La Fed, sin prisa y cauta ante Trump, evita dar pistas de cara al futuro
| Por Beatriz Zúñiga | 0 Comentarios
Ayer quedó comprobado que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) no tiene prisa. Tal y como apuntaban todas las previsiones, el FOMC redujo los tipos 25 puntos básicos hasta situarlos entre el 4,50%y el 4,75%, pese haber iniciado este ciclo de recortes con 50 puntos básicos. Según apuntan las firmas de inversión, esta última decisión de la Fed, unida al rápido resultado de las elecciones estadounidenses, introduce una mezcla de claridad e incertidumbre respecto a las futuras orientaciones económicas y políticas en Estados Unidos.
“El FOMC modificó el lenguaje para añadir cierto grado de cautela en lo que respecta a la futura senda de la política monetaria. El presidente Powell indicó que, por ahora, las elecciones no tendrán ningún impacto en las perspectivas, pero si se observa la agenda política propuesta, 2025 puede ser una historia diferente”, destaca Salman Ahmed, responsable global de Macro y Asignación Estratégica de activos en Fidelity International.
Para Jean Boivin, responsable del BlackRock Investment Institute, lo más interesante de la conferencia de prensa de la Fed fue lo que faltó. “Powell reiteró el enfoque de reunión por reunión del organismo, afirmando que el destino de las tasas de política, y el ritmo de recortes para llegar allí, aún no se ha decidido. Evadió preguntas sobre el impacto económico de la posible agenda de políticas del presidente electo Donald Trump, indicando que esperaría a ver acciones políticas concretas. No hizo comentarios sobre las condiciones financieras, que aún son relativamente laxas después de uno de los ciclos de subidas más bruscos en la historia de la Fed. Y señaló que la inflación ha disminuido mucho sin ‘el tipo de aumento brusco del desempleo que a menudo acompaña a los programas de desinflación’, pero no ofreció explicación para ello”, comenta Boivin.
Por último, lo que Mahmood Pradhan, Head of Global Macro Economics de Amundi Investment Institute, destaca de la reunión de ayer es el grado de cautela que Powel ha introducido. Según argumenta, “la Fed señaló a unas perspectivas económicas más inciertas y a una inflación que se mantiene elevada. Junto con un probable cambio en la dirección de la política bajo la nueva administración, esperamos un ritmo más incierto y moderado de relajación monetaria el próximo año”.
Luces y sombras
Para Martin van Vliet, Investment Strategist de Robeco, con este movimiento, queda claro que «dado que las condiciones del mercado laboral se han relajado en general», la última recalibración de la política monetaria está principalmente orientada a prevenir riesgos para lograr el objetivo de la Fed de máximo empleo.
En su opinión, es también destacable que se eliminó la referencia a un «mayor» progreso en la inflación, y se reiteró que la inflación [subyacente] «se mantiene algo elevada». “Tras este recorte, la política monetaria aún se considera restrictiva, y la Fed parece decidida a reducir el grado de restricción. Dado que Powell sugirió que una desaceleración de los recortes sería apropiada una vez que nos acerquemos a niveles de tasas de política que sean neutrales o cercanos a neutrales, creemos que un recorte adicional de 25 puntos básicos en diciembre es más probable que no suceda”, afirma Vliet.
Desde Janus Henderson reconocen que siempre ha sido probable que la Fed señalara una vuelta a recortes más modestos de 25 puntos básicos, “ya que trata de equilibrar la resistencia de la economía estadounidense y sus consumidores con un mercado laboral que se está enfriando gradualmente, pero que se mantiene a flote”, apunta Kareena Moledina, responsable de Gestión de carteras de clientes de renta fija (EMEA) y Renta fija ESG de Janus Henderson.
Según la experta, no podemos olvidar que la Fed siempre puede responder con una mayor relajación si se produce un repunte del desempleo o una debilidad económica significativa. En concreto a Modelina le preocupa el fantasma de la inflación: “Puede ser prematuro reclamar la supremacía en la batalla contra la inflación. Asumir que la inflación está en el retrovisor entraña un riesgo. Creemos que la Fed se mantendrá firme a la hora de asegurar que la inflación se ha desplomado realmente. Mientras la inflación sigue cayendo, el banco central estadounidense ha vuelto a recortar los tipos de interés, reduciendo el tipo de la Fed en 25 puntos básicos. Ahora se valora un ritmo más razonable de relajación, con los mercados alineados con la Fed”.
La sombra de Trump
Este miedo se ha acrecentado tras la victoria de Trump, ya que, según argumenta Moledina, podrían producirse posibles presiones inflacionistas derivadas de las políticas favorables al crecimiento y los aranceles prometidas por Trump. “El déficit fiscal estadounidense podría dispararse aún más con las políticas favorables al crecimiento de Trump, mientras que los aranceles podrían desembocar en una guerra comercial que crearía perturbaciones en la oferta y vientos en contra temporales para la inflación”, afirma.
Sin duda, cuando se le preguntó directamente sobre el resultado de las elecciones y las posibles implicaciones políticas, Powell se mostró diplomático, diciendo que no adivinan ni especulan sobre los resultados, pero reconociendo que esos resultados -una vez conocidos- podrían afectar a sus decisiones políticas.
Según recuerda Christian Scherrmann, Economista Jefe de EE.UU. para DWS, en 2016, los banqueros centrales sí debatieron el impacto de posibles cambios en la política comercial en su reunión posterior a las elecciones, según la transcripción publicada. “Desde esa perspectiva, es razonable suponer que quizás otros factores también estén entrando hoy en el pensamiento de los banqueros centrales. Sin duda, estas consideraciones implican una gran incertidumbre, ya que el calendario y la magnitud de los posibles cambios en la política comercial y fiscal siguen siendo desconocidos en este momento. Pero, en cualquier caso, esto no debería ser motivo de preocupación a muy corto plazo”, apunta Scherrmann.
Desde AllianceBernstein, el economista Eric Winograd, destaca que “Powell dijo que a corto plazo los posibles cambios de política relacionados con las elecciones no tendrán ningún impacto en la política de la Fed. ‘No adivinamos, no especulamos y no suponemos’, lo que significa que hasta que los cambios de política sean claros, no hay nada a lo que la Fed pueda responder. A medio plazo, si se producen cambios significativos en la política que afectarán a las previsiones de la Fed, esos cambios se tendrían en cuenta en ese momento”.
En este sentido, otro de los debates sobre el regreso de Trump a la Casa Blanca es qué pasará con el mandato de Powell que expira en mayo de 2026. “A preguntas de los periodistas, Powell negó la posibilidad de una dimisión anticipada. Asegurar la independencia de la Fed es crítico para la estabilidad de los mercados, y dado que el presidente no puede, legalmente, forzar cambio alguno, parece que eso al menos está garantizado unos meses más. Trump propondrá, eso sí, al siguiente presidente, algo que podría inquietar a los mercados, pero que no debería suceder antes de finales del 2025”, destaca David Macià, director de Inversiones y Estrategia de Mercados de Creand Asset Management en Andorra.
Previsión para diciembre
Sobre cuál será el siguiente paso, la mayoría de las firmas de inversión ven probable que la Fed realice un nuevo recorte de 25 puntos básicos, pero son cautas porque la institución monetaria haya dado pistas sobre ello. Según reconocen desde Fidelity International, para diciembre la condicionalidad de los datos se elevó un escalón, ya que Powell se alejó de cualquier orientación sobre el ritmo y el tamaño. “En conjunto, creemos que diciembre está muy cerca y que es probable que los tipos finales toquen fondo a un nivel más alto de lo previsto, dado el margen para una política fiscal reflacionista el año que viene. De hecho, si vuelve el impulso de la reflación y la inflación impulsada por la política arancelaria, es posible que haya que plantear subidas”, afirma Ahmed.
Por su parte, Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM, reconoce que un recorte de 25 puntos básicos en diciembre sigue siendo probablemente la “pendiente natural” de la Fed, pero su nivel de confianza es menor después de esta conferencia de prensa. “No haría falta mucho en los próximos datos de inflación y empleo para poner en pausa al FOMC. En cualquier caso, si el FOMC recorta en diciembre, esperamos una pausa en enero y bajo nuestro escenario central para la implementación de las políticas de Trump, creemos que la Fed se detendrá en el 4,25% en marzo. Esto, por supuesto, podría generar una discrepancia con la Administración republicana entrante, dejando al FOMC abierto a acusaciones de parcialidad después de su recorte de 50 puntos básicos de septiembre. Sin embargo, parece que Jay Powell se está preparando para la pelea”, afirma Moëc.
Con todo este contexto, James McCann, economista jefe adjunto de abrdn,ve probable que la Fed trate de mantener abiertas sus opciones, señalando que las medidas políticas dependerán en gran medida de los datos y que el banco central no tiene un rumbo preestablecido. “Este fue un mensaje que se transmitió claramente tras la reunión del FOMC, que sigue señalando la incertidumbre en torno a las perspectivas y la necesidad de que la Fed vigile una amplia gama de información entrante”, concluye McCann.