Encontrar el punto óptimo para la renta variable global en 2024

  |   Por  |  0 Comentarios

Foto cedida

Una buena parte de nuestras predicciones de 2023 se ha cumplido. Hace un año anticipábamos una desaceleración en el crecimiento de los beneficios empresariales, pero estábamos convencidos de que la economía mundial evitaría la recesión, al permitir el descenso de la inflación reducir la contundencia del endurecimiento de las políticas de los bancos centrales. En nuestra opinión, un escenario así no sería terrible para los activos de mayor riesgo, siempre y cuando los inversores se centraran en empresas de calidad caracterizadas por flujos de caja estables y balances conservadores.

Doce meses después, todavía nos encontramos en una economía de ciclo tardío y muchas de nuestras expectativas aún no se han cumplido plenamente. ¿Por qué? Una razón es la resiliencia del consumidor estadounidense, que durante mucho tiempo ha sido un motor de crecimiento para la economía global. Esto resultó fortuito dados los fuertes contratiempos con los que tuvo que lidiar otra importante fuente de crecimiento: el sector inmobiliario de China, cada vez más endeudado.

El auge del consumo – a pesar del agresivo endurecimiento de las políticas públicas – está en línea con nuestra opinión de que la economía estadounidense es menos sensible a los tipos que en años anteriores. El estado saneado de las finanzas de los consumidores es importante porque rara vez se han producido recesiones sin que la contracción del gasto privado fuera una causa central. Pero no estamos fuera de peligro, sobre todo considerando que el mercado de trabajo está debilitándose.

Si bien los inversores pueden celebrar el fin de las subidas de tipos en Estados Unidos (y probablemente poco después en otras regiones), el optimismo debería moderarse con respecto a las esperanzas de un giro dovish en la política monetaria. En nuestra opinión, es probable que los tipos de referencia sigan siendo restrictivos hasta que los datos económicos confirmen que la inflación mantiene su trayectoria descendente. La prolongación de esta fase tardía del ciclo representa un obstáculo tanto para la economía como para la renta variable. Nosotros, sin embargo, no somos tan pesimistas como algunos de nuestros pares. Aunque muchos indicadores, incluida una curva invertida de los bonos del Tesoro estadounidense, apuntan a una desaceleración, creemos que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) tiene una posibilidad razonable de lograr el elusivo aterrizaje suave, aunque no se puede descartar una recesión superficial.

Es probable que Europa y el Reino Unido coqueteen con un crecimiento negativo en los próximos trimestres, y un shock imprevisto podría hacerlos entrar en recesión. Como se mencionó anteriormente, si China no puede echar mano de la inversión inmobiliaria para estimular el crecimiento, es posible que tenga que conformarse con que el producto interno bruto se expanda a una tasa muy por debajo del rango del 6% al 10% al que se había acostumbrado.

Dado que mucho depende de si las autoridades evitan la recesión, los mercados de valores se encuentran en un estado de fragilidad similar al de la economía mundial. La situación se ve agravada por la estrechez extrema que ha caracterizado a los mercados en 2023. Estados Unidos representa actualmente casi la mitad del índice MSCI All-Country World IndexTM y el sector tecnológico acapara más de una cuarta parte del S&P 500®. Si se incluyen Internet y las plataformas de comercio electrónico no clasificadas como tecnológicas, esta proporción aumenta considerablemente.

Tal concentración en títulos de máximo nivel oculta un estado de ánimo menos optimista que el que implican las ganancias de dos dígitos del S&P 500 en lo que va del año. La cotización de los 7 Magníficos, frecuentemente citados, se ha duplicado en 2023. Mientras tanto, el S&P 500 equiponderado es modestamente positivo. La disparidad se extiende a las valoraciones y las ganancias. Los diez nombres principales del S&P 500 han visto cómo sus múltiplos precio-beneficio (PER), basados en las ganancias de todo el año 2023, se han expandido en un 40%. Los múltiplos de los miembros restantes son más o menos planos. Mientras las expectativas de ganancias para los diez nombres principales se han revisado al alza en un 19% en los demás, nuevamente, son planos. Lo mismo aplica para las previsiones para 2024. A nivel agregado, creemos que los beneficios mundiales de 2024 corren el riesgo de no alcanzar las expectativas actuales.

El ascenso de los 7 Magníficos se ha visto impulsado en parte por la exposición de estas empresas al tema de inversión más candente del año: la inteligencia artificial (IA). Pero otro factor es que exhiben las características de calidad de flujos de efectivo consistentes y un uso juicioso del apalancamiento. En este contexto, una asignación a estas empresas se alinea con nuestra preferencia por mantenernos a la defensiva en lo que probablemente seguirá siendo una economía tibia.

Se puede apreciar el potencial transformador de la IA y al mismo tiempo reconocer que el precio de una acción refleja plenamente su potencial. La naturaleza de la difusión de la tecnología significa que probablemente habrá muchos beneficiarios de la IA fuera de los líderes del mercado de 2023. De manera similar, la calidad no se limita a unas pocas megacapitalizaciones ricas en efectivo. Muchas de las otras 493 empresas del S&P 500 –así como de los índices globales– poseen rasgos defensivos similares.

Consideramos que esta es una de las oportunidades más prometedoras para la renta variable en 2024. Al reconocer que la concentración del mercado –a menudo impulsada por estrategias pasivas ponderadas por capitalización– ha dejado a muchas empresas atractivas con precios incorrectos, los inversores pueden acceder a los mismos temas duraderos y características defensivas que les han resultado útiles en 2023, pero con valoraciones más atractivas. Con nuestra expectativa de que se evitará una recesión profunda, los valores con múltiplos más bajos tienen más probabilidades de repuntar cuando los mercados se repongan del debilitamiento económico en lugar de tirar la toalla en medio de una feroz contracción económica.

Hasta que tengamos una mayor visibilidad sobre la senda de la economía mundial en el futuro inmediato y su impacto en los beneficios empresariales, vemos en las empresas de calidad, a menudo postergadas en las capitalizaciones de mercado de los índices, un equilibrio razonable entre características defensivas y valoración. Aun no pudiendo descartar errores de política monetaria el mayor riesgo, a nuestro juicio, es que los bancos centrales relajen sus posturas antes de la cuenta, desencadenando una segunda ola de inflación. Esto conduciría inevitablemente a otra ronda de políticas restrictivas y, por tanto, a un lastre para el crecimiento.

La naturaleza cíclica de Europa y de los países con una fuerte dependencia de las exportaciones los hace especialmente vulnerables a la ralentización de la economía. Un empeoramiento del contexto geopolítico y el ciclo electoral en Estados Unidos podrían introducir riesgos adicionales. El mundo también está observando cómo China aborda la resaca que ha dejado el excesivo endeudamiento y sus intentos de reactivar el crecimiento.

Por último, los inversores deben comprender cómo incidirá en la renta variable el establecimiento de un nuevo régimen con tipos de interés más altos. Las empresas con modelos de negocio cuestionados ya no pueden confiar en un costo de capital barato para enmascarar su incapacidad para generar efectivo de manera constante. Y las tasas de descuento más altas eliminarán el impulso a los flujos de efectivo futuros que las empresas de crecimiento secular han estado recibiendo.

En este nuevo régimen, un límite a los múltiplos de las empresas en crecimiento podría hacer que el péndulo vuelva a inclinarse hacia las empresas de valor. Esto podría beneficiar a Europa y otras regiones con grandes descuentos, especialmente si un aterrizaje suave permite a los inversores aumentar su exposición a acciones de valor y cíclicas en previsión de una recuperación. Una vez que el ciclo finalmente cambie, el nuevo régimen de tipos significa que los inversores no pueden rotar indiscriminadamente hacia el valor profundo, sino que deben mantener su enfoque en empresas de calidad capaces de superar los umbrales de rentabilidad superior para su capital invertido.

Con todo, los títulos de crecimiento – y de las empresas estadounidenses que dominan esta categoría – no debería ser razones para el desánimo. La economía mundial tendrá un sinfín de usos para la IA, la nube y otros temas seculares duraderos.

 

 

Tribuna de opinión de Matt Peron, director de análisis, Marc Pinto, director de renta variable para las Américas y Lucas Klein, director de renta variable para EMEA y Asia Pacífico, de Janus Henderson Investors. 

Nordea Asset Management: nuevo desayuno nórdico el 23 de enero

  |   Por  |  0 Comentarios

Foto cedida

Nordea Asset Management organiza su próximo desayuno nórdico el día 23 de enero. En él repasarán los aspectos macroeconómicos más importantes y presentarán distintas ideas de inversión para este año.

Se llevará a cabo en el Ohla Eixample Barcelona, C/ Còrsega 289 a las 09:00 horas.

Pueden registrarse aquí.

Para más información, pueden contactar con Nordea AM a través de este correo electrónico: clientservice.iberialatam@nordea.com

Inversión de impacto, la hermana pequeña de la ESG que quiere hacerse mayor

  |   Por  |  0 Comentarios

La inversión de impacto crece de manera exponencial, con activos bajo gestión a nivel mundial que ya superan el billón de dólares. Este híbrido entre filantropía e inversión tradicional busca un impacto social medible en las inversiones y capta la atención de formatos de todo tipo, desde family offices a inversores institucionales. Pero, sobre todo, ha encontrado un aliado especial en las nuevas generaciones que buscan cambiar la sociedad. Ya hay mucho interés canalizado hacia sectores como el medio ambiente, pero aún existe un mundo por explorar en el desarrollo de las finanzas, la educación o el ecosistema marino.

La inversión de impacto empieza a hacerse un hueco en las carteras de los inversores. Este híbrido entre la inversión tradicional y la filantropía ya representaba 1,16 billones de dólares en activos bajo gestión según las cifras publicadas por Global Impact Investing Network (GIIN) en octubre de 2022, después de un crecimiento exponencial en los últimos años. En España, empieza a despegar: en 2021, la inversión de impacto alcanzó los 2.400 millones de euros en activos bajo gestión según los datos publicados por SpainNAB, el Consejo Asesor para la Inversión de Impacto en España. Esta cifra supone un crecimiento del 12% con respecto a 2020.

En realidad hay varios motivos que justifican la inclusión de la inversión de impacto en las carteras, algo que ha provocado este despegue en los activos bajo gestión. John Goldstein, director global de Soluciones de Sostenibilidad e Impacto para Asset & Wealth Management en Goldman Sachs, apunta tres razones. La primera sería el cambio de preferencias en los inversores, al que se sumarían una visión de futuro de la economía, relacionada con las finanzas sostenibles -lo que impulsa el interés de contar con una exposición de la cartera adaptada y diferenciada en este ámbito- y los objetivos sociales y medioambientales declarados por un “subconjunto de clientes, tales como family offices, fundaciones y algunas ONG”.

Paloma Giménez de Córdoba Melgarejo, Investment Vicepresident en Arcano Private Equity & Impact Investing, señala en este sentido que, además de una mayor concienciación “sobre la importancia de abordar los desafíos globales y la necesidad de tomar medidas concretas para lograr un futuro sostenible” , también ha contribuido al despegue de la inversión de impacto el desarrollo de metodologías de medición más sofisticadas -como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODSs), IRIS+ o el Impact Management Project (IMP)-. Asimismo, cita como acicalar un entorno regulatorio favorable, con iniciativas como el Reglamento de Divulgación en Materia de Finanzas Sostenibles (SFDR) de la Unión Europea.

Puede leer el artículo completo en este enlace.

MiFID III, cuenta atrás: oportunidades y nuevos desafíos

  |   Por  |  0 Comentarios

Pixabay CC0 Public Domain

La publicación por parte de la Comisión Europea de su propuesta de modificación de la Directiva sobre mercados e instrumentos financieros, el pasado 24 de mayo, supone el pistoletazo de salida para la puesta en marcha de MiFID III que, cumpliendo con los plazos previstos, se aplicará a finales del año 2025 o comienzos del 2026.

Es una Directiva muy ambiciosa que pone todo el foco en la protección al cliente minorista, aspecto que queda  reflejado en el refuerzo de la protección a la toma de decisiones de inversión, exigir una mayor transparencia en los costes de los productos, aumentar su participación en los mercados de capitales y abarcar tanto los instrumentos financieros como las inversiones alternativas y la distribución de seguros. 

Este texto marca unas nuevas normas y estándares, y pone fin a meses de intensos debates e incertidumbre sobre la conveniencia o no de mantener el sistema actual de retrocesiones. Este método, como veremos a lo largo de estas líneas, va a sufrir un cambio muy significativo y va a tener un gran impacto en las entidades que prestan servicios de inversión. Pero no hagamos spoilers y vayamos paso a paso.

Efectivamente han sido meses donde se han «enfrentado» dos grandes corrientes de opinión, muy diferentes entre ellas. Utilizando un símil pugilístico, a la derecha del ring, se encontraban los partidarios de mantener el «status quo» presente, manteniendo los incentivos tal y como están permitidos en la actualidad. Para ello, su principal argumento era que eliminarlos implicaría el riesgo de que los clientes con menos recursos no pudiesen acceder a los servicios de asesoramiento financiero. A la izquierda del ring, el otro contrincante, argumentaba justo todo lo contrario: los incentivos no son entendidos por los clientes, generan potenciales conflictos de interés entre asesores y clientes, y eliminarnos asegurará que las recomendaciones se basen en la idoneidad de producto para el cliente y no en las ganancias que obtienen de su venta.

El combate ha sido largo e intenso y al final se ha llegado a una solución aparentemente intermedia, pero que en el fondo implica que los incentivos estarán más limitados que con el modelo actual. Así, de una primera lectura podría parecer que las retrocesiones se mantienen como en el momento presente y que no hay cambios al respecto, pero se ha introducido un matiz muy importante. Solo estarán permitidos si hay un servicio de asesoramiento previo, es decir, en los servicios de solo ejecución las retrocesiones se prohíben. 

En este escenario, un modelo que nos parece adecuado pasa por ofrecer un asesoramiento individualizado y de calidad, teniendo siempre al cliente en el centro del servicio y ofreciéndole los productos más idóneos con independencia de quien sea la entidad gestora, de manera que el componente de producto propio en la cartera nunca tiene un papel predominante, es el modelo ganador. Tenemos que seguir trabajando por este paradigma, invirtiendo en equipos humanos del mayor talento y con las mejores capacidades para que puedan siempre encontrar aquellos instrumentos más adecuados para los clientes, y que más se ajustan a sus necesidades y expectativas.  

En conclusión, con MiFID III el catálogo de servicios y su relación con los incentivos cambiaría un poco la situación actual. En los servicios de RTO y de ejecución, no habrá incentivos. Esta prohibición tiene notables implicaciones, ya que las entidades tendrán que cobrar explícitamente a los clientes por el servicio de comercialización. En cuanto a los servicios de asesoramiento independiente y GDC, no habrá cambios con respecto a modelo actual, donde los incentivos no están contemplados.

Por otro lado, el servicio de asesoramiento no independiente sí permitirá el cobro de incentivos, poniendo especial énfasis en el concepto «actuar en el mejor interés del cliente», en vez del concepto «incrementar la calidad del servicio». Estos nuevos requisitos van a suponer un gran esfuerzo para las entidades en materia de evaluar una amplia gama de productos y recomendar siempre los más idóneos y beneficiosos en función del coste. 

Por último, en los dos años que aproximadamente restan para MiFID III, la clave está en invertir en los mejores profesionales y en la más avanzada tecnología para poder gozar de una completa gama de productos financieros y así crear valor en nuestros clientes, apostando por un servicio de asesoramiento, totalmente personalizado y adaptado a sus necesidades.

Tribuna de David Rodríguez, director de Cumplimiento Normativo de Creand Wealth Management.

Lucía Garvía y Carlos Llaca, nuevos socios de atl Capital

  |   Por  |  0 Comentarios

Foto cedida

El Comité de socios de atl Capital, siguiendo la fórmula de promoción interna integrada en los valores de la compañía, ha decidido nombrar socios de la entidad de banca privada a Lucía Garvía, directora del Departamento de Comercial, y a Carlos Llaca, director de Marketing y Desarrollo de Negocio. Los nuevos socios han desarrollado su carrera profesional en atl Capital, ejerciendo diferentes responsabilidades a lo largo de los últimos 12 años trabajando en la compañía. Tras estos nombramientos, el número de socios de la entidad de banca privada asciende a 24 miembros.

Lucía Garvía, licenciada en Ciencias Actuariales y Financieras por la Universidad Pontificia Comillas ICADE, y en Ciencias Empresariales por la Universidad Carlos III de Madrid, se incorporó a atl Capital como gestora de patrimonios a finales de 2010. Garvía ha ido consolidando su carrera en la compañía como asesora financiera, ocupando diferentes puestos de responsabilidad dentro del Área de Banca Privada hasta posicionarse como directora del Departamento Comercial, cargo que ocupa actualmente liderando el equipo de banqueros privados de la entidad. La nueva socia de atl Capital completa su formación con el Máster en Gestión de Carteras y Finanzas del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) y cuenta con la acreditación EFA otorgada por European Financial Planning Association como experta en el ejercicio del asesoramiento y planificación financiera.

Carlos Llaca, licenciado en Economía, especializado en economía internacional y desarrollo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera profesional hace más de 15 años en Morgan Stanley Global Wealth Management, dentro de la división de desarrollo de clientes y posteriormente se incorporó a atlas Capital, hoy atl Capital, donde ha desarrollado toda su trayectoria profesional por diferentes áreas de la compañía.

Inició su recorrido en el departamento de productos, para impulsar desde 2016, como director, el Departamento de Marketing y Desarrollo de Negocio, donde ha contribuido a potenciar y mejorar junto, al resto del equipo de atl Capital, el prestigio de la firma como entidad de referencia en el asesoramiento financiero. Llaca cuenta además con varios programas en mercados financieros y de liderazgo que ha realizado durante los últimos años y que le han permitido crecer como profesional en la compañía, hasta alcanzar la posición de socio gracias a su esfuerzo, compromiso y dedicación al negocio. Además, cuenta con la acreditación profesional European Financial Advisor, EFA, como certificado de garantía de asesoramiento financiero.

Tecnología: la calidad de los beneficios será más importante en 2024

  |   Por  |  0 Comentarios

Imagen generada por IA con Canva
CanvaImagen generada con inteligencia artificial

Aunque la naturaleza estructural de la demanda tecnológica sigue intacta, varios segmentos del sector podrían sufrir dificultades de tipo cíclico en áreas donde están purgándose las acumulaciones provocadas por el COVID y la visibilidad de la demanda sigue siendo reducida a causa del deterioro macroeconómico. Caracterizado por unos tipos de interés que permanecerán en cotas elevadas durante un periodo prolongado, el entorno macroeconómico también podría afectar a las valoraciones de algunas empresas por la vía de unas tasas de descuento más elevadas, ya que en estas empresas los beneficios futuros tienen un peso relativamente mayor, dado que esperan crecer con el tiempo.

Cabe destacar que las empresas tecnológicas han reaccionado de forma relativamente rápida ante el cambio en las condiciones de liquidez, apuntalando sus beneficios con mejoras de la eficiencia y recortes de costes. Ahora que las empresas en sus primeras etapas de desarrollo están encontrando más dificultades para acceder a financiación privada o salidas a bolsa, las estructurales sectoriales han mejorado para los actores existentes, con parte de la nueva competencia replegándose o consolidándose, lo que ha creado oportunidades para los actores de escala y los que se embarcan en restructuraciones adecuadas y productivas.

En este sentido, cabe destacar que parte de la reducción de existencias que ha sufrido el sector durante el último año aproximadamente ha comenzado a corregirse y los ordenadores, los teléfonos móviles y demás están arrancando un periodo de reposición. Las áreas de la vieja economía que habían quedado atrás en el juego de la digitalización también están generando una demanda constante.

En definitiva, la tecnología sigue siendo un componente esencial de todos los sectores y suministra las infraestructuras básicas que necesitan los consumidores, las empresas y las administraciones públicas para funcionar.

Las empresas cuentan con balances sólidos, una deuda relativamente baja y unos elevados saldos de tesorería, lo que significa que están más protegidas frente al aumento de los tipos de interés que los negocios más endeudados y también que pueden redistribuir el capital cuando surgen oportunidades.

Un entorno de tipos más altos puede ser un obstáculo para las valoraciones e implica que la calidad de los beneficios y los flujos de efectivo podrían convertirse en impulsores más importantes del comportamiento bursátil. Áreas a las que el mercado ha prestado escasa atención en el pasado, como la retribución en acciones, que tiene un efecto dilutivo sobre los beneficios, y los resultados no expresados de acuerdo con los principios contables generalmente aceptados, podrían concitar más atención, sobre todo en las empresas de crecimiento acelerado y el software. En un entorno de tipos más altos durante más tiempo, las cotizaciones podrían no tender al alza casi de forma automática como en el pasado. En lugar de eso, probablemente se comporten mejor las empresas con un recorrido al alza atractivo y la capacidad para generar esos beneficios.

Tras unas sólidas rentabilidades relativas en 2022, los resultados han sido peores en 2023 debido a las infraponderaciones motivadas por la valoración que habíamos adoptado en algunas empresas que se han beneficiado enormemente del tirón alcista propiciado por la IA y los flujos en busca de seguridad ante el entorno macroeconómico incierto. Algunas de estas acciones han alcanzado su valoración objetivo y han sido una fuente de capital para reinvertir en oportunidades más interesantes en otras áreas del sector.

Se encontraron oportunidades en el plano de la actividad corporativa y obtuvimos ganancias con candidatos a protagonizar operaciones. Creemos que escoger empresas con perspectivas de crecimiento firmes, combinándolo con un análisis riguroso de las valoraciones, es el enfoque más equilibrado para el sector tecnológico y hemos encontrado oportunidades en empresas que están monetizando las interacciones pasándose a modelos de suscripción que garantizan clientes que repiten, lo que se traduce en márgenes más estables y un crecimiento constante. Estas empresas se han movido en niveles de valoración interesantes.

La tendencia estructural de la tecnología permanece intacta y podría incluso haberse reforzado a tenor de las estrechas interrelaciones entre las capacidades tecnológicas y la competitividad. Muchas empresas consolidadas necesitan actualizar sus viejas infraestructuras tecnológicas para que los diferentes sistemas puedan comunicarse y se incorporen plataformas y aplicaciones digitales básicas para poder utilizar eficazmente el software de última generación, como los análisis avanzados y la IA. La gestión de datos, la gobernanza y la seguridad también son sectores importantes donde la demanda está creciendo. Algunas empresas tecnológicas centradas en la sostenibilidad se perfilan para crecer a largo plazo a medida que los sectores económicos en todo el mundo invierten en tecnología para cumplir con los marcos normativos que impulsan los objetivos de cero emisiones netas desarrollando software que podría ayudar a calcular las emisiones o a utilizar los recursos de forma más eficiente. También existen oportunidades para los inversores en las empresas que repatrían sus actividades y automatizan un porcentaje mayor de su producción para compensar el aumento de los costes laborales.

En cuanto a los valores individuales, existen oportunidades para entrar en acciones baratas a las que el mercado ha dado la espalda, valores donde la debilidad de la demanda ya está descontada, apuestas infravaloradas en tendencias generalistas, beneficiarios de operaciones corporativas y negocios que están reforzando sus posiciones de mercado.

 

 

Tribuna de opinión de Hyun Ho Sohn, gestor de Fidelity International. 

Javier Martín Pliego sustituye a María Dolores Ybarra como responsable global de Productos e Inversiones en Santander Private Banking

  |   Por  |  0 Comentarios

LinkedInJavier Martín Pliego y María Dolores Ybarra.

Cambios en el organigrama de Santander Private Banking. Tras más de cinco años como responsable global de Productos y Servicios de Santander Private Banking, María Dolores Ybarra abandona la entidad para emprender nuevos proyectos. Javier Martín Pliego, que hasta ahora trabajaba en el área de Estrategia de Productos y Plataformas de Asesoramiento, asume ese rol, según fuentes del mercado consultadas por Funds Society.

María Dolores Ybarra ha trabajado en Santander durante más de 32 años, a lo largo de los cuales ha ocupado posiciones senior tanto en la gestora como en la banca privada. Los últimos cinco años, en Madrid, ha sido responsable global de Productos y Servicios de Santander Private Banking, y los anteriores seis fue Global Head de Productos en la gestora, Santander Asset Management. Con anterioridad trabajó desde Londres, como CIO de Santander AM, durante más de cinco años, después de haber sido, también en la gestora, responsable de Asset Allocation y CEO, ambos puestos en Madrid. Ybarra entró en Santander en 1991, como Research Analyst, según su perfil de LinkedIn.

Antes, también trabajó como auditoria junior en Price Water House Coopers. Es licenciada en Derecho y Administración de Empresas E-3, y en Derecho y Empresariales, por la Universidad Pontificia de Comillas ICAI-ICADE.

Javier Martín Pliego, con una trayectoria de más de 17 años en el grupo, es ahora el nuevo responsable global de Productos e Inversiones en Santander Private Banking, puesto que asume desde su anterior posición en el área de Estrategia de Productos y Plataformas de Asesoramiento, según su perfil de LinkedIn, en el que ha trabajado durante los últimos dos años.

Anteriormente fue responsable global de Pensiones, Wealth Management & Seguros en la entidad, y también trabajó desde Miami, durante más de nueve años, en Santander Private Banking International. En esa etapa ocupó diversos puestos, como el de Executive Vice President, responsable de Productos y Servicios, responsable de Estrategia, o responsable de personal. También trabajó en Londres como analista de Riesgo de crédito corporativo, durante casi dos años, y fue banquero privado en Santander Private Banking en su primera etapa.

En el pasado, trabajó en otras entidades como Ahorro Corporación, donde fue analista de renta variable, y en M&G Valores AV, donde fue trader de renta variable y derivados, según su perfil de LinkedIn.

Lexington anuncia el cierre de su fondo de private equity de secundarios en 22.700 millones de dólares

  |   Por  |  0 Comentarios

Canva

Lexington Partners (Lexington), gestor de fondos secundarios del grupo Franklin Templeton, ha anunciado el cierre de su vehículo Lexington Capital Partners X, tras haber alcanzado los 22.700 millones de dólares en compromisos de capital totales. Desde la firma indican que el fondo ha superado su objetivo de recaudación de fondos de 15.000 millones de dólares, así como a la edición anterior de este mismo fondo.

La estrategia de LCP X se centra principalmente en la adquisición de carteras de capital privado y asociaciones de activos alternativos de inversores a gran escala a medida que reequilibran sus asignaciones o buscan liquidez, al tiempo que participan en oportunidades más pequeñas aprovechando las profundas relaciones de Lexington con la industria. Además, el LCP X permite a la gestora trabajar directamente con socios generales para ofrecer soluciones secundarias a sus inversores. “LCP X es un fondo de la cosecha de 2022 que ahora está comprometido en más del 40%, con una cartera diversificada de más de 50 transacciones con una variedad de vendedores, incluyendo pensiones públicas y corporativas, bancos y otras instituciones financieras”, explica Lexington en su comunicado. 

En opinión de Wil Warren, presidente de Lexington, este hito en la recaudación de fondos refleja la oportunidad en el mercado secundario mundial y la capacidad demostrada de Lexington para aprovechar nuestra escala, experiencia, relaciones y plataforma mundial para desbloquear el valor para sus inversores. “Estamos increíblemente agradecidos por la confianza y el apoyo de los inversores existentes y nuevos de todo el mundo que nos han proporcionado el capital para seguir actuando e innovando en el mercado secundario”, afirma Warren. 

Según las estimaciones de Lexington, 2023 será el tercer año consecutivo en el que el volumen del sector secundario superará los 100.000 millones de dólares. Lexington, que es una gestora de inversiones especializada de Franklin Templeton, espera que el mercado secundario mundial siga experimentando un crecimiento significativo en los próximos años debido a la importante cantidad de capital comprometido en fondos del mercado privado y a que los socios comanditarios adoptan cada vez más el mercado secundario como una herramienta eficaz de gestión de carteras. Además, se espera que la tendencia de los patrocinadores de fondos a buscar soluciones de liquidez para sus socios comanditarios a través de transacciones organizadas siga contribuyendo a un flujo significativo de operaciones secundarias.

“Creemos que nos encontramos en las primeras fases de una oportunidad generacional de compra secundaria en mercados privados que tardará varios años en desarrollarse. En tiempos de incertidumbre económica y de ralentización de las salidas de empresas en cartera, el mercado secundario puede ser una importante válvula de escape para proporcionar liquidez a los inversores. La estrategia de inversión a prueba de ciclos de Lexington, su equipo experimentado y la reputación de sus contrapartes nos permiten ofrecer soluciones secundarias sofisticadas e innovadoras”, añade Pål Ristvedt, socio de Lexington

Según indica la gestora, el LCP X atrajo a un grupo diverso de más de 400 inversores, entre los que se incluyen pensiones públicas y corporativas, fondos soberanos, compañías de seguros, dotaciones, fundaciones, family offices y socios distribuidores de canales de riqueza en Norteamérica, Europa, Asia-Pacífico, Latinoamérica y Oriente Medio.

Foro Davos 2024: la primera gran cita internacional del año

  |   Por  |  0 Comentarios

Foto cedidaImpressions from the World Economic Forum Annual Meeting 2024 in Davos-Klosters, Switzerland, 6 January. Copyright: World Economic Forum/Marcel Giger

El Foro de Davos se celebrará entre el 15 y el 19 de enero en Suiza, bajo el lema Reconstruir la confianza. El evento, organizado por el WEF (World Economic Forum), reunirá a más de 100 gobiernos, las principales organizaciones internacionales y cerca de 1.000 empresas, así como a líderes de la sociedad civil, destacados expertos, jóvenes agentes del cambio, emprendedores sociales y medios de comunicación. Desde BBVA consideran que Davos 2024 es una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos claves del mundo, marcado por las tensiones geopolíticas de los últimos años, pero también por tendencias que definirán el futuro, como la descarbonización de la economía y la inteligencia artificial.

“2023 ha sido un año lleno de fracturas geopolíticas, una crisis generalizada del coste de la vida, la frágil seguridad energética y alimentaria y, por supuesto, la intensificación de la emergencia climática. En este contexto, una pregunta espera a los líderes que acudan a la 54 edición del foro de Davos: tras un periodo de ‘policrisis’, ¿hemos entrado en una era de crisis permanente o será 2024 un momento de resolución y recuperación?”, señalan desde BBVA. 

El Foro de Davos ha servido durante más de 50 años como plataforma global donde líderes de empresas, gobiernos, organizaciones internacionales, la sociedad civil y el mundo académico se reúnen para abordar y dialogar acerca de cuestiones críticas. Para BBVA, esta misión nunca ha sido más importante que ahora.

“Los organizadores destacan que el encuentro tiene como objetivo restaurar la cooperación global y reforzar los principios fundamentales de transparencia, coherencia y rendición de cuentas entre los líderes. El programa quiere recuperar el diálogo abierto y constructivo entre líderes de gobiernos, empresas y sociedad civil. Con ello, el foro pretende servir como punto de conexión entre ellos, en un entorno cada vez más complejo y ser capaces de anticipar las tendencias futuras mediante el uso de los últimos avances en la ciencia, la industria y la sociedad”, destacan. 

El encuentro se organiza en torno a cuatro áreas, la primera de ellas es lograr seguridad y cooperación en un mundo fracturado. “En este ámbito, Davos trata de encontrar una solución que permita abordar eficazmente las crisis de seguridad, como la situación actual en Oriente Medio, y al mismo tiempo sentar las bases para evitar una mayor fragmentación entre zonas del mundo. Para ello, es fundamental garantizar la cooperación entre países y autoridades públicas y privadas”, explican desde BBVA. 

En segundo lugar, el evento abordará cómo crear crecimiento y empleo para una nueva era, por lo que el foro se cuestiona cómo pueden los gobiernos, empresas y sociedad civil unirse en torno a un nuevo marco económico que evite una década de bajo crecimiento y ponga a las personas en el centro de las decisiones. Según BBVA, aquí, los líderes reunidos en Suiza tratarán de construir un futuro más próspero en un momento en que las medidas tradicionales aparentemente están fracasando.

En tercer lugar, el foro abordará el tema de la inteligencia artificial como motor de la economía y la sociedad y cómo podemos usarla en beneficio de todos. “Esta es una de las preguntas que planean sobre el evento, que intentará anticipar el efecto de tecnologías transformadoras como la inteligencia artificial,el 5 y 6 G, la computación cuántica y la biotecnología en la economía, el empleo y la sociedad en los próximos años”, reconocen dese BBVA. 

Por último, los líderes del mundo tratarán una estrategia a largo plazo para el clima, la naturaleza y la energía. Según BBVA, tras el reciente acuerdo alcanzado en la COP28, uno de los retos que plantea el foro de Davos es cómo podemos lograr los objetivos de descarbonizar la economía en 2050 y al mismo tiempo brindar acceso asequible, seguro e inclusivo a la energía, los alimentos y el agua.

Un nuevo ciclo, una nueva normalidad y una nueva forma de navegar para los inversores

  |   Por  |  0 Comentarios

Canva

Después de que se evitara una recesión mundial tras las sacudidas de los dos pasados años, las fuerzas económicas y geopolíticas seguirán remodelando los cimientos del orden mundial en 2024. Un año que, en opinión de las bancas privadas, debería abrir muchas oportunidades y recompensar a quienes estén dispuestos a asumir riesgos, una visión que reflejan en sus documentos de perspectivas. 

A la hora de elaborar la lista de los temas que marcarán este año, la visión de UBP, JP Morgan AM y Julius Baer es muy similar a la expresada por las gestoras internacionales: las tecnologías transformadoras, la transición energética en curso y el realineamiento geopolítico, influido por las políticas estadounidenses, son temas clave que se observarán a lo largo de 2024. “Si bien la diversificación de la cadena de suministro brinda oportunidades a la India y América Latina, la evolución del mercado también entraña riesgos, como guerras cinéticas, cambios en el poder regional y desafíos imprevistos, como desórdenes políticos y estanflación al estilo de 2016”, añaden desde UBP.

Temas clave en 2024

Según el informe “Investment Outlook 2024” de UBP, el aumento de los rendimientos de los bonos, que indica el abandono de una década de intervención de los bancos centrales, es un aspecto destacado de esta nueva era. “A pesar de ello, los inversores en renta fija aún pueden prosperar en 2024, dada la pausa en el endurecimiento de los bancos centrales y el final de un mercado bajista de bonos de tres años. Sin embargo, este cambio difiere de los ciclos recientes, ya que la política fiscal gana influencia, desafiando el dominio de los bancos centrales desde la década de 1990”, matiza el documento. Para UBP este “dominio fiscal” determinará el crecimiento económico y redefinirá a los ganadores y perdedores a escala mundial

En este sentido explica que las recientes perturbaciones mundiales, como la guerra comercial de Trump, la pandemia de 2020 y la invasión de Ucrania por Rusia en 2022, han trastocado tres décadas de globalización, provocando inflación y desigualdad de ingresos. “Las facciones populistas y el amplio gasto fiscal han provocado mayores déficits presupuestarios, desplazando la influencia económica de los bancos centrales a los responsables de la política fiscal. En EE.UU., los déficits alcanzaron casi los 2 billones de dólares en 2023, con proyecciones del 4% del PIB y del 22% de los ingresos fiscales para 2028. Y con las elecciones de 2024 a la vuelta de la esquina, los bancos centrales, como la Fed, deben decidir entre luchar contra la inflación o acomodar las políticas fiscales. Se espera una pausa en las subidas de tipos a finales de 2023, lo que ayudará a la transformación industrial y al crecimiento económico. En 2024, la narrativa puede pasar de los temores inflacionistas a una transferencia del dominio de la influencia económica de la política monetaria a la fiscal, un cambio importante desde la década de 1980”, añade.

Para JP Morgan Banca Privada lo que marca la gran diferencia en este año es el cambio en la política monetaria de los principales bancos centrales. Según Clay Erwin, director global de Inversiones de J.P. Morgan Banca Privada, “la subida de los rendimientos de la renta fija mundial no solamente es histórica, sino que puede marcar una ocasión única en toda una generación como punto de entrada para los inversores, algo que podría no estar disponible dentro de un año”.

En su opinión, ​​las perspectivas inflacionistas son hoy mucho menos sombrías que hace un año. Sin embargo, creemos que el mandato de los Bancos Centrales de una inflación del 2% se convertirá en el suelo de la inflación, no en el techo. Por lo tanto, los inversores todavía han de prepararse para un mundo de inflación elevada, sólo que no tan alta como la que hemos experimentado recientemente», comenta Erwin.

Christian Gattiker, director de Análisis en Julius Baer, explica que la carga del endurecimiento monetario anterior mantendrá el crecimiento bajo presión en todo el mundo a principios de 2024. Sin embargo, advierte: “La inflación debería seguir cayendo cerca de la zona de confort de los bancos centrales, ya sea por desgaste natural o por un bang. Esto debería permitir a los bancos centrales recortar los tipos”. 

Como reconoce Gattiker lo que inquieta al mercado es el calendario que seguirán los bancos centrales. En su opinión, lo más probable es que esto ocurra en algún momento de los próximos meses. “Por lo general, los mercados financieros empiezan a prever las bajadas de tipos con una antelación de entre seis y nueve meses. Sin embargo, dependiendo de si los mercados financieros están en lo cierto sobre el momento y el tamaño de los recortes de tipos, y dependiendo del escenario de aterrizaje (duro, suave o sin aterrizaje), el entorno de fin de ciclo todavía podría crear algunos nervios en los primeros meses del año. Después, los activos de riesgo deberían estabilizarse a medida que disminuya la incertidumbre económica y de tipos”, comenta.  

Implicaciones para la inversión

Para UBP, 2024 será el momento de hacer hincapié en seguir confiando en la gestión activa y dinámica del riesgo, ya que “ayudará a mantener nuestro compromiso de preservar y hacer crecer el patrimonio en unas condiciones difíciles”. 

A la hora de hablar de activos concretos, apunta: “Los inversores pueden considerar complementar los bonos high yield con estrategias carry, para aumentar sus ingresos. La fortaleza de la tecnología y la industria, impulsada por el gasto en inteligencia artificial y las recuperaciones cíclicas, presenta oportunidades de crecimiento de los ingresos y beneficios de dos dígitos. En general, aunque los riesgos son elevados durante esta fase de transición del orden económico mundial, están surgiendo oportunidades a medida que se encuentran nuevos equilibrios, como en los mercados mundiales de deuda pública. Los inversores deben mirar más allá de la volatilidad a corto plazo y mantener la vista puesta en los rendimientos de la transformación a largo plazo de la economía a nivel global, en tecnología y nuevas energías, así como en el cambiante orden mundial”. 

Desde Julius Baer, Christian Gattiker, director de Análisis en Julius Baer, también tiene palabras para la renta fija. El experto considera que la renta fija de alta calidad de los mercados maduros puede ser la mejor opción, seguida de empresas de crecimiento de calidad en renta variable. “En términos sectoriales, esto significa poner el énfasis en las tecnologías de la información, las comunicaciones y la atención sanitaria; a escala regional, mantenemos nuestra preferencia por las acciones estadounidenses, pero vemos oportunidades de compra en los servicios públicos europeos y hemos mejorado Japón”, matiza.

Para hacer frente a la perspectiva de una inflación más significativa en 2024 y más allá, desde JP Morgan Banca Privada proponen que los inversores miren primero a la renta variable. “Las empresas cotizadas están en disposición de seguir manteniendo su poder de fijación de precios y sus márgenes. Además, mientras que en el ciclo anterior los inversores recurrieron a la renta fija para aislar sus carteras de la ralentización del crecimiento, el informe Perspectivas 2024 de la firma señala que los inversores deberían considerar los activos reales como cobertura frente a la inflación en el próximo ciclo”, afirma Erwin.

En este sentido, el director de Análisis en Julius Baer señala: “La renta variable suiza debería responder a las expectativas y volver a convertirse en un depósito de valor a largo plazo”. Y añade: “En cuanto a los mercados emergentes, sobreponderamos los bonos en divisas fuertes y vemos potencial en la renta variable de mercados emergentes, salvo China. Respecto a las divisas, vemos cierto margen para que el dólar se suavice, mientras que el yen debería fortalecerse de forma controlada. El carry trade mundial de los inversores en yenes podría suavizarse, pero no descarrilar, dada la cautelosa normalización prevista por el Banco de Japón”. 

Por último, el responsable global de inversiones de JP Morgan Banca Privada apunta que uno de los dilemas de los inversores este año es qué hacer con la liquidez. Según explica, la baja volatilidad y los rendimientos del 5% del efectivo han sido un imán para los clientes de banca privada, que mantienen bastante más efectivo que hace dos años, habiendo añadido al menos 120.000 millones de dólares más en fondos del mercado monetario a corto plazo y en letras del Tesoro. 

Erwin reconoce que se trata de una tendencia global, pero particularmente fuerte en EE.UU., donde los clientes tienen más del doble de sus inversiones en bonos del Tesoro y mercados monetarios a corto plazo que sus homólogos fuera de EE.UU.. “Es bueno mantener efectivo cuando los tipos son altos y los mercados son muy volátiles. El efectivo funciona mejor que las acciones y los bonos cuando los tipos de interés suben rápidamente y los inversores cuestionan la duración del crecimiento de los beneficios empresariales. Pero creemos que esto es lo mejor que se puede obtener del efectivo”, concluye.