El 2020 ha sido un año inédito y, paradójicamente, ha creado oportunidades en los mercados. En un evento online, representantes del Comité Estratégico de Inversión de Carmignac compartieron sus perspectivas para el sector financiero, así como los puntos de entrada que identifican actualmente para sus inversiones, especialmente en los mercados de crédito y de renta variable.
Para Didier Saint-Georges, miembro del Comité Estratégico de Inversión, dos factores clave han permitido alcanzar este buen desempeño: aprender de los errores del pasado y la creación del Comité Estratégico. Otro de los retos que tenían por delante era la creación de alfa en este contexto, algo que, en su opinión, han logrado gracias a la incorporación de nuevo talento en los dos últimos años: gestores con experiencia, perspectivas distintas y, sobre todo, libertad para tomar decisiones.
“La disciplina y no pasar nada por alto nos permite tomar decisiones con determinación y mantener una gestión fundada en las convicciones de nuestros gestores”, afirmó durante la apertura de “La Rentrée Carmignac”. En ese sentido, hizo hincapié en que, ya que este año era mejor no replicar ningún índice, la selección de los títulos ha sido igual de importante que la gestión de los riesgos. “2020 ha supuesto un ensayo a gran escala de la eficacia de este rigor. Y hemos salido airosos”, aseguró.
Motores para la renta variable
Frédéric Leroux, responsable del equipo Cross Asset y gestor de renta variable, analizó la coyuntura de los mercados y señaló que, actualmente, están recibiendo “una de cal y otra de arena”. En ese sentido, destacó el apoyo monetario, tributario y fiscal sin precedentes proporcionado por bancos centrales y gobiernos a raíz de la incertidumbre por el COVID-19, algo que ha generado gran liquidez, contribuyendo a la supervivencia de muchas compañías. A esto se suma la revisión al alza de los beneficios de las empresas, que supone “un segundo motor para los mercados”.
Sin embargo, advirtió de que la confianza, otro factor determinante del sentimiento de los inversores, permanece “muy negativa”. “Cuando los mercados pierden puntos porcentuales durante varios días, empieza a cundir el pánico y hay mucho pesimismo, lo que se observa en las salidas de los fondos de renta variable en beneficio de la renta fija”, señala.
Aun así, Leroux consideró que no existe “tanta euforia” ni “sobreexposición” a la renta variable, lo que supone un “motor extraordinario” para este mercado. En concreto, reveló que el núcleo de las inversiones de Carmignac lo componen títulos de crecimiento a largo plazo y todos aquellos sectores que se están beneficiando de las medidas de distanciamiento físico. En ese sentido, no cree que las acciones del sector tecnológico estén sobrevaloradas, como apuntan algunos analistas, y animó a observar de cerca los valores cíclicos que “sufren actualmente”, pero que se beneficiarán de una eventual recuperación.
De hecho, reveló que la gestora cuenta con un “plan B”, que aplicaría si Joe Biden ganase las elecciones estadounidenses, los demócratas se hicieran con el control del Senado y en seis meses hubiese una vacuna disponible. “El enfoque sería totalmente diferente al actual: habría un crecimiento más fuerte y la inflación podría aumentar, lo que trastocaría la visión de los mercados”, apuntó.
En ese caso, en renta variable, se centrarían en esos valores cíclicos más perjudicados, como son los industriales de mucha calidad, los emergentes favorecidos por el crecimiento global y “los más olvidados”: los bancarios, que se beneficiarían de un alza de los tipos. “Hay que estar preparados, y lo estamos”, sentenció.
La paradoja del crédito
En renta fija, señaló que las posibilidades de apreciación de los bonos gubernamentales con los tipos de interés tan bajos son muy limitadas, pero también lo son los riesgos de esta clase de activo, gracias a las medidas de los bancos centrales. Mientras, en crédito corporativo también se ha producido un apoyo favorable por parte de las autoridades, pero advirtió de que es importante ser más cautos para evitar “accidentes”.
El responsable de crédito de Carmignac, Pierre Verlé, profundizó en esta área al ser consultado por la “paradoja” que supone el hecho de que los impagos de las empresas pueden incrementarse, al tiempo que existen numerosas oportunidades para esta clase de activo. “La razón de ser del crédito son precisamente esos impagos: se pagan primas porque hay un riesgo”, afirmó al destacar la importancia de “deconstruir” los modelos de actividad empresarial para analizar el riesgo de impago y su coste potencial.
“Este miedo asociado a los impagos es lo que crea precisamente oportunidades. Las medidas adoptadas por los bancos centrales han hecho que entre mucho capital a los mercados y, pese a ello, existe mucha inquietud respecto al crédito: ahí podemos crear valor con un buen proceso de selección”, insistió.
La ISR en el centro
Por su parte, Maxime Carmignac, managing director de Carmigac UK, anunció el lanzamiento del modelo START (System for Tracking and Analysis of a Responsible Trajectory), un sistema de análisis interactivo que combina un enfoque cuantitativo -con datos de proveedores externos- con uno cualitativo, proporcionado por los analistas de la entidad. El objetivo es integrar los criterios ESG en el proceso de inversión de los 22 fondos de Carmignac.
“La inversión responsable es un medio y no un fin como tal. Es algo natural de Carmignac, que se interesa por la inversión duradera”, afirmó. Durante su presentación, hizo hincapié en la necesidad de centrarse en empresas que busquen erradicar las emisiones de dióxido de carbono, garanticen los derechos de sus asalariados y apuesten por el buen gobierno.
En “La Rentrée Carmignac” también participaron la responsable de renta fija, Rose Ouahba; y el de renta variable, David Older; así como Mark Denham, jefe de renta variable europea; y Xavier Hovasse, responsable de renta variable emergente.
Édouard Carmignac fue el encargado de cerrar el evento aportando su mirada sobre la coyuntura actual. El que es fundador, presidente y CIO de la gestora reveló que, durante las primeras semanas del brote de coronavirus, analizaron el contexto para poner en pie las coberturas que vieron necesarias, del mismo modo que reaccionaron en la crisis del 2008. En ese sentido, destacó que la pandemia ha acelerado la revolución tecnológica. “Tenemos un nuevo panorama, y la prolongación de esta crisis va a hacer que esa tendencia sea irreversible”, aseguró.
La Comisión Europea ha lanzado una consulta para la evaluación del funcionamiento del régimen de los fondos de inversión a largo plazo europeos (FILPE), debido a su baja aceptación desde que se regularon en 2015.
Según explican desde finReg360, en esta consulta pública se analiza el funcionamiento de estos fondos hasta ahora y, en particular, cómo están contribuyendo a la integración de los mercados de capitales en Europa y al objetivo de la UE de un crecimiento inteligente, sostenible e integrador.
La regulación ahora puesta en consulta se aprobó en 20105 a través del Reglamento (UE) 2015/7601 sobre este tipo de fondos. Los conocidos como FILPE se presentaron como instrumentos de la UE para facilitar la inversión, a través de fondos de inversión alternativos, en activos a largo plazo como proyectos sociales y de infraestructuras, activos inmobiliarios y pequeñas empresas, y ser, en suma, una fuente alternativa a la financiación bancaria.
“Además, pueden servir como importantes conductos de inversión para apoyar la Unión de los Mercados de Capitales (CMU, por sus siglas en inglés), el Pacto Verde Europeo y el Mercado Único Digital”, destacan sobre estos fondos desde la consultora.
El motivo concreto de esta revisión es que, desde su reglamentación, solo se ha creado un reducido número de este tipo de fondos, en torno a 27 en toda la UE y con activos bajo gestión muy bajos (menos de 2.000 millones de euros). Según señalan desde finReg360, “solo una parte de estos fondos se comercializa en más de un país y en algunos Estados miembros no se ha constituido ninguno”.
Para impulsarlo, en junio de 2020, el foro de alto nivel de la CMU formuló una serie de recomendaciones específicas para revisar el reglamento de los FILPE, entre ellas la de ampliar el abanico de sus activos aptos y reducir los obstáculos a la inversión.
“La baja aceptación de estos instrumentos más las recomendaciones del foro de la CMU han llevado a examinar la regulación de los FILPE para fomentar su acogida. La Comisión pretende evaluar los elementos jurídicos y políticos del marco de los FILPE, para aumentar su atractivo para los proyectos de inversión a largo plazo, elevar el número de fondos existentes y aumentar la inversión general en la economía real”, sostienen desde finReg360.
Por su parte, la Comisión Europea matiza que la revisión del régimen de los FILPE no debe afectar a la protección de sus inversores, y que tendrá en cuenta no solo los resultados de esta consulta pública, sino también otras consultas paralelas como la de AIFMD y MiFID II/MiFIR.
March Asset Management, gestora del Grupo Banca March, ha anunciado el nombramiento de Javier Escribano como nuevo director general en sustitución de José María Ortega, que deja la entidad con motivo de su prejubilación.
Según explica la gestora, tras el nombramiento de Juan Manuel Soto como presidente ejecutivo de March AM el pasado marzo, “la incorporación de Javier Escribano impulsará la consecución de los objetivos del Plan Estratégico en vigor para el trienio 2020-2022, sobre la base de la filosofía de creación de valor y preservación del patrimonio que inspira al conjunto del Grupo Banca March”.
Además comunica que, siguiendo su principio de promoción de talento interno, Enrique Sáenz de Santamaría, hasta ahora director de la Sala de Tesorería de Banca March, desempeñará el cargo que ocupaba Javier Escribano como Director de la Unidad de Tesorería de la entidad.
Dentro de su plan estratégico, la gestora señala que los fondos temáticos son su especialidad March AM, con dos productos de sólida trayectoria: The Family Businesses Fund, que invierte en empresas familiares cotizadas internacionales, y Vini Catena, que lo hace en empresas de la cadena de valor del vino. En 2019 también lanzó Mediterranean Fund, fondo de inversión de impacto medioambiental que invierte en empresas vinculadas a la economía de los océanos, definida ésta como las actividades que directa o indirectamente utilizan los recursos del mar o tienen lugar en él, así como a la gestión y tratamiento del agua.
Si un inversor decide “pulsar el botón” y cambiar el enfoque de sus inversiones hacia la sostenibilidad, esta acción puede tener 26 veces más impacto en la reducción de su huella de carbono que muchas acciones individuales como, por ejemplo, ser vegano y dejar de volar. Este es uno de los muchos ejemplos que demuestran el poder que tienen los inversores para frenar el cambio climático, un rol que se ha discutido en el último encuentro de Lyxor ETF, donde los ETFs han sido protagonistas gracias a su capacidad para ayudar a limitar el calentamiento global.
Tal y como ha señalado Lionel Paquin, CEO de Lyxor AM: “Jugamos un papel fundamental en el diseño del mundo del mañana”. A este respecto y en opinión de Francois Millet, jefe de Estrategia, ETF e Innovación en Lyxor, “los ETFs democratizan el acceso a estrategias climáticas y animarán a otros inversores a invertir de manera sostenible”. El experto considera que la pandemia ha sido un catalizador de la ISR y ha mandado el mensaje de que nuestros sistemas no pueden olvidar lo dependientes que son de la naturaleza. En este sentido, considera que la inversión a través de ETFs es una vía óptima para invertir de manera sostenible, ya que, según indica, durante la pandemia han demostrado mayor resiliencia y mejores resultados, democratizan el acceso a las estrategias climáticas, son transparentes, low-cost y simples.
Según ha expresado Sean Kidney, CEO de Climate Bonds Initiative: “Necesitamos incorporar un cambio drástico en la forma en la que vivimos, pero la buena noticia es que sabemos cómo hacerlo. El apetito de los inversores es increíble, sabemos qué podemos hacer, tenemos los medios, el capital privado, pero está en el sitio equivocado, tenemos que moverlo y colaborar con las empresas y los gobiernos”.
Para Sara Lovisolo, Group Sustainability Manager, LSE & TEG member, uno de los principales problemas es la dificultad para localizar inversiones que realmente contribuyan a descarbonizar la economía. “Ahora somos capaces de acceder y recolectar mejores datos, y estos son algunos de los ingredientes que ayudan a los portfolios a estar alineados con la sostenibilidad. Pero no hay muchas metodologías, el mercado está en una fase de aprendizaje”. En este sentido, Sean Kidney ha aplaudido la iniciativa de la Taxonomía de la UE, la cual ha definido como “una lista de la compra del futuro”. “Ha creado una lengua común que ayudará a los inversores a identificar las inversiones verdes”.
Otra de las iniciativas de la UE que han alabado los potentes han sido los índices PAB (Paris-aligned Benchmark) y CTB (Climate Transition Benchmark). Véronique Menou, jefa de los Índices ESG EMEA, MSCI y miembro del TEG, se ha mostrado sorprendida por el alto nivel de interés de los inversores en estos índices. Su objetivo es proporcionar a los inversores un instrumento apropiado que esté en consonancia con su estrategia de inversión y, aunque ambos son similares y comparten el objetivo de estar alineados con el Acuerdo de París, la experta ha hecho hincapié en algunas de sus diferencias.
El PAB está más enfocado en la exclusión y puede percibirse como una herramienta para los inversores que se encuentran en la vanguardia de la transición, favoreciendo hoy a los actores de la economía del mañana. Mientras que en el CTB se centra en infraponderar las inversiones no sostenibles y está destinado a ser un instrumento para «acompañar» la transición a una economía con bajas emisiones de carbono.
El camino pasa por cambiar los modelos existentes
El antropólogo y economista, Jason Hickel, ha sido el encargado de poner en contexto el reto medioambiental al que nos enfrentamos y ha recordado cómo el cambio climático nos conducirá a una crisis política, económica y social si no actuamos a tiempo. El experto ha insistido en que los primeros efectos ya se pueden ver en los incendios de California, Australia, el colapso del Amazonas o en las tormentas que dejan inhabitables numerosas islas.
Ante estos eventos adversos, Hickel se pregunta qué pasará cuando rebasemos el mínimo de grados recomendados. “Si no cambiamos habrá crisis de alimentos, 1.500 millones de personas tendrán que abandonar sus hogares y en 2070 un tercio de los animales se habrá extinguido”, expone. Sin embargo, también transmite un mensaje de optimismo al señalar que podemos evitar este futuro, pero para ello habrá que reaccionar con rapidez y con un fuerte compromiso.
Para mantener las temperaturas y evitar que suban ese peligroso grado y medio, en 2030 tendremos que haber reducido las emisiones de CO2 al 50%. Para ello, según explica Hickel, deberemos cambiar nuestra economía y pasar de un modelo ligado al crecimiento, a la producción y el consumo a uno que mire por el bienestar de la población. “Los gobiernos tienen que eliminar el PIB como una meta de crecimiento y mirar por el bienestar de la población”, propone.
En este sentido, el experto considera que los inversores juegan un papel fundamental a la hora de mover el capital hacia fuentes de energías renovables y la construcción de una economía compatible con el medioambiente.
Después de la crisis financiera mundial de 2008 y 2009, y la posterior crisis de la deuda soberana en la zona euro, los bancos centrales a ambos lados del Atlántico trataron de relajar las condiciones crediticias para las empresas con el fin de ofrecerles incentivos para que inviertan, para que mantengan su viabilidad y, en última instancia, para que crezcan. El objetivo que se perseguía era reanudar la actividad económica y reducir el desempleo, lo que a su vez generaría un círculo virtuoso que se traduciría en un proceso de desapalancamiento a través del crecimiento.
Pasemos ahora al año 2020. Se ha recurrido al mismo manual estratégico para dar respuesta al brusco descenso de la actividad económica provocado por la crisis de coronavirus. Esta vez se ha inyectado en las economías de todo el planeta una cantidad de estímulos monetarios y fiscales mucho más elevada y a un ritmo más acelerado. Las últimas medidas de relajación monetaria y el descenso de los tipos de interés han impulsado aún más la tendencia hacia un mayor apalancamiento.
Habida cuenta del rápido aumento de la deuda corporativa, tanto en Estados Unidos como en la zona euro, a lo largo de las dos últimas décadas, las prácticas de crédito también se han flexibilizado. Las encuestas sobre préstamos bancarios de la Reserva Federal estadounidense (Senior Loan Officer Opinion Survey on Bank Lending Practices (1)) y del Banco Central Europeo (Bank Lending Survey (2)) muestran que, desde la crisis financiera mundial y la crisis de la deuda soberana de la zona euro, los requisitos para la concesión de préstamos se han relajado en general. No solo se suavizaron las directrices internas de los bancos, sino que además se redujo el coste de financiación por medio de unos menores rendimientos y diferenciales de márgenes, y las condiciones aplicadas a los préstamos y los bonos se han tornado cada vez menos exigentes.
Si bien existen diferencias estructurales entre los mercados de renta fija de la zona euro y Estados Unidos que explican el mayor tamaño del mercado de deuda estadounidense con respecto al mercado de la zona euro, las tendencias desencadenadas por las medidas de los gobiernos y los bancos centrales destinadas a proporcionar liquidez en el mercado son muy similares. Todas ellas han desembocado en un continuo aumento del volumen de endeudamiento corporativo. El importe total de los títulos de deuda emitidos y en circulación de empresas no financieras se incrementó a una tasa de crecimiento anual del 5,1% en la zona euro y del 5,4% en Estados Unidos entre 2004 y finales de 2019 (gráfico 1).
Las políticas de los bancos centrales encaminadas a reanudar la actividad financiera a través de la relajación monetaria no solo incluyeron condiciones crediticias más laxas, sino también tipos de interés más reducidos con el fin de aumentar el atractivo de los préstamos. Los gráficos 2 y 3 muestran el volumen total de préstamos concedidos a empresas no financieras en la zona euro y Estados Unidos, junto con el rendimiento de un título genérico de deuda pública a 5 años y el cupón en los índices Bloomberg Barclays Aggregate Corporate.
Las compañías estadounidenses respondieron al menor coste de la deuda con un aumento significativo del endeudamiento, desde 10,1 billones de dólares en 2007 hasta 16,1 billones de dólares a finales de 2019 (gráfico 2). La concesión de préstamos a empresas en la zona euro ya se situaba en cotas relativamente elevadas antes de la crisis financiera mundial, pero no creció a un ritmo tan acelerado como los préstamos corporativos en Estados Unidos, pese a un descenso más pronunciado del coste de la deuda (gráfico 3).
¿Deberían preocuparse los inversores por los elevados y crecientes niveles de deuda? Habida cuenta del aumento del endeudamiento, por un lado, y del menor coste de la deuda, por otro lado, la sostenibilidad de la deuda es objeto de intensos debates. Un importante factor que se debe tener en cuenta es si las empresas que solicitan préstamos cuentan con estructuras de capital viables. El estancamiento del crecimiento económico durante la pandemia ha provocado una de las caídas más pronunciadas del PIB del último siglo, lo que inevitablemente se traduce en unos ingresos y beneficios mucho más exiguos. Incluso con cupones reducidos, el servicio de la deuda podría resultar problemático para muchos negocios. El debate resulta aún más complejo si añadimos el crecimiento económico relativamente lento registrado en el periodo entre la crisis financiera mundial y la pandemia.
La sostenibilidad de la deuda de una empresa (y, por consiguiente, la estructura de capital en su conjunto) depende de su capacidad para atender el servicio de su deuda, lo que significa realizar los pagos de intereses y cumplir los plazos de amortización de la deuda de manera completa y puntual. Esto puede lograrse a través de una combinación de generación de flujos de caja y refinanciación. Cuanto más robustos sean los flujos de caja, más sostenible será la estructura de la deuda. Dados los acusados descensos de la actividad económica este año, muchas empresas están registrando unos niveles de actividad mucho más reducidos y unos flujos de caja más débiles.
Aunque el coste de financiación es reducido, muchas firmas entraron en la actual crisis con un elevado nivel de apalancamiento, lo que significa que la decisión de incrementar el volumen de deuda para capear esta recesión las situará en una precaria posición. En consecuencia, los bancos centrales tratan de mantener los rendimientos en cotas reducidas y fomentar los flujos de crédito, y los gobiernos están ofreciendo facilidades crediticias adicionales (tanto directas como indirectas) para compañías en dificultades.
También resulta importante la naturaleza del entorno de crédito que reinará cuando el grave periodo de crisis llegue a su fin. Después de la crisis financiera mundial, observamos que las empresas no se dieron ninguna prisa por iniciar un proceso de desapalancamiento cuando cuando la situación empezó a mejorar. Incluso con los costes de financiación en cotas ultrabajas, la llegada de numerosas empresas sumamente endeudadas plantea desafíos para los inversores en crédito, sobre todo por el efecto de un mayor apalancamiento en la construcción de índices.
Las bancarrotas indican el camino
Las tasas de impago representan un valioso indicador de las tensiones crediticias en el mercado de renta fija. Los gráficos 4 y 5 muestran las tasas de impago históricas publicadas por Moody’s para los bonos de alto rendimiento en Estados Unidos y Europa, así como las previsiones de base, pesimistas y optimistas sobre las tasas de impago. Según el escenario base para Estados Unidos, las tasas de impago quedarán por debajo de los niveles registrados durante la crisis financiera mundial, mientras que el escenario pesimista sugiere que las tasas de impago superarán los niveles de la crisis financiera mundial.
En Europa, el escenario base apunta a una trayectoria más elevada de lo habitual, aunque no llegará a los niveles de la crisis financiera mundial y la recesión entre 2001 y 2002; según el escenario pesimista, las tasas de impago rebasarán los niveles registrados en estos dos últimos periodos de crisis. Podríamos afirmar sin exagerar que un significativo grado de incertidumbre sigue caracterizando la crisis del coronavirus tanto en el frente sanitario como en el frente económico y que los escenarios (de base, más optimista y más pesimista) mostrados en los gráficos 4 y 5 están sujetos a un nivel de incertidumbre más elevado de lo habitual por las medidas sin precedentes emprendidas por los gobiernos y los bancos centrales para asegurarse de que sobrevive el mayor número posible de empresas.
Transformación de los índices
El aumento de la deuda también ha tenido importantes repercusiones en la composición de los índices del mercado de renta fija, puesto que estos se construyen en función de la capitalización de mercado, una metodología desarrollada para los índices de renta variable. Dicho de otro modo, los índices de renta fija dependen de cuánta deuda decide emitir una empresa o un gobierno y del tamaño de las emisiones de valores. Los inversores que se decanten por la réplica de índices estarán invirtiendo mayoritariamente en bonos emitidos por las compañías y los países más dependientes de la financiación externa. Esto plantea riesgos evidentes, sobre todo en una complicada coyuntura económica. Los prestatarios de mayor tamaño podrían encuadrarse fácilmente en la categoría de «compañías zombis», es decir, empresas que habrían dejado de existir si no fuera por el apoyo gubernamental.
Y hemos de añadir una nueva complicación: el descenso de los rendimientos viene acompañado de un incremento en la sensibilidad a los tipos de interés (duración) en los índices de renta fija. Los inversores están asumiendo ahora más riesgo de tipos de interés que durante la crisis financiera mundial. Esto se observa en el gráfico 6, que describe la trayectoria de la duración con respecto al rendimiento de los índices Bloomberg Barclays US Aggregate y Euro Aggregate. El rendimiento por unidad de duración ha retrocedido en Estados Unidos, especialmente en 2020, como consecuencia de la caída de los rendimientos y el incremento de la duración (gráfico 7). Esto conlleva que los inversores están recibiendo una compensación más reducida por unidad de riesgo de tipos de interés en inversiones que tratan de replicar los índices de renta fija.
Los índices europeos y mundiales han registrado un descenso similar del rendimiento por unidad de duración. El gráfico 8 ilustra la caída en el Reino Unido, Alemania y Francia, mientras que el gráfico 9 muestra la misma trayectoria para el índice Barclays Global Aggregate.
La composición del índice Bloomberg Barclays US Investment Grade también se ha alterado de forma significativa; el porcentaje de bonos BBB (la calificación más baja dentro del grado de inversión o investment grade) en el índice aumentó desde alrededor de un 30% en diciembre de 2000 hasta un 37% en diciembre de 2010 y hasta cerca de un 50% hacia finales de 2019; esta proporción seguía rondando el 50% a finales de julio de 2020. Cabe reseñar que, durante este tiempo, el tamaño del propio índice se incrementó casi en un 370%, desde 1,2 billones de dólares hasta 5,8 billones de dólares. Al mismo tiempo, la cantidad de valores con calificación AAA en este índice aumentó en un 185%; los valores con calificación AA, en un 88%; los valores con calificación A, en un 303%; y los valores con calificación BBB en circulación, en un 653%.
Otro factor que debemos tener en cuenta estriba en que la duración de un índice de referencia procede de las preferencias de los emisores sobre la estructura de vencimientos de las emisiones y no equivale necesariamente a la duración que un inversor dado desea mantener. La duración óptima de una cartera debería depender del horizonte temporal y del perfil de riesgo del inversor individual o la organización, y no simplemente de las características del índice. En otras palabras, la duración puede concebirse como la exposición al factor de tipos de interés. En este contexto, elegir una duración de la cartera de renta fija adecuada representa esencialmente una decisión de asignación de activos, la cual debería basarse en las circunstancias particulares de los inversores (3).
Selección de valores activa
Para los inversores que optan por replicar índices, especialmente en el complicado entorno económico actual, el riesgo de mantener un número cada vez más elevado de «empresas zombis» de baja calidad (empresas que no habrían sobrevivido si no fuera por el apoyo gubernamental) es elevado.
Dado el inevitable aumento de los impagos durante la recesión, la deuda emitida por empresas insostenibles será objeto de ventas forzosas con enormes descuentos, lo que conllevará pérdidas para los inversores. La diferenciación entre los ganadores (las empresas que no solo sobrevivirán, sino que además prosperarán) y los perdedores en los mercados de crédito reviste aún más importancia en periodos de distorsión y crecimiento anémico.
La metodología utilizada para la construcción de los índices de renta fija genera un sesgo inherente hacia las compañías más endeudadas que presentan mayores probabilidades de contar con cargas de deuda insostenibles durante un periodo de desaceleración económica. Las carteras pasivas también están expuestas a los cambios en la composición de los índices, como un aumento de la duración o un menor rendimiento por unidad de duración.
Una selección de valores prudente y otras formas de gestión activa permiten la inclusión de emisores y bonos que satisfacen los criterios de construcción de carteras y gestión de riesgos, con el potencial de un menor riesgo y una mayor generación de alpha. En nuestra opinión, este es siempre el mejor enfoque de inversión, dada la naturaleza asimétrica de las rentabilidades de la renta fija. Y resulta especialmente importante en periodos de elevada distorsión e incertidumbre.
Columna de Lior Jassur, director en el área de research de renta fija Europa de MFS Investment Management.
(3) Siegel, Laurence B., «Benchmarks and Investment Management». Charlottesville, VA, The Research Foundation of the Association of Investment Management and Research, 2003, 89–103.
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Robeco acaba de ampliar su equipo de seguros con el nombramiento de Clara Yan para el puesto de directora de análisis de seguros, cargo de nueva creación. Según indican desde la gestora, Yan reportará a Ed Collinge, director global de estrategia de seguros de Robeco.
Desde este nuevo puesto, Yan desarrollará, mejorará y coordinará aún más las capacidades de análisis de seguros de Robeco, y atenderá las necesidades tanto de los actuales como de los futuros clientes. Además, se responsabilizará de asesorar a las aseguradoras en áreas como la asignación de activos y la gestión de capital, supervisar y gestionar los diferentes aspectos relacionados con la contabilidad, regulación, las agencias de calificación y las consideraciones ALM (Asset Liability Management) o Gestión de Activos y Pasivos.
Clara Yan se incorpora desde Schroders, en donde era directora de Insurance Asset Liability Management, y se responsabilizaba del trabajo de asesoramiento de balance, estrategia de inversión y asesoramiento de cartera para aseguradoras de todo el mundo. Anteriormente trabajó en UBS y Legal & General Investment Management. Es licenciada en Comercio (Estudios Actuariales) de la Universidad Macquarie en Sydney y un máster en Ciencias (Matemáticas Financieras) de la Cass Business School en Londres.
“Estamos encantados de tener a Clara a bordo y de ampliar nuestro equipo de seguros. Hemos ido incrementando nuestra presencia de forma constante y Robeco es visto cada vez más como uno de los principales actores que ofrece soluciones a medida para el mercado de seguros. Claramente, ser un líder mundial en ASG e inversión sostenible ha ayudado, ya que quizás ninguna otra industria tiene mayor exposición a los riesgos del cambio climático que el sector de los seguros. Tener a Clara en nuestro equipo nos permite interpretar aún mejor las necesidades de los clientes para crear soluciones personalizadas y poder cumplir con sus distintos desafíos regulatorios y de inversión”, ha señalado Ed Collinge, director global de estrategia de seguros.
Por su parte Clara Yan, directora de análisis de seguros de Robeco, ha manifestado su alegría por unirse a Robeco. “Nuestro liderazgo en el mercado ESG, junto a la solidez de nuestro enfoque cuantitativo, nos permite estar excepcionalmente bien posicionados para proporcionar análisis de seguros personalizados que, no solo brindan soluciones optimizadas para el capital de los aseguradoras, sino que les permite alcanzar de forma más amplia sus objetivos de sostenibilidad. Ya sea para mejorar el perfil ESG de sus carteras o evaluar de forma incremental el impacto de los riesgos climáticos en sus inversiones, nuestras herramientas analíticas nos permiten satisfacer esas necesidades en constante evolución de las aseguradoras”, ha añadido Yan.
El equipo de Soluciones de Seguros y Pensiones de Robeco está constituido por 13 profesionales. Su oferta abarca desde créditos, capacidades de inversión cuantitativa y sostenible, hasta inversiones de impacto y soluciones optimizadas a las necesidades del cliente. Robeco gestiona aproximadamente veinte mil millones de euros en activos de seguros y todas sus estrategias integran completamente los aspectos ESG.
Samaipata, fondo europeo que invierte de plataformas y marketplaces en fase semilla en Europa, ha anunciado el lanzamiento de su segundo fondo de 100 millones de euros, con 75 millones de euros de compromisos recibidos. El fondo hizo un segundo cierre en verano.
Según explica la firma, comenzaron a invertir su Fondo II a principios de 2020, y ya han realizado tres inversiones en Francia, Alemania y España. Con este vehículo, la firma busca construir una cartera de 20 a 25 empresas, con el objetivo de respaldar a las futuras plataformas y marketplace líderes en Europa en su categoría. El fondo opera hoy en remoto con un equipo de 12 personas a tiempo completo, distribuido entre Londres, París y Madrid.
“Levantamos nuestro primer fondo de 30 millones de euros en 2016, y hemos invertido en 20 plataformas y marketplaces de fase semilla en Europa. Triplicar el tamaño de nuestro fondo nos permitirá seguir haciendo lo mismo, pero mejor”, asegura José del Barrio, socio fundador de Samaipata.
El fondo ha mantenido un enfoque basado en ser disciplinados con la tesis de inversión desde su creación. Algunas de sus primeras inversiones incluyen FoodChéri (vendida a Sodexo en 2018), Matera, Streamloots, Colvin, Spotahome, Procsea, Deporvillage, Legl u Ontruck. El fondo opera como una empresa tecnológica, invirtiendo recursos en herramientas tecnológicas internas y asegurando que todas las decisiones se toman sobre la base de datos, según explican desde Samaipata.
“Es irónico, los venture capital invertimos en tecnología. Sin embargo, seguimos siendo una de las industrias menos digitalizadas del mundo. En Samaipata nos estamos esforzando por cambiar esto. Estamos construyendo tecnología nosotros mismos para optimizar nuestros procesos internos y entender mejor las empresas a las que respaldamos. Además, nos permite mantener viva nuestra alma de emprendedores tecnológicos”, afirma José del Barrio, confundador de Samaipata.
La firma está liderada por José del Barrio, cofundador y exCEO de La Nevera Roja y Eduardo Díez-Hochleitner, ejecutivo y business angel con extensa experiencia, actualmente chairman de MásMóvil. Díez-Hochleitner es también antiguo socio de APAX Partners, fondo de private equity. Ambos socios fundadores empezaron trabajando juntos hace diez años en La Nevera Roja.
“Creemos firmemente en el auge de las plataformas como tendencia tecnológica global: muchas industrias de miles de millones de dólares están siendo transformadas por nuevas plataformas y se están creando cantidades inmensas de valor, si bien estamos todavía en el inicio de esta nueva ola de digitalización”, subraya Eduardo Díez-Hochleitner.
Además, Díez-Hochleitner añade que, en Samaipata creen en “la defensibilidad y la escalabilidad como impulsores clave de la generación de valor en los negocios digitales, y las plataformas suelen ser altamente escalables y defendibles a través de los efectos de red”.
Por otro lado, desde la firma buscan aprovechar la experiencia personal de sus fundadores como emprendedores y los efectos de red generados por su comunidad de fundadores de plataformas y marketplaces para “respaldar a empresas líderes globales nacidas en Europa”.
González se unió a Allfunds en 2011 y cuenta con un gran conocimiento sobre el mercado offshore de EE.UU. tras trabajar varios años con el mercado de América Latina.
Actualmente es Global Head de Wealth Management y también ocupa el puesto de responsable de Iberia y América de la wealthtech, cubriendo tanto la dirección estratégica como el modelo de expansión de la empresa en toda la región.
Además, dirigió la apertura de la oficina brasileña de Allfunds, dice el comunicado de la empresa.
“Estamos muy ilusionados con nuestra llegada al mercado americano y convencidos de que la oportunidad es inmensa”, dijo González.
La responsable de la nueva oficina remarcó que “Allfunds es la única plataforma WealthTech multi-divisa de fondos no sólo tradicionales que ofrece una solución front-to-back al mercado”.
González se formó en Economía en The London School of Economics and Political Science. Además estudió Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid y realizó estudios en la Université libre de Bruxelles y la Katholische Universität Eichstattätt-Ingolstadt.
Schroders anunció este jueves que Nicolás (Nico) Giedzinski asumirá el cargo de director de US offshore, como parte del resultado del crecimiento de la gestora en ese mercado.
En su nuevo cargo, liderará y potenciará el crecimiento del negocio y el equipo offshore de EE.UU., tanto en el canal discrecional como el brokerage.
Nicolás tiene más de 15 años en la empresa, siempre especializado en América Latina y el negocio US Offshore.
Entre varios de los cargos que desempeñó se destacan el de Head of Discretionary US Offshore & Head of Latin America Intermediary que ocupó desde junio de 2018 hasta este nuevo ascenso, según su perfil de Linkedin.
Es licenciado en Economía por la Universidad de San Andrés en Argentina y Master en Finanzas por la Universidad el Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina. En 2015 completó un posgrado en Harvard.
Además, el equipo estará apoyado por María Elena Isaza, quien asumirá el rol de Head of Brokerage para US Offshore.
En su nuevo cargo, abordará mejor las necesidades del canal de brokerage que se está expandiendo con un crecimiento anual sostenido, nuevas relaciones y diversificación de productos como créditos flexibles, private asset y alternativos líquidos.
Además, continuará con su responsabilidad de desarrollar la región Offshore del sureste y el Caribe de EE.UU.
Por otra parte, Gonzalo Binello continúa liderando el negocio de Schroders en América Latina y US Offshore
Credit Suisse Asset Management y Equilibrium Capital Group, experto en infraestructuras sostenibles y gestión de recursos, han llegado a un acuerdo para crear una plataforma de activos reales sostenibles que permita ampliar los recursos y el alcance del capital disponible para las industrias y compañías que comparten el compromiso de sostenibilidad de Credit Suisse y Equilibrium.
Esta asociación sigue a la creación, este julio pasado, del grupo con funciones de Consejo Ejecutivo de Sustainability, Research & Investment Solutions (SRI) de Credit Suisse y de su compromiso de entregar por lo menos 300.000 millones de francos suizos en financiación sostenible durante los próximos 10 años.
En apoyo de esta iniciativa mundial, Credit Suisse Asset Management y Equilibrium desarrollarán y gestionarán conjuntamente una plataforma sostenible de gestión de infraestructuras y recursos. Según explican ambas firmas, esta colaboración permitirá combinar el alcance mundial de Credit Suisse con la plataforma operativa institucional y experiencia en materia de sostenibilidad de Equilibrium en “la construcción de un activo real pionero, institucional, impulsado por la sostenibilidad y capaz de gestionar recursos”.
Según ha explicado Eric Varvel, director global de Credit Suisse AM, «Equilibrium es un socio ideal para nuestra franquicia, dada nuestra historia compartida en materia de sostenibilidad, alternativas y activos reales. Esta asociación marca otro hito en la estrategia de sostenibilidad de Credit Suisse para ayudar a abordar los apremiantes retos medioambientales».
Por su parte, Marisa Drew, directora de sostenibilidad y directora global de sostenibilidad, estrategia, asesoramiento y finanzas de Credit Suisse, ha añadido: “Estamos encantados de apoyar la colaboración del Credit Suisse AM con el reconocido líder en sostenibilidad Equilibrium en nuestro objetivo común por movilizar capital. El anuncio de esta colaboración se basa en la larga historia de estrategias de sostenibilidad innovadoras de Credit Suisse, desde la co-fundación de uno de los primeros líderes en microfinanciación y crédito de impacto, hasta la integración de la sostenibilidad en las carteras inmobiliarias de Credit Suisse y, por último, la innovación en los ámbitos de la conservación y la financiación de la transición energética».
Desde Equilibrium también destacan lo relevante de esta asociación con Credit Suisse AM. “Si bien no podemos revertir el cambio climático por completo, podemos mitigar su impacto creando una infraestructura más sostenible. Mediante la gestión de los riesgos ambientales en torno a la producción de alimentos, los residuos, el agua y la energía, podemos fomentar una mayor estabilidad y la seguridad en esas áreas», ha destacado Dave Chen, director general de Equilibrium Capital.