VanEck anunció la ampliación de la exención de su comisión para VanEck Bitcoin ETF (HODL), que ofrece exposición a bitcoin al contado.
“HODL sigue siendo el único ETP de bitcoin al contado con una exención de la comisión en vigor que cubre la totalidad de la comisión de patrocinio”, dice el comunicado al que accedió Funds Society.
La exención se mantendrá para los primeros 2.500 millones de dólares en activos hasta el 10 de enero de 2026. De esta manera, se amplía el plazo de la exención de comisiones original, que estaba en vigor hasta el 31 de marzo de 2025, y aumenta el nivel de AUMs, que anteriormente estaba fijado en 1.500 millones de dólares, agrega la firma.
Si los activos de HODL superan los 2.500 millones de dólares antes del 10 de enero de 2026, la comisión sobre los activos superiores al monto será del 0,20%.
Además, todos los inversores incurrirán en la misma comisión de patrocinador, que es la media ponderada de esas tasas. En virtud de esta prórroga, después del 10 de enero de 2026, la comisión de patrocinio será del 0,20%.
«HODL se está acercando al umbral original de 1.500 millones de dólares que habíamos establecido, en medio del entusiasmo de los inversores por las perspectivas del bitcoin. Con esta extensión de la exención de comisiones, buscamos continuar empoderando a los inversores para explorar el potencial de la exposición al bitcoin y los activos digitales en sus carteras», dijo Kyle DaCruz, director de Producto de Activos Digitales de VanEck.
Afi Escuela, la institución española especializada en la formación en economía, finanzas y tecnología, ha anunciado su evolución hacia Afi Global Education, un cambio de nombre que refleja su firme compromiso con una educación de alcance global y con la preparación de profesionales para un mundo en constante transformación. Esta modificación coincide con el cierre de su 30 aniversario.
“Con una sólida presencia en España, México y otros países de América Latina, Afi Global Education se consolida como un espacio de aprendizaje internacional, acogiendo a estudiantes de diversas nacionalidades y creando una comunidad vibrante y multicultural. El término «global» encapsula la esencia de esta transformación: totalidad, integración y conexión. Una visión que no solo responde a las demandas del mercado internacional, sino que también refleja la ambición de Afi Global Education por ofrecer una formación universal que abra las puertas a oportunidades en todo el mundo”, han destacado desde la compañía.
Desde su fundación en 1994, según recoge el comunicado de la firma, Afi ha liderado la vanguardia en educación financiera en español. Con programas pioneros como el Máster en Finanzas, el primero en España en su especialidad, y el Máster en Finanzas Cuantitativas, Afi Global Education ha sido un referente para miles de profesionales.
En los últimos años, la institución ha ampliado su oferta formativa para incluir áreas estratégicas como tecnología, sostenibilidad y gestión del talento, adaptándose a las nuevas exigencias del mercado. “Programas innovadores como el Máster en Data Science y Big Data en Finanzas, lanzado en 2015, y el Programa en Finanzas Sostenibles, iniciado en 2018, posicionan a Afi Global Education a la vanguardia de la formación en temas críticos para el desarrollo global”, subrayan desde Afi.
Un legado de tres décadas de innovación y excelencia
El cambio a Afi Global Education es también una reafirmación de los valores que han definido a la institución durante tres décadas, siendo estos la excelencia académica pues los profesores con una combinación única de rigor académico y experiencia profesional.
Otro de los valores de la compañía es la colaboración con empresas líderes ya que más de 100 organizaciones colaboran con Afi, garantizando una conexión directa entre formación y práctica empresarial y, por último, la diversidad e inclusión puesto que proyectos como #MujeresQueTransforman, lanzado en 2018, reflejan el compromiso de Afi con la igualdad de género y la diversidad en el ámbito educativo y profesional.
Expansión internacional y formación sin fronteras
Desde la apertura de su sede en México en 2017 y el inicio de convenios con instituciones como la Asociación de Bancos de México, Afi Global Education ha fortalecido su presencia internacional. Además, iniciativas como los Cursos de Verano en Madrid, que atraen a estudiantes de todo el mundo, consolidan su posición como líder en formación global.
Afi Global Education continuará adaptando sus programas a las necesidades de un mercado en constante cambio, integrando tecnología, sostenibilidad y gestión del talento en el corazón de su propuesta educativa.
Las entidades internacionales de banca privada y wealth management están reforzando su crecimiento en toda la geografía española. Una de las últimas en hacerlo ha sido Deutsche Bank España, que recientemente ha incorporado a Alfonso Artola y José Miguel Barrio a la oficina de Bilbao.
¿El objetivo? Convertirse en banco internacional líder en gestión patrimonial, captando a clientes particulares pero también a empresas: “El País Vasco no es la excepción dentro de la estrategia clara que tiene Deutsche Bank: queremos ser el banco extranjero líder en gestión patrimonial”, explica Alfonso Artola, director de Wealth Management de Deutsche Bank en la comunidad en una entrevista con Funds Society. “Para ello, vamos a continuar con la estrategia que se ha desarrollado en los últimos años, creciendo en clientes particulares, pero también en el segmento de las midcaps, a través de las sinergias que plantea el Bank for Entrepreneurs”, explica.
Su estrategia en el País Vasco es dar servicio, desde Bilbao, a toda la región: “Deutsche Bank está presente en las tres capitales vascas, dando servicio a todo el territorio. Aunque nosotros estemos localizados en Bilbao, nos desplazamos cubriendo las necesidades de toda la comunidad y alrededores”, explica. En los últimos años, Deutsche ha crecido con la incorporación de nuevos equipos: “No hay un plan específico de contratación, pero siempre estamos atentos a las oportunidades que puedan surgir”, asegura Artola.
Así, el negocio de Deutsche Bank en el País Vasco sigue las directrices de la estrategia de negocio del banco en España, posicionándose como entidad en el mercado español con todos los servicios bancarios a nivel global y un ADN muy empresarial. “Apostamos firmemente por seguir creciendo en grandes patrimonios y ayudarles no solo en sus necesidades financieras particulares, sino también en las empresariales. A través del Bank for Entrepreneurs, lanzado en 2022, podemos ver de forma integral el patrimonio de nuestros clientes y ofrecerles mejores soluciones utilizando las capacidades globales del banco, también en banca corporativa y de inversión”, insiste el director.
En cuanto a patrimonio, sus baremos varían entre 500.000 y 2 millones de euros, en función del servicio prestado: “Deutsche es un banco universal y hay una colaboración entre todas las áreas para poner al cliente en el centro y darle el servicio que realmente necesita. Por ejemplo, somos el único banco internacional con oficinas de banca personal en el País Vasco, que están más orientadas a clientes de rentas medias. En el segmento de banca privada y gestión patrimonial, nuestros principales clientes son las familias empresarias, con un patrimonio desde 500.000 euros en el primer caso y de 2 millones para Wealth Management”, nos cuenta el experto.
Educación financiera y cultura empresarial
Sobre la idiosincrasia del cliente vasco, Artola pone el foco en su educación, y en su apertura a nuevas tendencias: “El cliente del País Vasco, por norma general, tiene bastante cultura financiera. Además, suele estar muy cerca de sectores industriales y tiene en los genes el emprendimiento. Es un perfil de cliente que cumple con la implementación de nuestra estrategia “Bank for Entrepeneurs” al compartir la misma dirección estratégica entre banca de empresas y la gestión de patrimonios, dando servicio a la empresa y al empresario/a”, afirma.
“Históricamente el inversor clásico ha apostado por valores tradicionales, con alta rentabilidad por dividendo y siendo generalmente poco especulador. Actualmente, está aumentando la sensibilidad a incorporar en las carteras tradicionales una parte delegada en la que se incluyan sectores de crecimiento y tendencias de futuro”.
Sobre mercados privados, reconoce un interés creciente: “Personalmente creo que siempre han estado presentes en las carteras de los clientes. Cuando profundizas en la composición de sus patrimonios, aparte de su patrimonio financiero, líquido, prácticamente todos tienen su parte ilíquida, participaciones en empresas familiares, participaciones minoritarias en proyectos varios, inmuebles, etc. Independientemente de que siempre haya sido así, los clientes tienen cada vez más interés en delegar parte de su patrimonio líquido en soluciones de economía real no cotizada, de manera diversificada y de la mano de especialistas. Para esto Deutsche Bank es un socio preferente, ya que tiene acceso a la mejor información y mejores especialistas a nivel global”.
Sobre su interés por la sostenibilidad, es más cauto: “La mayor parte de los clientes perciben la sostenibilidad como algo positivo y que prefieren tener en sus carteras a no tenerlo, pero pocos lo sitúan como el elemento principal a la hora de diseñarlas. Es bueno tenerlo y los clientes esperan que velemos para que sus carteras tengan la mejor calificación posible pero siempre cumpliendo con sus objetivos financieros en primer lugar. Las entidades lo ofrecemos así como una evolución natural de nuestros modelos de gestión y asesoramiento, como una mejora con elementos de análisis y decisión adicional, más que como una idea temática en sí misma. Hoy las temáticas puras de sostenibilidad están más vinculadas a sectores de actividad concretos, como energía, agua o residuos, que a tener una nota alta ESG en un índice, cosa que también es una evolución natural y positiva, porque significa que el índice en sí mismo está evolucionando”.
Sanctuary Wealth anunció la ampliación y mejora de la plataforma de gestión de patrimonios multicustodia mediante una alianza con BNY Pershing.
Con el uso de la tecnología Wove de BNY, “Sanctuary continuará su impulso de crecimiento al tiempo que ofrece servicios elevados a sus empresas asociadas y sus clientes”, dice el comunicado al que accedió Funds Society.
Todas las empresas asociadas a Sanctuary tendrán ahora acceso a la plataforma Sanctuary One mejorada con tecnología Wove de BNY, «diseñada para ayudar a conectar el panorama financiero completo de un inversor en un solo lugar».
«Contar con el socio tecnológico adecuado a medida que Sanctuary continúa aumentando su escala a través del crecimiento orgánico, las adquisiciones estratégicas y las asociaciones en curso con firmas de gestión de patrimonio de élite es fundamental para crear experiencias excepcionales para asesores y clientes», dijo Bob Walter, Presidente de Sanctuary Wealth.
Sanctuary incorpora la suite interoperable de productos de BNY Pershing, incluyendo Wove Investor, Wove Data y Wove Advisory a través de una única fuente y «permite a las firmas asociadas a Sanctuary mejorar la experiencia que ofrecen a los clientes», agrega la información de la firma.
Además, BNY cuenta que su plataforma agiliza el flujo de trabajo del asesor, permitiéndole ver los activos de forma holística, independientemente de dónde se mantengan, para prestar un mejor servicio a los clientes de Sanctuary.
«Con su perfecta integración de herramientas tecnológicas en una única interfaz basada en datos, Wove permite a nuestros socios elevar su oferta de gestión patrimonial. Estamos encantados de colaborar en el lanzamiento de Wove, para mejorar nuestra oferta y capacitar a nuestras firmas asociadas para hacer más por sus clientes», agregó Walter.
La plataforma incluye herramientas de construcción y análisis de carteras, innovadoras funciones de negociación y reequilibrio, una herramienta de propuestas y un portal de clientes integrado que se acoplará a la tecnológica existente de Sanctuary.
«Estamos encantados de ayudar a Sanctuary y a las ambiciones de crecimiento de sus empresas asociadas, proporcionando a sus asesores soluciones de última generación para satisfacer las necesidades cambiantes de sus clientes hoy y en el futuro», dijo Ainslie Simmonds, jefe de Estrategia Global de BNY Pershing y presidente de BNY Pershing X.
Tras dos años consecutivos de rentabilidades de dos dígitos,1 los inversores siguen preguntándose si la inversión en inteligencia artificial generativa ha llegado a su fin y si nos encontramos en el punto álgido del ciclo de sobreexpectación de la IA. Aunque ya no estamos en las primeras fases de la «cuarta ola» tecnológica de la IA generativa, creemos que los inversores siguen subestimando tanto la duración como la magnitud de la inversión necesaria, así como los trastornos y beneficios a largo plazo que traerá consigo.
En primer lugar, es importante aclarar la diferencia entre una ola informática y un tema (como la ciberseguridad, los vehículos eléctricos o las tecnologías limpias). Una ola informática requiere una amplia inversión en todo el conjunto tecnológico, desde los bloques de silicio hasta la interfaz de usuario y las aplicaciones. La era de Internet para ordenadores personales requirió un cambio inicial del mundo analógico al digital, lo que hizo bajar los precios de la informática, democratizó el acceso y conectó los hogares. La ola de la nube móvil sobre la que se construyó la infraestructura de Internet fue impulsada por el lanzamiento del iPhone en 2007. Es notable que una aplicación móvil clave como Uber no tuviera su oferta pública de venta (OPV) hasta 2019.
El paralelismo en este caso es que la infraestructura tiene que ser construida y la escala alcanzada antes de que las nuevas aplicaciones más interesantes y útiles estén plenamente desarrolladas y adoptadas. El ritmo de inversión de capital en centros de datos de IA no tiene precedentes y la demanda de computación acelerada por parte de empresas como NVIDIA ha crecido a un ritmo sin precedentes. Sin embargo, esta ola de IA generativa aún no ha asistido a un cambio de interfaz o de nuevos requisitos de dispositivos de borde. Nuestra experiencia demuestra que esta tendencia es coherente con la de anteriores olas tecnológicas. Abarca la optimización de los recursos y la productividad, los cambios en los sistemas de pago y financieros, la reinterpretación del transporte gracias a las capacidades autónomas, el diagnóstico, la cirugía y el descubrimiento de fármacos en la sanidad, los robots humanoides y los dispositivos móviles y ordenadores actualizados más familiares. Sabemos que aún queda mucho por venir a medida que los copilotos de IA y los agentes autónomos se generalicen en la economía. Para los inversores, se requiere paciencia para beneficiarse de esta ola omnipresente y transformadora.
Y como también han demostrado anteriores olas tecnológicas, los inversores no deben esperar que el ritmo de desarrollo y adopción de la IA generativa sea lineal. Existen cuellos de botella en el desarrollo de infraestructuras y la disponibilidad de silicio (microchips), como el último chip Blackwell de NVIDIA. De hecho, las olas anteriores han durado normalmente más de seis años y han proporcionado rendimientos desorbitados, pero también han implicado una elevada volatilidad y frecuentes caídas.2
Un régimen político cambiante en EE. UU. traerá consigo una mayor volatilidad a medida que se reconsideren los impuestos, los aranceles y las normativas. La tecnología y la inteligencia artificial son una prioridad nacional para muchos países y son fundamentales para una estrategia más amplia de desglobalización y reindustrialización que se está llevando a cabo. Aunque se espera que esto aumente la volatilidad, también servirá como factor de impulso para la demanda en infraestructuras y ámbitos como la conducción autónoma, donde es probable que veamos un desarrollo acelerado a medida que surjan nuevas leyes federales.
A medida que esta ola de IA madure en 2025, creemos que la gestión activa será más importante que nunca. Es probable que el coste del capital siga fluctuando, pero es improbable que los tipos de interés vuelvan a cero. Por tanto, en nuestra opinión, la disciplina de valoración volverá a ser una característica importante a la hora de determinar los rendimientos. Normalmente, los períodos de inflexión tecnológica se caracterizan por cambios en el liderazgo del mercado, por lo que basarse en índices fuertemente ponderados por los ganadores de la última ola puede resultar complicado.
Si nos remontamos diez años atrás, siete de las 10 mayores empresas tecnológicas superaron al MSCI All World Index, mientras que solo cuatro superaron al propio índice tecnológico. La tecnología sigue siendo un mercado de «ganadores que se llevan la mayoría»; un desplazamiento hacia abajo en la curva de capitalización bursátil no garantiza un mayor crecimiento. Las empresas con una amplia base de usuarios y grandes plataformas son capaces de escalar más rápidamente nuevos productos, con importantes recursos para ello. La preferencia por el tamaño de la empresa por sí sola no ha sido una estrategia fiable para la selección de valores en el sector tecnológico, como tampoco lo ha sido un sesgo temático estrecho.
La inteligencia artificial como ola subyace en una amplia variedad de temas de inversión a largo plazo, como infraestructuras de nueva generación (incluida la ciberseguridad), fintech, electrificación (incluida la energía, los vehículos eléctricos y la tecnología Limpia) e Internet 3.0, que ayudan a orientar la generación de ideas. Es esencial centrarse en la ventaja competitiva, la gestión responsable, la rentabilidad escalable y la innovación de nuevos productos, a un precio racional e independientemente de la capitalización bursátil o la región geográfica. Creemos que combinar la identificación ascendente de líderes tecnológicos y la generación de ideas temáticas con un poder de beneficios infravalorado puede ayudarnos a superar el reto actual de la valoración en este sector dinámico e innovador.
Se espera que la creación de infraestructuras y aplicaciones para la IA generativa tarde años en desarrollarse. Es importante señalar que con cada ola tecnológica no solo se ha necesitado más inversión para aprovechar su potencial, sino que también se han producido más trastornos en más sectores de la economía en general. A medida que madure la ola de la inteligencia artificial, se acelerará la disrupción en muchos otros sectores, como ha ocurrido en el pasado. El sector tecnológico sigue aprovechando la ventaja de la solidez de su balance para invertir fuertemente en investigación y desarrollo en el futuro, lo que respalda su capacidad de generar rentabilidades atractivas para los inversores.
Seguimos entusiasmados con las perspectivas de la renta variable tecnológica. Nuestro objetivo sigue siendo encontrar a los líderes del sector sorteando el ciclo de sobreexpectación, y creemos que centrarnos en los fundamentos de los valores puede ayudar a obtener rentabilidades constantes. A medida que madura la inteligencia artificial genérica, otorga esencialmente a los «vampiros» tecnológicos (FAANG) superpoderes para utilizar a sus FAANG para succionar más cuota de la economía en general. Creemos que a los inversores les irá bien si permanecen centrados en las empresas y sectores que están impulsando, más que experimentando, la disrupción.
Tribuna de Alison Porter, gestora de carteras de Janus Henderson
Tras dos años consecutivos de rentabilidades de dos dígitos,1 los inversores siguen preguntándose si la inversión en inteligencia artificial generativa ha llegado a su fin y si nos encontramos en el punto álgido del ciclo de sobreexpectación de la IA. Aunque ya no estamos en las primeras fases de la «cuarta ola» tecnológica de la IA generativa, creemos que los inversores siguen subestimando tanto la duración como la magnitud de la inversión necesaria, así como los trastornos y beneficios a largo plazo que traerá consigo.
En primer lugar, es importante aclarar la diferencia entre una ola informática y un tema (como la ciberseguridad, los vehículos eléctricos o las tecnologías limpias). Una ola informática requiere una amplia inversión en todo el conjunto tecnológico, desde los bloques de silicio hasta la interfaz de usuario y las aplicaciones. La era de Internet para ordenadores personales requirió un cambio inicial del mundo analógico al digital, lo que hizo bajar los precios de la informática, democratizó el acceso y conectó los hogares. La ola de la nube móvil sobre la que se construyó la infraestructura de Internet fue impulsada por el lanzamiento del iPhone en 2007. Es notable que una aplicación móvil clave como Uber no tuviera su oferta pública de venta (OPV) hasta 2019.
El paralelismo en este caso es que la infraestructura tiene que ser construida y la escala alcanzada antes de que las nuevas aplicaciones más interesantes y útiles estén plenamente desarrolladas y adoptadas. El ritmo de inversión de capital en centros de datos de IA no tiene precedentes y la demanda de computación acelerada por parte de empresas como NVIDIA ha crecido a un ritmo sin precedentes. Sin embargo, esta ola de IA generativa aún no ha asistido a un cambio de interfaz o de nuevos requisitos de dispositivos de borde. Nuestra experiencia demuestra que esta tendencia es coherente con la de anteriores olas tecnológicas. Abarca la optimización de los recursos y la productividad, los cambios en los sistemas de pago y financieros, la reinterpretación del transporte gracias a las capacidades autónomas, el diagnóstico, la cirugía y el descubrimiento de fármacos en la sanidad, los robots humanoides y los dispositivos móviles y ordenadores actualizados más familiares. Sabemos que aún queda mucho por venir a medida que los copilotos de IA y los agentes autónomos se generalicen en la economía. Para los inversores, se requiere paciencia para beneficiarse de esta ola omnipresente y transformadora.
Y como también han demostrado anteriores olas tecnológicas, los inversores no deben esperar que el ritmo de desarrollo y adopción de la IA generativa sea lineal. Existen cuellos de botella en el desarrollo de infraestructuras y la disponibilidad de silicio (microchips), como el último chip Blackwell de NVIDIA. De hecho, las olas anteriores han durado normalmente más de seis años y han proporcionado rendimientos desorbitados, pero también han implicado una elevada volatilidad y frecuentes caídas.2
Un régimen político cambiante en EE. UU. traerá consigo una mayor volatilidad a medida que se reconsideren los impuestos, los aranceles y las normativas. La tecnología y la inteligencia artificial son una prioridad nacional para muchos países y son fundamentales para una estrategia más amplia de desglobalización y reindustrialización que se está llevando a cabo. Aunque se espera que esto aumente la volatilidad, también servirá como factor de impulso para la demanda en infraestructuras y ámbitos como la conducción autónoma, donde es probable que veamos un desarrollo acelerado a medida que surjan nuevas leyes federales.
A medida que esta ola de IA madure en 2025, creemos que la gestión activa será más importante que nunca. Es probable que el coste del capital siga fluctuando, pero es improbable que los tipos de interés vuelvan a cero. Por tanto, en nuestra opinión, la disciplina de valoración volverá a ser una característica importante a la hora de determinar los rendimientos. Normalmente, los períodos de inflexión tecnológica se caracterizan por cambios en el liderazgo del mercado, por lo que basarse en índices fuertemente ponderados por los ganadores de la última ola puede resultar complicado.
Si nos remontamos diez años atrás, siete de las 10 mayores empresas tecnológicas superaron al MSCI All World Index, mientras que solo cuatro superaron al propio índice tecnológico. La tecnología sigue siendo un mercado de «ganadores que se llevan la mayoría»; un desplazamiento hacia abajo en la curva de capitalización bursátil no garantiza un mayor crecimiento. Las empresas con una amplia base de usuarios y grandes plataformas son capaces de escalar más rápidamente nuevos productos, con importantes recursos para ello. La preferencia por el tamaño de la empresa por sí sola no ha sido una estrategia fiable para la selección de valores en el sector tecnológico, como tampoco lo ha sido un sesgo temático estrecho.
La inteligencia artificial como ola subyace en una amplia variedad de temas de inversión a largo plazo, como infraestructuras de nueva generación (incluida la ciberseguridad), fintech, electrificación (incluida la energía, los vehículos eléctricos y la tecnología Limpia) e Internet 3.0, que ayudan a orientar la generación de ideas. Es esencial centrarse en la ventaja competitiva, la gestión responsable, la rentabilidad escalable y la innovación de nuevos productos, a un precio racional e independientemente de la capitalización bursátil o la región geográfica. Creemos que combinar la identificación ascendente de líderes tecnológicos y la generación de ideas temáticas con un poder de beneficios infravalorado puede ayudarnos a superar el reto actual de la valoración en este sector dinámico e innovador.
Se espera que la creación de infraestructuras y aplicaciones para la IA generativa tarde años en desarrollarse. Es importante señalar que con cada ola tecnológica no solo se ha necesitado más inversión para aprovechar su potencial, sino que también se han producido más trastornos en más sectores de la economía en general. A medida que madure la ola de la inteligencia artificial, se acelerará la disrupción en muchos otros sectores, como ha ocurrido en el pasado. El sector tecnológico sigue aprovechando la ventaja de la solidez de su balance para invertir fuertemente en investigación y desarrollo en el futuro, lo que respalda su capacidad de generar rentabilidades atractivas para los inversores.
Seguimos entusiasmados con las perspectivas de la renta variable tecnológica. Nuestro objetivo sigue siendo encontrar a los líderes del sector sorteando el ciclo de sobreexpectación, y creemos que centrarnos en los fundamentos de los valores puede ayudar a obtener rentabilidades constantes. A medida que madura la inteligencia artificial genérica, otorga esencialmente a los «vampiros» tecnológicos (FAANG) superpoderes para utilizar a sus FAANG para succionar más cuota de la economía en general. Creemos que a los inversores les irá bien si permanecen centrados en las empresas y sectores que están impulsando, más que experimentando, la disrupción.
Tribuna de Alison Porter, gestora de carteras de Janus Henderson
Tras dos años consecutivos de rentabilidades de dos dígitos,1 los inversores siguen preguntándose si la inversión en inteligencia artificial generativa ha llegado a su fin y si nos encontramos en el punto álgido del ciclo de sobreexpectación de la IA. Aunque ya no estamos en las primeras fases de la «cuarta ola» tecnológica de la IA generativa, creemos que los inversores siguen subestimando tanto la duración como la magnitud de la inversión necesaria, así como los trastornos y beneficios a largo plazo que traerá consigo.
En primer lugar, es importante aclarar la diferencia entre una ola informática y un tema (como la ciberseguridad, los vehículos eléctricos o las tecnologías limpias). Una ola informática requiere una amplia inversión en todo el conjunto tecnológico, desde los bloques de silicio hasta la interfaz de usuario y las aplicaciones. La era de Internet para ordenadores personales requirió un cambio inicial del mundo analógico al digital, lo que hizo bajar los precios de la informática, democratizó el acceso y conectó los hogares. La ola de la nube móvil sobre la que se construyó la infraestructura de Internet fue impulsada por el lanzamiento del iPhone en 2007. Es notable que una aplicación móvil clave como Uber no tuviera su oferta pública de venta (OPV) hasta 2019.
El paralelismo en este caso es que la infraestructura tiene que ser construida y la escala alcanzada antes de que las nuevas aplicaciones más interesantes y útiles estén plenamente desarrolladas y adoptadas. El ritmo de inversión de capital en centros de datos de IA no tiene precedentes y la demanda de computación acelerada por parte de empresas como NVIDIA ha crecido a un ritmo sin precedentes. Sin embargo, esta ola de IA generativa aún no ha asistido a un cambio de interfaz o de nuevos requisitos de dispositivos de borde. Nuestra experiencia demuestra que esta tendencia es coherente con la de anteriores olas tecnológicas. Abarca la optimización de los recursos y la productividad, los cambios en los sistemas de pago y financieros, la reinterpretación del transporte gracias a las capacidades autónomas, el diagnóstico, la cirugía y el descubrimiento de fármacos en la sanidad, los robots humanoides y los dispositivos móviles y ordenadores actualizados más familiares. Sabemos que aún queda mucho por venir a medida que los copilotos de IA y los agentes autónomos se generalicen en la economía. Para los inversores, se requiere paciencia para beneficiarse de esta ola omnipresente y transformadora.
Y como también han demostrado anteriores olas tecnológicas, los inversores no deben esperar que el ritmo de desarrollo y adopción de la IA generativa sea lineal. Existen cuellos de botella en el desarrollo de infraestructuras y la disponibilidad de silicio (microchips), como el último chip Blackwell de NVIDIA. De hecho, las olas anteriores han durado normalmente más de seis años y han proporcionado rendimientos desorbitados, pero también han implicado una elevada volatilidad y frecuentes caídas.2
Un régimen político cambiante en EE. UU. traerá consigo una mayor volatilidad a medida que se reconsideren los impuestos, los aranceles y las normativas. La tecnología y la inteligencia artificial son una prioridad nacional para muchos países y son fundamentales para una estrategia más amplia de desglobalización y reindustrialización que se está llevando a cabo. Aunque se espera que esto aumente la volatilidad, también servirá como factor de impulso para la demanda en infraestructuras y ámbitos como la conducción autónoma, donde es probable que veamos un desarrollo acelerado a medida que surjan nuevas leyes federales.
A medida que esta ola de IA madure en 2025, creemos que la gestión activa será más importante que nunca. Es probable que el coste del capital siga fluctuando, pero es improbable que los tipos de interés vuelvan a cero. Por tanto, en nuestra opinión, la disciplina de valoración volverá a ser una característica importante a la hora de determinar los rendimientos. Normalmente, los períodos de inflexión tecnológica se caracterizan por cambios en el liderazgo del mercado, por lo que basarse en índices fuertemente ponderados por los ganadores de la última ola puede resultar complicado.
Si nos remontamos diez años atrás, siete de las 10 mayores empresas tecnológicas superaron al MSCI All World Index, mientras que solo cuatro superaron al propio índice tecnológico. La tecnología sigue siendo un mercado de «ganadores que se llevan la mayoría»; un desplazamiento hacia abajo en la curva de capitalización bursátil no garantiza un mayor crecimiento. Las empresas con una amplia base de usuarios y grandes plataformas son capaces de escalar más rápidamente nuevos productos, con importantes recursos para ello. La preferencia por el tamaño de la empresa por sí sola no ha sido una estrategia fiable para la selección de valores en el sector tecnológico, como tampoco lo ha sido un sesgo temático estrecho.
La inteligencia artificial como ola subyace en una amplia variedad de temas de inversión a largo plazo, como infraestructuras de nueva generación (incluida la ciberseguridad), fintech, electrificación (incluida la energía, los vehículos eléctricos y la tecnología Limpia) e Internet 3.0, que ayudan a orientar la generación de ideas. Es esencial centrarse en la ventaja competitiva, la gestión responsable, la rentabilidad escalable y la innovación de nuevos productos, a un precio racional e independientemente de la capitalización bursátil o la región geográfica. Creemos que combinar la identificación ascendente de líderes tecnológicos y la generación de ideas temáticas con un poder de beneficios infravalorado puede ayudarnos a superar el reto actual de la valoración en este sector dinámico e innovador.
Se espera que la creación de infraestructuras y aplicaciones para la IA generativa tarde años en desarrollarse. Es importante señalar que con cada ola tecnológica no solo se ha necesitado más inversión para aprovechar su potencial, sino que también se han producido más trastornos en más sectores de la economía en general. A medida que madure la ola de la inteligencia artificial, se acelerará la disrupción en muchos otros sectores, como ha ocurrido en el pasado. El sector tecnológico sigue aprovechando la ventaja de la solidez de su balance para invertir fuertemente en investigación y desarrollo en el futuro, lo que respalda su capacidad de generar rentabilidades atractivas para los inversores.
Seguimos entusiasmados con las perspectivas de la renta variable tecnológica. Nuestro objetivo sigue siendo encontrar a los líderes del sector sorteando el ciclo de sobreexpectación, y creemos que centrarnos en los fundamentos de los valores puede ayudar a obtener rentabilidades constantes. A medida que madura la inteligencia artificial genérica, otorga esencialmente a los «vampiros» tecnológicos (FAANG) superpoderes para utilizar a sus FAANG para succionar más cuota de la economía en general. Creemos que a los inversores les irá bien si permanecen centrados en las empresas y sectores que están impulsando, más que experimentando, la disrupción.
Tribuna de Alison Porter, gestora de carteras de Janus Henderson
El grupo financiero GVC Gaesco y la firma de capital riesgo Next Tier Ventures se han asociado para impulsar una línea de fondos de capital riesgo orientada a invertir en startups tecnológicas. El primer fondo de esta línea, que acaba de recibir la aprobación de la CNMV, invertirá hasta 50 millones de euros en startups vinculadas a la inteligencia artificial (IA) y apoyará a las compañías seleccionadas desde su fase inicial hasta su maduración. Para ello, en los próximos meses se realizará un fund raising dirigido, fundamentalmente, a family offices e inversores privados españoles e internacionales.
El propósito es que este primer fondo, bajo la denominación social Next Tier GVC Gaesco S.C.R. S.A., realice entre 30 y 35 operaciones en startups B2B de inteligencia artificial. El objetivo es encontrar aquellos proyectos donde impacte la tecnología para mejorar la vida de las personas y de nuestras industrias. Respecto a los ámbitos geográficos de actuación, se buscarán oportunidades tanto en Europa como en Estados Unidos y Latinoamérica, con el objetivo de optimizar los retornos de inversión a través de una rigurosa selección, involucración activa y estrategias de desinversión personalizadas.
Actualmente, GVC Gaesco desarrolla su actividad de capital riesgo a través de Zamit I (multisectorial), Zamit Energy (focalizada en empresas industriales en España consolidadas y con potencial de crecimiento) e Itucap (inversión en venture capital en fases iniciales de desarrollo). “Nuestra asociación con Next Tier Ventures representa un paso más en la firme apuesta de GVC Gaesco por el capital riesgo, completando así nuestra gama de productos de inversión y dando respuesta a una demanda creciente por parte de nuestros clientes”, explica Paco Illueca, director de inversiones de GVC Gaesco. “El nacimiento de este primer fondo de inversión centrado en IA es solo el primero de los que verán la luz fruto de nuestra asociación con Next Tier Ventures”, anuncia.
Los responsables del nuevo vehículo de inversión son Patricia Pastor y Rubén Colomer, cofundadores de Next Tier Ventures, una firma de capital de riesgo que se especializa en invertir en inteligencia artificial y empresas de software B2B. “Nuestro objetivo es crear la mayor línea de fondos de inteligencia artificial desde España. Esta tecnología va a desarrollar el mundo más rápido y mejor. Va a cambiar nuestras formas de trabajar y de comunicarnos. Los países que inviertan en IA serán más competitivos y crecerán más rápido”, puntualiza Patricia Pastor, general partner de Next Tier Fund.
El Grupo CIMD Intermoney, grupo independiente de intermediación, consultoría, gestión y energía del sur de Europa reafirma un año más su compromiso contribuyendo a la financiación de proyectos dedicados a la infancia y la investigación médica.
Esta iniciativa, pionera en los mercados españoles, consiste en destinar íntegramente a un grupo de ONG el total de los ingresos obtenidos por la intermediación y facturación de las once sociedades del Grupo el miércoles 4 de diciembre. Las ONG serán seleccionadas por elConsejo del Grupo, con el objetivo de apoyar proyectos infantiles y de investigación médica.
Este año se han presentado más de 50 proyectos a la convocatoria, muchos de ellos en la Comunidad Valenciana. El reto propuesto por el Grupo es superar la cifra alcanzada el año pasado (268.368 euros) y alcanzar los 5 millones de euros donados en total. Y todo gracias al apoyo imprescindible de clientes y empleados durante esta jornada solidaria.
Además, esta iniciativa ha sido reconocida en seis ocasiones, siendo el más reciente el premio a la Empresa Comprometida de Gran Impacto otorgado por la Fundación CRIS contra el cáncer.
Como en años anteriores, las fundaciones beneficiarias serán seleccionadas al día siguiente de la celebración por el Consejo del Grupo CIMD, siguiendo el informe sobre transparencia y buenas prácticas elaborado por laFundación Lealtad.
La llegada de las fiestas navideñas y el caos financiero es uno de los clásicos de la recta final de todos los años: Navidad, Black Friday… toda una tentación de comprar todo lo que no sabías que necesitabas. Según un estudio de Sensormatic Solutions, el gasto promedio en regalos navideños en España superará este año los 500 euros, un 38% más que en 2023. A esta cantidad se suman otros gastos como cenas, viajes o compras de última hora.
Además, Finetwork, operadora española de fibra y móvil, desvela en los resultados de su última encuesta -que mide la capacidad de ahorro de los ciudadanos en España y sus previsiones para los próximos meses- que los españoles prevén una cuesta de enero «dura» y que, por tanto, ajustan su previsión de ahorro. Este estudio revela que los españoles prevén una ‘cuesta de enero’ igual (43,2%) o peor (44,3%) que las anteriores, debido al encarecimiento de la cesta de la compra.
A pesar de los gastos extraordinarios típicos de estas fechas, el 76% de los encuestados declara llegar a fin de mes con una capacidad de ahorro de entre 100 y 400 euros mensuales. Así, solamente el 17,5% es capaz de ahorrar por encima de esa cifra, mientras que un 22,4% no ahorra nada y un 18,5% ahorra solamente entre 0 y 100 euros cada mes.
En este contexto, más de la mitad de los españoles (el 54,4%) considera que la recta final del año es un buen momento para revisar los gastos en servicios del hogar (luz, gas, agua, telecomunicaciones…) y el 13,4% asegura que siempre aprovecha estas fechas para llevar a cabo cambios de proveedores.
Pero con un plan bien diseñado, es posible disfrutar de las celebraciones sin que la cuenta bancaria pida auxilio a gritos.» Sergio Pesquera, responsable de formación de OVB España, comparte sus consejos para sobrevivir a los gastos navideños sin sacrificar los ahorros.
1.- Establecer prioridades financieras. Antes de asignar parte del dinero a los gastos navideños, es necesario reflexionar sobre los objetivos a largo plazo. ¿Se ahorra para un fondo de emergencia? ¿Hay un plan para aportar más a la jubilación? ¿O de crear un capital para el futuro de los hijos? En definitiva, hay que definir cuáles de estos objetivos no deben verse comprometidos y ajustar los gastos navideños en consecuencia.
2.- Hacer una lista de necesidades y deseos. Es época de regalar y de pedir regalos, por ello, antes de lanzar a comprar o a las ofertas, hay que identificar claramente los productos que realmente necesitas y a pedir y los que deseas regalar. El objetivo es priorizar las compras importantes y evitar los gastos innecesarios.
3.- Integrar los gastos de Navidad en la planificación financiera anual. Si existe un presupuesto anual, hay que incluir desde el inicio un apartado para los gastos de fin de año. Este enfoque ayudará a mantener el control durante las fiestas, evitando desestabilizar otras áreas de tu planificación financiera.
4.- Establecer un presupuesto y límites claros. Fijar un tope de gasto para cada artículo y determina cuánto puedes gastar en total sin poner en riesgo tu estabilidad financiera. Cumplir con este límite es esencial para evitar sorpresas en enero.
5.- Planificar el impacto a corto y largo plazo. Es necesario tener en consideración cómo los gastos navideños pueden afectar a la capacidad para cumplir con los compromisos financieros periódicos. En definitiva, evitar desviar fondos destinados a estos compromisos para cubrir gastos de fin de año.
6.- Hacer un uso responsable de la tarjeta de crédito. El pago con tarjeta puede facilitar las compras, pero también es fácil perder de vista cuánto se está gastando. Especialmente con las opciones de pago a plazos, es importante evitar que las facilidades se conviertan en un obstáculo para la estabilidad financiera. Tener claro el presupuesto y las prioridades ayudará a no caer en malos hábitos.
7.- Comparar precios y productos. No hay que dejarse llevar por el primer descuento que aparezca. En la era digital, contamos con diferentes mecanismos para poder analizar precios en diferentes establecimientos de una manera fácil y rápida. Hay que comparar modelos, marcas y prestaciones, así como revisar las opiniones de otros compradores y los términos de las garantías.
8.- Evitar las compras impulsivas. En esta época estamos expuestos a una gran actividad comercial y es fácil ver en cada esquina publicidad sobre diferentes productos. Esto puede provocar un deseo impulsivo de comprar algo que realmente no necesitas. Por ello, pregúntate si realmente es necesario ese producto o si lo comprarías sin el descuento. Reflexionar antes de tomar una decisión puede ayudarte a evitar gastos innecesarios.
9.- Protección frente a fraudes online. La avalancha de ofertas puede ser un caldo de cultivo para estafas. Compra solo en sitios confiables y asegúrate de que las promociones sean legítimas. En tus compras por internet, elige solo formas de pago seguras ya sea por transferencias o a través de plataformas de pago seguras.
10.- Reevalúa tu capacidad de ahorro tras la Navidad. Una vez pasadas las fiestas, hay que revisar cómo han impactado los gastos navideños en el presupuesto anual. Ajusta tu planificación para los próximos meses, asegurándote de que el gasto extraordinario no comprometa tus objetivos financieros.
Ahorrar no significa privarse, sino gestionar mejor los recursos. “Incluso en épocas de alto gasto, es posible reservar una pequeña cantidad si mantenemos un control adecuado de nuestras finanzas”, subraya Pesquera. Un plan financiero bien estructurado actúa como una brújula que nos guía en tiempos de incertidumbre económica. Esta Navidad, la clave está en disfrutar con responsabilidad, evitando que el consumo se convierta en una carga para el próximo año.