Bajada de tipos de interés en el horizonte: ¿cómo se comportarán los inversores?

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Llega el principio del año y los economistas nos vemos abocados a dar nuestra opinión sobre la evolución de ciertos mercados de interés general para la colocación de nuestros ahorros. Un trabajo que, aunque se haya popularizado hace años ante la ascendencia de la profesión en el ámbito de la comunicación, no es algo que hagamos demasiado bien. Y es que, ante escenarios cada vez más inciertos y dentro de un mundo que progresa de manera exponencial, la manera tradicional de hacer previsiones siguiendo metodologías lineales es cada vez menos acertada. 

La prueba la tenemos en lo que pasó hace un año sobre las previsiones en el mercado inmobiliario para este 2023 que acabamos de dejar, donde esperábamos un año de bajada generalizada de precios ante un escenario de desaceleración económica, una pérdida de poder adquisitivo de las familias por la subida de tipos y una inflación que estimábamos duradera. La realidad nos ha puesto en nuestro sitio y hemos cerrado el año con un mercado residencial resiliente con una recuperación de precios en países en los que ya se habían corregido a finales de 2022 y principios del 2023 y una segunda parte del año con una ligera caída o corrección en aquellos países donde los precios habían subido con más fuerza anteriormente. 

Pero sea como fuere, hablamos de caídas muy alejadas de las previsiones del Banco Central Europeo (BCE), que estimaba una corrección del 5% por cada subida del 1% en los tipos de interés. Y como siempre… “Spain is different”. Porque a diferencia de otros países el aumento del precio durante la pandemia y los años posteriores no fue tan alta, por lo que el crecimiento ha sido más moderado a pesar de una caída substancial del número de operaciones y la contratación de hipotecas.

¿Qué nos depara este 2024? La opinión generalizada vaticina una bajada de los tipos de interés este año. La prueba la tenemos en que, desde finales de septiembre, el Euríbor ha bajado cerca de un 16% y el bono español a 10 años alrededor de un 29%. Además, si echamos un vistazo a la curva de tipos de interés veremos una clara pendiente negativa. Una situación esta, que si bien hace años era un claro síntoma de desaceleración económica, hoy es esperada como agua de mayo por los inversores del ladrillo. En este sentido, si la economía y el empleo mantienen su dinamismo veremos una mejora en el número de operaciones y la contratación de hipotecas, algo que ya se está trasladando a las ofertas hipotecarias del sector financiero, ya que los bancos intentarán mantener sus resultados compensando la bajada de tipos y, por ende, de sus márgenes, con más operaciones hipotecarias. 

Pero ¿es oro todo lo que reluce tras la más que probable bajada oficial de tipos de interés?

Pues debido a la fuerte incertidumbre existente en el mercado y la necesidad de establecer en nuestras predicciones un análisis prospectivo, hay ciertos elementos que los inversores deben tener en cuenta antes de acometer cualquier inversión inmobiliaria y que afectará a la evolución de los precios. 

El primer factor sería la evolución de la tasa de morosidad bancaria ante la bajada de tipos. Una morosidad ya detectada en varias entidades y que se focaliza en los préstamos hipotecarios. Esta podría provocar que la concesión de financiación sea menos laxa que la de los últimos años, ya de por sí bastante rigurosa, trasladando primas de riesgo más altas a los precios de financiación.

El segundo factor relevante es el desequilibrio existente entre oferta y demanda que, mientras dure, no permitirá un ajuste significativo de precios. A este factor hay que añadir una derivada adicional que supone un riesgo que flota en el ambiente y del que nadie o poca gente habla. Por una parte, la conjunción de una tendencia de movilización demográfica hacia grandes ciudades. Por otro lado, un fuerte crecimiento de la población española que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), será de un 9% los próximos 14 años, haciendo necesaria la creación de 2,7 millones de viviendas. Además, la bajada de la ratio de ocupación de personas por vivienda, de 2,48 a 2,36, hace que estos desequilibrios no solo persistan, sino que se vayan a agudizar en los próximos años.

El tercer y más importante factor es que la inversión estructural y de valor requiere seguridad jurídica y más estabilidad en el marco normativo, ya que la posibilidad de cambio constante a nivel legislativo, urbanístico o fiscal provoca que los inversores miren hacia otros segmentos que ofrecen más certidumbre normativa. Los tipos de interés son una variable clave en el mundo inmobiliario. No obstante, la situación actual exige también reducir la burocracia administrativa para facilitar la puesta a disposición de suelo; una normativa fiscal basada en incentivos que equilibre la compra y el alquiler; una menor presión fiscal sobre la cadena total de valor; y la no demonización de la propiedad privada haciendo un mejor uso del concepto de gran propietario o tenedor ejerciendo más protección ante impagos y ocupaciones ilegales.

De seguir con una legislación con claro sesgo ideológico, alejada de la evidencia histórica y focalizada en el rédito electoral, en vez de ir a la raíz del problema, solamente conseguiremos que la evolución de los tipos de interés sea lo que menos nos deba preocupar.

Tribuna de Vicenç Hernández Reche, economista y CEO de Tecnotramit.

Deutsche Bank España refuerza su equipo de Banca Privada en Barcelona con la incorporación de seis profesionales

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Foto cedidaCésar Sánchez, Sara Mariani, Begoña Castro, Antonio Rosello, Alexandra Sanchez-Orellana, Adriana Mejía y Oscar Bruna

Deutsche Bank España ha reforzado su equipo de Banca Privada y Wealth Management en Barcelona con la incorporación de seis banqueros dentro del equipo de Banca Privada que reportarán directamente a Antonio Rosselló, responsable de Wealth Management y Banca Privada para Cataluña, Levante y Baleares. Se trata de Begoña Castro, Óscar Bruna, Adriana Mejía, César Sánchez, Sara Mariani y Alexandra Sanchez-Orellana.

“Es un orgullo poder incorporar a profesionales con trayectorias tan brillantes y prometedoras al gran equipo del Bank for Entrepreneurs de Deutsche Bank en Cataluña y estoy convencido de que constituyen el mejor impulso para seguir facilitando un excelente servicio a nuestros clientes actuales y futuros, y hacer crecer nuestra actividad”, ha afirmado Roselló.

Begoña Castro, con más de 20 años de experiencia en el sector financiero, se incorpora a Deutsche Bank España procedente de Single Family Office, donde ejercía como directora de Inversiones y Finanzas. Asimismo, también ha trabajado en Banca Privada, EAF o como directora Financiera de varias empresas.

Óscar Bruna, por su parte, llega desde Banco Sabadell Urquijo, donde era director de Banca Privada. Licenciado en Dirección de Empresas, cuenta con 18 años de experiencia en asesoramiento y gestión patrimonial.

Adriana Mejía es también una profesional veterana con más de 25 años de experiencia en mercados financieros. Procedente de Banco Sabadell, donde ha desarrollado gran parte de su carrera, está especializada en Futuros Financieros y Opciones.

César Sánchez cuenta igualmente con una dilatada experiencia en entidades como Caser Asesores Financieros, Bankinter o Catalunya Caixa, donde fue gestor de banca privada y gestionó patrimonios superiores a 500.000 euros. Licenciado en economía, es asesor financiero y técnico en finanzas sostenibles por el IEF, IEB y EFPA.

Además, Sara Mariani y Alexandra Sanchez-Orellana se han incorporado a principios de 2024 procedentes del equipo de Banca Premium de Deutsche Bank en Barcelona.

Tras estas incorporaciones, el equipo de Banca Privada y Wealth Management de Deutsche Bank España localizado en Barcelona está actualmente integrado por 30 profesionales, de los cuales 18 trabajan en el segmento de Banca Privada y 12 en Wealth Management. Estos forman parte a su vez de uno de los equipos de banca privada y wealth management más sólidos del país compuesto por cerca de 120 banqueros, que se apoyan en una organización con más de 2.000 profesionales en toda España.

Estas incorporaciones consolidan la apuesta de Deutsche Bank para posicionarse como la entidad financiera de referencia para las familias empresarias, los grandes patrimonios y los clientes affluent en el país.

El 67% de los asesores financieros considera que la IA facilitará su labor profesional

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La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en uno de los temas que más incertidumbre está generando en cuanto al futuro de diversos sectores. El asesoramiento financiero no es una excepción: el 66% de los asesores financieros de nuestro país opina que la IA no es una amenaza para su actividad a día de hoy, aunque un 44% de ellos cree que sí que puede serlo dentro de bastante tiempo.

Por ello, los profesionales demandan más información y formación respecto a qué implicaciones tiene, y puede llegar a tener, la IA en su desempeño laboral. Por este motivo, instan a las administraciones públicas, entidades financieras y asociaciones profesionales a desarrollar iniciativas para ello. Estas son algunas de las conclusiones extraídas de la encuesta Inteligencia artificial, el gran reto para los asesores financieros, que EFPA España ha realizado a más de 4.500 profesionales del asesoramiento y la planificación financiera.

Los datos de la encuesta demuestran que el 67% de los asesores financieros considera que la inteligencia artificial facilitará el uso de datos para apoyar el asesoramiento humano y elaborar informes más optimizados y de manera más ágil para los clientes, mientras que un 29%, más pesimistas, cree que esta tecnología, si continúa mejorando, puede ser una alternativa por sí misma al asesoramiento financiero tal y como lo conocemos a día de hoy.

Sin embargo, el asesoramiento financiero cuenta con una importante parte humana, en la que es necesario conocer al cliente, su situación y sus objetivos de vida. Por ello, al ser preguntados si piensan que esas relaciones con el cliente son suficientes para afirmar que la IA nunca podrá sustituir su labor, el 37% de los encuestados considera que el apoyo emocional y la confianza son cualidades difícilmente sustituibles por la tecnología.

Frente a ello, un 48% de los asesores afirma no saber hasta dónde puede llegar la IA para dar respuesta a los intereses y necesidades que se le plantean al inversor y solo un 15% cree que es posible que esta tecnología pueda llegar a dar respuesta incluso a los problemas emocionales.

Esto demuestra la incertidumbre que existe entre los asesores respecto a su futuro en convivencia con la inteligencia artificial. Otro de los motivos por los cuales existen estas dudas en el sector es el desconocimiento que existe sobre el tema. En este sentido, el 85% de los profesionales asegura contar con poca información sobre cómo funciona la IA y qué implicaciones tiene, por lo que desearía disponer de una mayor cantidad de información dado el frenético ritmo al que evoluciona.

Además, ante la consulta sobre qué necesitarían, como asesores financieros, para hacerle frente a esta revolución tecnológica, un 79% considera que es necesario que se les faciliten herramientas, información frecuente y experiencias para la utilización en su labor profesional, y un 68% demanda más información y formación sobre cómo afecta o puede afectar la IA a su trabajo.

También cabe destacar que, a la hora de profundizar sobre si los asesores han empezado a interactuar con las herramientas de inteligencia artificial, el 22% admite utilizar ya herramientas como Chat GPT y se interesa por sus actualizaciones y los retos de la IA generativa. Además, un 45% admite leer con frecuencia lo que se publica al respecto, especialmente si afecta al sistema financiero. Pero hay un tercio de los encuestados que manifiesta tener poco interés respecto a la IA a día de hoy al considerar que todavía no está suficientemente desarrollada.

La regulación de esta tecnología es otra de las peticiones más frecuentadas por los profesionales del asesoramiento. Un 94% de ellos así lo considera, dentro de los cuales el 67% cree que esta regulación debe producirse al igual que con cualquier otra práctica financiera, y un 27% afirma que la tecnología representa una amenaza, por lo que debe establecerse una normativa que proteja a los profesionales cualificados y responsables.

Es importante subrayar que, según los asesores financieros, los responsables de liderar la iniciativa de dar a conocer las implicaciones de la inteligencia artificial a los profesionales han de ser las administraciones públicas, tanto españolas como europeas, a través de normativa y divulgación, según el 39% de los encuestados; las propias entidades financieras, según el 37%; y las asociaciones profesionales, según el 24%.

Pero, enfocándonos en la práctica, gran parte de la responsabilidad respecto a cómo es recibida la IA entre los profesionales corre a cargo de las entidades a las que éstos pertenecen. Una parte de los encuestados afirma conocer que su entidad ya ha puesto en marcha (20%) o está evaluando (33%) iniciativas para aplicar la IA a la labor del asesoramiento. Sin embargo, casi la mitad de los asesores, el 47%, responde no ser consciente de la implantación de acciones para aplicar esta tecnología en su entidad, «lo cual deja en entredicho la labor llevada a cabo desde gran parte de las entidades para actualizarse a las necesidades del sector, y deja clara la importancia de comunicar y empujar estas iniciativas a nivel interno», afirma el estudio.

Como conclusión en EFPA apuntan que los resultados de la encuesta muestran que el gran reto para los asesores financieros de EFPA España es que la IA ha venido para quedarse y que el futuro de los profesionales estará ligado a ella. El miedo referente a esta herramienta solo puede solventarse con un incremento de los conocimientos respecto a la misma, según el informe, que haga que el profesional vea la inteligencia artificial como una ayuda que aumente sus capacidades en lugar de reemplazarlas.

Ante la incertidumbre, la solución que emerge para salvaguardar la profesión del asesor financiero radica en la creación de valor y en la puesta en marcha de diferentes iniciativas a niveles público y privado que ayuden a convertir la IA en una herramienta clave para el apoyo de los asesores, que cree valor añadido y que permita optimizar la gran labor que ya llevan a cabo.

Para contribuir a este aspecto, EFPA España celebrará los próximos 25 y 26 de abril la VIII edición de EFPA Congress bajo el lema Asesoramiento Financiero 3.0. El evento, que se celebrará en Málaga, tendrá a la inteligencia artificial como tema central y se explorarán sus aplicaciones en la gestión de carteras y el análisis financiero, así como su potencial en el asesoramiento y la planificación financiera, reconociendo tanto sus ventajas como sus desafíos en la interacción con los inversores.

Efama publica un documento de preguntas frecuentes para aclarar dudas sobre el reglamento de los ELTIFs 2.0

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El 10 de enero de 2024 entró en vigor el nuevo Reglamento sobre los Fondos Europeos de Inversión a Largo Plazo (ELTIF). En opinión de la Asociación Europea de Fondos y Gestión de Activos (Efama, por sus siglas en inglés), esto supone que, a partir de ahora,” los gestores de fondos dispondrán de mayor flexibilidad para hacer que los fondos de inversión a largo plazo sean más atractivos para los inversores finales”, en particular los minoristas, lo que “liberará su potencial como fuente de financiación de la economía real europea”.

Para apoyar el éxito de los ELTIFs 2.0, Efama y Arendt han publicado un documento recogiendo preguntas frecuentes, que cubre las preguntas más frecuentes que los gestores de activos pueden tener en relación con el nuevo régimen. Además, incluye el calendario hasta la fecha y los próximos pasos.

Desde Efama señalan que esta nueva normativa ha suscitado un gran interés entre los gestores de activos y esperan que se vea respaldado y no obstaculizado por las normas técnicas que están pendientes de finalización. “En diciembre del año pasado, la ESMA propuso un proyecto de Normas Técnicas de Reglamentación (NTR) que especifican normas detalladas sobre una serie de elementos clave, como las políticas de reembolso. Exigir a los ELTIFs que elijan entre plazos de preaviso excesivos o asignaciones muy elevadas a activos aptos para UCITS no se ajusta al espíritu del ELTIF 2.0 y entraña el riesgo de alejar a los inversores potenciales”, señalan desde la Asociación. 

Además, advierte de que, en su opinión, una gestión prudente de la liquidez requiere un conjunto más amplio de parámetros, en consonancia con las actuales prácticas de pruebas de estrés de liquidez y como se refleja en las recomendaciones revisadas del Consejo de Estabilidad Financiera sobre los fondos abiertos. Por lo tanto, desde Efama instan a la Comisión Europea, que actualmente está evaluando las RTS, a reconsiderar algunas de las propuestas más perjudiciales para garantizar el éxito futuro de los ELTIFs.

Por su parte, Tanguy van de Werve, director general de Efama, ha señalado que el nuevo régimen es un gran logro que permite a los ELTIFs convertirse en una fuente adicional clave de financiación para la economía real europea. “Esperamos que esta FAQ contribuya al éxito futuro de los ELTIF 2.0. Será fundamental que las normas técnicas que las acompañen sigan el espíritu del Reglamento ELTIF y se ajusten a las tendencias más generales y a las mejores prácticas en materia de gestión de la liquidez. Con los parámetros normativos correctos, los ELTIFs podrían contribuir significativamente a la transición sostenible mediante inversiones alternativas a largo plazo, en beneficio de la economía europea”, ha insistido. 

Accede al documento de a través de este link

Ocho vientos en contra de la renta variable en 2024

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Antes de hacer más predicciones para este año, merece la pena repasar brevemente cómo hemos llegado hasta aquí. Los últimos tres años han sido de todo menos normales. Hemos sufrido una pandemia mundial, una minicrisis bancaria y una bonanza tecnológica impulsada por la inteligencia artificial. Además, han estallado dos guerras y el panorama geopolítico parece el más preocupante en décadas. Desde el punto de vista bursátil, la pandemia, seguida de la contundente respuesta fiscal y monetaria de las autoridades de todo el mundo, ha sido lo que más ha afectado a los mercados financieros.

En retrospectiva, podemos concluir que los estímulos coyunturales fueron demasiado potentes, ya que provocaron el recalentamiento de la economía mundial y, por tanto, un salto masivo de la inflación. Y como remedio, los bancos centrales tuvieron que embarcarse en el programa de subidas de intereses más agresivo en décadas, que ahora empieza a surtir efecto. En el último mes hemos asistido a una importante caída de la inflación, acompañada de un enorme descenso de los tipos de interés a largo plazo, que ha hecho subir al MSCI World más de un 9% sólo en el mes de noviembre.

Con este telón de fondo, los mercados mundiales de renta variable han funcionado relativamente bien. Desde principios de 2020 (antes del cierre covid) hasta ahora, el MSCI World ha subido un 26% liderado por el mercado de renta variable estadounidense. El S&P 500 ha subido un 36% y el Nasdaq un 45%, respectivamente, en el mismo periodo.

Bajo la superficie, sin embargo, asistimos a un mercado muy concentrado, lo que suele ser una señal preocupante. EE.UU. no había experimentado un mercado tan estrecho desde la década de 1970, y los denominados Siete Magníficos (Apple, Microsoft, Meta, Alphabet, Tesla, Nvidia y Amazon) representan ahora la friolera del 28% del S&P 500. La capitalización bursátil combinada de estos valores es de 1.000 millones de euros y ha subido más del 100% este año, mientras que el índice S&P 500 ponderado por partes iguales sólo ha subido un 6%. El índice Russell 2000, que incluye las 2.000 empresas más pequeñas del índice Russell 3000, también ha subido un escaso 6%. De hecho, más del 40% de las acciones del índice S&P 1500 han bajado este año.

Por lo tanto, muchos creen que la próxima subida del mercado mundial de renta variable debería estar liderada por los rezagados, como las pequeñas capitalizaciones, los mercados emergentes y China, los bancos y el value. No estamos de acuerdo con esta tesis.

Vemos estos “vientos en contra” para el mercado de renta variable en 2024:

  1. Desaceleración económica: En este mundo ‘post-conflicto’, el crecimiento económico se ha mantenido mejor de lo esperado en 2023, gracias al bajo desempleo, al crecimiento de los salarios reales, a un consumidor rico en efectivo y a una fuerte acumulación de pedidos tras la pandemia. Esperamos un crecimiento económico más débil el año que viene, como indican los PMI compuestos mundiales, así como un régimen monetario y fiscal muy restrictivo.
  2. Desaparición del exceso de ahorro: El exceso de efectivo que los hogares obtuvieron durante el periodo de la crisis se está reduciendo rápidamente. JP Morgan calcula que el exceso de efectivo se concentra ahora principalmente en los estadounidenses relativamente acomodados (20% superior), mientras que la clase media (20%-60% superior) ha recuperado su liquidez real anterior a la crisis y el 40% inferior se encuentra en peor situación.
  3. Disminución de la liquidez y debilitamiento de los mercados de crédito: La oferta monetaria tanto en EE.UU. como en Europa está disminuyendo. Los bancos están endureciendo los criterios de concesión de préstamos tanto a consumidores como a empresas, y el coste de la financiación sigue subiendo. La morosidad de las tarjetas de crédito va en aumento y el mercado inmobiliario comercial se está debilitando, al tiempo que hay importantes vencimientos hasta 2024. Los préstamos sindicados también están experimentando un aumento de las tasas de impago.
  4. ¿Más alto durante más tiempo? El presidente de la Fed, Powell, ha mantenido sistemáticamente el «más alto durante más tiempo». Sí, la tasa de inflación ha caído significativamente, pero como el mercado ahora espera 130 puntos básicos de recortes de la Fed el próximo año, uno puede preguntarse si el mercado se está adelantando a sí mismo. Un recorte tan masivo sólo se producirá si i) la economía estadounidense tiene problemas, lo que no sería una gran noticia para el mercado de renta variable, o ii) si la inflación se desploma aún más desde aquí, lo que consideramos poco probable.
  5. Presión sobre los márgenes: El margen de beneficios debería debilitarse a partir de ahora debido a la desinflación, el menor poder de fijación de precios, el enfriamiento de la demanda mundial, el endurecimiento de las normas de crédito y préstamo y la rigidez de los costes salariales. Aun así, el consenso espera un crecimiento del BPA en 2024 del +9% para MSCI World.
  6. Curva de rendimientos invertida: Históricamente, nunca hemos evitado una recesión tras un periodo sostenido de curva de rendimientos invertida. Esperemos que la historia no se repita.
  7. Valoración: El mercado espera un aterrizaje casi perfecto, con una inflación a la baja y sin impacto en la demanda ni en la capacidad de fijación de precios. El mercado de renta variable estadounidense, que representa más del 70% del MSCI World, tiene un PER previsto de 19 veces, frente a una media de 16 veces. Las valoraciones en Japón y Europa parecen más sobrias, básicamente en línea con las medianas históricas. En cualquier caso, no hay mucho margen para contratiempos, sobre todo porque creemos que las estimaciones de beneficios por acción a escala mundial son un poco optimistas.
  8. Riesgo geopolítico: Con dos guerras en curso, ambas con riesgo inherente de escalada, diríamos que el riesgo geopolítico está en su punto más alto en varias décadas. Téngase en cuenta también que 2024 es un gran año para las elecciones, con más de 40 países que celebran elecciones nacionales (incluida la de EE.UU.), lo que podría desencadenar un significativo aumento de la inflación.

¿Cuáles son los argumentos a favor de la renta variable? Una caída ordenada de la inflación hacia el objetivo del 2% que permita a los bancos centrales recortar significativamente los tipos de interés. La ralentización del crecimiento económico se atenúa, el mercado laboral se estabiliza y los beneficios empresariales sorprenden al alza. En tal escenario, podríamos asistir a una expansión múltiple debido al menor coste del capital. Evidentemente, una menor tensión geopolítica también ayudaría al sentimiento general.

El caso bajista, por otra parte, podría desencadenarse por una conmoción geopolítica, como una escalada de la guerra en Oriente Medio que provocara un repunte de los precios de la energía y de la inflación, lo que podría llevar a un descenso de los beneficios y, finalmente, a una recesión. También observamos que la situación en el sur de China es muy tensa, y un conflicto militar podría ser devastador para la economía mundial. También existe un escenario en el que la compresión de márgenes señalada anteriormente sea tan grave que las empresas empiecen a recortar drásticamente el número de empleados. Esto es algo que suele ocurrir al final de un ciclo económico. Un repunte del desempleo podría reducir drásticamente la actividad económica, ya que el gasto de los consumidores suele representar 2/3 del PIB, y podría conducir a una recesión total. Durante las recesiones, el mercado de renta variable suele caer entre un 20% y un 30%.

Por todo ello, somos prudentes de cara a 2024, ya que creemos que el mercado está valorando un escenario poco realista. Mantenemos una estrategia «barbell» que combina crecimiento de calidad con bolsas de valor, como Energía y partes de Finanzas y Tecnología. Dentro de la categoría de crecimiento de calidad, estamos sobreponderados en Sanidad, Cuidado Personal del Hogar y Bienes de Lujo, donde poseemos empresas que se benefician de fuertes motores de crecimiento estructural que, en nuestra opinión, no se reflejan plenamente en el precio actual. En cuanto a las regiones, preferimos Europa y Japón a EE.UU. debido a la valoración.

Tribuna de Knut Hellandsvik, director de Renta Variable de DNB Asset Management y gestor del fondo DNB Global.

Mercados emergentes: ¿inversión cuantitativa o por fundamentales?

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Los mercados emergentes están actualmente bien posicionados para beneficiarse del próximo ciclo alcista global de los mercados de valores, tanto desde un punto de vista macroeconómico como de valoración, según un estudio elaborado por Robeco. Las perspectivas positivas de la gestora también se reflejan en su previsión de que los mercados emergentes pueden ofrecer una rentabilidad a cinco años del 8,25%, lo supone una prima del 1,5% sobre los mercados desarrollados. 

Además, reconocen que han detectado que sus clientes muestran cada vez un mayor interés por esta clase de activos. En el nuevo informe elaborado por los analistas cuantitativos Vera Roersma, Harald Lohre y Matthias Hanauer, la gestora ha examinado si el enfoque cuantitativo o por fundamentales es el más adecuado para aprovechar estas oportunidades. Más concretamente, se han analizado los perfiles de riesgo y rentabilidad de las estrategias cuantitativas y por fundamentales de renta variable de mercados emergentes, así como su exposición a los distintos estilos. 

Tras filtrar las estrategias exclusivamente a largo plazo en la completa base de datos eVestment, la gestora se ha centrado en los valores de mediana y gran capitalización de los mercados emergentes. “Aunque somos conscientes de la posibilidad de que existan sesgos de supervivencia y relleno, creemos que los datos ofrecen una instantánea creíble de las estrategias de los mercados emergentes”, afirman.

Para determinar su rentabilidad, los analistas han empleado un doble enfoque. En primer lugar, han realizado un examen a largo plazo de las estrategias activas entre abril de 2011 y septiembre de 2023, que ascendían a 123 estrategias por fundamentales y 39 cuantitativas. Y, en segundo lugar, han aplicado un análisis de plazos sucesivos correspondientes a un periodo de cinco años, que incluía 342 estrategias por fundamentales y 127 cuantitativas. “Este método nos permitió captar tanto las tendencias duraderas como la naturaleza cíclica de la rentabilidad, de forma similar a aquella en la que un gestor de carteras examinaría el universo de estrategias de mercados emergentes”, explican.

Resultados y análisis

El estudio de Robeco revela diferencias entre las estrategias cuantitativa y por fundamentales en términos de estilos de inversión y perfiles de riesgo. Una de sus conclusiones es que, a pesar de lograr un outperformance medio similar de alrededor del 2%, los gestores por fundamentales suelen asumir mayores riesgos activos, lo que se traduce en ratios de información (IR) relativamente más elevados para las estrategias cuantitativas (0,47 frente a 0,32). “Esto sugiere que las estrategias cuantitativas tienden a ofrecer una rentabilidad más estable con un riesgo relativo menor. Sin embargo, los riesgos activos elevados o errores de seguimiento (TE) suelen ser necesarios para obtener un alto outperformance. Curiosamente, los TE elevados de las estrategias más rentables suelen derivarse de una volatilidad absoluta inferior a la media, lo que pone de relieve la eficacia de las estrategias de baja volatilidad en los mercados emergentes”, indica el informe.

Por otro lado, el análisis de los estilos de inversión muestra que las estrategias cuantitativas suelen tener exposición a los cuatro factores de estilo que abarca el estudio, en contraste con la mayoría de las estrategias por fundamentales que muestran una exposición similar al crecimiento, como refleja su orientación antivalor. Esta distinción, señalan, ofrece una oportunidad estratégica de diversificación de la cartera. “De hecho, la fusión de los estilos cuantitativo y por fundamentales con un reparto 50/50 eleva el IR medio a 0,49, lo que indica una mejora del 25% respecto a las medias individuales de los subgrupos, como se ilustra en la figura 1”, añaden los analistas.

En este sentido, explican que las combinaciones más meditadas de los enfoques cuantitativo y por fundamentales pueden reforzar aún más la rentabilidad de la cartera y la gestión del riesgo, por lo que el estudio presenta una inversión básica relativa al índice de referencia, una inversión básica sostenible y una cartera conservadora.

“Nuestro exhaustivo estudio pone de relieve la posible eficacia de las estrategias cuantitativa y por fundamentales en la renta variable de los mercados emergentes. Aunque sus rentabilidades son similares, sus planteamientos de asunción de riesgos difieren, ya que los fondos cuantitativos suelen presentar riesgos activos menores. La combinación inteligente de estos estilos no solo mejora el IR, sino que también ofrece un perfil de riesgo más equilibrado, lo que demuestra la ventaja estratégica de aplicar un enfoque diversificado a la inversión en mercados emergentes”, concluyen desde Robeco.

Los CIOs mundiales esperan más incertidumbre y debilidad económica

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Las perspectivas de la economía mundial siguen siendo moderadas y llenas de incertidumbre, según el último informe “Chief Economists Outlook” publicado por el Foro Económico Mundial, ya que la economía sigue luchando contra los vientos en contra derivados de unas condiciones financieras restrictivas, las desavenencias geopolíticas y los rápidos avances de la inteligencia artificial generativa (IA).

El documento elaborado por esta institución internacional muestra que el 56% de los economistas jefe espera que la economía mundial se debilite este año, mientras que el 43% prevé unas condiciones sin cambios o más fuertes. Según el informe, el 77% cree que los mercados laborales y las condiciones financieras se relajarán durante el próximo año. Un dato significativo es que, aunque las expectativas de inflación elevada se han reducido en todas las regiones, las perspectivas regionales de crecimiento varían mucho y ninguna región prevé un crecimiento muy fuerte en 2024.

Este informe pone de manifiesto la precariedad del entorno económico actual. En medio de la aceleración de las divergencias, la resistencia de la economía mundial seguirá siendo puesta a prueba en el próximo año. Aunque la inflación mundial está disminuyendo, el crecimiento se está estancando, las condiciones financieras siguen siendo restrictivas, las tensiones mundiales se están agravando y las desigualdades están aumentando, lo que pone de relieve la urgente necesidad de cooperación mundial para impulsar un crecimiento económico sostenible e integrador”, señala Saadia Zahidi, directora general del Foro Económico Mundial. 

Perspectivas regionales

Las perspectivas para Asia Meridional y Asia Oriental y el Pacífico siguen siendo positivas y prácticamente sin cambios en comparación con la última encuesta, con una gran mayoría (93% y 86% respectivamente) que espera un crecimiento al menos moderado en 2024. China es una excepción, con una mayoría más reducida (69%) que espera un crecimiento moderado, ya que la debilidad del consumo, el descenso de la producción industrial y la preocupación por el mercado inmobiliario lastran las perspectivas de un repunte más fuerte.

En Europa, las perspectivas se han debilitado significativamente desde la encuesta de septiembre de 2023, con un porcentaje de encuestados que esperan un crecimiento débil o muy débil que casi se ha duplicado hasta el 77%. En Estados Unidos y Oriente Medio y el Norte de África, las perspectivas también son más débiles, ya que aproximadamente seis de cada diez encuestados prevén un crecimiento moderado o más fuerte este año (frente al 78% y el 79%, respectivamente). Se observa un notable repunte de las expectativas de crecimiento para América Latina y el Caribe, África Subsahariana y Asia Central, aunque las opiniones siguen siendo de crecimiento moderado en términos generales.

Fisuras geopolíticas

Un tema relevante para los CIOs es la tensión geopolítica, que generará más incertidumbre. Aproximadamente siete de cada diez economistas jefe prevén que el ritmo de la fragmentación geoeconómica se acelere este año, y la mayoría afirma que la geopolítica avivará la volatilidad de la economía mundial (87%) y de los mercados bursátiles (80%), aumentará la localización (86%), reforzará los bloques geoeconómicos (80%) y ampliará la brecha Norte-Sur (57%) en los próximos tres años.

El informe explica que mientras los gobiernos experimentan cada vez más con herramientas de política industrial, los expertos son casi unánimes en esperar que estas políticas sigan estando en gran medida descoordinadas entre países. Aunque dos tercios de los economistas jefe esperan que las políticas industriales permitan la aparición de nuevos focos de crecimiento económico y de nuevas industrias vitales, la mayoría también advierte del aumento de las tensiones fiscales (79%) y de la divergencia entre las economías de renta alta y baja (66%).

La IA en el punto de mira

Por último, los economistas jefe esperan que los beneficios de la inteligencia artificial (IA) varíen ampliamente entre los distintos grupos de renta, con opiniones notablemente más optimistas sobre los efectos en las economías de renta alta: el 79% afirma que la IA generativa aumentará este año la eficiencia de la producción y la innovación (74%) en las economías de renta alta. 

“De cara a los próximos cinco años, el 94% espera que estos beneficios de productividad sean económicamente significativos en las economías de renta alta, frente a sólo el 53% en las economías de renta baja”, apunta el informe en sus conclusiones. 

En cambio, el 73% no preve un impacto positivo neto sobre el empleo en las economías de renta baja, y el 47% dijo lo mismo para las economías de renta alta. “Las opiniones están algo más divididas en cuanto a la probabilidad de que la IA generativa aumente el nivel de vida y provoque un descenso de la confianza, siendo ambas ligeramente más probables en los mercados de renta alta”, concluye el documento en este sentido. 

En vista de los elevados riesgos macroeconómicos, efectuar una selección de valores acertada resulta indispensable

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Pixabay CC0 Public DomainImagen de Radoslaw Pietrzykowski

De cara a 2024, la inflación, la materialización de una recesión, las elecciones y el riesgo geopolítico son todos ellos posibles catalizadores de perturbaciones en el mercado de renta variable. En lugar de enfocar esta coyuntura formulando recomendaciones sobre la disyuntiva de «crecimiento frente a valor» o «valores de gran capitalización frente a valores de pequeña capitalización», creemos que la receta para tener éxito en 2024 estriba en gestionar una cartera capaz de generar alfa a pesar de estos retos en el plano macroeconómico.

Pensamos que el entorno de tipos más altos durante más tiempo creará ganadores y perdedores más diferenciados. En Estados Unidos, parece que el ciclo de subidas de tipos de la Reserva Federal (Fed) ha entrado al fin en una fase en la que los tipos se mantendrán estables durante un tiempo. No obstante, ante la persistencia de la inflación y la relativa solidez de los datos sobre el empleo y el crecimiento, la pausa de la Fed en el plano de los tipos podría tener una duración superior a la prevista. Los continuos esfuerzos por mantener la inflación controlada tienen un impacto directo en las compañías.

En primer lugar, la demanda se ve considerablemente afectada, dado que el aumento de los costes del crédito perjudica a unos consumidores que han ido agotando sus ahorros. Ello tendrá unas repercusiones que no se circunscribirán únicamente al segmento de las compañías de consumo discrecional.

En segundo lugar, el coste de hacer negocios permanecerá en niveles elevados. El aumento de los costes de financiación podría acarrear dificultades especialmente considerables a las compañías de menor tamaño que dependen de la financiación a corto plazo para respaldar sus operaciones.

Finalmente, en tercer lugar, el poder de fijación de precios, que ha permitido a numerosas empresas mantener sus beneficios en niveles elevados, podría menguar a medida que estas experimenten más dificultades para repercutir el aumento de los costes de hacer negocios a los consumidores.

En nuestra opinión, el mayor riesgo para los mercados es que los inversores están subestimando la posible magnitud de una ralentización económica. En estos momentos, las probabilidades de volver al objetivo de inflación del 2% de la Fed desde los niveles de actividad económica actuales sin desencadenar una recesión (posiblemente grave) parecen escasas. Ante estas presiones, la clave para diferenciar a los ganadores de los perdedores será identificar compañías que cuenten con unos balances resilientes y demuestren disponer de numerosos catalizadores del crecimiento que vayan más allá de una reducción de costes (gráfico 1).

Un reducido grupo de valores tecnológicos que presentan unas valoraciones elevadas generaron la mayor parte de las rentabilidades del índice S&P 500 en 2023, al verse impulsados por unas aspiraciones excesivamente optimistas en cuanto a la posibilidad de que se materialice de forma inminente una realidad idílica posibilitada por la inteligencia artificial. Creemos que esta tecnología alberga el potencial de constituir una fuerza transformadora para el crecimiento en el conjunto de la economía, no solo en el sector tecnológico. No obstante, también pensamos que el horizonte temporal del mercado es poco realista. A nuestro parecer, resulta más probable que tardemos entre tres y cinco años en lograr hacer realidad esas aspiraciones que los 12 a 24 meses que ha descontado el mercado para un reducido grupo de compañías este año.

La concentración de la rentabilidad en 2023 ha creado oportunidades para los inversores que adoptan un enfoque basado en el análisis, puesto que el grupo de compañías del sector tecnológico y de otros sectores que el mercado seguramente pasa por alto es ahora más nutrido. Cuando regresemos a la senda del crecimiento, creemos que el mercado presentará un carácter menos monolítico y que las oportunidades se encontrarán más repartidas.

Ante una posible ralentización, consideramos que también existen oportunidades para reforzar las asignaciones estratégicas fuera de Estados Unidos, en particular en el segmento de los mercados emergentes y en el de los valores de pequeña capitalización. En efecto, pensamos que un gran número de inversores cuentan con una asignación insuficiente a estos segmentos. Los valores de pequeña capitalización resultan actualmente baratos, y con razón, dado que en una recesión serían los primeros en verse afectados. No obstante, pensamos que el segmento de títulos de pequeña capitalización tanto de estilo crecimiento como de estilo valor alberga oportunidades interesantes desde el prisma de la selección de valores. Entretanto, las valoraciones en Europa revisten mayor atractivo que en Estados Unidos en términos de ratio precio/beneficios, pero las acciones podrían presentar mayor sensibilidad a los factores macroeconómicos y a los tipos. Una vez más, cabe destacar que efectuar una minuciosa selección de valores resultará fundamental.

Los rendimientos del efectivo y de los mercados monetarios se encuentran en máximos de 15 años, y los inversores han optado de forma masiva por invertir en estos instrumentos. Sin embargo, en un mundo donde la inflación podría resultar elevada en términos estructurales, los inversores necesitarán aunar la revalorización del capital con la obtención de ingresos para cumplir sus objetivos a largo plazo. El efectivo podría estar ofreciendo un rendimiento interesante en la actualidad, pero este disminuirá cuando los bancos centrales acaben por recortar los tipos.

Por el contrario, las acciones que reparten dividendos pueden sustituir esos ingresos y, además, ofrecer una revalorización del capital. Sin embargo, no todas las acciones que distribuyen dividendos son iguales. Identificar las empresas capaces de incrementar su dividendo y que cuentan con unos balances que les permiten mantener el pago de los dividendos durante coyunturas de mayor volatilidad resulta indispensable para lograr unos ingresos sostenibles.

En conclusión, 2024 podría resultar convulso para los inversores, pero creemos que la renta variable constituye un posicionamiento estratégico de cara al largo plazo. En caso de que los inversores no tomen decisiones basadas en el análisis y con arreglo a un enfoque activo a la hora de sobreponderar e infraponderar compañías, igualarán las pérdidas que pueda observar un índice como el S&P 500.

Incluso si los inversores no consideran que deberían reforzar su asignación a la renta variable el año que viene, tampoco deberían liquidar sus posiciones ante los episodios de volatilidad que puedan producirse a corto plazo. Si los mercados registran caídas, los inversores centrados en compañías con sólidos fundamentales dispondrán de oportunidades para reforzar sus posiciones estratégicas a largo plazo a unos precios atractivos.

 

 

Tribuna de opinión de Melda Mergen, directora global de renta variable de Columbia Threadneedle Investments. 

La «última milla desinflacionaria” puede ser la más difícil, según Colchester

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Colchester
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Colchester Global Investors realizó su primer evento del año en México, con clientes e inversionistas potenciales. El evento, denominado Global bonds and currencies in 2024. A year of plentiful opportunities (Bonos y divisas globales en 2024. Un año de muchas oportunidades), se centró en las condiciones y perspectivas económicas sobre el mercado local y su papel regional.

Jessica Roldán, economista en jefe de Casa de Bolsa Finamex y Carl Roberts, investment officer en Colchester Global Investors, detallaron el panorama observan en México, en la región y en el mundo, dada la interconexión inevitable entre los mercados globales.

El evento también contó con la asistencia de Analia Gianchino, head of distribution en Israel, Iberia y Latinoamérica en Colchester Global Investors, junto con Sebastian Miralles, events director en CFA Society México.

El dilema de la «última milla»

De acuerdo con Carl Roberts, en el año 2023 las fuerzas desinflacionarias dominaron; sin embargo, la fortaleza económica subyacente ha sorprendido.

Las caídas de la inflación subyacente han sido más moderadas que las lecturas generales, y las cadenas de suministro han dado lugar a que la inflación de los precios de los bienes básicos se normalice, pero la inflación de los servicios sigue siendo elevada.

En este contexto, el efecto retardado de la desaceleración generalizada del crecimiento de la oferta monetaria y el impacto de tasas de interés más altas probablemente ejercerá mayores efectos desinflacionarios.

Colchester pronostica que la inflación caerá en los próximos 18 a 24 meses. Pero, la probable fortaleza económica latente desacelerará el ritmo de la desinflación; además, es probable que el endurecimiento y la disminución de la oferta monetaria afecten a la progresión de los precios.

También cosnidera que la trayectoria de la desinflación sea desigual y que existan diferentes políticas. Es poco probable que los rendimientos reales y nominales se “establezcan” en niveles inusualmente bajos en la década posterior,

México, bien en el contexto latinoamericano

Para Jessica Roldán, economista en jefe de casa de bolsa Finamex, México luce bien en el contexto latinoamericano, con un peso que este año de mantendrá relativamente estable, con la posibilidad de que el banco central baje la tasa de referencia en algún momento a partir de marzo, y con un crecimiento sólido que podría superar nuevamente la tasa potencial de 2.5%.

Adicionalmente, el nearshoring será un factor determinante para el desempeño de la economía mexicana, es además una de las mayores oportunidades para consolidar el liderazgo del país en la región.

Colchester tendrá a lo largo del año varios eventos más en México, ya que considera que el país es uno de los actores principales en Latinoamérica.

El giro hacia la laxitud en política monetaria ya ha comenzado

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El miércoles, Jerome Powell lanzó un jarro de agua fría sobre la posibilidad de iniciar el 20 de marzo el ciclo de rebajas en tipos que comentamos en este mismo espacio la pasada semana. Aunque el fondo del comunicado es favorable para los que apuestan por la proximidad del primer recorte, para el presidente de la Fed un ajuste de -0,25% en marzo “no es el escenario central”.

No obstante, la condición necesaria para que la Reserva Federal comience a recortar no es que los datos de inflación caigan todavía más, sino que mantengan su trayectoria actual hacia la normalización, sin alimentar la duda de un posible repunte: “No necesitamos ver que los datos mejoran, sólo necesitamos una continuación de la tendencia que hemos disfrutado durante los últimos seis meses«. Como el presidente de la Fed explicó en el turno de preguntas, las proyecciones de inflación del PCE que presentaron el 13 de diciembre pueden haber quedado obsoletas por la inercia bajista en índices de precios desde entonces.

Los inversores estiman que la rebaja de 0,25% en marzo es aún una opción abierta, aunque menos probable, con la curva de futuros asignando a este desenlace un 23% de probabilidad, que podría elevarse rápidamente si las próximas publicaciones de IPC y PCE no sorprenden negativamente. El dato de nuevas nóminas de enero fue demasiado sólido, aunque las revisiones del IPC la semana que viene podrían animar nuevamente a los inversores; además, el indicador de bajas voluntarias de empleo, que es un buen indicador adelantado del crecimiento salarial, contradice el mensaje, más ruidoso, que deja el de nuevas nóminas.

Mas allá de los ajustes en el coste del dinero, Powell confirmó en la rueda de prensa que en un par de meses discutirán “en profundidad” qué hacer con el actual ritmo de adelgazamiento del balance (QT), que podría disminuir en intensidad coincidiendo con el inicio del ciclo bajista en tipos. Aunque a priori parece un caso aislado, la Fed también estará vigilando la situación de NYC Bancorp (NYCB US) y su efecto sobre la cotización de los títulos del resto de bancos regionales estadounidenses, muy expuestos al riesgo de propiedad inmobiliaria comercial (CRE). La suspensión el 11 de marzo del programa especial de asistencia a los bancos (BTFF) lanzado a raíz del colapso de Silicon Valley Bank y los problemas de la japonesa Aozora, están sembrando inquietud, y una espiral de ventas en acciones de bancos regionales puede acabar generando un problema de liquidez en estas instituciones, obligando a Powell a anticiparse.

Por ahora, el consenso en base a la evolución del índice bolsa/bonos descuenta una recuperación en la actividad industrial y una estabilización en el mercado laboral (ver gráfica abajo), que aleja las probabilidades de recesión. Está hipótesis encuentra soporte en la publicación del ISM de manufacturas, que superó las estimaciones acercándose mucho a la zona de expansión (49,1), y que contradijo la lectura de las encuestas regionales de actividad industrial, dándole la razón al flash PMI de la semana pasada.

Diseccionando la actualización del ISM, y por el lado de las perspectivas de rentabilidad empresarial, las noticias fueron prometedoras: resiliencia en la demanda, solidez en el mercado laboral y viento a favor por el lado de los inventarios. El índice de nuevos pedidos subió 5,5 puntos hasta 52,5, mientras que el empleo se moderó, pero se mantuvo estable (bajó 0,4 puntos), y los inventarios cayeron 4,4 puntos (inventarios limpios + demanda sana + empleo estable es positivo). No obstante, los precios pagados subieron 7,7 hasta 52,9 (la primera vez que el subíndice de precios supera 50 desde abril del año pasado). Este último aspecto es menos constructivo de cara a esperar un primer recorte en marzo si tenemos en consideración que Powell mostró el miércoles su preocupación ante un posible repunte de precios en el sector manufacturero.

Después del rally desde octubre, el optimismo, y la sobrecompra técnica pueden acabar siendo depuradas a través de una corrección tradicional que podría justificarse por el “ruido” y no por un cambio real en el fondo macro o micro. En este sentido, los resultados de Alphabet, Apple o Microsoft no fueron malos -aunque las expectativas sí eran elevadas, y en cualquier caso se ven más que compensados por los de Meta o Amazon, que fueron realmente brillantes-, y el riesgo especifico que plantea NYCB (que adquirió activos al quebrado Signature Bank), choca con la saludable realidad del sector bancario transmitida por entidades como BofA, JP Morgan o Citi y por otros bancos regionales en las presentaciones de resultados trimestrales de hace un par de semanas.

En el ámbito geopolítico, y a pesar de los rumores acerca de una tregua en Gaza, una buena excusa para la corrección vendría de la mano de  la decisión por parte de EE.UU. de asumir un rol más activo en Jordania, después de la muerte de tres de sus soldados la semana pasada. El secretario de Estado, Antony Blinken, explicó, en este sentido, que la situación en Oriente Medio no ha sido tan volátil desde 1973. Los comentarios de miembros del Departamento de Defensa hablan de una respuesta quirúrgica enfocada en el grupo causante del atentado para evitar un aumento de las tensiones con Irán. No obstante, el riesgo de ampliación del conflicto continúa incrementándose.

Pese a todo, y como explicamos la semana pasada, si la Fed no comienza con su ciclo de recortes en marzo, lo hará en mayo. El crecimiento nominal, actualizado hace unos días, ya se ha encontrado el nivel de los tipos oficiales, y si Powell quiere evitar que las empresas se embarquen en una espiral de despidos, deberá actuar con diligencia y premura. Las publicaciones macro continúan apoyando, de momento, la tesis del aterrizaje suave. Las peticiones semanales de subsidio de desempleo (cerca de los máximos de los últimos dos años), o los costes laborales unitarios del cuarto trimestre que conocimos el jueves, apuntan en esta dirección.

El giro hacia la laxitud en política monetaria ya ha comenzado: esta semana Chile, Brasil y Colombia rebajaron tipos, y en Europa y EE.UU., donde el QT también empezará a ralentizarse, los recortes llegarán en torno al verano, si no antes. La temporada de resultados del cuarto trimestre ha superado su pico en lo que respecta al número de publicaciones, y los resultados, sin ser ni mucho menos perfectos, mantienen intactas las proyecciones de consenso de ~240 dólares para el S&P 500 en 2024. Con un 44% del sector tecnológico y de servicios de comunicación habiendo anunciado un crecimiento en beneficios del 13,6%.

Con tipos a la baja, en marzo o algo más adelante, y crecimiento estable, las valoraciones podrán permanecer elevadas más tiempo. Aunque el recorrido más allá de los 5.000 de S&P 500 parece limitado, el riesgo de caídas fuertes en virtud del cuadro macro que se presenta este primer trimestre es manejable. Un ajuste técnico de 5%-7% puede ser tácticamente interesante.