Oportunidades en renta fija en un entorno de recortes de tipos
| Por Cecilia Prieto | 0 Comentarios
El proceso desinflacionista está en marcha. La Reserva Federal inició su ciclo de recortes de tipos en septiembre, dado el mayor equilibrio de riesgos entre la moderación de la inflación y la debilidad del mercado laboral.
Otros bancos centrales también han recortado los tipos, lo que ha mejorado las perspectivas de la renta fija. Es probable que la divergencia de las políticas monetarias mantenga el protagonismo en los próximos meses. El Banco de Japón continúa siendo la excepción en los mercados desarrollados, ya que se ha embarcado en un ciclo de subidas de tipos para poner fin a una era de tipos de interés negativos. Mantenemos un enfoque de relativa prudencia en lo que respecta a los tipos japoneses ante la posibilidad de nuevos ajustes en la política monetaria en respuesta a posibles presiones sobre la divisa.
En Europa, la trayectoria de flexibilización monetaria podría depender de la importancia que otorguen sus responsables políticos a los riesgos a la baja para el crecimiento, frente al ritmo y la progresión de las presiones salariales y la inflación de los servicios.
A pesar de la ralentización de la economía estadounidense, es probable que Estados Unidos muestre una mayor solidez que otras economías desarrolladas. Pensamos que el crecimiento de la economía mundial va a seguir siendo positivo, aunque el ritmo podría ralentizarse. Lo más probable es que Estados Unidos represente una parte significativa de dicho crecimiento.
En el segmento del crédito, los rendimientos siguen siendo atractivos, los fundamentales parecen sólidos y lo más probable es que los diferenciales se mantengan estables. Sin embargo, la previsión de futuros recortes de tipos podría estar limitando la posibilidad de aprovechar el nivel actual de rendimientos.
Nuestras mayores convicciones apuntan a un posicionamiento orientado al aumento de la pendiente de la curva de tipos y a una preferencia por Estados Unidos y por fuentes diversificadas de rentas procedentes de múltiples sectores de crédito. El riesgo de recesión sigue estando ahí, a pesar de no ser el escenario más probable. El posicionamiento a favor de un aumento de la pendiente de la curva continúa generando valor en una amplia gama de posibles resultados y escenarios económicos.
El contexto fundamental de la deuda emergente sigue siendo favorable. El crecimiento es positivo entre las principales economías. Los déficits fiscales se han estabilizado en su mayor parte y comienzan a aproximarse a los niveles de los mercados desarrollados. Las reservas de divisas también han aumentado, lo que se debe en parte al reciente aumento de los precios de las materias primas. El rendimiento real sigue siendo positivo en muchos mercados.
El inicio de los recortes de tipos en Estados Unidos podría actuar como catalizador para la depreciación del dólar frente a una cesta de divisas emergentes. No obstante, según los tipos de cambio reales efectivos, las valoraciones de muchas de estas divisas solo son ligeramente baratas, por lo que la posible revalorización frente al dólar podría ser limitada.
Los diferenciales de la deuda soberana de grado de inversión en dólares se encuentran en niveles ajustados, mientras que los de la deuda de alto rendimiento resultan algo más atractivos, principalmente entre los emisores de menor calidad. Las valoraciones de la deuda corporativa emergente también parecen razonablemente elevadas en relación con sus medias históricas.
Volviendo al Banco de Japón, la entidad ha dado recientemente un giro a su política monetaria. Aunque la inflación llevaba varios años por encima del objetivo, el banco central había mantenido un tono moderado ante la debilidad del crecimiento económico. La entidad ha mostrado recientemente un cambio de tendencia y es probable que dicho cambio se deba a la presión política derivada de la debilidad de los tipos de cambio y la inflación importada.
En julio, el Banco de Japón anunció una ligera subida de tipos y también anunció un plan para reducir a la mitad el programa de compra de bonos para el primer trimestre de 2026. Kazuo Ueda, gobernador del banco central, subrayó que los tipos reales seguían siendo muy reducidos y que podrían ser necesarias nuevas subidas si la reflación continúa. El mercado reaccionó con preocupación: cayeron los rendimientos de la deuda pública y de renta variable, y los mercados de divisas comenzaron a descontar la liquidación de las operaciones de carry trade del yen japonés.
La normalización política del banco central viene impulsada por la persistencia de la inflación, que amenaza con reacelerarse ante la debilidad del yen y la escasa oferta interna. Al subir los tipos de interés de manera gradual, el Banco de Japón pretende controlar la depreciación del yen y la inflación importada, permitiendo así que el crecimiento del salario nominal alcance a la inflación y favoreciendo la demanda interna.
Tribuna de Flavio Carpenzano, investment director de renta fija de Capital Group
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