El negocio de la gestión de activos y asesoramiento financiero ha estado siempre marcado por los viajes corporativos. Estos desplazamientos, normalmente realizados en avión, han actuado como piedra angular del sector. Sin embargo, tras la pandemia del COVID-19, y las consiguientes restricciones de movilidad y aforo en espacios públicos, el futuro de los viajes corporativos se ve amenazado por la incertidumbre.
A nivel global, está claro que el confinamiento, anterior y actual, ha afectado a los viajes de negocio, que detuvieron por completo su actividad. Además, aquellas empresas capaces de aplicar un modelo de teletrabajo sustituyeron las reuniones presenciales por llamadas telefónicas, videollamadas o reuniones virtuales. Ahora que la fase más estricta del confinamiento parece haber terminado, la paulatina reapertura de fronteras y el levantamiento de ciertas restricciones, las economías están volviendo a retomar su actividad.
Para las aerolíneas, pese a que casi el 85% de sus pasajeros viaja por motivos de placer, los viajes corporativos generan el 40% de sus ingresos, según el informe de Citi GPS, Viajes corporativos después del COVID-19 (Corporate Travel After COVID-19). La gran pregunta es, ¿volverán los viajes corporativos al nivel pre-pandemia?
Según los datos de Citi, este sector se verá presionado tanto en el corto como en el largo plazo. En primer lugar, no existe una normativa global en lo que a fronteras o cuarenta vigentes se refiere. Esto podría crear un riesgo legal para las empresas. Por otro lado, la rápida adopción de herramientas virtuales durante el confinamiento podría impulsar un cambio secular que reemplace los viajes corporativos, debido a su alto coste en tiempo y monetario.
A corto plazo, el informe calcula que, una reducción del 1% en los viajes de negocio supondría un impacto del 10% en los beneficios de las aerolíneas, manteniendo estáticas el resto de variables, como el coste del combustible.
A largo plazo, podría producirse un cambio más profundo. Durante la cuarentena, las empresas adoptaron rápidamente herramientas virtuales que posibilitaran el teletrabajo. Si esta tendencia se mantiene, podría afectar a aquella parte del sector que viaja más de cinco veces al año, así como a aquellos gestores que visitan otras oficinas, en lugar de a los clientes. Según el informe, el primer grupo se vería afectado por las dificultades adicionales de viajar en la situación actual.
Por otro lado, los profesionales que visitan otras oficinas verían su actividad transformada a reuniones virtuales y las videoconferencias, cuyo coste es mucho menor. “Si el número de viajes se reduce a la mitad tanto para el viajero de alto volumen como para el viajero de oficina propia, los viajes corporativos podrían reducirse en un 25% respecto de los niveles de 2019”, añade el informe.
Los resultados de las elecciones de EE.UU. todavía no definen un ganador, algo que en otro momento podría haber generado una intensa ola de volatilidad, pero los inversores previeron este resultado y actuaron de manera defensiva previo al final de los comicios.
Mientras el conteo se acerca a una posible definición de Joe Biden como presidente y Donald Trump acusa fraude, y pide que se detenga el conteo de votos por correo el mercado reacciona de manera positiva.
El comportamiento del mercado con respecto a las noticias sobre la evolución de las elecciones sugiere que preferirían asistir a una presidencia limitada de Biden que a un mandato que le permita materializar la versión más contundente de sus políticas predilectas, dijo Paul O’Connor, responsable de Multiactivos en Janus Henderson.
Además, los mercados suelen repuntar después de grandes acontecimientos de riesgo previstos y distintos indicadores sugieren que la mayoría de inversores había adoptado un posicionamiento bastante defensivo en el periodo previo a los comicios, parece que se “asiste a un repunte de alivio bastante habitual”.
“Los inversores están volviendo a asignar el efectivo reservado de forma preventiva y eliminando las coberturas implementadas antes de las elecciones”, explicó O’Connor.
Si bien es muy posible que esta elección tarde más en resolverse formalmente que la mayoría de las demás, los mercados financieros se acercarán a esto de manera probabilística, como siempre, y no esperarán a que todos los detalles se verifiquen formalmente.
Por otra parte, a medida que se dan a conocer los resultados electorales, las fluctuaciones en los precios confirman que los inversores se están concentrando en dos conjuntos de temáticas conforme evalúan la evolución del desenlace de los comicios: el impulso presupuestario general por parte del Gobierno que resulte electo y las propuestas presidenciales específicas de cada candidato más allá de este último ámbito.
Por otro lado, Darrell Spence, economista de Capital Group, comentó que aunque existe el riesgo de la incertidumbre general en sí misma, la pregunta más importante es si esa incertidumbre retrasa en última instancia el estímulo fiscal mucho más allá de las elecciones o incluso hasta 2021.
La Fed está realizando su reunión de noviembre con la tensión puesta en cómo se conformará el Congreso como se cuentaen esta nota.
En cuanto a las funciones de la renta fija, Mike Gitlin, jefe de Fixed Income en Capital Group, destaca cuatro funciones.
“La renta fija cumple cuatro funciones importantes en nuestras carteras: diversificación de la renta variable, proporciona rentas, protección contra la inflación y preservación de capital. Satisfacer esas necesidades era importante la semana pasada, el año pasado y hace una década, y es igualmente importante hoy”, explicó.
Por otra parte, Steve Lipper, estratega senior de inversiones en Royce Investment Partners, estima que las elecciones «importan menos para las empresas de pequeña capitalización» que el clima favorable actual.
Si bien las elecciones pueden tener consecuencias significativas para los ciudadanos, generalmente tienen mucho menos impacto para los inversionistas de lo que se cree.
“La pequeña capitalización lo ha hecho bien o mal cuando cualquiera de las partes ha ocupado la Casa Blanca”, aseguró Lipper.
El Grupo Cohen ha anunciado la incorporación de Martín Polo como nuevo Chief Strategist, en reemplazo de Diego Falcone. Estará a cargo del área de Estrategia de la firma argentina, con el objetivo de analizar las tendencias económicas actuales que dan forma al mercado local e internacional.
Martín Polo es economista (UBA), con posgrado de Especialización en Mercado de Capitales (UBA-BCBA). Cuenta con más de 20 años de experiencia en el análisis de la coyuntura económica local e internacional, con una trayectoria ligada tanto al sector público como privado. Se desempeñó como consultor en la Dirección Nacional de Cuentas Internacionales del Ministerio de Economía de la Nación (1999-2004), Economista Senior en Banco Supervielle (2007-2013), Economista Jefe en la Agencia Argentina de Inversión y Comercio Internacional (2017-2019) y mantuvo diferentes cargos en las principales consultoras económicas del país siendo Empiria Consultores su última experiencia.
Polo estará a cargo del área de Estrategia de Cohen, que cubre lo referido al mercado financiero global y local, analizando las tendencias económicas actuales que están dando forma a los nuevos paradigmas de inversión. Los economistas del equipo analizan los mercados financieros de Argentina y el mundo y evalúan el impacto de las tendencias de la economía global sobre el asset allocation de la empresa.
El área de Estrategia está formada por especialistas en inversiones en todo el mundo que analizan el panorama general –local e internacional– y le aportan sentido a cada decisión de inversión. Sobre la base de sus investigaciones, desarrollan sus House View, investment outlooks, estrategias a meses y años vista, e ideas de inversión para el corto plazo, ofreciendo publicaciones diarias, semanales y mensuales.
Por otro lado, Diego Alejandro Falcone se ha incorporado al equipo de Credit Suisse en Zúrich, Suiza, con el cargo de Head of Business Development, según anuncia su perfil de Linkedin.
Falcone trabajó hasta noviembre de este año en Cohen Aliados Financieros, desempeñándose durante casi cuatro años como Chief Strategist y Head Portfolio Managner en Buenos Aires.
El experimentado financista trabajó para BNP Paribas en Argentina y fue Funds Manager en GPS Investments SGFCI, AVIVA Investros y Banco Santander. Falcone tiene estudios de economía en la Universidad de Buenos Aires y un máster en finanzas en la Universidad Torcuato Di Tella.
El porcentaje de inversores institucionales que incorporan factores ESG sigue creciendo, pero a la vez se acrecienta la brecha entre los inversores estadounidenses y los de otros países, dice la Encuesta Anual de Inversión Responsable de RBC Global Asset Management.
“Los inversores en EE.UU. siguen estando muy por detrás de sus homólogos globales en la adopción de ESG: 65% en comparación con 94% de los encuestados en Europa, 89% en Canadá y 72% en Asia”, dice el resumen del trabajo .
La encuesta de 2020 a 809 propietarios de activos institucionales, consultores de inversión y asesores financieros encontró que el 75% de ellos tiene en cuenta factores ESG en sus estrategias de inversión que representa un aumento frente al 70% resultante en 2019.
El 84% de los inversores mundiales cree en las carteras integradas con ESG cree que se desempeñarán tan bien o mejor que las inversiones no integradas a estas políticas.
Sin embargo, el 16% restante cree que las carteras integradas con ESG tendrán un peor desempeño.
Particularmente, en EE.UU. el 26% de los inversores cree que las carteras integradas con ESG tendrán un peor rendimiento que las carteras no integradas con ESG.
Este año, el 43% de los encuestados dijo que cree que es probable que las carteras integradas con ESG tengan un mejor rendimiento que las carteras no integradas con ESG, frente al 29% en 2019.
Sin embargo, ese número oculta una bifurcación global. Un 28% de los inversores institucionales estadounidenses creen que es probable que las carteras integradas en ESG disfruten de un rendimiento superior, menos de la mitad del porcentaje que comparte esta creencia en Europa y Asia y muy por debajo del porcentaje que cree esto en Canadá.
Esta creencia aumentó tres puntos porcentuales en EE.UU., desde 2019, lo que no es estadísticamente significativo, mientras que en Canadá aumentó 21 puntos porcentuales, en Europa 24 puntos porcentuales y Asia 22 puntos porcentuales.
Para el 28% de los encuestados, la pandemia de COVID-19 está haciendo que le den más importancia a las consideraciones de ESG, y el 53% informó interés en una mayor divulgación de los factores sociales, como la atención médica de los empleados y la cultura del lugar de trabajo.
Entre las 18 preocupaciones de ESG abordadas en la encuesta, la lucha contra la corrupción ocupó el primer lugar, seguida por el cambio climático y los derechos de los accionistas.
El cambio climático subió del cuarto lugar en 2019, a excepción de EE.UU., donde ocupó el sexto lugar, mientras que los derechos de los accionistas aumentaron del octavo lugar en 2019.
DWS y Funds Society organizan un nuevo Virtual Investment Summit (VIS) dirigido a los inversores latinoamericanos y del mercado US offshore que quieren sacarle el mejor partido a los ETFs de renta fija.
Los tiempos recientes y turbulentos han puesto a prueba los límites de los ETFs, y los mercados de renta fija subyacentes experimentan una tensión extrema. Este episodio ha demostrado que los ETFs de renta fija se las arreglaron bien: han pasado la prueba del tiempo y las debilidades percibidas han resultado ser fortalezas.
En este seminario web se analizará cómo respondieron los ETFs a las realidades del mercado de renta fija y se presentará un cuadro de mando para ayudar a los inversores a evaluar y seleccionarlos mejor.
Los ponentes de este VIS serán Olivier Souliac, Head of Index Strategy & Analitichs Passive Products de DWS y Salvador Gómez, Head of Passive Coverage-Latin America & US offshore de DWS.
El evento tendrá como invitada especial a Rocío Harb, Director and Branch Manager de IPG.
Este Virtual Investment Summit tendrá lugar el 12 de noviembre a las 10:30 a.m (Easter Daylight Time North America)
Compass Group, uno de los principales asesores de inversión independientes de América Latina, fue destacado entre los cinco agentes colocadores líderes a nivel mundial para fondos de capital privado superiores a 1.000 millones de dólares por Preqin, proveedor de datos y análisis para la comunidad de activos alternativos, en su publicación anual denominada “Service Providers in Alternative Assets”.
Compass Group es le único agente colocador latinoamericano incluido en este ranking, que abarca desde 2019 a la primera mitad de 2020.
Jaime Martí, CEO de la firma, señaló que “este destacado reconocimiento llega en momentos en que estamos cumpliendo 25 años. Ello, sumado a la reciente apertura de nuestra oficina en Brasil, que nos ha permitido incorporar a inversionistas de ese país, está consolidando nuestro posicionamiento como uno de los principales asesores de inversiones alternativas globales de la región”.
Compass Group es uno de los principales asesores de inversión independientes de América Latina, especializado en la gestión de activos para inversionistas institucionales, intermediarios, family offices y clientes de alto patrimonio. Fundada en Nueva York en 1995, cuenta con más de 25 años de experiencia en inversiones y un equipo de más de 300 profesionales, ubicados en nueve oficinas de la región, en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Miami, Nueva York, Perú y Uruguay.
Tiene más de 38.000 millones de dólares – a junio del presente año – en activos bajo manejo, asesoría o distribución, y mantiene alianzas estratégicas con reconocidos administradores de activos globales.
El proceso de transformación digital es un fenómeno creciente que en los últimos años ha generado un aumento exponencial en la transferencia de datos a nivel global y una fuerte demanda por espacios físicos adecuados para el procesamiento de la información tales como los Data Center. Desde el punto de vista de las inversiones, el atractivo de estos activos inmobiliarios ha ido en aumento, lo que se ha acrecentado en el actual escenario de pandemia por COVID-19.
En ese contexto, Principal Chile ha creado el primer Fondo Inmobiliario Digital que invertirá 100% en el extranjero en Data Centers en Estados Unidos, ya sea para desarrollar o bien para adquirir este tipo de infraestructura. Este fondo de inversión cerrado está enfocado en inversionistas institucionales y de alto patrimonio y apunta al desarrollo de entre 8 y 12 centros de datos, dada la gran demanda por contar con espacios que permitan el procesamiento de grandes cantidades de datos a nivel global.
Por ejemplo, mientras en diciembre de 2019 se registró un promedio de 10 millones de reuniones diarias a través de la plataforma Zoom, a raíz del confinamiento de la población por la crisis sanitaria se registraron cifras récord llegando a los 200 millones de reuniones diarias en marzo de este año. Asimismo, si en 2018 cerca del 51% de la población mundial tenía acceso a Internet, se prevé que hacia el 2023 la cifra llegue al 66%.
Dado el atractivo de este tipo de inversiones, Principal ya prepara también una estrategia para desarrollar este producto de inversión en Europa. Como señala Mariano Ugarte, gerente general de Principal AGF: “En la creación de este fondo convergen nuestras capacidades globales más el fuerte auge digital y la alta creación de datos, acelerado por la pandemia”.
La estrategia de inversión de este fondo estará focalizada en mercados intensivos en uso de datos y contará con la colaboración de socios estratégicos que poseen el conocimiento, las relaciones y la experiencia en este sector. “Es un fondo de gran resiliencia, tanto en crisis como en tiempos de bonanza. Por otra parte, la crisis del COVID-19 ha sido un factor muy positivo para esto, puesto que hoy hay más demanda por uso de los datos y, por consiguiente, por Data Centers”, destaca Ugarte.
Además, el gerente general de Principal AGF señala: “Este es un producto de inversión único, el primero en Chile, y es el reflejo de los esfuerzos que hace Principal en distintos ámbitos de la innovación, desarrollando dicha capacidad como una práctica constitutiva de nuestro ADN, para lograr entregar a nuestros clientes las mejores oportunidades de inversión, con productos de vanguardia que aprovechan las oportunidades del mercado”.
Union Bancaire Privée (UBP) ha anunciado el lanzamiento del fondo UBAM – Global Fintech Equity. Se trata de una estrategia de renta variable global que invierte en áreas muy diversas del sector fintech.
Según explican desde la entidad, la gestión del fondo estará a cargo del equipo de renta variable suiza y global de UBP. Además, Martin Moeller, corresponsable del equipo, ejercerá de gestor principal de la cartera. El fondo invertirá en títulos de renta variable (entre 20 y 40) que ofrezcan una exposición global en temas vinculados a las fintech, como los pagos internacionales, las infraestructuras de telecomunicaciones, las redes y la seguridad, los datos y análisis, las nuevas tecnologías en los seguros y en la normativa (insurtech y regtech) y las plataformas financieras innovadoras.
En opinión de UBP, el sector de las fintech, con unas 180 empresas y una capitalización bursátil superior a los dos billones de dólares, constituye un universo de inversión diversificado y en plena expansión, que representa prácticamente el 3% del índice MSCI AC World. En este extenso universo, activo y en el que se producen frecuentes ofertas públicas iniciales y adquisiciones, según explican, el fondo adopta una visión sectorial integral, con un enfoque selectivo bottom-up basado en modelos de valoración de concepción propia que hacen hincapié en la generación de flujos de caja (CFROI, Cash Flow Return On Investment).
En concreto, la estrategia invierte a lo largo del ciclo de vida del CFROI y se centra en empresas cuyo crecimiento bate las previsiones del mercado, en empresas capaces de sobresalir gracias a las elevadas barreras de entrada y en empresas capaces de reinventarse en momentos de dificultad. La entidad matiza que la asignación en estas tres oportunidades de alfa dependerá también del entorno macroeconómico y de las convicciones del equipo con respecto a ciertos títulos concretos.
“Las tendencias estructurales juegan a favor del tema fintech y este ha recibido un nuevo impulso gracias al aumento del comercio electrónico y de las soluciones tecnológicas de datos provocado por la pandemia de covid-19. Tras cuatro años de investigación, estamos muy orgullosos de haber creado esta estrategia basada en nuestro marco de inversión CFROI de concepción propia, y de poder ofrecer a nuestros inversores una solución temática original. Esta estrategia puede contribuir a diversificar una exposición tecnológica y es una forma eficaz de establecer una asignación en diversas tendencias disruptivas del sector de las tecnologías financieras”, señala Michaël Lok, Co-CEO de la división Asset Management de UBP.
Por su parte, Martin Moeller, gestor de la cartera y corresponsable del equipo de renta variable suiza y global de UBP, ha declarado: “El segmento de las fintech pone al alcance del inversor un tema de crecimiento secular bien afianzado y ofrece la creación de valor a un precio razonable. Es un coto de caza atractivo en el que seleccionar empresas con modelos de negocio sólidos, que pueden incrementar la generación de cash-flow y que tienen una elevada visibilidad. Por experiencia, la creación de valor mayor que la media, da lugar a que el título bata al mercado a largo plazo, y opinamos que el universo de las fintech ofrece excelentes oportunidades”.
Mientras avanza el recuento electoral en Estados Unidos, una nueva cita centra la atención de los mercados: la reunión de la Reserva Federal (Fed), que comenzó ayer y se prolongará a lo largo de hoy. Según la visión de los analistas, no se espera que anuncie cambios, debido a la proximidad de las elecciones. Por lo que, previsiblemente, los tipos se mantendrán entre el 0%-0,25% y las compras de treasuries y MBS de 120.000 millones de dólares al mes.
Sin embargo, el papel que juega la Fed en el contexto actual es más importante de lo que a primera vista parece, básicamente porque el mercado sigue esperando que haya más estímulos frente al impacto del COVID-19. El resultado electoral de ayer confirma la división de las cámaras -con los demócratas al frente de la Cámara de Representantes y los republicanos en el Senado-, por lo que la posibilidad de aprobar e implementar políticas extremas se reduce. Esto pone la mayor parte del peso en los próximos pasos que dé la Fed.
“Sin un claro ganador aún visible y con la ciudadanía estadounidense más dividida que nunca, los mercados y los inversores en oro se centran en una tercera persona en este drama, en Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal”, afirma Ned Naylor-Leyland, gestor de Merian Gold and Silver Fund, de Jupiter AM.
En opinión de Mohammed Kazmi, estratega macro y gestor de carteras de renta fija de UBP, esta circunstancia vuelve a poner a la Fed bajo presión para que siga apoyando la recuperación del crecimiento mediante una política monetaria acomodaticia. La gran pregunta es cuándo cederá a esa presión. “Por ahora creemos que la Fed se sentirá cómoda con las condiciones financieras para no actuar en esta reunión, optando en cambio por ver el resultado de las elecciones estadounidenses y su impacto en la política fiscal antes de actuar. Esperamos que ofrezca una orientación más decisiva sobre el QE en la reunión de diciembre, en la que vemos la posibilidad de que alargue la duración de las compras de activos”, sostiene Kazmi.
“Esperamos un mensaje similar al de las últimas reuniones, donde la Fed comunicó que estará preparada para ajustar su política monetaria en el caso de que sea necesario. Por otro lado, puede que se insista en la necesidad de apoyar a la economía mediante políticas fiscales, que, de momento, no se han concretado por la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos. Una vez conocido el tamaño del estímulo fiscal (los demócratas son partidarios de superar los 2 billones), esto podría condicionar los próximos pasos a dar en materia monetaria. Por ello, pensamos que la Fed, al igual que el BCE, esperará a la reunión de diciembre para aplicar cambios en política monetaria. En el último mes del año, la Fed tendrá más información sobre el impacto que pudiera tener la segunda oleada de la pandemia, se habrá reducido la incertidumbre electoral y avanzado en el programa de ayuda fiscal”, añade Germán García Mellado, gestor de renta fija de A&G.
Una visión que coincide con la de Kazmi: “Es posible que la Reserva Federal no se sienta obligada a dar el paso todavía, ya que los datos económicos de alta frecuencia siguen siendo resistentes, y con la última ola del COVID-19 todavía por desencadenar medidas de bloqueo generalizadas como se ha visto en Europa, aunque sí vemos esto como un riesgo a corto plazo para las perspectivas económicas. Dada esta opinión de la Fed, junto con los riesgos del COVID-19 que todavía están presentes, creemos que los mercados de tasas continuarán operando en un rango, no pudiendo romper a rendimientos más altos ya que aprobar un gran paquete fiscal ahora parece estar fuera de alcance”.
En este sentido, el nerviosismo y la volatilidad que ha generado las elecciones presidenciales, se compensa en muchos mercados con la acción de la Fed. El ejemplo más claro lo explica Christian Hantel, gestor senior de carteras de Vontobel Asset Management, y afecta a los mercados de créditos.
“Inicialmente, la autoridad monetaria estadounidense lanzó el programa de compra de bonos corporativos como un servicio de respaldo donde las empresas podían usar la Fed como prestamista de último recurso. Ahora, está comprando activamente bonos corporativos de EE.UU. con un vencimiento de hasta cuatro años, incluyendo bonos con calificación BB. Esto ha aliviado los nervios del mercado incentivando a los inversores a acumular bonos corporativos. En caso de que continúe la incertidumbre del mercado debido a un resultado electoral embrollado en EE.UU., la Fed podría restablecer fácilmente la confianza en el mercado de crédito corporativo intensificando sus actividades en el marco de las facilidades de crédito de los mercados primario y secundario. Por lo tanto, cualquier ampliación del diferencial debería resultar modesta y las condiciones de liquidez deberían seguir siendo favorables”, argumenta Hantel.
Por su parte Juan Ramón Casanovas, Head of Private Portfolio Management de Bank Degroof Petercam Spain, considera que la Fed seguirá aplicando la misma política monetaria esté quien esté en la Casa Blanca. “La Fed ha insistido, y si es necesario, lo hará de nuevo, en que realizará todas las medidas de estímulo monetario que estén en su mano para seguir apoyando la recuperación económica, independientemente de quien ocupe la Casa Blanca y de quien presida el Congreso o el Senado. Pero, del mismo modo, seguirá reclamando, cuantas veces sea preciso, que se aprueben y adopten los paquetes de estímulo necesarios para afianzar la senda de crecimiento económico que devuelva la confianza a los ciudadanos estadounidenses”, destaca Casanovas.
El desafío de la Fed
Para Olivia Álvarez, analista de Monex Europe, los resultados electorales de EE.UU. suponen un desafío para la Fed. La experta señala que un movimiento de la Fed antes de cerrar el año es poco probable dada la “postura ampliamente acomodaticia” que ya tiene y la “relativa estabilidad” de los mercados financieros. Sin embargo, considera que la creciente ola de infecciones del virus que amenaza con alcanzar proporciones alarmantes en los EE.UU. en las próximas semanas podrían poner a la Fed en apuros nuevamente.
“En el contexto de la pandemia, las implicaciones de un mandato demócrata o republicano son notablemente divergentes en términos de la función de reacción de la institución monetaria, dadas las amplias diferencias entre ambos bandos sobre la proyección de política fiscal y comercial. Un mandato de estancamiento político (Congreso y Casa Blanca divididos) imprimiría un sello restrictivo a las iniciativas de estímulo fiscal en los EE.UU. Una reelección presidencial de Trump, en particular, añadiría un riesgo latente a los mercados financieros internacionales en materia comercial. Este escenario se ha hecho más evidente en el mercado de renta fija norteamericano, a través de la caída de los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años desde que se dieron a conocer los resultados iniciales en algunos estados decisivos. El ajuste del mercado de un escenario de ola azul, señalado por las encuestas pre-electorales, ha recalibrado las expectativas de los inversores hacia un entorno de menor impulso inflacionario, algo que no pasará desapercibido por la Fed en sus presentaciones venideras. Con un largo camino por recorrer para definir el resultado de las elecciones, es muy pronto para que la Fed tome cartas en el asunto”, afirma Álvarez.
Por último, según James Athey, director de inversiones de Aberdeen Standard Investments, parte de la tranquilidad en los mercados se basará en el hecho de que la Fed si vemos una volatilidad significativa. “Hay un peligroso elemento que recuerda a la teoría del huevo y la gallina alrededor de esta situación. Los mercados están tranquilos en parte porque saben que la FED intervendrá, pero la FED no intervendrá si las cosas se mantienen completamente en calma”, advierte Athey.
En su opinión, la falta de estímulo fiscal requerirá tarde o temprano que la Fed reaccione, y eso es preocupante. “Las herramientas que utiliza la Fed han producido durante mucho tiempo distorsiones insalubres en los precios de los activos y los mercados están cada vez más programados para saber que el banco central intervendrá a la vista de los problemas. Ese tipo de dependencia no es saludable», concluye el director de inversiones de Aberdeen Standard Investments.
Tras el recuento electoral
La mayoría de los analistas también coinciden en que tardaremos en conocer quién será el nuevo inquilino de la Casa Blanca, lo que se podría traducir en episodios de volatilidad para el mercado. Aún así, que haya presidente no quiere decir que gobernar vaya a ser sencillo. Según Ignacio Dolz de Espejo, director de soluciones de inversión de Mutuactivos, la capacidad de conseguir aprobar el paquete fiscal es el factor clave en estos momentos, tanto para la economía como para los mercados.
“Si se confirma que la Casa Blanca y el Congreso quedan en manos demócratas y el Senado en las de los republicanos, Biden tendría dificultades para conseguir elevar los impuestos y probablemente no conseguiría sacar adelante su ambicioso plan de inversión en infraestructuras. Esto reduce el riesgo de un incremento del déficit y la deuda, por lo que, según los gestores de Mutuactivos, deberíamos ver una relajación en las curvas de tipos. Por el mismo motivo, desde la gestora estiman que el dólar podría recuperar algo de fuerza. Si Biden no consigue subir los impuestos, la opinión de Mutuactivos es que el impacto sobre los beneficios del S&P 500 será limitado, lo que dará, teóricamente, más potencial al índice”, sostiene Dolz de Espejo.
En opinión de Pilar Gómez-Bravo, directora de renta fija para Europa en MFS Investment Management, invertir en renta fija en la actualidad supone encontrarse un terreno de claroscuros entre dos realidades opuestas. Por un lado, la realidad de las preocupaciones y por el otro, la realidad de la liquidez inyectada por los bancos centrales y los gobiernos.
En el lado de las preocupaciones, el impacto que la pandemia está tendiendo sobre los fundamentales de las economías y los mercados sigue siendo la cuestión más importante. Todavía queda un amplio recorrido para cerrar la brecha entre el nivel de actividad de principios de año y el nivel actual. La incertidumbre sigue siendo alta, en especial a medida que la segunda ola de la pandemia avanza en los países desarrollado y algunas economías como Francia y Alemania se han visto obligadas a restringir aún más el nivel de actividad.
Además, está por ver el impacto final en el nivel de empleo, especialmente en el sector servicios. El sector de la tecnología, una fuerza desinflacionaria y disruptiva que en el largo plazo rompe con los patrones de empleo, ha sido el principal beneficiado durante esta crisis. En un primer momento, se pensó que las disrupciones tecnológicas en el mundo laboral llevarían a un desplazamiento de la mano de obra a sectores con un mayor contacto entre personas, incrementando el empleo en el sector servicios. Sin embargo, por desgracia, estos puestos de trabajo se han perdido o están en riesgo de perderse a raíz de la pandemia. Mientras no haya una vacuna, seguirá habiendo una preocupación por el impacto de la pandemia en la fuerza laboral de todos los países. También preocupa conocer cuál será el impacto final en el ámbito fiscal, pues la intervención de los gobiernos parece que va a seguir con el objetivo de evitar una crisis aún más profunda.
Puede que las valoraciones no sean tan atractivas como eran hace unos meses y que quizá compensen cada vez menos frente a los riesgos fundamentales que se observan en ciertas partes de los mercados. Mientras, los riesgos geopolíticos siguen presentes. Existe preocupación por la reacción de los mercados a los resultados de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, pero también por otros temas como Brexit o por el desarrollo de las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos.
La fragilidad de los mercados también inquieta a los gestores de MFS. Las caídas sufridas por el mercado durante el mes de marzo destacan que los saltos de volatilidad serán probablemente más grandes. Especialmente si se tiene en cuenta que entrar un programa de políticas de apoyo monetario y fiscal es relativamente fácil, pero que es más complicado abandonarlas sin que el mercado se vea afectado. Por eso, en MFS ven con una mayor preocupación la fragilidad aparente de los mercados de crédito y eso hace que se posicionen en las partes más liquidas de los mercados
La realidad de la liquidez
Por otro lado, MFS también reconoce la ingente cantidad de liquidez que los bancos centrales han inyectado en los mercados, que han conseguido que todas las preocupaciones mencionadas queden olvidadas por un tiempo. La inyección de liquidez ha batido récords, superando con creces la intervención durante la gran crisis financiera. Los datos macroeconómicos son ahora mejores de lo que se esperaba hace unos meses, especialmente en el lado del sector manufacturero, que sigue mostrando signos positivos frente al sector servicios, algo que tiene implicaciones para MFS a la hora de posicionarse en sus carteras de crédito.
Los elementos técnicos de mercados siguen apoyando todavía la visión de riesgo en las carteras, básicamente porque como sabemos, los bancos centrales van a actuar como soporte en los mercados y van a intervenir en los momentos de volatilidad. Esto se puede observar claramente en los mercados periféricos europeos, por ejemplo, en Italia y Grecia, que a pesar de que Europa se está viendo más drásticamente afectada por el impacto de la segunda ola de la pandemia, los diferenciales de estos mercados anticipan la actuación del Banco Central Europeo, sirviendo de límite en cuanto al impacto negativo de la pandemia en los próximos meses.
Esta enorme inyección de liquidez podría generar inflación en el corto y en el largo plazo. En ese caso, la visión de MFS es que, en los próximos seis meses y de aquí a dos años, se seguirán viendo más tendencias deflacionistas porque la brecha de producción sigue siendo grande y hay un exceso de ahorro en las economías. Esto requiere un estímulo fiscal mucho más grande de desinversión por el lado del gobierno, por lo que por ahora en MFS no se percibe un riesgo elevado de inflación en el corto plazo. Aunque si advierten que el riesgo de cola ha aumentado y que será necesario esperar a conocer el tipo de estímulos que Estados Unidos tendrá en los próximos meses, así como las implicaciones que podría tener en los mercados, para proteger las carteras en el largo plazo teniendo en cuenta los posibles movimientos en la curva del Tesoro estadounidense.
Un entorno de tipos bajos por más tiempo
En MFS siguen esperando que en los próximos años el rango de rentabilidades en la renta fija siga siendo bajo. Se esperan momentos de volatilidad y movimientos en las curvas que generen oportunidades de alfa, pero el nivel de rentabilidades globales, incluso en los mercados emergentes seguirá una tendencia a la baja.
Así, Pilar Gómez Bravo cree que la generación de retornos tiene que ser por la parte del alfa y no por la de la beta del mercado. A su juicio, los niveles de rentabilidad no van a dar muchas oportunidades, pero sí que esperan que a medida que ven una mayor volatilidad y dispersión, el valor añadido de la selección de títulos aporte un alfa potencial que quizá continúe a pesar de que los rendimientos sean más bajos de lo esperado.
En MFS se están centrando en unas coberturas de riesgo menos tradicionales a la hora de proteger las carteras frente al riesgo extra que existe en los mercados, tanto en riesgo de crédito como por una mayor correlación con la renta variable. Por eso, buscan una mayor exposición a los mercados de monedas y en los mercados de opciones, tanto de crédito como de tasas, para proteger las carteras, en lugar de tener que contar básicamente sólo con duración.
En el lado de los tipos de interés, aunque ahora todos los mercados parecen estar al unísono en cuanto a su intervención fiscal y monetaria, en MFS creen que a partir del año que viene habrá más dispersión y divergencia en los mercados de tasas. Esto representa una mayor oportunidad a la hora de posicionarse de forma activa en las curvas de los distintos países e incluso en los distintos tramos de los mercados desarrollados como en los mercados emergentes locales.
Según indican desde MFS, es difícil no estar sobreponderado en los mercados de crédito, particularmente en el lado del grado de inversión, cuando se sabe que los bancos centrales estarán dando apoyo a estos mercados en el momento que haya un poco más de volatilidad. En consecuencia, la gestora sigue apostando por el grado de inversión, aunque se ha vuelto más defensiva en sus posiciones. Siguen evitando aquellos sectores más afectados por el COVID-19 y enfocándose más en nuevas emisiones y en sectores donde ven más oportunidades a nivel idiosincrático.
En el mundo de high yield, MFS incrementó sus posiciones hace unos meses, pero más recientemente han dejado de aumentar su exposición en la cartera. La deuda con calificación BB no ha tenido quizá el desempeño que se esperaba en septiembre en la compresión de los diferenciales. Por el momento, siguen viendo algo de valor en la parte alta del mercado de high yield, pero por ahora no están buscando añadir más riesgo, por lo menos hasta ver un poco el desarrollo de la pandemia y algo más de certidumbre en los elementos fiscales de Estados Unidos.
En cuanto a los estructurados, en MFS tienen una posición más neutra en títulos respaldados por activos (ABS) después de haber añadido riesgo tras los movimientos de marzo. Han observado que quizás hay menos valor en general en los valores respaldados por hipotecas comerciales (CMBS) tanto en las emitidas por las agencias como en los emitidos por empresas privadas. Y que hay partes más nichos dentro de los mercados estructurados que pudieran parecer más interesantes, por ejemplo, siguen buscando oportunidades en obligaciones de préstamos garantizados de bienes raíces comerciales (CRE-CLOs) que puedan ofrecer valor.
La deuda emergente
Las economías emergentes también se han visto bastante afectadas por el efecto de la pandemia y el virus. Su deuda también se ha beneficiado por el impulso monetario a nivel global, pero también ha sido la posición más rezagada, pues no ha tenido el mismo desempeño que otros activos de crédito que se han visto más favorecidos por el soporte de la actuación de la Fed.
En las carteras de MFS redujeron las posiciones que tenían en deuda emergente a favor del high yield, y de aquí a finales de año o a principios del año que viene seguirán evaluando las oportunidades de poder añadir más riesgo dentro del mundo emergente. En primer lugar, porque las valoraciones son más atractivas que en otros activos de crédito y en segundo lugar, porque también pendientes del valor que tome el dólar en los meses siguientes a las elecciones para definir el posicionamiento en moneda local, moneda fuerte y tipos de cambio.
Por su parte, Rodolfo Luzio, analista de research en renta fija en MFS, explica que, a pesar de que la pandemia está representando un choque en la economía global, se ha visto un impacto claramente diferenciado entre regiones. En términos generales, los mercados emergentes cuentan con unas instituciones menos robustas y una capacidad de implementación de políticas limitadas, sistemas de salud más vulnerables y colchones de financieros más limitados en relación con los países desarrollados. Pero dentro de las regiones emergentes, también hay diferencias notables.
Por ejemplo, en Asia, las economías se vieron menos afectadas, gracias a que el control del virus fue más efectivo y que se permitió un repunte económico más rápido. El sector tecnológico y el del cuidado de la salud fueron los grandes beneficiados de esta crisis y estos sectores tienen un rol más importante en Asia. En el otro extremo se encuentra América Latina, que fue una región con una gran incidencia de casos del COVID-19, algo que obviamente se ha reflejado en el aspecto económico. Los niveles de ahorro interno de sus economías son mucho más bajos y sus economías informales son mucho mayores, lo que hace que las economías tengan una menor posibilidad de trabajar en remoto, influenciando al nivel de contagios de la pandemia.
Aunque dentro de América Latina, Uruguay y Paraguay tuvieron un impacto mucho más limitado que, por ejemplo, Guatemala, Ecuador o Argentina, que se vieron mucho más azotados por la pandemia. Mientras que, Europa del Este ha sido una de las regiones emergentes que mejor ha respondido, aunque en la actualidad se están viendo afectados por la segunda ola.
Los mercados emergentes han entrado en esta crisis con una situación más fortalecida que en otras ocasiones, pues el endeudamiento en la última década fue menos pronunciado que en los países desarrollados. Aunque países como Argentina, Ecuador, Costa Rica o incluso Brasil, tengan una situación más comprometidas.
En términos generales, la estructura de endeudamiento ha cambiado bastante. En primer lugar, ahora se centra sobre todo en el sector privado. En segundo, el endeudamiento está liderado por China, y el tercero, es los mercados domésticos en moneda local, un aspecto que ha creado una mayor capacidad de financiación del sector público en particular y que ha limitado su exposición a moneda extranjera.
Por último, Rodolfo Luzio comenta que es necesario tener en cuenta la distensión en la liquidez de los países y la diversidad que existe en los mercados emergentes, con unos colchones más limitados y otros países casi sin reservas, como por ejemplo Salvador. Estas cuestiones implican que la diferenciación entre países es muy grande y requiere un análisis muy detallado de las primas de riesgo en el proceso de inversión. Se deben tener en cuenta los factores globales, pero siempre con la óptica de entender la realidad de cada país.