Los recursos submarinos, los minerales y el espacio exterior serán factores decisivos para los futuros riesgos geopolíticos

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Las fronteras entre países siguen siendo delineadores clave del riesgo político y afectan al campo de acción de exportadores, importadores e inversores extranjeros por igual. El desfase entre las expectativas globales y el desigual ritmo de recuperación tras la pandemia de COVID-19, así como las consecuencias del conflicto en Ucrania podrían tener un impacto sensible en todos los países, pero también en otro tipo de entornos no convencionales decisivos para el futuro del comercio, la geopolítica y el riesgo político: el océano, los minerales y el espacio.

Según el último informe de la firma de consultoría de riesgos y correduría de seguros Marsh, “Political Risk Report 2022”, la creciente demanda de acceso a los recursos marinos, a los minerales de importancia estratégica y al ámbito cada vez más concurrido y poco regulado del espacio exterior aumenta el riesgo político. Esto incluye el riesgo de guerra, el cual aumentó en la mayoría de las regiones en 2021, según el análisis. Pese a ser el más infravalorado de los nueve peligros analizados por la firma, el riesgo de guerra incrementó en el estudio de este año especialmente en Europa del Este y Asia Central, pero también en Europa en general y el África Subsahariana.

Además del riesgo de guerra en función de la ubicación geográfica, el informe analiza otras amenazas como los disturbios civiles, el terrorismo, los riesgos para la economía de los países, sus monedas o el crédito soberano, las expropiaciones o los riesgos legales y regulatorios.

Entre las conclusiones de esta última edición del informe cabe destacar:

– El riesgo económico general sólo empeoró en nueve países en 2022 con respecto a 2021, pero las divisiones dentro de los países y las regiones siguieron aumentando, abasteciendo el descontento social y las amenazas terroristas. No está claro si la recuperación en curso de los daños económicos de la pandemia tendrá suficiente tracción para sacar a muchos países de sus dificultades económicas.

-El escenario pospandémico es más sensible a las amenazas de todo tipo (virus, problemas de ciberseguridad o efectos del cambio climático). A medida que la intensificación de la crisis de Ucrania amenaza la seguridad alimenticia y energética, los países más dependientes de las importaciones podrían sufrir dramáticos retrocesos.

La aceleración de la economía mundial y las presiones inflacionarias están dejando atrás países y zonas menos resistentes desde el punto de vista social y menos eficaces desde el punto de vista institucional. Casi el 60% de las 197 jurisdicciones analizadas en el informe experimentaron un deterioro de sus perfiles de deuda soberana, y más de la mitad presentaron un mayor riesgo de violencia interna. Este deterioro es evidente en África y América Latina, o tras la intensificación de la crisis en Ucrania, pero hay señales de posibles rupturas también en varias economías del sudeste de Asia. La relativa estabilidad mostrada en las puntuaciones de riesgo en el África subsahariana es especialmente alarmante porque el riesgo económico sigue siendo sustancialmente superior a la media mundial. Del mismo modo, una modesta recuperación económica en la región de Asia-Pacífico no se traslada a otros peligros, como la solvencia soberana, la violencia política y el riesgo de transferencia y convertibilidad de divisas, que se han deteriorado.

En el punto de mira: los océanos, los minerales y el espacio

A la hora de tratar el riesgo geopolítico en los océanos hay que tener en cuenta que los océanos cubren más del 70% del planeta, y más del 80% de las profundidades marinas están inexploradas. Alrededor del 44% de la población mundial vive a menos de 150 kilómetros de una costa, y el 43% depende del marisco como principal fuente de proteínas. Por otro lado, la escasez de agua podría ser la amenaza más alarmante para la sociedad. El informe habla de un aumento sin precedentes de actividad económica en el océano, un fenómeno conocido como “aceleración azul» que ha convertido a los océanos en un factor clave para satisfacer la creciente demanda de materias primas, e incluso de expansión, pero que también ha supuesto que las tensiones geopolíticas se incrementen.

El informe de Marsh apunta a la creciente fiebre por los minerales como otro factor preocupante. Al delicado estado actual de las cadenas de suministro se suman las estrategias agresivas de adquisición de minerales que muchas economías están implantando, lo que podría aumentar los conflictos geopolíticos. La extracción de minerales de los fondos marinos es tal vez el tema más controvertido en la carrera por los recursos submarinos y la explotación industrial desenfrenada de estos recursos podría causar daños irreversibles a los ecosistemas submarinos. Esta búsqueda de nuevos horizontes y recursos también aumenta el riesgo en el espacio.

De acuerdo con informe, el espacio ha sido testigo de una aceleración económica, que se refleja en un creciente interés por la exploración espacial: solo en 2021 se lanzaron más de 1.500 satélites. Según los expertos de Marsh, con ese progreso viene una escalada de tensiones relacionadas con el espionaje, la confrontación militar y la contaminación. Se añade que la gestión de estos nuevos conflictos se enfrenta a la falta de legislación y una gobernanza mundial no probada. Marsh asegura que las empresas que comprendan cómo influyen estos entornos en las tensiones existentes entre países y regiones estarán mejor situadas para beneficiarse de las recompensas potenciales que encierran.

Las inversiones de las aseguradoras en un escenario de tipos al alza: oportunidades y retos

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Durante los últimos años, el sector asegurador español ha tenido que enfrentarse a un entorno de bajos tipos de interés, situación que ya está comenzando a revertir. Además, la inflación -olvidada en la última década-, ha repuntado con fuerza debido, entre otros motivos, a las secuelas que ha dejado la pandemia en las cadenas de suministro global y a los altos precios de la energía, consecuencia de la transición energética y las tensiones geopolíticas.

Ante esta situación, los bancos centrales han cambiado su discurso y han empezado a endurecer la política monetaria para hacer frente a las subidas de precios. El sector asegurador se verá afectado por el nuevo ciclo de subidas de tipos, dado que la deuda pública el principal activo en que invierten las entidades aseguradoras. Así lo dice el estudio «Cambio de Escenario», elaborado por ICEA en colaboración con Amundi, y presentado el 15 de junio en un Congreso para directores de Inversión y Financieros del sector asegurador.

En concreto, el informe señala que a cierre de 2021 el 72,2% de las inversiones del sector asegurador español se materializan en renta fija, un 52,6% en deuda pública (en su mayoría deuda soberana española, con un 42,8%) y un 19,6% en deuda corporativa.

El entorno de bajos tipos de interés, unido al buen comportamiento de la renta variable en los últimos años, ha provocado un incremento del peso relativo de la renta variable e instituciones de inversión colectiva, pasando de representar el 11,3% en 2016 al 19,3% en 2021.

En este sentido, en 2021 el 45,2% de las suscripciones a fondos de inversión se materializaron en fondos que invierten mayoritariamente en renta variable. Lo mismo con los planes de pensiones, donde el 47,5% de las aportaciones se destinaron aquellos que invierten en renta variable. Los inmuebles por su parte representan el 3,5% en 2021, estando el 99,3% situados en España.

La oportunidad en alternativos

Junto a estos datos, Miguel Ángel Rodríguez Parra, del Área de Investigación de ICEA, presentó los resultados de la simulación sobre cómo a través de la incorporación de activos alternativos en la cartera de inversión pueden buscarse rentabilidades más altas para determinado nivel de riesgo. Para ello se analizó un escenario donde se incluyen activos alternativos como las infraestructuras, el capital riesgo, renta variable protegida, préstamos inmobiliarios comerciales europeos o activos ligados a la inflación entre otros.

Percepciones del contexto actual

Por último, se presentaron los resultados de la encuesta sobre la percepción de las entidades aseguradoras españolas sobre el contexto actual y su impacto en la cartera de inversión, dada la actual situación de incertidumbre y volatilidad en los mercados. En este sentido, la guerra en Ucrania ha generado pesimismo sobre la situación económica (un 66,2% tiene hoy una percepción desfavorable respecto a la Eurozona en los próximos seis meses, frente a solo un 13% antes de la invasión).  El 41% de las entidades encuestadas ha realizado o tiene previsto realizar plusvalías, en su  mayoría en renta variable y fondos de inversión, y, en menor medida, en renta fija.

Según el informe, el 50% de las entidades declaran que el entorno actual ha provocado que modifiquen su política de inversión para el corto/medio plazo, destacando  la reducción de las duraciones en renta fija, la reducción de la exposición a renta variable (favoreciendo el value frente al growth), aumento de la liquidez, incremento del peso de inversiones con mejor calificación crediticia, reducción del crédito, incremento del real estate e inversión oportunista en deuda pública española e italiana.

Por otro lado, las entidades consideran que las áreas geográficas con mayor potencial para realizar inversiones son Estados Unidos y la Eurozona, y que los activos más interesantes para hacer frente a la situación actual son las infraestructuras, renta variable, value, real estate alternativo core y core+, alternativos ilíquidos y los bonos flotantes y ligados a la inflación.

Grafia

El Congreso también contó con la participación de Pedro Baños, coronel, analista y conferenciante, que expuso su visión sobre la situación geopolítica actual y sus orígenes, centrándose en las tres superpotencias (Estados Unidos, China y Rusia). 

Víctor de la Morena, director de Inversión de Amundi Iberia, presentó, por su parte, las perspectivas económicas de Amundi marcadas por los elevados niveles de fragmentación y una nueva combinación de políticas monetarias y fiscales. “Los inversores deberían seguir siendo cautelosos en cuanto a la asignación de riesgos y buscar resiliencia y fuentes de rendimientos reales positivos, al mismo tiempo que intentar beneficiarse de las discrepancias entre regiones y sectores a raíz de la desincronización de los ciclos económicos”.

Los principales retos ESG

En la mesa redonda sobre retos ESG intervino Juan Aznar, presidente de Mutuactivos, quien señaló los retos normativos junto a la cantidad y calidad de los datos ESG como los desafíos más relevantes para el sector de inversiones hoy. En este espacio, Francisco Carrasco, socio responsable del Área Legal de Seguros y Pensiones de KPMG Abogados, también abordó los desafíos y cambios regulatorios más inminentes en ESG para el sector, deteniéndose en los derivados de las modificaciones de los Reglamentos de actos delegados tanto de Solvencia II como de la Distribución (IDD), aplicables a partir del 2 de agosto.

Fernando Aguado, director de Inversiones de Fonditel, apuntó la importancia de integrar los criterios ESG con sentido económico y la necesidad de contar con métricas estándar e incentivos a nivel empresarial para poder avanzar acompasados en compromisos explícitos Net Zero. Marta Marín, consejera delegada de Amundi Iberia, moderó esta mesa destacando el papel que juegan las aseguradoras y gestoras de fondos y pensiones en la lucha contra el cambio climático.

Andrés Francoy, director de Negocio Institucional de Indosuez WM España, presentó el proyecto lanzado junto a la Fundación Repsol y Portobello Capital para la reforestación de 24.000 hectáreas que absorberán hasta seis millones de toneladas de CO₂ en España.

Un nuevo escenario de inversión

El nuevo escenario de inversión, con una elevada inflación y tipos de interés al alza, fueron los temas centrales de la segunda mesa redonda, que contó a su vez con la participación de Pablo Baeza, director de Inversiones BBVA Seguros, que subrayó la ventaja de estar posicionado en duraciones cortas frente a escenarios inflacionistas, así como la cautela respecto a los spreads de crédito en entornos de máxima incertidumbre como el actual. Javier Lendines, director general de Mapfre AM, también destacó la postura prudente en las carteras en renta fija y variable; y señaló que la inversión en activos alternativos ilíquidos no es algo nuevo para el sector asegurador. 

Cristina Carvalho, directora de Negocio Institucional de Amundi Iberia, moderó esta mesa y recordó que Amundi cuenta con una plataforma dedicada a aseguradoras que ofrece servicios y estrategias en todas las clases de activos tradicionales y reales, en gestión activa y pasiva, y soluciones ESG.

Por último, Ramón Gayol, socio responsable de Real Estate de KPMG en España, explicó las oportunidades de inversión que existen en el sector inmobiliario, destacando el mercado de oficinas, el ambulatorio (residencias, hospitales) y centros de datos.

El impulso a la sostenibilidad y los FIESE y FIESE Pyme

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Los datos de Inverco muestran un avance imparable en el crecimiento de la inversión sostenible. Los fondos nacionales registrados como “Productos que promueven características medioambientales o sociales” o como “Productos que tienen como objetivo inversiones sostenibles” (más conocidos como artículos 8 y 9 del Reglamento de divulgación) ya representan uno de cada cuatro euros invertidos en fondos nacionales (el 24,1% del patrimonio total), y a ellos confían sus ahorros el 37% de las cuentas de partícipes.

De este modo, desde el arranque de esta normativa los fondos nacionales ESG casi han triplicado su patrimonio, que en marzo de 2021 se situaba en 28.335 millones y ahora alcanza los 71.602 millones de euros.

Es sin duda una buena noticia, pero podría ser mejor. Gran parte de este patrimonio se corresponde con fondos prexistentes cuya política de inversión ha sido transformada para adaptarse a las rigurosas exigencias de la normativa europea en materia de sostenibilidad. Por ello, la mayoría de los partícipes invertidos en estos fondos son partícipes preexistentes que, si bien avalan la transformación sostenible de su fondo, pues han sido informados de ella y han decidido permanecer en el mismo, ya estaban en el circuito de la inversión colectiva.

Sin embargo, faltan estímulos para que los 1,04 billones de euros que las familias españolas mantienen en depósitos se transformen en inversiones, paliando así la erosión en su poder adquisitivo derivada de una creciente inflación y en línea con los objetivos de la Comisión Europea de aumentar la participación de los inversores minoristas en los mercados de capitales.

La incorporación de las preferencias de sostenibilidad en la conversación con el cliente, a partir del 2 de agosto, será una palanca para dicha transformación, pero necesariamente debe ser complementada con estímulos de otro tipo.

Para ello, Inverco ha formulado la propuesta de los FIESE y FIEE Pyme, que aúna:

  • Sostenibilidad: los FIESE invertirán en activos emitidos por empresas comprometidas con la sostenibilidad, en los términos definidos en la normativa europea para su registro en la CNMV como fondos del artículo 8 o 9 del Reglamento de divulgación.
  • Financiación del tejido empresarial con presencia en España: los FIESE invertirán mayoritariamente (al menos el 70%) en activos emitidos por empresas españolas o con presencia en España mediante un establecimiento permanente. En el caso de los FIESE Pyme, al menos el 30% de sus inversiones computables deberán serlo en activos emitidos por pymes.
  • Marco fiscal estimulante para facilitar el acceso de los inversores minoristas a los beneficios directos e indirectos derivados de la transición sostenible. La propuesta prevé un tratamiento fiscal, aplicable únicamente a personas físicas minoristas (máximo 30.000 euros de inversión anual/150.000 euros de acumulación), que en caso de invertir en FIESE o FIESE Pyme, disfrutarían de una exención en las plusvalías generadas en el IRPF, sin que estas inversiones computen a los efectos del Impuesto sobre el Patrimonio o el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.
  • Visión de largo plazo: el tratamiento fiscal de los inversores minoristas en FIESE y en FIESE Pyme irá indisolublemente vinculado a un periodo mínimo de mantenimiento de las inversiones, propuesto en cinco años para los FIESE y tres años para los FIESE Pyme.   

La propuesta contempla una inversión mínima del 70% en empresas con presencia en España, de modo que, por cada 10.000 millones de euros canalizados hacia este tipo de fondos, como mínimo 7.000 millones irían directamente destinados a financiar de manera estable la transición sostenible en nuestro país, mientras que el beneficio fiscal asociado rondaría los 300 millones de euros, lo que supone un atractivo incentivo para los ahorradores, pero un coste más que asumible para las arcas públicas.

El impulso a la inversión sostenible no puede venir solo de la regulación. Además, la Comisión Europea ha animado a los Estados miembros a establecer incentivos a la sostenibilidad y el Plan Nacional de Finanzas Sostenibles deberá publicarse en los próximos meses, lo que supone una excelente oportunidad para reforzar el compromiso español con la sostenibilidad y permitir que los pequeños inversores participen de sus beneficios.

 

Tribuna de opinión de Elisa Ricón, directora general de Inverco

Los bancos europeos se beneficiarían de un euro digital

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El nacimiento de un euro digital (dEUR) es cuestión de tiempo, aunque no se implementará en un futuro inmediato. Y lo cierto es que los bancos europeos podrían beneficiarse de la introducción de las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC), incluso para la estabilidad de la financiación.

Los bancos centrales de los países con sistemas bancarios desarrollados han declarado inequívocamente que sus iniciativas de CBDC se llevarán a cabo en estrecha colaboración con sus bancos. En el caso del BCE, es dudoso que un dEUR tenga alguna utilidad si no está en estrecha relación con las actividades bancarias. Este debería ser un punto de partida esencial a la hora de evaluar el impacto de las CBDC en los bancos.

Los mensajes del BCE relacionados con un dEUR son cada vez menos hipotéticos y más convincentes, sobre todo porque el argumento para su creación es cada vez más claro. En una publicación reciente, el BCE citaba tres riesgos de la inacción:

Como el efectivo se utiliza cada vez menos, el dinero público podría perder su papel de ancla monetaria en ausencia de un equivalente digital.

Las criptomonedas privadas, especialmente las stablecoins, no pueden garantizar la convertibilidad uno a uno con el dinero del banco central y son vulnerables a las caídas.

Las soluciones de pago digitales del sector privado -cripto o de otro tipo- están dominadas por actores tecnológicos no europeos, que pueden representar amenazas materiales para la soberanía monetaria de Europa, especialmente en un escenario de crisis.

Al mismo tiempo, las CBDCs están ganando terreno en todo el mundo, aumentando la competitividad en el terreno monetario. Según las últimas estadísticas, 10 países ya han puesto en marcha CBDC nacionales: Nigeria, Jamaica, Bahamas y siete Estados del Caribe Oriental. Quince países tienen una CBDC en fase piloto de pre-lanzamiento, entre los que destacan China, Rusia y, sólo en la UE, Suecia.

La eurozona se encuentra en la siguiente fase de desarrollo de las CBDC, junto con Suiza, Japón, Canadá, India, Australia, Brasil y otros países. Los Estados Unidos, Reino Unido, Noruega y otros países están un paso por detrás todavía, en la fase de investigación previa al desarrollo. Por último, unos pocos países, entre ellos Dinamarca, todavía no están llevando a cabo activamente iniciativas de CBDC.

Persisten las dudas sobre la necesidad del dEUR… 

En lo que respecta a un dEUR, los bancos apenas han expresado hasta ahora detalles o puntos de vista en las conversaciones con inversores y analistas, que a su vez suelen ignorar el tema. Esto es comprensible hasta cierto punto, dados los crecientes vientos en contra de los bancos europeos. No obstante, a medida que avance el proyecto dEUR -que alcanzará una fase piloto en algún momento del año que viene-, los bancos tendrán que abordar el tema de frente en su diálogo con los inversores.

Una de las principales preocupaciones de los bancos, expresada hasta ahora por la Federación Bancaria Europea (EBF) y el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), es el impacto de un dEUR en la estabilidad financiera en general (en gran medida relacionada con la financiación de los bancos) y en la rentabilidad de los mismos. El director del IIF contrastó recientemente la posición del BCE de «cómo lanzar» la divisa digital, con la de la Fed estadounidense de «si lanzarla».

En concreto, existe incertidumbre por la posibilidad de que los depositantes de los bancos cambien sus fondos a dEUR en caso de crisis real o aparente, contribuyendo a la escasez de financiación de los bancos. Para hacer frente a esto, el BCE está considerando, en primer lugar, imponer límites a las tenencias de dEUR por parte de particulares y empresas. Y, en segundo lugar, desincentivar el uso de las tenencias de dEUR como inversión aplicando una remuneración por encima de un determinado umbral, con tenencias mayores sujetas a tasas más punitivas.

En mi opinión, la forma más pragmática de contemplar el dEUR es simplemente como un sustituto del efectivo; ni más ni menos. Dentro de una generación como máximo, los billetes y monedas apenas se utilizarán. La pandemia ha sido un poderoso catalizador en este sentido, y no sólo para los millennials y la generación Z.

Mediante la sustitución gradual del efectivo por CBDC, el BCE y otros bancos centrales evitarán el acaparamiento de efectivo: la mayoría de los billetes de 100 euros se conservan en lugar de transferirse a través de los bancos, por ejemplo. Esto contribuirá aún más a la inclusión financiera. A medida que se generalice el uso del dEUR, el efectivo será tan infrecuente y obsoleto como los cheques de papel en la actualidad.

… Pero los bancos no deben temerlo 

Una de las principales ventajas de un dEUR exitoso para los bancos será evitar las incertidumbres provocadas por el uso generalizado de stablecoins y otras criptodivisas en los pagos y las transferencias financieras. Los bancos pueden plantear su preocupación por el posible impacto de las CBDC en la financiación, pero deben reconocer que dicha preocupación aumentaría sustancialmente si, en ausencia de las CBDC, las criptomonedas privadas desempeñaran ese papel.

La alternativa a las CBDC no es mantener el dinero digital al margen. Por muy poco atractivo que sea para los bancos, la alternativa es asistir al creciente papel de las stablecoins y sus criptoequivalentes privados en los pagos habituales. China tomó la decisión de prohibir las criptomonedas privadas y promover un yuan digital. En EE.UU., el debate sobre qué es mejor, si las CBDC o las stablecoins privadas, está en marcha, aunque las últimas caídas de criptodivisas y los desplomes de precios sugieren que el dólar digital puede tener futuro.

Es poco probable que el dEUR, con limitaciones en las participaciones y rendimientos, sustituya siquiera parcialmente a los depósitos bancarios. Los bancos mencionan a veces la regla del 80-90/10-20, según la cual el 80%-90% de los ingresos son generados por el 10%-20% de los clientes, lo que deja a una gran categoría de clientes bancarios menos rentables para la cuenta de resultados debido a los costes de funcionamiento del servicio de los depósitos de pequeña cuantía.

A diferencia de lo que ocurre en EE.UU. y, en menor medida, en Reino Unido, en la UE existen restricciones a las comisiones de servicio de los depósitos, por lo que los bancos no pueden disuadir a los pequeños depositantes de realizar todo tipo de transacciones (la llamada categoría de infrabancarizados, que abarca alrededor del 20% de los hogares en EE.UU.).

Un dEUR podría eliminar parte de la carga de los bancos que tienen muchos pequeños depositantes mediante una alternativa segura y eficaz que podría aliviar las bases de costes de esos bancos.

La preocupación de que, en caso de crisis, los depósitos bancarios puedan verse mermados por la migración a las CBDC debe tomarse con pinzas. Un informe reciente de la Oficina de Investigación Financiera de EE.UU. sugiere que el acceso a las CBDC disminuye la cantidad de operaciones de cambio de vencimiento realizadas por los bancos y, por tanto, intuitivamente, haría que una crisis de liquidez fuera menos costosa para los depositantes. En otras palabras, cuando los bancos realizan menos transformaciones de vencimientos, están menos expuestos a la posibilidad de una corrida.

Igualmente, la observación del flujo de fondos de los depósitos bancarios hacia las CBDC puede dar a los supervisores más información sobre el estado del sistema bancario, concretamente sobre la confianza de los depositantes en sus bancos. En consecuencia, estarían en mejores condiciones de reaccionar rápidamente para subsanar las deficiencias de una entidad. Si los depositantes anticipan una reacción supervisora más rápida, su incentivo para sumarse a la retirada disminuye.

Sam Theodore, analista senior de Scope Ratings

¿Es agosto un mes diferente?

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Si agosto es el mes del merecido descanso en el hemisferio norte, es también el mes en el que muchos inversores revisan cómo se encuentran sus inversiones al tener «más tiempo libre». Y en este 2022 con mucha más razón, debido al escenario en el que nos estamos moviendo y las previsiones pesimistas que, un día y otro también, nos trasladan desde organismos públicos y privados.

Agosto es un mes mucho más volátil por la menor negociación, con lo que cualquier oscilación al alza o a la baja ocasiona fuertes movimientos. Es un mes heterogéneo y su evolución depende más de la situación de mercado que de la estación estival propiamente dicha. Un ejemplo de las mayores subidas y bajadas: el S&P 500 en 1982 subió un 11,6% y en 1998 bajó un 14,58%, demostrando así la enorme volatilidad que se produce en este mes de baja contratación.

La volatilidad se podría presentar ante cualquier noticia que no esté descontada y agosto tiene un histórico cargadito de «sobresaltos»:

  • 1990: Invasión de Kuwait por Iraq
  • 1997: Crisis de los «Tigres Asiáticos»
  • 1998: Crisis del rublo (también Rusia…)
  • 1999: Brasil y el «efecto samba»
  • 2011: Crisis del euro
  • 2015: Desplome de la bolsa China
  • 2018: Guerra comercial Estados Unidos/China

Sin olvidarnos de otros dos acontecimientos, como fueron la quiebra de Lehman Brothers que, aunque no se declaró hasta el 15 de septiembre, hizo que el agosto del 2008 fuera muy movido. Y el verano de 2012 con las manifestaciones de Mario Draghi.

Incertidumbres y preocupaciones

Estamos en una etapa en la que la invasión rusa de Ucrania, el precio de las materias primas con el gas y el petróleo a la cabeza, los tipos de interés, la inflación, las elecciones en Italia… nos generan todo tipo de incertidumbres y preocupaciones. Tenemos un nivel de pesimismo superior al de la Gran Depresión.

Ya no se habla tanto de la pandemia, del deterioro empresarial, de los fondos Next Generation, de la evolución de los cuellos de botella, criptomonedas, del encarecimiento de las hipotecas. Ahora el GAS –con mayúsculas- es la noticia de apertura de todos los informativos.

Las materias primas se han convertido en el actor principal y con la evolución de sus precios están afectando de una forma muy determinante tanto a la política monetaria como a la inflación. Las materias primas ligadas al sector energético se mantendrán con precios altos, con lo que seguiremos con la guerra económica por su control.

La política monetaria, con las subidas de los tipos que se están produciendo y con las previstas (a final de año podemos estar con un 4% en EE.UU.), están adelantando una desaceleración a nivel global. El dólar vuelve a ser la moneda refugio y hemos vuelto a ver la paridad euro-dólar por primera vez desde 2002.

La inflación ha llegado a los famosos «dos dígitos», con todas las consecuencias que tiene en la economía real y en la vida diaria de las personas. La buena noticia es la moderación prevista desde los máximos alcanzados.

En renta fija hay que seguir esperando a una estabilización del mercado para poder incrementar la duración. Y, en el caso de la renta variable, posiblemente todavía no se hayan visto los mínimos en las valoraciones si bien pueden estar cerca.

Una situación a superar

A continuación mostramos la rentabilidad y volatilidad de los índices internacionales, demostrando que la situación actual ya la hemos vivido antes y se superó, como también la superaremos ahora.

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Esta es la situación actual y a partir de ahora hay que decidir qué hacer con las inversiones. Lo que sí está claro es que es un buen momento para reajustar carteras o para hacer cartera, ya que va haber una recuperación (solo nos falta la fecha exacta), pero siempre pensando en el largo plazo y en los objetivos vitales. Y ahora a seguir disfrutando de lo que nos queda de este agosto…

La inflación se extiende a una cesta más amplia de componentes y es más pegajosa

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Charlesdeluvio
Pixabay CC0 Public DomainCharlesdeluvio

Según explican desde Fidelity International, la inflación actual es diferente a la de hace un año. Entonces, los choques puntuales provocaban subidas de precios aisladas en artículos como los coches de segunda mano. Ahora, la inflación se reparte entre una cesta mucho más amplia de componentes.
La inflación estadounidense del mes de junio volvió a sorprender al alza, con un índice de precios al consumo (IPC) que alcanzó un nuevo máximo de varias décadas, el 9,1% interanual.

Esta cifra es alarmante en sí misma, pero también lo es la amplitud de los componentes que impulsan la inflación.

En el gráfico se muestra la proporción de componentes del IPC cuyos precios están subiendo más del 5% y del 10% interanual, respectivamente. Más del 70% de los componentes están subiendo más del 5%, y más del 30% de los componentes están subiendo más del 10% al año.

Esto apunta a una cesta inflacionaria significativamente más variada que la que se apreciaba hace un año. Entonces se pensaba que los altos niveles de inflación estaban causados principalmente por impactos puntuales derivados de las restricciones de la oferta, como el cierre de los puertos y los confinamientos relacionados con el COVID-19. La mejor expresión de esto fue la notable fortaleza de los precios de los coches y camiones usados el año pasado. La expectativa era que, al disminuir las presiones de la oferta, la inflación caería.

Los coches y camiones de segunda mano cumplieron su parte del trato: los precios subieron sólo un 1,6% intermensual en junio de este año, frente al 10,1% de junio del año pasado. Pero el aumento simultáneo de los precios en todos los ámbitos muestra que la inflación actual tiene una base más amplia, y que el aumento de los precios de los servicios (sobre todo de los alojamientos) está cobrando un ritmo importante. Esto sugiere que la inflación no se va a moderar tan rápidamente como los mercados han estado esperando, porque la inflación de los servicios es mucho más pegajosa que la de los bienes.

 

 

 

 

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ED22 – 136

Ucrania y la ruta hacia la desglobalización: un repaso a su historia con Serhii Plokhy

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Para aquellos que están disfrutando de unos días de vacaciones, calurosos en el hemisferio norte y fríos en el hemisferio sur, Erik Knutzen, director de Inversiones y Multi-Asset Class de Neuberger Berman, propone como tema de lectura una revisión de la importancia milenaria de Ucrania para el comercio mundial, que nos ayudará a entender por qué el conflicto actual podría ser otro golpe de gran impacto contra la globalización.

“Hace cinco años, mi primera recomendación fue Guerra y Paz, una novela épica ambientada en el Imperio Ruso durante las guerras napoleónicas que me recordó la importancia de recordar la situación más general. Tres años después, atrapado en casa durante la pandemia de 2020, la serie de televisión Chernóbil me ayudó a reflexionar sobre la capacidad de recuperación, la planificación anticipada y la redundancia estratégica de nuestros sistemas y carteras frente a las catástrofes. Los acontecimientos actuales me han llevado de nuevo a esa situación a la hora de hacer las recomendaciones de este año”, afirma Knutzen. 

En este sentido su propuesta es: Las puertas de Europa: Pasado y presente de Ucrania, de Serhii Plokhy. “Es un atractivo estudio de esta parte del mundo cambiante, culturalmente diversa y a menudo conflictiva; y según mi parecer ofrece muchos recordatorios de lo importante que ha sido Ucrania, durante milenios, para el comercio y la economía mundial”, afirma. En su opinión, sus páginas son un gran recordatorio de que la historia nunca está realmente en el pasado, sino que siempre está a un giro de los acontecimientos de ser nuestro mañana.

Según explica, tal y como revela el libro de Plokhy, las primeras referencias a la región en la literatura occidental se refieren al comercio. A mediados del siglo V a.C., el historiador Heródoto describió la abundancia de comercio valioso procedente de las tierras al norte del Mar Negro, donde los colonos griegos habían construido comunidades prósperas con fuertes conexiones con los escitas locales. Cuatro siglos y medio después, las cosas habían cambiado. El poeta romano Ovidio, exiliado en Tomis, en la actual Rumanía, escribe sobre cómo los “salvajes” sármatas se hicieron con el control de la región, convirtiéndola en un reducto inhóspito de “heladas y enemigos” más allá de los límites del Imperio Romano y sus redes comerciales. Desde los primeros tiempos, por tanto, surge una idea clave sobre el país que hoy conocemos como Ucrania: Cuando tenemos un ambiente pacífico y abierto, el comercio mundial fluye; cuando es violento y cerrado, mucho comercio queda bloqueado.

En opinión de Knutzen, si echamos un vistazo a un mapa podremos saber el motivo. “Ucrania es una encrucijada norte-sur y este-oeste en la vasta masa terrestre euroasiática, que conecta Europa central y occidental con los suelos fértiles y la geología rica en minerales de Eurasia, y el Báltico y el noreste de Europa con el Mar Negro y el mundo mediterráneo. El Mar del Sur de China y el Canal de Suez son algunas de las rutas comerciales más críticas y geopolíticamente sensibles del mundo moderno, pero las tierras al norte del Mar Negro son su antiguo precursor y, como hemos aprendido este año, siguen siendo fundamentales”, explica. 

Cuatro duros golpes

Según reconoce el CIO de Neuberger Berman, el conflicto de Ucrania tiene profundas ramificaciones geopolíticas, humanitarias, militares y estratégicas, pero también podría convertirse en el cuarto martillazo contra siete décadas de globalización.

“El final de la Segunda Guerra Mundial, la caída del Muro de Berlín y la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio fueron tres momentos fundamentales en el progreso de la globalización. El primer acontecimiento estableció las instituciones para hacerla realidad y los otros abrieron esas instituciones al mundo. La Gran Crisis Financiera de 2007-09 fue el primer gran revés. La crisis puso de manifiesto la fragilidad potencial que conlleva la compleja interconexión de los mercados mundiales, financieros y reales, y provocó un aumento de las medidas proteccionistas en muchos países. El Brexit y las elecciones estadounidenses de 2016, que provocaron la fractura de las relaciones comerciales dentro de Europa y entre los Estados Unidos y China, fueron el segundo golpe: una reacción populista contra los beneficios desiguales de la globalización. Después llegó la pandemia del COVID-19, y todo lo que reveló sobre la vulnerabilidad de las cadenas de suministro de alcance mundial, hipereficientes y justo a tiempo (just-in-time)”, explica. 

¿Y las lecciones de desglobalización del conflicto en Ucrania? Según su visión, la clase todavía no ha terminado, pero las primeras conclusiones son que, incluso en nuestra era postmoderna de alta tecnología, la geografía sigue importando, y las fuentes de algunas de nuestras necesidades más básicas –alimentos y energía– están quizás más concentradas y con más riesgo de lo que habíamos anticipado. “También parece estar endureciéndose un retorno a los bloques comerciales segmentados al estilo de la Guerra Fría, que ya estaban resurgiendo debido a las tensiones entre los Estados Unidos y China sobre la importancia estratégica de los semiconductores, los datos y la infraestructura tecnológica”, añade. 

Desglobalización

Aunque el objetivo de Knutzen es hacer una recomendación para que leamos estas vacaciones, no puede resistirse a comentar lo que todo esto significa para los inversores. En este sentido, afirma: “Creemos que estamos en un retroceso sostenido de la globalización. No creemos que esos cuatro golpes sean acontecimientos aleatorios y aislados. Las crisis financieras pueden agrandar las desigualdades económicas mundiales; la desigualdad alimenta el populismo; el populismo genera conflictos; las pandemias, que se propagan a través de las rutas comerciales y de viaje a nivel global, pueden exacerbar las desigualdades y alimentar más llamamientos populistas para endurecer las fronteras, así como provocar la reestructuración de las cadenas de suministro”. 

En su opinión, la era de la globalización redujo los costes de la mano de obra y de las mercancías, mantuvo a raya la inflación y los tipos de interés, elevó la parte del crecimiento que corresponde al capital y disminuyó las primas de riesgo que se cotizan en los activos financieros. “Si utilizamos tan solo una métrica sencilla, el múltiplo precio-beneficio a futuro del índice S&P 500 tuvo un promedio de menos de 15 veces en los 35 años anteriores a la caída del Muro de Berlín, pero más de 20 veces después”, argumenta. 

Por último, reconoce que la desglobalización parece estar revirtiendo todas esas cosas. “Es probable que eso haga más difícil cumplir los objetivos de rentabilidad a largo plazo corriendo el mismo nivel de riesgo, y más peligroso confiar en los bonos para diversificar la renta variable. Creemos que será necesario un enfoque más activo de la inversión, y un enfoque más flexible de la diversificación: entre regiones; entre estilos; entre mercados líquidos e ilíquidos; y entre activos financieros y reales”, concluye.

El venture capital “plegó velas”: más efectivo y menos inversiones nuevas

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En el segundo trimestre de 2022, en general, se redujo la actividad de las operaciones de venture capital. Según los datos publicados por el Venture Capital Benchmark, de TheVentureCity, las sociedades de capital riesgo tomaron nota del declive de los mercados públicos y, en consecuencia, conservaron el efectivo y redujeron las nuevas inversiones. “Ninguna etapa o zona geográfica quedó aislada de esta tendencia, aunque algunas áreas estuvieron más expuestas que otras”, matizan. 

“En TheVentureCity vemos este entorno como una combinación de múltiples factores, algunos basados en los fundamentales y otros en el comportamiento psicológico humano. Por ejemplo, el aumento de los tipos de interés cambia materialmente los perfiles de rentabilidad de las diferentes clases de activos, aunque los despidos generalizados para prepararse para la desaceleración económica son una respuesta humana a un riesgo percibido que tiene poco que ver con el rendimiento de una empresa individual”, explican. 

Según indican, desde el cuarto trimestre de 2019 no se registraban dos trimestres consecutivos con esta dinámica. “La magnitud importa: el cuarto trimestre de 2019 registró un descenso del -15% en el volumen y del -6% en el recuento de acuerdos en comparación con el segundo trimestre del mismo año. En comparación, el segundo trimestre de 2022 experimentó un desplome del -32% en el volumen y una caída del -19% en el recuento de acuerdos desde el cuarto trimestre de 2021”, señalan. 

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De las conclusiones de este indicador, destacan, vale la pena mencionar que en el segundo trimestre de 2022 se produjeron en volumen de operaciones 88.000 millones a través de 6.138 acuerdos, que en conjunto sigue siendo una cifra asombrosa y superó el primer trimestre de 2021. “En comparación con el primer trimestre de 2022, esto representa un descenso del 20% y del 25% en el volumen y el número de operaciones, respectivamente. En cuanto al rendimiento interanual, el segundo trimestre de 2022 registró un descenso del 21% y del 22% en ambas categorías”, indican

Además explican que parte de la contracción del mercado se debió a que los fondos se “apretaron el cinturón”. En este sentido explican que “estos fondos masivos suelen constituir una gran parte de la actividad y el volumen de operaciones cada trimestre, y en el segundo trimestre se retiraron del mercado. Coatue Management (reducción de 24 operaciones en términos intertrimestrales), Temasek (-14), T. Rowe Price (-10), D1 Capital Partners (-10) y Tiger Global (-4), entre otros muchos grandes fondos, redujeron agresivamente su número de operaciones en el segundo trimestre en relación con el primer trimestre de 2022”.

Solo un 2,3% de la financiación de capital riesgo de 2020 se destinó a empresas dirigidas por mujeres

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Demostrar y defender los argumentos económicos a favor de la igualdad de género en el lugar de trabajo ha sido uno de los objetivos de los informes GPS de Citi durante muchos años. En su nuevo estudio, titulado Women Entrepeneurs: Catalyzing Growth, Innovation, and Equality, han centrado su atención en la defensa de los argumentos comerciales para apoyar a las mujeres empresarias a la hora de crear y hacer crecer sus empresas.

A medida que el mundo intenta recuperarse de la pandemia, pasar a una economía con bajas emisiones de carbono y cumplir los ODS de la ONU, desde el Citi consideran que es fundamental crear un campo de juego equilibrado en cuanto al género para los empresarios. «Apoyar a las emprendedoras y a las empresas dirigidas por mujeres no sólo es lo correcto desde el punto de vista social, sino que es una de las cosas más inteligentes que pueden hacer los gobiernos, las empresas y la comunidad financiera desde el punto de vista económico», expresa el informe.

Hoy, las mujeres participan en la actividad empresarial en un 80% de la tasa de los hombres, según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM). Esto supone una mejora significativa en los últimos 20 años: la edición de 2001 del informe reveló que las mujeres participaban en la actividad empresarial en aproximadamente la mitad de la tasa que los hombres en los países incluidos en el conjunto de datos de ese año.

Sin embargo, aunque el repunte de la tasa de participación simple es bienvenido, oculta el hecho de que las mujeres siguen enfrentándose a muchos más retos que los hombres a la hora de crear y hacer crecer un negocio. Además, gran parte del crecimiento de la participación se ha producido en las economías en desarrollo, donde las mujeres suelen crear empresas con un capital mínimo como empresarias en solitario, en parte porque les resulta aún más difícil acceder a un empleo adecuado en la economía formal. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que, en 2021, la participación de las mujeres en el empleo era del 63% de la de los hombres, lo que es significativamente inferior a la tasa de participación como empresarias.

El acceso a la financiación: principal obstáculo

Lamentablemente, no faltan estadísticas preocupantes que demuestran los obstáculos a los que se enfrentan muchas empresarias. La falta de acceso a la financiación es uno de los mayores retos a los que se enfrentan las empresarias en todo el mundo. La barrera está quizás mejor documentada en la etapa de capital de riesgo: la financiación global de capital riesgo que se destinó a las empresas dirigidas por mujeres alcanzó el 2,8% en 2019 y se redujo al 2,3% en 2020. En otras estadísticas, las micro, pequeñas y medianas empresas propiedad de mujeres constituyen el 23% del número total de empresas, pero representan el 32% del déficit total de financiación.

Aunque es fundamental en sí mismo, el acceso a la financiación es sólo una parte de la historia, y la simple mejora del acceso a la financiación no garantiza que la brecha empresarial de género se cierre. La capacidad empresarial de las mujeres también está materialmente infrautilizada. La OIT, por ejemplo, calcula que el 50% del potencial empresarial de las mujeres está infrautilizado, frente a sólo el 22% del de los hombres.

Las mujeres empresarias se enfrentan a otra serie de barreras para acceder a todo el ecosistema empresarial. Estas barreras se presentan con diferentes consideraciones en los distintos países, especialmente en las economías en desarrollo, pero abarcan las limitaciones legales, culturales y prácticas a la participación de las mujeres en el comercio; la dificultad de acceder a los mercados nacionales e internacionales; los desafíos en la creación de redes personales, con vínculos con mentores que pueden ayudar a navegar por el ecosistema empresarial; un menor acceso a la educación y la formación, especialmente en las habilidades empresariales y digitales; y las desproporcionadas responsabilidades de cuidado y domésticas, especialmente entre las mujeres casadas.

Cerrar la brecha añadiría 2,3 billones al PIB

En conjunto, el análisis concluye que cerrar la brecha de género en el crecimiento empresarial a nivel mundial podría añadir hasta 2,3 billones de dólares al PIB y hasta 433 millones de puestos de trabajo, en una estimación conservadora.

Además de las simples ganancias en el crecimiento económico y la producción, el empoderamiento económico de las mujeres también genera beneficios sociales y económicos mucho más amplios en las familias y las comunidades. Las empresas de propiedad de mujeres o dirigidas por ellas suelen emplear a más mujeres, lo que puede contribuir a impulsar un círculo virtuoso para aumentar la autonomía económica de las mujeres. Además, las mujeres tienden a invertir más de sus ingresos que los hombres en la salud, la educación y el bienestar de sus familias y comunidades.

También pueden desempeñar un papel decisivo en la consecución de los ODS. El empoderamiento de las mujeres empresarias es en sí mismo un ejercicio de desarrollo, ya que crearán puestos de trabajo, generarán ingresos, construirán capital humano e impulsarán el crecimiento, al tiempo que reducirán las desigualdades que conducen a la reducción de la pobreza y el hambre, y mejorarán la salud y el bienestar. Además, las mujeres son también una fuente infrautilizada de conocimientos, perspectivas e innovación, y las empresas que crean pueden aportar soluciones innovadoras a los retos mundiales.

El papel clave de la industria financiera

Después de haber estudiado el panorama empresarial mundial, el informe presenta una serie de recomendaciones para los legisladores y también para el capital público y privado con el fin de ayudar a promover resultados más equilibrados entre los géneros.

Las instituciones financieras, incluidas las iniciativas de microfinanciación, los bancos, las empresas de capital riesgo y de capital privado, y los inversores institucionales, serán fundamentales para desbloquear las oportunidades en torno a las mujeres empresarias. «En este sentido, nos sentimos alentados por dos tendencias crecientes: la rápida transferencia de riqueza a las mujeres y el aumento de la inversión con criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y de género», expresan desde la entidad.

«Para liberar el potencial del espíritu empresarial de las mujeres es necesario intervenir a nivel micro y desmantelar las limitaciones a nivel macro. También requiere acciones coordinadas entre la ley, las políticas públicas y el sector privado. Sólo a través de las asociaciones podremos hacer un uso productivo de todos nuestros recursos y lograr un impacto escalable y sostenible», apuntan.

Schroders nombra a Scott MacLennan cogestor del fondo Schroder Global Sustainable Growth

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Schroders ha anunciado el nombramiento de Scott MacLennan, inversor especializado en asuntos ESG, cogestor del fondo Schroder Global Sustainable Growth. Según explica la gestora, este cambio responde a su objetivo de ratificar que la estrategia esté centrada en el cumplimiento de los objetivos de inversión sustentable de nuestros clientes.

MacLennan, quien hasta el momento era gestor de renta variable europea sostenible SISF, trabajará junto a Charles Somers, quien ha cogestionado la estrategia desde el principio y es actualmente gestor de cartera senior y miembro del equipo de Renta Variable Global y Temática. También gestionará el fondo Schroder Sustainable Growth & Income y las versiones internacionales (SISF) de ambos fondos.

Tanto Scott MacLennan como Charles Somers trabajarán de manera estrecha con los equipos de Participación Activa e Inversión Sostenible de Schroders, dirigidos por Andy Howard, Global Head of Sustainable Investment. Desde la gestora destacan que juntos garantizarán que “la estrategia de Crecimiento Sustentable Global se mantenga a la vanguardia de la inversión sustentable y las prácticas ESG”.

Schroders explica que Katherine Davidson ha decidido abandonar Schroders para seguir su carrera profesional fuera del Grupo, según indican, “impulsada en parte por un cambio de estilo de vida”. Katherine ha sido cogestora de cartera del fondo Schroder Global Sustainable Growth y, en el último tiempo, estuvo a cargo del Schroder Sustainable Growth & Income.