El 85% de las pruebas con IA fracasan y es importante analizar por qué

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Fracaso en pruebas de IA
Wikimedia Commons

Un tráiler de película genera emociones y expectativas, pero la verdadera magia ocurre con la película completa. En el ámbito empresarial, las pruebas de concepto (PoC) en Inteligencia Artificial (IA) funcionan como ese tráiler prometedor, diseñadas para validar la viabilidad técnica y el potencial de negocio de una idea. Sin embargo, muchas empresas se quedan atrapadas en esta etapa inicial, constatan los consultores de la firma PwC. 

Según un artículo de Gartner publicado este año, el 85% de los proyectos de IA no logran superar esta fase, resultando en recursos desperdiciados y oportunidades perdidas. Este fenómeno pone en evidencia la necesidad de una estrategia clara para llevar estas iniciativas al siguiente nivel.

¿Por qué los PoC se estancan?

El fracaso de muchos PoC se debe a una combinación de factores. La falta de un retorno de inversión (RoI) claro suele ser una de las principales barreras: sin un plan sólido que demuestre el valor económico del proyecto, es difícil justificar su continuidad. Por otro lado, las expectativas irreales en torno a la IA, como la creencia de que ofrecerá resultados inmediatos y revolucionarios, generan frustración cuando los avances son graduales. También es común que los proyectos carezcan de apoyo ejecutivo, lo que impide que se les asignen los recursos necesarios para avanzar. Además, los problemas de escalabilidad y la falta de personal capacitado suelen paralizar los esfuerzos, al igual que las dificultades para integrar las soluciones con los sistemas y procesos existentes.

Lecciones de casos reales

Un ejemplo claro de los riesgos en la etapa de PoC es el caso de Amazon en 2018. La empresa desarrolló una herramienta de reclutamiento basada en IA para automatizar la selección de personal, pero descubrió que el sistema presentaba sesgos de género, favoreciendo a hombres sobre mujeres. Este problema, derivado de datos históricos sesgados, impidió que el proyecto avanzara más allá de la fase de prueba, lo que llevó a su eventual cancelación. Este caso, documentado por el MIT Technology Review, destaca la importancia de contar con datos equilibrados y estrategias que mitiguen sesgos desde el inicio.

Para que una iniciativa de IA tenga éxito, es fundamental adoptar un enfoque holístico que considere todos los elementos del ecosistema empresarial. Esto incluye involucrar a los equipos desde el principio, capacitarlos y fomentar su participación para garantizar la adopción de las soluciones. También es clave adaptar los procesos empresariales para maximizar el valor de la tecnología, ya que la implementación de IA no puede ocurrir en un vacío. Asimismo, es esencial promover un cambio cultural que fomente la innovación y reduzca las resistencias internas, mientras se garantiza una gestión adecuada de los datos, enfocándose en su calidad, accesibilidad y gestión, comenta Juan Segura, Senior Manager de PwC Argentina de la práctica de Innovación Digital.

Antes, durante y después del PoC

La planificación es clave antes de iniciar un PoC. Definir un caso de uso claro, alinear los objetivos con las prioridades estratégicas del negocio y obtener el compromiso de los stakeholders, son pasos esenciales para maximizar las posibilidades de éxito. Durante esta etapa, es importante documentar beneficios tangibles, involucrar a los usuarios finales y evaluar continuamente los riesgos. Una vez concluida, la evaluación del PoC debe considerar tanto la viabilidad técnica como económica, asegurando que exista un plan detallado para escalar la solución en un entorno productivo.

Los PoC son el comienzo de una transformación empresarial basada en IA, pero no deben ser el final. Tal como un buen tráiler es solo el inicio de una gran película, estas iniciativas deben convertirse en herramientas completas que impulsen cambios reales. Con una visión estratégica y un enfoque integral, las empresas pueden asegurar que su inversión en IA no solo cumpla con sus promesas, sino que genere resultados concretos y duraderos”, concluye Segura.

El poder de las mujeres inversoras: oportunidades para los servicios de asesoramiento financiero

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Negocios 1 (PX)
Pixabay CC0 Public Domain. Participación femenina

¿Sabías que se espera que, para el 2030, las mujeres controlen casi el 45% de los activos bajo gestión en Europa Occidental? ¡Estamos hablando de 10 billones de euros! Este cambio masivo es una oportunidad única para que la industria financiera atienda a un segmento que ha sido tradicionalmente desatendido en el asesoramiento de inversiones.

Hasta ahora, muchos productos financieros fueron pensados para un perfil “tradicional” de inversor, con más enfoque en hombres. Pero las mujeres están impulsando un cambio importante, aportando necesidades únicas en cuanto a su tolerancia al riesgo, sus objetivos financieros y su visión a largo plazo. Adaptar los servicios de asesoramiento a estas particularidades no solo promoverá una mayor inclusión, sino que también ayudará a generar un cambio positivo en el sector.

1. El potencial inexplorado de las inversoras
Aunque cada vez más mujeres se interesan por invertir, muchas aún no se identifican como “inversoras”. Sorprendentemente, el 71% de las mujeres invierte en el mercado de valores, un salto frente al 60% de hace apenas dos años. Entre las más jóvenes, la participación es aún mayor: el 77% de las mujeres de la Generación Z y el 74% de las millennials ya invierten fuera de sus fondos de pensiones.

Sin embargo, mientras que el 76% de los hombres que invierten se consideran a sí mismos “inversores”, solo el 64% de las mujeres lo hace. Aquí vemos una falta de confianza que todavía necesitamos resolver.

También es importante destacar que las mujeres buscan inversiones que se alineen con sus valores. De hecho, tienen un 7% más de probabilidades de seleccionar inversiones sostenibles en comparación con los hombres. No obstante, aún son pocas las empresas que adaptan sus opciones de ESG (ambiental, social y de gobernanza) específicamente para mujeres, a pesar de que ellas tienen un enfoque más centrado en la sostenibilidad.

2. Comportamientos financieros únicos
En general, las mujeres tienden a ser más conservadoras en sus decisiones de inversión y esto les ha traído buenos resultados. Más del 51% se identifica como inversora conservadora, frente al 47% de los hombres. Además, muchas prefieren inversiones diversificadas y de bajo riesgo, con solo el 43% de las mujeres optando por criptomonedas, comparado con el 55% de los hombres. Y aunque sean conservadoras, en las últimas décadas las mujeres han superado a los hombres en un 0,4% anual en sus rendimientos.

Aun así, muchas mujeres sienten que necesitan más orientación financiera. El 71% está de acuerdo en que “invertir es una forma de construir riqueza generacional”, pero solo el 14% tiene una confianza alta en sus conocimientos de inversión. Este dato nos indica que, aunque el interés esté presente, hace falta más apoyo para ayudar a las mujeres a aumentar su confianza en este ámbito.

3. Barreras para la participación financiera
¿Por qué algunas mujeres no se lanzan a invertir? Una de las principales barreras a la inversión es el lenguaje técnico. Más del 63% de las mujeres dice sentirse intimidada por la jerga de la industria y un 55% se siente abrumada por la toma de decisiones financieras. Este es un claro llamado a que el sector simplifique su lenguaje y haga los productos de inversión más accesibles.

Además, los fondos limitados y los ingresos bajos también son un obstáculo a la hora de invertir. El 38% de las mujeres menciona la falta de dinero y el 26% sus ingresos limitados como razones para no invertir. Esto muestra la necesidad de que existan opciones más asequibles y flexibles, que permitan contribuciones pequeñas y constantes para las mujeres que deseen comenzar a invertir.

Y hay otro punto importante: muchas mujeres carecen de referentes en el mundo de las finanzas. A diferencia de otros sectores, la inversión sigue dominada por hombres y muchas mujeres no tuvieron modelos financieros a seguir en su infancia o educación temprana, lo que retrasa su ingreso en el mundo de las inversiones.

4. Un cambio en la dinámica de la riqueza
El papel de las mujeres como gestoras de riqueza sigue creciendo. Hoy en día, las mujeres en Europa Occidental ya controlan aproximadamente 4,6 billones de euros en activos y esta cifra se espera que crezca a un ritmo anual compuesto del 8,1%, frente al 2,7% de los hombres. No es de extrañar que el 83% de las mujeres considere que ahora es más común ver mujeres como principales generadoras de ingresos en sus hogares.

Los asesores financieros pueden desempeñar un rol clave ayudando a las mujeres a superar las barreras que aún enfrentan. Más de 7 de cada 10 mujeres desearían haber comenzado a invertir antes, pero el 47% todavía teme tomar la “decisión equivocada”. Ofrecer un apoyo específico y una asesoría personalizada puede marcar la diferencia para que las mujeres logren sus objetivos financieros y construyan estabilidad a largo plazo.

5. Estrategias prácticas para los asesores financieros
Para apoyar a las mujeres de manera inclusiva y efectiva, los asesores pueden considerar los siguientes enfoques:
1. Orientación clara y paso a paso: Dado que el 68% de las mujeres afirma que invertiría más si tuviera una guía clara, los asesores pueden descomponer los conceptos complejos en pasos sencillos y crear rutas de inversión fáciles de seguir.
2. Foco en la planificación a largo plazo: Las mujeres suelen priorizar la estabilidad y la planificación para la jubilación. Los asesores pueden ofrecer carteras diversificadas y con opciones de ESG, además de una planificación de jubilación que considere posibles interrupciones en sus carreras.
3. Lenguaje accesible y amigable: Es importante eliminar la jerga y optar por un lenguaje que invite a las mujeres a participar sin sentirse intimidadas. Crear espacios de aprendizaje comunitario, como talleres o grupos de inversión para mujeres, puede ser especialmente beneficioso.
4. Visibilidad de modelos a seguir: Mostrar ejemplos de mujeres exitosas en el mundo de las inversiones y promover mentoras puede inspirar y empoderar a otras mujeres a tomar el control de sus finanzas.

El futuro de las inversoras: Un motor para el cambio

Las mujeres están tomando conciencia de que invertir es una herramienta poderosa para construir seguridad financiera, pero para alcanzar una verdadera equidad, las instituciones financieras deben adaptar sus servicios de asesoramiento a las necesidades específicas y los perfiles de riesgo de las mujeres.

Al brindar un asesoramiento que hable directamente a las prioridades femeninas, las empresas financieras pueden jugar un papel transformador en el cierre de la brecha de género en el ámbito de las inversiones. Las empresas que adopten este enfoque no solo estarán contribuyendo a un mercado más equitativo, sino que también construirán una base de clientas leales, sólidas y orientadas al futuro.

Beka Finance aconseja dedicar un 20% a alternativos en una cartera marcada por la prudencia

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Beka Finance y carteras alternativas
Foto cedidaDavid Azcona, director de inversiones de Beka Finance.

El excesivo consenso existente en el mercado suscita recelos entre los expertos de Beka Finance. Es más, para David Azcona, director de Inversiones de la firma, las políticas fiscales expansivas que muy probablemente implantará el presidente electo Donald Trump no impedirán el efecto que tendrán en la economía «una caída del consumo y del empleo» derivado de los tipos de interés altos y la menor capacidad de ahorro de los hogares.

En definitiva, la incertidumbre entorno a la Administración Trump 2.0, con medidas arancelarias y proteccionistas, añade presión al crecimiento global. En Europa, los gobiernos aún carecen del impulso fiscal necesario para evitar la recesión y, en China, los problemas en el mercado inmobiliario continúan lastrando el efecto riqueza y el consumo.

«En este contexto de múltiples incertidumbres, nuestra estrategia se centra en mantener una postura cautelosa. La clave para 2025 será identificar oportunidades con criterios estrictos de calidad y resiliencia, evitando exponernos a los sectores más sensibles a la volatilidad económica», afirmó Azcona.

Estrategia de inversión y asignación de activos

En Beka creen que el inicio de 2025 se presenta con un tono más optimista que el arranque de 2024, impulsado por previsiones que sitúan al S&P 500 un 10% por encima de los niveles actuales. Pero en la firma consideran que dicho optimismo se apoya «en un exceso de consenso y no refleja los riesgos reales del entorno económico». La combinación de valoraciones elevadas, una posible recesión en Estados Unidos y Europa, y la incertidumbre sobre las políticas fiscales y arancelarias hacen necesario un enfoque más cauteloso, en opinión de Azcona.

En renta variable, el experto adopta un enfoque prudente, con especial foco en sectores defensivos como consumo, eléctricas y defensa. Estas áreas, menos sensibles a las fluctuaciones del ciclo económico, «ofrecen mayor estabilidad y resiliencia en un contexto de incertidumbre», a juicio de Azcona, que comentó que los niveles de valoración histórica en los mercados de renta variable simplemente «no son sostenibles». Es más, su escenario central contempla una corrección significativa, en torno al 15%, con un precio objetivo para el S&P 500 en los 5.100 puntos.

En concreto, el sector defensa emerge como un área de oportunidad impulsada por las tensiones geopolíticas y el aumento del gasto en seguridad global. Por su parte, la inteligencia artificial sigue atrayendo la atención del mercado, aunque Beka advierte de que las expectativas de crecimiento deben moderarse y dirigirse a empresas con una monetización clara de estas inversiones. «La inteligencia artificial seguirá siendo un tema central en 2025, pero es fundamental mantener una perspectiva realista. Apostamos por compañías con una clara capacidad de monetización en este ámbito, evitando las expectativas infladas que pudimos observar en 2024”, añade Azcona.

Desde un punto de vista geográfico, Beka sobrepondera Estados Unidos, centrándose en grandes compañías con fundamentales sólidos y capacidad para capear la volatilidad derivada del escenario macroeconómico.

En renta fija, la estabilización de la inflación entre el 2% y el 3% «crea un contexto favorable para la deuda de alta calidad». Estima que la rentabilidad del bono estadounidense a 10 años podría situarse entre el 3% y el 3,5% a lo largo del año, aunque no de forma lineal, con episodios de volatilidad impulsados por los niveles de endeudamiento público y la respuesta de los inversores. En este punto, Azcona matiza que, si el rendimiento alcanzara el 5%, se alcanzaría «un nivel clave para la volatilidad de los mercados».

En este escenario, apuesta por una gestión dinámica en renta fija, aprovechando los momentos de rebajas bruscas de tipos y evitando activos de mayor riesgo. Este entorno ofrece oportunidades atractivas, especialmente en emisiones corporativas de calidad y con una duración ajustada, mientras que la estabilización de la inflación refuerza la posición positiva en renta fija.

Alternativos

La volatilidad esperada en los mercados tradicionales hace imprescindible mantener una exposición significativa a activos alternativos. La firma recomienda aumentar posiciones en hedge funds, deuda privada, co inversiones y oro, que actuarán como refugio y ofrecerán estabilidad en carteras bien diversificadas. “La asignación a este tipo de activos debería alcanzar al menos el 20% del total de la inversión, aprovechando su capacidad de ofrecer oportunidades rentables en un contexto de incertidumbre”, añade Azcona.

En cuanto al mercado de divisas, se prevé una apreciación gradual del euro frente al dólar, con un objetivo de 1,09 euros por dólar. Este movimiento estará impulsado por las expectativas de un menor crecimiento en Estados Unidos y la revalorización del euro conforme se aclara el panorama político y fiscal en Europa, según el experto.

La decisión de la Reserva Federal: un mayor crecimiento tiene un precio

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Crecimiento económico y decisiones de la Fed
Foto cedida

El miércoles, la Fed ofreció más pruebas de lo que el mercado ha estado anticipando desde septiembre: el ciclo económico de EE.UU. se está extendiendo, y aunque eso probablemente beneficiará a los activos más riesgosos, el panorama para muchos segmentos del mercado de renta fija se está volviendo menos claro.

Desde el giro moderado de la Fed hace exactamente un año —interrumpido brevemente por un periodo de inflación persistente a principios de 2024—, las expectativas apuntaban a un ciclo de relajación agresiva. El límite superior de la tasa objetivo de los fondos federales, que estaba en 5,50 % en ese momento, se encontraba muy por encima de la medida de inflación preferida por el banco central de EE. UU., lo que señalaba una política altamente restrictiva.

El recorte de 25 puntos básicos (pbs) en las tasas de interés por parte de la Fed no fue exactamente un «regalo», ya que estuvo acompañado de un panorama político menos favorable. Una economía estadounidense resiliente, junto con la inclusión de políticas a favor del crecimiento por parte de la administración entrante de Trump, ha cambiado la narrativa de “acomodación”. El recorte a 4,5% esta semana ya había sido ampliamente anticipado por el mercado. También se esperaban revisiones modestas al alza en el Resumen de Proyecciones Económicas del banco central. Sin embargo, el grado en que muchas de estas expectativas fueron ajustadas podría haber sido el aspecto más destacado de esta reunión.

Al monitorear estas declaraciones, es importante identificar posibles incongruencias entre la retórica general y los detalles. Aunque el presidente de la Fed, Jay Powell, habló de un equilibrio aproximado entre los dos objetivos del mandato dual del banco central, creemos que el sesgo nuevamente se ha desplazado hacia la gestión del riesgo de inflación.

Por los números

En las proyecciones actualizadas de la Fed, la revisión del crecimiento económico real, medido por el producto interno bruto (PIB), confirmó lo que muchos ya sabían: con un ritmo del 2,5% en 2024, Estados Unidos sigue siendo parte del grupo de economías avanzadas.

El sólido crecimiento de EE.UU. se reflejó en un modesto aumento de las expectativas de PIB para 2025 y 2026, así como en una ligera disminución de la tasa de desempleo proyectada para 2024 y 2025. El presidente Powell se apresuró a reiterar que un mercado laboral resiliente era un desarrollo positivo y que no esperaba que los salarios ejerzan una presión al alza sobre la inflación.

Las revisiones más destacadas fueron en las proyecciones de inflación más altas. Para 2025 y 2026, la inflación general, medida por el Índice de Precios de Gastos de Consumo Personal, se revisó al alza a 2,5 % y 2,1 %, respectivamente. La inflación subyacente para esos dos años ahora se espera que alcance 2,5 % y 2,2 %, respectivamente. Según esta medida, la Fed solo espera alcanzar su objetivo de inflación del 2,0 % en 2027. 

Aquí destacamos el componente de servicios básicos de la inflación. Creemos que la Fed podría estar preocupada porque este elemento clave para la estabilidad general de los precios podría estar tocando fondo mucho antes de que la inflación alcance su objetivo. Bajo esta lógica, mantener una postura moderada podría deshacer el progreso reciente en la lucha contra la inflación.

Detrás de los “puntos”

También fueron relevantes las revisiones de las expectativas de la Fed sobre su trayectoria de política monetaria. Gran parte del enfoque moderado previo ya había sido descartado. Esta tendencia continuó, y en esta nueva versión de la encuesta ahora se proyectan solo dos recortes en 2025 (frente a cuatro anteriormente) y dos adicionales en 2026, en línea con estimaciones previas. De manera importante, se espera que la tasa terminal para este ciclo sea del 3,0%. Hace solo un año, la proyección era del 2,5%.

Lo que está detrás de estas expectativas de una trayectoria de tasas más moderada es crucial. Si se debe a la anticipación de un mayor crecimiento económico debido a una agenda favorable para los negocios, esto sería positivo para los mercados. Sin embargo, si los componentes más inflacionarios de la agenda de la nueva administración de EE.UU. —como los aranceles— requieren tasas de política más altas, los inversores tendrían razones para preocuparse por la volatilidad en los tramos medio y largo de la curva de rendimiento estadounidense.

Mercados en movimiento

El rango de posibles resultados para los mercados de bonos se ha ampliado. Una extensión del ciclo económico en EE.UU. conlleva el riesgo de que el progreso en la lucha contra la inflación se estanque, inyectando volatilidad en los bonos de vencimientos medios y largos. La incertidumbre sobre las prioridades de política de la administración entrante también complica el panorama. Hasta ahora, la economía estadounidense ha logrado el esquivo “aterrizaje suave”. Un crecimiento económico más firme podría mantener la fiesta en marcha, o bien podría reajustar las expectativas de inflación de los consumidores a un rango más alto, obligando a la Fed a replantearse sus supuestos básicos.

Típicamente, los inversores darían la bienvenida al retorno de una prima por plazo en la curva de los bonos del Tesoro de EE.UU. Sin embargo, ese aumento incremental en los rendimientos entre los bonos a 2 años y 10 años –actualmente alrededor de 15 puntos básicos– refleja una creciente incertidumbre en torno a la inflación estadounidense y la respuesta de política adecuada. Los inversores deben decidir si ese rendimiento incremental justifica el riesgo.

Las valoraciones también importan. Una extensión del ciclo debería beneficiar a emisores corporativos de calidad. Sin embargo, los rendimientos de muchos de estos valores en relación con sus índices de referencia libres de riesgo son estrechos en comparación con los estándares históricos, lo que deja poco margen para protegerse contra la volatilidad de las tasas. Aunque los índices de incumplimiento son bajos y una economía en crecimiento debería ayudar a las empresas a mantener sus índices de cobertura, creemos que los créditos titulizados representan una mejor oportunidad en el contexto actual, dado que ofrecen valoraciones más atractivas y el potencial de que sus activos subyacentes se aprecien.

Las proyecciones actualizadas de la Fed confirman que, a nivel global, el crecimiento económico y las respuestas de política están divergiendo. Las expectativas revisadas al alza de las tasas de interés significan que EE.UU. sigue siendo un destino atractivo para el rendimiento. Por el contrario, la debilidad en Europa y otras jurisdicciones probablemente resultará en una mayor flexibilización de políticas y tasas más bajas. Además, varios segmentos del mercado global de crédito actualmente se negocian con descuentos en comparación con emisores de calificación similar en EE.UU.

Conclusión

La era de los mercados de bonos sincronizados y los rendimientos escasos ha llegado a su fin. Esto representa una oportunidad para que los inversores refuercen carteras más amplias aprovechando la capacidad de los bonos para generar ingresos, actuar como un diversificador y reducir la volatilidad.

Sin embargo, para lograrlo, los inversores deben ser ágiles y buscar identificar los segmentos que representen los equilibrios más atractivos. A diferencia de años anteriores, todos los factores son importantes, incluidos la región, la calificación crediticia y la exposición a la duración. Los inversores astutos tienen la oportunidad de aprovechar estas disparidades para encontrar un equilibrio entre la defensiva y la captura de rendimientos adicionales.

 

 

Análisis de Jim Cielinski, director Global de Renta Fija de Janus Henderson, y Daniel Siluk, jefe de Duración Corta Global de Janus Henderson.

Funds Society España 36: pinceladas de esta edición contadas por sus protagonistas

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Funds Society edición especial

El número 36 y correspondiente a septiembre de 2024 de la revista de Funds Society España ya está en la calle y los suscriptores españoles lo recibirán en los próximos días.

Les ofrecemos un resumen en vídeo, de la mano de algunos de los colaboradores que han escrito tribunas de opinión y también expertos de la industria de gestión de activos y asesoramiento que nos han dado su visión en algunos de los artículos. En el vídeo, explican algunas de las claves del contenido en el que han participado.

Entre los protagonistas, Alicia García, responsable de M&G para España, Portugal y Andorra, y Javier García de Vinuesa, Country Head de Natixis IM para España, dan algunas claves de lo que les espera a los mercados en 2025 y aportan ideas para las carteras en el nuevo año.

Por su parte, Carlos González Ramos, director Relación con Inversores, Marketing y Comunicación de Cobas AM, valora las consecuencias de que a partir del próximo 1 de enero los partícipes de planes de pensiones podrán reembolsar participaciones con más de 10 años de antigüedad. Una medida que podría suponer un desafío para el sector, pero también una oportunidad.

Sergio Miguez, socio-director general de Alternative Ratings, nos habla de los hedge funds como sector que menos crece en el segmento de alternativos pero que está tomando una forma particular en España.

Tali Salomon, directora regional de eToro para Latam e Iberia, expresa sus deseos para el año próximo.

La lectura de la revista les ayudará a recertificar sus titulaciones EFPA.

¡Disfruten del vídeo!

Pueden descargarlo en el siguiente enlace.

Decisión de la Fed: un mayor crecimiento tiene un precio

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Crecimiento económico y decisiones de la Fed
Foto cedida

El miércoles, la Fed ofreció más pruebas de lo que el mercado ha estado anticipando desde septiembre: el ciclo económico de EE.UU. se está extendiendo, y aunque eso probablemente beneficiará a los activos más riesgosos, el panorama para muchos segmentos del mercado de renta fija se está volviendo menos claro.

Desde el giro moderado de la Fed hace exactamente un año —interrumpido brevemente por un periodo de inflación persistente a principios de 2024—, las expectativas apuntaban a un ciclo de relajación agresiva. El límite superior de la tasa objetivo de los fondos federales, que estaba en 5,50 % en ese momento, se encontraba muy por encima de la medida de inflación preferida por el banco central de EE. UU., lo que señalaba una política altamente restrictiva.

El recorte de 25 puntos básicos (pbs) en las tasas de interés por parte de la Fed no fue exactamente un «regalo», ya que estuvo acompañado de un panorama político menos favorable. Una economía estadounidense resiliente, junto con la inclusión de políticas a favor del crecimiento por parte de la administración entrante de Trump, ha cambiado la narrativa de “acomodación”. El recorte a 4,5% esta semana ya había sido ampliamente anticipado por el mercado. También se esperaban revisiones modestas al alza en el Resumen de Proyecciones Económicas del banco central. Sin embargo, el grado en que muchas de estas expectativas fueron ajustadas podría haber sido el aspecto más destacado de esta reunión.

Al monitorear estas declaraciones, es importante identificar posibles incongruencias entre la retórica general y los detalles. Aunque el presidente de la Fed, Jay Powell, habló de un equilibrio aproximado entre los dos objetivos del mandato dual del banco central, creemos que el sesgo nuevamente se ha desplazado hacia la gestión del riesgo de inflación.

Por los números

En las proyecciones actualizadas de la Fed, la revisión del crecimiento económico real, medido por el producto interno bruto (PIB), confirmó lo que muchos ya sabían: con un ritmo del 2,5% en 2024, Estados Unidos sigue siendo parte del grupo de economías avanzadas.

El sólido crecimiento de EE.UU. se reflejó en un modesto aumento de las expectativas de PIB para 2025 y 2026, así como en una ligera disminución de la tasa de desempleo proyectada para 2024 y 2025. El presidente Powell se apresuró a reiterar que un mercado laboral resiliente era un desarrollo positivo y que no esperaba que los salarios ejerzan una presión al alza sobre la inflación.

Las revisiones más destacadas fueron en las proyecciones de inflación más altas. Para 2025 y 2026, la inflación general, medida por el Índice de Precios de Gastos de Consumo Personal, se revisó al alza a 2,5 % y 2,1 %, respectivamente. La inflación subyacente para esos dos años ahora se espera que alcance 2,5 % y 2,2 %, respectivamente. Según esta medida, la Fed solo espera alcanzar su objetivo de inflación del 2,0 % en 2027. 

Aquí destacamos el componente de servicios básicos de la inflación. Creemos que la Fed podría estar preocupada porque este elemento clave para la estabilidad general de los precios podría estar tocando fondo mucho antes de que la inflación alcance su objetivo. Bajo esta lógica, mantener una postura moderada podría deshacer el progreso reciente en la lucha contra la inflación.

Detrás de los “puntos”

También fueron relevantes las revisiones de las expectativas de la Fed sobre su trayectoria de política monetaria. Gran parte del enfoque moderado previo ya había sido descartado. Esta tendencia continuó, y en esta nueva versión de la encuesta ahora se proyectan solo dos recortes en 2025 (frente a cuatro anteriormente) y dos adicionales en 2026, en línea con estimaciones previas. De manera importante, se espera que la tasa terminal para este ciclo sea del 3,0%. Hace solo un año, la proyección era del 2,5%.

Lo que está detrás de estas expectativas de una trayectoria de tasas más moderada es crucial. Si se debe a la anticipación de un mayor crecimiento económico debido a una agenda favorable para los negocios, esto sería positivo para los mercados. Sin embargo, si los componentes más inflacionarios de la agenda de la nueva administración de EE.UU. —como los aranceles— requieren tasas de política más altas, los inversores tendrían razones para preocuparse por la volatilidad en los tramos medio y largo de la curva de rendimiento estadounidense.

Mercados en movimiento

El rango de posibles resultados para los mercados de bonos se ha ampliado. Una extensión del ciclo económico en EE.UU. conlleva el riesgo de que el progreso en la lucha contra la inflación se estanque, inyectando volatilidad en los bonos de vencimientos medios y largos. La incertidumbre sobre las prioridades de política de la administración entrante también complica el panorama. Hasta ahora, la economía estadounidense ha logrado el esquivo “aterrizaje suave”. Un crecimiento económico más firme podría mantener la fiesta en marcha, o bien podría reajustar las expectativas de inflación de los consumidores a un rango más alto, obligando a la Fed a replantearse sus supuestos básicos.

Típicamente, los inversores darían la bienvenida al retorno de una prima por plazo en la curva de los bonos del Tesoro de EE.UU. Sin embargo, ese aumento incremental en los rendimientos entre los bonos a 2 años y 10 años –actualmente alrededor de 15 puntos básicos– refleja una creciente incertidumbre en torno a la inflación estadounidense y la respuesta de política adecuada. Los inversores deben decidir si ese rendimiento incremental justifica el riesgo.

Las valoraciones también importan. Una extensión del ciclo debería beneficiar a emisores corporativos de calidad. Sin embargo, los rendimientos de muchos de estos valores en relación con sus índices de referencia libres de riesgo son estrechos en comparación con los estándares históricos, lo que deja poco margen para protegerse contra la volatilidad de las tasas. Aunque los índices de incumplimiento son bajos y una economía en crecimiento debería ayudar a las empresas a mantener sus índices de cobertura, creemos que los créditos titulizados representan una mejor oportunidad en el contexto actual, dado que ofrecen valoraciones más atractivas y el potencial de que sus activos subyacentes se aprecien.

Las proyecciones actualizadas de la Fed confirman que, a nivel global, el crecimiento económico y las respuestas de política están divergiendo. Las expectativas revisadas al alza de las tasas de interés significan que EE.UU. sigue siendo un destino atractivo para el rendimiento. Por el contrario, la debilidad en Europa y otras jurisdicciones probablemente resultará en una mayor flexibilización de políticas y tasas más bajas. Además, varios segmentos del mercado global de crédito actualmente se negocian con descuentos en comparación con emisores de calificación similar en EE.UU.

Conclusión

La era de los mercados de bonos sincronizados y los rendimientos escasos ha llegado a su fin. Esto representa una oportunidad para que los inversores refuercen carteras más amplias aprovechando la capacidad de los bonos para generar ingresos, actuar como un diversificador y reducir la volatilidad.

Sin embargo, para lograrlo, los inversores deben ser ágiles y buscar identificar los segmentos que representen los equilibrios más atractivos. A diferencia de años anteriores, todos los factores son importantes, incluidos la región, la calificación crediticia y la exposición a la duración. Los inversores astutos tienen la oportunidad de aprovechar estas disparidades para encontrar un equilibrio entre la defensiva y la captura de rendimientos adicionales.

 

 

Análisis de Jim Cielinski, director Global de Renta Fija de Janus Henderson, y Daniel Siluk, jefe de Duración Corta Global de Janus Henderson.

La decisión de la Fed: un mayor crecimiento tiene un precio

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Crecimiento económico y decisiones de la Fed
Foto cedida

El miércoles, la Fed ofreció más pruebas de lo que el mercado ha estado anticipando desde septiembre: el ciclo económico de EE.UU. se está extendiendo, y aunque eso probablemente beneficiará a los activos más riesgosos, el panorama para muchos segmentos del mercado de renta fija se está volviendo menos claro.

Desde el giro moderado de la Fed hace exactamente un año —interrumpido brevemente por un periodo de inflación persistente a principios de 2024—, las expectativas apuntaban a un ciclo de relajación agresiva. El límite superior de la tasa objetivo de los fondos federales, que estaba en 5,50 % en ese momento, se encontraba muy por encima de la medida de inflación preferida por el banco central de EE. UU., lo que señalaba una política altamente restrictiva.

El recorte de 25 puntos básicos (pbs) en las tasas de interés por parte de la Fed no fue exactamente un «regalo», ya que estuvo acompañado de un panorama político menos favorable. Una economía estadounidense resiliente, junto con la inclusión de políticas a favor del crecimiento por parte de la administración entrante de Trump, ha cambiado la narrativa de “acomodación”. El recorte a 4,5% esta semana ya había sido ampliamente anticipado por el mercado. También se esperaban revisiones modestas al alza en el Resumen de Proyecciones Económicas del banco central. Sin embargo, el grado en que muchas de estas expectativas fueron ajustadas podría haber sido el aspecto más destacado de esta reunión.

Al monitorear estas declaraciones, es importante identificar posibles incongruencias entre la retórica general y los detalles. Aunque el presidente de la Fed, Jay Powell, habló de un equilibrio aproximado entre los dos objetivos del mandato dual del banco central, creemos que el sesgo nuevamente se ha desplazado hacia la gestión del riesgo de inflación.

Por los números

En las proyecciones actualizadas de la Fed, la revisión del crecimiento económico real, medido por el producto interno bruto (PIB), confirmó lo que muchos ya sabían: con un ritmo del 2,5% en 2024, Estados Unidos sigue siendo parte del grupo de economías avanzadas.

El sólido crecimiento de EE.UU. se reflejó en un modesto aumento de las expectativas de PIB para 2025 y 2026, así como en una ligera disminución de la tasa de desempleo proyectada para 2024 y 2025. El presidente Powell se apresuró a reiterar que un mercado laboral resiliente era un desarrollo positivo y que no esperaba que los salarios ejerzan una presión al alza sobre la inflación.

Las revisiones más destacadas fueron en las proyecciones de inflación más altas. Para 2025 y 2026, la inflación general, medida por el Índice de Precios de Gastos de Consumo Personal, se revisó al alza a 2,5 % y 2,1 %, respectivamente. La inflación subyacente para esos dos años ahora se espera que alcance 2,5 % y 2,2 %, respectivamente. Según esta medida, la Fed solo espera alcanzar su objetivo de inflación del 2,0 % en 2027. 

Aquí destacamos el componente de servicios básicos de la inflación. Creemos que la Fed podría estar preocupada porque este elemento clave para la estabilidad general de los precios podría estar tocando fondo mucho antes de que la inflación alcance su objetivo. Bajo esta lógica, mantener una postura moderada podría deshacer el progreso reciente en la lucha contra la inflación.

Detrás de los “puntos”

También fueron relevantes las revisiones de las expectativas de la Fed sobre su trayectoria de política monetaria. Gran parte del enfoque moderado previo ya había sido descartado. Esta tendencia continuó, y en esta nueva versión de la encuesta ahora se proyectan solo dos recortes en 2025 (frente a cuatro anteriormente) y dos adicionales en 2026, en línea con estimaciones previas. De manera importante, se espera que la tasa terminal para este ciclo sea del 3,0%. Hace solo un año, la proyección era del 2,5%.

Lo que está detrás de estas expectativas de una trayectoria de tasas más moderada es crucial. Si se debe a la anticipación de un mayor crecimiento económico debido a una agenda favorable para los negocios, esto sería positivo para los mercados. Sin embargo, si los componentes más inflacionarios de la agenda de la nueva administración de EE.UU. —como los aranceles— requieren tasas de política más altas, los inversores tendrían razones para preocuparse por la volatilidad en los tramos medio y largo de la curva de rendimiento estadounidense.

Mercados en movimiento

El rango de posibles resultados para los mercados de bonos se ha ampliado. Una extensión del ciclo económico en EE.UU. conlleva el riesgo de que el progreso en la lucha contra la inflación se estanque, inyectando volatilidad en los bonos de vencimientos medios y largos. La incertidumbre sobre las prioridades de política de la administración entrante también complica el panorama. Hasta ahora, la economía estadounidense ha logrado el esquivo “aterrizaje suave”. Un crecimiento económico más firme podría mantener la fiesta en marcha, o bien podría reajustar las expectativas de inflación de los consumidores a un rango más alto, obligando a la Fed a replantearse sus supuestos básicos.

Típicamente, los inversores darían la bienvenida al retorno de una prima por plazo en la curva de los bonos del Tesoro de EE.UU. Sin embargo, ese aumento incremental en los rendimientos entre los bonos a 2 años y 10 años –actualmente alrededor de 15 puntos básicos– refleja una creciente incertidumbre en torno a la inflación estadounidense y la respuesta de política adecuada. Los inversores deben decidir si ese rendimiento incremental justifica el riesgo.

Las valoraciones también importan. Una extensión del ciclo debería beneficiar a emisores corporativos de calidad. Sin embargo, los rendimientos de muchos de estos valores en relación con sus índices de referencia libres de riesgo son estrechos en comparación con los estándares históricos, lo que deja poco margen para protegerse contra la volatilidad de las tasas. Aunque los índices de incumplimiento son bajos y una economía en crecimiento debería ayudar a las empresas a mantener sus índices de cobertura, creemos que los créditos titulizados representan una mejor oportunidad en el contexto actual, dado que ofrecen valoraciones más atractivas y el potencial de que sus activos subyacentes se aprecien.

Las proyecciones actualizadas de la Fed confirman que, a nivel global, el crecimiento económico y las respuestas de política están divergiendo. Las expectativas revisadas al alza de las tasas de interés significan que EE.UU. sigue siendo un destino atractivo para el rendimiento. Por el contrario, la debilidad en Europa y otras jurisdicciones probablemente resultará en una mayor flexibilización de políticas y tasas más bajas. Además, varios segmentos del mercado global de crédito actualmente se negocian con descuentos en comparación con emisores de calificación similar en EE.UU.

Conclusión

La era de los mercados de bonos sincronizados y los rendimientos escasos ha llegado a su fin. Esto representa una oportunidad para que los inversores refuercen carteras más amplias aprovechando la capacidad de los bonos para generar ingresos, actuar como un diversificador y reducir la volatilidad.

Sin embargo, para lograrlo, los inversores deben ser ágiles y buscar identificar los segmentos que representen los equilibrios más atractivos. A diferencia de años anteriores, todos los factores son importantes, incluidos la región, la calificación crediticia y la exposición a la duración. Los inversores astutos tienen la oportunidad de aprovechar estas disparidades para encontrar un equilibrio entre la defensiva y la captura de rendimientos adicionales.

 

 

Análisis de Jim Cielinski, director Global de Renta Fija de Janus Henderson, y Daniel Siluk, jefe de Duración Corta Global de Janus Henderson.

La Fed enfría las expectativas del mercado sobre recortes significativos de tipos en 2025

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La Fed y expectativas de recortes
Foto cedidaEl presidente Powell responde a las preguntas de los periodistas en la rueda de prensa del FOMC el 18 de diciembre de 2024.

La Fed ha recortado los tipos por tercera vez desde marzo de 2020 en 25 puntos básicos, tal y como se esperaba. Las gestoras internacionales destacan que Powell reconoció que esta decisión fue «más difícil» que las de las reuniones anteriores y que enfatizó que fue «la decisión correcta» dadas las condiciones actuales. Esto sigue a la reciente comunicación del FOMC, que enfatiza los méritos de la normalización «gradual» de la política, respaldada por fundamentos económicos resilientes y la creciente incertidumbre política con la llegada del presidente Trump.

Una modificación significativa del lenguaje de la declaración refuerza lo medida que está siendo esta trayectoria. La incorporación de la ‘magnitud’ y el ‘momento’ de señalar un camino de recorte de tipos más lento, con los mercados ahora valorando una probabilidad del 90% de una pausa en enero, se alinean con nuestra evaluación. Powell reforzó este mensaje, señalando que aunque la política sigue siendo restrictiva, están ‘significativamente más cerca de la neutralidad’, lo que justifica un enfoque más cauteloso reflejado en la reducción de cuatro a dos recortes proyectados en 2025”, apunta Salman Ahmed, responsable global de macro y asignación estratégica de activos en Fidelity International

Para Dongyue Zhang, responsable de especialistas de inversión APAC para soluciones de inversión multiactivos de abrdn, la Fed adoptó un tono agresivo (hawkish). “Estas señales consolidan nuestra opinión de que la Fed hará una pausa en enero, a medida que vaya reduciendo su ritmo de relajación. Esperamos un recorte en marzo, dependiendo de si continúa el enfriamiento de la inflación. En nuestra opinión, hay más riesgo de que se produzcan menos movimientos, especialmente si vemos fuegos artificiales en los primeros días de la administración Trump. A juzgar por el ligero cambio en el comunicado de la Fed, esperamos un aumento de la volatilidad como consecuencia de los cambios en las políticas de la Administración Trump en 2025”, señala Zhang.

Este nuevo discurso representa otro ajuste significativo en el enfoque de la Fed que hace apenas tres meses llevó a un recorte de 50 puntos básicos. “Este giro está en línea con que las presiones inflacionarias persistentes impedirían que la Fed implemente el ciclo de relajación que los mercados esperaban. En su lugar, anticipamos que la Fed recalibraría su política, pasando de una postura restrictiva a una menos restrictiva. Esto es precisamente lo que está ocurriendo, con Powell insinuando que el banco central podría poner fin a los recortes consecutivos deteniéndose tan pronto como en su próxima reunión en enero: ‘Estamos en, o cerca de, un punto en el que será apropiado ralentizar el ritmo de los ajustes adicionales’», señala Jean Boivin, responsable del BlackRock Investment Institute.

En este sentido, George Brown, economista senior de EE.UU. de Schroders, espera un recorte adicional de otro cuarto de punto en la reunión de marzo de 2025, y que luego los suba 50 pb en 2026. “Es cierto que la función de reacción del banco central podría verse distorsionada si su independencia se viera socavada por la Administración Trump, pero, en nuestra opinión, las medidas para garantizar dicha independencia son suficientes para evitar este riesgo, al igual que el temor a las represalias del mercado”, matiza Brown. 

Para David Macià, director de Inversiones y Estrategia de Mercados de Creand Asset Management en Andorra, la cuestión de debate es a qué obedece el cambio de tono de Powell. “Si se debe a la llegada de Trump a la presidencia, cuyas políticas son netamente inflacionistas, se podría temer una futura confrontación entre gobierno y la Fed. Otra opción es que la apreciación previa de los activos financieros estuviera motivada en gran parte porque los inversores descontasen un escenario goldilocks: una economía fortísima combinada con una inflación en retroceso que permitiría a la Fed seguir recortando tipos sin descanso, algo que nos ha parecido siempre un tanto fantasioso. De ser así, las correcciones de ayer tendrían continuidad”, concluye Macià.

La clave está en el gráfico de puntos

Sobre el Resumen de Proyecciones Económicas (SEP, por sus siglas en inglés) Ahmed considera que la Fed se mostró menos agresiva en el gráfico de puntos: “El punto de 2025 eliminó dos recortes, superando las expectativas del mercado de solo un recorte menos. Este ajuste viene acompañado de proyecciones de crecimiento más fuertes, mayor inflación y menor desempleo en 2025”, indica. Y añade: “Es importante destacar que la evaluación del comité sobre la tasa neutral a largo plazo se ajustó al alza, con la mediana pasando del 2,9% al 3%, y el rango de tendencia central subiendo al 2,8%-3,6%”.

Para Daniel Siluk, jefe de Global Short Duration & Liquidez y gestor de carteras de Janus Henderson, el SEP es marcadamente halcón, con sólo dos recortes de tipos previstos para 2025, lo que indica una mayor preocupación por la persistencia o reavivación de la inflación. “Las previsiones de inflación para 2025 se han revisado al alza hasta el 2,5% (desde el 2,1%). Las previsiones de crecimiento económico se han revisado ligeramente al alza para 2025, hasta el 2,1% desde el 2,0%, pero se han revisado a la baja más allá de su horizonte de previsión, con una revisión a la baja del crecimiento del PIB para 2027, hasta el 1,9% desde el 2,0%. Esto sugiere que la política monetaria más restrictiva aún no ha hecho mella en la economía”, apunta Siluk, quien considera que la interpretación inicial del mercado ha sido de línea dura, como demuestra el aplanamiento de la curva de rendimientos.

Powell dejó claro que un ritmo más lento de recortes era el caso base. Sostuvo que la inflación todavía se dirige en la dirección correcta, restó importancia a parte de la rigidez de la inflación imputada y señaló que el mercado laboral todavía se está enfriando, pero solo gradualmente. Creemos que si los aranceles fueran la principal razón del aumento de la inflación, habríamos esperado ver una previsión de crecimiento más suave para 2025. El propio Powell no parece haber tenido en cuenta los aranceles, dado que citó una incertidumbre significativa sobre el alcance, el calendario y el impacto de los aranceles. Mantenemos nuestra previsión de dos recortes más de tipos el año que viene, pero los riesgos se han desplazado claramente en la dirección de menos (ningún) recortes”, añaden desde Bank of America.

David Page, head of Macro Research de AXA IM, va un paso más allá y apunta que la Fed recortará solo una vez en marzo del próximo año hasta el 4,25%, en función de la magnitud de la política de la nueva Administración. “También somos más pesimistas sobre el impacto a largo plazo de estas políticas y esperamos que pesen sobre el crecimiento hasta 2026, lo que creemos que hará que la Fed reanude la flexibilización en el segundo semestre de 2026. Prevemos que la FFR se sitúe en el 3,5% a finales de 2026, ahora igual que la Fed, pero no creemos que el camino sea tan suave como implican las suaves proyecciones de recorte de 50, 50 pb y 25 pb de la Fed”, concluye Page.

Norwealth Capital A.V. refuerza su equipo en Madrid con la incorporación de Jaime Blanco Masavéu

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Norwealth Capital refuerza equipo en Madrid
Foto cedidaJaime Blanco Masavéu, Norwealth Capital

Jaime Blanco se incorpora a Norwealth Capital A.V. procedente de Welzia, donde ha ejercido como banquero privado senior durante los últimos dos años. Con una experiencia de más de trece años en el sector, Blanco ha ocupado diferentes puestos relacionados con Banca Privada, en entidades como Tressis, Abante o Andbank, entre otros. 

Desde la firma explican que la misión de Blanco será contribuir al desarrollo del negocio en Madrid aportando su experiencia tanto en los servicios de gestión como en los de planificación patrimonial de la agencia. Con este último fichaje, Norwealth cuenta ya con más de 30 profesionales repartidos entre sus oficinas de Bilbao, Zaragoza, Valencia y Madrid, que espera ampliar próximamente con nuevas incorporaciones, dando continuidad a un modelo de negocio basado en la transparencia, la calidad del servicio así como la alineación de intereses con sus clientes.

Jaime es licenciado en ADE por la Universidad Autónoma de Madrid y es miembro de la European Financial Planning Association contando con la acreditación EFP y EFA.

 

La economía mundial seguirá reequilibrándose en 2025

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Reequilibrio económico global en 2025

Existe una amplia variedad de posibles resultados para la economía, pero la sólida situación de partida es señal de resiliencia.

La economía mundial se ha comportado bien en 2024. De hecho, incluso ha superado nuestras expectativas, que ya eran relativamente optimistas. Puede que el crecimiento mundial no haya sido formidable —nuestra estimación del crecimiento del PIB real para el año es del 2,6%—, pero la economía global ha avanzado considerablemente hacia su reequilibrio tras la volatilidad registrada en el período pospandemia. Prevemos que continúe ese proceso de reajuste, y que tanto el crecimiento como la inflación regresarán al equilibrio en todo el mundo.

No obstante, unos cambios sustanciales en las políticas económicas podrían alterar el panorama para 2025 y años venideros. Si se imponen aranceles de forma amplia, como ha prometido la próxima administración estadounidense, podría producirse una desaceleración más intensa de lo que prevemos actualmente, y cabe la posibilidad de un sobrecalentamiento mayor de lo esperado de la inflación. Todavía hay muchas dudas en torno a las medidas políticas, lo que hace que la variedad de resultados para la economía resulte extraordinariamente amplia a punto de que termine el año.

El gasto de los consumidores estadounidenses se ralentizará, pero lo hará de forma gradual y moderada

En todo caso, el comportamiento de los consumidores sigue siendo el factor clave para las perspectivas económicas de Estados Unidos. Un mercado de trabajo sólido en 2025 debería mantener el crecimiento de la renta de los hogares por encima de la tasa de inflación, lo que impulsaría el consumo real. El ritmo de contratación se está ralentizando, por lo que prevemos que el consumo también disminuirá en 2025. No obstante, lo hará de forma gradual y moderada, a menos que haya un súbito desplome del mercado de trabajo.

El crecimiento es solo una parte del proceso de reequilibrio. La inflación también se está normalizando, o al menos se dirige hacia lo que podría llamarse la nueva normalidad. La Reserva Federal ha fijado como objetivo de inflación el 2%, pero prevemos que termine contentándose con un nivel cercano al 2,5%. A nuestro juicio, la inflación podría alcanzar esa cota en 2025, aunque la imposición de nuevos aranceles podría retrasar ese momento hasta por lo menos 2026. A pesar de que la incertidumbre sobre las políticas afecta a las perspectivas de inflación, seguimos previendo que la Fed recorte los tipos de forma gradual en los próximos trimestres, y que, con el tiempo, el tipo de interés de referencia se acerque al 3%.

Menor incertidumbre por las elecciones, mayor gasto presupuestario

Es fácil señalar la política comercial beligerante como posible riesgo bajista para le economía mundial. Sin embargo, hay otros factores que podían apuntar a un crecimiento más rápido.

En 2024, el entorno político ha estado plagado de sucesos que han creado un halo de incertidumbre en numerosos frentes, y es probable que ello haya afectado a la inversión empresarial. Ahora que hemos dejado atrás casi todos esos acontecimientos políticos, esperamos ver cierta aceleración de la inversión de capital, lo que debería ayudar a impulsar el crecimiento.

Es improbable que la trayectoria prevista de la política fiscal ralentice el crecimiento. De hecho, ha sido un baluarte de la economía mundial al permitir que esta siguiera expandiéndose incluso cuando los bancos centrales subieron los tipos de interés para reducir la inflación. Además, no hay muchos motivos para prever una reducción de los déficits presupuestarios en 2025. El gasto deficitario probablemente incrementará la carga de la deuda, y esperamos que mantenga los yields de la deuda del Tesoro por encima de los niveles prepandemia.

Panorama global: resiliencia frente a contratiempos y vicisitudes

Por manida que parezca, la afirmación de que el próximo año nos sorprenderá a todos de muchas maneras no deja de ser cierta. La variedad de resultados para la economía es extraordinariamente amplia y excepcionalmente sensible a los posibles cambios en las políticas económicas. Sin embargo, desde una perspectiva más amplia, la situación sólida de partida nos indica que la economía mundial probablemente resistirá frente a los inevitables contratiempos y vicisitudes.

Tribuna escrita por Eric Winograd, Director—Developed Market Economic Research en AB.