Santalucía, junto con el Colegio de Mediadores de Seguros de Madrid, van a promocionar un plan de empleo simplificado para autónomos, que ofrece soluciones de ahorro innovadoras y accesibles para este colectivo y sus clientes, con el objetivo de impulsar la previsión de jubilación entre estos profesionales.
Los mediadores colegiados beneficiarios de este plan obtendrán con su contratación un ahorro fiscal que podrán extender a sus clientes, y les permitirá maximizar sus ventajas fiscales a través de aportaciones periódicas o únicas ajustadas a sus ingresos y necesidades, además de contar con la posibilidad de aportar 4.250 euros adicionales a los planes individuales. También se beneficiarán de una protección familiar, ya que tendrán a su disposición coberturas específicas que garanticen el bienestar de sus familiares en caso de fallecimiento o incapacidad.
Este plan persigue afianzar la seguridad de cara a la jubilación, ya que facilitará una planificación financiera sólida a largo plazo que asegure un retiro tranquilo y acorde a las expectativas de cada profesional autónomo; en un plan de vocación moderada en sus inversiones, que tendrá como fin conseguir rendimientos estables en el tiempo con un máximo del 30% de renta variable.
Además, Santalucía organizará y llevará a cabo sesiones de formación periódicas para los mediadores miembros del Colegio, con el objetivo de capacitarlos en la comercialización efectiva de los planes de pensiones de empleo simplificados. Las formaciones incluirán seminarios y acceso a material didáctico especializado sobre el producto y su operativa de contratación.
El Colegio -que representa a más del 80% de los mediadores en activo de la región- promoverá entre sus colegiados las ventajas de la comercialización de los planes de jubilación y facilitará la comunicación de la aseguradora con su red de colegiados para la realización de actividades comerciales y de formación.
Andrés Romero, consejero director general de Santalucía, aseguró que la aseguradora está «comprometida con la protección de los autónomos, un pilar fundamental de la economía española. Este convenio nos permite seguir desarrollando productos que se adapten a su realidad, aportando soluciones que les brinden estabilidad y confianza”.
En palabras de Elena Jiménez de Andrade, presidenta del Colegio de Mediadores de Seguros de Madrid, la institución «siempre trabaja para ampliar las ventajas de sus miembros con el fin de que los mediadores tengan herramientas efectivas que fortalezcan su labor profesional» y añadió que la alianza con Santalucía «permite impulsar el ahorro finalista entre los mediadores, con un doble beneficio: personal, para asegurar su futuro, y profesional, para impulsar su negocio”.
El capital privado resiste en España a pesar de un entorno macroeconómico marcado por la incertidumbre. Así se ha puesto de manifiesto en la undécima edición de la Conferencia anual para gestoras de capital privado y sus inversores (LPs & GPs Spain Now) celebrada recientemente en Madrid por EY y SpainCap.
En este sentido, el volumen de inversión en España de venture capital & private equity ha alcanzado, a 30 de septiembre de 2024, 3.584,8 millones de euros en un total de 504 inversiones. Estos datos corresponden a las primeras estimaciones obtenidas por SpainCap, en colaboración con Webcapitalriesgo, y hechas públicas en el marco de este encuentro, ya consolidado como referencia en el sector a la hora de analizar la situación de la inversión en España y las perspectivas a corto plazo. En el encuentro han participado cerca de 100 inversores y fondos de capital privado.
Los datos recabados por SpainCap muestran que se mantiene el apetito inversor de los fondos internacionales tanto de private equity como de venture capital, que cuentan con abundante liquidez y mantienen el interés en España. En los primeros nueve meses del año contribuyeron con 2.343 millones de euros en 126 inversiones, la mayor parte del volumen total invertido en empresas españolas. Las gestoras nacionales privadas invirtieron 1.044 millones en 280 inversiones.
El volumen total de desinversión alcanzó 1.775,6 millones de euros, un 75,4% más que en el mismo periodo de 2023, en 148 desinversiones, debido a las operaciones de venta de una entidad de capital privado a otra (secondary buy outs).
En cuanto a fundraising, en los primeros nueve meses del año alcanzó el mejor registro de toda la serie histórica, con 2.700 millones de euros.
En palabras de Juan López del Alcázar, socio director de Estrategia y Transacciones de EY, “a pesar de la incertidumbre geopolítica, el sector del capital privado en España sigue demostrando una notable capacidad de adaptación y el volumen de inversión refleja la confianza de los inversores nacionales e internacionales en España. Además, en un contexto muy complicado de “fundraising”, los gestores españoles de capital privado y venture capital han sido capaces de levantar nuevos fondos, lo que augura, junto con las desinversiones pendientes de realizar por la ralentización de las mismas en los últimos años, un mercado muy dinámico para el futuro próximo”.
Elena Rico, presidenta de SpainCap, ha recalcado que “en este tercer trimestre estamos viendo una cierta reactivación del ritmo inversor, si bien habrá que esperar al cierre de las grandes operaciones que aún están pendientes y que marcarán la cifra global del año. Los datos en las variables, tanto middle market, como fundraising y desinversión, apuntan a una tendencia positiva que esperamos se mantendrá en los próximos meses”.
Con la finalización de las Altas Fiestas judías, la inminencia del ataque de represalia contra Irán parece haber perdido algo de relevancia para los mercados, tras haberse filtrado conversaciones entre Benjamin Netanyahu y la administración Biden que apuntan a que los objetivos probablemente acaben siendo militares. Se evitará dañar infraestructura petrolífera (o nuclear) y como consecuencia, tras el artículo de The Washington Post, el precio del barril WTI se ha dejado un 6%, aproximadamente.
Aunque el efecto de esta noticia sobre la cotización de acciones ligadas al sector de la energía, junto con noticias y resultados decepcionantes de ASML, LVHM o Coty (entre otros) ha pesado sobre el sentimiento inversor -que se mantiene en cualquier caso en el lado del optimismo-, el desempeño de los bancos estadounidenses en el tercer trimestre está permitiendo al índice equiponderado aguantar el tipo.
Los comentarios que han compartido los equipos gestores de JP Morgan, Wells Fargo, Citi o Bank of America con los analistas dan argumentos a los que apoyan la tesis del aterrizaje suave, aunque, como siempre, el sesgo de confirmación nos lleva a poner foco e interpretar más favorablemente aquello que queremos escuchar y que corrobora nuestras convicciones.
El anuncio de Coty (líder en el sector de perfumería y cosmética, con marcas como Gucci, Escada o Max Factor) que ve a los distribuidores aplicando una disciplina férrea en la gestión de pedidos/inventarios, es otro indicio más de que el consumo apunta a moderarse. Aunque el BEA revisó sustancialmente al alza la tasa de ahorro (del 2,9% al 4,8%) un aumento decreciente en salarios y en renta real disponible disminuye el apetito por consumir–sobre todo en los hogares con menos recursos- y lleva a concentrar más gasto en bienes de primera necesidad y productos sustitutivos como los de marcas blancas. Y las cifras de LVMH, con ventas un 4% por debajo de lo esperado y con sus 5 líneas de negocio defraudando, muestran un menor apetito por el lujo -en Asia en general y en Japón en particular- y un entorno que según la propia compañía es “más incierto en el ámbito económico y geopolítico”.
Las noticias de ASML son una advertencia para los inversores que apuestan por que la tendencia de los últimos 18 meses en negocios asociados con la IA es extrapolable a los próximos 12, y a la vez un recordatorio respecto a que la industria de semis, a pesar de todo, sigue siendo cíclica. La empresa reconoció el martes que la recuperación de la demanda será más gradual de lo que habían anticipado, tendencia que continuará en 2025.
Mas allá de consideraciones macro de corto plazo, que apoyan de momento la tesis del aterrizaje suave, y los soportes que han permitido al mercado registrar nuevos máximos (crecimiento sostenido, laxitud en política monetaria, inflación a la baja y beneficios corporativos), la valoración, en un ámbito de riesgos geopolíticos al alza, deja poco margen para subir mucho más. De momento, la inercia en esta temporada de publicación de resultandos debería ser favorable: la cifra de beneficios se vio revisada a casi la mitad antes de su inicio (desde ~8% a 4%), de manera que la barra quedaba a una altura que no plantea demasiada exigencia habida cuenta del crecimiento del 3% que la economía estadounidense se apuntó desde abril hasta el cierre de junio.
Aunque el debate Kamala-Trump permitió a la candidatura demócrata dar la vuelta a una situación complicada, el factor sorpresa se ha agotado y los acontecimientos recientes en el ámbito geopolítico están facilitando a los republicanos recuperar el terreno perdido.
En las casas de apuestas, Trump se ha puesto otra vez por delante y su ventaja (61%-39%) es la más abultada de los últimos 3 meses. Y en las encuestas la situación es parecida: Kamala Harris está 2,5 puntos por delante, pero está quedándose atrás en los estados bisagra, como muestra este reciente sondeo de Quinnipiac que pone al candidato republicano 7 puntos por encima en Georgia.
El resultado es aún muy incierto, pero la ventaja que Kamala tiene en el voto popular no será suficiente para evitar que Trump regrese a la Casa Blanca vía voto de colegios electorales.
Partiendo de esta premisa, no está claro cuál de los dos sería la mejor opción para el mercado. Aunque la subida de impuestos de Harris podría restar un 5%-6% a los beneficios de las empresas en 2025 y el aumento en la regulación también afectaría negativamente, el gasto fiscal que pretende Trump y que sería el doble del que defiende su oponente penalizaría las valoraciones -que son muy elevadas- porque la prima libre de riesgo subiría. Además, su programa de tarifas y aranceles impactaría sobre el crecimiento económico global, y no sería suficiente para compensar la pérdida de ingresos por el ajuste del 21% al 15% en el impuesto de sociedades.
A priori la opción menos mala sería una presidencia con un congreso dividido que evitaría el gasto público excesivo. No obstante, aunque este desenlace es factible, las casas de apuestas están comenzando a posicionarse en su contra. Las probabilidades de presidencia y mayoría en ambas cámaras para los rojos está subiendo rápidamente (del 28% al 43% solo en lo que llevamos de mes), mientras que para los azules ha pasado del 20% al 14%.
Aunque los datos de Polymarket pueden estar sesgados por cuatro cuentas que, de forma sistemática, han inyectado a través de criptomonedas 30 millones de dólares en apuestas favorables a Trump, los riesgos asociados con un segundo mandato quedaron de manifiesto en sus comentarios al ser entrevistado por Bloomberg el pasado martes, cuando volvió a defender su política arancelaria y su predisposición para presionar la toma de decisiones en la Reserva Federal. Como muestra, esto es lo que dijo de lo que significa ser presidente de la Fed: «Es el mejor trabajo en el gobierno (…) Te presentas en la oficina una vez al mes y dices: ‘tiro una moneda al aire, a ver qué sale’ y todo el mundo habla de ti como si fueras un Dios». A pesar de ello, y como explica el conocidísimo Stan Druckenmiller, los compradores de acciones estadounidenses ya parecen haber descontado la reválida de Trump manteniendo el control del Senado.
Por último, señalar que si ninguno llega a sumar los 270 votos, la volatilidad subirá. Habrá recuentos y reticencias desde el partido perdedor para aceptar el resultado y puede que no tengamos un nuevo presidente hasta la tercera semana de diciembre y que la volatilidad vaya en aumento.
Curiosamente, el oro ha vuelto a marcar máximos y en esta ocasión no parece deberse a que se anticipe un gasto exagerado o una Fed en modo pánico. No obstante, el índice de incertidumbre en política económica global sigue oscilando cerca de sus mínimos. Como observamos en la gráfica, el máximo en percepción de inestabilidad política y económica de los últimos 15 años lo alcanzamos precisamente en noviembre de 2016, justo antes de que Donald Trump comenzase su (primera) residencia en la Casa Blanca.
El Impact Day 2024, el evento sobre materia de impacto en España, ha contado este año con la participación de Ronald Cohen, conocido como el ‘padre de la inversión de impacto’ y presidente y cofundador del GSG Impact, y Paul Polman, ex CEO de Unilever y líder empresarial que promueve el cambio sistémico en el mundo. El evento, organizado por el Observatorio de Impacto -una iniciativa de la consultora de sostenibilidad e impacto Transcendent y el despacho de abogados Ontier– ha sido un encuentro de líderes ya comprometidos con la sostenibilidad y el impacto social que busca inspiración al más alto nivel.
Ante más de 300 empresarios, ejecutivos y directores de empresa tanto Paul Polman como sir Ronald Cohen instaron a que se aumente el nivel de ambición en el proceso de transformar el modelo de negocio hacia “el impacto netamente positivo”. Como ha explicado Polman, “necesitamos construir negocios netos positivos, es decir, empresas que asuman la responsabilidad del impacto que generan en el mundo y mejoren el bienestar de todas las personas. El coste de la inacción es ya superior al coste de la acción”.
Para ello, defendió que es necesario transformar el modelo de negocio tradicional, actualmente basado únicamente en la maximización de beneficios o la rentabilidad para el accionista, en un modelo netamente positivo, que supone medir todos los impactos que genera una empresa para dar más de lo que recibe.
Desde la óptica de la oportunidad financiera, Cohen insistió en que el nuevo enfoque basado en el trinomio rentabilidad-riesgo-impacto no es sólo una palanca de generación de valor, y una herramienta para afrontar los retos, sino también una gran oportunidad de negocio. “La cuestión de cuándo llegará la transparencia global a la nueva contabilidad de impacto no es ya “si” llegará sino “cuán pronto” la tendremos”, ha explicado Cohen.
En este sentido, Cohen anunció que esta misma semana la Fundación Internacional para la Valoración de Impactos (IFVI) ha hecho pública la metodología, modelos y una base de datos con cerca de 100.000 elementos para valorar y monetizar el impacto ambiental.
Tras años de trabajo, este hito marca un antes y un después porque demuestra tres aspectos que son claves. Que la contabilidad de impacto es factible a gran escala, que la contabilidad de impacto es valiosa y relevante para la toma de decisiones y que se están logrando avances significativos para ampliar la forma en que conceptualizamos el impacto.
Se están dando pasos, pero ni son suficientes ni se está avanzando suficientemente rápido
Cohen y Polman coincidieron en que el impacto positivo debe ir más allá de la sostenibilidad convencional porque no se trata de “causar menores daños”, sino de transformar los modelos de negocio para que las empresas, tal y como defiende Polman en su libro “Netamente positivo”, devuelvan a la sociedad y al planeta más de lo que extraen. Esto implica un modelo de producción que repare, restaure, y regenere, aumentando el bienestar de todos los grupos de interés, desde empleados hasta inversores, pasando por clientes, proveedores y comunidades.
El impacto positivo se convierte en una oportunidad estratégica de negocio cuando las empresas buscan resolver retos sociales y medioambientales a través de su actividad, posicionando el impacto positivo como un elemento central en la estrategia corporativa.
España se enfrenta a una serie de desafíos sociales y medioambientales que requieren una respuesta coordinada desde el sector privado y público. Aunque muchas empresas ya están integrando el impacto en sus estrategias de negocio, sobre todo obligadas por una regulación europea cada vez más exigente, “no se está avanzando suficiente, y no se está haciendo suficientemente rápido”, han coincidido en señalar.
Además, persisten retos de calado que exigen soluciones innovadoras, que necesitan de inversión en nuevas tecnologías y una mayor colaboración entre el sector público y privado, pero también con otras organizaciones.
En un marco de crisis política, económica y social y de creciente complejidad, la oportunidad radica en que las empresas no solo respondan a las exigencias regulatorias y de sus grupos de interés, especialmente accionistas, sino que lideren un cambio radical en su modelo de negocio de business as usual para trabajar en un modelo diferente.
Este enfoque requiere de colaboración y coordinación, de recursos financieros y no financieros, e innovación y tecnología. Pero, sobre todo, como destacó Polman, requiere de un liderazgo valiente, comprometido y ético que ponga los intereses de todos sus grupos de interés y la sociedad en general en el centro de la toma de decisiones.
La economía de impacto ofrece a las empresas españolas, un tejido empresarial formado en su mayoría por pymes, la oportunidad de diseñar nuevos modelos de negocio, explorar nuevos mercados, desarrollar productos para dar soluciones innovadoras a los grandes retos a los que nos enfrentamos. El uso de las nuevas tecnologías es una palanca que puede llevar el impacto social a escala.
Los grandes desafíos de la empresa española ante el impacto
Con la demanda creciente de transparencia, debido a la nueva consciencia social por parte de consumidores e inversores, las empresas están bajo un alto grado de escrutinio sobre el impacto que generan.
También la regulación europea está empujando hacia una mayor transparencia de los daños que causan las empresas. Esta es, como explicó María Herrero, presidenta delObservatorio de Impacto y socia de Transcendent, una de las mayores quejas de las empresas, especialmente de las más pequeñas. “El exceso de regulación española supone más de 1 millón de páginas publicadas en el BOE, tiene un peso equivalente a una docena de vacas, a una altura equiparable a la Sagrada Familia, o a una longitud en línea recta equivalente al trayecto Madrid-Murcia, es decir, 378 km”, según explica la CEOE al referirse a la regulación de las empresas.
A la empresa española le preocupa, además y según la CNMV, la crisis geopolítica con los conflictos de Ucrania y Oriente Medio, cuyos efectos inmediatos son la incertidumbre, la amenaza a las cadenas de suministro y la subida de precios en las materias primas, especialmente los recursos energéticos. También preocupa la subida de tipos que genera volatilidad en los mercados y sube el coste de los créditos y la financiación de las empresas, preocupa la evolución de los tipos de cambio, el impacto de la creciente regulación sobre el clima y la sostenibilidad, y un entorno de mayor digitalización, que aumenta las brechas de seguridad en los sistemas de información.
Por eso cuanto mayor sea la tormenta, más resilientes han de ser las empresas. Para Polman las empresas “netamente positivas” estarán mejor posicionadas para hacer frente a todos estos grandes retos que ponen en riesgo la propia supervivencia de la empresa a largo plazo.
Empresas que lideran desde el compromiso
El evento, presentado por Pedro Rodero, presidente deOntier España y vicepresidente del Observatorio de Impacto, y por Ana Ruiz, socia de Transcendent, ha culminado con una mesa redonda moderada por Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), que ha contadocon la participación de Elena Valderrábano, directora global de Sostenibilidad deTelefónica;Teresa Parejo, directora de Sostenibilidad de Iberia; Sara Ramis, directora de Cliente, Marketing y Sostenibilidad deBarceló Hotel Group; Manuel Rua; director de Sostenibilidad deAmadeus, y Ángel Pérez Agenjo, socio director deTranscendent.
Todos ellos han analizado el papel fundamental de las empresas, demostrando liderazgo y compromiso hacia un modelo económico que impulse un crecimiento sostenible y responsable.
La bajada de tipos de interés realizada en Europa tiene un claro beneficiado, en el ámbito de los mercados de activos: la renta fija y, más concretamente, la deuda pública en plazos cortos y medios. Es el análisis de Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad, tras la última bajada de tipos del BCE.
«Lo esperable, a partir de aquí en el caso de que continúe este proceso de normalización monetaria, es una bajada paulatina de rentabilidades a lo largo de toda la curva de bonos, pero especialmente pronunciada en los tramos de cero a cinco años. Es decir, se espera una mayor pendiente en la curva de deuda«, explica. En su opinión, la parte más larga (10 años y superior) también se verá beneficiada por este impulso aunque en menor medida, dado que, en el futuro, las bajadas de tipos deberían traducirse algo más de crecimiento económico, es decir, algo más de inflación.
También los bonos de deuda privada, especialmente los de mayor calidad, deberían verse favorecidos, por la revalorización general de la deuda y por un comportamiento, cuando menos, razonable de los diferenciales de crédito, en un contexto de mejora de la financiación empresarial, añade.
Señales mixtas en las bolsas
Por lo que toca a renta variable, la señal es mixta: por un lado, las bajadas de tipos benefician a las empresas en la medida que abaratan sus costes de financiación. Asimismo, favorecen a sectores como el consumo discrecional, al favorecer también la capacidad de endeudamiento de los consumidores.
«Por otro lado, no se debe dejar de tener presente que este movimiento de bajada de tipos se lleva a cabo porque la inflación está contenida pero, sobre todo, porque la actividad económica se está deteriorando. Esto es negativo para los beneficios empresariales por las menores ventas. En ese sentido, el movimiento final en las bolsas dependerá de la intensidad de la ralentización económica, explica el experto.
No hay que olvidar que, a día de hoy, los mercados de renta variable cotizan en esencia el mejor escenario posible (inflación conteniéndose, tipos en reducción, crecimiento en modo “aterrizaje suave”). Por lo tanto, explica el experto, «una modificación en alguna de estas variables podría ocasionar distorsiones, que pueden afectar a la cotización bursátil. En caso de producirse este extremo y, en ausencia de otros impactos no contemplados (de tipo geopolítico, por ejemplo), sería una clara oportunidad de compra de acciones, especialmente en aquellos sectores que puedan recoger mejor un futuro ciclo económico positivo, a medio plazo», asegura.
MoraWealth, la sociedad de valores del Grupo MoraBanc, especializada en la gestión patrimonial personalizada, ha llegado a Donostia-San Sebastián como parte de su plan estratégico de crecimiento en el mercado español. Tras su consolidación en Barcelona y Madrid, la firma ha escogido Euskadi como territorio para continuar reforzando su presencia, ofreciendo un enfoque exclusivo y cercano a la gestión de patrimonios. Haymar Lopez Eguzquiza e Iñigo Azpiazu Tellería serán los agentes financieros de la firma en el País Vasco.
Fundado hace más de 70 años, y con una larga experiencia en banca privada, el Grupo MoraBanc asegura ofrecer a sus clientes un servicio basado en la confianza, el trato personalizado y la adaptación a sus necesidades específicas. La entidad se declara como ‘banca de banqueros’, en la que sus profesionales están siempre a disposición de los clientes, con un acceso directo y cercano. Este modelo asegura que los clientes de MoraWealth reciban soluciones exclusivas, diseñadas a medida, de la mano de expertos financieros y partners internacionales de primer nivel.
Entre estos socios estratégicos se encuentra Goldman Sachs Asset Management (GSAM), que aporta productos financieros de alta calidad tanto en mercados públicos como privados, lo que complementa y refuerza la oferta de MoraWealth. Esta colaboración, que ya lleva cinco años, es un claro reflejo del compromiso de MoraWealth con ofrecer lo mejor en servicios financieros.
La llegada de MoraWealth a Donostia-San Sebastián responde a la voluntad de MoraBanc de seguir creciendo en España, con una presencia sólida en las principales ciudades del país. Además, el grupo ha realizado también este año 2024 importantes movimientos corporativos, como las adquisiciones de Tressis y del Banco Europeo de Finanzas, aún pendientes de aprobación regulatoria, que reforzarán su posición en el sector financiero español.
Desde la entidad aseguran que este compromiso está guiado por una filosofía de banca cercana y familiar, donde la confianza mutua entre el cliente y el banquero es el pilar central. El objetivo de MoraWealth es seguir creciendo en volumen, sin perder de vista su esencia de banca personalizada y a medida.
Para celebrar la llegada de MoraWealth a Donostia-San Sebastián, la entidad organizó el pasado jueves un evento exclusivo en el Hotel Nobu, que contó con la participación de figuras clave del sector financiero y de la sociedad donostiarra. En este evento, los agentes financieros Haymar Lopez Eguzquiza e Iñigo Azpiazu Tellería han sido presentados oficialmente. Ambos cuentan con una amplia experiencia en la gestión patrimonial en Euskadi, representando los valores de profesionalidad y confianza que definen a MoraWealth.
El evento contó con las intervenciones del CEO del Grupo MoraBanc, Lluís Alsina y la Managing Director de Goldman Sachs Asset Management en España, Lucía Catalán.
Lluís Alsina, CEO del Grupo MoraBanc, ha destacado en su intervención: “Estamos muy ilusionados de estar presentes en una ciudad maravillosa como San Sebastián. Queremos aportar valor basándonos en un concepto innegociable para nuestro grupo: la confianza mutua, fundamental para el crecimiento conjunto de la empresa y de nuestros clientes”.
Mutuactivos ha reforzado sus equipos de pensiones y tecnología con las incorporaciones de Antonio Valverde, como director de Cuentas Institucionales de Mutuactivos Pensiones, y Fernando Pablos, como director de Tecnología. Según destaca la firma, estas contrataciones están en línea con suPlan Estratégico 2024-2026 que contempla un crecimiento de su plantilla del 20% en el periodo, lo que supone la incorporación de 40 nuevos profesionales a lo largo de los próximos años.
Igualmente, el Plan Estratégico de Mutuactivos Pensiones plantea un importante crecimiento tanto en clientes como en patrimonio en el periodo 2024-2026. Uno de los focos principales, según la entidad, está puesto en el impulso de los planes de pensiones de ciclo de vida, orientados tanto a particulares como a empresas.
Sobre estos dos últimos fichajes, la gestora destaca que Antonio Valverde, como nuevo director de Cuentas Institucionales, se incorpora para impulsar la contratación de planes de pensiones, tanto de empleo como individuales. Desde su nuevo puesto, reportará a María Luisa Gil Cristobalena, directora de Previsión Social Complementaria de Mutuactivos Pensiones. Valverde es licenciado en administración y dirección de empresas por la Escuela Autónoma de Dirección de Empresas de Málaga y también cuenta con el título de asesor financiero de EFPA. Durante más de 15 años ha trabajado en entidades de banca privada, como Banca March, Gestiohna y Unicorp Patrimonio.
Respecto a Fernando Pablos, nuevo director de Tecnología, se incorpora a Mutuactivos con el cometido de definir la estrategia tecnológica de la entidad. Además, reporta directamente a Luis Ussia, presidente ejecutivo y consejero delegado de Mutuactivos, y será miembro del Comité de Dirección. Pablos es ingeniero Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid y cuenta con un programa de desarrollo directivo por IESE Business School. Cuenta con una experiencia profesional de más de 20 años en las áreas de desarrollo de negocio y tecnología en diferentes empresas. Trabajó durante 24 años en ETS Factory. Además, es fundador de compañías financieras, como Alveus Investing y Exo Investing, y tecnológicas, como Nucoro, The Wealthabout Company o Facilita Technologies.
En la actualidad, según la entidad, el equipo de Mutuactivos está compuesto por más de 200 profesionales que trabajan en las siete oficinas con las que cuenta la entidad en España: Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, A Coruña, Valladolid y Canarias -esta última abierta hace apenas unos meses-.
El ciclo de recorte de tipos de interés de los principales bancos centrales continúa con firmeza, pero con matices. Según el análisis que hacen las gestoras internacionales, cada institución monetaria marca su propio ritmo y defiende su independencia, generando cierta divergencia que, por ahora, no inquieta ni a los mercados ni a los inversores.
“El BCE y el Banco Nacional Suizo (BNS) ya han bajado los tipos por tercera vez a medida que la preocupación por la inflación pasa a un segundo plano. Este ciclo de relajación está preparado para apoyar un renovado crecimiento económico mundial. Además, las autoridades chinas han presionado a China, uno de los principales motores del crecimiento del producto interior bruto (PIB) mundial, para que cumpla su objetivo de crecimiento del 5% anual. Así, han adoptado medidas de estímulo que incluyen recortes de los tipos de interés, bajadas de los tipos hipotecarios, ayudas a los bancos y flexibilización de las normas para los compradores de vivienda en algunas grandes ciudades”, añade Dan Scott, jefe de Vontobel Multi Asset.
En la mente de los bancos centrales
Según la valoración que hace John Butler, experto macroeconómico en Wellington Management, los bancos centrales están dejando atrás la lucha contra la inflación para centrarse en el crecimiento cíclico y el empleo. Para Butler, la cuestión que plantea actualmente el mercado es cuántos recortes provocará este cambio de enfoque, aunque, en su opinión, las implicaciones son mucho más amplias.
“Los bancos centrales están relajando su política monetaria a pesar de que la inflación subyacente continúa muy por encima de los objetivos en la mayoría de los países, mientras que las tasas de desempleo se mantienen cerca de mínimos históricos. Esta aparente reticencia a poner en práctica el remedio que acerque la inflación de nuevo al objetivo, me hace estar más seguro de que la economía global se encuentra en las primeras etapas de una tendencia inflacionaria al alza a largo plazo. Hay varias razones estructurales que explican este aumento, pero la principal es que el régimen de política monetaria vigente desde mediados de los noventa se está desmoronando”, argumenta.
Butler va un paso más allá y reconoce algo que se escucha habitualmente en este sector: “Los bancos centrales están, de hecho, atrapados en una trampa que ellos mismos han creado”. Según su visión, hoy somos testigos de las consecuencias políticas derivadas de estas acciones en gran parte del mundo desarrollado. “Según los bancos centrales, no tenían elección, ya que la alternativa era mucho peor. Si bien hay mucha verdad en esta afirmación, pasa por alto el hecho de que las instituciones no electas no pueden sobrepasar el umbral fiscal sin que haya consecuencias. Estas acciones cambian la percepción”, afirma.
Como bien dice el refrán “de aquellos barros estos lodos”, y el lodo es ahora el debate sobre el crecimiento de las economías y si se producirá una recesión o no. Muestra de ello es que durante la rueda de prensa de ayer de Christine Lagarde, presidenta del BCE, el tono fue cauto y ella misma dejó claro que la preocupación principal de la máxima autoridad monetaria está girando de la inflación al crecimiento. “La presidenta del BCE señaló que con la información actual no esperan una recesión y su escenario central seguía siendo el de un aterrizaje suave de la economía. Sin embargo, aludió a los malos datos macroeconómicos de las últimas semanas como puntos para justificar el ajuste de la política monetaria. Cabe recordar que, a diferencia de la Fed, el BCE no tiene como objetivo la estabilidad del empleo o el crecimiento, no obstante, Largade señaló la influencia del crecimiento en la inflación como base para esta decisión. Finalmente, Lagarde señaló que no garantiza una nueva bajada en la reunión de diciembre y será una decisión que dependerá de los datos. Por su parte, el mercado espera al menos una nueva bajada en diciembre, algo que también encaja en nuestro escenario de tipos”, destacan los analistas de Banca March.
En opinión de Karsten Junius, economista jefe en J. Safra Sarasin Sustainable AM, el BCE se está quedando algo rezagado al recortar de manera tímida su tipo de interés oficial. “La inflación de septiembre se revisó a la baja, del 1,8% al 1,7% interanual. Aunque las tasas de inflación subyacente y del sector servicios se mantienen en el 2,7% y el 3,9% interanual, respectivamente, estos indicadores evolucionan lentamente, ya que las negociaciones salariales suelen ser retrospectivas y aún reflejan en parte el impacto de la inflación de 2022. Los precios de producción, que se ajustan más rápidamente, han vuelto a los niveles anteriores a la pandemia y el banco central podría considerar que la inflación del sector servicios está evolucionando con cierto retraso”, argumenta Junius.
Comprendiendo al BCE
En lo que atañe a la zona euro, las gestoras consideran que el recorte de 25 puntos básicos es una protección adicional frente a los riesgos a la baja, dado que el contexto macroeconómico es algo más débil de lo previsto. Celia Soares, gestora de carteras de clientes del equipo de renta fija de Janus Henderson, coincide en que los bancos centrales de todo el mundo están recortando tasas a diferentes ritmos. Y explica que la decisión del Banco Central Europeo (BCE) fue realizar un recorte consecutivo debido a los riesgos a la baja para el crecimiento económico, lo que, en su opinión, refleja otros riesgos en el horizonte, como la debilidad del mercado laboral y las tensiones comerciales. Ahora bien, advierte de que “en ciclos de recortes anteriores, el BCE buscaba estabilizar los diferenciales de los bonos periféricos; sin embargo, en este ciclo actual, el enfoque se ha desplazado hacia el apoyo a las economías centrales”.
“El lenguaje utilizado en el comunicado fue más equilibrado de lo que esperaban los mercados. Aunque el BCE habla de un crecimiento más débil, al mismo tiempo reconoce que la inflación nacional sigue siendo alta y que el crecimiento salarial es elevado. Tampoco hay orientaciones sobre futuras bajadas de tipos y el BCE insiste en tomar decisiones reunión por reunión. Este lenguaje equilibrado es una señal de que el BCE quiere mantener todas las opciones sobre la mesa. También es una señal de que los acontecimientos políticos y los datos determinarán la reacción del BCE en diciembre”, añade Tomasz Wieladek, economista jefe para Europa en T. Rowe Price.
Hugo Le Damany & François Cabau, economistas de AXA IM, destacan que durante la conferencia de prensa, la presidenta Lagarde reiteró ligeros cambios en la declaración de política monetaria: “‘Las perspectivas de inflación también se ven afectadas por las recientes sorpresas a la baja en los indicadores de actividad económica’, lo que supone un ligero aumento de la atención prestada a las (persistentes) decepciones en materia de crecimiento. A pesar de varias preguntas al respecto, reiteró el escenario de base de aterrizaje suave del BCE, desestimando los temores de una inminente recesión en toda la zona euro. Aunque estamos de acuerdo con esto último, destacamos nuestra previsión de crecimiento del PIB para 2025, mucho más débil, que prevé sólo un 0,9% (consenso de Bloomberg: 1,2% y BCE: 1,3%)”.
Aunque no hubo nuevas proyecciones, Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS, tiene la impresión de que existe una creciente confianza entre los miembros del BCE en alcanzar el objetivo de inflación en el transcurso de 2025. En su opinión, “los riesgos para la economía siguen sesgados a la baja, pero no se espera una recesión. Además, también se destacó el carácter restrictivo de las condiciones de financiación. En términos reales, los tipos de interés oficiales son ahora incluso más restrictivos que en septiembre de 2023, cuando se produjo la última subida de tipos”, comenta.
Según Miguel Ángel García, director de inversiones de Diaphanum, “el BCE debería ser más agresivo en la bajada de los tipos de interés ya que el crecimiento previsto para la Eurozona es muy bajo, inferior al 1%, y la inflación ha bajado muy fuerte en los últimos meses situándose en el 1,8% la general y en el 2,7% la subyacente. Esperemos que no ocurra como con la subida de la inflación que no la vieron venir”
Previsión de tipos para la zona euro
En opinión de Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, el flujo de datos de los próximos meses decidirá la velocidad a la que el BCE continúa haciendo menos restrictiva su política. “Esperamos un debate en el Consejo de Gobierno sobre la configuración adecuada del tipo de interés neutral el próximo año, cuando el tipo de interés oficial caiga por debajo del 3%. Creemos que el BCE volverá a recortar en diciembre, y la fijación de un tipo terminal en torno al 1,85% para el segundo semestre del próximo año nos parece razonable”, señala.
Para Wieladek, el ritmo de recortes que pueda seguir el BCE dependerá de los riesgos que haya para la economía de la zona euro. “Por ejemplo, si la amenaza de aranceles de EE.UU. conduce a encuestas empresariales mucho más débiles en la zona euro, reforzando la opinión de que la zona euro se está deslizando rápidamente hacia la recesión , entonces el BCE podría recortar los tipos en 50 puntos básicos en una de las próximas reuniones. Por el contrario, si es improbable que cambie la política arancelaria de EE.UU. respecto a los productos europeos, un repunte de la confianza y unas encuestas empresariales más sólidas podrían llevar al BCE a optar de nuevo por recortes graduales. A la luz de estos importantes riesgos en los próximos meses, el recorte de hoy debería interpretarse como un recorte seguro”, argumenta el economista jefe para Europa en T. Rowe Price.
Por su parte, Mahmood Pradhan, Head of Global Macro Economics de Amundi Investment Institute, tiene muy clara su perspectivas: “Prevemos recortes de un cuarto de punto en cada reunión hasta abril. El hecho de que se sienta cómodo con la desinflación en curso y los costes salariales, a pesar de una tasa de paro en mínimos, le deja amplio margen para adoptar más rápidamente una postura menos restrictiva”. Y los economistas de AXA IM señalan al menos recortes consecutivos de tipos de 25 puntos básicos hasta junio: “Nos sentimos cómodos con nuestro escenario base, según el cual el BCE reduciría el tipo de interés de depósito en 25 puntos básicos en cada reunión hasta junio de 2025, cuando alcanzaría el 2,0%, en línea con las expectativas del mercado. Nuestro sesgo sigue siendo que podría llegar antes”.
Con la relación deuda/PIB de EE.UU. en máximos históricos, existe una preocupación generalizada por su sostenibilidad a largo plazo. Sin embargo, llama la atención que “el mundo ha estado financiando los déficits estadounidenses con inversiones en dólares, deuda del Tesoro y acciones de EE.UU., activos que sufrirán considerable depreciación si se produce una crisis de deuda estadounidense”, señala Maria Vassalou, directora de Pictet Research Institute. Aunque reconoce que “de todas formas, a corto plazo, una crisis de deuda en EE. UU. es poco probable”, la pregunta es: ¿qué papel juega la deuda estadounidense en la arquitectura financiera mundial?
Según recoge el último informe publicado por esta organización, titulado “El papel clave de la sostenibilidad de la deuda de EE.UU. en la arquitectura financiera mundial”, las perspectivas típicas de sostenibilidad de la deuda, a menudo desarrolladas en el contexto de mercados emergentes o economías desarrolladas más pequeñas, no se aplican necesariamente en este caso. “Estados Unidos ocupan una posición única en la arquitectura financiera global y en el orden geopolítico, lo que los distingue de cualquier otro país. Es el caso definitivo de ‘demasiado grande para fallar’, con las consecuencias desproporcionadamente inclinadas en contra del Resto del Mundo (ROW)”, señala el documento.
Para Vassalou, los extranjeros tienen mucho que perder en una crisis de deuda en EE.UU.. “El resto del mundo ha estado financiando los déficits estadounidenses con inversiones en dólares, deuda del Tesoro y acciones de EE.UU., activos que sufrirán considerable depreciación si se produce una crisis de deuda estadounidense. Así que el sector oficial, principalmente grandes bancos centrales y fondos soberanos, tiene fuertes incentivos para intervenir y limitar la depreciación de los activos estadounidenses en las fases de turbulencias del mercado, aunque con la condición de que EE.UU. mantenga su dominio geopolítico y liderazgo mundial en innovación, con rentabilidades bursátiles atractivas”, sostiene la responsable del Pictet Research Institute.
El informe sostiene que, de hecho, un importante riesgo que amenaza la sostenibilidad de la deuda de EE.UU. es de naturaleza geopolítica. En este sentido señala que, por ejemplo, a medio plazo, el grupo BRICS+ (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía), puede postularse entre la actual arquitectura financiera global y dominio de EE.UU.. “De todas formas, a corto plazo, una crisis de deuda en EE.UU. es poco probable”, reconoce Vassalou.
Dinámica de la deuda
Según analiza el documento, el dólar ha sido la moneda de referencia del mundo desde Bretton Woods en 1944, por su convertibilidad en oro y a partir de 1971 como moneda fiduciaria, dada su estabilidad económica y dominio geopolítico. Además, “al financiarse con capitales del resto del mundo, EE.UU. ha podido lidiar con sus persistentes déficits por cuenta corriente y presupuestario y gozar de mayor consumo, menor inflación y mayor crecimiento de lo que habría sido capaz”, argumentan.
Con el tiempo el resto del mundo ha ampliado su huella inversora en EE.UU., mediante instrumentos de deuda y también de renta variable. “Efectivamente, la capacidad superior de EE.UU. en nuevas tecnologías, innovación y empresas unicornio ha seguido atrayendo capitales del exterior. Esta dinámica basada en la capacidad del resto del mundo con superávit de capital para invertir en EE.UU. en lugar de sus economías nacionales, explica la capacidad de este para ampliar y soportar mayor endeudamiento y está inextricablemente ligado a la fortaleza y estabilidad de las alianzas geopolíticas y su papel central en el orden económico mundial.
Según advierte el informe, la disponibilidad de flujos de capital excedentarios puede reducirse, dadas las necesidades de inversión pendientes en las regiones exportadoras de dicho capital. “Así, a medida que el mundo se hace menos globalizado y geopolíticamente más fragmentado, la estabilidad a largo plazo del actual equilibrio puede ponerse en entredicho. De momento, la dificultad del resto del mundo para prescindir de los activos seguros estadounidenses mantiene el esquema financiero. Los Gobiernos de EE.UU. lo emplean como baza negociadora en una amplia gama de cuestiones económicas y geopolíticas”, señalan.
Sostenibilidad de la deuda
Las estimaciones del informe apuntan que para 2028 los gastos por intereses pueden suponer 60% del déficit federal estadounidense, lo que podría llevar la sostenibilidad de la deuda de EE.UU. a un punto crítico en que necesite incurrir en endeudamiento adicional para pagar dichos intereses.
“Ello puede desencadenar una cascada de ventas de deuda del Tesoro de EE.UU. y extenderse rápidamente a otras clases de activos, incluyendo la renta variable, con turbulencias en los mercados globales. Pero tanto EE.UU. como el resto del mundo tienen mucho que perder en ese escenario, aunque el impacto puede ser más acusado para el resto del mundo, que ha redoblado su exposición a EE.UU. con enormes inversiones en renta fija y renta variable estadounidenses”, explica el documento.
Según sus autores, en caso de turbulencia del mercado inducida por EE.UU., es de interés del sector oficial del resto del mundo -principalmente grandes bancos centrales y fondos soberanos- ayudar a proporcionar un “suelo” a los precios de los activos estadounidenses. Así que la compleja relación del resto del mundo con EE.UU. hace más sostenible su deuda de lo que indica el análisis clásico.
Además, concluyen que mientras se mantenga el actual estatus financiero global, la renta variable estadounidense es un nuevo activo “cuasi seguro” de alta rentabilidad. “Pero la demanda global de activos seguros resulta proporcional al PIB mundial y las economías en desarrollo crecen a una tasa mayor que los países que producen activos seguros. De manera que la demanda de activos seguros seguirá aumentando más rápido que la oferta. En este sentido, EE.UU., proveedor dominante de activos seguros globales, no puede expandir ilimitadamente su emisión de deuda para esta demanda global sin considerables fragilidades económicas y de seguridad nacional”, explican.
Por último, advierte de que, con todo, en este momento, el principal riesgo para la sostenibilidad de la deuda de EE.UU. es geopolítico. “Un mundo cada vez más polarizado desafía su dominio y lo deseables que son sus activos en el sistema financiero global e iniciativas como las que plantea el grupo BRICS+ deben seguirse de cerca”, concluye el informe de Pictet Research Institute.
En el marco de su compromiso con la inversión sostenible, Fidelity International anuncia el lanzamiento del Fidelity Funds 2 – Blue Transition Bond Fund, el primer fondo de renta fija centrado en la transición azul que se lanza en todo el mundo, de acuerdo con su análisis del mercado.
Según recuerdan desde la gestora, la transición azul aspira a alcanzar un equilibrio entre el uso y los recursos de los sistemas oceánicos, costeros y fluviales y la preservación de unos ecosistemas marinos y de agua dulce sanos y productivos. “Los océanos y el agua dulce desempeñan un papel crucial en la regulación del clima, además de proveer alimentos y medios de subsistencia y sostener ecosistemas diversos. Sin embargo, están amenazados y su protección no recibe suficiente financiación. Así, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU denominado “Vida submarina” sigue siendo el que recibe menos financiación, no lejos de “Agua limpia y saneamiento”, que es el sexto ODS que menos financiación recibe”, explican.
Teniendo esto en cuenta, el objetivo del fondo es revalorizar el capital a largo plazo centrándose en apoyar la transición hacia la mejora de la salud de los océanos y el agua dulce invirtiendo en bonos de todo el mundo o bonos de emisores que cumplan cuatro criterios:
Contribuir a objetivos en materia de océanos y agua dulce que sean acordes con los ODS de la ONU.
Utilizar el capital recaudado con los bonos para financiar proyectos que mejoren la sostenibilidad en relación con los océanos y el agua dulce (incluidos los bonos azules).
Tratar de mejorar la gestión de los riesgos y oportunidades relacionados con el agua.
Reducir el impacto negativo del cambio climático en los océanos o el agua dulce. Un mínimo del 80% de las inversiones del fondo se destinará a cumplir con las características medioambientales o sociales que promueve
Según indica, el fondo estará gestionado por Kris Atkinson y Shamil Gohil, que juntos suman más de 42 años de experiencia y están respaldados por los amplios recursos de inversión e inversión sostenible de Fidelity en todo el mundo. Este lanzamiento supone un nuevo paso dentro del compromiso más amplio de Fidelity con el desarrollo de soluciones de inversión en renta fija temática que aborden el cambio climático, cuestiones sociales y, en general, los ODS de la ONU.
“El mercado de renta fija ocupa una posición única para ayudar a sostener la transición azul, por su tamaño y el mayor número de emisores cotizados y no cotizados en el sector privado y público. Nos centramos especialmente en los bonos azules, una subdivisión del mercado de bonos verdes que financia proyectos relacionados con los océanos y el agua dulce. Sin embargo, los bonos azules no son suficientes por sí solos para los inversores que buscan dar apoyo a temáticas relacionadas con los océanos y el agua dulce y, al mismo tiempo, generar rentabilidades ajustadas al riesgo atractivas. Se necesita un enfoque más integral que debe empezar en los propios emisores, de tal modo que los inversores consideren cómo funciona una empresa, que productos y servicios ofrece y si estos están en consonancia con la transición azul”, explica Kris Atkinson, gestor de fondos en Fidelity.
En su opinión, la transición azul es un reto de ámbito mundial y explica que por ello su enfoque también lo sea y cubra el universo de inversión en renta fija más amplio posible. “Dado que invertimos en deuda, necesitamos garantizar el cobro del principal y los intereses, por lo que recurrimos al amplio y experimentado equipo de profesionales de la inversión de Fidelity para dejar fuera aquellos bonos que no alcanzan nuestros umbrales fundamentales y de valoración. El resultado es una cartera de renta fija diversificada en todo el mundo y de alta calidad que contribuye a apoyar la transición azul”, añade Atkinson.