Foto cedidaRussell Barlow, responsable global de estrategias alternativas de Aberdeen Standard Investments (ASI). Russell Barlow (ASI): “La diversificación que ofrecen los hedge funds los hace atractivos en medio de la tormenta provocada por el coronavirus”
Nos encontramos en el “ojo de la tormenta” despertada por el brote de coronavirus en la economía global y, aún pendientes de sus consecuencias a largo plazo, los inversores comienzan a asumir posturas más conservadoras. En este contexto, Russell Barlow, responsable global de estrategias alternativas de Aberdeen Standard Investments (ASI), y Duncan Moir, gestor senior de la entidad, aseguran que es un buen momento para invertir en hedge funds, gracias a sus características de diversificación y su exposición a riesgos no tradicionales.
En una entrevista con Funds Society en Madrid, Barlow afirma que su mayor preocupación en torno al coronavirus reside en el comportamiento de la sociedad. A su juicio, si esta permanece demasiado cautelosa durante mucho tiempo y el gasto de los consumidores continúa reduciéndose, las consecuencias para las empresas y, finalmente, para los mercados se prolongarán. “Esperábamos que los mercados cayeran a principios de año y que, con los estímulos, se recuperaran en el segundo trimestre. Pero el riesgo ahora está en que los estímulos no surtan efecto y la situación siga empeorando”. Aun así, ASI mantiene un enfoque más “racional” sobre el riesgo generado por la infección.
En un entorno de este tipo, “es extremadamente beneficioso contar con fuentes alternativas de retornos que te permiten ampliar la mirada y no limitarte a una métrica única”, defiende al destacar que, incluso cuando caen los mercados, como en las últimas semanas, los hedge funds son capaces de generar retornos positivos.
Barlow acumula 20 años de experiencia en el área de alternativos líquidos de ASI, que actualmente cuenta con 14.000 millones de dólares en activos alternativos bajo gestión. En ese tiempo, ha visto cómo la industria de los hedge funds se ha transformado, sobre todo a partir de 2008. “Después de la crisis y con el aumento del interés de los inversores institucionales por estos productos, se produjo un cambio en la mentalidad que requirió una mejor gestión de las comisiones, mayor transparencia y, ante todo, una buena infraestructura”, destaca.
Gracias a esta “institucionalización”, la gestora ha podido desarrollar tres tipos diferentes de soluciones alternativas gestionadas de forma activa y, más recientemente, estrategias pasivas. Estas nacen de su alianza con HFR (Hedge Fund Research), entidad especializada en el análisis y la indexación de la industria de hedge funds con la que lanzarán una plataforma offshore a finales de año para ofrecer exposición pasiva a los hedge funds.
Gestión pasiva de alternativos líquidos
En la misma entrevista, Moir revela que, con esta visión, ya en febrero de 2019 aterrizó en el mercado el ASI HFRI I – Liquid Alternative UCITS Fund. “Nuestros clientes nos demandaban un enfoque pasivo en alternativos líquidos y lanzamos este fondo que replica el índice de HFR de esa industria”. En concreto, la cartera está compuesta por fondos hedge funds de renta variable o long/short (40,68%), macro (26,55), de valor relativo (24,29%) y “event driven” (8,47%).
Según cuenta, se trata de un producto con estructura UCITS atractivo para los grandes inversores, ya que les permite tener acceso a fondos pequeños con más oportunidades de generar alfa, algo que habitualmente no pueden hacer. “También es bueno para inversores que no cuentan con recursos para analizar todo el mercado de los hedge funds y ahora pueden acceder a toda la clase de activo”.
Otra característica “singular” que destaca Moir sobre la estrategia es que permite realizar asignaciones a muy bajo coste, ya que ASI negocia las comisiones con los 200 fondos que se encuentran en el índice para poder obtener retornos netos idénticos a este. “Somos capaces de hacerlo porque nos ven como un inversor diferente: no pensamos en los retornos individuales de cada fondo, sino en que forman parte del índice que replicamos y, por tanto, si registran caídas, no las sufrimos como una cartera de 30 títulos”.
Según Moir, el fondo despierta el interés de los inversores que buscan obtener esa exposición pasiva clave a la industria de los hedge funds a bajo coste y, al mismo tiempo, sumar alfa adquiriendo como “satélites” fondos individuales de alta convicción que forman parte del índice de referencia. El segundo uso que destaca tiene que ver con la liquidez diaria que ofrece la estrategia: es el que le dan quienes utilizan el hedge fund pasivo como una manera de contar con efectivo en la cartera manteniéndose invertido en el mercado.
También hace hincapié en que la estrategia es especialmente atractiva para quienes todavía no han invertido en alternativos porque lo ven un mercado demasiado caro, complejo o amplio. “Es una buena manera de dar el primer paso en la industria, ya que la volatilidad es muy baja, de apenas el 3%”, afirma Moir.
Pixabay CC0 Public Domain. Más de la mitad de los hedge funds usa datos alternativos para ser más competitivos
A finales de febrero, la Comisión Europea anunció que revisará la directiva de información no financiera. Por ello, y como parte del Pacto Verde Europeo, ha publicado una consulta pública para revisar la directiva de información no financiera (NFRD, por sus siglas en inglés).
Según explican los expertos de finReg360, la revisión pretende proporcionar a todas las partes interesadas datos completos y homogéneos sobre cómo inciden las actividades de una compañía en el medioambiente y en la sociedad, y cómo se tratan los potenciales riesgos de sostenibilidad. “Se trata de una pieza clave para que los participantes en el mercado puedan cumplir a su vez con las obligaciones de divulgación y, de esta forma, que los inversores finales puedan conocer el grado de sostenibilidad de sus inversiones”, señalan.
La Comisión Europea publicó la consulta el pasado 20 de febrero y estará abierta hasta el 14 de mayo, un plazo suficiente para recabar información para mejorar la calidad y el alcance de la información que las empresas sujetas a esa obligación tienen que publicar anualmente. Desde finReg360 apuntan que los aspectos más relevantes que se quieren revisar con esta consulta son:
Calidad y alcance de la información no financiera: necesidad de incorporar otros factores no financieros no previstos hoy o categorías adicionales de información no financiera que las empresas deberían comunicar.
Estandarización de la información: para que todas las empresas publiquen la información conforme a estándares comunes. Para ello, se deberán establecer estándares vinculantes.
Principio de materialidad: puede ser necesaria una definición alternativa de este principio, de forma que encaje en el contexto de la información no financiera.
Verificación del contenido: dado que el auditor se limita a comprobar la existencia de la información no financiera.
Digitalización: posibilidad de que la información se publique en un formato machine-readable o legible por máquina.
Estructura y ubicación de la información no financiera: cuando se separa del informe de gestión, tiene consecuencias negativas.
Alcance: hay argumentos de peso para ampliar el ámbito de aplicación de la NFRD a otros tipos de entidades, como grandes empresas no cotizadas o filiales de empresas sujetas.
Desde finReg360 explican que la Comisión ha identificado una serie de problemas con la información que hoy se reporta y por eso lanza la consulta sobre estos temas. “No se comunica suficiente información sobre cuestiones de sostenibilidad relacionadas con las actividades empresariales, lo que provoca un déficit de este tipo de datos en el mercado. En particular: la información no es suficientemente fiable y comparable; no se reporta toda la información que es necesaria o se reporta información no relevante; determinadas compañías que son relevantes para los inversores no están obligadas a publicar esta información; y aunque sí esté publicada, la información no es fácilmente localizable. Además, las compañías incurren actualmente en costes innecesarios para transmitir la información no financiera”, resume sobre los principales problemas que ha identificado la Comisión Europea.
Pixabay CC0 Public Domain. La evolución inalámbrica 5G: ¿Se me oye bien?
Si se juzga únicamente por su descripción, el 5G no parece el tema más interesante del momento. No tiene el atractivo de la inteligencia artificial, o del aprendizaje automático, por ejemplo. Tampoco hace reales las imágenes típicas de la ciencia ficción, como lo hacen los vehículos sin conductor, la robótica avanzada o la tecnología ponible.
Sin embargo, su poco atractivo para el público se compensa con su increíble potencial de transformación. Se prevé que esta quinta generación de comunicación inalámbrica sea hasta 100 veces más rápida que la actual 4G. De hecho, la tecnología 5G es el ingrediente esencial que hace posibles muchas de las principales tecnologías del mañana. Por ejemplo, los robots solo podrán llevar a cabo las complejas tareas que se imaginan para el futuro si pueden sincronizarse entre ellos de forma inalámbrica en tiempo real.
Es posible que los principales beneficios del 5G no vengan de lo que se espera, sino de innovaciones tecnológicas que hoy todavía son meros esbozos de ideas. Eso es lo que ocurrió con el 4G cuando se implementó hace casi una década. El 4G cumplió su promesa de ofrecer velocidad y conectividad. Más allá de ello, sin embargo, articuló las bases que posibilitaron el vasto ecosistema actual de aplicaciones para teléfonos inteligentes: vídeo y música en streaming, redes sociales y juegos portátiles.
Lo mucho que está en juego con el 5G se refleja en la feroz competencia entre Estados Unidos y China. Como parte de su conflicto generalizado en el área del comercio y la tecnología, las dos economías más grandes del mundo se enfrentan en una carrera para dominar el 5G, con el convencimiento de que ofrecerá una vía hacia la superioridad económica y digital. En efecto, si podemos guiarnos por lo ocurrido con el 4G, el país que mejor despliegue el 5G podría obtener importantes beneficios económicos.
El 5G es la tierra prometida digital
Por supuesto, nada de esto ocurrirá de la noche a la mañana, ya que todavía hay que limar los estándares tecnológicos, superar los obstáculos logísticos, y realizar importantes inversiones en infraestructuras.
Aún así, hay mucho que celebrar, tanto para las compañías que ofrecen componentes y servicios como para los usuarios, con su impresionante velocidad y tiempo de reacción casi inmediato. Es posible que en los próximos años el 5G despeje algunos de los atascos del 4G, asiente las bases de las nuevas innovaciones, y en última instancia, de paso a una nueva era de las comunicaciones.
La reducción de la latencia es la revolución inalámbrica
Cada generación de red móvil ha mejorado a su predecesora. La gran virtud del 5G consiste en reducir la latencia, esto es, el tiempo que dos máquinas tardan en comunicarse entre ellas. Un ejemplo es cuando, al realizar una llamada de teléfono, hay que esperar un momento en silencio antes de que el otro teléfono empiece a sonar. Ese momento es el tiempo de viaje: la señal debe llegar al otro dispositivo, que debe procesarla y enviarla de vuelta al teléfono que hace la llamada.
La latencia se mide en milisegundos, o milésimas de segundo, y aunque no parece que suene a mucho, es un gran problema para las acciones dependientes del tiempo.
El 5G soluciona la necesidad de velocidad
La mayoría de las redes 4G tardan unos 50 milisegundos en llevar una solicitud de un punto a otro; las redes 5G tienen el potencial de reducir ese tiempo de forma consistente a 1 milisegundo. Puede sonar a poco, pero una mejora así de nuestro tiempo de reacción a la velocidad de conducción de una autopista nos permitiría frenar unos 3 metros antes. Si nuestro vehículo se está conduciendo a sí mismo, cada centímetro cuenta.
Este tipo de reducciones de tiempo son todavía más importantes en sistemas que procesan cientos o miles de solicitudes de servidor al minuto, en especial cuando la velocidad de una función depende de otra. En una línea de producción, por ejemplo, un robot no puede ir más rápido que el que va delante. La latencia también limita la funcionalidad multitarea o los cambios entre funciones. Una latencia elevada añade tiempo a cada paso, lo que hace que algunas tareas sean demasiado ineficientes para merecer la pena.
Muchos sectores podrían beneficiarse del 5G
Los vehículos sin conductor encabezan la lista de sectores que esperan beneficiarse del 5G. Las comunicaciones ultrarápidas darán a los vehículos más tiempo para reaccionar a las sorpresas y para enviar advertencias a otros vehículos.
La robótica industrial también podría recibir un gran impulso, ya que las máquinas automatizadas podrían ejecutar tareas más complejas. Los robots estarían mejor preparados para encargarse de varias tareas. Más allá de eso, el 5G podría permitir que las fábricas empleasen robots sin el estorbo del cableado. Y las máquinas con reflejos inmediatos podrían minimizar los accidentes en las plantas de fabricación al identificar y esquivar a los humanos.
La aparición del 5G podría tener importantes consecuencias en la sanidad. Por ejemplo, podría acelerar la aplicación de cirugía robótica, lo que permitiría que los médicos controlasen los dispositivos de forma remota sin retrasos y sin perder precisión. Esto permitiría que un especialista en una parte del mundo operase a un paciente en la otra.
Además, a medida que los dispositivos conectados se hacen más comunes (como las neveras conectadas a Internet y los collares de perro con GPS), es probable que los hogares añadan una carga mucho mayor a la red. Una latencia más baja y un mayor ancho de banda harán que «el Internet de las cosas» sea más fácil de gestionar.
Ha comenzado la carrera mundial por la supremacía en el 5G
El impacto final del 5G podría ir más allá de la simple tecnología. Si nos guiamos por el pasado, una implantación con éxito podría impulsar toda una economía, tal y como vimos en Estados Unidos con el 4G. Al modernizar su obsoleto sistema 3G, EE. UU. creó un entorno fértil para que las compañías tecnológicas nacionales desarrollasen nuevas formas de almacenar y transmitir el contenido, y un sólido acceso para el público garantizó la audiencia necesaria para consumir ese contenido. Los inversores se beneficiaron mucho cuando Facebook, Netflix y Alphabet (la matriz de Google y Youtube) aseguraron sus posiciones líderes en el mercado.
Ahora se ha disparado una carrera frenética para dominar el 5G. China lleva mucho tiempo intentando establecerse como uno de los grandes actores en el mercado de las redes móviles, tanto ayudando a desarrollar protocolos de sistema como apoyando a sus productores de hardware. Uno de ellos, Huawei, se encuentra entre los mayores productores de hardware de red, aunque en la práctica se le ha vetado en los mercados estadounidenses por miedo a que sus terminales pudieran recopilar datos delicados para el Gobierno de China.
Como parte de su estrategia, China aisló su Internet y desarrolló su propio motor de búsqueda, sus redes sociales y sus gigantes del comercio electrónico: Baidu en lugar de Google, WeChat en lugar de Facebook, Alibaba en lugar de Amazon. Ahora tiene su propio ecosistema de Internet, altamente desarrollado. Esto ha situado a China en una buena posición para cosechar los beneficios del 5G, y quizá, para posicionar a algunas de sus compañías como líderes mundiales.
Lo que es seguro es que la lucha por la supremacía en el 5G va a crear oportunidades para los inversores a largo plazo. Las empresas que crean tecnología punta, así como las que la emplean para lanzar productos nuevos o mejorados, tienen el potencial de destacar en el mercado mundial. Una vez que el 5G esté disponible en todas partes, se crearán modelos de negocio que antes no existían a causa de las limitaciones tecnológicas. También dará un impulso a los gigantes de la tecnología actuales a medida que las búsquedas en Internet, las redes sociales y el comercio electrónico se integran más y más en el día a día.
Tribuna de Isaac Sudit, analista de inversión en renta variable de Capital Group.
La convulsión que ha sufrido el precio del petróleo presenta los rasgos de un choque de personalidades y naciones que rivalizan por el predominio. En Fidelity International opinan que el conflicto entre Rusia y Arabia Saudí que ha provocado el enfrentamiento en la reunión de la OPEP+ en marzo sigue en fase de escalada y que la situación podría empeorar antes de mejorar. Así, los analistas Paul Gooden, Tom Robinson y Randy Cutler creen que el riesgo es que el exceso de oferta, sumado a la debilidad de la demanda económica debido al covid-19, mantenga los precios por debajo de los umbrales de rentabilidad que se contemplan en los presupuestos nacionales. Por lo tanto, todas las partes tienen interés en resolver esta cuestión antes de que los perjuicios sean demasiado graves.
Aumenta la oferta, se reduce la demanda
La tormenta perfecta que se ha desatado en el mercado del petróleo, a saber, una perturbación simultánea de la oferta y la demanda, parece ser el resultado de unos errores generalizados de cálculo geopolítico. La gravedad que terminen revistiendo los perjuicios dependerá de la magnitud del desajuste entre oferta y demanda a partir de ahora. La hipótesis de trabajo actual de Fidelity International para 2020 es un exceso de oferta de alrededor de 1 millón de barriles al día, con un descenso de la demanda mundial del 0,4% atendiendo a la destrucción de la demanda en China a consecuencia del brote de coronavirus COVID-19. Esta cifra podría cambiar a medida que se vayan aclarando los efectos del virus en su totalidad.
Fase de escalada
La cordura podría imponerse finalmente en el enfrentamiento entre Arabia Saudí y Rusia, pero por ahora las sensaciones que destilan los dos bandos son negativas e indican que se encuentran en la fase de escalada de esta guerra de precios en el petróleo. Saudi Aramco se ha comprometido a incrementar la producción en abril hasta máximos históricos y por encima de lo que en Fidelity International creen que es su capacidad sostenible, lo que sugiere que recurrirá a sus reservas de crudo. Rusia ha apuntado que podría incrementar la producción a corto plazo.
El ministro de energía ruso no ha cerrado la puerta a la cooperación con la OPEP+ y a nuevas reuniones en mayo o junio, pero su homólogo saudí ya ha comentado que “no ve la conveniencia” de celebrar reuniones de la OPEP en esas fechas (1).
Si en estos momentos se encuentran en la fase de escalada, en abril y mayo se pasará a una fase de demostración de fuerza. Partiendo de este calendario, lo más pronto que se podría avanzar hacia una resolución es a partir de junio. En pocas palabras: las cosas van a empeorar antes de mejorar, lo que provocará grandes perjuicios a ambos países.
Para cuadrar sus cuentas públicas, Rusia necesita que el precio de equilibrio del petróleo ronde los 42 dólares por barril, mientras que para Arabia Saudí esta cifra se sitúa en 83 dólares (2). Rusia cuenta con la ventaja añadida de que la reciente depreciación de su moneda reduce sus costes de producción en rublos, amortiguando así el impacto de los menores ingresos en dólares que recibe. La moneda saudí mantiene un cambio fijo con el dólar estadounidense, por lo que no obtiene este desahogo. Los dos países cuentan con ratios deuda-PIB bajos y unas saludables reservas de liquidez en dólares estadounidenses.
Política personalista
El embrollo que comenzó en la reunión que celebró la OPEP+ el 6 de marzo, en la que Rusia rechazó la propuesta saudí de recortar la producción otros 1,5 millones de barriles diarios, se ha inflamado hasta convertirse en una guerra de precios abierta. Aunque el hundimiento de los precios podría haber sido el resultado de una situación llevada al límite que se ha ido de las manos, los dos países pueden utilizarlo para perseguir objetivos estratégicos.
Arabia Saudí se ve a sí misma como el líder de la OPEP+ por su posición dominante en el mercado petrolero y su papel histórico en el cártel. Desde su perspectiva, un crudo barato castigaría a Rusia por su falta de deferencia hacia el liderazgo saudí, su incumplimiento sistemático de los objetivos de producción y su apoyo a Irán. La estrategia saudí de poner sus miras especialmente en el norte de Europa (donde Rusia es el principal proveedor) con petróleo más barato parece estar diseñada para hacer daño a Rusia en su misma puerta.
Rusia, por su parte, podría enfocarlo como una oportunidad para presionar a EE.UU. a través del sector energético y bancario. Algunos actores del sector del esquisto de EE.UU. podrían entrar en quiebra, pero las empresas mejor gestionadas pueden sobrevivir durante al menos dos o tres años y después terminarán surgiendo nuevas empresas (los yacimientos siguen estando ahí). Las grandes multinacionales podrían beneficiarse haciéndose con activos baratos o lanzando movimientos de concentración.
La industria del esquisto sufrirá
Las empresas del sector del esquisto de EE.UU. ya han pasado por esto. Se llevarán la peor parte de esta guerra de precios, como ocurrió durante la guerra de precios de 2014-2016, cuando Arabia Saudí aumentó la oferta para intentar echar a los productores de esquisto del mercado. Las empresas estadounidenses respondieron mejorando la eficiencia y reduciendo sus costes de explotación, pero actualmente les quedan pocas eficiencias adicionales que explotar. Ya se está viendo cómo algunas empresas reducen la actividad para proteger los balances y los dividendos. Estas empresas están preparadas para recortar la producción y en Fidelity International esperan que se den más revisiones de planes durante las próximas semanas. Las empresas de servicios al sector energético que suministran equipos a las petroleras son otro grupo obvio de damnificados, ya que la demanda de sus competencias y equipos va a caer con fuerza.
Las empresas del sector energético representan un porcentaje enorme del mercado de deuda high yield y podrían tener dificultades para refinanciarse a medida que se deterioren sus balances. Si se asiste a un ciclo de impagos normal, el resultado podría no ser tan malo a largo plazo. La oleada de impagos de deuda del periodo 2014-2016 estuvo relativamente controlada y dejó un sector con una mejor salud general.
Aramco y los importadores netos podrían beneficiarse
Los accionistas de Saudi Aramco podrían convertirse en ganadores relativos con estos acontecimientos, ya que la empresa garantiza a los inversores internacionales sus dividendos durante cinco años tras la OPV. Eso podría elevar mucho el atractivo de esta empresa a medida que los rendimientos se compriman en otras clases de activos.
La producción libia podría emerger en una mejor posición. Si se acuerda un alto el fuego en la guerra civil libia, la empresa petrolera estatal podría suministrar más del 1% de la demanda mundial a finales del segundo trimestre.
A escala macroeconómica, los países que son importadores netos de crudo, como China y la India, se benefician de la caída de los precios. A escala microeconómica, los consumidores y las empresas generalmente ganan cuando el precio del petróleo se hunde, ya que sus costes descienden. Una regla general es que por cada 10 dólares de descenso del petróleo, el crecimiento mundial interanual puede aumentar hasta 30 puntos básicos. Obviamente, eso es así en condiciones normales y depende de que el coronavirus se contenga y de que el comportamiento de los consumidores y las empresas se mantenga relativamente inalterado.
A largo plazo, se impondrá la cordura
La geopolítica es compleja, al igual que los efectos del coronavirus, y puede que durante algún tiempo no se conozca la realidad que se esconde tras la disputa en el seno de la OPEC+. La situación podría prolongarse durante varias semanas y meses, pero al final, en la opinión de Fidelity International, los intereses financieros fríos y calculadores se impondrán a los egos heridos. A las dos partes les interesa resolverlo, pero podrían infligirse más daños colaterales hasta que se percaten de ello, defienden en la gestora.
Anotaciones:
(1) World Oil y Reuters
(2) Financial Times y Federal Reserve Bank of St Louis
Courtesy photo. FLAIA realizará su primer "Foro Digital de Bienes Raíces, Direct Lending & Private Debt"
La Florida Alternative Investment Association (FLAIA) organizará su primer Foro Digital de Bienes Raíces, Direct Lending & Private Debt el 26 de marzo, con diversas sesiones entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
Según Michael Corcelli, fundador y presidente de FLAIA, el evento «se centra en la intersección de los préstamos directos y los bienes raíces, ya que las oportunidades ofrecidas para una inversión exitosa son abundantes. Los bienes raíces son un pilar de la economía estadounidense y global y el mundo tiene abundancia de oportunidades para los inversores. El objetivo de este foro es proporcionar una plataforma digital donde diferentes partes interesadas puedan aprender de los tomadores de decisiones clave, establecer relaciones y obtener capital que fluya hacia sus respectivos proyectos».
Foto cedidaEl gestor de carteras de renta variable de Capital Group, Steve Watson, durante el evento en Miami.. Capital Group defiende su visión a largo plazo en su primer evento para clientes offshore en Miami
Desde 1931, Capital Group se ha centrado en generar retornos superiores y consistentes para inversores a largo plazo. Así lo dejó claro en su primer evento oficial para clientes offshore, celebrado en Miami a finales de febrero con la presencia de expertos externos y representantes clave de la gestora.
En la cita, intervinieron Michael Schweitzer, director de distribución de altos patrimonios de la entidad; Luis Arocha, vicepresidente regional para fondos offshore; y el gestor de carteras de renta variable, Steve Watson, que acumula 30 años de experiencia en Capital Group y planteó sus perspectivas para esta clase de activo en 2020.
Watson revela a Funds Society que, para invertir con éxito en las empresas, Capital Group adopta una visión a largo plazo, por lo que realiza grandes esfuerzos para poder determinar la diferencia entre el valor fundamental de una firma y su precio en el mercado. Asimismo, destaca que cuentan con una amplia trayectoria en relación a su capacidad de rendir ante sus inversores en ciclos de mercados “complicados y volátiles”, como el que atravesamos en la actualidad.
“También creemos en el valor de la diferencia de estilos y perspectivas: no hay dos gestores que tengan exactamente el mismo enfoque para invertir o capturar las ineficiencias del mercado. Por eso adoptamos un enfoque de gestión múltiple: dividimos las carteras en segmentos, cada uno en manos de un gestor individual. Los gestores representan un conjunto diverso de contextos, estilos y enfoques”, añade Watson.
Con esta mirada, la gestora busca obtener retornos elevados y sólidos a través de carteras de “alta convicción”, una investigación rigurosa a nivel mundial y su insistencia en la rendición de cuentas a nivel individual. En ello se basa su enfoque fundamental “bottom-up”, que guía todas las estrategias de Capital Group; como el Capital Group New Perspective Fund (LUX), que está en manos de siete gestores entre los que se encuentran el propio Watson.
El fondo se centra en las acciones que se benefician de las tendencias seculares mundiales. Además, trata de identificar multinacionales establecidas en su etapa temprana con importantes flujos de ingresos procedentes de mercados extranjeros y el potencial de convertirse en líderes. “Con miras a lograr un crecimiento del capital a largo plazo, busca aprovechar las oportunidades de inversión generadas por los cambios en los patrones del comercio internacional y las relaciones económicas y políticas”, revela Watson. Por ello, lo considera especialmente adecuado para aquellos inversores que persiguen un crecimiento del capital a largo plazo a través de la renta variable global.
El impacto del coronavirus
El evento se desarrolló en pleno debate sobre el impacto del coronavirus en los mercados y las estrategias de las gestoras de todo el mundo, una discusión que se mantiene en la actualidad. Al valorar su influencia concreta en el fondo LUX, Capital Group destaca que su enfoque fundamental ‘bottom-up’ permite que sus analistas y gestores aborden el impacto del COVID-19 empresa por empresa. En concreto, prestan una especial atención a los riesgos y oportunidades a largo plazo que pueda generar el estallido de la epidemia.
Actualmente, muchos inversores se centran especialmente en la exposición a China, que es relativamente limitada en el caso del New Perspective, ya que solo el 0,4% (a 31 de enero del 2020) de sus participaciones están domiciliadas en ese país. Sin embargo, los gestores de la entidad están analizando las implicaciones más amplias, ya que aproximadamente el 8,9% de la exposición total de los ingresos del fondo procede de China.
Aun así, según los analistas de Capital Group, a medio plazo, el poder de ingresos de las empresas del fondo permanece intacto. Dada la incertidumbre en torno a un posible rebote, el fondo continúa invertido en sus posiciones de convicción, con los gestores realizando los ajustes necesarios para aprovechar los movimientos relativos y la volatilidad. De hecho, la gestora apunta que, en ciertos casos, los cambios de comportamiento podrían incluso acelerar la adopción de tendencias futuras.
Capital Group está supervisando de cerca areas de oportunidad mientras mantiene sus convicciones a largo plazo. A su juicio, la epidemia podría allanar el camino para que las empresas desarrollen de forma más amplia el “cloud computing”, algo que se extiende más allá de China, ya que las compañías de todo el mundo se ven obligadas a replantearse los planes de continuidad de negocio. “Los datos tendrían que estar en la nube para poder ser accedidos desde todos los dispositivos”, apunta.
El virus también ha hecho que más personas piensen en la forma en que realizan las transacciones cotidianas y puede impulsar el cambio hacia una sociedad sin dinero en efectivo, ya que los pagos móviles se consideran una forma «más limpia» de realizar transacciones. Según Capital Group, a esto se une la posibilidad de que la ciudadanía piense más detenidamente en necesidades financieras a largo plazo, como los seguros.
Asimismo, con la gente evitando los lugares concurridos, o confinados en sus casas, las compras y el entretenimiento en línea han tenido un impulso inmediato, beneficiando especialmente a las empresas de entrega de alimentos frescos, las de juegos y medios de comunicación. “Estos cambios inmediatos de conducta podrían tener implicaciones a más largo plazo para afianzar futuras pautas de consumo”.
Con todo, la gestora destaca que el Capital Group New Perspective ha atravesado distintos ciclos de mercado y ha desplegado una resilicencia significativa en mercados bajistas. “El brote de coronavirus ha agitado claramente los mercados bursátiles, pero con la volatilidad llega la oportunidad”, sentencia.
Finra, la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera en Estados Unidos, alentó a los 3.600 broker dealers que supervisa a tomar medidas cautelares relacionadas con la progresión del coronavirus.
La última vez que Finra brindó a sus miembros orientación sobre cómo operar durante un brote de una enfermedad grave fue durante el brote de gripe porcina en 2009.
En el contexto de una pandemia, las firmas de broker dealers deberían considerar tener a sus empleados y asesores financieros trabajando en oficinas remotas o desde su casa, según el aviso que Finra envió a sus miembros el lunes pasado.
Los broker dealers deben recordar informar a Finra si hacen tales arreglos, dijo el regulador, y estar atentos a alteraciones adicionales de seguridad cibernética como el phishing. «El riesgo de eventos cibernéticos puede aumentar debido al uso de oficinas remotas o arreglos de teletrabajo, una mayor ansiedad entre las personas asociadas y la confusión sobre el virus», según Finra.
Finra también instó a los broker dealers a mantenerse enfocados en sus clientes, un número mayor de los cuales pueden llamar o usar sus cuentas en línea debido a los grandes movimientos en los mercados.
Los broker dealers «están invitados a revisar sus [planes de continuidad comercial] con respecto a la comunicación con los clientes y garantizar el acceso de los clientes a fondos y valores durante una interrupción comercial importante», indica el aviso de Finra. «Si los representantes registrados no están disponibles para atender a sus clientes, se alienta a las firmas miembro a que publiquen de inmediato un aviso en sus sitios web que indique a los clientes afectados a quiénes pueden contactar en relación con la ejecución de operaciones, sus cuentas y el acceso a fondos o valores».
Medidas de contención no solo para la crisis sanitaria sino también para contener el pánico de los mercados: tras sufrir ayer el Ibex la mayor caída de su historia -por encima del 14%-, a última hora del día la CNMV anunció una medida que tiene como objetivo moderar los movimientos bajistas. Así, ha acordado prohibir las ventas en corto durante la jornada de hoy viernes 13 de marzo sobre todas las acciones líquidas admitidas a negociación en las Bolsas de Valores Españolas cuyo precio cayó en más de un 10% durante la sesión de ayer 12 de marzo de 2020 y sobre todas las acciones ilíquidas (en los términos del Reglamento Delegado (UE) 918/2012) cuya caída ha sido superior al 20%.
La decisión se ha tomado de conformidad con el artículo 23 del Reglamento (UE) 236/2012 del Parlamento Europeo y del Consejo, que faculta a las autoridades nacionales competentes para restringir temporalmente las ventas en corto en el caso de una caída significativa en su precio.
El acuerdo se ha tomado teniendo en cuenta la evolución de los mercados de valores en el contexto de la situación creada por el virus COVID-19, que han registrado caídas extraordinarias en los precios de las acciones europeas (14,06% en el Ibex 35) con numerosos valores superando los porcentajes de variación que se recogen en el mencionado Reglamento (UE) 236/2012 y su normativa de desarrollo.
Igualmente se ha tenido en cuenta el riesgo de que en próximas jornadas puedan producirse movimientos de precio desordenados en el mercado bursátil europeo, incluyendo el español.
Según la CNMV, se trata en total de 69 valores, entre ellos Abengoa, Acciona, ACS, Aena, Airbus, Amadeus, BBVA, Santander, Bankia, Bankinter, CaixaBank, Enagás, Ence, Endesa, Ferrovial, Gestamp, Iberdrola, Inditex, Merlin, NH, OHL, REE, Repsol, Talgo, Técnicas Reunidas y Telefónica.
Por ventas en corto se entienden las definidas en el artículo 2.1.b del Reglamento (UE) 236/2012, esto es, toda venta de una acción o instrumento de deuda sin que el vendedor lo posea en el momento de cerrar el contrato de venta, incluso en el caso de que, en el momento de cerrar el contrato de venta, el vendedor haya tomado en préstamo, o acordado tomar en préstamo, la acción o el instrumento de deuda para su entrega en la fecha de liquidación.
Asimismo, quedarían exentas de la prohibición las actividades de creación de mercado, tal y como se definen en el artículo 2.1.k del mismo Reglamento.
La CNMV ha dado traslado de este acuerdo a la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA).
El acuerdo adoptado ha entrado en vigor con efectos inmediatos desde su publicación en la página web de la CNMV ayer por la noche.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Jean and Fred. Foto: Jean and Fred
En el último trimestre del año, los mercados bursátiles estadounidenses repuntaron hasta máximos históricos en un contexto de creciente optimismo sobre una posible reactivación mundial. Si a cualquier participante del mercado le hubieran dicho en enero de 2019 que así es como acabaría el año, no lo habrían creído: el sinfín de desafíos a los que hacían frente la economía mundial y los mercados a principios de año no auguraban nada bueno.
La Reserva Federal estadounidense (Fed) había endurecido su política de forma prematura, la guerra comercial entre EE. UU. y China se estaba recrudeciendo, el Reino Unido estaba sumido en el agonizante proceso del Brexit, Europa se estaba ralentizando (Alemania evitó por los pelos entrar en recesión técnica) y el populismo de derechas resurgía en todo el mundo. En este contexto, cabía esperar que los mercados progresaran poco durante el año y, en cambio, lo hicieron de forma espectacular.
Para finales de diciembre, el índice de volatilidad (VIX), un parámetro para cuantificar la volatilidad en los mercados de renta variable, estaba sumido en la más absoluta calma, y el índice MSCI All Country World Equity había subido casi un 28 % en divisa local. El último trimestre del año protagonizó un especial optimismo que quedó reflejado en los mercados de capitales. Por tanto, los sectores cíclicos de renta variable, como el industrial y el financiero, registraron una evolución superior a la de las opciones más seguras, como los suministros públicos o el consumo básico. Los rendimientos de la deuda pública a largo plazo repuntaron y, en cuanto a las divisas, el dólar australiano se revalorizó frente al yen japonés, mientras que el euro y la libra esterlina repuntaron frente al dólar estadounidense. En materias primas, el cobre superó al oro y el crudo empezó a subir. La euforia empezaba a echar raíces.
Las razones de esta evolución pueden desglosarse a corto y a largo plazo. En el plano más inmediato, el consumo estadounidense mantuvo su solidez durante el año gracias al reducido nivel del desempleo, el aumento de los salarios, el abaratamiento de la financiación de hipotecas y el moderado nivel de la inflación.
Ello conllevó que el 80 % de la economía más importante del mundo se encontraba en buen estado y que, por tanto, resultaba poco probable que se produjera una recesión a escala mundial. En segundo lugar, la liquidez mundial era abundante, dado que los bancos centrales hacían lo que podían para compensar los efectos del comercio usado como arma en la política internacional. La disputa más obvia era entre EE. UU. y China, pero Japón y Corea del Sur también se vieron envueltos en un amargo enfrentamiento sobre reivindicaciones históricas.
La Fed, tras detectar una pérdida de dinamismo económico a principios de año, dio marcha atrás en su endurecimiento de 2017 y 2018 recortando los tipos de interés y declarando que estaría preparada para permitir que la inflación superase su objetivo «de forma simétrica» antes de plantearse un nuevo ciclo completo de endurecimiento (véase Gráfica 1 más abajo). Asimismo, amplió su balance para abordar problemas técnicos de la financiación de los «repos», lo que en gran medida se interpretó, de manera acertada o errónea, como un refuerzo de su compromiso de brindar una liquidez que, en última instancia, beneficiaría a la economía y a los mercados de renta variable. El Banco Central Europeo (BCE) también renovó su programa de expansión cuantitativa, si bien con una gran oposición por parte de Alemania y los Países Bajos.
Estos efectos positivos se intensificaron después del verano, cuando parte de la incertidumbre que acechaba a los mercados se disipó. La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) empezó a darse por sentada con el nuevo primer ministro del país, Boris Johnson, lo que acabó confirmándose con su victoria en las elecciones en diciembre. Al mismo tiempo, EE. UU. y China parecían haber formalizado la primera fase de un exhaustivo acuerdo comercial después de meses de incertidumbre.
Pero, en un plano más profundo, en 2019 se produjo la continuación de una tendencia clave que apuntaló aún más a los mercados bursátiles. En concreto, la demanda de activos seguros por parte de fondos de pensiones, países productores de petróleo, exportadores y empresas con abundante liquidez superó la oferta disponible y mantuvo los precios de los bonos en niveles elevados y los rendimientos, contenidos.
Junto con las políticas monetarias flexibles, los rendimientos negativos o reducidos resultantes en la deuda pública hicieron que los dividendos o las rentabilidades de las acciones parecieran atractivas en comparación y contribuyeron al fenómeno «TINA» —siglas en inglés de «no hay alternativa»— en los mercados de renta variable. Los elevados rendimientos no solo aumentaron el atractivo de las perspectivas de rentabilidad a largo de la renta variable, sino que apuntaban a un mayor valor.
Perspectivas y repercusiones para la inversión
A pesar de la evidente disipación de la incertidumbre, la economía mundial sigue haciendo frente a importantes retos. La globalización podría seguir revirtiéndose mientras las industrias y comunidades locales continúen haciendo frente a las dificultades derivadas de la disrupción y la desigualdad que esta causa y los políticos sigan intentando canalizar el descontento resultante en vez de abordarlo. Así, la guerra comercial entre China y EE. UU. y el brexit seguirán siendo síntomas de este problema tan arraigado. Resulta probable que el crecimiento económico mundial siga peligrando ante la ralentización de la demanda conforme la población activa empiece a envejecer y, en última instancia, a contraerse en el mundo occidental y en China. Este contexto se ve agravado por las escasas probabilidades de que se aplique una respuesta política concertada para abordarlo.
El recurso a la política presupuestaria tendría mucho sentido en vista de los reducidos costes de financiación en todo el mundo y de las rentabilidades potenciales de dedicar recursos a proyectos de inversión.
El sistema interestatal de autopistas que Eisenhower creó en la década de 1950 constituye un magnífico ejemplo del poder de autofinanciación del gasto en infraestructuras: arrojó una rentabilidad estimada del 600%. No obstante, parece poco probable que se materialice una respuesta coordinada, habida cuenta de la oposición (Alemania) y el escaso margen presupuestario (EE. UU., Japón, Italia).
La inmigración es otra posible solución para impulsar la población activa, pero ha pasado a ser una cuestión polémica en muchas economías clave. Así pues, resulta probable que los bancos centrales de todo el mundo sigan haciéndose cargo del problema manteniendo los tipos de interés en niveles reducidos a través de la política monetaria y posibles políticas de expansión cuantitativa (véase Gráfica 2 a continuación).
Al contrario de lo que podría parecer, este contexto de estancamiento económico y los rendimientos reducidos resultantes en la renta fija deberían contribuir a apuntalar las valoraciones de la renta variable, en vez de lastrarlas, dado que los inversores se ven obligados a buscar rendimientos allí donde puedan encontrarlo. Muchos han descrito estos últimos años como excepcionales por haber mostrado estas características tan opuestas pero, en vista de que las condiciones subyacentes no han cambiado, creemos que no hay motivos para creer que no pueden mantenerse durante algún tiempo.
La renta variable sigue siendo la clase de activos escogida por los inversores que buscan crecimiento gracias a las mayores rentabilidades y valoraciones que hemos descrito. Sin embargo, el contexto de escaso crecimiento probablemente conllevará que muchos inversores infravalorarán la asignación adecuada a la clase de activos.
Si bien la volatilidad y otras circunstancias específicas podrían constituir motivos más legítimos para ser prudentes, invertir en empresas que pueden aumentar su cuota de mercado y atraer el capital de los inversores comprometidos seguirá siendo una opción interesante. Se puede obtener valor adicional aumentando la exposición a «megatendencias» que no dependan de un crecimiento económico esquivo.
Algunos ejemplos son: Fortress America (principal beneficiario de las políticas de la Fed, mejor gestión corporativa del mundo), la inversión según criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) (el largo camino de la bondad, las cambiantes demandas de los inversores), la tecnología (crecimiento en un mundo de reducido crecimiento) y los mercados emergentes (auge de la clase media, escasa representación en los índices de renta variable).
Más allá de la renta variable, aquellos inversores con el objetivo de preservar el capital deberán buscar la sencillez y la coherencia. Esta parte de la asignación de activos en la cartera debería tener por objeto lograr un perfil de rentabilidad estable, pero discreto, con el fin de amortiguar la volatilidad asociada a la renta variable.
La mejor forma de lograrlo probablemente sea a través de bonos alternativos, como los títulos vinculados a la inflación o aquellos con garantía hipotecaria, así como la deuda corporativa con duración reducida. La deuda pública sigue desempeñando su papel de diversificación en las carteras más allá de la renta variable y ofrece ahora cierto valor tras el reciente repunte de los rendimientos.
Desde el punto de vista táctico, pueden surgir oportunidades a medida que los mercados pasen de descontar los indicios de una demanda reducida a descontar de nuevo la consiguiente respuesta política. Entretanto, el reajuste periódico de los objetivos de asignación de activos puede generar un valor sorprendente con el tiempo y debería constituir un componente habitual de la actividad regular de todas las carteras. Esta combinación de rigor y flexibilidad será crucial para alcanzar el éxito en 2020.
Tribuna de Julian Horward, responsable de soluciones multiactivo en GAM Investments.
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Pixabay CC0 Public Domain. En términos generales, los fondos direccionales con mayores exposiciones netas superaron a aquellos con niveles inferiores de exposición
En un entorno donde la mayoría de las clases de activos se revalorizaron, el sector de los hedge funds experimentó uno de sus mejores años en una década, según la opinión de Alexis Mansuy, analista en SYZ AM, y Cédric Vuignier, director de Investigación e Inversiones alternativas en SYZ AM. Además, la mayor parte de las estrategias avanzaron, a excepción de las de los gestores sistemáticos macro, que no consiguieron interpretar los mercados con sus modelos fundamentales. “Para los fondos equity market neutral, fue un año positivo a la par que complejo, sobre todo a causa de unas rotaciones de factores más frecuentes y al estrangulamiento de las posiciones cortas”, subrayan los expertos.
Además, la decisión de la Reserva Federal de recortar los tipos de interés vuelve a catapultar los precios de los activos a cotas máximas, situando la volatilidad en niveles mínimos. Como consecuencia, se generaron importantes alzas en las asignaciones a renta variable y apalancamiento en las estrategias basadas en riesgos, como la de la paridad de riesgos. “En caso de que este aumente la volatilidad, cabe esperar un gran desapalancamiento como el que experimentamos a finales de 2018”, advierten desde SYZ AM. Ahora bien, ¿será el coronavirus el desencadenante?
“En nuestra búsqueda constante de alfa, creemos que hay tres temáticas que destacarán en los próximos doce meses”, destacan los autores. En primer lugar, el arbitraje de los bonos convertibles debería beneficiarse de una mayor volatilidad a nivel de los títulos individuales y del aumento de las emisiones nuevas en Estados Unidos. Asimismo, desde la gestora creen que hay valor por descubrir en Japón: “Gracias a las recientes reformas aplicadas por el primer ministro, Shinzo Abe, el sector empresarial japonés está experimentando profundos cambios”, destaca Mansuy.
Por último, la tercera temática de inversión que destaca SYZ AM es el aprendizaje automático. “Esta tecnología revolucionaria está alterando radicalmente nuestra experiencia del mundo a medida que los ordenadores desarrollan sus propios algoritmos”, subrayan los autores. Esto ha creado una carrera en pro de los datos y, entre los inversores, una búsqueda en el mercado. El aprendizaje automático es, según SYZ AM, actualmente una tecnología en la que se puede invertir y que trabaja para optimizar las carteras y crear inversiones y modelos de previsión.
Por otro lado, desde la gestora esperan que los mercados muestren mayor volatilidad, lo que debería favorecer a los gestores macro discrecionales y sistemáticos a corto plazo. No obstante, a los replicadores de tendencias de medio a largo plazo puede resultarles más complejo capear un mercado con más turbulencias.
Asimismo, en el periodo analizado, los mercados de renta variable se anotaron alzas de dos dígitos en la mayoría de las regiones, con dispersión entre los sectores. Las persistentes rotaciones de estilo también caracterizaron el periodo, lo que situó a los títulos financieros entre los más rentables.
Pese a los recortes de tipos a corto plazo a nivel mundial, el rendimiento estadounidense a 10 años volvió a subir del 1,5% a casi el 2%, lo que provocó una rentabilidad inferior en los sectores equivalentes a la renta fija como suministros públicos, inmobiliario y consumo básico.
En términos generales, los fondos direccionales con mayores exposiciones netas superaron a aquellos con niveles inferiores de exposición. Sin embargo, destaca la gestora, las marcadas rotaciones del estilo de crecimiento al de valor hicieron que el alfa fuera más baja para algunos gestores en este segmento. “Esto también generó preocupaciones para los gestores market neutral, que tendieron a mantener un posicionamiento largo en crecimiento y corto en valor, y que arrojaron una rentabilidad de plana a negativa desde septiembre hasta finales de año”, añade Vuignier.
Por todo ello, en estos últimos cuatro meses de repunte de renta variable, desde la gestora subrayan que “no es de extrañar que los gestores de estrategias equity hedge hayan aumentado su apalancamiento”.
“Continuamos siendo prudentes respecto de los mercados bursátiles en el año 2020, después de que en 2019 se hayan registrado rentabilidades que no veíamos desde hace más de media década”, concluyen los analistas. En este año, las tensiones políticas sobre las relaciones comerciales entre EE. UU. y China, y recientemente entre EE. UU. e Irán, así como la continua incertidumbre acerca del Brexit, justifican esta actitud prudente.