Ocho vientos en contra de la renta variable en 2024

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Antes de hacer más predicciones para este año, merece la pena repasar brevemente cómo hemos llegado hasta aquí. Los últimos tres años han sido de todo menos normales. Hemos sufrido una pandemia mundial, una minicrisis bancaria y una bonanza tecnológica impulsada por la inteligencia artificial. Además, han estallado dos guerras y el panorama geopolítico parece el más preocupante en décadas. Desde el punto de vista bursátil, la pandemia, seguida de la contundente respuesta fiscal y monetaria de las autoridades de todo el mundo, ha sido lo que más ha afectado a los mercados financieros.

En retrospectiva, podemos concluir que los estímulos coyunturales fueron demasiado potentes, ya que provocaron el recalentamiento de la economía mundial y, por tanto, un salto masivo de la inflación. Y como remedio, los bancos centrales tuvieron que embarcarse en el programa de subidas de intereses más agresivo en décadas, que ahora empieza a surtir efecto. En el último mes hemos asistido a una importante caída de la inflación, acompañada de un enorme descenso de los tipos de interés a largo plazo, que ha hecho subir al MSCI World más de un 9% sólo en el mes de noviembre.

Con este telón de fondo, los mercados mundiales de renta variable han funcionado relativamente bien. Desde principios de 2020 (antes del cierre covid) hasta ahora, el MSCI World ha subido un 26% liderado por el mercado de renta variable estadounidense. El S&P 500 ha subido un 36% y el Nasdaq un 45%, respectivamente, en el mismo periodo.

Bajo la superficie, sin embargo, asistimos a un mercado muy concentrado, lo que suele ser una señal preocupante. EE.UU. no había experimentado un mercado tan estrecho desde la década de 1970, y los denominados Siete Magníficos (Apple, Microsoft, Meta, Alphabet, Tesla, Nvidia y Amazon) representan ahora la friolera del 28% del S&P 500. La capitalización bursátil combinada de estos valores es de 1.000 millones de euros y ha subido más del 100% este año, mientras que el índice S&P 500 ponderado por partes iguales sólo ha subido un 6%. El índice Russell 2000, que incluye las 2.000 empresas más pequeñas del índice Russell 3000, también ha subido un escaso 6%. De hecho, más del 40% de las acciones del índice S&P 1500 han bajado este año.

Por lo tanto, muchos creen que la próxima subida del mercado mundial de renta variable debería estar liderada por los rezagados, como las pequeñas capitalizaciones, los mercados emergentes y China, los bancos y el value. No estamos de acuerdo con esta tesis.

Vemos estos “vientos en contra” para el mercado de renta variable en 2024:

  1. Desaceleración económica: En este mundo ‘post-conflicto’, el crecimiento económico se ha mantenido mejor de lo esperado en 2023, gracias al bajo desempleo, al crecimiento de los salarios reales, a un consumidor rico en efectivo y a una fuerte acumulación de pedidos tras la pandemia. Esperamos un crecimiento económico más débil el año que viene, como indican los PMI compuestos mundiales, así como un régimen monetario y fiscal muy restrictivo.
  2. Desaparición del exceso de ahorro: El exceso de efectivo que los hogares obtuvieron durante el periodo de la crisis se está reduciendo rápidamente. JP Morgan calcula que el exceso de efectivo se concentra ahora principalmente en los estadounidenses relativamente acomodados (20% superior), mientras que la clase media (20%-60% superior) ha recuperado su liquidez real anterior a la crisis y el 40% inferior se encuentra en peor situación.
  3. Disminución de la liquidez y debilitamiento de los mercados de crédito: La oferta monetaria tanto en EE.UU. como en Europa está disminuyendo. Los bancos están endureciendo los criterios de concesión de préstamos tanto a consumidores como a empresas, y el coste de la financiación sigue subiendo. La morosidad de las tarjetas de crédito va en aumento y el mercado inmobiliario comercial se está debilitando, al tiempo que hay importantes vencimientos hasta 2024. Los préstamos sindicados también están experimentando un aumento de las tasas de impago.
  4. ¿Más alto durante más tiempo? El presidente de la Fed, Powell, ha mantenido sistemáticamente el «más alto durante más tiempo». Sí, la tasa de inflación ha caído significativamente, pero como el mercado ahora espera 130 puntos básicos de recortes de la Fed el próximo año, uno puede preguntarse si el mercado se está adelantando a sí mismo. Un recorte tan masivo sólo se producirá si i) la economía estadounidense tiene problemas, lo que no sería una gran noticia para el mercado de renta variable, o ii) si la inflación se desploma aún más desde aquí, lo que consideramos poco probable.
  5. Presión sobre los márgenes: El margen de beneficios debería debilitarse a partir de ahora debido a la desinflación, el menor poder de fijación de precios, el enfriamiento de la demanda mundial, el endurecimiento de las normas de crédito y préstamo y la rigidez de los costes salariales. Aun así, el consenso espera un crecimiento del BPA en 2024 del +9% para MSCI World.
  6. Curva de rendimientos invertida: Históricamente, nunca hemos evitado una recesión tras un periodo sostenido de curva de rendimientos invertida. Esperemos que la historia no se repita.
  7. Valoración: El mercado espera un aterrizaje casi perfecto, con una inflación a la baja y sin impacto en la demanda ni en la capacidad de fijación de precios. El mercado de renta variable estadounidense, que representa más del 70% del MSCI World, tiene un PER previsto de 19 veces, frente a una media de 16 veces. Las valoraciones en Japón y Europa parecen más sobrias, básicamente en línea con las medianas históricas. En cualquier caso, no hay mucho margen para contratiempos, sobre todo porque creemos que las estimaciones de beneficios por acción a escala mundial son un poco optimistas.
  8. Riesgo geopolítico: Con dos guerras en curso, ambas con riesgo inherente de escalada, diríamos que el riesgo geopolítico está en su punto más alto en varias décadas. Téngase en cuenta también que 2024 es un gran año para las elecciones, con más de 40 países que celebran elecciones nacionales (incluida la de EE.UU.), lo que podría desencadenar un significativo aumento de la inflación.

¿Cuáles son los argumentos a favor de la renta variable? Una caída ordenada de la inflación hacia el objetivo del 2% que permita a los bancos centrales recortar significativamente los tipos de interés. La ralentización del crecimiento económico se atenúa, el mercado laboral se estabiliza y los beneficios empresariales sorprenden al alza. En tal escenario, podríamos asistir a una expansión múltiple debido al menor coste del capital. Evidentemente, una menor tensión geopolítica también ayudaría al sentimiento general.

El caso bajista, por otra parte, podría desencadenarse por una conmoción geopolítica, como una escalada de la guerra en Oriente Medio que provocara un repunte de los precios de la energía y de la inflación, lo que podría llevar a un descenso de los beneficios y, finalmente, a una recesión. También observamos que la situación en el sur de China es muy tensa, y un conflicto militar podría ser devastador para la economía mundial. También existe un escenario en el que la compresión de márgenes señalada anteriormente sea tan grave que las empresas empiecen a recortar drásticamente el número de empleados. Esto es algo que suele ocurrir al final de un ciclo económico. Un repunte del desempleo podría reducir drásticamente la actividad económica, ya que el gasto de los consumidores suele representar 2/3 del PIB, y podría conducir a una recesión total. Durante las recesiones, el mercado de renta variable suele caer entre un 20% y un 30%.

Por todo ello, somos prudentes de cara a 2024, ya que creemos que el mercado está valorando un escenario poco realista. Mantenemos una estrategia «barbell» que combina crecimiento de calidad con bolsas de valor, como Energía y partes de Finanzas y Tecnología. Dentro de la categoría de crecimiento de calidad, estamos sobreponderados en Sanidad, Cuidado Personal del Hogar y Bienes de Lujo, donde poseemos empresas que se benefician de fuertes motores de crecimiento estructural que, en nuestra opinión, no se reflejan plenamente en el precio actual. En cuanto a las regiones, preferimos Europa y Japón a EE.UU. debido a la valoración.

Tribuna de Knut Hellandsvik, director de Renta Variable de DNB Asset Management y gestor del fondo DNB Global.

Mercados emergentes: ¿inversión cuantitativa o por fundamentales?

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Los mercados emergentes están actualmente bien posicionados para beneficiarse del próximo ciclo alcista global de los mercados de valores, tanto desde un punto de vista macroeconómico como de valoración, según un estudio elaborado por Robeco. Las perspectivas positivas de la gestora también se reflejan en su previsión de que los mercados emergentes pueden ofrecer una rentabilidad a cinco años del 8,25%, lo supone una prima del 1,5% sobre los mercados desarrollados. 

Además, reconocen que han detectado que sus clientes muestran cada vez un mayor interés por esta clase de activos. En el nuevo informe elaborado por los analistas cuantitativos Vera Roersma, Harald Lohre y Matthias Hanauer, la gestora ha examinado si el enfoque cuantitativo o por fundamentales es el más adecuado para aprovechar estas oportunidades. Más concretamente, se han analizado los perfiles de riesgo y rentabilidad de las estrategias cuantitativas y por fundamentales de renta variable de mercados emergentes, así como su exposición a los distintos estilos. 

Tras filtrar las estrategias exclusivamente a largo plazo en la completa base de datos eVestment, la gestora se ha centrado en los valores de mediana y gran capitalización de los mercados emergentes. “Aunque somos conscientes de la posibilidad de que existan sesgos de supervivencia y relleno, creemos que los datos ofrecen una instantánea creíble de las estrategias de los mercados emergentes”, afirman.

Para determinar su rentabilidad, los analistas han empleado un doble enfoque. En primer lugar, han realizado un examen a largo plazo de las estrategias activas entre abril de 2011 y septiembre de 2023, que ascendían a 123 estrategias por fundamentales y 39 cuantitativas. Y, en segundo lugar, han aplicado un análisis de plazos sucesivos correspondientes a un periodo de cinco años, que incluía 342 estrategias por fundamentales y 127 cuantitativas. “Este método nos permitió captar tanto las tendencias duraderas como la naturaleza cíclica de la rentabilidad, de forma similar a aquella en la que un gestor de carteras examinaría el universo de estrategias de mercados emergentes”, explican.

Resultados y análisis

El estudio de Robeco revela diferencias entre las estrategias cuantitativa y por fundamentales en términos de estilos de inversión y perfiles de riesgo. Una de sus conclusiones es que, a pesar de lograr un outperformance medio similar de alrededor del 2%, los gestores por fundamentales suelen asumir mayores riesgos activos, lo que se traduce en ratios de información (IR) relativamente más elevados para las estrategias cuantitativas (0,47 frente a 0,32). “Esto sugiere que las estrategias cuantitativas tienden a ofrecer una rentabilidad más estable con un riesgo relativo menor. Sin embargo, los riesgos activos elevados o errores de seguimiento (TE) suelen ser necesarios para obtener un alto outperformance. Curiosamente, los TE elevados de las estrategias más rentables suelen derivarse de una volatilidad absoluta inferior a la media, lo que pone de relieve la eficacia de las estrategias de baja volatilidad en los mercados emergentes”, indica el informe.

Por otro lado, el análisis de los estilos de inversión muestra que las estrategias cuantitativas suelen tener exposición a los cuatro factores de estilo que abarca el estudio, en contraste con la mayoría de las estrategias por fundamentales que muestran una exposición similar al crecimiento, como refleja su orientación antivalor. Esta distinción, señalan, ofrece una oportunidad estratégica de diversificación de la cartera. “De hecho, la fusión de los estilos cuantitativo y por fundamentales con un reparto 50/50 eleva el IR medio a 0,49, lo que indica una mejora del 25% respecto a las medias individuales de los subgrupos, como se ilustra en la figura 1”, añaden los analistas.

En este sentido, explican que las combinaciones más meditadas de los enfoques cuantitativo y por fundamentales pueden reforzar aún más la rentabilidad de la cartera y la gestión del riesgo, por lo que el estudio presenta una inversión básica relativa al índice de referencia, una inversión básica sostenible y una cartera conservadora.

“Nuestro exhaustivo estudio pone de relieve la posible eficacia de las estrategias cuantitativa y por fundamentales en la renta variable de los mercados emergentes. Aunque sus rentabilidades son similares, sus planteamientos de asunción de riesgos difieren, ya que los fondos cuantitativos suelen presentar riesgos activos menores. La combinación inteligente de estos estilos no solo mejora el IR, sino que también ofrece un perfil de riesgo más equilibrado, lo que demuestra la ventaja estratégica de aplicar un enfoque diversificado a la inversión en mercados emergentes”, concluyen desde Robeco.

Los CIOs mundiales esperan más incertidumbre y debilidad económica

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Las perspectivas de la economía mundial siguen siendo moderadas y llenas de incertidumbre, según el último informe “Chief Economists Outlook” publicado por el Foro Económico Mundial, ya que la economía sigue luchando contra los vientos en contra derivados de unas condiciones financieras restrictivas, las desavenencias geopolíticas y los rápidos avances de la inteligencia artificial generativa (IA).

El documento elaborado por esta institución internacional muestra que el 56% de los economistas jefe espera que la economía mundial se debilite este año, mientras que el 43% prevé unas condiciones sin cambios o más fuertes. Según el informe, el 77% cree que los mercados laborales y las condiciones financieras se relajarán durante el próximo año. Un dato significativo es que, aunque las expectativas de inflación elevada se han reducido en todas las regiones, las perspectivas regionales de crecimiento varían mucho y ninguna región prevé un crecimiento muy fuerte en 2024.

Este informe pone de manifiesto la precariedad del entorno económico actual. En medio de la aceleración de las divergencias, la resistencia de la economía mundial seguirá siendo puesta a prueba en el próximo año. Aunque la inflación mundial está disminuyendo, el crecimiento se está estancando, las condiciones financieras siguen siendo restrictivas, las tensiones mundiales se están agravando y las desigualdades están aumentando, lo que pone de relieve la urgente necesidad de cooperación mundial para impulsar un crecimiento económico sostenible e integrador”, señala Saadia Zahidi, directora general del Foro Económico Mundial. 

Perspectivas regionales

Las perspectivas para Asia Meridional y Asia Oriental y el Pacífico siguen siendo positivas y prácticamente sin cambios en comparación con la última encuesta, con una gran mayoría (93% y 86% respectivamente) que espera un crecimiento al menos moderado en 2024. China es una excepción, con una mayoría más reducida (69%) que espera un crecimiento moderado, ya que la debilidad del consumo, el descenso de la producción industrial y la preocupación por el mercado inmobiliario lastran las perspectivas de un repunte más fuerte.

En Europa, las perspectivas se han debilitado significativamente desde la encuesta de septiembre de 2023, con un porcentaje de encuestados que esperan un crecimiento débil o muy débil que casi se ha duplicado hasta el 77%. En Estados Unidos y Oriente Medio y el Norte de África, las perspectivas también son más débiles, ya que aproximadamente seis de cada diez encuestados prevén un crecimiento moderado o más fuerte este año (frente al 78% y el 79%, respectivamente). Se observa un notable repunte de las expectativas de crecimiento para América Latina y el Caribe, África Subsahariana y Asia Central, aunque las opiniones siguen siendo de crecimiento moderado en términos generales.

Fisuras geopolíticas

Un tema relevante para los CIOs es la tensión geopolítica, que generará más incertidumbre. Aproximadamente siete de cada diez economistas jefe prevén que el ritmo de la fragmentación geoeconómica se acelere este año, y la mayoría afirma que la geopolítica avivará la volatilidad de la economía mundial (87%) y de los mercados bursátiles (80%), aumentará la localización (86%), reforzará los bloques geoeconómicos (80%) y ampliará la brecha Norte-Sur (57%) en los próximos tres años.

El informe explica que mientras los gobiernos experimentan cada vez más con herramientas de política industrial, los expertos son casi unánimes en esperar que estas políticas sigan estando en gran medida descoordinadas entre países. Aunque dos tercios de los economistas jefe esperan que las políticas industriales permitan la aparición de nuevos focos de crecimiento económico y de nuevas industrias vitales, la mayoría también advierte del aumento de las tensiones fiscales (79%) y de la divergencia entre las economías de renta alta y baja (66%).

La IA en el punto de mira

Por último, los economistas jefe esperan que los beneficios de la inteligencia artificial (IA) varíen ampliamente entre los distintos grupos de renta, con opiniones notablemente más optimistas sobre los efectos en las economías de renta alta: el 79% afirma que la IA generativa aumentará este año la eficiencia de la producción y la innovación (74%) en las economías de renta alta. 

“De cara a los próximos cinco años, el 94% espera que estos beneficios de productividad sean económicamente significativos en las economías de renta alta, frente a sólo el 53% en las economías de renta baja”, apunta el informe en sus conclusiones. 

En cambio, el 73% no preve un impacto positivo neto sobre el empleo en las economías de renta baja, y el 47% dijo lo mismo para las economías de renta alta. “Las opiniones están algo más divididas en cuanto a la probabilidad de que la IA generativa aumente el nivel de vida y provoque un descenso de la confianza, siendo ambas ligeramente más probables en los mercados de renta alta”, concluye el documento en este sentido. 

En vista de los elevados riesgos macroeconómicos, efectuar una selección de valores acertada resulta indispensable

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Pixabay CC0 Public DomainImagen de Radoslaw Pietrzykowski

De cara a 2024, la inflación, la materialización de una recesión, las elecciones y el riesgo geopolítico son todos ellos posibles catalizadores de perturbaciones en el mercado de renta variable. En lugar de enfocar esta coyuntura formulando recomendaciones sobre la disyuntiva de «crecimiento frente a valor» o «valores de gran capitalización frente a valores de pequeña capitalización», creemos que la receta para tener éxito en 2024 estriba en gestionar una cartera capaz de generar alfa a pesar de estos retos en el plano macroeconómico.

Pensamos que el entorno de tipos más altos durante más tiempo creará ganadores y perdedores más diferenciados. En Estados Unidos, parece que el ciclo de subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed) ha entrado al fin en una fase en la que los tipos se mantendrán estables durante un tiempo. No obstante, ante la persistencia de la inflación y la relativa solidez de los datos sobre el empleo y el crecimiento, la pausa de la Fed en el plano de los tipos podría tener una duración superior a la prevista. Los continuos esfuerzos por mantener la inflación controlada tienen un impacto directo en las compañías.

En primer lugar, la demanda se ve considerablemente afectada, dado que el aumento de los costes del crédito perjudica a unos consumidores que han ido agotando sus ahorros. Ello tendrá unas repercusiones que no se circunscribirán únicamente al segmento de las compañías de consumo discrecional.

En segundo lugar, el coste de hacer negocios permanecerá en niveles elevados. El aumento de los costes de financiación podría acarrear dificultades especialmente considerables a las compañías de menor tamaño que dependen de la financiación a corto plazo para respaldar sus operaciones.

Finalmente, en tercer lugar, el poder de fijación de precios, que ha permitido a numerosas empresas mantener sus beneficios en niveles elevados, podría menguar a medida que estas experimenten más dificultades para repercutir el aumento de los costes de hacer negocios a los consumidores.

En nuestra opinión, el mayor riesgo para los mercados es que los inversores están subestimando la posible magnitud de una ralentización económica. En estos momentos, las probabilidades de volver al objetivo de inflación del 2% de la Fed desde los niveles de actividad económica actuales sin desencadenar una recesión (posiblemente grave) parecen escasas. Ante estas presiones, la clave para diferenciar a los ganadores de los perdedores será identificar compañías que cuenten con unos balances resilientes y demuestren disponer de numerosos catalizadores del crecimiento que vayan más allá de una reducción de costes (gráfico 1).

Un reducido grupo de valores tecnológicos que presentan unas valoraciones elevadas generaron la mayor parte de las rentabilidades del índice S&P 500 en 2023, al verse impulsados por unas aspiraciones excesivamente optimistas en cuanto a la posibilidad de que se materialice de forma inminente una realidad idílica posibilitada por la inteligencia artificial. Creemos que esta tecnología alberga el potencial de constituir una fuerza transformadora para el crecimiento en el conjunto de la economía, no solo en el sector tecnológico. No obstante, también pensamos que el horizonte temporal del mercado es poco realista. A nuestro parecer, resulta más probable que tardemos entre tres y cinco años en lograr hacer realidad esas aspiraciones que los 12 a 24 meses que ha descontado el mercado para un reducido grupo de compañías este año.

La concentración de la rentabilidad en 2023 ha creado oportunidades para los inversores que adoptan un enfoque basado en el análisis, puesto que el grupo de compañías del sector tecnológico y de otros sectores que el mercado seguramente pasa por alto es ahora más nutrido. Cuando regresemos a la senda del crecimiento, creemos que el mercado presentará un carácter menos monolítico y que las oportunidades se encontrarán más repartidas.

Ante una posible ralentización, consideramos que también existen oportunidades para reforzar las asignaciones estratégicas fuera de Estados Unidos, en particular en el segmento de los mercados emergentes y en el de los valores de pequeña capitalización. En efecto, pensamos que un gran número de inversores cuentan con una asignación insuficiente a estos segmentos. Los valores de pequeña capitalización resultan actualmente baratos, y con razón, dado que en una recesión serían los primeros en verse afectados. No obstante, pensamos que el segmento de títulos de pequeña capitalización tanto de estilo crecimiento como de estilo valor alberga oportunidades interesantes desde el prisma de la selección de valores. Entretanto, las valoraciones en Europa revisten mayor atractivo que en Estados Unidos en términos de ratio precio/beneficios, pero las acciones podrían presentar mayor sensibilidad a los factores macroeconómicos y a los tipos. Una vez más, cabe destacar que efectuar una minuciosa selección de valores resultará fundamental.

Los rendimientos del efectivo y de los mercados monetarios se encuentran en máximos de 15 años, y los inversores han optado de forma masiva por invertir en estos instrumentos. Sin embargo, en un mundo donde la inflación podría resultar elevada en términos estructurales, los inversores necesitarán aunar la revalorización del capital con la obtención de ingresos para cumplir sus objetivos a largo plazo. El efectivo podría estar ofreciendo un rendimiento interesante en la actualidad, pero este disminuirá cuando los bancos centrales acaben por recortar los tipos.

Por el contrario, las acciones que reparten dividendos pueden sustituir esos ingresos y, además, ofrecer una revalorización del capital. Sin embargo, no todas las acciones que distribuyen dividendos son iguales. Identificar las empresas capaces de incrementar su dividendo y que cuentan con unos balances que les permiten mantener el pago de los dividendos durante coyunturas de mayor volatilidad resulta indispensable para lograr unos ingresos sostenibles.

En conclusión, 2024 podría resultar convulso para los inversores, pero creemos que la renta variable constituye un posicionamiento estratégico de cara al largo plazo. En caso de que los inversores no tomen decisiones basadas en el análisis y con arreglo a un enfoque activo a la hora de sobreponderar e infraponderar compañías, igualarán las pérdidas que pueda observar un índice como el S&P 500.

Incluso si los inversores no consideran que deberían reforzar su asignación a la renta variable el año que viene, tampoco deberían liquidar sus posiciones ante los episodios de volatilidad que puedan producirse a corto plazo. Si los mercados registran caídas, los inversores centrados en compañías con sólidos fundamentales dispondrán de oportunidades para reforzar sus posiciones estratégicas a largo plazo a unos precios atractivos.

 

 

Tribuna de opinión de Melda Mergen, directora global de renta variable de Columbia Threadneedle Investments. 

La «última milla desinflacionaria” puede ser la más difícil, según Colchester

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Colchester
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Colchester Global Investors realizó su primer evento del año en México, con clientes e inversionistas potenciales. El evento, denominado Global bonds and currencies in 2024. A year of plentiful opportunities (Bonos y divisas globales en 2024. Un año de muchas oportunidades), se centró en las condiciones y perspectivas económicas sobre el mercado local y su papel regional.

Jessica Roldán, economista en jefe de Casa de Bolsa Finamex y Carl Roberts, investment officer en Colchester Global Investors, detallaron el panorama observan en México, en la región y en el mundo, dada la interconexión inevitable entre los mercados globales.

El evento también contó con la asistencia de Analia Gianchino, head of distribution en Israel, Iberia y Latinoamérica en Colchester Global Investors, junto con Sebastian Miralles, events director en CFA Society México.

El dilema de la «última milla»

De acuerdo con Carl Roberts, en el año 2023 las fuerzas desinflacionarias dominaron; sin embargo, la fortaleza económica subyacente ha sorprendido.

Las caídas de la inflación subyacente han sido más moderadas que las lecturas generales, y las cadenas de suministro han dado lugar a que la inflación de los precios de los bienes básicos se normalice, pero la inflación de los servicios sigue siendo elevada.

En este contexto, el efecto retardado de la desaceleración generalizada del crecimiento de la oferta monetaria y el impacto de tasas de interés más altas probablemente ejercerá mayores efectos desinflacionarios.

Colchester pronostica que la inflación caerá en los próximos 18 a 24 meses. Pero, la probable fortaleza económica latente desacelerará el ritmo de la desinflación; además, es probable que el endurecimiento y la disminución de la oferta monetaria afecten a la progresión de los precios.

También cosnidera que la trayectoria de la desinflación sea desigual y que existan diferentes políticas. Es poco probable que los rendimientos reales y nominales se “establezcan” en niveles inusualmente bajos en la década posterior,

México, bien en el contexto latinoamericano

Para Jessica Roldán, economista en jefe de casa de bolsa Finamex, México luce bien en el contexto latinoamericano, con un peso que este año de mantendrá relativamente estable, con la posibilidad de que el banco central baje la tasa de referencia en algún momento a partir de marzo, y con un crecimiento sólido que podría superar nuevamente la tasa potencial de 2.5%.

Adicionalmente, el nearshoring será un factor determinante para el desempeño de la economía mexicana, es además una de las mayores oportunidades para consolidar el liderazgo del país en la región.

Colchester tendrá a lo largo del año varios eventos más en México, ya que considera que el país es uno de los actores principales en Latinoamérica.

El giro hacia la laxitud en política monetaria ya ha comenzado

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El miércoles, Jerome Powell lanzó un jarro de agua fría sobre la posibilidad de iniciar el 20 de marzo el ciclo de rebajas en tipos que comentamos en este mismo espacio la pasada semana. Aunque el fondo del comunicado es favorable para los que apuestan por la proximidad del primer recorte, para el presidente de la Fed un ajuste de -0,25% en marzo “no es el escenario central”.

No obstante, la condición necesaria para que la Reserva Federal comience a recortar no es que los datos de inflación caigan todavía más, sino que mantengan su trayectoria actual hacia la normalización, sin alimentar la duda de un posible repunte: “No necesitamos ver que los datos mejoran, sólo necesitamos una continuación de la tendencia que hemos disfrutado durante los últimos seis meses«. Como el presidente de la Fed explicó en el turno de preguntas, las proyecciones de inflación del PCE que presentaron el 13 de diciembre pueden haber quedado obsoletas por la inercia bajista en índices de precios desde entonces.

Los inversores estiman que la rebaja de 0,25% en marzo es aún una opción abierta, aunque menos probable, con la curva de futuros asignando a este desenlace un 23% de probabilidad, que podría elevarse rápidamente si las próximas publicaciones de IPC y PCE no sorprenden negativamente. El dato de nuevas nóminas de enero fue demasiado sólido, aunque las revisiones del IPC la semana que viene podrían animar nuevamente a los inversores; además, el indicador de bajas voluntarias de empleo, que es un buen indicador adelantado del crecimiento salarial, contradice el mensaje, más ruidoso, que deja el de nuevas nóminas.

Mas allá de los ajustes en el coste del dinero, Powell confirmó en la rueda de prensa que en un par de meses discutirán “en profundidad” qué hacer con el actual ritmo de adelgazamiento del balance (QT), que podría disminuir en intensidad coincidiendo con el inicio del ciclo bajista en tipos. Aunque a priori parece un caso aislado, la Fed también estará vigilando la situación de NYC Bancorp (NYCB US) y su efecto sobre la cotización de los títulos del resto de bancos regionales estadounidenses, muy expuestos al riesgo de propiedad inmobiliaria comercial (CRE). La suspensión el 11 de marzo del programa especial de asistencia a los bancos (BTFF) lanzado a raíz del colapso de Silicon Valley Bank y los problemas de la japonesa Aozora, están sembrando inquietud, y una espiral de ventas en acciones de bancos regionales puede acabar generando un problema de liquidez en estas instituciones, obligando a Powell a anticiparse.

Por ahora, el consenso en base a la evolución del índice bolsa/bonos descuenta una recuperación en la actividad industrial y una estabilización en el mercado laboral (ver gráfica abajo), que aleja las probabilidades de recesión. Está hipótesis encuentra soporte en la publicación del ISM de manufacturas, que superó las estimaciones acercándose mucho a la zona de expansión (49,1), y que contradijo la lectura de las encuestas regionales de actividad industrial, dándole la razón al flash PMI de la semana pasada.

Diseccionando la actualización del ISM, y por el lado de las perspectivas de rentabilidad empresarial, las noticias fueron prometedoras: resiliencia en la demanda, solidez en el mercado laboral y viento a favor por el lado de los inventarios. El índice de nuevos pedidos subió 5,5 puntos hasta 52,5, mientras que el empleo se moderó, pero se mantuvo estable (bajó 0,4 puntos), y los inventarios cayeron 4,4 puntos (inventarios limpios + demanda sana + empleo estable es positivo). No obstante, los precios pagados subieron 7,7 hasta 52,9 (la primera vez que el subíndice de precios supera 50 desde abril del año pasado). Este último aspecto es menos constructivo de cara a esperar un primer recorte en marzo si tenemos en consideración que Powell mostró el miércoles su preocupación ante un posible repunte de precios en el sector manufacturero.

Después del rally desde octubre, el optimismo, y la sobrecompra técnica pueden acabar siendo depuradas a través de una corrección tradicional que podría justificarse por el “ruido” y no por un cambio real en el fondo macro o micro. En este sentido, los resultados de Alphabet, Apple o Microsoft no fueron malos -aunque las expectativas sí eran elevadas, y en cualquier caso se ven más que compensados por los de Meta o Amazon, que fueron realmente brillantes-, y el riesgo especifico que plantea NYCB (que adquirió activos al quebrado Signature Bank), choca con la saludable realidad del sector bancario transmitida por entidades como BofA, JP Morgan o Citi y por otros bancos regionales en las presentaciones de resultados trimestrales de hace un par de semanas.

En el ámbito geopolítico, y a pesar de los rumores acerca de una tregua en Gaza, una buena excusa para la corrección vendría de la mano de  la decisión por parte de EE.UU. de asumir un rol más activo en Jordania, después de la muerte de tres de sus soldados la semana pasada. El secretario de Estado, Antony Blinken, explicó, en este sentido, que la situación en Oriente Medio no ha sido tan volátil desde 1973. Los comentarios de miembros del Departamento de Defensa hablan de una respuesta quirúrgica enfocada en el grupo causante del atentado para evitar un aumento de las tensiones con Irán. No obstante, el riesgo de ampliación del conflicto continúa incrementándose.

Pese a todo, y como explicamos la semana pasada, si la Fed no comienza con su ciclo de recortes en marzo, lo hará en mayo. El crecimiento nominal, actualizado hace unos días, ya se ha encontrado el nivel de los tipos oficiales, y si Powell quiere evitar que las empresas se embarquen en una espiral de despidos, deberá actuar con diligencia y premura. Las publicaciones macro continúan apoyando, de momento, la tesis del aterrizaje suave. Las peticiones semanales de subsidio de desempleo (cerca de los máximos de los últimos dos años), o los costes laborales unitarios del cuarto trimestre que conocimos el jueves, apuntan en esta dirección.

El giro hacia la laxitud en política monetaria ya ha comenzado: esta semana Chile, Brasil y Colombia rebajaron tipos, y en Europa y EE.UU., donde el QT también empezará a ralentizarse, los recortes llegarán en torno al verano, si no antes. La temporada de resultados del cuarto trimestre ha superado su pico en lo que respecta al número de publicaciones, y los resultados, sin ser ni mucho menos perfectos, mantienen intactas las proyecciones de consenso de ~240 dólares para el S&P 500 en 2024. Con un 44% del sector tecnológico y de servicios de comunicación habiendo anunciado un crecimiento en beneficios del 13,6%.

Con tipos a la baja, en marzo o algo más adelante, y crecimiento estable, las valoraciones podrán permanecer elevadas más tiempo. Aunque el recorrido más allá de los 5.000 de S&P 500 parece limitado, el riesgo de caídas fuertes en virtud del cuadro macro que se presenta este primer trimestre es manejable. Un ajuste técnico de 5%-7% puede ser tácticamente interesante.

Claves sobre la regulación digital y bancaria para 2024: inteligencia artificial, criptoactivos, sostenibilidad…

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En materia de regulación, el año 2024 tendrá dos partes muy diferenciadas. Hasta las elecciones europeas, que se realizarán a mediados de año, las autoridades se centrarán en alcanzar acuerdos en las normas abiertas, lo que podría traducirse en avances importantes en muchos campos. Después de esa fecha hay más incertidumbre sobre la agenda de trabajo que definirán las nuevas autoridades europeas, pero es de prever que su actividad siga una línea continuista.

En concreto, las principales áreas de trabajo que refleja el estudio de BBVA serán dos, digital (el Reglamento MiCA, la inteligencia artificial, Open finance, PSD3 y pagos instantáneos) y sostenibilidad (Corporate Sustainability Due Diligence Directive’ (CSDDD) y greenwashing).

Criptoactivos

Las Autoridades Europeas de Supervisión (EBA y ESMA) seguirán trabajando en el desarrollo de la normativa de segundo nivel del Reglamento MiCA, que entrará en vigor entre junio y diciembre de 2024, aunque los proveedores que presten servicios de criptoactivos con anterioridad tendrán hasta finales de 2025 para adaptarse.

Esta nueva normativa aportará certidumbre y claridad regulatoria a los mercados de criptoactivos y protección a los inversores, asegurando por ejemplo que los “stablecoins” o criptomonedas estables, en castellano, son realmente estables y que los criptoactivos bajo custodia están adecuadamente protegidos.

Por otra parte, en el ámbito prudencial, el marco transitorio acordado por la Unión Europea para las exposiciones a criptoactivos empezará a aplicarse en junio de 2024, mientras que el Comité de Basilea realizará previsiblemente este año también ajustes a su estándar de criptoactivos, cuya fecha de implementación es enero de 2025.

Inteligencia artificial

Después del acuerdo provisional en trílogos, los co-legisladores europeos trabajarán durante los primeros meses de 2024 en la finalización del nuevo reglamento de inteligencia artificial (IA), que debería aprobarse formalmente antes de las elecciones europeas. Es un reglamento pionero a nivel mundial por su alcance, ya que regula tanto casos de uso específicos designados como de alto riesgo (por ejemplo, el análisis crediticio de personas físicas), como modelos de inteligencia artificial de propósito general como ChatGPT.

En España, la nueva Agencia de Supervisión de la Inteligencia Artificial y el sandbox regulatorio de IA empezarán a dar sus primeros pasos, y a nivel internacional, continuarán las iniciativas para promover la coordinación en la gobernanza y la regulación de la IA, a distintos niveles (UE-EEUU, G7, ONU…).

Open finance y PSD3

Los co-legisladores europeo, el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo, seguirán negociando en 2024 la propuesta de la Comisión Europea para una nueva regulación sobre acceso a datos financieros, denominada ‘Financial Data Access Framework Regulation (FIDA), que obligaría a los bancos y otras entidades financieras a permitir a los clientes compartir con terceros los datos de un amplio abanico de productos y servicios (crédito, ahorro, inversión, seguros…).

La compartición de datos del ámbito de pagos seguirá estando regulada por un marco separado, el que introdujo la PSD2 en forma de requisitos de “open banking”, y que ahora está en proceso de revisión en base a las propuestas de la Comisión Europea para una nueva directiva de servicios de pago (PSD3) y un nuevo reglamento (PSR). Los legisladores están negociando ambas normas, que también introducen novedades relevantes en el ámbito de fraude, y podrían producirse avances significativos en 2024.

Fuera del sector financiero, las obligaciones de compartición de datos siguen siendo limitadas, a pesar de que esta ha sido una reivindicación del sector financiero para maximizar las posibilidades de innovación basada en datos y para equilibrar el terreno competitivo. No obstante, en 2024 se producirá algún avance en esa dirección con la implementación de la ‘Digital Markets Act’, que incluye obligaciones de acceso a datos para las grandes plataformas digitales.

Euro digital

Las autoridades europeas también seguirán trabajando en el proyecto del euro digital en dos ámbitos: por un lado, la negociación en el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo del marco legal que regularía las principales características de un posible euro digital; y, por otra parte, el Banco Central Europeo continuará con sus trabajos de preparación, más técnicos, y que incluyen por ejemplo el desarrollo de un ‘rulebook’ para el esquema del euro digital.

La emisión de una moneda digital de banco central de uso minorista tendría implicaciones significativas para el funcionamiento del sistema financiero y para las infraestructuras y el mercado de pagos que deberán seguir analizándose en profundidad y con cautela a lo largo de los próximos años.

Corporate Sustainability Due Diligence Directive (CS3D)

La directiva CS3D, para la que se que se alcanzó un acuerdo en diciembre pasado, tendrá que publicarse y se conocerá todo su detalle. Su objetivo es que todas las empresas tengan que monitorizar (hacer un ‘due diligence’) las actividades de su cadena de valor, tanto a los proveedores como a los clientes, para asegurarse de que sus actividades no van en contra de los derechos humanos o del medioambiente. En el caso del sector financiero, se acordó que esta obligación sólo afecte por ahora a los proveedores, dada la especial posición de los bancos en las cadenas de valor al ser puros intermediarios.

En 2024 se trabajará en la trasposición del texto en cada país, momento en el que es fundamental que las discrepancias sean mínimas para no desequilibrar el marco competitivo.

Es también importante vigilar los efectos extraterritoriales de la norma, ya que si una empresa de fuera de la UE factura en nuestro territorio más de un cierto importe, estaría obligada a monitorizar todas sus cadenas de valor, aunque éstas no se encuentren en la UE.

Greenwashing

Se conoce como greenwashing o ecopostureo, el hacer declaraciones sobre lo sostenible que es el negocio propio que resulten falsas o exageradas. Las tres autoridades europeas de banca, mercados y seguros (EBA, ESMA y EIOPA) emitieron en junio de 2023 un primer informe de progreso con una definición de alto nivel de lo que se considera greenwashing. En contra de la opinión de la industria, en esa definición no se requiere que haya ningún tipo de intencionalidad ni de negligencia, ni que haya habido un daño para alguien, para considerar que ha habido greenwashing. En mayo de 2024 las autoridades emitirán sus informes definitivos, en los que podrían introducirse requisitos formales para las compañías.

Este tipo de iniciativas podrían estar generando como efecto no deseado el llamado greenhushing o silencio verde, por el que las empresas tiendan a no comprometerse a compromisos voluntarios relacionados con la sostenibilidad o a no comunicarlos al mercado para no arriesgarse a ser acusadas de greenwashing.

Regulación financiera: Basilea III y ‘Crisis management’ (CMDI)

Las autoridades europeas han llegado a un acuerdo para la transposición del estándar de Basilea conocido como la finalización de Basilea III, que se refiere al marco prudencial de capital. El texto final debería firmarse a finales de este año, y entraría en vigor a principios de 2025.

Se trata de un texto equilibrado que respeta las líneas maestras del acuerdo y al mismo tiempo adapta el estándar internacional a las peculiaridades europeas. Es una buena noticia que Europa haya conseguido cerrar este paquete legislativo tan importante. Su principal objetivo era limitar los beneficios en términos de capital que algunos bancos venían obteniendo por la utilización agresiva de modelos internos para calcular el riesgo de sus carteras.

La Autoridad Bancaria Europea (EBA) tiene alrededor de 140 mandatos con origen en esta norma. Durante 2024, se espera que vayan realizándose las consultas públicas que desembocarán en la regulación de desarrollo correspondiente.

Además, las autoridades europeas están discutiendo una propuesta de la Comisión Europea para reformar el marco de gestión de crisis bancarias. El objetivo fundamental es conseguir que el marco europeo de resolución de crisis se utilice más, especialmente por bancos de tamaño medio, y que se deje de acudir tanto a los heterogéneos marcos de insolvencia nacionales.

Sin embargo, el que más bancos vayan por resolución genera el problema de cómo financiarlo. La propuesta opta por un mayor uso de los FGD nacionales, e incluso que lo que se utilice de ellos cuente de cara al 8% de absorción interna de pérdidas por la entidad (el bail in) que daría acceso al fondo único de resolución europeo (el FUR). Esto tiene sentido, pero genera varios problemas, como el que una entidad europea (el SRB) decida sobre fondos nacionales (los FGD) o que los bancos grandes, que son los mayores contribuyentes al FGD y al FUR acaben financiando las crisis de los más pequeños.

Pero los mayores problemas de esta propuesta radican en lo que no tiene. Y es que no tiene un fondo de garantía de depósitos común, un EDIS. Tampoco existe en Europa un mecanismo de liquidez en resolución potente, como los utilizados en las crisis recientes de EEUU o Suiza, y donde el BCE debería jugar un papel fundamental. Por último, la propuesta no soluciona los problemas del riesgo de litigios que afronta la entidad compradora por las acciones pasadas de la entidad comprada.

En cualquier caso, las negociaciones del paquete CMDI en Europa están siendo muy difíciles, y previsiblemente continuarán en todo el 2024.

Tres de cada cuatro economistas estiman que la economía española empeorará en este primer semestre del año

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El Consejo General de Economistas de España ha presentado el “Barómetro Económico”, correspondiente al segundo semestre de 2023. Se trata de un estudio sociológico en el que, a partir de la información proveniente de una encuesta realizada a economistas colegiados de toda España (de diferentes edades, géneros y sectores de actividad), se valoran, entre otras cuestiones, la actual situación económica de nuestro país y las expectativas de evolución para el primer semestre de 2024; las perspectivas de empleo y ahorro; los factores que están afectando en mayor medida a la competitividad de España; o temas de actualidad tales como de qué forma pueden afectar al crecimiento económico de España la formación del nuevo Gobierno, las tensiones geopolíticas o el endurecimiento de las políticas monetarias.

En la presentación han participado Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas de España (CGE); Carlos Alonso de Linaje, presidente del Registro de Expertos en Marketing (EMK-CGE) y coordinador del Barómetro económico; y Victoria Nombela, secretaria técnica del Registro de Economistas Asesores Financieros (EAF-CGE).

Para el presidente del Consejo General de Economistas de España (CGE), Valentín Pich, “la encuesta pone de relieve una cierta sensación de pérdida de ritmo de nuestra economía para este año, algo de lo que venimos advirtiendo desde la organización de los economistas”.

Para Pich, lo que más llama la atención de este trabajo es la parte relativa a aquellos factores que afectan en mayor medida a nuestra competitividad con respecto a los países de nuestro entorno, que, según los encuestados, son los incrementos de impuestos y de los costes salariales. En este sentido, el presidente de los economistas ha señalado que “entendemos que, a la hora de abordar los próximos presupuestos generales del Estado, debería tomarse en consideración lo expresado por los economistas en este barómetro, porque todo apunta a que, tanto en materia impositiva como en costes laborales, el margen de maniobra es casi nulo”.

Según el presidente del CGE, “desde 2019 hasta hoy, la suma de impuestos y cotizaciones sociales se ha incrementado más en España que en ningún otro país de la Unión Europea”. “Por otra parte –ha añadido el presidente de los economistas españoles–, aunque desde algunos estamentos se sigue insistiendo en que nuestra presión fiscal sigue siendo algo menor que en la media de países de nuestro entorno, no hay que olvidar que, dado nuestro nivel de desempleo, la abultada economía irregular y de que buena parte de la población obtiene rentas bajas que no tributan, el peso de esta presión fiscal recae en las clases medias”. En cuanto al tema concreto de las cotizaciones sociales, Valentín Pich ha señalado la necesidad de “explorar la posibilidad de reducir las contribuciones a la seguridad social, con lo que se reduciría el coste del trabajo, fomentando así la creación de empleo y desincentivando la economía sumergida”. 

Por su parte, Carlos Alonso de Linaje, coordinador del Barómetro económico y presidente del Registro de Expertos en Marketing (EMK) –órgano especializado en esta disciplina del Consejo General de Economistas– ha destacado la representatividad de la muestra –con la que se alcanza un margen de error de +/- 4,35% con un nivel de confianza del 95%– por lo que “este trabajo constituye una herramienta empírica de utilidad para conocer las principales preocupaciones de los economistas españoles y debería servir para ayudar a dirigir convenientemente los programas de actuación de las políticas públicas”. 

A continuación, Alonso de Linaje resaltó las principales conclusiones del Barómetro económico:

Situación de la economía española

En cuanto a la situación actual de la economía española con respecto a hace seis meses, la opinión mayoritaria aprecia un deterioro del contexto económico y se eleva hasta el 73% quienes perciben que la situación “ha empeorado algo” o “mucho”; el 15,6% apenas percibe cambios, y el 11,2% opina que ha mejorado. Por tanto, se observa que para casi tres de cada cuatro economistas las condiciones económicas de España se han deteriorado en el segundo semestre de 2023 con respecto a hace seis meses.

El escenario actual, marcado por una elevada incertidumbre, un menor crecimiento económico en el ámbito internacional, la inestabilidad geopolítica y el impacto de la política monetaria contractiva del Banco Central Europeo, condiciona una expectativa de evolución poco favorable para el primer semestre de 2024. La opinión más numerosa expresa cierta desconfianza en la evolución de la situación económica de España en el corto plazo, como refleja que el 42,3% señaló que la realidad económica será “algo peor” en los próximos seis meses y se dispara al 34,1% los que piensan en la situación económica de España será “mucho peor” en comparación con la actualidad. Por tanto, con respecto a las perspectivas a corto plazo, tres de cada cuatro colegiados/as comparten las expectativas pesimistas y se decantan por una peor situación a nivel nacional en la primera mitad del año 2024 respecto a la actual (el 76,4%). 

Con respecto al desempleo, en un contexto de evolución positiva del mercado de trabajo, la mayoría de las y los economistas que han participado en la encuesta apunta a una tendencia alza y creen que el paro se incrementará en los próximos seis meses: el 63,7%, en contraposición al 15,6% que prevé que disminuya en los próximos seis meses y el 20,6% que se mantenga.

En relación con las posibilidades de ahorro en el hogar en los próximos seis meses, se observa una ligera tendencia al pesimismo y gana peso la incertidumbre de cara a la planificación financiera de los hogares. Por un lado, el 52,5% de las y los economistas que han participado en la encuesta cree que tendrá dificultades para ahorrar en su hogar en los próximos seis meses: el 37,7% considera probable la imposibilidad de ahorro y el 14,8% lo afirma con seguridad; por otro lado, el 35,8% estima que se podrá ahorrar en su hogar en los próximos seis meses: el 9,9 % con seguridad y el 34,4% lo cree probable. Hay un 11,8% que encara con incertidumbre económica los próximos seis meses. 

Para los economistas entrevistados, el factor que más afecta a la competitividad de la economía española con respecto a los países de nuestro entorno es la presión fiscal, seguido del incremento de los costes salariales y el precio de la energía. 

Impacto político

Al considerar los efectos de la formación del nuevo gobierno, la opción más elegida proyecta un impacto negativo en el crecimiento económico del próximo año: para el 47,5% “afectará muy negativamente” y para el 29,5% “afectará negativamente”, lo que eleva hasta el 77% las expectativas pesimistas para 2024. Un 12% se muestra neutral e indica que la formación del nuevo Gobierno carecerá de impacto en la evolución económica. Por otro lado, el peso del colectivo más optimista, que opina que “afectará positivamente” (8,0%) o “muy positivamente” (1,8%) no llega al 10%. Hay un 1,2% que se muestra indeciso al valorar la repercusión del nuevo Ejecutivo en el crecimiento económico.

Casi nueve de cada diez economistas se muestran de acuerdo en afirmar que el endurecimiento de las políticas monetarias influye negativamente en el crecimiento de España. Según el 63,5% la política monetaria más restrictiva tiene un impacto negativo moderado, y para el 24,8% es muy acusado. 

Con respecto a los conflictos y tensiones geopolíticas actuales, para el 58,9% “influyen negativamente” y para el 31,5% “influyen muy negativamente”, lo que eleva la visión negativa al 90,4% de las respuestas totales. 

Mediolanum Aproxima supera los 1,6 millones de euros en donaciones en 2023

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Mediolanum Aproxima, la acción social de Banco Mediolanum, sigue con su sólida evolución y alcanza en 2023 los 1.661.999 euros donados, lo que supone un incremento del 45% respecto a 2022. Además, en 2024 la iniciativa cumple diez años ayudando a distintas ONG a favor de causas solidarias, una década en la que ha acumulado más de 4,5 millones de euros en donaciones

Con el objetivo de seguir contribuyendo a la inclusión, la educación, la diversidad y el bienestar social, Banco Mediolanum celebró en 2023 más de 160 iniciativas que han beneficiado a más de 150 ONG en toda España. 

Una década de solidaridad

Mediolanum Aproxima nació en 2014 cuando el entonces consejero delegado de Banco Mediolanum se dio cuenta de la intensa actividad que hacían diversas ONG locales en su ciudad e impulsó el inicio de este proyecto en Galicia. Así, se estableció contacto con pequeñas organizaciones locales dedicadas a la acción social, sentando las bases de un ambicioso proyecto a nivel nacional cuyo objetivo es darlas a conocer y así mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables.

En este proyecto los Family Bankers de Banco Mediolanum juegan un papel esencial como padrinos y madrinas de las diferentes ONG. A través de iniciativas y eventos benéficos acompañan y apoyan las causas de sus organizaciones y las dan a conocer a los clientes de la entidad con el objetivo de recaudar fondos y mejorar la vida de cientos de personas. 

Además, desde 2019, con la llegada a España de la Fundación Mediolanum, se multiplicaron los recursos y resultados de las iniciativas dirigidas al colectivo de la infancia. La fundación actúa de multiplicador económico doblando la recaudación económica que consiguen en aquellas iniciativas solidarias que ayudan directamente a niños y niñas.

Montse Prats, responsable de la Acción Social de Banco Mediolanum, en la que se enmarca el proyecto Mediolanum Aproxima, señala que “la acción social es uno de los valores clave de Mediolanum y refuerza nuestro compromiso con la sociedad. De la mano de nuestros Family Bankers y de las ONG podemos centrarnos en seguir atendiendo lo importante: hacer posible que las personas y las familias puedan conseguir sus sueños”.

IA generativa: un mercado de 100.000 millones de dólares en 2028

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El mercado de la inteligencia artificial (IA) generativa crecerá exponencialmente hasta 2028. En concreto, el mercado de la IA generativa se multiplicará por más de 10, al pasar de unos 8.000 millones de dólares en 2023 a más de 100.000 millones en 2028 en todo el mundo. Son las conclusiones de un estudio realizado por Sopra Steria Next, la marca de consultoría de Sopra Steria, firma europea especializada en consultoría, servicios digitales y desarrollo de software.

«Al principio de la fiebre del oro, los primeros en hacerse ricos fueron los que vendían palas y picos. Del mismo modo, a pesar de su rápida penetración en el mercado, la IA generativa solo generó unos ingresos limitados en 2023, esencialmente para los proveedores de la nube y fabricantes de procesadores gráficos», ha explicado Fabrice Asvazadourian, CEO de Sopra Steria Next.

«Nuestro estudio muestra que 2024 marcará el comienzo de un aumento exponencial en la monetización de la IA generativa con la venta de cada vez más servicios, tanto por parte de los principales actores tecnológicos como extensión de sus productos actuales, como por parte de la multitud de startups que están empezando a surgir, dirigidas a casos de uso específicos», ha añadido.

Tecnología a punto de escalar

Según la investigación de Sopra Steria Next, se espera que el mercado de la IA generativa se multiplique por 10 para 2028, hasta alcanzar unos 100.000 millones de dólares, lo que equivale a un crecimiento anual del 65%. Este despegue comercial puede explicarse en particular por la introducción de políticas y directrices que rigen el uso controlado de la IA generativa, particularmente en el mundo empresarial, así como por una mayor competencia entre los principales modelos de inteligencia artificial generalistas y el auge de modelos de lenguaje de gran tamaño especializados (LLM, por sus siglas en inglés) que permiten la proliferación de aplicaciones dirigidas a múltiples casos de uso.

El estudio predice que la IA generativa seguirá madurando e incluye recomendaciones para que los altos ejecutivos implanten gradualmente aplicaciones que permitan a los directivos y empleados familiarizarse con estas nuevas herramientas, al tiempo que incorporan a sus métodos operativos directrices y políticas para un uso controlado de la IA generativa y modernizan su tecnología de gestión de datos.

Este enfoque se basa en proyecciones sobre cómo se desarrollarán las capacidades y los casos de uso de la IA generativa en los próximos 36 meses:

Actualmente, y durante los próximos 18 meses, su uso implicará principalmente soluciones proporcionadas por empresas de desarrollo de software y socios tecnológicos, centradas en la asistencia y el servicio a los usuarios, bajo su propia supervisión y mejora. Sopra Steria Next denomina a esta primera fase GenAI aumentada por humanos. El estudio destaca cuatro áreas muy maduras en las que puede aplicarse la IA generativa: marketing digital, desarrollo de software, atención al cliente y gestión del conocimiento 

En los 18 meses siguientes se producirá una importante aceleración en el despliegue de la IA generativa a escala. Esto incluirá nuevas herramientas que ampliarán y mejorarán las aplicaciones de inteligencia artificial predictiva existentes. También empezarán a surgir los primeros casos de uso específicos para empresas, con aplicaciones perfeccionadas por startups o personalizadas en casos en los que la compañía disponga de una gran cantidad de datos propios. En esta segunda fase, denominada GenAI personalizada con datos propios, las empresas aumentarán sustancialmente sus inversiones en competencias e infraestructura de IA generativa.

Por último, dentro de tres o cuatro años, la IA generativa, al combinar modelos multimodales generalistas optimizados con modelos especializados, habrá reducido considerablemente su riesgo de error y estará lista para empezar a aplicarse a procesos empresariales a escala industrial sin apenas necesidad de supervisión, dando lugar a una nueva ola de automatización. Entrará entonces en esta tercera fase, que Sopra Steria Next denomina GenAI aplicada al core.

Los usuarios

Para 2028, los principales sectores empresariales que utilizarán la IA generativa serán los servicios financieros (25%-30%), la sanidad (15%-20%), los bienes de consumo y el comercio minorista (15%-20%), y los medios de comunicación y el entretenimiento (10%-15%).

Sopra Steria Next prevé que el número de usuarios se duplique o triplique de aquí a 2028 (hasta alcanzar entre 400 y 600 millones de usuarios) y que la proporción de usuarios de pago se triplique (del 15% a casi el 50%). Se espera que el uso diario de la inteligencia artificial generativa se multiplique por seis, impulsado por la explosión de aplicaciones diseñadas para casos de uso específicos. En otras palabras, en 2028 dedicaremos entre 30 y 60 minutos al día a utilizar nuestras aplicaciones de IA generativa preferidas, con unos ingresos medios por usuario de pago de entre 30 y 40 dólares al mes.

«Lo que nos muestran estas proyecciones es que la IA generativa implica la llegada de un nuevo paradigma para la competitividad empresarial, por lo que es vital que los líderes pasen de la fase de descubrimiento y familiarización a un verdadero enfoque programático en 2024. Es fundamental que las entidades de los diferentes sectores se sumen a esta ola que se está desplegando tan rápidamente y desarrollen una estrategia que involucre a todos los actores implicados en la IA para proporcionar toda la potencia de esta tecnología a sus clientes y seguir siendo competitivos”, ha dicho Alicia Calvo, directora de Sopra Steria Next en España. “Hablamos de ‘humanos aumentados por IA’, pero nuestra experiencia con nuestros clientes en 2023 nos ha convencido de que la clave del éxito es garantizar que la IA generativa sea ‘aumentada por humanos’ también”, ha añadido.

100 casos de uso en 4 áreas clave en 2024

El estudio realizado por Sopra Steria Next destaca un centenar de casos de uso de la inteligencia artificial generativa en cuatro áreas prioritarias en 2024, con potencial para impulsar la productividad entre un 7% y un 10% en los próximos tres años, si se despliega a escala en los siguientes campos:

En el servicio al cliente, la IA generativa, con su capacidad para asimilar múltiples fuentes de datos en tiempo real y ofrecer recomendaciones en lenguaje natural, está abriendo una nueva era de competitividad. Los primeros despliegues han mostrado tanto una mejora significativa de la tasa de autoservicio gracias a asistentes virtuales más «empáticos» como una mayor eficiencia por parte de los operadores de los contact center a la hora de gestionar las consultas de los clientes, así como en su capacidad de reaccionar de manera proactiva para convertir las solicitudes de servicio en ventas. Por ejemplo, Sopra Steria ha desarrollado un asistente conversacional para el Catálogo General de Playas de Andalucía con el que es posible consultar información y obtener puntos de referencia geolocalizados y recomendaciones personalizadas sobre las playas en tiempo real. 

En marketing digital, gracias a su capacidad para ingestar datos de todo tipo, la IA generativa acerca las marcas a sus clientes, lo que se traduce en un mayor compromiso y conversión y en importantes ganancias de productividad. Esto es posible gracias a la capacidad de esta tecnología para preparar borradores de contenidos más personalizados y adaptados a cada tipo de medio, desarrollar una segmentación más fina de la audiencia objetivo y precisar la estrategia de palabras clave en motores de búsqueda. Por ejemplo, Sopra Steria Next ha ayudado a un importante grupo de bienes de consumo a optimizar la visualización y promoción en línea de decenas de miles de páginas en sus distintos sitios web, combinando IA analítica e IA generativa.

En ingeniería de software, como Sopra Steria ya está comprobando en diversos proyectos piloto, la IA generativa mejora las distintas etapas del ciclo de vida del desarrollo de software: 1) ayudando a generar y revisar nuevo código y a optimizar el código existente mediante la detección de errores, la sugerencia de mejoras y la refactorización; 2) optimizando las pruebas; y 3) mejorando la asistencia a los usuarios, contribuyendo a elevar los niveles de autoservicio a un nuevo grado gracias a su capacidad de diálogo «empático», e incluso en la formalización de la toma de requerimientos, optimizando la consolidación de los comentarios de los clientes, los análisis de utilización y la lluvia de ideas internas.

Por último, en la gestión del conocimiento, la IA generativa está revolucionando la creación y accesibilidad a las bases de conocimiento. Por ejemplo, para un bufete de abogados internacional, Sopra Steria ha desarrollado una serie de herramientas basadas en IA generativa, que permiten a todos los empleados acceder más fácil y eficazmente a consultas jurídicas previas, anonimizar documentos para facilitar la consolidación de la información, elaborar borradores para consultas sencillas y resumir y clasificar los distintos documentos que intervienen en cada expediente.