El próximo jueves 25 de marzo, en un nuevo webcast de Janus Henderson Investors, Andy Acker, CFA, gestor de la estrategia Global Life Science desde 2007, proporcionará una actualización sobre el posicionamiento actual de la cartera y compartirá sus últimas ideas y perspectivas de mercado.
El webcast explorará los cambios seculares dentro de la atención médica que se espera que persistan como consecuencia de las tendencias de comportamiento de la pandemia. Otros temas adicionales incluyen:
Cómo la pandemia ha impulsado la innovación dentro de la atención médica para abordar las necesidades médicas insatisfechas
El poder de la investigación profunda y fundamental para descubrir las oportunidades más atractivas en todo el espectro de las ciencias de la vida y al mismo tiempo integrar un marco que se centra en los riesgos a la baja.
Una actualización sobre el posicionamiento y el rendimiento de los fondo
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Rafael Castellanos es el nuevo Managing Director de Productos de Inversión de Credicorp Capital Asset Management, confirmaron fuentes de la firma de gestión de activos latinoamericana a Funds Society.
Castellanos se mantiene con el cargo de director de Productos de Inversión, pero con mayor Seniority (antes era Executive Director). La decisión se tomó teniendo en cuenta el el crecimiento del negocio (en AUMS) en los últimos años, y lo que se espera para los próximos, señalon las mismas fuentes.
“Su rol incluye el desarrollo de negocios, crecimiento de nuestra Plataforma UCITS, estrategia y gestión comercial. Además de la supervisión de los equipos encargados de estructuración, análisis y selección de productos de inversión para las distintas plataformas de Credicorp Capital”, afirmaron desde la empresa.
Rafael Castellanos López Torres cuenta con más de 17 años de experiencia en el sector financiero, los últimos ocho en gestión de portafolios, asesoría de inversiones, gestión comercial, desarrollo de negocios, así como estructuración y análisis de productos de inversión, enfocado a personas jurídicas y naturales.
Anteriormente, ha sido asesor de inversiones de Gestión de Patrimonios en Nueva York para UBS AG y Credit Suisse. Además, trabajó cuatro años en Banca Empresa y Negocios Internacionales en el BCP gestionando relaciones con empresas financieras internacionales y locales, así como empresas medianas de distintos sectores del país.
Castellanos es Bachiller en Administración de Empresas de la Universidad del Pacífico en Perú y tiene un MBA del Tuck School of Business at Dartmouth College.
En un momento en que los inversores buscan rendimientos, especialmente en activos de renta fija de mayor calidad, el mercado de bonos asiáticos ha pasado relativamente desapercibido en comparación con regiones más desarrolladas como Estados Unidos y Europa. Sin embargo, su tamaño y diversificación podrían brindar a los inversores opciones para complementar sus carteras.
El próximo 14 de abril, a las 10:15 am (EDT), DWS y Funds Society presentarán un Virtual Investment Summit (VIS) que será moderado por Manuel Felipe García, Head of Wealth Management de Skandia Colombia.
Para hablar sobre bonos asiáticos contaremos con Robert Gibbs, especialista de renta fija de DWS.
Basado en Hong Kong, Robert Gibbs se unió a DWS en 2012 como gerente de relaciones dentro del Grupo de Clientes Globales de la firma en el Reino Unido. Anteriormente fue consultor de inversiones enfocado en investigación de renta fija en P-Solve Meridian, y antes de eso trabajó en HSBC Global Asset Management.
Gibbs tiene una licenciatura en Historia Económica de la Universidad de York, una maestría en Economía Política Internacional de la Universidad de Newcastle y su Certificado de Gestión de Inversiones (IMC).
Manuel Felipe García Ospina será el encargado de intercambiar temas y preguntas con Gibbs para planear los principales temas de interés que suscitan las estrategias de DWS en el inversor latinoamericano.
Manuel Felipe García es Head of Wealth Management de Skandia Colombia, un conglomerado financiero con soluciones de ahorro e inversión en sus diferentes empresas: Compañía de Pensiones, Compañía Fiduciaria, Compañía de Seguros de Vida y Casa de Bolsa. Anteriormente a este puesto, desempeñó varios roles en Skandia, como director de la Escuela de Planificación Financiera y director de Estrategia de Mercado, entre otros.
Durante 2011 y 2012 vivió en Beijing, donde fue responsable de Asset Management de Old Mutual Guodian, la Financial Joint Venture Company de la multinacional sudafricana en el gigante asiático. También se desempeñó en el sector público como asesor económico de la Cámara de Representantes y en la Contraloría General de Colombia.
García Ospina es economista de la Universidad de Los Andes con un diploma en Periodismo de la misma universidad y un MBA de la Universidad de Rutgers. Es colaborador habitual de Funds Society en temas de Economía y Mercados Financieros.
Amundi ha anunciado el lanzamiento del fondo Amundi Social Bonds, su primera estrategia de bonos sociales. Según explica la gestora, se trata de uno de los pocos fondos disponibles en el mercado que ofrece una elevada asignación a bonos sociales (mínimo el 75% de los activos) y un ámbito de inversión global bajo un marco de inversión basado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS de la ONU).
En este sentido, la gestora destaca que las emisiones de bonos sociales se triplicaron en 2020 en comparación con el año anterior. Una gran parte de los nuevos volúmenes procedían de emisiones relacionadas con la pandemia, ya que los gobiernos y las compañías están adoptando el formato de bonos sociales como un vehículo útil para sus necesidades de financiación. “Como ejemplo destacable, el 20 de octubre de 2020, la UE emitió 17.000 millones de euros en bonos sociales para ayudar a financiar los programas de apoyo al empleo de los estados miembros en medio de la pandemia del COVID-19. Amundi cree que es el comienzo de una tendencia del mercado que seguirá los pasos del mercado de bonos verdes”, explican desde Amundi.
En este contexto, la gestora está comprometida a apoyar el desarrollo de este nuevo segmento de renta fija sostenible, después de haber apoyado la expansión de los bonos verdes en mercados emergentes y más allá de instrumentos puros investment grade. Segçun explica, los bonos sociales buscan ofrecer a los inversores un primer paso para integrar el pilar social de la inversión ESG en sus prácticas de inversión. “No solo son un mecanismo efectivo para financiar proyectos sociales, sino que creemos que también proporcionan a los inversores la mejor plataforma para interactuar con los emisores e incrementar sus actividades en productos y servicios de impacto social”, apunta.
El fondo Amundi Social Bond Fund está gestionado por el equipo de Alpha Fixed Income de Amundi, que se beneficia de una sólido track record en la gestión de estrategias de renta fija global y euro, así como de la experiencia en integración ESG para los mayores inversores del mundo
Enfoque de inversión
Sobre su nueva estrategia, Amundi señala que el fondo invertirá principalmente en bonos sociales alineados con los Principios de los Bonos Sociales (SBP, Social Bond Principles por sus siglas en inglés) de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA), cuyos fondos se utilizarán para proyectos que cumplan con las Categorías de Proyectos SBP. Además, buscará expandir el universo de inversión incluyendo bonos regulares emitidos por entidades soberanas y compañías cuidadosamente seleccionados por sus sólidas prácticas sociales. La cartera también puede incluir instrumentos innovadores como bonos ligados a la sostenibilidad, recientemente aprobados por el Banco Central Europeo (BCE) como colateral.
Según la gestora, el riguroso screening y análisis de los bonos sociales buscará asegurar la calidad tanto a nivel del emisor como de la emisión. “La mayoría de los emisores de bonos sociales son actualmente soberanos, supranacionales y agencias (SSA), reflejando lo que sucedió en las primeras etapas del mercado de bonos verdes”, añaden desde la gestora.
Sin embargo, como Amundi espera que las compañías impulsen el crecimiento del mercado en los próximos años, su estrategia de bonos sociales invertirá en una variedad de emisores en diferentes sectores, como telecomunicaciones y utilities. La solución, con su universo de inversión global, busca beneficiarse de la tendencia del mercado de bonos sociales de diversificarse más allá de la actual concentración europea.
Isabelle Vic-Philippe, directora de Euro Aggregate, será la gestora principal del fondo Amundi Social Bonds, con Alban de Faÿ, director de Inversión Socialmente Responsable (ISR) de Renta Fija, y Dany da Fonseca, gestor de renta fija euro investment grade, como co-gestores de la cartera. El equipo de gestión de la cartera contará con el apoyo del sólido equipo de 26 expertos en ESG de Amundi (analistas, equipo de votación y equipo de datos). Además, su proceso de análisis ESG se integrará completamente en el enfoque de inversión de esta estrategia de bonos sociales, basándose en una colaboración continua entre los equipos de ESG y renta fija. Los expertos de Amundi evaluarán el impacto de los bonos sociales en cartera a fin de año y publicarán un informe de impacto anual.
“En el contexto de la actual crisis económica y sanitaria, creemos que los inversores buscan cada vez más soluciones innovadoras que puedan generar resultados positivos para la sociedad en su conjunto. Como el segmento de más rápido crecimiento del mercado de Renta Fija sostenible en 2020, los bonos sociales están emergiendo como un instrumento financiero apropiado que busca capturar oportunidades de financiación de proyectos con una agenda social sin renunciar a la rentabilidad”, destaca Eric Brard, director de renta fija de Amundi.
Vontobel fortalece su equipo de renta fija con cuatro nuevas incorporaciones en Zúrich y Nueva York. Según destaca la gestora, estos nombramientos refuerzan el compromiso de la firma por atraer el mejor talento en materia de inversión para generar valor para los inversores y se producen tras otras cuatro incorporaciones realizadas en enero en las oficinas de Zúrich y Hong Kong.
Destaca la incorporación de Marc van Heems como gestor de fondos para la estrategia de bonos corporativos globales en Zúrich. Van Heems se une a Vontobel AM procedente de Lombard Odier Investment Management, donde era gestor de crédito europeo y de mercados emergentes, responsable de la implementación activa de operaciones con bonos de grado de inversión y con calificación BB, incluidos bonos senior y subordinados en cash y swaps de riesgo de crédito. Como analista de crédito, cubrió los sectores no financieros en mercados desarrollados y en Asia, incluyendo Automóviles/fabricantes de autopartes, Defensa/Aeroespacial, Bienes de Capital, Inmobiliario de China, Renovables de la India y Energía.
En la oficina de Zúrich, también se incorporan Jean-Michel Manry, para el cargo de jefe de operaciones de renta fija, y Nicolas Hauser, que se une como trader de renta fija. Ambos cuentan con una dilatada experiencia profesional. En el caso de Jean-Michel es un experimentado gestor de operaciones y trading con experiencia en derivados, renta fija y divisas. El experto se incorpora desde Rama Capital, un family office con sede en Ginebra, donde era asesor de operaciones y de trading. Anteriormente, trabajó durante 18 años en Pictet Asset Management, donde fue Director de Operaciones de Renta Fija y, posteriormente, Director de Operaciones de Compra para estrategias multiactivas.
Respecto a Nicolas Hauser, la gestora destaca que se incorpora desde Fisch Asset Management, donde era responsable de trading y ejecución de bonos corporativos y convertibles, así como de divisas y futuros. Su experiencia también incluye la negociación de futuros para cuentas gestionadas por CTA y la cobertura del riesgo de tipos de interés.
Por último, a la gestora se incorpora Pamela Gelles como analista de crédito senior en el equipo de renta fija corporativa de mercados desarrollados, en la oficina de Nueva York. Llega a Vontobel AM tras ocho años en BNP Paribas Asset Management, donde fue analista de crédito siguiendo tanto a empresas con grado de inversión como high yield de sectores como productos de consumo, venta al por menor, hostelería y transporte, y donde colaboró en la creación e implementación de una metodología ASG para el análisis de crédito. Previamente, Pamela cubrió varios sectores industriales, incluyendo salud y servicios públicos, en BNY Mellon Asset Management, Foresters Financial, NLI International y The Carlyle Group. También trabajó 12 años como analista de calificaciones crediticias en Standard & Poor’s.
A raíz de estos nombramientos, Simon Lue-Fong, director de renta fija de Vontobel, ha señalado: “Estas incorporaciones reflejan el continuo crecimiento de nuestra oferta global de renta fija en Vontobel y la inversión en la misma. La volatilidad de los mercados en los últimos meses ha demostrado la importancia de un enfoque verdaderamente activo y el valor de nuestro estilo de gestión activa de alta convicción. Marc y Pamela desempeñarán papeles clave para ayudar a ofrecer valor a nuestros clientes, y los conocimientos y la visión que aportan serán fundamentales para apoyar al resto del equipo”.
Actualmente, el equipo de renta fija está formado por 41 profesionales de la inversión ubicados en Zúrich, Nueva York y Hong Kong.
Capital Group ha anunciado el lanzamiento del fondo Capital Group Asian Horizon Fund (LUX), una estrategia que, según explica la gestora, permite a los inversores “acceder a las oportunidades de crecimiento a largo plazo que ofrece Asia con una perspectiva global”.
En opinión de la gestora, Asia se está convirtiendo en una potencia económica mundial. “El rápido crecimiento de su clase media ha favorecido un enorme aumento de la demanda de todo tipo de servicios y productos, desde los servicios sanitarios y financieros hasta los artículos de lujo y el ocio por internet”, señala. Por ello ha diseñado el fondo Capital Group Asian Horizon Fund (LUX) para satisfacer el creciente interés de los inversores en el continente asiático, ya que “los inversores de todo el mundo son cada vez más conscientes de las oportunidades que ofrecen las tendencias de crecimiento a largo plazo de la región”, sostiene.
El Capital Group Asian Horizon Fund (LUX) es un fondo de alta convicción que invierte en todo el espectro de valoración y de capitalización de mercado para obtener crecimiento del capital a largo plazo. El fondo invierte en compañías con al menos dos tercios de sus activos netos en compañías domiciliadas en Asia, excluido Japón e incluido el mercado territorial chino de acciones clase A. También tiene flexibilidad para invertir en compañías domiciliadas fuera de la región, en aquellos casos en los que los analistas de Capital Group consideran que la exposición a Asia impulsará las perspectivas de crecimiento futuro de la compañía en cuestión.
Mediante la combinación de inversiones globales y regionales, el fondo ha sido diseñado para desbloquear el acceso a las oportunidades de crecimiento más interesantes que ofrece la región asiática.
“Asia se está convirtiendo en una potencia económica mundial y alberga algunas de las compañías más innovadoras y de más rápido crecimiento del mundo. La región ofrece una trayectoria única de crecimiento multidimensional, y en Capital Group estamos bien posicionados para permitir a los inversores aprovechar tanto las oportunidades que ofrecen las compañías asiáticas como las que ofrecen las compañías que no están domiciliadas en la región, pero que están conectadas con los motores de crecimiento del mercado asiático. Hemos sido una de las primeras gestoras en invertir en las compañías que ahora son líderes del continente asiático, por lo que considero que el fondo Capital Group Asian Horizon Fund (LUX) es un buen ejemplo de cómo podemos ayudar a los inversores a identificar a las mejores compañías”, explica Julie Dickson, investment director en Capital Group.
Las criptodivisas se vuelven cada vez más populares. En opinión de Nigel Green, director ejecutivo y fundador de deVere Group, dos de los grupos poblacionales que más se están interesando por el bitcoin y por otras criptomonedas son los baby bommers, que actualmente son jubilados, y la generación X.
Su visión se sostiene en los resultados de la última encuesta a nivel mundial realizada por la firma a clientes de más de 55 años. Según esta encuesta, el 70% reconoce haber invertido en “monedas digitales” o tener intención de hacerlo a corto plazo. El motivo es sencillo: su atractivo recorrido alcista.
“El bitcoin continúa con su tendencia alcista y recientemente alcanzó la cota de los 60.000 dólares. Poniéndolo en perspectiva, hace un año el activo cotizaba apenas por encima de los 5.000 dólares. Esto nos lleva a preguntarnos qué ha pasado desde entonces. Al igual que con otras clases de activo, la crisis del coronavirus también golpeó fuertemente al bitcoin. La criptodivisa no fue para nada ajena a la mega caída que los mercados globales padecieron en marzo de 2020. Pese a ello, su repunte ha sido vertiginoso y más allá de las expectativas. Creemos que una de las principales razones detrás de su crecimiento es su mayor adopción por parte de los inversores institucionales, así como el respaldo generado por los avances de la industria y un entorno general más favorable”, explica Florian Ginez, director asociado de análisis cuantitativo en WisdomTree.
A este motivo, el director ejecutivo y fundador de deVere Group añade un par más: «Mientras que el reciente y masivo bombo de las redes sociales y los titulares clickbait son más bien un catalizador para que los millennials y la generación Z consideren invertir en cosas como el bitcoin, hay otros impulsores para las generaciones más mayores. Por ejemplo, los mayores de 55 años que respondieron a la encuesta citaron como factor clave para su interés en las criptomonedas los niveles históricos de emisión de dinero, ya que los bancos centrales de todo el mundo intentan apuntalar sus economías tras las consecuencias de la pandemia. Son conscientes de que si se inunda el mercado con dinero extra, puede acabar devaluándose las monedas tradicionales; y esto, y la amenaza de la inflación, son preocupaciones legítimas, lo que les lleva a buscar alternativas”.
Ginez coincide en que el COVID-19 y todas las medidas tomadas para soportar las economías han posibilitado una narrativa general favorable a esta clase de activos, logrando así el respaldo del contexto macro. “La pandemia provocó que muchas economías alrededor del mundo se contrajeran el año pasado, en algunos casos a niveles no vistos en siglos. A medida que las mismas se cerraron para prevenir la propagación del virus, los gobiernos se vieron forzados a tomar medidas para evitar y amortiguar el golpe económico. La liquidez inyectada por los bancos centrales de las economías desarrolladas alcanzó niveles sin precedentes, ampliando el espectro de la inflación. Asimismo, los gobiernos han acumulado cifras siderales de deuda para respaldar a las empresas y mantener, en la medida de lo posible, los empleos durante los confinamientos. Sin dudas que, en 2020, el bitcoin tuvo su atractivo para una determinada clase de inversores dado el entorno de rendimientos reducidos, los riesgos de un incremento de la inflación y la incertidumbre respecto a la mayoría de los activos tradicionales”, señala Ginez.
Impulso desde la propia industria
Por último, algunas reflexiones sobre el crecimiento del bitcoin y otras monedas digitales apuntan a que se trata de la evolución natural de la propia industria bancaria. Según explica Pierre Savarzeix, gestor de carteras de Seeyond, una gestora del grupo Natixis Investment Managers, la adopción de monedas digitales no sería más que la última fase de la automatización bancaria.
“En un mundo que adopta constantemente nuevas regulaciones, las criptomonedas y el blockchain permitirían a las autoridades ofrecer una supervisión centralizada más eficiente, y menos costosa de establecer para los actores bancario. Actualmente, los bancos y las compañías de seguros se encuentran en una posición de espera con respecto a sus autoridades de supervisión. En este marco, tanto la Reserva Federal de EE.UU. como el Banco Central Europeo tratan de incubar un dólar y un euro digital lanzando – entre otras cosas – consultas públicas. En un primer momento, mantienen la cautela para no alterar demasiado las prácticas bancarias y no dejar que el control de la creación de dinero pase a manos de nuevos actores que serían más difíciles de regular. La creación de estas criptodivisas estatales daría paso a la tercera ola: la generalización del uso de las criptodivisas, sean las que sean”, señala Savarzeix.
Sin embargo, en su opinión, dadas algunas de sus limitaciones técnicas, no está garantizado que bitcoin sea el principal beneficiario de este movimiento. “Se puede suponer con seguridad que grandes actores digitales como Google, Amazon, Apple y Facebook también quieren aprovechar la digitalización de las monedas. En Europa, por ejemplo, también podemos esperar la aparición de nuevas leyes que combinarán algún tipo de ley y reglamento bancario, por un lado, junto con el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), por otro”, matiza.
Al igual que para la mayoría de las empresas en el país y en el mundo, para Pemex fue un muy mal año. Se redujeron sus ventas, tanto por precio como por volumen, disminuyó su producción de algunos productos y aumentaron sus pérdidas.
El confinamiento que registró la sociedad durante 2020 disminuyó la actividad económica de manera importante en todo el mundo. En el caso de México el PIB se contrajo 8,5%, lo que significa que se produjo menos que el año anterior. El que la gente hubiera estado recluida en sus casas durante algún tiempo, que oficinas, negocios y fábricas cerraran temporalmente, claramente se reflejó en una menor demanda por productos provenientes del petróleo, como son la gasolina, el gas, el combustóleo, etc.
La reducción a nivel mundial de la demanda de este tipo de productos provocó que el precio de los mismos disminuyera. El precio del crudo mexicano se redujo de 55,53 dólares el barril en 2019 a 35, 82 dólares en 2020, o sea bajó 35,5%.
Los ingresos por ventas de Pemex que más se redujeron fueron las nacionales, se contrajeron 37,6% y los provenientes de exportaciones disminuyeron 24% a pesar de que el precio disminuyó en mayor proporción y eso se debió a que aumentó un poco el volumen de exportación de petróleo, se exportaron 1.120 millones de barriles diarios. A pesar de que fue un año difícil para la empresa, debemos de reconocer que por primera vez durante los últimos diez años se rompió la tendencia a la baja de la producción de crudo, registró un ligero aumento al ubicarse en 1.686 millones de barriles diarios.
El combustóleo fue el único producto petrolífero que incremento su producción, aumentó 17,5% respecto al año anterior. Sin embargo, el consumo de ese producto tiende a la baja como consecuencia del impacto ambiental que tiene su utilización, por lo que CFE se está convirtiendo en el mayor cliente del producto. El volumen de las ventas de gasolina se redujo 20,6% pero el mayor impacto se reflejó en las importaciones, porque la producción de Pemex apenas disminuyó 5,0%.
Así como se redujeron los ingresos, también se presentaron disminuciones en la mayoría de los gastos, particularmente los relacionados con los de producción. Sin embargo, llama la atención que los gastos de administración aumentaron 12,1%, situación que no es lógica en una empresa que enfrenta menor demanda, menores precios y menores ingresos. El aumento de esos gastos es equivalente a la mitad de la pérdida de operación.
Es común que se argumente que Pemex pierde porque paga muchos impuestos, pero eso no es verdad. Antes de impuestos la pérdida de Pemex pasó de 4.000 millones de pesos en 2019 a 295.1000 millones en 2020, o sea que aumentó 73 veces el monto de la pérdida.
Como parte de la estrategia de apoyo a Pemex, la actual administración realizó modificaciones al régimen tributario de la paraestatal para que disminuyera su pago de impuestos. Como resultado de esas acciones, en 2020 Pemex pagó 185.800 millones de impuestos y derechos, lo que significa casi la mitad de lo que había pagado el año anterior. Eso permitió que las pérdidas netas del ejercicio aumentaran de 347.900 millones de pesos en 2019 a 480.900 millones en 2020, un incremento de 38%. La difícil situación de Pemex también se reflejó en el hecho que cada vez más se tiene que financiar con los proveedores, aumentó sus adeudos con proveedores en 43,2%, o sea que les dejó de pagar 90.000 millones de pesos adicionales a los años anteriores.
Para poner en contexto la magnitud de las cifras, la pérdida neta en 2020 equivalió a perder diariamente 1.371 millones de pesos y si excluimos el pago de impuestos, la pérdida diaria ascendió a 808 millones de pesos por día.
Los resultados financieros de Pemex confirman que sustentar el crecimiento del país y su desarrollo en el petróleo, como sucedió con López Portillo a finales de los 70´s e inicio de los 80’s, es un error. La demanda de varios petrolíferos, como la gasolina, tiende a la baja, los grandes yacimientos petroleros ya se terminaron. Se requiere una solución de fondo para Pemex, concentrarlo en las áreas que sean rentables y dejar de producir lo que no genere utilidades.
CFA Society Uruguay convocó a KPMG, líder en asesoramiento tributario a nivel global, para dar a conocer las novedades más relevantes alrededor del denominado ¨Aporte Solidario y Excepcional para morigerar los efectos de la pandemia del COVID-19”, impulsado por el gobierno argentino.
El encuentro online, titulado “El impuesto a las Grandes Fortunas: Tiempo de descuento para la toma de decisiones», fue co-organizado por KPMG, World Trade Center Freezone, CFA Society Argentina, CFA Society Uruguay y Busso & Asociados.
Expusieron cuatro referentes de KPMG en Argentina: Rodolfo Canese, socio de Impuestos; Juan Martín Jovanovich, socio de Legales; Pablo Coccorullo, gerente senior de Impuestos, y Gonzalo Brest, gerente senior de Legales.
Barbara Mainzer, presidenta de CFA Society Uruguay, explicó que este tributo “es un impuesto del cual falta aclarar muchos detalles y es, potencialmente, muy oneroso” ya que, a su vez, incorporó un régimen de información que “tomó por sorpresa tanto a los contribuyentes como a los tributaristas”. Ya están las definiciones generales y la fecha de pago –que es el 30 de marzo– “pero aún hay muchísimas dudas”, agregó Mainzer.
El nuevo aporte solidario en Argentina ya está confirmado y reglamentado. A modo de introducción, Coccorullo explicó que alcanza a patrimonios superiores a los 200.000.000 de pesos argentinos (2.450.000 dólares aproximadamente) e incorpora un régimen de información para algunos sujetos alcanzados y no alcanzados.
Este “aporte solidario” busca recaudar fondos para afrontar de mejor manera la pandemia por COVID 19.
Pero una de las dudas que genera, coincidieron los expertos, es que 25% de los fondos recaudados se destinarán al sector energético estatal, mientras el resto a equipamiento médico, vacunas, etc. (20%), subsidios a micro, pequeñas y medianas empresas (20%), programa integral de becas Progresar, gestionado en el ámbito del Ministerio de Educación argentino (20%) y a habitantes de barrios populares, enfocado en la mejora de la salud y de las condiciones habitacionales de sus habitantes (15%).
“Según la ley, el 25% de lo recaudado serán para la Secretaría de Energía de la Nación con el destino de desarrollar programas y proyectos de producción de gas a través de la empresa estatal Integración Energética Argentina Sociedad Anónima y de YPF. Habrá que ver cómo y para qué proyectos se instrumentan esos fondos”, agregó Canese.
Jovanovich explicó que originalmente se había regulado por ley como ingreso tributario, pero, a través de una resolución de la Secretaría de Hacienda, se lo categorizó como “aporte solidario”.
“Percatado de que se podía generar algún problema judicial, eventualmente, el gobierno decidió modificarlo, a través de una resolución de la Secretaría de Hacienda, categorizándolo como un recurso no tributario. Claramente, con una intención, creemos, de evitar reclamos que tengan que ver con la confiscatoriedad o con los principios constitucionales que rigen los tributos», señaló.
Jovanovich agregó que el tributo también afecta derechos como “la capacidad contributiva, la propiedad, la igualdad y la irretroactividad”.
Luego de intercambiar posiciones respecto a las características del gravamen, los especialistas coincidieron en una serie de conclusiones generales: el aporte generará una recaudación menor al 1% de PBI, incorporará conceptos que afectan al contribuyente, dan lugar a discrecionalidad de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), incorpora regímenes de información aún para sujetos no alcanzados e incrementa la litigiosidad.
La ley, aprobada en diciembre pasado, establece un «aporte solidario» por única vez: “La primera pregunta que nos hacemos todos es si realmente será por única vez. En caso de que no sea así entonces se refuerza la idea de que este aporte solidario tiene las características de un impuesto”, dijo Canese.
“Si esto no fuera por única vez sería un tributo análogo a bienes personales. Y ahí no hay ninguna duda de que los tenemos que acumular. Si estamos colaborando dos bienes exactamente iguales, entonces ahí la capacidad contributiva va a estar medida en función de los dos juntos”, añadió Brest.
El debate continuará en los próximos días. En la medida en que se vayan conociendo más detalles del nuevo tributo, CFA Society Uruguay seguirá promoviendo espacios de análisis con expertos para que empresarios e inversionistas puedan conocer su impacto.
El activismo fiscal de EE.UU. sigue ganando impulso unos días después de que el presidente Joe Biden firmara la ley del “Plan Americano de Rescate”, ya está tomando forma un programa económico a largo plazo que desplegará 5,4 billones de dólares en los próximos diez años.
Está previsto que estos fondos se destinen a un amplio abanico de áreas económicas, como las infraestructuras, la educación, la investigación y el desarrollo, la vivienda, la seguridad social y la sanidad. En torno al 70% debería financiarse mediante la subida de impuestos.
En 2021 el paquete de estímulos de Biden incrementará el poder adquisitivo de los hogares estadounidenses hasta un nivel sin precedentes. Sin embargo, durante el año siguiente, la ausencia de cheques de estímulo dejará un vacío en los ingresos de los hogares del orden de 2.000 millones de dólares, lo que inevitablemente conducirá a un ciclo de expansión y contracción, dice el CIO de Julius Baer, Yves Bonzon.
Para el experto, la mejora del mercado laboral en 2022 y el considerable ahorro involuntario que han acumulado los hogares durante la pandemia podrían contribuir a atenuar la fuerte variación del poder adquisitivo.
Al mismo tiempo, los cambios en la legislación fiscal para financiar las futuras iniciativas presupuestarias de la administración Biden podrían acentuar las fluctuaciones. Un posible restablecimiento de normas presupuestarias prudentes en los próximos años también podría acrecentar la magnitud de la actividad económica estadounidense.
Estas fuertes fluctuaciones se dan exclusivamente en EE.UU., dado que China ya está suprimiendo gradualmente los estímulos mientras Europa está dando prioridad al plan plurianual de recuperación «nueva generación» de la Unión Europea, centrado en la inversión.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, se enfrentará a varias preguntas sobre si el nuevo paquete fiscal traerá consigo un carácter inflacionario o qué proporción del paquete de estímulos se ejecutará el año que viene. Además, Powell deberá tener en cuenta ¿qué impacto tendrán las operaciones de refinanciación del Tesoro en las tasas del mercado monetario? Y por último, pero no menos importante, ¿darán indicios los miembros de la Fed sobre una subida de las tasas de interés – o incluso dos – en 2023? En esta situación, Jerome Powell necesita encontrar un buen equilibrio.
Por otra parte, un análisis de ING Bank estima que la Fed hace “una declaración audaz” al eliminar una medida de emergencia clave empleada para apoyar a los bancos y al sistema.
Hace un año, la Fed dio un respiro a los bancos estadounidenses al permitirles excluir las tenencias de bonos del Tesoro y los depósitos en exceso del índice de reserva suplementaria (SLR, por sus siglas en inglés), un índice que pone un límite a las extensiones del balance bancario (en relación con el capital), dice el informe de ING. Este beneficio concluye la próxima semana.
Hubo sondeos en todo Wall Street que aluden a la preocupación de que la Fed esté considerando un ajuste a la ruptura de la SLR. En algunos sectores se advirtieron que si la Fed lo hacía, los bancos estadounidenses tendrían que dejar de recibir depósitos. Si bien esto es técnicamente un resultado posible, es poco probable que sea un resultado real.
También se puede deducir cierta anticipación de la decisión de la Fed a partir de la venta de bonos del Tesoro de los bancos observada en las últimas semanas. En ese sentido, el resultado no fue una sorpresa total. Se había pensado que la Fed se ampliaría, pero también teníamos bastante claro que esto estaba lejos de ser una opinión de convicción, debido a los muchos matices que rodean la medida.
Este es un movimiento bastante importante de la Fed en un par de aspectos. En primer lugar, debe convertirse enla primera flexibilización de una política excepcional emprendida por la Fed por su propia cuenta.
La Fed está bastante cómoda con el funcionamiento del sistema y los bancos.
Pero hay consecuencias en las tasas de mercado y en la liquidez, siendo esta última más duradera, agrega ING. La liquidez de los bonos del Tesoro funciona mejor cuando los bancos participan plenamente en el mercado. De hecho, una de las razones detrás de permitir que los bancos excluyan los bonos del Tesoro del cálculo de SLR fue ayudar a mejorar la liquidez del mercado de bonos del Tesoro.
Por definición, una reversión corre el riesgo de producir el efecto contrario, cuyo resultado sería más evidente cuando el mercado está sesgado en un sentido, por cualquier motivo. De hecho, el aspecto de la liquidez puede resultar el impacto más duradero de la medida de la Fed.
En este sentido, el impacto direccional estará ahí, pero probablemente será subsumido por impresiones macro engreídas y efectos de euforia de las vacunas en las tarifas del mercado. Incluso sin esto, tenemos un objetivo de 2 puntos para el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, impulsado allí por una recuperación en curso del gran rendimiento real negativo a 10 años (ahora -60 pb). La reversión de SLR desde el 1 de abril empuja en la misma dirección, pero no la domina.
La noticia de que la exención de SLR del Tesoro de EE.UU. no se extenderá le ha dado al dólar un poco de apoyo, nuevamente en gran parte a través del aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. El aumento casi desordenado de los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. en algunos momentos de este año ciertamente ha socavado un mercado sesgado a comprar divisas de actividad en caídas. La noticia de SLR ciertamente agrega un elemento de precaución aquí.