La revista estadounidense Business Insider ha publicado un artículo en el que recoge una lista de los mejores restaurantes para comer en España. Con siete de ellos en lo más alto del ranking mundial de los 50 mejores restaurantes, hace hincapié en el buen momento que vive la gastronomía española.
“En ciudades como San Sebastián, Barcelona o Sevilla, la comida no es solo un arte, es cultura. Gracias a la influencia del catalán Ferrán Adriá, España es cuna de algunas de las mejores mentes culinarias del mundo”, explica.
La publicación destaca lugares como el Asador Etxebarri (en Atxondo), el número 13 del mundo, Arzak (en San Sebastián), el 17 de la lista, Azurmendi (en Larrabetzu), el 19 del mundo, Quique Dacosta (en Dénia), el 39 del mundo, Café Iruña (en Navarra) o El Celler de Can Roca (en Girona), el número 1 del mundo.
Foto: Nguyen, Flickr, Creative Commons. El espejismo del “flash crash” de agosto
Para muchos profesionales y clientes del mercado financiero, la vuelta de sus vacaciones coincidió con uno de los momentos de pánico bursátil más importantes de los últimos lustros. En un entorno económico claramente escorado hacia el cortoplacismo (no sólo en la política económica, también en los mercados), los agentes del mercado proyectaron, desde el primer momento hacia el futuro, un escenario de caídas de las bolsas y, hasta incluso, una recesión global provocada por la reducción de la tasa de crecimiento de la economía china.
La realidad, sin embargo, dista mucho de ser así. A decir verdad, la situación de las bolsas está claramente distorsionada por dos factores clave: por un lado, el momento en que se han producido las caídas (en la recta final del mes de agosto) y, por otro, una excesiva preocupación por lo que ocurre en China, muchas veces nacida de miedos irracionales derivados de conclusiones apresuradas y con poco fundamento macroeconómico e institucional.
Agosto es el mes del año donde más se reduce el volumen de negociación en las bolsas de todo el mundo. En este sentido, cualquier noticia con cierto calado, sea positiva o negativa, produce un impacto mucho mayor que si este mismo evento se produjera en otra época del año. Menores volúmenes de negociación alimentan la volatilidad ya que el número de operadores se reduce y, por lo tanto, los movimientos en bloque crecen de forma importante.
De forma paralela, la transformación de la economía china preocupa a los inversores, no tanto porque haya un “momento Lehman” en la segunda mayor economía del mundo, sino por el parón en la demanda de materias primas, ya que China hasta ahora ha sido el mayor consumidor de commodities a nivel mundial. Puesto que durante décadas los productores han lanzado al mercado cantidades crecientes de petróleo, gas natural, cobre o mineral de hierro –entre otras– conforme la demanda aumentaba y vaciaba una y otra vez las reservas; en cuanto se ha ralentizado la demanda, los excedentes se van haciendo cada vez mayores y, por tanto, los precios tienden a la baja.
En suma, el mercado se encuentra en una fase de corrección parcial de las ganancias de los últimos meses. A pesar de esto, es ciertamente difícil que pierdan la senda alcista cuando los inversores tienen a un prestamista de última instancia siempre dispuesto a seguir imprimiendo dinero para sostener los mercados: los bancos centrales.
. Receding Systemic Risks, But Cautious Risk Appetite
El índiceLyxor Hedge Fund subió un 1,3% en julio. Ocho de cada 12 índices de Lyxor terminaron el mes en terreno positivo, liderados por el índice Lyxor CTA Long Term, que repuntó un 4,6%, el índice Lyxor Global Macro, que sumó un 2,6% y el índice Lyxor Variable Bias con un incremento del 2,3%.
«El retroceso de los riesgos sistémicos que se produjo tras el acuerdo griego y la estabilización de las bolsas chinas no ha abierto un período de apetito por el riesgo. En cambio, la atención se ha desplazado a las consecuencias de la desaceleración de China y de la normalización de la Fed», explica Jean-Baptiste Berthon, estratega senior de Cross-Asset en Lyxor AM.
En un mes de julio plagado de datos macro, los mercados se han visto impulsados por catalizadores altamente especulativos, casi obligados a seguir las sacudidas imprevisibles de la saga griega antes de la fecha límite de 20 de julio en la que el país heleno debía afrontar un pago de 3.500 millones al BCE. El acuerdo con sus acreedores en el último minuto, permitió que los activos de riesgo se recuperaran.
A 3.000 km de allí, el acuerdo nuclear con Irán desataba otro catalizador especulativo con implicaciones graves para el sector energético. En Asia, la aceleración de la caída de la bolsa china impactó en los activos globales y en los mercados emergentes, elevando la preocupación de un efecto dominó.
Los fondos Long/Short de renta variable subieron con fuerza en general, excepto los de renta variable asiática. El final –temporal– del tema griego y un segundo periodo bajista en las materias primas favoreció selectivamente a Europa y en cierta medida a Japón. Ambas regiones disfrutaron también de una fuerte temporada de ganancias. Los managers de estrategias long/short de renta variable europea superaron al mercado en julio, beneficiándose de una fuerte contribución del beta y de otros temas. Todos estas estretegias subieron en julio.
Por el contrario, el contexto en Estados Unidos se presentó más difícil, debido a la posible normalización de los tipos de interés de la Fed y una pobre temporada de resultados empresariales. Sin embargo, la caída de las correlaciones de Estados Unidos permitió a los managers estadounidenses extraer un fuerte alfa tanto en sus posiciones cortas como en las largas. Casi todos ellos terminaron el mes al alza. El laborioso proceso de estabilización de las bolsas chinas continuó erosionando las rentabilidades de los managers del mercado asiático, aunque estuvieron mucho mejor protegidos que durante la primera fase caídas en las bolsas de China.
La rentabilidad de los fondos Event Driven se quedó rezagada. Los de Arbitraje evolucionaron peor que los de Situaciones Especiales. El sesgo regional estadounidense de las estrategias, en general, pesó negativamente. La mala temporada de resultados empresariales de Estados Unidos añadió volatilidad en los acuerdos de los sectores sanitario, de medios de comunicación y tecnológico.
Aunque la exposición de los fondos Event Driven a los sectores de las materias primas era limitada, la magnitud de lacaída en el sector de la energía y de los metales básicos en julio fue inesperada. Golpeó posiciones tanto en los fondos de Arbitraje como de los de Situaciones Especiales. Tampoco ayudó el mantenimiento de posiciones ilíquidas antes la posible normalización de los tipo de interés de la Fed no ayuda.
Los fondos Long/short de Credit Arbitrage obtuvieron un resultado decente. Con posiciones muy conservadoras, los gestores consiguieron esquivar la mayor parte del deterioro en el sector energético. También se vieron poco afectados por las preocupaciones sobre los mercados de crédito de Estados Unidos, que aumentaron repentinamente. Además, los gestores fueron capaces de beneficiarse del repunte de los ‘spreads’ en Europa, conforme se acercaba el ‘deadline’ de Grecia.
Los fondos CTA tuvieron buena evolución en julio gracias a la mejora en las materias primas. Al principio de mes se vieron afectados por la reversión de activos tras el anuncio de Grecia de la convocatoria del referéndum. Sin embargo recuperaron totalmente el terreno perdido a partir de entonces. La direccionalidad selectiva dio sus frutos. Las mayores ganancias se registraron en las posiciones cortas del sector de la energía, y las largas en los activos de riesgo europeos.
Los fondos Global Macro tuvieron un buen desempeño en unos mercados restringidos. A diferencia de los gestores de CTA, las materias primas no fueron contribuyentes clave. Sin embargo, los managers estaban bien posicionados para beneficiarse de un ambiente con riesgo sistémico más bajo, aunque aún preocupado por el ritmo de recuperación mundial. La renovada debilidad del petróleo añadió soporte para zonas de reflación.
Photo: Derek Gavey
. Where to Seek Returns When Traditional Investments May Not Be Enough?
Se ha hablado mucho del final de la edad de oro de las inversiones en bonos. Desde finales de la década de los 70, hemos vivido una continua subida del precio de los mismos, al tiempo que bajaban los tipos de interés de todos los países desarrollados. En este momento, y una vez superada la mayor crisis financiera de los últimos cincuenta años, lo que se espera es una gradual subida del precio del dinero en el mercado estadunidense, que lleve a subidas posteriores en otras plazas financieras.
Los inversores conservadores, y muchos ahorristas tradicionales, tenían la fácil opción de colocar su dinero a plazo fijo con un banco de primer nivel o en bonos de alta calidad y vivir de sus intereses. Lo mismo sucedía con parte de los activos de los fondos de pensiones e inversionistas institucionales. Lamentablemente, esa época se acabó, nos encontramos en una nueva era, con un marco de actuación totalmente diferente. El precio del dinero, al estar tan bajo, nos lleva a rendimientos reales (descontada la inflación) negativos en el corto y medio plazo. Y se espera que pueda seguir así en los próximos ejercicios. Ante esta situación, los inversionistas tienen que buscar alternativas para colocar su dinero. La más clara y promovida por las casas de inversión es aumentar las colocaciones en acciones de compañías cotizadas en mercados públicos, más inversión en bolsa. Como ellos dicen, en el largo plazo es muy difícil perder dinero en esta clase de activo, pero no tienen en cuenta ni los precios actuales, ni la alta volatilidad que ello conlleva. Adicionalmente, no todo el mundo tiene el estómago de aguantar cuando hay una crisis, y les lleva a vender en el peor momento, cuando realmente tendrían que estar comprando.
Ante esta situación, cada día vemos más claro que hay que poner en la balanza varios factores: tiempo, liquidez y retorno. Lo que tradicionalmente ha sido más conservador, puede ser por unos años más arriesgado que otro tipo de alternativas. Cuando invertimos, muchas veces queremos tener liquidez por la tranquilidad de poder disponer rápidamente de nuestro dinero, pero aquellos que han sido o son empresarios, saben que sus compañías no se pueden vender en un corto plazo, sin embargo, concentran la mayor parte de su patrimonio en las mismas. Aplicando ese mismo razonamiento, estamos viendo mayores oportunidades en mercados privados (no cotizados en mercados organizados), tanto en el mercado de crédito y deuda, como en el de acciones. En muchos casos esto se identifica únicamente con “private equity”, en nuestro caso lo vemos como un sector mucho más amplio al cual podríamos llamar “ilíquido”.
Inversiones ilíquidas
Cuando hablamos de inversiones ilíquidas, o privadas en general, nos referimos a tres tipos de inversiones:
Private equity en el sentido tradicional. Inversión en acciones de compañías no cotizadas, con la esperanza de que una mejor gestión, una visión de plazo mayor y compras a precios adecuados, nos lleven a creación de valor y poder tener una ganancia importante entre 5 y 10 años.
Mercado inmobiliario. Dentro del mismo hay muchos subsectores con distintos niveles de riesgo, liquidez, y en muchos casos flujo de caja originado por alquileres. También se debe considerar la diversificación entre el mercado local, y las oportunidades de distintos mercados internacionales que van cambiando con el tiempo.
Mercados de crédito: incluimos en el mismo, financiación directa a compañías, proyectos e incluso gobiernos, con tasas fijas o variables que nos den un flujo de caja razonable, y potencialmente una apreciación de nuestra inversión.
Dentro de todo este universo, existen muchos submundos, desde el llamado “Venture Capital”, o capital que apoye a empresarios a crear sus compañías desde su inicio, a restructuración de deuda de corporaciones en situación compleja, como en financiación de compra de empresas por los ejecutivos tomando deuda (MBOs).
Un plan de acción
Cuando hablamos de inversión del dinero, hay que tener en cuenta la diversificación, necesidades de flujo de caja y liquidez, riesgo y tiempo. Es por ello que se debe hacer un plan que incluya todas estas variables, y si se está dispuesto a asumir un mayor plazo y una menor liquidez, se pueden obtener retornos muy interesantes a lo largo del tiempo.
Es importante el poder contar con los medios para identificar estas oportunidades, valorarlas y negociarlas imparcialmente en los términos adecuados. Es por ello que siempre se debe hacer de la mano de profesionales independientes que les ayuden a entrar en este tipo de vehículos.
Cada día más vemos a los grandes patrimonios a nivel mundial tomando esta dirección. Los mercados financieros organizados van a dar retornos mucho más bajos que lo que hemos visto la última década, y si queremos crecer nuestro capital, por encima de la inflación, y obtener algo de renta, claramente hay que buscar oportunidades diferentes a las tradicionales, y quizá esto conlleve, al menos por unos años, cambiar liquidez por retorno.
Escrito por: Santiago Ulloa, Fundador y Managing Partner, WE Family Offices
Propiedad en Alemania de TIAA-CREF. Foto cedida. TIAA-CREF y dos fondos de pensiones públicos suecos formalizan una alianza para invertir en oficinas en Europa
TIAA-CREF, firma de servicios financieros, y los fondos de pensiones públicos suecos AP1 y AP2 han acordado aunar fuerzas en una nueva empresa conjunta con vistas a crear una de las plataformas de inversión en oficinas más destacadas de Europa. TH Real Estate, encargada de reunir a las partes, ha constituido la plataforma y gestionará el vehículo en nombre de los inversores, prestando servicios de inversión y gestión de activos.
La alianza estará formada por los inmuebles que actualmente mantienen TIAA General Account, AP1 y AP2, creando así una plataforma inicial valorada en 2.200 millones de euros, compuesta por 258.000 metros cuadrados de espacio de oficinas core en el Reino Unido, Francia y Alemania. Con 15 activos (9 aportados por TIAA General Account y 6 por AP1 y AP2), la cartera actual incluye activos emblemáticos como 12-14 New Fetter Lane y One Kingdom Street en Londres, Tour Areva en París y Atlantic Haus en Hamburgo.
La empresa pondrá en marcha un programa de inversión activa con capital nuevo procedente de TIAA General Account, AP1 y AP2 destinado a realizar una inversión adicional de alrededor de 2.000 millones de euros en los próximos tres años. Se centrará principalmente en inversiones core en ciudades de primer nivel, como Londres, París, Múnich, Hamburgo, Fráncfort y Berlín. Además, el programa de inversión se centrará en oportunidades de valor añadido como arrendamientos, reformas y promociones en esta clasificación de ciudades o en inversiones core consolidadas en ciudades de segundo nivel como Madrid, Milán y Ámsterdam, entre otras. El vehículo de inversión recién constituido se denominará Cityhold Office Partnership. TIAA-CREF mantendrá una participación del 50% en el vehículo y cada fondo AP ostentará un 25%.
Jasper Gilbey, director en TH Real Estate y asesor principal del vehículo de inversión, afirmó: “Nuestra estrategia será centrarnos en oportunidades de oficinas core en Europa, haciendo especial hincapié en mercados con un perfil de riesgo reducido y liquidez como Londres, París, Hamburgo, Múnich, Berlín y Fráncfort. Aunque la empresa se centrará en oportunidades core, también tendrá en cuenta oportunidades de valor añadido en los principales mercados core, así como oportunidades consolidadas en otras grandes ciudades europeas -como Madrid- con vistas a impulsar la rentabilidad y generar interesantes rendimientos ajustados al riesgo. Además de por su liquidez y diversidad, los mercados objetivo han sido seleccionados por sus tendencias estructurales a largo plazo, como sus factores demográficos, sus características tecnológicas y su sostenibilidad, que esperamos que impulsen unas sólidas previsiones de crecimiento y deriven en una mayor rentabilidad de la inversión a largo plazo”.
La joint venture amplía la asociación de inversión a largo plazo entre TIAA-CREF y AP2, que lleva coinvirtiendo con TIAA-CREF desde 2011 en diversas estrategias inmobiliarias, incluidas la estrategia centrada en superficies forestales de TIAA-CREF y una compañía centrada en la inversión en terreno agrícola en Estados Unidos, Australia y Brasil.
Se espera que la operación se culmine en septiembre.
Phil McAndrews, director general senior y director de inversiones de TIAA-CREF Global Real Estate, comentó: “Nuestra asociación de inversión con AP1 y AP2, entidades que comparten nuestra misma visión y nuestro horizonte de inversión a largo plazo y que se centran en activos de calidad, nos permite diversificar aún más la cartera de oficinas actual que TIAA mantiene en Europa en cuanto a activos, inquilinos y exposiciones a mercados, al tiempo que establecemos una plataforma más amplia para impulsar nuestras inversiones en Europa”.
“En el año 2011, en colaboración con AP1, constituimos Cityhold Property AB con el fin de invertir en activos inmobiliarios ubicados en las principales ciudades europeas. Ahora que la cartera inmobiliaria de Cityhold se ha fusionado con la cartera europea de inmuebles terciarios de TIAA-CREF, hemos mejorado y diversificado con acierto la cartera inmobiliaria que tenemos en Europa, en consonancia con la estrategia esbozada originalmente para la compañía. Además, con TH Real Estate ganamos un socio operativo con una notable experiencia y saber hacer, especialmente en lo referente a los mercados locales”, comenta Eva Halvarsson, consejera delegada de AP2.
Johan Magnusson, consejero delegado de AP1, declaró: “Nos llena de ilusión fusionar los activos que actualmente posee Cityhold con los de TIAA-CREF y nos comprometemos a realizar nuevas inversiones en los próximos años. La ampliación de la base de capital brinda al vehículo más oportunidades para realizar buenas inversiones a largo plazo en inmuebles terciarios en determinadas grandes ciudades europeas”.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Donkey Hotey. Los bonos del Tesoro estadounidense: ¿a merced de la Fed o de la deuda alemana?
Es probable que la Reserva Federal eleve los tipos de interés antes de final de año. En Nikko AM, pensamos que esto podría ocurrir ya en septiembre y que podría haber una segunda subida poco después, posiblemente, también antes de que acabe 2015. Sin embargo, creemos que esto tendrá un efecto mínimo sobre los bonos estadounidense a largo plazo, incluyendo los bonos del Tesoro a 10 años, que continuarán moviéndose en gran medida por lo que hagan los bonos alemanes.
La Fed ha declarado que aumentará los tipos de forma gradual y esto seguirá dependiendo de los datos. Si las cifras económicas comienza a deteriorarse tras el primer incremento desde 2006, esto podría desviar a la Fed de sus previsiones, pero si la economía de Estados Unidos sigue fortaleciéndose, podríamos ver subidas de tipos más rápidas de lo que el mercado descuenta. De cualquier manera, el impacto en los bonos del Tesoro a 10 años y el extremo más largo de la curva de rendimiento de EE.UU. se atenuará por las bajas rentabilidades de la deuda en Europa y Japón, dos países que tratan de reactivar sus economías mediante programas de expansión cuantitativa.
El QE ayudará a mantener a la baja el euro y el yen y al alza al dólar, algo que podría limitar de alguna manera el crecimiento de la economía estadounidense y hace que la subida de tipos vaya a ser solamente gradual. El riesgo de este escenario es que si la situación en Europa mejora de forma inesperada, la rentabilidad de los bonos europeos subirá y tras eso, la de los bonos de Estados Unidos, algo que podría debilitar al dólar. Sin embargo, en nuestra opinión, esto es poco probable, sobre todo dada la persistencia de la crisis griega.
Ligados a Alemania
El movimiento en la rentabilidad de los bonos estadounidenses en lo que va de año pone de relieve sus estrechos vínculos tanto con Europa, a través de la deuda alemana, como con las materias primas, especialmente con los precios de la energía. En la primera parte de 2014, los bonos estadounidenses a 10 años cayeron inmediatamente después del movimiento bajista de la rentabilidad de los bonos alemanes, ya que el mercado anticipó el inicio inminente del QE en Europa.
Las expectativas y la puesta en marcha de un programa de expansión cuantitativa en Europa puso presión alcista en el dólar, sobre todo desde que la Fed abandono su propio QE y los fuertes datos de la economía aumentaron las probabilidades de una subida de tipos en 2015. Esto permitió a la deuda del Tesoro a 10 años a permanecer bien respaldada, alcanzando un mínimo en su rentabilidad en el nivel de 1,60% cuando el precio del petróleo se derrumbó (ver gráfico 1).
La evolución de 2015 se revirtió rápidamente cuando los precios del petróleo comenzaron a subir de nuevo. Entonces, la deuda del Tesoro estadounidense sufrió un segundo revés en mayo cuando la deuda alemana subió gracias a la fortaleza de la cifra de la inflación en Europa. La estabilización de los bunds alemanes vista después ha mantenido los bonos del Tesoro a 10 años cotizando en un estrecho rango entre 2,20% y 2,50%.
El hecho de que la Fed esté a punto de subir los tipos de interés no tendrá mucho impacto en la deuda a 10 años, que está más ligada a los movimientos del bund alemán. Esto está dando lugar a un aplanamiento de la curva de rendimiento de Estados Unidos, ya que los tipos a corto plazo están subiendo a la espera de que la Fed suba los tipos de interés oficiales.
Muchos analistas del mercado han comparado la subida de la deuda japonesa a 10 años ocurrida en junio de 2003 con la oleada de ventas de los bunds a 10 años de Alemania, vista desde mayo.
Actualmente estamos viendo un patrón similar y los bonos del Tesoro estadounidesne se están viendo más afectados por la deuda pública alemana que por las expectativas de tipos de interés de la Fed. En nuestra opinión, esto se debe a la prima de los bonos del Tesoro en comparación con la de los bunds.
La rentabilidad de la deuda del Tesoro proviene de dos componentes: las expectativas de la trayectoria futura de sus rendimientos a corto plazo y la prima por plazo. En el taper tantrum de 2013, hubo un aumento drástico en la prima de plazo para los bonos del Tesoro a casi el 2,5%, mientras que en 2014 el rally de los bunds alemanes lo vio caer otra vez. La reciente ola de ventas la ha rebajado a una tasa muy baja, de 0,5%.
Es probable que cualquier oleada de ventas en la deuda estadounidense provoque un aumento de la prima por plazo o term premium. Los bonos del tesoro de Estados Unidos son actualmente relativamente atractivos en comparación con otros deuda soberanas, incluido la alemana que ofrece una rentabilida mucho más baja. Cualquier aumento en la rentabilidad de los bonos estadounidesnses a 10 años, es probable que se deba más a un aumento de los tipos de interés en los mercados extranjeros que a la Fed.
Tribuna de opinión de Roger Bridges, jefe de estrategia global de Nikko AM para tipos de interés y divisa.
. Michael Hasenstab, de Franklin Templeton, busca oportunidades en divisas latinoamericanas
La volatilidad del mercado y, en especial, lo ocurrido en China, han dejado varias oportunidades de inversión a largo plazo al descubierto. Para Michael Hasenstab, vicepresidente ejecutivo y CIO de Bonos Globales de Franklin Templeton, una de ellas está en las divisas de los mercados emergentes, que han vuelto a niveles de los años 90 pero con unos fundamentales que nada tienen que ver con las cifras que provocaron la crisis asiática entonces.
Un gran número de divisas de los países emergentes han tocado sus niveles mínimos hace poco. Es el caso del peso mexicano, la rupia indonesia, el ringgit malasio, el won coreano o el real brasileño.
“No es el momento de huir de Asia”, explicaba convencido la semana pasada en una entrevista en Citywire. “De hecho, la mayoría de los países tienen reservas significativamente más altas gracias a grandes superávits en cuenta corriente, el crecimiento es mucho más fuerte de lo que era en ese período en el que había una burbuja de inversión y existían grandes desequilibrios macroeconómicos que llevaron a un colapso. Ahora mismo, estamos viendo un enorme valor en esa región», declaró.
Pero si tuviera que elegir, entre los emergentes Hasenstab prefiere las divisas de los países latinoamericanos y es ahí donde busca oportunidades. El peso mexicano se ha depreciado fuertemente contra el dólar estadounidense y el experto de Franklin Templeton estima que ha sido un movimiento mayor que el visto durante la denominada crisis del ‘efecto Tequila’.
Sin embargo, enumeraba a la publicación financiera, “México tiene hoy muy poca deuda, las reservas son sólidas y tiene a su favor la influencia positiva de la recuperación económica de Estados Unidos”.
Foto: Alberto Carrasco, Flickr, Creative Commons. Las caídas de los mercados llevan a los fondos españoles a cerrar agosto con pérdidas de más de 4.000 millones
Tras un mes de julio tranquilo, las turbulencias en los mercados financieros han llevado a cerrar agosto con caídas patrimoniales por segunda vez en el año. Según los últimos datos de AC Gestión, durante estas últimas semanas los fondos de inversión se han dejado 4.090 millones de euros en términos brutos (teniendo en cuenta el efecto de las cotizaciones), lo que supone una caída del 1,8% respecto a los datos a cierre de julio.
Esta caída patrimonial, que deja el patrimonio total de la industria en 219.000 millones de euros, es debida a la evolución de los mercados pues, descontando su efecto, los fondos habrían captado en términos netos 2.110 millones. Así, en agosto la industria encadena su trigésimo segundo mes seguido de entradas netas, a pesar tanto de los mercados como de la época vacacional, superando la cifra de junio y julio. En lo que va de 2015, las entradas rozan los 22.000 millones.
El dinero fluye sobre todo a productos de riesgo, mixtos de renta fija especialmente, que suman otros 1.350 millones mientras los de bolsa y mixtos de bolsa captan casi 700 millones cada uno –mientras el resto de categorías sufre flujos negativos, salvo la renta fija a corto plazo, refugio en este periodo con captaciones de 630 millones-.
Así las cosas, la distribución del patrimonio de los fondos españoles ha cambiado a lo largo de 2015. Las categorías de riesgo, contando los fondos mixtos y los de renta variable, ya suponen más de la mitad del patrimonio de la industria, el 51,6%, pues solo los mixtos de renta fija suponen ya un cuarto del volumen total de los fondos españoles. Los de renta fija tienen el 29% mientras garantizados y de rentabilidad objetivo suman apenas el 20% del total.
Rentabilidades en el año ya en negativo
En términos de rentabilidad, todas las categorías de fondos, a excepción de monetarios que no sufren variación, cierran el mes con rentabilidades negativas, siendo las familias con peor comportamiento aquellas que tienen componente de riesgo. Así la categoría de renta variable se deja un 10,31% en el mes. Con todo, la rentabilidad promedio del mercado durante el mes es del -2,69%, lo que lleva al acumulado anual al terreno negativo con una rentabilidad del -0,02%.
El top 10: se salva BBVA AM
En agosto las grandes entidades de la gestión española suponen sólo el 63% de la caída patrimonial del sector, con una disminución de 2.580 millones frente a los 4.090 millones del total de la industria. En esta ocasión, las diez entidades del ranking padecen caída patrimonial salvo el caso de BBVA AM, que consigue no verse tan afectada por los mercados y sumar 180 millones de euros.
En el lado de las caídas, se diferencian tres bloques, según AC Gestión: entidades con bajada patrimonial abultada, Santander AM España y la gestora de La Caixa, con caídas de 1.000 y 890 millones respectivamente; un grupo intermedio con disminuciones patrimoniales entre 100 y 200 millones, en el que se encuentran las gestoras de Bankinter, Kutxabank, Ibercaja y Mutuactivos; y un tercer bloque con caídas inferiores a 100 millones de euros, con las gestoras de Banco Sabadell, Allianz Popular y Bankia.
Foto: Trey Raatcliff, Flickr, Creative Commons. Asteriscs: un nuevo acrónimo para redefinir a los mercados emergentes
Tras una larga reflexión sobre las deficiencias del concepto «mercados emergentes» y sobre qué requeriría un descriptor más útil, Alexander Kozhemiakin, director de países emergentes en Standish, parte de BNY Mellon, considera quela mejor solución es referirse a estos países como Asteriscs (del inglés «assets tied to economies of risky countries», algo que se podría traducir como «activos ligados a economías de países de riesgo»).
«Mercados emergentes» es un término pegadizo que ha supuesto un éxito de marketing, explica. Pero, advierte: también ha sido una mala guía para los inversores. “Se trata sobre todo de un término confuso e incoherente. El término describe características del mercado real: un mercado incipiente con baja liquidez. También puede referirse a un país, a una clase de activos de un país emergente. El problema es que el término suele utilizarse simultáneamente de ambas formas. Sin embargo, un país puede tener varios mercados (renta fija y variable, divisas, inmobiliario, etc.) con diferentes características”, advierte el experto.
El concepto de «mercados emergentes» puede ser engañoso, explica. “¿Experimentan los mercados o países alguna transformación para ser emergentes? Las referencias sarcásticas ocasionales a mercados «sumergentes» son comprensibles. Además, el término mercados emergentes puede hacer que nos acomodemos demasiado en otro término complementario: «mercados desarrollados». Desarrollado implica un equilibrio estable, pero ¿pueden los mercados desarrollados involucionar? Las recientes crisis de deuda en varios países desarrollados indican que no se trata solo de una pregunta teórica”.
La descripción de «mercados emergentes» como mercados incipientes no logra ilustrar su característica principal. La baja liquidez no siempre es característica de los mercados emergentes ni es un atributo exclusivo de ellos. Y recientemente ha aparecido una etiqueta diferente («mercados frontera») para describir a mercados emergentes menos líquidos.
Definir el riesgo país de los emergentes
La riqueza de un país es un buen punto de partida para definir a un país emergente. Aúna muchos atributos, ya que la renta nacional per cápita muestra una correlación fuerte aunque no perfecta con otras características de interés para los inversores: estabilidad institucional, estado de derecho, competitividad económica y solvencia crediticia.“Por lo tanto, podemos empezar a pensar en los países emergentes como un grupo de clases de activos afectados por los desarrollos en países no ricos. Visto de esta forma, el atractivo y los riesgos de los mercados emergentes son más claros”, dice.
“El atractivo se basa en la promesa de que las economías de los países emergentes pueden crecer más que aquellas de los países desarrollados. Esta promesa está incorporada en la propia definición de país emergente. Un país no rico comienza con una base menor y tiene más margen para llegar al mismo nivel. Esta definición también nos advierte sobre los principales riesgos de invertir en mercados emergentes: el hecho de que estos países no son ricos es informativo de por sí”.
Pero algunos países ricos que se enfrentan a amenazas geopolíticas, a riesgos políticos que podrían destruir su régimen actual o a serios problemas de deuda podrían seguir siendo clasificados como emergentes. “Necesitamos una definición más completa de país emergente que utilice la presencia del riesgo país relativamente elevado como criterio diferenciador. Independientemente de su origen concreto, los riesgos país tienen una característica en común: el potencial de afectar al rendimiento de todas las clases de activos con fuertes lazos con ese país”. Y por supuesto, reconocer un elevado riesgo país es más fácil tras un evento que antes del mismo.
De cualquier modo, en todos los casos de riesgo país alto hay al menos una de las siguientes características:riqueza del país por debajo del umbral de ingresos altos; amenaza geopolítica; solvencia crediticia mala; régimen político no democrático.
La amenaza geopolítica no necesita explicación, ya que tanto las guerras como otros tipos de conflictos armados representan factores de riesgo importantes. Una mala solvencia crediticia, como por ejemplo en una calificación crediticia de grado especulativo, es un riesgo país porque la mora en la deuda pública es un evento sistémico que socava la confianza del inversor, daña el sistema financiero y aumenta el coste de capital. Por último, las democracias institucionalizan la incertidumbre, ya que los gobiernos electos cambian constantemente. Pero precisamente la flexibilidad de un sistema democrático mitiga el riesgo de mayores disturbios políticos que sí existe en regímenes no democráticos.
En un mundo enamorado de los acrónimos, podemos entonces conceptualizar a los «mercados emergentes» como Asteriscs (activos ligados a economías de países de riesgo). En otras palabras, son clases de activos con un asterisco que debería recordar a los inversores que, además de los riesgos tradicionales que varían por clase de activo, también asumen un elevado riesgo país. Las investigaciones empíricas que subrayan la importancia de los riesgos país apoyan este enfoque, dice el experto.
Pensar en los «mercados emergentes» como Asteriscs ilustra sus dos papeles en una cartera. En primer lugar, al aceptar riesgos país elevados, los «mercados emergentes» pueden aumentar potencialmente sus ingresos. En segundo lugar, los Asteriscs también pueden diversificar los niveles de riesgo país en una cartera. “Esta ventaja puede ser potencialmente significativa, teniendo en cuenta el sesgo doméstico de muchas carteras. Y también alberga el hecho de que algunas economías desarrolladas avanzan en rápido camino de convertirse en Asteriscs”.
Photo: Cristian Eslava. A Time To Reflect — Not React
Los intentos de China para apuntalar su crecimiento interno mediante devaluaciones monetarias y agresivas medidas de estímulo han puesto nerviosos a muchos inversores de todo el mundo. Como resultado de ésta y otras circunstancias macroeconómicas, como la caída de los precios del petróleo y la incertidumbre entorno a la normalización de la política monetaria en EE.UU., los mercados de renta variable han vivido una brusca oleada de ventas y la volatilidad ha repuntado con fuerza. Así mientras el 17 de agosto, el índice de volatilidad CBOE (VIX) se encontraba en 13, sólo una semana después marcaba 411, un nivel visto por última vez en octubre de 2011, durante la crisis de la deuda soberana de la eurozona.
Estos cambios extremos pueden ser muy estresantes a corto plazo, pero son un excelente momento para reflexionar, no para reaccionar. El horizonte de inversión para la mayoría de los inversores se mide en años, e incluso en décadas, no en días. Por lo tanto, es más apropiado -y fiscalmente responsable- considerar las implicaciones del riesgo durante un período de tiempo que vaya más allá de lo que sucede en los mercados cada jornada.
La visión del riesgo a largo plazo
En el equipo de estrategias cuantitativas de Invesco, hemos estado gestionando el riesgo, así como la rentabilidad desde hace más de 30 años. A lo largo de este tiempo hemos utilizado deliberadamente en todas nuestras estrategias de renta variable los modelos que pronostican el riesgo en un horizonte más largo. Esto ha conducido a unos perfiles de riesgo más estables en esas estrategias debido a que la volatilidad media a largo plazo es simplemente más fácil de predecir y, por lo tanto, de manejar, que la volatilidad a corto plazo. Es un poco como el tiempo. Yo no puedo decir si va a llover el próximo viernes, pero te puedo decir con un alto grado de certeza que durante los meses de verano veremos tres pulgadas de lluvia.
Reaccionar a la volatilidad a corto plazo y perseguir las tendencias que la acompañan puede ser muy peligroso. En primer lugar, es seguro que la rotación gradual y los costes de transacción relacionados se comerán parte de la rentabilidad de su cartera. En segundo lugar, y es aún más importante, hay una gran probabilidad de pillarse los dedos con los movimientos extremos, es decir, vender después de que los precios hayan caído, y recomprar después que los precios hayan vuelto a los niveles anteriores. En lugar de preocuparse por las decisiones tácticas correctas para adaptarse a un contexto rápidamente cambiante, estos tiempos son una buena oportunidad para reflexionar sobre las asignaciones estratégicas. ¿Está el riesgo de mi cartera adecuadamente equilibrado y diversificado? ¿Tengo realmente la diversificación que quería? ¿Existen estrategias a considerar que históricamente hayan evolucionado bien en condiciones de mercado extremas?
Frente a lo sucedido históricamente, los inversores han disfrutado de un bajo nivel de volatilidad desde 2012. Esto puede haber llevado a una cierta complacencia con respecto a las decisiones de asignación de activos estratégicos. Dados los niveles generalmente bajos de volatilidad en los últimos años, y la incertidumbre en el entorno macroeconómico, es probable que tras este repunte, la volatilidad media sea más alta. Por eso, los inversores y sus asesores deberían considerar asignaciones estratégicas a las estrategias que históricamente han aguantado en los períodos de mayor volatilidad y cuando la rentabilidad de las bolsas era menos robusta. En caso de encontrar una necesidad insatisfecha, lo más prudente es esperar a que el polvo se asiente antes de hacer cualquier cambio. Los picos de volatilidad, por definición, son de corta duración, pero el lamento dura más tiempo.
Ken Masse es Client Portfolio Manager de las estrategias cuantitativas de Invesco.