Carmignac prevé un repunte del crecimiento mundial en el segundo semestre, impulsado por la recuperación de los emergentes
| Por IreneValiente | 0 Comentarios
El efecto que tendrá la vacuna en la reactivación de una economía que hoy en día todavía se encuentra condicionada por las restricciones de la pandemia es innegable. Por ello, en su conferencia anual celebrada la semana pasada, Carmignac pronosticó un fuerte repunte del crecimiento en la segunda mitad del año, especialmente impulsado por la recuperación de los países emergentes. Esto, unido a la subida de los tipos de interés y el debilitamiento del dólar, puede ser «muy positivo» para el mercado, aunque advirtió de que el exceso de buenas noticias podría «sobrecalentarlo», por lo que la gestión activa será clave.
Durante la apertura del evento, el director general y miembro del Comité Estratégico de Inversión, Didier Saint-Georges, señaló que, en 2020, han aprendido una gran cantidad de lecciones. Entre ellas, destacó que no siempre se puede anticipar todo: «Hay que tener previsiones y capacidad para proyectarse, pero también estar preparados para manejar los imprevistos. Necesitábamos contar con esta reactividad en 2020 y gestionar tanto los riesgos como las oportunidades». En ese sentido, consideró que ha sido clave saber gestionar la crisis e identificar a los ganadores y perdedores para posicionar sus carteras adecuadamente.
Más tarde, el economista jefe Raphaël Gallardo reveló en un vídeo reproducido durante el evento que, tras sufrir una contracción del 4,4% en 2020, el PIB mundial experimentará un repunte de en torno al 5%. La recuperación comenzará a acelerarse a finales del segundo trimestre, ya que durante los primeros meses del año la actividad económica seguirá lastrada por las restricciones sanitarias.
En esta línea, destacó que la trayectoria será similar en los países desarrollados y en los emergentes, salvo en China, donde el crecimiento debería ser más lineal y ubicarse en torno al 8% gracias, entre otros factores, a prácticamente haber erradicado el coronavirus en la primera ola. Mientras, en los desarrollados, EE.UU. irá por delante de la zona euro, ya que el despliegue de la vacuna está yendo más rápido.
Asimismo, afirmó que la previsible normalización de la tasa de ahorro y reposición de los stocks industriales, así como la reanudación de las políticas económicas post-COVID-19 favorecerán la reducción del endeudamiento de los países tras un 2020 que ha sido «explosivo» para déficits y balances.
Gallardo advirtió de que, una vez cerrado el capítulo de la pandemia, las fuerzas geopolíticas que prevalecían en 2019 retomarán su lugar, lo que podría reavivar las tensiones comerciales y la rivalidad entre China y Estados Unidos, entre otras. Por otro lado, si el Congreso estadounidense autoriza una marcada deriva presupuestaria como anticipaba Biden en su programa electoral, «podríamos asistir al cierre de la brecha de producción de EE.UU. para finales de 2022 y a una marcada acentuación del déficit externo», lo que aceleraría la depreciación del dólar.
Crecimiento, alza de tipos y dólar débil
Por su parte, Frédéric Leroux, responsable del equipo Cross-Asset y gestor de Carmignac, afirmó que 2020 ha estado marcado por un posicionamiento muy débil en los mercados y tan solo a finales de año se produjeron flujos importantes impulsados por la confianza. «Ahora, los mercados deben esperar un poco a que reaccionen los fundamentales para volver a la normalidad», dijo.
A medio plazo, las primeras consecuencias de las reactivaciones presupuestarias van a ser una mejora de las previsiones de déficit, el debilitamiento del dólar y el aumento de la inflación, que lleva tiempo a niveles mínimos. Además, consideró que el trípode conformado por crecimiento, alza de tipos y dólar débil va a ser muy beneficioso para los mercados y, en concreto, para los emergentes, que se encuentran en «la situación perfecta». «Implementarán incentivos para reducir el desequilibrio, apostarán por la economía doméstica y, en muchos de ellos, habrá una mejora de la balanza por cuenta corriente», señaló.
Por ello, en aquellos con los fundamentales en mejores condiciones, como Brasil, Sudáfrica o los países asiáticos, las divisas se van a apreciar y, como ya ocurrió en 2002 y 2008, registrarán un crecimiento exponencial respecto a los desarrollados tras una década de resultados negativos.
En este contexto, Leroux advirtió de que nos hemos acostumbrado a que las malas noticias macroeconómicas se plasmaran de forma positiva en los mercados porque los bancos centrales inyectan liquidez en esos momentos. Por ello, el riesgo ahora es que, «si la economía va demasiado bien, esto podría sobrecalentar el mercado y tener un impacto en la renta variable». Por lo tanto, en 2021, la gestión activa será más importante que nunca.
Para profundizar en la visión de Carmignac, puede ver de nuevo su conferencia anual en este enlace.