Víctor Soto, director de Wealth Management de Invex, basado en Miami, dejará la firma para comenzar su emprendimiento independiente de family office a partir del 2021.
Según un comunicado al que accedió Funds Society, la nueva firma será nominada como Trust Beyond Family Office.
El advisor tiene más de 25 años de experiencia en la industria en los que trabajó pasó por diversas compañías entre las que se destacan: Banco de Crédito de Perú, entre el 2001 y 2003; Credicorp, donde se desempeñó como Portfolio Manager entre el 2006 y el 2009.
Además, cumplió el rol de Head of Wealth Advisory and Multi Family Office Business en el Banco de Crédito BCP durante cuatro años entre junio de 2009 y diciembre de 2013, en Lima hasta llegar a Invex, puesto que ocupa hasta ahora, informa su cuenta personal de Linkedin.
Invex es una firma de asesoría y corredora de bolsa mexicana que atiende casi por completo a clientes no estadounidenses. Se entiende que la oficina de la firma en Miami atiende principalmente a clientes mexicanos con cuentas en el extranjero.
Fundada en 1991, Invex ofrece a personas adineradas, familias y clientes institucionales acceso a los mercados de capitales y servicios de gestión de activos.
En la vida previa a la pandemia, cuando un nuevo profesional quería crecer en su carrera debía mirar ciudades como Nueva York, Boston o Washington. Sin embargo, la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 hizo del teletrabajo una herramienta corriente. Las sedes de las grandes empresas evalúan posibilidades de mudarse de las grandes ciudades, achicar sus oficinas o, al menos, modificar su infraestructura.
Estas consecuencias son beneficiosas para quien desea ahorra impuestos en su carrera a un ascenso. Por este motivo, el portal Klipinger elaboró un ranking de ciudades que ofrecen diversos estímulos para captar residentes.
En primer lugar, Harmony, una ciudad de aproximadamente 1.000 habitantes en el sur de Minnesota, ofrece hasta 12.000 dólares a quienes construyan una nueva casa en un terreno vacío. La cantidad del reembolso estará vinculado al valor final de mercado estimado de la nueva casa. Los solicitantes no están restringidos por ingresos.
Sentado en el río St. Clair, el condado homónimo se encuentra a unas dos horas en las afueras de Detroit. Esta ciudad está atrayendo a los graduados de regreso a sus costas gracias a la beca de su fundación comunitaria. Apodado el premio Come Home (vuelve a casa), la beca otorga hasta 15.000 dólares para ayudar a pagar la deuda de préstamos estudiantiles.
Para calificar, un solicitante debe haber recibido un título de asociado, licenciatura o posgrado en un campo de la ciencia, tecnología, ingeniería, artes o matemáticas en los últimos 10 años, aún tener deudas por préstamos estudiantiles y planear vivir y trabajar en este lugar. Aquellos que ya viven en el condado o están en proceso de regresar por su cuenta no califican para el premio.
Tulsa también está atrayendo nuevos talentos, pero con un ligero giro. La ciudad está apuntando a los trabajadores remotos a través de un nuevo programa que se lanzó en noviembre de 2018. Para calificar para Tulsa Remote, debe tener al menos 18 años de edad, trabajar por cuenta propia o trabajar de forma remota a tiempo completo fuera del condado de Tulsa, y puede mudarse a Tulsa dentro de los seis meses posteriores a la aprobación.
Si son seleccionados, los solicitantes reciben 11.000 dólares para cubrir los gastos de mudanza y vivienda durante el transcurso de un año, además de un espacio de coworking dedicado en el centro de Tulsa para hacer su trabajo.
Ubicado en el centro norte de Indiana, el condado de Grant alberga a 65.936 personas distribuidas en 10 ciudades. Como muchos condados del medio oeste, la población de Grant ha ido disminuyendo durante los últimos 20 años; Para combatir esa tendencia, nació el Grant’s Got Talent.
El programa ofrece 2.500dólares para la compra de una casa en el condado de Grant. Si un empleador iguala los 2.500 originales del condado, se aumentará la subvención original a 5.000 por un total de 7.500 dólares para el pago inicial. Al igual que en otros programas, los residentes actuales no califican para la subvención y los solicitantes deben tener al menos un título de asociado.
Hamilton, ubicada aproximadamente a 56 kilómetros al norte de Cincinnati y 64 kilómetros al suroeste de Dayton, atrae a los recién llegados con su beca en efectivo del Programa de Atracción de Talentos. Financiada por la Hamilton Community Foundation, la beca ofrece hasta 10.000 dólares distribuidos en dos años y medio. La fundación también designa a qué áreas los solicitantes deben estar dispuestos a mudarse. Las solicitudes se revisan según sea necesario de forma mensual o trimestral.
Por otro lado, en las ciudades de Dorothy y Sunflower State, en el estado de Kansas, viven aproximadamente 2,9 millones de personas, y actualmente estas zonas están atrayendo graduados universitarios al ofrecer reembolsos de préstamos estudiantiles.
El programa Rural Opportunity Zone (ROZ) del estado abarca 77 condados en todo el estado y ofrece a los nuevos residentes hasta 15.000 dólares, distribuidos en cinco años, para pagos de préstamos. Para calificar, debe haber recibido su título antes de mudarse a un condado de ROZ, tener un saldo pendiente de préstamo a su nombre y más. El programa también exime los impuestos sobre la renta del estado de Kansas, que van del 3,1% al 5,7%, durante cinco años. Entre otros requisitos para obtener la exención de impuestos, debe haber vivido fuera de Kansas durante cinco o más años antes de mudarse a un condado.
El programa de subvenciones de Vermont atrae a los trabajadores remotos a echar raíces. El programa comenzó a aceptar solicitudes en enero de 2019. La subvención paga a los trabajadores hasta 5.000 dólares por costos de mudanza. Si recibe una subvención, es importante conservar la documentación. Tendrá que mostrar cuánto costó su mudanza total. Tendrá que trabajar para una empresa fuera de Vermont y trabajar principalmente desde una oficina en casa o un espacio de trabajo compartido. La legislatura de Vermont ya está considerando expandir la concesión hasta 7.500 dólares en gastos de mudanza calificados.
Por último, Cornerstone Alliance, una organización de desarrollo económico regional sin fines de lucro, lanzó su programa Move to Michigan para atraer a los trabajadores remotos a que echen raíces en el suroeste de Michigan. Está abierto a residentes que no sean de ese estado, se muden y definan al estado como su residencia principal mientras trabajan de forma remota. Estas personas podrán obtene una subvención de 15.000 dólares para una nueva casa, con 5.000 perdonables después de cada uno de sus primeros tres años de residencia.
El programa está destinado a atraer a los habitantes de Chicago a cruzar la frontera de Michigan, pero los trabajadores de todo EE.UU. pueden postularse.
BICE ha anunciado el lanzamiento del Fondo BICE Alternativos, el primero de su tipo dirigido a pequeños inversionistas o inversionistas retail, en el marco de su estrategia de ofrecer productos innovadores y que están a la vanguardia para sus clientes.
El instrumento está conformado por Activos Alternativos de todas las categorías (Private Equity, Private Debt, Infra, PE) y por todas las estrategias de inversión, (Primarios, Secundarios y Co Inversiones) sin Capital Calls, Evergreen y con una liquidez parcial.
“Con esto, le podremos ofrecer al retail un producto que hasta ahora sólo lo podían tener los institucionales o grandes inversionistas. Es una gran noticia”, afirmó el gerente de Activos Alternativos de Bice Inversiones, José Antonio Sanhueza.
Explicó que “esta es una nueva categoría de productos, que combina los Alternativos con algo de los líquidos. No hay una competencia idéntica, así que aquí tenemos un muy buen producto. Bice Alternativos es el primer vehículo que invertirá al mismo tiempo en activos inmobiliarios, de deuda privada, de capital privado y de infraestructura”.
Este fondo es un feeder de un fondo de la gestora estadunidense Stepstone, pero la diferencia es que no es necesario firmar un contrato de suscripción de cuotas a largo plazo y es evergreen, es decir, todos los meses puede recibir nuevas inversiones y por cualquier monto, y sin un periodo finito de inversión, así siempre estará disponible para invertir en él.
El retorno esperado del instrumento es de entre 9 y 11% anual y se espera recaudar unos 20 millones de dólares durante el primer año de operación del fondo.
Si la semana pasada le tocaba al Banco Central Europeo (BCE), ahora es la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) la que se enfrenta a su última reunión de 2020. Según indican los analistas, no es probable que anuncie una ampliación de sus programas de compras, pero sí se espera que dé un mensaje claro de hacia dónde cree se dirigen las cosas.
Las actas de noviembre revelaron que la Fed está analizando la posibilidad de aumentar el estímulo monetaria con mayores compras de deudas para apoyar la recuperación económica tras el impacto que ha supuesto la pandemia del COVID-19, pero todo dependerá de su visión sobre la evolución de la economía y la pandemia.
En este sentido, los analistas de Bank of America explican que las claves de la reunión de hoy y mañana son que la Fed ofrezca una orientación cualitativa sobre su programa QE, vinculando las compras de activos a sus objetivos de inflación; y las previsiones económicas que comparta sobre la economía estadounidense.
“La reunión de diciembre debería proporcionar un nuevo lenguaje en torno al QE, así que toda la atención estará puesta en este cambio que esperamos sobre sus política y programa de compras. Creemos que ni las condiciones económicas ni financieras son lo suficientemente graves como para justificar una flexibilización adicional de la política en este momento. Esperamos que el FOC dé una nueva orientación cualitativa basada en los resultados para la compra de activos. También esperamos que la declaración revisada vincule el ritmo y la composición de las compras de activos de la Fed con la consecución de una mayor inflación. Esto permitirá a la institución monetaria utilizar el QE como una palanca macro y reforzar la orientación futura de los bajos tipos de interés, para lograr una mayor inflación sostenida”, señala en su último informe.
Esta visión es la opinión generalizada de qué esperar de esta última reunión. Es decir, la previsión es que haya algo más orientado sobre el futuro, pero sin grandes cambios. Una opinión que también comparte Christian Scherrmann, economista para Estados Unidos de DWS. Según su visión no habrá cambios sustanciales, sin embargo, las actas de la reunión de noviembre dan fuertes indicios de que los participantes están deseosos de proporcionar más claridad sobre el futuro de la política monetaria.
“Quieren proporcionar una orientación más clara sobre el ritmo y la duración de las compras de activos a gran escala y el nivel de los tipos de interés. Esto se podría lograr estableciendo de forma verbal altos estándares en el curso de la recuperación económica y la sanación del mercado laboral, el requisito para cualquier tipo de reducción, que no esperaríamos antes de 2022. Por lo tanto, no esperamos un cambio significativo de la trayectoria proyectada de la tasa de los fondos federales en la próxima actualización de su Resumen de Proyecciones Económicas”, explica Scherrmann.
El experto de DWS añade que la propia Fed espera que el gobierno estadounidense haga más y también tome medidas para apoyar la economía. “Han expresado reiteradamente su llamamiento a un mayor estímulo fiscal, ya que la política monetaria por sí sola no puede apoyar plenamente la recuperación. Basándose en las actuales negociaciones en curso en Washington, un acuerdo de último minuto después de la reunión del FOMC de diciembre parece factible pero no es seguro. Seguimos siendo cautelosamente optimistas”.
Sin embargo, Scherrmann considera que las actuales condiciones financieras deberían implicar que la Fed tampoco está bajo una gran presión para aumentar significativamente el tamaño de sus compras de activos ni para extender su vencimiento. “Una gran lección que nos deja 2020 es que la Reserva Federal interviene en función de las circunstancias, no como lo dicta el calendario de reuniones. Por lo tanto, esperamos que la Fed mantenga su postura flexible, probablemente haciendo hincapié en la necesidad de otra ronda de estímulo fiscal, al tiempo que señala los riesgos a corto plazo para las perspectivas económicas”, añade.
Algunos analistas apuntan que la Fed reiterará su apoyo a la economía ante la desaceleración de la actividad en Estados Unidos. “El acta de su reunión del 5 de noviembre no reveló ningún detalle claro sobre las medidas futuras. Los inversores esperan más apoyo mediante cambios en los parámetros del programa de compra de activos, incluida una extensión del vencimiento medio de los activos para respaldar el mercado inmobiliario.Creemos que la Fed debería fortalecer su orientación a futuro condicionando su programa de compra de activos al logro de sus objetivos de empleo e inflación”, explica Franck Dixmier, Director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investors.
Expectativas sobre la reunión
Sobre qué esperar y qué no esperar de esta reunión, François Rimeu, estratega senior de La Française AM, apunta: «Esperamos que se extienda el vencimiento promedio de las compras de bonos en curso. Esta es una decisión difícil. De hecho, varios presidentes de bancos regionales han cuestionado recientemente la necesidad de tomar más medidas para apoyar la economía. No esperamos que el FOMC vincule el fin de las compras de activos a ningún tipo de evento o momento. Algunos miembros desearían indicar que el alivio cuantitativo no está aquí para siempre, pero creemos que esperarán a que haya más claridad en el frente fiscal y respecto al virus antes de hacerlo».
En opinión de Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer, la Fed necesita abordar la inclinación de la curva de rendimiento, por lo que podría ser tema a tratar en la conferencia de prensa. “Entendemos que el rebote de los precios de los commodities, incluidos los precios del petróleo, está provocando algunos temores de inflación. También vemos la lógica de que algunos precios de los bienes estén bajo presión alcista debido a la fuerte demanda. Sin embargo, creemos que estos no son signos de una reflación de base amplia de la economía estadounidense, y observamos que hay muchos sectores que se enfrentan a la erosión del poder de fijación de precios. Dada la aceleración de las infecciones por coronavirus y la ralentización del crecimiento del empleo visible en el informe del mercado laboral de noviembre, esperamos una fuerte señal de la Reserva Federal para limitar la subida de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense», sostiene Bonzon.
Por último, Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía, señala que «todas las miradas están ahora en Norteamérica», no solo por la reunión de la Fed sino porque “es más que probable aprobación de un nuevo paquete de estímulos, por casi un billón de dólares». Respecto a la reunión de la Fed de hoy y mañana, comenta que “no se esperan importantes novedades» ya que, «aunque los últimos datos macroeconómicos publicados sugieren una cierta desaceleración en la recuperación de la economía estadounidense, todo apunta a que el crecimiento, en general, se mantiene sólido». Del Pozo señala que buena «prueba de ello son los indicadores avanzados (ISM), que siguen sugiriendo actividad económica en términos positivos». Sin embargo, advierte que «preocupa la creación de empleo. En ese sentido, habrá que esperar un poco para ver cómo comienza la macro americana el año y las primeras medidas del nuevo presidente» ya que, «en función de eso, la Fed adaptará las nuevas medidas monetarias».
Sobre el apoyo que previsiblemente dará el gobierno estadounidense, Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, apunta que la actual segunda ola de la pandemia hace que la continuación del apoyo fiscal de emergencia sea aún más necesaria.«La semana pasada el Presidente Trump firmó una extensión de 7 días de gastos, pero el progreso en el plan de estímulos sigue siendo difícil de alcanzar. El proyecto de ley bipartidista de 900.000 millones de dólares ha sido respaldado por el presidente electo Biden y los líderes demócratas del Congreso, pero el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, quiere añadir una legislación que otorga inmunidad a las empresas contra futuros litigios de sus empleados relacionados con el COVID, lo cual es rechazado por los demócratas. Para confundir aún más las cosas, el actual Secretario del Tesoro, Mnuchin, apoyó un versión del paquete de estímulo que no incluye la continuación del desempleo de emergencia federal beneficios – una línea roja para los demócratas. Seguimos convencidos de que se llegará a un acuerdo, ya que el impacto de la segunda oleada de la pandemia en la economía se está haciendo más manifiesto – las peticiones de subsidios de desempleo de la semana pasada salieron otra vez peor de lo esperado. Sin embargo, puede que tengamos que esperar al principio del próximo año”.
Más sobre bancos centrales
La Fed compartirá titulares estos días con el BCE que, según recuerdan los analistas de BancaMarch, hoy anunciará sí amplía el veto a la banca para repartir dividendos. “Tras la prohibición impuesta por el supervisor bancario a raíz de la pandemia, la expectativa es que el BCE elimine el veto, al menos parcialmente, para repartir dividendos. Esta restauración se haría de forma estricta, con un pay-out -porcentaje del beneficio destinado al pago de dividendos- que se situaría entre el 10% y 20%, sensiblemente inferior al que acostumbra a pagar la banca española”, apuntan.
Según indican, esta decisión llegará solo unos días después de conocer la del Banco de Inglaterra, que ha levantado el veto imponiendo unas restricciones que supondrían un pay-out de hasta el 25%. Las entidades, que consideran clave el pago del dividendo para mantener su base accionarial, esperaban repartir 8.000 millones de euros este año frente a los 7.300 millones distribuidos en 2019, hasta que la llegada de la pandemia provocó la suspensión del dividendo por parte del supervisor.
Con la economía mundial lastrada por una elevada incertidumbre, los planes de pensiones se encuentran en un viaje hacia lo desconocido. Como resultado, los planes de pensiones ahora valoran la resiliencia de las carteras por encima de todo, según un nuevo informe publicado por CREATE-Research y la mayor gestora de activos europea, Amundi.
Para la elaboración del informe se ha entrevistado a 158 encuestados de 17 mercados de pensiones tanto públicos como privados, que gestionan colectivamente 1,96 billones de euros. Su objetivo es arrojar luz sobre cómo están respondiendo los planes de pensiones de todo el mundo mientras la economía mundial lucha por recuperarse del equivalente económico a un paro cardíaco masivo.
El COVID-19 ha lastrado las finanzas de las pensiones, se espera una recuperación irregular y el regreso de la inflación. La extraordinaria respuesta política de los bancos centrales y sus gobiernos fue oportuna y vital. Pero también ha infligido efectos secundarios tóxicos en la solvencia de las pensiones por el aumento de los pasivos y la caída de los retornos por los tipos de interés cero (zero-bound). Junto con el colapso del mercado en marzo de 2020, éstos han deteriorado las ratios de financiación en todo el mundo.
Según el 85% de los encuestados, los mercados financieros tendrán una recuperación en forma de W o en forma de acordeón: ambas muy volátiles. La mayoría de los encuestados cree que es probable que los bancos centrales pierdan su independencia frente a sus gobiernos (84%) y que la inflación seguirá a la deflación una vez termine la crisis actual (77%). Finalmente, la inmensa mayoría de los encuestados considera que los rendimientos de los activos serán más bajos en esta década que en las anteriores (90%).
Según el profesorAmin Rajan, de CREATE-Research, que dirigió el proyecto: “Evaluar el daño macroeconómico del COVID-19 es similar a mirar a través de un caleidoscopio: aparecen diferentes imágenes con cada giro de la esfera. Sin embargo, hay una cosa que es cierta: cuanto más dure la pandemia, mayor será el daño económico a los planes de pensiones”.
La inversión se reduce ahora a un único imperativo: la “antifragilidad”
La asignación de activos tendrá dos pilares adicionales: liquidez y resiliencia. En esta era de mayor incertidumbre y volatilidad, la inversión tiene que ser a largo plazo, como destacan las tres cuartas partes (76%) de nuestros encuestados.
El 75% de los encuestados acudirá a los mercados privados en busca de una resiliencia a medida, mientras que el factor flujo de caja de alta calidad en renta variable global encabezará la elección en asignación de activos para el 76% de los encuestados que buscan incorporar un componente “antifragilidad” en sus carteras.
Más de la mitad (58%) recurrirá a la inversión temática en busca de resiliencia inherente a través de temas seculares. Un plan de pensiones del Reino Unido destacó algunas áreas. En primer lugar, demográficas: centrándose en la atención médica y la urbanización. En segundo lugar, tecnología: centrada en inteligencia artificial, redes 5G y la nube. En tercer lugar, la inversión ESG: centrada en energías renovables, prácticas laborales y gobierno corporativo.
Dado que se espera que los bonos soberanos generen rendimientos totales mínimos, las herramientas de riesgo dependerán demasiado de otros medios. Una mayor planificación de escenarios será el enfoque preferido utilizado por los planes para gestionar el riesgo en las carteras durante la próxima década (61%), mientras que casi dos tercios (57%) dependerán principalmente de la gestión de liquidez. La diversificación seguirá siendo una piedra angular masiva en la inversión, ya sea basándose en clases de Activos (55%) o en factores de riesgo (54%).
SegúnPascal Blanqué, Director de Inversiones de Amundi, “el COVID-19 ha obligado a los gobiernos y a los bancos centrales a embarcarse en una respuesta monetaria del tipo «cueste lo que cueste» (“whatever it takes”) de tiempos de guerra. Los impactos a largo plazo en los mercados financieros solo se hacen evidentes en retrospectiva. Ante tal incertidumbre, la resiliencia de la cartera y la “antifragilidad” guiarán a los inversores de pensiones».
Los planes de pensiones favorecerán la renta variable global para el crecimiento del capital
Se favorecerán cinco clases de activos para obtener rentas: infraestructuras (58%), bonos investment grade de EE. UU. (44%), bonos investment grade de mercados emergentes (41%), deuda privada (38%) y deuda investment grade europea (36%). Las infraestructuras, en particular, se beneficiarán de un estímulo fiscal a gran escala con un enfoque especial en las energías renovables y su mejora de la dinámica de costes. Un encuestado apuntó, «dada su resiliencia inherente, las infraestructuras serán el mayor ganador de esta crisis».
En cuanto a protección contra la inflación, la renta variable y las infraestructuras volverán a verse beneficiadas; las materias primas y la deuda inmobiliaria mucho menos, con sólo el 4% y el 29%, respectivamente.
Los bonos soberanos se verán favorecidos por una pequeña minoría (18% para la deuda pública de EE. UU. y 17% para la de mercados emergentes) y solo aquellos con buenos ratios de financiación que permitan un elevado grado de reducción de riesgo de la cartera.
Los fondos ESG pasan de señalar virtud a señalar valor
La pandemia ha dado a los inversores una idea real de cómo los shocks físicos pueden hundir las carteras. En este contexto, la inversión ESG ha demostrado ser resiliente, registrando también buenos rendimientos ajustados al riesgo.
El crash del mercado de marzo fue una verdadera prueba de si la inversión ESG es sólo un lujo en mercados alcistas, careciendo de resiliencia frente a grandes caídas. Los resultados de nuestra encuesta muestran lo contrario. Para la mayoría de los encuestados, sus fondos ESG se comportaron mejor que el resto de la cartera (52%) o igual (45%).
Además, el mediano de los criterios de la inversión ESG, ignorado durante mucho tiempo, el factor «S», ha cobrado fuerza, ya que el COVID-19 ha expuesto los bajos salarios, los trabajos precarios y la explotación laboral en ocupaciones de primera necesidad, especialmente en los sectores retail, transporte y sanitario.
Según afirmó otro participante de la encuesta, “las compañías se están dando cuenta de que necesitan permiso social para operar. Los viejos métodos ahora son inaceptables para sus clientes «.
Con estas consideraciones sociales saliendo a la luz, el componente «S» en la inversión ESG cobrará más importancia en el futuro, ya que se está poniendo bajo el foco cómo las compañías globales gestionan sus cadenas de suministro en particular. Por lo tanto, el factor social (30%) ahora ha aumentado y los factores ambientales (41%) y de gobierno corporativo (29%) han disminuido levemente en importancia relativa desde la encuesta de 2018.
La emisión de bonos sostenibles, es decir el conjunto de bonos verdes, sociales y de sostenibilidad, alcanzó los 127.000 millones de euros durante el tercer trimestre de 2020. Esta cifra supone un 30% más respecto al máximo registrado en el trimestre anterior, según el Moody’s Investors Service.
“El volumen global de financiación sostenible se acercará a los 425.000 millones de dólares en 2020 tras el tercer trimestre. Creemos que la distribución aproximada será de 250.000 millones de dólares en bonos verdes, 100.000 millones de dólares en bonos sociales y 75.000 millones de dólares en bonos de sostenibilidad para todo el año», apunta Matthew Kuchtyak, analista de AVP en el Grupo ESG de Moody’s Investors Service.
Los bonos de sostenibilidad representaron un 6,1% de la emisión de deuda global en el tercer trimestre, también un nuevo récord trimestral. En concreto, los datos de Moody’s señalan que la emisión de bonos sostenibles ascendió a 288.200 millones de dólares en los primeros nueve meses del año, un 24% más que en el mismo período de 2019.
Por su parte, la emisión de bonos verdes experimentó una subida del 31% respecto al segundo trimestre, hasta los 72.300 millones de dólares en todo el mundo en el tercer trimestre, a medida que las condiciones económicas mejoraron un poco. Los activos de “deuda verde” están evolucionando, gracias “a los instrumentos de capital verde y el sukuk verdes que están emergiendo”, añade Kuchtyak.
Además, la emisión de bonos sostenibles también estuvo impulsada por la emisión de bonos sociales y de sostenibilidad que alcanzaron los 28.100 millones de dólares y 26.900 millones de dólares respectivamente. Desde Moody’s señalan que si bien los emisores públicos siguieron utilizando principalmente este tipo de bonos para financiar los proyectos con los que piensan dar respuesta a la pandemia del coronavirus, un número de mayor de empresas ha comenzado a emplear estos activos para mostrar sus objetivos de sostenibilidad. Esta tendencia sugiere, según el Moody’s Investors Service, que la tendencia de emisión de bonos sostenibles continuará cuando acabe la pandemia.
Por último, destaca la emisión de bonos soberanos sostenibles, que sigue creciendo a medida que los países responden a la demanda de los inversores y recaudan capital para actividades de desarrollo sostenible, afirman desde Moody’s. Tras varias emisiones debutantes en el tercer trimestre, los volúmenes de bonos soberanos sostenibles ascienden a 33.100 millones de dólares en lo que va de año, frente a los 21.800 millones de dólares de todo el año 2019.
Suponiendo que ambas partes puedan ponerse de acuerdo, el proceso de ratificación del Brexit no será fácil y habrá discrepancias después del 1 de enero de 2021. No obstante, una última apreciación de las acciones del Reino Unido permanecerá durante el próximo año.
Dados los años de Sturm und Drang*, el proceso del Brexit se califica como una «saga». El 31 de diciembre de 2020, el Reino Unido terminará el período de transición que comenzó el 1 de febrero de 2020, el día después de que el Reino Unido dejará oficialmente la Unión Europea.
El Acuerdo de retirada y el período de transición continuaron el status quo de la pertenencia (incluidas las relaciones comerciales y los pagos al presupuesto de la UE) durante todo el año 2020. Si bien muchos plazos han sufrido un vaivén de fechas desde la votación del referéndum del 23 de junio de 2016, el final de 2020 es uno de los pocos plazos inmutables, ya que ambas partes han prometido no ampliar la transición.
En las negociaciones comerciales, los retos derivan del alcance y el método de convergencia de los diferentes sistemas económicos y legislativos. Es la primera vez en la historia que se crea un nuevo acuerdo comercial cuyo objetivo es la divergencia, dada la integración del Reino Unido en las estructuras de la UE desde 1973. Lo que debería haber sido un proceso sencillo se ha complicado, como tantas veces a lo largo de la historia europea, por la política.
La UE se ha visto impulsada por lo que considera una amenaza existencial a su razón de ser (que la pertenencia a la UE confiere beneficios que justifican el precio a los contribuyentes netos) y ha hecho amplias demandas al Reino Unido después de su salida. El Reino Unido ha tenido que justificar la perturbación derivada del resultado del referéndum demostrando que su nueva condición se traducirá en un aumento de la soberanía y los beneficios nacionales.
Tres grandes áreas de desacuerdo
Dada la naturaleza integrada del Reino Unido dentro de la UE, es positivo que «solo» haya tres áreas principales de desacuerdo. De mayor preocupación inmediata, es desalentador que estos hayan sido los temas pendientes desde la primavera y que se hayan hecho limitados progresos «oficiales» para resolverlos. El éxito de la Unión Europea al asegurar sus ambiciones clave en las negociaciones de retirada (acuerdo financiero, derechos de los ciudadanos de la Unión Europea en el Reino Unido y la frontera irlandesa) proporcionó un sentido inflado de la dinámica de poder en las negociaciones. Durante la fase actual de las negociaciones, el Reino Unido cuenta con sólidas bazas de negociación (pesca, un notable déficit comercial de bienes y una relación de intercambio más atractiva en cuanto a los aranceles aplicados en un escenario de la OMC) y la UE se ha mostrado reacia a hacer concesiones a sus exigencias de que el Reino Unido se ajuste a la política de la UE en materia de reglamentación.
Las tres cuestiones polémicas siguen siendo la pesca, la política de ayuda estatal y los mecanismos de aplicación para garantizar que ambas partes cumplan un eventual acuerdo. La confianza no se ha visto favorecida por la propuesta de Ley de Mercado Interior del Reino Unido, que aún está en trámite en el Parlamento del Reino Unido. Sin embargo, a pesar de las diferencias públicas, se han identificado «zonas de desembarque» y ciertamente se vislumbran compromisos prácticos.
La realidad es que, en los últimos cuatro años, el Reino Unido se ha alejado del suave Brexit que el Primer Ministro May y la UE esperaban originalmente. En consecuencia, a pesar de algunas posibles perturbaciones a corto plazo, el acuerdo que se espera aprobar a finales de año no difiere notablemente de las condiciones comerciales de la OMC. Como el jefe negociador de la UE ha señalado, «habrá interrupción de todos modos» a partir del 1 de enero de 2021. Si bien el Primer Ministro Johnson puede preferir un acuerdo y ver una pequeña ganancia política por la firma de un acuerdo, la presión no es ni mucho menos tan intensa como lo fue en los dos primeros años para evitar un resultado de no-tratamiento.
Donde hay voluntad, hay camino
Suponiendo que ambas partes puedan llegar a un acuerdo, el proceso de ratificación del Brexit no es sencillo y tendrá que acelerarse. El Parlamento del Reino Unido debe aprobar el tratado, pero la fuerte mayoría del Primer Ministro Johnson debería permitir que se apruebe rápidamente (dado que la oposición es más pro-UE que el partido conservador y votará a favor).
Por el lado de la UE, el Parlamento de la UE tendrá que trabajar con celeridad para dar su aprobación, sin plantear objeciones. Normalmente, los tratados comerciales deben ser ratificados por los parlamentos nacionales (y algunos parlamentos regionales, como fue el caso del acuerdo CETA), lo que incrementa el tiempo necesario.
«Donde hay voluntad, hay camino» y la UE desempolvará su capacidad de esquivar la aprobación del tratado a tiempo (como se ha visto tantas veces durante la crisis de la zona del euro). Además del resurgimiento del virus en todo el continente, la UE también está lidiando con la aprobación de su nuevo presupuesto del marco de financiación multianual, así como con el plan de la UE de la próxima generación para ayudar a estimular las economías después de la Covid.
Después de cuatro años de baja rentabilidad, el FTSE All-Share se negocia al mismo nivel relativamente bajo del S&P500 que el alcanzado en 1974. Una lista creciente de bancos de inversión e inversores ve un alza significativa en las acciones del Reino Unido. Con la resolución (parcial) de Brexit, así como las noticias positivas sobre la derrota de Covid, una recalificación sostenida de las acciones del Reino Unido es ciertamente posible en 2021.
Tribuna de Stephen Surpless, director de inversiones en Edmond de Rothschild Private Merchant Banking.
La innovación financiera adquiere cada día más protagonismo. Por ello, los bancos estudian la posibilidad de emitir una nueva forma de dinero: una moneda digital de banco central, conocida como CBDC (central bank digital currency, en inglés). Para coordinar esta labor de estudio e investigación, los bancos centrales de Canadá, Japón, Suecia, Suiza, Reino Unido, Estados Unidos y el Banco Central Europeo y el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) han emitido un informe conjunto sobre esa emisión.
En el informe, se considera esencial cooperar para prever los efectos indirectos internacionales que pueden generarse por la emisión de dinero digital de bancos centrales, dado que la emisión y las opciones de diseño dependerán de cada banco central.
En primer lugar, las entidades destacan que el uso del dinero digital supondría un mejor medio para distribuir y utilizar el dinero, ya que mitigaría riesgos como la falsificación, fomentaría la inclusión financiera y podría mejorar los pagos transfronterizos y la transparencia en los pagos.
Asimismo, la emisión de dinero digital también requiere un equilibrio entre reducir riesgos, como el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, y mantener el anonimato de determinadas operaciones. Por otro lado, la existencia de una CBDC remunerada generaría cambios en las tasas de interés. Para que este sistema sea eficaz, el BIS advierte que las tasas de interés tendrían que ser competitivas, lo que también afectaría a la estabilidad financiera.
No obstante, el informe también señala también el posible efecto para la estabilidad financiera si la emisión del dinero digital afectara a la intermediación de los bancos supervisados por aumentar la adquisición del dinero digital con las consecuentes pérdidas de depósitos.
A la hora de emitir una moneda digital de estas características, el BIS subraya que se deben apoyar el cumplimiento de los objetivos de políticas públicas, así como han de complementarse entre sí con las formas de dinero ya existentes. Además, han de aportar innovación y eficiencia para otorgar seguridad a los usuarios.
Para poder cumplir con estos principios, el informe enumera una serie de características de la CBDC, el sistema y su marco institucional. En primer lugar, el instrumento ha de ser convertible, conveniente, aceptado, disponible y de bajo coste. Además, en lo referente al sistema, este ha de ser, según las entidades, seguro, instantáneo, resistente a interrupciones operacionales, disponible, capaz de procesar elevado número de transacciones, capaz permitir el flujo entre sistemas públicos y privados y flexible ante el cambio de condiciones.
Por último, el BIS subraya que, en lo referente al marco institucional la CBDC ha de contar con una autoridad sólida que respalde la emisión y ajuste del sistema a las normas reglamentarias apropiadas. Por otro lado, el informe define una serie de características en relación al diseño de esta moneda. En cuanto a los instrumentos, el BIS considera “fundamental saber si la moneda digital devengará intereses y si se impondrán límites a las existencias individuales”. En lo referente a los libros de cuentas, la entidad destaca cinco factores clave para su diseño: la estructura, la autenticación del pago, la funcionalidad, el acceso y la gobernanza.
Además, el informe advierte que emitir una CBDC requerirá “un gasto de capital y existirán costes de funcionamiento, por lo que la clave del diseño será definir quién soportará esos gastos: los usuarios públicos, los bancos o los proveedores de servicios”. Para que la tecnología empleada sea la adecuada, las entidades recuerdan que debe ofrecer una variedad de opciones de pago fáciles para que todo el mundo tenga acceso a su uso y no sea exclusivo de los que cuenten con instrumentos tecnológicos modernos.
Asimismo, ha de proporcionar seguridad y resistencia para la protección de los datos comparando entre la tecnología de libro mayor distribuido (DLT) o un libro mayor centralizado con un número reducido de centros de datos. También, debe de contar con un sistema rápido y expansible, que pueda ejecutar un elevado volumen de transacciones a un coste ajustado; ser interoperable, es decir, que cuente con acuerdos de pago que permitan las transacciones entre cuentas; y ser flexible, adaptándose a los cambios producidos por la evolución del entorno.
“Los bancos centrales que han participado en este informe reconocen la prioridad de este asunto para responder a la innovación constante en los sistemas de pagos y la tecnología. Por ello, quieren continuar con el estudio de las implicaciones prácticas de las CBDC”, añaden desde el BIS. En este contexto, la entidad pide la colaboración y el intercambio de información y seguirá promoviendo que cooperen otros bancos centrales y agentes.
La firma New Capital, del grupo EFG Asset Management, ha creado un nuevo fondo UCITS NEW CAPITAL US VALUE FUND domiciliado en Irlanda que invertirá en acciones value americanas que será gestionado por Schafer Cullen Capital Management.
Schafer Cullen Capital Management es una gestora con sede en Nueva York, 100% independiente, propiedad de sus empleados, y con unos activos bajo gestión de 16.700 millones de dólares a fecha 30 de septiembre 2020.
La asociación entre estas dos entidades, cuyo nexo de unión es BECON IM distribuidor de ambas gestoras en la región latinoamericana, se fundamenta en el valor que aporta la capacidad de distribución de New Capital fuera de Estados Unidos y el expertise de Cullen en acciones value americanas, según explica Jeff Cullen, Managing Director de Schafer Cullen Capital Management, en declaraciones exclusivas a Funds Society. “Nos hemos centrado en ser buenos gestores de activos, la distribución no es una de nuestras fortalezas, y menos fuera de los Estados Unidos”, señala.
El fondo estará listo para su distribución en breve en los siguientes países y regiones: Alemania, Australia, Austria, España, Estados Unidos, Hong Kong, Irlanda, Italia, Latinoamérica, Reino Unido, Suiza y Singapur. BECON IM será el responsable de su distribución para los clientes, ex AFPS, en Latinoamérica y US offshore. El fondo está disponible para su comercialización en la plataforma Pershing.
La estrategia cuenta ya con una inversión comprometida de 33 millones de dólares, alcanzada en los primeros días de su distribución a través de la red de EFG. De aquí a final de año o durante el mes de enero esperan captar 50-70 millones de dólares a medida que se empieza la distribución en nuevos países. A mediano plazo (dos/ tres años) su objetivo es llegar a 200-300 millones de aum, entre clientes institucionales y minoristas.
Réplica de Schafer Cullen Value Equity SMA con ligeros matices
Este nuevo fondo seguirá una política de inversión similar a la estrategia insignia de Cullen Schafer Cullen Value Equity SMA que lleva cosechando éxitos de gestión desde 1983, aunque con ligeros matices. “La estrategia SMA invierte mayoritariamente en large cap, 5-8% en mid caps y un 4-5% en liquidez. La cartera de New Capital estará compuesta en un 80% por large caps, 20% mid caps y 1% en liquidez. Básicamente una mayor exposición, con algo más de mid caps”, resume Cullen.
Otro de los aspectos diferenciadores es la aplicación de los criterios ESG en la cartera. “Todos los valores que queremos incluir en la cartera son escrutados previamente por el modelo interno de aplicación de criterios ESG de EFG. De esta forma, por ejemplo, de la cartera original que enviamos, dos valores quedaron excluidos y hay una menor exposición al sector energético”, menciona Cullen. Por último, la versión de New Capital deberá estar invertida 100% en valores americanos y no podrá tener posiciones en ADR (American Depositary Receipts por sus siglas en inglés).
Así, su gestión se centra en empresas con un PER bajo y de alta calidad, entendiendo por calidad “la generación de cash-flows recurrentes y bajo endeudamiento”, aclara Cullen. Además, se premian los valores que pagan dividendo aunque no es un criterio excluyente. “En Estados Unidos si pagas dividendo y luego lo recortas, es muy problemático. Al mercado no le gusta. Entonces para pagar un dividendo, te tienes que asegurar que tienes la capacidad de pagarlo durante un periodo largo de tiempo, a lo mejor no crece tanto, pero reducirlo es un problema. Antes de anunciarlo las empresas tienen que tener modelos de negocio sólidos”, explica Cullen.
En definitiva, la cartera estará compuesta por un número medio de 40 valores con una baja rotación, en el rango del 10-20% anual, algo mayor que la rotación de la estrategia Schafer Cullen Value Equity SMA por el mayor peso de acciones mid caps. La estrategia será gestionada por el equipo de inversiones de Cullen compuesto por 17 profesionales con una experiencia media de 20 años.
“2021 puede ser un año fantástico para acciones value”
Con respecto al momento de mercado, Cullen estima que es el momento ideal para este tipo de acciones. “Los mercados están muy bien posicionados para que las acciones value tengan un fantástico 2021. Toda gira alrededor de las vacunas, y están llegando, y las economías se están reabriendo y cuando las economías reabren y la ampliación de crecimiento va más allá de los valores growth, las acciones value deberían comportarse de forma extraordinaria” declara. “Los clientes no están vendiendo acciones growth pero están reasignando parte a value y en este sentido les gusta la calidad de nuestra cartera. Ahora es el momento de empezar a asignar más recursos a US value”, afirma.
En cuanto a cambios recientes en la composición de su portafolio, Cullen afirma que no han hecho modificaciones significativas con motivo de las elecciones americanas. “Estábamos sobreponderados en el sector sanitario antes de las elecciones y esto nos ayudó mucho cuando Biden ganó. Estamos neutrales en financieros, queremos bancos de calidad así que tardamos en invertir en ellos. En el sector tecnológico también estamos neutrales, pero por ejemplo, aunque tenemos Microsoft en otras carteras en esta no está por sus altas valoraciones. En definitiva, nuestra gestión se trata de elegir dentro de los sectores aquellos valores con un PER bajo que se ajustan a nuestros criterios de calidad”, concluye Cullen.
CFA Society Uruguay organizó el webinar “Tendencias en las inversiones ESG e inversión de impacto”, a cargo de Ben Constable-Maxwell, Head of Sustainable and Impact Investing de M&G Investments, una de las gestoras de activos líder a nivel global con sede en Londres.
Sebastián Roda, director de CFA Society Uruguay, dio la bienvenida a la actividad, agradeciendo la presencia de todos los asistentes y destacando la importancia de continuar impulsando a empresas e inversionistas a incorporar desde sus cimientos los factores ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza por sus siglas en inglés).
“El objetivo de nuestra sociedad es generar propuestas de valor para los distintos públicos de interés. Mediante nuestra alianza con M&G Investements hemos podido acercar materiales de calidad y contribuir con la educación financiera”, expresó, antes de dar paso al orador principal de la actividad.
Por su parte, Constable-Maxwell comenzó su exposición explicando que las inversiones sustentables han cobrado mucha importancia en la actualidad. “En los últimos cinco años, el desarrollo de los factores ESG ha sido muy vertiginoso y acelerado. Por eso, tenemos que comprender el valor agregado que tienen al momento de invertir”, sostuvo.
En ese sentido, señaló que los desafíos globales en términos sociales, sanitarios y medioambientales están incrementándose año a año y enumeró algunos de los grandes retos que el mundo enfrenta, como el crecimiento de la población.
También se refirió a la demanda de alimentos y energía, que genera una gran presión sobre los recursos naturales y un impacto ambiental negativo, el cambio climático y la degradación de los ecosistemas, vinculado al uso de combustibles fósiles y la deforestación tropical.
“El dióxido de carbono en el ambiente está elevándose diez veces más rápido que cualquier aumento sostenido que pudiera darse en 800.000 años. Esto acelera la pérdida de biodiversidad”, reflexionó.
En términos de salud y bienestar, subrayó la necesidad de garantizar una vida sana, y la problemática aparición de enfermedades infecciosas, con sistemas de salud mal preparados o insuficientes en muchas partes del mundo.
“Hay que considerarlos y entender el rol crucial que juegan en las estrategias de los inversores y cómo se han incluido en regulaciones y políticas gubernamentales en todo el globo”, sintetizó.
Ante este panorama, el experto explicó que los factores ESG son los que determinarán a largo plazo la viabilidad de una compañía. “Los inversores de hoy en día tienen que hacer un análisis de su firma que no puede abarcar solo el aspecto financiero, sino que debe contemplar otros elementos. Si únicamente nos centramos en lo económico, estamos viendo una pequeña parte de la realidad”, dijo.
De esta forma, manifestó que resulta vital que las empresas asuman la responsabilidad de evitar la contaminación del aire y del agua, efectuar una gestión responsable de residuos e implementar acciones que apunten a la eficiencia energética y la disminución de las emisiones de dióxido de carbono.
En el aspecto social, en tanto, se refirió a la importancia de trabajar sobre bases éticas que garanticen la privacidad de los clientes, la seguridad y la salud laboral, el bienestar y acceso a formación y desarrollo de los colaboradores y la seguridad del producto o servicio que se ofrece.
En cuanto a los aspectos de gobernanza, señaló como primordial poder desarrollar un liderazgo corporativo definido y marcado, el respeto por los derechos de los accionistas y las auditorías y controles internos.
“Los factores ESG se basan en una concepción de las compañías muy profunda y holística. Enfocándonos en inversiones sustentables tendremos retornos positivos, con valor agregado. Serán las empresas ganadoras a largo plazo”, sintetizó.
Constable-Maxwell también dedicó parte de su exposición a las llamadas “inversiones de impacto”, asegurando que experimentarán en los próximos años un crecimiento exponencial.
“Hay una creciente conciencia sobre las inversiones de esta clase, que requerirá que los administradores de fondos mutuos piensen de manera creativa sobre cómo seleccionar y administrar empresas que cotizan en bolsa para lograr un impacto positivo”, manifestó.
A modo de conclusión, Constable-Maxwell aseguró que las inversiones basadas en factores ESG deben ser concebidas como un proceso. “Son el futuro, no son una simple moda, ni un tipo de fondo. Son más que solo un accionar corporativo ético; apoyan la toma de decisiones de inversión mejor informada y que van a llevarnos a retornos más elevados en el largo plazo”, finalizó.