DWS ha anunciado una reducción de las comisiones de determinadas clases de participaciones de su ETF Xtrackers S&P 500 Equal Weight UCITS. Para las clases de participaciones 1C (de acumulación) y 2D (de distribución), la comisión fija se reduce del 0,20% al 0,15%, a partir del 1 de diciembre de 2025, y para la clase 1D-GBP Hedged se reduce del 0,30% al 0,17%.
El Xtrackers S&P 500 Equal Weight UCITS ETF replica el rendimiento de las 500 mayores empresas estadounidenses. Las acciones tienen el mismo peso, independientemente de su capitalización bursátil. Esto significa que la influencia de compañías individuales en el rendimiento global de la cartera es significativamente menor. Por ello, el ETF puede ser adecuado para inversores que quieren invertir en el mercado estadounidense, pero prefieren evitar las altas valoraciones de determinadas compañías y sectores. El volumen del fondo asciende actualmente a unos 8.700 millones de euros.
“El Xtrackers S&P 500 Equal Weight UCITS ETF ofrece un acceso diversificado a uno de los mercados bursátiles más importantes del mundo, evitando sobreponderaciones. Revisamos constantemente qué estrategias nos permiten ofrecer reducciones permanentes de comisiones y, por ello, estamos encantados de poder ofrecer ahora a los inversores este acceso en condiciones mejoradas”, afirmó Michael Mohr, Global Head of Xtrackers Products.
Después de un 2025 sólido para los mercados —tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo— Bank of America es constructivo respecto a 2026: espera recuperación económica en forma de K, crecimiento sólido de la inversión en IA, más volatilidad, retorno moderado para el S&P, dos recortes de tasas (en junio y julio) y mercados emergentes con impulso.
“Los grandes temas del último año —política fiscal incierta, auge de la IA, exceso de capacidad en China, déficits fiscales récord y liquidez excedente— están evolucionando en lugar de desaparecer”, señaló el banco estadounidense.
“A medida que el mundo empieza a comprender mejor cómo la inteligencia artificial impacta en el crecimiento económico, la inflación y la inversión corporativa, los economistas y estrategas de BofA Global Research se preparan para más volatilidad en 2026. El boom bursátil impulsado por la IA sigue siendo un rasgo definitorio de la economía en forma de K, sumando otra capa de riesgo”, añadió.
“A pesar de estas preocupaciones persistentes, nuestro equipo sigue siendo optimista respecto de la economía y la IA”, dijo Candace Browning, directora de BofA Global Research.
“Somos optimistas sobre las dos economías más influyentes, y esperamos un crecimiento del PIB por encima del consenso para EE. UU. y China. Además, en nuestra opinión, las preocupaciones sobre una burbuja de IA inminente están exageradas, y esperamos que la inversión en IA continúe creciendo a un ritmo sólido en 2026”, agregó.
Las principales proyecciones macro para los mercados y la economía en el próximo año son:
PIB de EE.UU.: más optimistas que el consenso
El economista senior de Estados Unidos de BofA, Aditya Bhave, espera un crecimiento del PIB 4T/4T de 2,4% en 2026. Las previsiones por encima del consenso del equipo de Economía de EE. UU. se basan en varios factores: un impulso esperado del “One Big Beautiful Bill Act”; mayor inversión empresarial por la restauración de beneficios de la “Tax Cuts and Jobs Act”; política comercial; estímulo fiscal; y los efectos rezagados de los recortes de tasas por parte de la Reserva Federal.
Boom de la IA, pero todavía sin burbuja
El gasto en inversión en IA ya ha impulsado el crecimiento del PIB y los economistas del banco esperan que siga creciendo el próximo año. El análisis propio de burbujas pasadas sugiere que el sector tecnológico del mercado accionario de Estados Unidos todavía se mantiene sobre bases sólidas.
El S&P con retornos moderados, mientras repunta el capex
Savita Subramanian, directora de Estrategia de Renta Variable de EE. UU., espera un crecimiento de EPS del 14% pero solo una apreciación del precio del S&P de 4–5%, con un objetivo de fin de año de 7100 para el índice. Los expertos del banco están atentos a señales que indiquen que podríamos estar pasando de un mercado alcista impulsado por el consumo a uno impulsado por la inversión de capital (capex).
Dos recortes de tasas en el año
Casi la mitad de los inversores encuestados por Bank of America espera que el Treasury a 10 años termine 2026 entre 4–4,5%, es decir, estable o incluso más alto que los niveles actuales. Los recortes de la Fed y un foco en bajar la inflación podrían significar que los inversores están siendo demasiado pesimistas con los precios de los bonos. Mark Cabana, jefe de Estrategia de Tasas de EE. UU., espera que el bono a 10 años termine 2026 en 4–4,25%, con riesgos a la baja.
Los economistas de EE. UU. prevén que la Fed recorte tasas en 25 puntos básicos en la reunión de diciembre de 2025 y dos veces en 2026 (junio y julio).
Precios de la vivienda planos con riesgos al alza
Chris Flanagan y el equipo de Productos Securitizados esperan que la vivienda pase a ocupar un lugar central en 2026. BofA pronostica una apreciación plana de los precios de las casas y una mejora en la rotación/actividad del mercado inmobiliario. Los riesgos están inclinados al alza dependiendo de la política de la Fed.
Más volatilidad debido al impacto de la IA
Una mejor comprensión del impacto de la IA sobre el crecimiento, la inflación y el capex probablemente genere volatilidad en el mercado. La recuperación económica en forma de K y la dominancia fiscal son otras fuentes de turbulencia esperada, según el banco.
El retorno del crédito privado, ¿más bajo en 2026?
Neha Khoda, jefa de Estrategia de Crédito de EE. UU., espera retornos totales de 5,4% para el crédito privado en 2026, frente al 9% de este año. Esta posibilidad de menores retornos impactará las decisiones de asignación, y los inversores podrían rotar hacia bonos high yield u otras clases de activos.
Un impulso a los mercados emergentes
David Hauner, jefe de Estrategia de Renta Fija de Mercados Emergentes Globales, afirmó que un dólar estadounidense más débil, tasas más bajas y precios del petróleo reducidos brindan un contexto sólido para que los mercados emergentes sigan rindiendo bien en 2026.
Nuveen Real Estate, uno de los principales gestores globales de inversión inmobiliaria con 139.000 millones de dólares en activos bajo gestión, anunció el cierre final de su U.S. Strategic Debt Fund, con 650 millones de dólares en compromisos totales de capital, superando su tamaño objetivo inicial de 500 millones de dólares.
El fondo cerrado de deuda value-add representa la primera oferta de fondo cerrado de Nuveen en el segmento de crédito inmobiliario comercial y se enfoca en oportunidades de deuda inmobiliaria comercial en transición en todo Estados Unidos.
El vehículo de inversión se beneficia de una importante alineación gracias al compromiso de 150 millones de dólares de la Cuenta General de TIAA -empresa matriz y uno de los mayores inversores institucionales del mundo- junto con una base diversa de inversores institucionales, que incluye compañías de seguros extranjeras y locales y fondos de pensión.
“Estamos satisfechos con la sólida respuesta de los inversores a nuestro U.S. Strategic Debt Fund, lo que refleja la confianza que los inversores institucionales tienen en nuestra plataforma de deuda y la atractiva oportunidad que vemos en el mercado actual de préstamos inmobiliarios comerciales”, señaló Jason Hernandez, Head of Real Estate Debt, Americas en Nuveen Real Estate.
El cierre exitoso nos posiciona bien para aprovechar lo que creemos que son oportunidades atractivas en un entorno en el que los prestamistas tradicionales se han retraído”, agregó.
El U.S. Strategic Debt Fund emplea una estrategia de financiamiento que origina préstamos senior, a tasa flotante, garantizados por activos inmobiliarios en transición que requieren reestructuración física, operativa o financiera. La estrategia se apoya en la plataforma de deuda consolidada de Nuveen Real Estate, que administra 44.000 millones de dólares en deuda inmobiliaria comercial a nivel global y origina aproximadamente 4.700 millones de dólares al año, según el promedio de los últimos cinco años.
Desde su primer cierre en abril de 2024, el fondo ha desplegado capital en 19 inversiones que totalizan 1.300 millones de dólares en compromisos brutos de préstamos. La cartera actual está diversificada entre propiedades multifamily (60%) e industriales (40%) en 16 mercados de todo el país, con una exposición relevante a mercados de alto crecimiento, incluidos Dallas–Fort Worth (18% del valor bruto de los activos), Atlanta (10%) y Orlando (9%), según información difundida por la compañía.
La plataforma de deuda de Nuveen Real Estate ha estado activa en el financiamiento inmobiliario comercial desde 1934, con 55 profesionales dedicados a deuda a nivel global. La plataforma ha originado más de 50.000 millones de dólares y mantiene relaciones con operadores de primer nivel y patrocinadores institucionales en los principales mercados de Estados Unidos.
Foto cedidaDe izquierda a derecha: Fernando Toledano, director de Desarrollo de Negocio de Cecabank; Jesús Pinilla, director de Administración y Medios de Kutxabank Gestión; Miguel López, director de Negocio de Ibercaja Gestión; Aurora Cuadros, directora corporativa de Securities Services de Cecabank; Rafael Valera, consejero delegado de Buy&Hold; Brenda Bol, Country Head de la sucursal de Cecabank en Luxemburgo; Jesús Sánchez-Quiñones, consejero director general de Renta 4 Banco; Elisa Ricón, directora de Regulación de Cecabank; y Ramón Cardil, director corporativo de Operaciones de Trea AM.
En el marco de la celebración de los 40 años de la puesta en marcha de la directiva UCITS en Europa, Cecabank ha reunido a la industria nacional para repasar los hitos que han dado forma al sector actual y hacia dónde camina ahora. En este sentido, palabras como armonización, apertura, regulación, transparencia, acceso a nuevos activos, asesoramiento, arquitectura abierta, tecnología y nuevos perfiles de inversores han reflejado las ideas que las gestoras nacionales han compartido.
La directiva UCITS, aprobada en 1985 tras casi una década de negociaciones, sentó las bases para la creación de una industria sólida y armonizada en Europa. Hoy, los fondos UCITS superan los 15 billones de euros en activos gestionados -23 billones si se incluyen los fondos alternativos- y se han consolidado como una marca global sinónimo de transparencia, seguridad y prosperidad, tanto para inversores minoristas como institucionales. España, pionera en la armonización legislativa, aprobó en 1984 la primera Ley de Instituciones de Inversión Colectiva inspirada en esta normativa, anticipándose incluso a su entrada en vigor.
Durante estas cuatro décadas, la Directiva se ha modificado en más de veinte ocasiones, adaptándose a los cambios regulatorios y tecnológicos, y la industria española ha evolucionado hasta convertirse en un pilar del ahorro financiero de las familias.
“Miramos al pasado para reconocer nuestros orígenes, pero sobre todo analizamos el presente e imaginamos el futuro. Un futuro en el que Cecabank, como líder ibérico en depositaría, con más de 300.000 millones de euros depositados de medio centenar de gestoras, seguirá acompañando a la industria con rigor, innovación y compromiso, consolidando los fondos de inversión como un puerto seguro para el ahorro y la inversión”, ha destacado Ainhoa Jáuregui, consejera delegada de Cecabank.
El negocio de las gestoras
La conclusión de este viaje de cuatro décadas es que la industria española se encuentra en un punto de fortaleza, dinamismo y madurez, marcado por la fuerte evolución de la regulación. “En consecuencia, hemos vivido una importante profesionalización de todos los que intervienen en esta industria; muestra de ello es que los departamentos de riesgos y cumplimiento han experimentado un importante crecimiento y ganado relevancia en las organizaciones. En mi opinión, el mayor cambio que se ha producido tiene que ver con la introducción y desarrollo de la sostenibilidad”, reconoce Jesús Pinilla, director de Administración y Medios de Kutxabank Gestión.
A esta profesionalización, Ramón Cardil, director Corporativo de Operaciones de Trea AM, añade también la gran sofisticación de los productos y también del negocio de las gestoras. En su opinión, esto ha llevado a un entorno de alta competitividad, donde, según la visión de Cardil, las firmas se están orientando hacia la especialización, la calidad y el tamaño. “Vemos una clara tendencia de las gestoras hacia la especialización, para lo cual las compañías se están apalancando en sus productos y en su sofisticación. Además, hablamos de una industria de calidad soportada por una normativa restrictiva, que implica formación para nuestros profesionales, enfocada en la protección del inversor. Y, en tercer lugar, nos hemos configurado con modelos de negocio donde la escala es muy relevante, ya que las barreras de entrada y de mantenimiento son muy altas. Esta escalabilidad es necesaria para buscar la eficiencia”, explica Cardil.
Para Miguel López, director de Negocio de Ibercaja Gestión, estos años han demostrado que la industria tiene un gran dinamismo y capacidad de innovar y evolucionar. “Este dinamismo lo hemos visto tanto a nivel regulatorio; por ejemplo, con MiFID II pusimos el foco en la transparencia para, unos meses después, luego poner el objetivo en la sostenibilidad. Pero también dinamismo en la propia industria, ya que hemos vivido una consolidación muy fuerte y en 25 años, nuestros competidores han cambiado radicalmente”, matiza López.
La evolución de las redes de distribución
No solo el modelo de negocio de las gestoras ha evolucionado al calor de la directiva UCITS y del resto de la regulación europea, las redes de distribución, que son las que más cerca están del inversor y de los productos que demandan, han experimentado un notable cambio. “Aún recuerdo todo lo que teníamos que estudiar hace 30 años para poder explicar a un inversor algo tan básico como qué era un fondo de inversión. La llegada de los UCITS supuso una apertura a nuevos productos de inversión que, poco a poco, se fueron volviendo más sofisticados. Además, vivimos el fuerte cambio cultural de abrirnos a fondos de terceros y a la arquitectura abierta, ampliando de nuevo el abanico de posibilidades para los inversores. La evolución nos ha llevado a que deje de tener valor el qué, es decir, qué fondo o qué vehículo, para que el valor esté en el para qué, es decir, a estar más orientados en el asesoramiento”, ha afirmado Laura Comas, directora de Desarrollo y Transformación de Caixabank Wealth Management.
En opinión de Emilio Mejía, consejero delegado de Unicaja Asset Management, las redes de distribución han vivido cambios significativos a consecuencia de los cambios regulatorios, pero el principal cambio ha sido esa reorientación del producto al asesoramiento. “Coincido en que hemos pasado de un enfoque de producto a un enfoque de cliente, todo ello sustentado por la regulación. Ahora bien, creo que la velocidad de los cambios de los próximos cuatro años será mucho mayor que la experimentada los últimos 40”, ha señalado.
Esta evolución en el enfoque de las redes de distribución ha tenido su reflejo en cómo ha cambiado la cartera de los inversores. Ignacio Izquierdo, Regional Manager Iberia de Allfunds, ha recordado como el punto de partida hace cuatro décadas eran los depósitos y la renta fija, con algunas acciones concretas. “La irrupción de los UCITS revolucionó esto y cambió las carteras de los inversores ofreciendo productos con liquidez, dando acceso a la diversificación, y cambiando el paradigma de las carteras que tenían esos clientes. Además, la Directiva sirvió para armonizar, es decir, para crear un concepto de mercado europeo. Hoy me llama la atención la falta de esa armonización en los productos alternativos. La falta de un mercado de capitales europeos hace que todo esté fragmentado. Puede que los ELTIFs se acaben convirtiendo en una estructura como son los UCITS ahora, pero aún no estamos en eso; por lo que estamos perdiendo mucha eficiencia, es ineficiente para el inversor final”, ha destacado Izquierdo.
Según la visión de Comas, en el entorno actual, las redes de distribución están demostrando que tienen un valor añadido en el asesoramiento que ofrecen, ya que se ha convertido en un factor fundamental para acceder a los productos de inversión. “Para el inversor sigue siendo complejo elegir los productos de inversión; esto no es como entrar a un supermercado, básicamente porque a veces el inversor no sabe qué quiere o qué es lo que necesita para cumplir con sus objetivos. Poder ofrecer ese asesoramiento, puntual o recurrente, y que se responda a un pago explícito aporta una primera capa de valor al inversor por encima del propio producto. Ahora bien, a veces el regulador hace complejo llevar ese asesoramiento a algunos modelos de negocio como, por ejemplo, las plataformas. Creemos que el regulador también tiene que colaborar en ese paso del ahorrador a inversor, y ayudar a que el inversor vea más allá del fondo y busque el asesoramiento”, ha defendido durante su participación en el evento.
40 años también para el inversor
Si los UCITS supusieron un cambio en el modelo de negocio de las gestoras y del valor de las redes de distribución, la industria coincide en que, sin duda, el inversor fue el gran beneficiado de su consolidación. “Hace 40 años, las carteras eran super sencillas y centradas en depósitos; ahora vamos camino de reducir su presencia y que el peso de los fondos de inversión sea mucho mayor”, ha matizado Izquierdo.
Según la experiencia del CEO de Unicaja AM, el inversor sigue siendo conservador. “Creo que ese carácter conservador se explica principalmente con tres factores: las redes comerciales, que aportan esa confianza y seguridad -lo que explicaría que los bancos sigan representando dos tercios de la comercialización de los vehículos de inversión-; la concepción que se tiene de la vivienda como activo de más valor frente a la cultura inversora de otros países; y el horizonte de inversión que tiene el inversor”, ha afirmado Mejía.
Para López, un gran cambio en el inversor es que ahora busca asesoramiento, lo cual también encaja con el cambio que ha sufrido su cartera. “Los inversores quieren un buen asesoramiento que les permita aspirar a una buena rentabilidad y nuestra obligación como ‘fabricantes de productos’ es poner una gama de soluciones amplias y adaptadas a las necesidades de cualquier perfil. Tenemos que hacer esto desde un enfoque innovador, como ha demostrado la industria española con la gestión discrecional, y la apertura a nuevos activos. El entorno de mercado ha cambiado y las tradicionales carteras 60/40 parecen no estar ya vigentes. Nos toca volver a reinventarnos, una reinvención que tiene que pasar por una nueva interpretación de la diversificación. En el caso de estas carteras tradicionales, vemos cómo se está introduciendo un tercer pilar de rentabilidad, diversificación y descorrelación a través de activos alternativos, materiales preciosos o materias primas”, ha comentado el director de Negocio de Ibercaja Gestión.
Respecto a los inversores más jóvenes, Mega ha añadido que presentan una mayor demanda por la arquitectura abierta, por nuevos activos -entre ellos los activos digitales-, y también por los canales digitales. “Aunque está claro que el grueso de ese paso de ahorrador a inversor corresponde a un perfil de gente más mayor, ya que tiene un mayor patrimonio, esta generación más joven también se va a incorporar al ecosistema de la inversión y va a suponer un cambio relevante. Por suerte, contamos con una regulación robusta que nos permita realizar esos cambios a gran velocidad”, ha defendido.
Una mirada al futuro
A la hora de hablar del futuro de la industria, Rafael Valera, consejero delegado de Buy&Hold, defiende que habrá que aplicar el “sentido común”, primero para no perder competitividad y poder gestionar los riesgos que “están fuera del radar y de los manuales”. “La tecnología y la inteligencia artificial, todo ello basado en la tecnología blockchain, va a tener un impacto determinante en los modelos de negocio de esta industria porque se va a desintermediar mucho. Hay que tener en cuenta que los nuevos jugadores digitales que entren en el negocio, lo harán tirando el precio”, ha afirmado Valera.
En línea con esta disrupción tecnológica, Jesús Sánchez-Quiñones, consejero director general de Renta 4 Banco, ha señalado que el otro gran cambio para la industria llegará con la tokenización de los fondos de inversión: “Esto va a ser una revolución. Supondrá que los plazos se acortan en la inversión y que aparecerán nuevos riesgos. Esta tendencia se suele confundir con activos digitales tan significativos como el bitcoin, pero la revolución vendrá por la tecnología blockchain que está detrás”. Fuera del ámbito tecnológico, ha defendido que la otro gran salto para la industria sería “coger la oportunidad que está dando Europa para tener un vehículo con ventajas fiscales, que promuevan el ahorro año a año. Esto sería un espaldarazo tremendo para la industria española”.
En este futuro, las gestoras españolas consideran que el paso del ahorrador a inversor es una oportunidad de crecimiento, donde el asesoramiento tendrá un papel fundamental para movilizar todo ese ahorro. “El futuro pasa más por el servicio que por el producto. Estamos preparados para aportar valor al cliente del futuro, siendo conscientes de que buscará otros canales y que tendrá que afrontar otras realidades, como su longevidad, el alto coste de la vivienda o su incorporación más tarde al mercado laboral. Nuestro reto de los próximos años es ser capaces de aportarles valor y cumplir con sus necesidades financieras, y, en ese sentido, nos la vamos a jugar en la calidad del producto”, ha señalado López.
A esta reflexión, Cardil ha añadido un matiz, por no decir una petición: “Para este futuro, necesitamos que el regulador vaya a la velocidad que debe ir. Tienen un trabajo duro por delante, pero tienen que ser capaces de acompañar esa velocidad”.
Deutsche Bank anticipa que España seguirá creciendo muy por encima de la media de la Eurozona en términos de Producto Interior Bruto en 2026, pues prevé un incremento del 2,2% frente al 1,1% del conjunto de la Eurozona. Igualmente, cerrará este año con un crecimiento de su PIB del 2,9%, muy por encima del 1,4% de la Eurozona o del 1,9% de Estados Unidos, según ha subrayado hoy en un encuentro con medios, donde ha presentado sus perspectivas macroeconómicas y estrategia de inversión para 2026.
“El consumo y la inversión han pasado a ser los principales motores de este crecimiento en España, y lo seguirán siendo en 2026, si bien todo apunta a que el agotamiento del sector turístico, el menor dinamismo de las exportaciones de bienes (por los aranceles) y la subida de las importaciones, deberían llevar a una aportación del sector exterior negativa el próximo año. El resultado será un crecimiento todavía alto, pero con tendencia a estabilizarse”, ha explicado Rosa Duce, Chief Investment Officer de Deutsche Bank en España, quien ha destacado además que persistirán problemas estructurales el año que viene como “baja productividad, cualificación de los trabajadores no acordes con las necesidades de empleo y una corrección del déficit estructural escasa”.
De acuerdo a las previsiones de la entidad, la economía mundial se mantendrá en general sólida, si bien los conflictos geopolíticos, la preocupación por el crecimiento de la inflación o la deuda soberana, además de las disputas comerciales internacionales persistirán como factores de riesgo en 2026. Así, en Europa las medidas monetarias y fiscales deberían impulsar el crecimiento a corto y medio plazo. Se espera que Alemania, en particular, se beneficie de las inversiones a gran escala planificadas en infraestructura y defensa, lo que debería impulsar aún más el sector manufacturero una vez que se hayan desplegado los fondos y debería ayudar también a otros países europeos. Con todo, es probable que el Banco Central Europeo mantenga los tipos de interés en el 2% hasta finales de 2026.
Respecto a EEUU, la recuperación tras el fin del cierre gubernamental y la disminución de la incertidumbre en torno a la política comercial deberían impulsar una recuperación gradual de la actividad económica en el nuevo año. Entre los factores clave se encuentran probablemente la fortaleza de los consumidores estadounidenses -que el 4 de julio celebran el 250º aniversario de la independencia-, los sólidos balances corporativos, el crecimiento continuo de las inversiones en inteligencia artificial y el gasto público. En este contexto, la Reserva Federal (Fed) realizará tres recortes de tipos de 25 puntos básicos cada uno para finales de 2026, lo que situará el tipo de interés oficial en un rango del 3% al 3,25%.
Por su parte, la economía china, a pesar de la tregua comercial con EE.UU. y su innovadora industria de inteligencia artificial, podría perder impulso en 2026, debido principalmente a la actual crisis inmobiliaria, que está frenando el consumo de los hogares. En Japón, la primera ministra Sanae Takaichi planea aumentar el gasto, las exenciones fiscales y las inversiones para estimular el mercado interno.
Oportunidades en renta variable
Ante este contexto macroeconómico, en renta variable, la tecnología seguirá siendo un motor, especialmente en el mercado estadounidense. El auge actual de la IA también debería beneficiar a otras industrias como la construcción, gracias a los nuevos centros de datos; los servicios públicos, debido a la mayor demanda de electricidad; y las empresas de materiales en toda la cadena de suministro. Los bancos, con buenos resultados y favorecidos por el entorno de tipos de interés, así como el sector farmacéutico, los bienes de lujo, el sector sanitario o las acciones industriales podrían ser el foco de atención de los inversores en 2026. Asimismo, las acciones de pequeña y mediana capitalización podrían ampliar aún más el universo de inversión. En el lado de los emergentes, Asia se perfila como el motor de crecimiento y debería ofrecer también oportunidades atractivas para los inversores en renta variable.
“Si bien esperamos un universo de atractivas oportunidades de inversión en los mercados, es posible que se produzcan correcciones a lo largo de 2026, ya sea por la toma de beneficios, una decepcionante evolución de los resultados empresariales o la preocupación por una supuesta burbuja de la IA. En un entorno de persistente incertidumbre en el mercado y posibles reveses a corto plazo, los inversores deberían actuar con disciplina y practicar una gestión activadel riesgo”, ha destacado Dirk Steffen, Chief Investment Officer EMEA & Global Chief Investment Strategist.
La renta fija premiará la duración
En renta fija, los bonos seguirán ofreciendo perspectivas atractivas para los inversores hasta finales de 2026, premiando la duración. Tanto en Europa como en EEUU es posible que vuelvan a registrarse rentabilidades reales positivas de la deuda pública. En 2026 anticipan que la pendiente de la curva se mantendrá elevada a ambos lados del Atlántico. Para finales del año, se preve una rentabilidad del 4,15% para los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años y del 2,70% para los Bunds correspondientes. Para la deuda pública a 2 años, se espera una rentabilidad del 3,50% en EEUU y del 2,00% en Alemania.
Los bonos con grado de inversión (IG), tanto en dólares como en euros, continúan cotizando con diferenciales cercanos a mínimos de varias décadas, respaldados por fuertes entradas de capital y sólidos balances corporativos. Por lo tanto, en 2026, la rentabilidad total prevista es del 4,9% en EEUU y del 3,1% en la eurozona. Las condiciones y expectativas para los bonos de mercados emergentes son similares a las de los bonos de EEUU y Europa: los bajos diferenciales, junto con los riesgos idiosincrásicos de algunos emisores, implican que la calidad debería ser la prioridad para las inversiones en deuda soberana y corporativa.
Respecto a las materias primas, la entidad prevé un mayor potencial alcista del oro en 2026, a pesar de ya haber sido uno los grandes protagonistas de este 2025, debido a una fuerte demanda, especialmente de los bancos centrales. En cuanto al petróleo, cuyos precios ya han experimentado una tendencia a la baja, se espera que persista el elevado superávit de producción, el mayor en la historia del sector petrolero, lo que daría lugar a que sus precios se estabilicen en niveles bajos. Por último, se prevé también que la competencia por las tierras raras se intensifique, al igual que los esfuerzos por encontrar sustitutos.
Foto cedidaDe izquierda a derecha, Floris Lugt, Howard Davies y Jan Sell
Un total de diez grandes bancos europeos han presentado Qivalis, la compañía domiciliada en Ámsterdam que emitirá una stablecoin denominada en euros durante la segunda mitad de 2026, así como su estructura de liderazgo y gobernanza.
El pasado 25 de septiembre, CaixaBank junto a BancaSella, DanskeBank, DekaBank, ING, KBC, RaiffeisenBankInternational, SEB y UniCredit anunciaron su unión para crear un emisor de stablecoin conforme al Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA) de la Unión Europea y bajo la supervisión del Banco Central de los Países Bajos (DNB). Además, el 1 de diciembre, BNP Paribas se unió al consorcio, por lo que ya son diez el número de instituciones financieras europeas participantes en esta iniciativa.
Se pone así de manifiesto que algunas de las mayores entidades financieras de Europa están dando pasos concretos para construir un futuro digital, en cadena y confiable, respaldado por la credibilidad colectiva y la supervisión regulatoria de los principales bancos europeos.
Equipo directivo
Con la constitución de Qivalis, se ha conformado un equipo directivo experimentado para guiar las operaciones desde la aprobación regulatoria hasta el lanzamiento comercial. Jan-Oliver Sell será el CEO de Qivalis y aportará su experiencia en emprendimiento y liderazgo operativo. Anteriormente fue director general de Coinbase Alemania, donde obtuvo la primera licencia de custodia cripto otorgada por la Autoridad Federal de Supervisión Financiera de Alemania (BaFin), además de ejercer posiciones de liderazgo en Binance e iFunded, y tras 18 años de experiencia en diversos roles sénior en el sector de gestión de activos en la City de Londres.
Jan-Oliver Sell estará acompañado en el Consejo Ejecutivo por Floris Lugt, CFO, quien anteriormente fue responsable de Activos Digitales en Banca Mayorista de ING y aporta amplia experiencia en tesorería y gestión de riesgos financieros en ING y en ING Francia.
Sir Howard Davies será presidente del Consejo de Supervisión de Qivalis. Es un destacado banquero y regulador británico que fue el primer presidente de la Autoridad de Servicios Financieros (1997-2003), director de la London School of Economics (2003-2011) y presidente de RBS (2015-2020), además de haber ocupado cargos como subgobernador del Banco de Inglaterra y director general de la CBI antes de ser nombrado caballero en 1999 por sus servicios a la regulación financiera.
Autonomía monetaria en la era digital
El CEO de Qivalis, Jan-Oliver Sell, ha señalado que“el lanzamiento de una stablecoin denominada en euros, respaldada por un consorcio de bancos europeos, representa un momento decisivo para el comercio digital europeo y la innovación financiera. Una stablecoin nativa en euros no se trata solo de conveniencia: se trata de autonomía monetaria en la era digital. Presenta nuevas oportunidades para que empresas y consumidores europeos interactúen con pagos en cadena y mercados de activos digitales en su propia moneda. Permite que fintechs globales, pymes y consumidores europeos realicen transacciones sin fricciones a través de fronteras, manteniendo la estabilidad y confianza asociadas al euro”.
Con su estructura de gobernanza definida, Qivalis trabaja para obtener la aprobación regulatoria y planea lanzar la stablecoin en euros en la segunda mitad de 2026. Este instrumento de pago digital, basado en tecnología blockchain, aspira a consolidarse como un referente de confianza en el ecosistemafinancieroeuropeo.
La stablecoin permitirá pagos y liquidaciones casi instantáneos, de bajo coste y disponibles 24/7, incluyendo transacciones transfronterizas, pagos programables, mejoras en la gestión de la cadena de suministro y liquidación de activos digitales como valores y criptomonedas.
Asegurando los valores europeos
Por su parte, Howard Davies, presidente del Consejo de Supervisión, ha afirmado que “esta infraestructura es esencial si Europa quiere competir globalmente en la economía digital preservando su independencia económica. No estamos construyendo solo vías de pago; estamos asegurando que los valores europeos sobre protección de datos, estabilidad financiera y cumplimiento regulatorio estén integrados en el futuro del dinero digital”.
El consorcio sigue abierto a la incorporación de más bancos, reforzando su misión de impulsar la innovación en pagos, liquidación y activosdigitales y tokenizados, siempre con claridad, seguridad y responsabilidad en el centro de su enfoque.
Qivalis ha fijado como objetivo el lanzamiento de la moneda estable durante la segundamitad de 2026. Las actividades preparatorias se centrarán en el diálogo regulatorio continuo, así como en la preparación operativa y técnica en los próximos meses.
Mapfre presume de alineación estratégica entre las inversiones del grupo asegurador y las carteras que ofrece a sus clientes. Y más ahora que en su gestora de activos, Mapfre Asset Management, se ha gestado un nuevo puesto, el de director adjunto de Estrategia de Inversión, asumido por Ismael García Puente –hasta el momento responsable de Inversiones en Mapfre Inversión, la sociedad de valores del grupo-. Un movimiento estratégico que responde, entre otras cosas, a que esa alineación de intereses dentro del grupo, y entre las inversiones internas y para terceros, sea total; o, dicho de otro modo, responde a la idea de profundizar en el concepto de coinversión. Porque ésta es un pilar clave que sustenta un modelo de negocio que ha de diferenciarse ya no por el catálogo de fondos, sino por una combinación de servicio, asesoramiento y coherencia entre el balance propio y las soluciones que se recomiendan a los clientes. Un modelo que también busca escalabilidad, a través de un ambicioso proyecto en gestión discrecional de carteras que se está forjando de cara al año próximo.
Desde su incorporación a la gestora, hace solo unas semanas, uno de sus principales objetivos es precisamente reforzar esa alineación. “La idea es que la estrategia de inversión de Mapfre sea exactamente la misma que aplicamos en las carteras de nuestros clientes. Lo que hacemos con nuestros 42.000 millones bajo gestión es lo mismo que hacemos en sus carteras”, explica García Puente. Esa uniformidad no solo afecta a la estrategia general, sino también a los subyacentes: los mismos fondos que utiliza el grupo, tanto UCITS como alternativos, se ponen a disposición de la red comercial. «Como aseguradora, Mapfre ha de realizar inversiones y al cliente le proponemos que nos acompañe en nuestra estrategia», añade.
Un acompañamiento que se apoya en arquitectura abierta de productos y que aporta tanto fondos de la gestora -en los activos que pueden gestionar bien- como fondos de terceros, y acuerdos en aquellos mercados en los que no son expertos -como los últimos alcanzados en alternativos-. «Hemos pasado de una primera fase en la que las entidades solo vendían fondos propios a una segunda dominada por la arquitectura abierta, pero hoy, en esta tercera fase, no te puedes diferenciar solamente por el producto; se puede comprar casi cualquier fondo en cualquier plataforma, y por eso lo que tienes que ofrecer al cliente es una política de coinversiones y servicio, de cercanía y asesoramiento: ahí está el valor diferencial».
Así, potenciar el asesoramiento es clave en la estrategia del grupo, que pasa por convertirse en «un referente de la planificación financiera«, desde el enfoque de las tres «p»: protección en seguros, previsión en pensiones y p de patrimonio, la pata más novedosa en la que el asesoramiento juega un papel fundamental para completar ese ejercicio de planificación. Aunque García Puente va más allá y habla de otro pilar estratégico para Mapfre en los próximos años, la GDC. «El asesoramiento es un pilar clave aunque también lo es la escalabilidad. Y, en este sentido, tenemos un proyecto ambicioso en gestión discrecional de carteras para 2026, queremos crecer en el negocio, será un tema estratégico para el grupo», adelanta el experto.
Activos privados: una prueba de coinversión
Prueba viva de esa idea de coinversión es su política en activos alternativos. La gestora comenzó en 2017 a incrementar su peso en activos ilíquidos y alternativos —inmobiliario, infraestructuras, renovables…— en un momento en el que los tipos negativos complicaban la gestión del balance asegurador. Desde entonces, la estrategia se ha mantenido, siempre de la mano de socios especializados donde Mapfre no tenía una experiencia tan sólida. «Ése fue el camino arrancado en 2017 y que hoy mantenemos, dedicando una parte de la cartera a estos activos buscando rentabilidad y diversificación«, explica.
Y siempre, con la alineación de intereses por delante, pues Mapfre solo ofrece los productos en los que la compañía ha invertido, o es el inversor ancla o semilla, y solo los ofrece a determinados clientes y desde determinados importes. «Estamos siendo selectivos no por el producto en sí, sino porque es clave para qué carteras lo usas y a quién lo vendes», dice García Puente, evitando extenderlos de manera indiscriminada al cliente minorista. En la actualidad, la gestora cuenta con fondos de biometano y está promocinando un FIL de deuda privada cuyo subyacente son fondos especializados, permitiendo el acceso solo a determinados clientes con perfiles adecuados.
Coordinar y potencial para «exportar» el AA
En esta entrevista con Funds Society, García Puente nos cuenta que, en sus nuevas funciones, mantiene la gestión de las carteras que ya tenía antes y pasará a coordinar toda la estrategia de asset allocation del grupo (de los clientes, y dentro del grupo -fondos mixtos y multiactivo, unit linked y planes de pensiones-), con la idea de estar muy cerca de todos los equipos y poder coordinar la visión del grupo. Eso implica una relación mucho más directa con los equipos gestores, una presencia constante en los comités de inversión y la capacidad de dar coherencia global a las estrategias que se implementen. De hecho, entre los objetivos que se ha marcado para los próximos meses figura afianzar su participación en todos los comités y, a partir del próximo año, impulsar una estructura más eficiente que se traduzca en mejores decisiones de inversión. A más largo plazo, Mapfre AM se plantea prestar sus servicios de asesoramiento en asset allocation a otras entidades o grupos.
Otro punto clave de su plan de actuación es incorporar a los equipos internacionales del grupo, darles más peso y relevancia en las decisiones de AA, especialmente los de Boston y São Paulo, e integrar también la visión y previsiones elaborada por Mapfre Economics. Su papel como coordinador estratégico incluye una dimensión adicional: convertirse en portavoz tanto dentro de la casa como hacia el exterior. Y como portavoz, también nos cuenta sus previsiones para el año que llega.
Diversificación, granularidad y mayor agilidad: claves para la gestión
Un año en el que cambiarán algunas premisas en lo que a gestión de carteras se refiere, apostando por la diversificación, la granularidad y un mayor dinamismo. «Tenemos que seguir apostando por la diversificación, aunque a veces sea casi una piedra en el zapato, porque cuando más diversificado estás en un mercado cada vez más concentrado, más rentabilidad pierdes, pero tenemos que seguir con nuestra filosofía que proteger capital y para ello es clave diversificar», dice García Puente. ¿Cómo? Implementando en algunas carteras un modelo core-satélite, que consiste en tener asset classes más definidos para la primera parte -con gestión activa- y más oportunistas y tácticas para la segunda, con ideas de convicción a veces implantadas con gestión pasiva.
La gestora también está profundizando en una visión más granular de los activos, tanto por sectores como por temáticas o industrias, y adoptando un enfoque más dinámico, apoyado en comités más frecuentes para acelerar la toma de decisiones y aprovechar las oportunidades. Porque los mercados se han acelerado: «La cada vez mayor participación del inversor retail en los mercados de capitales provoca movimientos bruscos porque es más pro riesgo que el institucional —utiliza productos apalancados, mucho trading…-, y ha cambiado la dinámica».
En su opinión, y más allá de otras posibles causas como la actividad de los ETFs, el trading barato y la ausencia de comisiones de intermediación favorecen una actividad más frenética de los inversores minoristas, que se mueven más por sentimiento que por fundamentales, lo que alimenta la especulación. Y cree que es una dinámica de largo plazo, potenciada por las operaciones en los mercados que provienen de las señales que dan los algoritmos en los modelos de gestión más sistemáticos que han adoptado algunos de los grandes gestores del mundo. García Puente no hace, todavía, responsable a la inteligencia artificial de estos movimientos -aún se están entrenando los modelos y están centrados en analizar datos- aunque reconoce que, cuantos más datos tenga para alimentarse, más capacidad en el futuro tendrá para producir señales para actuar en los mercados.
Oportunidades en renta variable y riesgos en la inflación para 2026
En lo que respecta a los mercados, Mapfre AM mantiene un posicionamiento claramente favorable a los activos de riesgo de cara a la recta final de 2025. La exposición a renta variable en sus carteras se encuentra en niveles muy elevados —fruto también de la revalorización de los mercados, más que de compras recientes— y la gestora no encuentra señales macroeconómicas que justifiquen adoptar una postura más cauta: el crecimiento esperado es sólido, los beneficios se sitúan en doble dígito en la mayoría de regiones y los bancos centrales seguirán apoyando (el BCE con una política más neutral y la Fed aportando liquidez y soportando al mercado). «Tenemos una visión pro-riesgo: esto no quiere decir que todo sea una línea recta, iremos ajustando posiciones y en algún momento podremos recoger beneficios, pero en general estamos más positivos en renta variable que en renta fija», señala García Puente.
Estados Unidos es la región preferida debido a su mayor dinamismo económico, su capacidad de desregular sectores clave y el liderazgo en inversiones en capex e inteligencia artificial. En Europa, en cambio, «está todo sobre el papel, las soluciones están ahí -en referencia a las propuestas de Draghi y Letta—, pero hay que implementarlas. Si llegamos a ver síntomas de que eso está ocurriendo, y genera un impacto en el crecimiento, rotaremos las carteras». Además, la falta de compañías tecnológicas de primer nivel limita su capacidad para beneficiarse del boom de la IA, y los planes de gasto en defensa tienen difícil implementación dada la falta de compañías europeas, y además dependerán en gran medida de la evolución de la guerra en Ucrania: «Si se llega a un acuerdo próximamente habrá que ver si algunos países reequilibran esos planes de gasto; puede que no haya tanta necesidad o rapidez», y que se aplacen por la presión de déficit y deuda en los países europeos, explica García Puente. También hay oportunidades en Asia, especialmente Japón, impulsado por el programa “value up” -aumento de dividendos y recompras de acciones- y «el comodín» que supone la valoración atractiva del yen, que sigue anclado pese a los tipos al alza. La región ofrece un crecimiento nominal interesante (0,7-0,8%, sin tener en cuenta el futuro plan fiscal) y compañías con sólidos fundamentales. También en el continente apunta a países con componente tecnológico, como Corea y China, donde han recogido algunos beneficios.
En renta fija, la gestora mantiene una infraponderación con la duración, ante el riesgo de tipos por la presión inflacionista, y ve presión en los tramos largos por la deuda que se prevé emitir el próximo año, y temas como la situación en Francia. En riesgo de crédito tampoco están especialmente positivos con la posibilidad de una mayor contracción en diferenciales pero, desde un punto de vista de la TIR, tiene sentido. «Hemos estado comprando algunas emisiones financieras en mercados primarios y la idea es que podamos tener algo más de peso en crédito en algunas de nuestras carteras«, asegura García Puente. Y se están centrando en investment grade, descartando vencimientos largos. «Estamos preparando las carteras para el año que viene porque en enero suele haber buen volumen de emisiones», añade. En deuda pública, la estrategia es muy táctica y concentrada en tramos cortos, con posiciones en Italia, España, Bélgica y Francia, y la posibilidad de entrar en el bund alemán si alcanza niveles cercanos al 2,85%.
Sobre los riesgos que anticipa para los próximos dos años, el foco principal se sitúa en Estados Unidos, donde la inflación podría resultar más persistente de lo que descuenta el mercado. «Aunque los aranceles de la administración Trump no han presionado los precios tanto como se esperaba, y la inflación de servicios ha empezado a bajar, algunos bienes han comenzado a encarecerse: no hemos visto aún todo el impacto arancelario«, dice García Puente. Y, más allá de los aranceles, hay otros factores que le llevan a pensar que la inflación no bajará al 2% objetivo: Mapfre AM espera un crecimiento económico superior al consenso gracias a la revolución de la inteligencia artificial y la fuerte ola de inversión «real» en capex. «Los resultados recientes de compañías industriales, como Caterpillar, evidencian esa tendencia: la demanda de maquinaria de construcción está impulsando la actividad». Además, la IA está provocando que las inversiones en capital estén impulsando el PIB. En este contexto, Mapfre AM considera que la Fed no recortará tipos tan rápido como espera el mercado: mientras el consenso descuenta cuatro bajadas, la gestora solo prevé tres, condicionadas a los datos de diciembre. La combinación de crecimiento firme, desregulación, impulso fiscal y restricciones migratorias sugiere que el 2% está todavía lejos.
En Europa, la visión es más heterogénea. Aunque algunos analistas esperan que el estímulo fiscal alemán impulse el crecimiento, la complejidad administrativa hace improbable que los fondos se ejecuten con rapidez, lo que puede suponer un riesgo para las casas que están más positivas en el Viejo Continente que en EE.UU. La incertidumbre se acentúa por dos riesgos adicionales: la posibilidad de que la prima de riesgo francesa vuelva a tensionarse —lo que podría contagiar a la periferia— y la falta de consenso sobre la dirección futura del BCE. Hay firmas que anticipan ya subidas en 2027, mientras otras proyectan nuevas bajadas. «Creemos que BCE se va a mantener en el 2%, porque el crecimiento va a estar ahí, con una inflación controlada», explica el experto.
Sobre los riesgos geopolíticos, García Puente distingue entre el impacto humano y social de los conflictos y su repercusión real en los mercados, que ocurre «solo cuando afectan de forma directa a los precios de la energía». «Ha habido siempre, pueden provocar volatilidad a corto, no es que no prestemos atención, pero de forma estructural no le damos la misma relevancia desde el punto de vista de gestión de carteras que al riesgo de inflación o crecimiento», añade.
También descarta que exista una burbuja en torno a la IA. Las valoraciones, asegura, están respaldadas por beneficios crecientes y flujos de caja sólidos. «El hecho de que algunas firmas hayan subido mucho no significa per se que estemos en una burbuja, si está fundamentado por crecimientos y márgenes y flujos de caja. Además, cuando hablamos con analistas o equipos de relación con inversores nos dicen que la demanda es real: tienen que invertir en capex en IA porque los clientes les piden esos servicios», explica el experto. El peligro, en su opinión, llegará si en algún momento las valoraciones no van acordes con el crecimiento real del negocio, algo que aún no está sucediendo.
LinkedInEnrique Tellado, CEO de Intrum España y presidente de Solvia
Intrum, especialista europeo en servicios de gestión de activos, ha renovado su acuerdo estratégico con Ibercaja para la gestión integral y comercialización de la cartera inmobiliaria de la entidad. La colaboración se extenderá hasta 2029 y será comercializada por Solvia, la firma inmobiliaria de Intrum.
Esta renovación consolida una relación de casi diez años entre ambas compañías y refuerza el papel de Intrum como socio estratégico en la gestión de activos para las principales entidades financieras del país. La cartera objeto del acuerdo está valorada en 200 millones de euros.
Por parte de Ibercaja, José Carlos Vallejo Sobrino, jefe de Gestión de Activos Adjudicados en Ibercaja, afirmó: “La renovación del contrato proporciona un marco de estabilidad y continuidad en la gestión de activos adjudicados en Ibercaja para los próximos años, consecuencia de una relación fortalecida a lo largo de los años con Intrum, fruto de trabajo en equipo, consecución de resultados exigentes y confianza entre ambas partes”.
Para Enrique Tellado, CEO de Intrum España y presidente de Solvia: “La renovación del acuerdo con Ibercaja pone de manifiesto nuestra capacidad para establecer relaciones a largo plazo y aportar un valor diferencial que contribuye a mejorar los balances de las entidades. Agradecemos la confianza de Ibercaja y reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando con excelencia para ser el socio de referencia en la gestión de activos inmobiliarios y financieros en España”.
Impulso tecnológico para liderar el mercado
La renovación del contrato con Ibercaja se enmarca en la estrategia de Intrum para consolidar su liderazgo mediante la innovación, la excelencia tecnológica y el equipo más experimentado del sector. A través de Solvia, su marca inmobiliaria, la compañía ofrece una gestión integral que combina experiencia, tecnología y un enfoque orientado al cliente. Con la cartera más amplia del mercado español —más de 135.000 inmuebles de todas las tipologías— Solvia proporciona soluciones adaptadas para maximizar el valor de cada activo, apoyándose en procesos eficientes, transparencia y rigurosos controles de calidad que garantizan una comercialización ágil y rentable para entidades financieras, inversores y particulares.
Además, Solvia gestiona una de las carteras de alquiler más extensas del país, con más de 15.000 activos distribuidos por toda la geografía nacional, reforzando su posición como referente en el sector inmobiliario.
Confianza en la gestión de activos
Intrum se ha consolidado como el socio estratégico de referencia para las principales entidades financieras y fondos de private equity en España y Europa, ofreciendo soluciones avanzadas para la gestión y optimización de carteras inmobiliarias y financieras. Con más de un siglo de experiencia y presencia en 20 mercados, la compañía combina innovación tecnológica, procesos eficientes y un equipo especializado para garantizar resultados sostenibles y transparentes. Esta capacidad, respaldada por relaciones de largo plazo con los actores más relevantes del sector, posiciona a Intrum como el líder indiscutible en la gestión de activos, aportando confianza y valor en cada operación.
Foto cedidaDe izquierda a derecha, Álvaro Martínez-Echevarría, director general del IEB, Carlos San Basilio, presidente de la CNMV y Álvaro Drake, director de Relaciones Institucionales del IEB.
El IEB celebró recientemente el encuentro “Los desafíos financieros y económicos de España en 2026”, una jornada dedicada a analizar las perspectivas económicas del país y los retos que marcarán el futuro inmediato del sistema financiero.
Tras la bienvenida de Álvaro Martínez-Echevarría, director general del IEB, quien destacó los 36 años de trayectoria en formación financiera de la institución, el acto fue inaugurado por el presidente de la CNMV, Carlos San Basilio, quien destacó los factores a tener en cuenta en los mercados para el próximo año “valoraciones de empresas, sobre todo de IA, endeudamiento público y privado, criptomonedas y stablecoins, interrelación entre los distintos mercados, así como los retos de la supervisión para 2026, como la simplificación y la integración de los mercados europeos”.
San Basilio hizo balance del año 2025, un año de muy buenos resultados en los mercados financieros. En renta variable es difícil encontrar mercados o índices que no hayan subido un 10%, un 15%, un 20% durante el año. En renta fija, lo mismo, pero en sentido contrario: los precios suben, las rentabilidades bajan, los spreads se comprimen.
Otro componente de los mercados que ya no se puede obviar es el mundo cripto. Durante el año 2025 se ha visto una consolidación de algunos de los instrumentos más relevantes, básicamente el bitcoin, pero algunas de las otras stablecoins más estabilizadas, con correcciones las últimas semanas, pero con una tendencia positiva durante todo el año, destacó el regulador.
Asimismo, San Basilio destacó que ha sido un año continuado de impulso del private equity, que lleva entre 5 y 10 años creciendo a doble dígito, con 50.000 millones de euros, que es la décima parte de lo que inversores tradicionales invierten en fondos tradicionales, pero empieza a pesar y además es compatible con fondos. Por último, la agenda regulatoria para 2026 centró el cierre de la ponencia. San Basilio subrayó que va a ser un año muy interesante al que prestar atención en materia de regulación.
Con la lentitud en la toma de decisiones en la UE, finalmente se ha optado por una reorientación de objetivo último de regulación financiera, que antes se centró en la protección del inversor y que ha dado lugar a un entorno sobre regulado con dificultades para la competitividad de las empresas. Exceso de regulación y fragmentación de mercados en la UE. En los próximos años, 2026-2027, se va a redefinir completamente el marco regulatorio de los mercados financieros en Europa. Los mercados financieros no son una burbuja al margen de la economía real, sino que las interacciones son constantes y agresivas. El desafío es lograr unos mercados financieros más líquidos, más eficientes y seguros. La jornada tuvo lugar en el nuevo campus del IEB, un espacio concebido como punto de encuentro entre profesionales, académicos y estudiantes, que combina tradición arquitectónica e innovación institucional.
España ante los desafíos económicos y políticos actuales
Moderado por Aurelio García del Barrio, director del Global MBA con especialización en Finanzas del IEB, el primer panel abordó los principales retos económicos de España en un contexto internacional marcado por tensiones geopolíticas, cambios en las cadenas globales de valor, moderación de la productividad y presiones sobre las cuentas públicas.
García del Barrio contextualizó el debate destacando el dinamismo reciente de la economía española, que creció un 3,1% en 2024, superando ampliamente a la media de la eurozona. Subrayó que este avance se sustentó en “el fuerte comportamiento del consumo, la fortaleza del sector servicios y el impulso derivado de la diversificación turística y la mejora de la infraestructura digital”. Asimismo, recordó que en 2025 la actividad mantiene un tono robusto, aunque en un entorno internacional de elevada incertidumbre y riesgos a la baja. De cara a 2026, señaló que “el crecimiento convergerá hacia tasas más moderadas, en torno al 1,8%, en un momento en el que España deberá afrontar retos estructurales como la productividad, la sostenibilidad fiscal, el mercado laboral y el acceso a la vivienda”.
Los economistas, José Carlos Díez, Javier Santacruz y Mario Weitz, analizaron estos desafíos desde diferentes perspectivas.
Para José Carlos Díez, “la economía española tiene una enorme capacidad de crecimiento, pero seguimos atrapados en un modelo de baja productividad y rigideces que generan volatilidad y precariedad. Aun así, la revolución energética, con la mejor combinación de sol y viento de Europa y un coste de energía históricamente bajo, nos coloca en una posición extraordinariamente favorable para los próximos años. El reto no es el potencial, sino nuestra capacidad de gestionarlo y de incorporarnos a la revolución del dato que Europa está desaprovechando». Para Weitz, “España está creciendo gracias a la llegada de población, no por productividad, y eso no es sostenible a largo plazo. Tenemos sectores de bajo valor añadido, salarios bajos y un mercado laboral que no impulsa suficiente eficiencia. Asimismo, destacó que la inteligencia artificial puede ser el mayor catalizador de productividad en décadas: destruirá algo de empleo, sí, pero permitirá producir más y mejor, mejorar los salarios y transformar nuestra estructura económica. La clave será apostar por educación, inversión y por un modelo que deje atrás el crecimiento por inercia demográfica».
Por su parte, Javier Santacruz resaltó que “la energía es uno de los grandes nudos gordianos de la economía española: desaprovechamos nuestra ventaja competitiva en renovables por decisiones políticas mal coordinadas, cierres de nucleares mal planteados, infraestructuras eléctricas insuficientes y una planificación que ignora la realidad de la demanda industrial. A nivel macro las cosas van bien, pero las familias no lo sienten: más de un 20% de inflación desde 2018 y un traslado insuficiente de productividad a salarios y calidad de vida. El verdadero desafío no es el crecimiento, sino que llegue a todos».
El futuro de las inversiones: mercados y geografías
El segundo panel estuvo moderado por Javier Amo, director del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB y socio fundador de REEM Partners. Durante su intervención, Amo introdujo el debate destacando “los grandes retos de las inversiones y las oportunidades de las megatendencias”, y ofreció una visión global sobre cómo los cambios estructurales están redefiniendo la toma de decisiones financieras. Amo señaló que la inversión actual se desarrolla “en un escenario marcado por la incertidumbre geopolítica, la transición tecnológica acelerada y la presión regulatoria”, factores que exigen estrategias más flexibles y un análisis de riesgo más preciso.
Asimismo, puso de relieve que las megatendencias —inteligencia artificial, digitalización, transición energética, envejecimiento demográfico o nuevas infraestructuras— “abrirán espacios para inversiones más resilientes y sostenibles, capaces de transformar sectores completos”.
¿Oportunidad en rentabilidad/riesgo?
El panel contó con la participación de Alejandra Hernández, directora general de atl Capital, quien destacó: “Vemos oportunidades en tres tipos de activos: en renta fija en Investment Grade europeo con duración 3 – 4 años, los spread están muy estrechos y la alta calidad crediticia en Europa nos hace sentir bastante cómodos. En renta variable, vemos que están sobrevaloradas compañías muy concretas, estamos en posición neutral, pero hay oportunidades en EE.UU. y Europa y, por último, en mercados privados, el private equity ha venido para quedarse”. Asimismo, Hernández destacó que “el regulador ha hecho un esfuerzo por facilitar la inversión y se ha demostrado que es un activo que aporta diversificación y aunque pase por el peaje de la liquidez permite no pulsar el botón del pánico”.
¿Gestión activa o pasiva?
Rodrigo Utrera, subdirector del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB, subrayó que en los últimos años el auge de gestión pasiva ha sido enorme, con efectos positivos que se traducen en “optimización, mayor acceso universal a gestión pasiva con coste bajo que le pone las pilas a la gestión activa, porque el gestor debe justificar que la prima que cobra contra gestión pasiva está justificada. Esto pone de manifiesto y aprieta en costes, lo que al final beneficia al consumidor”.No obstante, puntualizó que un mercado no puede vivir solo con gestión activa o pasiva. “Si todo fuera gestión activa, tendríamos un mercado extremadamente eficiente imposible de batir. Eso generaría movimientos a favor de la pasiva”.
Por último, a nivel de geografías, Carlos de Vega, portfolio manager de Alpinum IM, destacó que en el escenario actual “los países del Golfo, especialmente Emiratos Árabes Unidos son los claros ganadores en la atracción de patrimonio y empresas, gracias a un sistema jurídico fuerte, ventajas impositivas y alta seguridad jurídica. Además, señaló que Suiza sigue siendo el centro transfronterizo más grande para la gestión de altos patrimonios”.
Innovación, regulación y disrupción tecnológica: nuevos modelos de negocio
El tercer panel, moderado por Miguel Ángel Barrio, director del Máster en Finanzas Digitales e Innovación del IEB, profundizó en el impacto de la tecnología —desde la tokenización y la IA hasta la automatización regulatoria— sobre los modelos económicos y la evolución de los marcos regulatorios. Barrio subrayó que el actual ciclo económico está marcado por un cambio estructural, impulsado por un crecimiento robusto en 2024 (+3,1%), un mercado laboral dinámico, el avance de sectores de alto valor añadido y la aplicación de fondos europeos. No obstante, advirtió de riesgos significativos vinculados a la desaceleración global, las tensiones comerciales y los retos persistentes de productividad y sostenibilidad fiscal.
Por su parte, Juan Alberto Sánchez, director del Máster en Blockchain e Inversión en Activos Digitales del IEB y partner en V4 Financial Partners, destacó que “el verdadero motor no es la tecnología en sí, sino la búsqueda de mejores retornos ajustados a riesgo; la tecnología es el catalizador que el inversor utiliza para conseguirlos”. Explicó que las decisiones de inversión actuales se articulan en un triángulo formado por tecnología, regulación y capital, con el inversor en el centro. Subrayó que el capital se orienta hacia compañías donde la tecnología es estrategia y ventaja competitiva real, no mero acompañamiento. Sánchez señaló que la tokenización está entrando en la “fontanería” del sistema financiero —tesorería, deuda, colateral— y que los ámbitos con mayor impacto real incluyen private markets, real estate, infraestructuras, private credit y activos climáticos.
También advirtió sobre las barreras que frenan la adopción masiva de nuevos modelos digitales —integración tecnológica, escalabilidad, regulación, cultura corporativa y talento híbrido— y compartió los criterios que utiliza un inversor para distinguir proyectos serios de los meramente especulativos: negocio antes que tecnología, evidencia económica y encaje regulatorio.
El panel contó también con la participación de Juan Jiménez Zaballos, presidente del consejo asesor de Alastria, quien señaló que “la disrupción en los modelos financieros nos traerán apetito por la tokenización financiera en el régimen piloto en Europa, con esta nueva ola de digital asset. El buy side ve que hay eficiencia y abaratamiento de costes. En cuanto seamos capaces de tokenizar lo ilíquido, con una norma adecuada de securitización, veremos un mayor crecimiento. Aunque necesitamos otro régimen piloto, el actual se queda corto”.
Por su parte, Virginia García-Trevijano, cofundadora de Abbaco Markets, subrayó que uno de los grandes retos de la regulación y la disrupción tecnológica es afinar la clasificación de los tokens —distinguir con mayor precisión entre security y utility tokens—, así como acompañar a más promotores en sus proyectos y procesos de obtención de licencias. Todo ello, señaló, buscando ofrecer mayor transparencia y autonomía al inversor, sin perder de vista que el objetivo último de la regulación sigue siendo su protección.”
El encuentro fue clausurado por Íñigo Fernández de Mesa, vicepresidente de la Comisión de Economía y Fiscalidad de la CEOE, quien ofreció una reflexión final sobre la competitividad de la economía española y los retos asociados al déficit público. A su juicio, “España atraviesa un buen momento para aprovechar las oportunidades que vienen, creciendo en torno al 3%, fundamentalmente por el aumento de la población. Sin embargo, la renta per cápita se ha mantenido estancada y persisten varios problemas por resolver: la productividad no ha mejorado y seguimos sin avances en renta por habitante. Otro desafío relevante es la falta de inversión: tenemos inversiones paralizadas en carreteras, agua o puertos, y también la inversión privada se ha visto muy limitada. El principal beneficiario de esta situación ha sido el sector público, donde el gasto se ha disparado y el IRPF no se ha deflactado».
Finalmente, añadió que “el siguiente gran reto es el déficit público, especialmente a la luz de los fondos Next Generation. El déficit estructural podría situarse en torno al 4%. La gestión del gasto y una reducción selectiva de impuestos serán claves, junto con la capacidad para atraer talento, en un país donde contratar se ha vuelto extraordinariamente costoso. Es necesario abordar una reforma fiscal que incentive la llegada de profesionales cualificados y repensar el problema de la vivienda para poder aprovechar un entorno favorable, con energía barata y muy diversificada».
En un contexto en el que la Comisión Europea ha reabierto el debate sobre la importancia de fomentar el ahorro y la inversión a largo plazo a través de su Estrategia para la Alfabetización Financiera, los datos ponen de manifiesto que la brecha de género es también una diferencia estructural que afecta a la inversión. Solo el 23,3% de las mujeres invierte en algún producto financiero, frente al 32,4% de los hombres, lo que supone una diferencia cercana a los diez puntos porcentuales.
Así lo revela la segunda edición del estudio Conductas sostenibles de la población española realizado por la entidad de banca ética Triodos Bank, que recoge información sobre las preferencias de la ciudadanía en finanzas, movilidad, consumo, ahorro energético o bienestar personal, entre otros.
Las causas de esa diferencia son diversas y en buena medida estructurales. La brecha salarial de género, que en la Unión Europea es del 12,7%, según la Comisión Europea, la confianza o la percepción de las mujeres respecto a la inversión limitan su participación en los mercados. De hecho, esas desigualdades no solo reflejan diferencias económicas, sino también culturales y educativas que influyen en la toma de decisiones financieras. La propia Comisión Europea explica que también se debe a la menor presencia femenina en puestos de liderazgo, la infravaloración de sectores feminizados y la carga de tareas de cuidado no remuneradas, elementos que tienen un impacto directo en los ingresos de las mujeres y, por lo tanto, en su participación en los mercados financieros.
Este desequilibrio refleja las dificultades que todavía enfrentan las mujeres para acceder y participar en los mercados financieros. El estudio evidencia también una mayor aversión al riesgo entre las mujeres que invierten: del total de hombres que invierte el 36% elige la renta variable, frente al 31% de las mujeres. Sin embargo, hay una preferencia común y generalizada por la renta fija en tramo minorista, en el que el 42% de los hombres y el 43% de las mujeres prefieren ese tipo de productos.
Además de esas diferencias de género, los datos del Estudio muestran que el interés por los productos de inversión comienza a abrirse paso entre la ciudadanía española. Un 27,7% de la población declara invertir en algún tipo de producto de inversión. Del 72,3% que no invierte, un 37% reconoce que sus reticencias se deben al miedo a perder su dinero, y un 35,3% afirma que no sabe cómo hacerlo. Además, los resultados reflejan que un 22,1% de quienes invierten lo hace de forma selectiva y se limita a determinados instrumentos financieros, frente a un 5,6% que aborda cualquier tipo de producto que le resulte interesante.
De igual manera, la edad y la formación juegan también un papel relevante en el apetito inversor. Del total de la población que afirma invertir, las personas mayores de 65 años son las que más lo hacen (35%), seguidas por las de la generación millennial (entre 26 y 40 años), con un 30,7%. La población más joven (18 a 25 años) es la que menos invierte, con apenas un 26,5%, probablemente por falta de ingresos. El nivel educativo marca otra diferencia clara y mucho más de un tercio (38,4%) de quienes tienen estudios superiores invierte, frente a uno de cada cinco en el caso de quienes tienen formación secundaria (20,3%) y apenas un 16,4% entre quienes poseen estudios primarios o menos. Esas diferencias muestran que la inversión requiere no solo capacidad económica, sino también conocimiento y educación financiera, aspectos que no están al alcance de toda la población.
Desde la perspectiva territorial, las comunidades autónomas con mayor proporción de personas que afirman invertir son La Rioja (33,9%), Madrid (32,7%) y el País Vasco (32,4%), que lideran el ranking nacional con porcentajes por encima de la media. En el extremo opuesto se sitúan Extremadura (22,4%), Asturias (21,8%) y Andalucía (21,3%).
Preferencia por los fondos de inversión y por la renta fija
En lo que se refiere a la tipología de producto, los fondos de inversión son, con diferencia, los más populares. Un 78,3% de las personas que dicen invertir lo hacen a través de este vehículo, y los fondos de renta fija son la elección del 42,6%, frente al 35,7% que elige la renta variable.
Destacan también otros productos, como las acciones (28,7%) o los planes de pensiones (20,8%). En cambio, las Letras del Tesoro, que despertaron mucho interés cuando los tipos de interés se encontraban en niveles altos, solo atraen al 17,2% de las personas inversoras consultadas.
Pese a su popularidad, apenas un 10,6% invierte en activos digitales como las criptomonedas y solo un 2,8% afirma adquirir inmuebles como forma de inversión.