BlackRock anuncia la ampliación de su plataforma inmobiliaria europea, con la creación de un equipo de real estate español. El equipo, con sede en Madrid, estará dirigido por Adolfo Favieres como director general y Jesús Moler CFA como VP. Favieres y Moler aportan más de 30 años de experiencia en el sector inmobiliario y se incorporan a BlackRock procedentes de Neberu Capital Partners.
Ambos se suman al actual equipo de 54 profesionales de real estate de BlackRock en toda Europa, aportan amplias redes en el mercado y ayudarán a consolidar a BlackRock como líder en la región, centrándose en activos de alto crecimiento en diversos sectores.
Paul Tebbit, responsable y CIO para Europa del equipo del BlackRock Real Estate Equity, ha comentado: “Estamos encantados de reforzar nuestro equipo en un mercado tan dinámico como el español. El crecimiento del equipo inmobiliario en Iberia refleja el compromiso de BlackRock con la región y su confianza en las futuras oportunidades. La demanda de inversores extranjeros por activos inmobiliarios alcanzó su récord en 2022 y confiamos en acompañar a nuestros clientes nacionales e internacionales en su inversión en el crecimiento de España”.
El estudio inaugural de BlackRock sobre los mercados privados a nivel global, publicado recientemente, pone de manifiesto el continuo interés de los inversores institucionales por las inversiones en mercados privados, y más de la mitad tiene previsto aumentar su asignación al sector inmobiliario en general. El factor más importante para los inversores a la hora de seleccionar su gestor de mercados privados fue el origen de las inversiones, lo que pone de relieve el valor de las profundas raíces del nuevo equipo en el mercado español.
Adolfo Favieres, MD, Real Estate Equity Country Head para España, ha declarado: “Estoy encantado de dirigir el equipo inmobiliario español de BlackRock, que se encuentra en plena expansión. Aprovechando el amplio conocimiento local de nuestro equipo y la capacidad de BlackRock para encontrar proyectos que pueden ofrecer rentabilidades a los inversores institucionales, espero mejorar la ya sólida posición de BlackRock en el mercado inmobiliario ibérico».
El Sr. Favieres se une a BlackRock desde su cargo como socio director de Neberu Capital Partners, una firma de gestión de inversiones centrada en el mercado hotelero e inmobiliario ibérico. Con anterioridad, Favieres fue director general y Country Head de Barings, habiendo establecido el negocio de la firma en Iberia. Hasta la fecha Favieres ha cerrado más de 50 transacciones, con un valor total de más de 7.449 millones de euros en una amplia gama de clases de activos, incluyendo oficinas, retail, logística, hoteles, residencial y PBSA, y diferentes perfiles de riesgo.
Anteriormente, Moler fue director de Inversiones en Neberu Capital Partners, estableciendo un historial de éxitos junto a Favieres. Moler también ha trabajado en Barings, IBA Capital, JLL y JP Morgan, centrándose en grandes operaciones de logística e inmobiliarias comerciales. Moler es licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra y posee un Máster en Finanzas Corporativas y Banca de Inversión por el IEB.
Se trata de un ETF de gestión activa que bate al S&P500. La inversión estilo value tiene una extendida tradición en la industria de inversión y está bien documentada por el cuerpo académico financiero, pues se utiliza frecuentemente para analizar las ineficiencias del mercado. Así sucede con Ossiam Shiller Barclays Cape, un ETF gestionado activamente cuyo índice de referencia es el S&P500 que ofrece exposición a acciones de gran capitalización de valores americanos.
Para ello, utiliza una innovadora metodología de inversión que combina el análisis de los fundamentales con una ponderación smart beta y que está basada en el CAPE relative, un ratio de valoración del profesor Shiller para medir cómo están valoradas las acciones de una empresa.
Esta metodología se aplica a los 11 sectores del S&P500 y se seleccionan los cinco sectores más atractivos. De estos cinco, se elimina el que peor comportamiento está teniendo a 12 meses vista, componiéndose la cartera con cuatro swaps ponderados por igual sobre los otros cuatro sectores. De este modo, la cartera se equilibra mensualmente, batiendo consistentemente al S&P500.
Los ponentes serán Maider Lasarte y Jaime Botella
Maider Lasarte comenzó su carrera en 2013 como parte del equipo comercial de Natixis Investment Managers con sede en Madrid, para contribuir al desarrollo de negocio de la región ibérica. Cuatro años más tarde, se unió al equipo comercial de US Offshore de Natixis Investment Managers basada en Miami. En 2021, se incorporó a Ossiam, gestora afiliada de Natixis Investment Managers especializada en inversión sistemática, como parte del equipo de desarrollo de negocio.
Jaime Botella, en la actualidad también en Madrid, es Sales Manager de Natixis IM para el mercado ibérico. Responsable del segmento Retail, mantiene la relación con los canales dirigidos a la distribución de fondos entre clientes de Banca Privada y redes agenciales así como el desarrollo de negocio entre familly offices, EAFs y agencias de valores. Anteriormente trabajó para Bankinter y Mutuactivos, donde desempeño diversas funciones, siempre dentro de los equipos comerciales dirigidos a dar servicio a clientes de alto valor añadido. Jaime cuenta con más de 10 años de experiencia en la industria de gestión de activos distribuyendo y asesorando sobre productos de ahorro e inversión.
Natixis Investment Managers, gestora internacional con un enfoque de múltiples afiliados, ofrece a sus clientes la experiencia de más de 20 gestores. La firma ofrece una amplia gama de soluciones a través de clases de activos, estilos y vehículos, incluidas estrategias y productos orientados a factores ASG, para promover las finanzas sostenibles. Con sede en París y Boston, Natixis Investment Managers forma parte de la división Global Financial Services de Groupe BPCE, el segundo grupo bancario más grande de Francia a través de las redes minoristas Banque Populaire y Caisse d’Epargne. Las firmas de gestión de inversiones afiliadas a Natixis Investment Managers incluyen AEW, DNCA Investments, Flexstone Partners, Gateway Investment Advisers, Harris Associates, Loomis, Sayles & Company, Mirova, MV Credit, Naxicap Partners, Ossiam, Ostrum Asset Management, Seeyond, Seventure Partners, Thematics Asset Management, Vauban Infrastructure Partners, Vaughan Nelson Investment Management y WCM Investment Management.
El informe anual The Wealth Report, elaborado por la consultora internacional Knight Frank, desvela que los inversores privados fueron en 2022 los compradores más activos en todo el mundo de inmuebles que tradicionalmente han sido el foco de los institucionales, como las oficinas, el segmento logístico, el sector privado de alquiler y el retail. En total, invirtieron 455.000 millones de dólares, lo que representa el 41% de todas las inversiones. Esta cifra representa la mayor cuota registrada por parte de grandes patrimonios en el sector inmobiliario comercial o terciario mundial, y es la primera vez que la inversión privada supera a la de las empresas.
Las firmas inversoras destinaron un total de 440.000 millones de dólares en 2022, un 28% menos que en 2021, pero un 2% por encima de la media de los últimos 10 años. En comparación, mientras que la inversión individual de capital privado descendió un 8% desde su máximo histórico de 493.000 millones en 2021, el pasado año siguió siendo el segundo más fuerte de la historia.
Por su parte, el sector residencial multifamiliar -o sector privado de alquiler (PRS)- fue la inversión preferida, con 194.900 millones invertidos en este sector, seguido de las oficinas y el sector logístico.
Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Canadá y Francia fueron los principales destinos para el capital privado en 2022. Sin embargo, de los 10 principales destinos, Reino Unido (+1%) y Francia (+21%) fueron los únicos países que registraron aumentos interanuales en la inversión procedente de fuentes privadas.
Las metrópolis estadounidenses representaron el 67% del volumen total de inversión privada. París, Londres, Seúl y Tokio fueron las únicas ciudades fuera de EE.UU. que figuraron entre las 10 primeras. Londres fue la ciudad con mejores resultados para el capital privado en 2022, pese a ocupar el octavo puesto global (transfronterizo y nacional). Alcanza estos puestos con 2.500 millones de dólares invertidos. En conjunto, esto supuso el 44 % de la inversión total de capital privado en la ciudad y el 15 % de la inversión transfronteriza total de compradores privados en ciudades en 2022.
Humphrey White, socio y managing director de Knight Frank en España asegura que los inversores privados están aprovechando la actual revalorización de los activos y las posiciones más sólidas en divisas: «Esto les ha proporcionado una ventaja competitiva frente a las grandes instituciones, que son más sensibles a la deuda y suelen tener horizontes de inversión a más corto plazo. El sector residencial suele ser el punto de entrada para los grandes patrimonios, pero un mayor peso del capital privado se está orientando hacia los inmuebles en rentabilidad, dado los atractivos precios y los ingresos estables de activos bien ubicados con inquilinos con contratos de arrendamiento a largo plazo”.
Según el informe de PwC ‘Global M&A Industry Trends: 2023 Outlook’, es probable que la actividad global de fusiones y adquisiciones aumente en la segunda mitad de 2023, ya que los inversores y ejecutivos buscan equilibrar los riesgos a corto plazo con sus estrategias de transformación a largo plazo.
De acuerdo con la XXVI Encuesta Anual Global de CEO de PwC, el 60% de los CEO globales afirma que no planea postergar transacciones de M&A en 2023, a pesar de que la actividad global de fusiones y adquisiciones sigue condicionada por la volatilidad macroeconómica, temores de recesión, aumento de las tasas de interés, fuerte caída en el valor de las acciones, tensiones geopolíticas y las interrupciones en la cadena de suministro.
El mercado mundial de fusiones y adquisiciones afrontó un 2022 desafiante, donde los volúmenes y valores máximos históricos registrados en 2021 (65.000 transacciones) descendieron en un 17% y un 37%, respectivamente, aunque permanecieron por encima de los niveles de 2020. En la segunda mitad de 2022, los volúmenes y valores de las transacciones disminuyeron en mayor medida (un 25% y un 51%, respectivamente) en comparación con el año anterior. En 2022, India, por ejemplo, fue un caso atípico, con un aumento del 16% en la actividad y del 35% en el volumen de las transacciones, que representó su máximo histórico. Por su parte, Estados Unidos, China y muchos otros territorios registraron caídas de dos dígitos.
“Las transacciones de M&A y, en particular, la optimización de las carteras, son una oportunidad estratégica para los actores del mercado, independientemente de los factores macroeconómicos y geopolíticos desafiantes, y siguen siendo una herramienta para ayudar a los CEOs a posicionar sus empresas, impulsar el crecimiento y lograr resultados sostenidos a largo plazo”, comenta Juan Procaccini, socio de PwC Argentina a cargo de la división de Deals.
“No es el momento de abandonar las transacciones de M&A (las cuales tienden a disminuir en tiempos de incertidumbre o volatilidad de mercado), sino que justamente, estos son los momentos en los que las valuaciones se vuelven más atractivas y surgen oportunidades. Su reajuste, la menor competencia en las transacciones y el ingreso de nuevos activos al mercado, presentan oportunidades reales para que los compradores obtengan mejores rendimientos. Siempre que las empresas tengan estrategias bien pensadas y acceso al capital y, en algunos casos, el coraje y la voluntad necesaria para efectuar transacciones que den forma a su negocio y contribuyan a su éxito a largo plazo, el mercado actual presentará el momento oportuno para la realización de fusiones y adquisiciones”, afirmó Brian Levy, líder de la industria de Global Deals de PwC Estados Unidos.
Actividad global en 2022
La actividad global de fusiones y adquisiciones presentó variaciones según la región: a pesar de los costos de energía más altos y la inestabilidad, se realizaron más transacciones en EMEA (Europa, Oriente Medio y África) que en las regiones de América y APAC. Ello dio cuenta del cambio de rumbo de los inversores, que se volcaron a otros mercados en busca de oportunidades y un mayor crecimiento.
Entre 2021 y 2022, los volúmenes y valores de las transacciones en EMEA disminuyeron en un 12% y un 37%, respectivamente. En 2022, se efectuaron aproximadamente 20.000 transacciones y el nivel de actividad en la región siguió siendo un 17% más alto que en 2019, con anterioridad a la pandemia.
En América, los volúmenes y valores de las transacciones (aproximadamente 18.000) disminuyeron en un 17% y un 40%, respectivamente entre 2021 y 2022. Los valores se vieron particularmente afectados, y en Estados Unidos el número de megatransacciones (transacciones con un valor superior a los 5.000 millones de dólares) se redujo a casi la mitad, de 81 a 42, entre 2021 y 2022. En la segunda mitad del año, la caída fue más pronunciada, con solo 16 megatransacciones frente a las 26 que se celebraron en la primera mitad de 2022.
En APAC (Asia y Pacífico), donde aproximadamente se realizaron16.000 transacciones, los volúmenes y valores disminuyeron en un 23% y un 33% respectivamente, entre 2021 y 2022. Las mayores caídas se observaron en China, que se vio afectada por los desafíos de la pandemia y el debilitamiento de la demanda de exportaciones. Así, los volúmenes y valores de las transacciones en este país disminuyeron en un 46% y un 35%, respectivamente. Las empresas que pretenden acceder a los mercados asiáticos buscan cada vez más oportunidades de inversión fuera de China (India, Japón y otros países del sudeste asiático). India se ha convertido en un destino cada vez más atractivo para la inversión, superando a Japón y Corea del Sur en los valores de las transacciones, para ocupar el segundo lugar en la región, detrás de China.
En cuanto a la realidad local, Juan Tripier, senior mánager de la práctica de Deals de PwC Argentina, comenta: “A contramano de lo que pasó en el mundo, e inclusive con un segundo semestre con alta volatilidad económica y política a nivel local, el volumen operado en 2022 fue el mayor desde el año 2019 y el monto es el mayor desde 2018”.
Perspectivas globales por sector para 2023
La volatilidad macroeconómica y el conflicto geopolítico no están teniendo un impacto uniforme en todas las industrias.
1.- Tecnología, medios y telecomunicaciones (TMT): Para muchas empresas, la digitalización sigue siendo la clave. Los acuerdos de software, que en 2022 representaron el 71% de los acuerdos tecnológicos y el 74% de los valores de las transacciones, continuarán dominando el sector en 2023. Las telecomunicaciones, el metaverso y los videojuegos son otras de las áreas que probablemente sean foco de la actividad.
2.- Sector automotriz y de fabricación industrial (IM&A): La optimización de la cartera impulsará las desinversiones y adquisiciones, en particular aquellas centradas en la sostenibilidad y la aceleración de la transformación digital.
3.- Servicios financieros (FS): La disrupción de las plataformas de pago y las fintech está generando cambios tecnológicos en los servicios financieros e impulsará las fusiones y adquisiciones a medida que los participantes busquen adquirir capacidades digitales.
4.- Energía, servicios públicos y recursos (EU&R): La transición energética seguirá siendo una prioridad para los inversores y los equipos gerenciales, y se destinarán grandes volúmenes de capital a las fusiones y adquisiciones y al desarrollo de otros proyectos de capital.
5.- Mercados de consumo (CM): Si bien seguirá enfrentando desafíos en 2023, las revisiones de portafolios y un enfoque de transformación crearán oportunidades de M&A.
6.- Industrias de la salud (HI): La necesidad de innovar y transformar los negocios para alcanzar los objetivos de crecimiento impulsará la actividad en este sector. Se espera que las soluciones de biotecnología, CRO/CDMO, MedTech, atención médica orientada al consumidor y salud digital atraigan un fuerte interés de los inversores.
7.- Ventajas y desafíos de la volatilidad macroeconómica y geopolítica: La volatilidad macroeconómica y geopolítica también afectará a los actores del mercado de manera diferente, creando ventajas para algunos y desafíos para otros. En las sociedades, los estados financieros sólidos presentarán una oportunidad, dadas las condiciones más estrictas de financiación que hay en los mercados; los Private Equity (PE) se centrarán en crear valor en las empresas de su cartera, lo que a su vez implica optimización, expansión y desinversión; las SPAC’s (compañías con propósito especial de compra) tienen cada vez más dificultades para cerrar acuerdos y probablemente muchas cumplan el plazo establecido para realizar inversiones desde que captan los fondos; los fondos de crédito y mercados privados tendrán más participación en M&A que los bancos y serán clave para proporcionar la liquidez que se necesita, particularmente en las transacciones del middle market, mercado y transacciones de tamaño medio; el capital de riesgo (VC) es posible que se retire de algunas inversiones más arriesgadas, aunque la inversión en tecnologías sigue siendo un posible punto positivo para mitigar el impacto del cambio climático y, actualmente, más de una cuarta parte del financiamiento de todos los capitales de riesgo se destina a estas tecnologías, especialmente a aquellas enfocadas en reducir las emisiones.
BNP Paribas Securities Services y Bloomberg han anunciado una integración que reúne las capacidades de servicios multiactivos de BNP Paribas con Bloomberg AIM, un sistema de gestión de órdenes de compra.
Según explican, la oferta proporciona flujos de trabajo post-negociación en tiempo real, mejorados por los datos de externalización de middle office del banco. En este sentido, explica que los clientes se benefician de una mayor transparencia a lo largo del ciclo de vida de la operación, al tiempo que se reducen los puntos de contacto manuales y se minimizan el riesgo y los costes post-negociación.
Según explican desde Bloomberg, el nuevo índice es una combinación ponderada por el valor de mercado de dos componentes del segmento intermedio del emblemático Índice Municipal de Bloomberg. Uno de los componentes incluye bonos clasificados como ecológicos, sociales o sostenibles por el Bloomberg Sustainable Finance Solutions Group y que se ajustan a los principios de la ICMA, así como bonos prefinanciados. El otro componente incluye bonos cuyas fuentes municipales, sectores, propósitos o mejoras crediticias no están asociadas con resultados medioambientales o sociales negativos, como los casinos o la lotería.
Bloomberg se centra en establecer integraciones directas con los gestores de activos para promover una mayor precisión de los datos a lo largo del ciclo de vida de las operaciones y ayudar a nuestros clientes a tomar decisiones de negocio oportunas y precisas.
Según señala, Katia Falina, Head de Buy-Side Post Trade Product, Bloomberg, “a medida que nuestros clientes evolucionan, nuestro objetivo es innovar con ellos, y estamos encantados de ofrecer ahora una experiencia de flujo de trabajo integral con los clientes comunes que compartimos con el negocio de Securities Services de BNP Paribas. El equipo de Bloomberg espera trabajar estrechamente con ellos para servir a nuestros clientes a través de esta nueva integración”.
De cara a los próximos 12 meses, los family offices apuestan por el riesgo, aumentando sus asignaciones a la renta variable pública y el capital privado en particular, al tiempo que añaden modestamente la exposición a la renta fija para aprovechar las oportunidades de tipos más altos. Esta es la principal conclusión del informe Family Office Investment Insights 2023, elaborado por Goldman Sachs.
“Con la flexibilidad para invertir en todo el espectro de riesgos, las family offices han mantenido un enfoque en gran medida coherente con asignaciones más agresivas en su búsqueda de rendimientos superiores”, ha señalado Meena Flynn, codirectora de Global Private Wealth Management y corresponsable de One Goldman Sachs Family Office Initiative. En su opinión, las asignaciones de riesgo planificadas nos indican que ven grandes oportunidades de captar alfa adicional. “Esta orientación paciente, estratégica y a largo plazo suele ser una ventaja a la hora de gestionar y preservar el patrimonio generacional”, ha explicado.
En este sentido, los family offices siguen manteniendo fuertes asignaciones a activos de riesgo. Según el informe los promedios para 2023 son: un 28% renta variable pública; un 26% capital privado; un 12% efectivo/equivalentes de efectivo (excluidos bonos del Tesoro de EE.UU.); un 10% renta fija; un 9% inmobiliario privado e infraestructuras privadas; un 6% hedge funds; un 3% crédito privado; y un 1% materias primas.
Por su parte, los sectores en los que están más sobreponderados son tecnología de la información y sanidad, con potencial para soportar los ciclos económicos y generar valor a largo plazo. Además, el informe muestra que una parte sustancial de los family offices está poniendo el efectivo a trabajar: el 35% de los encuestados tiene previsto reducir las asignaciones a efectivo y equivalentes de efectivo (excluidos los títulos del Tesoro de EE.UU.). Solo el 10% tiene previsto reducir sus inversiones en renta variable pública y el 13% en capital privado.
En cuanto a las criptomonedas, hay más family offices en comparación con 2021 -un 26%, frente al 16%- , pero sólo el 12% expresó un interés potencial futuro, frente al 45%. Según los autores del informe, la extrema volatilidad del mercado de criptomonedas del año pasado parece haber enfriado sus intereses, ya que el 62% afirma no haber invertido y no estar interesado en las criptomonedas en el futuro, frente al 39%.
En todas las clases de activos incluidas en la encuesta, la mayoría de los family offices invierten a través de gestores especializados y no directamente. Según explican, la principal excepción es el sector inmobiliario privado, en el que las familias con grandes patrimonios pueden sentir una mayor afinidad por esta clase de activos.
Por último, según el informe, la mayoría de los family offices parecen satisfechas con su asignación geográfica, muy centrada en EE.UU. y otros mercados desarrollados: el 26% de los encuestados prevé aumentar sus asignaciones a los mercados estadounidenses, incluido el 41% de los family offices de Asia-Pacífico, mientras que el 27% espera aumentar sus asignaciones a otros mercados desarrollados. Según su valoración, esto puede indicar reticencia a invertir en regiones donde los riesgos percibidos son mayores y superan los rendimientos potenciales ajustados al riesgo disponibles más cerca de casa.
“Los family offices siguen realizando importantes asignaciones a activos alternativos, como el capital riesgo, el crédito privado, las infraestructuras, el sector inmobiliario y los hedge funds. En una encuesta exhaustiva que realizamos en 2021, en promedio, el 45% se asignó a inversiones alternativas. A pesar de los desafíos de 2022, en nuestro período de encuesta más reciente, esa asignación se mantuvo prácticamente sin cambios en el 44%. En términos más generales, teniendo en cuenta la volatilidad y los desafíos del año pasado, los family offices se han mantenido notablemente tranquilos y sus asignaciones estratégicas de activos han cambiado solo modestamente”, concluye Tony Pasquariello, responsable global de cobertura de hedge funds y codirector de la iniciativa One Goldman Sachs Family Office.
Las personas que han estado activas profesionalmente durante varias décadas rara vez piensan en cuánto dinero han ganado en total durante este período. En este estudio, los analistas de Picodi han calculado cuántos años necesitarían las personas que viven en diferentes países y ganan el salario promedio nacional para ganar un millón de euros.
El estudio, realizado en 102 países, determina que si se suman todos los pagos netos recibidos por un empleado promedio, un residente de Suiza ganará su primer millón de euros más rápido que en otros países: necesitaría 15 años y 3 meses. El segundo en el ranking es Singapur, con un resultado de 18 años y 2 meses. Los ciudadanos de Luxemburgo tienen que trabajar 4 meses más: 18 años y 6 meses.
Entre los cinco países que lideraron el ranking también se encuentra EE.UU., con un periodo de 21 años y 3 meses, e Islandia, donde se necesitarían 22 años y 5 meses.
España ocupa el puesto 29 en este ranking. Cobrando el salario promedio español, se puede ganar un millón de euros en 49 años y 4 meses. En este ranking, España está 4 años por delante de Italia, 34 por delante de Portugal, y 53 por delante de Grecia. En cambio, los franceses ganarán un millón de euros 13 años más rápido que los españoles, encontrándose en el puesto 24, con 36 años y 6 meses. Y los alemanes lo harán casi 20 años más rápido, por lo que se sitúan en el puesto 14, con 30 años y 8 meses.
Se necesitan más de 500 años para ganar un millón de euros en Nigeria (concretamente 554 años), Uganda (559 años y 8 meses), Egipto (646 años y 8 meses) y Pakistán (664 años y 6 meses).
Los datos sobre el salario medio neto, es decir, después de la deducción de impuestos y contribuciones obligatorias, provienen de la plataforma Numbeo, donde miles de usuarios de todo el mundo completan encuestas salariales. El estudio utiliza los tipos de cambio promedio de marzo de 2023 según Google Finance.
Ben Lord, gestor de la estrategia Global Corporate Bond de M&G Investments, sugiere que el crédito con grado de inversión presenta una rara oportunidad en la que la opción habitual de menor riesgo y menor rentabilidad podría ser una mejor propuesta que otras inversiones.
El énfasis de M&G en el análisis fundamental de crédito ha ayudado a detectar esta oportunidad, que en opinión de Lord podría proporcionar a los inversores rentabilidades superiores a las esperadas. El gestor considera que las capacidades superiores de sus analistas de crédito diferencian a M&G de otros proveedores del segmento.
Lord y su equipo continúan encontrando oportunidades favorables en el mercado de crédito IG, y creen haber identificado una situación en la que la volatilidad ofrece puntos de entrada atractivos.
¿Por qué consideras que el crédito con grado de inversión representa una oportunidad de inversión tan buena, y por qué ahora?
Creemos que ahora es momento de ampliar posiciones en deuda corporativa con grado de inversión, ya que la remuneración actual de estos bonos corresponde como mínimo al doble de la peor tasa de impago histórica registrada por el segmento investment grade.
Nuestra expectativa habitual de impagos en este mercado está muy alejada de este nivel. Tampoco hay que olvidar que la inflación en los últimos dos años ha sido positiva para las empresas: a no ser que una compañía deba elevar su nivel de empréstito al mismo nivel que la inflación o por encima de esta, su solvencia no empeora, sino que mejora.
Pensamos que las empresas gozan de salud y remuneran con creces cualquier expectativa razonable de impagos. Además, la TIR del crédito con grado de inversión es una combinación de la rentabilidad al vencimiento de la deuda soberana subyacente (la tasa libre de riesgo) y los diferenciales de crédito (la prima de riesgo del emisor).
Por ejemplo, si Vodafone emitiera un bono a 10 años hoy, el cupón que debería pagar sería la TIR del bono soberano de igual vencimiento (la tasa libre de riesgo) más la prima de riesgo de Vodafone a 10 años (su diferencial de crédito).
Lo que me gusta ahora mismo del segmento es que su TIR tiene un elemento de cobertura: creo que existe una correlación negativa entre la tasa libre de riesgo y la prima de riesgo. El panorama es benigno, los diferenciales representan una valoración razonable, y el crédito IG ofrece una ventaja de diversificación al combinar la tasa libre de riesgo con la prima de riesgo.
¿Por qué deberían los asesores optar por M&G en este sector, y qué es lo que os hace diferentes?
Como mencionaba antes, lo que diferencia a M&G (sobre todo en este mercado) es que siempre hemos creído en el valor del análisis fundamental de crédito, que en nuestra opinión conduce a resultados positivos para el inversor. En M&G tenemos la suerte de contar con un equipo grande, experimentado y muy sólido de analistas fundamentales de crédito, ubicados eminentemente en Londres (cubriendo el mercado paneuropeo, una gran parte del universo global con grado de inversión), pero cada vez más en Chicago y Singapur.
En los últimos cinco años hemos invertido en ampliar el alcance global de nuestra capacidad de análisis fundamental de crédito. Esto es especialmente importante en este mercado, porque vemos una dispersión de diferenciales muy significativa. Por ejemplo, a uno podrían interesarle los bonos con calificación BBB, un segmento en el que actualmente veo las mejores valoraciones; ya sea concentrándose en un sector determinado o considerando este segmento en su totalidad, uno puede encontrar emisiones que cotizan en 75 puntos básicos (pb) por encima de la TIR de la deuda soberana, y otras con un diferencial superior a los 700 pb.
Para firmas como la nuestra, con equipos grandes de analistas experimentados, esta enorme dispersión de diferenciales en el universo IG presenta oportunidades para añadir valor que no se veían desde hace muchos años. En mi opinión, el equipo de analistas es el principal factor distintivo de M&G, sobre todo en esta fase del ciclo.
¿Qué oportunidades detectáis, y cuál es vuestra previsión para la renta fija de cara al resto de 2023?
Las oportunidades más destacadas han sido bonos corporativos con TIR atractivas. El crédito con grado de inversión tiene potencial de rendir entre un 3,5% en euros y un 7,5% en los mercados en libras y dólares estadounidenses. Esa es la principal oportunidad. A esto debemos añadir el hecho de que las características de cobertura o la ventaja de diversificación entre la tasa libre de riesgo y la prima de riesgo (combinadas en un bono corporativo IG) valen mucho la pena a estos niveles para inversores como nosotros.
Pienso que podríamos ser testigos de rentabilidades del 5% al 9% en los próximos años, a no ser que se produzca una conmoción exógena muy repentina. Está claro que 2023, como ya hemos visto, va a ser un año volátil. Ahora mismo nos hallamos en un régimen monetario muy restrictivo, y el enorme debate sobre la posibilidad de una recesión exacerba la volatilidad. Debemos reconocer que los mercados serán escenario de altibajos, pero esto presenta tanto retos, peligros y riesgos como oportunidades, sobre todo para las gestoras activas. Estamos muy bien situados para sacar partido a las numerosas oportunidades a las que da pie esta volatilidad.
Por lo que respecta a mi previsión del rumbo del mercado en 2023, creo que estamos a punto de ver cómo desaparece el retraso entre la implementación de medidas monetarias y sus efectos en la economía real. Mi expectativa es que los datos económicos se revisarán a la baja y que las cifras de crecimiento caerán, con lo que anticipo una continuación del debate y la preocupación entre los inversores en torno al peligro de una recesión. Quizá parezca extraño que un gestor de crédito tenga confianza en el sector cuando anticipa una recesión, pero creo que el punto de partida de los diferenciales es razonable y el de las TIR de la deuda corporativa realmente atractivo.
Podríamos ser testigos de cierto ensanchamiento de los diferenciales a medida que la economía se ralentiza, pero al mismo tiempo creo que las TIR de la deuda soberana disminuirán y considero muy probable que esas caídas de las tasas libres de riesgo compensen con creces el ensanchamiento de los spreads. El mercado está tan convencido de la inminencia de una recesión que tal perspectiva me parece ampliamente descontada en los precios de estos bonos.
El riesgo para esta previsión es el mensaje de los bancos centrales de que van a mantener los tipos de interés en territorio restrictivo durante más tiempo de lo que nos hemos acostumbrado en los últimos 15 años. En dicho periodo, las autoridades monetarias han recortado el precio del dinero y elevado la expansión cuantitativa (QE) nada más producirse un desarrollo negativo. Ahora, sin embargo, afirman que con la inflación en sus niveles actuales no responderán del mismo modo, sino que mantendrán los tipos de interés elevados y restrictivos para frenarla. El hecho es que no sabemos qué efecto va a tener en la economía el endurecimiento implementado en 2021, 2022 y comienzos de este año, con lo que tenemos que observar y responder de forma acorde.
Estoy convencido de que la política monetaria todavía funciona, pero con un mayor retraso que antes debido a los cambios en los mercados hipotecarios. No obstante, también dudo que los bancos centrales vayan a ser capaces de mantener tipos restrictivos durante largo tiempo, sobre todo en pleno bajón económico.
La situación será muy incómoda para las autoridades, dada su intención de devolver la inflación a sus niveles objetivo, una labor imposible cuando los salarios están creciendo entre un 4,5% en Estados Unidos y un 6,5% en el Reino Unido, con Europa entre ambas cifras. Será necesario que caigan los salarios, así que o bien sube el paro, o bien las empresas no se atreven a repercutir estos niveles de subidas salariales.Anticipar que los bancos centrales van a mantener una política monetaria restrictiva en pleno bajón equivale a esperar que planten cara a los hogares, que les miren fríamente a los ojos mientras comienzan a perder sus trabajos y se nieguen a suavizar el golpe y a estimular la economía pese a ello. Seguramente deberían haber subido tipos antes y de forma más agresiva en 2021. En mi opinión, la situación les resultará demasiado incómoda y tendrán que comenzar a recortar tipos.
También quiero mencionar el atractivo de los fondos de crédito con grado de inversión globales frente a los concentrados en libras o euros. La economía mundial se está desincronizando, lo cual presenta a las gestoras globales oportunidades entre regiones que se mueven en momentos distintos. Además, siempre existen oportunidades de valor relativo entre regiones en base a los diferenciales de crédito disponibles. Por último, tras la crisis de la inversión basada en pasivos (LDI) en septiembre, creo que a muchos inversores debería preocuparles tener una exposición excesiva a la renta fija del Reino Unido, y que podrían beneficiarse de adoptar mayores posiciones en riesgo de crédito denominado en dólares y euros, reduciendo de este modo una dependencia excesiva del volátil mercado británico.
En la década de los 60, existía una fuerte creencia sobre la forma correcta de evaluar el riesgo/rentabilidad al realizar la selección de títulos en carteras de renta variable (CAPM: Capital Asset Pricing Model de “William Sharpe”). Sin embargo, tres décadas más tarde, un estudio particular y bien conocido (Fama y French) demostró que estaba completamente equivocado. Contrariamente a la creencia original, donde un mayor riesgo implicaba una mayor rentabilidad, este aclamado estudio demostró lo contrario: había una anomalía en el mercado, pues eraposible encontrar empresas con menor riesgo/beta y con una rentabilidad similar o mayor.
Como se ilustra en el gráfico siguiente, hay empresas en el universo de renta variable, que tienden a operar, desplegar y hacer crecer su capital de forma conservadora. Este tipo de empresas tienen por naturaleza fundamentales menos volátiles (precio, beneficios, dividendos, flujos de caja, EBITDA), generando resultados económicos estables a largo plazo y, por lo tanto, ofreciendo mayores rentabilidades ajustadas al riesgo en comparación con otras estrategias del mercado de valores (Global Equity Benchmark: MSCI World Index):
Pero sabiendo que esta anomalía existe, es justo preguntarse: ¿por qué los gestores de cartera y los inversores parecen tener poco interés en las acciones de bajo riesgo? Bueno, hay varias formas de responder a esta pregunta, pero sólo por poner las cosas en perspectiva es sorprendente ver que al buscar en Google “Baja volatilidad”, se proporcionan más de 115 millones de resultados. Sin embargo, cuando se compara con otros estilos/factores como el Value y el Growth, es aún más sorprendente observar relativamente cómo de desconocido es este factor sistemático tan respaldado académicamente.
Ahora, dejando esto de lado y volviendo a la construcción tradicional de carteras, la respuesta básicamente radica en la selección de títulos realizada por los gestores. De hecho, suelen seleccionar acciones dentro de un universo de inversión que se limita a las empresas disponibles en un índice de referencia específico. Además, en aquellos casos en los que deciden invertir fuera del benchmark, es porque detrás hay historias extraordinariamente buenas (Tesla, Amazon, Netflix…),[1] lo que suele implicar un mayor nivel de riesgo con la esperanza de un crecimiento por encima de la media. Desde este punto de vista, las acciones de bajo riesgo se perciben a menudo como poco atractivas y, por lo tanto, tienden a pasarse por alto, lo que a menudo conduce a valoraciones más bajas.
Al igual que el viejo y famoso cuento “La tortuga y la liebre” nos enseñó, la consistencia a largo plazo también importaen el ámbito de las inversiones. Desde una perspectiva a largo plazo, la inversión en renta variable no es sólo una elección binaria entre Value y Growth. Esto está respaldado empíricamente y académicamente, demostrándose como de complicado es acertar el mejor momento para posicionarse por estilos dentro de la renta variable, como Growth o Value. Más allá de estos dos estilos, los inversores tienen más herramientas para mejorar los perfiles de rentabilidad-riesgo de sus carteras. Si bien la investigación de Fama & French abarcó un período histórico que se extiende desde 1928 hasta 2003, los datos recientes indican que esta anomalía todavía persiste en los mercados de renta variable globales a día de hoy. A partir de estos resultados, durante casi 2 décadas, el Multi-Assets Team de Nordea ha estado siguiendo un proceso de inversión (ilustrado en el gráfico previo) que tiene como objetivo identificar este segmento específico del mercado de renta variable mezclando diferentes factores (Bajo riesgo, Alta calidad y Value).
La estrategia de Nordea Global Stable Equity invierte en acciones estables mundiales, las cuales suelen ser menos sensibles económicamente que el mercado en general, ya que las empresas seleccionadas ofrecen productos o servicios en gran medida esenciales para el consumo diario (desde alimentos básicos y cuidado personal hasta la provisión de servicios públicos y muchos bienes y servicios de tecnología). Si bien estas empresas disfrutan de una demanda consistente y resiliente a lo largo de un ciclo económico, es vital identificar empresas capaces de complementar la demanda constante con un fuerte poder de fijación de precios. Esto es particularmente importante en un entorno inflacionario, como el que estamos atravesando actualmente. Además, es crucial dirigirse a empresas con balances sólidos (es decir, calidad en sus fundamentales), lo que puede garantizar que el crecimiento de las ventas se traduzca en un crecimiento de los beneficios (crecimiento rentable). Por último, pero no menos importante, una valoración razonable es algo que hay que vigilar de cerca, especialmente después de la significativa caída que presenciamos en las acciones durante 2022, cuando los tipos de interés se incrementaron. Aquellos segmentos de mercado que tienen valoraciones más altas son los que más sufren con las subidas de los tipos de interés.
En general, las empresas estables a nivel mundial ofrecen un elemento de protección contra la inflación, sin ser altamente cíclicas, con menos sensibilidad a los tipos de interés, así como menos vulnerables a los riesgos de recesión/menor crecimiento económico. Por lo tanto, estas características resilientes se traducen en una menor volatilidad, beta y drawdowns. De hecho, al comparar el rendimiento histórico con otras estrategias de renta variable global, existe un patrón claro de mayor nivel de estabilidad y consistencia (rentabilidad ajustada por riesgo).
En resumen, una mayor protección a la baja yel efecto compuesto han demostrado ofrecer una solución única para los inversores a largo plazo.
Tribuna de opinión de Claus Vorm, gestor de la estrategia Global Stable Equity de Nordea.
1 La referencia a las empresas u otras inversiones mencionadas en este documento no debe interpretarse como una recomendación al inversor para comprar o vender lo mismo, sino que se incluye a efectos ilustrativos.
El 2023 comenzó con tres temas importantes: un ciclo de endurecimiento monetario agresivo de la Reserva Federal (Fed), inflación aún por encima del objetivo y publicaciones de datos económicos que muestran resiliencia. Además, se dice que “La Fed sube los tipos hasta que algo falla”, y algo falló cuando Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank (SBNY) se declararon en quiebra y el gobierno suizo tuvo que forzar la absorción de Credit Suisse por parte de UBS. Estos sucesos tendrán consecuencias importantes para el devenir de los mercados y la economía en los próximos meses.
La reciente turbulencia en el sector bancario sorprendió a los mercados, ya que la mayoría de los participantes lo veían como un sector de alta calidad tras haber pasado los últimos 15 años acumulando sólidas posiciones de capital ante la regulación estatal que se estableció después de la crisis financiera mundial. A nuestro juicio, en momentos como estos, la renta fija de alta calidad puede aportar características defensivas imprescindibles para una cartera. Como se muestra en la Figura 1, cuando la renta variable fue objeto de ventas masivas por las tensiones creadas en el sector bancario en marzo, la renta fija core se movió prácticamente en sentido contrario y proporcionó el contrapeso que los inversores esperaban de su asignación de bonos.
Adentrados en 2023, pensamos que la renta fija de alta calidad había vuelto a ofrecer sus características clave de rentas y diversificación tras el gran reajuste de tipos producido en 2022, y creíamos que los inversores volverían a estar bien atendidos por una asignación a bonos core. Aunque no preveíamos grandes quiebras de bancos, estábamos convencidos de que la renta fija era una herramienta de construcción de carteras necesaria, dados los riesgos que podría generar el ciclo de endurecimiento de la Fed para desacelerar la economía y reducir la inflación.
Aunque los inversores pueden valorar las ventajas de diversificación que mostraron los bonos en las últimas semanas, la cuestión apremiante es si las quiebras bancarias recientes son eventos idiosincráticos que se contendrán o los primeros indicios de una crisis bancaria sistémica. Creemos que todavía es demasiado pronto para decirlo con certeza, pero por ahora parecen idiosincráticos, ya que los bancos que quebraron tenían riesgos y dificultades muy distintos a los del sector bancario en su conjunto.
Dicho esto, creemos que los sucesos idiosincráticos podrían volverse más sistémicos, especialmente si los inversores y los depositantes continúan buscando al cordero más débil del rebaño, por así decirlo. Independientemente de si esto se basa en la verdad o en un rumor, la pérdida de fe en una entidad financiera puede causar rápidamente su desaparición si se produce una retirara masiva de fondos del banco.
Además, como los tipos a corto plazo han aumentado, los bancos se enfrentan a una férrea competencia para captar nuevos depósitos del mercado monetario y de fondos de bonos mejor remunerados. Como se muestra en la Figura 2, los bancos estadounidenses han estado experimentando un flujo constante de reembolsos de los depósitos desde que la Fed comenzó a subir los tipos en 2022. Esto terminará por limitar su capacidad para otorgar nuevos préstamos, al tiempo que aumentará los tipos de los préstamos que otorgan a medida que aumentan sus costes de financiación.
La creación de crédito es un motor clave del crecimiento económico. Mientras que los nuevos depósitos llevan a la concesión de nuevos créditos, también sucede lo contrario: los reembolsos de los depósitos producen una menor creación de crédito. Si los bancos continúan experimentando reembolsos de los depósitos, creemos que esto impondrá restricciones adicionales a la economía. Los bancos se verán obligados a mantener la liquidez y endurecer las normas de concesión de préstamos otorgando una menos cantidad de ellos, con menos riesgos y más caros, lo que en última instancia facilitará una desaceleración de la actividad económica.
Como se muestra en la Figura 3, las recientes quiebras bancarias tuvieron un drástico impacto en el endurecimiento de las condiciones financieras desde que comenzaron a relajarse a principios de 2023.
Con independencia de si sufrimos o no una crisis bancaria sistémica, creemos que la Fed se encuentra en una situación aún más difícil, ahora que trata de evitar las quiebras bancarias mientras sigue trabajando para dominar la inflación. Creemos que esto supone un importante lastre para la economía y aumenta las posibilidades de recesión. Además, la Fed está mucho más cerca de hacer una pausa tras subir los tipos un 0,25 % en marzo, al tener en cuenta los efectos en la economía de las condiciones financieras más estrictas y el inminente frenazo de los préstamos de los bancos.
Mientras los inversores examinan cómo deben posicionar sus carteras de cara al futuro, destacamos tres puntos clave que deben tener en cuenta al transitar por el entorno actual:
Estar más cómodo con cierto riesgo de tipos de interés (duración). En vista del estrés existente en el sector bancario y la mayor probabilidad de recesión, unido a la sensación de que la Reserva Federal ha concluido sus subidas de tipos, o está a punto de hacerlo, la probabilidad de que los tipos de interés aumenten sustancialmente a partir de ahora nos parece baja. Además, creemos que añadir duración a los niveles actuales puede proporcionar a las carteras las características defensivas que tanto necesitan.
Tenga cuidado con el riesgo de los diferenciales. Debido a los riesgos acrecentados que hemos presenciado recientemente, abogaríamos por una postura más defensiva en las asignaciones a bonos de menor calidad crediticia. También rehuiríamos de sectores más sensibles a la coyuntura, especialmente los más vulnerables a condiciones crediticias más estrictas. Creemos que adoptar un enfoque basado en el análisis es más importante que nunca en el entorno actual, y los inversores deberían saber lo que poseen y los riesgos a los que están expuestas sus carteras.
Sea flexible y activo. A medida que el entorno económico se vuelve más arduo, creemos que también ha aumentado la probabilidad de divergencia entre claros ganadores y perdedores, así como la posibilidad de que ciertos sectores, industrias y emisores individuales generen un rendimiento superior o inferior. A nuestro juicio, un enfoque ágil y flexible podría aprovechar mejor las oportunidades que se presenten durante el resto del año, lo que podría traducirse en rentabilidades más altas ajustadas al riesgo.
Artículo de opinión de Greg Wilensky y Michael Keough, gestores de cartera de Janus Henderson Investors.