No nos esperan meses fáciles, sino todo lo contrario. Con los datos en la mano, este es el peor año desde 1949. Tanto las acciones como los bonos han sufrido caídas a la vez, por lo que también ha sido el peor año para quienes confiaron en el modelo de asignación de activos equilibrado tradicional (40%-60%), con pérdidas medias de alrededor del 20-22%.
Una alternativa para hacer frente a este escenario es la asignación en función de los objetivos de rentabilidad y riesgo de la cartera, no por clase de activos. Además, al gestionar sin índices de referencia, y, por ende, sin sus limitaciones de asignación, se pueden seleccionar oportunidades individuales a nivel mundial, en diferentes sectores y clases de activos, incluidos los alternativos o no convencionales.
Este estilo de gestión fue diseñado precisamente para hacer frente a una nueva era en los mercados, que esperábamos que se manifestara con el fin de las políticas monetarias expansivas y la fase deflacionaria. Por supuesto, no podíamos prever dos cisnes negros como una pandemia y una guerra en Europa, pero incluso en un entorno más complejo de lo esperado, el enfoque está demostrando su eficacia, que el mercado podrá evaluar a lo largo de los tres años de histórico.
Tal vez hay quienes optan por tener más agilidad en el lanzamiento de nuevos productos, pero al querer centrarnos en instrumentos que no se basan en un índice de referencia, sino que se fundamentan en objetivos, las evaluaciones que acompañan al lanzamiento de un instrumento son diferentes y te obligan a analizar cuidadosamente el momento del debut de un fondo. Por ejemplo, lanzar un producto de renta fija hace dos años no habría tenido sentido. Hoy en día, las condiciones para presentar en el mercado un instrumento de renta fija con características orientadas a objetivos son más favorables.
Objetivamente hablando, se están creando oportunidades interesantes, y estar presente con un fondo que no razona según la lógica tradicional del índice de referencia será ventajoso. Los treinta años de vientos favorables de los que se beneficiaron los mercados han terminado. El entorno económico actual es más complejo y se caracterizará por la «escasez» en muchos aspectos. Y, por lo tanto, también las «oportunidades». Por ello, la gestión activa resulta crucial.
Encontrar oportunidades cuando todo parece ir en la misma y difícil dirección es el gran reto que debe asumir un gestor y, en mi opinión, en este contexto ser una boutique permite una mayor flexibilidad y rapidez de reacción.
Ciertamente, la pandemia ha generado un aumento de la liquidez, pero la «huida» hacia activos gestionados por profesionales debemos leerla como una reacción a las dificultades de esta fase, que ha visto una tendencia negativa del mercado. Por ahora, como gestores, tenemos que responder contra el aumento de la inflación y pronto contra la recesión. Será el momento de ofrecer una gestión activa todavía más eficaz.
Tribuna elaborada por Giordano Lombardo, CEO de Plenisfer Investments.
Los gestores e inversores europeos han recuperado el optimismo al mirar al mercado de renta fija. En particular, consideran que los rendimientos de la deuda pública vuelven a ser relativamente atractivos, según apunta el informe mensual de Cerulli Associates titulado The Cerulli Edge-European Monthly Product Trends.
Según recoge el documento, los fondos de renta fija llevan varios años sin interesar a los inversores en Europa y siguen ese camino en 2022, dado que la inflación sigue siendo una variable clave para los mercados y los bancos centrales están aumentando los tipos de interés. La especulación sobre hasta dónde subirán los bancos centrales los tipos para controlar la inflación está afectando al atractivo de la renta fija.
«El entorno de mercado de los últimos años que premia positivamente la renta variable y las estrategias de mayor riesgo ha alejado a los inversores de la renta fija. Por otro lado, los fondos de bonos soberanos podrían recuperar cierto espacio en las carteras como diversificador de los rendimientos y medio de generación de ingresos a corto y medio plazo», afirma Fabrizio Zumbo, director de investigación de Cerulli Associates.
Las estrategias de alto riesgo están empezando a ser sustituidas por opciones de inversión más seguras, como la deuda pública emitida por los gobiernos de Estados Unidos y Europa. El mercado creció a una CAGR del 16,8% durante el período de tres años hasta 20211, pero un rendimiento de la inversión inferior al esperado ha limitado el crecimiento de los activos en el sector. Por ejemplo, el índice FTSE World Government Bond, que mide el rendimiento de la deuda de tipo fijo, en moneda local y con grado de inversión de más de 20 países, había bajado un 10,2% a 31 de agosto de 2022, en base a la cobertura en libras esterlinas.
No obstante, los proveedores de productos que operan en todo el mercado de fondos europeo han seguido desarrollando sus conjuntos para atraer a los inversores locales, y algunos gestores tratan de abordar el vacío existente en los productos de renta fija sostenible, por ejemplo, con nuevos fondos de bonos gubernamentales climáticos y estrategias de bonos gubernamentales del artículo 8 gestionados activamente.
Aunque el apetito por los productos de renta fija soberana de los mercados emergentes se enfrió durante los primeros ocho meses de 2022, en respuesta a la percepción de un mayor riesgo en comparación con la deuda soberana emitida por los mercados desarrollados, el mercado de bonos de China es ahora el segundo más grande del mundo y se espera un aumento de la propiedad extranjera a medida que mejore la representación en los índices de bonos globales.
«Podríamos ver que los productos de deuda soberana vuelven a ser favorables a largo plazo, dada la dinámica actual del mercado y la cultura de inversión conservadora en algunas partes de Europa. Los gestores que persistan en la puesta a punto de los productos a pesar de la continua incertidumbre económica podrían encontrar oportunidades atractivas en el espacio de la renta fija», concluye Zumbo.
Foto cedidaAntoine Fabre y Valentin Vigier, analistas ISR en La Financiere de l'Echiquier (LFDE)
La inversión sostenible no ha parado de crecer, pero aún se sigue enfrentando a viejos prejuicios enquistados que ponen en duda su posibilidad de obtener rentabilidades atractivas o su capacidad de impactar positivamente, entre otros. Una de las principales herramientas para combatir el miedo y las dudas es la educación, un recurso que tienen muy presente desde La Financiere de l’Echiquier (LFDE). “Compartimos conocimiento con nuestros clientes, por eso lanzamos programas específicos. En 2019 comenzamos con la escuela ISR, con la que hemos entrenado a más de 200 personas”, detalla Antoine Fabre, analista ISR de LFDE, en una entrevista con Funds Society en su sede de París. Entre sus otras iniciativas pedagógicas se encuentra “Climate School”. “La idea es dar conocimiento sobre el cambio climático y cómo los fondos pueden abordarlo. La gente duda sobre cómo puede generar impacto a través de la inversión, y es importante compartir qué impacto podemos tener como inversores”, añade Fabre.
La otra respuesta para calmar las inseguridades se basa en los resultados de los vehículos, con los que los clientes “verán que podemos tener rentabilidad en la ESG e impacto al mismo tiempo”, detalla el experto. Según Fabre, la clave de las inversiones de impacto reside en la intencionalidad. “Cuando hablamos de impacto, no puedes decir que a final de año has salvado 100 vidas, o “x” animales, debes tener una intencionalidad al principio del año”, explica. Si fuese así, todo fondo podría decir que tiene un impacto, advierte. “Para nosotros tener impacto implica tener intencionalidad, por eso solo tenemos tres fondos de impacto, que requieren mucho trabajo”, explica.
Greenwashing y la heterogeneidad de los datos
Parece que la industria se ha teñido de verde, sin embargo, no todos los verdes son auténticos y se han usado para cubrir otros colores menos saludables para el planeta y la sociedad. La regulación juega un papel clave en la lucha contra el eco-blanqueamiento o el greenwashing, sin embargo, aunque estamos en el buen camino, aún queda mucho que recorrer. Según explica Fabre, debido al nivel incipiente de desarrollo que tiene la taxonomía, aún no ha tenido un gran impacto en la reducción del greenwashing.
“Lo que esperamos ahora es que cuando las compañías publiquen su alineación con la taxonomía en su informe anual de 2022 (que será alrededor de abril 2023), tengan que incluir muchos detalles, eso será importante. También lo será esperar a los otros cuatro objetivos que no han sido revelados por parte de la Comisión Europea, porque las partes de las actividades europeas que son elegibles por taxonomía son muy pequeñas, por ejemplo, no hay nada de economía circular o biodiversidad. Tendremos que esperar a esto para entender qué compañías informarán y cómo se usarán los datos”, detalla.
Otro de los temas que Fabre considera destacables es la heterogeneidad entre los diferentes proveedores de datos. Según relata, en su informe sobre el clima de este año decidieron publicar la elegibilidad según taxonomía de sus fondos usando dos fuentes de datos, una de su proveedor (Carbon4 Finance) y otra del MSCI. “Queríamos compartir con nuestros clientes que los números son muy diferentes, no se apoyan en las mismas hipótesis porque no tenemos los datos de las compañías. Da como resultado, por ejemplo, que tengas un 50% de elegibilidad con un proveedor de datos y un 20% con otro. El greenwashing no se ha acabado, pero creo que toda la regulación, MIFID y taxonomía, ayudará en los próximos años”, señala.
En este sentido, el experto insiste en la necesidad de establecer controles ante la falta de precisión en algunos puntos. “La taxonomía tiene partes específicas y claras que tienes que respetar, pero hay partes que dan lugar a interpretación, lo que deriva en que dos compañías iguales podrían tener pequeñas diferencias entre el grado de interpretación de los datos, por lo que las audiencias serán importantes. La idea es tener homogeneidad”, explica.
Fabre también destaca la importancia de los tiempos en cuanto a la aprobación de nuevas regulaciones. “Es importante porque, por ejemplo, la taxonomía no funciona por sí sola, está ligada a MiFID II, y es importante que venga junta”, señala. En cuanto a estas dos normativas, Fabre admite que hablar de ellas es muy difícil. “Creo que en el lado de las compañías está bien y en el lado del inversor está yendo mejor, aunque hay mucho trabajo por hacer. Sin embargo, los clientes están muy lejos de estar listos para hablar de estos temas. Es por ello por lo que los workshops son tan importantes”.
Acceso a los datos, un camino cada vez más ameno
Uno de los mayores retos a la hora de realizar inversiones sostenibles reside en la disponibilidad de datos. Desde LFDE consideran que las compañías están aumentando la información no financiera que proveen, gracias, según destaca Fabre, a la regulación. Sin embargo, el experto también destaca cómo en los últimos 5/10 años, las entidades entienden que desde el lado de los inversores se espera que den esta información. “Tenemos acceso a muchos datos, particularmente en las compañías grandes. Cuando tratamos con pequeñas es más difícil, pero cuando practicas engagement tienes mucho acceso a los datos, puede que no estén publicados, pero al final sí puedes acceder a ellos”, explica.
Polémica inclusión de gas y energía nuclear
Respecto a la polémica de la inclusión del gas y la nuclear en la taxonomía, Fabre matiza que no todo el gas puede entrar y que en esencia no cambiará el objetivo de la normativa. “El mercado de la electricidad en Europa es difícil y la taxonomía en general no está bajo presión con la inclusión de la nuclear y el gas porque no cambiará cómo los inversores usarán esta herramienta y entienden el enfoque de las compañías”, aclara. “Muy pocas cambiarán su porcentaje de elegibilidad y alineamiento por la inclusión de la nuclear y el gas”, añade. En este sentido, el experto acepta que es importante que la taxonomía vaya adelante y señala que ya más tarde se podrán hacer retoques y ver qué pasa con la nuclear y el gas.
“En el MSCI Europe, hay alrededor de un 20% de elegibilidad y un 2 o 3% de alineación. Cuando estás en el lado del inversor y el cliente, por supuesto que esperas más y es difícil encontrar compañías. Por ello es importante que la gente entienda que es difícil tener un 100% o 50% de alineación, pero también que las compañías entiendan que se espera que hagan su trabajo para conseguir los objetivos”, advierte Fabra. Por ello considera que en los años venideros las compañías harán un gran esfuerzo para estar alineadas y ser elegibles.
Respecto, a la puesta en marcha de una taxonomía social, Fabre señala que las compañías no están preparadas para toda la taxonomía climática o verde, por lo que es pronto para hablar de la taxonomía social, aunque considera importante que la UE continúe trabajando en ella. “Cuando eres una compañía que estás trabajando en un campo que no es elegible por la taxonomía ambiental, pero estás trabajando mucho por tener impacto en aspectos sociales, tienes que ser reconocido por el mercado y ser elegible. Lo verde es importante, pero lo social también”, añade. “Trabajar por terminar bien la taxonomía verde es muy importante, en 2024 tendremos una buena muestra de cómo es, y la idea es tener una social justo después”.
Biodiversidad: un reto climático clave
Uno de los temas relacionados con la sostenibilidad en los que se ha centrado LFDE es la biodiversidad. La comunidad internacional en biodiversidad ha medido que necesitamos entre 150.000 y 400.000 millones de inversiones en biodiversidad cada año, actualmente se invierten 3. “Creo que hay una falta de inversión privada en biodiversidad y realmente creemos que tenemos un rol que jugar. Necesitamos abordar este reto, con el que también tendremos un impacto en la economía real”, señala Valentin Vigier, miembro del equipo de análisis ISR de la entidad.
“Hace poco más de dos años, cuando estábamos trabajando en la estrategia climática, nos dimos cuenta de que teníamos que desarrollar una metodología que nos permitiese identificar el futuro líder de estos temas y las compañías que trabajarán por evitar los grandes problemas de biodiversidad”, apunta.
Según relata, al invertir en estos temas identifican tres tipos de compañías: las que proveen soluciones, los pioneros y las compañías en transición. “Respecto a estas últimas, si las encontramos, seguimos y estamos seguros de que completan la transición, son las compañías con las que podremos tener más impacto”.
Al hablarlo con los inversores, Vigier lamenta que se trata de un tema que es nuevo y más difícil de reportar para las compañías. “Por ejemplo, el clima es un tema que entienden mejor, más conocido, es más fácil de medir porque tienes menos indicadores, una lengua común, y puedes reportarlo fácilmente. La biodiversidad es más específica”, aclara.
En cuanto a las mayores amenazas para la biodiversidad, Vigier señala a los ecosistemas que nos proveen con servicios gratis como el océano o los bosques, que absorben CO2, o la polinización, que, por ejemplo, si la hiciésemos de forma artificial costaría 15.000 millones al año. “El coste de la inacción, la degradación de la biodiversidad, supondrá 500.000 dólares al año. Algunas compañías dependen más de estos ecosistemas (agricultura, construcción…) si hay menos recursos, su modelo de negocio se verá amenazado. Un día tendremos que pagar y es mejor anticiparse y elegir la mejor estrategia”, concluye.
Aunque la incertidumbre relacionada con los niveles de inflación y la recesión sigue primando a corto plazo, los mercados de activos financieros ofrecen en estos momentos las mejores rentabilidades a largo plazo en más de una década, impulsados por unas valoraciones más bajas y mayores rendimientos, de acuerdo con el informe Long-Term Capital Market Assumptions (LTCMA) para 2023 de JP Morgan Asset and Wealth Management.
Las perspectivas, elaboradas por más de 90 expertos que analizan más de 200 clases de activos y estrategias, ofrecen una mirada a largo plazo de los riesgos y rentabilidades de los mercados. En la edición de este año, la rentabilidad anual prevista para una cartera de acciones y bonos 60/40 en dólares durante los próximos 10 a 15 años salta del 4,30 % previsto el año pasado al 7,20 % actual, explicó Grace Peters, responsable de Investment Strategy EMEA de J.P. Morgan Private Bank.
Tanto las acciones como los bonos contribuirán a este aumento en rentabilidad, después de que el rendimiento de los bonos globales se haya triplicado este año y llegara a su nivel más alto desde la crisis de 2009.
Por otra parte, la renta variable ya no está cara, sin que se hayan visto afectados los fundamentales de las empresas. Y los activos alternativos demostraron su gran utilidad este año y en la firma siguen pensando que son “esenciales en las carteras de cara al futuro”, añadió Peters.
Aunque se espera que los niveles de inflación se mantengan elevados en los próximos dos años, existen motivos para pensar que el alza de precios no será permanente, y a 10 años la firma de hecho lo sitúa en torno al 2,6 %.
Crecimiento y globalización
Respecto de las perspectivas de crecimiento real a largo plazo, Thushka Maharaj, Multi Asset Strategist, indicó que se mantienen relativamente estables. Para Estados Unidos prevén un crecimiento del PIB real del 1,6 % (frente a 1,7 % en las LTCMA de 2022), del 1,1% (1,2%) para la eurozona, y de un 4,0 % para China (4,2 %). Acompañado además de la noticia positiva del aumento de la productividad a nivel global.
En cuanto a la inflación, las previsiones son algo más negativas, con un 2,6 % para EE.UU. y un 1,8 % para la eurozona (frente a 2,3 % y 1,5 % en 2022), por lo que es necesario tener en cuenta esta mayor volatilidad a la hora de conformar las carteras, añadió.
El análisis de este año de JP Morgan AM incluye también dos artículos temáticos que abordan algunos de los problemas más importantes para los inversores: sobre la evolución demográfica hacia una población de 10.000 millones de personas y sobre el futuro de la globalización.
Maharaj subrayó que no creen que el mundo se encamine hacia el fin de la globalización, sino hacia una evolución de la misma, que verá ralentizarse el intercambio de bienes en los próximos 10 a 15 años pero aumentar el de servicios. “Esperamos que los gobiernos se enfoquen más en la autosuficiencia nacional en detrimento de la pura globalización, lo que hará surgir una globalización más multipolar”, dijo, pero también una gran necesidad de inversión de capital.
Esta mayor necesidad de inversión a la vez que desaparece la liquidez que aportaban los bancos centrales contribuirá a una vuelta a la normalización en la asignación de activos y ofrecerá oportunidades a la inversión activa en un entorno de dispersión de rentabilidades.
Una visión positiva
“Es posible que la dolorosa caída en los mercados de acciones y bonos en 2022 aún no haya terminado, pero a largo plazo observamos que las turbulencias de este año están creando las oportunidades de inversión más atractivas que hemos visto en una década”, ha señalado a su vez John Bilton, responsable de Global Multi-Asset Strategy en J.P. Morgan Asset Management. “Si bien los mercados siguen presentándose desafiantes a corto plazo, por primera vez en años los inversores tienen a su disposición un completo conjunto de carteras con previsiones de rentabilidad muy positivas en activos que cubren todos los niveles de riesgo”.
“Este ha sido un año adecuado para estar en el búnker –añadió-. Pero si te quedas demasiado tiempo en el búnker, te pierdes el momento en el que se asienta el polvo”. Teniendo en cuenta que estas son previsiones a largo plazo, es el momento de reconfigurar las carteras, después de ver este año una normalización de la política monetaria que ha afectado al mercado pero encuentra a las empresas con buenos fundamentales. “El mercado se ha vuelto más atractivo”, resumió Bilton.
Las Long-Term Capital Market Assumptions ayudan a la toma de decisiones en multi-activos de JP Morgan y proporcionan información para las conversaciones de la gestora con sus clientes durante todo el año. Puede consultar el informe completo 2023 en este enlace.
Se han cumplido diez años desde que Cecabank empezase a operar en 2012. Actualmente, el banco se centra en los Securities Services en España y Portugal y es proveedor de servicios financieros, de pagos y tecnológicos.
La entidad cuenta con más de 297.700 millones de euros en activos custodiados a cierre de 2021 y un patrimonio depositado de 213.600 millones de euros procedentes de más de 40 sociedades gestoras y alrededor de 8 millones de inversores. Estas cifras son reflejo del crecimiento de la entidad en estos diez años, lo que consideran es fruto de su alto grado de especialización y la incorporación constante de procesos de innovación y digitalización al negocio.
La sólida solvencia de la entidad es otro de los parámetros que ha registrado una gran evolución: ha pasado desde el 18,4% en CET1 de 2012 a cerrar 2021 con un 30,1%, uno de los más altos del sistema bancario español.
Durante esta década la entidad ha alcanzado acuerdos estratégicos con partners como Visa, Cardtronics o Diebold-Nixdorf y ha reforzado su base de clientes y su porfolio de servicios para ir por delante de las nuevas exigencias del mercado. El pasado ejercicio la entidad alcanzó un resultado después de impuestos de 69,2 millones de euros, el mejor dato desde 2017, y cerró con un activo total de 17.197 millones de euros.
Cecabank busca generar valor para sus clientes y la sociedad, por lo que trata de apoyar a los clientes en sus proyectos para que alcancen sus objetivos de negocio, garantizando su nivel de satisfacción y calidad.
La agencia de calificación Fitch ha mejorado en 2022 el rating a largo plazo de Cecabank, que pasa de BBB- a BBB, con una perspectiva estable. Fitch valora los acuerdos alcanzados en los últimos dos años con sociedades gestoras y otras entidades que han permitido fortalecer el negocio de custodia y depositaría de Cecabank, así como su posición en dicho mercado.
El décimo aniversario de la entidad coincide con el primer año del plan estratégico 2022-2024, que apuesta por la transformación para consolidar el crecimiento y posición de liderazgo de la entidad. La hoja de ruta corporativa pone el foco en seguir impulsando y creando valor en los negocios de Securities Services, pagos y tesorería.
Desde finales de 2021, la entidad ha trabajado en la elaboración del plan de sostenibilidad 2022-2024, que da respuesta a las nuevas demandas de stakeholders y orienta a la entidad al cumplimiento de las mejores prácticas.
Cecabank se ha fijado como objetivo estratégico el cumplimiento de expectativas de los grupos de interés en los tres pilares básicos de la sostenibilidad (ambiental, social y gobierno). La entidad y sus empleados garantizan su compromiso con la promoción de proyectos dirigidos a generar un impacto positivo en la sociedad.
José María Méndez, consejero delegado de Cecabank, hace balance de estos diez años: “Durante esta década la entidad ha sabido reorientarse a los cambios del mercado y a las necesidades de nuestros clientes, lo que nos ha permitido ser el principal depositario ibérico y un referente como proveedor de servicios financieros, de pagos y tecnológicos B2B. Ante el contexto actual de incertidumbre y grandes desafíos, desde Cecabank contamos con un sólido modelo de negocio basado en la especialización y en el trabajo de grandes profesionales que nos permite anticiparnos a los cambios e identificar nuevas oportunidades de negocio”.
En 2021, las inversiones de impacto europeas alcanzaron los 80.000 millones de euros en total, un 26% más respecto al año anterior. Aunque el ritmo de crecimiento es elevado no es suficiente para alcanzar los bjetivos de desarrollo sostenibleestablecidos para 2030. Esta es la principal conclusión que se desprende del primer informe que dimensiona con criterios armonizados el mercado europeo de inversiones de impacto elaborado por la red europea de inversión social (EVPA) y el Global Steering Group for Impact Investment (GSG), nacido del G7. SpainNAB, el consejo asesor para la inversión de impacto en España, junto a su socio académico, el Esade Center for Social Impact, han participado activamente en la armonización de la metodología empleada, siendo España el primer país en pilotar la encuesta armonizada.
Este estudio es un trabajo conjunto de EVPA y el GSG, aunque también ha contado con la participación los consejos asesores de Francia, Italia y Holanda junto con España. Las conclusiones han sido presentadas el 1 de diciembre en el evento ‘Impact Week’ en Bruselas, en el que ha participado Jose Luis Ruiz de Munain, director general de SpainNAB.
El estudio analiza el mercado europeo de inversión de impacto directo, es decir, aquellas inversiones realizadas directamente en empresas que abordan retos sociales y medioambientales, que ascienden a 80.000 millones de euros. A pesar de que los activos bajo gestión europeos de inversión de impacto en mercados privados crecieran un 26% entre 2020 y 2021, todavía representan el 0,5% del mercado europeo de inversión directa.
El informe indica que más de una cuarta parte del capital procede de inversores particulares, una tendencia impulsada por los países con normativas favorables, que han democratizado el acceso a productos financieros sostenibles y de impacto cada día más demandados por la sociedad. Esto indica que los legisladores, tanto nacionales como europeos, tienen un papel fundamental a la hora de facilitar el acceso a la financiación de los inversores minoristas.
En cambio, los activos de dotación de las fundaciones y los particulares con grandes patrimonios son todavía minoritarios, y representan un potencial sin explotar de recursos que podrían movilizarse para apoyar los fondos de impacto. La financiación de la UE representa el 5% de la financiación disponible para los inversores de impacto. Esto va en una dirección positiva, creciendo desde el 1% en 2020, y refleja el mayor compromiso del Fondo Europeo de Inversiones para desplegar fondos de la UE en coinversiones público-privadas.
Una metodología armonizada
Desde 2018, SpainNAB y el Esade Center for Social Impact trabajan en conjunto para generar conocimiento sobre las claves y el potencial de la inversión de impacto, con el objetivo de que el sector en España crezca con rigor y transparencia. Para ello, realizan una intensa labor divulgativa, mediante la publicación de informes anuales, en 2021 y 2022, que dimensionan el mercado de impacto en España. La última publicación realizada ha sido la traducción al inglés del informe “La inversión de impacto en España en 2021”. La metodología inicial se basó en mantener conversaciones con otros países y la EVPA, así como con el propio ecosistema español, lo que sirvió como punto de partida para los esfuerzos de armonización que han dado como resultado este último informe.
Para seguir avanzando, la iniciativa trata de involucrar a diferentes actores en España alrededor de debates clave, como el tratamiento de los activos cotizados, las variables de segmentación o la recopilación continua y coherente de datos. De esta manera, se logrará tener una base sólida en España y en Europa para avanzar hacia el pleno potencial del sector para la transformación de la sociedad.
Este informe es una palanca más para crear una mayor transparencia en torno a las tendencias y prácticas de la inversión de impacto y a cuantificar su impacto transformador en la sociedad y el planeta. También permite generar una línea de base homogénea, creíble y reconocida en toda Europa con la que medir el progreso. Se trata de un primer paso fundamental para movilizar a más proveedores de capital interesados en desempeñar un papel más importante en el espacio de impacto.
Puede acceder al informe completo a través de este link.
Casi el 80% de las entidades gestoras de planes de pensiones en España proponen eliminar o limitar la norma que permitirá en 2025 la liquidez en las aportaciones con diez años de antigüedad, para evitar que los partícipes utilicen sus prestaciones para necesidades de financiación a corto plazo y con finalidades distintas de la previsión social, según los datos que refleja la XIII Encuesta sobre Planes de Pensiones Individuales elaborada por el Observatorio Inverco.
Además, una inmensa mayoría de las gestoras que operan en España (95%) cree que los planes de pensiones no están suficientemente incentivados, como alternativa de ahorro para la jubilación, en comparación con el resto de países de la Unión Europea. De nuevo, casi la mitad de las gestoras (45%) apunta a una mejora de la fiscalidad en la prestación y, en segundo lugar, a recuperar los antiguos y mayores límites de las aportaciones, como medidas más efectivas para incentivar el ahorro a través de estos productos.
Con respecto a la nueva Ley para el impulso de los planes de empleo, el 68% de las entidades echa en falta estímulos que la permitan funcionar y tener un elevado desarrollo, y el 24% considera que no aporta ninguna novedad a lo que ya está en la actualidad. Es decir, sólo el 8% de entidades valora positivamente la iniciativa y cree que va a impulsar el sector.
Caídas por la reducción de los límites desgravables
Más de siete de cada diez gestoras de planes de pensiones (71%) prevén una caída por encima del 10% en las aportaciones brutas en su entidad durante esta campaña de pensiones, como consecuencia de la reducción del límite desgravable de las aportaciones, de 2.000 euros a 1.500 euros, que entró en vigor el pasado 1 de enero de 2022, incluso un 14% eleva esa previsión de caídas por encima del 30%. Con respecto al volumen de aportaciones netas, que ya en 2021 tuvo un saldo negativo de 92 millones de euros, cuando entró en vigor la caída en los límites de aportaciones de 8.000 euros a 2.000 euros, el 78% de las entidades cree que esa cifra seguirá empeorando este ejercicio, frente al 22% que cree que se mantendrán.
Precisamente, casi ocho de cada diez entidades apuntan a la reducción en el límite desgravable en las aportaciones a planes individuales como el principal motivo de esa caída esperada, seguido por la reducción de la renta de las familias. El 41% de las gestoras apunta a los planes de pensiones garantizados como los más demandados en 2022, desbancando así a los productos de renta variable mixta, que fueron los preferidos el año pasado, pero que en este ejercicio caen del 50% al 23%, viéndose superados también por los vehículos de renta fija mixta (27%).
Categorías más demandadas
El 24% de las gestoras explica que el volumen medio de inversión por partícipe acumulado en planes individuales en su entidad supera los 15.000 euros, aunque para otro 24% está por debajo de los 9.000 euros. Estas cifras contrastan con las del volumen medio de la inversión por partícipe acumulada en planes de empleo, donde el 46% de entidades lo sitúan por debajo de los 9.000 euros.
Con respecto a qué porcentaje de aportaciones a planes de pensiones se realizan fuera del último trimestre, más de la mitad de las gestoras (54%) apunta a más del 35% de los clientes, frente a un 23% que señala que menos del 15% hace aportaciones a lo largo del año. En este sentido, siete de cada diez entidades apuestan por el desarrollo de campañas comerciales sobre las ventajas de las aportaciones periódicas, como mejor medida para fomentar que se desestacionalice la campaña de pensiones, por delante de la utilización de simuladores de cálculo de la pensión y de la puesta a disposición de ejemplos en formato online.
Fiscalidad en las aportaciones, factor más valorado
El 71% señala a la fiscalidad en las aportaciones como factor que más valoran los partícipes, por delante de la rentabilidad, sobre todo en el largo plazo, y la gestión profesional de estos vehículos. Precisamente, tras la iliquidez de estos productos (aunque exista a diez años), los cambios sucesivos en materia fiscal, por las sucesivas reducciones en los límites de las aportaciones desgravables y la propia fiscalidad en las prestaciones, se perciben como los siguientes factores más negativos para los partícipes.
Apuesta por herramientas de simulación y más oferta de productos ESG
Mas de dos terceras partes de las gestoras (68%) ofrece alguna herramienta en su página web que permite simulaciones de la pensión pública estimada en el momento de la jubilación, frente al 56% del año anterior, y el porcentaje se eleva hasta el 73% al referirse a entidades que disponen de herramientas de cálculo del capital acumulado en el plan de pensiones en el momento de la jubilación.
Además, casi dos terceras partes (64%) cuentan con algún producto invertido en base a criterios ESG (clasificado como artículo 8 ó 9), aunque para el 36% de las entidades, estos productos representan todavía menos del 10% el volumen de patrimonio gestionado, frente a un 29% de las gestoras de las que invierten en este tipo de planes que ya cuentan con más de un 50% de su volumen total canalizado a través de productos ESG.
José Luis Manrique, director de Estudios del Observatorio Inverco, explica que “aunque cada vez existe mayor oferta de producto en base a criterios ESG, todavía un 77% de las entidades cree que no se ha incrementado el interés de los partícipes por contratar planes de pensiones que inviertan con estos criterios, siendo los centennials y millennials como las generaciones más concienciadas con la necesidad de invertir en base a criterios de sostenibilidad”.
En esta nueva edición han participado entidades que representan el 96,9% del patrimonio total invertido en planes de pensiones individuales. Este sondeo refleja la percepción de las gestoras en función de distintos aspectos: el instrumento en sí, la comercialización en este final de año, el perfil del partícipe y su situación en el contexto actual.
El panorama económico actual, marcado por la guerra y la inflación, nos deja una perspectiva no del todo halagüeña de cara a los próximos meses. Esto se debe, en parte, al encarecimiento de los materiales, dificultando la construcción, así como los tipos de interés, frenando en consecuencia el apetito inversor en inmuebles inmobiliarios, así como la compra de estos por parte de particulares. DesdeAbencys, despacho de abogados y economistas, prevén ciertas problemáticas en cuanto a los inversores, los cuales pueden alejarse del mercado inmobiliario como consecuencia del aumento de los costes.
Según los últimos datos, España se encuentra en una situación de inflación del 6,2%. Estos supone un incremento de los costes de materiales y los intereses, haciendo que, en términos generales, la construcción de inmuebles se encarezca, provocando así, que el acceso a una vivienda sea más caro que en meses anteriores. Este fenómeno, puede ser un agravante a la hora de atraer nuevos inversores o compradores, los cuales optan por frenar su actividad. Esto, según expertos, puede provocar un cambio del ciclo alcista que se estaba viviendo hasta ahora.
Desde Abencys, alertan los posibles efectos adversos que pueda tener esta situación de inflación y su consecuente aumento del coste de la construcción, y de qué manera este escenario afectará al mercado inmobiliario. Según expertos de la firma jurídica, este es un panorama el cual puede traer consecuencias negativas en el sector inmobiliario y en consecuencia, al estado económico español en general.
En esta línea, Carlos Grande, socio de Abencys, apunta que, “si la inflación continúa aumentando, la construcción de vivienda nueva se encarece, esto puede, por un lado, frenar el interés de posibles compradores a la hora de adquirir la vivienda y a su vez, estas dos características pueden causar un descanso en las inversiones en activos inmobiliarios, especialmente en vivienda”. En definitiva, a pesar de la aprobación de la ley, algo que los expertos tienen claro es la posibilidad de que los inversores se vean negativamente afectados ante estas regulaciones.
Peligro de las inversiones inmobiliarias: una amenaza a nivel europeo
A pesar de que España está atravesando una situación delicada actualmente, no es el único país en un escenario adverso, estando casi la totalidad del continente europeo afectada por ello. Según datos del Banco Central Europeo, afirman que a un ajuste del 9% en los precios de la vivienda en la eurozona, encontrándose así en pleno proceso de reajuste, adaptándose al contexto actual.
Según Carlos Grande: «Estos datos deben de ser estudiados con cautela, puesto que el estado del mercado inmobiliario del resto de países miembros será clave para una posible recuperación del mercado y los datos de inversión”.
La banca tradicional se ha encontrado ahora con un gran competidor a nivel de usuarios y de productos: los neobancos. Esta nueva forma de entender la banca es capaz de tener alcance mundial de forma digital. Los usuarios que consumen entidades telemáticas tienen una oferta mucho más amplia que la banca tradicional por el hecho que pueden operar y realizar cualquier actividad financiera en cualquier parte del mundo y desde su dispositivo móvil.
Los bancos tradicionales se han dado cuenta del gran abismo que existía en cuanto a digitalización y la competencia tan importante que se les plantea ante la proliferación de neobancos que han comenzado a evolucionar sus aplicaciones móviles a un sistema mucho más responsive. La realidad es que, por mucho intenten avanzar a grandes pasos en la digitalización, los bancos digitales les ganan la partida al haberse desarrollado de manera virtual desde el primer momento.
Por ello, detrás de estas entidades 100% digitales, se encuentran empresas especializadas en desarrollo tecnológico y perfiles techie que evolucionan la forma de entender las finanzas.
Manuel Echevarría, director general de Foster Swiss, empresa de asesoría tecnológica y normativa, afirma que “un banco tradicional que quiere dar el paso a una banca digital, necesita de una consultora externa que les realice un estudio y análisis de su situación, audite sus tecnologías y entienda del mundo tecnológico para poder realizar un traspaso real y significativo que compita con los neobancos”.
La percibida proximidad de la finalización de políticas de tensionamiento monetario ha llevado a la bolsa a fortalecerse y al dólar a debilitarse, haciendo retroceder los índices de condiciones financieras hasta niveles próximos a los que se cotizaban este verano. Ante esto, la reacción de la Reserva Federal no se ha hecho esperar.
John Williams (Fed de Nueva York) comentó el lunes desde el Club Económico de Nueva York que «una mayor demanda de trabajo, una mayor demanda en la economía de lo que se pensaba anteriormente, y una inflación subyacente algo más elevada, sugieren una senda más alta para los tipos respecto a la manejada en septiembre». Por su parte, James Bullard, que de ser el miembro más dovish ha pasado a ser el más hawkish de la Fed, anunció que «los mercados están infravalorando el riesgo de que el FOMC tenga que ser más agresivo en lugar de menos para contener la considerable inflación que tenemos en Estados Unidos».
A estos avisos a navegantes se unió también el presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, que en una entrevista en Bloomberg dijo estar a favor de una disminución en la intensidad de las subidas, pero con un descargo de responsabilidad importante. Añadió que a pesar de ello será necesario mantener los tipos en pico de ciclo durante más tiempo.
Williams, que es vicepresidente del FOMC, se atrevió incluso a poner fechas a un hipotético inicio del ciclo de recortes de tipos que el mercado espera comience en noviembre de 2023. Argumentaba que veía «un punto, probablemente en 2024, en el que empezaremos a bajar los tipos de interés nominales porque la inflación está comenzando a remitir y querremos tener los tipos de interés reales adecuadamente posicionados».
Sus comentarios respecto a dónde debería ubicarse el nivel máximo de fed funds empujaron a los inversores a volver a descontar 4,9% en mayo (con el «mapa de puntos» de septiembre apuntando a 4,625%). También se vieron obligados a incrementar la presión sobre la pendiente negativa de la curva, con la de 2-10 años en -0,75% (cerca de los mínimos de -0,79% de hace una semana) y con la de 3 meses-10 años situándose en mínimos (-0,65%) desde el pinchazo de la burbuja tecnológica.
Con los tipos más altos durante periodos de tiempo más largos, la economía debería mantenerse de manera más prolongada en un entorno de bajo crecimiento.
Con estos antecedentes, los inversores estaban preparados para una presentación en la misma línea del presidente Powell en el Instituto Brookings.
Y aunque el tono del discurso fue más prometedor para los alcistas en bolsa que el de su conferencia de prensa posterior a la reunión de noviembre, sorprendió la explosiva reacción del mercado cuando el hecho de que pueda ralentizar el ritmo de tensionamiento en diciembre ya está descontado desde hace semanas.
Quizá el aspecto más relevante de la alocución estuvo en el comentario respecto a que la tasa terminal será solo «algo más alta» que la mostrada en el último gráfico de puntos. Esto contrasta con sus indicaciones a principios de mes respecto a la necesidad de llevar el pico de tipos para este ciclo mucho más arriba. No obstante, esto estaba también reflejado en la curva de futuros y de OIS (4,9% respecto a los 4,625% de la mediana de los «puntos», una única subida más sobre lo que ya descontaban los miembros de la Fed en septiembre).
El mensaje que subyace es claro: el techo puede estar más cerca, pero los tipos probablemente se mantengan ahí durante más tiempo. Esto significa que la Fed no va a recortar tan pronto como se espera (noviembre y diciembre 2023) y que, ante tipos reales por encima de la tasa natural R*, el crecimiento económico se enfrentará a vientos en contra.
Por eso, más allá del alivio que supone una menor incertidumbre respecto a los próximos pasos de la Fed refrendado por las fuertes subidas del miércoles, cabe preguntarse: ¿es el discurso de Brookings realmente tan alcista para la bolsa?
La probabilidad de que la subida de diciembre sea la última, al menos durante algún tiempo, ha aumentado. No obstante, como el propio Powell reconoce, la inflación en propiedad residencial/alquiler/renta equivalente al propietario seguirá subiendo hasta bien entrado 2023 y el mercado laboral seguirá estando excesivamente caliente a pesar de comenzar a mostrar síntomas de cansancio (sorprendente el repunte en el índice Challenger de despidos y la caída del subíndice de empleo del ISM).
Si bien es cierto que la creación de empleo ha pasado de unas 400.000 nuevas nóminas al mes los primeros siete meses del año a cifras algo inferiores a las 300.000 desde octubre, estabilizar la tasa de paro en un 3,7% (lejos del objetivo de 4,4% al que apunta la Fed a cierre del año próximo) exigiría un frenazo brusco hasta los 82.000 nuevos puestos al mes, asumiendo una tasa de participación sin cambios. Este propósito se presume ambicioso si tenemos en cuenta que, tras la actualización de esta semana, el mercado de trabajo en EE.UU. aún persigue cubrir 10,334 millones de vacantes (JOLTS), o 1,7x el número de desempleados, y, por lo tanto, el banco central norteamericano deberá drenar demanda de forma más notoria para estabilizar los índices de precios.
Respecto al dato de JOLTS, Larry Summers (ex secretario del Tesoro) dijo lo siguiente: «El informe de hoy muestra un mercado laboral que se está enfriando muy despacio y que probablemente seguirá estando extraordinariamente ajustado durante algunos meses. Las aperturas de puestos de trabajo se redujeron sólo en 350.000 el mes pasado, lo que significa que necesitaríamos nueve meses más a este ritmo solo para volver a los niveles de 2019 (…) La tasa de paro consistente con el nivel de vacantes y renuncias está probablemente en el rango del 2%. No creo que haya ninguna especificación de la curva de Phillips que sugiera que la inflación pueda caer sustancialmente con un mercado laboral tan ajustado como el que tenemos en la actualidad«.
Como explicamos en la anterior columna, el consenso respecto a la necesidad de continuar con las subidas se ha roto, pero tanto el presidente como su delfín, Chris Waller, se mantienen en el campamento de los «halcones», echando más tierra sobre la tesis del pívot.
El S&P 500 ha vuelto a situarse en zona de sobrecompra técnica, se ha topado de lleno con la directriz bajista principal trazada desde los máximos de enero, debe consolidar la ruptura al alza de la media móvil (diaria) de 200 sesiones y enfrenta las resistencias de la media móvil de 50 (4.135) y 100 (4.200) semanas.
El deterioro en el cuadro técnico coincide con el cambio de dirección, tras dos meses de señales alcistas, en el indicador MSI de sentimiento que confecciona Morgan Stanley y que incorpora señales de posicionamiento, inercia en precios, volatilidad y percepción de riesgo a través de una encuesta.
La estacionalidad y la reversión en lecturas de inflación favorecen al mercado, pero el riesgo de revisiones a la baja de beneficios por acción, que se incrementa con la publicación de resultados para el cuarto trimestre, va en aumento. La caída del ISM manufacturas por debajo de 50 corrobora los riesgos de revisión a la baja.
En el largo plazo los márgenes de beneficio están muy ligados a la evolución de los costes laborales unitarios a lo largo del tiempo. Desde la pandemia, la transferencia de riqueza desde gobiernos a familias y consumidores propició un auge en el consumo de bienes que ha permitido a las empresas ver crecer sus beneficios con mayor velocidad que los costes de plantilla. Sin embargo, ahora con tipos más altos, pérdida de poder adquisitivo y drenaje en niveles de ahorro, la situación puede revertirse rápidamente.