Las gestoras piden más incentivos para que despegue el tercer pilar del sistema de pensiones

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Tercer pilar del sistema de pensiones
Foto cedidaMesa de debate de pensiones, moderada por Elisa Rincón, directora general de Inverco, en el marco del XIV Encuentro Nacional de la Inversión Colectiva.

La situación del sistema de pensiones español fue el tema principal de una de las mesas redondas del XIV Encuentro Nacional de la Inversión Colectiva, organizado por APD, Deloitte e Inverco. Eso sí, las pensiones también tuvieron protagonismo en los discursos institucionales del arranque del evento. En este sentido, Alberto Torija, socio responsable del Área de Investment Management en Deloitte, afirmó que en pensiones “tenemos los tres pilares, el segundo y tercero plenamente desarrollados, y todos son fundamentales y complementarios”, pero también puntualizó que “necesitamos que todos ellos se desarrollen adecuadamente” y que para ello, se pongan en marcha “los incentivos necesarios”.

Por su parte, Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, recordó que varios informes ponen de manifiesto la vulnerabilidad para afrontar los retos que las pensiones tienen ante sí y citó el Ageing Report, “que dice que España necesitará 3,5 puntos adicionales del PIB para financiar prestaciones públicas en las próximas dos décadas, frente a solo 0,4 puntos de los países de UE”. En este punto, Martínez-Aldama sentenció que estamos ante “un cuello de botella a resolver”. Para conseguirlo, el presidente de Inverco aseguró que es necesario fortalecer el sistema de tres pilares de pensiones, “algo que está haciendo muy bien la autoridad europea EIOPA: no podemos confiar el reto demográfico y la longevidad a un solo pilar y tenemos que desarrollar el segundo y tercer pilar”. Respecto a este último, lamentó que esté “parcialmente desmontado”, mientras que sobre el segundo, apuntó que  “no termina de arrancar: ha recuperado algunos incentivos y estímulo fiscal pero son necesarios otros estímulos”.

Para Petra Hielkema, presidenta de EIOPA -Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación- “existe un gap en pensiones en Europa y superarlo es la prioridad de EIOPA”. En este punto, recordó que actualmente “hay tres trabajadores por cada jubilado, pero en 30 años serán 1,5”. Hielkema afirmó que “si miramos los sistemas de éxito de jubilación, los países nórdicos están arriba: tienen tres pilares” y citó ventajas de los países con tres pilares: “Poseen buenos datos sobre jubilación: la contribución al PIB de la silver economy es mayor en países con los tres pilares; el gasto de los jóvenes también es mayor por la confianza en el sistema de jubilación; la educación financiera es parte de la cultura y mejora cuando tienes todo el conjunto del sistema”.

Recomponer el segundo y el tercer pilar

En la mesa redonda sobre pensiones, seis gestoras ofrecieron su análisis sobre los tres años desde la reforma de las pensiones, con la ya conocida rebaja a los límites de aportaciones a 1.500 euros: la conclusión principal fue que son necesarios nuevos cambios de manera rápida para recomponer el segundo y el tercer pilar. 

José Manuel Jiménez Rodríguez, director de Desarrollo de Negocio de Santalucía Servicios Compartidos, explicó que las aportaciones decrecientes se han producido estos últimos años “con el mismo tope de aportaciones”, por lo que le da la impresión de que el sector está “estigmatizado, con un ruido mediático negativo”, además de que “el tercer pilar está de alguna forma paralizado”. En este punto, es partidario de fijar un objetivo claro de complementariedad de los planes de pensiones: “Trabajar en una complementariedad del 20% se puede conseguir con unas aportaciones del 6% durante 37 años. Ese objetivo debemos tenerlo claro. Crecemos en partícipes, pero debemos tener un objetivo para que las pensiones complementarias sean dignas, pero, sobre todo, sean realmente complementarias a la Seguridad Social”, apuntó. 

Para David Angulo, presidente de Dunas Capital, los efectos de la reforma del sistema de pensiones han sido un “desastre”. Y dio datos para refrendar su afirmación: las deducciones se redujeron un 85% y las aportaciones se han reducido de forma similar en el último año. Pero las aportaciones a los planes de empleo se han reducido un 50%. Así “si el objetivo que se buscaba era que se produjera un crecimiento importante en el pilar 3, se ha conseguido exactamente lo contrario”. Tras recordar que se ha apostado por el pilar 1, “que tiene problemas estructurales”, afirmó que “la realidad es que no está funcionando” y que “no es sostenible”, para concluir que el panorama es “complicado”. 

Por su parte, Juan José Cotorruelo, director de Vida y Pensiones de Caser, sí valoró puntos positivos en la parte de autónomos, y, aunque reconoció que “las negociaciones llevan su tiempo”, sí cree que “hay recorrido”. Eso sí, lamentó que el timing ha sido “desubicado”, así como las diferencias territoriales: “Yo soy vasco y puedo hacer aportaciones a la PSPV por 5.000 euros, pero si resido en Galicia o Madrid tengo que limitarme a 1.500 euros”.

Gonzalo Recarte, director general de Cobas Asset Management, también ve aspectos esperanzadores en los planes de autónomos, pues cree que este segmento “tiende a ser super positivo”, con 20.000 millones potenciales. También destacó que es “un colectivo en el que históricamente el ahorro provisional ha hecho mucho hincapié: hubo un momento en España en el que un 40% de los autónomos contaba con un plan de pensiones individual”, por lo que quiere “ver el vaso medio lleno”.

Recarte, además, admitió que en Cobas están cambiando el foco: teniendo en cuenta que la parte funcional, “que es las desgravaciones, se la han cargado”, han virado hacia el componente “emocional y social”, que están potenciando. Como riesgo, está el nuevo sistema de cotizaciones para los autónomos, que se implanta ahora en 2025. “Entiendo que no va a impactar, pero la renta disponible se va a ver afectada”, aseguró.

Evaluaciones de la reforma

También hubo opiniones sobre la evaluación que tendrá que realizar la AIReF de esta reforma. Las gestoras apuntaron medidas para mejorar el sistema de pensiones. Así, Javier Escribano, director general de March AM, cree que es necesaria una reforma “sí o sí” y para llevarlas a cabo pone de base las 15 medidas de Inverco, que califica de “interesantes”. Así, propone, en primer lugar, “la promoción institucional, que enlaza con la educación financiera, porque hay un déficit cultural importante y no se está generando la preocupación que tenemos desde la industria”. Segundo, incluir en el Estatuto de los Trabajadores la necesidad de negociación. Y, en tercer lugar, “algo tan sencillo como el envío de las estimaciones de cobro de pensiones”. 

Para Enrique Sánchez del Villar, presidente de Renta 4 Gestora, la última reforma “es ambiciosa”, lo que supone “una buena noticia”, y aseguró que “tendremos una buena oportunidad cuando la AIReF la revise”. De hecho, consideró como “una buena noticia” que cada tres años se revise para incluir nuevas medidas de corrección. Sin embargo, admitió que la industria, con esta reforma, afronta “una carrera de largo plazo” y recordó que “los inicios siempre son complicados”.

Eso sí, lamentó que “los planes individuales se descuelguen completamente” en el actual sistema de pensiones, “justo cuando se está buscando una transición con una mayor cobertura con ese tercer pilar”, lo cual consideró “arriesgado”. Escribano citó dos tipos de incentivos. Uno de ellos buscaría un impulso rápido, de tal manera “que no se prolongue el periodo transitorio” y para ello sería necesario “no dejar descolgado el sistema individual” e implantar, por tanto, “límites de aportación que permitan que no se esté desaguando”. También tendría un impacto inmediato “la posibilidad de abrir un plan de empleo individual para después hacer el traspaso a un plan de empleo manteniendo las condiciones”.  

Otras medidas permanentes, según Escribano, sería incorporar otros colectivos a este ahorro a largo plazo, como los jóvenes o las personas con menos rentas “aplicando multiplicadores”, entre otras propuestas. 

Recarte también quiso dar algunas recetas, entre ellas, le parece “fundamental” que haya una campaña institucional, “sobre todo, de concienciación desde el sector, el gobierno, etcétera”. También propone la “obligatoriedad de ofrecer”. Aquí, explica que “a veces asistimos a empresas que hacen un plan de aportaciones a directivos, y están obligados a ofrecerlo a todos los empleados. Si las empresas están obligadas a tener proveedores y que los trabajadores elijan, creo que sería fácil que los empleados aporten” a planes de pensiones.

Rentabilidades y deseado trasvase a renta variable

En la mesa redonda hubo un buen tono con respecto a las rentabilidades obtenidas en los planes de pensiones este año. Recarte señaló que no existe un sector que tenga que estar más orientada a la renta variable que los planes de pensiones. Aquí estamos un paso por detrás de otros países anglosajones, en los que el volumen de activos bajo gestión en los tres pilares son mayores en renta variable. Las cifras son claras: en España la renta variable, incluyendo los fondos mixtos, debe rondar el 35%-40% cuando en Estados Unidos alcanza el 65%-70% y en Reino Unido 50%-55%. “Se ha avanzado, pero daríamos un paso muy grande si se hace ese trasvase hacia la renta variable”, concluyó.

Sánchez del Villar admite que las rentabilidades han sido buenas, pero también, que “hay que mirar al largo plazo” e insistió en que nos encontramos “en una situación más normalizada”. Aquí, se refirió como “situación perversa” la etapa de tipos de interés negativos por la “imposibilidad de tomar decisiones de inversión”. También señaló “la fuerte dispersión de rentabilidad que hay en los fondos”. También observa que se cumple el trasvase de ciclo de vida, ya que el 75% de los beneficiarios está en fondos conservadores, “lo que es relevante a la hora de analizar las rentabilidades”.

Mientras, Jiménez Rodríguez apuntó que para batir la barrera que supone el alto porcentaje de inversión en productos de renta fija “son buenos los ciclos de vida” ya que el partícipe “deja que el profesional maneje la renta variable sin que aparezca como tal, es un miedo que se quita”.

Bancos centrales y mercados, crecimiento e inflación: dos parejas de baile que no siempre siguen la misma canción

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Crecimiento e inflación en los mercados
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Por cuarta vez, el Banco de Canadá anunció ayer un recorte de medio punto en los tipos de interés, situándolos en el 3,75%. Según explicó en su comunicado, esta decisión “apoya el crecimiento económico y mantiene la inflación cerca de la media del rango del 1%-3 %”. Puede que Canadá suene un poco lejos para los inversores europeos, latinoamericanos y estadounidenses, pero la decisión de la autoridad monetaria canadiense es relevante porque se suma a la publicación de los PIMs y a los resultados empresariales, generando un cóctel que ha de reevaluar la necesidad de acelerar el actual recorte de tipos. 

Los mensajes de los bancos centrales

“Se está volviendo a estimar qué van a hacer los bancos centrales y si es necesario que aceleren los recorte de tipos ante los datos que vamos viendo. A la espera de la publicación de los PMIs de Europa, el mercado reevalúa sus expectativas sobre la reunión del BCE de diciembre, valorando si la institución europea, o incluso la Fed, pueden realizar un mayor recorte”, señala Erick Muller, director de productos y estrategia de inversión de Muzinich & Co.

Los analistas de Banca March coinciden y explican que las dudas persisten en el mercado ante ciertas decepciones en la temporada de resultados y un Libro Beige de la Fed que sigue indicando una percepción relativamente mala de la economía. “Sorprende la disparidad entre el escenario falto de optimismo del Libro Beige de la Fed –basado en el sentimiento de las empresas– y la publicación de los últimos datos económicos –más asociados a la realidad–. El documento, que sirve para proporcionar a los oficiales de la Fed una visión general de la economía antes de la reunión del 6-7 noviembre, recoge que 9 de los 12 distritos en los que hay sedes de la Fed han registrado una actividad económica plana o una modesta bajada desde septiembre. Esto contrasta con las recientes publicaciones nacionales sobre el crecimiento del empleo, los precios al consumidor y las ventas minoristas de septiembre. Asimismo, el Libro Beige presenta un empleo con un leve crecimiento y despidos limitados. En cuanto a la inflación, continúa moderándose, aunque con aumentos en los costes de los seguros y la salud”, explican. 

En la eurozona, ayer tuvieron lugar los discursos de Lagarde y el gobernador de Portugal. “En primer lugar, la máxima líder del BCE anunció estar satisfecha con la contención de la inflación por debajo del objetivo del 2%. No obstante, advirtió que hay indicios que apuntan a que se volverá a situar por encima del 2% en los próximos meses. Por su parte, el gobernador de Portugal, uno de los defensores por una política más laxa, señaló que no hace falta limitar los movimientos sobre los tipos oficiales a solo un cuarto de punto, sugiriendo que deberían considerar bajadas de 50 puntos básicos”, añaden desde Banca March. 

Las preocupaciones del mercado

En opinión de Virginie Maisonneuve, directora global de Inversiones de Renta Variable de Allianz GI, aunque los mercados esperaban el reciente recorte de la Reserva Federal, el tamaño de la reducción (0,5 puntos porcentuales) sorprendió a algunos inversores. A pesar de esto, la reacción del mercado fue moderada y las acciones estadounidenses terminaron el día casi sin cambios. Normalmente, los recortes de tipos son positivos para las acciones porque reducen los costes de endeudamiento de las empresas y hacen que las acciones sean más atractivas. Sin embargo, en la economía global están pasando muchas más cosas. “Aunque la Reserva Federal ha dicho que lo peor de la lucha contra la inflación ya ha pasado, sigue habiendo mucha incertidumbre sobre cómo evolucionarán el crecimiento y la inflación en los próximos meses”, reconoce la experta. 

Aunque desde Allianz GI mantienen unas perspectivas positivas, Maisonneuve afirma que los próximos meses serán cruciales para determinar si el fantasma del retorno de la inflación se ha gestionado con éxito y se ha logrado una senda constructiva. “Mucho dependerá del resultado de las elecciones de noviembre en EE.UU. Aunque el resultado más probable es un gobierno dividido y, por tanto, cierta continuidad política, no se puede descartar una victoria clara de un partido en el Congreso y la Casa Blanca”, comenta. 

Ahora bien, ¿hacia dónde va la inflación? Según la experta de Allianz GI, aunque la bajada de tipos ha sido bien recibida, hay otros factores que siguen preocupando a los inversores. “Los recortes de tipos no ocurren de forma aislada, y las reacciones del mercado dependen de muchos factores. La preocupación de que el dinero barato indique el miedo de los bancos centrales a una economía débil, parece infundada en este caso. Aunque la economía estadounidense se está desacelerando, no parece estar entrando en recesión y los beneficios empresariales deberían ser mejores que en ciclos anteriores de recortes de tipos”, señalan. 

En su opinión, otros factores también están frenando los mercados de acciones tras la reciente bajada de tipos. “El principal es la incertidumbre política, tanto a nivel nacional como internacional. En EE.UU., estamos en una fase avanzada del ciclo electoral, con los resultados de las elecciones presidenciales y del Congreso aún inciertos a pocas semanas de los comicios”, matiza y añade: “El desafío de estas incertidumbres políticas es la vuelta a un entorno inflacionista, especialmente si Trump impone nuevos aranceles. Es probable que el crecimiento se mantenga moderado durante algún tiempo, y existe el riesgo de que la inflación no siga una senda similar. La divergencia en el crecimiento entre regiones también podría tener repercusiones imprevistas en las divisas. El peor escenario sería una estanflación, con un crecimiento incapaz de seguir el ritmo de la subida de precios”. 

Economía estadounidense

Según el análisis que hace Jared Franz, economista en Capital Group, la economía estadounidense parece estar sufriendo el fenómeno de Benjamin Button. “En lugar de seguir el ciclo económico típico de cuatro fases (fase inicial, intermedia, final y recesión) que veníamos observando desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la economía parece estar pasando de una fase final del ciclo -caracterizada por el endurecimiento de la política monetaria y el aumento de las presiones de costes- a una intermedia, en la que los beneficios empresariales tienden a situarse en su nivel máximo, la demanda de crédito aumenta y la política monetaria suele ser neutral. La fase siguiente debería ser la de recesión, pero, en mi opinión, hemos logrado evitar esa parte del ciclo económico y hemos retrocedido en el tiempo hacia una situación más favorable”, explica Franz. 

¿Cómo ha ocurrido? “Pues es un misterio, igual que en la película”, reconoce Franz. Pero apunta que la economía Benjamin Button podría haber sido el resultado de las disfunciones que se registraron en el mercado laboral estadounidense tras la pandemia, que apuntaban a unas condiciones propias de la fase final del ciclo. También afirma que otros indicadores económicos señalan que nos encontramos en una fase intermedia.

“Si es cierto que nos encontramos en la fase intermedia del ciclo económico estadounidense, podríamos estar dirigiéndonos hacia un periodo de expansión que podría prolongarse durante varios años y que no nos llevaría a una recesión hasta 2028. En el pasado, este tipo de entorno económico ha generado una rentabilidad de los mercados de renta variable en torno al 14% anual y ha ofrecido unas condiciones favorables a la renta fija”, concluye.

“¡Es el consumidor, estúpido!”

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El consumidor en el mercado actual

Pocas citas están más consagradas en el folclore electoral estadounidense que el “es la economía, estúpido”, de James Carville. Como estratega en la campaña presidencial de Bill Clinton en 1992, Carville exhortaba a sus compatriotas demócratas a concentrarse sin tregua en la recesión que había estallado bajo el mandato del entonces presidente republicano George H.W. Bush. Su consejo surtió efecto, y Clinton ganó cómodamente las elecciones.

Carville sabía que la percepción de la economía a ojos de los votantes era muy a menudo el tema en torno al cual giraban los comicios presidenciales. Tres décadas más tarde, las cosas siguen básicamente igual: las elecciones de noviembre se están perfilando en gran medida como un referéndum sobre la gestión económica de la actual administración.

Esta vez, no obstante, el tema de la competencia económica no se está analizando en base a indicadores amplios de vigor económico como el PIB, sino a través de la lente del consumidor. Ambos candidatos han colocado esta cuestión en el centro de sus campañas, Kamala Harris prometiendo abordar la “especulación de precios”, y Donald Trump comprometiéndose a poner fin a la “pesadilla” de inflación en el país. Aunque las soluciones que proponen son distintas, Harris y Trump comparten la creencia de que el consumidor estadounidense pasa por tiempos difíciles.

La visión sobre el terreno 

Pero, ¿cómo contrasta la realidad frente a la retórica política? El reciente flujo de noticias ha ofrecido señales contradictorias. Los mensajes de cautela de varias cadenas omnipresentes en las calles estadounidenses han dado paso a un informe sólido de ventas minoristas y a buenas cifras de Walmart, el barómetro del sector. Esto tranquilizó a unos inversores con los nervios a flor de piel.

Pese a la bienvenida con la que se recibieron estos datos, no obstante, las dudas en torno a la salud del consumidor estadounidense no han desaparecido: existen señales claras de que la gente se está volviendo más selectiva a la hora de gastar dinero. Esto no sorprende tras un periodo sostenido de tipos de interés e inflación elevados, pero lo que no está tan claro es en qué medida tiene lugar y si ello augura un deterioro más fundamental de la demanda.

¿Qué nos cuentan las empresas? 

En los últimos meses y semanas, los equipos directivos de múltiples empresas han compartido con nosotros un abanico de perspectivas, algunas notablemente más cautas que otras. En general, no obstante, lo que hemos escuchado nos ha tranquilizado. Algunas de ellas, como TJX Companies y Costco, han visto pocas señales de fatiga del consumidor por ahora, mientras que otras están experimentando cierta ralentización. En varios casos, creemos que esto representa un enfriamiento de unas tasas de crecimiento pospandemia probablemente insostenibles a largo plazo.

Un buen ejemplo es O’Reilly Automotive, uno de los mayores minoristas especializados en componentes y equipamiento para automoción de Estados Unidos, que vende tanto a particulares como a instaladores profesionales. Cuando hablamos con la empresa en junio, su equipo directivo llamó a la cautela en torno a la actividad de consumo, destacando el efecto de la inflación sobre los clientes de rentas bajas (un comentario frecuente en nuestras conversaciones recientes con empresas). Esto se vio reflejado en resultados peores de lo esperado en el segundo trimestre y en la revisión a la baja de las previsiones para la totalidad del ejercicio.

Desde una perspectiva más a largo plazo, sin embargo, lo que estamos viendo es un retorno de las ventas a la normalidad tras cuatro años de crecimiento superior a la tendencia. Durante la pandemia, O’Reilly aprovechó su impresionante red de distribución y sus capacidades de gestión de existencias para capturar negocio de operadores menos sofisticados y elevar de esta manera su cuota de mercado. Además, la compañía supo impulsar su rentabilidad gracias a su capacidad para repercutir los mayores niveles de inflación de costes a sus clientes. A medida que estos vientos de popa han amainado, su crecimiento ha disminuido, como era de esperar. No obstante, la narrativa a largo plazo para la empresa sigue siendo sólida, basada en ventajas competitivas difíciles de reproducir.

Booking Holdings está experimentando un entorno similar de “normalización” inmediata. La agencia de viajes online publicó resultados impresionantes correspondientes al segundo trimestre, pero lo que llamó la atención de los inversores fue su previsión más prudente de cara al tercero. Su dirección atribuyó gran parte de ello a una ventana de contratación más corta (el intervalo de tiempo entre la reserva y el viaje) y los menores precios de los vuelos, mencionando asimismo indicios de que el consumidor estadounidense está bajando por el espectro de calidad en áreas como el alojamiento.

Si bien el mercado recibió negativamente esta previsión, vale la pena recordar que Booking fue una de las principales beneficiarias del “turismo de venganza”, el boom vacacional que tuvo lugar tras la relajación de las restricciones por COVID. Incluso en 2022, cuando ciertas regiones todavía limitaban los viajes, la empresa registraba niveles récord de ingresos, superando cómodamente los previos a la pandemia. Este auge podría estar perdiendo fuelle, pero aún se trata de una empresa que prevé un crecimiento interanual de ingresos del 7% en 2024 .

De manera similar, LVMH está viendo moderarse su crecimiento de ventas tras una racha muy fuerte en los últimos años. En parte, esto obedece a una actitud más cauta del cliente “aspiracional” en Estados Unidos, definido por McKinsey como aquél que compra como mínimo un artículo de lujo al año y se gasta de 3000 a 10.000 dólares en moda cada año. En otras palabras, no el 1% más rico, sino el 10% siguiente. La dirección del grupo lo atribuye al impacto de la inflación y prevé que la demanda se recuperará, pero de manera gradual.

Está claro que los tipos de interés y la inflación acabarían afectando a las ventas de artículos de lujo tarde o temprano, al igual que el agotamiento del ahorro acumulado por los hogares durante la pandemia. Según estimaciones del Banco de la Reserva Federal de San Francisco, el saldo total de ahorro en Estados Unidos ha pasado de un punto álgido de 2,1 billones de dólares en agosto de 2021 a -72 millones en marzo de este año . ¡Esos cheques de estímulo no iban a durar para siempre!

No obstante, las compañías de lujo que están pasando más apuros son las situadas en tramos inferiores del espectro de exclusividad, con mucho menos caché que las casas prestigiosas bajo el paraguas LVMH. Cuando ese 10% tenga suficiente confianza como para reanudar su gasto en bienes de lujo, Louis Vuitton, Dior, Bulgari, Berluti, etc. deberían figurar entre las marcas por las que se decantan.

Concentración en el largo plazo 

La salud del consumidor ha sido un tema habitual en nuestras discusiones de análisis en los últimos meses, y a pesar de nuestro optimismo de cara al futuro, no destacamos una nueva moderación del gasto en el corto plazo. De materializarse tal escenario, los inversores deberían permanecer atentos a cualquier indicio de que el apretón del cinturón esté afectando de manera significativa a los fundamentales de las empresas. Probablemente, las mejor situadas para superar periodos de este tipo mostrarán características comunes:

  • Marcas sólidas.
  • Posiciones de liderazgo en sus respectivas áreas de actividad.
  • Productos y servicios genuinamente diferenciados.

Aunque los ciclos y obstáculos a corto son inevitables, estos atributos deberían potenciar su capacidad para navegar cualquier periodo complicado y aportar rentabilidad a largo plazo.

A este último respecto, cedemos la palabra al consejero delegado de Booking Holdings Glenn Fogel, cuyos comentarios en una reunión reciente expresaron muy bien nuestra firme creencia en ver más allá del ruido y permanecer concentrados en el largo plazo: “Seremos testigos de volatilidad, de variaciones… de acontecimientos macro capaces de influir sobre un trimestre, una semana o un día. Pero a largo plazo, seguiremos desarrollando lo que llevamos mucho tiempo tratando de desarrollar, que es un mejor servicio”.

Más información en BNY Investments.

Columna de Ashley-Jane Kyle, gestora en Walter Scott

Oportunidades tras picos de volatilidad a corto plazo

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Oportunidades tras picos de volatilidad
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El Sr. y la Sra. Riesgo realizaron una visita sorpresa al mercado de renta variable japonesa durante el tercer trimestre, y por lo que parece estaban de mal humor. El resultado fue uno de los mayores retrocesos de tres días de su historia. La bolsa nipona mostró una volatilidad excepcional durante el periodo. De hecho, este breve pico de volatilidad tan solo ha sido superado por otros dos episodios en los últimos 50 años: el desplome bursátil de 1987 y la quiebra de Lehman Brothers en 2008.

 

Los retrocesos bursátiles de tal magnitud suelen guardar relación con acontecimientos económicos inesperados y significativos, como por ejemplo la quiebra de Lehman Brothers, el terremoto y tsunami de Japón de 2011 o la crisis de la COVID-19. En este caso, en lugar de un iceberg económico, parece ser que asistimos al “efecto mariposa” de correlaciones complicadas y globales entre activos; más 1987 que 2008.

El 31 de julio de 2024, el Banco de Japón (BdJ) elevó su tipo de intervención al 0,25%. Habiendo advertido de manera consistente sobre la posibilidad de mayores tipos de interés desde diciembre de 2022, esto no debería haber sido una gran sorpresa. Al mismo tiempo, pese al hecho de que la Reserva Federal no dijo nada, los datos económicos publicados en Estados Unidos llevaron al mercado a anticipar un giro expansivo en la política monetaria de la Fed. La confluencia de estos dos desarrollos reverberó en los mercados de divisas, y el yen, finalmente, comenzó a apreciarse. Mientras esto ocurría, la volatilidad se contagió rápida y agresivamente a otras áreas, empezando aparentemente por la renta variable: las acciones niponas sufrieron un desplome de dos días.

Este episodio se corrigió casi con igual rapidez: en un plazo de algo más de una semana, la bolsa japonesa se había resarcido de estas pérdidas repentinas, al menos en términos de dólar.

¿Qué podemos descifrar de estos movimientos?

¿Hubo una señal, o fueron todo interferencias? A nivel fundamental, con la excepción de que el mercado estadounidense de renta fija apuntó a una ralentización del crecimiento en el país, la violenta evolución de las cotizaciones pareció decirnos más sobre el posicionamiento en los mercados financieros que sobre un giro súbito y significativo en la realidad económica fundamental.

Como suele ocurrir durante tales picos de volatilidad, las correlaciones durante la fase a la baja y la recuperación tienden a ser muy elevadas. Así, la oportunidad para el inversor consiste en encontrar situaciones en que «se está tirando la fruta fresca con la podrida», o en añadir beta a la cartera. En nuestro caso, hicimos ambas cosas: ampliamos posiciones en acciones cuya venta nos parecía ilógica y motivada únicamente por contagio, y nos alejamos moderadamente de valores defensivos a favor de otros que, en nuestra opinión, estaban siendo vendidos de manera indiscriminada.

No obstante, las repercusiones durante el trimestre no fueron todas de origen macroeconómico. A nivel de empresas específicas, el periodo fue escenario del mayor intento de OPA extranjera por una compañía japonesa: la canadiense Alimentation Couche-Tard anunció una oferta de casi 60.000 millones de dólares estadounidenses (en base a valor de empresa) por Seven & I Holdings, la operadora de la cadena de tiendas multiservicio 7-Eleven.

Aunque todavía necesita mejorar, el régimen de gobierno corporativo nipón ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años. El mejor marco institucional y jurídico en torno al comportamiento de las compañías japonesas ha rebajado claramente las barreras para la actividad de fusiones y adquisiciones por parte de grupos extranjeros. Hoy en día, muchas empresas del país asiático con negocios relevantes a nivel global, valoraciones moderadas y estructuras de gobierno corporativo aceptables prestarán una gran atención al caso de Seven & I.

En Occidente, y especialmente en Estados Unidos, la actividad societaria se considera como el árbitro supremo del valor bursátil de una empresa: si algo es demasiado barato respecto a su valor en el mercado privado, acaba siendo comprado. Este no ha sido el caso en Japón, donde históricamente no ha existido un mercado para el control corporativo. Todos estamos familiarizados con las «trampas de valoración» niponas, pero esto está cambiando. La reforma corporativa en Japón ya ha dado pie a varios años con niveles récord de actividad de fusiones y adquisiciones (si bien partiendo de una base de actividad limitada), y esto ha mejorado el mecanismo de asignación de precios del mercado. No obstante, el boom de la actividad societaria ha sido eminentemente doméstico: la pieza que faltaba eran los adquirentes extranjeros. Así, la OPA de Couche-Tard abre un nuevo capítulo.

Hemos sido testigos de sorpresas a nivel macro y microeconómico, y de volatilidad en el tercer trimestre. Con la elección inesperada del antiguo ministro de defensa y de agricultura, Shigeru Ishiba, como próximo primer ministro del país, esta tendencia de volatilidad podría continuar. En este contexto, seguimos preparados para sacar partido a cualquier altibajo que coloque a las valoraciones muy por debajo de lo que justifica su panorama a largo plazo.

 

 

Tribuna de Carl Vine, codirector de renta variable del Pacífico asiático en M&G Investments. 

«Volagilidad»: inversión ágil en tiempos volátiles

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Volatilidad e inversión ágil
Pixabay CC0 Public DomainAutor: Paul Brennan from Pixabay

En el tercer trimestre de 2024 recibimos un recordatorio de que nada debería darse por sentado en los mercados: deterioro de los datos de actividad y de empleo en Estados Unidos durante el verano, dos intentos de asesinato de un candidato presidencial, un cambio de última hora de candidato del Partido Demócrata, una subida del tipo de intervención de 25 puntos básicos (pb) por parte del Banco de Japón (BdJ) que señaló claramente un cambio de rumbo desde su postura ultra expansiva, y recortes de tipos de los tres principales bancos centrales del universo desarrollado, incluido uno muy discutido de 50 pb de la Fed. Para cerrar el trimestre, China sorprendió con un conjunto de medidas de estímulo coordinadas que recordaron al compromiso de «lo que haga falta» pronunciado por Mario Draghi durante la eurocrisis de 2012 cuando presidía el Banco Central Europeo.

Pueden extraerse lecciones de lo acontecido. La primera es apreciar que, aunque la historia puede rimar, no necesariamente se repite con las mismas condiciones.

La segunda lección es que siempre deberíamos invertir sabiendo que no estamos en posesión de la verdad absoluta, y que tarde o temprano nos veremos sorprendidos por los acontecimientos o por la respuesta del mercado a los mismos.

En la recta final del año cabe esperar un descenso de las TIR, como mínimo en Estados Unidos, la Europa continental y posiblemente el Reino Unido, pero las expectativas contrarias sobre presiones inflacionarias, política fiscal y la salud de la economía global podrían dificultar el camino. Pero sobre todo, los giros en las expectativas de recortes de tipos añadirán seguramente mucha más volatilidad intermitente a la renta fija que a la renta variable. Por este motivo, en nuestras carteras multiactivos hemos adoptado una postura más neutra en deuda respecto a las acciones de cara al resto del año.

En renta fija, hemos reducido un tanto la posición en treasuries estadounidenses y ampliado las de crédito y gilts británicos. También nos siguen gustando los bonos sudafricanos, que han mostrado una buena evolución pero todavía presentan recorrido al alza de la mano de recortes del precio del dinero. Hemos mantenido la exposición al extremo largo de la curva de tipos de los bonos soberanos de Estados Unidos, que fue escenario de caídas de cotización tras anunciarse el recorte de la Fed. El actual entorno de mercado es favorable para la asignación táctica de activos, respondiendo a altibajos del mercado a corto plazo en base a expectativas excesivas en una u otra dirección.

Un mercado en el que las condiciones macroeconómicas permanecen sólidas y el precio del dinero disminuye respaldaría a la renta variable.

Es cierto que ciertas áreas ya han comenzado a repuntar de manera significativa (el suministro público es un ejemplo), pero todavía existen oportunidades en áreas olvidadas, como las renovables.

Otra área a destacar es el sector industrial. A comienzos del cuarto trimestre, creemos que no tardaremos en dejar atrás la reducción de existencias, tal como sugieren muchas de nuestras reuniones con proveedores de equipamiento de automatización y fabricantes de camiones a nivel global. Pase lo que pase con la demanda subyacente a partir de ahora, la situación no se verá exacerbada por la reducción de stocks, y vemos oportunidades en muchas acciones castigadas con ciclos más cortos.

Las acciones tecnológicas y de inteligencia artificial (IA) merecen asimismo mencionarse. Está claro que no todas las acciones tecnológicas son iguales, pero las tendencias de crecimiento y rentabilidad siguen siendo duraderas para los exponentes del sector.

Aunque la dispersión de las valoraciones en la bolsa estadounidense es tal que todavía podemos encontrar oportunidades domésticas atractivas, a nivel regional vemos empresas con valoraciones más razonables en otros mercados, como por ejemplo el Reino Unido, Japón y Brasil.

Tampoco hay que olvidar a China tras una racha tan sólida. Este mercado se ha disparado gracias al estímulo coordinado de las autoridades del país. Más de cara al futuro, no obstante, la renta variable china todavía cotiza en valoraciones inferiores a su media a largo plazo, y sobre todo, seguimos encontrando acciones baratas de empresas que generan altos niveles de liquidez.

Es probable que la volatilidad de mercado persista debido a las próximas elecciones estadounidenses y a la intensificación del conflicto en Oriente Próximo. La imposición de mayores aranceles a la importación en Estados Unidos y cuellos de botella en el suministro de petróleo de ámbito geopolítico podrían repercutir en las cifras de inflación futuras, y con ello quizá no dar marcha atrás, pero como mínimo sí retrasar los calendarios de recortes de tipos de los bancos centrales. Los datos de actividad y empleo en Estados Unidos han comenzado a deteriorarse, pero no de manera lineal: las cifras más recientes han mejorado. De momento, una recesión no se perfila como un desarrollo inminente. No obstante, hemos aprendido que los datos de trabajo pueden cambiar con gran rapidez, y habiendo comenzado con un recorte de tipos de 50 pb, la Fed debe haber divisado riesgos en el horizonte.

 

 

Tribuna de Fabiana Fedeli, CIO de renta variable, multiactivos y sostenibilidad

Ardian y Rockfield lanzan una plataforma paneuropea de inversión en residencias de estudiantes con 500 millones de euros

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Ardian y Rockfield en residencias estudiantiles
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Ardian y Rockfield iniciarán una asociación estratégica para invertir en el sector de las residencias de estudiantes (Purpose-Built Student Accomodation, por sus denominación en inglés) en los mercados de Europa continental. Según explican, la estrategia Indirect Real Estate Strategies de CBRE Investment Management se ha comprometido a aportar 500 millones de euros de capital inicial, en nombre de importantes inversores institucionales.

La plataforma se centrará en mercados europeos clave en los que hay alta demanda y escasez de oferta de alojamiento para estudiantes, concretamente en Italia, Países Bajos, España, Portugal, Alemania y Francia. Se espera que las primeras inversiones se materialicen antes de final de año. “Juntas, buscan identificar los mejores activos de su categoría y que demuestren un sólido rendimiento medioambiental con el fin de abordar el desequilibrio entre la oferta y la demanda en el continente”, destacan. 

Por su parte, CBRE Investment Management, líder mundial en gestión de inversiones inmobiliarias, y a través de su estrategia Indirect Private Real Estate Strategy actuará como inversor fundador con un compromiso de capital inicial de 500 millones de euros en nombre de inversores institucionales mundiales.

Sobre la estrategia

La estrategia busca crear una cartera diversificada de activos PBSA de alta calidad y se centrará en aquellos mercados europeos en los que hay una alta demanda y escasez de oferta de viviendas para estudiantes, concretamente en Italia, Países Bajos, España, Portugal, Alemania y Francia. Según indican, se espera que los primeros acuerdos de inversión se cierren antes de final de año. Además, los principales polos educativos, caracterizados por una fuerte concentración de universidades, una población estudiantil en aumento y una oferta limitada de PBSA, serán primordiales para la estrategia.

Las adquisiciones se centrarán principalmente en inmuebles que produzcan rentas, así como en oportunidades selectivas de adquisición a plazo, con el fin de captar valor mediante el desarrollo de nuevas residencias de estudiantes de alta calidad.

La estrategia, que se enfocará en inmuebles core-plus, pretende crear valor mejorando el rendimiento operativo de sus activos, así como su potencial para contribuir a la iniciativa global de reducción de las emisiones de GEI de acuerdo con lo establecido en el Acuerdo de París.

Según Matteo Minardi, responsable del negocio inmobiliario en Italia y Managing Director de Ardian, “estamos encantados de asociarnos con Rockfield en esta emocionante iniciativa y orgullosos de la confianza y el firme apoyo de CBRE IM a la hora de aportar el capital semilla para la estrategia. Existe una oportunidad sin precedentes para invertir en el mercado europeo de PBSA, debido a la falta de liquidez y a la escasez estructural de oferta en las principales ciudades universitarias, combinada con una creciente demanda impulsada sobre todo por factores demográficos. Creemos que la experiencia conjunta de Ardian y Rockfield y su sólida alineación cultural nos sitúan en una posición inmejorable para abordar la creciente brecha entre la oferta y la demanda de activos de gran calidad de este tipo con un sólido rendimiento medioambiental y con potencial para más mejoras operativas”.

En este sentido, la estrategia aprovechará la trayectoria acumulada de los equipos inmobiliarios de Ardian, que cuentan con un gran conocimiento del mercado y sólidas redes de oficinas en cuatro mercados europeos. El equipo aportará su experiencia técnica y financiera en todas las fases del ciclo de inversión, desde el inicio de la operación y la due diligence hasta la ejecución y la gestión del activo. Ardian también aporta su experiencia en el ámbito de la sostenibilidad, con una metodología propia para medir y supervisar el rendimiento en cuanto a factores ESG y que ofrece resultados tangibles.

“La asociación estratégica con Ardian comienza probablemente con una de las mayores reservas de capital inicial disponible para invertir en alojamientos para estudiantes en todo el continente. Europa es un centro educativo mundial en expansión, en el que se prevé que aumente el número de estudiantes en un 10% para 2031. Con más de una década de experiencia invirtiendo en residencias de estudiantes en los mercados europeos, nuestros equipos de profesionales especializados en inversión internacional están bien posicionados para aprovechar las oportunidades únicas que se presentan ahora y que cumplen nuestros requisitos de riesgo-rentabilidad y sostenibilidad”, añade Juan Acosta, Partner y CIO de Rockfield.

Rockfield aporta un sólido historial de inversión en activos dedicados al alojamiento de estudiantes. En los últimos 10 años, la empresa ha desarrollado y gestionado 5.000 unidades en este sector y cuenta con una gran capacidad de búsqueda y un profundo conocimiento del mercado. El equipo de Rockfield trabajará junto a Ardian para identificar oportunidades de inversión y prestar servicios de asset y property management y promoción de activos.

Line Verroken, directora senior de CBRE IM Indirect Private Real Estate Strategies, concluyó: “El mercado de residencias para estudiantes en Europa continental presenta una oportunidad de crecimiento atractiva y resiliente, pero el panorama de inversión está fragmentado. Esta estrategia nos permite acceder estratégicamente al mercado a escala paneuropea, aprovechando la experiencia combinada de Ardian y Rockfield. Estamos encantados de asociarnos con ellos y esperamos inyectar capital en esta atractiva clase de activos”.

La sostenibilidad estará en el centro de la estrategia, y los activos deberán alcanzar un nivel de intensidad de gases de efecto invernadero en emisiones de Alcance 1 y 2 que se alinee con los objetivos del Acuerdo de París. El enfoque de sostenibilidad de la estrategia tratará de mejorar el rendimiento medioambiental de los activos y la incorporación del consumo de energías renovables.

AI: el amplio alcance de una tecnología revolucionaria

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Una razón fundamental del entusiasmo de los inversores por la IA radica en la realidad económica y demográfica. Los dos principales motores del crecimiento del producto interior bruto (PIB) son el aumento de la población y el incremento de la productividad. El mundo envejece y necesita nuevas palancas de crecimiento. Esto es especialmente así para los países avanzados con economías orientadas a los servicios. En EE. UU., por ejemplo, se espera que el crecimiento de la población se ralentice del 0,6% anual al 0,2% en las próximas tres décadas, y la productividad ha permanecido estancada por debajo de su media a largo plazo desde la crisis financiera mundial. El resultado es que tanto la economía estadounidense como la mundial necesitan un catalizador para mantener el crecimiento del PIB ―y la riqueza nacional― a un nivel suficiente para hacer frente a las obligaciones de la sociedad.

La IA entra en escena. De forma similar a lo que ha hecho la automatización por la industria manufacturera en las últimas décadas, la IA está llamada a impulsar la productividad en el sector servicios. En lugar de considerar la disrupción provocada por la IA como una asesina de empleos ―un relato que acompaña a muchas innovaciones tecnológicas―, es más práctico verla como el tipo de potenciador de la productividad que crea más puestos de valor añadido. Los salarios más altos que exigen estos puestos contribuyen de forma fundamental al crecimiento de una economía.

A diferencia de otros avances tecnológicos recientes, la IA tiene el potencial de repercutir en todas las facetas de una empresa, desde las tareas principales (front office) hasta las administrativas (back office), e incluso el desarrollo de productos. Su alcance se dejará sentir en todos los sectores y se extenderá a la administración pública. La IA ya se está desplegando para mejorar la interfaz de funciones de atención al cliente históricamente difíciles. En el futuro, se espera que la IA aproveche grandes conjuntos de datos e información específica de los clientes para evaluar rápidamente cualquier problema y presentar soluciones viables. Estos avances podrían suponer un beneficio tanto para el cliente como para la empresa, lo que podría convertir un punto de contacto de los peores en una ventaja competitiva al anticipar y resolver rápidamente los problemas.

Además de abordar la retención de clientes, los modelos de IA pueden tener como objetivo aumentar los ingresos tratando de identificar nuevos clientes y expandiéndose a nuevos mercados. Un elemento central del actual modelo de negocio de búsqueda en Internet es la publicidad basada en algoritmos. En nuestra opinión, la IA tiene el potencial de impulsarlo. La capacidad de los modelos de IA para segmentar y perfilar más eficazmente a los clientes debería producir mejoras en la publicidad dirigida y personalizada. Esto a su vez debería aumentar las tasas de conversión y reducir los costes de adquisición.

Creemos que las funciones de middle y back-office presentan una gran oportunidad para que la IA aproveche al máximo la eficiencia en las organizaciones. Muchas de estas funciones son muy complejas y los errores pueden tener importantes repercusiones financieras o normativas. Otras tareas son rutinarias y podrían ser ejecutadas de forma más rápida y eficaz por un robot. Entre las funciones preparadas para ser mejoradas por la IA se incluyen la contabilidad, el cumplimiento legal y normativo y la codificación, un proceso especialmente importante para las empresas que dependen en gran medida del software.

Aunque oculta a la mayoría de los empleados y clientes, la ubicuidad del software diseñado para llevar a cabo una serie de funciones puede beneficiar enormemente a las organizaciones, pero también exponerlas a riesgos, un fenómeno que a menudo se pone de manifiesto en percances de gran repercusión. La IA no solo puede encargarse de los aspectos más mundanos de la escritura de código, sino también de probar, evaluar y depurar los problemas considerablemente más rápido que los humanos, lo que limita los riesgos que plantean los errores y reduce los costes asociados.

En todos los sectores, la IA se está utilizando para probar y perfeccionar los productos existentes, así como para identificar otros nuevos. Sin embargo, quizá ningún otro sector sienta más el impacto de la IA en lo que respecta al descubrimiento de productos que el sector salud.

Identificar nuevos compuestos farmacológicos y terapias para tratar enfermedades específicas es enormemente complejo. Y el descubrimiento es solo el primer paso de un proceso de ensayo muy regimentado que también implica pruebas de eficacia y seguridad. La IA tiene el potencial de establecer conexiones entre las enfermedades, las causas subyacentes y los tratamientos potenciales mucho más allá de lo que pueden hacer los seres humanos altamente cualificados.

Además del desarrollo y las pruebas de fármacos, la IA puede utilizarse para personalizar y supervisar los planes de tratamiento. Estas eficiencias deberían tener un impacto económico y social material al aumentar las tasas de éxito de los ensayos clínicos, reducir los costes y el tiempo de comercialización y, lo que es más importante, mejorar los resultados de los pacientes.

Pero no solo las empresas y las funciones empresariales se beneficiarán de las eficiencias de la IA; también se agilizarán muchas tareas cotidianas de los consumidores.

Las funciones de búsqueda en Internet habilitadas por la IA que están aumentando las tasas de conversión para los anunciantes también mejorarán la experiencia de los consumidores al realizar búsquedas, limitando las situaciones complicadas que suelen acompañar al proceso. Tras una serie de altibajos, los consumidores están integrando cada vez más los dispositivos y funciones asistidos por voz en sus rutinas diarias, lo que les permite realizar varias tareas a la vez y responder a consultas rápidas. Los dispositivos de voz son solo un aspecto de la adopción más generalizada de la asistencia a la productividad, que puede combinar la agenda de una persona con conjuntos de datos más amplios y optimizar su lista de «cosas por hacer». Creemos que esta funcionalidad no hará sino aumentar a medida que siga creciendo la huella de datos de nuestras vidas.

Aunque las eficiencias logradas por la IA repercutirán en toda la economía mundial, conseguir una exposición óptima de las inversiones a este poderoso tema no es sencillo. Dadas las múltiples formas en que las empresas pueden aprovechar la IA, la gama de resultados operativos ―y, en última instancia, de inversión― para una organización individual se ha ampliado. Algunas empresas tendrán estrategias de IA muy eficaces, mientras que otras las ejecutarán mal o desviarán sus prioridades, disminuyendo los posibles beneficios de lo que podría ser una fuerte inversión.

Aunque el tiempo dirá qué empresas acertaron, mientras tanto, los inversores afrontan un entorno en el que las valoraciones pueden parecer altas para las empresas, con precisión o no, asociadas con el tema de la IA. Aunque creemos que el potencial de un atractivo crecimiento compuesto de los beneficios justifica muchas de estas valoraciones, otras empresas se equivocarán y acabarán en el lado equivocado de la división de la IA.

 

 

Tribuna del gestor de carteras Denny Fish y el estratega de inversiones Michael McNurney, de Janus Henderson Investors. 

La IA y el amplio alcance de esta tecnología revolucionaria

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Una razón fundamental del entusiasmo de los inversores por la IA radica en la realidad económica y demográfica. Los dos principales motores del crecimiento del producto interior bruto (PIB) son el aumento de la población y el incremento de la productividad. El mundo envejece y necesita nuevas palancas de crecimiento. Esto es especialmente así para los países avanzados con economías orientadas a los servicios. En EE. UU., por ejemplo, se espera que el crecimiento de la población se ralentice del 0,6% anual al 0,2% en las próximas tres décadas, y la productividad ha permanecido estancada por debajo de su media a largo plazo desde la crisis financiera mundial. El resultado es que tanto la economía estadounidense como la mundial necesitan un catalizador para mantener el crecimiento del PIB ―y la riqueza nacional― a un nivel suficiente para hacer frente a las obligaciones de la sociedad.

La IA entra en escena. De forma similar a lo que ha hecho la automatización por la industria manufacturera en las últimas décadas, la IA está llamada a impulsar la productividad en el sector servicios. En lugar de considerar la disrupción provocada por la IA como una asesina de empleos ―un relato que acompaña a muchas innovaciones tecnológicas―, es más práctico verla como el tipo de potenciador de la productividad que crea más puestos de valor añadido. Los salarios más altos que exigen estos puestos contribuyen de forma fundamental al crecimiento de una economía.

A diferencia de otros avances tecnológicos recientes, la IA tiene el potencial de repercutir en todas las facetas de una empresa, desde las tareas principales (front office) hasta las administrativas (back office), e incluso el desarrollo de productos. Su alcance se dejará sentir en todos los sectores y se extenderá a la administración pública. La IA ya se está desplegando para mejorar la interfaz de funciones de atención al cliente históricamente difíciles. En el futuro, se espera que la IA aproveche grandes conjuntos de datos e información específica de los clientes para evaluar rápidamente cualquier problema y presentar soluciones viables. Estos avances podrían suponer un beneficio tanto para el cliente como para la empresa, lo que podría convertir un punto de contacto de los peores en una ventaja competitiva al anticipar y resolver rápidamente los problemas.

Además de abordar la retención de clientes, los modelos de IA pueden tener como objetivo aumentar los ingresos tratando de identificar nuevos clientes y expandiéndose a nuevos mercados. Un elemento central del actual modelo de negocio de búsqueda en Internet es la publicidad basada en algoritmos. En nuestra opinión, la IA tiene el potencial de impulsarlo. La capacidad de los modelos de IA para segmentar y perfilar más eficazmente a los clientes debería producir mejoras en la publicidad dirigida y personalizada. Esto a su vez debería aumentar las tasas de conversión y reducir los costes de adquisición.

Creemos que las funciones de middle y back-office presentan una gran oportunidad para que la IA aproveche al máximo la eficiencia en las organizaciones. Muchas de estas funciones son muy complejas y los errores pueden tener importantes repercusiones financieras o normativas. Otras tareas son rutinarias y podrían ser ejecutadas de forma más rápida y eficaz por un robot. Entre las funciones preparadas para ser mejoradas por la IA se incluyen la contabilidad, el cumplimiento legal y normativo y la codificación, un proceso especialmente importante para las empresas que dependen en gran medida del software.

Aunque oculta a la mayoría de los empleados y clientes, la ubicuidad del software diseñado para llevar a cabo una serie de funciones puede beneficiar enormemente a las organizaciones, pero también exponerlas a riesgos, un fenómeno que a menudo se pone de manifiesto en percances de gran repercusión. La IA no solo puede encargarse de los aspectos más mundanos de la escritura de código, sino también de probar, evaluar y depurar los problemas considerablemente más rápido que los humanos, lo que limita los riesgos que plantean los errores y reduce los costes asociados.

En todos los sectores, la IA se está utilizando para probar y perfeccionar los productos existentes, así como para identificar otros nuevos. Sin embargo, quizá ningún otro sector sienta más el impacto de la IA en lo que respecta al descubrimiento de productos que el sector salud.

Identificar nuevos compuestos farmacológicos y terapias para tratar enfermedades específicas es enormemente complejo. Y el descubrimiento es solo el primer paso de un proceso de ensayo muy regimentado que también implica pruebas de eficacia y seguridad. La IA tiene el potencial de establecer conexiones entre las enfermedades, las causas subyacentes y los tratamientos potenciales mucho más allá de lo que pueden hacer los seres humanos altamente cualificados.

Además del desarrollo y las pruebas de fármacos, la IA puede utilizarse para personalizar y supervisar los planes de tratamiento. Estas eficiencias deberían tener un impacto económico y social material al aumentar las tasas de éxito de los ensayos clínicos, reducir los costes y el tiempo de comercialización y, lo que es más importante, mejorar los resultados de los pacientes.

Pero no solo las empresas y las funciones empresariales se beneficiarán de las eficiencias de la IA; también se agilizarán muchas tareas cotidianas de los consumidores.

Las funciones de búsqueda en Internet habilitadas por la IA que están aumentando las tasas de conversión para los anunciantes también mejorarán la experiencia de los consumidores al realizar búsquedas, limitando las situaciones complicadas que suelen acompañar al proceso. Tras una serie de altibajos, los consumidores están integrando cada vez más los dispositivos y funciones asistidos por voz en sus rutinas diarias, lo que les permite realizar varias tareas a la vez y responder a consultas rápidas. Los dispositivos de voz son solo un aspecto de la adopción más generalizada de la asistencia a la productividad, que puede combinar la agenda de una persona con conjuntos de datos más amplios y optimizar su lista de «cosas por hacer». Creemos que esta funcionalidad no hará sino aumentar a medida que siga creciendo la huella de datos de nuestras vidas.

Aunque las eficiencias logradas por la IA repercutirán en toda la economía mundial, conseguir una exposición óptima de las inversiones a este poderoso tema no es sencillo. Dadas las múltiples formas en que las empresas pueden aprovechar la IA, la gama de resultados operativos ―y, en última instancia, de inversión― para una organización individual se ha ampliado. Algunas empresas tendrán estrategias de IA muy eficaces, mientras que otras las ejecutarán mal o desviarán sus prioridades, disminuyendo los posibles beneficios de lo que podría ser una fuerte inversión.

Aunque el tiempo dirá qué empresas acertaron, mientras tanto, los inversores afrontan un entorno en el que las valoraciones pueden parecer altas para las empresas, con precisión o no, asociadas con el tema de la IA. Aunque creemos que el potencial de un atractivo crecimiento compuesto de los beneficios justifica muchas de estas valoraciones, otras empresas se equivocarán y acabarán en el lado equivocado de la división de la IA.

 

 

Tribuna del gestor de carteras Denny Fish y el estratega de inversiones Michael McNurney, de Janus Henderson Investors. 

IA: el amplio alcance de una tecnología revolucionaria

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Una razón fundamental del entusiasmo de los inversores por la IA radica en la realidad económica y demográfica. Los dos principales motores del crecimiento del producto interior bruto (PIB) son el aumento de la población y el incremento de la productividad. El mundo envejece y necesita nuevas palancas de crecimiento. Esto es especialmente así para los países avanzados con economías orientadas a los servicios. En EE. UU., por ejemplo, se espera que el crecimiento de la población se ralentice del 0,6% anual al 0,2% en las próximas tres décadas, y la productividad ha permanecido estancada por debajo de su media a largo plazo desde la crisis financiera mundial. El resultado es que tanto la economía estadounidense como la mundial necesitan un catalizador para mantener el crecimiento del PIB ―y la riqueza nacional― a un nivel suficiente para hacer frente a las obligaciones de la sociedad.

La IA entra en escena. De forma similar a lo que ha hecho la automatización por la industria manufacturera en las últimas décadas, la IA está llamada a impulsar la productividad en el sector servicios. En lugar de considerar la disrupción provocada por la IA como una asesina de empleos ―un relato que acompaña a muchas innovaciones tecnológicas―, es más práctico verla como el tipo de potenciador de la productividad que crea más puestos de valor añadido. Los salarios más altos que exigen estos puestos contribuyen de forma fundamental al crecimiento de una economía.

A diferencia de otros avances tecnológicos recientes, la IA tiene el potencial de repercutir en todas las facetas de una empresa, desde las tareas principales (front office) hasta las administrativas (back office), e incluso el desarrollo de productos. Su alcance se dejará sentir en todos los sectores y se extenderá a la administración pública. La IA ya se está desplegando para mejorar la interfaz de funciones de atención al cliente históricamente difíciles. En el futuro, se espera que la IA aproveche grandes conjuntos de datos e información específica de los clientes para evaluar rápidamente cualquier problema y presentar soluciones viables. Estos avances podrían suponer un beneficio tanto para el cliente como para la empresa, lo que podría convertir un punto de contacto de los peores en una ventaja competitiva al anticipar y resolver rápidamente los problemas.

Además de abordar la retención de clientes, los modelos de IA pueden tener como objetivo aumentar los ingresos tratando de identificar nuevos clientes y expandiéndose a nuevos mercados. Un elemento central del actual modelo de negocio de búsqueda en Internet es la publicidad basada en algoritmos. En nuestra opinión, la IA tiene el potencial de impulsarlo. La capacidad de los modelos de IA para segmentar y perfilar más eficazmente a los clientes debería producir mejoras en la publicidad dirigida y personalizada. Esto a su vez debería aumentar las tasas de conversión y reducir los costes de adquisición.

Creemos que las funciones de middle y back-office presentan una gran oportunidad para que la IA aproveche al máximo la eficiencia en las organizaciones. Muchas de estas funciones son muy complejas y los errores pueden tener importantes repercusiones financieras o normativas. Otras tareas son rutinarias y podrían ser ejecutadas de forma más rápida y eficaz por un robot. Entre las funciones preparadas para ser mejoradas por la IA se incluyen la contabilidad, el cumplimiento legal y normativo y la codificación, un proceso especialmente importante para las empresas que dependen en gran medida del software.

Aunque oculta a la mayoría de los empleados y clientes, la ubicuidad del software diseñado para llevar a cabo una serie de funciones puede beneficiar enormemente a las organizaciones, pero también exponerlas a riesgos, un fenómeno que a menudo se pone de manifiesto en percances de gran repercusión. La IA no solo puede encargarse de los aspectos más mundanos de la escritura de código, sino también de probar, evaluar y depurar los problemas considerablemente más rápido que los humanos, lo que limita los riesgos que plantean los errores y reduce los costes asociados.

En todos los sectores, la IA se está utilizando para probar y perfeccionar los productos existentes, así como para identificar otros nuevos. Sin embargo, quizá ningún otro sector sienta más el impacto de la IA en lo que respecta al descubrimiento de productos que el sector salud.

Identificar nuevos compuestos farmacológicos y terapias para tratar enfermedades específicas es enormemente complejo. Y el descubrimiento es solo el primer paso de un proceso de ensayo muy regimentado que también implica pruebas de eficacia y seguridad. La IA tiene el potencial de establecer conexiones entre las enfermedades, las causas subyacentes y los tratamientos potenciales mucho más allá de lo que pueden hacer los seres humanos altamente cualificados.

Además del desarrollo y las pruebas de fármacos, la IA puede utilizarse para personalizar y supervisar los planes de tratamiento. Estas eficiencias deberían tener un impacto económico y social material al aumentar las tasas de éxito de los ensayos clínicos, reducir los costes y el tiempo de comercialización y, lo que es más importante, mejorar los resultados de los pacientes.

Pero no solo las empresas y las funciones empresariales se beneficiarán de las eficiencias de la IA; también se agilizarán muchas tareas cotidianas de los consumidores.

Las funciones de búsqueda en Internet habilitadas por la IA que están aumentando las tasas de conversión para los anunciantes también mejorarán la experiencia de los consumidores al realizar búsquedas, limitando las situaciones complicadas que suelen acompañar al proceso. Tras una serie de altibajos, los consumidores están integrando cada vez más los dispositivos y funciones asistidos por voz en sus rutinas diarias, lo que les permite realizar varias tareas a la vez y responder a consultas rápidas. Los dispositivos de voz son solo un aspecto de la adopción más generalizada de la asistencia a la productividad, que puede combinar la agenda de una persona con conjuntos de datos más amplios y optimizar su lista de «cosas por hacer». Creemos que esta funcionalidad no hará sino aumentar a medida que siga creciendo la huella de datos de nuestras vidas.

Aunque las eficiencias logradas por la IA repercutirán en toda la economía mundial, conseguir una exposición óptima de las inversiones a este poderoso tema no es sencillo. Dadas las múltiples formas en que las empresas pueden aprovechar la IA, la gama de resultados operativos ―y, en última instancia, de inversión― para una organización individual se ha ampliado. Algunas empresas tendrán estrategias de IA muy eficaces, mientras que otras las ejecutarán mal o desviarán sus prioridades, disminuyendo los posibles beneficios de lo que podría ser una fuerte inversión.

Aunque el tiempo dirá qué empresas acertaron, mientras tanto, los inversores afrontan un entorno en el que las valoraciones pueden parecer altas para las empresas, con precisión o no, asociadas con el tema de la IA. Aunque creemos que el potencial de un atractivo crecimiento compuesto de los beneficios justifica muchas de estas valoraciones, otras empresas se equivocarán y acabarán en el lado equivocado de la división de la IA.

 

 

Tribuna del gestor de carteras Denny Fish y el estratega de inversiones Michael McNurney, de Janus Henderson Investors. 

Ámsterdam, México, Milán y Barcelona presentan tasas de ahorro obligatorio para la jubilación del 0%

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Tasas de ahorro para jubilación
Pixabay CC0 Public Domain

El UBS International Pension Gap Index analiza la parte obligatoria de 25 sistemas de jubilación, centrándose en las prestaciones que puede esperar un trabajador y el ahorro adicional necesario para mantener el nivel de vida acostumbrado durante la jubilación. El estudio compara los sistemas de jubilación en función del compromiso personal exigido a una mujer ficticia, con una edad de 50 años, ingresos medios y que vive en una gran ciudad para cerrar su brecha de pensiones, es decir, la diferencia entre los ingresos previstos y los gastos en la jubilación. El estudio utiliza la edad de 50 años porque es un momento de la vida en el que la mayoría de los trabajadores empiezan a pensar, «a veces demasiado tarde», según recoge el informe, en su situación financiera en la jubilación.

En el informe, se comparan los sistemas de jubilación en función del grado de compromiso personal que exigen a los afiliados. Para ello, se calcula la brecha de las pensiones, es decir, la diferencia entre los ingresos previstos y los gastos durante la jubilación. Nuestra medida clave para comparar los sistemas de jubilación es la tasa de ahorro necesaria para cerrar ese diferencial.

Esa tasa se expresa como la parte de los ingresos netos actuales que una persona necesita ahorrar e invertir cada año desde una edad determinada hasta la jubilación para cubrir un nivel dado de gastos en el retiro, además de las prestaciones proporcionadas por la parte obligatoria del sistema de jubilación (gráfico 2). A efectos de nuestro análisis, empleamos un personaje ficticio llamado Jane, que puede no ser siempre el representante perfecto, pero cuya situación, no obstante, nos ayuda a comparar los sistemas.

 

Tasa de ahorro necesaria

En la mayoría de los 25 regímenes que analiza el estudio, la jubilada ficticia -Jane- necesita un ahorro privado, ya que las pensiones básicas o complementarias de los regímenes obligatorios no cubren su estilo de vida habitual. Su tasa de ahorro obligatorio oscila entre el 0% de cuatro ciudades –Ámsterdam, México, Milán y Barcelona– y el 93% de Tokio.

En general, observamos que una tasa de ahorro exigida alta coincide con una elevada proporción de la vida dedicada a la jubilación. Esta última es una función de la esperanza de vida y la edad de jubilación, que oscila entre los 55 años de Dubai y los 69 de Copenhague. En igualdad de condiciones, la elevada edad de jubilación de Jane en Países Bajos, Italia y Dinamarca reduce su tasa de ahorro obligatorio.

Además, el tiempo que le queda para ahorrar hasta su jubilación y la duración relativa de la misma también son factores cruciales, según recoge el estudio. En China continental, Jane sólo tiene seis años para ahorrar antes de su largo periodo de jubilación, lo que explica su elevadísima tasa de ahorro obligatorio.

Además, el nivel global de las cotizaciones totales es importante: en Italia, Países Bajos y Singapur las cotizaciones son de las más elevadas. Por el contrario, en Estados Unidos y Hong Kong, Jane tiene una tasa de cotización igual o inferior al 12,5% a los 50 años, «lo que contribuye a una elevada tasa de ahorro obligatorio». El informe enfatiza que el factor del tipo de cotización puede inducir a error debido a la financiación fiscal general de algunos regímenes. Por ejemplo, en Australia o Dinamarca, las pensiones básicas se financian con impuestos y, por tanto, no se reflejan en el tipo de cotización.

Además, la tasa de ahorro requerida se ve influida por el hecho de que Jane se beneficie o no de la redistribución. Cuando éste es el caso, su tasa de ahorro obligatorio tiende a ser baja, como ocurre en España o México, por ejemplo. «Esto significa que la pensión de Jane está subvencionada por las cotizaciones salariales de los trabajadores con ingresos altos o por los impuestos generales», explica el estudio.

Sin embargo, incluso cuando Jane se beneficia de la redistribución, ésta puede no ser suficiente para conducir a una baja tasa de ahorro obligatorio, como en el caso de Chile y Brasil.

La naturaleza polifacética de la comparación de los sistemas de jubilación puede ilustrarse con Japón. Aunque la tasa de cotización del país nipón Japón se sitúa en torno a la media de los sistemas analizados, la tasa de ahorro obligatorio de Jane, residente en Tokio, se ve incrementada por la relativamente corta vida laboral que le queda en comparación con su largo periodo de jubilación, la baja tasa de sustitución que el sistema de jubilación japonés proporciona por diseño y la limitada indexación de las prestaciones.

Lo que no se ve

Los cálculos del informe no muestran la dispersión de los resultados en función de la incertidumbre del mercado financiero, que es especialmente relevante en los sistemas que tienen un sistema de capitalización obligatoria sin rendimientos mínimos garantizados por el Estado.

Del mismo modo, las métricas de un sistema no informan de su sostenibilidad. Por ejemplo, la tasa de ahorro exigida por Jane es bastante similar en Estocolmo y Río de Janeiro. Sin embargo, los respectivos sistemas de jubilación son muy diferentes. Mientras que Suecia ha emprendido reformas para que sus regímenes de pensiones sean menos vulnerables al cambio demográfico, incluso los recientes esfuerzos de reforma en Brasil no han sido suficientes para que el sistema sea financieramente sostenible.

Por último, la tasa de ahorro exigida puede variar mucho de una cohorte a otra, debido principalmente al calendario de las reformas. Por ejemplo, los planes de empleo no eran obligatorios en el Reino Unido e Israel cuando Jane empezó a trabajar. Del mismo modo, las normas sobre derechos adquiridos pueden dar lugar a que varios regímenes funcionen a veces en paralelo.

«Cada sistema tiene objetivos diferentes y ofrece más o menos margen de ahorro a sus participantes. Además, juzgar un sistema por su capacidad de permitir a Jane permitirse la jubilación en una ciudad cara puede no ser la mejor métrica de rendimiento», señala el estudio. No obstante, los autores del informe consideran que la tasa de ahorro exigida «es mejor indicador que la tasa neta de sustitución, que sólo da una instantánea en el tiempo y no tiene en cuenta la indexación de las pensiones». Por ejemplo, Jane tiene una tasa neta de sustitución, una edad de jubilación y una esperanza de vida comparables en Londres y Múnich, pero necesita ahorrar mucho más en Londres porque no todas sus prestaciones de jubilación están indexadas.