Llegan los refuerzos: ¿hasta dónde se implicarán las instituciones para frenar el efecto del coronavirus?

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Pixabay CC0 Public Domain. bancos centrales y coronavirus

Como si de un conjuro se tratase, el mercado confía en volver a escuchar ese “whatever it takes”, que en su día pronunció Mario Draghi (ex presidente del BCE) para salvar al euro y al mercado, pero en esta ocasión para aliviar el impacto del coronavirus. Ante un enemigo común, los países del G7 y los bancos centrales, de nuevo, están dispuestos a hacer “magia” para tranquilizar la situación. 

Aunque no ha sido una acción coordinada, los ministros de finanzas del G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) se han reunido esta semana para analizar y evaluar la situación. «Aunque no concretaron ninguna medida, las siete economías más poderosas del mundo prometieron usar su arsenal monetario y fiscal contra el impacto del coronavirus», señalan los analistas de BancaMarch

Según señala Esty Dwek, responsable de estrategia de mercados globales de Natixis Investment Managers Solutions, los principales bancos centrales han demostrado su disposición a intervenir si es necesario por lo que “los mercados se han recuperado levemente dada la creciente convicción de que los recortes de tipos están de camino”. Además, indica que hoy el G7 emitirá una declaración conjunta aunque advierte que “no hay indicios de una política coordinada” entre ellos.

Es cierto que después de las pérdidas de la semana pasada, las principales bolsas mundiales se han dado un respiro y vuelto a registrar subidas basándose en la expectativa de los bancos centrales intervengan, o al menos lancen un mensaje que tranquilice las aguas. La primero en hacerlo ha sido la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) que, por sorpresa y a casi dos semanas de su reunión de marzo, ha anunciado un recorte del 0,5% de los tipos de interés de forma urgente. Según ha explicado la institución monetaria, “los fundamentos de la economía estadounidense siguen siendo fuertes. Sin embargo, el coronavirus plantea riesgos en la evolución de la actividad económica».

La decisión ha tomado a la mayoría por sorpresa, ya que los analistas esperaban que este anuncio se hiera a mitad de mes. Lo cierto es que su presidente, Jerome Powell, ya mostró sus intenciones el pasado viernes. “Justo antes de que el mercado cerrase, dijo que el banco central actuaría de manera apropiada, si fuera necesario. Creemos que la Fed anunciará un recorte de tipos en su próxima reunión por precaución y dejará la puerta abierta a realizar nuevos recortes de 50 puntos básicos, según lo vea necesario. Los políticos quieren evitar un endurecimiento más desordenado de las condiciones financieras que podría exacerbar aún más el shock económico”, explican Nicola Mai, responsable de deuda pública y crédito de Europa de PIMCO y Tiffany Wilding, economista de Estados Unidos de PIMCO. 

A la decisión de la Fed también se unió ayer el gobierno de Estados Unidos: el Congreso estadounidense aprobó ayer una medida de 8.300 millones de dólares para luchar contra el coronavirus. Esta medida seguirá hoy su trámite habitual y tendrá que ser aprobada también por el Senado. En un principio, el presidente Donald Trump había solicitado públicamente que se tomasen medidas para luchar contra la propagación del coronavirus en Estados Unidos, y había propuesto un plan de 2.500 millones de dólares. En cambio, la medida que se ha aprobado supone más de tres veces lo propuesto por la administración. «El proyecto de ley incluiría fondos previstos para la investigación y desarrollo de vacunas y medicamentos, fondos de apoyo internacional y fondos para apoyar a los gobiernos estatales y locales», matizan los analistas de BancaMarch.

Previsiones sobre el BCE

Desde luego que este apoyo de la Fed pone más presión sobre el Banco Central Europeo (BCE), cuya presidenta  Christine Lagarde ya aseguró el lunes que “está listo para tomar medidas apropiadas y específicas”. Según explican los analistas de Monex Europe, “los comentarios de Lagarde se produjeron cuando los mercados bursátiles europeos se estabilizaron junto con sus equivalentes globales después de la carnicería de la semana pasada”, señalan para contextualizar las palabras de Lagarde. 

En opinión de Apolline Menut, economista de AXA IM, la situación actual “llevará al BCE a revisar los shocks que están teniendo lugar en el corto plazo”. Si bien, Menut avisa de que lo que la gestora espera del BCE para marzo es “principalmente un mayor énfasis en los riesgos para la economía, pero no cambios significativos en las proyecciones de la entidad”. Lo que haría cambiar el enfoque del BCE sería “un mayor deterioro del panorama económico, la situación en Italia encierra riesgos sustanciales en este sentido, que conduzca a un perfil más en forma de L en el segundo semestre en la actividad económica, en lugar de una recuperación en forma de V, que llevaría al BCE a considerar más estímulos”. Y así ha sido. 

Desde Allianz Global Investors señalan que aunque se han tomado algunas medidas para apoyar la actividad, por ejemplo el gobierno central chino ya ha intervenido con medidas de política monetaria y fiscal, existe el temor de que no sean suficientes para hacer repuntar la economía. “Aún puede contarse con la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) y el BCE, pero ambos han adoptado una política expansiva desde hace un tiempo, por lo que les queda poco margen de maniobra. Aun así, los mercados monetarios prevén que la Reserva Federal estadounidense efectúe dos bajadas de los tipos de 25 puntos básicos este año”, afirma Hans-Jörg Naumer, director global de Capital Markets y Thematic Research de Allianz GI.

Habrá que esperar hasta el miércoles y jueves de la semana que viene para ver si realmente el BCE cede a la presión. Por el momento, el l grupo de ministros de Economía y Finanzas de la UE anunció ayer que se permitirán desvíos de las reglas fiscales  establecidos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento para «amortiguar las consecuencias económicas del coronavirus». Así lo explicó ayer el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, y afirmó que la duración y extensión del impacto negativo del brote es incierta, que están vigilando muy de cerca la situación y que no escatimarán en esfuerzos para contener el brote.  

Bancos centrales asiáticos

No solo los bancos centrales de Estados Unidos y Europa han manifestado su intención de tomar cartas en el asunto, también las principales instituciones monetarias de Asia. En primer lugar el Banco de Japón avanzó ayer que la entidad realizará compras de activos para proporcionar liquidez y garantías de estabilidad al sector financiero. 

Por su parte, el Banco Popular de China rebajó el mes pasado los tipos de interés a las entidades que participan en sus operaciones de refinanciación a corto plazo mediante las que ha inyectado 1,2 billones de yuanes (154.477 millones de euros) para paliar el impacto de la epidemia del coronavirus en los mercados, según recoge la agencia EFE.

«En orden de mantener una liquidez razonable y abundante en el sistema bancario y una operativa estable del mercado de divisas durante el periodo de control de la epidemia, el 3 de febrero el BPC llevará a cabo una operación de mercado para inyectar 1,2 billones de yuanes con el fin de garantizar un adecuado suministro de liquidez», explicó el banco central chino.

En opinión de los expertos de PIMCO este movimiento entre los bancos centrales de apoyo a la economía global era de esperar: “Aunque el Banco Popular de China ha recortado los tipos, inyectado liquidez y promulgado medidas específicas para suavizar las perturbaciones de la corriente de efectivo de las empresas y los consumidores, los bancos centrales de los mercados desarrollados no han hecho más que reconocer que los riesgos están aumentando”.

¿Medidas efectivas?

Ahora bien según advierte Olivier de Berranger, director de Gestión de Activos de La Financière de l’Echiquier, «en realidad, un recorte de tipos por parte de los bancos centrales ciertamente no tendría una repercusión clara para las empresas con dificultades, solo relajaría las condiciones financieras. Sin embargo, no mejoraría directamente la situación de las empresas ni de los ciudadanos en crisis. Para ello se necesita un plan de recuperación coordinado a nivel estatal, con el fin de reducir las cargas fiscales de las empresas más afectadas y apoyar, sobre todo, a los hospitales, laboratorios de investigación y servicios de asistencia a los enfermos. Para que esto sea posible, es indispensable que los bancos centrales adopten una actitud acomodaticia».

En este sentido Benjamin Melman, CIO global de Edmond de Rothschild AM, también comparte sus inquietudes sobre hasta qué punto este tipo de medidas por parte de los bancos centrales son realmente efectivas. «No está claro hasta qué punto los bancos centrales están unidos en su enfoque y cuán lejos pueden llegar, ya que no todos tienen el mismo margen de maniobra, pero la Reserva Federal, el mayor jugador, ha recordado ahora a los inversores que significa actuar. Hasta ahora, ha habido pocas promesas fiscales. El gobierno italiano ha anunciado estímulo presupuestario por el equivalente al 0,2% del PIB y Alemania está debatiendo si ir a por estímulos o no», apunta. 

Por último, el banco suizo Julius Baer ve “cierto pánico” en la decisión y subraya “hace preguntarse si la Fed sabe algo que nadie más sabe”, al tiempo que considera que, con este recorte, “la Fed está consiguiendo lo contrario de lo que se proponía, que era aliviar las preocupaciones sobre el crecimiento y tranquilizar a los mercados”. Pese a todo, Julius Baer sigue considerando que la crisis del coronavirus será de corta duración: “Causará un daño severo en el primer semestre, pero éste dará paso a una fuerte recuperación en el segundo semestre” y mantiene una visión positiva sobre valores “financieros, cíclicos y tecnológicos”.

Aceptamos el reto: invertir en renta fija en 2020

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Nick Maroutsos - Janus Henderson
Foto cedidaNick Maroutsos, director de bonos globales y gestor de fondos en Janus Henderson Investors. Nick Maroutsos, director de bonos globales y gestor de fondos en Janus Henderson Investors

Con Europa inmersa en una era de tipos negativos y rentabilidades de los bonos moderadas, Nick Maroutsos, vicerresponsable de bonos globales de Janus Henderson Investors, explica cómo el equipo aborda los objetivos de una cartera de renta fija de retorno absoluta.

¿Suponen los tipos negativos de Europa un obstáculo para los inversores?

Hay muchas maneras de mantenernos en positivo en un entorno de tipos de interés negativos. En primer lugar, y creo que se trata de la mejor postura, simplemente evitamos la deuda con tipos de interés negativos. Para nosotros, creo que se trata como de contravenir todos los manuales que hayamos leído. Actualmente, no significa que la deuda con tipos de interés negativos o con rentabilidad negativa no pueda tornarse más negativa. Percibo que hay mejores oportunidades disponibles; basta fijarse en diferentes sectores o países para hallar oportunidades de inversión y tratar de cubrirlos en las monedas de referencia de forma que todavía puedan lograrse rentabilidades positivas en un entorno de rendimientos bajos.

¿Es importante evitar un sesgo hacia el país de origen a la hora de invertir?

Pensamos que no hay que adoptar un sesgo hacia el país de origen a la hora de invertir en deuda. Considero que hay numerosas oportunidades en todo el mundo, en diversidad de países y sectores. Al confeccionar o invertir en una cartera con base europea, no solo debe poseer activos europeos: se puede invertir en emisores europeos denominados en otras monedas o se puede tratar de hallar instrumentos representativos de esos activos e identificar sectores interesantes en otras regiones que todavía brinden rentas y rentabilidades positivas.

¿Cómo le llega una idea por primera vez?

Dado nuestro mandato abierto, las ideas parten más de un inicio macro. Adoptamos una visión muy a largo plazo del mercado, si bien terminamos filtrándola conforme a nuestras previsiones para los próximos seis a doce meses. Depende de los tipos de interés a escala global. Depende además de las políticas de los bancos centrales, el desempleo y demás datos económicos, que son los que en última instancia nos llevan donde deseamos posicionarnos, en clave tanto de duración como de crédito. Así pues, a partir de ahí, filtramos el universo hasta un nivel mucho más micro, lo cual nos permite detectar cuáles son las mejores oportunidades ajustadas por el riesgo.

¿Dónde está encontrando oportunidades y riesgos?

Por lo general, nos mostramos muy optimistas acerca de 2020 y las oportunidades de inversión disponibles, en gran medida, porque la Reserva Federal y otros bancos centrales tratan de apoyar a los mercados y ofrecer liquidez y conseguir que siga la expansión, pero también porque nos enfrentamos a un entorno en que es probable que los tipos sigan evolucionando a la baja. Así pues, buscamos las mejores oportunidades en países donde los tipos descenderán, pero también en países y sectores donde los diferenciales de crédito permitan el mejor potencial de rentabilidad, como creemos que es el caso de las entidades monopolísticas de Australia y los mercados de deuda corporativa de Estados Unidos, que también ofrecen diversas oportunidades.

Algunos de los grandes riesgos que percibimos también tienen que ver con el ámbito del crédito, por lo que no se trata de comprar únicamente deuda corporativa a ciegas y subirse a la ola de esa clase de activos porque sus valoraciones sean muy elevadas. No significa que no se pueda conseguir valor en otras áreas. Sin embargo, en última instancia creemos que los inversores deben ser mucho más realistas sobre el activo que adquieren y el valor del activo que compran.

¿Hay ámbitos por los que se decanta especialmente?

Uno de los sectores clave por el que nos decantamos es el financiero, de ahí que tendamos a ser grandes inversores en valores financieros australianos, así como en entidades monopolísticas de Singapur, Hong Kong, etc. También nos decantamos por los mercados financieros estadounidenses, en concreto, las grandes entidades de captación de depósitos o los bancos estadounidenses del tipo “demasiado grandes para caer”. Algunas de las clases de activos que no captan nuestra atención en el seno del sector de la deuda corporativa son energía y automóvil, que no centran una parte importante de nuestras carteras. Creemos que, dado el entorno económico, en particular, avanzando la economía hacia una mayor ralentización en 2020, es probable que esos activos registren rentabilidades relativas negativas en los próximos doce meses.

¿Qué centra su mente a comienzos de 2020?

Uno de los indicadores a largo plazo en que solemos fijarnos año tras año es el rumbo de los tipos de interés. ¿Cuáles son las expectativas de los bancos centrales para un año con respecto a un país en concreto? Pero, también, ¿qué descuentan los mercados en clave de direccionalidad de los tipos de interés en el transcurso del año de que se trate? Tendemos a fijarnos en esas áreas porque, al final, como inversores en bonos, debemos adoptar una visión, a favor o en contra, para obtener un rendimiento superior al del mercado. Más a corto plazo, algunas de las cuestiones en que nos fijamos para 2020 giran en torno a las elecciones en Estados Unidos, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y la Reserva Federal, pues creemos que su política monetaria terminará siendo uno de los factores que dicte el rumbo de otros bancos centrales para 2020.

¿Por qué deberían los inversores considerar la renta fija con retorno absoluto?

El fundamento para invertir en activos de retorno absoluto frente a otras clases de activos del ámbito de la renta fija es muy sencillo: empezamos a partir de una hoja en blanco. No nos supeditamos a índices de referencia, lo que significa que procuramos identificar la mejor oportunidad ajustada por el riesgo para el nivel de riesgo que asumimos. Al final, se trata de intentar lograr una rentabilidad positiva con independencia de la evolución del mercado, pero manteniendo las mismas características clave de la renta fija tradicional, a saber: protección del capital, generación de rentas, niveles de volatilidad bajos y diversificación. De manera similar, podemos hallar retorno absoluto en numerosas áreas de la renta fija como clase: no se enmarca realmente en un ámbito concreto. Lo primero es que aspiramos a potenciar el efectivo y, aceptando un nivel moderado de más volatilidad, podemos tratar de lograr un rendimiento más alto que con carteras de activos líquidos. En segundo lugar, podemos hacer las veces de complemento de la renta fija básica. La renta fija esencialmente suele presentar una duración muy superior a la histórica y, en un entorno con una alta incertidumbre sobre cómo evolucionarán los tipos de interés, podemos mitigar el riesgo frente a esa cartera de activos básicos.

Anotaciones:

Duración: parámetro de la sensibilidad de un título o una cartera de renta fija a una variación de los tipos de interés. Se expresa en años. Cuanto mayor sea la cifra, mayor será la sensibilidad a la evolución de los tipos de interés.

Información importante:

Este [documento] está destinado únicamente para ser utilizado por profesionales, definidos como contrapartes elegibles o clientes profesionales, y no está dirigido al público en general. Las llamadas telefónicas pueden ser grabadas para protección mutua, para mejorar el servicio al cliente y para mantener registros con fines regulatorios.

Emitido por Janus Henderson Investors. Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual se proporcionan los productos y servicios de inversión por parte de Janus Capital International Limited (reg. n.º 3594615), Henderson Global Investors Limited (reg. n.º 906355), Henderson Investment Funds Limited (reg. n.º 2678531), AlphaGen Capital Limited (reg. n.º 962757), Henderson Equity Partners Limited (reg. n.º 2606646), (cada uno registrado en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulado por la Financial Conduct Authority) y Henderson Management S.A. (reg n.º B22848 en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo, y regulado por la Commission de Surveillance du Secteur Financier).

Janus Henderson, Janus, Henderson, Perkins, Intech, Alphagen, VelocityShares, Knowledge. Shared y Knowledge Labs son marcas comerciales de Janus Henderson Group plc o de una de sus filiales. © Janus Henderson Group plc.

Taxonomía en la UE, aunque no es siempre efectiva, la regulación es generalmente cara

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Pixabay CC0 Public Domain. Macquarie Asset Management anuncia un plan para lograr el objetivo de cero emisiones netas en 2040

Los proveedores de servicios financieros, los bancos e incluso el mismo BCE tendrán que ayudar a asegurar cuanto antes que los mercados de capitales sean socialmente responsables y respetuosos con el medioambiente. Como respuesta a estas exigencias, se creó “un grupo de expertos de alto nivel” que estableció una taxonomía que especifica qué actividades económicas pueden considerarse medioambientalmente sostenibles. Una inversión se considera sostenible si contribuye sustancialmente a al menos uno de los seis objetivos medioambientales, desde la protección del ecosistema hasta el clima, sin dañar ninguno de ellos. 

Si bien los problemas reales están en los detalles, ni siquiera se ha conseguido llegar a un pacto de estado sobre qué formas de generación de energía deben considerarse sostenibles. Francia y República Checa consideran que la energía nuclear es sostenible, mientras que Polonia está a favor del uso del carbón en la producción energética. En cualquier caso, es obvio que la generación de energía tiene un efecto masivo en las emisiones de gases de efecto invernadero. Debido a los conflictos de intereses nacionales, la taxonomía sobre las formas de generación energética sostenible ha quedado silenciada. Otro punto de conflicto, por ejemplo, es el umbral para considerar si los vehículos de motor y, por lo tanto, sus fabricantes, son respetuosos o no con el medio ambiente. El umbral presentado en junio de 2019 por el «grupo de expertos técnicos» eran solo 50 gramos de CO2 por kilómetro, que es menos de la mitad del objetivo actual de consumo de la flota de la UE. El umbral disminuirá a cero en 2026, y los fabricantes de automóviles con motores de combustión (es decir, todos excepto Tesla) ya no serán clasificados como ambientalmente sostenibles.

La taxonomía ha traído consigo una nueva oportunidad de negocio para asesores, agencias de calificación, auditores, expertos en marketing y abogados basados en los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG). Los abogados pueden ganar dos veces sus honorarios, primero por asesorar a bancos, compañías de fondos y gestores de activos, y luego por defenderlos de las acusaciones presentadas por inversores decepcionados.

Los asesores financieros estarán sujetos proporcionar información antes de que los hechos tengan lugar. Si los asesores financieros tienen en cuenta los factores de sostenibilidad, no solo tendrán que explicar la forma en la que se hace, sino también los efectos que causarán en los rendimientos futuros, cosa que es prácticamente imposible. Y si no toman en cuenta estos factores, deberán explicar por qué.

Entre otras cosas, los inversores tendrán que determinar el efecto de las decisiones de inversión sobre los factores de sostenibilidad y especificar el nivel de alineamiento con los objetivos del Acuerdo de París. Aquellos que no lo hagan, por ejemplo, los que se sientan incapaces de separar los efectos de comprar 1.000 acciones de BASF de los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático, deberán proporcionar razones claras sobre su decisión.

Si los clientes de un gestor de activos también consideran las preocupaciones sociales como un objetivo de inversión -que se aplica a prácticamente todos los mandatos de ESG- entonces, por ejemplo, la honestidad fiscal de las empresas en la cartera de los clientes también deberá de ser examinada. Esto es prácticamente imposible sin la cooperación de las autoridades financieras internacionales. Además, en la medida de lo posible, no se debería de adquirir valores para estos clientes de empresas expuestas a riesgos ambientales, sociales o de gobierno corporativo de sus activos netos o de su posición financiera. Todos los inversores prudentes deberían de cumplir este requisito, incluso sin una taxonomía. Sin embargo, por regla general, esto también provocaría la exclusión de las acciones y bonos de los bancos europeos debido a las repetidas reclamaciones por daños y perjuicios que han recibido y, por lo tanto, también afectaría a las instituciones que tratan de recaudar capital de los inversores para los productos ESG.

Para explicar el dilema creado por la taxonomía, podemos hacer una comparación con el arte. Además de intentar separar el arte bueno del malo, la taxonomía también trata de usar el método de «colorear por números» para ayudar a los artistas a crear pinturas más bonitas. Aunque la inversión financiera no es un arte visual, tampoco es una ciencia precisa como la física. Por lo tanto, es un error creer que existe un manual de instrucciones generales que podría medir y regular todo con precisión, desde la estrategia de inversión hasta la selección de seguridad individual. Si existiera tal cosa, también se podría exigir, a favor de la protección del consumidor, que los bancos solo recomienden acciones cuyos precios garanticen un aumento, o que los políticos solo promulguen buenas leyes.

Como prácticamente ningún gestor de activos puede realizar la verificación de sostenibilidad requerida en todas las empresas en sus carteras, las agencias especializadas en calificación ESG tendrán que realizar un trabajo detallado para trazar la fina línea que separa lo bueno de lo malo. Mientras que puede resultar relativamente fácil evaluar los efectos de las emisiones de CO2, es casi imposible aplicarlo a otros factores más imprecisos. Así que, la fina línea es, a menudo, una raya ancha dibujada según el estilo y la brocha de cada artista. 

Warren Buffet invirtió cerca de 30.000 millones de dólares en sistemas de energía eólica en el estado de Iowa en Estados Unidos a través de una empresa propiedad de Berkshire Hathaway. Dijo sarcásticamente que su objetivo era convertir a Iowa en la Arabia Saudí del viento. En lugar de declarar esto como una importante contribución de Berkshire Hathaway en la batalla contra el cambio climático para recibir las mejores calificaciones ESG posibles, agregó con seriedad: «No lo haríamos sin el crédito fiscal a la producción que obtenemos». De esta manera, Buffett pone en evidencia la función de control que realizan los impuestos a la vez que da un ejemplo de comunicación honesta y de buen gobierno corporativo. Sin embargo, no fue recompensado con una alta puntuación de ESG, como lo demuestra la calificación BB de MSCI para Berkshire, que consideramos que no es apropiada.

Las inversiones de Buffet en energía eólica demuestran que la taxonomía de la UE está patas arriba. Si los políticos crean el marco adecuado, es decir, buscando el equilibrio entre el alivio y las cargas, el capital fluirá en la dirección esperada. Pero, si los objetivos políticos o ambientales intentan superar los principios económicos y metodológicos, no se logrará el efecto deseado. 

La protección medioambiental, los buenos estándares sociales y el gobierno corporativo son necesarios para alcanzar un mundo mejor. Las compañías tienen que diseñar sus productos y su estrategia corporativa en su totalidad con el objetivo de conseguir el éxito a largo plazo. Sin embargo, una taxonomía que cruza los límites metodológicos con sus regulaciones y se apropia del conocimiento al que no tiene acceso, pone en peligro sus propios objetivos. El mundo mejorará cuando las normas ambientales y sociales mejoren. Esto requiere un buen marco, estructuras de incentivos y leyes. La taxonomía de la UE podría convertirse en un peligro para la protección del clima y otros objetivos ASG, ya que el poder legislativo podría usarla de forma incorrecta, como una herramienta para evitar la culpa y podría suponer un impedimento en la toma de decisiones correctas, aunque impopulares. Esto podría provocar que el capital fluya hacia donde esté la mejor puntuación de ASG en lugar de donde resulte mejor para el medioambiente y para la sociedad. Los incentivos inadecuados que condujeron a la crisis financiera deberían ser una advertencia para nosotros.

 

Tribuna de Bert Flossbach, cofundador de Flossbach von Storch

Las tasas de interés real se mantendrán en mínimos históricos durante los próximos años

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Pixabay CC0 Public Domain. Las tasas de interés reales se mantendrán en mínimos históricos durante los próximos 4 o 5 años

Los tipos de interés consistentemente bajos crean un entorno operativo lleno de dificultades para los bancos, las gestoras de activos y las compañías de seguros, y suponen un desafío para los bancos centrales, tanto en su política monetaria como en lo que a estabilidad económica se refiere.

De acuerdo con el último informe de Moody’s Investors Service, el envejecimiento de la población o el desarrollo de los mercados emergentes son algunos de los principales factores que contribuyen este entorno que además podría suponer la incapacidad de estimular suficientemente la economía en caso de un shock negativo por parte de los bancos centrales.

“Asumiendo que la actual expansión del crecimiento en los Estados Unidos continua sin obstáculos, esperamos que el rendimiento nominal de los EE.UU. a diez años pase del casi 2% actual a alrededor del 3,5% en un periodo de cuatro a cinco años”, asegura el vicepresidente de Moody, Madhavi Bokil. Del mismo modo, esperan que los tipos de interés nominal en la zona euro aumenten gradualmente a lo largo del tiempo.

Diferentes factores, como el envejecimiento de la población, mayor desigualdad entre la población, un aumento en el ahorro corporativo o el desarrollo de los mercados emergentes seguirán contribuyendo a la caída de los tipos de interés en el futuro. Además, según el informe, el descenso en la tendencia de crecimiento desde mediados de la década de los 2000, los grandes programas de compra de los bancos centrales después de la crisis financiera global y la escasez de activos seguros de alta calidad también están hundiendo los tipos de interés.

“Los bajos tipos de interés presentan un desafío político para los bancos centrales”, aseguran desde Moody’s. Uno de los principales riesgos para la política monetaria es la incapacidad de estimular suficientemente la economía en caso de un shock negativo. Además, el riesgo para las instituciones financieras se presenta en una mayor exposición a activos de riesgo o cambios en la composición al vencimiento de los activos.

Una de las principales consecuencias del prevaleciente entorno de bajos tipos de interés es el potencial por excesiva búsqueda de yield. “Los gestores de activos se enfrentan rendimientos de referencia descendentes, lo que los lleva a buscar en otros tipos de activos para limitar el descenso en ganancias que hacen llegar a sus inversores. Especialmente aquellos que prometen altos rendimientos nominales”, destaca el informe. Por ello, están invirtiendo en activos con mayor vencimiento para obtener primas a plazo y en activos de mayor riesgo para beneficiarse de las primas de riesgo de crédito más altas y otras primas de riesgo que ofrecen estos activos. “Esta búsqueda de productividad podría suponer riesgos a la estabilidad financiera en el futuro si el entorno económico cambiase”, advierten.

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Frente al menor crecimiento económico: rentas derivadas de alquileres de larga duración

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Pixabay CC0 Public Domain. ante la ralentización del crecimiento económico en 2020: rentas derivadas de alquileres de larga duración

De cara a 2020, los flujos de rentas procedentes de alquileres de larga duración ganarán terreno frente a las estrategias de valor añadido y oportunistas, que dependen de las perspectivas económicas y la fortaleza del empleo. Estas son las previsiones de Savills Investment Management para el próximo año, según ha publicado en su informe de perspectivas para 2020.

Las perspectivas de los mercados de alquiler europeo se han debilitado con respecto a los últimos años en la actual fase tardía del ciclo de inversión y, ante el debilitamiento de la demanda mundial y la persistencia de los riesgos geopolíticos, los analistas esperan que el crecimiento económico se mantenga en niveles exiguos durante los próximos 12-18 meses.

No obstante, según las perspectivas de Savills IM los sectores de oficinas, retail y naves logísticas siguen albergando oportunidades, aunque “los inversores deben prestar atención a la asignación de activos, los cambios estructurales y los formatos resilientes, entre otras características”, recogen en su informe.

“En este punto del ciclo, estamos buscando flujos de rentas a largo plazo. Preferimos los distritos de negocios, las zonas aledañas a los distritos de negocios y las ubicaciones céntricas donde los inmuebles estén próximos a buenas infraestructuras de transporte. Los mercados donde exista escasez de superficies de oficinas modernas y optimizadas también pueden brindar algunas oportunidades interesantes. Los activos con múltiples inquilinos y alquileres de corta duración en ubicaciones céntricas ofrecen oportunidades para incrementarlas rentas a través de la gestión activa”, destaca Andreas Trumpp, director de Análisis para Europa en Savills IM.

Por otro lado, el informe también subraya la importancia de los activos comerciales que ponen el foco en la experiencia de compra, como los centros outlet, o los formatos comerciales de conveniencia, como los parques de medianas. Sobretodo aquellos que cuenten con una competencia próxima limitada y un fácil acceso desde los grandes núcleos de población.

“El acceso a las principales redes de transporte y la disponibilidad de trabajadores constituyen ingredientes esenciales en la receta logística”, afirma Trumpp. Por ello, desde Savills IM apuestan por naves de distribución modernas y de grandes dimensiones que se encuentren cerca de las principales redes de transporte, así como inmuebles urbanos más pequeños en grandes ciudades con alta densidad de población o en sus proximidades.

El informe destaca tres temáticas principales de cara a 2020: las oficinas, el retail y las naves logísticas.

Oficinas

“La escasez de superficies modernas de Grado A conlleva que todavía se pueda esperar cierto crecimiento de las rentas a medio plazo, aunque este será más limitado que en años anteriores”, determina el informe. Así, y debido a las expectativas de tipos de interés más bajos durante más tiempo, las rentabilidades inmobiliarias pueden tardar algo más de lo previsto en iniciar su senda alcista, ampliando así el ciclo, advierten.

En este caso, los volúmenes de inversión deberían aguantar según el informe, ya que persiste el atractivo diferencial entre las rentabilidades de las oficinas y las de la deuda pública. Los activos de elevada calidad con fuentes de rentas estables pueden constituir “refugios”, mientras que los mercados de oficinas regionales en los que la disponibilidad sea escasa podrían ser atractivos desde una perspectiva de los precios.

Así, desde Savills IM, apuestan por inmuebles de oficinas modernos en áreas bien comunicadas de Bruselas, Luxemburgo, las zonas aledañas a los distritos de negocios en las siete primeras ciudades alemanas, París, Lyon, Madrid o Barcelona, entre otros, y oportunidades core/core-plus en Copenhague, Estocolmo, Viena o Varsovia.

Retail

Los avances tecnológicos, la evolución demográfica y los cambios en el comportamiento de los consumidores están impulsando grandes transformaciones en todo el sector del retail en Europa. Los activos que ofrecen a los consumidores una experiencia de compra mejorada o más comodidad resisten mejor ante la disrupción derivada de los cambios en los hábitos de compra. “Siguen existiendo rentabilidades ajustadas al riesgo atractivas a disposición de los inversores que escojan activos que puedan resistir ante los cambios estructurales y beneficiarse de ellos; en este sentido, la gestión activa es clave”, asegura el informe.

Por ello, desde Savills IM, apuestan por parques de medianas prime en áreas con perspectivas de demanda positivas a largo plazo en los Países Bajos, Francia, Reino Unido o Suecia, entre otros, especialmente si tienen una locomotora de alimentación y abarcan servicios y experiencias. Además, también destacan el valor de los activos prime en grandes calles comerciales de Francia, de las siete primeras ciudades alemanas, Londres, Copenhague o Madrid y Barcelona, por ejemplo. 

Naves logísticas

Gracias al debilitamiento de las perspectivas económicas en Europa y el aumento de los costes de explotación los factores que determinan la demanda de alquiler están moderándose, asegura el informe. Sin embargo, desde Savills IM esperan que el sector logístico se beneficie de las transformaciones estructurales, como la implantación de nuevas tecnologías, la automatización, los cambios en los hábitos de consumo y las iniciativas de desarrollo, como la nueva ruta de la seda entre China y Europa.

“El aumento de las entregas de proyectos pondrá en peligro el crecimiento de los alquileres”, advierten, pero se prevé que el mercado de inversión mantenga el buen tono en 2020 debido a los grandes volúmenes de capital disponibles y las rentabilidades atractivas frente a otros sectores.

Así, el informe destaca, como principales apuestas, los centros de distribución modernos a lo largo de los principales corredores de transporte europeos, los polos logísticos alemanes más grandes, el triángulo logístico sueco, algunos núcleos en Polonia (como Varsovia y Breslavia) y cerca de los principales puertos en Portugal, Madrid y Barcelona. Además, señalan las oportunidades en activos logísticos urbanos y naves pequeñas-medianas en los Países Bajos, Reino Unido, en las grandes conurbaciones alemanas o algunas oportunidades selectivas en Austria, por ejemplo.

Savills IM contempla un escenario donde los los inversores sigan mostrando un gran interés por el mercado de oficinas, por lo que las rentabilidades podrían seguir comprimiéndose a pesar de situarse ya en mínimos históricos. Además, prevén un incremento moderado de las rentas en las principales calles comerciales de grandes ciudades como Barcelona y Madrid y, dentro del mercado logístico, “existe margen para que la compresión de las rentabilidades se acentúe en 2020 debido a la escasez de productos de primera categoría y a la intensa competencia”, subraya el informe.

Matias Lesser se incorpora al Grupo Azimut en Santiago

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Foto cedida. Matias Lesser se incorpora al Grupo Azimut en Santiago

Matias Lesser se une al equipo de Azimut (AZ Andes) en Santiago de Chile como Institutional Sales para la región de Latinoamérica excluyendo Brasil. Su objetivo será potenciar la venta de los fondos del Grupo en Chile, Perú, Colombia y Panamá.

Con anterioridad, Lesser se desempeñó como subgerente institucional en MBI durante 4 años. Entre sus responsabilidades estaban la distribución de fondos de MBI, entre los que se incluían estructuras locales e inversiones fuera de Chile mediante vehiculos feeder.

Lesser es ingeniero comercial por la Universidad los Andes con un minor en finanzas en esta misma universidad.

Azimut Holding es una empresa europea de origen italiano que administra 65.000 millones de dólares a través de más de 70 fondos de inversión y que cuenta con una red de oficinas en 17 países. Su foco en la Latinoamérica es mayoritariamente institucional habiendo recibido ya varias inversiones en este segmento.

La segunda montaña

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Kalem Emsley . Foto: Kalem Emsley

En su último libro, David Brooks argumenta que, a medida que maduramos, necesitamos ir más allá de ’la primera montaña», la que creemos que debemos escalar, más allá de la autocomplacencia y los objetivos individuales, para alcanzar la cima de la segunda montaña, donde encontramos satisfacción en ayudar a otros o perseguir un bien común. No es difícil extrapolar este argumento del individuo a las compañías (e incluso a los gestores de fondos), donde los desafíos medioambientales y sociales actuales ofrecen a las empresas una gran oportunidad de centrarse en el propósito, así como en los beneficios.

Han pasado 50 años, medio siglo, desde que el economista Milton Friedman argumentara que el único propósito de los negocios era generar beneficio para los accionistas. Tenía en mente un bien mayor: que las compañías exitosas pagaran impuestos que beneficiaran a la sociedad, pero este segundo concepto no adquirió tanta importancia como el primero, particularmente entre la comunidad empresarial. Este pensamiento ha aparecido como una verdad ciertamente inmutable en las últimas cinco décadas. Sin embargo, el anuncio del año pasado por parte de la organización estadounidense Business Roundtable, compuesta por algunas de las compañías líderes del mundo, incluidas muchas multinacionales de primer nivel que poseemos en nuestras carteras, proporcionó una decisiva indicación al respecto de que tal vez era hora de replantear el argumento de Friedman. ¿Pueden depender la sostenibilidad o la durabilidad, para estas compañías y todo el mundo, de una perspectiva más integral? En particular, los firmantes adoptaron diferentes compromisos con sus clientes, empleados, proveedores y comunidades, además de la promesa de generar valor a largo plazo para sus accionistas.

Como inversores a largo plazo en compañías de alta calidad, esto nos parece una buena práctica comercial e incluso de sentido común. Al considerar brevemente las cuatro partes interesadas que mencionó la organización Business Roundtable, existen ejemplos obvios de por qué cada una es importante:

  • Consumidores: cada vez está más claro en el segmento del consumo estable que, para tener éxito, las compañías deben ofrecer productos de «rendimiento» que en realidad brinden beneficios, sobre todo porque los medios sociales ayudan a los consumidores a ser mucho más inteligentes.
  • Empleados: en muchos sectores que dependen de trabajadores altamente cualificados, especialmente de software y servicios de TI, la capacidad de reclutar, motivar y retener al personal es una fuente crucial de ventaja competitiva.
  • Proveedores: las compañías son cada vez más responsables de toda su cadena de suministro, ya sea en torno a la seguridad de los trabajadores o los impactos medioambientales.
  • Comunidades: además de la obviedad de que las comunidades son generalmente consumidores, las compañías ahora tienen que lidiar con un entorno político y regulatorio más estricto; por ejemplo, en materia de comercio, impuestos, antimonopolio, privacidad de datos y medio ambiente.

Para nosotros no existe un intercambio entre «hacer lo correcto» y el éxito a largo plazo. El éxito a largo plazo requiere que las compañías «hagan lo correcto». Desde el principio hemos tenido claro que nuestras carteras están diseñadas para la rentabilidad, no para el impacto, pero cada vez es más cierto que el impacto afectará a la rentabilidad conforme pase el tiempo, ya que las compañías son cada vez más responsables de las externalidades que crean, ya sean emisiones de carbono, residuos plásticos o pérdida de privacidad.

Siendo más positivos, el nuevo «espíritu del tiempo» presenta oportunidades y riesgos, ya que las marcas con fines específicos o aquellas que respetan a los empleados y los reguladores, pueden impulsar las oportunidades financieras. Esto puede ser en forma de aumento de cuota de mercado, poder de fijación de precios o fuerza laboral comprometida respetuosa con el entorno regulatorio. Como argumenta el CEO de Unilever, Alan Jope, «no se trata de un propósito en lugar de beneficios, sino de beneficio a través del propósito»; en otras palabras, es más probable que los clientes compren marcas que compartan claramente los valores con los que se identifican.

Como inversores en compounders, siempre nos hemos centrado en el largo plazo. Las compañías que poseemos tienden a ser menos cíclicas que el índice y tienen posiciones estratégicas sólidas. Así, siempre ha estado implícito que los factores ESG eran una prioridad en la lista de amenazas para mantener rentabilidades elevadas, de ahí nuestro enfoque histórico hacia el gobierno. Durante los últimos años, los factores medioambientales y sociales se han vuelto cada vez más importantes para las compañías en que invertimos dada la crisis climática, la prevalencia de los medios sociales y los entornos políticos menos predecibles. Nuestra respuesta ha sido ser más sistemáticos en torno a las consideraciones ESG. Como resultado, en calidad de equipo de inversión, estamos escalando lo que a veces sentimos que es nuestra segunda montaña, lidiando con situaciones que a menudo presentan dificultad a la hora de cuantificar los riesgos y las oportunidades relacionadas con el ámbito ESG.

En algunos casos, es relativamente sencillo hacer cálculos que aclaren la situación: por ejemplo, contabilizar los probables costes incrementales de unos 30 puntos básicos por año para las compañías de consumo estable que pagan la prima del 40% por plásticos totalmente reciclados (o recortar las tasas de crecimiento para aquellas que no se adaptan). Igualmente, el riesgo de mayores impuestos de sociedades se puede medir comparando el impuesto de sociedades actual con el promedio ponderado de ingresos de las tasas impositivas donde opera la compañía. Incluso es posible modelar el impacto de un impuesto de 100 dólares/tonelada en emisiones de CO2; afortunadamente, esto es manejable para las compañías incluidas en nuestras carteras globales, ya que la intensidad de carbono es un 87%-89% inferior con respecto a la del índice, basado en toneladas de CO2 por millón de dólares en ventas (1).

Otras cuestiones no se reducen tan fácilmente a números, lo que ha resultado en conversaciones fascinantes dentro del equipo. Por ejemplo:

  • ¿cómo pensar en los riesgos de cola: eventos de baja probabilidad con costes potenciales importantes, como una filtración de datos?
  • ¿qué riesgos son lo suficientemente importantes para que cambiemos el coste de capital de una compañía o la tasa de crecimiento terminal en nuestro modelo?
  • ¿qué valor le damos a la diversidad y qué coste tiene su ausencia? En términos más generales, la cultura es crucial, pero ¿es cuantificable?

Es dentro de este contexto donde hemos estado trabajando en el desarrollo de un cuadro de mando de factores ESG patentado para nuestras compañías que se centre no solo en cuestiones y controversias específicas e importantes de un valor bursátil determinado, sino también en asociar indicadores a cuestiones «universales» apremiantes, como las emisiones de carbono que amenazan el medio ambiente, la seguridad, los datos, la regulación y la diversidad, ya sean riesgos u oportunidades. Cuando estos sean lo suficientemente significativos, habrá un ajuste explícito a nuestros datos modelados, nuestra metodología de valoración o las dimensiones de las posiciones incluidas en nuestras carteras.

Como siempre, seguimos siendo pragmáticos, artistas y científicos, reconociendo que los problemas rara vez son obvios. Como inversores con un enfoque bottom-up basado en fundamentales, buscamos una mayor comprensión de nuestras inversiones en un mundo cada vez más complejo. Nos esforzamos por llegar a una evaluación razonablemente objetiva del efecto neto de las actividades positivas y negativas de nuestras compañías sobre su potencial de rentabilidad. Admitimos abiertamente que aún no tenemos todas las respuestas, ¡y casi con toda certeza nunca las tendremos! Lo que podemos ofrecer es una perspectiva genuinamente a largo plazo, un compromiso para afrontar estos problemas dentro del equipo en lugar de subcontratar externamente, un historial de compromiso exhaustivo con las compañías en las que invertimos y una experiencia profunda en términos de sector y compañías para aislar y analizar las cuestiones clave. Esperamos expectantes poder escalar junto a usted la segunda montaña.

Columna de Bruno Paulson, Managing Director, y Laura Bottega, Managing Director y principal especialista de carteras en Morgan Stanley Investment Management

 

Anotaciones:

  1. Fuente: MSCI, Morgan Stanley Investment Management, a 31 de diciembre de 2019.

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The views and opinions are those of the author of the date of publication and are subject to change at any time due to market or economic conditions and may not necessarily come to pass. The information presented represents how the investment team generally applies its investment processes under normal market conditions. This general communication, which is not impartial, is for informational and educational purposes only, not a recommendation. Information does not address financial objectives, situation or specific needs of individual investors. Investing involves risks, including the possible loss of principal.

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Michael Bloomberg habría invertido al menos 687 millones de dólares en la candidatura que abandona

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Cpopyright: Flickr. Michael Bloomberg habría invertido al menos 687 millones de dólares en la candidatura que abandona

Michael Bloomberg ha comunicado que abandona su candidatura a candidato presidencial demócrata tras los decepcionantes resultados obtenidos en las votaciones primarias del  supermartes y después de haberse gastado más de 500 millones de dólares en la campaña.

Bloomberg ha manifestado, además, su apoyo explícito a la candidatura de Joe Biden. Así, en un comunicado el ex alcalde de Nueva York declaró que: “Siempre he creído que para derrotar a Donald Trump se empieza por unirse al candidato con mayores posibilidades para ello. Tras el voto de ayer, está claro que el candidato es mi amigo y gran americano, Joe Biden”.

“Hace tres meses, entré en la carrera a presidente para derrotar a Donald Trump. Hoy, abandono la carrera por la misma razón: Derrotar a Donald Trump- porque para mí está claro que quedarse haría que alcanzar esa meta fuera más difícil”, declaró Bloomberg.

En las elecciones primarias a candidato demócrata denominadas supermartes, Biden ganó en nueve de los catorce Estados mientras que Bloomberg solo en American Samoa y obtuvo 43 delegados.

La candidatura  de Michael Bloomberg se anunció tarde, a finales de noviembre, pero rápidamente fue subiendo en las encuestas como una alternativa a tener en cuenta, entre otras cosas, por su capacidad para gastarse sumas de dinero nunca vistas.

Así, según la agencia Bloomberg, el ex alcalde de Nueva York habría invertido al menos 687 millones en total en su campaña, 550 millones de los cuales han ido destinados a publicidad. Gracias a ello, y según las encuestas, casi el 60% de los americanos han visto uno de sus anuncios, televisivos o digitales. Además, para llevar a cabo su campaña Bloomberg creó una operación con más de 2.400 empleados, 200 oficinas en 43 estados y territorios.

Sobre el futuro del multimillonario de 78 años, se prevé que vuelva a retomar la gestión diaria de su compañía tal y como hizo en 2013 tras finalizar sus mandatos como alcalde de Nueva York.

¿Cómo afectará el coronavirus a la economía y los mercados? Gestoras y asesores optan por mantener posiciones y empiezan a ver oportunidades

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Pixabay CC0 Public Domain. coronavirus españa

Las caídas han sido protagonistas en los mercados en las últimas semanas. La crisis sanitaria del coronavirus y los cortes de producción sufridos en China han hecho saltar las alertas ante una posible recesión. Los datos ya apuntan hacia una posible desaceleración de la economía asiática y mundial, y los mercados lo reflejan. El Ibex ha sufrido caídas superiores al 10% y las consecuencias podrían seguir notándose en las bolsas mundiales, y también la española, a pesar de las medidas de contención de los bancos centrales, pues ayer la Fed bajó los tipos de interés. La volatilidad seguirá reinando, dicen los expertos, pero las entidades recomiendan mantener posiciones y en algunos casos empiezan a ver oportunidades.

Según Carlos Mendoza, portavoz de gestión de Altair Finance AM, nos encontramos frente a un virus cuyas consecuencias serán “bastante limitadas en lo referente a la salud, pero no así en lo económico”. Desde Altair apuntan a un escenario protagonizado por altas volatilidades en las bolsas en los dos próximos meses, así como un entorno que rozará lo recesivo en lo económico y estará a expensas de las medidas de estímulo de los gobiernos y bancos centrales. 

No obstante, “la volatilidad puede y debe ser nuestra amiga”, apunta Mendoza. En este entorno, por ejemplo, la gestora ha aumentado la exposición en mínimos de sus fondos, acompañando al mercado durante las caídas pero “buscando aprovechar el rebote de las bolsas”. 

Ante esto, las gestoras recomiendan, ante todo, mantener la calma y el posicionamiento. Además, desde Tressis recuerdan que “todavía hay poca visibilidad en cuanto a los efectos reales sobre el crecimiento económico”, por lo que resulta recomendable no ceder ante el pánico. Asimismo, para aquellos que “estén invertidos, lo mejor es mantener el posicionamiento, y mientras que para los que esperan en liquidez, es un momento para ir construyendo cartera”, subraya Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis. 

“Nuestro escenario base sigue siendo que el virus terminará cediendo y que el impacto sobre la economía, aunque evidente en la primera parte del año, desaparecerá después”, añade Joaquín Casasús, socio y director general de Abante. Desde la entidad, y en este contexto de importantes caídas, “entendemos que empiezan a producirse oportunidades interesantes y, a este respecto, estamos empezando a tomar más riesgo en los fondos”, dice.

Por su parte, Diaphanum ha emitido un comunicado en el que recomienda aumentar la exposición a activos de riesgo en las carteras, vía bolsa de EE.UU. y bolsa europea. Así, aunque es complicado cuantificar el efecto que pueda llegar a tener la extensión del coronavirus – ya no está concentrado en China y se está expandiendo rápidamente en muchos países, lo que provocará efectos económicos importante en el corto plazo, por el cierre de factorías que está provocando alteraciones en las cadenas de producción, con un efecto directo en las ventas, el consumo, la compra de automóviles y la actividad económica en general, en mayor medida en los países más afectados (China, Irán, Corea del Sur y Norte de Italia)-, y aunque reconoce que el sector turístico, la hostelería y las empresas de transporte de viajeros, especialmente importantes para la economía española, se verán afectados de forma significativa,  no todo es negativo.

“Los bancos centrales están reaccionando con un aumento de los estímulos económicos, como ha ocurrido con el Banco Popular de China y la Fed, que ha bajado 50 puntoso básicos. los tipos para apuntalar la economía y apoyar la evolución de los mercados financieros. Igualmente se está debatiendo la posibilidad de aumentar el gasto público para reactivar la economía, en pleno año electoral en EE.UU. “, explican en la entidad.

Diaphanum considera que esta situación afectará negativamente al crecimiento mundial y a los resultados de las empresas, con una bajada de actividad muy rápida, pero que tendrá una reacción igualmente rápida (movimiento en V), y que se está reflejando en los mercados, con una fuerte caída de precios de los activos de riesgo y es muy probable que también se descuente rápidamente la subida, por lo que recomienda actuar con celeridad.  En este escenario, los mercados se han abaratado con las caídas y los multiplicadores bursátiles son menos exigentes, aunque hay que contar con una revisión a la baja de los resultados, dicen.

Los más afectados

En lo que respecta a la economía española, esta situación afecta negativamente al turismo y a todos los sectores vinculados a este, como las aerolíneas o la restauración, según Perea. La semana pasada, por ejemplo, ya vimos los efectos que el virus está teniendo en estas empresas: la aerolínea IAG sufrió otro correctivo del 8,78% y ha decidido no publicar previsiones de beneficio ante la debilidad de la demanda generada por la expansión del coronavirus. Por ahora, este impacto se ve reflejado en la actividad, pero Perea advierte de que, de extenderse en el tiempo, probablemente termine afectando al empleo. 

Por otro lado, no sólo se registran impacto negativos. Las importantes bajadas del precio del petróleo (23% de caída alcanzando los 50 dólares barril) “podrían mitigar algo el impacto sobre la economía en un país como España, que es importador neto de energía”, añade Perea. 

No obstante, desde Altair aconsejan diferenciar el comportamiento del Ibex 35 con la economía en general ya que sectores como el turismo que representan casi el 15% del PIB de nuestro país, apenas tiene representación en el selectivo.

Por último, según la gestora, Europa puede sufrir más que Estados Unidos, debido a la composición sectorial de su economía, mucho más industrial que la americana.

Las medidas monetarias

Con todo, los mercados cuentan ahora con el apoyo de los bancos centrales, empezando por la Fed, que previsiblemente será secundada por el BCE. “Esperamos medidas adicionales en la próxima reunión que complementen esta bajada de tipos y también algún movimiento del resto de bancos centrales, si bien tienen una munición significativamente menor que la Reserva Federal”, dicen en A&G.

Sobre la Fed, “sin duda se trata de una medida valiente y contundente y que obligará a los Gobiernos a adoptar medidas fiscales y de gasto público que apoyen el crecimiento económico y devuelvan la confianza a los ciudadanos y a los inversores”, explica Juan Ramón Casanovas, Head of Private Portfolio Management, en Bank Degroof Petercam Spain.

Con todo, los expertos tampoco olvidan la señal alarmante que pueden dar al mercado: “Desde el año 2008 la Fed no había actuado fuera de sus reuniones habituales. Una decisión como esta únicamente se lleva a cabo si el organismo oficial cree que es necesario actuar con premura. La economía norteamericana sigue fuerte, pero el coronavirus supone riesgos. Durante los últimos días hemos visto una expansión más amplia del virus y que este ha empezado a expandirse por Estados Unidos. Antes de que suponga una amenaza para los precios y para el crecimiento, la Reserva Federal prefiere actuar. Los inversores creen que, si se toman medidas extraordinarias y sobre todo fuera del circuito habitual, puede ser que los estamentos públicos anticipen un deterioro mayor. En cualquier caso, son solo elucubraciones”, añade Casanovas.

“El recorte de tipos de 50 puntos básicos de la Fed ha sorprendido al mercado, no por su movimiento, pero si por el momento. Se esperaba ese recorte para la reunión del 18 de marzo y el hecho de haberla acelerado sólo genera dudas sobre la situación y alimenta el pánico y confirma, o bien que el impacto económico del virus puede ser mayor de lo inicialmente esperado, o que la Fed está más pendiente de la evolución de las bolsas. Históricamente, siempre que la Fed ha hecho una bajada de 50 puntos básicos. la economía estadounidense ha entrado en recesión en los próximos trimestres”, advierte en el mismo sentido Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G Banca Privada.

El experto recuerda que la reacción del mercado ante el recorte de tipos de la Fed ha sido muy negativa: “La reacción del mercado, con las bolsas subiendo en un principio para después caer fuertemente, pone en duda la efectividad de la PUT de la Fed y la fe ciega que el mercado venía teniendo en los bancos centrales”, añade.

 

La segunda montaña

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En su último libro, David Brooks argumenta que, a medida que maduramos, necesitamos ir más allá de ’la primera montaña», la que creemos que debemos escalar, más allá de la autocomplacencia y los objetivos individuales, para alcanzar la cima de la segunda montaña, donde encontramos satisfacción en ayudar a otros o perseguir un bien común. No es difícil extrapolar este argumento del individuo a las compañías (e incluso a los gestores de fondos), donde los desafíos medioambientales y sociales actuales ofrecen a las empresas una gran oportunidad de centrarse en el propósito, así como en los beneficios.

Han pasado 50 años, medio siglo, desde que el economista Milton Friedman argumentara que el único propósito de los negocios era generar beneficio para los accionistas. Tenía en mente un bien mayor: que las compañías exitosas pagaran impuestos que beneficiaran a la sociedad, pero este segundo concepto no adquirió tanta importancia como el primero, particularmente entre la comunidad empresarial. Este pensamiento ha aparecido como una verdad ciertamente inmutable en las últimas cinco décadas. Sin embargo, el anuncio del año pasado por parte de la organización estadounidense Business Roundtable, compuesta por algunas de las compañías líderes del mundo, incluidas muchas multinacionales de primer nivel que poseemos en nuestras carteras, proporcionó una decisiva indicación al respecto de que tal vez era hora de replantear el argumento de Friedman. ¿Pueden depender la sostenibilidad o la durabilidad, para estas compañías y todo el mundo, de una perspectiva más integral? En particular, los firmantes adoptaron diferentes compromisos con sus clientes, empleados, proveedores y comunidades, además de la promesa de generar valor a largo plazo para sus accionistas.

Como inversores a largo plazo en compañías de alta calidad, esto nos parece una buena práctica comercial e incluso de sentido común. Al considerar brevemente las cuatro partes interesadas que mencionó la organización Business Roundtable, existen ejemplos obvios de por qué cada una es importante:

  • Consumidores: cada vez está más claro en el segmento del consumo estable que, para tener éxito, las compañías deben ofrecer productos de «rendimiento» que en realidad brinden beneficios, sobre todo porque los medios sociales ayudan a los consumidores a ser mucho más inteligentes.
  • Empleados: en muchos sectores que dependen de trabajadores altamente cualificados, especialmente de software y servicios de TI, la capacidad de reclutar, motivar y retener al personal es una fuente crucial de ventaja competitiva.
  • Proveedores: las compañías son cada vez más responsables de toda su cadena de suministro, ya sea en torno a la seguridad de los trabajadores o los impactos medioambientales.
  • Comunidades: además de la obviedad de que las comunidades son generalmente consumidores, las compañías ahora tienen que lidiar con un entorno político y regulatorio más estricto; por ejemplo, en materia de comercio, impuestos, antimonopolio, privacidad de datos y medio ambiente.

Para nosotros no existe un intercambio entre «hacer lo correcto» y el éxito a largo plazo. El éxito a largo plazo requiere que las compañías «hagan lo correcto». Desde el principio hemos tenido claro que nuestras carteras están diseñadas para la rentabilidad, no para el impacto, pero cada vez es más cierto que el impacto afectará a la rentabilidad conforme pase el tiempo, ya que las compañías son cada vez más responsables de las externalidades que crean, ya sean emisiones de carbono, residuos plásticos o pérdida de privacidad.

Siendo más positivos, el nuevo «espíritu del tiempo» presenta oportunidades y riesgos, ya que las marcas con fines específicos o aquellas que respetan a los empleados y los reguladores, pueden impulsar las oportunidades financieras. Esto puede ser en forma de aumento de cuota de mercado, poder de fijación de precios o fuerza laboral comprometida respetuosa con el entorno regulatorio. Como argumenta el CEO de Unilever, Alan Jope, «no se trata de un propósito en lugar de beneficios, sino de beneficio a través del propósito»; en otras palabras, es más probable que los clientes compren marcas que compartan claramente los valores con los que se identifican.

Como inversores en compounders, siempre nos hemos centrado en el largo plazo. Las compañías que poseemos tienden a ser menos cíclicas que el índice y tienen posiciones estratégicas sólidas. Así, siempre ha estado implícito que los factores ESG eran una prioridad en la lista de amenazas para mantener rentabilidades elevadas, de ahí nuestro enfoque histórico hacia el gobierno. Durante los últimos años, los factores medioambientales y sociales se han vuelto cada vez más importantes para las compañías en que invertimos dada la crisis climática, la prevalencia de los medios sociales y los entornos políticos menos predecibles. Nuestra respuesta ha sido ser más sistemáticos en torno a las consideraciones ESG. Como resultado, en calidad de equipo de inversión, estamos escalando lo que a veces sentimos que es nuestra segunda montaña, lidiando con situaciones que a menudo presentan dificultad a la hora de cuantificar los riesgos y las oportunidades relacionadas con el ámbito ESG.

En algunos casos, es relativamente sencillo hacer cálculos que aclaren la situación: por ejemplo, contabilizar los probables costes incrementales de unos 30 puntos básicos por año para las compañías de consumo estable que pagan la prima del 40% por plásticos totalmente reciclados (o recortar las tasas de crecimiento para aquellas que no se adaptan). Igualmente, el riesgo de mayores impuestos de sociedades se puede medir comparando el impuesto de sociedades actual con el promedio ponderado de ingresos de las tasas impositivas donde opera la compañía. Incluso es posible modelar el impacto de un impuesto de 100 dólares/tonelada en emisiones de CO2; afortunadamente, esto es manejable para las compañías incluidas en nuestras carteras globales, ya que la intensidad de carbono es un 87%-89% inferior con respecto a la del índice, basado en toneladas de CO2 por millón de dólares ventas (1).

Otras cuestiones no se reducen tan fácilmente a números, lo que ha resultado en conversaciones fascinantes dentro del equipo. Por ejemplo:

  • ¿Cómo pensar en los riesgos de cola: eventos de baja probabilidad con costes potenciales importantes, como una filtración de datos?
  • ¿Qué riesgos son lo suficientemente importantes para que cambiemos el coste de capital de una compañía o la tasa de crecimiento terminal en nuestro modelo?
  • ¿Qué valor le damos a la diversidad y qué coste tiene su ausencia? En términos más generales, la cultura es crucial, pero ¿es cuantificable?

Es dentro de este contexto donde hemos estado trabajando en el desarrollo de un cuadro de mando de factores ESG patentado para nuestras compañías que se centre no solo en cuestiones y controversias específicas e importantes de un valor bursátil determinado, sino también en asociar indicadores a cuestiones «universales» apremiantes, como las emisiones de carbono que amenazan el medio ambiente, la seguridad, los datos, la regulación y la diversidad, ya sean riesgos u oportunidades. Cuando estos sean lo suficientemente significativos, habrá un ajuste explícito a nuestros datos modelados, nuestra metodología de valoración o las dimensiones de las posiciones incluidas en nuestras carteras.

Como siempre, seguimos siendo pragmáticos, artistas y científicos, reconociendo que los problemas rara vez son obvios. Como inversores con un enfoque bottom-up basado en fundamentales, buscamos una mayor comprensión de nuestras inversiones en un mundo cada vez más complejo. Nos esforzamos por llegar a una evaluación razonablemente objetiva del efecto neto de las actividades positivas y negativas de nuestras compañías sobre su potencial de rentabilidad. Admitimos abiertamente que aún no tenemos todas las respuestas, ¡y casi con toda certeza nunca las tendremos! Lo que podemos ofrecer es una perspectiva genuinamente a largo plazo, un compromiso para afrontar estos problemas dentro del equipo en lugar de subcontratar externamente, un historial de compromiso exhaustivo con las compañías en las que invertimos y una experiencia profunda en términos de sector y compañías para aislar y analizar las cuestiones clave. Esperamos expectantes poder escalar junto a usted la segunda montaña.

 

Columna de Bruno Paulson, Managing Director, y Laura Bottega, Managing Director y principal especialista de carteras en Morgan Stanley Investment Management

 

Anotaciones:

  1. Fuente: MSCI, Morgan Stanley Investment Management, a 31 de diciembre de 2019.

 

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The views and opinions are those of the author of the date of publication and are subject to change at any time due to market or economic conditions and may not necessarily come to pass. The information presented represents how the investment team generally applies its investment processes under normal market conditions. This general communication, which is not impartial, is for informational and educational purposes only, not a recommendation. Information does not address financial objectives, situation or specific needs of individual investors. Investing involves risks, including the possible loss of principal.

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