El desayuno nórdico de Nordea Asset Management llega a Bilbao para repasar los aspectos macroeconómicos más importantes y presentar distintas ideas de inversión para hacer frente al entorno de mercado actual.
Tendrá lugar el martes, 22 de noviembre, en Yimby Sota, Gran Vía de Don Diego López de Haro, 45 a las 9:30 horas. Puede registrarse aquí.
Foto cedidaCarla Bergareche, directora general para España y Portugal de Schroders
La mayoría de los inversores españoles considera que invertir de forma sostenible no solo contribuye a impulsar la superación de algunos retos en materia de sostenibilidad, como el cambio climático, sino que también es clave para impulsar la rentabilidad a largo plazo. Así lo desvela el último estudio global de inversión de Schroders.
Según las conclusiones de este estudio, para el que se ha encuestado a más de 23.000 personas que invierten desde 33 lugares del mundo, más de dos tercios de los españoles (73%) creen que las inversiones sostenibles son la única forma de garantizar la rentabilidad de las carteras a largo plazo. De hecho, cuanto mayor es su conocimiento financiero, más confían en el potencial de rentabilidad a largo plazo de las inversiones sostenibles, ya que un 80% de los inversores que se consideran expertos así lo afirman frente al 58% de los que tienen conocimientos básicos.
Además, prácticamente la totalidad de los inversores (94%), reconoce el atractivo de los fondos sostenibles, de los cuales el 50% los ven especialmente interesantes por su impacto medioambiental más amplio.
Muestra de ese interés es que los fondos sostenibles ya forman una parte relevante de las estrategias de inversión de los españoles. De media, el 30,71% de las carteras de los inversores nacionales está en fondos sostenibles, en línea con las de los inversores europeos (30,62%) o los americanos (30,55%) y por encima de los asiáticos (28,23%). Además, en el caso de los inversores españoles que se autodefinen como expertos, este porcentaje aumenta hasta el 34%.
¿Qué impulsa y qué frena a los españoles a la hora de aumentar sus inversiones sostenibles?
Al considerar invertir en un fondo sostenible, más de la mitad (54%) de los españoles quieren un producto que se centre en la obtención de rentabilidades financieras y que, al mismo tiempo, integre factores de sostenibilidad.
Si bien entre los factores que los inversores españoles reconocen que los animarían a aumentar sus asignaciones a productos sostenibles, el más popular es la posibilidad de elegir inversiones que se ajusten a sus preferencias personales en materia de sostenibilidad (48%). Este factor está seguido de cerca por tener una mayor educación de calidad en inversión sostenible en general (44%).
Por el contrario, la principal causa que los españoles alegan para no aumentar sus asignaciones en inversiones sostenibles es la falta de transparencia y de datos de los proveedores sobre el impacto de estas inversiones (49%). El siguiente obstáculo que marcan es la falta de definiciones claras y consensuadas sobre lo que es la inversión sostenible (43%).
Impacto deseado de las inversiones sostenibles
Cuando se trata de áreas de impacto deseadas de las inversiones sostenibles, los españoles exponen una gama diversa de objetivos, aunque un número ligeramente mayor se decanta por que sus inversiones tengan un impacto en la mejora de la salud y el bienestar (46%), en aumentar el acceso a una educación de calidad (45%), en la reducción de las desigualdades (37%) y en proporcionar acceso a agua limpia y a servicios de higiene (37%).
“Es destacable cómo los objetivos con un cariz más social están ganando protagonismo entre los inversores españoles, ya que la educación de calidad y la reducción de las desigualdades figuran en este estudio como las áreas en las que más impacto les gustaría que generasen sus inversiones. Por otro lado, es reconfortante comprobar la correlación del nivel de conocimiento financiero con la confianza en la inversión sostenible y que cuanto más sabe un inversor, más confía en la capacidad de la inversión sostenible, tanto para generar rentabilidad a largo plazo, como para contribuir a conseguir objetivos medioambientales y sociales. Creemos que todavía hay una gran labor educativa por hacer, puesto que cuanto más entienda la gente los productos en los que invierte y su impacto en la sociedad y el medio ambiente, más capital debería fluir hacia la inversión sostenible”, afirma Carla Bergareche, directora general para España y Portugal de Schroders.
Puede acceder al informe completo a través de este link.
Las nuevas generaciones cada vez son más conscientes del impacto que sus decisiones como inversores pueden tener en el entorno. Al fin y al cabo, invertir en una empresa nos convierte en partícipes de su futuro. Tenemos el poder de escoger opciones que no solo nos aporten rentabilidad, sino que también contribuyan al bien común, a generar un impacto positivo en el planeta, ya sea desde el punto de vista ambiental, social o de gobernanza. Es lo que se conoce como criterios ASG o ESG, y están marcando el paso de cada vez más inversores.
Prueba de ello son los datos que se desprenden del último estudio ‘La inversión sostenible y responsable en España 2022’, elaborado por Spainsif, el foro español de inversión sostenible. Según este documento, los activos gestionados siguiendo criterios ASG crecieron el pasado año un 10%, alcanzando la cifra de 379.618 millones de euros, con un peso del 51% sobre el total del capital invertido de forma tradicional. Y esta misma tendencia se viene observando en los últimos años.
No nos equivoquemos, no hablamos de puro altruismo: invertir en sostenibilidad y con responsabilidad también necesita una buena evaluación de riesgo. No olvidemos que los peligros relacionados con el cambio climático tienen la capacidad de destruir el valor y los modelos de negocio tal y como los conocemos. Entre otras consecuencias, el calentamiento global es la causa de que se aprueben cambios normativos como la prohibición de los motores de combustión, o de que se produzcan los costosos desastres naturales como la oleada de incendios de este verano en España. Estos acontecimientos tienen consecuencias en el futuro de nuestro modelo productivo y económico y, por lo tanto, deben estar en la mente del inversor a la hora de evaluar sus decisiones de inversión.
En todo caso, optar por inversiones responsables y sostenibles no significa tener solo en cuenta el impacto global en nuestro entorno de nuestras decisiones, sino que estas elecciones pueden además repercutir en nuestro propio beneficio e intereses.
Por otro lado, la influencia que como inversores podemos tener en las empresas y en sus beneficios es similar a la que tenemos como consumidores, cuando vamos al supermercado y escogemos unos productos y no otros. Cuando invertimos con criterios ASG, también condicionamos qué sectores crecerán más y qué modelos de negocio quedarán obsoletos.
El precio de una acción está determinado por la oferta y la demanda y, por tanto, le afectan los cambios en el comportamiento de los inversores. Al excluir deliberadamente a las empresas no sostenibles, la demanda de acciones de estas empresas disminuye, y también su precio. De este modo, los inversores pueden motivar a las empresas para que sigan la senda del crecimiento sostenible. Los flujos de dinero son una fuerte palanca para el cambio, y nuestra influencia como inversores es mayor de lo que pensamos. Por otro lado, invertir en ESG es invertir en el futuro, por ello se ha convertido en una de las preferencias de los inversores que tienen la mirada puesta en el largo plazo.
Una forma de invertir de forma sostenible es a través de fondos cotizados, o ETF (del inglés Exchange Traded Fund). Son instrumentos muy rentables para construir una cartera ampliamente diversificada, y una buena parte de ellos sigue también los criterios ASG. La mayor ventaja es que los ETF son transparentes, por lo que podemos decidir conscientemente en qué invertir y en qué no.
La definición de ASG sigue siendo amplia (por ejemplo, según la clasificación de la UE, la energía nuclear es “eco” y Coca Cola aparece en algunos índices ASG porque lleva a cabo varios proyectos estratégicos para mejorar la sostenibilidad, por poner dos ejemplos). Es por eso por lo que los inversores deben mirar más de cerca para comprender el alcance de las siglas, una tarea en la que los ETF son de ayuda por su transparencia.
Dado que replican un índice, las participaciones subyacentes de los ETF se divulgan a diario, de manera que siempre tenemos el control de los activos que estamos comprando, y podemos comprobar de forma fácil si la inversión encaja con nuestras prioridades en materia de ASG. Los activos pueden proceder de empresas que se centran en la reducción de las emisiones de carbono o en el desarrollo de energías renovables, que cuidan las condiciones laborales de sus empleados o defienden los derechos humanos… Los índices pueden incluir a empresas en transición o a actores completamente “eco”.
Estamos en una época de cambio de modelo económico y social, un momento en el que la inversión ASG es más importante que nunca: puede ser decisivo a qué se destina el dinero y en qué sectores se invierte. Tengamos en cuenta que, como inversores, podemos marcar la diferencia y generar un impacto positivo en la sociedad y en el planeta.
Tribuna de Adrián Amorin Luna, responsable de Scalable Capital para España
La asociación española de banca (AEB), CECA y la unión nacional de cooperativas de crédito (Unacc) ha presentado el espacio web del observatorio de inclusión financiera, que refleja las medidas y los acuerdos alcanzados por el sector bancario para elevar el número de accesos a servicios financieros en España del 98% actual al 100% de la población.
Con este nuevo espacio, el sector bancario reafirma su compromiso de garantizar la inclusión financiera, recogido en el punto 5 del protocolo estratégico para reforzar el compromiso social y sostenible de la banca y sus ampliaciones, con especial incidencia en el medio rural y en los colectivos que demandan una atención más personalizada.
España tiene una de las redes bancarias más densas de la Unión Europea: es el tercer país con más puntos de acceso por habitante a los servicios financieros. El 98% de los adultos tiene una cuenta bancaria y el 98,6% reside en un municipio con acceso a servicios bancarios. En este contexto, el sector bancario despliega acciones para favorecer el acceso del 100% de la población a los servicios bancarios, a través de un marco de actuación con tres ejes: la inclusión en zonas rurales, la inclusión de colectivos como los mayores o con discapacidad y la inclusión a través de la formación.
Para mejorar la atención en el medio rural, las asociaciones bancarias han acordado recientemente una hoja de ruta con medidas dirigidas a los habitantes de los municipios que actualmente no cuentan con ningún punto de acceso presencial –e, incluso, nunca lo han tenido– o solo disponen de uno. Asimismo, se ha firmado un acuerdo de colaboración con correos para favorecer el acceso al efectivo en zonas rurales a través del servicio Correos Cash.
A esto se suma el decálogo de medidas orientadas a mejorar la atención a las personas mayores o con discapacidad, con acciones como la ampliación de horarios de oficina, el trato preferente en la atención presencial o telefónica, la adaptación de canales de acceso como webs o apps, o las medidas de formación tanto para los empleados como para los clientes, en función de sus intereses.
Con relación a la formación, el sector bancario dedica amplios esfuerzos a favorecer la adquisición de competencias financieras y habilidades digitales, que se han complementado con la puesta a disposición de la plataforma “Aula Financiera y Digital”, impulsada por AEB, CECA y Unacc; una labor reconocida con el premio “Finanzas Para Todos” 2022 que conceden el Banco de España, la CNMV y el ministerio de asuntos económicos y transformación digital.
El espacio web del observatorio de inclusión financiera ofrece, además, información sobre el seguimiento y la actualización de estas medidas, formando parte de los compromisos asumidos por el sector, y refleja la vocación de permanencia y prioridad que se otorga a este propósito de inclusión financiera.
Como era de esperar, la renta variable ha caído este año, y desde BNP Paribas Asset Management piensan que va a seguir haciéndolo a medida que nos acerquemos a la recesión. “Hablar a estas alturas de un ‘aterrizaje suave’ está ya tan anticuado como lo de la ’inflación transitoria’”, señala en un análisis Daniel Morris, estratega jefe de mercado y codirector del Centro de Perspectivas de Inversión de la gestora.
Por el momento, las caídas registradas en Estados Unidos han venido impulsadas por el aumento de las expectativas de tipos en el país y el consiguiente impacto en las valoraciones de mercado, más que en la previsión de reducción de los beneficios empresariales, agrega. De hecho, las estimaciones de beneficios (excluidas las materias primas) han caído solo un 2% en Estados Unidos desde la pasada primavera y, sorprendentemente, han aumentado en Europa, impulsadas por la depreciación de las divisas y el incremento de la previsión de beneficios empresariales en el sector financiero, junto a las subidas de tipos de interés.
Llama la atención el hecho de que las expectativas de beneficios de las empresas europeas hayan aumentado en mayor medida que las estadounidenses. Ambas regiones se enfrentan a subidas de tipos de interés, pero la renta variable europea se muestra menos sensible a dichas subidas dada la mayor orientación de su mercado al segmento de valor, así como a la composición de su sector de crecimiento, que no está dominado por las empresas tecnológicas, escribe Morris.
Europa, sin embargo, ha de enfrentarse a la carga adicional de unos precios de la energía extremadamente altos. Aun así, las estimaciones de beneficios empresariales han aumentado en casi todos los sectores, mientras que en Estados Unidos han caído de forma generalizada, especialmente en los sectores de crecimiento como el de tecnología de la información, el de comercio minorista por internet y el de ocio y medios de comunicación.
¿Exuberancia irracional?
Las expectativas de crecimiento de las ganancias empresariales se han mantenido firmes a pesar de las numerosas dificultades. Las previsiones para el próximo año apuntan a un aumento del 10,4% en Estados Unidos en el cuarto trimestre (excluido el sector de la energía) y del 7,0% en Europa para todo el año. Estas cifras pueden parecer ingenuamente optimistas, dadas las perspectivas macroeconómicas.
“Es evidente que a los analistas de renta variable nadie les ha hablado aún de recesión. No cabe duda de que las previsiones son demasiado elevadas. Para acercar la inflación a su objetivo se necesitará una ralentización del crecimiento, una reducción de la demanda, especialmente en Europa, y un aumento de las tasas de desempleo, lo que, en algún momento, hará que las estimaciones de beneficios caigan (y, con ellas, los precios)”, escribe Morris.
La trayectoria de la economía y los mercados parece clara: subida de los tipos de interés hasta que la inflación se ralentice y, a continuación, cambio de tendencia de los bancos centrales, que pasarían a recortar los tipos para impulsar el crecimiento. Lo que aún no se conoce son los plazos, pero “siempre hemos pensado que, si la Reserva Federal quería cumplir sus objetivos, los tipos de interés tendrían que superar el 4%”.
Este incremento ha eliminado una de las principales amenazas para el mercado. Con la subida de los tipos oficiales, los tipos reales han repuntado y las valoraciones de la renta variable han caído. Al menos, esta dinámica no debería continuar impulsando los mercados a la baja, añade Morris.
No hay acuerdo sobre el momento en el que el mercado considera que podría producirse el cambio de tendencia mencionado y cuándo la propia Reserva Federal afirma que se producirá. Los mercados lo sitúan en un plazo de entre seis y nueve meses, mientras que el diagrama de puntos del banco central no lo contempla hasta 2024. En opinión de Morris, hay dos escenarios en los que la opinión del mercado puede acabar siendo la correcta:
que la Reserva Federal se vea obligada a recortar los tipos de interés porque la inflación ha comenzado a desacelerarse más rápidamente de lo esperado (escenario favorable);
que la entidad tenga que bajar los tipos porque el crecimiento se ha ralentizado más de lo previsto (escenario desfavorable).
“En cualquiera de los dos casos, lo más probable es que la renta variable reaccione de manera positiva al recorte de tipos de la Reserva Federal”, considera. “Si, por el contrario, el banco central lograra continuar con su plan, se mantendría el statu quo y no tendría por qué producirse un ajuste de los precios de la renta variable.
Las previsiones relativas a los tipos de interés de los fondos federales se sitúan en unos niveles que, en nuestra opinión, resultan adecuados, por lo que los tipos reales podrían haber tocado techo. Los rendimientos registraron el año pasado un aumento espectacular, desde un mínimo de -1,8% para los rendimientos a cinco años al 1,8% actual. Los niveles actuales se sitúan próximos o incluso por encima de los máximos registrados desde la crisis financiera mundial”.
No obstante, los rendimientos siguen estando por debajo de las medias a largo plazo y en opinión de la gestora deberían subir 100 puntos básicos más para considerarse completamente normalizados. “Es algo que aún puede ocurrir, pero el menor crecimiento económico apunta a que el rendimiento real va a ser inferior al registrado en el pasado”, añade el análisis, que además cree que el proceso de normalización será lento, de varios años, ya que cuando los bancos centrales retiran sus medidas de expansión cuantitativa y reducen sus balances lo hacen de manera muy gradual.
“Este escenario parece indicar que el rendimiento inferior de las empresas de crecimiento podría estar llegando a su fin”, escribe Morris. “Si los tipos logran mantenerse, la ventaja relativa de crecimiento de los beneficios que presenta el estilo de crecimiento frente al de valor debería comenzar a notarse (las previsiones de consenso apuntan a unas ganancias interanuales por acción del 11% en 2023 para las empresas de crecimiento, frente al 7% de las empresas de valor)”.
En su opinión, “una vez que se produzca el cambio de tendencia en la trayectoria de los tipos de interés, el rendimiento superior de las empresas de crecimiento debería acelerarse a medida que caigan las tasas de descuento y las empresas de valor se vean afectadas por la reducción de los precios de la energía y de los tipos de interés nominales”.
En conclusión
Los mercados de renta variable aún tienen unos meses difíciles por delante, resume Morris. A pesar de las importantes subidas de tipos en Estados Unidos, el crecimiento económico sigue siendo demasiado acusado como para que la Reserva Federal logre acercar la inflación a su objetivo, y podría ser necesaria una recesión. Lo que no se sabe es cómo de grave será. Europa ya se enfrenta a una recesión y a una gran incertidumbre de cara al invierno. Aunque el mercado de renta variable europea parece estar barato, los beneficios empresariales siguen corriendo un riesgo considerable.
Es probable que las empresas de crecimiento se conviertan en un refugio relativo, sobre todo cuando la Reserva Federal se vaya acercando al momento en el que dejará de subir los tipos y comience a bajarlos. Los mercados emergentes, excluida China, parecen estar comparativamente bien situados, al encontrarse más alejados del recalentamiento de la economía estadounidense y del conflicto que se desarrolla en Ucrania. El mercado chino presenta unas valoraciones atractivas y unas perspectivas positivas a medio plazo, pero es probable que tengamos que tener paciencia antes de que se produzca la recuperación.
Puede leer un resumen más amplio y acceder al informe completo en inglés en el siguiente enlace.
La estrategia Emerging Market Climate Action Fund (EMCAF) ha anunciado una inversión de 25 millones de dólares en el fondo Alcazar Energy Partners II, una estrategia de fondos que proporciona financiación de capital en la fase inicial para desarrollar, construir y operar proyectos de energía renovable en Oriente Próximo, África del Norte, Europa del Este y Asia Central. Este compromiso es paralelo al de BEI Global, para la rama de fuera de la UE del Grupo del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que aporta 75 millones de dólares al fondo.
Según explican sus promotores, Alcazar Energy Partners II tiene un tamaño objetivo de 500 millones de dólares e invertirá en energía eólica terrestre y solar fotovoltaica, con posibles inversiones adicionales en energía hidroeléctrica, biomasa o almacenamiento de electricidad basado en baterías u otras tecnologías de baja emisión de carbono. Se espera que el fondo pueda crear 15.000 empleos en la fase de construcción y que contribuya a la instalación de aproximadamente más de 2 GW de nueva capacidad de energía limpia en la región y a la reducción de las emisiones de 3,2 millones de toneladas equivalentes de CO2 por año, lo que supondrá generar electricidad suficiente para más de un millón de hogares.
EMCAF es una estrategia de financiación mixta iniciada conjuntamente por el BEI y Allianz Global Investors (Allianz GI) para financiar proyectos de mitigación y adaptación al clima, así como proyectos medioambientales en África, Asia, América Latina y Oriente Próximo. Durante su cumbre de junio de 2022 en Elmau (Alemania), el Grupo de los Siete (G7) respaldó a EMCAF como ejemplo de un enfoque concreto, innovador e impulsado por el mercado, para movilizar las inversiones privadas destinadas a infraestructuras relacionadas con el clima y potenciar la financiación y la colaboración multilaterales.
“Para cumplir los objetivos climáticos de París y reforzar la seguridad energética mundial, los sistemas energéticos del mundo deben descarbonizarse lo antes posible. Para ello, el sistema financiero necesita movilizar billones de dólares de proyectos de energía verde del sector privado. Me complace anunciar hoy las inversiones de EMCAF[ÁGB1] y BEI Global en el Fondo Alcazar Energy Partners II. Este apoyo contribuirá a atraer nuevas aportaciones de los inversores y garantizará que el fondo desempeñe un papel importante en la aceleración de la transición ecológica en sus países de actuación”, ha comentado Ambroise Fayolle, vicepresidente del BEI.
Por su parte, Tobias Pross, consejero delegado de Allianz GI, ha añadido: «Los mercados emergentes son los que más necesitan el dinero para la adaptación y la mitigación del clima y donde tendrá un impacto mucho más inmediato que en los países desarrollados. Estoy orgulloso de que nuestras inversiones en el EMCAF estén ganando terreno en los mercados emergentes, no solo para ayudar a combatir el cambio climático, sino para apoyar un crecimiento económico saludable en esta región. Estamos agradecidos de que el BEI haya apalancado esta inversión, y estamos deseosos de desplegar más como éstas rápidamente también en otros países”.
Además, EMCAF ya ha realizado su primera inversión en el fondo ARCH Cold Chain Solutions East Africa, centrado en la adaptación, que financia infraestructuras de almacenamiento y distribución a temperatura controlada en África Oriental y cuyo objetivo es generar una reducción de las emisiones derivadas de la pérdida de alimentos tras la cosecha. El proyecto comprende el almacenamiento, la distribución y los servicios y actividades relacionados que mantienen un rango de temperatura determinado para un producto o una gama de productos.
Los gestores de activos europeos que aplican estrategias temáticas se han visto afectados por la venta de valores de alto crecimiento, ya que los mercados han reaccionado ante el temor a la inflación, la subida de los tipos y la desaceleración económica. Sin embargo, el enfriamiento del apetito por el riesgo no ha frenado la introducción de nuevos productos, según el último número de The Cerulli Edge-European Monthly Product Trends.
«Los activos gestionados de las estrategias temáticas se han desplomado un 14,3%1 , ya que los valores de crecimiento se han convertido en uno de los objetivos de una venta más amplia en los mercados mundiales. Sin embargo, siguen saliendo al mercado nuevos productos», afirma Fabrizio Zumbo, director de investigación de gestión de activos y patrimonios en Europa de Cerulli Associates.
Entre los ejemplos de desarrollo de fondos se encuentran el lanzamiento por parte de Neuberger Berman de su fondo Next Generation Space Economy, la incorporación por parte de Global X de un fondo cotizado en bolsa UCITS de uranio a su conjunto de productos temáticos, y el lanzamiento por parte de Eurex de sus primeros contratos de futuros sobre índices temáticos a principios de este año. Además, el estudio de Cerulli indica que el metaverso ha atraído el interés de los inversores en Europa.
Hay indicios de que algunos inversores van en contra de la tendencia a la venta, con el objetivo de aprovechar la debilidad de los precios para acumular activos de fondos. «Los inversores que siguen apostando por una o varias temáticas mantienen la esperanza de que el rendimiento de las inversiones en el sector vuelva a ser el de antes», afirma Zumbo. Los gestores seguirán investigando los nuevos sectores a medida que vayan surgiendo y extraerán las mejores ideas a largo plazo dentro de los sectores existentes para atraer a los inversores locales.
Los inversores que se califican a sí mismos como «expertos» son más propensos a creer que invertir de forma sostenible es clave para impulsar la rentabilidad a largo plazo, en comparación con aquellos con conocimientos de inversión más básicos, según el Estudio Global de Inversión de Schroders 2022.
Los resultados centrados en la sostenibilidad del estudio insignia de Schroders, que ha encuestado a más de 23.000 personas procedentes de 33 lugares del mundo, revelaron que más de dos tercios (68%) de las personas que se clasifican a sí mismas como inversores «expertos/avanzados» creen que la inversión sostenible es la única forma de garantizar la rentabilidad a largo plazo.
Según explica la gestora, este dato contrasta con el 52% de los inversores con un nivel de conocimiento «intermedio» y con el 43% de los que creen tener conocimientos de inversión «básicos». Del mismo modo, el 69% de los inversores «expertos» comparten la opinión de que la inversión sostenible puede acelerar un cambio positivo en aspectos como el cambio climático.
«La interacción entre la sostenibilidad y la rentabilidad ha arrojado unos resultados polarizados este año. Mientras que los inversores principiantes parecen más escépticos, la mayoría de los encuestados cree que la sostenibilidad es crucial para obtener rentabilidad a largo plazo. Esto es alentador y subraya aún más el papel crucial que los gestores de activos tienen que desempeñar para ayudar a los inversores a entender mejor cómo la inversión sostenible no solo puede ayudar a superar desafíos como el cambio climático, sino también apoyar sus rentabilidades a largo plazo. De hecho, vemos un vínculo intrínseco entre las rentabilidades de la inversión sostenible a largo plazo y la resolución de algunos de los retos sociales y medioambientales del mundo», explica Hannah Simons, responsable de Estrategia de Sostenibilidad de Schroders.
En concreto, el estudio constata que el impacto medioambiental es la principal razón por la que las personas se sienten atraídas por la inversión sostenible. Sin embargo, la inversión vinculada a cuestiones sociales ha ganado importancia con respecto a años anteriores. Curiosamente, obtener una mayor rentabilidad sólo ocupa el tercer lugar en la lista de características que deben tener los fondos sostenibles para los inversores que deciden invertir en ellos. De hecho, esta cifra ha ido disminuyendo en los dos últimos años, pasando del 42% en 2020 al 36% este año.
Sin embargo, no es de extrañar que la prioridad de muchos inversores siga siendo la obtención de rentabilidad financiera a la hora de invertir en un fondo. De hecho, más de la mitad (56%) busca un fondo que se centre principalmente en la obtención de rentabilidad y que al mismo tiempo integre factores de sostenibilidad. “Este es el caso, en particular, de los inversores asiáticos (61%) y americanos (60%), mientras que los europeos son más propensos a elegir un fondo con características relacionadas con la sostenibilidad (51%)”, indican desde la gestora.
El estudio también reveló que las personas invertirían cada vez más en fondos sostenibles si pudieran hacerlo en base a sus preferencias. Así, más de la mitad de los inversores afirmaron que la posibilidad de elegir inversiones que se ajusten a sus preferencias personales en materia de sostenibilidad les animaría a aumentar su asignación a inversiones sostenibles.
En cuanto a los objetivos específicos de sostenibilidad de los inversores, la educación de calidad se consideró la más importante a nivel mundial, ya que una quinta parte de los encuestados (el 21%) destacó esta opción en primer lugar.
Educación financiera
Un dato relevante es que los países con menores recursos económicos parecen dar prioridad a la lucha contra la pobreza sobre otros factores. Por ejemplo, en la India, la eliminación de la pobreza fue la principal prioridad (seleccionada por el 21% de los inversores). En cambio, los inversores de Suiza eligieron como prioridad las mejoras educativas.
Además de la posibilidad de elegir inversiones acordes con sus preferencias personales, algo menos de la mitad (48%) afirmó que una mayor educación financiera en sostenibilidad los animaría a aumentar su asignación a este tipo de inversiones. Por el contrario, la falta de definiciones claras de las inversiones sostenibles fue citada como una de las barreras más significativas para invertir de forma sostenible por todos los niveles de conocimiento.
Completando los tres primeros puestos, un 44% de los encuestados declaró que más datos y pruebas que demuestren que invertir de forma sostenible ofrece mejores rentabilidades los animaría a aumentar sus inversiones.
En opinión de Andy Howard, responsable global de Inversión Sostenible de Schroders, “los resultados de la encuesta de este año muestran que los retos medioambientales siguen siendo una de las principales razones por las que los inversores particulares buscan invertir de forma sostenible. Sin embargo, no hay que olvidar la S de la ASG, ya que el capital humano, la educación y la igualdad son las principales prioridades de inversión de los ciudadanos”.
Según la lectura que hace Howard, la educación financiera es un elemento clave para dirigir más capital hacia la inversión sostenible. “De nuestra investigación se desprende que lo que la gente busca es esencialmente orientación y claridad. Cuanto más entiendan las personas los productos en los que invierten y su impacto en la sociedad y el medio ambiente, más capital debería fluir hacia la inversión sostenible. Por eso, cada trimestre, Schroders ofrece una actualización de los temas que conforman el panorama de la sostenibilidad. Estos informes se han creado para demostrar el compromiso de Schroders de integrar los factores ASG en los procesos de inversión de la empresa», concluye.
La interconexión entre los bancos y las criptodivisas es reducida. El crecimiento desenfrenado y las extremas oscilaciones de precios que se observan en los mercados cibernéticos no han repercutido en el comportamiento de los mercados financieros tradicionales, que según Sam Theodore, consultor senior de Scope Group, son son mucho más grandes, ni en el sector bancario.
Aunque su volumen ha aumentado rápidamente desde 16.000 millones de dólares hace cinco años a unos 2,6 billones de dólares, el mercado de las criptomonedas representa una pequeña parte de los 250 billones de dólares del sistema financiero mundial y tiene una base de inversores mucho más reducida. Aun así, los bancos no serán inmunes a los riesgos de las criptomonedas si los clientes y las entidades requieren servicios en este ámbito, asegura el señor Theodore.
En su opinión, la creciente presencia de los criptoactivos o el comercio de criptomonedas, contratos inteligentes, finanzas descentralizadas (DeFi), no debería amenazar las actividades principales de los bancos europeos de préstamo, aceptación de depósitos, comercio e inversión. «La limitada interacción entre los bancos y criptomonedas conlleva que el riesgo sistémico sea bajo. Esto es importante, dado que la crisis financiera mundial se desencadenó, en gran medida, por la peligrosa interconexión en el sistema financiero mundial, en los libros de negociación de divisas, valores y derivados y, en particular, los 1,2 billones de dólares de exposición a las hipotecas de alto riesgo de EE.UU. que se extendieron a instituciones de todo el mundo a través de la titulización fuera de control», señala.
En lo que respecta a las criptomonedas, advierte de que el temor es que la falta de regulación y supervisión de los criptoactivos pueda fluir gradualmente en los mercados financieros tradicionales, contaminándolos con nuevos riesgos. De hecho, cada vez participantes del mercado se suman al carro del Bitcoin y el Ether, que representan el 40% y el 20%, respectivamente, de la capitalización agregada del mercado de criptomonedas.
«Los mercados de criptomonedas siguen siendo alimentados principalmente por inversores minoristas que realizan operaciones predominantemente especulativas o de cobertura (oro digital). El creciente papel de las plataformas de criptomonedas, como Coinbase, Binance, FTX y muchas otras, facilita el acceso a nuevos segmentos de inversores minoristas que esperan obtener ganancias rápidas y amplias, más allá del primer grupo de ‘frikis’ tecnológicos y entusiastas de las criptomonedas. Muchos de estos inversores más recientes apenas entienden o se preocupan por la verdadera naturaleza de las criptodivisas o los riesgos subyacentes. Esto no es tranquilizador», añade el experto.
Los inversores institucionales, sobre todo los hedge funds y los fondos de inversión como los ETFs centrados en las criptomonedas, son cada vez más numerosos. Esto pone intrínsecamente en peligro la estabilidad financiera. No sólo porque los fondos invierten el dinero de otras personas, sino también por el intenso uso del apalancamiento a una escala mucho mayor. «No es de extrañar, ni mucho menos, que los reguladores financieros presten cada vez más atención a la amenaza que supone la creciente interconexión de los mercados de criptomonedas con los mercados financieros tradicionales», afirma Theodor.
Los mercados de criptomonedas se encuentran actualmente en una caída persistente, ya que el Bitcoin ha perdido casi el 60% de su valor máximo y Terra, una stablecoin o moneda estable supuestamente, se ha hundido totalmente. Ya en marzo, y no por primera vez, las tres autoridades europeas de supervisión (ESAs) advirtieron a los consumidores sobre los riesgos reales de los criptoactivos, señalando que no son adecuados para la mayoría de los consumidores minoristas como inversión o como medio de pago o intercambio. En una reciente entrevista para la televisión, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, refiriéndose a las criptomonedas, dijo que «no valen nada, no se basan en nada, no hay ningún activo subyacente que actúe como ancla de seguridad». Esta afirmación es difícil de rebatir.
Según el experto, sin embargo, la fiebre de las criptomonedas parece estar lejos de remitir. Se estima que alrededor del 10% de la población adulta en Europa y el 16% en Estados Unidos tiene algún tipo de inversión en criptodivisas. «Lamentablemente, no hay estimaciones sobre cuántos de estos inversores entienden su funcionamiento y los riesgos a los que se exponen», apunta.
El riesgo persiste
Ante este panorama incierto, Theodore estima que los bancos se han mantenido en general en un segundo plano. Un estudio del Banco de Pagos Internacionales (BPI) publicado el mes pasado señalaba que las exposiciones a las criptomonedas de los principales bancos siguen siendo insignificantes. Esta conclusión se basa en una encuesta del Comité de Basilea del cuarto trimestre de 2020 a 178 bancos de 26 países.
«Solo siete bancos de la encuesta, en Canadá, Francia, Corea del Sur, Reino Unido y Estados Unidos, declararon alguna exposición a las criptomonedas y, en todos los casos, fue consecuencia de las necesidades de los clientes (aunque no existen datos sobre los servicios de custodia de criptomonedas). La exposición media a las criptomonedas fue del 0,02% de los activos ponderados por riesgo, y el nivel más alto fue del 0,05%. El importe total de la exposición a las criptomonedas de los bancos encuestados fue de sólo 188 millones de dólares», añade.
Al contrario de lo que muestran los bancos, el informe del BPI destaca que las plataformas de intercambio desempeñan un papel dominante en los mercados de criptomonedas, ya que se definen como nodos clave del ecosistema cripto. La mayoría de estas plataformas están poco reguladas y muchas tienen su sede en centros financieros offshore. A diferencia de los bancos y otros intermediarios financieros adecuadamente regulados, las plataformas de intercambio de criptomonedas proporcionan información limitada y a menudo incoherente.
Por ejemplo, las cadenas de bloques públicas ofrecen un historial completo de todas las transacciones y la cantidad de criptomonedas que posee cada dirección de monedero individual, pero la propiedad de los monederos no suele revelarse. En este sentido, Theodore admite que no es de extrañar que el informe del BPI destaque el elevado riesgo de los intercambios de criptomonedas, señalando la necesidad de una evaluación adecuada del riesgo crediticio de estas instituciones, incluida su liquidez y capacidad de absorción de pérdidas.
Según su análisis, hay tres retos clave para los dirigentes políticos:
La digitalización actual de las finanzas y el interés por las DeFi (Finanzas descentralizadas) podrían estimular el crecimiento del sistema financiero sumergido decriptomonedas, por lo que este segmento exige una regulación y supervisión proactivas y con visión de futuro.
Las criptomonedas se originan fuera del sistema financiero tradicional, pero sus riesgos podrían trasladarse fácilmente a los bancos y otros intermediarios financieros. Lo que de nuevo requeriría más claridad regulatoria en torno al proceso.
Es necesario abordar los importantes vacíos de información, que pueden socavar la capacidad de regular y supervisar las criptodivisas de forma integral. Una posible vía es la «supervisión incorporada», que aprovecha la información en las finanzas basadas en el libro mayor distribuido.
La normativa sobre las criptomonedas se va consolidando
Theodore recuerda que las autoridades piden que los mercados de criptomonedas se regulen de acuerdo con los marcos existentes para los mercados bancarios y financieros tradicionales. «Pero si bien es importante presentar nuevas iniciativas de regulación, es fundamental que el proceso de aprobación se complete rápidamente a través de todos los trámites políticos, de procedimiento y legales. Porque, estimulados por el rápido avance de la tecnología subyacente y los enfoques innovadores, los mercados de criptomonedas avanzan a pasos agigantados. Esto trae consigo una enorme volatilidad, incertidumbres en la gestión del riesgo y, sobre todo, la posibilidad de que los criptocriminales y los Estados rebeldes se aprovechen de la situación», asegura.
Sobre este último punto, destaca que los gobiernos y los reguladores advierten con razón que Rusia, a modo de venganza y sin ningún tipo de reparo, es probable que busque formas de eludir las estrictas sanciones financieras y económicas a través de los mercados de criptomonedas.
La UE está a la vanguardia de los esfuerzos de regulación de las criptomonedas. En septiembre de 2020, la Comisión Europea lanzó su propuesta de Reglamento de los Mercados de Criptoactivos (MiCA), que se espera que sea aprobado por el Parlamento Europeo a finales de este año o principios del próximo y que se aplique a comienzos de 2024. El proceso de aprobación, excesivamente largo, no es óptimo en mi opinión, pero una finalización positiva será un verdadero progreso.
Según resume Theodore, el Reglamento MiCA exigirá que las criptomonedas cumplan las mismas de transparencia, divulgación, concesión de licencias, cumplimiento, autorización y supervisión que otros productos financieros, al tiempo que armonizará el marco jurídico de las criptomonedas en los 27 Estados miembros de la UE. Una mejor regulación y supervisión debería mejorar la confianza de los inversores en este mercado. Es importante destacar que el MiCA también introducirá un pasaporte de la UE que permitirá a las plataformas de criptomonedas y a otros proveedores de servicios de fuera de la UE solicitar licencias en los 27 países.
La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) ha acusado a S&P Global Ratings de infringir las normas sobre conflictos de interés diseñadas para evitar que las consideraciones de ventas y marketing influyan en las calificaciones crediticias.
Según concluye el regulador norteamericano en su orden, un emisor contrató a S&P para calificar una transacción de valores respaldados por hipotecas residenciales jumbo en julio de 2017 y, durante un período de cinco días en agosto de 2017, los empleados comerciales de S&P intentaron en varias ocasiones presionar a sus compañeros de análisis para que calificaran la transacción de acuerdo con la información preliminar que los empleados analíticos habían dado al cliente y que resultó incluir un error de cálculo.
El documento explica que, a pesar de enviar las comunicaciones a través del departamento de cumplimiento, tal y como exigían las políticas y procedimientos de S&P en aquel momento, algunos correos electrónicos enviados por los empleados comerciales de S&P al equipo de analistas contenían declaraciones que reflejaban consideraciones de ventas y marketing. Además, el auto concluye que, como resultado del contenido, la naturaleza urgente, el alto volumen y el tiempo comprimido de las comunicaciones, los empleados comerciales de S&P se convirtieron en participantes en el proceso de calificación durante un tiempo en el que estaban influenciados por consideraciones de ventas y marketing.
«Las NRSRO tienen prohibido emitir o mantener una calificación crediticia cuando una persona que participa en actividades de venta y comercialización trata de influir en la determinación de la calificación. Las agencias de calificación crediticia desempeñan un papel sistémicamente importante en los mercados de productos estructurados, y las leyes federales de valores les exigen que aíslen sus funciones analíticas de la influencia de consideraciones comerciales”, ha explicado «, Osman Nawaz, jefe de la Unidad de Instrumentos Financieros Complejos de la SEC.
Tras descubrir las circunstancias que rodeaban la calificación de la transacción, S&P autodenunción la conducta en cuestión a la SEC, cooperó con la investigación de la SEC y adoptó medidas correctoras para mejorar sus políticas y procedimientos en materia de conflictos de interés.
La orden concluye que, al emitir y mantener estas calificaciones crediticias, S&P violó ciertas normas promulgadas en virtud de la Ley de Intercambio de Valores de 1934, que prohíben los conflictos de interés en las NRSRO, y tampoco estableció, mantuvo y aplicó políticas y procedimientos escritos diseñados para garantizar el cumplimiento de dichas normas. Sin admitir ni negar las conclusiones de la SEC, S&P acordó resolver este asunto mediante el pago de una multa de 2,5 millones de dólares y aceptando la introducción de una orden de cese y desistimiento, una censura y el cumplimiento de determinados compromisos.