El fuerte revés que han sufrido recientemente los mercados de deuda pública ha pillado por sorpresa a muchos actores del mercado, debido en gran parte a que se contrapone a la trayectoria de la inflación. Ahora que los incrementos de los precios están frenándose, los rendimientos de los bonos a largo plazo deberían estar tocando techo.
En lugar de eso, tenemos un desplome que hunde sus raíces en algunas realidades difíciles. El déficit presupuestario de EE.UU. se ha disparado este año, algo anormal para esta fase tardía del ciclo económico. Se prevé que aumente de nuevo bruscamente el próximo año y, a consecuencia de ello, la oferta de bonos y letras será muy elevada. El mes pasado, tras la pausa estival, la emisión de deuda pública se ha disparado y eso tiene un precio.
Un matiz interesante, y posiblemente preocupante, es que los compradores han cambiado en el mercado de títulos del Tesoro estadounidense. Durante años, las emisiones eran absorbidas por tenedores a largo plazo, principalmente la propia Fed y otros bancos centrales, a los que interesaba relativamente poco el precio de lo que estaban comprando. Como se muestra en el gráfico, con el fuerte aumento de los rendimientos los grandes compradores del año pasado son más bien los hogares estadounidenses y las gestoras de activos. Las suscripciones de fondos monetarios también aumentaron durante el segundo trimestre, cuando las dificultades de los bancos regionales estadounidenses la pasada primavera pusieron de relieve cómo el menor crecimiento de los depósitos bancarios había reducido la demanda de duración de los bancos comerciales. Todo ello tendrá un impacto en los bonos a 10 años y otros títulos con vencimientos más largos.
Pero están pasando otras cosas también. El mantra “tipos más altos durante más tiempo” está incidiendo en las expectativas generales de tipos y la prima por plazo de los bonos con vencimientos más largos. Las compras de bonos del Tesoro estadounidense procedentes de China y Japón también han caído, debido en parte al elevado coste de las coberturas cambiarias, pero probablemente también debido a cierta diversificación de las reservas a largo plazo.
¿Qué supondrá todo esto para los rendimientos de los bonos estadounidenses? Estamos descubriendo otra vez que los bonos no están funcionando como un diversificador frente a la renta variable. Existe y existirá demanda de estos títulos, pero tendrá un precio. EE.UU. sufre un déficit presupuestario endémico y el aumento de los gastos por intereses no hace sino agrandar la brecha. Las tendencias de gastos e ingresos son insostenibles, y eso, antes de enfrentarnos a lo que todavía podría terminar siendo una dura recesión el próximo año. Todo ello contribuye a las caídas de los precios de los bonos que vemos actualmente en el mercado. Sin embargo, el hecho de que existan estas caídas significa que terminarán tocando fondo. Todavía nos estamos encaminando hacia la desaceleración, que debería hundir la inflación, imponer un cambio de orientación de algún tipo a la Fed y crear un punto de inflexión para los mercados de renta fija. Pero todavía no hemos llegado ahí.
Tribuna de Steve Ellis, CIO global de Renta fija de Fidelity International.
Foto cedidaJuan Rodríguez-Fraile, responsable de Groupama para Iberia & Latam
Groupama AM celebra este año dos aniversarios redondos: treinta años desde la creación de la gestora, y quince años desde la apertura de su oficina española. Juan Rodríguez-Fraile, responsable de ventas de Groupama AM para Iberia y Latam destaca la evolución “francamente positiva” del negocio en este tiempo.
A día de hoy, la oficina española de Groupama AM cuenta con unos 4.000 millones de euros en activos bajo gestión, de los cuales cerca de 1.000 millones se han captado desde 2021, y de hecho la firma consiguió sortear el difícil 2022 en una posición de relativa comodidad. La labor comercial mantiene su buena marcha también en lo que llevamos de 2023, con cerca de 400 millones de euros en flujos de entrada netos. “Todavía nos queda espacio para crecer más”, afirma el experto con seguridad. Pone una cifra a este objetivo: “Siendo realistas, podríamos llegar a los 5.000 millones en un plazo de tres o cuatro años”.
La manera de conseguirlo pasa por mantener la estrategia que ha empujado la firma en España desde el inicio: apuesta por productos en áreas de expertise muy concretas, con una impronta sostenible y con una marcada gestión del riesgo. “Tenemos mucho track record y, como no puede ser de otra manera al ser una gestora de una mutualidad, toda la gestión del corto plazo es muy relevante”, señala Rodríguez-Fraile.
Así, el mix actual de producto está equilibrado entre las áreas de actuación tradicionales de Groupama AM: fondos monetarios, renta fija a corto plazo y renta variable. “Considero que somos una casa multiactivo, pero en la parte monetaria somos un actor relevante dentro de la eurozona”, explica el representante, que calcula que en torno a un tercio de los cerca de 100.000 millones de euros que gestiona Groupama AM están en fondos monetarios.
Desde la firma constatan desde inicios de año el regreso del apetito de los clientes por esta clase de productos. “Las tires actuales que ofrecen nuestros fondos monetarios están por encima del 4% y con perspectivas de que sobrepasen el 4,5%. Tenemos muchísima demanda y vemos una tendencia de mercado clarísima pidiendo este tipo de fondos monetarios y de corto plazo”, afirma.
En la parte de renta fija, el responsable de ventas destaca por un lado las opciones para invertir en renta fija a corto plazo y, por otro, el enfoque de la compañía en nichos muy específicos: bonos ligados a la inflación, deuda subordinada financiera, bonos convertibles y retorno absoluto, destacando el G- Fund Alpha Fixed Income por su buen posicionamiento entre las listas de los selectores de fondos.
El mix de producto se completa con la gama de renta variable, donde el fondo más conocido es el Groupama Avenir Euro, pero la firma ha lanzado en los últimos años otros productos que también se han ganado un hueco en las carteras, como el G Fund- World (R)evolutions o el G Fund World Vision R, con un enfoque más global y temático hacia tendencias como la disrupción tecnológica. “Tratamos de hacer pocas cosas y de hacerlas bien”, resume Rodríguez-Fraile.
En la oficina de Groupama AM en España trabajan actualmente tres personas: Maya Montes-Jovellar como responsable de marketing, comunicación y atención al cliente, Sergio López de Uralde como responsable de ventas y el propio Rodríguez-Fraile, que destaca la alta eficiencia del equipo en relación con el patrimonio gestionado. “Queremos estar muy cerca de los clientes, especialmente cuando las cosas van mal, como sucedió el año pasado”, explica. Parte de esta labor consiste en proporcionar información muy precisa, ajustada a las necesidades de cada cliente, y con el mínimo de espera, ya que en la casa tienen la norma de que el cliente tiene que haber recibido una solución en un plazo de 24 horas. “Somos conscientes de que nuestros clientes tienen muchas inversiones, lo que intentamos es facilitarles la vida sin hacerles perder el tiempo”, añade.
Novedades en la gama
La firma dio el salto a los activos alternativos el año pasado, con el lanzamiento de una estrategia de inversión en deuda privada. Para desarrollarla, Groupama AM contrató a una serie de especialistas con experiencia en agencias de calificación de riesgo para crear un equipo dedicado. El primer lanzamiento ha sido el Groupama Social Impact Debt, un fondo de deuda privada de impacto con un objetivo de rendimiento superior al 6,5% dirigido a clientes institucionales que ya va por su segundo cierre. Ahora, el equipo está desarrollando una segunda estrategia de deuda privada centrada en la temática Agribusiness. “Lo que buscamos siempre cuando lanzamos nuevos productos es ofrecer soluciones a problemas actuales y que aportemos valor añadido acorde con lo que somos como casa de inversión”, observa el experto.
Rodríguez-Fraile observa múltiples oportunidades en este segmento del mercado para los inversores españoles: “En alternativos, España está en el vagón de cola a nivel de mercado. Aunque ha crecido en los últimos 10 a 15 años, el mercado de activos alternativos bajo gestión sigue siendo pequeño, por lo que pensamos que todavía hay muchísimo potencial de crecimiento para las carteras de los clientes, sobre todo de los más institucionales”. El experto afirma que, después de un primer boom de los alternativos fomentado desde las bancas privadas, probablemente se produzca una segunda oleada cuando se vea un cambio generacional dentro de los equipos de los inversores institucionales, ya sean aseguradoras, mutuas u otras instituciones. “Aunque hasta ahora han ido aumentando poco a poco sus porcentajes en este tipo de activo más ilíquido, todavía están muy por debajo de las medias europeas”, explica.
Pioneros en sostenibilidad
El año pasado se cumplieron 20 años desde el lanzamiento del G Fund Equity Convictions ISR (antiguo Euro Capital Durable), el primer fondo de inversión con criterios sostenibles de Groupama AM. A 31/12/22 el 94% de toda la gama ya está clasificada como Artículo 8 o Artículo 9 y hay más de cincuenta fondos etiquetados como ISR por el gobierno francés. “Estamos haciendo un esfuerzo muy importante para que toda nuestra gama de fondos sea socialmente responsable”, indica el responsable de ventas.
Además, todos los analistas sectoriales de la firma integran criterios de análisis extra financiero desde hace 13 años, por no hablar de que la responsable de ESG de Groupama AM, Marie-Pierre Peillon, es la representante de todas las gestoras francesas frente al regulador para la materia de sostenibilidad y además asesora al gobierno francés para el desarrollo de nuevas normativas. La sostenibilidad también ha sido uno de los compromisos que prometió impulsar en su mandato Mirela Agache, la CEO actual de la compañía.
“Somos una casa muy orientada a la ESG y valoramos positivamente que el regulador impulse el negocio en esa dirección. Somos sostenibles de verdad, no hacemos greenwashing”, concluye Rodríguez-Fraile con rotundidad.
Schroders ha obtenido las mejores calificaciones por su alineación con los Principios Operativos para la Gestión del Impacto, lo que refuerza el enfoque de la firma en la gestión de inversiones de impacto global. Estos resultados son la primera verificación independiente del marco de gestión y medición del impacto de Schroders, que se creó en estrecha colaboración con BlueOrchard, pionera en este ámbito, aprovechando sus más de 20 años de experiencia en inversiones de impacto.
Desde la incorporación de BlueOrchard al Grupo Schroders en 2019, la firma ha seguido mejorando sus capacidades en materia de inversión de impacto en todas las clases de activos y ha respondido a las peticiones cada vez más exigentes de los inversores de obtener rentabildiad y, al mismo tiempo, tener un impacto social y medioambiental positivo. Los principios de impacto son el estándar del sector para integrar el impacto en todo el ciclo de vida de la inversión, que ahora acoge la Red de Inversión de Impacto Global (GIIN), de la que Schroders es miembro desde abril de 2021. Los nueve principios de impacto cubren áreas como la intención estratégica, la originación y la estructuración, la gestión de carteras y el impacto en la salida, e incluyen una verificación independiente.
Como firmante de los principios de impacto, Schroders contrató a BlueMark, un proveedor independiente de servicios de verificación de impacto en el mercado de la inversión de impacto, para llevar a cabo una comprobación independiente de la alineación del sistema de gestión y medición de impacto de Schroders con los Principios de Impacto. La verificación ayuda a responsabilizar a las inversiones del impacto, determinando su integridad y calidad.
BlueMark analizó las políticas, los procesos y las herramientas de inversión de Schroders, abarcando la gama de equipos responsables de su aplicación y supervisión, para valorar cómo se integraban las prácticas de impacto en las estrategias de impacto de la empresa, tanto en los mercados públicos como privados. Schroders obtuvo la máxima calificación, alta o avanzada, en los nueve Principios de Impacto. Este resultado supone que Schroders formará parte del grupo de líderes de BlueMark.
Catherine Macaulay, directora de Inversiones de Impacto de Schroders, afirmó que «los gestores de activos tienen un papel clave que desempeñar en la asignación de capital para crear oportunidades de inversión y, al mismo tiempo, abordar retos sociales y medioambientales apremiantes, como la transición energética. La verificación independiente de BlueMark marca otro hito en el camino hacia la sostenibilidad y el impacto de Schroders. El resultado es testimonio de nuestro compromiso de contar con una sólida gama de productos y el rigor y la integridad de nuestro enfoque en todo el grupo, fuertemente anclado en el reconocido marco de inversión de impacto de BlueOrchard».
El nuevo informe The Intergenerational Wealth Report 2023, realizado por Time Investments, revela que la Generación Z y los Millennials participan activamente en el ahorro, las inversiones y la planificación de las herencias. Estas generaciones están abiertas al asesoramiento, generando oportunidades de negocio para los gestores de patrimonio y los asesores financieros.
La investigación, realizada a través de una encuesta a 500 personas, 250 de ellas pertenecientes a la Generación Z con edades comprendidas entre los 18 y los 26 años, y otros 250 Millennials de entre 27 y 42 años -todos ellos con ingresos anuales iguales o superiores a 50.000 libras esterlinas-, muestra que ambas generaciones tienen una actitud muy positiva hacia el ahorro. Un 94% afirma tener ahorros en efectivo e inversiones. Asimismo, el 18% tiene más de 250.000 libras, mientras que otro 10% tiene entre 100.000 y 250.000 libras y el 14% entre 50.000 y 100.000 libras.
Fomentar una actitud positiva hacia el ahorro es esencial para alcanzar la estabilidad financiera
Además de haber comenzado ya a crear su cartera de ahorros, ambas generaciones se muestran comprometidas a hacerlo anualmente. Un 21% tiene previsto ahorrar entre 10.000 y 20.000 libras, y el 27%, más de 20.000 libras al año.
En lo que respecta al asesoramiento financiero o patrimonial, el estudio destaca que un 56% de los encuestados ya recurre a un asesor financiero o gestor patrimonial profesional. «Esto se debe a la necesidad de ayuda a la hora de elegir los mejores vehículos de ahorro e inversión, seguida de la planificación de la jubilación y a la planificación intergeneracional, como transferencia de patrimonio entre padres, cónyuge e hijos».
Respecto a la intención de buscar asesoramiento financiero profesional en el futuro, el 44% (de los que aún no recurren a un asesor) justifica su negación por no entender lo que el asesor puede ofrecer. Además, justifican su respuesta por el alto coste que esto implica o porque ha decidido gestionar sus propias finanzas. Sin embargo, el 46% de este grupo afirmó que era probable que recurriera a un asesor en el futuro y otro 34% dijo que no estaba seguro. Sólo el 16% afirmó que era poco probable que recurriera a un asesor y sólo el 3% dijo que nunca lo haría.
En relación con el estudio, Tom Mullard, director de la Línea de Negocio (Fiscal) de TIME Investments, afirmó que el informe demuestra «la gran oportunidad que tienen los asesores a la hora de dirigirse a las generaciones más jóvenes. Para aquellos que ya han alcanzado un poder adquisitivo significativo, existe un enorme apetito por ahorrar e invertir y, de hecho, muchos buscan asesoramiento sobre la mejor manera de hacerlo si aún no lo han hecho. Para aquellos que están indecisos acerca de recurrir a un gestor de patrimonios, establecer relaciones y asegurarse de que ven el valor del asesoramiento y la gama de consejos que se pueden dar será clave para convertirlos en clientes a largo plazo».
El endurecimiento de las normas de concesión de préstamos y el aumento de los rendimientos, junto con la preocupación por un inminente giro del ciclo económico, han puesto el crédito oportunista en el punto de mira. Pero, ¿qué significa exactamente crédito oportunista? Así es como lo vemos y lo que creemos que puede ofrecer a los inversores.
Puede ser útil pensar en el crédito oportunista como una inversión en la dislocación. En pocas palabras, se trata de una estrategia que trata de sacar provecho de las perturbaciones periódicas que se producen en los mercados de crédito públicos y privados y que pueden hacer que los activos pierdan valor. La naturaleza de estas dislocaciones puede variar mucho -algunas pueden persistir mientras que otras son fugaces- y la capacidad de los gestores para generar rendimientos depende de que sean capaces de identificarlas.
En los mercados públicos, las dislocaciones tienden a ser de naturaleza cíclica y pueden hacer que los inversores pinten toda una clase de activos con una brocha gorda. Si la subida de los tipos de interés desencadena una repentina ampliación de los diferenciales de los bonos corporativos de alto rendimiento, por ejemplo, los gestores tradicionales de fondos de inversión o de fondos cotizados pueden tener que abandonar posiciones menos líquidas y reducir la exposición global al mercado a toda prisa para limitar las pérdidas y mantener la liquidez diaria.
Un inversor de crédito oportunista que pueda mantener activos semilíquidos e ilíquidos podría decidir intervenir y comprar bonos con descuento a quienes están desesperados por vender, y luego esperar a que los precios repunten. Aquellos que lo hagan bien, en nuestra opinión, pueden aumentar sus posibilidades de obtener un exceso de rentabilidad en relación con las inversiones de crédito tradicionales en el mercado público, aprovechando las primas de iliquidez que generalmente no están disponibles para los inversores de crédito tradicionales.
En el sector privado, las dislocaciones suelen tardar más en desarrollarse y pueden durar más tiempo, creando potencialmente oportunidades de rentabilidad más duraderas. Por ejemplo, los grandes bancos estadounidenses han reducido constantemente muchos tipos de préstamos al consumo y comerciales desde la crisis financiera mundial, dejando que los bancos regionales de tamaño medio llenen el vacío.
Pero originar y mantener esos préstamos hasta su vencimiento se ha vuelto más difícil hoy en día para estos bancos más pequeños. Muchos de ellos se enfrentan a una disminución constante de los depósitos, un aumento del coste del capital (Display), la exposición a inversiones inmobiliarias comerciales en dificultades y una abultada cartera de préstamos originados a los bajos tipos de ayer.
Un gestor de créditos oportunista podría ver en ello una oportunidad para adquirir préstamos de los bancos con descuento y venderlos más tarde con beneficio. Otro podría decidir aportar capital que los prestamistas privados no bancarios puedan utilizar para originar nuevos préstamos a los tipos de interés más altos del mercado. La oportunidad va mucho más allá del sector inmobiliario comercial, ya que los bancos intentan sanear sus balances y originar nuevos préstamos.
Una estrategia para todas las estaciones
¿Qué diferencia al crédito oportunista de otros tipos de inversión crediticia? En primer lugar, estas estrategias no están vinculadas a un único mercado o sector, por lo que pueden desplegar capital en oportunidades atractivas a lo largo de un ciclo completo. En nuestra opinión, se trata de un «enfoque que va a cualquier parte», lo que les permite servir como estrategia para todo tipo de clima.
En segundo lugar, ofrecen la posibilidad de revalorizar el capital. Como hemos visto, no es raro que los inversores oportunistas en crédito posean títulos con grandes descuentos. Esto crea oportunidades de revalorización del capital al tiempo que ofrece altos niveles de ingresos, aumentando el potencial de rentabilidad total del inversor.
Por último, la diversidad de participaciones en mercados públicos y privados puede aumentar la diversificación más allá de lo que suele ofrecer una estrategia de crédito puramente pública o privada, y puede ayudar a mitigar el riesgo a la baja.
Algo más que ingresos
En nuestra opinión, la integración de un enfoque más oportunista en las carteras de inversión existentes tiene el potencial de generar mayores ingresos globales con menores depreciaciones.
Para los inversores orientados a los ingresos, ofrece diversificación de tipos de interés y crédito, y una exposición más amplia a la economía. Para los inversores tradicionales del 60/40, puede suponer una forma sencilla de añadir selectivamente inversiones de origen privado, que ofrecen menos liquidez que los activos públicos, pero mayores rendimientos potenciales. Y para los inversores que ya se sienten cómodos con las estrategias alternativas, puede proporcionar diversificación mediante el acceso al crédito al consumo, que puede complementar la exposición al mercado privado que se encuentra en el sector inmobiliario comercial y los préstamos directos.
Creemos que a los inversores que puedan hacerse un hueco en sus asignaciones les aguardan oportunidades.
Tribuna de opinión escrita por Brian Resnick, analista de AllianceBernstein
El patrimonio de las IICs internacionales comercializadas en España sufrió un pequeño traspiés en el tercer trimestre, pasando de los 256.000 millones registrados a cierre de junio a los 254.000 millones que estima Inverco para finales de septiembre –a partir de los 231.411 millones para las 42 gestoras de IICs internacionales comercializadas en España asociadas que facilitan dato-.
Con todo, el volumen habría crecido un 3,7% en nueve meses, desde los 245.000 millones de finales de 2022, equivalente a 9.000 millones de euros.
En el tercer trimestre de 2023, los flujos registrados por las IICs internacionales comercializadas en España habrían sido neutros (ver gráfico), por lo que los reembolsos netos estimados en el conjunto del año son de 1.000 millones de euros.
Por entidades, las que se beneficiaron de mayores suscripciones en el tercer trimestre fueron BlackRock (con más de 450 millones en flujos positivos), JP Morgan AM (con más de 350 millones) o DWS (con cerca de 200).
En función de la información recibida, el patrimonio de las IICs internacionales por categorías seguiría estando dominado por la renta variable (con un 29,4% del total), mientras las IICs de renta fija y monetarias suponen el 25,4%, las mixtas el 13,1%.
Con todo las IICs en forma de ETFs y fondos indexados suponen ya el 32,1% del total (en torno a 63.000 millones de euros).
Ya podemos decir que hemos entrado en un nuevo ciclo para los mercados. Las subidas de tipos de interés, además de haber impactado negativamente a las distintas clases de activos desde inicios de 2022, dibujan un panorama completamente distinto para la construcción de carteras.
Para empezar, los bonos pueden ahora ofrecer un margen de seguridad gracias a un carry positivo. La descorrelación entre clases de activos aumentará, haciendo más interesante la mezcla.
En el reverso de la moneda, los mayores costes de financiación pesarán en las cuentas de determinadas compañías, tanto en su cotización, como en su calidad crediticia. Los inversores tendrán que poner el foco en identificar compañías de calidad con balances saneados.
Un nuevo ciclo para que brillen las estrategias multiactivo: el ADN de Flossbach von Storch
Para explicar el nuevo entorno y las respuestas que aporta su equipo de gestión de Multi-Asset, Flossbach von Storch tienen el placer de invitarle a el almuerzo-conferencia (en inglés) que organizan con Julian-Benedikt Hautz, gestor Senior-Multiactivos.
El almuerzo-conferencia tendrá lugar en el Hyatt Regency Hesperia Madrid el miércoles, 15 de noviembre a las 14:00 horas y durará aproximadamente 1 hora más turno de preguntas.
Para inscribirse puede contactar al e-mail elena.taroncher@fvsag.com y le harán llegar los datos necesarios para la inscripción.
El almuerzo-conferencia está exclusivamente dirigida a inversores profesionales. Las plazas son limitadas, regístrese lo antes posible.
Tras la superación del test, la participación computa por 1 CPD de formación estructurada para los poseedores de CFA y certificación CAd, y por 1 hora de formación para la recertificación EIA, EIP, EFA y EFP.
Varios artículos publicados esta semana, entre ellos el de Wall Street Journal titulado “Otro Lunes Negro puede estar a la vuelta de la esquina”, firmado por la voz más que autorizada de John Greenwood, profesor de economía aplicada en la Universidad Johns Hopkins y responsable de análisis macro para Invesco, sugieren que, a corto plazo, el pesimismo excesivo puede dar un respiro, con precios al alza en renta fija que quiten presión a los mercados de renta variable.
Lo cierto es que, como saben los que nos leen habitualmente, aunque aún estamos lejos del momento en el que los pronósticos de crecimiento de beneficios por acción que manejan los analistas reflejen más adecuadamente los riesgos macro y geopolíticos que enfrentamos, un 48% de las empresas que componen el S&P 500 y un 51% de las que forman parte del DJ STOXX 600 Europa están ya inmersas en un mercado bajista (acumulando caídas iguales o superiores al 20% desde su máximo de las últimas 52 semanas).
Esta situación queda más patente tras la ruptura a la baja que el S&P 500 ha registrado esta semana respecto a su media móvil de 200 sesiones. Con un 68,5% de las acciones que forman parte del índice estadounidense y un 74,5% de las que se integran dentro de la referencia europea a la baja, es sencillo concluir que estamos de facto inmersos en un bear market.
Curiosamente, como explica Bloomberg, el desánimo inversor contrasta con la avidez de los CEOs por aprovechar el río revuelto para cerrar adquisiciones. Solo este mes se han concretado acuerdos por valor de 140.000 millones de dólares, alcanzando un nivel de actividad que no veíamos desde junio de 2019. Y los anuncios continúan a buen ritmo: EngageSmart se vende a Vista Equity por unos 4.000 millones de dólares, Fortive compra EA Elektro-Automatik por 1.450 millones, Chevron adquiere Hess por 60.000 millones, Roche compra Telavant Holdings por 7.100 millones, y Disney está en conversaciones para vender parcial o totalmente su negocio en la India a Reliance Industries como parte de una transacción que podría rondar los 7.000 millones.
Aunque, como muestra la gráfica de abajo, el volumen en la actividad de fusiones y adquisiciones ha tocado pico en el pasado de forma coincidente con los máximos de mercado, la dicotomía en la percepción de riesgo entre empresarios e inversores puede moderarse puntualmente.
La incapacidad del S&P de recuperar la media de 200 sesiones, a la vez que la TIR del bono a 10 años se mantenía solo brevemente por encima del 5%, es un síntoma en esta dirección.
Factores de carácter técnico y de sentimiento están impactando sobre la cotización de activos refugio, dificultando establecer cuál puede ser la pauta de comportamiento de los precios en el medio plazo y maquillando a la vez la realidad macro.
En el caso del oro, y de acuerdo con nuestro modelo, la marcada desviación entre el comportamiento del precio por onza (precio spot EE.UU.) y el movimiento que se tenía que haber producido desde el inicio de la crisis en Gaza, en base a los cambios en la cotización del dólar y los ajustes en los tipos reales, y como sugiere el significativo aumento en la constante de la regresión, probablemente responda al incremento de percepción del riesgo geopolítico, quedando los aspectos macro en un segundo plano.
De la misma manera, la amenaza de desaceleración brusca o de recesión leve, o la normalización en la prima por plazo que comentábamos la semana pasada en esta columna, está afectando menos a los precios del bono del tesoro que los desequilibrios entre oferta y demanda, que probablemente han sido el factor más dañino y que difícilmente pueden deteriorarse mucho más.
La contracción cuantitativa y las emisiones de deuda, unidas a la fortaleza del dólar (que afecta negativamente a la propensión a acumular reservas por parte de otros bancos centrales) han resultado, como vemos en la siguiente gráfica, en un empacho de papel que, en otras circunstancias bien distintas, el mercado solo se vio obligado a digerir en la pandemia. Desde abril, el aumento en deuda pública neteando los efectos de las operaciones de compra en mercado de la Fed (SOMA) ha sido de 1,97 billones de dólares.
Lo cierto es que, además de una campaña de resultados que empieza a sembrar dudas más allá de la sorpresa en márgenes de Amazon o el buen desempeño de Intel, identificamos divergencias que apuntan a un entorno más complejo para activos de riesgo. Como vemos en la gráfica de abajo, el rendimiento del índice de acciones de pequeña capitalización en Estados Unidos muestra su desacuerdo con la perspectiva, más optimista, que manejan los inversores en crédito de alto rendimiento.
Los bonos largos estadounidenses están sobrevendidos y las posiciones especulativas son extremas por el lado corto. El giro en el impulso fiscal, de positivo a negativo, el impacto acumulado de las subidas y un menor crecimiento y tasa de inflación presionarán a la baja los tipos. Existe la posibilidad creciente de un rebote en el precio del TBond a 10 años a medida que vayan diluyéndose los factores técnicos que hemos comentado, y que afectaron en exceso la cotización de este instrumento.
Con el mercado de acciones en sobreventa, el sentimiento inversor (minorista y entre gestores profesionales) acercándose a zonas de pesimismo y una renovada correlación positiva entre el precio del bono y el precio de la bolsa, un rebote en los bonos podría trasladarse a un mejor tono en los índices bursátiles.
No obstante, con el S&P (después de la caída del 10% desde los máximos de julio) aún cotizando por encima de 17x precio/beneficios de los próximos 12 meses (que incorporan una improbable subida del 12% en BPA en 2024) y con unos tipos reales que sugieren que el múltiplo debería estar más cerca de 15x-16x, no parece muy recomendable tratar de jugar el táctico.
Casi un 31% de la población española tiene más de 64 años; son más de cinco puntos que hace dos décadas, cuando la tasa se situaba en poco más de un 25%, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que hacen referencia al 2022. A pesar de que esta cifra no para de crecer año tras año, a las grandes empresas les cuesta apostar por lo que se conoce como la economía «silver».
«Sería ese conjunto de empresas o actividades económicas que están dirigidas a un segmento de consumidor de 60 a 65 años en adelante», concreta Ana Isabel Jiménez Zarco, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigadora del grupo i2TIC.
«Es un colectivo interesante para las marcas, porque les permite crear nichos de mercado con mucho potencial de compra y consumo», añade Neus Soler, profesora colaboradora también de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC e investigadora del grupo i2TIC.
Un colectivo con tiempo y dinero
Además de estar en los sesenta, el perfil de este colectivo tiene más poder adquisitivo que el resto de la población. Su renta neta media es de 14.762 euros en 2022, según datos del INE, mientras que la segunda franja con la renta más elevada, de 45 a 64 años, se sitúa en 14.225 euros anuales, y la media española baja hasta los 13.008 euros. Además, según recopila el estudio «Los sénior, un colectivo injustamente olvidado por las marcas», elaborado por el medio digital dirigido a la gente mayor 65ymas.com y la compañía Comscore, es un perfil comprometido con el medio ambiente y al que comercialmente le interesan sectores como la automoción, belleza y moda, deportes, telecomunicaciones, información y viajes. «Son los nuevos viajeros, porque, además de tener más dinero, también tienen más tiempo libre y mejor salud que generaciones anteriores en la misma franja de edad», coinciden las dos profesoras de la UOC. Los datos del INE lo corroboran; la actual esperanza de vida en España se sitúa en los 80 años entre los hombres y en los 86 entre las mujeres. Además, matiza Jiménez Zarco, su comportamiento de consumo no es muy diferente del de la gente de 30 o 40 años o incluso más jóvenes, y es un fragmento de la población con un peso importante y global, porque no varía mucho la forma de consumir si viven en Estados Unidos, Europa o Japón.
Pero, a pesar de este perfil, ¿por qué a las grandes compañías les cuesta apostar por ellos? «Las empresas no se han enfocado en este colectivo porque los jubilados de la generación que precede a los boomers (los nacidos entre 1945 y 1964) no tenían una buena posición económica. Sin embargo, esta situación empieza a dar un giro porque los boomers que están jubilándose, como han tenido nóminas más elevadas que sus padres, tienen una pensión más alta y, por lo tanto, han empezado a ser el deseo de estas compañías», concreta Soler. Además de una jubilación más alta, muchos de ellos también se han creado planes de pensiones y han invertido en fondos de inversión o inmobiliarios, lo que hace que su situación económica todavía sea más cómoda.
«Más que olvidarse de este perfil, lo que creo que han hecho las grandes marcas es proponer dirigirse a ellos hasta que sea rentable», matiza Soler.
Consumo presencial
Jiménez Zarco también añade que muchas marcas no han apostado por ellos porque, por temas de rebajar costes, sólo se han centrado en el mercado digital, y este consumidor prefiere comprar presencialmente, a pesar de que algunos se han adaptado a las nuevas tecnologías. «Su comportamiento de consumo valora el trato humano y el contacto directo, y a menudo lo que pasa es que muchas marcas no disponen de este canal para dirigirse a ellos», explica la profesora de la UOC. Ahora bien, añade, si ven mercado, seguro que harán este cambio. Jiménez Zarco pone como ejemplo las entidades bancarias: «Las que solo han apostado por la modalidad en línea difícilmente llegarán a este colectivo, pero a las que mantienen sucursales (a pesar de que hayan cerrado muchas) les será mucho más fácil».
De hecho, ya hay industrias que han empezado a ver el potencial de este nicho. Son, sobre todo, las de alimentación y farmacia (vitaminas, antioxidantes, productos ricos en calcio), entidades financieras, turismo y ocio, deporte o tecnología, con especial interés por los productos de domótica. Es cuestión de tiempo, según las dos expertas, que este número de industrias se amplíe todavía mucho más.
M&G ha anunciado el nombramiento de Kathy Ryan como directora de Sostenibilidad, cargo desde el cual dirigirá la estrategia de sostenibilidad de M&G Group y la integrará en toda la empresa, al tiempo que contribuirá a impulsar un cambio positivo en el mundo real al actuar como inversor responsable a largo plazo.
Ryan se incorpora a M&G procedente de Irish Life Investment Management (ILIM), donde ocupaba el cargo de directora de Inversión Responsable. En ILIM, creó y dirigió un equipo de especialistas en ASG para avanzar en la integración y gestión ASG en todas las clases de activos. Además, mejoró las mejores prácticas sostenibles en todo el sector y presidió la red CDP Ireland; lanzó la iniciativa 30% Investor Initiative Ireland on Diversity y contribuyó al Plan de Acción Climática de Irlanda.
Asimismo, cuenta con una amplia experiencia en inversión sostenible, tras haber fundado una empresa de análisis e investigación de inversiones ESG, Global Green Investments, que asesoró a clientes como el Banco Mundial, la Comisión Europea y el Gobierno del Reino Unido.
Se incorporará el 13 de noviembre y dependerá de la directora Financiera, Kathryn McLeland.
McLeland afirmó que está «encantada de dar la bienvenida a Kathy a M&G» y valoró «sus profundos conocimientos técnicos y su amplia experiencia en inversiones sostenibles, que la convierten en la persona idónea para impulsar nuestra estrategia de sostenibilidad».
Kathy Ryan, la nueva directora de Sostenibilidad de M&G, declaró que «nuestro sector tiene un inmenso papel que desempeñar en la mejora de los resultados sostenibles alcanzados y en la financiación de la transición hacia el cero neto. A través de la gestión responsable de activos, pensiones, vida y ahorro, M&G puede desempeñar un papel significativo en el desarrollo de soluciones de inversión sostenibles a largo plazo y basarse en iniciativas existentes como PruFund Planet y su estrategia de inversión Catalyst». Asimismo, admitió estar «deseando trabajar con mis colegas para aprovechar las capacidades existentes de M&G y avanzar en su enfoque de la sostenibilidad».