Con la renta fija en el punto de mira

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Al dar un repaso a 2023, destacan dos cosas, en mi opinión: la continua importancia de la selección de valores y la elevada volatilidad de los tipos de interés. Esta última, en teoría, tendría que haber retrocedido debido a la reducción de los escenarios posibles sobre la inflación, pero en cambio, esos escenarios han lastrado la capacidad de obtener unos rendimientos sistemáticos en renta fija, en general. No obstante, la alta volatilidad de los tipos ha generado unos grandes desajustes que permiten a los gestores activos ser ágiles con la construcción de las carteras y la gestión del riesgo. A continuación, comparto mis reflexiones sobre los temas clave para 2024.

El primer tema versa sobre la dinámica macroeconómica. Si bien la inflación sigue disminuyendo en todo el mundo, tenemos que seguir atentos a tres elementos que podrían impedir que llegue al objetivo del 2% establecido por los bancos centrales. El primero es el precio de la energía, que ayudó a frenar la inflación en 2023 debido a los efectos de base y reduciendo las expectativas de inflación. Segundo, los costes laborales unitarios que se reflejan en el crecimiento salarial siguen siendo más elevados de lo que desearían los bancos centrales, pero esto se ve realmente dificultado por la baja productividad, especialmente en Europa y el Reino Unido. Las empresas podrían tratar de repercutir nuevas alzas de precios a los consumidores para proteger sus márgenes de beneficios. Tercero, las políticas fiscales, dado el número de elecciones que se celebran en todo el mundo. No resulta probable que las tendencias fiscales cambien sustancialmente hasta después de las elecciones, por lo que este factor podría cobrar una gran importancia a medida que nos acercamos al final de este ciclo económico y nos adentramos en el próximo.

La principal dinámica en torno al crecimiento tiene que ver con el tipo de aterrizaje que habrá: uno suave, uno brusco, o ninguno. Hemos sostenido que, incluso si conseguimos aterrizar suavemente, esto ya está en gran medida descontado en los precios de mercado, en particular de los activos de riesgo como la renta variable y la deuda corporativa.

Creemos que un aterrizaje suave exigiría unas rebajas proactivas por parte de los bancos centrales y comportaría que el tramo corto de la curva obtenga una rentabilidad superior al anticiparse más rebajas. Un aterrizaje brusco, que implique un desenlace recesivo con un aumento de los impagos y de las tasas de paro, no está descontado en absoluto, y comportaría unos rendimientos bastante más bajos en toda la curva, así como una inclinación de la misma. Si no hay ningún aterrizaje en 2024, creemos que aumentaría la probabilidad de un aterrizaje muy brusco más adelante. Por lo tanto, los riesgos de cola parecen estar sesgados hacia un desenlace adverso de recesión.

En lo que se refiere a los bancos centrales, reviste cierta relevancia entender la senda de la política monetaria, no solo el desenlace final. Los mercados se están centrando en el momento en que dejarán de subirse los tipos y hasta qué nivel podrían subir, pero no está claro con qué rapidez los recortarán las autoridades monetarias. El crecimiento salarial, especialmente en el sector de servicios, seguirá en el punto de mira de los bancos centrales. Si bien se ha moderado, todavía es demasiado elevado para que los responsables monetarios confíen en que la inflación alcanzará su objetivo. En cuanto al tamaño y el calendario de los recortes de tipos, coincidimos con la magnitud de los que descuenta el mercado, si bien creemos que se anticipan rebajas demasiado pronto.

El segundo tema es que la resiliencia de las empresas y consumidores lo tendrá más difícil que en 2023. Los balances empresariales siguen siendo sólidos, pero empieza a observarse un deterioro de los parámetros de crédito. El sector corporativo resistió inesperadamente bien en 2023. En 2024, la clave estribará en cómo se mantienen los márgenes de beneficios frente a la mayor presión sobre los ingresos. Se empiezan a oír comentarios de algunas empresas orientadas al consumo sobre un descenso de los volúmenes, que por ahora se ven parcialmente compensados por las subidas de precios. Nos preocupa que una caída del crecimiento de los ingresos reales desemboque en pérdidas de empleo y un desenlace más recesivo. Conseguir un escenario de aterrizaje suave es una carrera contrarreloj.

Tendremos que constatar unas rebajas de tipos proactivas antes de que las mayores tasas de refinanciación afecten los balances empresariales, tanto en el segmento de alto rendimiento como en el de investment grade. Si sucede así, el crédito seguirá comportándose bien. Si la Reserva Federal estadounidense (Fed) o el Banco Central Europeo (BCE) optan por un ciclo de tipos más altos durante más tiempo al entrar en la segunda mitad de 2024, me inquieta mucho más cómo resistirán los balances empresariales.

En este entorno, la selección de valores y el análisis fundamental serán cruciales. Los inversores en renta fija deberían centrarse en la solidez de la generación de flujos de caja de las empresas, en sus necesidades de liquidez, en su acceso a fuentes de financiación y la diversificación de estas, en la base de activos en caso de que necesiten vender algunos, y también en su apalancamiento operativo.

En lo que se refiere a la resiliencia de los consumidores estadounidenses, su exceso de ahorro sigue menguando, aunque se muestran dispuestos a financiar sus gastos mediante tarjeta de crédito. La continuación del gasto dependerá de que se mantenga el empleo, especialmente en los segmentos de rentas más bajas. Seguiremos vigilando de cerca las cifras de solicitudes de subsidio por desempleo, así como la tasa de morosidad de los bonos de titulización de activos.

El tercer tema tiene que ver con los riesgos. En lo tocante a la fragilidad en los mercados de renta fija, el mayor riesgo es, como siempre, una reducción rápida del apalancamiento cuando se produzcan ventas forzadas de posiciones para obtener liquidez. La crisis de los fondos de pensiones en el Reino Unido fue un ejemplo reciente de lo que ocurre cuando hay ventas forzadas en un mercado poco líquido. A la hora de vigilar el desapalancamiento, se revela intrínsecamente difícil predecir dónde hay apalancamiento.

Me preocupan los tenedores de renta fija que podrían incurrir en pérdidas, si hay unas mayores pérdidas de capital hacia el final del ciclo debido a un repunte de los impagos. Este podría ser el caso de compañías aseguradoras y fondos de pensiones con desajustes entre sus activos y sus pasivos. Los inversores con unos modelos de negocio que dependan de un elevado apalancamiento y unos tipos bajos también son una fuente de fragilidad. Los hedge funds con unos costes de financiación muy elevados cuyos modelos de negocio ya no parezcan viables podrían verse expuestos a reembolsos. El crédito del sector privado no parece presentar un riesgo sistémico, pero podría desatar pérdidas de capital.

La retirada de liquidez por parte de los bancos centrales también constituye una fuente potencial de fragilidad, ya que un desplome de la oferta monetaria suele contribuir a una recesión. A medida que las condiciones financieras se endurecen, algunos bancos empiezan a aumentar sus provisiones para pérdidas por insolvencias debido a las inquietudes sobre la calidad de los activos. Además de las subidas de los tipos, el endurecimiento cuantitativo y los cambios en las operaciones de recompra inversa de la Fed también están haciendo mella en la liquidez.

Por último, la concentración de la inversión en algunas posiciones (crowded trades) también presenta unos riesgos de fragilidad y vale la pena vigilarla y evitarla en la medida de lo posible. En la actualidad, dicha concentración es elevada al posicionarse los inversores para el final del ciclo y un escenario de aterrizaje suave; por este motivo, seguimos muy de cerca los ámbitos del mercado en que invertimos.

 

Tribuna de opinión de Pilar Gómez-Bravo, directora de renta fija de MFS Investment Management.

La renta fija, en el punto de mira

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Al dar un repaso a 2023, destacan dos cosas, en mi opinión: la continua importancia de la selección de valores y la elevada volatilidad de los tipos de interés. Esta última, en teoría, tendría que haber retrocedido debido a la reducción de los escenarios posibles sobre la inflación, pero en cambio, esos escenarios han lastrado la capacidad de obtener unos rendimientos sistemáticos en renta fija, en general. No obstante, la alta volatilidad de los tipos ha generado unos grandes desajustes que permiten a los gestores activos ser ágiles con la construcción de las carteras y la gestión del riesgo. A continuación, comparto mis reflexiones sobre los temas clave para 2024.

El primer tema versa sobre la dinámica macroeconómica. Si bien la inflación sigue disminuyendo en todo el mundo, tenemos que seguir atentos a tres elementos que podrían impedir que llegue al objetivo del 2% establecido por los bancos centrales. El primero es el precio de la energía, que ayudó a frenar la inflación en 2023 debido a los efectos de base y reduciendo las expectativas de inflación. Segundo, los costes laborales unitarios que se reflejan en el crecimiento salarial siguen siendo más elevados de lo que desearían los bancos centrales, pero esto se ve realmente dificultado por la baja productividad, especialmente en Europa y el Reino Unido. Las empresas podrían tratar de repercutir nuevas alzas de precios a los consumidores para proteger sus márgenes de beneficios. Tercero, las políticas fiscales, dado el número de elecciones que se celebran en todo el mundo. No resulta probable que las tendencias fiscales cambien sustancialmente hasta después de las elecciones, por lo que este factor podría cobrar una gran importancia a medida que nos acercamos al final de este ciclo económico y nos adentramos en el próximo.

La principal dinámica en torno al crecimiento tiene que ver con el tipo de aterrizaje que habrá: uno suave, uno brusco, o ninguno. Hemos sostenido que, incluso si conseguimos aterrizar suavemente, esto ya está en gran medida descontado en los precios de mercado, en particular de los activos de riesgo como la renta variable y la deuda corporativa.

Creemos que un aterrizaje suave exigiría unas rebajas proactivas por parte de los bancos centrales y comportaría que el tramo corto de la curva obtenga una rentabilidad superior al anticiparse más rebajas. Un aterrizaje brusco, que implique un desenlace recesivo con un aumento de los impagos y de las tasas de paro, no está descontado en absoluto, y comportaría unos rendimientos bastante más bajos en toda la curva, así como una inclinación de la misma. Si no hay ningún aterrizaje en 2024, creemos que aumentaría la probabilidad de un aterrizaje muy brusco más adelante. Por lo tanto, los riesgos de cola parecen estar sesgados hacia un desenlace adverso de recesión.

En lo que se refiere a los bancos centrales, reviste cierta relevancia entender la senda de la política monetaria, no solo el desenlace final. Los mercados se están centrando en el momento en que dejarán de subirse los tipos y hasta qué nivel podrían subir, pero no está claro con qué rapidez los recortarán las autoridades monetarias. El crecimiento salarial, especialmente en el sector de servicios, seguirá en el punto de mira de los bancos centrales. Si bien se ha moderado, todavía es demasiado elevado para que los responsables monetarios confíen en que la inflación alcanzará su objetivo. En cuanto al tamaño y el calendario de los recortes de tipos, coincidimos con la magnitud de los que descuenta el mercado, si bien creemos que se anticipan rebajas demasiado pronto.

El segundo tema es que la resiliencia de las empresas y consumidores lo tendrá más difícil que en 2023. Los balances empresariales siguen siendo sólidos, pero empieza a observarse un deterioro de los parámetros de crédito. El sector corporativo resistió inesperadamente bien en 2023. En 2024, la clave estribará en cómo se mantienen los márgenes de beneficios frente a la mayor presión sobre los ingresos. Se empiezan a oír comentarios de algunas empresas orientadas al consumo sobre un descenso de los volúmenes, que por ahora se ven parcialmente compensados por las subidas de precios. Nos preocupa que una caída del crecimiento de los ingresos reales desemboque en pérdidas de empleo y un desenlace más recesivo. Conseguir un escenario de aterrizaje suave es una carrera contrarreloj.

Tendremos que constatar unas rebajas de tipos proactivas antes de que las mayores tasas de refinanciación afecten los balances empresariales, tanto en el segmento de alto rendimiento como en el de investment grade. Si sucede así, el crédito seguirá comportándose bien. Si la Reserva Federal estadounidense (Fed) o el Banco Central Europeo (BCE) optan por un ciclo de tipos más altos durante más tiempo al entrar en la segunda mitad de 2024, me inquieta mucho más cómo resistirán los balances empresariales.

En este entorno, la selección de valores y el análisis fundamental serán cruciales. Los inversores en renta fija deberían centrarse en la solidez de la generación de flujos de caja de las empresas, en sus necesidades de liquidez, en su acceso a fuentes de financiación y la diversificación de estas, en la base de activos en caso de que necesiten vender algunos, y también en su apalancamiento operativo.

En lo que se refiere a la resiliencia de los consumidores estadounidenses, su exceso de ahorro sigue menguando, aunque se muestran dispuestos a financiar sus gastos mediante tarjeta de crédito. La continuación del gasto dependerá de que se mantenga el empleo, especialmente en los segmentos de rentas más bajas. Seguiremos vigilando de cerca las cifras de solicitudes de subsidio por desempleo, así como la tasa de morosidad de los bonos de titulización de activos.

El tercer tema tiene que ver con los riesgos. En lo tocante a la fragilidad en los mercados de renta fija, el mayor riesgo es, como siempre, una reducción rápida del apalancamiento cuando se produzcan ventas forzadas de posiciones para obtener liquidez. La crisis de los fondos de pensiones en el Reino Unido fue un ejemplo reciente de lo que ocurre cuando hay ventas forzadas en un mercado poco líquido. A la hora de vigilar el desapalancamiento, se revela intrínsecamente difícil predecir dónde hay apalancamiento.

Me preocupan los tenedores de renta fija que podrían incurrir en pérdidas, si hay unas mayores pérdidas de capital hacia el final del ciclo debido a un repunte de los impagos. Este podría ser el caso de compañías aseguradoras y fondos de pensiones con desajustes entre sus activos y sus pasivos. Los inversores con unos modelos de negocio que dependan de un elevado apalancamiento y unos tipos bajos también son una fuente de fragilidad. Los hedge funds con unos costes de financiación muy elevados cuyos modelos de negocio ya no parezcan viables podrían verse expuestos a reembolsos. El crédito del sector privado no parece presentar un riesgo sistémico, pero podría desatar pérdidas de capital.

La retirada de liquidez por parte de los bancos centrales también constituye una fuente potencial de fragilidad, ya que un desplome de la oferta monetaria suele contribuir a una recesión. A medida que las condiciones financieras se endurecen, algunos bancos empiezan a aumentar sus provisiones para pérdidas por insolvencias debido a las inquietudes sobre la calidad de los activos. Además de las subidas de los tipos, el endurecimiento cuantitativo y los cambios en las operaciones de recompra inversa de la Fed también están haciendo mella en la liquidez.

Por último, la concentración de la inversión en algunas posiciones (crowded trades) también presenta unos riesgos de fragilidad y vale la pena vigilarla y evitarla en la medida de lo posible. En la actualidad, dicha concentración es elevada al posicionarse los inversores para el final del ciclo y un escenario de aterrizaje suave; por este motivo, seguimos muy de cerca los ámbitos del mercado en que invertimos.

 

Tribuna de opinión de Pilar Gómez-Bravo, directora de renta fija de MFS Investment Management.

VanEck reduce las comisiones de gestión de dos ETFs de renta fija

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VanEck, gestora de inversiones global centrada en ofrecer estrategias de inversión innovadoras, ha anunciado su decisión de reducir las comisiones de gestión de dos de sus fondos cotizados (ETFs) de renta fija, con efecto inmediato. Según explican, estos ajustes reflejan su compromiso de ofrecer precios competitivos y aumentar el valor para los inversores.

En concreto, la comisión de gestión del VanEck Intermediate Muni ETF (ITM) pasa del 0,24% al 0,18%, mientras que la del VanEck Fallen Angel High Yield Bond ETF (ANGL) se ha reducido del 0,35% al 0,25%. “Como parte de nuestra revisión periódica de nuestra estrategia de precios, estamos encantados de reducir las comisiones de gestión de estos ETF. Las comisiones más bajas se suman a la propuesta de valor de estos ETF, junto con un acceso eficiente a oportunidades específicas en el espacio de renta fija que creemos que son atractivas en este momento dentro de una cartera orientada a los ingresos”, ha destacado Ed López, responsable de Producto de VanEck

Desde la gestora recuerdan la esencia de sus fondos. En el caso del ITM, el ETF trata de replicar lo más fielmente posible la evolución del precio y la rentabilidad del ICE Intermediate AMT-Free Broad National Municipal Index, cuyo objetivo es seguir la evolución general del mercado de bonos exentos de impuestos a medio plazo denominados en dólares estadounidenses. 

Respecto a ANGL, el fondo replica la evolución del precio y la rentabilidad del ICE US Fallen Angel High Yield 10% Constrained Index, que se compone de bonos corporativos denominados en dólares estadounidenses por debajo del grado de inversión, emitidos en el mercado nacional estadounidense y calificados como investment grade en el momento de su emisión.

Materias primas, renta variable europea y bonos para un semestre de incógnitas económicas

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En el último trimestre de 2023, Saxo Bank instó a los inversores a adoptar una posición larga en bonos, ya que los estrategas del banco defendían que la economía mundial no podría hacer frente a rendimientos reales históricamente altos, ya que la productividad y el crecimiento demográfico simplemente no son lo suficientemente elevados. En opinión de la entidad, con un desfase históricamente largo respecto a la política monetaria, los elevados rendimientos de los bonos en 2023 están empezando por fin a hacer mella y se prevé que los bancos centrales recorten los tipos de interés oficiales en 2024, lo que cambiará la dinámica subyacente.

“El futuro, antes brillante, parece ahora más sombrío que nunca. Los conflictos geopolíticos aumentan sin solución. A pesar del deseo generalizado de cambio político, evidente en el auge de los partidos de extrema izquierda y extrema derecha, los resultados siguen siendo decepcionantemente similares. Esto se debe a que la mayoría de las agendas políticas no ofrecen más que versiones repetidas y diluidas de propuestas de cambio pasadas”, señala Steen Jakobsen, director de Inversiones de Saxo Bank

En su opinión, los conflictos geopolíticos están aumentando; la productividad en la industria, la cultura y la política prácticamente ha desaparecido; y estamos inmersos en “tonterías sin sentido en un mundo que necesita desesperadamente soluciones para agua potable, protección contra inundaciones, cambio climático, desigualdad, defensa, ciberseguridad, educación e infraestructura», añade.

De cara a este año, las múltiples citas electorales podrían tener un impacto más allá de lo que a simple vista parece. “Se desconoce si durará uno o dos años, pero los gobiernos inyectarán gasto fiscal al sistema y la carga de la deuda volverá a ser un problema. Las elecciones políticas estarán impulsadas por el miedo y la retórica antisistema, y lo más probable es que el resultado económico sea un crecimiento lento y una inflación básica relativamente alta”, advierte Jakobsen. Desde su punto de vista, el primer y segundo trimestre plantean los mayores riesgos para las perspectivas económicas, mientras que el tercer y cuarto trimestre conllevan un mayor riesgo político.

Propuestas par el primer trimestre

Según la entidad, la principal preocupación en 2024 es la posibilidad de una recesión, los economistas dan una probabilidad del 50% a una recesión en Estados Unidos, y esta falta de claridad sobre el panorama supone un desafío para los inversores, según Peter Garnry, jefe de estrategia de renta variable. Con todo, históricamente, los mercados de valores han sido mayoritariamente positivos en los meses cercanos al primer recorte de tipos de la Fed, por lo que, por ahora, “la valoración actual del mercado de las bajadas de tipos no es alarmante”, apunta.

En Saxo Bank esperan que los inversores sigan favoreciendo a India, México, Brasil y Vietnam -los mercados emergentes que ganaron el juego de la fragmentación- sobre China. “Es notable observar que las acciones chinas han tenido un desempeño inferior en otros mercados emergentes clave en casi un 44% en términos de dólares desde principios de 2018”, explica Garnry.

La firma sobrepondera el sector de las materias primas, ya que el superciclo aún está en curso y está impulsado por una fuerte urbanización global, inversiones en transformación verde y oferta limitada. También es probable que las acciones de ciberseguridad y defensa sigan beneficiándose de las tensiones geopolíticas actuales en el mundo, señala este experto.

Al mismo tiempo, la “idea clave” en 2024 del equipo de renta variable de Saxo Bank es infraponderar las megacapitalizaciones estadounidenses. “El rendimiento superior de los  llamados 7 Magníficos, de en torno al 100% en 2023 frente al 23,8% del S&P 500, no puede continuar a menos que este pequeño grupo de empresas tecnológicas estadounidenses se haga cargo de toda la economía y siga superando las fuertes expectativas de crecimiento en 2024. Los rendimientos de la Bolsa estadounidense están cada vez más impulsados por un conjunto limitado de factores de riesgo, y el sentimiento sobre las acciones tecnológicas es uno de ellos”, enfatiza Garnry.

En contraste, tiene una visión positiva sobre la renta variable de Reino Unido y Europa, que presenta un descuento de casi el 30% respecto a la estadounidense. “Como no suscribimos que los beneficios estadounidenses sean mucho mejores que los europeos a largo plazo, creemos que los rendimientos esperados serán mayores en la renta variable británica y europea. Si cambia el sentimiento o se ralentiza la actividad económica, estos dos mercados de renta variable también ofrecen una mayor exposición a sectores defensivos”, justifica.

Respecto a la renta fija, desde Saxo Bank consideran que el debilitamiento del crecimiento, la ralentización de la inflación y un entorno político incierto crearán el ambiente perfecto para que los bonos superen a otros activos.

Los inversores en renta fija tienen la oportunidad de asegurarse uno de los rendimientos más altos en más de 10 años, por lo que es difícil que los valores de renta fija registren rendimientos negativos, incluso si los rendimientos vuelven a subir ligeramente. El deterioro de la actividad económica y los tipos elevados suponen una amenaza para los ingresos y los márgenes de las empresas. Así pues, favorecemos la calidad y esperamos que el diferencial de los bonos corporativos de menor calificación se amplíe sensiblemente”, argumentan. 

Materias primas

Por otra parte, la entidad sostiene que el oro y la plata se beneficiarán del descenso de los rendimientos reales y de los costes de financiación. Tras un comportamiento sorprendentemente sólido en 2023, en Saxo Bank prevén nuevas subidas de precios en 2024, impulsadas por los fondos de cobertura que persiguen el impulso, bancos centrales que siguen comprando lingotes a un ritmo récord y una demanda renovada de inversores en ETFs. Según su previsión, el oro podría alcanzar un nuevo máximo histórico en 2.300 dólares, apoyado potencialmente por un dólar más débil. La plata podría encontrar apoyo adicional en el esperado repunte del cobre y desafiar el máximo de 2021 en 30 dólares.

En el platino, “la combinación de una demanda en gran medida inelástica y los riesgos de que se reduzca la oferta antieconómica tienen el potencial de exacerbar los déficits y endurecer las condiciones del mercado… y podría impulsar una reducción de 250 dólares en su descuento hacia la media de cinco años en torno a los 750 dólares la onza”, apunta Ole Hansen, jefe de estrategia de materias primas de Saxo Bank.

El sector de los metales industriales también se beneficiará de la perspectiva de unos costes de financiación más bajos que impulsen un periodo de re abastecimiento de la industria desde China al resto del mundo. El cobre sigue siendo el metal industrial favorito de Saxo Bank, porque hay expectativas de una demanda robusta y el riesgo creciente de que se produzcan interrupciones del suministro y reducciones de la producción.

Por ahora, dado el amplio espectro de desafíos a los que se enfrentarán las empresas mineras en los próximos años -aumento de los costes, reducción de la ley del mineral y creciente intervención de los gobierno-, en Saxo Bank prefieren la exposición directa a los metales subyacentes, principalmente a través de ETFs.

Activos alternativos: de la falta de acceso a las nuevas estructuras de fondos

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En el pasado, los activos privados, como el private equity, sólo eran accesibles para los grandes inversores institucionales. Pero esto está cambiando. En opinión de Tim Boole, responsable de gestión de producto de Schroders, una de las principales razones por las que la inversión en activos privados ha estado fuera del alcance de los inversores privados hasta ahora es la propia naturaleza de las transacciones. “La búsqueda de operaciones puede llevar mucho tiempo y su estructuración puede ser compleja, mientras que las salidas también pueden demorarse y plantear sus propias dificultades”, afirma. 

Según el diagnóstico que hacen las gestoras, otro de los motivos es que las carteras tradicionales habían estado dando resultados durante la última década, algo que se terminó en 2022. Para abrdn, durante la mayor parte de la última década, los mercados vivieron en un régimen de tipos de interés a la baja y baja inflación y esta situación favoreció la cartera tradicional 60/40 (acciones/bonos) hasta 2022. 

“Los bancos centrales subieron rápidamente los tipos de interés para contrarrestar la elevada inflación. Como consecuencia, el temor a una ralentización del crecimiento hizo que la renta variable y la renta fija cayeran conjuntamente, y eso a pesar de que normalmente se creía que la renta fija ayudaba a contrarrestar la volatilidad del mercado de renta variable. La correlación positiva entre los precios de la renta fija y de la renta variable se ha prolongado periódicamente hasta 2023 y existen numerosas razones que apuntan a que esto podría continuar en 2024”, explican.

Una visión que comparten desde Deutsche Bank quienes consideran que, dado que la renta variable y la renta fija parecen moverse en paralelo, deberían añadirse a las carteras inversiones alternativas. Además, de ser activos descorrelacionados, destacan que sus rendimientos corrientes se ajustan periódicamente a la inflación. “Debería diferenciarse entre las inversiones cotizadas y no cotizadas en bolsa. Una ventaja de las inversiones no cotizadas o privadas en inmuebles e infraestructuras es que suelen tener una correlación relativamente baja con otras clases de activos. En este sentido, pueden contribuir de manera importante a la diversificación de la cartera”, matizan.

Mayor demanda de alternativos

Según Boole, los inversores son conscientes de este cambio y de las ventajas de incluir alternativos en las carteras, muestra de ello es la previsión que hay sobre la demanda de esta clase de activo. El siguiente gráfico muestra un «mapa de calor» de la demanda de activos privados para los próximos 12-24 meses entre los bancos privados y los gestores de patrimonios europeos. “Los datos ponen de manifiesto el fuerte crecimiento previsto entre los family offices, los inversores con patrimonios muy elevados (ultra high-net-worth investors  o UHNW) y los inversores con altos patrimonios (high-net-worth investors  o HNW), a menudo partiendo de una base baja”, destaca el experto. 

En su opinión, se han ralentizado las nuevas inversiones de muchos de los grupos de clientes institucionales tradicionales de los mercados privados, como los fondos de pensiones y las compañías de seguros. En algunos casos, señala, esto se debe al efecto denominador, que se produce cuando una parte de la cartera, normalmente las asignaciones al mercado público, disminuye de valor por la volatilidad del mercado y reduce el valor total global de la cartera. “Como resultado, los segmentos de la cartera que no disminuyeron de valor ahora comprenden un mayor porcentaje del total. Esto afecta comúnmente a los inversores en mercados privados que pueden encontrarse sobreexpuestos a este tipo de mercados. En otros casos, hay factores estructurales, como los planes de pensiones de prestación definida, que han reducido la exposición al riesgo o estaban en proceso de hacerlo”, explica Boole.

Según su experiencia, en respuesta a esta dinámica cambiante de la clientela, muchos grandes gestores de activos del mercado privado han dedicado importantes recursos a explotar esta reserva de capital. “Las respuestas varían desde la creación de equipos dedicados a la gestión de patrimonios hasta el establecimiento de asociaciones con gestores de fondos de inversión tradicionales que actúan como guardianes de los bancos privados o gestores de patrimonios tradicionales. En este sentido, la relación con los intermediarios es fundamental, ya que controlan o influyen en los flujos procedentes de los inversores privados”, añade.

En respuesta a la demanda

Desde abrnd explican que la demanda de activos alternativos por parte de una gama más amplia de inversores ha llevado a la creación de nuevos vehículos, como los Fondos de Activos a Largo Plazo (LTAF) en el Reino Unido. Según indican, éstos ofrecen a los inversores acceso a una combinación de activos privados (no cotizados) y públicos, y a menudo se clasifican como «semilíquidos», ya que sólo ofrecen liquidez a los inversores durante periodos determinados. “Aunque para algunos esta opción puede ser adecuada, siempre existe el riesgo de que la liquidez no esté fácilmente disponible en condiciones de mercado más difíciles. Como alternativa, los inversores pueden acceder a alternativas verdaderamente líquidas a través de mercados como el de los fondos de inversión”, aclaran. 

Al contrario que los LTAF, estos fondos no son nuevos, ya que existen desde el siglo XIX. Sin embargo, en las dos últimas décadas han evolucionado para ofrecer exposición a una amplia gama de clases de activos alternativos, como el capital riesgo, el crédito especializado, las infraestructuras, los derechos musicales y la financiación de litigios. 

“En los últimos años, sin embargo, la experiencia de los inversores en activos alternativos cotizados ha sido diferente de la de los inversores que invierten directamente en los mercados privados. Los inversores en mercados privados, que acceden a activos alternativos a través de estructuras menos líquidas, han experimentado por regla general valoraciones muy estables, a pesar de la volatilidad general del mercado. En cambio, los precios de las acciones de muchas alternativos cotizados han experimentado una mayor volatilidad a pesar de que los valores de los activos subyacentes eran razonablemente estables”, concluyen desde abrdn. 

¿Cómo han evolucionado los productos?

El responsable de gestión de producto de Schroders considera que varios gestores de mercados privados están lanzando fondos centrados exclusivamente en el patrimonio privado. “Estos fondos tienen características que atraen a esa base de inversores, como la exigencia de capital único frente a la exigencia de capital múltiple, estructuras semilíquidas que ofrecen mayor flexibilidad y estructuras de fondos regulados que pueden distribuirse a inversores no profesionales. Estas estructuras de fondos pueden agruparse en dos categorías: abiertos o cerrados. Y pueden dividirse en tres grados de liquidez: líquida, semilíquida o ilíquida”, asegura Boole.

En el caso de los fondos semilíquidos abiertos, la innovación ha progresado con rapidez, especialmente para clases de activos como el private equity, el crédito privado y el sector inmobiliario. Estos fondos tienen ciclos de suscripción y reembolso mensuales o trimestrales y la liquidez procede de dos fuentes: suscripciones y reembolsos de los inversores o de las distribuciones de las inversiones. Por un lado, las suscripciones y los reembolsos se realizan al valor liquidativo neto del fondo (NAV), lo que elimina la volatilidad o la beta del mercado en comparación con los fondos cerrados, que dependen de un mercado secundario para la liquidez.

Como segunda línea de defensa, Boole señala que los fondos semilíquidos suelen utilizar herramientas como los límites de reembolso o la posibilidad de suspender las suscripciones y los reembolsos para que el gestor pueda controlar mejor la liquidez dentro del fondo. Esto ayuda a moderar el comportamiento de los inversores en caso de eventos de estrés del mercado.

Además, añade que los fondos cotizados cerrados, por su parte, ofrecen a los inversores privados un medio ideal para acceder a una cartera privada conservando la flexibilidad de la negociación diaria. De hecho, una de las áreas de mayor crecimiento ha sido el lanzamiento de fondos cerrados sin liquidez o con ventanas de liquidez periódicas. “Además, estas nuevas estructuras de fondos cerrados están diseñadas específicamente para los inversores privados, ya que cuentan con un calendario estructurado de petición de capital (capital calls), una vida más corta que la de los fondos más institucionales y unos importes mínimos de suscripción más bajos”, concluye el experto de Schroders.

“El sector que ofrece más valor en el mundo del crédito es el de los seguros”

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Los bancos centrales han hecho de la reducción de la inflación una prioridad clave y han subido los tipos de forma notable entre 2022 y 2023.  Por ahora, las subidas de tipos se han mantenido a la espera y cada vez hay más consenso en que los tipos pueden haber tocado techo. ¿Cómo puede afectar esto al entorno de mercado? Dinesh Pawar, Consejero Delegado de Twelve Capital UK y Responsable de Deuda de Seguros en Twelve Capital, explica cómo dentro del sector asegurador existe un gran potencial y qué retos se vislumbran en el horizonte.

Me gustaría hacer algunas preguntas macro. 2024 será el inicio de las bajadas de tipos en los principales países desarrollados. ¿Cuáles son tus perspectivas en este sentido?

Tienes toda la razón en el hecho de que el último par de años han sido muy difíciles para la fijación de los mercados. Y hay un consenso creciente de que ha habido una esperanza en los mercados desde septiembre del año pasado, yo diría que incluso el verano pasado, en que los bancos centrales iban a recortar los tipos de interés. Creo que el problema con esa visión ha sido que los mercados casi han puesto en precio el hecho de que el recorte ya ha sucedido. En mi opinión, esto es bastante desafortunado, porque si pensamos en lo que está sucediendo, la inflación está bajando, ya sea en Europa, en el Reino Unido o en Estados Unidos. Sin embargo, se está convirtiendo en un problema menor de lo que era hace unos años, lo cual hace esencialmente que las expectativas cambien y que las posibilidades de que ese recorte de tipos se retrase, ya sea el BCE o el Banco de Inglaterra, o la Fed. Esa es mi visión general, que creo que va a haber algún tipo de recorte de tipos porque el mercado lo quiere. Pero no va a ser en la medida en que conocemos ahora, vamos a estar mirando de cinco a seis recortes de tipos y luego miraremos donde estaban los tipos en la pandemia. De este modo pienso que los bancos centrales seguirán mirando los datos, pero por el momento, antes del verano no estimo que vaya a haber nada.

Entonces, ¿afectará la política monetaria a las estrategias de inversión en renta fija? ¿Y de qué manera en tal caso?

La idea es que los bancos centrales controlan la oferta monetaria subiendo los tipos de interés. Y creo que eso es obvio para todos los profesionales de Estados Unidos. Pero creo que, a medida que la política monetaria, ya sea que se afloje, o si se hace más estricta, el impacto va a surgir en un par de factores. En primer lugar, en la curva de tipos. Claramente, la política monetaria va a afectar sobre ella, lo que la gente está olvidando, o tal vez no se han dado cuenta, es que la cuestión real es que todavía tenemos un mundo donde las curvas están invertidas. Por tanto, la parte delantera de la curva sigue estando muy empinada. Y lo que eso implica es que los tipos de interés a medio o corto plazo van a permanecer mucho más altos. Ya sea que decidan relajar la política monetaria o endurecerla. No importa en este momento, cuando se piensa en los diferenciales de crédito, porque los diferenciales de crédito ya están, especialmente en grado de inversión, van a una especie de rango más estrecho que hemos visto en los últimos años. El índice European Xover (una cesta de CDS para investment grade) justo el otro día superó los 300 puntos básicos. Esto es un hito. Y eso es importante. Así que sí, la política monetaria ha afectado a los diferenciales de crédito, porque los inversores siguen buscando esa rentabilidad. En cuanto al impacto monetario, piensa que la realidad es la siguiente: cualquiera que reduzca su tipo de interés, de repente, puede arriesgarse a que se produzca una huida a otras zonas donde el tipo de interés sea más alto. Sobre esta base, considero que los bancos centrales están claramente muy preocupados por hacer cualquier cosa que desestabilice su moneda y les haga parecer menos competitivos. Los mercados ya están valorando el hecho de que hemos tenido un recorte de tipos hace tres meses. Esa es la preocupación que tengo ahora.

Quiero añadir una pregunta relacionada con tu respuesta, que es sobre la inversión de la curva de tipos, ¿cuál es tu perspectiva? ¿Crees que la curva invertida apunta a una recesión este año? ¿O quizás el próximo?

Sí, es una muy buena pregunta. Cuando nos fijamos en las diferentes curvas hubo un momento en el tiempo, diría que el verano pasado, cuando la curva de tipos invertida apuntaba a que llegaría una recesión. El Reino Unido ya está en una recesión técnica. Y ya hemos tenido partes de Europa, por ejemplo, Alemania, que también están en algún tipo de recesión técnica. Pero creo que la realidad es que los datos económicos siguen mejorando. Y, por lo tanto, ¿la curva de tipos implica una recesión? ¿O implica que los tipos se mantendrán más altos durante más tiempo? Creo que es lo último, se mantienen más altos por más tiempo, pero tendríamos un aterrizaje más suave. Creo que esa es la clave aquí.

¿Cómo aprovechar el cambio de política monetaria para invertir?

Pienso que nos hemos aprovechado en muchas ocasiones. Claramente, un tipo de interés más alto o un entorno de tipos más restrictivo quiere decir que tienes que acortar tu duración. Para un inversor, eso significaría entrar en algo que es mucho más de tipo flotante, o entrar en bonos, que son mucho más cortos en términos de duración, el coste de la cobertura puede convertirse en una fuente de volatilidad para la cartera individual. De este modo, los inversores deben tener mucho cuidado en términos de coberturas macro superpuestas. Pero en lo que respecta a nuestra forma de invertir, obviamente compraríamos estructuras de compra a corto plazo y bonos que tengan una prima de licitación más alta o una mayor probabilidad de que se les exima de responsabilidad. Y para nuestro sector asegurador, tiene mucho sentido estar en este espacio, porque claramente hay muchos bonos que están siendo gestionados de forma tangible. Y, por lo tanto, desde una perspectiva de inversión, creo que lo podemos gestionar mejor si los tipos de interés suben.

Los mercados de renta fija han vivido un momento muy negativo en los últimos años. ¿Cree que ahora es el momento adecuado para la renta fija?

La respuesta es quizá sí. ¿Y por qué lo digo? Bueno, creo que es el momento adecuado, en realidad, por una simple razón: la volatilidad en el mercado de renta fija está empezando a estabilizarse. De este modo, no estamos viendo el tipo de volatilidad que vimos hace muchos años, la gente se estaba ajustando a tipos más altos, creo también, mientras que los rendimientos son ahora todavía mucho más atractivos de lo que han sido en mucho tiempo. Hubo un momento en el tiempo en que conseguíamos un retorno más atractivo con un bono de grado de inversión entre el 1,5% o 2%, y ahora algunos bonos de grado de inversión están rindiendo 3%. En nuestro sector, el de los seguros, el rendimiento medio, por ejemplo, de un bono de grado de inversión de segunda categoría oscila entre 450 y 500 puntos básicos. Así que, desde el punto de vista de rentabilidad atractiva, la renta fija parece que promete, pero tiene un componente crediticio. Creo que los bonos del Estado están bastante saturados, pero también hay un coste de oportunidad. De este modo, entrando en el crédito corporativo obtienes la rentabilidad que corresponde a inversiones de poco riesgo más un diferencial, pero también tienes muchas más oportunidades, estás expuesto a más costes de oportunidad. Así que es mucho mejor.

¿Qué espacio de renta fija podría ser el más interesante en el contexto actual?

La emisión financiera sigue representando una parte importante del crédito corporativo. Hemos visto a los bancos emitir mucha más deuda, ya que necesitan aumentar su ratio de capital, pero creo que, para nosotros, el mejor sector que ofrece más valor en el mundo del crédito es el de los seguros. Los bonos de seguros son en realidad, bueno, son el mejor espacio en el segmento del crédito. Tienen los impagos más bajos y hay algunos de los más altos ratios de solvencia que hemos visto en los últimos 15 años. Así, para nosotros, el punto dulce es realmente el mundo de los seguros.

¿En qué activos se está centrando últimamente?

En Twelve Capital nos centramos en toda la estructura de capital de las aseguradoras, incluida la deuda, el capital y los ILS (Insurance-Linked Securities), lo que nos permite conocer mejor el sector de los seguros. De las principales estructuras que emiten las aseguradoras, creemos que tanto el Tier 1 como el Tier 2 en Europa son las dos clases de activos que se encuentran entre las más atractivas en estos momentos. Con el entorno actual lo que tendimos a hacer es lo siguiente: sabíamos que la duración, o la sensibilidad a la duración, se iba a convertir en una fuente de volatilidad para el crédito. Así que la forma en que lo cubrimos fue esencialmente comprando bonos cortos o bonos, que eran estructuras que neutralizaban nuestra exposición a la duración. La otra cosa que hemos estado haciendo es comprar más compañías de seguros de vida, porque estas funcionan mejor en un entorno de tipos al alza. Y, en segundo lugar, compramos más compañías de seguros multirramo porque nos gusta el hecho de que haya una diversificación mucho mayor en el balance de pérdidas y ganancias procedente de estas. Hemos reducido nuestros seguros monolínea, específicamente por ejemplo, seguros de automóviles, porque todavía estamos esperando a ver si pueden trasladar las presiones inflacionistas a los asegurados.

El Kick Off 2024 de LATAM ConsultUs: una visión constructiva del caos del mundo

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Funds Society

Analistas y expertos de 35 gestoras de fondos internacionales llegaron a Uruguay para participar en la séptima edición del Kick Off de LATAM ConsultUs. Unos 300 asesores financieros y banqueros asistieron a presentaciones magistrales y charlas en grupos reducidos. La novedad de 2024 fue la llegada de los hubs, con varias presentaciones simultáneas. Y este año escuchamos cosas importantes, incluso cosas enormes que muestran hasta qué punto estamos ante un mundo de oportunidades.

¿Alguien está entendiendo realmente lo que pasa?

Esteban Polidura, CFA, director de Asesoría y Productos para Américas de Julius Baer, fue el encargado de poner un marco al Kick Off de 2024 con una visión macro de nuestra economía.

Y, en primer lugar, el experto explicó qué hay detrás de la recuperación económica de Estados Unidos, con unos resultados positivos que mes a mes desafiaron y, finalmente, pulverizaron decenas de pronósticos de recesión.

La base está en el consumidor estadounidense, que sigue mostrando optimismo y confianza por cinco razones: la oferta de empleo es grande, la gente gana más dinero, hay crédito (a pesar de la subida de tasas, la gente sigue usando la tarjeta de crédito y la paga a finales de mes), las empresas siguen invirtiendo y los mercados financieros viven una fiesta.

Polidura recitó una lista de resultados económicos que, el año pasado, hicieron añicos los pronósticos. Realmente, ¿alguien está entendiendo el mundo?

Por el lado de los riesgos en Estados Unidos, un evento o circunstancia que produjera un frenazo en 2025, lo que hay que tener en el radar es la tensión política. En un año electoral, en el contexto de una confrontación aguda entre republicanos y demócratas, el gobierno estadounidense parece abocado al bloqueo y conflicto.

El experto de Julius Baer señaló que este panorama ya se refleja en las calificaciones crediticias, con Fitch advirtiendo recientemente que Estados Unidos “se está volviendo ingobernable” y que quizá haya que hacer algo medular.

Por el lado de Europa, Polidura aventuró que este año terminará en positivo incluso para Alemania, país que se verá favorecido por el impulso de la manufactura. Por otro lado, China no está ni cerca de una recesión. Crecerá entre 4 y 5%, la mitad de lo que hizo en el pasado, por eso se siente como un ambiente de crisis.

En Latinoamérica se pronostica un crecimiento del 2%, con México y Brasil empujando la economía.

“El termómetro para cada país, en una región diversa, es el tipo de cambio. Las monedas locales se fortalecieron por las políticas de la Fed pero eso debe llegar a su fin porque las tasas altas terminan erosionando la economía”, dijo Polidura.

En resumen, Estados Unidos está corriendo, pero Europa, China o Latinoamérica no están parados. “Es un año de oportunidades en el que no hay que enfocarse solo en las dificultades”, señaló el experto de Julius Baer.

Equities: piensen en los riesgos, busquen oportunidades, sean activos

William Nott, Co-Portfolio Manager de NINETY ONE, analizó el mercado de renta variable y abogó por elegir equities de calidad.

Los impactos de la subida de los tipos se ve realmente cuando tienes que renegociar la deuda, por eso el real challenge llega en 2024. Hay que refinanciar mucha deuda high yield en los próximos años”, explicó Nott.

En este contexto, los activos de calidad son la mejor protección para el inversor, sostuvo el experto.

¿Es sostenible que Estados Unidos siga creciendo? Para Nott, las cifras positivas están sostenidas por el consumo, el auge de las materias primas, una cultura colectiva que “abraza el riesgo” y una población más joven que en el resto de los países desarrollados.

Pero el Co-Portfolio Manager de NINETY ONE advirtió que el índice “está increíblemente pesado” y concentrado. Para Nott, hay muchas oportunidades a pesar de la percepción general de que el mercado es estrecho.

En resumen, Estados Unidos va a recompensar la buena selección: “Piensen en los riesgos, busquen oportunidades, sean activos”, indicó el profesional.

La renta fija global se sale de la línea recta

La inflación va a continuar declinando, pero esta caída no va a ser una línea recta. La tendencia sigue siendo a la baja, aunque puede haber volatilidad”, explicó Felipe Villaroel, Porfolio Manager de Twenty Four Asset Management.

En renta fija global, “la incertidumbre en relación a los casos base es grande porque hay variables económicas que se están comportando de manera diferente. Un ejemplo es el mercado laboral apretado, a pesar del escenario de recesión técnica hasta en países como Alemania”, explicó Villaroel.

Para leer 2024, aprendimos que las proyecciones históricas no sirven.

Según el experto, este año habrá volatilidad, porque los bancos centrales no están suficientemente cómodos para empezar su ciclo bajista. Y todo se mueve 20 puntos base cuando pasa algo, y eso cambia todo. “Pero los rendimientos de partida son altos y eso es bueno para los retornos totales, es algo que no pasaba desde hacía muchos años”, añadió el experto.

El consejo es ser flexibles y saber adaptarse.

Activos privados y el final de los tiempos

El Kick Off de LATAM ConsultUs sirve para medir, año tras año, la evolución de las carteras latinoamericanas, y la presencia de varias firmas de activos alternativos signaron la pujanza de esta nueva opción de inversión. Y Benjamin Trombley, Managing Director de Apollo, dijo cosas enormes, contundentes, durante una presentación sin desperdicio.

Estamos en un mundo en el que el costo de capital es más alto, por ello los rendimientos de las clases de activos tradicionales serán bajos durante cierto tiempo y, si se quiere en famoso “doble dígito”, habrá que recurrir a los mercados no listados, dijo Trombley.

Vivimos en una nueva coyuntura. La pandemia de coronavirus despertó a todo el mundo sobre sus limitaciones para obtener cosas básicas como material sanitario, o semiconductores. Lo mismo pasa con la industria de defensa, hay que repensarla, explicó el director de Apollo.

Los mercados tradicionales se han convertido es una especie de “commodity”. La gestión activa no supera los índices, pero los vehículos que siguen el índice (como los ETFs) te dejan atrapado en el mercado cuando todo cae, dijo Trombley, alto y claro, destruyendo sin preámbulos el debate entre gestión activa y pasiva, por el método de reducirlos ambos a cenizas.

El experto de Apollo siguió diciendo cosas enormes: “Nosotros facilitamos la financiación de las empresas, cosa que ya no hacen los mercados. En Estados Unidos y en el mundo, esto lo está haciendo en sector privado y no los grandes bancos”.

Para Trombley, la desglobalización es inflacionaria y probablemente la política de tipos de interés altos va a continuar, en un ciclo de 15 años que estiman al 3%.

En este “confuso mundo complicado”, los mercados privados no están globalizados ni masificados y hay cada vez mayores accesos para el mercado retail, concluyó el experto.

Riesgos geopolíticos en un año electoral

El segundo día de la conferencia de LATAM ConsultUs volvió a sacudirnos con un análisis que asumió el caos reinante en el mundo, pero con una versión constructiva. Peter Lefkin, vicepresidente senior de Gobierno y Asuntos Exteriores de Allianz, nos regaló otro gran momento con su frase: “El mundo está a la deriva e inestable”.

Y Lefkin no se quedó en los datos o en la superficie, habló de la soledad y del aislamiento social, el aumento de la criminalidad y la violencia, de los problemas de los estadounidenses, esos consumidores que mueven los mercados internacionales.

Las preocupaciones sobran: la desinformación y las mentiras rampantes, ahora con la nueva variable de la inteligencia artificial, además de la enorme deuda pública que Estados Unidos acumula.

“Damos la democracia por garantizada, pensamos que siempre estará allí, pero no es así. Actualmente, 75% de los electores estadounidenses preferirían tener otro candidato que Trump o Biden. Y como el electorado está muy dividido, finalmente un pequeño grupo de electores van a decidir el rumbo”, explicó Lefkin.

Al final, en este año electoral que no parece marcar un retorno a la civilidad y amabilidad del debate político, el analista de Allianz quiso mostrar también los datos positivos, como el avance de las energías verdes o los nuevos tratamientos contra enfermedades como la obesidad o el Alzheimer.

Latinoamérica ahora

De un paciente con problemas de endeudamiento, pasamos a otro con claros problemas de autoestima.

Alfonso Duval, Partner y CEO de Moneda Asset Management, pasó toda su presentación explicando las virtudes de Latinoamérica como lugar de inversión. El mantra de su charla fue: “Somos relevantes”.

De entrada, explicó el problema: “El mercado no logra internalizar la oportunidad de Latinoamérica ante los cambios que hay. Estoy hablando de las compañías de la región. En el mundo no nos conocen, es difícil que lo miren a uno fuera del populismo y la política”, señaló.

“Somos una región numerosa: el 8% de la población mundial, 655 millones de personas. Pero lo que hace la diferencia es la emergente clase media, para 2040 el 53% de la población, viene en crecimiento. Y la población es urbana, sólo nos gana Estados Unidos. Además, el 74% de la población digitalizada y con nuestra agricultura y ganadería alimentamos al mundo. Somos relevantes”, dijo Duval en una gran lista de ventajas para la región.

¿Y entonces, por qué en capitalización de mercado somos tan pequeños?, preguntó el CEO de Moneda. ¿Por qué no se puede jugar el mercado de Latinoamérica a pesar de que los datos nos muestran como un destino predilecto para la inversión extranjera directa?

Duval piensa que la situación va a cambiar. Nadie puede pasar por encima de las evidencias, como el 25% que rentaron las compañías de la región en 2023. Y es sólo el inicio de una buena historia, la de una zona del mundo con materias primas, sin conflictos bélicos, donde se sabe lidiar con la inflación desde hace años y donde los bancos centrales vienen demostrando que saben trabajar.

“Tenemos muy mal marketing”, reconoció el ejecutivo, pero es el momento de poner algo de capital en Latinoamérica porque es una buena idea y además está barato.

El sector de Real Estate de EE.UU. podría repuntar en 2024

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La industria inmobiliaria de EE.UU. muestra signos de una recuperación modesta para el año 2024, impulsada por una disminución en los tipos hipotecarios y un aumento gradual en la confianza de los compradores, según un análisis reciente del Grupo de Investigación Económica y Estratégica (ESR, según su sigla en inglés) de Fannie Mae.

Este pronóstico sugiere un ambiente más favorable para la compra de viviendas existentes y la construcción de nuevas unidades unifamiliares, a pesar de que la asequibilidad de la vivienda continúa siendo una preocupación significativa tras los aumentos de precios de años anteriores, agrega el informe.

El índice de Sentimiento de Compra de Vivienda creado por la firma de enero de 2024 reflejó un renovado optimismo en el mercado, con más hogares anticipando una reducción en los tipos hipotecarios.

Este cambio de perspectiva podría traducirse en una mayor disposición por parte de los consumidores para adquirir viviendas. Según las estimaciones del ESR, se espera que los tipos hipotecarios disminuyan hasta un 5,9% a finales de 2024 y un 5,7% hacia finales de 2025.

Además, se proyecta un incremento en la construcción de viviendas unifamiliares durante el próximo año, sustentado por el aumento continuo en la emisión de permisos de construcción y una demanda constante de nuevas viviendas.

En términos macroeconómicos, los investigadores han revisado al alza sus expectativas de crecimiento para 2024, basándose en un desempeño más fuerte de lo esperado del producto interior bruto (PIB) en el cuarto trimestre de 2023 y datos recientes que indican un crecimiento acelerado de la población y la inmigración.

Estos factores contribuyen a una proyección de aumento en las nóminas y el PIB. Sin embargo, se anticipa que el ritmo de expansión económica en 2024 será más lento en comparación con 2023, limitado por una baja tasa de ahorro que podría reducir el gasto de los consumidores y una desaceleración en los ingresos fiscales que afectaría el gasto público.

El informe también señala ciertas incertidumbres en el mercado, incluyendo la sostenibilidad del reciente crecimiento del PIB, la trayectoria de la política monetaria y cómo las secuelas de la pandemia continúan afectando las relaciones entre el mercado de la vivienda y la economía en general. Doug Duncan, vicepresidente senior y economista jefe de Fannie Mae, expresó que, aunque el escenario base anticipa una desaceleración económica y una reducción gradual de los tipos, la posibilidad de un crecimiento económico inesperadamente alto podría mantener los tipos hipotecarios elevados por más tiempo.

Para acceder al informe completo de Fannie Mae ingrese al siguiente enlace.

Los estadounidenses sienten inseguridad financiera a pesar del optimismo económico

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En un contexto donde la visión económica de Estados Unidos muestra signos de optimismo, la inseguridad financiera entre los estadounidenses ha escalado a niveles récord, dice el estudio Planning & Progress de Northwestern Mutual 2024.

Los datos del estudio exploran las percepciones y comportamientos de los estadounidenses respecto a su seguridad financiera a largo plazo.

En ese sentido, la investigación destaca que, aunque más de la mitad de los adultos en EE.UU. anticipan una recesión para este año, este porcentaje ha disminuido significativamente en comparación con el año pasado, pasando de dos tercios a un 54%.

Este cambio sugiere una mejora en la expectativa económica general, reflejada uniformemente a través de distintas generaciones, desde la Gen Z hasta los Boomers. Sin embargo, esta visión más positiva de la economía no se traduce en una mayor seguridad financiera personal.

La encuesta indica que un tercio de los adultos estadounidenses no se siente financieramente seguro, marcando el mayor nivel de inseguridad desde que comenzó el estudio en 2009.

La llamada «fatiga de shock financiero» y una sensación de fragilidad son identificadas como factores clave detrás de este fenómeno. Según Christian Mitchell, director de clientes de Northwestern Mutual, a pesar del crecimiento económico, la constante sucesión de perturbaciones financieras ha hecho difícil para muchos estadounidenses mantener una actitud positiva hacia su seguridad financiera.

La inflación emerge como el principal factor contribuyente a esta sensación de inseguridad. Aunque las tasas de inflación han disminuido desde su pico en 2022, siguen siendo una preocupación dominante, con más de la mitad de los adultos esperando un aumento este año.

La capacidad de los ingresos familiares para superar la inflación es escasa, con solo el 9% de los encuestados indicando que sus ingresos están por encima de estas subidas. Esto coloca a la inflación muy por delante de otros obstáculos para la seguridad financiera, como la falta de ahorros o el endeudamiento.

Este panorama subraya un ciclo reactivo frente a los retos financieros, donde muchos estadounidenses se encuentran constantemente adaptándose a condiciones económicas cambiantes sin la capacidad de anticiparse o planificar adecuadamente.

La situación plantea importantes cuestiones sobre cómo se puede mejorar la resiliencia financiera de los individuos frente a un entorno económico incierto y rápidamente cambiante.

Entre los puntos que más preocupan a los estadounidenses se encuentran: la disfunción del gobierno y las elecciones presidenciales y eso los hace ser defensivos en sus inversiones.

El 42% de los adultos estadounidenses considera que 2024 es un año para priorizar inversiones defensivas con sus ahorros e inversiones frente al 29% que considera que es un año para aprovechar las oportunidades para hacer crecer sus activos; y el 29% no está seguro.

Por otro lado, la gente sigue gastando a pesar de los altos niveles de inseguridad financiera.

Muchos estadounidenses no esperan reducir en gran medida su gasto en cosas discrecionales como restaurantes, vacaciones y entretenimiento en 2024. El estudio revela que el 59% de los adultos estadounidenses afirman que gastarán lo mismo o más en estas compras con respecto al año anterior, mientras que algo menos de cuatro de cada 10 (37%) afirman que gastarán menos. Entre las generaciones, la Generación Z es la más propensa a decir que aumentará el gasto no esencial y la Generación X es la más propensa a decir que se apretará el cinturón.

Para leer el estudio completo ingrese al siguiente enlace.

 

 

En México, el saldo saldo de las cuentas de Afore de las mujeres es 24% menor que el de los hombres

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La incorporación de la mujer al mercado laboral ya es irrebatible, así como sus grandes avances en materia de igualdad, sin embargo, algunas cifras revelan el rezago que todavía enfrenta el sector femenino frente a los hombres en el mercado mexicano.

Un indicador clave por ejemplo es el ahorro para el retiro, fundamental para el futuro de los trabajadores; en este rubro las mujeres tienen cierta desventaja frente a los hombres, lo dice  la frialdad de los números revisados y publicados por Afore Citibanamex.

De acuerdo con Citibanamex, el día de hoy, las generaciones más jóvenes no contarán con una pensión otorgada por el Estado, por lo que es fundamental que comiencen a planificar para el futuro y a crear un patrimonio suficiente para mantener un ingreso igual o similar al que se tiene antes de retirarse.

Sin duda alguna esto es un gran reto para todos y es importante hacer conciencia desde los primeros años laborales. Y para las mujeres el reto es todavía mayor ya que enfrentan diferentes dificultades adicionales, como, por ejemplo:

  • Esperanza de vida: en promedio la de las mujeres supera por más de 6 años a los hombres, según datos del INEGI. Lo anterior significa que, muy probablemente, una mujer requiera un ahorro 80% mayor que el de un hombre para poder mantener un ingreso similar durante su retiro.
  • Salario promedio: en México el salario promedio de las mujeres es 14% menor que el de los hombres, lo cual afecta de manera directa el ahorro para el retiro, esto considerando que la base para integrar este patrimonio son las aportaciones obrero-patronales que se realizan de manera regular a la cuenta de Afore de los trabajadores formales y que se encuentra directamente relacionada con el salario base de cotización.
  • Saldo promedio de las cuentas de Afore: de acuerdo con información de CONSAR, el número de cuentas de ahorro de hombres supera por más de 9 millones el número de cuentas registradas de mujeres y el saldo promedio de las cuentas de las mujeres es 24% menor que el saldo en las cuentas de los hombres.
  • Mercado laboral: dentro de la población económicamente activa aproximadamente el 52% son mujeres, lo cual representa casi 6 millones más de mujeres en comparación con los hombres. Sin embargo, entre la población ocupada los hombres representan el 59%, que se traduce en cerca de 11 millones más de hombres ocupados en relación con la cantidad de mujeres.

Estos son algunos de los factores principales que viven las mujeres día a día en el país. No obstante, existen otros factores que amplían las diferencias.

Por ejemplo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, las responsabilidades personales y familiares afectan en mayor medida a las mujeres y resulta más común que éstas abandonen o pongan en pausa su trayectoria laboral por dar prioridad al cuidado de su familia.

Todo lo anterior deja claro que, si bien todas las personas son responsables de su bienestar en la vejez y de realizar las acciones necesarias para lograr las condiciones adecuadas en su retiro, las mujeres requerirán un esfuerzo mayor.

Por ende, resulta aún más importante que las Afores y el gobierno promuevan acciones de concientización para que las mujeres entiendan la necesidad de contar con un fondo de ahorro para su retiro desde el inicio de su vida laboral y así, pongan en marcha una estrategia sólida y consistente de ahorro voluntario a lo largo de toda su trayectoria laboral.