores, moldeando los principios sostenibles para afinar la diligencia debida, construir planes de creación de valor más sólidos y preparar las historias de salida.
Pixabay CC0 Public Domain. Credicorp Capital Asset Management firma acuerdo de distribución con Selinca AV
Credicorp Capital Asset Management, gestora de inversiones especializada en activos de América Latina y perteneciente al grupo Credicorp -líder en el sector financiero latinoamericano-, ha firmado un acuerdo de comercialización con Selinca AV, compañía especialista en la comercialización de fondos de terceros, que permitirá que los inversores de España e Italia puedan acceder a los fondos de la gestora domiciliados en Luxemburgo.
“Internacionalizar nuestros fondos de Luxemburgo es una estrategia clave para nosotros en nuestro camino a consolidarnos como el gestor de preferencia de los inversores y como el líder de la región andina”, comentó Rafael Castellanos, Managing Director de Credicorp Capital Asset Management.
Actualmente, Credicorp Capital Asset Management cuenta con tres estrategias latinoamericanas en Luxemburgo: dos de renta fija y una de renta variable.
En Europa, los inversores podrán acceder a los fondos a través de Inversis y Allfunds.
“Para Selinca es muy importante seguir incrementando la oferta de productos que podemos ofrecerle a nuestros clientes en Europa. Por eso, firmar este acuerdo con Credicorp Capital Asset Management ha sido clave para nosotros, ya que ahora podremos ofrecer esta clase de activo que es cada vez más buscada en territorio europeo”, agregó Manuel López de Selinca.
Foto cedida. Las entradas a ETFs de renta variable se duplicaron en febrero
El optimismo de los inversores se fortaleció en febrero, lo que provocó un aumento de los flujos de entrada en ETFs globales de 122.200 millones de euros, según los datos publicados por Amundi. Los flujos de entrada en renta variable se duplicaron este mes, hasta los 101.500 millones de euros, frente a los 50.700 millones de enero, mientras que la renta fija se mantuvo aproximadamente en el mismo nivel, con 19.200 millones de euros, frente a los 20.700 millones del mes pasado.
Además, América del Norte recibió el mayor volumen de entradas de renta variable este mes, con 45.100 millones de euros, mientras que los sectores, los temáticos y las estrategias smart beta ocuparon el segundo lugar, con 34.600 millones de euros. Los flujos de entrada en renta fija estuvieron equilibrados entre los agregados, los bonos corporativos y los bonos gubernamentales, recibiendo 8.400 millones de euros, 3.400 millones de euros y 2.400 millones de euros respectivamente.
Según explica Amundi en su último informe periódico, el entusiasmo de los inversores por la renta variable en febrero fue más moderado en el caso de los ETFs registrados en Europa que en el de los productos mundiales. Los flujos de entrada se situaron justo por debajo del nivel del mes pasado, con 10.900 millones de euros, frente a los 12.900 millones de enero.
“Las tendencias de los productos también difieren de las que se dan a nivel mundial: los sectores, las temáticas y smart beta atrajeron 6.800 millones de euros y los índices mundiales captaron 6.300 millones de euros. El Reino Unido siguió siendo el país con mejor comportamiento, atrayendo flujos de entrada de 638 millones de euros. Los sectores y las temáticas captaron 5.300 millones de euros. Y el sector financiero fue el más popular, atrayendo flujos de entrada por valor de 1.100 millones de euros, lo que indica que los inversores se sienten optimistas sobre la recuperación económica tras la pandemia”, apuntan desde Amundi.
Eso sí, la ESG sigue siendo una sólida dinámica entre los flujos. Según indica la gestora, la inversión ESG siguió funcionando bien, con entradas de 6.000 millones de euros, siendo los índices mundiales y norteamericanos las estrategias más populares, con más de 2.000 millones de euros cada uno.
Respecto a la renta fija, las entradas fueron aproximadamente la mitad de las registradas en la renta variable, con 5.400 millones de euros, pero fueron más de tres veces superiores a las de enero, cuando alcanzaron 1.700 millones de euros. Por otro lado, los bonos corporativos representaron una proporción significativa de esas entradas, con un flujo neto de 4.700 millones de euros.
“Esto fue impulsado por una importante asignación de más de 4.600 millones de euros a estrategias de bonos corporativos ESG de EE.UU., que parece provenir de un solo inversor. Los bonos corporativos de la zona euro registraron entradas de 494 millones de euros, mientras que se registraron salidas en bonos high yield de la zona euro de 372 millones de euros”, señala el informe de Amundi.
Por último, la gestora destaca que los bonos soberanos chinos siguieron demostrando su popularidad, con entradas de 1.100 millones de euros. “También se produjeron importantes asignaciones a productos ligados a la inflación, con las estrategias de Estados Unidos, la zona euro y globales captando 521 millones de euros, 363 millones de euros y 126 millones de euros, respectivamente. Esto refleja la renovada preocupación de los inversores por el aumento de los precios al consumo durante la recuperación económica posterior a la crisis, ahora que el Senado estadounidense ha aprobado un paquete de estímulo por valor de 1,9 billones de dólares”, concluye el documento.
Seth Meyer, gestor de carteras de bonos high yield en Janus Henderson Investors. Seth Meyer, gestor de carteras de bonos high yield en Janus Henderson Investors
Tras un año de disrupción sin precedentes, hemos visto cómo los niveles de los índices de renta variable y crédito corporativo han superado lo que muchos inversores habrían considerado posible hace un año, durante la corrección del COVID-19. En ese entorno, y con la evolución de la pandemia global todavía siendo una incógnita, analizar toda la estructura de capital de una empresa podría ser crucial para encontrar empresas con modelos de negocio sólidos y oportunidades de crecimiento sostenible.
En la gestión activa se habla mucho de su fuerza potencial cuando las valoraciones pueden no reflejar del todo los fundamentales. Pero un aspecto de la gestión activa del que pocas veces se habla ―y que puede ser sumamente valioso en la investigación y análisis fundamental― es la colaboración entre los equipos de deuda corporativa y renta variable de una gestora.
Recientemente en Janus Henderson Investors analizaron cómo funciona este proceso colaborativo. Hablando con Seth Meyer y Brent Olson, gestores de carteras high yield, y Nick Schommer, gestor de carteras de renta variable estadounidense, la gestora descubrió que hay muchas más formas en que los gestores se ofrecen mutuamente información de lo que habíamos imaginado. También aprendió que, al final, todo se reduce a algo en lo que todo el mundo está de acuerdo en que es esencial: el trabajo en equipo.
Hay acciones y bonos, pero solo una empresa
Dado que la investigación corporativa de Janus Henderson se basa en el análisis fundamental bottom-up, resulta lógico que los estudios que realizan sus analistas de renta variable y renta fija coincidan en parte.
Brent: Normalmente, una empresa decide financiar sus operaciones y crecimiento futuro con una combinación de capital: deuda (bonos) y renta variable (acciones). Los analistas de renta fija tienden a enfocarse en el atractivo de los bonos de la empresa, mientras que los de renta variable estudian el valor de sus acciones. Podemos centrarnos en diferentes elementos de las finanzas de una compañía, pero, al final, estamos ante la misma empresa.
Aunque diferentes enfoques pueden dar lugar a diferentes oportunidades, a veces una oportunidad pasa de un mercado (como bonos) a otro (como acciones). Como explicó Seth:
Seth: No es raro que el análisis realizado sobre la renta fija termine convirtiéndose en una oportunidad de la renta variable de la empresa y viceversa. Por ejemplo, los analistas de renta fija pueden reconocer más rápidamente el impacto de una posible reestructuración de deuda. En ese caso, los bonos de una empresa subirán primero, pero las acciones podrían subir después, cuando los inversores sopesen las ventajas del menor apalancamiento, la mayor liquidez y la mejora del perfil de crédito.
Por tanto, los analistas de bonos high yield no solo serían capaces de identificar una oportunidad, sino también de saber cuándo transmitirla al equipo de renta variable. Nick lo explica:
Nick: Recibir una idea del equipo de bonos high yield puede constituir una oportunidad relativamente única para los gestores de renta variable. Es algo que veo por lo general cuando mejora la situación de una empresa a medida que se desapalanca. Cuando una empresa alcanza un ratio de deuda-ebitda (1) de tres veces, los inversores en renta variable pueden empezar a ver rentabilidades reales en forma de recompras de acciones, por ejemplo, y podrían confiar más en la capacidad de esa empresa para invertir para su futuro crecimiento.
(1) Ebitda = beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones.
Pero a veces eso funciona en ambas direcciones.
Nick: Por otro lado, podemos ver cómo una empresa se vuelve a apalancar, por ejemplo, para financiar fusiones y adquisiciones. En caso de que tengamos esa acción concreta, podemos utilizar la información que hemos adquirido al realizar la inversión en la renta variable ―al igual que nuestra relación con el equipo directivo de la empresa― y compartir ese conocimiento con los analistas de renta fija. Esto puede resultar especialmente útil si la calificación crediticia del bono de la empresa varía como resultado de un aumento de deuda por una adquisición.
A veces, la razón por la que una idea de inversión puede transmitirse entre inversores de renta variable y renta fija no es solo porque estén separados por costumbre, sino también porque diferentes tipos de inversores buscan diferentes oportunidades.
Nick: Con una empresa más apalancada, tendemos a ver una mayor proporción de inversores de hedge funds en la parte de renta variable. A menudo tienen plazos de inversión más cortos y están más cómodos con la volatilidad adicional (y potencial de rentabilidad) que conlleva ese elevado apalancamiento. Pero, a medida que la empresa de desapalanca y refuerza su balance, puede dar más dinero a los accionistas y una nueva base de inversores en renta variable puede empezar a mirar a la empresa. Si consigues llegar antes, tienes ventaja: podrías arbitrar los diferentes apetitos de apalancamiento y riesgo de los inversores. Si el equipo de renta fija nos dice que el apalancamiento puede reducirse, podríamos tener una ventaja.
El valor de las perspectivas diferentes
Aunque Nick, Seth and Brent no tardaron en bromear unos con otros, todos estuvieron de acuerdo en que, independientemente de la oportunidad, el mero hecho de analizar la misma empresa o el mismo sector desde sus respectivos puntos de vista contribuye claramente a que el otro pueda entender la oportunidad y a la capacidad de encontrar una forma de expresarla:
Nick: En general, los inversores en renta variable dedican más tiempo a analizar la cuenta de resultados de una empresa, mientras que los inversores en renta fija se centran más en el balance y el flujo de caja. En el caso de una empresa, logré entender mejor el perfil de liquidez tras hablar con Brent y Seth, y vi que podían refinanciar bonos con vencimiento a corto plazo, lo que me dio una enorme confianza en el perfil de liquidez de la empresa. Me hizo confiar en que, aunque la empresa pueda pasar por un periodo difícil, su calificación crediticia podía mejorar y ser una buena inversión a más largo plazo.
Brent: Las buenas ideas pasan del equipo de análisis high yield al equipo de renta variable por dos motivos principales: En primer lugar, seguimos las tendencias y los progresos, tanto positivos como negativos, del balance de una empresa y solemos reconocerlos antes que el mercado de renta variable, porque no se enfoca tanto en ellos. En segundo lugar, en muchos casos, nuestro historial con el equipo directivo de una empresa en particular es más largo porque acudieron a nosotros buscando financiación.
Y, como es de esperar, las buenas ideas también provienen del otro lado:
Brent: Por otra parte, hay sectores e industrias concretos sobre los que nuestro equipo de renta variable tiene un profundo conocimiento que la parte de renta fija no puede tener tan fácilmente. Lo hemos visto, por ejemplo, en las grandes compañías farmacéuticas, que no tienen una presencia significativa en el mercado high yield. Nick y otros miembros del equipo de renta variable pueden ser de enorme ayuda con su amplia cobertura de estos segmentos del mercado.
Nick: Muy amable de tu parte, Brent. Tiene razón. En el sector salud, donde la ciencia es sumamente importante, nuestro equipo de renta variable cuenta con tres miembros con doctorados. Sus conocimientos son enormemente valiosos para ayudarnos a entender las complejidades de los diferentes dispositivos médicos y medicamentos. Mientras que el equipo de renta fija puede tener bonos de una compañía biotecnológica o un bono convertible emitido por una gran empresa farmacéutica con apalancamiento, a menudo me considero un enlace para ayudarles a entender el análisis que se realiza en la parte de la renta variable.
Seth: Voy a apuntarme a un doctorado en cuanto termine estos Cheetos sabor a jalapeño.
Nick: ¿Qué pasa contigo y los Cheetos de jalapeño?
Seth: Esa información me la guardo para mí.
El valor de compartir ideas temáticas
A veces, compartir ideas generales sobre los cambios económicos o sociales puede evocar ideas que encuentren eco en un compañero de otro departamento. Sucede que Seth, Nick y Brent comparten tanto, si no más, sus ideas o preocupaciones sobre diversas temáticas de inversión como sobre empresas concretas. Ya se trate del cambiante papel de la energía en EE. UU. o el impacto del COVID-19 en la sociedad, son análisis de colaboración:
Nick: En nuestra opinión, ciertos segmentos del sector de la energía dejaron de ser atractivos hace un tiempo, porque creemos que estamos experimentando una transformación generacional en la forma en que consumimos la energía: de los combustibles fósiles estamos pasando a una economía cada vez más basada en la red eléctrica. Al compartir estas ideas generales con los compañeros de renta fija, hemos construido nuestra base de conocimientos y comprensión de los balances de ciertas empresas a los que ellos prestan más atención. El resultado es que no solo hemos identificado ciertas áreas problemáticas (¡gracias, chicos!), sino que también hemos podido analizar el potencial de inversión en esta temática. Este tipo de colaboración resultó especialmente útil durante la caída de los mercados de marzo de 2020.
Al inicio de la pandemia, pensamos que una solución sanitaria podría permitir volver a la normalidad y reabrir la economía. Identificamos segmentos que creíamos que podían beneficiarse al generalizarse la recuperación económica, como los viajes de ocio y los juegos regionales. Trabajando con el equipo de renta fija, tratamos de entender mejor los cambios en los modelos de negocio de las empresas y las diferencias en la situación financiera antes y después del COVID-19 para centrarnos en algunos valores.
Seth: Nos ayudó a ambos. A veces tenía una idea y, gracias al conocimiento de Nick, pude desarrollarla y encontrar la forma de expresarla en el mercado high yield y viceversa. Otro ejemplo, por aburrido que parezca, son las latas de aluminio. El aluminio es un área que creemos que tiene estímulos seculares a largo plazo que nos favorecen, como la reducción del uso de plásticos por motivos medioambientales. Pero, ¿cómo expresar esto? Brent:
Brent: Sí, analizo varias empresas de alto rendimiento del aluminio que, aunque no coticen en bolsa, nos ofrecen algunos datos que pueden tener efecto en empresas similares cotizadas y con acciones. Muchos de los proveedores de productos de aluminio, como componentes de vehículos eléctricos o envases metálicos, son empresas de alto rendimiento. Tengan o no acciones en circulación, dominan una parte significativa del mercado del aluminio y se benefician de las tendencias seculares a largo plazo de las que hablamos: la transición a los vehículos eléctricos y la reducción del uso de plásticos. Este tema nos llevó a reunirnos para compartir nuestras ideas.
Nick: La cuestión es que es un algo iterativo, pues pienso que hemos llegado a muchas de estas ideas juntos. Cuanto más hablamos, más entendemos por qué el otro equipo invierte en las empresas y te sientes más cómodo al preguntarte: «¿Por qué limitarnos en la forma en que analizamos las empresas?». Por tanto, creo que el proceso es muy iterativo y muy colaborativo.
El valor del trabajo en equipo
Tras escuchar a estos gestores de carteras de mercados tan diferentes hablando del valor que se ofrecen unos a otros, se les preguntó a los gestores: «¿Por qué no hay más empresas que tengan este tipo de colaboración?».
Nick: Deberían, ¡pero me alegro de que no lo hagan! En muchas empresas, no creo que el equipo de renta fija colabore con el equipo de renta variable tanto como nosotros. Me llevo muy bien con estos y siempre les estoy molestando sacándoles información. Pero también les ayudo. Por ejemplo, hay sectores en los que les he dicho que no inviertan y, cuando me han hecho caso, les ha ido muy bien.
Seth: Es verdad, hablamos casi cada día. No estoy seguro de que haya un pensamiento independiente. Tendremos distintas conversaciones con nuestros respectivos equipos, por supuesto, ya que gestionamos carteras diferentes y riesgos diferentes, pero tomamos café juntos todo el tiempo. Y cuando tomas café pueden decirse muchas cosas.
Nick: Es verdad. Pero, aunque lo digo todo el tiempo, para que conste: se me da mejor robarles sus buenas ideas que a ellos robarme las mías.
Notas:
Calificación crediticia: calificación asignada a un prestatario basada en su solvencia, otorgada por las agencias de calificación crediticia. La calificación la otorgan normalmente las agencias de calificación crediticia, como S&P Global Ratings o Fitch, que utilizan puntuaciones estandarizadas como «AAA» (alta calificación crediticia) o «CCC» (baja calificación crediticia).
Estados financieros: ofrecen información sobre las actividades y los resultados financieros de una empresa. Sus tres componentes principales son el balance (activo, pasivo y capital accionario), la cuenta de resultados (ingresos y gastos) y el flujo de caja (cuánta caja genera una empresa para pagar su deuda, financiar sus operaciones e inversiones).
Apalancamiento: término sinónimo de endeudamiento o nivel de deuda de una empresa, es el capital en préstamo (deuda) de una empresa en relación con el valor de sus acciones ordinarias (renta variable); también puede expresarse de otras formas, como deuda neta como múltiplo de beneficios. Una empresa muy apalancada tiene una gran proporción de deuda. El desapalancamiento consiste en disminuir los niveles de deuda.
Perfil de liquidez: facilidad con la que una persona o empresa puede cumplir con sus obligaciones financieras con los activos líquidos de los que dispone, es decir, la capacidad de pagar las deudas cuando vencen.
Volatilidad: el ritmo y la medida en que sube o baja el precio de una cartera, un título o un índice de mercado.
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Investment Placement Group, IPG, sumó a su equipo a Darius Lashkari como nuevo jefe de Compliance, según un comunicado interno de la empresa al que accedió Funds Society.
El advisor especializado en América Latina, que llega desde Andbanc, reportará directamente a la junta directiva y en cuanto a las funciones netamente administrativas se dirigirá a Martha Soto, CFO/VP of Finance and Administration.
Lashkari con más de 20 años de experiencia ocupando cargos como Chief Compliance Officer, AML Compliance Officer, y Principal Operations Office proviene del banco de Andorra donde trabajó los últimos cinco años.
Previo a Andbanc trabajó cinco años para CGIS Securities como Chief Compliance Officer / Chief Operations Officer, AML Compliance Officer.
Otros empresas por las que pasó el nuevo fichaje de IPG son: Prudential Securities, Morgan Stanley, TD Waterhouse, Bear Stearns, SunTrust Investment Services y Raymond James Financial Services.
El advisor, que comenzó el pasado 15 de marzo, tiene una licenciatura de Queens College, en Nueva York, y cuenta con más de 15 habilitaciones FINRA, y otras de FIBA y otras certificaciones AMLCA y NFA.
La pandemia de coronavirus ha magnificado las brechas estructurales de los países de la región, al tiempo que ha ampliado sus necesidades financieras para afrontar la emergencia y ha generado un aumento de los niveles de endeudamiento que pone en peligro la recuperación y la capacidad de los países para una reconstrucción sostenible y con igualdad, afirmó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
“En todos los países de la región, sin excepción, la situación fiscal se ha deteriorado y el nivel de endeudamiento del gobiernogeneral ha aumentado, y se espera que dicho endeudamiento se incremente del 68,9% al 79,3% del PIB entre 2019 y 2020 anivel regional, lo que convierte a América Latina y el Caribe en la región más endeudada del mundo en desarrollo y la que tiene el mayor servicio de deuda externa en relación con las exportaciones de bienes y servicios (57%)”, afirmó Alicia Bárcena durante la presentación del documento.
Bárcena añadió que la brecha de financiamiento del sector público se agrava por la necesidad de apoyar la balanza de pagos, sobre todo en las economías más pequeñas de la región, debido a las interrupciones de la cadena de suministro y a la disminución de las exportaciones, en particular de la exportación de servicios (turismo).
De 2019 a 2020, el déficit en cuenta corriente pasó del 1,4% al 4,5% del PIB en el istmo centroamericano y del 4,8% al 17,2% del PIB en el Caribe. Además, en la región habrá una importante caída de la inversión extranjera directa que será de entre el 45% y el 55%, aproximadamente, en el mismo período.
El informe indica que las necesidades globales de financiamiento de los países en desarrollo ascienden a 2,5 billones, lo que supera la capacidad de préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI). En el caso de nuestra región el FMI ha puesto a disposición de 21 países de América Latina y el Caribe la mayor parte de sus préstamos de emergencia relacionados con el COVID-19.
En enero de 2021, dicha institución había destinado unos 66.500 millones de dólares a América Latina y el Caribe, lo que representaba un 63% del desembolso total (106.000 millones de dólares) que había destinado a 85 economías en desarrollo.
Los datos disponibles de los países de América Latina y el Caribe señalan que el financiamiento que el FMI otorgó en el marco de sus programas Instrumento de Financiamiento Rápido y el Servicio de Crédito Rápido solo cubrió el 32,3% y el 23,1% en promedio, respectivamente, de las necesidades de financiamiento internas y externas que los países tenían en 2020. Esto equivalía al 0,8% y al 2,1% del PIB, y al 6,5% y al 8,0% de las reservas internacionales, respectivamente.
Sin embargo, estos instrumentos financieros no benefician a todos los países por igual. Los que tienen sólidos fundamentos económicos, como Chile, Colombia y el Perú, pueden acceder al financiamiento sin límites de cuota. No obstante, esta no es una opción que esté disponible para la mayoría de los países, en particular para los pequeños estados insulares del Caribe.
El informe afirma que, en el contexto actual de la pandemia, la agenda de financiamiento para el desarrollo plantea dos retos interrelacionados. A corto plazo, se debe favorecer la expansión del gasto público y prestar una atención especial a los grupos vulnerables, en particular a los segmentos de ingresos bajos y a las personas mayores. Además, las políticas de financiamiento para el desarrollo a corto plazo también son necesarias para compensar los efectos perjudiciales que las políticas de contención -basadas en el distanciamiento físico y el aislamiento voluntario- tienen sobre la actividad económica, el tejido y la estructura productiva, y el empleo.
Esto supone sostener el consumo de las personas y las familias, para lo que es necesario adoptar medidas excepcionales transitorias de mantenimiento del ingreso, como una renta básica temporal garantizada por el Estado.
A mediano y largo plazo, a medida que la prioridad de las políticas pase a ser construir un futuro mejor en lugar de hacer frente a la urgencia, el programa de financiamiento para el desarrollo debe promover una orientación de política anticíclica que tenga por objeto aumentar el empleo y mantener un crecimiento adecuado. En este contexto, la ampliación de los gastos públicos de capital y los desembolsos destinados a la transformación productiva y la ecologización de la economía son fundamentales para impulsar la labor de recuperación.
Una primera medida de política consiste en la ampliación y redistribución de la liquidez desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo a través de una emisión masiva de Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI). Una emisión y asignación hipotética de 500.000 millones de DEG nuevos, representaría 56.000 millones de dólares de reservas internacionales adicionales para las economías de América Latina y el Caribe.
La redistribución de la liquidez también puede llevarse a cabo a través de fondos multilaterales, como el Fondo para Aliviar la Economía COVID-19 (FACE) propuesto por el Gobierno de Costa Rica. El FACE se financiaría con recursos de las economías desarrolladas canalizados a través de los bancos multilaterales de desarrollo y constaría de 516.000 millones de dólares (un 3% del PIB de los países de ingreso bajo y medio o el 0,7% del PIB de los países desarrollados).
Una segunda medida de política se centra en el fortalecimiento de la cooperación regional aumentando la capacidad de préstamo y respuesta de las instituciones financieras regionales, subregionales y nacionales, y estrechando sus vínculos con los bancos multilaterales de desarrollo. También es necesario fomentar la cooperación y coordinación entre los bancos de desarrollo regionales, subregionales y nacionales. Los bancos nacionales de desarrollo han sido actores clave en la provisión de financiamiento, comprometiendo el equivalente a 93.000 millones de dólares de apoyo financiero contra el COVID-19.
Una tercera medida de política consiste en el acceso a un mayor financiamiento que debe complementarse con impulso una reforma institucional de la arquitectura de la deuda multilateral, que incluya la creación de un mecanismo internacional de reestructuración de la deuda soberana y de una agencia multilateral de calificación crediticia. La Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) del Grupo de los Veinte (G20) también debe ampliar su alcance, para incluir a todas las partes interesadas (es decir, el sector privado y las instituciones multilaterales) y a los países vulnerables de renta media, y debe extenderse más allá de 2021.
Una cuarta medida de política consiste en proporcionar a los países un conjunto de instrumentos innovadores destinados a aumentar la capacidad de reembolso de la deuda y evitar el endeudamiento excesivo. Los instrumentos innovadores vinculan la capacidad de reembolso de los países a su exposición y vulnerabilidad a las catástrofes naturales (como en el caso de las cláusulas sobre huracanes) o a los altibajos del ciclo económico (como los bonos de contingencia vinculados a los ingresos o al Estado).
Como quinta medida de política, se propone integrar las medidas de liquidez y de reducción de la deuda a una estrategia de financiamiento para el desarrollo encaminada a construir un futuro mejor. La crisis actual debe aprovecharse no solo como una oportunidad para repensar la agenda de financiamiento para el desarrollo de los países de renta media, sino también como una ocasión para alcanzar un amplio consenso social y político que permita implementar reformas ambiciosas con el fin de emprender un proceso de reconstrucción sostenible e igualitario.
Asimismo, los esfuerzos de recuperación deben centrarse en fomentar la resiliencia. El Fondo de Resiliencia del Caribe se dedicará a atraer financiamiento a gran escala y de bajo costo para destinarlo a invertir en sectores verdes, a reducir la deuda mediante el canje de esta por adaptación al clima, y a apoyar la inversión en proyectos que fomenten la resiliencia. Además de atraer financiamiento en condiciones favorables y otras fuentes de financiamiento, el Fondo de Resiliencia del Caribe se financiaría mediante una reducción de la deuda que representa el 12,2% del total de la deuda pública de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) del Caribe, que asciende a solo 7.000 millones de dólares.
El documento subraya que la orientación de las políticas de los países de América Latina y el Caribe también es fundamental a los efectos de construir un futuro mejor.
“El margen para aplicar políticas se puede aumentar si se eliminan la elusión y la evasión fiscales, y se hace caer el peso de la tributación en los impuestos directos y los que gravan la propiedad y el patrimonio. También se debe reorientar el gasto público hacia la creación de empleo y las actividades que son transformadoras y ambientalmente sostenibles. Para ello, en dicho gasto se deben priorizar la inversión pública, el ingreso básico, la protección social universal, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas (pymes), la inclusión digital y el desarrollo de tecnologías verdes”, concluye.